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  Primeros antecedentes de las Visitas Domiciliarias: Gestión,  Asistencia y Educación

En el marco de legitimación del Estado frente a las que se presentaban como demandas sociales,
es interesante retomar los planteos que realiza Grassien relación a las estrategias que se
priorizaron para llevar a cabo este proceso:“a) la centralización de la asistencia y su contralor por
el Estado, b) la tecnificación de la acción social, y c) la restauración de la vida familiar y
moralización de los sectores populares.” (1989: 63).

 Así, el Estado fue asumiendo estas funciones de asistencia pública al tener que crear y mantener
las condiciones básicas que garantizaran la reproducción del capital.

Una de las prácticas identificadas por llevarse a cabo en distintas instituciones y organizaciones de


la época eran las visitas domiciliarias, que luego formaran parte del instrumental táctico operativo
de la profesión del Trabajo Social. A partir de realizar un proceso de recopilación de antecedentes
históricos, caracterizará cuatro modalidades de visitas de acuerdo a su finalidad: visitas para el
suministro de recursos, visitas de control, visitas para la defensa de trabajadores, y visitas de
profilaxis e inspección domiciliaria.

Surgimiento de  la Formación Trabajo Social en  Argentina

La creación de la carrera de Trabajo Social se generará en el marco del segundo ciclo de la lucha de
la clase obrera, en el periodo que va desde 1930 a 1970, teniendo que ver con su penetración al
sistema institucional argentino ,los primeros antecedentes se encontrarán en la cátedra de higiene
pública dictada en la Facultad de Ciencias Médicas en 1920,que a los dos años se reorganizará y
propondrá la conformación del Instituto de Higiene, en donde aparecerá la primera referencia del
desarrollo de la enseñanza e investigación. Así, en 1924 se creará la carrera de visitadora de
higiene social dependiendo de dicho instituto, otorgando títulos de acuerdo a especializacio-nes
como “visitadora de tuberculosis e higiene infantil” y “visitadora escolar”; almismo tiempo que se
creaban puestos para visitadoras escolares determinando en gran medida el surgimiento de la
formación cuya particularidad en Argentina se caracterizará por surgir en el ámbito de la
universidad pública .En 1931 se identifica el surgimiento de la carrera de “visitadora de higiene
mental  ” que dependía de la facultad de psicología de la UBA, la cual continuará hasta 1980
cambiando su definición por “Licenciatura en Servicio Social” con orientación en salud.

En 1927, se crea la primera escuela de Servicio Social en Argentina de-pendiendo del Museo Social
Argentino de Facultad de Ciencias Médicas, el cual se incorpora a la UBA en 1926 bajo el rango de
“Instituto de Información, Estudios y  Acción Social  ”

Según Oliva (2007), después de estos antecedentes se suma el de la formación de la Iglesia


Católica, que según la misma autora 10 años después, en1940, se funda la Escuela de Asistencia
Social, dependiendo de Instituto Cultural Religiosa Superior Femenina; a su vez, se suma en 1941
el Patronato de Recluidas y Liberadas apertura de un “Centro de Formación Asistentes Sociales”
dirigidos específicamente a asistentes de menores y asistentes penales. En 1946, el centro de
formación pasa a formar parte de la Universidad de Derecho y Ciencias Socia-les, y en la década de
1980 pasará a ser carrera de Lic. en Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales de UBA. En la
medida que se avanzaba en la formación de las visitadoras de higiene y de servicio social se iban
incrementando los espacios socio-ocupacionales en los que se insertan las primeras asistentes
sociales.Es decir, se crean áreas de servicio social dentro de las instituciones ligadas a la salud,
educación, vivienda, infancia, etc., dando respuesta a la demanda social a partir de fragmentar la
cobertura de necesidades sociales.

