Sie sind auf Seite 1von 43

A través del análisis de experiencias

Habilidades de desarrollo de competencias y for-


y competencias para mación de trabajadores en latinoamé-
rica la autora presenta diversas posi-
el sector informal bilidades de intervención en el sector
informal de la economía y plantea pers-
en América Latina: pectivas para el futuro de dichas ac-
ciones. María Antonia Gallart es inves-
una revisión de la tigadora principal del Centro de Estu-
dios de Población (CENEP) de Bue-
literatura nos Aires y consultora de diversos or-
sobre programas ganismos internacionales.

y metodologías
de formación
María Antonia Gallart
Centro de Estudios
de Población (CENEP)
Programa InFocus sobre 33
Conocimientos Teóricos
y Prácticos y Empleabilidad

INTRODUCCIÓN los actores implicados en ellos, la eva-


luación de sus resultados -en el caso
El objetivo de este documento es de que las evaluaciones existan- y sus
revisar, seleccionar y analizar los ma- especificidades de género, edad o re-
teriales bibliográficos producidos en gión.
América Latina, desde 1990 hasta la
fecha, sobre las competencias y califi- Las fuentes de información pro-
caciones necesarias para el sector in- vienen de exploración en bibliotecas y
formal de la economía, y las activida- archivos bibliográficos, así como en
des desarrolladas con el fin de formar bases de información electrónicas de
a los trabajadores actuales o futuros Internet, en ambos casos relacionadas
de dicho sector. El eje del análisis pa- con la temática y período de referen-
sará por identificar las políticas, pro- cia. Las búsquedas se realizaron en las
gramas y metodologías instrumentadas, bibliotecas de OIT, CEPAL, CENEP-

No. 155 boletín cinterfor


Educación y Trabajo1, Universidad de do una aproximación a su evaluación.
San Andrés (provincia de Buenos Ai- Son muy escasos los estudios cuanti-
res) y Unired 2000. En Internet se con- tativos, y en general consisten en diag-
sultaron las siguientes bases que per- nósticos demográficos previos a la des-
mitieron acceso a los documentos ori- cripción de los programas de forma-
ginales: REDUC, BID, Banco Mundial, ción, o en análisis de la economía in-
y SIPROMICRO2. Los documentos formal. Sólo se encontraron evaluacio-
seleccionados se incluyen en el anexo nes de impacto cuantitativas, estadísti-
bibliográfico. camente representativas y con grupo
de control en escasas investigaciones,
Al utilizar como descriptor el tér- muy puntuales y sobre programas es-
mino “sector informal” se observó que, pecíficos, en general financiados por
a diferencia de lo existente para la dé- los organismos multilaterales de crédi-
cada de los 80 en la que se encontra- to. Muchos documentos son más bien
ban una cantidad considerable de do- reflexiones sobre la realidad, por lo que
cumentos, en la década investigada los se acercan más a un ensayo que a una
que eran clasificados como referentes investigación empírica. En consecuen-
a ese término resultaban muy escasos, cia, es poco lo que se puede decir so-
y en algunas bases, inclusive, no exis- bre los diferentes tipos de programas
tía ese descriptor. Un ejemplo es el caso en términos de evaluación de sus re-
de REDUC, que registraba 43 docu- sultados, pues se trata fundamental-
mentos referidos al sector informal en mente de aproximaciones que permi-
34 los años 80 y sólo 23 en los 90; con el ten fundamentar hipótesis pero no re-
agravante de que en este último perío- futarlas ni comprobarlas.
do se incluyen varios de autores ex-
tranjeros y algunos sobre el sector in- Una parte significativa de los tex-
formal en otras regiones. Para ampliar tos consultados se refiere a la concep-
la búsqueda y detectar los trabajos pro- tualización del sector informal la cual
ducidos en los 90, se resolvió incluir va variando a lo largo del período ana-
como descriptores: “Pobreza y desigual- lizado. Se consideró que se trataba de
dad” y “Microempresa”. Esto permitió un paso previo imprescindible para po-
una cobertura mayor pero planteó al- der apreciar correctamente los conte-
gunos problemas conceptuales que se nidos de los materiales analizados, por
intentará dilucidar en la primera parte lo cual el primer punto del documento
del presente trabajo. se referirá a ese tópico. A continua-
ción se examinarán las necesidades de
Con respecto a la metodología y competencias para el sector informal,
el estilo de los estudios identificados, y se describirán los programas de ca-
lo más común es el análisis de casos, pacitación considerados en la bibliogra-
centrado en la descripción cualitativa fía consultada, clasificados en dos gru-
de los programas y a menudo incluyen- pos: los que priorizan la lucha contra la

boletín cinterfor
pobreza y los que buscan el apoyo a la pagos, el servicio domés- La definición del
microempresa. En los respectivos apar- tico, y los empleados en sector informal,
tados se analizarán los aspectos en que pequeñas empresas (en proveniente de una
se detienen los trabajos examinados, de general menos de diez corriente de investi-
gación y reflexión
donde se desprenderán los temas cen- trabajadores). No entran
en la OIT, y en el
trales a considerar, tanto en cuanto a en esta definición los tra- caso de América
aspectos sustantivos, como en cuanto bajadores no registrados Latina, en PREALC,
a los sujetos de la capacitación. Final- en el sector moderno. A considera como
mente, en las conclusiones del docu- partir de esta aproxima- pertenecientes a
mento, se presentará un balance de la ción inicial, es relevante dicho sector los
respuesta de la formación a los desa- plantearse las alternati- emprendimientos
fíos planteados por el sector no estruc- vas que surgen de la lec- que requieren
turado del sistema productivo; esto se tura de la bibliografía. pocas calificacio-
enfocará con referencia a las unida- nes y escaso capital
y rinden magros
des laborales, o sea las microempre- En la propuesta de
ingresos; por lo
sas informales, y a los trabajadores, par- mecanismos de apoyo a tanto son de fácil
ticularmente aquellos en situación de la micro y pequeña em- acceso, tienen bajo
pobreza3. presa en el Foro previo nivel de productivi-
a la Reunión de Presi- dad y baja
dentes de Centro Amé- capacidad de
CAMBIOS EN EL MERCADO rica (1995) se plantea acumulación
DE TRABAJO Y EN LA que el sector informal,
CONCEPTUALIZACIÓN DEL “para fines de esta pro- 35
SECTOR INFORMAL puesta, se define como el conjunto de
unidades económicas de pequeña es-
Definiciones cala dedicadas a actividades de pro-
ducción y distribución de bienes y ser-
La definición del sector informal, vicios cuya relación capital-trabajo es
proveniente de una corriente de inves- débil, y se caracterizan por ser preca-
tigación y reflexión en la OIT, y en el rias y vulnerables a las condiciones
caso de América Latina, en PREALC, económicas que prevalecen en los paí-
considera como pertenecientes a dicho ses de Latinoamérica, y por operar con
sector los emprendimientos que requie- bajos niveles de rentabilidad y tecnolo-
ren pocas calificaciones y escaso ca- gía obsoleta”. Otro autor (Ramírez,
pital y rinden magros ingresos; por lo 1996) define como empresa informal a
tanto son de fácil acceso, tienen bajo “la que se encuentra por debajo de cier-
nivel de productividad y baja capaci- tos parámetros en el empleo generado,
dad de acumulación (Tokman, 1987). en el valor de los activos o en el monto
Incluye a la mano de obra autoemplea- de ventas, el empresario es también tra-
da (excluyendo a los profesionales y bajador y se descartan aquellas que por
técnicos), los trabajadores familiares no capital o conocimiento desde el princi-

boletín cinterfor
pio operan en mercados formales”. ficientes. Para esta corriente (Portes,
Señala que puede hablarse de micro- 2000), la característica central de las
empresas cuando hay una cierta esta- actividades informales es la producción
bilidad y potencial de acumulación. ilegal de productos y servicios lícitos4.
Dichas actividades pueden ser de sub-
Finalmente, en un enfoque muy sistencia como la venta callejera y la
diferente, Portes (1990) dice: “La eco- autoconstrucción; dependiente, como
nomía informal no es un conjunto de por ejemplo los inmigrantes empleados
actividades de supervivencia realiza- ilegalmente vinculados con el sector
do por gente destituida, en los márge- formal; y de crecimiento en el caso de
nes de la sociedad. Estudios efectua- las empresas pequeñas que buscan lo-
dos tanto en países industrialmente grar acumulación por medio de rela-
avanzados como en otros menos desa- ciones solidarias que generan mayor
rrollados han demostrado el dinamis- flexibilidad y costos más bajos, como
mo económico de las actividades no en los distritos industriales italianos.
reguladas, generadoras de ingresos y
los ingresos relativamente altos de los
empresarios informales”. Para este au- Evolución del concepto de
tor, lo que caracteriza a la economía sector informal
informal es que es un proceso de acti-
vidad generadora de ingresos que no Tokman (2000) y Klein (2000)
está regulado por las instituciones de analizan la evolución del concepto de
36 la sociedad en un medio social y legal sector informal, desde su surgimiento
en el que se reglamentan actividades en el estudio sobre Kenya hasta la lite-
similares. No es un apéndice de las eco- ratura actual. Es evidente que la evo-
nomías nacionales, sino una parte inte- lución del concepto entraña una discu-
gral de ellas, permitien- sión sobre la capacidad de absorción
La evolución del do bajos costos por las de empleo autogenerado y su relación
concepto entraña características de su re- con el sector moderno de la produc-
una discusión lación laboral, en muchos ción, pero también la constatación de
sobre la capacidad casos amparada por la cambios en la economía y el mercado
de absorción de tolerancia oficial. Las de trabajo. Estos cambios provienen de
empleo condiciones de pequeña la existencia, en la década del 70, de
autogenerado y su escala y contacto perso- una fuerza de trabajo que incluía un
relación con el
nal permiten que se de- sector claramente cubierto por contra-
sector moderno de
sarrolle una experiencia tos de trabajo por tiempo indetermina-
la producción,
pero también la laboral durante la crisis, do y protección social y, paralelamente,
constatación de experiencia que resulta un sector marginal de subempleo
cambios en la más provechosa que de- autocreado, dirigido a un mercado de
economía y el pender de la acción so- productos y servicios segmentado. Este
mercado de trabajo cial de burocracias ine- último permitía absorber el excedente

boletín cinterfor
demográfico de buscadores de trabajo cios que pueden ser desarrollados a
no empleados en el sector formal de la distancia, por personas individuales o
economía. El ajuste estructural, la re- pequeños grupos con distintos niveles
estructuración productiva y el proceso de calificación (por ejemplo: telemar-
de globalización de los años 80 y 90 keting, servicios de Internet y otros).
redujeron el empleo público y, por ra-
zones de competitividad internacional, Esta revisión de los cambios en el
desregularon de hecho el trabajo en el mercado de trabajo y en la conceptua-
sector moderno de la economía. La lización del sector informal pone de
flexibilización del empleo, el incremen- manifiesto la necesidad de definir cla-
to de los mecanismos de subcontra- ramente el universo en el que se cen-
tación entre empresas y de éstas con trará este documento, que tiene que
los particulares, hicieron que activida- adecuarse a la vez a la realidad actual
des periféricas a los procesos produc- del mercado de trabajo y a los objeti-
tivos fueran derivadas a empresas pe- vos de la formación para una mayor
queñas menos susceptibles de control equidad y productividad. La conside-
por parte de los organismos laborales. ración del mercado laboral actual exi-
Además, la contratación de proveedo- ge tener en cuenta el dinamismo de la
res estableció una relación a menudo economía y la tecnología, y la varia-
asimétrica entre firmas grandes y pe- ción de las relaciones entre la socie-
queñas. Aparece entonces un continuo dad civil y el Estado; ambos conflu-
entre dos extremos: empresas integra- yen para que la población meta, aun
das que emplean a gente de alta califi- en la más restringida de las definicio- 37
cación, y unidades productivas subor- nes, sea muy heterogénea y esté so-
dinadas que ocupan a jóvenes y muje- metida a un fluir constante. La exigen-
res de baja calificación y a otros gru- cia de equidad y productividad implica
pos con menor capacidad para nego- la difícil tensión entre la promoción de
ciar sus condiciones de empleo (inmi- los más pobres y la competitividad a
grantes, minorías étnicas, etcétera). nivel internacional; los límites a la to-
Asimismo, la inserción de las econo- lerancia en la precarización del empleo
mías nacionales en el mercado global existente en la microempresa y el tra-
desarrolló la maquila, como proceso de bajo por cuenta propia marcan la fron-
dislocación de las actividades no califi- tera de las legítimas políticas de gene-
cadas e intensivas hacia lugares de más ración de empleo (Tokman, 2000).
bajo costo. Una parte del trabajo a do-
micilio se sitúa en los últimos eslabo-
nes de esta cadena. Por otro lado, a la Distintas perspectivas
sombra de los cambios en las tecnolo-
gías de comunicación e información, Esta corta enumeración de los
surgen una pluralidad de nuevos servi- puntos de vista y de las definiciones

boletín cinterfor
del sector informal pone en claro algu- El hecho que existan estas interac-
nos de los problemas metodológicos ciones no autoriza, sin embargo, para
señalados hace algunos años por D. efectuar una extrapolación mecánica
Raczynski (1977). Esta autora, a par- de un nivel al otro. Por el contrario,
tir de la revisión de investigaciones exige explicitar y someter a prueba las
empíricas, señala tres perspectivas di- hipótesis acerca de cómo se asocian,
fíciles de integrar que privilegian di- vinculan y condicionan los criterios
versos temas y variables y requieren definitorios del sector informal utiliza-
distintas unidades de análisis: 1) la pers- dos por cada una de las tres perspecti-
pectiva del aparato productivo: en ella vas” (Raczynski, 1977 p.8).
la unidad de análisis son las empresas
de determinadas características, y el A partir de las consideraciones
énfasis se pone en los factores que li- señaladas en este apartado y de la bi-
mitan o potencian su aporte al produc- bliografía consultada, es conveniente
to bruto nacional; 2) la perspectiva de tomar en cuenta los trabajos que se
los mercados laborales, cuya proble- centran en la microempresa como ge-
mática se centra en el empleo, en la neradora de empleo, pero fundamen-
capacidad de absorción de mano de talmente como unidad productiva. Es-
obra; las unidades de análisis son las tos documentos consideran en general
diversas ocupaciones o los trabajado- las unidades que van desde las de sub-
res empleados en esas ocupaciones; 3) sistencia hasta aquellas subordinadas,
la tercera focaliza las diferencias en el pero con el objetivo, a veces latente y
38 ingreso y el acceso a las necesidades a veces manifiesto, de transformarse
básicas; su temática se refiere a la po- en microempresas solidarias. La capa-
breza, y la unidad de análisis está cons- citación aparece en estos casos, co-
tituida por las familias que se sitúan por rrespondientes a un primer enfoque,
debajo de cierto nivel de satisfacción como una dimensión importante de los
de dichas necesidades. factores que promueven su creación y
supervivencia. El segundo enfoque,
Es importante tener en cuenta que predominante en la década de los 90,
“estas tres perspectivas son comple- es el de los ingresos, probablemente por
mentarias, en el sentido que la segmen- la conciencia de la desigualdad
tación de la economía urbana al nivel imperante en la región y la alta propor-
del aparato productivo condiciona la ción de personas bajo la línea de po-
que se observa en el mercado laboral, breza, porcentaje que se mantiene y en
y viceversa, y estas dos a su turno in- algunos casos se incrementa después
ciden sobre aquella imperante en la de la transformación productiva. Los
distribución del ingreso y bienestar programas de lucha contra la pobreza,
social. y la literatura sobre su necesidad y la

