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LITERATURA ESPAÑOLA
DEL RENACIMIENTO
Materiales de estudio
El material básico para el estudio de este tema está contenido en los epígrafes
correspondientes de esta guía de estudio. Como material complementario para la primera
parte se recomienda el ensayo de Luis Beltrán Almería, ¿Qué es la historia literaria? (2003); y
para la segunda Pedro Ruiz Pérez, Manual de estudios literarios de los Siglos de Oro (2003),
cuyos planteamientos se siguen en algunos casos muy de cerca.
Esquema
1. La construcción de la historia literaria
1.1. La historia de la literatura: origen y desarrollo
1. 2. Principios de selección y organización de la serie literaria
1.2.1. La selección: el canon
1.2.1.1. El canon español del Renacimiento
1.2.2. Criterios para la organización de la serie literaria
2. Constituyentes técnicos, económicos y sociales del hecho literario
2.1. Los soportes escritos
2.1.1. El manuscrito
2.1.2. El impreso
2.2. El libro en el Siglo de Oro. Características.
2.2.1. El libro entre la economía y la sociedad.
2.3. Alfabetización, lectura, oralidad y escritura
hechos de ese pasado son los hechos en sí. (Pensamiento posmoderno desconfía de todos los
discursos sistemáticos heredados).
La historia literaria es una disciplina humanística en permanente elaboración y una
construcción intelectual que articula la realidad basándose en unos presupuestos
constructivos, que por lo general se dan por sobreentendidos, pero que conviene explicitar.
1.1. La historia de la literatura: origen y desarrollo
Nuestra actual forma de historia literaria nace con el romanticismo (en torno a 1830-1840),
cuando se concede una importancia creciente a la personalidad del artista y la originalidad
de su obra como reflejo de la misma. Esta visión sobre lo individual se proyecta hacia lo
colectivo con el surgimiento de los nacionalismos, que atribuyen a los pueblos una identidad
colectiva manifestada a través de sus productos artísticos, así la historia literaria estuvo a lo
largo del siglo XIX al servicio de la construcción de las identidades nacionales, articuladas en
consonancia con la fundación de los estados nación europeos. La función de esta historia
específica era narrar el devenir de las manifestaciones verbales de ese espíritu nacional a lo
largo de su existencia.
En 1931 en el Primer Congreso internacional de historia literaria celebrado en Budapest.
quedan de manifiesto dos posiciones: la académica, que practica el método histórico-
documental1, que se proyecta sobre el hecho literario; y quienes se oponían a este
historicismo tradicional y buscaban en el hecho literario una dimensión vinculada a su
naturaleza artística, con diversos métodos. A partir de este punto se consuma una escisión
entre la crítica literaria y la historia, porque mientras la primera se adentra en los caminos del
formalismo en búsqueda de una ciencia específica de la literatura; la segunda se mantiene en
las vías del historicismo tradicional.
Quienes denuncian la inoperancia y falta de sentido de la historia literaria la acusan de ser
subjetiva, reduccionista y políticamente sesgada. No obstante, este rasgo no es solo achacable
a cualquier discurso (incluso forma de conocimiento) humano, ya que siempre tendrá una
finalidad y estará realizado desde un punto de vista preciso, desde el cual un historiador,
sometido a las leyes de la historia, contempla unos sujetos históricos. La historia actúa como
un que condiciona la manera en que la realidad es percibida, concebida y representada y
que, por tanto, afecta al resultado de la investigación, de modo que el conocimiento no se
puede aceptar simplemente como una representación objetiva de la realidad, dado que
entraña siempre una operación de construcción significativa de ésta. Ahora bien, tal como
objeta Funes (2006) ese componente subjetivo no impide la historia, sino que nos debe hacer
conscientes de su valor de construcción narrativa y de cuáles son las reglas que fundamentan
su coherencia y su poder de convicción. En efecto, la historia es un relato, pero no está abierto
a cualquier tipo de argumentación, sino que descansa en los esquemas de la argumentación
analítica.
El principal peligro del método historiográfico está en considerar que la historia literaria como
relato es un ente real y presenta los hechos en sí. Es, en realidad, una construcción que
pretende dar coherencia a una multiplicidad heterogénea.
La historiografía literaria, como todas las ciencias humanas, siempre tiene una finalidad y
punto de vista (e.g. la construcción de una identidad nacional). La historia no puede presentar
1
una mezcla de biografía, bibliografía, antología, información sobre temas y formas métricas, fuentes,
ensayos de caracterización y evaluación, intercalados en capítulos sobre el trasfondo de la historia de
la política y social
nunca una realidad objetiva, sino que condiciona la manera en que ésta es percibida,
concebida y representada.
Aun así, aunque la historia sea un relato, no se pliega a cualquier tipo de argumentación,
únicamente a una de naturaleza analítica.
El historiador debe categorizar, evaluar y seleccionar para construir un relato coherente a
partir de una multiplicidad heterogénea inabastable.
Las nuevas tendencias del siglo XX, que se ocupan de la dimensión material, relación emisor-
receptor, etc., deben dar respuestas a las preguntas del historiador.
1.2.1.- Selección del canon
Historia supone seleccionar para construir el relato. Esto se hace siempre desde los valores e
ideas de la sociedad del historiador2. Como éstos varías, el canon sufre inclusiones,
desapariciones, revalorizaciones y desvalorizaciones.
Estos cambios, pero, son imperceptibles. Es por eso que el canon para inmutable.
Factores que alteran el canon
Nacionalismo e ideología
Los límites de lo que es qué es literatura, pues éstos son una mera convención.
El canon no es la historia de una época, sino una proyección de nuestra propia sociedad sobre
ella.
1.2.2. Criterios para la organización de la serie literaria
La sucesión temporal. Se crea cortes artificiales en un devenir continuo. Un ejemplo es el
concepto de generación/promoción. Un grupo de autores que comparten unas experiencias
vitales, horizontes y estética. Se critica el uso del concepto “generación” por su base biológica
de la generación.
Los géneros
Todo escritor ha sido antes lector, así que los textos nunca viven aislados, pertenece a un
sistema.
Género: configuración histórica de distintas constantes (temáticas, formales, sociales,
pragmáticas, materiales, etc.), que son coincidentes en ciertas obras.
2
Sullà (1998: 12) el canon es una lista o elenco de obras consideradas valiosas y dignas por ello de
ser estudiadas y comentadas. Así, el canon, como tal, tiene un carácter de referente colectivo, razón
por la cual ha sido contestado desde numerosas teorías críticas (estudios culturales, poscoloniales,
neohistoricismo, de género), que entienden que es un espejo en el que se reflejan e irradia los
valores y la ideología de una sociedad en un momento dado, a pesar de que presente como la
descripción objetiva de un sistema literario nacional
2.1.2.-IMPRENTA
La imprenta amplía la capacidad de conocimiento de la sociedad y la creación de la conciencia
individual, gracias a la lectura individual que implica una concentración y reflexión a solas.
Durante el siglo XVI el manuscrito y el libro impreso conviven.
EL IMPRESO.
ⴀ Carteles:
Pliegos impresos por una cara utilizados para la comunicación masiva.
También hay poesías para fiestas o funerales.
ⴀ Pliegos sueltos:
o Cuadernos de pocas hojas géneros populares: romances, colplas de ciego,
relatos caballerescos, pronósticos, almanaques, …
o Son importantes para conocer los gustos del público y valorar la presión que
estos géneros populares ejercían sobre las formas cultas.
ⴀ Libro
o Tamaño: infolio, 2 para el 4º, 3 para 8º (faltriquera 3), 4 para el 16º
o Tipo de letra: Gótica en los incunables y los géneros más populares; Romana
(más redondos) en Garcilaso.
o Las ilustraciones no necesariamente significan lujo editorial, sino todo lo
contario pues servían de reclamo para un público amplio y soporte a la lectura.
3
Faltriquera. Bolsillo que se cuelga de la cintura, dentro o fuera de las prendas de vestir.
4
Texto breve situado generalmente en la última hoja de un libro, donde se da información sobre los
datos de la publicación, tales como nombre de la imprenta y/o del editor, el lugar donde se encuentra y
la fecha.
5
1502 Una pragmática establece la obligación de someter los libros a censura. (Pragmática. Ley que se
promulga para corregir algún daño, exceso o abuso.)
1558 Prohibición de importar libros extranjeros sin licencia real.
Política comercial
Junto con los libros grandes, bien por encargo o por su atractivo comercial (por ejemplo, la
Celestina, el Amadís de Gaula, el Cancionero general), muchas de las imprentas subsisten o
redondean sus ingresos con la edición de pliegos sueltos, folletos de todo tipo, estampas,
impresos menudos, baratos, fáciles de imprimir (mil pliegos en un día) que aseguraban una
rápida recuperación de la inversión. Pronto inundan un mercado que los consume con fruición
y los busca de muchos géneros. Es una literatura (subliteratura, si se prefiere) creada o
adaptada para ser difundida en este formato, con lo que el soporte material es decisivo a la
hora de explicar la creación literaria, puesto que, si inicialmente el soporte se crea para el
texto breve, luego éste se escribe y define pensando en el soporte.
También es decisivo el mercado para explicar el desarrollo de algunos géneros, como los
libros de caballerías, que se mantienen en auge durante todo el siglo XVI con numerosos
títulos y reediciones. Lo mismo podría decirse de las continuaciones o imitaciones de la
6
Tribunal superior encargado de administrar justicia de Castilla. A partir del siglo XV se establece en
Valladolid y los Reyes Católicos crean una segunda chancillería en Granada, asimismo existían otros
tribunales si bien tenían una categoría inferior.
Celestina, nacidas al calor del éxito de la primera obra, que genera una corriente de literatura
celestinesca. Así la literatura no es ajena ni mucho menos a la economía.
4.. El estudio citado de E. Torres Corominas muestra de forma palmaria cómo la imprenta pesa
sobre la obra literaria y la modifica para hacer de ella un producto comercial. Lea el artículo y
haga un esquema de los cambios que Villegas introduce en la obra desde su versión inicial para
satisfacer las exigencias de los censores e impresores.
VOCABULARI
Paratexto: conjunto de elementos que no forman parte de una obra pero que la acompañan
en su presentación material: título, grabados, prólogos y licencias, epílogos, comentarios, etc.
Su importancia estriba en que son el lugar privilegiado de la relación pragmática entre una
obra y su lector. Sobre muchos de estos aspectos se han hecho estudios particulares.
Pliego de impresión. El pliego de impresión es una hoja de papel de gran tamaño que se pasa
por la prensa por las dos caras para realizar un libro. Sobre este pliego se distribuyen las
formas en el orden y la disposición necesaria para que una vez doblado el pliego y cortados sus
bordes, exista la continuidad exigida en el texto. Así pues, el tamaño de un libro no depende
tanto del tamaño del pliego de impresión, como del número de dobleces que se le hagan y del
guillotinado de los bordes para crear las páginas.
Aunque se pueda creer que esta tipología es una cuestión meramente descriptiva o
catalográfica, se trata de una diferenciación relevante, ya que, la tipología de la pieza
bibliográfica es relevante para su recuperación informativa. Téngase en cuenta que si bien los
catálogos integrados e informáticos sitúan toda la información al mismo nivel, en otras fuentes
los catálogos de manuscritos no contienen impresos y tienen sus propios repertorios, lo mismo
que los incunables, o las publicaciones periódicas. Desconocer esta realidad podría acarrear
para nuestra búsqueda el silencio informativo, es decir, ignorar documentos que existen en la
fuente documental y que son relevantes, pero que no se recuperan porque no ha habido
coincidencia entre los términos que utilizó el analista y los que luego utiliza el usuario que
busca información.
* Al igual que los documentos, las fuentes de información se diferencian según una tipología
precisa:
La distinción entre ambos tipos de fuentes es muy importante, ya que mientras una
bibliografía recoge información sobre un tema y tiende a la exhaustividad; un catálogo registra
la presencia de unidades bibliográficas en un lugar dado, por lo tanto no persigue la totalidad
Ya sean impresas o digitales existen muchísimas de estas bibliografías, por lo que en este tema
nos limitaremos a ver algunas de las más relevantes para la literatura española, explicando su
alcance e importancia. Sin embargo, antes de adentrarnos en el mundo actual, nos
remontaremos a las fuentes que tuvieron a su disposición los autores antiguos, porque en
muchos casos revelan sobre su composición tanto como las obras mismas y sin estos
instrumentos de la trastienda erudita no se podría explicar la literatura de la época.
http://biblioteca.fuesp.com/glasopac/
CATÁLOGOS
2.1.- Catálogo colectivo del patrimonio bibliográfico español, una base de datos
donde se recogen todos los libros y folletos conservados en bibliotecas españolas,
públicas y privadas. Es de gran utilidad en especial para los libros antiguos, porque
están incluidos los fondos de numerosas bibliotecas poco conocidas, pero con el
inconveniente de que sus registros están aún muy incompletos en algunos casos y no
nos permiten asegurar que un libro que no se encuentre en esta base de datos no esté en
alguna biblioteca (incluso en la Biblioteca Nacional de Madrid). En todo caso sus datos
no equivalen al total de la producción impresa o manuscrita española, ya que son
muchas las obras de las que no hay ni un solo ejemplar en ninguna biblioteca de nuestro
país y, por tanto, no están incluidas en este catálogo. Por otro lado, las bibliotecas
españoles no tienen todas las obras relacionadas con nuestro país, de modo que no
estamos ante una fuente ni exhaustiva ni totalizadora, sino ante un registro de presencias
muy extenso, que debe completarse con los catálogos colectivos de bibliotecas de otros
países, como el de Francia o Portugal, o con los particulares de algunos centros, dado
que Gran Bretaña o Italia, por ejemplo, carecen de ese tipo de recurso colectivo.
http://ccpb_opac.mcu.es/cgi-brs/CCPB/abnetopac/O9060/IDd1f70157?ACC=101
http://rebiun.crue.org
2.3.- ISBN Agencia española que contiene la base de datos de los libros editados en
España desde 1972
http://www.mcu.es/libro/CE/AgenciaISBN/BBDDLibros/Sobre.html
http://www.mcu.es/bibliotecas/MC/CCPB/index.html
http://dialnet.unirioja.es/
METABUSCADORES
http://estherortas.com/enlacesliteratura.html
DICCIONARIOS
Por otro lado, la web no ha hecho desaparecer conceptos anteriores a los que ha dotado
de un nuevo potencial y características, así seguimos empleando diccionarios
etimológicos o de la lengua, aunque para ello podamos recurrir a las bases de datos de la
Real Academia Española, el CORDE y el CREA; diccionarios especializados, por
ejemplo, el Diccionario de técnica del Renacimiento, (http://dicter.usal.es/index.htm);
artículos en revistas, ahora accesibles en hemerotecas digitales (por ejemplo la de la
Biblioteca Nacional http://www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital/), etc.
En este tema se estudian las grandes corrientes de la poesía en la primera mitad del
siglo XVI:
7
Poesía tradicional: Conjunto de textos poéticos transmitidos oralmente y considerados
patrimonio colectivo, de modo que sus autores no pueden ser conocidos. A pesar de ser textos
que viven en la oralidad, por diversas razones pueden ser trasladados al escrito, bien como
parte de una poesía culta o por su revalorización o por alterarse los medios de difusión; por
ejemplo, con la llegada de la imprenta.
8
Poesía cancioneril: Corriente poética dominante en la España del siglo XV, así llamada
porque se recogía en cancioneros. Empleaba el metro octosilábico y como estrofa más
importante la canción. Alcanzó su apogeo con la publicación del Cancionero general en 1511.
9
Poesía petrarquista: en España, la que imita el Canzoniere de Petrarca a través de los
italianos coetáneos, fundamentalmente Pietro Bembo, y la poesía clásica grecolatina,
esencialmente Virgilio (Bucólicas) y Horacio (Odas). Por tanto, se trataría más bien de un
neopetrarquismo.
Esquema
A. Consideraciones previas en torno a un cambio poético
1. Un panorama de la poesía lírica en la primera mitad del siglo XVI
2. Diferencias entre la poesía petrarquista y la poesía de cancionero
3. 1543. La culminación de un proceso
4. Una generación poética en torno a Garcilaso
B. Corrientes poéticas en el primer renacimiento
1. La corriente tradicional.
1.1. El romancero
1.2. La poesía cancioneril
1.3. Cristóbal de Castillejo
2. La corriente italianizante.
2.1. Los comienzos
2.2. La generación de Garcilaso. Características
2.2.1. Temas
2.2.2. Estructuras métricas
2.2.3. Problemas de crítica textual
2.3. Juan Boscán.
2.4. Garcilaso de la Vega.
2.4.1. Biografía
2.4.2. Trayectoria poética.
2.4.3. Producción poética.
2.4.4. Temas y motivos.
2.5. La Escuela de Garcilaso y sus poetas.
2.5.1. Diego Hurtado de Mendoza
2.5.2. Hernando de Acuña
2.5.3. Gutierre de Cetina
2.5.4. Gregorio Silvestre
10
Un aspecto que no conviene desdeñar cuando se analiza una obra son las características del
impreso: mientras que el Cancionero general se imprime en letra gótica y en tamaño folio, la obra de
Boscán está impresa en letra redonda y un cómodo tamaño cuarto (mitad del folio), mucho más apto
para la lectura individual sin necesidad de apoyarlo en una mesa o soporte. La letra gótica de
ascendencia alemana fue la primera empleada en los tipos de imprenta, aunque muy pronto surgió en
Italia la letra redonda de imitación latina, más limpia y sencilla. La competencia entre ambas
tipografías se mantuvo hasta muy tarde en la industria editorial española llegando a identificar el
tradicionalismo frente a la innovación
Ejemplos
Endecasílabos con acento en 6ª y 10ª.
Endecasílabo enfático:
todo lo mudará la edad ligera (1ª + 6ª + 8ª + 10ª)
Endecasílabo heroico:
el viento mueve, esparce y desordena (2ª + 4ª + 6ª+ 10ª)
Endecasílabo melódico:
y la furia del mar y el movimiento (3ª + 6ª+ 10ª)
Endecasílabos con acento en 4ª
Endecasílabo sáfico:
Si a la región desierta inhabitable (4ª + 6ª+ 10ª)
Marchitará la rosa el viento helado (4ª + 6ª + 8ª+ 10ª)
ESTROFAS: Con nuevos metros llegan nuevas estrofas, es decir, formas diferentes de
estructurar el discurso poético 11, que van en consonancia con el contenido del mismo y con sus
posibilidades de elaboración.
El soneto, que despliega la idea esencial en los cuartetos, para recogerla y sintetizarla
en los tercetos, lo que permite una reflexión íntima, pero a la vez muy racionalizada. La
octava es una estrofa narrativa, que hace el desarrollo en seis versos y la síntesis en el
pareado final.
El terceto encadenado, con un verso blanco de imitación clásica 12, permite que fluya el
pensamiento de un modo natural, de ahí que se emplee para la epístola.
La estancia13, que se utiliza en la canción, al contrario que las estrofas más breves
permite la continuidad del pensamiento y facilita la introspección minuciosa y
matizada.
GÉNEROS unos son de cuño petrarquista (soneto, canción, madrigal y sextina), pero otros tiene
procedencia claramente clásica, si bien aclimatados desde Italia: la égloga, que procede de
Virgilio vía la Arcadia de Sannazaro (1504); la Oda horaciana trasladada bajo las innovaciones
de Bernardo Tasso; o la epístola y la elegía 14
11
Una estrofa métrica nunca es una elección gratuita, ya que actúa como un molde exigente al que
debe plegarse la expresión poética.
12
El primero en emplearlo en España fue Garcilaso a imitación de los italianos, para quienes con
ese verso blanco intermedio esta estrofa se acercaba al hexámetro dactílico.
13
Una estancia es una composición típicamente renacentista, en la que se combinan verso heptasílabos
y endecasílabos. Está formada por tres partes: cabeza, cuerpo y coda/envío. La cabeza son los seis
primeros verso (los tres primeros riman con los tres segundos). El cuerpo comienza con un verso
heptasílabo que rima con el último de la cabeza. La coda son los dos o tres últimos versos, que
forman pareado o terceto. Una vez que el poeta ha elegido, dentro de estas normas, el modelo métrico
de la primera estancia, todas las que siguen en su composición han de sujetarse al mismo modelo.
Saliendo de las ondas encendido, ido A
rayaba de los montes el altura ura B
el sol, cuando Salicio, recostado ado C
al pie de un alta haya en la verdura, ura B
por donde un agua clara con sonido ido A
atravesaba el fresco y verde prado, ado C
él, con canto acordado ado c
al rumor que sonaba, aba d
del agua que pasaba, aba d
se quejaba tan dulce y blandamente ente E
como si no estuviera de allí ausente ente E
la que de su dolor culpa tenía; ía F
y así, como presente ente e
razonando con ella, le decía: ía F
14
ODA según el modelo de Horacio:
Estrofas de cuatro versos
Variedad de temas: amor, amistad, vino, victorias militares, aurea mediocritas, carpe diem, etc.
Bruscas variaciones en el tono y en el tema. La oda es una sucesión de cuadros o de reflexiones.
El “tú” no es habitualmente la amada, sino un personaje real o imaginario al que el poeta dirige
sus reflexiones.
Objetivo, el “yo” está ausente o poco visible. Un esquema habitual es alii… alii… ego (de la
objetividad pasa a lo subjetivo)
ELEGÍA: Ovidio, Tíbulo, Propercio: temas amoroso, aunque una de Ovidio dedicada a la muerte de
Tíbulo.
En los siglos XV y XVI la elegía retorna a la temática amorosa, pero acoge también los poemas
destinados a cantar la muerte de una persona. De las elegías de Garcilaso, una es de temática fúnebre
más novedosa de ese país, donde bebieron de las fuentes petrarquistas, su traslación a
la modernidad y conocieron la adaptación que se realizaba de los clásicos grecolatinos.
(Garcilaso, Hurtado de Mendoza, Acuña y Cetina),
Se han presentado estas dos corrientes poéticas como una dualidad en términos dicotómicos,
oponiendo, de manera rígida, tradicionalismo e italianización. Nada más lejos de la realidad. La
coexistencia de estas dos formas de hacer poesía es un hecho evidente; ambas trayectorias
pueden coexistir en un mismo autor; un fenómeno habitual en toda etapa de transición: las
formas innovadoras, que acaban imponiéndose, conviven, durante largo tiempo, con las
antiguas o italiano.
1.1 El Romancero
El Cancionero General [1511] de Hernando del Castillo contiene 50 romances con sus
villancicos y desechas.16
El primer cancionero de romances se publicó entre 1525 y 1530. A mediados de siglo el
Cancionero sin año, [Amberes 1547-49] de Martín Nuncio con un éxito comercial que
obligó a hacer varias reimpresiones.
En la segunda mitad del siglo XVI se mezclan ya el romancero viejo y los de nueva
creación (destacamos Juan de Timoneda).
En la última década de esta centuria se acentúa el éxito editorial del Romancero
nuevo. Se multiplican los romancerillos, bien en forma de cuadernillos, bien en forma
de mayor tamaño. Es el gran momento de Flor de romances nuevos, título genérico
que se aplica a la mayor parte de estas publicaciones.
