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Definición de conducta agresiva:

Dado que toda conducta es comunicación, lo esencial de la agresión es que comunica un


significado agresivo y tiene un origen (agresor) y un destino (agredido). Pude tratarse de
una autoagresión o de una heteroagresión. Un golpe, un insulto, una mirada amenazante, un
portazo, un silencio prolongado, una sonrisa irónica, la rotura de un objeto para que puedan
ser definidas como conductas agresivas si hay intencionalidad de causar daño.
El ser humano no reacciona frente a los estímulos sino frente a la interpretación que hace de
ellos.
Una persona agresiva es aquella que tiende a percibir los datos de la realidad como
provocadores o amenazantes y frente a tal construcción cognitiva, reacciona con conductas
de ataque y defensa.
Por ejemplo, un adolescente entre a su casa rompiendo objetos e insultando. Tal vez estuvo
elaborando cognitivamente en los últimos días, llegando a la conclusión de que “nadie me
entiende, todos están en mi contra, nada me sale bien.” En cambio un observador externo
diría que está loco.

También las conductas de agresión se vinculan a la existencia de significados culturalmente


estructurados, que adoptan formas de mitos, prejuicios y creencias. Por ejemplo, las
agresiones dirigidas a judíos, a negros u homosexuales.

Definición de Violencia:

Según el Libro “Violencia Familiar”:


Violencia remite al concepto de “fuerza”. El sustantivo “violencia” se corresponde con
verbos tales como “violentar”, “violar”, “forzar”.
Se puede decir que violencia implica siempre el uso de la fuerza para producir un daño. Se
puede hablar de violencia política, económica, social y metereológica (temporal).
La violencia siempre es una forma de ejercicio de poder mediante el empleo de la fuerza
(ya sea ficha, psicológica, económica, política...), implica la existencia de un “arriba” y un
“abajo”, reales o simbólicos, que adoptan la forma de roles complementarios: padre-hijo,
jefe-empleado, joven-viejo, etc. Aparece como un método posible para la resolución de
conflictos interpersonales, como un intento de doblegar la voluntad del otro.
La conducta violenta en este caso se hace posible en un contexto de desequilibrio de poder,
permanente o momentáneo.
En la relaciones interpersonales esa conducta violenta es el abuso de poder y es utilizado
para causar daño a otra persona.

Por daño entendemos a cualquier tipo y grado de menoscabo para la integridad del otro:
daño físico, psíquico, económico, etc.

Por desequilibrio de poder: es el producto de una construcción de significados que se


comprende desde códigos interpersonales, quiere decir que el abuso de poder no es
necesariamente objetivable para un observador externo. Es suficiente que alguien crea en el
poder y la fuerza del otro para que se produzca un desequilibrio.

Los dos ejes de desequilibrio de poder en la familia están dados por el género y la edad.
La violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones
entre los miembros de una familia. Representa un problema social, aunque se sigue con la
creencia de que es un problema de índole privada.

Razones para no pensar en ello:

Las personas que son sometidas crónicamente a situaciones violentas dentro del hogar
presentan una debilitación gradual de sus defensas físicas y psicológicas, y aparecen
enfermedades psicosomáticas y la depresión.

Disminuye el rendimiento laboral (se ausentan, no hay concentración).

Los niños y adolescentes que son víctimas o testigos de la violencia presentan trastornos de
conducta escolar y dificultades en el aprendizaje.

Los niños aprenden esos modelos de relación violentos y tienden a reproducirlos en sus
futuras relaciones.

Un alto porcentaje de menores con conductas delictivas provienen de esos hogares


violentos.

Un alto porcentaje de asesinatos y lesiones graves en la familia son el desenlace de


situaciones crónicas de violencia doméstica.

Hay algunos mitos respecto de la violencia familiar: (mito se refiere a creencias erróneas
que la mayoría de la gente acepta como verdaderas)

Mito: Los casos de violencia familiar son escasos: no representan un problema tan grave.
Realidad: Hace unos años era un tema oculto, se disimulaba. Pero según las investigaciones
el 50 % de familias la padecen.

Mito: La violencia familiar es un producto de algún tipo de enfermedad mental.


Realidad: Estudios realizados muestran que menos del 10 % de los casos corresponde a
trastornos psicopatológicos. Se demuestra que las víctimas pueden desarrollarlos como
consecuencia (depresión, angustia, insomnio, etc).

Mito: La violencia familiar es un fenómeno que sólo ocurre en las clases sociales más
carecientes.
Realidad: Este problema pertenece a todos los niveles y escalas sociales, sólo que es de
mayor riesgo en la pobreza y porque en escalas sociales altas se mantiene oculto

Mito: El consumo de alcohol es la causa de las conductas violentas..


Realidad: El alcohol favorece la emergencia de conductas violentas, pero no las causa. En
muchos casos los alcohólicos no usan la violencia en su hogar, otros que son violentos en
su hogar afuera alcoholizados no lo son. (Ej. Cintia).
Para definir los distintos casos de violencia familiar habrá que responder a las siguientes
preguntas:
¿quién es la victima del maltrato?
¿cuál es el tipo de abuso que predomina?
¿se trata de maltrato unidireccional o recíproco?
¿se trata de maltrato activo o pasivo?

Formas de violencia familiar:

Maltrato infantil, violencia conyugal, maltrato a ancianos.

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