Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
1
que está ocurriendo y que hemos de vivir de cara a él. El acontecimiento es que el
“reino de los cielos” (circunloquio respetuoso de Mateo para no nombrar a Dios) o
“reino de Dios”, está a las puertas, al alcance de la mano, se está acercando, está
viniendo. No es todavía una realidad completamente presente. De hecho Jesús nos
enseñará a rezar pidiendo que “venga tu reino” (Mt 6,10). Pero está definitivamente
cercano y ya no es posible ningún paso hacia atrás, sino sólo hacia delante, hacia su
plena manifestación. El “reino de los cielos” indica el señorío de Dios sobre todo lo
creado: que Dios no va a dejar a los hombres a merced de los poderes de la
naturaleza y de la historia, ni a la condición de estar sometidos unos a otros.
Convertíos significa vivid de cara a este acontecimiento, no le deis la espalda,
no viváis como si ignorarais que Dios ha decidido irrevocablemente instaurar su
reino. ¿Vivo yo convencido de que Dios ha decidido instaurar su reino? ¿O sigo
creyendo que el dinero, el poder, la vanidad, las influencias humanas son quienes
tienen la última palabra en todos los asuntos? Quien se convierte se toma en serio
que Dios ha decidido instaurar su reino, se cree de verdad que la última palabra es
de Dios y eso le hace capaz de no dejar que los poderes de este mundo determinen
su obrar.
“Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”. Jesús cuenta con
nosotros desde el principio. Dios, para realizar su obra, por medio de su Mesías,
requiere la colaboración de los hombres. “El que te creó sin ti no puede salvarte sin
tu consentimiento”, dirá san Agustín. El Señor, para realizar su obra de salvación en
cada uno de nosotros, nos pide cosas, nos pide que le sigamos, a cada uno de un
modo, de una manera. Es importante que dejemos nuestras redes, es decir, aquello
en lo que estamos “enredados” y demos prioridad a lo que nos pide el Señor.
“Jesús recorría toda la Galilea enseñando en sus sinagogas, anunciando el
evangelio del Reino y curando toda clase de enfermedades y dolencias en el
pueblo”. La obra de Jesús comporta estos tres aspectos: enseñar, anunciar y curar.
También la Iglesia, que continua su obra, tiene que proclamar la verdad de las cosas
(enseñar), anunciar la decisión irrevocable de Dios de instaurar su Reino (predicar) y
testimoniar al amor de Dios a los hombres mediante las obras de misericordia, la
práctica de la caridad (curar). También cada uno de nosotros tiene que hacerlo:
¿Enseño, anuncio y amo?
Rvdo. Fernando Colomer Ferrándiz