1600: Romancero General de 1600.
El éxito editorial del romancero a lo largo del siglo XVI se refleja, igualmente, en la producción
poética de autores individuales. Gutierre de Cetina, que pasa por ser el poeta de menos
concesiones a la poética tradicional, también cultivó esta lírica popular en esquemas
romancísticos. Fernando de Herrera traduce un epigrama de Marcial sobre Leandro en un
romance. Juan de la Cueva publicará en 1587 Coro Febeo de romances historiales, y utilizará,
asimismo, versos del romancero para muchas de sus obras de teatro. A finales del siglo XVI,
Lope y Góngora comenzarán a escribir sus romances que serán publicados en pequeñas
antologías, que constituirán la base del ya citado Romancero General de 1600.
16
Los cancioneros del s. XV los excluían, salvo algún romance concreto recogido en el de Juan del
Encina o el Cancionero de Ximénez de Urrea.
Como conclusión, se puede decir que el Romancero se constituyó, de esta manera, en una de
las venas más importantes de la poesía tradicional durante el siglo XVI.
Una poesía que continúa los moldes de la creación del siglo XV. En sucesivas
reedicones darán acogida ya a algunos poemas de influencia italiana con el objeto de hacerse
eco de las nuevas tendencias.
Con todo, su éxito editorial del Cancionero General permitirá poner al alcance de todos
aquellos que lo deseen un legado tradicional. Por eso, este tipo de poesía cancioneril dejó su
impronta en la mayor parte de los poetas del siglo XVI. Así Rafael Lapesa puso de manifiesto
la presencia de poesía cancioneril en Garcilaso. Lo mismo se podría afirmar de Gutierre de
Cetina, Fernando de Herrera, Cervantes o Lope de Vega
Síntesis
La lírica tradicional se apoyará en el metro octosilábico que se articula en estrofas,
el Diálogo de amores
el Sermón de amores utilizando la parodia, emplea estructuras eclesiásticas —en
este caso la oratoria sagrada— para recrear literariamente temas profanos; se
trata, por tanto, de un poema burlesco y paródico sobre temas eclesiásticos; en
este poema, por ejemplo, hay claras alusiones a la vida relajada de los conventos;
el tratamiento literario se enriquece con citas y alusiones de Virgilio, Diego de San
Pedro y La Celestina.
El Diálogo de mujeres se inscribe, asimismo, en una larga tradición sobre la
bondad o la maldad de la mujer. Las citas de Torrellas, Boccaccio y Juvenal, autores
a los que acude Alethio, demuestran la familiaridad del autor con la obra de esos
escritores. La evocación del Arcipreste de Talavera en su Corbacho es también
ineludible. La inserción de determinados cuentos y la procacidad de muchos de los
parlamentos hicieron que estos poemas fueran expurgados por la Inquisición.
Obras de conversación y pasatiempo.
Reprensión contra los poetas españoles que escriben en verso italiano. Se trata
de una reacción castellana frente a la actitud italianizante que irrumpía en las
letras peninsulares; considera el endecasílabo como un verso extranjerizante, muy
lento en el ritmo y poco ágil para la creación poética. Castillejo reivindica Mena o
Manrique. El recelo que el poeta castellano siente ante los metros italianos
tendría como fundamento no tanto un inmovilismo reaccionario cuanto el temor
de que tal aperturismo fuese en detrimento de la tradición literaria y lingüística
castellana
Obras morales y de devoción. Son obras en las que el autor reflexiona sobre distintos
aspectos de la existencia humana.
Aula de cortesanos/Diálogo de la vida en la corte, obra en la que el autor pone de
relieve la decepción que sufre el cortesano ante la ingratitud del príncipe. Se trata
de una obra que evocará en el lector moderno el Menosprecio de corte y alabanza
de aldea de Fray Antonio de Guevara, autor con el que Castillejo presenta un
llamativo paralelismo existencial.
Características:
Pero el triunfo de la poesía italianizante se produce en el segundo cuarto del siglo XVI con dos
hitos importantes (discusión del valor real / simbólico de estos dos sucesos)
a.- generación biológica: nacen en el primer cuarto del siglo XVI (no son exactamente
15 años, pero se aproxima)
2.2.1.- Temas
Antes de explicar los temas debe comprenderse que esta poesía está escrita por una élite. Son
todos cortesanos en un grado u otro, que se oponen con su refinamiento, su base filosófica
neoplatónica y el conocimiento de los códigos referenciales mitológicos a la poesía
tradicional. La poesía culta siempre busca factores diferenciales.
Amor no correspondido
La muerte de la amada
Estos temas son recurrentes en toda la poesía descendiente de la provenzal, pero con dos
singularidades importantes: ya no hay erotismo (dolce stil novo) y neoplatonismos. Es un
amor honesto y virtuoso, desprovisto de todo elemento pasional. De ahí se deriva la
resignación y la melancolía.
3.2.- Códigos mitológicos: Las puestas utilizan personajes y situaciones de la mitología para
expresar situaciones semejantes vividas por el yo autobiográfico.
Naturalmente son más frecuentes aquellos que ilustran amor frustrado o no correspondido:
Hero y Leandro, Dafne y Apolo, etc.
Una naturaleza idealizada, armónica y equiparaba que infunde paz y sosiego. La naturaleza
equilibrada sirve de marco para que el poeta exprese su estado anímico.
Los poetas extraen de la naturaleza todas aquellas imperfecciones con el objetivo de acercarse
a la realidad arquetípica. El bucolismo pastoril sirve de marco a la introspección amorosa del
poeta, bajo el desengaño ante el olvido y el rechazo de la dama.
Amor no correspondido. El ayer y el hoy del yo autobiográfico del poeta, son el soporte
arquitectónico de la estructura de la égloga I.
Ritmo: cadencias lentas muy acordes con la introspección psicológica y la reflexión sobre la
naturaleza idealizada del marco.
Estrofas:
ADJETIVACIÓN.
Boscán es el poeta del hogar. Por eso entiende el amor en dos fases:
primera fase: los tormentos del amor pasional, la servidumbre que destruye al protagonista.
Recurre a metáforas tópicas como la cárcel o la muerte.
segunda fase: la felicidad, tranquilidad y equilibrio que proporciona el amor en el marco del
matrimonio.
17
Ausiàs March: Poeta valenciano (1397-1459) que tuvo una gran influencia en los poetas petrarquistas
españoles, inicialmente a través de Boscán. Su poesía, que arranca de la tradición trovadoresca,
expresa una meditación íntima y personal de los temas. March recurre con frecuencia a las
comparaciones (la madre que termina por dar a su hijo el alimento que este pide, aunque sabe que ha
da agravar su enfermedad), dedica cuatro versos al símil y lo coloca al inicio. Debió influir en el
primer cuarteto de los sonetos que usan la comparación. March usa también un lenguaje filosófico
muy preciso que pasa a sus imitadores castellanos.
2.4.1.- Biografía
Educación humanista.
Cortesano, gracias a la casa de Alba entró a servir a Carlos I.
Isabel Freire, dama favorita de Isabel de Portugal, primera esposa de Carlos I. La
identificación con Elisa es una hipótesis.
1521 Exilio en el Danubio. Canción III.
Después, NÁPOLES, donde entra en contacto con los círculos literarios: Luigi Tansillo,
Bernardo Tasso y Pietro Bembo.
1536 Muere en acción. Sintetiza poeta y soldado.
Lapesa estable el año 1533 como fecha determinante den la conversión a los cánones
italianos: No obstante, la evolución de Garcilaso es paulatina y no hace nunca tabla rasa del
mundo pético hispano anterior a la innovación (préstamos de la poesía del cancionero, Ausiàs
March, etc.)
Influencias:
ⴀ 40 sonetos
ⴀ 3 églogas
ⴀ 5 canciones
ⴀ 1 epístola
ⴀ 2 elegías.
Ediciones
1543, primera edición (obras de Boscán) Pudo ser una antología.
1569, primera edición independiente.
Comentarios
Francisco Sánchez de Brozas, “el Brocense” cuyas notas rastrean las fuentes
italianas y grecolatinas.
Fernando de Herrera: Anotaciones
Vuelta a lo divino:
Sebastián de Córdoba.
El amor lo ocupa todo. El amor como pasión morbosa a la que el poeta se entrega; amor como
lucha interior que el poeta trata de desterrar de su corazón; amor ya superado, aun cuando
baste solo un soplo del pasado para encenderse de nuevo.
Sin embargo, la idealización erótica aparece en Garcilaso corregida por la presencia real de un
amor concreto. El amor es en Garcilaso tangible. Así, si la Laura de Petrarca apenas deja ver
su rostro, la Elisa de Garcilaso encarna los tópicos renacentistas de belleza juveniles.
La mitología nada tiene de artificio gratuito ni de adorno erudito. Pocas veces un tema
externo y lejano (Apolo y Dafne, Venus y Adonis, etc.) resulta tan poéticamente verdadero.
Hasta 1533 la rigidez de determinador planteamientos temáticos, demasiado sujetos aún a los
modelos medievales, es la nota predominante. A partir de entonces, Garcilaso encontrará
cierto sosiego espiritual, que le permite convertir su dolor en materia artística. Garcilaso
renuncia a luchar contra lo inexorable y acepta su destino con altivez estoica. Los poemas de
Garcilaso son la muestra renacentista más pura de esta tristeza espiritual del hombre,
condenado a anhelar aquello que no puede conseguir. La melancolía surge cuando los
impulsos elevados encallan en la realidad.
ⴀ ÉGLOGAS
Las vicisitudes del yo histórico (el amor por Isabel Freire) pueden ayudar a
comprender los desahogos líticos del yo poético. No obstante, actualmente
muchos intentan apartase de los códigos biográficos y prestan más atención a
los componentes poéticos y estéticos.
Las églogas son canciones pastoriles: canciones por la métrica; pastoriles por la
naturaleza de los elementes narrados.
Biografía:
+ poemas tradicionales
+ poemas satíricos. Quevedo
- poemas italianizantes (actualmente en revisión)
Como soldado participó en numerosas campañas militares por Europa al servicio del
emperador.
Como poeta escribió canciones y madrigales y sonetos, entre estos últimos destaca aquel
dedicado "Al rey nuestro señor", en el que se encuentra el célebre verso "Un Monarca, un
Imperio y una espada", que marca, de alguna manera, los ideales de la política del
emperador.
Estabilidad y equilibrio sentimental a través de su matrimonio con doña Juana de Zúñiga,
será ella la que publique, a los once años de la muerte de Acuña, sus Varías poesías 18.
18
La esposa de Acuña y la de Boscan publican las obras de sus maridos. Esto puede ser hechos aislados
o indicar el protagonismo cultural que llegó a desempeñar la mujer durante el Renacimiento.
Aunque nació en Portugal, desarrolló su vida entorno a las ciudades de Zafra y Granada.
En Zafra (Extremadura) pudo conectar, en su juventud, con una tradición literaria del s. XV:
Garcí Sánchez de Badajoz, Torres Naharro y Juan Fernández de Heredia
En Granada (en 1541 ganó, por oposición, la cátedra de organista en la catedral) residió
hasta su muerte. En esta ciudad desarrolló una intensa actividad cultural en círculos
literarios a los que asistían otros poetas, como Hernando de Acuña o Diego Hurtado de
Mendoza.
—en este sentido, el influjo de Castillejo sobre Silvestre es bien reconocido— para,
posteriormente, apostar por los esquemas de la poética italianizante, sin claudicar de su etapa
anterior. Conviene señalar que, entre 1540 y 1570, nuestra poesía alterna, incluso dentro de
un mismo autor, la poética tradicional castellana y la poética innovadora italianizante;
ACTIVIDADES
El soneto tiene siempre una estructura que tras una breve exposición en los cuartetos
concluye en los tercetos. Señale con sus temas cuál es el argumento de cada una de las
estrofas.
La belleza de la joven que describe cumple el canon renacentista, ¿cuáles son sus rasgos?
La belleza femenina tiene gran importancia en la poesía, pero no siempre se utiliza para
expresar lo mismo. En este poema la belleza es un motivo para la reflexión casi metafísica,
mientras que en la poesía amorosa la belleza de la amada es una vía para la sublimación
del alma del poeta. Busque entre los poemas de Garcilaso alguno que exprese este último
tema.
Uno de los rasgos formales de la primera parte del poema es la bimembración que termina
en una enumeración, señale estos recursos:
Los tercetos abundan en epítetos, ¿cuáles son?
VII.- Lea en la antología los poemas de los autores tratados en este tema y señale lo siguiente,
identificando los poemas:
Cuántos tratan el tema amoroso y qué géneros tienen
Cuántos tratan temas mitológicos o incluyen referencias a los mismos.
Cuáles se dedican al elogio cortesano
Cuáles son manifestación de la amistad entre dos hombres
VIII.- El bucolismo es uno de los grandes temas de la poesía italianista, si bien no deriva de
Petrarca, sino de los clásicos greco-latinos (Virgilio) a través de la reelaboración que Sannazaro
hizo en la Arcadia. Algunos rasgos del bucolismo son: paisaje natural armónico, que refleja el
anhelo de un mundo perfecto; presencia del poeta/ enamorado como pastor, medio por el
que se expresa su intimidad amorosa; diálogo con el paisaje; el paisaje siempre es fluvial e
incluso los ríos llegarán a identificarse con los poetas (Garcilaso- Tajo, Herrera- Betis, etc.).
Busque estas características en la Égloga primera de Garcilaso que tiene en la antología.
Objetivos
Reflexión crítica
Los compartimentos a los que obliga una exposición didáctica de la materia deben ser
siempre cuestionados por los alumnos que tienen que tender puentes y vincular cronologías
para percibir la complejidad de los hechos culturales y del devenir histórico
ÍNDICE
Hitos
- 1526, con el encuentro en Granada entre Navagero y Boscán, pero sobre su término
hay diferentes propuestas:
- 1543, con la publicación de las obras de Boscán y Garcilaso.
- 1554, cuando se publica el Cancionero general de obras nuevas, que introduce una
gran muestra de poesía petrarquista junto a la cancioneril.
- 1562, publicación de la Floresta de Ramírez Pagán, donde ya se han culminado las
tentativas iniciales y se superan las tendencias garcilasianas.
19
El método poético imperante durante el Renacimiento consiste en imitar a los grandes poetas
clásicos e italianos. El método consistía en leer las obras de éstos reteniendo en la memoria las
acuñaciones verbales que gustasen y todo cuanto llamase la atención; después, al escribir, echar mano
de aquel recuerdo para enriquecer la escritura propia. Así un buen escritor era como una abeja,
que liba en los clásicos para elaborar después su miel (obra propia); uno malo era como una hormiga,
que acarrea recuerdos sin convertirlos nunca en una obra propia. Los románticos abandonaron la
imitación como método poético en busca de la originalidad como valor literario máximo.
20
También sobrevive en los antipetrarquistas.
Las formas italianas se nacionalizan: se empapan de contenido español y dan entrada a los
temas religiosos, no tratados por la generación de Garcilaso.
La escuela21 salmantina busca un equilibrio, una armonía entre expresión y contenido, con
una marcada preocupación más bien por los temas morales, religiosos y
filosóficos; también se suele señalar en ella una mayor presencia de Horacio. El
jefe indiscutible: Fray Luis de León.
La escuela sevillana, por el contrario, se caracterizar más bien por un predominio de la forma
sobre los contenidos, dando como resultado un tipo de poesía brillante, sonora,
enfática, más en consonancia con la tradición petrarquista. Su máximo
representante: Fernando de Herrera.
En el segundo Renacimiento la poesía italianizante se hace hegemónica. Dos son los modelos:
Petrarca y Horacio. La corriente petrarquista es más florida, sonora, brillante y sensual,
dedicada al cultivo de la poesía erótica, y la horaciana, de mayor sobriedad expresiva, que
prefiere la concisión de la lira y los temas morales y religiosos tratados en el formato de la
oda.
Los que siguen los cauces horacianos tuvieron la lira como estrofa predilecta, buscan la
ruptura del amplísimo período petrarquista y desean forjar una poesía más prieta, menos
palabras, más intensa. Al mismo tiempo, intentan recrear los esguinces y requiebros, la
agilidad expresiva de Horacio. Fray Luis de León, poeta más representativo de esta corriente,
avanza a saltos, de imagen en imagen; empieza ex abrupto, prescinde de argamasas, elimina
anécdotas y tiende a expresar en palabras sustantivas y capitales su visión del mundo.
21
El historiador de la literatura se ve obligado a buscar tendencias dentro del devenir casuístico
de los autores individuales. De otra manera, caería en el peligro de presentar un escueto inventario de
obras y autores.
22
Fray Luis de León (Belmente de Cuenca, 1527 - Salamanca 1591) fue un monje
agustino que ocupó la cátedra de Sagrada Escritura en Salamanca. La lucha entre las diferentes
órdenes por esta cátedra pudo influir en el proceso inquisitorial en 1572 contra fray Luis. Se le
acusó de marginar el texto de la Vulgata en favor del hebreo y traducir el Cantar de los
cantares al vulgar. Encarcelado en Valladolid durante los 5 años del proceso, fue finalmente
encontrado inocente.
Fray Luis fue un erudito famoso por sus comentarios latinos a distintos libros de la
Sagrada Escritura y sus tratados de teología dogmática. Es lógico, entonces, que la Biblia fuera
su fuente de inspiración temática y formal.
contexto: la traducción está prohibida desde el concilio de Trento. Los cristianos primitivos, en
cambio, lo hacían. (Los apóstoles enseñan a su nación según la lengua que sabía). El texto de la
Vulgata no es muy fiel al original.
anécdota:
Su prima Isabel Osorio, monja en el convento de Sancti Espíritus en Salamanca, le pide una
traducción de este libro, muy solicitado entre las corrientes espirituales del siglo XVI. Fray Luis
conocía el riesgo, por eso mantuvo el manuscrito siempre cerca. Sin embarco, un estudiante
hizo una copia, la cual se divulgó rápidamente hasta ser uno de los motivos de su proceso
inquisitorial.
Una vez libertado, Fray Luis hizo un comentario en latín, la Explanatio in Cántica Canticorum,
donde el autor ofrece tres exégesis diferentes de cada capítulo: literal, mística y alegórica.
Era general la interpretación alegórica del texto, es decir, para significar el amor entre Cristo y
la Iglesia o entre el alma y Dios. Fray Luis se aparta de esta orientación exegética. Parte de la
inmanencia textual del amor humano (hay amor humano en el texto, es el razonamiento de
un pastor y una pastora enamorados, sería todo él una égloga pastoril.
Fue una obra dirigida a su sobrina con motivo de su boda. El fraile agustino, desde su celibato,
ofrece a la novia una reflexión de las virtudes que han de adornar a la mujer casada.
El Libro de los proverbios (Capítulo XXXI) es el punto de referencia esencial que sirve de
comentario a Fray Luis. Añade a éste otros materiales procedentes de distintas
fuentes(¿Cuáles?). La amplia casuística de tipos de mujer, que se describen, amenizan la
lectura, y le confieren una frescura narrativa muy alejada de la pesadez que pudiera esperarse
de una obra fundamentalmente didáctica. Fue un libro considerado manual de perfección para
la mujer cristiana.
La traducción del hebreo se realizó en distintos momentos, bien diferenciados por su estilo.
Su gran obsesión es poder verter al castellano la gran riqueza de matices que encontraba en
los textos originales. Para ello ofrece, primero, la traducción literal, después, un comentario en
prosa y, finalmente, concluye con una paráfrasis en verso.
Desde el punto de vista autobiográfico, se trata de una obra que hay que relacionar con sus
vivencias como preso en la cárcel de la Inquisición en Valladolid.
¿autobiográfico? Algunos creen que tiene una base autobiográfica, pero se trata de una
ficción literaria que podrá, en mayor o menor medida, traducir o expresar particulares
experiencias personales del autor.
La "Dedicatoria" del libro tercero de Los nombres de Cristo (los dos primeros se habían
publicado en 1583 junto a La perfecta casada, cosechando críticas por haber utilizado el
castellano) refleja la opinión bastante generalizada entre los intelectuales del siglo XVI sobre el
uso del castellano: La lengua romance no es capaz de reproducir la “gravitas” de algunos
temas.
Se entiende todo mucho mejor en la lengua propia que en latín. ¿es acaso por qué
quieren que el bien no sea común y tan sólo unos pocos tengan acceso?
No hay lenguas más aptas para temas graves que otras, porque las palabras no son
graves por ser latinas, sino por sí mismas (sean dichas en latín, castellano u otra
lengua). No hay lenguas para decir unas cosas, sino en todas hay lugar para todo.
[Mis críticos]dicen que no hablo en romance porque no hablo desatadamente y sin
orden, y porque pongo en las palabras concierto, y las escojo y les doy su lugar;
porque piensan que hablar romance es hablar como se habla en el vulgo; de las
palabras que todos hablan se escoge las que convienen, mira su sonido, cuenta las
letras,.. para que, no solamente digan con claridad lo que se pretende decir, sino
también con armonía y dulzura
Fray Luis preparó sus obras en verso para la prensa con un prólogo dirigido a don Pedro
Portocarrero, pero no llegaron a publicarse. Así que continuaron difundiéndose a través de
23
El marco bucólico y pastoril juega un papel determinante, según los gustos del
neoplatonismo renacentista.
copias manuscritas con los esperados errores y inevitables alteraciones. Por lo tanto, no
disponemos ni de una edición autorizada por el autor ni de un manuscrito autógrafo.
1631 Quevedo publica la primera edición de los poemas (40 años después de la
muerte de fray Luis) como remedio contra los excesos de los poetas culteranistas.
1816 P. Merino las publica tras un profundo análisis de crítica textual sobre los
manuscritos acumulados a lo largo del siglo XVIII.
1990 Blecua publica una edición fidedigna, donde el investigador puede encontrar
todos los materiales relacionados con los problemas textuales.
Fuentes.
La poesía de Fray Luis hunde sus raíces en tres universos poéticos que él unifica y funde con el
sello de su originalidad artística:
La imaginería poética. -
En su afán, casi obsesivo, por buscar y alcanzar la armonía y la paz en su interior, el poeta
utiliza todo un mundo de términos que funcionan en un doble plano (denotativo y
connotativo, significado real u objetivo// significado figurado o subjetivo, con frecuencia con
matices morales).
Por ejemplo, términos como, "escondida senda", "flaco leño" conservan una doble
acepción semántica, es decir, mantienen su valor objetivo, pero, al tiempo que se desplazan
hacia un sentido figurado y metafórico.
Fray Luis toma una buena parte de su léxico de campos semánticos relacionados con la
naturaleza: el mar, el viento, la noche, el aire, el monte.
poesías originales
traducciones profanas
versiones de textos sagrados
---Fray Luis desea vivir con Dios, de ahí el deseo de apartarse de este mundo --
El deseo de soledad y retiro era una de las aspiraciones del ideal renacentista para alejarse
del negotium de la vida; el origen estaba en Horacio y lo recoge la corriente humanista. Fray
Luis bebe en esta tradición y le añade la impronta cristiana. En esto consiste la verdadera
sabiduría (el sabio vive al margen de la "lengua lisonjera"). Fray Luis desea seguir esta
"escondida senda", pues, como dirá en el prólogo, le gusta "vivir encubierto"; de ahí ese deseo
explícito del poeta, cuando hacia la mitad de la oda, afirma que "ese vivir quiero conmigo". Se
trata, por tanto, de un ideal de vida muy del gusto del humanismo renacentista que Fray Luis
sublima con su fe cristiana: la unión con Dios. Más que un alejamiento físico de los asuntos
temporales y materiales, Fray Luis busca la senda espiritual del misticismo.
