Texto crítico:

The Covid Art Museum

Eva Busch Verni

Licenciatura en Arte, cuarto año

Fundamentos de la Estética
Dra. Rosa Droguett Abarca
Mayo 2020
 1
En este momento estoy, como muchxs, en una cuarentena
total por la pandemia mundial de Covid-19. Hace varias
semanas que no salgo de mi casa, y estando encerrada he
encontrado en el arte y en la creatividad un refugio. Una de las
páginas de Instagram que se enfoca específicamente en
A taste from the outside

difundir arte creado durante la pandemia es The Covid Art

@austenleathers

Museum (@covidartmuseum), perfil que fue creado por tres

publicistas españoles el 19 de Marzo este año. Según sus
creadores, las publicaciones en este museo virtual deben
“contar un sentimiento, una vivencia o una observación relativa
a la pandemia porque de esa forma se logra conectar con el
visitante del museo”2, lo cual me parece una iniciativa sincera,
simple y necesaria. Algo que yo rescato de ella, además de lo
que mencionan les creadores, es que cualquiera puede
volverse “artista” si así lo desea (considerando que existe una
curatoría que deja fuera algunas propuestas enviadas), y
cualquiera que tenga acceso a Internet puede ver las obras del
museo y conectar con ellas.

Dentro de las miles de fotos publicadas en este perfil, no pude

evitar detenerme en estas dos: ambas son obras fotográficas,
una de Austen Leathers, fotógrafo análogo estadounidense, y
una de Deco Bueno, fotógrafo digital brasilero. “A taste from the
outside” de Leathers muestra el plano detalle de una mano
izquierda sosteniendo flores diminutas con el índice y el pulgar,
@decobueno

sin poder tocarlas directamente por tener puesto un guante

Sin título

quirúrgico. En la fotografía están enfocadas la mano y las

                                                                                                               
1
Insomne Mag es una revista digital latinoamericana, que ofrece un espacio de
expresión para jóvenes y adultxs que deseen escribir acerca de arte, música,
cine, literatura, o experiencias personales. Insomne Mag busca generar espacios
de crítica, diálogo y difusión de cultura, siempre con conciencia de la actualidad y
desde la mirada personal de cada autor(a). La revista está principalmente –pero
no exclusivamente– dirigida a jóvenes y adultxs con un interés en la cultura.
2
Valles, Paula. “Covid Art Museum, el museo virtual inspirado en la pandemia”
en La Tercera. 28 Abril 2020.
flores, mientras que el fondo está fuera de foco y sólo podemos
distinguir manchas verdes. Los colores son sutiles y, aunque
los tintes sean fríos, adquieren una calidez y profundidad
íntimas por la materialidad del rollo análogo vencido. La foto
“Sin título” de Bueno tiene un encuadre similar, mostrando una
mano derecha sosteniendo dos palillos chinos, tomando con
ellos una nube a través de una rejilla que nos remite a una
ventana de departamento. En el fondo vemos dos edificios de
departamentos que nos sitúan en un lugar urbano. A diferencia
de la obra anterior, ésta última es digital y está en blanco y
negro, y encuadra la mano en un ángulo levemente
contrapicado para enfatizar la distancia entre la persona que
levanta su mano y el cielo al que la levanta. En ambos casos
las manos parecen pertenecer a la persona misma que toma la
fotografía, lo cual nos sitúa –como espectadores– en la
posición del cuerpo que mira y también del cuerpo que actúa,
permitiéndonos tener una cercanía personal con las obras.
Para poder entender estas obras a cabalidad y el impacto que
podrían tener, evidentemente debemos considerar el contexto
de aislamiento social en el que surgieron3. Estas fotos utilizan
lo que yo considero símbolos de la pandemia actual: el guante
quirúrgico, que remite a la extrema higiene que se requiere de
nosotres para cuidarnos del virus y no tener contacto físico con
otras personas, y la malla de seguridad en la ventana, que
visualmente se asimila a una reja y refleja el encierro en el cual
nos encontramos. En ambos casos la naturaleza se encuentra
lejos del cuerpo, no hay contacto físico directo (el látex del
guante nos separa de la flor, los palillos chinos nos separan de
                                                                                                               