boletín cinterfor
evaluación de sus resultados, constitu- proporcionen ingresos Se integrarán a la
yen una parte importante del corpus decentes y sean compe- definición original
detectado, en muchos casos relaciona- titivos, es importante la de la OIT, los
do con la acción de las instituciones contribución de los pro- nuevos componen-
tes introducidos
multilaterales de crédito (BID y Ban- gramas a las posibilida-
por la transforma-
co Mundial). El punto de vista del aná- des de que los trabaja- ción del mercado
lisis de este informe privilegia el rol de dores puedan pasar de laboral, en particu-
la formación para la disminución de la un subsector al otro. lar la flexibilización
pobreza. Conviene acotar que el enfo- del trabajo,
que del mercado laboral es el menos Una vez planteadas los cambios
desarrollado en los trabajos detectados, estas consideraciones tecnológicos y la
aunque subyace en las perspectivas an- como punto de partida inserción en
teriormente mencionadas. del análisis de las accio- mercados de
nes y programas de for- productos y
servicios más
mación, se puede avan-
amplios
La definición utilizada en este zar sobre las necesida-
trabajo des de calificaciones
para el sector informal, y las acciones
Con respecto a la definición del y programas destinados a proveerlas.
sector informal, se integrarán a la de-
finición original de la OIT, los nuevos
componentes introducidos por la trans- LAS COMPETENCIAS
formación del mercado laboral, en par- NECESARIAS PARA EL SECTOR 39
ticular la flexibilización del trabajo, los INFORMAL
cambios tecnológicos y la inserción en
mercados de productos y servicios más Llama la atención los pocos tra-
amplios; pero se mantendrá en la defi- bajos existentes dirigidos a analizar las
nición la circunstancia de niveles bajos competencias necesarias para un des-
de ingresos, es decir que se excluyen empeño adecuado en el sector infor-
las microempresas con alto nivel de mal, tanto en términos de productivi-
tecnología y de calificaciones (por dad como de ingresos. La discusión se
ejemplo, las de la nueva economía). Las plantea más bien sobre las condiciones
condiciones de trabajo precarias, de de viabilidad de la microempresa (cré-
hecho existentes en la población obje- dito, mercados, etcétera) o sobre las
tivo de los programas y políticas, serán posibilidades de formación en habilida-
vistas como variables susceptibles de des y destrezas definidas a priori.
transformación por parte de esas polí-
ticas. Considerando la enorme hetero- En un estudio focalizado en el
geneidad interna del sector informal, tema de las habilidades de las pobla-
desde la economía de subsistencia hasta ciones vulnerables y excluidas en los
la posibilidad de emprendimientos que países en desarrollo (Bennell, 1999), se

boletín cinterfor
atribuye el poco interés en el incremen- nen en la vida real normas y prácticas
to de habilidades y competencias en determinadas que definen los derechos
general, y en la formación en particu- y deberes de cada persona y grupo.
lar, a la tendencia reciente a focalizar Reconocer estos condicionamientos
las intervenciones educativas en la resulta clave para el éxito de la capa-
mejora de la educación básica para citación.
aquellos que actualmente la están cur-
sando, dejando de lado a los que perte- Algunos autores con aproximacio-
necen al mundo adulto. Contribuye tam- nes metodológicas que integran el aná-
bién a ello, el hecho de que los progra- lisis cuantitativo y cualitativo5, explo-
mas de lucha contra la pobreza ponen ran las competencias necesarias para
el énfasis en las redes de seguridad y desempeñarse en el sector informal. Un
en los programas de asistencia mone- trabajo peruano realizado por encargo
taria, lo cual absorbe la casi totalidad del Ministerio de Educación y dirigido
de los recursos del Estado destinados a detectar las competencias requeri-
al problema. Aunque en América Lati- das para la gestión exitosa de peque-
na existe la posibilidad de que los po- ñas y microempresas (Villarán, 2001),
bres presionen con éxito sobre el Esta- al analizar las respuestas de los em-
do demandando formación para el tra- presarios sobre la utilidad de conoci-
bajo, las respuestas obtenidas, en par- mientos y habilidades, encuentra que
ticular si se trata de las grandes institu- las habilidades básicas (leer, escribir,
ciones de formación profesional (IFP), contar) se manifiestan como las más
40 no suelen adecuarse a las realidades importantes, seguidas por la cultura ge-
del sector. Los apoyos a la neral y los conocimientos técnicos. En
microempresa se centran en el sector el caso de las empresas de mayor ta-
industrial, cuando la mayor parte de los maño se privilegian las capacitaciones
pobres se ocupan en los servicios y el específicas y en las micro, las compe-
comercio. Otra preocupación habitual tencias generales y de gestión. Sin
es la obtención del microcrédito, pero embargo, la formación no se menciona
no se toma en cuenta el acceso a los como necesidad en primer término,
mercados y la dificultad para perfec- pues los empresarios señalan que las
cionarse de los analfabetos funciona- mayores dificultades provienen de fac-
les. El aprendizaje tradicional como tores exógenos macroeconómicos, ta-
fuente de capacitación tampoco es de- les como el marco regulatorio, el con-
bidamente aprovechado. El autor opi- trabando, la inseguridad y la falta de
na que se deberían considerar los con- crédito. Este trabajo plantea críticas a
textos institucionales en los que se la manera en que se imparte la educa-
dirimen las posibilidades laborales de ción formal; considera que “si quere-
los pobres: el mercado, el Estado, la mos enseñar a argumentar a un ado-
comunidad y el hogar. Todos ellos tie- lescente hay que hacerlo sobre la base

boletín cinterfor
de su problemática familiar, sexual, so- siones en condiciones de Dentro del sector
cial, etc. Si se pretende desarrollar com- incertidumbre, negociar informal, emerge
petencias para planificar, delegar o tra- con otros y en particular con gran fuerza, en
bajar en equipo, hay que exponer rei- sus clientelas, calcular el contexto actual
de subcontratación
teradas veces a los educandos a expe- costos y precios que
y flexibilidad, el
riencias concretas bajo su responsabi- sean retributivos y se trabajo a domicilio
lidad (un campeonato de fútbol, una adapten al mercado; so-
actuación, la administración de un bre ello se instalan los
quiosco) y luego hacerlos reflexionar conocimientos técnicos y específicos.
sobre lo que hicieron bien o mal” Cuando esas competencias no existen
(Villarán 2001, p.45). es muy difícil progresar en la trayecto-
ria ocupacional. Ahora bien, las habili-
En otro trabajo dedicado al análi- dades mencionadas no pueden incor-
sis de las estrategias educativas y la- porarse en un curso corto y determi-
borales de los cuentapropistas en Bue- nado; son fruto de la educación formal
nos Aires (Gallart et al, 1991) se se- no memorística, del aprendizaje en la
ñala la heterogeneidad de estos traba- vida y, obviamente, de la capacitación
jadores: existen trabajadores por cuenta en los aspectos más específicos, aun-
propia de baja calificación e inestables que en muchos casos de comerciantes
laboralmente, que suelen ser obreros y servicios no técnicos, esta última no
no calificados de la construcción y el es ni necesaria ni suficiente. La reali-
servicio doméstico, migrantes rurales dad planteada en los dos últimos estu-
que se insertan en nichos de comercio dios presenta un desafío a la forma- 41
o servicios para clientelas de escaso ción para el trabajo actual en América
poder adquisitivo, mujeres del mismo Latina, basada en una escuela que, en
origen sujetas a fuertes restricciones el caso de los pobres, suele no brindar
por sus responsabilidades domésticas las habilidades básicas necesarias, y en
que se ubican en redes de subcontra- una formación profesional generalmen-
tación con muy poco poder de nego- te específica y de corta duración.
ciación. Por otro lado, se observan gru-
pos que llegan a ubicarse en nichos de Dentro del sector informal, emer-
comercialización o servicios con acce- ge con gran fuerza, en el contexto ac-
so a la clase media, o en oficios califi- tual de subcontratación y flexibilidad,
cados en lugares relativamente privile- el trabajo a domicilio (Tomei, 2000). A
giados dentro de redes de subcontra- las tradicionales tareas correspondien-
tación. Cuando se analizan las compe- tes al sector textil y de la confección,
tencias que permiten acceder a estos se agregan ahora, por las posibilidades
segundos lugares y el tipo de tareas que de dislocación de los procesos produc-
desarrollan esos trabajadores autóno- tivos, la participación en otros tipos de
mos, se concluye que lo que los carac- manufactura y los servicios de múlti-
teriza es la necesidad de tomar deci- ples niveles tecnológicos. En el caso

boletín cinterfor
chileno se distinguen cuatro formas de Un interesante enfoque desde el
actividades a domicilio: la maquila para punto de vista de la educación de adul-
la industria manufacturera, la utilización tos (Vielle, 1995) plantea que el sujeto
del teléfono como medio de trabajo, los privilegiado de dicha educación, cuan-
servicios técnicos a domicilio, y las pres- do se lo vincula al trabajo en el sector
taciones de nivel universitario - informal, es un sujeto colectivo, un gru-
consultoría, Internet y otras- (Marshall, po involucrado en la realización de un
1990; Montero, 2000). Por las restric- proyecto económico autónomo, que se
ciones debidas a sus responsabilidades constituye como sujeto social. Pero,
domésticas, la mujer suele tener una remarca este mismo autor, “parte de
alta participación en este tipo de em- los trabajadores del sector informal,
pleo. A pesar del incremento de estas sobre todo los más jóvenes, aspiran no
actividades, el sector ocupado en ellas solamente a salir de pobre, sino tam-
tiene poco acceso a la capacitación, bién a salir del sector, y a incorporarse
pues los esquemas de la FP responden en ocupaciones dependientes como
prioritariamente al trabajo en empre- asalariados, dentro del sector formal de
sas, y los nuevos modelos de progra- la economía” (p.380). Se plantean aquí
mas se centran en poblaciones objeti- dos temas clave: uno es el del micro-
vo carenciadas como en el caso del emprendimiento como tarea y proyec-
SENCE de Chile; por lo tanto el traba- to colectivo, y el otro el sector informal
jo a domicilio de personas no carencia- no como destino, sino como paso pre-
das no está cubierto. Con respecto a vio a una inserción más estable en la
42 las posibilidades de adquisición de com- estrategia y las trayectorias de los tra-
petencias se expresa que “las situacio- bajadores. Una vez más, también en
nes laborales encontradas, mediante en- este autor aparecen, como instrumen-
trevistas a trabajadores a domicilio en tal básico del aprendizaje, la lectura, la
diversos sectores productivos, permite escritura y las matemáticas, y recién
confirmar la hipótesis de un proceso cuando se dominan esas habilidades
progresivo y autogestionado de cons- necesarias, la capacitación para el tra-
trucción de un capital de competencias. bajo. Para ello es preciso que en la
Esto no ocurre a la manera liberal de educación de adultos se utilice la pro-
self made men que aprovechan las blemática, la temática y los contenidos
oportunidades del mercado sino que inmediatos de la capacitación, por ejem-
está en estrecha relación con dos va- plo el lenguaje del “corte-confección”
riables: el capital de conocimientos cuando se quiere alfabetizar a mujeres
iniciales -que es también un capital en un taller de costura.
social- y el grado de independencia que
este capital otorga frente a la deman- Además, los programas de adul-
da de las empresas” (Montero, 2000, tos de educación para el trabajo deben
p. 23). aprovechar los esfuerzos de promoción

boletín cinterfor
del desarrollo comunitario que realicen pobreza y la promoción del autoempleo
otras entidades del Estado y la socie- y la microempresa.
dad civil.

Se puede concluir este apartado Los programas de lucha contra


sobre las necesidades de competencias la pobreza
para el sector informal, marcando a tra-
vés del recorrido de los distintos auto- Diferentes tipos de programas
res ciertas coincidencias: la necesidad
de dominio de las habilidades básicas Las iniciativas incluidas en este
de lectoescritura y matemática aplica- grupo responden a un modelo susten-
da –las cuales en muchos casos no han tado y promovido por los organismos
sido aprendidas en la escuela-; el ma- multilaterales de crédito (BID y Ban-
nejo de circunstancias imprevistas, fru- co Mundial). Dicho modelo, por ejem-
to del aprendizaje en la vida; y la ca- plo el Plan Trabajar de la Argentina
pacidad de reflexión. Todo ello apare- (Gallart, 2000a), toma la forma de fon-
ce como más relevante que la partici- dos de inversión social mediante los
pación en cursos específicos. Finalmen- cuales el Estado financia acciones que
te, la consideración de la heterogenei- incluyen: asignación de subsidios de
dad de los trabajadores, las demandas subsistencia, compromisos de trabajo
de movilidad y las dificultades para ello, comunitario, algún componente de ca-
y en muchos casos las características pacitación, otorgamiento de dinero a
colectivas de los emprendimientos, las familias para que mantengan a sus 43
plantean nuevos desafíos para los pro- hijos en la escuela, y otras formas de
gramas de formación. prestaciones asistenciales que permi-
ten satisfacer las necesidades básicas
en hogares por debajo de la línea de
LOS PROGRAMAS DE pobreza. En estos programas, el con-
FORMACIÓN trol de los logros en términos de apren-
dizaje es muy bajo o inexistente.
La bibliografía presenta y analiza
una variedad de iniciativas de forma- En cambio, existe un grupo de pro-
ción en distintos países, dirigidas a di- gramas de capacitación que, si bien no
ferentes poblaciones objetivo. Para están orientados específicamente al
ordenar la presentación han sido agru- sector informal, se dirigen a personas
pados de acuerdo con dos grandes desocupadas o subocupadas en situa-
rubros, que se relacionan con la pro- ción de pobreza. Por su extensión, im-
blemática del sector informal en los 90 portancia y población objetivo mere-
señalada al principio de este documen- cen ser considerados aquí, pues inten-
to: los programas de lucha contra la tan brindar una formación real para el

boletín cinterfor
empleo a grupos objetivo carenciados, la institución ejecutora pues es el rease-
en particular a jóvenes y mujeres po- guro de su adaptación al mercado de
bres. trabajo. Un grupo numeroso de estu-
dios tratan sobre estos cursos en los
Programas para Jóvenes distintos países (CEPAL, 1992; Palma,
1993; Ramírez, 1993; Messina, 1995;
Se han desarrollado, durante la Jacinto y Gallart, 1998; Gallart, 2000a).
década de referencia, programas de Las evaluaciones de su impacto, reali-
gran envergadura que han alcanzado zadas en comparación con grupos de
hasta 100.000 jóvenes en el caso de control, muestran efectos favorables
Chile y Argentina, siguiendo el mode- pero muy débiles en la inserción labo-
lo del llamado “Chile Joven”: cursos ral y los ingresos. Cabe destacar que
cortos (aproximadamente seis meses) las evaluaciones coinciden en señalar
dirigidos a ocupaciones semicalificadas, dos condiciones: son los únicos progra-
destinando aproximadamente la mitad mas masivos que llegan a esta pobla-
de ese tiempo a pasantías en empresas ción, muy numerosa y en peligro de
formales. La finalidad es sacar a los exclusión; y el método de convocato-
jóvenes pobres del círculo vicioso de la ria impide la burocratización y rigidez
desocupación y la informalidad de sub- de los cursos de algunas de las gran-
sistencia, y promoverlos a niveles ba- des instituciones de formación profe-
jos del empleo formal. Estas iniciativas sional. En cambio, no hay acuerdo to-
se están desarrollando o se han llevado tal sobre los resultados: si bien algunos
44 a cabo en Chile, Argentina, Uruguay, autores enfatizan los efectos positivos
Venezuela, Perú y Colombia. Con al- en la inserción laboral, otros destacan
gunas variaciones, se implementa en la carencia de habilidades básicas, lo
Brasil un programa del mismo tipo, lla- cual dificulta la continuidad y desarro-
mado “Capacitación Solidaria”6 (Avila, llo ocupacional e incrementa la margi-
1999; Avila, 2000a). En algunos casos nalidad de las ocupaciones desempe-
se prevé un acompañamiento en la in- ñadas.
serción laboral que facilite su continui-
dad en el mercado de trabajo. Programas para mujeres