Destinatario: El emperador Carlos V en Yuste o Fray Luis reflexiona sobre desea apartarse de
las intrigas que le acechan en la universidad. No lo sabemos.
Oda: "El aire se serena", dedicada a Francisco Salinas, organista de la catedral de Salamanca.
Se trata de un poema fundamental para entender la concepción cósmica que las filosofías
platónica y pitagórica de los humanistas renacentistas. La música es el símbolo de la armonía
que existe en el cosmos. A través de la música ejecutada por Salinas, el alma del poeta
retorna a su origen divino. Para su lectura, pues, hay que situarse en la vía del misticismo.
---La contemplación del cielo provoca en el alma el deseo de unirse al hacedor de tal maravilla
--
Sin embargo, la búsqueda de la intimidad con el Absoluto, sin estar reñida con las
preocupaciones terrenas, puede verse entorpecida por un excesivo apego a las
preocupaciones terrenas.. La "escondida senda", que lleva a la verdadera sabiduría, puede ser
obstaculizada por el deseo desordenado de posesión de cosas materiales que no dan "reposo
al pecho" y corrompen el "dulce sueño". En este sentido, el tema de la avaricia aparece en dos
odas, una, titulada "De la avaricia", dedicada a Felipe Ruiz, y otra, "Contra un juez avaro". A
medida que alma asciende a las alturas de la unión con Dios, el espíritu se va liberando del
oro "que el vulgo ciego adora”.
Esta oda guarda una estrecha correspondencia con el poema de Horacio, el Vaticinio de
Nereo cuya intertextualidad y recursos formales fueron estudiados por Dámaso Alonso.
En medio de una naturaleza otoñal, el poeta invita a su amigo Juan Grial para que siga
"cultivando el espíritu y escribiendo poesía". El otoño había sido utilizado con anterioridad
como marco natural que favorece las labores intelectuales. El estudio poético que Fray Luis
recomienda a su amigo es otra manera de acceder a la "escondida senda", que le conducirá
al "sacro monte". Nos encontramos aquí con un metaforismo ("monte", "collado", "fuente",
"cuesta") que, si bien apunta a la tradición relacionada con la creación poética como actividad
divina ("sacro monte"), nada impide relacionarlo, asimismo, con el ascenso místico. Son
términos de amplia tradición en la experiencia mística, de la que Santa Teresa y San Juan de la
Cruz serán continuadores
– Alegorías bucólicas para el cielo / matrimoniales para la unión del alma con Dios --
El bucolismo pastoril, sublimado por la tradición literaria bíblica, sirve para que el poeta haga
una alegoría de lo que será el cielo, ("De la vida en el cielo" es el título de la oda XIII).La
alegoría bíblica del Buen Pastor juntamente con la alegoría matrimonial para significar la
relación del alma con Dios —influencia del Cantar de los cantares— configuran el soporte de
todo el andamiaje poético.
Pero el alma aún está atada y supeditada al mundo de los sentidos que le impiden ascender "a
la montaña del alto bien". Su condición de encarcelamiento ("prisión adonde padece") es un
obstáculo para la unión íntima con Dios.
– Dios es siempre calma, descanso, gozo, puerto seguro; la vida del hombre una navegación
llena de tempestades---
El poeta ansia que llegue cuanto antes ese encuentro con la divinidad; a ello se refiere siempre
con metáforas relacionadas con campos semánticos que emanan "reposo dulce, alegre,
descansado". Ese "apartamiento". Más que un lugar real es un estado anímico, al que el
autor, mediante la creación poética, eleva a la categoría literaria dentro de un denso
metaforismo: "seguro puerto", "techo pajizo", "sierra que vas al cielo". Desde la paz y el gozo
que le proporcionará esa "luz no corrompida", observará el proceloso mar por donde discurre,
con zozobra, la existencia humana.
La imagen de la vida del hombre, como una navegación llena de tempestades, para
finalmente arribar a un puerto seguro, tiene tras sí una larga tradición literaria. Fray Luis
sublima aún más esta imaginería poética y la orienta místicamente en su caminar hacia la
unión con Dios.
En su intento por alcanzar la unión con Dios, el poeta reflexiona sobre el dogma de la
Ascensión; la tesitura global de la oda rezuma desolación y pesadumbre. El poeta no canta a
una fiesta conmemorativa y gloriosa, sino que, por el contrario, evoca una pérdida que
engendra una tensión en la que se debate el ascenso místico: lo natural y lo sobrenatural. La
estructura de la oda adopta un marcado ascenso, desde el "valle hondo, escuro" de la primera
lira, hasta la "nube
envidiosa" de la última estrofa. El valle y la nube son, pues, los dos puntos extremos de este
proceso ascendente. La dualidad semántica será, asimismo, un factor estructural de
extraordinaria importancia en toda la oda. La alegoría del pastor y la grey es, como ya vimos,
una reminiscencia bíblica que actualiza el bucolismo renacentista. Una oda que rezuma
desolación y pesadumbre: es la queja de un huérfano angustiado. La literatura patrística había
reflexionado sobre el tema de la ascensión con gran optimismo: Cristo sube a los cielos a fin de
preparar desde allí una acogida a los justos. La versión poética de Fray Luis omite toda
alusión tranquilizadora: Cristo ha llegado al puerto, pero la humanidad no logra arribar sin la
asistencia divina. En resumen, esta oda evoca la situación en la que se encuentra el género
humano sin la presencia de la divinidad. Es la tensión que debate la vida del cristiano en su
intento de acercarse a la divinidad: conciliar lo natural y lo sobrenatural. Una tensión que
solventará cayendo, con frecuencia, en la tentación panteísta.
En este deseo por adentrarse en la "escondida senda", el poeta quiere desprenderse de todo
aquello que le impida su vuelo místico. Hay una constante en toda la poética de Fray Luis: su
"itinerarium mentís in Deum" queda perturbado tanto por sus vicisitudes existenciales (las
derivadas de su biografía) como esenciales (su propia condición humana). Su súplica se dirige
ahora a la Virgen. Es la oda XXI, dedicada "A nuestra Señora". La Virgen, al ser, a la vez,
"Madre de Dios" y "Madre del género humano", se convierte en la mejor ayuda para el
"...doliente/ ánimo que contino a tí vocea". Una vez más nos encontramos con el poder
intercesor de María. Toda una larga tradición: Bernardo de Claraval, Berceo, Alfonso X el
Sabio... y la "mimesis" renacentista de Fray Luis.
3.2.2. Características
Los poetas-soldados dejan paso a los poetas-profesores, humanistas formados en las más
diversas disciplinas lingüístico-literarias, que, asimismo, viven al amparo de la universidad o
en círculos afines. Se dirigen, por tanto, a un público con formación humanista.
Algunos son discípulos directos de Fray Luis, que recogen su magisterio y siguen sus huellas:
Francisco Sánchez de Brozas, "El Brocense" y a Benito Arias Montano. Un magisterio indirecto
de Fray Luis se observa en otros poetas, como Francisco de Figueroa, Francisco de la Torre,
Francisco de Aldana y Francisco de Medrano.
Benito Arias Montano (1527-1598).- Pasa por ser uno de los grandes humanistas españoles:
fue especialista en lenguas bíblicas, una tarea que le unió a Fray Luis de León. Su poesía
castellana se inspira en la Biblia; el exotismo hebreo se entremezcla con el bucolismo de la
tradición clásica e italiana.
Francisco de Figueroa (1536-h.l6l7). Vive en Alcalá de Henares, viaja a Italia y los Países Bajos.
Su obra escasa, exponente claro del influjo ejercido por Petrarca en España. Cultivó los temas
y los metros de la poesía italiana dentro de la tonalidad pastoril, ropaje que envuelve los
amores del poeta ("Tirsi") con su amada ("Fili"), en clara dependencia de Garcilaso; en esta
misma sintonía se inscribe su canción Los amores de Damón y Galatea.
Francisco de la Torre.- El mejor poeta más importante de grupo después de fray Luis. Imita a
los clásicos latinos (Horacio y Virgilio), italianos (Petrarca) y a Garcilaso (Imitatio). Sus temas
inciden sobre la soledad, el amor, la naturaleza y la fugacidad del tiempo. Su Bucólica del
Tajo viene a significar un resumen de los recursos de su poética. Como Fray Luis, sus obras
fueron publicadas por Quevedo a modo de antídoto contra las exageraciones culteranas.
Erotismo amoroso: Cultivó los temas amorosos de orientación petrarquista y neoplatónica con
clara inclinación hacia lo erótico y sensual.
Patriotismo político: Fiel defensor de la política de Felipe II, dejó un soneto dedicado "Al rey
Don Felipe, Nuestro Señor", en el que desarrolla el tema de la monarquía española dentro de
categorías providencialistas y mesiánicas, como ya lo había hecho Hernando de Acuña en su
célebre soneto, dedicado a Carlos V.
Sevilla es a mediados del siglo XVI es la capital comercial de un imperio. Era lógico que, en
medio de este esplendor económico, surgieran grupos de intelectuales preocupados por el
arte y la literatura;proliferan los cenáculos a los que asisten quienes se sienten movidos por
las nuevas tendencias artísticas. Como en Salamanca el círuclo se reúne entorno a la
universidad, en Sevilla entorno al cenáculo de Juan de Mal Lara, un gran mecenas, a cuyo
alrededor se habría formado un salón que dará cobijo a numerosos artistas, y desde donde se
impartiría el canon estético que singulariza a la escuela sevillana. Su jefe de filas sería
Fernando de Herrera.
Su ideal se centra en los recursos formales del idioma, por lo que el plano de la expresión, en
busca siempre de la gravedad y magnificencia del estilo.
Fue un intelectual puro, entregado de lleno a su obra, una cualidad que le valió el
sobrenombre de "el Divino". De costumbres austeras.
Fue asiduo asistente a la tertulia de Mal Lara, con quien mantuvo una profunda
amistad.
Su relación con la condesa de Gelves, doña Leonor de Milán, que fue la gran
inspiradora de su poesía amatoria, a quien nombra, veladamente, bajo términos como " Luz",
"Estrella", "Lucero", "Lumbre", "Sirena", etc., sin poder precisar el grado de intimidad
sentimental que medió entre los dos. Desde el punto de vista poético, Herrera sigue la
trayectoria de los grandes poetas renacentistas, que buscaron en la mujer la fuente de su
inspiración poética.
1582 Herrera publicó algunos versos. Preparó la edición de su obra, pero no llegó a
imprenta.
1619 el pintor Pacheco reúne 365 composiciones y las publica con el subtítulo
"emendados i divididos por él en tres libros".
Posteriormente la crítica le han atribuido numerosos poemas que no aparecen en las
dos ediciones anteriores.
POESÍA ÉPICO-PATRIÓTICA.
La exaltación del imperio fue una de las características de una época en la que los valores
nacionales y cristianos cobraron un valor inusitado. El joven Herrera sintoniza con esta
efervescencia imperial.
sobre el Islam, y cuyos atributos guardan estrecha relación con el Dios de las batallas
del Antiguo Testamento (influencia bíblica).
La Canción por la pérdida del rey don Sebastián, por el contrario, es una lamentación
ante la derrota sufrida por los ejércitos cristianos portugueses, ante las huestes
musulmanas, en la batalla de Alcazarquivir; la Biblia, a través de las lamentaciones del
profeta Jeremías, le proporciona, una vez más, la fuente literaria; el didactismo ético-
moral está muy presente al querer explicar la derrota como un castigo divino.
Sonetos dedicados al emperador Carlos V y a determinados acontecimientos
relacionados con él.
Junto a la Biblia, el mundo clásico será el telón de fondo de su vena patriótica y
cristiana. La mitología pagana, dentro del mundo de la alegoría.
Canción al señor don Juan de Austria vencedor de los moriscos en las Alpujarras.
Canción al santo Rey don Fernando , monarca que será ensalzado por su condición de
rey cristiano que vence al Islam.
POESÍA AMATORIA.
La inicial predisposición hacia la poesía épica derivará hacia los temas amorosos. Su relación
con la Condesa de Gelves es la raíz de este viraje. A partir de este momento, la poética de
Herrera se vuelve petrarquista siguiendo la trayectoria de Boscán y de Garcilaso. El
sentimiento amoroso que le inspira doña Leonor de Milán será el núcleo de esta poesía
amatoria, según los moldes de la tradición petrarquista. La categoría platónica de la belleza
ideal, como algo divino y, por tanto, inaccesible se convierte en la sublimación de su amada .
Su contemplación tendrá connotaciones místicas; en otras ocasiones el poeta utilizará el
campo semántico de la Luz y términos afines para designar igualmente a su amor; se trata, por
tanto, de un vocabulario muy del gusto de la filosofía neoplatónica con el fin de encubrir la
pasión sensual. Sin embargo, sus poemas rezuman con toda claridad el substrato real de la
pasión que conmociona al poeta, pudiendo detectarse tres momentos en la evolución de la
relación entre el poeta y su amada: la súplica, un amor correspondido y, finalmente, el
desengaño.
La Poética está perdida, pero tenemos las Anotaciones a Garcilaso. Si el Brocense determina
las fuentes clásicas en las que se inspira Garcilaso, . Herrera va más allá y nos descubre toda
una poética.
Luis de Barahona de Soto (1548-1595), autor del poema épico Las lágrimas de
Angélica, y de poemas líricos, unos, de naturaleza elegiaca (A la pérdida del rey don
Sebastián en África, A la muerte de Garcilaso), otros, con cierto sentido burlesco, como
el dedicado a su amigo y maestro Herrera por las predilecciones léxicas de éste.
Baltasar de Alcázar (1530-1606), autor que sobresale por sus composiciones jocosas y
festivas en las que intenta satirizar determinados aspectos existenciales (por ejemplo,
en su Cena jocosa).
Bases de la poética mística. San Juan de la Cruz. La poesía épica culta. Características del
género. Los temas. La Araucana de Alonso de Ercilla. El público.
Introducción
Las interpretaciones realizadas y fuentes de la obra de San Juan identificándolas en los textos.
La poesía épica es un género hoy escasamente apreciado y que en su época gozó de gran
prédica, atractivo lector y prestigio, considerada una de las piedras de toque de cualquier
poeta.
Esquema
La literatura ascético-mística de la segunda mitad del siglo XVI es uno de los movimientos
literarios más característicos de la literatura española. En aquellos años se escribieron cientos
de libros, debido al gran interés por esta corriente espiritual.
Dentro del campo de la teología espiritual, la ascética y la mística son dos fases de un
único proceso interior que, liberándose de las cadenas que representa lo sensorial, conduce
a la unión íntima con Dios.
Este camino hacia la unión íntima con Dios comporta tres fases o vías:
La vía purgativa consiste en la purgación de la memoria, entendida como potencia del alma,
para limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de San Juan de la
Cruz: “Hay que perder el gusto por el apetito de las cosas”. El apetito como tal no tiene por
qué ser malo pero sí lo es el apego o gusto que provoca en la memoria, porque la impide
orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios
purgativos. (proceso de purificación de todo lo sensorial.).
La vía iluminativa consiste en la elevación del entendimiento hacia Dios, entendido como
potencia del alma. Una vez limpio el entendimiento de toda relación con las criaturas queda
vacío para entregarse a la sabiduría oscura o sabiduría secreta que se sabe sin necesidad de
entender, experiencia que en la mística se llama Fe. (quietud espiritual)
La vía unitiva consiste en la purificación de la voluntad, entendida como potencia del alma. En
ella el alma alcanza el grado más perfecto de la unión con Dios, ya que ha vaciado su propia
voluntad, lo más suyo para entregarla a Dios. Es el grado más perfecto de la caridad.
La unión mística es la plena identificación entre las potencias del alma — memoria,
entendimiento y voluntad — , sin resquebrajamientos ni disensiones, con Dios, que acoge ese
alma.
Hay dos escuelas místicas: la carmelita que dice que esta unión se produce por la gracia de
Dios y la dominica que dice que se produce por la voluntad de cada individuo (esfuerzo de
oración y penitencia).
Problema “de auxiliis”. Un hecho se produce por las obras, que nacen de la libre voluntad
humana, o por la voluntad de Dios, omnipotente y libre. ¿Podemos condicionar con nuestras
obras a Dios?
Tan sólo puede sugerir simbólicamente una experiencia que ni él mismo comprende ni
tampoco puede comunicar. Por eso escriben poesía, porque el lenguaje poético con su
símbolos es el único que puede expresar/evocar realidades misteriosas que se generan en el
interior del hombre. En cambio, la prosa tiene un lenguaje racional, denotativo,
conceptualizado; frente al intuitivo, connotativo, simbólico de la poesía. 24
Dentro de los procedimientos poéticos que usará la mística hay que subrayar dos: el símil y la
alegoría. Los dos recursos pretenden evocar un fenómeno —en este caso la unión mística—
mediante múltiples imágenes asociadas.
Su madre, viuda y con tres hijos, se traslada, primero a Arévalo y, después, a Medina
del Campo en busca de mejores recursos. No parece que mejorase la condición económica de
la familia, pero la estancia en esta ciudad marcará un hito en la formación humanística
(estudios de Gramática, Retórica y Latín) en el colegio de los Padres Jesuitas, donde nuestro
poeta estudia cuatro años bajo el magisterio del Padre Bonifacio.. Es aquí donde Juan de
24
denotación (significado literal) / connotación (significado figurativo)
Es una jirafa (denotación: es un animal) – Es una jirafa (connotación: es una persona alta)
Soy un hombre puro e inocente (denotación) – He nacido siendo un niño y moriré siento tal
(connotación)
Yepes conecta con la tradición humanística de Boscán y Garcilaso; desde que abandona
Medina del Campo no parece que haya vuelto a conectar con la literatura profana.
Andalucía será el escenario donde desarrolle toda esta multiforme actividad (1578-
1588). De Andalucía pasará a Segovia, donde vivirá los tres últimos años de su vida, no sin
antes haber sufrido la marginación de la orden, que pretende enviarlo a las Indias, un viaje que
no se realizó porque la enfermedad .
Desde que Dámaso Alonso introdujera, en su obra clásica sobre San Juan de la Cruz, la
dicotomía de las dos laderas, una humana y otra divina, se estableció un problema
hermenéutico abocado a un callejón sin salida. La polisemia, característica singularizadora de
toda obra literaria, llegó a límites que rayan en la anarquía exegética, basada en el principio de
la libre interpretación.
Estudiar los horizontes de expectativa 25 en los que se sitúan el autor y los destinatarios sería, a
nuestro juicio, el punto de partida para comprender la escritura mística de San Juan de la Cruz.
¿Qué mensaje intenta comunicar el autor? Quiere comunicar una experiencia mística que, por
su naturaleza, es inefable. Para ello utilizará el género poético, como vehículo lingüístico
La poesía de San Juan de la Cruz nace de una experiencia vital, intuitiva y, hasta cierto punto,
irracional, esto es, mística; sus destinatarios inmediatos, hermanos y hermanas de su misma
orden, alejados de la ''inteligencia mística", le importunan constantemente para que les
ofrezca unos comentarios, "en términos vulgares y usados", a fin de que puedan saborear
más fácilmente el contenido sublime que encierran aquellas canciones. Por eso escribe las
declaraciones.
Si la poesía sigue la clave simbólica, más abstracta, más polisémica (la unión mística aparece
más ambigua, con una cierta equivocidad y vaguedad semántica, merced a la naturaleza de la
atmósfera simbólica, intuitiva y emotiva); las declaraciones el fenómeno místico queda
encorsetado en lo alegórico, en lo conceptual, en lo racional, con una clara finalidad didáctica.
No obstante, no podemos decir los símbolos sean exclusivos de la poesía y las alegorías de los
comentarios (dedicaciones).
Es muy posible también que el conocido villancico Vivo sin vivir en mí haya sido escrito
en Ávila, entre 1572 y 1577, cuando Fray Juan es confesor del convento de la Encarnación; por
esas mismas fechas, escribe Santa Teresa la glosa al mismo villancico. Era frecuente entre las
comunidades religiosas la celebración de certámenes poéticos en los que se acostumbraba a
verter a lo divino canciones de amor humano.
Con todo, parece que su poesía mayor se inicia con toda probabilidad en la cárcel de
Toledo. Así se recoge en numerosos testimonios. Allí empezó el Cántico espiritual—sin poder
precisar el número de estrofas— y otras ( alusión a un "cuadernillo" que San Juan hubiera
podido sacar de la cárcel)
Otros poemas parecen tener un contexto diferente; en la Noche oscura, escrita, según
parece en Granada, se descubre una clara evocación, en clave de símbolo místico, de su huida
de la cárcel. La Llama de amor viva se suele situar también su génesis en Granada; de otros,
como Entréme donde no supe se acostumbra a localizar en Segovia. La creación poética de
San Juan de la Cruz está, pues, íntimamente relacionada con los distintos jalones existenciales
por donde discurrió su vida.
MULTIPLES VERSIONES
De los cóndices cabe destacar dos versiones: la versión A del Códice de Sanlúcar de
Barrameda (1585) que contiene 39 estrobar y numerosoas anotacines escritas por el propio
autor (por lo tanto, goza de gran credibilidad). Hay una segunda familia de códices, una
versión B, la del Códice de Jaén con 40 estrofas, que presenta innovaciones estructurales y
nuevas variantes.
El autor: Sabemos que El Cántico espiritual, por ejemplo, fue reelaborado por el autor
en distintas ocasiones y sufrió un largo proceso redaccional que comienza en la cárcel
de Toledo, y se concluye en Baeza y Granada.
Otros: También sabemos que estos poemas formaron parte del patrimonio espiritual
de los carmelitas, cuyos miembros las recitaban o cantaban en los momentos
recreativos de la vida conventual. El éxito de estas canciones hizo que se multiplicasen
las copias, lo que provocó múltiples refundiciones realizadas por los propios lectores,
quienes las acomodaban a su propia experiencia religiosa.
Dámaso Alonso delimitó acertadamente las dos grandes tradiciones literarias que convergen
en San Juan de la Cruz: una tradición profana y una tradición religiosa.
Esta tradición literaria llega a San Juan de la Cruz por una doble vía: popular y culta.
La tradición popular la conoció el autor a través de las canciones cotidianas de la época; estas
composiciones se cantaban en todas partes, a modo de cantos tradicionales que se transmitían
de generación en generación por vía oral. Sabemos que Francisco, hermano de San Juan de la
Cruz, era muy aficionado a este tipo de canciones. Eran cantos casi siempre de tema amoroso,
como lo son hoy la mayor parte de las letras de nuestros cantautores; eran, pues, canciones
que cantaban al amor profano.
