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Match Botvinnik v. Petrosian 1963 - Varios Comentaristas- Prof.

José Luis Matamoros


JUEGO Nº 5 plan para las negras, por el que obtienen una
Notas por T. Petrosian excelente posición.
Sin embargo, el presente ejemplo muestra
MOSCU, 5 DE ABRIL la debilidad fundamental de muchos de estos
DE 1963 libros de apertura. Sus autores no buscan nue-
vos caminos en variantes bien conocidas, no
BLANCAS: Petrosian prestan atención al característico dispositivo
NEGRAS: Botvinnik moderno de trasplante de ideas de una aper-
DEFENSA GRÜNFELD tura a otra, sino que simplemente reparten
exclamaciones injustificadas y signos de inte-
Cada jugador de ajedrez tiene juegos que rrogación a extractos de viejos - citados muy
recuerda especialmente bien. Uno de ellos es el viejos - juegos. Sobre la base de tales “análisis”,
quinto juego de nuestro match, y no solo por- entonces montan conclusiones categóricas so-
que fue mi primera victoria sobre Botvinnik en bre el valor de esta o aquella continuación.
las competiciones oficiales. El juego también La variante 6.¥e2 está condenada por la
vio un exitoso experimento en la apertura, que teoría debido al sistema que comienza con 6...
anuló el veredicto de la teoría. e6, como lo jugó Botvinnik en el juego men-
cionado anteriormente.
1.c4 g6 Han pasado muchos años desde enton-
2.d4 ¤f6 ces. En la Defensa Grünfeld se han encontrado
3.¤c3 d5 nuevas ideas y se han elaborado nuevas líneas,
4.¤f3 ¥g7 que pueden atraer a los más variados gustos de
5.e3 O-O ajedrez. V. Makagonov, por ejemplo, inventó el
6.¥e2 ... sistema con 6.b4, en el que las blancas intentan
evitar la ruptura estándar c5. Pero tanto las in-
vestigaciones prácticas como las teóricas han
demostrado que la idea de las blancas tiene se-
rios inconvenientes: el retraso en el desarrollo
y la debilidad de la diagonal larga. Las negras
pueden obtener una buena partida con 6. ...
¤e4 o 6...b6.
Durante mi preparación para el encuen-
tro, voté a favor de la defensa Grünfeld, ya que
sabía que jugaría un papel importante en el
match. Un día, tuve una idea: después 6.¥e2,
y la (a mi entender) respuesta algo pasiva 6...
e6, ¿por qué no llevar el juego por las líneas
del Sistema Makagonov? Después de discusio-
Este modesto movimiento no tiene muy nes detalladas con mi entrenador, llegamos a
buena reputación. Los libros de apertura ci- la conclusión de que estábamos en algo. Esta
tan el juego Sokolsky-Botvinnik (Leningrado evaluación fue confirmada durante el propio
1938) como modelo, demostrando el mejor match por el campeonato mundial, por el jue-