Instrumental táctico operativo en los  distintos ámbitos de  actuación profesional

 Se profundizará sobre las áreas de actuación en las que se inserta el Trabajo Social, para
identificar elementos que nos permitan analizar los informes sociales a partir de sus
determinaciones históricas .En lo que respecta al ámbito de la salud, se crearon Hospitales
Públicos en todo el país, generando áreas específicas de servicio social.Las funciones desarrolladas
se pueden sintetizar en gestión de recursos y asistencia, en donde las tareas tenían que ver con la
recopilación de información de la vida cotidiana de la población a laque se asistía, a partir de la
cual se la utilizaba para la definición de acceso a las prestaciones.

En el ámbito de la educación pública, el servicio social se vincula a cuestiones relativas a la


alimentación de los niños, por lo cual se requería de visitado-ras de higiene escolar cuya inserción
era diversa: comedores escolares y cantinas escolares, en donde tenían una multiplicidad de
tareas tendientes a relevar información respecto al tipo de alimentación de los niños, organización
de comedores, generación de reuniones informativas sobre distintos tópicos de higiene, realizaban
derivaciones a los médicos, etc. A su vez, tenían la tarea de establecer vínculos entre la institución
educativa y los padres, a partir de lo cual tendrán la finalidad de indagar sobre la vida cotidiana y la
educación de los padres.

Otro rasgo relevante es la importancia que se le otorgaba a la utilización eficaz de la técnica


tomando, al igual que en otros espacios socio-ocupacionales, el esquema de diagnóstico-
tratamiento, a partir del cual se analizaban casos individuales o familiares que, a través de un
estudio económico-social, se verificaban si le “correspondía” el acceso a recursos de otras
instituciones. Por lo cuales combinaban tareas de tipo asistencial y educativo-moralizador en las
que se responsabilizaba de la situación estructural a las familias asistidas, y con ello la
criminalización de la pobreza, rasgo fundamental que aún sigue en la actualidad.

El segundo espacio institucional donde se insertan las asistentes socia-les son los Tribunales de


menores, El tercer espacio es el Patronato Nacional de Menores o Juzgados de menores,
como el Patronato de Liberados en el que hacia 1940 se insertan asistentes sociales. Las acciones
estarán dirigidas a la obtención de información en establecimientos carcelarios, con la
intencionalidad de evaluar la asistencia que recibirían posteriormente al cumplimiento de la
condena.

A partir del ejercicio profesional se sostiene que en diversos espacios institucionales estas
prácticas siguen vigentes, donde se presentan informes sociales en los que se quebrantan
permanentemente los límites personales; se inquiere, se indaga, se observa, se pide información
que no necesariamente se requiere para la gestión de recursos, y, a su vez, quienes solicitan las
prestaciones desconocen el contenido del informe social, es decir lo que se relata de su vida
cotidiana.23Bajoesta perspectiva predominarán elementos conservadores que ubicarán a la
profesión en un lugar de superioridad, como “iluminados”, interpretando las de mandas como si la
clase a la cual asiste no pudiera hacerlo por sus propios medios

Límites y posibilidades de los Informes Sociales

En este sentido, se considera que la profesión del Trabajo Social se inserta en el marco de
conflictos y contradicciones engendradas entre las clases sociales. Dichos conflictos, al adquirir
legitimación, se tornan en demandas asu-midas por el Estado. Así, dicha profesión forma parte del
proceso de reproducción social, cuyas prácticas se desenvuelven hacia el interior de la división
social y técnica del trabajo como especialización de un trabajo colectivo,A partir del análisis
histórico realizado es posible afirmar que los informes sociales, concebidos como parte del
instrumental, están marcados por la configuración del espacio- socio ocupacional y por los
proyectos profesionales que se fueron generando para dar respuestas a las necesidades producto
de las luchas de clases sociales.

  Elementos de análisis: Control de la Vida  Cotidiana

En los orígenes del Trabajo Social en Argentina se puede ver que los In-formes Sociales surgen
específicamente en el ámbito jurídico/policial, que en las primeras décadas del siglo XX, cuando
surgen los tribunales de menores, el marco legal se basa en un enfoque criminológico positivista.