Sin embargo, surge muy pronto una tendencia a interpretar “a lo divino” estas canciones
amorosas profanas; la conversión era muy simple: bastaba sustituir a la amada terrenal por
seres o personas de naturaleza religioso-espiritual: la Virgen por la amada. El trovador
mariano se dirigirá a María con la misma terminología, con la misma fraseología con que el
trovador profano lo hacía a su amada.
El villancico y el romance serán los esquemas métricos más socorridos por esta tradición
literaria. San Juan de la Cruz utiliza estas estrofas y las vierte a lo divino.
Su villancico: Vivo sin vivir en mí; versos que, sin duda, evocan en el lector los mismos
versos de Santa Teresa. San Juan, lo mismo que Santa Teresa, va glosando y
comentando la densidad doctrinal de estos versos con la técnica conceptista de la
poesía cancioneril, que gusta de retruécanos y juegos de palabras, lo que nos indica la
familiaridad de nuestros místicos con la corriente cancioneril de la época, pero vuelta a
lo divino. El místico, que ya ha saboreado la unión con Dios, desea ardientemente
pasar a la otra vida para que esa unión sea ya definitiva.
Romance (s. XVI eclosión del romance) San Juan crea un romance sobre el complicado
dogma de la Santísima Trinidad. La filosofía y la teología escolásticas habían utilizado
toda una complicada nomenclatura de términos y conceptos tomados de la filosofía
clásica para intentar explicar, hasta donde fuera posible, el dogma trinitario; por eso se
había recurrido a significantes como "persona", "esencia", "prosopon", "usía",
términos cargados de acepciones semánticas de difícil intelección. Nuestro poeta deja
la vía intelectiva y racional, para seguir la vía de la intuición poética. El resultado es
un largo poema, de 310 versos, en los que se desgranan en verso octosilábico varios
La tradición italianizante
Sin embargo, los tres grandes poemas por los que San Juan de la Cruz consiguió las
más altas cimas de la expresión poética son: el Cántico espiritual, la Noche oscura y la
Llama de amor viva. Los tres hunden sus raíces también en una tradición poética muy
concreta: la corriente italianizante La impronta de Garcilaso será una de las más significativas
en San Juan.
¿Cómo se produjo esa influencia? Debido al gran éxito de la edición conjunta de Boscán-
Garcilaso en 1543, hay un ansia por conocer e imitar las nuevas formas. San Juan la leyó
cuando estudiaba en Medina del Campo (Colegio de los Padres Jesuitas bajo el magisterio del
P. Bonifacio)
La métrica. Los cuatro mejores poemas de San Juan están escritos en endecasílabos;
sus dos poemas mayores, el Cántico y la Noche oscura, están escritos en una estrofa
conocida en español como la lira.
El lenguaje pastoril. Efectivamente, el Cántico Espiritual está concebido en forma de
diálogo en un ambiente pastoril en el que el Amado y la Amada conversan juntos y
hacen el amor entre los bosques y colinas. Sin embargo, el marco bucólico de la
naturaleza, puesto de moda por la tradición italiana de Sannazaro y otros poetas
italianos, es el telón de fondo del Cantar de los cantares y está, asimismo, muy
presente también en la teoría neoplatónica, puesta de moda durante el Renacimiento,
según la cual la belleza de las cosas materiales sirve de ayuda y guía para acceder al
amor divino.
Por qué San Juan de la Cruz se sintió tan atraído por unas poesías a primera vista
irreconciliables con la expresión religiosa? ¿Cómo llega esta tradición a San Juan de la
Cruz?
El Cantar de los cantares 26 es una antología de canciones populares hebreas que se usaban en
fiestas de esponsales y desposorios. Son, por tanto, canciones que exaltan al amor humano
dentro del matrimonio. La interpretación alegórica fue la clave de lectura para que pudiera
ser incluido en el canon hebreo: la obra sería un canto que celebra las bodas místicas entre
Yahvé y su pueblo , Israel.
Los dos grandes poemas de San Juan de la Cruz, Cántico espiritual y la Noche oscura se
encuadran en esta tradición. El tema de ambos es el alma que busca a Dios, la unión mística y
la visión beatífica; para expresar estas vivencias el poeta utiliza el mismo material verbal
bíblico, incluso incorpora versos enteros de la Biblia.
Todo este legado es ennoblecido por el arte y la experiencia mística de San Juan de la Cruz
que lo sublima y lo sella con una originalidad no repetible en las letras castellanas.
26
Desposorio místico (o matrimonio místico): se simboliza a través del matrimonio del alma con
Dios la comunicación íntima propia de la mística
Cantar de los cantares: libro bíblico canónico, atribuido a Salomón, formado por una serie de
diálogos entre el esposo y la esposa, muestra del amor conyugal. El texto literal trata de Salomón y
Sulamita, que se separan y se unen declarándose su amor. Tanto la tradición judaica como la
cristiana la han comprendido como una alegoría de la unión de Dios con su pueblo o de Cristo
con la Iglesia. En esta interpretación alegórica las correspondencias de la esposa presentan
variaciones, ya que puede simbolizar el alma, la humanidad, la Virgen María, etc.
La épica culta fue uno de los géneros más importantes del s. XVI. El adjetivo “culta” diferencia
este género épico de la épica tradicional de la Edad Media. Ambas épicas, la tradicional y la
culta, pretenden recrear un mundo heroico, pero hay notables diferencias entre ellas
Autores cultos que tienen voluntad de estilo propio (diferente épica tradicional,
poetas anónimos, estilo colectivo). Poseen una erudición libresca como demuestran
las constantes alusiones mitológicas, lo que les confiere un carácter elitista que sólo
los iniciados podían degustar.
Los autores son poetas que elaboran su obra buscando la imitación de los grandes
modelos clásicos (mimesis renacentista) El fuerte influjo ejercido, tanto por los
autores de la Antigüedad Clásica (Hornero, Virgilio, Lucano), como de los autores
italianos (Ariosto, Boiardo, Tasso27).
FASE INICIAL: Lucano influye en los poemas sobre temas contemporáneos como
Carolea, Austráida, Araucana, etc. y Ariosto en la épica novelada (acumulación de
lances): Las Abidas (1556) y Las lágrimas de Angélica (1586)
SEGUNDA FASE: Arioso cede paso a Tasso que aporta lo maravilloso cristiano: temas
localizados en la Edad Media (ya no contemporáneos). Todo marcado por la
contrarreforma.
La lectura privada como única forma de difusión. La tradición oral que sometía la
materia épica medieval a una constante reelaboración no juega papel alguno en la
épica renacentista. La forma de los poemas se ajusta al nuevo canal.
Temas históricos
Muchos poemas tratan de personajes y acontecimientos contemporáneos; hay una tendencia
hacia un exagerado patriotismo que resta verosimilitud narrativa
27
Se trata, por tanto, de la adaptación de un género literario extranjero que se intenta aclimatar a la
literatura española, como ocurrió con otros géneros literarios durante el Renacimiento.
28
Uso de la octava real, esquema métrico especializado para los contenidos elevados y nobles. El
poema se divide, además, en cantos que segmentan la secuencia narrativa en una diversidad de
relatos diferentes de naturaleza descriptiva. El estilo y metro se configuraron en las traducciones de
Orlando Furioso (1549), la Eneida y la Odisea
las "Caroliadas"29: Carlos V será una de las figuras más celebradas en estos cantos
heroicos
La Carolea [1560], poema de Jerónimo Sempere. Se inicia poco antes de la batalla
de Pavía y termina con la derrota turca de Buda.
Carlos famoso [1566], canto heroico de Luis Zapata, está dedicado a enaltecer la
figura del emperador desde 1522 hasta su muerte.
La Austriada (1584), de Juan Rufo, se inspira en la gesta realizada por Don Juan de
Austria en la rebelión de los moriscos en las Alpujarras y en la célebre batalla de
Lepanto.
Otros:
Verdadero suceso de Roncesvalles [1555], de Garrido de Villena.
Los famosos y heroicos hechos del Cid [1568], de Diego Jiménez de Ayllón.
Historia de las hazañas de Bernardo del Carpio [1585], de Agustín Alonso.
Historia de Sagunto, Numancia y Cartago [1589], de Lorencio de Zamora.
Las Navas de Tolosa (1594), de Cristóbal de Mesa.
Temas religiosos
En la segunda mitad del siglo XVI, el ambiente creado por la contrarreforma 30 insta a que los
temas religiosos ocuparan la atención de la épica culta.
Temas imaginativos
Aparte de los temas históricos y religiosos, que tenían raigambre en la literatura nacional, la
épica culta da acogida a temas novelescos, en los que la imaginación se inspira en la mitología
o en las leyendas medievales, al estilo de los libros de caballerías, según el modelo que
Ariosto.
29
Coroliadas es la denominación genérica que algunos críticos aplican a todos aquellos poemas
que cantan a la vida y obra del emperador Carlos V.
30
Concilio de Trento (1545-1563)
Su autor es Alonso de Ercilla y Zúñiga (1533-1594), personaje que, desde muy joven, estuvo
vinculado a la corte, como paje de Felipe II, gracias a lo cual pudo viajar por Europa. Participó,
en calidad de capitán, en la campaña americana, en la conquista de Arauco.
El tema : la resistencia que oponen los habitantes de la ciudad chilena de Arauco a la invasión
española, un acontecimiento que conmocionó al propio Ercilla.
La primera parte (cantos 1-15, Madrid, 1569), considerada la más lograda, describe
con gran viveza el marco natural de los hechos y los propios contendientes.
La segunda (cantos 16-29, Zaragoza, 1578) continúa la descripción de la heroica
defensa de los araucanos; con dos descursos que narran las batallas de San Quintín y
de Lepanto.
La tercera (cantos 30-37, Madrid, 1589), destaca la sobrecogedora descripción de la
muerte del gran caudillo araucano, Caupolicán, gracias a lo cual los españoles pueden
hacerse con la ciudad.
El estilo viene caracterizado por varios factores:
La proximidad del autor a los hechos que narra explica el realismo, la nota más
singularizadora, apartándose de lo maravilloso tan frecuentes en otros poemas, que
restarían verosimilitud y credibilidad narrativa a la obra.
La impronta de La Farsalia, de Lucano, sin olvidar a Virgilio y a determinados autores
renacentistas italianos como Ariosto y Tasso. La descripción de la naturaleza, la
narración de los combates, así como la penetrante caracterización de los personajes,
de manera especial los indios, constituyen páginas modélicas de está poesía narrativa.
El éxito de La Araucana fue extraordinario.
Las ediciones se multiplican a lo largo del siglo XVI; veintitrés entre 1569 y 1639 dan
prueba de la favorable acogida que el público le dispensó. Asimismo,
el romancero utilizó el tema de La Araucana, del que se conservan varias versiones.
la historiografía utilizó la obra como fuente de información.
los imitadores: El Arauco domado [1596] de Pedro de Oña, autor que manifiesta
explícitamente su admiración por la obra de Ercilla a la que toma como modelo.
Pero en su época31 fue uno de los géneros con más éxito desde el punto de vista del receptor
de los siglos XVI y XVII según los estudios de Pierce y de Chevalier: Setenta poemas épicos
publicados entre 1550 y 1650, 23 ediciones de La Araucana.
la política imperial, que alimentaba un fuerte nacionalismo, arropado por los triunfos
europeos de Carlos V y la conquista de América, creó un clima favorable para la
31
1550 – 1650 El género tiene sus primeras manifestaciones en la segunda mitad del siglo XVI; el
fenómeno se produce, pues, en lo que suele llamarse “etapa de nacionalización del Renacimiento
español”.
Se ha dicho que la poesía de san Juan de la Cruz tiene dos vertientes interpretativas,
una humana y otra divina. ¿Qué rasgos concretos puede señalar en los poemas de la
antología que tengan un significado religioso? ¿Por qué se puede hacer una lectura
desde esa perspectiva interpretativa?
San Juan de la Cruz busca expresar una experiencia mística y como tal inefable que
desborda lo racional, pero que en la comunicación debe someter a las reglas de la
lógica que rigen en lenguaje. Esta necesidad le lleva a utilizar recursos que rompen
con esa estructura,
en el plano sintáctico por la aparición de incongruencias,
en el léxico con la presencia del oxímoron (música callada), de la antítesis
(montes/ riberas, esperar/ alcanzar, rendido/ abatido) o la paradoja apoyada en la
antonimia (un entender no entendiendo, su ciencia tanto crece/ que se queda no
sabiendo). Señale los oxímoron y paradojas en la Llama de amor viva.
Punto de vista expresivo: San Juan es muy parco en el uso de epítetos y predominan
sustantivos y verbos, en especial los de movimiento, con relación entre ambas
categorías, ya que muchos sustantivos proceden de los verbos. Asimismo algunas
categorías de palabras predominan en ciertas secciones del Cántico espiritual, ¿en qué
parte predominan los verbos? ¿en cuál los sustantivos? ¿qué efecto poético producen
uno y otro?
Lenguaje apelativo (apóstrofes, vocativos, imperativos). Subraye los imperativos que
encuentre en el Cántico: ¿predominan en las palabras de la esposa o del esposo? ¿a
quién se dirigen? ¿están relacionadas con los apóstrofes? Reflexione sobre esta
cuestión en el poema a partir de los datos obtenidos.
Musicalidad: Parte de la composición se hizo mentalmente apoyándose en estructras
melódicas y que se difundió con el canto en los monasterios carmelitanos. A esta
musicalidad contribuyen las aliteraciones, la distribución de acentos en el verso, con
predominio del endecasílabo heroico y siempre con acento en la sexta sílaba. Recoja
ejemplos de la presencia de estos fenómenos en el poema.
Introducción
En este tema se estudian las escritoras del siglo XVI a partir de las condiciones
sociales, culturales y las prohibiciones que limitaban a las mujeres, para comprobar
que algunas pudieron superar estas trabas, cómo lo hicieron y cuáles son las autoras y
las obras más importantes. Teresa de Jesús es, por un lado, la escritora española más
conocida del siglo XVI (por lo general, casi la única mencionada), de ahí que ocupe un
lugar preferente en este tema; por otro, se puede considerar el modelo en el que se
apoyaron muchas escritoras posteriores para sustentar su derecho a la creación de
obras y a su difusión pública. Por tanto, su figura es clave en varios sentidos y así se
estudiará.
A través del estudio de este tema se reflexionará sobre los condicionantes de las
mujeres en la época, su ausencia del canon y de la historiografía, los problemas de
la censura y la exclusión. Desde esta perspectiva se debe adquirir una conciencia
crítica para cuestionar los presupuestos tácitos sobre los que se escribe la historia y
la necesidad de actuar con el máximo rigor metodológico en el estudio de cualquier
tema. Se adquirirán conocimientos fundamentales sobre las obras escritas por mujeres y
las claves de interpretación de ciertos aspectos nucleares en la expresión y las tensiones
de género.
Materiales básicos
Materiales complementarios
Esquema
Lo que hoy en día sabemos de las mujeres escritoras y el aprecio que gozan en la
actualidad era impensable apenas hace veinticinco años. Aunque existen estudios
históricos sobre el tema desde finales del siglo XIX y en particular en el XX, es a partir
de los años 80 cuando las escritoras empiezan a alcanzar una cierta visibilidad crítica
como parte de los nuevos enfoques sobre la historia social. Sin embargo, en España hay
que esperar a los años 90, con el impacto de los estudios de género, para observar un
gran crecimiento de los estudios. El problema es que este conocimiento no ha pasado
mucho más allá de los especialistas académicos y apenas tiene presencia en las
historias de la literatura, a pesar de que el repertorio bibliográfico Apuntes para una
biblioteca de escritoras españolas (1903-1905) de Manuel Serrano y Sanz no menciona
menos de 500 autoras para los siglos XVI y XVII.
Por otro lado, esta misma abundancia ha justificado una gran confusión crítica
(consciente o inconsciente), ya que en muchos casos se suspenden los criterios de
rigor metodológico aplicados a cualquier otro tema. Así lo más habitual es que las
escritoras aparezcan como una excepción a la norma, y se presenten como en un ghetto,
en el que se dan por válidas piruetas críticas que serían inaceptables en cualquier
estudio: las mezclas cronológicas de autoras que se presentan como parte de una misma
época (por ejemplo, Luisa Sigea, que muere en 1560, con María de Zayas, que nace
hacia 1590); la equiparación de mujeres mencionadas por su erudición con las
escritoras de quienes tenemos obra real conservada, lo que termina por identificarlas
a todas como la sabia silenciosa que asimila pero no produce nada propio; la aceptación
sin cuestionamiento crítico de fuentes muy diversas en su calidad, a las que se da
igual valor, incluso cuando proceden de la ficción; la renuncia a una búsqueda
documental rigurosa en la que basar las hipótesis y conclusiones, sustituida por
numerosos tópicos y prejuicios que se basan en prejuicios (por ejemplo, las poetas en
sus obras están expresando siempre sus sentimientos, lo que no se sostiene para los
hombres; las mujeres escriben cuando son solteras o viudas y no lo hacen si están
casadas, lo que se asume incluso cuando no se conocen datos biográficos, etc.).
el buen camino, librarlas de sus flaquezas, controlarlas y decidir por ellas. Para
cumplir su destino natural, la mujer debe someterse al hombre y obedecerle ciegamente
en todo aquello que no afecte a la ley de Dios e incluso según algunos autores, para una
mujer es el marido quien ocupa en la tierra el lugar de Dios.Dios.
Avance de la alfabetización
Con la aparición de la imprenta la alfabetización avanza, especialmente entre artesanos
(mayor medida), labradores ricos y mujeres (menor medida). En estos tres colectivos se
ven los mayores cambios.
No obstante, tal como se explicó en el tema 1, con la aparición de la imprenta y el
desarrollo del estado moderno a fines de la Edad Media se inicia un proceso de
alfabetización en toda la sociedad, que incluye a las mujeres. Respecto a este grupo
Viñao Frago lo sintetiza así: es entre los artesanos y en menor medida entre los
labradores y los hombres que habitan en las zonas rurales y entre las mujeres, donde
tuvieron lugar los mayores cambios y avances de la alfabetización durante dichos siglos
[XVI y XVII]. Es entre ellos, los artesanos y los labradores, y ellas, las mujeres aunque
en estos dos últimos casos con menor fuerza--, donde se produce el paso del
analfabetismo a la semialfabetización, desde los niveles inferiores de ésta a los
superiores, y desde estos últimos, a la alfabetización o uso habitual, cotidiano, de la
lectura y la escritura[3]. Así la curva de la alfabetización femenina sigue los patrones
generales, sin embargo, como sus cifras de partida eran muy inferiores (entre el 0 y el
10% como mucho), el aumento también es mucho más relevante. Alcanza su pico
máximo en torno al 33% en Madrid en las mujeres nacidas entre 1591-1637, siempre
atendiendo a las enormes diferencias que separan los extremos del arco social y a
otros condicionantes geográficos.
Así como la naturaleza [...] hizo a las mujeres para que encerradas guardasen la
casa, así las obligó a que cerrasen la boca [...] por donde, así como a la mujer
buena y honesta la naturaleza no la hizo para el estudios de las ciencias ni para los
negocios de dificultades, sino para un solo oficio simple y doméstico, así les limitó
el entender, y por consiguiente, les tasó las palabras y las razones
El silencio exigido a las mujeres no se refiere solo a que conviene que hablen poco y
únicamente cuando son preguntadas, sino también a la escritura, que es una forma
de discurso perdurable. La palabra femenina investida de autoridad siempre fue
rechazada por los moralistas y atacaron la escritura con más denuedo, en tanto
que es el soporte por el que la palabra adquiere fijeza y valor social.
El argumento fundamental era el que exponía con toda claridad fray Luis de León: un
ser que no tiene entendimiento y con raciocinio limitado, nada tiene que decir y
menos que escribir, pues lo escrito pervive. es preferible que se calle, porque lo que
diga carecerá de cualquier tipo de interés y no tendrá ningún valor. Y el pensamiento de
fray Luis no era una opinión aislada, sino una noción extendida a toda la sociedad,
especialmente entre los hombres más cultos, que tenían sus libros de estudio llenos de
apotegmas contra las mujeres y de nociones científicas (por ejemplo Aristóteles) que
sustentaban esta opinión para convertirla en certeza.
Por tanto, debeían ser regidas por un hombre.
Como la mujer no era capaz de ningún raciocinio, aquello que pueden decir no tiene
ningún valor y no debe ponerse por escrito.
Este control sobre las mujeres y sobre su palabra no se contradice con el discurso
humanista sobre la mujer, ni siquiera en Italia, donde hay escritoras notables y
reconocidas desde mediados del siglo XV. Los humanistas desean educar a las mujeres,
porque de este modo las damas empleaban adecuadamente su ocio, podían ser
moldeadas por esa cultura para ser más dóciles y aumentar su utilidad como en futuras
educadoras de sus hijos, pero se trataba de un conocimiento claramente tasado32.
32
Leonardo Bruni (1370-1444), enimente humanista florentino, en una carta dirigida a su
educanda Battista Malatesta, hija del Conde de Urbino, establece un extenso programa de
conocimiento para una dama: autores de la antigüedad y patrística, pero no materias
científicas: geometría o aritmética. Y, por supuesto, no hay retórica, ya que nunca hablará en
público. Debe relativizarse esta educacióduc relativizarse esta educaciimente humanista
florentino, en una carta dirigida a su edcacie relativizarse esta educaciimente humanista
florentino, en una carta diri
En España Pedro Luján, en sus Coloquios matrimoniales (1550), despliega una idea
similar: Donaires, fábulas y cuentos feos, no sólo la que es honrada ha de haber
vergüenza de decirlas, más aún de oírlas [y qué decir de publicarlas] La mujer que es
honesta y grave no se ha de preciar de donosa y decidora, porque si se precia mucho de
hablar y mofar, los mismos que le rieron el donaire que dijo, harán burla de la misma
que lo contó la mujer jamás yerra callando y muy poquitas hablando.
Estando en San Jospeh de Ávila, año de 1562, que fue el mesmo que
se fundó este monesterio, fui mandada del padre fray García de
Toledo, dominico que al presente era mi confesor, que escriviesse la
fundación de aquel monesterio, con otras muchas cosas que quien la
viere (si sale a luz) verá
Por lo tantoEn conclusión, solo existe una prohibición explícita como tal en la máxima
de San Pablo sobre el silencio femenino, pero su imposición no se hace exclusivamente
a través de la ley o la norma, sino a través de la estigmatización de esa conducta en las
mujeres al ligarla simbólicamente a comportamientos socialmente muy castigados,
como son la promiscuidad sexual, la falta de honestidad o el pecado de soberbia.