La característica de estos progra- Otra población objetivo a la que


mas es que son financiados por el Es- se dirigen los programas de este tipo
tado, pero éste convoca a concurso y son las mujeres jefas de hogar caren-
contrata a entidades de la sociedad ci- ciadas. Una investigación reciente
vil (ONG o instituciones de capacita- (CIDE, 2001) evalúa en Chile el Pro-
ción), definiendo las características de grama de Capacitación Laboral orien-
la población objetivo y el tipo de cur- tado al Trabajo Independiente para
so; la pasantía debe ser garantizada por Mujeres de Escasos Recursos. En este

boletín cinterfor
caso las acciones están claramente en- integradas en redes, que captan recur-
focadas hacia el sector informal, pues sos del sector privado, la cooperación
se trata de mujeres que se desempe- internacional y el Estado, y desarrollan
ñan como comerciantes, servicio do- una variedad de acciones de asisten-
méstico, temporeras y empleadas asa- cia social entre las cuales se encuen-
lariadas; se espera que consoliden una tra la capacitación. En general tienden
estrategia de trabajo independiente en más a la satisfacción de las diversas
un oficio. Un tercio de las capacitadas necesidades de la población objetivo
en 1999 mantienen un microproyecto que a responder a los nichos reales del
autónomo que les sirve de sustento eco- mercado de trabajo. No existe eviden-
nómico. Se observan problemas en la cia de evaluación de su impacto que
focalización de las beneficiarias (pre- permita suponer que en este aspecto
dominan mujeres de más edad de lo son superiores a otras organizaciones
previsto) y en la heterogeneidad de las (Bennell, 1999, pag. 9; Gallart, 2000a,
condiciones de acceso al programa, lo pag. 32-44).
que hace que un grupo importante no
tenga el dominio de habilidades bási-
cas. Asimismo, se produce una tensión Instituciones nacionales de
entre dos objetivos: lograr que sean formación profesional
microemprendedoras o microempresa-
rias, o bien poner el énfasis en la con- Finalmente, entre los programas de
tención psicosocial y en la promoción lucha contra la pobreza, se incluyen los
de actividades productivas. Finalmen- desarrollados por las grandes institu- 45
te la investigación destaca la necesi- ciones de formación profesional dirigi-
dad de una red de apoyo que posibili- dos a esta población objetivo. Jaime
te la continuidad del trabajo de las Ramírez (1996) presenta como ejem-
mujeres. plos el programa de Promoción Profe-
sional Popular (PPP) del SENA en
Colombia y el Plan Nacional de Capa-
Las organizaciones no guberna- citación Popular del SECAP en Ecua-
mentales (ONG) dor. El PPP funcionó en la década de
los ochenta y fue eliminado como pro-
Una vertiente importante de las grama independiente desde principios
acciones de capacitación dirigidas a la de los noventa. Se trata de planes mó-
lucha contra la pobreza son las activi- viles que usan recursos de la comuni-
dades de las ONG individuales. Resul- dad. No se focalizan en un grupo espe-
ta muy difícil apreciar su extensión pues cial sino que están abiertos a todos los
corresponden a una multiplicidad de postulantes. La gama de oficios que
instituciones de muy distinto tamaño y brindan es la tradicional (mecánica y
origen, a veces aisladas y a menudo confección), y han funcionado también

boletín cinterfor
como apoyo a autoconstrucción popu- tea la intención de transformar los
lar. En el caso del SENA, sus instruc- emprendimientos del primer tipo en
tores actúan como capacitadores. El microempresas del segundo. La tensión
autor considera que se trata de una si- entre estas dos formas de microempre-
tuación de formación muy variada, ten- sas y la ubicación de las actividades
diendo a precaria. Ambos programas desarrolladas por los microempresarios
cumplen servicios orientados desde la en el continuo, cuyos extremos son es-
oferta de formación y no existen eva- tos dos modelos, es una herramienta
luaciones confiables de sus resultados. interesante para el análisis que se de-
sarrollará en el apartado siguiente.
En estos trabajos sobre la forma-
ción para grupos específicos en des-
ventaja, como los jóvenes y las muje- Los programas de apoyo
res pobres, aparecen habitualmente tres a la microempresa
temáticas: la promoción de actividades
de subsistencia, el desarrollo de la Es notorio que, respecto al sector
microempresa y el autoempleo. La pre- informal, durante los años noventa el
ocupación subyacente es la posibilidad énfasis se puso en la promoción de la
de combatir la pobreza mediante la microempresa. Esto se puede compro-
generación de ingresos de los sectores bar en el hecho de la variedad de paí-
más vulnerables. Para ello se promue- ses en los que existieron programas de
ve desde la producción de alimentos apoyo a la misma, y en el número de
46 destinados al autoconsumo hasta acti- trabajos que registra la bibliografía. A
vidades artesanales y microempre- título de ejemplo se pueden citar los si-
sarias individuales y colectivas. La su- guientes países e instituciones: Perú,
pervivencia de estas actividades suele COPEME y CARE (Ramírez, 1996);
depender de los subsidios; existe gran Colombia, Plan Nacional para el De-
dificultad en hacerlas autosustentables. sarrollo de la Microempresa (PNDM)
Los programas de promoción de (Ramírez, 1998); El Salvador, FEPADE
microempresas tienden, en cambio, a (CEPAL, 1995); Jamaica , MIDA y
centrarse en pequeñas empresas via- ASSIST (CEPAL, 1995); Brasil,
bles en el mercado y buscan aumentar SEBRAE (Pécora, 1997). La región
su productividad para lograr un cierto centroamericana fue particularmente
nivel de acumulación que les permita escenario de una intensa actividad en
sobrevivir en los momentos de crisis. este sentido, como lo demuestra el con-
Los grupos de la población más pobre junto de trabajos recogidos por la Base
y en peligro de exclusión no suelen SIPROMICRO. Si se incluyen las pe-
incluir a los propietarios de este segun- queñas empresas, se pueden añadir
do tipo de microempresas. Si se obser- otros países en esta enumeración:
van los objetivos de muchos progra- México, CIMO (Mertens, 2001) y Ar-
mas de lucha contra la pobreza, se plan- gentina, (Addis y Fitzgerald, 2000).

boletín cinterfor
Dada la extensión del documento gistraron solamente Una de las
presente no se puede examinar cada aportes de instituciones características
programa en particular. Por lo tanto, de formación profesio- comunes de los
se intentará presentar un panorama nal (SENA e INA), la planes de apoyo a
las microempresas
descriptivo de los mismos, destacando realidad de los noventa
es que no
sus características comunes, sus dife- impuso un modelo más constituyen
rencias más notables, el rol de la for- abarcativo. Cabe agre- programas
mación en ellos y, finalmente, varios gar que casi todos defi- focalizados
ejemplos que brinden las bases para nen su población objeti- exclusivamente en
algunas conclusiones. vo como la empresa in- la formación de sus
formal, lo cual se presta usuarios
Una de las características comu- a cierta ambigüedad;
nes de los planes de apoyo a las mi- cuando se examinan las reales pobla-
croempresas es que no constituyen pro- ciones objetivo, se puede constatar una
gramas focalizados exclusivamente en amplia gama que va desde micro-
la formación de sus usuarios. Aun los emprendimientos subsidiados y con
que están basados en la capacitación, escasa viabilidad en el mercado, pa-
como los talleres públicos de capacita- sando por un cuentapropismo pasible
ción-producción del INA en Costa de ampliación, hasta microempresas
Rica, tienen componentes que implican competitivas que han descubierto ni-
el asentamiento en comunidades chos de mercado. Obviamente, el diag-
carenciadas y el intento más amplio de nóstico y los servicios necesarios en
fomentar microemprendimientos entre cada una de estas situaciones son muy 47
sus participantes. En la mayoría de los distintos.
casos se trata de programas que inte-
gran mecanismos de crédito, general- El punto de partida de esta corrien-
mente subsidiado, y asistencia técnica; te que focaliza la atención del desarro-
ésta varía desde el acompañamiento o llo del sector informal en la microempre-
monitoreo hasta complejos mecanismos sa tiene varias fuentes: 1) la preocupa-
de apoyo tecnológico y de comerciali- ción de las grandes instituciones de for-
zación. En realidad, la capacitación es mación profesional debida al agotamien-
la “tercera pata” del apoyo y, en gene- to de la capacidad de absorción de sus
ral, está lejos de ser la más importante. egresados por el sector formal de la
Otra característica común, en la casi economía, y la consiguiente búsqueda
totalidad de los planes, es que aúnan de nuevos “mercados” para sus cur-
esfuerzos del Estado, de instituciones sos. Una vez instalados estos servicios
de la sociedad civil y, en general, apor- de formación, la dificultad de promo-
tes de la cooperación internacional. Si ver el autoempleo de los egresados lle-
bien en algunos casos, al inicio de esta vó a la preocupación por integrar ase-
corriente en los años ochenta, se re- soría y crédito; 2) la doble constata-

boletín cinterfor
ción, por parte de los analistas del mer- cimiento posterior de actividades mi-
cado de trabajo, de que las unidades croempresariales exige un apoyo más
productivas pequeñas empleaban la integral que el requerido en el caso de
mayor parte de los trabajadores, y en la autoconstrucción o la complemen-
particular de los pobres, y que esa par- tación de ingresos familiares (Palma,
ticipación, lejos de disminuir con el cre- 1993 pag.109-112).
cimiento económico, se mantenía o cre-
cía; 3) el achicamiento del empleo pú-
blico y la reestructuración productiva La empresa informal
que expulsaron una cantidad importan-
te de trabajadores, los que podrían ser Conviene por lo tanto, a esta altu-
absorbidos por las micro y pequeñas ra, redefinir qué se considera cuando
empresas si éstas desarrollaran un cier- se habla de empresa informal, además
to dinamismo; 4) por último, la consta- de su pequeño tamaño, el bajo valor
tación de que la subcontratación y la de sus activos y una tecnología más
globalización suponían nuevos nichos cercana a un concepto de tecnología
para micro y pequeñas empresas que adecuada que a la frontera tecnológi-
fueran económicamente viables y, en ca. La empresa informal tiene dos ca-
consecuencia, generaran empleo. racterísticas distintivas muy importan-
tes. La primera es que opera con una
En los años noventa continúan al- racionalidad de reproducción y no de
gunas de las iniciativas anteriores de acumulación, buscando mantener ocu-
48 capacitación para el sector informal di- pados a sus integrantes y obtener in-
rigido a un autoempleo de subsisten- gresos adecuados para ellos; no es pri-
cia, con fuertes raíces en el autocon- mordial la capitalización ni la amplia-
sumo y en el concepto de una econo- ción de sus mercados. La segunda ca-
mía popular de trueque: en el caso del racterística es que su competitividad no
INA, el taller se asienta en las institu- se basa en la productividad sino en el
ciones de acción social ya activas en bajo precio que se asigna al trabajo in-
los barrios; las IFP establecen sus ta- corporado y en las relaciones de soli-
lleres y maquinarias en locales perma- daridad comunitaria o familiar que dis-
nentes aportados por la comunidad. minuyen costos. El gran peligro de este
Pero en esta etapa, la formación se or- tipo de empresas radica en que su me-
ganiza de manera que los usuarios pue- canismo de difusión es la imitación
dan acceder en horarios flexibles y las y no la innovación, por lo cual son muy
líneas de calificación sean acordadas susceptibles de alta mortandad cuan-
con ellos. No hay un tiempo fijo para la do se saturan sus posibilidades en el
capacitación: los participantes egresan mercado de productos o servicios.
cuando ya no necesitan los servicios
del taller. Sin embargo, aun con esta Más allá de esta definición, de por
posibilidad, se reconoce que el estable- sí amplia, resulta claro que el universo

boletín cinterfor
de las microempresas es muy hetero- subsistencia con muy poca capacidad
géneo; además, su límite con las peque- inclusive de reproducción, sujeta a los
ñas es muy tenue, dado que la diferen- vaivenes de la economía y muy alta
cia no pasa por el número de personal mortandad; se trata de una actividad
empleado (un máximo de seis a diez anticíclica que se incrementa cuando
personas), sino por su escasa inversión disminuye el crecimiento económico y
en capital humano y en activos, y por aumenta el desempleo. En el otro ex-
su dinamismo, muy difícil de delimitar. tremo, hay micro y pequeñas empre-
Esto hace que desde el punto de vista sas que descubren y se asientan en ni-
de la capacitación el sujeto de la micro- chos nuevos del mercado, resultan eco-
empresa sea equívoco: ¿Es un trabaja- nómicamente viables y su actividad
dor informal que incorpora algún ayu- aumenta en las etapas de crecimiento
dante o aprendiz? ¿Es un microempre- de la economía; son por lo tanto clara-
sario que conduce su empresa, gana mente procíclicas. Teniendo en cuenta
más que sus trabajadores y es funda- que la capacitación y los programas de
mentalmente un gestor? ¿Son los tra- apoyo constituyen procesos de media-
bajadores de las microempresas los no y largo plazo, la pregunta es cómo
que deben mejorar sus calificaciones adaptarse a esta variación en econo-
para hacerlas más productivas? ¿O es mías tan inestables como las de la re-
la empresa como emprendimiento co- gión. Más aún cuando todos los pro-
lectivo la que debe perfeccionarse, por gramas explicitan como objetivos el
lo menos para asegurar su superviven- aumento del empleo y la disminución
cia como fuente de puestos de trabajo de la pobreza, metas constantes a lo 49
y, de ser posible, para mejorar su ca- largo del período considerado.
pacidad de empleo y de ingresos? Es-
tas preguntas subyacen en los análisis
de los programas presentados en los La descripción de los
estudios, cuyas peculiaridades presen- componentes de los programas
taremos a continuación.
La capacitación
Desde el punto de vista de la pre-
visión de las demandas del mercado de Dentro de los programas destina-
trabajo, la heterogeneidad menciona- dos a la microempresa, la metodolo-
da acarrea otro problema. Hay acuer- gía de la capacitación tiene como pun-
do entre los autores (Ramírez, 1996) to de partida el diagnóstico de la situa-
en que el continuo de la heterogenei- ción original de la microempresa (o de
dad del sector informal en general, y su proyecto en el caso de los futuros
de la microempresa en particular, pre- empresarios), sus carencias y posibili-
senta dos panoramas distintos: en un dades; se parte del hecho de que se trata
extremo, una actividad económica de de problemas sistémicos y colectivos y

boletín cinterfor
no individuales. El componente de ca- de tecnologías. Generalmente se trata
pacitación que se implementa luego de créditos a tasas subsidiadas, que
está basado en procesos, materiales pueden ser otorgados por entidades
didácticos, temas y estrategias peda- crediticias o a veces por la misma or-
gógicas flexibles. Se busca el desarro- ganización responsable del programa.
llo tanto personal de los microempre- La recuperación de esos créditos es
sarios como del emprendimiento, a tra- un tema crítico. En los emprendimien-
vés de talleres adaptados a las distin- tos de los bolsones de pobreza se cons-
tas necesidades y actividades econó- tata muchas veces la imposibilidad de
micas. Dichos talleres cubren en ge- dicha recuperación, lo que pone en
neral los siguientes rubros: contabilidad, cuestión la continuidad de los progra-
finanzas y comercialización; capacita- mas más allá de los fines puramente
ción técnico-productiva, normalmente asistenciales. En el caso de las micro-
centrada en procesos de la manufac- empresas viables, la evaluación del pro-
tura (por ejemplo cuero, confección, yecto del negocio, los tiempos y el apo-
metalmecánica); y capacitación en la yo a la gestión parecen claves para per-
gestión empresarial con eje en la ad- mitir la continuidad y el mantenimiento
ministración y elaboración de proyec- de los fondos del programa.
tos (CEPAL, 1995; Ramírez, 1996 y
1998). El asesoramiento