Bajo esta lógica y desde el ámbito del poder jurídico, los profesionales del Trabajo Social
empezarán a desarrollar varios procedimientos técnicos, entre los que se le requieren informes
sociales para ser presentados a la autoridad,  Procesos de Intervención en Trabajo Social:
Contribuciones al ejercicio profesional crítico Forma parte del cotidiano escuchar de colegas
recientemente graduados y que aún no se han matriculado, que en determinadas instituciones no
se los emplea ya que al no tener matricula “no pueden firmar informes sociales” 

.En la realización de este articulo por razón de tiempo y espacio, no se indagó sobre momentos
posteriores al proceso de surgimiento del Trabajo Social, como lo pudo ser  el proceso de re
conceptualización y momentos posteriores al mismo, por lo cual se plantea la posible existencia de
otros elementos que a partir de su historización permitan analizar sus diferentes tratamientos
.competente que en la actualidad sigue siendo el juez de instrucción. Es decir, su trabajo consistirá
en indagar sobre las condiciones de vida cotidiana de las familias, con la particularidad que
tendrán que “dar cuenta” de dichas actuaciones a través del informe socio-ambiental, dado
que no existía hasta ese momento alguien que realizase dicha tarea.

¿Qué se disputa en  el marco de los informes sociales? 

El término táctico debe ser entendido como elemento constitutivo de la profesión, ya que denota
su carácter político circunscribiéndose, de acuerdo a la autonomía relativa del profesional, en la
mayor o menor posibilidad de lograrlos objetivos propuesto. Al respecto:“si el asistente social en
su condición de asalariado, debe responder a las exigencias de la institución, dispone de una
autonomía relativa para el ejercicio de sus funciones institucionales, siendo co-responsable por el
rumbo impreso de sus actividades y por las formas de conducirla.”(Iamamotto y Carvalho,
1984:117)

A partir de la experiencia en el ejercicio de la profesión como en el inter-cambio con otros colegas


en distintos espacios de intervención, la preocupación en torno a los informes sociales,
justamente, no se reduce a ¿Cómo hacer un informe social?  , sino que se enfoca
fundamentalmente en su carácter político, es decir , por las decisiones que se toman en torno a
ellos y por las disputas que entran en juego, respectivamente. Ya sea desde la diversidad de
proyectos profesionales que se conjugan en los espacios institucionales, como aquellos por
ejemplo que orientan sus procesos de intervención comprometidos con un proyecto social
reformista, como profesionales que adscriben a corrientes de izquierda criticando los
fundamentos de las prácticas sociales constituyéndose en parte de la resistencia critica, como
profesionales que se mantienen en posiciones ajenas a las discusiones y debates sobre la
intencionalidad de lógicas institucionales que se intentan reforzar o legitimar a través de la
psicologización de la cuestión social en el cotidiano

CONCLUSION

 intenta reflexionar sobre los informes sociales como parte del instrumental táctico operativo de la
profesión, a partir de lo cual exigía recuperar la historia del Trabajo Social en Argentina y su
relación con la lucha de la clase obrera. En primer lugar, se considera fundamental tener claridad
sobre las lógicas de dominación del modo de producción capitalista, reorientando suposición a ese
fin; no negarlo en cuanto elemento fundamental de las acciones profesionales. El informe social
no es esencialmente “de control”, si tiene esa connotación es por ser, como todo, expresión del
carácter opresor de las relaciones sociales capitalistas. Este carácter no se rompe sin
contrapartida, sin resistencia y sin lucha de clases en pos del fortalecimiento del proyecto político
de la clase obrera. Colocarse a favor de ese proyecto político implica como trabajadores, por un
lado, contribuir a través de las modalidades de intervención con una lucha que no se traduce en
responsabilidad individual sino que será fundamentalmente colectiva, y por otro lado, repensar la
profesión en relación a los informes sociales, en su dimensión política como elemento
imprescindible para la intervención, tomando conciencia que la clases subalternas detenta un
saber de dónde emergen alternativas para pensar los informes sociales. Este es un elemento que
posibilitara recrear estratégicamente los mismos en el ámbito de actuación.

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