Sie sind auf Seite 1von 2

“YO NO TENGO MIEDO. NO QUIERO EL TEMOR.

DIOS ES AMOR Y EN TODA LA


CREACIÓN NO HAY NADA A QUÉ TEMER. YO TENGO FE. QUIERO SENTIR FE”.

“PADRE, DAME A MÍ Y A TODA LA HUMANIDAD, TODAS LAS MARAVILLAS DE TU


REINO” y ahora haz tu lista.

Para ir fortificando la fe, haz una lista de cosas que deseas o que necesitas. Enumera los objetos o
las cosas. Al lado de esta lista haz otra enumerando cosas que deseas ver desaparecer, o bien en
ti mismo o en lo exterior. En el mismo papel escribe la fórmula que ya te dí más arriba. Ahora, lee
tu papel todas las noches. No debes sentir la menor duda. Da las gracias de nuevo cuantas veces
pienses en lo que has escrito. A medida que veas que se te van realizando las cosas enumeradas,
ve tachándolas. Y al final, cuando las veas realizadas todas, no vayas a ser tan mal agradecido de
pensar: “Tal vez se me iban a dar de todas maneras”, porque es mentira. Se te dieron porque las
pediste correctamente. Lo exterior se acomodó para dejártelas pasar.

“YO DESEO TAL COSA. EN ARMONÍA PARA TODO EL MUNDO Y DE ACUERDO CON
LA VOLUNTAD DIVINA. BAJO LA GRACIA Y DE MANERA PERFECTA. GRACIAS PADRE QUE
YA ME OÍSTE”.

CADA VEZ QUE SIENTAS ALGO DESAGRADABLE HACIA OTRO; O BIEN QUE TE
ENCUENTRES RESINTIENDO ALGO QUE TE HAYAN HECHO; O QUE TE RECONOZCAS UN
FRANCO RENCOR O UN DESEO DE VENGANZA, PONTE DELIBERADAMENTE A RECORDAR
(NO ES TRATAR DE OLVIDAR LO DE AHORA), ES A RECORDAR TODO LO BUENO QUE
CONOCES DE AQUELLA PERSONA. TRATA DE REVIVIR LOS RATOS AGRADABLES QUE
GOZASTE EN SU COMPAÑÍA, EN TIEMPOS PASADOS, ANTERIORMENTE AL MOMENTO EN
QUE TE HIRIÓ

FRENTE A TODA TRISTEZA (PROPIA O AJENA):

Niego la propia existencia de esta tristeza (pena o depresión) Dios no la autoriza. Borro en
mí toda tendencia a la negatividad. No la necesito. No la acepto. Dios es dicha, gozo, alegría. Yo soy
dicha, gozo, alegría. Gracias Padre por... (Comienza a enumerar todo lo que tengas, hasta lo más
insignificante).

No codiciarás” dice el Mandamiento. Es decir, no tienes que envidiar lo de otro, ni ansiarlo, ni


resignarte a no poseerlo. El igual existe para ti y ya es tuyo. No tienes ni por qué lucharlo. Basta con
pedirlo, reclamarlo, y dar las gracias de antemano, para que lo veas aparecer. ¿No lo dice bien
claro la Biblia?

La fórmula para orar correctamente:


Yo Soy Espíritu Divino. En Dios yo vivo, me muevo y tengo mi ser. Ya formo parte de la expresión
de Dios y expreso perfecta armonía. Yo individualizo la Omniciencia. Yo tengo directo
conocimiento de la Verdad. Yo tengo perfecta intuición. Yo tengo percepción espiritual. YO SÉ.

Dios es mi Sabiduría, de manera que no puede errar. Dios es mi inteligencia, no puedo sino pensar
correctamente. No hay pérdida de tiempo ya que Dios es el único hacedor. Dios actúa a través de
mí, de manera que siempre estoy actuando correctamente, y no hay peligro de que yo ore
incorrectamente. Yo pienso lo indicado, de la manera indicada en el momento apropiado. Mi
trabajo siempre está bien hecho porque es el trabajo de Dios. El Espíritu Santo siempre me está
inspirando. Mis pensamientos son frescos, nuevos, claros y poderosos como cuadran a la
Omnipotencia. “Mis oraciones son manufacturas del Espíritu Santo, poderosas como el águila, y
mansas como la paloma. Salen en el Nombre de Dios mismo y no pueden regresarme vacías.
Cumplirán aquello que a mí me plazca, y prosperarán en aquello a que sean dirigidas: “Doy gracias
a Dios por esto”.

“YO SOY POTENCIALMENTE DIVINO Y PERFECTO”.

Das könnte Ihnen auch gefallen