3
En este texto critico he decidido posicionarme en la línea teórica Contextualista,
pero sin dejar de lado los aspectos formales de la línea teórica Esencialista. Me
parece que, aunque este caso exige hablar del contexto sociológico en el cual
surgieron las obras, ya que éste es un aspecto fundamental de ellas, creo que es
imposible aferrarse a una teoría al analizar cualquier tipo de arte. Es por eso que
decido tomar elementos de ambas líneas, pero sitúo la mayoría de mi análisis en
la línea Contextualista.
la nube) pero aún así hay una delicada apreciación por lo
natural. La nube se escurre, la flor muta, ambas se alejan y se
ven contrapuestas con el contexto de peligro y enfermedad. A
la flor, que viene de abajo, podemos mirarla de cerca pero no
sentirla con nuestra piel, y ya arrancada del suelo
inevitablemente se marchita; a la nube, que viene de arriba,
sólo podemos intentar atraparla a través de una red con una
herramienta que nunca nos servirá para este propósito. Tan
lejos, tan cerca – como la belleza que se resbala de nuestras
manos cuando creemos acercarnos a ella, como el mundo
exterior que sólo vemos a través de ventanas. Me parecen
escenas sumamente sobrecogedoras, que simultáneamente
nos recuerdan la angustia del encierro y nos animan a valorar
lo simple, a ver la belleza en lo frágil, en lo sutil, en lo que
cambia – es punzante, conmovedor y un poco agridulce. No
olvidemos que en este momento nos encontramos más frágiles
que nunca y hemos sufrido cambios que no imaginábamos.
Creo que algo nos puede enseñar la naturaleza al respecto.
Estas dos obras, en mi opinión, se sienten cercanas tanto por
el contenido como por el medio. La fotografía, en distintos
grados de maestría técnica, puede ser manejada por todes
nosotres, y el contenido de estas fotos podría haber sido
capturado por más de una persona en situación de pandemia:
los guantes y la vista del cielo a través de una malla se han
convertido en escenas cotidianas para la mayoría.
Considerando esta obvia importancia que el contexto social
tiene en las obras mencionadas, quisiera agregar que me
parecen suficientemente potentes en su forma para ser
apreciadas por personas externas a la actual contingencia, solo
que con un menor impacto e identificación personal. Lo ideal
sería conocer el contexto de las fotos, claro, pero creo que algo
de su fuerza seguiría existiendo sin él.
Este tipo de imágenes en las redes sociales para mí plantean
una paradoja: sólo he podido verlas gracias a Instagram y
C.A.M., por lo cual agradezco participar en las redes; pero por
otro lado, estas mismas fotos me recuerdan la belleza del
mundo “real” que tengo a mi alcance, y la importancia de limitar
mi uso de plataformas digitales para así existir en la lentitud y
realidad del presente – ya sea mirando las nubes, encontrando
una flor escondida en el jardín, mirando la luz o escuchando mi
respiración. Es por esta contradicción que me parece necesario
hacer una crítica al medio en el que se sitúan estas dos obras –
no sólo a C.A.M., sino a las redes sociales en general. Como
dice Byung-Chul Han en un libro que recomiendo muchísimo,
titulado “La salvación de lo bello”, vivimos en una época de
positividad, del me gusta, donde buscamos satisfacción rápida
y fácil mientras evitamos lo que se nos pueda presentar como
un riesgo o dificultad de cualquier tipo. En este momento creo
que como sociedad nos enfrentamos, aparte del evidente
riesgo de la enfermedad y crisis económica, al riesgo de la
soledad y la lentitud, cosas de las que nos desacostumbramos
hace ya mucho tiempo y que ahora nos causan miedo.
Buscamos llenar los espacios vacíos con información rápida,
cosas que nos gustan o con las que nos sintamos identificades.
Y me/les pregunto: ¿Cuántas fotos al día vemos en las redes
sociales y cuántos segundos le dedicamos a cada una?
¿Queda lugar para la experiencia estética y el asombro en un
espacio que produce imágenes infinitas y que nos bombardea
con publicidad cada cuatro fotos? ¿Podemos realmente
apreciar el arte visual sin la materialidad de su presencia?
Surge con el arte digital otro problema, y es que en los últimos
meses ha habido un boom de apreciación por les artistas en las
redes sociales. Pareciera que el consumo del arte ha
aumentado exponencialmente, pero creo que esto tiene un
doble filo. Por un lado me parece importantísimo que les
artistas puedan usar las redes como espacios de difusión y que
por fin se difundan publicaciones incitando al público a
reflexionar en torno a la importancia del arte – yo misma uso
las redes para compartir mis ilustraciones, y defiendo
apasionadamente el rol del arte en la sociedad. Pero hay que
tener cuidado con que el arte virtual se vuelva una solución
parche que usamos para tapar otra cosa. ¿Cuántas personas
utilizan Instagram para ver o apreciar el arte y cuántas lo
utilizan como una distracción desechable para evitar el
aburrimiento o el tiempo en soledad? Y, ¿cuántas personas
están dispuestas a apoyar financieramente a les artistas para
que puedan seguir viviendo y produciendo? Se les exige a les
creadores que ahora “hagan arte”, porque repentinamente su
trabajo parece haberse convertido en la rueda que mantiene
girando la sociedad, pero como dice María Victoria Guzmán,
“los artistas sobreviven la pandemia tal como lo hacemos
todos: con angustia, con miedo, con cansancio” 4 , y me
parece un poco injusto exigirles llenar espacios de los cuales
también somos responsables nosotres. C.A.M., en este
sentido, camina en una cuerda floja: existe el peligro de que
demos a les artistas por sentado, y puede convertirse en una
mera distracción para llenar el tiempo con infinitas imágenes,
pero al mismo tiempo nos permite crear y compartir nosotres
mismes, seamos artistas o no, y conectar sensiblemente con
personas de todo el mundo. En cualquier caso, hoy no
podemos salir al mundo exterior a tener experiencias artísticas
visuales, y el espacio virtual nos ofrece una buena alternativa
que cabe en nuestros bolsillos. Pero debemos tener cuidado –
no nos perdamos en ella. No olvidemos las flores reales, no
olvidemos las nubes, no nos olvidemos a nosotres. Y cuando
esto termine, no olvidemos a les artistas tampoco.
4
Guzmán, María Victoria. “El rol del arte en tiempos de pandemia” en Artishock.
29 abril 2020.