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go Simagin-Osmanagic (Sarajevo 1963), en el de eso ...? Pero, de hecho, el juego final que ha
que las blancas lograron excelentes oportuni- surgido es muy complicado. Es cierto que es
dades2. difícil señalar una ventaja definitiva para cual-
6... dxc4 quiera de las partes, y es muy probable que este
7.¥xc4 c5 juego al final terminara en otro empate.
8.d5 e6 Pero me parece que mucho depende del
Si desea obtener una posición más com- estado de ánimo de un jugador. Si existe la
plicada, las negras pueden jugar 7...¤fd7, lle- voluntad de pelear, entonces la posición está
vando el juego a un tratamiento de Smyslov llena de vida. En ausencia de tal voluntad, in-
del Gambito de Dama Aceptado, u 8...¤e8 se- cluso la posición más aguda puede secarse rá-
guido de ... ¤d6. Creo que más adelante en el pidamente.
match, Botvinnik hubiera elegido una de estas Para ser honesto, en el fondo no estaba
continuaciones, pero en esta etapa, estaba fe- tan contento con esta temprana simplificación.
liz buscando simplificaciones, especialmente Pero ¿qué se puede hacer? El oponente tam-
cuando jugaba con negras. bién tiene sus ideas, y uno debe lidiar con ellas
9.dxe6 ... como pueda.
Las blancas no pueden mantener el peón Debo agregar que, en la prensa, aparecie-
en d5, ya que después de 9.e4 exd5 10.exd5, el ron historias en el sentido de que había anun-
jaque con 10. ... ¦e8+ es desagradable. ciado incluso en casa de antemano que ganaría
9... £xd1+ este final. Por supuesto, esto no es cierto. Ha-
10.¢xd1 ¥xe6 ber dicho tal cosa habría sido, en el mejor de
11.¥xe6 fxe6 los casos, inmodesta, y habría indicado una so-
breestimación significativa de mis habilidades
y una subestimación correspondiente de la de
mi oponente. En esta etapa del match, no ha-
bía motivos para tal sentimiento. Todo lo que
realmente sucedió fue que, cuando analizamos
esta posición en nuestra preparación, le dije a
Boleslavsky que la posibilidad de que este final
surgiera en el tablero no debería ser una razón
para evitar toda la variante con 6.¥e2.
Entonces, ¿cómo se debe evaluar la posi-
ción en sí mismo? La estructura de peones de
las blancas presenta una apariencia bastante
mejor, gracias principalmente al peón negro
aislado en e6. Por supuesto, es difícil imaginar
Se dice que algunos de los miembros más que las blancas puedan crear una seria amena-
impacientes del cuerpo de prensa ya estaban za para este peón. Pero la debilidad de un peón
empezando a empacar, listos para irse a casa. aislado no es solo el peligro de que el peón en
Después de todo, esas figuras mágicas, las da- sí mismo se convierta en un objeto de ataque,
mas, han desaparecido del tablero, y ¿cómo sino también que la casilla o las casillas delante
puede haber alguna jugada interesante después de él pueden convertirse en puestos de avanza-

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da estables para las piezas del oponente. Estas cas retendrían algunas posibilidades de ganar,
consideraciones justifican uno al considerar la mientras que el oponente estaría condenado a
posición de las Blancas un poco más agrada- una defensa prolongada.
ble. 20.a4 ¦c8
12.¢e2 ¤c6 21.b3 ¥f8
Si se retiraran todos los caballos del table- En los últimos movimientos, las eleccio-
ro, no es difícil llegar a la conclusión de que las nes de las negras han sido en gran parte forza-
esperanzas de las blancas de tener una venta- das, y por lo tanto no pueden ser malas. Aun
ja pronto se verían frustradas. En realidad, sin así, me parece que las blancas han logrado más
embargo, es precisamente el caballo de e4 el durante este período. Han completado la mo-
que ocupa una posición ideal. Por esta razón, vilización de sus fuerzas y mejorado la posi-
algunos comentaristas recomiendan que las ción de sus peones del lado de dama. El negro,
negras jueguen 12...¤d5 13.¤e4 ¤d7, aunque mientras tanto, ha llegado a la conclusión de
en ningún lugar, 14.¤fg5 o 14.¦d1, volvería a que el alfil pertenece a la diagonal a3-f8.
quedar alguna iniciativa en manos de las blan- 22.¦c1 ¥e7
cas. Los comentaristas condenaron unánime-
13.¦d1 ¦ad8 mente esta jugada. Pero después de 22...¦c7
Una de varias pequeñas inexactitudes, 23.¤g5, no es fácil para las negras defenderse,
cometidas por mi oponente en este juego. Más mientras que después de la del texto, podría
simple era 13...¢f7. haber logrado posteriormente una igualdad
14.¦xd8 ¦xd8 aproximada.
15.¤g5 ¦e8 23.b4! ...
También hay que tener en cuenta el hecho
de que hay alfiles en el tablero. Por lo tanto, el
movimiento 15...e5 convertiría al alfil en g7, si
no es absolutamente “malo”, entonces al menos
en “no muy bueno”.
16.¤ge4 ¤xe4
Debería haber preferido la inmediata
16...b6. Entonces después de 17.¤xf6+ ¥xf6
18.¤e4, el negro tendría la opción de elegir
entre retirar el alfil a g7 o a e7.
17.¤xe4 b6
18.¦b1 ¤b4
19.¥d2 ...
También era posible 19.a4; esto proba-
blemente se habría transpuesto al juego. Sin duda el mejor movimiento, agudizan-
19... ¤d5 do una posición que parece totalmente tran-
Es obvio que la variante 19...¤xa2 20.¦a1 quila. Me decidí por este movimiento solo des-
¤b4 21.¥xb4 cxb4 22.¦xa7 ¥xb2 23.¦b7, pués de pensarlo mucho. Por supuesto, si las
conviene a las blancas, a pesar de la escasez negras hubieran elegido la natural 23...¢f7,
de material que queda en el tablero; las blan- entonces 24.bxc5 bxc5 le hubiera dado un