De este modo, por medio de la vinculación de ambas conductas, lo que podría ser
cuestionado es impuesto desde las mismas esencias del funcionamiento social y por ello
es igualmente asumido por hombres y mujeres. No obstante, también otros mecanismos
legales como la censura o la necesidad de licencias previas para la publicación de las
obras se empleará para controlar la escritura femenina. Esto se hacía a través de
actuaciones particulares, ya que nunca existió una norma legal que prohibiera
expresamente la publicación de libros escritos por mujeres.
edición canónica de sus obras a cargo de fray Luis de León, lo que parece apuntar que
su figura fue determinante en el proceso de abrir el cauce a las escritoras en España. En
Teresa de Jesús, mujer carismática, muy bien conocida desde antes de su muerte y
venerada inmediatamente después, se asociaban íntimamente la figura religiosa y su
actvidad fundadora con su condición de escritora, queLa escritura de Santa Teresa no
podía ser negada, segregada ni cuestionada por las autoridades sin perjudicar
otros aspectos de su trayectoria ejemplar. Sus obras habían circulado manuscritas de
forma extensa mientras vivió y a su muerte se hacen varias ediciones de gran éxito, en
particular la prologada por fray Luis de León (Salamanca, 1588) con varias de sus
obras. Es en el decenio de 1590 y sobre todo en torno a 1600 cuando se percibe que hay
más mujeres que escriben y lo hacen en público, porque en los paratextos de varias
obras impresas (por ejemplo en La araucana de Ercilla, en la edición de 1590) se
incluyen poemas de mujeres elogiando al autor o al libro. Por el contrario, hasta
entonces y a lo largo de todo el siglo XVI son muy pocas las escritoras que conocemos,
menos aún las que publican sus obras. De estos datos se desprende que el humanismo
como tal no afectó esencialmente en España a la condición de las mujeres y mucho
menos a sus posibilidades como escritoras[5].
Las escritoras españolas del siglo XVI anteriores a Teresa de Jesús, es decir, entre 1500
y 1582, son principalmente las siguientes:
Además se podría incluir, aunque su obra se edita un poco después de 1582, a Oliva
Sabuco (1562-d.1629), autora de una obra de carácter médico/ filosófico, Nueva
filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos
antiguos, la cual mejora la vida y salud humana, publicada en Madrid: Pedro Madrigal,
1587.
Así presentadas estas obras parece difícil establecer criterios homogéneros para su
estudio como grupo, de forma que presenten cierta coherencia.
Si se emplean criterios como el género literario u otros que venimos
utilizando para los autores hombres (poesía cancioneril/ petrarquista, segunda
generación poética, corrientes literarias, etc.), estas escritoras desaparecen de
las historias literarias, ya que son un nombre no solo menor, sino muy menor, en
nuestras jerarquías;
si se usan los temas, no hay similitudes entre ellas;
si la cronología, tampoco existen coincidencias relevantes.
Buscamos un rasgo inherente a las obras que las una y nos permita articular un discurso
histórico coherente. Éste es la búsqueda de elementos que le acerquen al emisor y ¿Qué
rasgo comparten sus obras que nos permita articular un discurso histórico coherente
sobre ellas? No vale cualquiera, porque ese rasgo debe ser inherente a las obras y no
debe venir impuesto desde fuera. Sabemos que las une su condición de autor-mujer,
pero ese es un rasgo del sujeto emisor, sin embargo, en tanto que es un elemento que la
sitúa fuera de la sociedad literaria y por ende afecta a su texto, ¿sería posible considerar
este hecho como esencial en sus obras? La mujer escritora no parte de las mismas
condiciones que el autor masculino, ya que a la par que redacta su texto debe ser capaz
de establecer elementos que la acerquen a su lector y le proporcionen un espacio de
autoridad donde el lector no la rechace de plano, sino que la acepte como un emisor
autorizado a pesar de saber que es mujer. La necesidad de crear una complicidad autora
-– lector.
sociedad que lo rodea, porque consiste en el reconocimiento que el sujeto emisor (la
autora) es capaz de conseguir para su discurso, lo que afecta a su eficacia, a los
límites de su valor coactivo sobre sus destinatarios y a las posibilidades de difusión
del mismo [6].
Dado que las mujeres en su conjunto pertenecen a un grupo subordinado de la
sociedad, carecen de autoridad y, por lo tanto, del reconocimiento imprescindible
para que su discurso sea escuchado. Para superar esta barrera que supone el
rechazo de su texto, la imposibilidad de comunicarse en el plano literario, lo
primero que deben hacer es construir en su discurso una autoridad que abra los
cauces de comunicación con el público, es decir, que convierta al otro en receptor,
en el sentido más estricto del término. Los diversos procedimientos inscritos en las
obras para crear la autoridad podrán ser y serán en nuestro caso el criterio
fundamental que nos permitirá articular un discurso histórico sobre las escritoras
españolas.
Las escritoras, cuando planean su obra, cuando la conciben como discurso público,
deben pensar, r (conscientemente o no, ) en mecanismos que construyen la autoridad
para su texto[7]. Pero estos mecanismos (individuales que no colectivos) para la
superación de los límites impuestos al grupo mujeres al que pertenece, dejan su huella
sobre el discurso, porque las estrategias de autorización no son anteriores al texto
producido, sino que están inscritas en el mismo y lo condicionan implícita o
explícitamente, hasta el punto de que sin tenerlas en cuenta no cabe valorar la obra.
No olvidemos que elEl discurso se configura siempre teniendo presente, entre otros
elementos, al destinatario. En los textos escritos por mujeres, el destinatario y éste, en
los textos de mujeres, debe ser seleccionado y convencido desde la propia obra. El
proceso afecta a la obra en diversos niveles:
- Temáticos, en tanto que solo algunos temas, subtemas o géneros son aceptables
para un autor-mujer en el horizonte de expectativas del receptor (religiosos,
morales, poesía menor de tema amoroso, por ejemplo).
- Formales, porque la educación que han recibido nunca ha contemplado el
estudio imprescindible de la retórica o la poética ni su práctica, que son suplidas
por medio de un proceso de aprendizaje desestructurado y/o con la intuición
expresiva, de la que a su vez la autora es consciente y lo manifiesta. Algunos
de los rasgos formales que encontramos en la escritura femenina de esta época
son:
o la inclusión de fórmulas de compromiso y sumisión;
o la utilización de referentes de proximidad que engloban emisora y
receptores en el mismo ámbito, como en el discurso privado; o, en otro
orden,
o la autoimposición de un respeto absoluto a la norma codificada, para
evitar que el alejamiento voluntario de la misma pueda ser interpretado
como un error imputable a la ignorancia de la autora.
Todos estos aspectos, entre otros que se podrían aducir, deberán ser tenidos en cuenta en
el análisis individual de cada una de las obras.
Muchos de ellos se verán en Teresa de Jesús, que confiesa siempre estar sometida a
la obediencia de un varón o ser una pobre ignorante y decir solo cosillas o afirmar
que eso es lo que conoce a través de la inspiración divina, aunque nunca ha
estudiado ni leído gran cosa.
Aunque cada una de las escritoras antes mencionadas podría ser estudiada de forma
individualizada, en su biogafía y escritura, como cualquier escritor-hombre, la
perspectiva que adoptaremos será la que se basa en los medios que emplearon para
superar las barreras de autorización a las que se enfrentaron y obtener un
reconocimiento público para su obra. Los medios que emplearon se pueden sintetizar
del siguiente modo:
1. - La oralidad
2. - La ocultación de la identidad
3. - El uso de una lengua de cultura
4. - La selección del público
5. - La obediencia
Un discurso público oral no plantea una trasgresión tan radical como un texto
escrito, por su carácter efímero, por el limitado alcance del público al que puede llegar
y por las dificultades para formar parte de la cadena de autoridad (, aunque necesite
cierto grado de autorización).
, no plantea una trasgresión tan radical como un texto escrito. Así sor María de Santo
Domingo , también conocida como la beata de Piedrahita, y sor Juana de la Cruz, la
santa Juana, fueron mujeres carismáticas, elegidas por Dios, que quiso hacer llegar
su mensaje a los hombres a través de ellas. Ambas actuaban en público, si bien desde
sus propios conventos o beaterios, y debido al valor que les atribuían quienes las
rodeaban, esas palabras se pusieron por escrito, de modo que aun sin haber escrito una
línea en sentido estricto, son autoras de sendas obras. En su caso no se puede hablar de
trasgresión, en tanto que no existe una aparente voluntad autorial al no ser ellas,
sino algunos de los hombres que las rodean, quienes deciden lo que debe ser conservado
por escrito y transmitido.
Hay una gran diferencia entre formalizar un discurso oral o un texto escrito, por eso las
obras de ambas participan estrechamente de los rasgos propios de una oralidad
popular, que organiza el discurso retóricamente con patrones similares a los del
sermón, el género que cualquiera de las autoras conocía a pesar de su falta de
formación letrada, por su mucho contacto con la vida religiosa.
Algunos de estos rasgos son:
1. escritura de la subjetividad que tiene a la propia autora como centro del
discurso;
2. el uso de referentes de proximidad, ya que se están dirigiendo a un público
restringido y presente que engloba a la autora y a su receptor;
3. el empleo de imágenes de la vida cotidiana o de textos religiosos de uso
común,
4. uso de la retórica de la afectividad (exclamaciones, apóstrofes, preguntas
retóricas);
5. uso de los imperativos, ya que es un discurso normativo;
6. repeticiones léxicas;
7. estructuras sintácticas poco complejas;
8. organización laxa del discurso, ya que se crea más por adición de ideas que
por la concatenación lógica de la argumentación;
9. falta de capitulación (al menos en el discurso original).
Beatriz Bernal es la primera autora española con plena conciencia de que escribe
una obra literaria de ficción y la da a la imprenta.35 Para evitar los problemas que
podría acarrearle e incluso para que no prohibieran su edición por estar escrita
por una mujer, se encierra en una anonimia total.
El género de los libros de caballerías le proporcionaban una coartada excelente, porque
Le ayuda uuno de los recursos habituales en los libros de caballerías. En estos en estas
obras consistía declarar que el libro no era una ficción, sino una crónica antigua,
tomada de otra lengua o perdida durante mucho tiempo, de modo que el autor real se
presentaba como traductor o editor moderno de una crónica antigua, tomada de otra
lengua o perdida durante mucho tiempola misma[9].
Beatriz Bernal hace lo mismo, pero presentándose como una mujer que yendo a
visitar iglesias encontró un libro muy antiguo en un sepulcro y, como le gustaba
mucho la lectura y era curiosa, lo llevó a su casa y lo pasó a limpio. El resultado fue
el Cristalián de España.
Como libro de caballerías, el Cristalián cumple todas las convenciones del género y es
difícil señalar rasgos específicamente femeninos en su creación, aunque se pueden
apuntar pequeñas desviaciones al presentar a personajes femeninos menos dóciles y
con más iniciativa de lo que era habitual en otras obras. Por ejemplo, Membrina, una
gran maga sabia, que no quiere casarse para que nadie tuviera mando sobre ella. No
obstante, el género es muy rígido y difícil de introducir muchas innovaciones.
Se criticó en la época las falsas expectativas que los libros de caballerías creaban en las
jóvenes, obligadas en su mayoría a matrimonios de conveniencia. Éstas, privadas de
otra educación sentimental, adoptaban a través de ellos una visión distorsionada de lo
que es luego la vida amorosa.
E, el hecho de escribir en latín y el dedicar sus obras a la Infanta, que incluso le dio
acceso a su biblioteca, fueron los medios de autorización para su obra y su actividad de
escritora. Al usar el latín y hacerlo con la elegancia de cualquier humanista prestigioso
se entendía que la autora había recibido una alta educación y que participaba de los
35
Había escritoras desde el siglo XIV pero se transmitían a través de manuscritos y eran
fundamentalmente de tema religioso. Beatriz Bernal escribió un libro comercial con la clara intención
de publicarlo. Si bien no había ley que prohibía la publicación de un libro escrito por una mujer, pero
hay filtros. Así un censor puede considerar que una obra escrita por una mujer es innecesaria.
Luisa Sigea, educada por su padre en el dominio de los saberes humanistas, trabajó
como maestra de latín y dama de corte de la infanta María de Portugal. Dominaba
el latín, el griego, la retórica, sabía música, conocía a los clásicos, etc. Gracias a estos
conocimientos se puedo colocar en la corte portuguesa.
Ese entorno de poder y relaciones sociales, el hecho de escribir en latín y el dedicar sus
obras a la Infanta, que incluso le dio acceso a su biblioteca, fueron los medios de
autorización para su obra y su actividad de escritora. Al usar el latín y hacerlo con la
elegancia de cualquier humanista prestigioso se entendía que la autora había recibido
una alta educación y que participaba de los conocimientos que requería la escritura, lo
que la diferenciaba de otras mujeres. En este aspecto, esos conocimientos expresados en
la lengua de la minoría culta prestigiosa era su procedimiento de autorización, lo que
llamaba la atención de los estudiosos.
En su escrito, como sucedía con Beatriz Bernal, sigue muy de cerca las normas del
género del coloquio (diálogo ciceroniano) con numerosas citas clásicas
(autorización), aunque era excepcional el hecho de que fueran dos mujeres las que
dialogaban y eran capaces de argumentar, igual que los hombres. Hay una visión de
mujer en la óptica, pues los argumentos sobre la vida cortesana y retirada hacen
referencia al mundo femenino. y que los argumentos se pusieran en una óptica
femenina. Se respeta escrupulosamente el molde genérico y se introducen pequeñas
variaciones que representan una visión femenina del mundo.
De las poetas que se mencionaban en el punto 1.3, la que más conocemos es Isabel de
Vega, porque nos han llegado doce poemas suyos casi todos amorosos, bien en los
metros de la poesía cancioneril o bien en sonetos.
Posiblemente uno de los géneros en los que las mujeres se movían con mayor dificultad
era la poesía amorosa, es decir, la mayor parte de la poesía. Julian Olivares y Elizabeth
Boyce explican muy bien cómo Era este un género especialmente difícil para las
mujeres, porque el código de expresión poética en el amor estaba hecho desde la
perspectiva masculina y, dada la clara diferencia de roles entre hombre y mujer,
las perspectivas no eran intercambiables, es decir, lo aceptable para él no lo era
para ella y las convenciones de la lírica culta no estaban preparadas para que fuera
una voz femenina la que expresara sus sentimientos (sí en la popular).
Ante esta dificultad las mujeres poetas recurren a varios procedimientos, pero el de
Isabel de Vega es renunciar a una voz femenina y sus poemas bien adoptan la
convención de un sujeto poético que no expresa género o si lo hace es desde una
identidad masculina. Solo en el poema en que contesta al príncipe Carlos, se presenta
como mujer y alude a ello, pero no es amoroso.
No será la única en adoptar una voz masculina, porque la inserción de una voz poética
femenina que cuestione las convenciones no se hará habitual hasta bien entrado el
siglo XVII.[10]
Una de las tácticas que emplean las escritoras para situar su obra en una posición menos
trasgresora es dirigirse a otras mujeres o bien a interlocutores concretos de su entorno
próximo, ya que así se sitúan en una esfera de comunicación casi privada. ¿A qué
interlocutores dirige Teresa de Jesús su Libro de la vida? Señale los casos a medida
que vaya leyendo y haga una lista. ¿Es siempre el mismo? ¿Es coherente a lo largo de
todo lo que ha leído?
1.3.1. 4. La obediencia
2. Teresa de Jesús.
2.1.Biografía
La ascendencia judía de la Santa está hoy probada por los hechos históricos; su
abuelo, Juan Sánchez de Toledo, rico mercader, sufrió un proceso inquisitorial
por su condición de judío militante, a la cual se vio obligado a renunciar,
obteniendo el perdón de la Inquisición, que le impuso hacer pública penitencia
durante siete viernes; ante el temor de que esta circunstancia pudiera cuartear su
prestigio social y mercantil, se traslada con sus hijos a Ávila, ciudad en la que
consiguió mantener la misma alta reputación que había tenido en Toledo; su hijo
Alonso Sánchez de Cepeda contrae matrimonio, primero con Catalina del
Peso, unión malograda por la muerte de la joven, y, en segundas nupcias, con
Teresa de Ahumada; de este matrimonio nacerán diez hijos, siendo el primero
de ellos una niña, Teresa de Ahumada, que se convertirá, más tarde, en Santa
Teresa de Jesús.
Lla favorable acogida que la reforma emprendida por Santa Teresa tuvo
entre los cristianos conversos, de cuyos círculos se nutría la burguesía,
puede ser también significativa. Estos burgueses serán, en buena parte, los
principales destinatarios de sus escritos.
La minuciosidad con que la Santa llevaba los asuntos económicos de sus
conventos denota, sin duda, una formación muy próxima a estos círculos
mercantiles y burgueses, una ocupación que ella supo conjugar con el más
sublime misticismo.
Los descalzos no exigían la limpieza de sangre para ingresar en la orden, un
hecho que facilitará la entrada en religión a muchas jóvenes procedentes de los
círculos judeo-conversos. La reforma carmelitana fue, de esta manera, refugio
espiritual para la corriente de los cristianos nuevos.
Durante mucho tiempo se consideró a Santa Teresa una una monja de escasa
formación, cuyos escritos fueron tan sólo debidos a impulsos místicos, siendo la
monja un simple instrumento de la inspiración divina.
No obstante, se ha demostrado que Santa Teresa sí obtuvo una formación a través de sus
confesores, siempre doctos y sabios; la predicación y, sobre todo, los libros que siempre
la rodearon36.
36
Según Saugnieux, "toda la vida de Santa Teresa se organiza alrededor de los libros"; su dedicación a
la lectura ocupó una parte muy importante de sus desvelos, por lo que la publicación del índice de
1559 de Valdés supuso para ella una grave contrariedad, al privarla de las fuentes de espiritualidad
escritas en romance, única lengua que le permitía el acceso a la cultura espiritual y literaria. En el
Libro de la vida nos dirá que, junto a su madre, se aficionó a leer libros de caballerías. Las
hagiografías, que recogían los llamados Flos sanctorum, también gozaron de su predilección; todo ello
alimentó un cierto espíritu heroico y épico que siempre caracterizó el talante humano de la Santa.
37
Un Flos sanctorum es un compendio de vidas de santos. Eran obras extensas, cuya tradición se
remonta a la Edad Media, y que con diversas revisiones, adiciones y supresiones conocieron
innumerables ediciones en la Edad Moderna.
38
Corriente espiritual caracterizada por la atención a la humanidad de Cristo, como ser sufriente y a su
pasión y que promovía la meditación como vía de oración, prefiriendo esta a la oración vocal.
Pues bien, el débito a los autores y a las obras reseñadas, que Santa Teresa armonizó en
encomiástica síntesis, no coartó la originalidad de su yo personal, antes bien selló su
escritura con la impronta de un estilo tan peculiar que hace de su obra un quehacer
irrepetible en la literatura espiritual española.
2.2.Obras autobiográficas
Los escritos de Santa Teresa suelen agruparse en dos grandes secciones: escritos
autobiográficos y obras ascético-místicas; una división que responde más bien a un
deseo de sistematización que a la naturaleza de la escritura teresiana que mezcla en
casi todas sus obras los dos aspectos.
El Libro de la vida viene a ser una descripción del crecimiento humano y espiritual de la
Santa, con abundantes digresiones didácticas sobre el ascenso místico. Después de
largas vicisitudes en el proceso de redacción, el libro queda concluido de forma
definitiva en 1565.
El metaforismo y la alegoría, juntamente con un sinfín de comparaciones, tomadas
de la vida real y cotidiana, configuran la literariedad del texto. Esta imaginería plástica
da a la obra una intensa dimensión didáctica y ejemplar.
Sin embargo, la forma autobiográfica pudiera ser tan solo el velamen que encubre
otras intenciones que exceden la función de la autobiografía.
Modelos literarios Las Confesiones de San Agustín, juntamente con el género
epistolar, que se intensifica a lo largo del Renacimiento —pueden tenerse en cuenta,
asimismo, algunas de las analogías que tiene con el Lazarillo--. —, son los modelos
literarios que guardan estrecha relación con el Libro de la vida.
El Libro de las fundaciones continúa la materia narrativa del Libro de la vida, si bien los
aspectos más extrínsecos predominan sobre la dimensión intimista del yo
autobiográfico que abundaba en la obra anterior. Esto le resta interés biográfico,
aunque son muchas las peripecias que nos narra la autora en su intento de expansionar
su orden religiosa.
También son significativas las digresiones morales y sicológicas que sazonan el
texto, lo que le confiere, asimismo, un alto valor espiritual y pedagógico para conocer
la vida interna de la vida religiosa claustral. Las numerosas alusiones a personajes
representativos de la vida eclesiástica del momento hacen del texto una fuente de gran
valor para acercarse a la historia interna de la España de la época.
39
El conjunto de obras mencionadas no fueron lectura espiritual muy popular en la época de Santa
Teresa y algunas de ellas, se consideraron especialmente aptas para mujeres y personas sin formación
intelectual, de ahí que no se pueda considerar excepcional en este sentido su lectura.
2.3.Obras ascético-místicas
Son varias las obras en las que la autora nos describe su ascenso místico con una
innegable orientación didáctica, destinada a las monjas de sus monasterios.
Las Moradas o Castillo interior es, sin duda, una de las obras más importantes de Santa
Teresa y, a la vez, más representativas para explicar el proceso místico.
40
Sin descartar de todo que el símil le haya sobrevenido en un momento de reflexión
interior, como ella misma afirma, hay que inclinarse por la influencia en una tradición
de literatura religiosa que vino utilizando este metaforismo [los Evangelios, la
Patrística, la Edad Media, la mística sufí y la mística española del siglo XVI
que se trata de es uno de los recursos metafóricos de mayor éxito que se haya
utilizado en la literatura espiritual para explicar la realidad del ascenso místico. La
escritora compara el alma a un castillo con varias estancias o moradas que representan
la vida celestial. Cada una de ellas significa las distintas fases por donde ha de pasar el
alma en su caminar hacia la unión íntima:;
en las dos primeras moradas el alma se purifica mediante la mortificación;
las dos siguientes representan el grado de oración por el re- cogimiento;
en las quintas moradas comienza la oración por unión;
en las sextas el alma vive un intenso noviazgo y "determinada queda a no
tomar otro esposo", a la vez que desea que pronto tenga lugar el desposorio.;
éste se realizará y consumará en las séptimas moradas se realizará y consumará
el desposorio, que significan ya la unión íntima de ese matrimonio espiritual.
La intensidad del placer que el alma siente en esta última fase es algo inefable. Es el
aprieto en que se encuentran todos los místicos: el carácter inefable de la experiencia y
la necesidad de comunicarla. La literatura es la única salida. Y la comparación o símil
más cercano para la intelección humana es la unión íntima entre los esposos. De ahí la
imaginería amorosa y una cierta atmósfera sensual y, hasta cierto punto, erótica, que
rezuman estas descripciones de la unión con Dios. Nuestra Santa habla del amor divino
con palabras y actitudes del amor humano. La misma perspectiva seguirá San Juan de
la Cruz.