El crédito En cuanto al asesoramiento de los


50 proyectos, las acciones son variadas.
El crédito es un componente cen- Pueden consistir sólo en dos o tres vi-
tral en los programas de apoyo a la mi- sitas de un profesional de la adminis-
croempresa. En el caso de los empren- tración o ingeniero, que controla la ad-
dimientos más cercanos a la supervi- ministración financiera del crédito y sus
vencia es el más necesario, ya que re- posibilidades de reembolso. Como
sulta imposible para los microempre- máximo, se trata de un acompañamien-
sarios comenzar una actividad sin un to a la gestión, facilitando una consul-
mínimo capital de giro, el cual no pue- toría tanto en relación con la adminis-
den obtener por sí mismos dada su in- tración como con la mejora de los pro-
capacidad de ahorro. A medida que se cesos productivos y la adecuación de
va progresando en la escala y se pasa la tecnología utilizada.
de microemprendimiento a micro-
empresa “moderna”, el crédito varía A estos tres componentes princi-
hacia la posibilidad de inversión y al pales se suelen agregar otros que tien-
financiamiento de proyectos más com- den a la constitución de apoyos colec-
plejos que incluyen compra de maqui- tivos a los microempresarios, tales
naria, comercialización e introducción como asociaciones gremiales, oficinas

boletín cinterfor
locales o sectoriales de comercializa- de mayor alcance de la región. El aná-
ción, centros de desarrollo productivo lisis de su evolución parece relevante
y tecnológico. Estas instituciones mues- pues plantea muchos de los problemas
tran escasa continuidad y su evalua- y dilemas que se señalaban anterior-
ción no es positiva. Pareciera que los mente. Presenta también una confor-
mecanismos de competencia y solida- mación institucional muy interesante en
ridad presentes en los distritos industr- un intento de integrar el Estado, una
iales italianos son muy difíciles de con- IFP muy importante y ONG.
seguir en el contexto latinoamericano.
Colombia es un país con determi-
Cabe agregar la importancia que nadas características: un extenso sec-
reviste que las organizaciones que son tor informal; una economía compleja
responsables de todos los componen- que sufrió menos que el resto de la re-
tes de los programas actúen al uníso- gión la pérdida de dinamismo de los
no. Se trata de entidades muy distin- ochenta; la presencia importante de
tas: la formación técnico-empresarial sectores de pobreza; abundancia de
suele estar a cargo de instituciones edu- ONG muy diversas (empresariales, de
cativas o de formación profesional; la iglesia, laicas de acción social), y una
administración, de los créditos de Ban- institución nacional de formación pro-
cos u ONG de cierta magnitud; la ase- fesional, el SENA, con larga y rica ex-
soría depende de organismos del Esta- periencia.
do, de universidades, de ONG o de
organismos creados a ese fin. Es muy La historia del PNDM 51
común que surjan conflictos entre
los intereses diferentes de estas insti- En 1984 se crea el PNDM, coor-
tuciones. dinado por el gobierno (Dirección Na-
cional de Planeación) con el apoyo del
BID; se integran también el SENA
Un ejemplo paradigmático: -que implementa un programa de for-
el Plan Nacional para el mación abierta a distancia- y un grupo
Desarrollo de la Microempresa de fundaciones. Se constituye enton-
(PNDM) de Colombia7 ces, con representantes de las organi-
zaciones anteriores, un Consejo Nacio-
Este plan comenzó en la década nal Evaluador. El Plan seguía el mo-
de los ochenta y continúa hoy en día, delo desarrollado por la Fundación
habiendo capacitado hasta 1994 a más Carvajal, creada por la empresa gráfi-
de cien mil microempresarios (el 9 por ca del mismo nombre, la cual había
ciento de los microempresarios colom- implementado un programa de apoyo
bianos según algunos autores8); es por a microempresas industriales (DESAP-
lo tanto uno de los más prolongados y Micros) con respaldo de una ONG nor-

boletín cinterfor
teamericana. Este programa, ejecuta- En 1991 se produce un cambio
do por fundaciones privadas cercanas importante, ya que el BID autoriza el
al sector empresarial, estaba centrado uso del crédito para capital de trabajo
en la capacitación empresaria indivi- en grupos solidarios y trabajadores in-
dual de dueños de microempresas con dependientes en comercio y servicios
potencial de crecimiento, siendo esa (originalmente se privilegiaba las mi-
capacitación el primer paso de un pro- croempresas manufactureras). El pro-
ceso complementado con crédito para grama de formación empresarial entra
financiación de activos fijos, y un mo- en crisis por el desinterés de los em-
nitoreo posterior. presarios que lo ven sólo como un
paso previo, necesario pero no relevan-
El PNDM inicialmente replica te, para obtener el crédito; en conse-
este modelo, pero define su objetivo cuencia se elimina el requisito de la
dentro del contexto de la lucha contra capacitación previa. Se produce una
la pobreza y la promoción del empleo. reorientación del subsidio hacia las
Surgen entonces conflictos entre las empresas pobres, bajo la suposición de
instituciones ejecutoras, dado que las que las más desarrolladas pueden tra-
fundaciones cuestionan la calidad téc- bajar con los Bancos. Se intentan, con
nica de los cursos del SENA y, por otro poco éxito, ciertas estrategias de apo-
lado, la focalización del “modelo Car- yo: comercializadoras de productos de
vajal” deja afuera los emprendimientos la microempresa y centros de desarro-
de los pobres. Por ello, al fin de la dé- llo productivo. Estas iniciativas pade-
52 cada del 80 (1988) se decide imple- cen una serie de problemas derivados
mentar estrategias diferenciadas para del alto costo de los servicios tecnoló-
los distintos tipos de microempresa, a gicos y de la reestructuración produc-
saber: 1) el “modelo Carvajal” para tiva resultante de la globalización que
aquellas de potencial desarrollable; 2) dejó fuera del mercado a muchas
para las microempresas familiares lla- microempresas. Por otro lado, la crisis
madas solidarias, un apoyo centrado en del sector manufacturero de las micro-
proveer capital de trabajo asumiendo empresas y la reorientación de los sub-
que son precarias; 3) el desarrollo de sidios hacia sectores informales de sub-
una metodología asociativa-cooperati- sistencia, donde los créditos subvencio-
va con el fin de buscar soluciones nados compiten con otros de tasas
grupales tales como comercialización usurarias, permite altos niveles de ren-
en escala e incorporación de tecnolo- tabilidad pero grandes problemas en la
gías de producción. Estas nuevas polí- recuperación de los préstamos. Se lle-
ticas permiten incrementar el número ga así a un modelo muy distinto del ori-
de ONG ejecutoras, incluyendo ONG ginal, donde el eje está en la concesión
de acción y financieras. Además, dos de créditos de capital de trabajo a tra-
universidades ingresan al PNDM con bajadores y empresarios pobres, con
funciones de asesoría y seguimiento. un rol irrelevante de la formación em-

boletín cinterfor
presarial o técnica. El plan dio así un didácticos, su forma de asesoría y
giro de 180 grados desde sus orígenes acompañamiento aprovechando la ex-
como promotor de los sectores más periencia anterior; se completa así un
viables y modernos de las microempre- círculo desde el programa Carvajal,
sas, y se plantean ahora serias dudas mostrando la dificultad para integrar los
sobre la sustentabilidad de las activi- dos polos de las poblaciones objetivo
dades cuando se extingan los subsidios. del sector informal.

La importancia de este programa,


su mantenimiento en el tiempo y su El rol de la capacitación en la
cobertura lo hacen muy significativo: promoción de la microempresa
más allá de sus limitaciones y cambios
resulta un ejemplo de acción continua- Conviene partir de una realidad al
da que integra distintas instituciones del respecto: la capacitación no tiene un
Estado y la sociedad civil para enfren- rol central en las estrategias de los
tar el problema de la inserción de la microempresarios. Se puede ejempli-
microempresa en la economía y la so- ficar esto con la situación de Argenti-
ciedad. Logró también consecuencias na (Angelelli et al, 1999) y de Colom-
importantes de desarrollo institucional: bia (Cabal, 1997) donde sólo una mi-
“La presencia de otros actores como noría de los empresarios ha recibido
las asociaciones gremiales de empre- capacitación. En el caso colombiano,
sarios, contribuyó a la creación de una una encuesta realizada a microempre-
línea de desarrollo empresarial parale- sarios muestra conclusiones ilustrativas: 53
la y cercanamente imbricada con el el 91 por ciento no siguió ningún curso
PNDM: la del movimiento de apoyo a de capacitación en los doce meses in-
los nuevos emprendedores -personas mediatamente anterio-
no necesariamente provenientes del res; los que lo hicieron Más allá de sus
sector informal- que están interesados fueron entrenados por limitaciones y
en la creación de micro y pequeñas entidades públicas y cambios resulta un
empresas modernas y competitivas ONG; un quinto de los ejemplo de acción
en sectores dinámicos del mercado. empresarios que asistie- continuada que
Aquí una vez más, coincidieron iniciati- ron a cursos recibieron integra distintas
vas públicas y privadas como son el capacitación administra- instituciones del
programa FASE del SENA y el grupo tivo-financiera. Estado y la
sociedad civil para
de ONG denominadas “FUNDA-
enfrentar el
EMPRESA”, apoyadas por impor- La frecuencia varía problema de la
tantes grupos empresariales e institu- entre contabilidad y cos- inserción de la
ciones de desarrollo local” (Ramírez, tos (los más), administra- microempresa en la
1998). Estos proyectos han implemen- ción del negocio, y mer- economía y la
tado sus propios diseños y materiales cadeo y comercializa- sociedad

boletín cinterfor
ción (los menos). En general, los em- límites superiores del sector de micro
presarios encuestados consideran que y pequeñas empresas en México y
han aplicado los conocimientos adqui- Argentina.
ridos; en cuanto a la demanda por ca-
pacitación técnica, más de la mitad es- Como se señaló anteriormente, los
tán interesados en cursos relacionados cursos de capacitación gerencial del
con los procesos productivos o la di- PNDM (Ramírez, 1996) fueron inicial-
versificación del producto. Si se consi- mente asumidos por el SENA dentro
dera el total de las empresas, hay dife- de sus propias instalaciones y con los
rencia entre aquellas que participaron métodos utilizados en la formación
en el PNDM y las que no lo hicieron: profesional tradicional. Dichos cursos
las beneficiarias del PNDM muestran adolecieron de dos problemas: por una
mayor tendencia a demandar capaci- parte, una cierta rigidez en contenidos
tación. y horarios que no se adaptaban a los
intereses y escasa disponibilidad de
Estrategias tiempo por parte de los empresarios en
actividad; en segundo lugar, la falta de
Frente a este panorama es intere- adecuación a los cambios tecnológicos
sante plantearse cuáles son las estrate- en la industria. Pero, cuando se desa-
gias, contenidos y metodologías de rrollaron ofertas más flexibles como
capacitación que proponen los progra- jornadas o talleres sobre aspectos pun-
mas de apoyo a la microempresa. tuales, fueron bien recibidas. El estilo
54 de los instructores variaba según las
Partiendo de distintos planes, se instituciones a cargo de la capacita-
presentarán algunos ejemplos: la evo- ción. En el caso del SENA eran los
lución del componente de capacitación mismos que en sus cursos habituales
en el PNDM en Colombia; la capaci- con los defectos antes considerados.
tación de microempresarios en El Sal- Las ONG, en cambio, tienden a utilizar
vador y en particular la realizada por la como instructores a jóvenes graduados
Fundación Empresarial para el Desa- en profesiones universitarias de ad-
rrollo Educativo (FEPADE); la capa- ministración; aunque presentan la ven-
citación destinada a jóvenes desemplea- taja de estar actualizados en las tecno-
dos y subempleados con el objetivo de logías usuales, suelen tener dificulta-
orientarlos al autoempleo y la micro- des en la transmisión pedagógica. Sin
empresa en Perú, dentro del Proyecto embargo, cuando se trata de ONG de
de Adiestramiento y Empleo de Jóve- prolongada actuación suele producirse
nes que tuvo lugar en Lima y El Callao un interesante intercambio entre dis-
entre 1989 y 1993; y, finalmente, un tintos tipos de instructores, provenien-
bosquejo de algunas iniciativas des- tes de empresas estructuradas, del
tinadas a las microempresas en los SENA y de carreras técnicas, consti-

boletín cinterfor
tuyendo así un equipo con variada ex- un sencillo sistema contable en la
periencia y conocimiento de la pobla- microempresa de cada participante. A
ción objetivo. continuación, también con referente
práctico en la realidad, se desarrollaba
Contenidos una estrategia de mercados, con la ela-
boración de un proyecto de inversión y
En este aspecto, siguiendo con el su presentación ante una entidad finan-
PNDM, las experiencias iniciales es- ciera. Sin embargo, la distancia entre
taban muy contaminadas con los con- ese ejercicio y la experiencia real de
tenidos de la enseñanza superior. Se los problemas enfrentados por los em-
asemejaban entonces a un intento de presarios contribuyó a que éstos mani-
convertir a los microempresarios en festaran poco interés en la capacita-
administradores profesionales de em- ción. Finalmente, se optó por un méto-
presas de menor tamaño. A partir de do de aprendizaje de la experiencia, por
allí se evolucionó hacia programas que ensayo y error, sin apoyo en procesos
estaban dirigidos a fortalecer las des- sistemáticos y de evaluación. El autor
trezas conceptuales de diagnóstico del concluye que “se ha venido decantan-
negocio (tanto contextual como al in- do un paradigma metodológico que trata
terior de la empresa) y de gestión de de combinar enfoques constructivistas
procesos, en cuyos aspectos adminis- -que fundamentarían los procesos
trativos eran apoyados externamente. formativos de largo plazo y estruc-
Es importante destacar que los conte- turarían procesos formativos integra-
nidos no incorporan la recuperación de les-, con los principios del método acti- 55
habilidades básicas de lectoescritura y vo tradicional y con instrumentos de la
matemática las cuales, sin embargo, tecnología educativa de base conduc-
son fundamentales; se aduce que es tista, cuyo papel sería aportar funcio-
necesario concentrarse en aspectos es- nalidad práctica y verificabilidad de
pecíficos para evitar la dispersión. Esto corto plazo a los aprendizajes obteni-
hace que de hecho queden margina- dos” (Ramírez, 1996).
dos los empresarios menos educados.
En el caso de las empresas solida-
Metodología rias, en cambio, la capacitación se cen-
traba, entre otras razones por el bajo
En lo atinente a la metodología, los nivel educativo de los microempresa-
planes del PNDM del “modelo Carva- rios, en un conjunto de instrucciones
jal” superaron el enfoque expositivo y sobre mecanismos de acceso y admi-
memorístico, instaurando primero el nistración del crédito. La capacitación
método activo en el área inicial de con- destinada a grupos asociativos fue im-
tabilidad, sobre la base de un ejercicio pulsada por el SENA y ha tenido
práctico que implicaba la instalación de escaso desarrollo numérico.