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peón pasado en c5, un peón aislado, es cier- En todas estas variantes, el blanco con-
to, pero a primera vista es bastante activo. Sin serva la ventaja, aunque sea mínima. Las ne-
embargo, la continuación 25.¢d3 ¤b6 26.a5 gras, en cambio, no quisieron forzar la jugada.
c4+ 27.¢d4 ¦d8+ 28.¢c3 ¦d3+ 29.¢c2 ¤d5 Probablemente Botvinnik no había visto toda-
30.¦b1, parecía lo suficientemente convincen- vía la reagrupación de las piezas blancas, que
te como para convencerme de hacer el movi- tenía que encontrar antes de realizar la jugada
miento del texto. Por otro lado, al principio no de compromiso 23.b4. El alfil llega a c3, blo-
logré evaluar la posición que surgiría después queando el peón pasado, luego el caballo de
del 22... c4. d2 ataca al peón. Luego las blancas juegan g3,
23. ... c4 para quitar la casilla f4 del caballo enemigo, y
24.b5 ... luego lo alejan avanzando el peón e.
Privando a las negras de la posibilidad de 25.¥c3 ¥a3
apoyar al peón pasado mediante ... a6 y ... b5. 26.¦c2 ¤xc3+
27.¦xc3 ¥b4
28.¦c2 ...

24. ... ¢f7


Después de esto, las negras perderán tar-
de o temprano el peón c, mientras que tenían 28. ... ¢e7
varias maneras de obtener un juego más o me- Más oportunidades ofrecía 28...e5, tratan-
nos satisfactorio. Por ejemplo: do de llevar al rey hacia a la casilla d5 más rápi-
A) 24...¥a3 25.¦c2 c3! 26.¥xc3 ¥b4 damente. En el caso de que 29.¤d2 c3 30.¤e4
27.¢d2 ¦c4 28.¥xb4 ¦xe4 29.¥d6 ¦xa4, que ¢e6 31.f3, la línea de victoria dada por Tal no
fue recomendado por Averbakh, y que yo exa- es del todo convincente: 32.¢d3 ¦d8+ 33.¢c4
miné durante el juego. Planeaba continuar la ¦d2 34.¢b3 ¦xc2 35.¢xc2 ¢d5 36.¢d3 c2
lucha con 30.f3; 37.¢xc2 ¢c4 38.¤d2+ ¥xd2 39.¢xd2, y
B) 24...c3 25.¥xc3 ¦c4 (25...¥a3 26.¦c2 cuando las negras tomen el peón en a4, el rey
¦c4 (Nota del editor: 26...¥b4 27.¢d3 se blanco llegará a c4 y el juego se decidirá por los
transpone a la línea A) 27.¢d3 ¦xa4 28.¦a2 peones pasados en el lado del rey. Sin embargo,
¦xe4 29.¦xa3 ¤xc3 30.¦xa7 ¦e5 31.¢xc3 manteniendo todas las piezas en el tablero, las
¦xb5), 26.¢d3 ¦xa4 27.¥d4 o 27.¥e5. negras pueden seguir resistiendo, por ejemplo:

