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13.3.- Transformaciones culturales.

Cambio en
las mentalidades. La Educación y la prensa.
La revolución liberal dejará su huella en la sociedad, pero sólo entre unas elites sociales,
pues aún a finales de siglo el peso de los valores tradicionales sigue siendo muy fuerte.

Elementos que influyen en el cambio de mentalidades en el siglo XIX.

1. La situación de la mujer.

• División entre el espacio público propio del hombre y el espacio privado propio
de la mujer.
• Esta división se considera como algo natural, ( querido por Dios ) y que
respondía a las cualidades esenciales de cada sexo.
• Subordinación legal: no voto, no acceso al funcionariado, a las profesiones
liberales, pérdida de derechos civiles al contraer matrimonio. La mujer
trabajadora se encuentra discriminada salarial y laboralmente.

2. La Educación.

A).- La difusión de la cultura liberal se realiza solo entre elites por lo que será muy
limitada, la mayoría de la población es muy pobre y analfabeta. En 1860 el 75 por
ciento de la población era analfabeta y otro 10 por ciento sólo sabía leer y escribir. La
Educación sólo llega a pequeños grupos a pesar de que se empieza a considerar como
un asunto de interés público, necesario para el desarrollo del país en su vertiente
económica (necesidad de formar obreros especializados) social (necesidad de formar
individuos con unas determinadas formas de pensar) y política (necesidad de formar
ciudadanos).

B).- Para conseguir estos objetivos se realiza una política educativa que empieza a
poner en pie la enseñanza pública. Durante el reinado de Isabel II se promulgan las dos
primeras leyes de enseñaza

• 1845: Plan Pidal que establece enseñanza primaria y secundaria pública y privada, y
enseñanza Universitaria sólo pública.

• 1857: Ley de Instrucción Pública de Claudio Moyano. Organiza la educación


Universitaria en 5 facultades y establece el Cuerpo de Catedráticos y las oposiciones de
secundaria.

Pero estas leyes tienen muy poco desarrollo porque aunque la enseñanza se concebía
como un derecho, ni el Estado podía financiarlo, ni la población infantil dejar de
trabajar. Además los Ayuntamientos, a los que se encarga de la construcción de
escuelas, se encontraban pobres y sin recursos por la desamortización de comunales de
Pascual Madoz, de 1.855. La enseñanza secundaria era atendida por las diputaciones
que tenían la obligación de mantener un Instituto por cada capital de provincia. La
enseñanza universitaria concentraba la mayor parte de la inversión estatal en educación.
C).- La enseñanza privada para los hijos de los ricos si se desarrolla quedando en
manos de la Iglesia que encontró en ella una forma de recuperar influencias en la
sociedad controlando la mentalidad de los futuros gobernantes.

El papel de la Iglesia En la formación de la mentalidad del siglo XIX comienza con los
moderados que consideran el catolicismo como elemento fundamental de la identidad
nacional y como freno moral para conseguir orden frente al radicalismo político y
social. El Concordato de 1851 además de paralizar la desamortización y excluir a
cualquier otro culto, permitía a la Iglesia católica intervenir en la educación pública y en
la libertad de imprenta e incluso sobre la actividad de maestros y profesores.

Durante los años ochenta del siglo llegaron a España numerosas congregaciones
religiosas de carácter educativo, los maristas, los salesianos, los marianistas o las
ursulinas. El fenómeno de privatización de la educación secundaria no se produjo sin
embargo en la enseñanza primaria, donde mayoritariamente las instituciones escolares
eran públicas. En cualquier caso el coste de obtener el titulo de bachiller (de 370 pts
alrededor de 1895) hacía estos estudios inaccesibles a la clase obrera.

D).- La libertad de cátedra. La reforma educativa liberal, especialmente en la


Universidad, fue muy criticada por la Iglesia. Filósofos como Donoso Cortés y Jaime
Balmes ,o más tarde Menéndez Pelayo, empezaron a plantear el Integrismo Católico
que defendía la unidad católica del Estado y la preponderancia de la fe sobre la razón.
En 1875 el ministro de Fomento Manuel Orovio supeditó la libertad de cátedra a su
acuerdo con la doctrina y el dogma católico. Frente al decreto reaccionaron algunos
profesores universitarios, primeramente los catedráticos de farmacia y Historia natural
de la Universidad de Santiago de Compostela, que protestaron ante el Rector y que
fueron separados de sus puestos. Estos hechos trascendieron en Madrid, y provocaron la
reacción de Gumersindo de Azcárate, Giner de los Ríos, Emilio Cautelar o Nicolás
Salmerón, que también fueron sancionados y separados del servicio. De estos profesores
sancionados surgiría la Institución Libre de Enseñanza.

