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SECCIÓN 1 – LAS ESCRITURAS
Muchas enseñanzas han sido añadidas a la Biblia a lo largo de la historia que son
perjudiciales para la verdadera fe cristiana. Por tanto, hay partes de la Biblia que
han sido corrompidas o alteradas, pero aun así pueden discernirse sus
enseñanzas fundamentales.
SECCIÓN 2 – LA SALVACIÓN
El ser humano fue creado mortal por Dios. Carente de Dios y abandonado a sí
mismo, todo ser humano perecerá y desaparecerá para siempre.
El ser humano fue creado por Dios con la intención de que deviniese inmortal.
Esta inmortalidad está reservada a aquéllos que tengan fe en Dios y en Cristo, y
que santifiquen su carácter y su conducta.
Jesús es llamado Dios por analogía, ya que su autoridad le ha sido conferida por
Dios mismo.
Desde que fue resucitado, a Jesús se le ha concedido el nombre que está por
encima de todos los nombres, y todos debemos inclinarnos ante él para mayor
gloria de Dios, su Padre.
La santidad del Séptimo Día es un ritual que debe ser abolido. Para los cristianos
no hay distinción entre los días. De todos modos, es adecuado que un creyente
consagre una séptima parte de su vida al culto religioso. Es adecuado que tanto
los humanos como los animales descansen un día de cada siete.
Está prohibido el matrimonio con personas no creyentes, así como el divorcio,
salvo en caso de adulterio.
El bautismo es un rito externo por el que los creyentes son iniciados en Cristo y
admitidos en la iglesia. Debe realizarse por inmersión. Antes del bautismo, es
necesaria la fe inteligente (reflexiva). Se rechaza el bautismo de los niños, al no
estar aún capacitados para semejante decisión.
La vida eterna prometida por Cristo es la inmortalidad del alma. Sólo las almas de
los creyentes bautizados son inmortales. Cristo no murió como sacrificio
sustitutorio por la humanidad. Murió por la redención de los pecadores, mas no en
su lugar.
Todas las personas cuentan con libre albedrío, que les da la capacidad de elegir
entre el bien y el mal, y por ello Dios les puede rendir cuentas por sus pecados.
Tras su resurrección, Cristo intercede por nosotros ante Dios. Nos libera de la
culpa y del castigo y ejerce su autoridad sobre la Iglesia.
La Iglesia está regida por los apóstoles, los profetas, los evangelistas, los
maestros, los pastores u obispos, y los ancianos.
Los que hayan ofendido a la Iglesia no serán considerados como enemigos, sino
como hermanos.
Existe una Iglesia invisible, compuesta por todos los que tienen verdadera fe en
Cristo y le obedecen en su corazón y en su vida.