El Cantar de los cantares, como libro que formaba parte del canon de textos inspirados,
ofrecía un claro ejemplo de las posibilidades de hablar del amor divino con actitudes
humanas. Se trataba de un texto bíblico que, en su génesis, cantaba al amor humano
entre los esposos (cantos de bodas), pero que la interpretación tanto judaica como
cristiana orientaron hacia la alegoría religiosa. Santa Teresa también se sintió atraída
por el citado texto bíblicoel Cantar de los cantares41. A él le dedicó unos comentarios,
conocidos bajo el título de Meditaciones sobre los cantares. La historia de este libro
es un tanto pintoresca. Fue redactado varias veces por la Santa, lo que demuestra el
interés que sentía hacia lo que ella llamaba simplemente "mis meditaciones". Las copias
pasaron rápidamente de convento a convento ante la fuerte atracción que siempre
suscitaban los escritos de la Santa y la favorable acogida que tenía un comentario sobre
esta literatura bíblica, como materia de meditación religiosa, muy en particular entre
las monjas. Pero, una vez más, el maniqueísmo ambiental sale al paso; llega la orden
de secuestro y quema de cuantas copias corrían por los monasterios. Algunas de ellas,
sin embargo, llegaron hasta nosotros, lo que nos permite conocer el contenido y
exégesis de nuestra autora. Todo el comentario de Santa Teresa gira sobre la idea de
poner a Cristo como esposo espiritual de la religiosa. La Santa acentúa esta
(Francisco de Osuna y Bernardino Laredo, cuya impronta en Santa Teresa es
importante)], sin olvidar la función que el símil del castillo tuvo en la literatura
profana (novela sentimental, libros de caballerías) y en determinados libros de
medicina que explicaban la anatomía humana bajo la alegoría de un torreón.
41
El Cantar de los cantares, como libro que formaba parte del canon de textos
inspirados, ofrecía un claro ejemplo de las posibilidades de hablar del amor
divino con actitudes humanas. Se trataba de un texto bíblico que, en su gue,
ejemplo de las posibilidades de hablar del amor divino con actitudes humanas.
Se trataba de un texto b प 曡 n ꪼ 欄 ۡ竦 ␅ ̀䐅 que tanto la tradición judía como
cristiana orientaron hacia hacia la alegoría religiosa.la alegorlidades de ha
2.4.Poesía.
ESTILO
Los esquemas de la poética tradicional castellana en su doble vertiente, popular
(villancicos, romances) y culta (poesía cancioneril), representan la tradición
literaria profana en la que se inspira esta corriente poética carmelitana.
Influencias:
Imaginería amorosa de los cancioneros42, como la caza, el alba, la muerte de
amor, dentro del juego conceptual de la antítesis vida/muerte, un recurso
muy del gusto de la poesía cancioneril del siglo XV.
Los desposorios del Cantar de cantares. La liturgia de la toma de hábitos era
muy propicia para desarrollar toda la rica imaginería sensual "a lo divino",
para expresar, simbólicamente, la relación que une a la religiosa con Cristo;
surge, así, el desposorio místico.
TEMASEl recurso fundamental es la "vuelta a lo divino" de la poesía amorosa
profana de la época, una moda literaria muy característica del Renacimiento
español. A su vez, el Cantar de los cantares será, asimismo, constante fuente de
inspiración, dentro de una interpretación alegórica. La liturgia de la toma de
hábitos era muy propicia para desarrollar toda la rica imaginería sensual "a lo
divino", para expresar, simbólicamente, la relación que une a la religiosa con
Cristo; surge, así, el desposorio místico.
La poesía de Santa Teresa está enraizada en esta vena poética del Carmelo, como más
tarde lo estará la de San Juan de la Cruz. El villancico será la estructura métrica más
socorrida. Además del símbolo de los desposorios, hay también una fuerte presencia de
42
Penetra a través de las versiones religiosas de la poesía profana “vuelta a lo divino”.
¿Cómo y de qué manera se configura la literariedad del texto tanto prosístico como
poético de Santa Teresa? He aquí uno de los puntos nucleares para acercarse a la
estética teresiana. ¿Fue Santa Teresa una mujer que escribe sólo por obediencia y cuya
creación literaria se genera al margen de una voluntad de estilo en el tratamiento de la
palabra escrita? La aureola hagiográfica que rodeó durante mucho tiempo la biografía
de la Santa recurrió a la caracterización de "estilo ermitaño" como aquel que mejor
convenía para singularizar a la escritura teresiana, que buscaría intencionadamente un
estilo vulgar por simple humildad. El magisterio de Menéndez Pidal6 contribuyó, con
su autoridad, a difundir esta imagen de "estilo ermitaño", que buscaría
intencionadamente un estilo vulgar por simple humildad.
.
La nueva crítica, situándose más del lado de la biografía que de la hagiografía, fue
desvelando la realidad de la formación literaria de nuestra autora. Ya indicamos las
huellas intelectuales de toda una tradición espiritual y literaria que dejó su impronta en
sus escritos. Esta constatación favoreció el cambio de imagen intelectual y literaria de la
Santa.
Radio
43
Aunque los místicos se consideran que cuanto escriben es bajo la ayuda de Dios, el
autor no es un mero instrumento que escribe al dictado del soplo divino. La
hermenéutica bíblica ha desarrollado con toda precisión la coexistencia de inspiración
y literariedad. La inspiración no resta posibilidad artística al trabajo humano del
escritor; éste, de acuerdo con su formación intelectual y su capacidad literaria, puede
revestir de muy diversas maneras el carisma recibido. Esto explica la diversidad literaria
que descubrimos en los textos bíblicos.
Baranda Nieves, Espacios abiertos. Por la puerta de atrás. Beatriz Bernal [Programa de
radio UNED]
Quizá el rasgo más característico del Libro de la vida sea su estilo, que podrán
comprobar está lejos del que pueden encontrar en otras obras del programa de este
curso. Algunos de sus aspectos más destacables son los que se exponen a continuación.
Los rasgos de su prosa, dentro siempre de estas características generales, son los
siguientes:
Busque en la web los poemas de Isabel de Vega sobre los que debe trabajar a
continuación y cite la referencia de esa web cuando haga el ejercicio.
Esta autora dedica un poema a la muerte de Carlos V, cuyo primer verso comienza ¡Oh,
muerte, cuánta gloria has alcanzado! Recuerde lo estudiado en los temas de poesía
precedentes y relacione su temática con una cierta época de la lírica petrarquista.
Lea el poema de Isabel de Vega que comienza Muy alto y muy poderoso dedicado al
príncipe Carlos y comente los argumentos o topos que utiliza autora para justificar su
escritura.
A partir de estos poemas y relacionándolos con lo estudiado sobre la poesía del siglo
XVI, ¿con qué grupo de autores relacionaría su poesía? ¿por qué?
Teresa de Jesús
Teresa de Jesús ha sido inspiración para miles de mujeres y no siempre en el modo más
esperable. Recomiendo ver este corto vídeo donde se recupera de una forma muy
actual : http://www.youtube.com/watch?v=37GtB4hMINY
Lea el trabajo de Aurora Egido disponible en la biblioteca selecta y haga un esquema de
los tópicos que emplea Teresa de Jesús en sus prólogos, luego busque en el Libro de la
vida al menos un ejemplo de cada uno siempre distinto de los que se aducen en el
artículo.
Teresa fue una mujer alfabetizada desde la infancia y una gran lectora. Haga una lista de
todos los títulos de libros que cita en el Libro de la vida.
Una de las tácticas que emplean las escritoras para situar su obra en una posición menos
trasgresora es dirigirse a otras mujeres o bien a interlocutores concretos de su entorno
próximo, ya que así se sitúan en una esfera de comunicación casi privada. ¿A qué
interlocutores dirige Teresa de Jesús su Libro de la vida? Señale los casos a medida que
vaya leyendo y haga una lista. ¿Es siempre el mismo? ¿Es coherente a lo largo de todo
lo que ha leído?
El lenguaje de Teresa tiene un fuerte componente popular, aunque su formación era más
letrada de lo que ella afirma. Tome los rasgos estilísticos enumerados en el epígrafe
1.3.1.1. y en el dedicado a la preparación del examen y busque ejemplos de los que
pueda encontrar en el Libro de la vida.
GLOSARIO
Lugar común: o topoi (del griego) conjunto de recursos literarios que delimitan la
descripción ordenada de un tema o motivo: descripción humana, elogio, introducción a
una obra, expresión de un sentimiento.... Así se crean determinados estereotipos que se
convierten en moneda común de la formación y la práctica literaria: la caducidad de la
rosa, la invocación a las musas, la semejanza agua/ cristal o marfil/rostro femenino, etc.
Paratextos: Conjunto de textos en prosa o en verso que acompañan una obra y que
pueden situarse antes o después de la misma. Algunos de los paratextosmás comunes
son: el prólogo, la fe de erratas, la censura, la licencia de impresión o difusión, el
epílogo, etc.
[2] En este panorama se obvian a las mujeres de clase obrera, que trabajaban en
industrias como la textil, incluso de forma generalizada en algunos sitios; en labores
agrícolas; o en el servicio doméstico. Así pues la norma que todos los tratadistas
imponen de cuidado del cuerpo y mantenimiento de la domesticidad, en realidad, nunca
fue aplicable a todas las mujeres, ni se pretendió, solo a las clases medias, burguesía,
hidalguía y aristocracia.
[4] Algunos ejemplos de estas contradicciones que suelen producirse entre normas
emanadas de distintos ámbitos podrían ser: los hijos (más las hijas) debe obedecer a sus
padres, Dios puede llamar a la vocación religiosa a una persona ¿y si el padre se opone?
¿se le puede desobeder? En ese caso fugarse de casa para profesar en un convento
podría valorarse como la decisión correcta En nuestro terreno literario: las mujeres no
deben predicar o escribir, pero ¿y si es el mismo Dios a través de revelaciones quien se
lo ordena? ¿o si lo hace su confesor? ¿es más importante la obediencia o el silencio?...
[6] Estos conceptos se apoyan en Michel Foucault, El orden del discurso, Barcelona:
Tusquets, 2002 (1ª ed. 1970), pp. 40-41; y en su aplicación a la historia de la literatura,
como hizo Lola Luna.
[7] Muchos de ellos se verán en Teresa de Jesús, que confiesa siempre estar sometida a
la obediencia de un varón o ser una pobre ignorante y decir solo cosillas o afirmar que
eso es lo que conoce a través de la inspiración divina, aunque nunca ha estudiado ni
leído gran cosa. Estos recursos que se ve obligada a emplear si quiere que, a pesar de ser
mujer, acepten su escrito, no están superpuestos a las obras que escribe, sino que las
marcan profundamente. La autora sabe que tiene unos márgenes para la aceptación que
debe respetar, porque si los traspasa será excluida.
[10] El sujeto femenino aparece en el poema cuando la voz poética se refiere a sí misma
con adjetivos o nombres que la identifican como de mujer.
En el aspecto estético hay algunas obras de Erasmo que tuvieron una influencia clave:
o Los Adagia (1500 y ampliados en ediciones posteriores): recopilación de refranes y
cuentecillos de origen latino junto con su explicación.
o Los Colloquia (1518 y ampliados en ediciones posteriores), conjunto de diálogos al estilo
platónico. Al principio trataban temas escolares, después se ampliaron a otras materias,
con el mismo propósito didáctico o divulgador.
o El Elogio de la locura (1511), un texto satírico, que se apoya en la tradición clásica de
Luciano de Samósata, donde se critican muchas prácticas religiosas del momento por
medio del elogio que de ellas hace la locura.
Erasmo hay que considerarlo como un catalizador y un referente importante para unos
géneros y temas que ya anteriormente tenían su propio arraigo.
Erasmo y los humanistas coinciden, entre otras cosas, en rechazar la literatura de
evasión y la ficción meramente lúdica. La obra literaria debe tener un propósito de utilidad,
lo que no significa renunciar a hacer un discurso atractivo.
Muchos califican esta prosa como pedagógica, Asunción Rallo prefiere prosa ensayística
porque ve rasgos propios del ensayo, tal como se configura el género a partir de Montaigne
(1580).
Las características de esta literatura (proto)ensayística en la España del siglo XVI son:
Yo. Tratamiento personal del tema por parte del autor, cuya presencia en la
obra puede ser explícita.
Intención didáctica: El escritor es un mediador: transmite a lectores no
iniciados una cultura antes reservada a los eruditos, también la actualiza para
uso del hombre de su tiempo.
o Desplazamiento del latín al romance.
oPara poder formar al lector, hay que atraer su interés, por medio de la
amenidad, lo que incide en no solo en los contenidos sino en el tipo de
géneros.
o Uso refrán, el cuentecillo, la anécdota o los apotegmas.
o Variedad: Gran variedad temática, que abarca contenidos sociales, morales,
éticos, científicos, prácticos, noticieros, curiosidades, etc.
Estilo: Uso de un lenguaje estilísticamente natural, alejado de lo oratorio (salvo
en Antonio de Guevara).
La vocación pedagógica del humanismo encontró en el diálogo uno de sus cauces más
útiles y flexibles, puesto que era una forma amena y personalizada de difundir
conocimientos necesarios a la vida del hombre en sociedad.
Antecedentes clásicos: Platón, Cicerón (a través de San Agustín) y Luciano de Samósata
(a través de Erasmo: Coloquios familiares).
El diálogo, tal como se desarrolla en la España del siglo XVI, es un género con una gran
variedad de posibilidades formales y temáticas. Limites amplios.
44
Aunque también puede ser la casa de alguno de los interlocutores. A veces incluso este espacio se
identifica de forma precisa con un lugar, por ejemplo, fray Luis de León en De los nombres de Cristo
describe la finca de La Flecha o Antonio de torquemada en sus Coloquios satíricos describe el jardín
del Conde de Benavente, para el que trabajaba
Los temas abarcan toda la realidad de la época: Sátira de costumbres, la vida en el ejército,
los modelos de comportamiento para diversas clases y estados, cuestiones técnicas como
la caza, la farmacopea, la escritura, la lengua, la astronomía, religiosas, por supuesto, etc.
etc.
Los diálogos y coloquios, junto con el género epistolar, constituyen algunas de las
formas literarias más significativas que adopta la prosa renacentista del humanismo. Tienen
una clara dimensión didáctica que, de alguna manera, venía a sustituir a la rigidez
escolástica de la argumentación silogística, como ya lo había hecho la literatura medieval,
al potenciar el género de los debates.
La prosa renacentista de la primera mitad del siglo XVI se convierte en vehículo difusor
del erasmismo, corriente espiritual de la que ya tratamos en la introducción a la literatura
renacentista. Los hermanos Valdés son, sin duda, los máximos representantes del
erasmismo español, aunque resonancias de esta ideología las encontramos por doquier a lo
largo de la literatura del siglo XVI, como lo ha demostrado Bataillón
encomiendan la educación cortesana de jóvenes nobles. Lo cierto es que desde muy joven
consiguió formar parte del séquito cortesano del Emperador Carlos I, de quien llegará a ser
secretario y latinista oficial, lo que le convierte en una de las personas más influyentes en la
política de la época. Participará activamente como intermediario con los protestantes en la
"Dieta de Ausburgo" (1530), asiste a la "Dieta de Ratisbona" para morir, finalmente, víctima
de la peste en Viena en 1532.
Contexto: el autor narra el conocido "saco de Roma", 1527, en el que los ejércitos
imperiales de Carlos I devastan la Ciudad Santa. El autor intenta justificar la actitud belicista
del emperador, echando la culpa al Papa y a sus consejeros. Carlos I sería un hombre
providencial, cuyo saco de Roma tendría como finalidad castigar la relajación de las
costumbres en la corte papal
Protagonistas/posturas: Lactancio, que representa al autor, y un Arcediano
El Arcediano llega a Valladolid, y cuenta a Lactancio los horrores cometidos por las
tropas españolas. Su testimonio representa una dura crítica a la política imperial.
Lactancio, hombre que vive al socaire de la corte, intenta justificar el saqueo con un
mensaje lleno de ideas erasmistas: el poder temporal de la corte pontificia, con un
excesivo celo por los intereses materiales que propician la corrupción cíe la moral y
de las buenas costumbres, exigían un castigo divino. El emperador habría sido el
instrumento utilizado por la providencia para corregir aquella desviación del espíritu
evangélico.
El Arcediano, al fin, reconoce la inculpación papal.
Estructura: se diferencian dos partes.
En la primera, predomina lo descriptivo con diálogos vivos, en un ambiente
tremendista. que ponen de relieve la magnitud del saqueo.
La segunda parte es de naturaleza más bien doctrinal con palpables referencias a
las obras de Erasmo, particularmente a los Coloquios.
Contexto: Alfonso de Valdés desarrolla un tema político con claras connotaciones satíricas:
las rivalidades entre Carlos V y los reyes de Francia e Inglaterra. El autor ve en Carlos V el
ideal del príncipe cristiano. La actitud del escritor ya aparece muy clara desde el principio,
cuando afirma que su deseo es “manifestar la justicia del Emperador y la iniquidad de
aquellos que lo desafían'”.
Las doctrinas erasmistas sazonan, de nuevo, toda la narración. La historia y la mitología se
dan cita en este diálogo, siendo la alegoría el recurso literario que envuelve toda la obra,
dentro de un ambiente de ultratumba que recuerda las Danzas de la muerte y la Trilogía de
las Barcas, de Gil Vicente.
Fuentes: los Diálogos de los muertos de Luciano de Samósata y, sobre todo, los Coloquios
de Erasmo
Protagonistas: el barquero Carón y Mercurio, encargado de conducir las almas a los
Infiernos,
Estructura:
En la primera parte, el autor sitúa el diálogo en la laguna Estigia que conduce a los
infiernos. Aquí se crítica a una religiosidad externa se hace palpable, cuando se
condena al infierno a varias almas (un mal predicador, un consejero, un duque, un
obispo, un cardenal, una monja, etc.) que no han seguido el ideal cristiano de vida
interior.
En la segunda parte, hay un cambio de escenario; el diálogo tiene como marco la
montaña que sube al cielo. Si en la primera parte predominaban los elementos
negativos, en esta segunda parte ya aparecen personajes calificados con atributos
positivos (un obispo, un cardenal, un predicador y un fraile), si bien sospechosos
respecto a la ortodoxia.
Estilo: Un lenguaje vivo y armónico, lleno de fuerza expresiva, da una mayor agilidad al
diálogo renacentista. Este diálogo es uno de los mejores ejemplos de prosa renacentista.
La crítica satírica con que Alfonso de Valdés sazona sus obras no dejó impasible a la
Curia romana, objeto principal de sus diatribas. Esto explica el que sus diálogos hayan sido
incluidos en el índice de libros prohibido
Juan de Valdés
Obra destinada al círculo pietista del que se rodea en Nápoles, al igual que otras obras
religiosas, unas perdidas, otras aún inéditas, que sufrieron, en su mayoría, la condena de la
Inquisición.
Este diálogo es la obra más importante desde una perspectiva lingüística y literaria. Fue
escrito también en Nápoles, probablemente en torno a 1535.
Historia de la lengua: esta obra representa uno de los documentos más importantes para
conocer el estado de la lengua castellana en el primer tercio del siglo XVI. Él acogerá la
norma lingüística cortesana que se usa en Toledo
No mantiene la f- latina que en Toledo ya ha evolucionado a h aspirada. Elimmina la h- de las palabras
latinas(aver (<habere), salvo en las formas verbales he, ha para evitar confusiones con la e
(conjunción) y la a (preposición).
45
. Esto explica la estructura de diálogo en la que se enmarca, una forma literaria, como ya indicamos,
típicamente renacentista con una clara intencionalidad didáctica.
Mantiene las cuatro sibilantes existentes en castellano, así como la existencia de dos realizaciones de
la s, sorda (-ss-, s-) y sonora (-s-). Todos estos fonemas, que aún se mantienen en esta época en
Castilla, en otras regiones ya se habían simplificado, una evolución que más tarde afectará,
igualmente, al patrón lingüístico toledano.
Reloj de príncipes
Contenido: Sigue la tradición de "Espejos de príncipes 46". Por tanto, se trata de un manual
de referencia para la nobleza cortesana.
Escrita en forma de novela, incluye la biografía ejemplar de Marco Aurelio, dentro de un
contexto de ficción literaria. La obra no refleja la realidad histórica, sino que utiliza un
modelo de conducta de la Antigüedad Clásica (muy renacentista).
Repercusión: enorme popularidad en toda Europa, siendo traducido a varios idiomas. Se
convirtió rápidamente en manual de la nobleza europea de la época.
Epístolas familiares
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Los “espejoso de príncipes” eran manuales didácticos cuyo fin era enseñar a quienes iban a ser reyes,
nobles o gobernantes a administrar bien su reino o estados
Cristóbal
deVillalón
Hoy se suele admitir la paternidad de Cristóbal de Villalón sobre El Crotalón y El
Scholastico, mientras el Viaje de Turquía pertenecería a un autor diferente y a un
segmento cronológico del siglo XVI, asimismo, distinto.
Cristóbal de Villalón: biografía
— un humanista. (Alcalá, Salamanca, finalmente, profesor en Valladolid)
— preceptor de los hijos del Conde de Lemos.
— Vida: desde el principio del siglo XVI hasta la segunda mitad del mismo
siglo, (no fechas exactas).
47
(téngase presente, por ejemplo, que la génesis del Lazarillo responderá, asimismo, a una carta)
La libertad formal y didáctica del diálogo está presente también en las misceláneas, un
género profundamente ligado a las concepciones del humanismo sobre la literatura, donde
el conocimiento se personaliza con un afán divulgativo.
El rasgo característico de estas obras es su variedad, ya que están constituidas por
fragmentos breves de géneros distintos, que se unen por la voluntad selectiva del autor, que
los escoge por su carácter sorprendente o novedoso y por su capacidad de enseñar,
procurando combinar lo grave con lo ligero, lo difícil con lo intrascendente.
No existe relación entre ellos y el autor va saltando de unos temas a otros sin aparente
orden, aunque se pueden observar ciertas líneas de fuerza. El contenido pueden ser
cuentecillos, apotegmas, casos curiosos de carácter científico, agudezas, narraciones
ejemplares, episodios o hechos históricos, siempre que sean breves, sorprendan e
instruyan. Buena cuenta de este carácter lo dan los autores en sus títulos, al elegir nombres
como selva, floresta o jardín.
Se trata de obras pensadas por y para la imprenta, en tanto que solo son explicables por
la existencia de un público lector amplio que carece de conocimientos eruditos. Los autores
actúan como transmisores de una cultura clásica o científica conservada en latín, a la que no
accede ese público y para el cual esos autores la adaptan, organizándola en series que al
trasladarse al romance y presentarse de una forma selecta no proporcionan, pero tampoco
necesitan el conocimiento estructurado de una educación formal rigurosa. El público
semiculto, letrado, pero no erudito ni con formación en latín, encuentra en ellas una lectura
que entretiene, divierte, enseña y cultiva el ingenio.
Las fuentes del género las señala Pedro Mexía en el prólogo a su Silva de varia lección,
la primera de las obras del género. Se trata de obras de la latinidad clásica, a las que suma
otros autores modernos, también latinos. Mexía tuvo el mérito de pasar al romance un
género que hasta entonces solo se difundía en latín. La información recogida procede de
muchísimas fuentes, en su mayoría explícitas por el propio autor, que las usa para dar
credibilidad a la información o para advertir al lector muchas veces que saque sus propias
conclusiones. Pero esas fuentes son seleccionadas por el autor, que las dispone, relata y
reinterpreta según su propio interés, lo que convierte a estas misceláneas en una obra
también personal, en una proyección del autor, sus gustos y experiencias, y no en una mera
colección.