boletín cinterfor
A esta altura de la reflexión, pa- presenta programas de estudio estruc-
rece conveniente comparar en el turados en función de objetivos diferen-
PNDM las políticas de capacitación ciados por nivel de educación, sector y
aplicadas en las unidades productivas actividad productiva, así como escalo-
con más posibilidades de desarrollo, con nados por su complejidad relativa. Se
aquellas puestas en práctica en las que trata de la Fundación Empresarial para
pertenecen al estrato marginal. La vi- el Desarrollo Educativo (FEPADE),
sión de las instituciones ejecutoras es que abarca 17 áreas y 27 especialida-
que estas últimas necesitan fundamen- des, con 141 cursos técnicos y voca-
talmente capital de trabajo para librar- cionales. Su directorio está integrado
se de las cargas del crédito usurario y por empresarios vinculados a distintas
estabilizar el autoempleo. Por ello con- actividades y sectores. Realizan estu-
sideran irrelevante la capacitación téc- dios sistemáticos de mercado de modo
nica y administrativa y privilegian, en de no ofrecer capacitación que no sea
cambio, complementar la actividad de demandada por el mercado. No capa-
crédito con servicios de vivienda, sa- citan directamente, salvo en los cursos
lud y seguridad social. En el sector de sobre gestión; en los demás (técnicos
las microempresas “desarrollables” se y vocacionales) establecen convenios
enfatiza la importancia de las variables de asistencia técnica con otras institu-
contextuales que incluyen líneas de ciones privadas y públicas como Cari-
apoyo a la comercialización, el desa- tas, la Cámara de Comercio e Indus-
rrollo tecnológico y la organización le- tria, el Polígono Industrial Don Bosco,
56 gal e impositiva de la microempresa, lo la Asociación Salvadoreña de Indus-
cual da sentido a la asesoría y capaci- triales, e institutos técnicos públicos y
tación. Sin embargo, aun en este caso privados. Asimismo, la FEPADE faci-
surgen dudas acerca de la eficiencia lita a los instructores preparación en
de la capacitación: parece existir toda- las áreas pertinentes, y asistencia prác-
vía un abismo entre las necesidades de tica para la capacitación de los grupos.
los microempresarios y los contenidos El resultado de los cursos se evalúa
y metodología de los cursos (Ramírez, periódicamente mediante encuestas al
1998). 10 por ciento de los beneficiarios, in-
dagando sobre su inserción laboral, el
Pasando al caso de El Salvador incremento de su ingreso personal o de
(CEPAL, 1995) se detectan allí más de la empresa, y la aplicación de tecnolo-
150 ONG con actividad en el campo gía. Los resultados son positivos. La
de la promoción de la microempresa, FEPADE recupera el 50 por ciento de
y en particular de la capacitación en los costos mediante un pago de los be-
esta área; las temáticas se refieren fun- neficiarios; el resto se cubre con
damentalmente a la gestión. Entre es- donaciones de AID y una veintena de
tas organizaciones, se destaca una que empresas privadas asociadas.

boletín cinterfor
En el otro extremo del continuo de lo que favorecía la aceptación de los
capacitación para el autoempleo y la pasantes. Pero fue difícil que los
microempresa se encuentra el Proyecto microempresarios crearan en su taller
de Adiestramiento y Autoempleo de las condiciones necesarias para los
Jóvenes en Perú, cuyo objetivo era objetivos de capacitación del progra-
capacitar y aumentar las posibilidades ma, pues se carecía de los recursos
de obtener un trabajo remunerado o para ofrecerles formación o apoyo pe-
generar un autoempleo a jóvenes de 16 dagógico; de hecho la pasantía se cons-
a 25 años desempleados y subemplea- tituyó en un aprendizaje informal tradi-
dos. Entre 1989 y mediados de 1993 el cional. Con respecto a los contenidos
Programa atendió a 1.953 jóvenes. curriculares de la primera etapa, se tra-
CARE - Perú se asoció con otra ONG, taba de un entrenamiento fundamen-
Fe y Alegría, y organizó las acciones talmente práctico con algunos conteni-
de la siguiente manera: seis semanas dos teóricos necesarios para el desem-
de clases teórico-prácticas impartidas peño de los jóvenes; no se logró una
en los colegios técnicos de Fe y Ale- sistematización del desarrollo del cur-
gría, para desarrollar destrezas en las so ni integración entre contenidos téc-
ramas de confección de prendas de nicos y administrativos. En lo atinente
vestir, calzado, y carpintería de made- a sus resultados, es uno de los pocos
ra y metálica; a esto se añadía el com- programas que realizó una evaluación
plemento de dos charlas de tres horas de impacto sistemática focalizada en
de gestión empresarial dictadas por la inserción laboral posterior en térmi-
personal externo proveniente de los nos de empleo y desempleo, e ingre- 57
programas de apoyo a la microempre- sos. El saldo fue positivo, pues los
sa. Luego de esta etapa de “adiestra- usuarios registraron una moderada ven-
miento técnico inicial”, los jóvenes con- taja en ambas variables sobre el grupo
tinuaban durante cuatro meses reali- de control.
zando un aprendizaje práctico en una
microempresa de la comunidad, por lo Finalmente, conviene mencionar
que recibían un incentivo económico ciertos programas que se localizan en
equivalente al 80 por ciento del salario un área donde la microempresa limita
mínimo, pagado a medias por CARE y con las pequeñas y medianas y que
el microempresario con quien realiza- desarrollan metodologías interesantes.
ban la pasantía 9; esta etapa se titulaba Uno es el CIMO (Calidad Integral y
“Adiestramiento técnico en taller”. La Modernización) en México. Surge
difusión y promoción se realizó a tra- como iniciativa del Estado en el marco
vés de las poblaciones a las que CARE de las políticas activas del mercado de
brindaba servicios de salud y vivienda. trabajo.
Además, los microempresarios parti-
cipaban de programas de crédito y asis- No es el Estado el que capacita y
tencia técnica de la misma institución, asesora directamente, sino que estas

boletín cinterfor
La heterogeneidad actividades son imple- éstas para ser utilizadas por el empre-
de la microempresa mentadas por unidades sario y sus empleados. Este sistema
informal se promotoras de capacita- evita los problemas causados por la fi-
manifiesta en una ción (UPC), descentra- nanciación a la oferta10 y la falta de
diversidad de
lizadas en 54 oficinas compromiso de los empresarios, difi-
necesidades y de
posibilidades de
con cobertura nacional, cultades detectadas en otros progra-
acceso a nuevos que desarrollan un pro- mas promovidos por el BID. Estas ini-
conocimientos que ceso de aprendizaje or- ciativas muestran que en el estrato de
hace muy difícil ganizacional a medida las microempresas viables con nichos
pensar en de cada empresa (Mer- en el sector moderno es posible inno-
contenidos tens, 2001). El plan fa- var hacia formas más adecuadas de
comunes para todo cilita a las empresas el capacitar (Addis y Fitzgerald, 2000).
el sector acceso a una serie de
recursos: tecnología, co- Al terminar esta revisión de la
nocimientos administrativos, informa- metodología empleada en un grupo de
ción sobre mercados, trámites financie- programas, se destacan con claridad
ros y capacitación de los trabajadores. algunos aspectos. El primero es que la
Otro caso es el Programa de Capaci- heterogeneidad de la microempresa
tación para Trabajadores en Empresas, informal se manifiesta en una diversi-
de Córdoba, Argentina, instrumentado dad de necesidades y de posibilidades
con el apoyo del BID. Su objetivo es de acceso a nuevos conocimientos que
adecuar los servicios de capacitación hace muy difícil pensar en contenidos
58 a las necesidades de recalificación de comunes para todo el sector. El segun-
las pequeñas y medianas empresas do es que la capacitación no es la pre-
(PyMES). Integra un mecanismo de ocupación más importante de los
diagnóstico de la microempresa me- microempresarios; la escasez de cré-
diante un conjunto de encuestas a sus dito, las trabas legislativas e impositi-
miembros, con cursos de capacitación vas y otras condiciones contextuales
surgidos de las carencias y demandas pesan mucho más en la opinión de és-
de las mismas firmas; el programa tos, que la asistencia técnica y la capa-
subcontrata los cursos a entidades de citación (Angelelli et al., S/F). Final-
formación. Su implementación es muy mente, una parte del problema es la in-
reciente, y aún no se cuenta con eva- adecuación de los contenidos y méto-
luaciones. Lo interesante de este pro- dos de capacitación implementados, los
yecto es que los cursos de capacita- cuales se acercan más a la formación
ción son financiados a medias entre la profesional tradicional y a la enseñan-
Fundación sede del Programa y las za universitaria en administración que
microempresas, por medio de un siste- a la realidad del día a día de los micro-
ma de vouchers que son asignados a empresarios.

boletín cinterfor
Conclusiones rias laborales en empre- El resultado de las
sas más formales. El re- experiencias mues-
Los objetivos y los grandes sultado de las experien- tra un modesto
temas de las políticas de cias muestra un modes- éxito en cuanto a la
inserción laboral en
formación para el sector to éxito en cuanto a la
el corto plazo, pero
informal y la pobreza inserción laboral en el una tendencia a
en los años noventa corto plazo, pero una mantener
tendencia a mantener condiciones de
Los programas y políticas dirigi- condiciones de precarie- precariedad y alta
dos a este sector plantean como obje- dad y alta inestabilidad inestabilidad en el
tivos primordiales la generación de en el empleo a mediano empleo a mediano
empleo e ingresos para los sectores más plazo (Gallart, 2000a). plazo
excluidos de las sociedades naciona- En este conjunto de pro-
les. Con respecto a la capacitación se gramas, no se toma en cuenta al sec-
implementan dos caminos: tor informal más que como lugar de ori-
gen de los jóvenes subempleados. En
1) El primero consiste en brindar último término lo que se quiere es ubi-
cursos de capacitación para poblacio- carlos mejor en la fila de los postulantes
nes objetivo específicas, con el fin de a un empleo en el sector formal.
brindarles acceso a los estratos ocu-
pacionales inferiores del mercado de 2) El segundo camino está dirigido
empleo, de ser posible formal. La típi- a mejorar la inserción y las condicio-
ca población objetivo es la de los jóve- nes de empleo en el sector informal de 59
nes pobres desocupados y subocupa- los hombres y mujeres en situación de
dos, en general de bajos niveles de ins- pobreza. El objetivo no es la inserción
trucción. Hay un supuesto fuerte, co- laboral individual sino la empresa in-
rroborado por el análisis del mercado formal. Se piensa que mejorar su via-
de trabajo, según el cual resulta muy bilidad incrementará los ingresos y las
difícil que esos jóvenes accedan a un posibilidades de sus trabajadores. El
autoempleo que no sea de subsisten- supuesto en este caso es que si las
cia, pues los emprendedores con cier- microempresas informales estuvieran
to éxito en el sector informal suelen ser mejor administradas y lograran acceso
personas con experiencia laboral. Fren- a los mercados, mejoraría su capaci-
te a ello, y a los altos índices de des- dad de emplear y generar ingresos para
ocupación, un curso corto que brinde su población ocupada, que en general
capacitación a nivel de semicalificación coincide con los sectores de pobreza.
y una breve experiencia laboral en una Este enfoque implica varios aspectos
empresa real, aparece como una ini- que lo diferencian de los vigentes a prin-
ciativa viable. El intento en este caso cipio de los años ochenta: una aproxi-
es sacar a los jóvenes del sector infor- mación a una unidad colectiva, la micro-
mal para que puedan iniciar trayecto- empresa; la preocupación por la ges-

boletín cinterfor
tión y no sólo por la capacitación de los a) Con respecto a la primera ca-
trabajadores; el supuesto de la identi- racterística, los programas analizados
dad de intereses entre el microempre- incluyen la capacitación, generalmen-
sario y sus trabajadores; y la idea implí- te de microempresarios y no de sus tra-
cita de la posibilidad de que la micro- bajadores, como uno de los elementos
empresa de subsistencia pueda conver- constitutivos de un programa más am-
tirse en una microempresa viable, con plio, cuyo componente más importan-
continuidad e ingresos decentes para te es el microcrédito. El elemento que
sus trabajadores. sigue en importancia es la asesoría ad-
ministrativa y técnica, y la capacitación
Las reflexiones finales del presen- empresaria o técnica que se inserta
te documento se focalizan en el segun- como parte de esta última. La articula-
do camino, por cosiderarse el más per- ción entre los tres componentes pare-
tinente para el sector informal. Se pre- ce difícil: hay una tendencia a aislar el
sentan algunos temas cruciales referen- acceso al crédito y su manejo, de la
tes a la formación, los cuales plantean gestión operativa de la microempresa
interrogantes para la obtención de los que garantiza su funcionamiento. A su
objetivos señalados y ponen en discu- vez, la capacitación aparece como un
sión algunos de los supuestos presen- agregado, muy dominado por la tradi-
tados en el párrafo anterior. ción de la formación profesional o de
las escuelas universitarias de adminis-
En los años noventa, las acciones tración; esto último se puede observar
60 dirigidas al sector informal y concen- en los materiales didácticos de los pro-
tradas en el apoyo al autoempleo y la gramas que proponen modelos “reba-
microempresa muestran algunas carac- jados” de empresas más complejas
terísticas distintivas que señalan deter- (INA, 1994 a,b,c,d; Luna, 1998 a,b).
minados aspectos a tener en cuenta Los empresarios tienden a menospre-
para el futuro: la primera, es que la ca- ciar los cursos y las razones que alu-
pacitación se convierte en sólo uno de den con referencia a su desinterés por
los elementos de la mejor gestión y no la capacitación se centran en la valo-
el más importante; la segunda, es que ración casi excluyente de los impedi-
aparece una diferenciación entre los mentos y condicionamientos contex-
usuarios de la capacitación, entre los tuales que se presentan como obstá-
microempresarios y sus trabajadores; culos cruciales para el funcionamiento
la tercera, es que resulta necesario pero de la unidad productiva (carencia de
difícil delimitar la población objetivo de crédito, problemas legales, contraban-
empresas a ser apoyadas, las micro- do y otros). Sin embargo, los estudios
empresas informales en las que se su- de los procesos de aprendizaje de las
pone está concentrada la población unidades productivas señalan la impor-
objeto de las políticas. tancia de la articulación entre los apren-

