El papel de la demografía

Antonio Quintero
9 sep 2020

Hoy, con una cifra que se acerca a los 8 mil millones de habitantes en la Tierra, parece que
los datos estimados para el 2030, calculados en 8,600 millones, serán superados. En esta
época, como en otras, existen determinantes que nos hacen reflexionar sobre nuestra
existencia y sobre nuestra trascendencia como humanidad ¿Seremos capaces de producir
los insumos necesarios para asegurar nuestra sobrevivencia? –evocando a los teóricos del
siglo pasado como Malthus– ¿el territorio que habitamos dará cabida al crecimiento
poblacional? –tal como preocupaba a los precursores de la sociología como Quetelet–
¿cómo se comportará la capacidad productiva de los recursos naturales que soportan la gran
maquinaria que hoy se ha instalado? –como en su momento preocupaba a los fisiócratas–,
o ¿cuáles serán las consecuencias sociales del crecimiento demográfico? –tal como lo
planteó Durkheim–, entre muchas otras preocupantes.

Antes, a pesar de todas las teorías y estimaciones sobre el crecimiento de la población,

difícilmente se pensó en los efectos del crecimiento de la población a nivel mundial. A
finales de la década de los sesenta reconocía como uno de los derechos humanos la libre
decisión de cuántos hijos tener y cada cuándo; mas tarde, con un nuevo siglo en puerta, se
encendía la alarma porque seguíamos creciendo aceleradamente, a pesar de la existencia de
métodos de planificación familiar –la tecnología aplicada al crecimiento demográfico–.

Actualmente, existen 10 países que aglutinan a mayor parte de la población. China y la

India ocupan los dos primeros peldaños. Un dato interesante lo porta la primera nación, que
reporta 1,439 millones de personas, a pesar de haber aplicado en los años 70 terminantes
políticas de natalidad consistente en un hijo por pareja, ahora, su índice de fecundidad
promedio, por cada mujer en edad reproductiva, es de 1.6 hijos. Por su parte, la India, con
un total de 1,380 millones de personas, presenta un índice de fecundidad de 2.2. El resto de
las naciones, en orden decreciente, de la tabla de los diez más poblados son: Estados
Unidos, Indonesia, Pakistán, Brasil, Nigeria, Bangladesh, Rusia y, México.
Como parte de las Ciencias Sociales, la demografía ha incorporado un enfoque
multidisciplinario a su quehacer. Su historia corresponde con la necesidad de dar
entendimiento a la realidad social y de mostrar los determinantes del crecimiento de la
población y – con el paso de los años y siglos– su interacción con otras variables sociales.
Hoy, su papel fundamental –cercano a la sociedad– contribuye a cimentar acciones y
políticas públicas que, con el entendimiento de la dinámica demográfica, puedan generar
programas específicos.

Recientemente, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) convocó a la

acción en torno de las implicaciones que tiene para el medio ambiente el crecimiento que
ha mostrado la población en el planeta. Para atender la urgencia, es momento de poner
atención a la estructura de la población, con sus distintos matices en subpoblaciones. Las
consecuencias de no hacerlo están saltando a la vista, sobrepoblación, explotación
exhaustiva de los recursos, hambre, pobreza.

La demografía está llamada, con sus herramientas y técnicas específicas, a contribuir al

conocimiento de los fenómenos sociales y sus repercusiones. Asimismo, con relación a la
importancia que han cobrado los estudios de género, contribuir al análisis de las diferencias
entre las funciones y roles que se han asignado a mujeres y hombres.