La variedad del contenido no está solo en la materia, sino también en el tipo de géneros
que despliega: la historia, el pequeño tratado científico, la anécdota, el cuentecillo
tradicional o erudito, el dicho gracioso, el refrán, el apotegma, de fuente erudita, pero
también de origen tradicional o de experiencia personal. Todas las formas de la narratividad
breve y de la agudeza podrán incorporarse a la miscelánea.
— Alonso de la Santa Cruz fue cronista oficial en la última etapa de los Reyes
Católicos (desde 1490 hasta 1516). Asimismo, historia la vida de Carlos V en
su Crónica del Emperador, que abarca desde su nacimiento, en 1500, hasta
1551. Su visión de la historia está avalada por haber sido testigo presencial de
muchos de los acontecimientos que narra.
— Pedro Mexía (1499-1551) fue cronista del Emperador. Su Historia del
Emperador Carlos V, aunque inconclusa —comprende hasta la coronación en
Bolonia en 1530— es, en su conjunto, un elogio a la política imperial, si bien
dentro de una ecuanimidad y verismo histórico que le hace acreedor de un
responsable sentido crítico.
— Luis de Ávila y Zúñiga (1500-1564) gozó de gran aprecio y estima por parte del
Emperador, a quien acompañará incluso durante su retiro en Yuste. Su
Comentario de la guerra de Alemania se refiere a las campañas imperiales en
1546 y 1547. Su concepción de la historia, al modo clásico, y su actitud de
admiración hacia el Emperador son los rasgos más llamativos de esta obra.
— Francesillo de Zúñiga, bufón de la corte imperial, representa la visión festiva y
caricaturesca de la vida palatina en la corte del Emperador. Su Corónica historia es
una relación detallada de la vicia cotidiana en el palacio imperial. Sus gracias y
ocurrencias eran bien acogidas por el Emperador, a quien entretenía con sus chistes,
lo que le permitía acceder a los secretos de la corte.
— Florián de Ocampo (h. 1495-1545) intentó, con su Crónica general de España, realizar
una historia general de la Península, siguiendo la tradición alfonsina, alguna de cuyas
obras edita para demostrar la antigüedad de la monarquía española
Durante la segunda mitad del siglo XVI, la historiografía sufre una clara evolución hacia
un mayor rigor histórico, sin que aparezca mermada la dimensión literaria como prosa bien
escrita. Asimismo, asistimos a una concepción más global y general de la historia nacional,
exigida por la nueva configuración política que vive el siglo XVI. Nuevas fuentes de
también en las provincias de ultramar, donde destacará la figura del Inca Garcilaso de la Vega
(1539-l6l6).
Historia
religiosa
Durante el siglo XVI la prosa de temática religiosa sigue varias sendas, entre las que
destacamos la vereda de las vidas de santos, las crónicas eclesiásticas y la historia de
determinadas órdenes religiosas. Los escritos del Padre Rivadeneyra y del Padre Sigüenza
pueden ser considerados como muestra de esta orientación de la prosa histórica de naturaleza
religiosa.
El Padre Rivadeneyra (1527-1611), jesuita, es un escritor polifacético. Cultivó la hagiografía,
la historia eclesiástica y los escritos de espiritualidad.
Se destacan dos obras hagiológicas:
— Vidas de San Ignacio, de San Francisco de Borja y del Padre Diego Laínez.
— Flos sanctorum o Libro de las vidas de los santos, obra que dejó una mayor
impronta en la espiritualidad barroca.
A través del estudio de este tema se adquirirán conocimientos fundamentales sobre unos
géneros que representan mejor que cualquier otro el espíritu renacentista en su vertiente
platónica de idealización. Se comprenderá como las tendencias de prosa y la poesía se dan la
mano en el bucolismo y en las concepciones amorosas, que comparten todos los géneros. El
Abancerraje, además de ser la obra cumbre de la novela morisca, sirve para comprobar cómo
muchos relatos viven en versiones que se transforman y adaptan según la intención y
capacidad de los respectivos autores y cómo la crítica puede aproximarse a cuestiones de esta
índole.
El estudio del tema se realizará por las páginas 302-313 de HLE, con el apoyo de las lecturas
incluidas en esta Guía y de la lectura obligatoria del Abencerraje, con su estudio introductorio
correspondiente.
Esquema
1. Introducción.
3. La novela morisca.
3.1. El Abencerraje.
4. La novela bizantina.
1. Introducción al tema
En este tema se comienza el primero de los tres dedicados a la prosa de ficción, ese género
denostado por los humanistas por su falta de utilidad social.
2. La novela pastoril
La literatura y lo pastoril.
Antigüedad Clásica: Teócrito (Idilios), Virgilio (Bucólicas),
la tradición bíblica: El cantar de los cantares
la pastorela y formas afines,
el género dramático del "Officium pastorum",
Sannazaro (La Arcadia),
la égloga renacentista en sus dos orientaciones:
o lírica (Garcilaso)
o dramática (Juan del Encina, Lucas Fernández...)
Lo pastoril entrará en la literatura renacentista de una forma gradual e irá
evolucionando abandonando su característico "stylus humilis'' y se irá dignificando A ello no
serán ajenas las nuevas corrientes filosóficas.
48
Mediante un proceso de abstracción.
refleja mejor las ideas y, por tanto, es mucho más real. Así se nos presenta el llamado
idealismo renacentista, que, en sentido estricto, es realismo para el platónico
Esta nueva corriente neoplatónica pone de moda la llamada “filosofía natural”, que
será la base en la que se apoyará la literatura de pastores durante el Renacimiento.
Antonio de Torquemada, por ejemplo, en sus Coloquios satíricos
desarrollará las ideas platónicas dentro de un panteísmo por el que identifica a la
naturaleza (natura naturata) con Dios (natura naturans); de aquí se deriva que la
bondad y la belleza de las cosas está en función de su relación con la naturaleza.
Por ello, la vida pastoril es la más perfecta, porque está en constante contacto con
lo más natural de las cosas creadas. (de ahí “sequere naturam, fray Luis de León, etc.)
Sin embargo, los pastores, protagonistas de la novela pastoril, aunque sean llamados
así, responden más bien, por su refinamiento y sus actitudes, al mundo de la corte. Se trata,
por tanto, de una pura convención literaria sin ninguna conexión con la realidad. Si antes
había sido el ideal caballeresco la válvula de escape que permitía al cortesano ahuyentar la
realidad circundante, ahora lo será el ideal de la vida pastoril. El propio Don Quijote, al final
de su vida, deseará encarnar este ideal.
2.2. La Diana de Jorge de Montemayor
Estructura externa
La obra es una mezcla de prosa y verso, estructura externa común a muchas de estas novelas
(Sannazzaro).
Partes:
— Dedicatoria. a don Juan Castellá de Vilanova (época de mecenazgos culturales). El
autor alude a “baxo estilo” = stylus humilis
— Argumento. Con él, el autor pretende motivar al lector y facilitar la lectura de la
obra, contándonos, ya de antemano, el hilo conductor de su narración. Recuérdese
que la misma estructura, y con la misma función, se utiliza en la égloga dramática de
Juan del Encina y Lucas Fernández.
La materia argumental de La Diana se organiza en siete libros, cuyo final queda abierto bajo la
promesa de una continuación que jamás llevó a cabo Montemayor, aunque sí otros autores.
El libro cuenta el relato del infeliz pastor Sireno que, tras regresar de un viaje
involuntario, se entera de que a su amada Diana la han casado con Delio 49. Su
49
En la ciudad de León, según nos cuenta el autor, a orillas del río Esla, vivía una pastora, llamada
Diana. Ésta quiso y fue querida de un pastor, llamado Sireno, con un amor puro y casto. Pero, al
mismo tiempo, era requerida de otro pastor, llamado Silvano, quien era de la pastora tan aborrecido
que no había en esta vida persona a quien peor quisiese. Sireno, sin embargo, se vio obligado a
alejarse de aquella región. Durante su ausencia. Diana se casa con otro pastor, llamado Delio,
poniendo en olvido al que tanto había querido. Cuando regresa Sireno, conoce la infidelidad de
Consideraciones para caracterizar la obra, y que pueden ayudar a comprender una novela
muy alejada de los gustos del lector contemporáneo.
No hay un caso de amor principal al que se subordinen todos los demás, hay un
pluralismo de casos de amor. El espacio narrativo que se da a los que, a primera vista,
pudieran ser considerados como protagonistas principales, Diana y Sireno, no es
mayor que el que se les concede a otras parejas que urden la maraña de casos de
amor. El que Diana no aparezca hasta el final debilita lo que hubiera sido la acción
principal en una novela concebida según los procedimientos de la subordinación de
episodios.
La acción principal es la resultante de toda una cadena de acciones convergentes en
el Palacio de Felicia, que, de esta manera, se convierte en catalizador unitario de los
diversos casos de amor a lo largo del relato. Debido a esta coordinación de acciones
convergentes, todos los personajes de la novela tienen una relevancia narrativa, no
se puede decir que haya personajes de segunda fila, sino que todos aparecen en
Diana. No puede resistir tanto dolor y vaga por las montañas de León. Otros pastores, que también
conocían los sufrimientos del amor, comparten sus cuitas. Se encaminan a la corte de Felicia quien,
con su magia, les libera de tanta angustia. Mientras tanto, Diana no consigue la felicidad en su
matrimonio. Sin embargo, la obra no termina, como cabría esperar, con la unión de los amantes. La
novela queda abierta, a la espera de una segunda parte, como el propio autor promete, aunque nunca
cumplirá tal promesa.
estilo
— Ritmo lento. Una de las características del relato de la Diana es el estatismo. Una
cualidad que singulariza a todo el arte renacentista. Mientras en las llamadas
novelas “góticas” y “barrocas” hay un dinamismo que hace que los personajes se
estén moviendo continuamente, los personajes de la Diana, por el contrario, nos
cuentan siempre acontecimientos pasados. Incluso vemos a los personajes sentarse
para poder considerar mejor sus dolores. Este estatismo da a la novela un ritmo muy
lento, reflejado lingüísticamente por la abundancia de gerundios que, al determinar
y especificar la acción del verbo principal, tienen un valor estilístico, por el que la
acción se retarda dentro de un ritmo muy lento. También contribuye a hacer la
acción más lenta la frecuencia de los imperfectos; la mezcla de los imperfectos y de
los gerundios es lo que produce, sigue diciendo Moreno Báez, ese “tempo
lentissimo” con que da comienzo la novela.
La novela histórica en las letras hispánicas nace, en buena parte, como derivación de
las crónicas medievales. De aquel tronco común medieval surgirá la llamada novela histórica
que inicia su singladura ya en el siglo XV y se desarrollará, con cierta intensidad, a lo largo de
los siglos XVI y XVII. No fue, pues, un invento del romanticismo, movimiento literario durante
el cual el género adquirió su punto álgido.
Durante la segunda mitad del siglo XVI la novelización histórica acogerá el tema
morisco como fuente de inspiración literaria; el romancero ya había desarrollado
ampliamente los temas fronterizos; unas veces las relaciones entre cristianos y moros son a
través de conflictos bélicos; en otras, sin embargo, convivieron pacíficamente hasta que, por
último, a principios del siglo XVII (1609), serán expulsados definitivamente por motivos
político-religiosos.
En el siglo XVI, pues, el peligro musulmán había dejado de serlo. De ahí que la cultura
renacentista, que había idealizado primero la vida caballeresca, y, después la vida bucólica,
idealice, finalmente, la cultura árabe. La maurofilia impregna una buena parte de nuestro
romancero. Dentro de esta misma tendencia, la novela sublima el mundo que rodea al
caballero árabe. El moro competirá con el cristiano en el terreno amoroso; más aún; será
presentado como figura paradigmática: hermoso, valiente, noble y honesto.
Textos de prosa narrativa, relativamente cortos y que cuentan una sola historia
(diferencia con los libros de caballerías, por ejemplo).
según dirá en una emotiva carta dirigida a Jarifa, “yo no acostumbro a robar damas, sino
servirlas y honrarlas”.
La idealización de los personajes que pertenecen a los dos mundos, cristiano y moro,
es la nota más sobresaliente. La nobleza de su comportamiento viene determinada, al
margen de la diversidad de credos religiosos, por el propio linaje; la valentía no queda
devaluada por el enamoramiento, antes bien se potencia. La generosidad de los vencedores,
como señala López Estrada, actúa como principal núcleo temático. Fue este un motivo
recurrente en la historiografía literaria del siglo XV que recogía las relaciones de moros y
cristianos, principalmente de la zona fronteriza. La captura de un moro o de un cristiano por
una de las partes contendientes se soluciona literariamente con la devolución del cautivo
gracias a la magnanimidad de la que, en ocasiones, hace gala el enemigo. La novela del
Abencerraje recogería, en este sentido, la generosidad del cristiano para con un moro
cautivo. Se trata, por tanto, de la novelización de un tema que tenía para los lectores
verosimilitud narrativa , al recordar, literariamente, un acontecimiento que respondía a la
situación histórico-social, entre las gentes de la frontera durante el siglo XV. El tema de la
novela, pues, pudo haber sido tomado de una tradición popula r, respaldada, tal vez, por
acontecimientos reales.
De la popularidad que el tema alcanzó da buena cuenta el romancero y también la
literatura culta; son numerosas la versiones romancísticas que recogen este asunto. La
literatura culta lo utilizará como fuente de inspiración; Cervantes se hace eco de la historia
en El Quijote (1- Parte, capítulo V), y Lope de Vega hace una recreación del mismo en El
remedio de la desdicha. La impronta llegará hasta el romanticismo.
La novela morisca tendrá otras manifestaciones:
Historia de los bandos de Zegríes y Abencerrajes , [1595] de Ginés Pérez de Hita
Guerras civiles de Granada [1619] segunda parte
la crítica es unánime en destacar el valor literario de la primera versión, que describe
la vida en Granada con anterioridad a la conquista de los Reyes Católicos; las intrigas y
rivalidades entre la nobleza árabe, sin olvidar las incursiones bélicas entre moros y cristianos
en las zonas fronterizas son los principales núcleos de la sustancia del contenido narrativo.
La idealización del caballero árabe alcanza en esta novela cotas inusitadas; él es
paradigma de virtudes cortesana s. La maurofilia literaria que revivirá, más tarde, el
romanticismo tendrá aquí una inagotable fuente de inspiración.
La técnica del relato presenta algunas características que conviene subrayar:
1. El autor, con el objeto de dar credibilidad literaria a su creación, finge traducir de un
autor árabe aquello que cuenta , un recurso que utilizarán otros novelistas, entre ellos
Cervantes en El Quijote.
2. Descripciones coloristas y exóticas pretenden evocar la suntuosidad de la vida
cotidiana en el mundo árabe.
3. Se introducen numerosos romances de tema morisco. Todo ello hace de esta novela
una de aquellas que mejor caracteriza y define a la novela morisca en nuestra literatura.
NOVELA MORISCA
1.- El amor aparece como el más elevado de los sentimientos. Los protagonistas son capaces
de realizar grandes sacrificios por amor y superar cualquier obstáculo.
6.- Visión idealista de la convivencia, así se reconocen las virtudes de los vencidos que desde la
Antigüedad redunda en un aumento de la calidad humana del vencedor.
2.-
4. La novela bizantina
El siglo XVI populariza, asimismo, una estructura de relato que revive viejos
esquemas narrativos desarrollados por autores de la antigüedad helénica (Heliodoro de
Emesa, Aquiles Tacio); se trata de una forma de relato de una gran complejidad narrativa ,
que dejará una fuerte impronta en la prosa novelística del siglo XVII.
50
Durante la Edad Media, adquiere amplia difusión en toda Europa la leyenda sobre el rey Apolonio
en versiones novelísticas a las que la crítica literaria denomina genéricamente "novelas bizantinas".
La literatura española medieval participa de esta corriente a través de la versión del Libro de
Apolonio, según la estructura formal de la cuaderna vía del siglo XIII.
Busque un pasaje de la obra (no más de 10 líneas) que le parezca estilísticamente significativo
y haga un análisis formal del mismo.
Buscar una bibliografía sobre uno de estos géneros: libros de pastores, novela morisca o
novela bizantina.
Cada uno de los tres libros de la Diana comienza con la descri pción del paisaje bucólico. A
partir de la lectura de esas tres descripciones haga una lista de los elementos que deben
caracterizarlo.
GLOSARIO
Introducción al tema
Continuamos el estudio de la prosa de ficción en el siglo XVI con un tema en el que se aúnan
artificialmente tres géneros.
A través del estudio de este tema se adquirirán conocimientos básicos sobre el género
celestinesco, la picaresca y el cuento. Sin detenernos en ninguno de ellos de forma particular,
es necesario conocer sus rasgos característicos y los títulos más relevantes de géneros de gran
peso en el período, en aras de que en un futuro los alumnos tengan unos elementos básicos de
conocimiento y que en caso de necesidad o interés puedan ampliarlos a partir de estas
nociones. A propósito del Lazarillo y dos de los debates críticos que suscita la obra se
introducen algunas nociones básicas de técnicas o métodos de análisis filológico, de modo que
se adquiera una conciencia clara de que los resultados del proceso investigador expuestos en
los estudios e historias de la literatura, son el resultado de la aplicación de ciertas
metodologías, que también deben ser conocidas para ser evaluadas y contrastadas entre sí.
Esquema
4.1. El Patrañuelo.
1. Versiones poéticas o poemas que se relacionan explícitamente con la obra, incluso con
un escaso contenido narrativo.
1. Revisiones o continuaciones en prosa.
Todas ellas comparten rasgos genéricos, si bien las tres anónimas valencianas tienen
características propias que las diferencian del conjunto. Para la mayoría podemos señalar las
siguientes características, aunque no todas estarán presentes en cada una de las obras:
Por otro lado, estas obras se alejan en muchos aspectos del libro de Fernando de Rojas, por
ejemplo:
En un capítulo diferente hay que situar obras como La Lozana andaluza (Venecia, 1528) de
Francisco Delicado, porque sin pertenecer al género celestinesco tal como se ha caracterizado,
también recibe influencias de Celestina. Recuerda N. Salvador cómo Celestina es una obra
citada por el autor y mencionada por los personajes, que la leen y la conocen. Otras influencias
son más sutiles y de más calado actuando a modo de contaminatio: el uso de la misma
fraseología en circunstancias similares, situaciones que remiten a pasajes de la obra de Rojas y
seguramente la disposición en forma de diálogo.
La lozana andaluza
Dentro de la narrativa de la primera mitad del siglo XVI destaca, por su desenfado y
atrevimiento moral, el Retrato de la Lozana Andaluza [Venecia, 1528]. De alguna manera,
se le puede considerar afín al género celestinesco.
Escasos son los datos conocidos de su autor, Francisco Delicado. Aparece en
la obra como amigo de la protagonista, aunque en ningún momento se menciona
su nombre. El enigma se resuelve, sin embargo, en el prólogo de la edición que el
autor preparó del Primaleón, donde explica que en La Lozana Andaluza había
ocultado su nombre para no vituperar su oficio escribiendo vanidades. Nacido
probablemente en torno a 1480 en la diócesis de Córdoba, obtiene el beneficio
eclesiástico de vicario del Valle de Cabezuela. Parece que fue discípulo de Nebrija,
a cuya autoridad y magisterio se acoge en varias ocasiones. Se especula sobre su
origen converso, condición que le obligaría a trasladarse a Italia. Roma y Venecia
fueron las ciudades donde transcurre la mayor parte de su existencia llevando una
vida dedicada a preparar ediciones de textos como el Amadís, la Celestina y el ya
citado Primaleón, unas ocupaciones que no le impidieron frecuentar el mundo
prostibulario, cuyas consecuencias vivió en su propia carne, al contraer el llamado
mal francés, una experiencia de la que dejará testimonio en El modo de adoperare
el legno de India, sobre la curación de dicha enfermedad.
La Lozana Andaluza está escrita en forma dialogada, una estructura muy similar a
la que presenta La Celestina. La protagonista es Aldonza, natural de Córdoba; la
descripción de su ascendencia y orígenes tiene un gran paralelismo, asimismo, con la
novela picaresca, una coincidencia que hace que la crítica considere esta obra como un
eslabón entre el género celestinesco y la novela picaresca. Los avatares existenciales que
tiene que afrontar la obligan a trasladarse a Roma. Aquí mercantiliza con su cuerpo. El
mundo de la prostitución se convierte en el núcleo fundamental del relato. Al final, sin
embargo, la protagonista se retira a la isla de Lípari en busca de una nueva vida bajo el
nombre de Vellida. El autor aprovecha una buena parte de su discurso narrativo para
ofrecernos, con gran realismo, la situación corrupta de la Roma renacentista, por lo que la
Ciudad Santa se hará merecedora del castigo divino, a manos del Emperador Carlos V, con el
célebre saqueo de la ciudad. De esta manera, la obra adquiere una orientación
moralizante.
Burgos
Amberes
Alcalá
Medina del Campo51
Sin embargo, la cuestión textual del Lazarillo, que se reactivó con esa aparición, es mucho más
compleja y podemos sintetizarla a partir del trabajo del mismo Aldo Ruffinatto, donde no solo
se manejan las primeras ediciones, sino las noticias sobre otras ediciones anteriores --que
tuvieron necesariamente que existir y también la famosa edición del Lazarillo castigado, que
preparó López de Velasco52.
51
En 1992 en de Barcarrota se descubrió una pequeña biblioteca de obras prohibidas, que se
habían conservado en perfecto estado. Entre ellas había una edición del Lazarillo, que venía a
sumar confusión al panorama ya existente, porque era otra edición de 1554, pero hecha en
Medina del Campo en la imprenta de Mateo y Francisco del Canto. Con los datos de la crítica
textual en la mano y cotejando los textos, Aldo Ruffinatto concluye se podía asegurar que de la
edición de Medina derivaba la de Burgos del mismo año, por lo que la importancia de ésta
quedaba reducida para la reconstrucción del original del autor.
52
Efectivamente en el Index de libros prohibidos publicado en 1559 aparecía el Lazarillo, que solo
pudo volver a la imprenta a partir de 1573, cuando la revisó severamente el humanista Juan López de
Velasco, que le quitó los tratados cuarto y quinto y párrafos enteros y expresiones del resto, para
1. Medina del Campo 1554 comparte errores con Amberes, Alcalá de Hernares y
Burgos. Esto significa que todas ellas proceden de un mismo arquetipo X.
2. Los errores comunes entre Alcalá, Medina del Campo y Burgos frente a
Amberes, implican que esas tres ediciones hechas en España tienen un
antecedente común, que es distinto de la edición de Amberes.
3. Por último, Burgos y Medina del Campo tienen a su vez errores que los
vinculan, pero dado que Burgos es una edición mucho más defectuosa, que
comete sus propias faltas, no puede ser el original del que copia Medina, sino
que la copia debe producirse en sentido
inverso.
