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JMJ
El Desafío
Hace ya algunos años, un escritor ruso, Dostoyevski, se preguntaba:
“Un hombre culto, europeo de nuestros días, ¿puede creer, realmente
creer, en la divinidad del Hijo de Dios, Jesucristo?”. Tal vez la
pregunta te resulte un tanto rara. Hoy en día, más bien, puede que de
toda esta historia tengas una cierta sensación expresable en una
frase como esta o parecida: -“No siento a Dios, no tengo la urgencia
de afrontar ese problema”.
Ahora sería el momento de hacer dos preguntas clave: ¿Por qué orar?
Alguien en su día respondió que para vivir. Sí, para vivir
verdaderamente es necesario orar. Porque vivir es amar: una vida sin
amor no es vida. Es soledad vacía, es prisión y tristeza. Solo quien
ama vive verdaderamente, y solo ama quien se siente amado,
alcanzado y transformado por el amor. Orando, uno se deja amar por
Dios y nace el amor, siempre de nuevo. Por eso, quien ora vive,
verdaderamente en el tiempo y para la eternidad.
Tercero, el servicio.
Al final, aceptar este desafío del que ten vengo hablando consiste en
hacer también nosotros aquello que Jesús, nuestro Maestro, hizo:
servir y amar.
UNA PROPUESTA DE LA
DELEGACIÓN DIOCESANA DE JUVENTUD DE CÓRDOBA
DENTRO DE LA CAMPAÑA
CÓRDOBA ESPERA...
PARA LA PREPARACIÓN DE LA
JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD MADRID 2011