boletín cinterfor
dizajes tácitos desarrollados al interior dor y sus trabajadores Los estudios de los
de la empresa, “firm specific”, me- parecen claves para la procesos de
diante formas no organizadas, muchas adquisición de compe- aprendizaje de las
veces basadas en el ensayo y error, y tencias pero, sin embar- unidades producti-
vas señalan la
la incorporación desde el mundo exte- go, no revisten actual-
importancia de la
rior de “nuevos conocimientos, expe- mente una importancia articulación entre
riencias y saberes codificados y for- primordial en la formu- los aprendizajes
males que se transmiten, en general, a lación de los contenidos tácitos desarrolla-
partir de actividades de vinculación ex- de capacitación. Esta dos al interior
terna, interacción productiva con otros articulación entre cono- de la empresa,
agentes e instituciones, consejerías, ca- cimiento tácito y codifi- “firm specific”,
pacitación y consultoría. Tal vez, el nú- cado, y entre experien- mediante formas no
cleo crítico en este proceso de apren- cia anterior y adquisición organizadas,
dizaje se relaciona con la capacidad de competencias no sue- muchas veces
basadas en el
cognoscitiva y de gestión empresarial le ser tenida en cuenta
ensayo y error, y la
desarrollada en la firma que le permita por los programas de incorporación
incrementar los saberes, habilidades y educación formal y no desde el mundo
capacidades puestos al servicio de la formal dedicados a la exterior de “nuevos
producción a través de la articulación formación de futuros conocimientos,
virtuosa y positiva (comprensión, adap- empresarios (Montero experiencias y
tación, combinación e implementación) et al., 1994). El último saberes
de los conocimientos previos internos subtema relevante es el
con los nuevos aportes externos” estilo del patrón y, como consecuen- 61
(Angelelli et al., p. 1-2). Este proceso cia, su influencia en el proyecto y en
de adquisición de competencias está las relaciones internas del emprendi-
muy influido por el perfil de competen- miento; esto es fundamental para el
cias laborales de los recursos huma- desarrollo de las competencias de los
nos de las empresas y las característi- trabajadores, los cuales suelen ser los
cas del dueño-gerente. grandes ausentes de las políticas de ca-
pacitación para microempresas.
Lo anterior da cuenta de tres sub-
temas centrales poco trabajados en la b) La segunda característica es
evaluación de los programas. El primero precisamente la poca diferenciación y
es que la consultoría y la capacitación escaso énfasis en la formación de los
tienen que tener una construcción co- trabajadores de la microempresa: la
mún y que el trasladar conocimientos preocupación central por el funciona-
y habilidades codificados para otras miento de ésta y la capacitación del
realidades no resulta útil. El segundo empresario disminuyen la importancia
es que los antecedentes educativos y relativa de la adquisición de competen-
de experiencia laboral del emprende- cias por parte de los trabajadores. Un

boletín cinterfor
solo trabajo (Addis et al., 2000) plan- llega inclusive a plantearse un dualis-
tea un mecanismo de capacitación para mo en el sector informal entre dos seg-
los trabajadores, en cursos con temáti- mentos con poca interacción entre sí.
cas definidas por el empresario y por
el análisis de los recursos humanos de Consideran, por una parte, un tra-
la empresa, utilizando un interesante bajo de subsistencia de autoempleo
sistema de vouchers. Por otro lado, la poco calificado y microemprendimien-
identificación entre el microempresario tos muy frágiles, desempeñado por per-
y su emprendimiento margina de los sonas de bajo nivel de instrucción y
objetivos de la formación a los trabaja- escasa calificación, cuya única posibi-
dores precarios e inestables caracte- lidad de continuidad es una inyección
rísticos del sector informal, precisamen- externa de recursos; y por otra parte,
te aquellos a los que se dirigen los ob- un sector de microempresas con pro-
jetivos manifiestos de las políticas. ductos y servicios demandados por el
mercado, que necesita una organiza-
c) El tercer gran tema se refiere ción más racional y mejores competen-
al continuo entre el autoempleo, los cias gestionarias y técnicas, y que en-
emprendimientos de autosubsistencia, cuentra posibilidades reales de sobre-
los últimos eslabones de las cadenas vivir y crecer. Si se analizan los conte-
de subcontratación, y la pequeña em- nidos y actividades de la mayoría de
presa insertada en el mercado moder- los programas de microempresas, sus
no. Un concepto demasiado genérico objetivos corresponden a los miembros
62 de microempresa hace difícil identifi- del primer tipo pero los medios desa-
car a qué colectivo se dirigen las polí- rrollados corresponden al segundo. La
ticas, y más difícil aún evaluar si exis- implementación de los programas sue-
te una cierta movilidad de la unidad le privilegiar a una u otra de las “clien-
productiva destinataria desde las cate- telas” y, en algunos casos (PNDN de
gorías con menores posibilidades ha- Colombia), se llegan a estructurar pro-
cia las de mejores perspectivas de ese gramas paralelos para cada una de
continuo. Evidentemente, se produce ellas. La pregunta que puede hacerse
una tensión entre los dos objetivos bus- al respecto es si de hecho esta realidad
cados: el de fomentar la formación y la implica un reconocimiento de la impo-
inserción laboral de los pobres y el de sibilidad del crecimiento de la micro-
promover unidades productivas que empresa de subsistencia hacia una si-
puedan sobrevivir y prosperar en el tuación mejor; de ser así cabría pre-
mercado de bienes y servicios. Los pro- guntarse, además, qué sentido tiene la
gramas tienden a focalizarse en uno u capacitación, y en qué se diferencia
otro ámbito, sea el autoempleo o micro- este tipo de intervención de un subsi-
emprendimiento de subsistencia, sea la dio para la subsistencia. Esto no plan-
microempresa con capacidad de desa- tea un tema sencillo, ni es privilegio de
rrollo. Un grupo importante de autores la región, pues existen estudios de eva-

boletín cinterfor
luaciones de programas en países de- en cuenta las carencias La formación en
sarrollados que señalan problemas si- en estos aspectos, y no habilidades básicas
milares en intervenciones dirigidas a los prevén formas de reme- (lectoescritura,
sectores más desprotegidos (Schreiner, diarlas. La tercera, es matemática
aplicada,
1999). que el excesivo énfasis
habilidades
en identificar la micro- sociales) constitu-
Si se suman las tres característi- empresa con la persona yen el piso sobre el
cas con sus correspondientes temáti- del empresario impide cual se desarrollan
cas, aparecen algunas líneas importan- vislumbrar el desafío las competencias
tes para el desarrollo futuro de las po- que, para los objetivos de laborales en un
líticas y programas de capacitación que los programas, implica la contexto tan
intenten llegar a la vez a los sectores difícil relación entre éste incierto como el
de pobreza e incrementar las posibili- y sus empleados, que del autoempleo y el
dades de desarrollo de la microempresa son allegados pero tam- sector informal
informal. La primera, es tener claro que bién subordinados. El
se trata de una formación para perso- asesoramiento y capacitación que per-
nas adultas que ya tienen incorporada mita el desarrollo de trayectorias
una experiencia laboral importante y se calificantes para los destinatarios ten-
enfrentan a problemas concretos con dría que tener en cuenta esto. Final-
altos niveles de incertidumbre. En es- mente, identificar la población objetivo
tas circunstancias, la enseñanza codi- como punto de partida y su ubicación
ficada para empresas formales parece en el continuo subsistencia-desarrollo
poco útil: hay que recuperar el saber es importante; pero también lo es el de- 63
tácito de trabajadores y emprendedo- tectar las limitaciones y posibilidades,
res, y realizar codificaciones origina- tanto internas como externas, para tra-
les, lo cual sólo se consigue si asesora- bajar desde ellas y evitar que los pro-
miento, consultoría y capacitación gramas no hagan más que reforzar la
actúan muy imbricados y quienes segmentación original.
desempeñan esos roles se muestran
muy flexibles para incorporar experien-
cias ajenas. La segunda línea percibida Los dilemas actuales de la
es que la formación en habilidades bá- formación para el trabajo en el
sicas (lectoescritura, matemática apli- sector informal
cada, habilidades sociales) constituyen
el piso sobre el cual se desarrollan las Para quién: la población objetivo
competencias laborales en un contex-
to tan incierto como el del autoempleo Pobres y no pobres
y el sector informal (Overwien, 1998).
Aparece frecuentemente en la biblio- Los cambios vistos en la primera
grafía una crítica que plantea que los parte de este documento sobre la deli-
programas de capacitación no toman mitación del sector informal entre los

boletín cinterfor
años ochenta y los noventa llevan a que cido de la dificultad para convertirse
el énfasis actual se centre a la vez en en empresarios por parte de los muy
los pobres y en la microempresa. Pero jóvenes; y su presencia en los peores
como se vio aquí, estos dos universos empleos del sector de la microempresa.
no siempre coinciden. Ahora bien: por Sin embargo, continúa existiendo en las
un lado, las políticas activas se centran instituciones de formación profesional
en la promoción de la microempresa, y y en las ONG capacitación para este
en ella sólo una minoría de los empre- sector focalizada en el autoempleo, por
sarios son pobres; una quinta parte se- lo que sería muy importante realizar
gún el BID. Por otro lado, si bien tanto una evaluación de estos programas en
los empleados como los empresarios su conjunto.
obtienen un ingreso promedio calcula-
do en la mitad del obtenido por los tra- Los adultos constituyen la mayo-
bajadores en el resto de la economía, ría de la población objetivo de los pro-
la dispersión al interior del sector es gramas activos de fomento de la micro-
grande (Orlando y Pollack, 2000). Esto empresa informal. Sería conveniente
pone en cuestión que el apoyo a la revisar el poco énfasis puesto en la for-
microempresa, y en particular a los mación en comparación con el crédito,
estratos superiores de ella, llegue de e integrar en ella la larga experiencia
hecho a los pobres; más aún si se de América Latina en educación de
considera poco factible el paso de la adultos. Muchos temas planteados en
microempresa de subsistencia a la el documento presente, desde la adqui-
64 microempresa dinámica. En conse- sición tardía de habilidades básicas has-
cuencia, las posibilidades de movilidad ta el aprendizaje de nuevas estrategias
entre los segmentos del sector infor- laborales, tendrían respuesta en un re-
mal deberían tenerse más en cuenta en planteo de la educación de adultos in-
el momento de delinear y ejecutar polí- tegrada con la formación laboral.
ticas.

Jóvenes o adultos Mujeres y varones

Entre los empleados en las micro- Es evidente que las mujeres, par-
empresas, los jóvenes suman un por- ticularmente las que trabajan en el ho-
centaje considerable; sin embargo hay gar y las jefas de familia, son parte
pocos programas dirigidos a los jóve- numerosa de la población objetivo. No
nes que trabajan en el sector informal obstante, el análisis de los programas
pues, en general, los planes de capaci- muestra la escasez de proyectos espe-
tación implementados en los noventa cíficos para ellas. Algunas experien-
se dirigen a intentar insertarlos en em- cias pioneras merecerían ser evalua-
pleos del sector formal. Esto puede atri- das en su posibilidad de extensión11. Se
buirse a dos causas: el hecho recono- puede agregar que la mayoría de los

boletín cinterfor
programas no especifican el género, y parte de los trabajadores en micro-
ello hace que los condicionamientos del empresas de un grupo importante de
trabajo femenino (restricción domici- países de la región se desempeñaban
liaria, cuidado de los hijos) no sean te- en el sector industrial; la gran mayoría
nidos en cuenta. lo hacía en el comercio y los servicios.
Por el contrario, la generalidad de los
programas de fomento a la micro-
Nuevos trabajadores o personas empresa se destinan al empleo en el
ya trabajando sector manufacturero; en consecuen-
cia se registra un escasísimo desarro-
Entre los programas de promoción
llo de las competencias y formación ne-
de microempresarios, un grupo se diri-
cesarias para desempeñarse en los sec-
ge a trabajadores desocupados o a jó-
tores no industriales.
venes entrantes al mercado de traba-
jo; parecería que tanto el tipo de com-
Estas reflexiones acerca de la po-
petencias y activos necesarios como
blación objetivo fundamentan la urgen-
el grado de probabilidad de éxito son
cia de precisiones en la focalización de
muy distintos de los demandados por
las políticas activas de empleo y en
aquellos que ya han adquirido un apren-
particular de los programas de forma-
dizaje en la experiencia. Este planteo
ción. Se requiere, asimismo, realizar una
no parece suficientemente reconocido
discusión de fondo sobre la delimita-
en los programas.
ción del sector informal, tal como se
En el caso de los microempresa-
planteó en la primera parte de este do- 65
cumento. Y otro tema que merece un
rios activos en el mercado, que com-
profundo intercambio de ideas es el de
ponen la población objetivo más fre-
las competencias indispensables para
cuente, el reconocimiento de su expe-
desempeñarse en el sector en cuestión,
riencia y de la transmisión informal de
y obtener y mantener trabajos dignos.
competencias laborales es clave y no
Esto parece un prerrequisito para me-
bastante valorada por la capacitación.
jorar los programas de formación.
El registro de los saberes tácitos de ges-
tión y su codificación para integrarlos
en contenidos y habilidades transmiti-
Con quiénes: cómo integrar la
das por la formación también suelen
capacitación con otros servicios
estar ausentes.
No caben dudas acerca de que,
Trabajadores del sector manufacture- tanto en los programas dirigidos a los
ro o del comercio y los servicios pobres como en aquellos que tienen
como objeto la microempresa, la capa-
Según el estudio citado del BID, citación es sólo uno de los instrumen-
solamente algo menos de una quinta tos puestos en acción para mejorar la

boletín cinterfor
Hay, en consecuen- situación de las perso- impacto en la inserción laboral de los
cia, una doble tarea nas. Cuando se dirigen egresados ponen de relieve serias de-
por cumplir: a las poblaciones más ficiencias. Hay, en consecuencia, una
una es integrar y pobres en barrios y vi- doble tarea por cumplir: una es inte-
coordinar las
llas, particularmente en grar y coordinar las acciones dirigidas
acciones dirigidas a
la empleabilidad y
el caso de las ONG con a la empleabilidad y la viabilidad eco-
la viabilidad apoyo frecuente de la nómica con las educativas; y la otra es
económica con las cooperación internacio- evaluar debidamente la formación y
educativas; y la otra nal, la formación laboral sus resultados.
es evaluar es un componente de in-
debidamente la tervenciones que inclu-
formación y sus yen la salud, la vivienda El entramado institucional:
resultados y la mejoría de otros ser- quién es responsable
vicios básicos. En el de los programas
caso de los planes de apoyo a micro-
empresas, como se vio en este docu- A lo largo de este documento se
mento, los componentes más importan- pudo ver que los programas analiza-
tes son el crédito y la asistencia técni- dos, a diferencia de los años ochenta
ca, y sólo en tercer lugar entra la ca- en los cuales el protagonismo de las
pacitación. El examen de los progra- instituciones nacionales de formación
mas muestra que el protagonismo de profesional era mayor, tenían una mul-
la formación en ambas situaciones es tiplicidad de ejecutores; además pudo
66 muy bajo y existe gran dificultad para observarse que eran coordinados e
evaluar sus resultados. Aparecen ha- implementados por organismos descen-
bitualmente varias situaciones típicas. tralizados a menudo creados para ese
A veces la especificidad de la forma- fin, con una participación importante del
ción desaparece frente a la mayor im- Estado. Las instituciones de mayor
portancia asignada a los otros compo- peso en los aspectos relacionados con
nentes y esto, unido a la falta de moti- la ejecución de la capacitación son las
vación de los capacitandos, hace que IFP y las ONG y, en segundo término,
carezca de continuidad. En otros ca- las instituciones de capacitación que
sos, la dificultad reside en integrar la participan de la subcontratación de los
asistencia técnica, que toma forma de cursos (consultoras, academias, univer-
consultoría o monitoreo, con cursos sidades y otras). La tendencia, apoya-
comprados en el mercado de la capa- da fuertemente por las entidades mul-
citación. Finalmente, en el caso de los tilaterales de crédito, es que la ejecu-
cursos o programas administrados por ción quede a cargo de ONG debido a
las grandes instituciones de formación su mayor ductilidad y su experiencia
profesional, si bien la formación pasa a en el trato con las poblaciones objeti-
tener un rol preponderante, su adecua- vo. Al observar las distintas iniciativas
ción a las demandas y el análisis de su se puede ver que el título de ONG cu-