Pero, ¿qué son Y, X y ? En los términos habituales de la crítica textual es siempre el original del
autor, que se intenta reconstruir con todo este cotejo y discriminación de variantes entre los
intentar convertirlo en un librito inocente despojado de su profunda carga crítica
textos. X e Y indican testimonios que con toda seguridad existieron, pero sobre cuyas
características el editor no se pronuncia. En el caso del Lazarillo debemos pensar que X e Y son
ediciones anteriores a 1554, posiblemente una de ellas sería de Amberes, 1553, que citaron
algunos críticos del siglo XIX, otros mencionaron una edición de 1550 impresa fuera de España.
En cuanto a , el stemma no implica que López de Velasco conociera el original manuscrito,
puesto que entre ese original y su edición pudo haber otras ediciones que ignoramos y que no
podemos deducir.
Lo que sí puede afirmarse es que existían varias ediciones del Lazarillo antes de 1554, aunque
probablemente ninguna sea anterior a 1550, de modo que estamos ante una obra de éxito
fulminante, que también produjo su propia descendencia en una segunda parte que
continuaba las andanzas de Lázaro (Amberes, 1555).
Sin embargo, la verdadera eclosión del género de la picaresca será a partir de que se publica el
Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599). Desde entonces se sucederán obras como el
Buscón de Quevedo (1604?), Pícara Justina de López de Úbeda (1605), el Marcos de Obregón
de Vicente Espinel (1618), y otras muchas menos conocidas. Quizá esta falta de respuesta
inmediata se deba a la prohibición inquisitorial de 1559, aunque entre la novelita de 1554 y el
género que se despliega desde 1599 habrá grandes diferencias.
La anonimia del Lazarillo, que tanto inquieta a la crítica moderna, no pareció despertar la
curiosidad de sus coetáneos. De hecho, si es Lázaro quien escribe su vida en primera persona,
su autor solo puede ser él, de ahí que necesariamente la obra tuviera que aparecer así. No
obstante, existen desde antiguo las atribuciones a diferentes autores, basándose en datos
diversos, bien de carácter tradicional, ideológico, o lingüístico. Algunas atribuciones se basan
en noticias dadas por autores de la propia época o poco posteriores, de este tipo son la que
hace fray José de Sigüenza en su Historia de la Orden de San Jerónimo (1605) que cita como
autor a fray Juan de Ortega[6], general de la orden desde 1552. También la que da Valerio
Andrés Taxandro en el Catalogus clarorum Hispaniae scriptorum (Maguncia, 1607) que se lo
atribuye a Diego Hurtado de Mendoza[7] y esta autoría gozó de mucha fortuna en el siglo XIX
y los primeros años del siglo XX.
Otro método empleado ha sido a partir del contenido de la obra, su tratamiento de los temas
candentes del momento y su posicionamiento ideológico, en lo que coincide con el de algunos
autores del momento. Algunos de ellos, cuyos perfiles biográficos adicionales (conocimiento
de Toledo o Salamanca, por ejemplo) podrían facilitar conocimientos que presenta la obra, se
han sugerido (o defendido contra viento y marea) como autores. El conocido estudioso del
siglo XIX Alfred Morel-Fatio vinculó la génesis del Lazarillo al círculo erasmista de los hermanos
Valdés, lo que luego Rosa Navarro ha llevado más allá al convertir a Alfonso de Valdés en
autor de la obra. La atribución a Sebastián de Horozco se apoya en los paralelismos que José
Asensio (1867) observó entre el librito y una obra dramática escrita por Horozco, que él
editaba. Posteriormente esta hipótesis ha sido seguida por unos como Cejador y Márquez
Villanueva, aunque otros la han rebatido. Aunque se pueden añadir otras atribuciones
(Francisco de Enzinas, Hernán Núñez de Toledo), solo mencionaré dos más, porque junto a
estas afinidades ideológicas y biografías emplean un método estadístico basado en el análisis
cuantitativo de los textos. Para ello establecen en el texto que se quiere atribuir algunos rasgos
peculiares del uso de la lengua, de su sintaxis o su léxico, que luego comparan
estadísticamente con el grupo de obras o con la obra de otros autores. Su objetivo es
determinar qué probabilidad tienen unas obras y otras de haber salido de la misma pluma.
Este método ha sido desarrollado para Cervantes de Salazar por José Luis Madrigal y para Arce
de Otálora por Alfredo Rodríguez López-Vázquez[8] .
No hace al caso pronunciarse sobre ninguna de estas atribuciones, aunque en los últimos
meses se ha rescatado la autoría de Diego Hurtado de Mendoza a partir de la relación que tuvo
con López de Velasco. Según la documentación exhumada por M. Agulló, éste tuvo en su
poder muchos papeles de don Diego porque se encargó de administrar su hacienda. En el
inventario de esos documentos de Hurtado de Mendoza hay: un legajo de correcciones hechas
para la impresión de Lazarillo y Propaladia.
pues, en estos casos una acepción muy pragmática, aplicable únicamente al mundo del
pícaro; “buenos” son aquellos que les ayudan a subsistir; en el Lazarillo lo bueno es lo
seguro, lo que conviene al bienestar de quien lucha contra la adversa fortuna. Bondad,
honra y provecho personal es para el pícaro la misma cosa.
En la novela hay dos planos narrativos: el del autor y el del protagonista; los dos
planos se interfieren por medio de la ironía, aunque presentan dos sentidos diferentes:
Lázaro cuenta su vida como si de un triunfo se tratase, mientras el autor cree todo lo
contrario; Lázaro, desde su perspectiva, considera que ha llegado a buen puerto; para el
autor, por el contrario, aquella situación es el colmo de la abyección. La ironía sería el lazo
estilístico que une los dos planos.
Por lo que al estilo se refiere, el Lazarillo está escrito dentro del stylus humilis; a ello alude el
autor cuando, en el prólogo, pide disculpas por su “grosero estilo”; una referencia que hay
que relacionar con la poética de los tres estilos (sublime, mediocree ínfimo); la naturaleza
estamental del protagonista elegido exige al autor seguir las normas de la poética del estilo
bajo. Cada estilo debía acomodarse a unos temas y a unos personajes para conseguir el
“decoro”, cualidad artística que consiste en hacer hablar a los personajes de acuerdo con su
procedencia estamental. Por ello, el autor coloca al pícaro y al mundo que lo rodea dentro de
una verosimilitud narrativa, en consonancia con su personalidad y el medio ambiente en el
que se desenvuelve. Esto se conseguirá intentando que la lengua sea un reflejo de ese
telón de fondo social. De ahí que abunden los vulgarismos y un estilo coloquial, con el que se
intenta un acercamiento a la situación existencial del protagonista y de su medio ambiente.
Caso González ha llamado la atención sobre dos recursos estilísticos que singularizan el estilo
del Lazarillo: la ironía y la hipérbole.
coincidan con las imágenes habituales en la época, ora las contradigan, todos mudan
profundamente de sentido. De piezas sueltas de un mundo desordenado, pasan a ser
4
partes orgánicas de un universo: de un personaje y del horizonte que avista” .
El cuento
La Edad Media había desarrollado y favorecido la literatura del exemplum, primero
como auxiliar de la predicación y, finalmente, como literatura de recreo y adoctrinamiento de
la nobleza. El Conde Lucanor, de don Juan Manuel, es paradigma de esta orientación. Durante
el Renacimiento permanecerán estas narraciones en la doble orientación sacra y profana.
La predicación popular prodigará la literatura del exemplum hasta tal punto que
“predicar el ejemplo” o “asistir al ejemplo” se convierten en expresiones usuales tanto entre
los fieles como entre los predicadores de los Siglos de Oro para referirse al sermón; si el
“ejemplo” nace, dentro de la retórica de las artes praedicandi, como mero apéndice que
eleva a la categoría sensible y representativa las verdades doctrinales que se pretendían
transmitir, a partir del siglo XVI, el “ejemplo” se constituye, de por sí, en núcleo en torno al
cual gira, al menos, una parte del discurso retórico sacro. La fuerte orientación moralizante
de la predicación favorecía el uso de estos ejemplos de los que el auditorio podía comprender
mejor las consecuencias que llevaba consigo el apartarse de la norma moral; de ahí que el
discurso narrativo de estos relatos dedicase una gran parte a describir la conducta aberrante
del protagonista con un realismo minucioso y detallado. La lujuria, el robo y toda la gama de
pecados que puede cometer la naturaleza humana constituían el tema del sermón; el castigo
divino impuesto al transgresor actuaba como elemento corrector del que se extraía una
enseñanza. Esta tendencia de la oratoria sacra fue muy del gusto de los jesuitas; en muchos
de sus colegios se conserva la relación de los ejemplos predicados entre un público
mayoritariamente estudiantil.
El cuento de naturaleza más bien profana y folclórica también adquirió amplia
difusión durante el Renacimiento. Un buen muestrario de cuentos populares se ofrece en las
modernas compilaciones de Máxime Chevalier. Autores cultos cultivaron, asimismo, esta
modalidad narrativa. Juan de Timoneda, dramaturgo y colector de romances, nos dejó varias
obras de cuentos que él toma, en ocasiones, de relatos eruditos, o de la tradición oral, en
otras; de él se conservan dos grandes colecciones bajo el título de el Sobremesa y alivio de
caminantes [1563] y Buen Aviso y Portacuentos [1569]; su finalidad, como el propio autor nos
dice, es ofrecer al lector unos materiales que le sirvan para amenizar las tertulias de la
sobremesa y de entretenimiento en horas de viaje.
La novela corta
4.1. El Patrañuelo
La obra quizás más representativa de este género es el El Patrañuelo, también de
Juan de Timoneda. El autor, en la “Epístola al amantísimo lector”, nos explica el título en
estos términos: “porque Patrañuelo deriva de patraña, y patraña no es otra cosa sino una
fingida traza tan lindamente amplificada y compuesta, que parece que trae alguna apariencia
de verdad”. Son, pues, narraciones breves a la manera de cuentos novelados, designadas
como patrañas, para cuya composición el autor utilizó las más diversas fuentes, hoy
perfectamente identificadas, entre las que destacan las de origen italiano. Esta procedencia
de los materiales hizo que Menéndez Pelayo calificase la obra como la primera colección
española de novelas escritas a la manera italiana. Una parte de la crítica moderna rebaja la
dependencia italiana, a la vez que caracteriza a estas patrañas dentro de la misma tendencia
que el autor presenta en las compilaciones anteriores. Aunque en muchos aspectos sigue los
mismos procedimientos de las colecciones anteriormente referidas, sin embargo, por la
GLOSARIO
ACTIVIDADES
1.- Uno de los rasgos de la literatura celestinesca es la elevación del lenguaje coloquial a lo
literario. Para comprobar este aspecto, consulte el texto anotado de La lozana andaluza, [Ir a
repositorio: TEMA 9.2. Lozana-And] y subraye los siguientes rasgos propios del lenguaje
coloquial:
frase breves,
répicas y contrarréplicas,
exclamaciones e imprecaciones,
términos del habla vulgar.
Además, como en Celestina y en general en el teatro, a través del diálogo se describe el
entorno, a los personajes y su aparición o salida. Busque en el texto estos elementos.
2.- Jose M. Caso González señala la ironía y la hipérbole como recursos estilísticos muy
presentes en el Lazarillo. El primero consiste en expresar en el plano lingüístico lo contrario
de lo que se está dando a entender; el segundo consiste en la exageración de la realidad.
Busque en la obra al menos dos ejemplos de cada uno de estos recursos.
3.- Lea la patraña cuarta de El patrañuelo [Ir a repositorio. TEMA 9.3. Timon-Patr-4] y la
selección de la Floresta de Melchor de Santa Cruz [Ir a Repositorio. TEMA 9.1. Floresta-
Santacruz]. Haga una tabla donde se comparen las características de uno y otro género en es
aspecto estructural y formal, atendiendo a:
a) Extensión,
b) caracterización de los personajes,
c) contenido,
d) ubicación espacial,
e) tiempo del relato,
f) estructura del relato.
g) Si puede averiguarlo respecto a uno y otro, señale qué tipo de fuentes manejan.
4.- Entre las anécdotas de la Floresta hay dos relativas a moros. ¿Puede relacionarlas con el
tipo de personajes protagonistas de la novela morisca?
Introducción al tema
Esquema
1. La literatura caballeresca.
1.1. Características del género.
1.2. Origen.
1.3.El Amadís de Gaula.
1.4. Éxito lector y evolución del género.
2. El Quijote.
2.1. Fuentes (y ediciones)
2.2. Génesis.
2.3. La estructura (y argumento)
2.4. Personajes, técnica narrativa y estilo.
2.5. El Quijote, libro de libros.
1. La literatura caballeresca.
VIII.2.5. EL QUIJOTE
El Quijote es la culminación y síntesis de varias de las líneas genéricas de la ficción que se
desarrollan a lo largo del siglo XVI y punto de partida para la novela moderna.
1.- Edición
NOVELAS INTERPOLADAS
Estas novelas interpoladas responden al deseo de dar mayor
variedad y amenidad al relato, con incursiones en historias y géneros
de índole diversa a la parodia caballeresca central. Pertenecen a las
modalidades narrativas vigentes en la época:
la historia de Marcela y Grisóstomo es una novela
pastoril;
los relatos de Cardenio y Luscinda, y Fernando y
Dorotea nos introducen en el mundo de la novela amorosa
de tipo cortesano;
de corte italiano con análisis de pasiones y psicologías es la
del Curioso impertinente
la del Cautivo es una novelita de tema histórico morisco.
En la segunda parte del Quijote, el bachiller Carrasco se hace eco
de cierta crítica de los lectores: “Una de las tachas que ponen a la tal
historia —dijo el bachiller- es que su autor puso en ella una novela
intitulada El curioso impertinente, no por mala ni por mal sazonada,
sino por no ser de aquel lugar, ni tiene que ver con la historia de su
merced del señor don Quijote."
No desaparecerá del todo, sin embargo, este tipo de elementos en
la segunda parte, aunque su relación con la trama central se hace
mucho más estrecha: recuérdense las historias de Camacho, de la
hija de la dueña Rodríguez, de Ricote y su hija.
EVOLUCIÓN DE LOS PERSONAJES
La perspectiva de narrador y personajes evoluciona
progresivamente. A mi juicio una de las diferencias más notables en
Personajes
Toda la crítica subraya la complejidad y hondura del protagonista
cervantino, y si no lo subrayara, la vigencia y la fuerza con que se ha
impuesto en la posteridad era suficiente prueba de su intensidad.
DON QUIJOTE
Es imposible, como sucede con los demás aspectos de la novela,
reseñar las dimensiones de don Quijote 55, ni siquiera de modo
elemental. Su locura es el primer dato que se impone; no admite, sin
embargo, la simplificación: es un loco cuerdo o un cuerdo loco. Es
loco en lo que se refiere a su manía caballeresca, que le impone
buena parte de su visión del mundo; pero no lo es en otros aspectos
ni en el juicio recto que establece sobre las realidades morales o la
justicia y la misericordia con los oprimidos. A don Diego Miranda le
parece el hidalgo “un cuerdo loco y un loco que tiraba a cuerdo (...)
ya le tenía por un cuerdo y ya por loco". La coherencia de su proyecto
vital aun dentro de su propia locura es notable", y como fuerza
sustentadora, la locura de don Quijote es verdaderamente un impulso
de vida: significativamente, al recobrar la cordura muere, a pesar de
las incitaciones de Sancho, que considera el morirse como la peor de
las locuras.56
55
Un hidalgo manchego, cincuentón, pacífico y razonable, que ha
pasado toda su vida ocioso y sin actividades que animen y justifiquen su
existencia, encuentra en los libros de caballerías un mundo de acción y
fantasía que lo subyuga. Así, “rematado ya su juicio, vino a dar en el más
extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció
convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el
servicio de su república, hacerse caballero andante” (I, cap. 1).
La locura resulta imprescindible para romper el universo anodino e
irrelevante en que ha vivido hasta ese momento y lanzarse a un juego tan
apasionante como disparatado.
56
La monomanía constituye un típico recurso cómico que permitirá que los primeros
capítulos se construyan sobre los errores de interpretación del protagonista y el choque de
sus desaforadas fantasías contra la contundente realidad. Muchas de las aventuras acaban,
como muchas obras de burlas, con el héroe vapuleado o apedreado, grotescamente
maltratado por las criaturas o las cosas a las que ha querido imponer las leyes de su universo
de quimeras e ilusiones.
En la Segunda parte, la situación se vuelve mucho más compleja. Varios de los
personajes que lo rodean conocen y dominan las coordenadas de la monomanía quijotesca
y la usan para controlar, dominar o reírse de su inventor. Gracias a este conocimiento,
Técnica narrativa
Uno de los aspectos básicos que todos los estudiosos destacan en
la construcción del mundo artístico del Quijote, y uno de los de mayor
modernidad, es el manejo de la perspectiva. El punto de vista cambia
durante el relato: al principio es un narrador omnisciente que trata de
dar verosimilitud a su propia perspectiva, con datos parciales,
referencias a fuentes documentales. En la aventura del vizcaíno se
introduce la ficción de otra instancia narrativa: el historiador árabe
Cide Hamete Benengeli, cuyo texto manda traducir el primer
narrador, que puede ahora introducir diversas reflexiones y
comentarios sobre la materia de la narración. En la segunda parte, los
propios personajes tienen noticia de la existencia de un libro sobre
don Quijote y Sancho, que discuten y comentan, como si tuviesen
vidas autónomas independientes del relato en el que han nacido y en
el cual viven. El juego de los niveles de la ficción y de las perspectivas
narrativas es complejo.58
58
Este juego de voces y planos narrativos es, en parte, parodia de los recursos
habituales en los libros de caballerías, cuyo texto se presenta con frecuencia como hallado
en un viejo manuscrito o traducido de lenguas exóticas. Los titubeos y dudas sobre la ficción
narrativa confieren al conjunto un aire irónico, que se enriquece y hace más complejo
cuando en la Segunda parte los mismos personajes conocen el libro de 1605 y discuten o
corroboran lo que en él se cuenta, a la luz de su inmediata experiencia.
La sutileza de estos juegos de voces contrasta con un relato en apariencia
descuidado, plagado de mecánicos errores de construcción que el más topo de los lectores
es capaz de localizar y denunciar: desde el famoso robo del asno —al que se alude, pero
nunca se narra— hasta los múltiples olvidos y confusiones que salpican la obra.
Probablemente, muchos de estos desajustes son fruto de una redacción final precipitada y
de una lima poco cuidadosa; pero Cervantes sabe aprovecharlos como parte de una
estudiada estrategia para crear un relato ambiguo y poco fiable. A la mujer de Sancho Panza
se le llama Mari Gutiérrez (I, cap. 7) y unas líneas más abajo Juana
Gutiérrez (nombre que se repite en I, cap. 52, junto al de Juana Panza); en la
Segunda parte el escritor ha olvidado el nombre con que había bautizado al personaje y la
llama Teresa Panza o Teresa Cascajo (II, cap. 5). Tras tanta confusión onomástica, Cervantes
se permite criticar irónica y cínicamente, por boca de Sancho, los supuestos errores de
Avellaneda: “¡Donosa cosa de historiador! ¡Por cierto, bien debe de estar en el cuento de
nuestros sucesos, pues llama a Teresa Panza, mi mujer, Mari Gutiérrez!” (II, cap. 59).
Este narrador, que yerra y se corrige, que permite que sus personajes discutan y
refuten lo que él ha escrito y publicado, juega en muchas ocasiones con el lector, le oculta
Estilo
El Quijote se presenta al lector como una parodia literaria. En los capítulos iniciales
es frecuente el remedo burlesco de la lengua de los libros de caballerías. El protagonista
emplea arcaísmos, voces y giros propios del siglo XV, que sorprenden y hacen reír a sus
interlocutores: “Non fuyan las vuestras mercedes ni teman desaguisado alguno, ca a la
orden de caballería que profeso non toca ni atañe facerlo a ninguno” (I, cap. 2). A medida
que avanza la narración, se van espaciando estos usos paródicos y don Quijote incorpora la
lengua dominante entre las clases instruidas de su tiempo.
La lengua de Sancho, y de otros personajes del pueblo, recoge la formas del habla coloquial
de la época. Aunque todos los lectores identifican al escudero por el uso constante de
refranes, a veces en impertinente retahíla, este recurso caracterizador noaparece hasta I,
cap. 19. Cervantes salpica, además, la ágil, precisa y rica cháchara del criado con ciertas
deformaciones cómicas (relucida por reducida, fócil por dócil, sobajada por soberana) que
merecen las corrección de don Quijote y de otros personajes instruidos.
Como Sancho, las criaturas de las ventas y caminos utilizan el habla coloquial, viva,
expresiva, de frase breve, pródiga en exclamaciones, elipsis y anacolutos. Por el contrario,
los protagonistas de las novelas y relatos ajenos a la historia principal emplean un lenguaje
La lengua del Quijote, por su variedad y riqueza, por su propiedad y fuerza expresiva,
siempre ha sido un modelo en que han aprendido todos los hablantes y, muy
especialmente, los que se han propuesto escribir en español.
No obstante, Borges (1960) señaló una diferencia esencial entre la actitud de los
narradores decimonónicos y la de Cervantes: los primeros “novelaron la realidad porque la
juzgaban poética; para Cervantes son antinomias lo real y lo poético”. De hecho, en el
Quijote lo real se utiliza precisamente como contrapunto, como demoledora antítesis de lo
literario. Pero al dirigir la mirada del lector sobre lo vulgar y cotidiano, coloca la realidad
irrelevante de cada día en una peana y, aun sin pretenderlo, le confiere una dimensión
artística.
Desde los primeros párrafos, el texto cervantino nos habla de comida, de comida
modesta y cotidiana, de dinero (el condumio diario consumía “las tres partes de su
hacienda”) y de ropas, sometidas también a la inevitable presión de la economía,
distinguiendo, no por azar ni por capricho, entre el vestido que usaba el hidalgo los días de
entresemana y el que reservaba para los feriados.
Estos elementos y muchos otros que se podrían traer a colación avalan la opinión
general de que el Quijote constituye el prototipo de la novela realista, cuyas marcas
esenciales son la coherencia sicológica de los personajes, la verosimilitud de las acciones
(todo lo que ocurre ha de ser físicamente posible) y la presencia objetual (pueblos, caminos,
ventas, bosques y sierras, y ensanchando el valor de la voz objetual: individuos, animales)…
El Quijote es, tal y como definía Stendhal la novela, un espejo por los caminos de la España
barroca.
Actividades complementarias
¿En qué lugares del Quijote se habla del cronista o
historiador ficticio de la obra? ¿Cuántos intermediarios
tiene el texto?
Señale en la historia de Marcelo y Grisóstomo los rasgos
característicos de la novela pastoril.
Era un problema redactar a la vez una obra extensa y darle
unidad, por eso Cervantes emplea diferentes técnicas para
integrar los relatos intercalados en la trama central: sus
protagonistas pueden ser espectadores, pueden participar
de algún modo en el desenlace de la misma, puede confluir
con la trama central. Además, para introducirlas también
emplea el autor distintas técnicas: encontrarse a alguien en
el camino, un relato contado por su protagonista, un relato
leído al resto. Señale brevemente cuáles son los modos en
que unas y otras historias se vinculan al argumento nuclear.
El Quijote es una parodia de los libros de caballerías.