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31.f3 ¥a5 32.¢d3 ¦d8+ 33.¢c4 ¦d2 34.¢b3 torre entre en la séptima fila.
¦d3. 36.g3 ...
29.¤d2 c3 La ruta más segura hacia la victoria. Aun-
El final de torres después de 29...¥xd2 que solo quedaban unos pocos movimientos
30.¢xd2 ¦d8+ (30...¢d6 31.¢c3 ¢c5 para el control del tiempo, también tuve poco
32.¦d2) 31.¢c3 ¦d1; permitiría al negro opo- tiempo y, en consecuencia, no tenía sentido
ner una resistencia obstinada. permitir complicaciones, en las cuales todo de-
30.¤e4 ¥a5 pendería del cálculo exacto. Aun así, en el caso
31.¢d3 ¦d8+ de 36.g4 h5 37.g5 h4 o 37.¢e5 hxg4 38.¤f6+
32.¢c4 ¦d1 ¢e7 39.¤xg4 ¦h5+ 40.¢e4, las blancas debe-
La espectacular 32...¦d2 sería refutada rían ganar.
por la prosaica respuesta 33.¢b3. 36... ¥b4
33.¤xc3 ¦h1? ¡Apurando la ayuda del rey!
Ahora la posición de las negras está com- 37.¢e5 ¦h5+
pletamente perdida. Es interesante notar que 38.¢f6 ¥e7+
temía el intercambio, sobre todo, teniendo en 39.¢g7 e5
cuenta que el final de la torre, aunque no se 40.¦c6! ...
ve muy bien, en realidad ofrece a las negras la
mejor oportunidad de salvar el juego.
34.¤e4! ¦xh2
35.¢d4! ...

Limitando al máximo la movilidad del


rey negro.
40. ... ¦h1
41.¢f7! ...
El ejército centralizado de las blancas El movimiento sellado, y el comienzo de
contrasta con las fuerzas dispersas de las ne- la forma más corta de darse cuenta de la venta-
gras. La torre en la esquina y el alfil en la diago- ja. Desde la casilla e7, el alfil defiende una serie
nal vacía a5 – e1, ambos parecen haber aban- de importantes casillas: d6, f6 y g5.
donado al monarca a su suerte. Después de 42.¦e6, que las negras no
35. ... ¢d7 pueden evitar, el alfil se verá obligado a dejar
Por supuesto, no puede permitir que la su puesto.

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41. ... ¦a1 Con la amenaza incontestable de 50.¤c6.
42.¦e6 ¥d8 46.¤g5 ¦d8+
También son malas las continuacio- 47.¢f7 ¦d7+
nes 42...¥b4 43.¦xe5 ¦xa4 44.¤f6+ ¢d6 48.¢g8
45.¦d5+ ¢c7 46.¦d4 y 42...¥c5 43.¦xe5 1-0
¦xa4 44.¤xc5+, etc. Marcador: Botvinnik 2 ½ Petrosian 2 ½
43.¦d6+ ¢c8
Después de 43...¢c7 44.¢e8, el desafor- Nota del traductor: este juego continuó 6...
tunado alfil se pierde de inmediato. e6 7.O-O b6 8.cxd5 exd5 9.b4 c6 10.a4 ¦e8
44.¢e8 ¥c7 11.¥a3 ¤bd7 12.b5 c5 13.dxc5 ¤xc5 14.¤d4
45.¦c6 ... con ventaja para las blancas. Hoy en día, la ju-
gada 6...c5 es considerada lo mejor para igua-
lar.

45. ... ¦d1


Después de 45...¦xa4 planeaba seguir
con 46.¤g5. Luego está la bonita continua-
ción 46. ... ¢b7 47.¤e6 ¥b8 48.¤d8+ ¢a8
49.¦c8!

Diagrama de análisis

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