boletín cinterfor
bre realidades muy distintas, desde ins- más importante y protagónico es el
tituciones muy importantes, aliadas con constituido por los grandes organismos
grandes empresas, hasta pequeños gru- multilaterales de crédito: BID y Banco
pos de voluntarios que trabajan en un Mundial. La orientación, la definición
barrio. El grado de profesionalización de las poblaciones objetivo, y buena
es también muy variado. Cabe señalar parte del financiamiento de los progra-
entonces que la evaluación de los re- mas desarrollados en los años noventa
sultados de la acción de este tipo de está signada por las políticas de estos
institución constituye también una asig- bancos. Ellas implican, simultáneamen-
natura pendiente. te, la participación de los gobiernos na-
cionales como contraparte, y la adjudi-
Las IFP acumulan una larga tra- cación de los fondos de ejecución a insti-
dición en el desarrollo y la ejecución tuciones independientes del Estado. Las
de la formación profesional. Por este variaciones nacionales dependen de la
motivo, en muchos casos las ONG acu- capacidad de negociación de los de-
den a su colaboración para que las ase- más actores en cada país. El segundo
soren en los aspectos relativos a la ca- grupo está formado por las organiza-
pacitación y, a veces, subcontratan con ciones regionales dependientes de la
ellas los cursos. Además, las IFP de- ONU, fundamentalmente de la OIT;
sarrollan programas propios dedicados dentro de esta última, cobra particular
al sector informal, aunque sus cursos relevancia la perspectiva de PREALC,
suelen ser cuestionados por los demás en Lima y de Cinterfor/OIT para la for-
actores debido a su escasa actualiza- mación profesional. El aporte técnico 67
ción y su rigidez. y el apoyo a los cuadros nacionales por
parte de estos centros de trabajo es muy
Los dilemas presentados en este valorado al interior de los países, aun-
apartado señalan los rubros de investi- que su peso político y económico sea
gación que tendrían que profundizarse hoy en día menor que el de los organis-
en la evaluación y planeamiento de las mos de crédito. Participa también de
intervenciones futuras, para mejorar el la acción de este segundo grupo, el lú-
aporte de la formación a la inserción y cido aporte de CEPAL. Finalmente, una
las condiciones de trabajo en el sector tercera posibilidad es la cooperación in-
no estructurado de la fuerza de trabajo. ternacional de la ayuda al desarrollo,
tanto gubernamental como privada.
Esta colaboración sustenta muchas ini-
Los actores institucionales a ciativas de ONG, permitiéndoles una
nivel internacional independencia en su gestión y activi-
dades que es fuente de intensa creati-
Se pueden establecer tres grandes vidad, aunque su visibilidad sea relati-
grupos de actores institucionales. El vamente baja. Lo que se puede agre-

boletín cinterfor
gar en el presente documento es que emprendimiento y el nivel académico
la coordinación entre los tres grupos, de sus técnicos la convierten en el caso
que podrían ser complementarios, no nacional más interesante para analizar,
se muestra muy eficiente ni en la cum- pues presenta a la vez el sector infor-
bre ni a nivel de las acciones desarro- mal más complejo y el conjunto de pro-
lladas en los distintos países. gramas e instituciones más variado.
Brasil, luego de un largo período en que
se privilegió la formación para el sec-
Las diferencias al interior de la tor moderno de la economía, en la dé-
región cada estudiada desarrolló, desde el
Ministerio de Trabajo, una serie de pro-
La limitada amplitud de un traba- gramas estaduales de formación de
jo como el presente impide sacar con- gran alcance, dirigidos a sectores de
clusiones país por país. Se puede, en pobreza; entre ellos, algunos se focali-
cambio, señalar algunas subregiones o zan en jóvenes desocupados o sub-
países con características peculiares en empleados. En ese país, aunque existe
cuanto a los programas dirigidos a sec- un gran caudal de estudios sobre los
tores de pobreza y microempresa. programas en general,12 falta aún una
evaluación comprensiva (Brasil, Minis-
Centroamérica y Colombia son los terio de Trabalho, 2000; Avila 1999 y
lugares en los cuales se observa más 2000 a y b). En Argentina, Chile y Uru-
interés y movimiento en estos temas. guay predominan los planes dirigidos a
68 América Central, como resultado de su los jóvenes y a la microempresa mo-
larga guerra civil y del deplorable esta- derna. México conforma un caso apar-
do de su población al término de ésta, te, que une un gran protagonismo del
ha concentrado gran parte del esfuer- Estado en las iniciativas de programas
zo de lucha contra la pobreza y de pro- con una multiplicidad de organismos
moción del empleo en la microempresa; difíciles de describir (Mertens, 2001).
hay un grupo relativamente numeroso Quizá su aporte más significativo sea
de estudios sobre ello (Pérez Sáinz, el desarrollo de proyectos para la po-
2000; CEPAL, 1995). Por otro lado, blación rural (Pieck Gochicoa et al.,
Colombia es por lejos el país donde se 1995).
ha registrado mayor actividad, se han
realizado más estudios, y se han desa-
rrollado iniciativas originales, involu- Perspectivas para el futuro
crando a una variedad de actores: em-
presas, ONG, IFP, universidades, et- Cuando se trata de esbozar pers-
cétera (Ramírez, 1993; 1996; y 1998). pectivas para el futuro, es menester
Los desafíos de la sociedad colombia- partir de la dinámica actual, la cual pa-
na, su capacidad de asociatividad y rece llevar al reconocimiento de una

boletín cinterfor
relevancia cada vez menor de la capa- interviniente la inserción institucional de
citación como parte integral de los pro- los mismos. Esta evaluación realizada
gramas activos de empleo en el sector en contextos concretos -países o áreas
informal. Por otro lado, la pluralidad urbanas determinadas- debería ser
y superposición de programas e insti- complementada por otras dos revisio-
tuciones hace difícil un esfuerzo coor- nes: procesos gestionarios de microem-
dinado que supere los dilemas señala- presas y análisis de las trayectorias de
dos más arriba. Por ello, resulta impor- empresarios y trabajadores por una
tante señalar los aspectos que a partir parte, y competencias puestas en jue-
de la información recabada serían re- go por la otra. La confluencia de estas
levantes para el futuro de la formación dos aproximaciones -la evaluación de
en el sector mencionado. los programas reales y la detección de
la preparación laboral requerida, en tér-
Algunas orientaciones son crucia- minos de competencias de gestión, téc-
les para que la formación profesional nicas, y de solución de problemas en
vuelva a tener el protagonismo que tuvo condiciones de incertidumbre- permiti-
en el pasado en América Latina: la pri- ría guiar la renovación de la oferta
mera se refiere a la renovación de la institucional, los currículos y la forma-
formación y su coordinación con las ción de los instructores.
otras acciones dirigidas a la misma po-
blación objetivo; la segunda, es el re- La segunda orientación intenta
conocimiento y análisis más profundo responder a uno de los dilemas centra-
de la segmentación interna del sector les detectados en la literatura: la seg- 69
informal, y las posibilidades de movili- mentación entre un sector de supervi-
dad de empresas y trabajadores de un vencia y un sector dinámico de micro-
sector a otro. La tercera, apunta a ex- empresas. En la medida en que no
plorar las posibilidades de una mayor haya movilidad entre ellos, el rol y las
coordinación entre la variedad de posibilidades de la formación en cuan-
instituciones comprometidas en esta to a realizar un aporte al combate con-
tarea en los mismos ámbitos naciona- tra la pobreza y a la promoción del
les o locales. empleo digno serán muy limitadas. Si
la hay y se pueden detectar las llaves
Para actuar en la primera direc- de esa movilidad, cobra sentido la asis-
ción concerniente a la renovación de tencia técnica y la capacitación tanto
la formación profesional, aparece como de los microempresarios como de los
un paso previo indispensable la evalua- trabajadores. En esta dirección el análi-
ción sistemática de los programas ac- sis organizacional, el acompañamiento
tualmente en ejecución, tanto en cuan- y monitoreo de las unidades productivas,
to a sus procesos como en cuanto a y los estudios dinámicos de mercado
sus resultados, tomando como variable resultan tanto útiles como necesarios.

boletín cinterfor
Por último y en una tercera direc- manos) se hacen imprescindibles para
ción, cabe señalar que la complejidad responder a los desafíos de la forma-
de los problemas detectados y la va- ción que debe integrar recuperación de
riedad de las situaciones nacionales educación básica (lectoescritura, ma-
hacen imposible que sean enfrentados temática aplicada, etcétera), formación
por un solo tipo de institución u organi- general, competencias sociales y tec-
zación ejecutora. A esto se añade el nológicas, y formación específica téc-
hecho de que la revisión bibliográfica nica y de gestión.
muestra no sólo una gran variedad de
instituciones, sino también una super- Se espera que de la interacción de
posición de esfuerzos que conspira con- estas tres líneas de análisis pueda sur-
tra el éxito de los programas. La coor- gir una perspectiva que permita mejo-
dinación entre entidades y la optimiza- rar las posibilidades laborales del sec-
ción del aporte de cada organización tor informal en la difícil situación ac-
(escuelas formales, centros de forma- tual de América Latina, incrementando
ción profesional, instituciones de capa- la pertinencia y relevancia de la for-
citación, consultoras de recursos hu- mación para el trabajo.♦

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
CONCEPTUALIZACION DE SECTOR INFORMAL
ALMEIDA, Anna Luiza Ozorio de; GRAHAM, Scott E.M. 1993. Deregulating the unregulated:
70 poverty and the informal sector in Argentina. Versión preliminar. Washington. (Mimeo)
Documento presentado al Banco Mundial.
BARROS, Ricardo Paes de; CAMARGO, José Marcio y FIRPO, Sergio. 1998. Uma avaliação da
evolução recente do diferencial de rendimentos formal/informal. Brasília: Ministerio do
Trabalho. Notas sobre o mercado de trabalho, 6.
CHINELLI, Filipina; PAIVA, Elizabeth. 1999. Emprego e informalidade. En: PAIVA, Vanilda (Org.)
O mundo em mudança (virando o milenio). Revista Contemporaneidade e educação. Rio de
Janeiro, Instituto de Estudos da Cultura e Educação Continuada. v. 4, n. 6.
JELIN, Elizabeth; MERCADO, Matilde y WYCZYKIER, Gabriela. 1998. El trabajo a domicilio en
Argentina. Ginebra: OIT. Departamento de Políticas de Desarrollo. Cuestiones de Desarrollo:
documento de discusión, 27.
KING, Kenneth; Mc GRATH, Simon; LEACH, Fiona y CARR-HILL, Roy. 1995. Education and
training for the informal sector. Londres: Overseas Development Administration. v.1. Education
Research, 11.
KLEIN, Emilio. 2000. Las políticas hacia el sector informal urbano y la OIT: una mirada retrospec-
tiva. En: CARPIO, Jorge; KLEIN, Emilio y NOVACOVSKY, Irene (Comp.) Informalidad y
exclusión social. Buenos Aires: OIT; SIEMPRO; Fondo de Cultura Económica.
MALDONADO, Carlos. 1997. El sector informal urbano: perspectivas desde un enfoque
interdisciplinario. En: Seminario latinoamericano impacto y perspectivas de los programas
de capacitación y asistencia técnica para la microempresa, San José de Costa Rica. p. 21 – 38.
MARSHALL, Adriana. 1990. Formas precarias de trabajo asalariado: dos estudios en el Área
Metropolitana de Buenos Aires. Ginebra: Instituto Internacional de Estudios Laborales. Discussion
paper. Programa Mercado de Trabajo, DP/26/1990.
PÉREZ SÁINZ, Juan Pablo. 2000. Globalización, informalidad y pobreza en América Central. En:
CARPIO, Jorge; KLEIN, Emilio y NOVACOVSKY, Irene (Comp.) Informalidad y exclusión
social. Buenos Aires: OIT; SIEMPRO; Fondo de Cultura Económica.

boletín cinterfor
PORTES, Alejandro (Ed.) 1990. La economía informal en los países desarrollados y en los menos
avanzados. Buenos Aires: Planeta.
——. 2000. La economía informal y sus paradojas. En: CARPIO, Jorge; KLEIN, Emilio y
NOVACOVSKY, Irene (Comp.) Informalidad y exclusión social. Buenos Aires: OIT; SIEMPRO;
Fondo de Cultura Económica.
RACZYNSKI, Dagmar. 1977. El sector informal urbano: interrogantes y controversias. Santiago de
Chile: OIT. PREALC. Investigaciones sobre empleo, 3.
SCHATAN, Jacobo; PAAS, Dieter y ORSATTI, Alvaro (Comp.) 1991. El sector informal en América
Latina. Una selección de perspectivas analíticas. México: Centro de Investigación y Docencia
Económicas; Fundación Friedrich Naumann.
TOKMAN, Víctor. 1987. El imperativo de actuar: el sector informal hoy. Caracas. p. 93-105.
Nueva sociedad, 90.
——. 2000. El sector informal posreforma económica. En: CARPIO, Jorge; KLEIN, Emilio y
NOVACOVSKY, Irene (Comp.) Informalidad y exclusión social. Buenos Aires: OIT; SIEMPRO;
Fondo de Cultura Económica.
TOMEI, Manuela. 2000. Home work in selected Latin American countries: A comparative overview.
Ginebra: OIT. Working paper, 1. Series on homeworkers in the global economy.

COMPETENCIAS
BENNELL, Paul. 1999. Learning to change: Skills development among the economically vulnera-
ble and socially excluded in developing countries. Ginebra: OIT. Departamento de Formación
Profesional. Documentos de empleo y formación, 43.
GALLART, María Antonia; MORENO, Martín J. y CERRUTTI, Marcela S. 1991. Los trabajadores
por cuenta propia del Gran Buenos Aires: sus estrategias educativas y ocupacionales. Buenos
Aires: Centro de Estudios de Población. Cuaderno del CENEP, 45.
GALLART, María Antonia; MORENO, Martín J.; CERRUTTI, Marcela S. y SUAREZ, Ana Lourdes.
1992. Las trabajadoras de villas: familias, educación y trabajo. Buenos Aires: Centro de
Estudios de Población. Cuaderno del CENEP, 46.
MONTERO, Cecilia. 2000. La formación de capital humano en empleos atípicos: el caso del
trabajo a domicilio. Santiago de Chile: CEPAL. Proyecto CEPAL/GTZ sobre Políticas para
mejorar la calidad, eficiencia y la relevancia del entrenamiento profesional en América Latina 71
y el Caribe. Fase II (FRG/99/S126).
PAIVA, Vanilda, 1997. Desmistificação das profissões: quando as competências reais moldam as
formas de inserção no mundo do trabalho. En: SILVA, Luis A. Machado da (Org.) Qualificação
e informalidade. Revista Contemporaneidade e Educação. Rio de Janeiro, Instituto de Estudos
da Cultura e Educação Continuada. v.2, n.1.
VIELLE, Jean Pierre. 1995. El trabajador del sector informal como sujeto de la educación de adultos:
un intento por redimensionar la categoría de ‘pobre’ en la perspectiva de una estrategia reno-
vada de educación para el trabajo. En: PIECK GOCHICOA, Enrique; AGUADO LOPEZ,
Eduardo (Coord.) Educación y pobreza, de la desigualdad social a la equidad. Zicantepec,
México: El Colegio Mexiquense; UNICEF.
VILLARAN, Fernando (Coord.) 2001. Competencias necesarias para la creación y gestión exitosa
de pequeñas y microempresas en el Perú. Lima: Ministerio de Educación. Programa Especial
Mejoramiento de la Calidad de la Educación Peruana. Documento de trabajo, 1.

