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1. COMO SURGE LA IDEA DE DE LA ANIMACIÓN A LA LECTURA.
En octubre de 1965 abrió sus puertas en la localidad francesa de Clamart la biblioteca “la
joie pour les libres”, se trataba de una biblioteca concebida para los niños y los jóvenes.
Esa biblioteca tenía un admirable antecedente en otra célebre biblioteca para los niños, la
Hora Feliz, abierta en Paris en el 1924.
Surgen ideas como: hacer narraciones de cuentos en voz alta, conversaciones sobre libros
leídos por los adultos, lecturas poéticas, guías bibliográficas, exposiciones temáticas de
libros, representaciones teatrales de libros, lecturas en voz alta de novelas, de álbumes
ilustrados,….juegos para captar la atención de los futuros lectores…etc. Y todo esto se
tradujo en Francia como: Animación a la lectura.
Con este tipo de actividades se ha conseguido acercar el libro a los niños que ya les
gustan los libros o estaban próximos a ello. Pero no está tan claro que los niños que no
les gusta leer, que no sienten atractivo por la lectura se haya convertido en lectores a
través de la animación lectora.
Es evidente que el niño que considera que la lectura es aburrida, que supone un esfuerzo
que más allá de pasarlo bien en las sesiones lúdicas de animación a la lectura, difícilmente
se va a convertir en un lector a través de determinadas sesiones de animación lectora.
Pero nos hemos preguntado alguna vez ¿Porque hay niños que no les gusta leer por nada
del mundo? ¿Porque rechazan la lectura? ¿Acaso han tenido un aprendizaje lector
inadecuado? ¿Se le ha presionado para que lean? ¿El aprendizaje lector, para ellos, ha sido
un acto agradable o más bien un suplicio? o sencillamente, porque en su aprendizaje
lector no han llegado a descubrir la utilidad que tiene para él la lectura.
Quizás como ejemplo ilustrativo tengamos el del alumnado disléxico que asiste a las
aulas. Desconocido, muchas veces, a la hora de implementar las estrategias y métodos
adecuados a sus necesidades lectoras. ¡ Ojo! Y no estamos hablando ni de uno, ni de dos,
estamos hablando de un 10 % de la población escolar. Eso si, luego querremos que
participe en las sesiones que se puedan organizar de “animación lectora”
Para que los niños que les gustan los libros para fomentar el gusto y el hábito lector.
Para que los niños que no les gustan los libros, seguramente, para nada.
No olvidemos que cuando la biblioteca “la joie pour les libres”, abrió sus puertas trataba
de “generar el placer” al usuario de la lectura. Y nosotros, con toda la buena voluntad del
mundo la hemos querido aplicar y generalizar a todos los niños sin distinguir si ya usan la
lectura o por el contrario la rechazan.
No olvidemos que para animar a hacer algo, se supones que algo debemos sabemos del
asunto. Así pues antes de animar a los niños que no les gusta leer a leer resolvamos las
causas que les han llevado a rechazar la lectura.
Libre y no obligatoria.
Un acto lúdico
No debe de suponer la realización posterior de ningún trabajo.
Se puede realzar en cualquier escenario: aula, casa, biblioteca…
Sin embargo, debemos considerar la eficacia que los “planes de animación a la lectura” se
han desarrollado desde hace años en muchos lugares. La pregunta es inevitable ¿Cuales
han sido sus resultados? ¿En que porcentaje ha aumentado los hábitos lectores? Quizás la
animación a la lectura se haya utilizado más, como una técnica lúdica para la lectura de un
libro concreto, que como un plan sistemático para fomentar la lectura.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Necesidad de:
Plantearse porque hay tantos niños que terminan la escolaridad sin el menor
interés por la lectura.
Revisar como se desarrollan los planes de animación a la lectura
Buscar medidas para la transformación del sistema rígido, actual, en la enseñanza
de la lectura
Marzo de 2010