E).- El Krausismo y la Cultura Laica. Mientras tanto en la Universidad comienzan a


desarrollarse las teorías conocidas como Krausismo; ideas introducidas por Julián Sanz
del Río, catedrático y discípulo del filósofo Alemán Krause, y por Francisco Giner de
los Ríos, catedrático de Filosofía del Derecho de la Univesidad de Madrid, que
defendía:

• Un humanismo racional, laico y moral.

• La fe en el progreso a través de la educación.

• El ejercicio de la razón y el desarrollo de la ciencia.

• Políticamente eran demócratas.

La principal aportación de lo seguidores del Krausismo en España fue la creación de la


Institución Libre de Enseñanza (1876-1936). Este Instituto se origina en los primero
momentos de la Restauración e introdujo en España la Coeducación, el Darwinismo y el
Positivismo En esta institución se educó la mayor parte del personal republicano
dirigente durante la II República, y de la intelectualidad liberal que produce el
resurgimiento cultural del primer tercio del Siglo XX.

2.3 La prensa

Fue uno de los principales vehículos de expresión y creación de estados de opinión y de


difusión de las corrientes culturales europeas. A través de la prensa se dieron a conocer
las obras de los principales escritores e intelectuales y, sobre todo, los acontecimientos
más destacados de la época.
Ya tuvo una resonante importancia durante el Trienio Liberal, llegándose a
publicar más de medio centenar de periódicos. Sin embargo, es a partir de los años 30
cuando la prensa adquiere una dimensión nacional. En la época isabelina destacan
diarios como “La Época”, “La Iberia”, “El Clamor Público” o “La Democracia”, a
través de los cuales se difunde el liberalismo.
Desde los años 60, la madurez y el pluralismo de la prensa española se
manifiesta en la aparición de un nuevo tipo de periódicos de información general, como
“El Imparcial” o “La Correspondencia de España” y de nuevas publicaciones de prensa
especializada y de revistas ilustradas como “La Ilustración Española y Americana” de
1869.

2.4 Las manifestaciones literarias y artísticas.

En literatura distinguimos en el siglo XIX dos periodos separados por el


Sexenio Democrático.
En el primero el romanticismo histórico, impulsado por la influencia de
Chateubriand y Walter Scott, da lugar a un romanticismo tradicionalista y antiliberal. El
romanticismo liberal aparecerá hacia 1834, influido por la obra de Victor Hugo,
siendo sus principales representantes Larra, Martínez de la Rosa y José de Espronceda.
Tendrá también un componente regional como ocurre con la Renaixença catalana.
A mediados de siglo se impone el realismo, representado por las obras
costumbristas de Fernán Caballero. No obstante el Romanticismo continuará tanto en la
obra de Bécquer como en la de Rosalía de Castro.
El segundo periodo el realismo se impone en su vertiente naturalista, destacando
Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas “Clarín”, Valera, Blasco Ibáñez o Pardo Bazán que
nos muestran una España urbana y rural desde un punto de vista crítico.
Entre los años 1898 y 1914 triunfan las tesis modernistas de los hombres de la
generación del 98 y del regeneracionismo.

Se produce en la música un auténtico afán nacionalista, inspirado en la riqueza


del folklore: Sarasate, Albéniz, Granados, Turina y, sobre todo, Falla y Rodrigo.

La arquitectura compaginó elementos modernistas (ensanches de Barcelona y


Madrid) con la historicista (neoclásico, neogótico, neomudéjar). A finales del siglo XIX
tiene en el arquitecto catalán Antonio Gaudí el máximo exponente de la arquitectura
modernista.

La pintura fue más rica y variada. El neoclasicismo dio pasó a los románticos
Alenza y Lucas. Hacia mediados de siglo se impone el academicismo de tipo histórico,
destacando Eduardo Rosales, Gisbert, Pradilla y Mariano Fortuny. Y a finales de siglo
entran la s vanguardias donde destacan Casas, Rusiñol, Nonell, Zuloaga y un joven
Picasso. También se puede hablar de un arte de exaltación del regionalismo en autores
como Pinazo y Sorolla (Valencia), Romero de Torres (Andalucía) o Zubiarte y Arteta
(País Vasco).

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