Referencias bibliográficas
FORMACION Y MERCADO DE TRABAJO
DE FRANCO, Silvio. 2000. Educación e ingresos y pobreza: factores que afectan el acceso y los
niveles de educación. Managua. (Mimeo)
GALLART, María Antonia; MORENO, Martín J. y CERRUTTI, Marcela S. 1993a. Educación y
empleo en el Gran Buenos Aires, 1980 – 1991, situación y perspectivas de investigación.
Buenos Aires: Centro de Estudios de Población. Cuaderno del CENEP, 49.
——. 2000b. Educación y empleo en el Gran Buenos Aires, 1991.
——. 1999c. Buenos Aires: informe final para el Programa Mecovi Argentina. Buenos Aires:
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). (Mimeo)

boletín cinterfor
HENAO V., Marta Luz; ROJAS D., Norberto y PARRA R., Aura Yaneth. 1999. El mercado laboral
urbano y la informalidad en Colombia: evolución reciente. Bogotá: Departamento Nacional
de Planeación. Dirección de Desarrollo Social. División de Empleo e Ingresos. Documentos de
Trabajo, 5.
LÓPEZ, Hugo. 1996. El empleo informal urbano en Colombia: un balance de los cambios acaecidos
entre los ochenta y los noventa. Medellín. (Mimeo) Estudio realizado para el DNP y FONADE.

PROGRAMAS
CEPAL. 1995. Productividad de los pobres rurales y urbanos. Santiago de Chile. Cuadernos de la
CEPAL.
CEPAL. División de Desarrollo Social. 1992. Pobres urbanos y productividad: claves de interven-
ción. Santiago de Chile. Proyecto PNUD/CEPAL de apoyo a la preparación de la Tercera
Conferencia Regional sobre la Pobreza (RLA/92/013), Santiago de Chile, 23-25 de noviembre.
CINTERFOR; OIT.PREALC. 1992. Seminario sobre formación profesional y crédito para el sector
informal urbano, San José de Costa Rica: informe. Montevideo. Informes, 147.
CORVALÁN VÁSQUEZ, Oscar. 1987. Concepts and methods used in the analysis of employment
and training in the informal sector of Latin American Countries. Ginebra: OIT. Departamento
de Formación Profesional. Documento de discusión, 12.
——. 1998. Educación y formación profesional para el sector informal. Educación. Tubingen,
Instituto de Colaboración Científica. v.57/58.
GRIERSON, J.P.; McKENZIE, I. (Eds.) 1996. Training for self-employment through vocational
training institutions. Turín: ILO International Training Centre.
MESSINA, Graciela. 1995. Education and training for the informal sector (Chile). En: LEACH,
Fiona (Ed.) Education and training for the informal sector. Volume 2: Country Studies. Lon-
dres: Overseas Development Administration. Education Research, serial, 11.
PALMA, Diego. 1993. Educación, empleo e informalidad. Revista Iberoamericana de Educación:
educación, trabajo y empleo. Madrid, OEI. n. 2, may.-ago.
RAMIREZ GUERRERO, JAIME. 1993. Experiences in vocational training for self employment in
Colombia‘s Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Mimeo. Documento elaborado para la
OIT. Professional Training Service.
72 ——. 1996. La capacitación laboral como instrumento de lucha contra la pobreza. Ginebra: OIT.
Estudios de políticas, 26.
SCHREINER, Mark. 1999. Self-employment, microenterprise, and the poorest. Saint Louis, Mo.:
Washington University. Center for Social Development. George Warren Brown School of
Social Work.

Referencias bibliográficas
PROGRAMAS DE MICROEMPRESAS
ADDIS, Caren; FITZGERALD, Linda. 2000. Developing performance indicators for voucher
programs: The Cordoban experience. Paper written under the auspices of USAID‘s
Microenterprise Best Practices Project, managed by Development Alternatives Inc.
ANGELELLI, Pablo; GATTO, Francisco y YOGUEL, Gabriel. 1999. Consultoría y capacitación
para PyMES en Argentina. En: YOGUEL, Gabriel; MOORI-KOENIG, Virginia (Coord.) Los
problemas del entorno de negocios: el desarrollo competitivo de la PyMES argentinas. Buenos
Aires: Universidad Gral. Sarmiento; FUNDES; Miño Dávila.
CABAL, Miguel; HIDALGO, María S. y MONROY, Pedro. 1997. Caracterización estática y dinámica
de las microempresas beneficiarias y no beneficiarias del Plan Nacional de la Microempresa.
Santa Fe de Bogotá. Mimeo. Documento final presentado al Sistema de Evaluación de Impacto
de los Programas de Apoyo a la Microempresa.
CORREIA, Claudia; BERNHOEFT, Patricia y FARIAS, José (Org.) 1998. Economía informal e
viabilidade econômica. Recife: Centro de Estudo e Ação Social (CEAS URBANO/PE); Centro
de Ação Comunitária (CEDAC/RJ); Movimento de Ação Comunitaria (MOC/BA).
GUILLEN, Roger. 1997. Programas de formación laboral para la microempresa. En: Seminario
latinoamericano impacto y perspectivas de los programas de capacitación y asistencia técnica
para la microempresa, San José de Costa Rica. p. 105 - 110.

boletín cinterfor
INSTITUTO NACIONAL DE APRENDIZAJE (INA) 1994a. Manual de fortalecimiento organizativo
para la conformación y el fortalecimiento de unidades productivas en el sector informal
urbano-rural. San José de Costa Rica: Dirección de Programas Especiales. Programa de Confor-
mación y Fortalecimiento de las Unidades Productivas en el Sector Urbano-rural.
——. 1994b. Instructivo para el uso del manual de capacitación Nº 1: fortalecimiento organizativo.
San José de Costa Rica: Dirección de Programas Especiales. Programa de Conformación y
Fortalecimiento de Unidades Productivas en el Sector Informal Urbano-rural.
——. 1994c. Módulo de capacitación Nº 2: administración y gestión empresarial. San José de Costa
Rica: Dirección de Programas Especiales, Programa de Conformación y Fortalecimiento de
Unidades Productivas en el Sector Informal Urbano-rural.
——. 1994d. Instructivo para el uso del Módulo de capacitación Nº 2: administración y gestión
empresarial. San José de Costa Rica: Dirección de Programas Especiales, Programa de Confor-
mación y Fortalecimiento de Unidades Productivas en el Sector Informal Urbano-rural.
LUNA, Rafael, 1998a. Servicios financieros. Manual del instructor. Módulo 2. Mimeo. Proyecto
PROMICRO/OIT.
——. 1998b. Servicios técnicos. Manual del instructor. Módulo 3. Mimeo. Proyecto PROMICRO/
OIT.
MERTENS, Leonard. 2001. La descentralización y el sector privado en la trayectoria de la forma-
ción profesional en México. En: LABARCA, Guillermo (Coord.) Formación para el trabajo:
¿pública o privada? Montevideo: Cinterfor/OIT; GTZ; CEPAL.
MONTERO L., Patricio; ACEVEDO G., Sergio. 1994. La formación del microempresario en la
educación media técnico profesional. Una propuesta curricular. Santiago de Chile: CIDE.
Programa Educación y Trabajo.
MONTES, Samuel. 1997. Programas de crédito, capacitación y asistencia técnica para la microempresa.
En: Seminario latinoamericano impacto y perspectivas de los programas de capacitación y
asistencia técnica para la microempresa. San José de Costa Rica. p. 55-56.
NOVICK, Marta; GALLART, María Antonia (Coord.) 1997. Competitividad, redes productivas y
competencias laborales. Montevideo: Cinterfor/OIT; Red Latinoamericana de Educación y
Trabajo.
ORLANDO, María Beatriz; POLLACK, Molly. 2000. Microenterprises and poverty. Evidence from
Latin America. Washington: Inter-American Development Bank.
OVERWIEN, Bernd. 1994. La larga marcha hacia el pequeño empresariado. Capacitación profesional
73
en el sector informal de Managua. En: Educación de adultos y desarrollo. Bonn. Instituto de
Cooperación Internacional de la Asociación Alemana para la Educación de Adultos. n.42.
PATRONE, Alessandro. 1997. Metodología de formación flexible para pequeños empresarios lati-
noamericanos. Montevideo: Cinterfor/OIT.
PECORA, José F. 1997. Programa de capacitação para micro-empresas. En: Seminário latinoameri-
cano impacto y perspectivas de los programas de capacitación y asistencia técnica para la
microempresa, San José de Costa Rica. p. 113.
RAMÍREZ GUERRERO, Jaime. 1998. El Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa
(PNDM) en Colombia. Una evaluación desde la perspectiva de su desarrollo institucional.
Lima: OIT.
STAIB, Barbara. 1998. Formación y capacitación de microempresarios/as en Recife (Brasil). Educa-
ción. v. 57/58. Tubingen: Instituto de Colaboración Científica.

Referencias bibliográficas
PROGRAMAS PARA JOVENES
AVILA, Celia Marisa de (Coord.) 1999. Programa capacitação solidária, concepção e sistema
operativo básico. San Pablo: Associação de Apoio ao Programa Capacitação Solidária.
——. (Coord.) 2000a. Orientações para o auto-empreendimento, planejamento e gestão. San Pablo:
Associação de Apoio ao Programa Capacitação Solidária.
——. 2000b. Metodología para seleção de projetos sociais, registro dos procedimentos dos concur-
sos de Programa Capacitação Solidária. San Pablo: Associação de Apoio ao Programa
Capacitação Solidária.

boletín cinterfor
BRASIL. MINISTÉRIO DO TRABALHO E EMPREGO. 1999a. A experiência para jovens e adoles-
centes. Brasília: Secretaría de Formação e Desenvolvimento Profissional (SEFOR). Cadernos
temáticos
——. 1999b. Educação e trabalho. Um projeto para jovens e adultos de baixa escolaridade. Brasília:
Secretaria de Políticas Públicas de Emprego (SPPE). Departamento de Qualificação Profissional
(DEQP). Cadernos temáticos.
——. 2000. A experiência para adolescentes e jovens. Brasília: Secretaria de Políticas Públicas de
Emprego. Departamento de Qualificação Profissional. Cadernos temáticos.
COSTA, Bruno Lazzarotti Dinis; CARNEIRO, Carla Bronzo Ladeira y FARÍA, Carlos Aurelio Pimenta
de. 1999. Formação profissional de adolescentes no Brasil e na América Latina: rompendo o
ciclo de reprodução da exclusão?. En: Interface: políticas sociais e desenvolvimento. Brasília:
NAPP; UNICEF. n.1.
GALLART, María Antonia (Coord.) 2000a. Formación, pobreza y exclusión. Montevideo: Cinterfor/
OIT; Red Latinoamericana de Educación y Trabajo.
JACINTO, Claudia; GALLART, María Antonia. 1998. Por una segunda oportunidad: la formación
para el trabajo de jóvenes vulnerables. Montevideo: Cinterfor/OIT; Red Latinoamericana de
Educación y Trabajo.
OVERWIEN, Bernd. 1998. Educación no-formal orientada hacia el empleo para los jóvenes en el
sector informal de América Latina. Educación. Tubingen: Instituto de Colaboración Cientí-
fica. v.57/58.

PROGRAMAS PARA MUJERES


CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO DE LA EDUCACIÓN (CIDE). 2001. Estudio
Evaluación del Programa de Capacitación Laboral Orientado al Trabajo Independiente para
Mujeres de Escasos Recursos. Resumen ejecutivo. Santiago de Chile. (Mimeo).

SIGLAS
AID: Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
ASSIST: Organismo para la selección y apoyo de particulares que se inician en el comercio, Jamaica
74 BID: Banco Interamericano de Desarrollo
CENEP: Centro de Estudios de Población, Argentina
CEPAL: Comisión Económica para América Latina
CIDE: Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación, Chile
CIMO: Calidad Integral y Modernización, México
CINTERFOR: Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesio-
nal (OIT)
COPEME: Consorcio de ONG que apoyan a la Pequeña y Microempresa, Perú
DESAP-Micros: Programa que implementó el “modelo Carvajal” de promoción de la microempresa,
Colombia
DNP: Dirección Nacional de Planeación, Colombia
FASE: Programa de apoyo a nuevos emprendedores, (SENA), Colombia
FEPADE: Fundación Empresarial para el Desarrollo Educativo, El Salvador
FP: Formación Profesional
IFP: Instituciones de Formación Profesional
INA: Instituto Nacional de Aprendizaje, Costa Rica
MIDA: Organismo de Fomento de la Inversiones en Microempresas, Jamaica
OIT: Oficina Internacional del Trabajo (ONU)
ONG: Organizaciones No Gubernamentales
PNDM: Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa, Colombia
PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PPP: Programa de Promoción Profesional Popular, Colombia
PyMES: Pequeñas y Medianas Empresas
PREALC: Programa Regional de Empleo para América Latina y el Caribe (OIT)
SEBRAE: Servicio de apoyo a micro y pequeñas empresas, Brasil
SECAP: Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional, Ecuador

boletín cinterfor
SENA: Servicio Nacional de Aprendizaje, Colombia
SENAI: Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial, Brasil
SENCE: Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, Chile
SIPROMICRO: Sistema de Información sobre la Microempresa en América Latina
UPC: Unidades Promotoras de Capacitación, México

NOTAS
1 Base bibliográfica con más de 4000 documentos referidos a Educación y Trabajo formada por
la Red Latinoamericana de Educación y Trabajo.
2 Sistema de Información sobre la Microempresa en América Central. Se trata de la base
regional más abarcativa sobre microempresas.
3 Se ha preferido no seguir punto por punto los aspectos considerados en los términos de
referencia del contrato de consultoría, sino que, dadas las características del corpus, se privilegiaron,
en cambio, los aspectos sustantivos y su secuencia lógica para presentar una argumentación coheren-
te que, de hecho, incluye los aspectos a los que se refiere la consultoría. En las conclusiones se
plantearán específicamente dichos aspectos.
4 Si se trata de producción legal y productos o servicios lícitos sería una actividad formal; si
ambos son ilícitos constituye una actividad delictiva.
5 En el estudio de Villarán se integran entrevistas en profundidad, grupos focales y una encuesta;
en el de Gallart, un análisis de los trabajadores por cuenta propia en la Encuesta de Hogares, con
historias de vida de diversos tipos de cuentapropistas (mujeres y varones, comerciantes y trabajadores
de oficios).
6 En este caso se trata de un programa que integra el aprendizaje de habilidades básicas a la
capacitación y está dirigido a la generación de ingresos. Tiene apoyo técnico del SENAI, y acompa-
ñamiento en la inserción laboral la cual puede darse en el sector informal.
7 En este apartado se resume información presentada por: Ramírez, Jaime. El Plan Nacional
para el Desarrollo de la Microempresa de Colombia. Una evaluación desde la perspectiva de su
desarrollo institucional. Lima, OIT, 1998.
8 LOPEZ, Hugo. El empleo informal urbano en Colombia: un balance de los cambios acae-
cidos entre los ochenta y los noventa. Estudio realizado para el DNP y FONADE. Medellín, 1996
(citado por Ramírez, 1998).
75
9 Como puede verse, el esquema del curso es muy similar a los cursos del modelo Chile Joven
presentados anteriormente, con la diferencia de que en este caso están dirigidos al empleo en el sector
informal y en el otro, a ocupaciones poco calificadas en el sector formal.
10 En los programas del modelo Chile Joven, las instituciones de formación compiten en los
concursos; los cursos son adjudicados y pagados a las organizaciones capacitadoras.
11 Por ejemplo, Manos del Uruguay, desarrollada en CEPAL,1992.
12 Son en general evaluaciones globales realizadas por las universidades, sobre los Planes
Estaduales de Calificación de los Trabajadores implementados por el Ministerio de Trabajo.

boletín cinterfor

Das könnte Ihnen auch gefallen