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CARRERA DE DERECHO
TEMA
SISTEMA PENITENCIARIO EN REPÚBLICA DOMINICANA Y EL NUEVO
MODELO DE GESTIÓN PENITENCIARIA
PRESENTADO POR
JENIFER RAMOS JIMÉNEZ
MATRICULA
10-4558
FACILITADORA
MENA COLON
ASIGNATURA
PENOLOGÍA Y DERECHO PENITENCIARIO
A partir del reinado del Rey Felipe II, comienzan a tomarse en cuenta factores
humanos con respecto a la situación de los presos. En Real Cédula dada en el
Prado el 2 de diciembre del 1582, se ordena que en todos pueblos de Indias, sean
construidas cárceles para custodiar a los delincuentes, con habitaciones divididas
para hombres y mujeres.
En 1563, fue dictada la Ordenanza 292, rec. Ley 3, establecía que en las cárceles
debían existir una capilla y un Capellán para que oficiara una misa a los presos.
La Ordenanza 309 Rec., Ley 11, ordenaba la obligatoriedad para los alcaides y
carceleros de visitar los presos todas las noches, revisar las prisiones, las puertas
y cerraduras de toda la prisión.
En la República Dominicana, está en vigencia la Ley 224 del 26 de junio del año
1984, sobre Régimen Penitenciario, en virtud de la cual se tiene los fundamentos
del sistema progresivo en lo que al tratamiento penitenciario se refiere, pero
solamente desde el punto de vista legislativo, porque en la práctica, es una ley
muerta, por la ausencia de una política penitenciaria eficaz.
Esta ley es bastante amplia consta de 27 capítulos y 107 artículos, y era muy
avanzada para la época en que fue puesta en vigencia, sobre todo si se toma en
consideración que la misma recoge, casi en su totalidad, los proyectos del Dr.
Jaime del Vale Allende, elaborados alrededor del 1962, los cuales contemplan
gran parte de las llamadas reglas mínimas para el tratamiento penitenciario,
aprobadas en el congreso de la Organización de las Naciones Unidas de 1955.
a) Salidas temporales.
c) Libertad Condicional.
Las 19 cárceles de modelo penitenciario tradicional son las más sobrepobladas del
país, en las que impera una tasa de hacinamiento de un 262.5 por ciento.
Estos recintos tienen en conjunto una capacidad para albergar a 4,587 reos, pero
allí guardan prisión 16,630, lo que significa que hay 12,043 mucho más de los que
pueden recibir.
Los centros del modelo tradicional, que administra la Dirección de Prisiones, son
menos que los del nuevo modelo, sin embargo, allí han sido enviados más
imputados, lo cual genera más hacinamiento.
Según el reporte de la Dirección General de Prisiones, hasta el 30 de noviembre
del 2018 estaban privados de libertad en los 41 centros 25,847 personas, con una
capacidad en conjunto para 14,219.
El 92 por ciento de los reos son dominicanos, con un total de 23,767, el ocho por
ciento extranjeros, que en total son 2,080.
La tipificación del delito varía según la regulación de cada país, pero en conjunto y
de manera genérica se considera tortura a efectos penales a
las acciones cometidas por funcionarios o autoridades, o al consentimiento
explícito o implícito por parte de las mismas para que terceros las ejecuten, con el
objetivo de obtener una confesión o información de una persona, así como el
castigo físico o psíquico que suponga sufrimiento y suprima o disminuya las
facultades del torturado o de cualquier manera afecten a su integridad moral.
En el libro cuarto: Ejecución, del Código Procesal Penal del 2 de julio del 2002, ley
76-02, se desarrolla la figura del juez de ejecución, otorgándole como
competencia: Ejecutar las resoluciones judiciales, y en el ejercicio de su
competencia tendrá las funciones de conocer: En las cuestiones relativas a la
ejecución de la pena, en la solicitud de libertad condicional (art. 444 de este
código), en las cuestiones referidas a la observancia de todas las garantías
incluidas en la Constitución de la Nación y en los Tratados Internacionales, con
relación al trato a brindarse a las personas privadas de su libertad, sean
imputadas, procesadas o condenadas; conocer en los incidentes, (art.442 de este
código), y cuestiones suscitadas en la etapa de ejecución; conocer en
los recursos contra sanciones disciplinarias, las medidas de seguridad aplicadas a
mayores de 18 años de edad; conocer en cuestiones derivadas de la extinción o
modificación de la pena, con motivo de la vigencia de una ley penal más benigna;
conocer de la determinación de las condiciones para la prisión domiciliaria,
promover la reeducación de los victimarios.
El Nuevo Código Procesal Penal en su art. 442, sobre los incidentes, precisa cómo
deberán tramitarse los incidentes, lo que deberá resolver el Juez de ejecución.
La fase de la ejecución de la pena privativa de libertad, es la fase más dura del
proceso penal, y posiblemente no se ha establecido cambio alguno sobre el
particular, en la práctica, entre el Código Criminal y el Código Procesal Penal.
La fase de la ejecución de la pena, es la última fase del proceso penal. Aqui el art.
443 establece condiciones especiales de ejecución en los casos en que la
sentencia incluye un régimen especial de cumplimiento de la pena, el juez de la
ejecución velará porque se cumpla satisfactoriamente y tomará en cuenta,
además, el art. 342, de este Código Procesal Penal.
Funciones
7. Párrafo: Estas funciones no son limitativas, sino que podrá tener a su cargo
todas las funciones que la Dirección determine; así como los proyectos
especiales que le sean asignados.
Las 19 cárceles de modelo penitenciario tradicional son las más sobrepobladas del
país, en las que impera una tasa de hacinamiento de un 262.5 por ciento.
Estos recintos tienen en conjunto una capacidad para albergar a 4,587 reos, pero
allí guardan prisión 16,630, lo que significa que hay 12,043 mucho más de los que
pueden recibir.
Los centros del modelo tradicional, que administra la Dirección de Prisiones, son
menos que los del nuevo modelo, sin embargo, allí han sido enviados más
imputados, lo cual genera más hacinamiento.
El 92 por ciento de los reos son dominicanos, con un total de 23,767, el ocho por
ciento extranjeros, que en total son 2,080.
Según lo establecido por las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos y
la ley 224 de 1984, encontramos como derechos de los reclusos:
• A un trato igualitario.
• Todo recluso tiene derecho de interponer sus quejas ante el alcalde o quien haga
sus veces cada vez que se considere que ha habido víctima de una arbitrariedad y
de no ser atendía a presentarla ante la Dirección General de Prisiones.
• Al aseo personal, para lo que deberán existir instalaciones adecuadas para tales
fines.
• A un alojamiento o dormitorio dentro del establecimiento penitenciario
Tenemos jueces de ejecución de pena, pero lo que no tenemos es una ley central
para ciertas funciones ejecutivas penales.
Los que estén de acuerdo con el Medio Libre, y a los que no les guste lo que se
pueda hacer con este beneficio, sencillamente no encontrarán ninguna norma
penitenciara que les indique lo que eso va a regular, la forma de aplicarlo.
Nuestro personal (los agentes VTP) es reclutado desde la sociedad civil, y luego
es especializado, capacitado y formado durante un año en la Escuela Nacional
Penitenciaria, con una batería de formación jurídica, psicológica, de tratamiento de
personas.