Sie sind auf Seite 1von 6

El jueves 29 de Agosto, se llevo acabo en la Universidad Javeriana un conversatorio

titulado, “El rol de la mujer en las Fuerzas Militares”, en el cual participaron, la Dra. María
Elizabeth Guimarães Rocha, Magistrada de la Corte Suprema Militar de Brasil, primera
mujer en ocupar este cargo y la General Paulina Leguizamón, magistrada del Tribunal
Superior Militar de Colombia, también la primera en llegar al nivel de General en el país.
En el conversatorio se trató la historia de la participación de la mujer en la fuerzas armadas,
la situación actual del tema y los desafíos y propuestas que aún hay por cumplir, desde una
perspectiva jurídica y de género. La conferencia permite establecer innumerables puntos de
análisis sobre la situación y ofrece incontables propuestas y retos frente al rol de la mujer y
el papel que este puede desempeñar en la organización castrense. Uno de estos puntos parte
de la esencia misma de la sociedad, sus instituciones, su evolución, y como el derecho
interviene en este proceso.
La sociedad humana puede definirse como un conjunto de personas que se establecen bajo
un sistema de instituciones creadas a lo largo de la historia, y organizadas según una reglas
comunes de diferente índole (consuetudinarias, jurídicas, morales, culturales, etc.). Aunque
una sociedad no es una creación instantánea que se realiza día a día, si no una formación
histórica, sí es un objeto de constante evolución, por ende, la normas que la regulan deben
ir de acorde con este cambio, sin desmedro de la esencia de los valores, figuras e
instituciones que hacen de una sociedad lo que es. En este último aspecto, en la dimensión
jurídica de las normas sociales, son de gran relevancia los principios. Según la muy citada
definición de Alexy, los principios son “normas que ordenan que algo sea realizado en la
mayor medida posible, dentro de las posibilidades jurídicas y reales existentes”. Por
consiguiente, los principios son una herramienta que permite la evolución del ordenamiento
de acuerdo con la variación de la sociedad, pero que al estar atadas a la realidad, no deben
dañar la naturaleza de esta. los principios como herramientas jurídicas tomaron más fuerza
en Colombia, desde la constitución de 1991, en la cual los principios ya no son reglas de
segundo orden sino que son verdaderas normas jurídicas. La aplicación de estas reglas se ve
mejor reflejado en principios concretos y en casos precisos de la realidad, y esto se puede
analizar desde el rol de las mujeres en las fuerzas armadas.
Mediante este texto se busca demostrar como el principio de igualdad, con apoyo del
principio de legalidad, se ve reflejado directa e integralmente en la inclusión de las mujeres
en la institución militar y ha sido un impulso fundamental para lograr esta integración. En
primer lugar, porque ha logrado, en gran medida, erradicar la discriminación en razón del
sexo, igualando las oportunidades de hombres y mujeres. Pero, además, se ha dado una
aplicación integral del principio, porque no se ha quedado en la simple igualdad formal, si
no que este mandato de igualdad, ha servido para llegar a una materialización real de los
objetivos buscados, y ha logrado la evolución de las instituciones en concordancia con la
sociedad y el mantenimiento de sus instituciones. en este orden de ideas, primero se
determinará el concepto de igualdad, su consagración en el ordenamiento y en concreto, la
igualdad como principio del derecho administrativo. Seguidamente, se hablará de la
evolución y situación actual de las mujeres en las fuerzas armadas y la evolución legal de
su participación, desde la perspectiva del principio de igualdad. Por ultimo, se tratará el
principio en relación con el conversatorio, “el rol de la mujer en las fuerzas militares”. En
suma, se va a analizar como el principio de igualdad, puede funcionar, a la vez, como
herramienta jurídica para la adecuación del derecho a los cambios de la sociedad, y así
permitir una participación integral de la mujer en las fuerzas armadas, pero sin destruir del
todo tradiciones sociales, ya que puede permitir que las militares mantengan su rol
tradicional en esa misma sociedad.

Para comenzar hay que tener claridad sobre el concepto del principio de igualdad, y como
se entiende hoy en el ordenamiento colombiano. La igualdad es un principio que atraviesa
toda la constitución, como un fin del estado, como derecho fundamental, como valor y
como principio propiamente tal, y por ende, es un punto transversal que se ve reflejado en
el resto del ordenamiento jurídico. Esta consagrado en el preámbulo, y específicamente esta
regulado en el artículo 13, como derecho fundamental. Concretamente, hablando de la
función administrativa, hallamos este principio en el artículo 209 de la constitución que
consagra los principios administrativos. Asimismo, esta estipulado en el artículo tres,
numeral segundo del Código de procedimiento administrativo y de lo contencioso
administrativo. La igualdad se deriva de la dignidad humana, de reconocer a cada persona
como parte del género humano sin importar las circunstancias accidentales que lo
diferencien. Por eso, en primer lugar la igualdad se puede entender como una prohibición
de todo trato desigual dado por la ley y el estado que implique un trato discriminatorio.
Esto se desprende del primer inciso del artículo 13, “Todas las personas nacen libres e
iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los
mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de
sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica”. Sin
embargo, en Colombia, como estado social de derecho (artículo 1 y 2 del Constitución), la
igualdad no se puede quedar allí, en la igualdad formal. Este principio no se refiere a la
aplicación idéntica y automática de la ley a cualquier persona, si no de la verdadera
consideración del humano en todas sus condiciones, es decir, la igualdad debe ser real y
material. Por esto, el articulo 13 prosigue estableciendo, “El Estado promoverá las
condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos
discriminados o marginados. Por último, la constitución establece, “El Estado protegerá
especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se
encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que
contra ellas se cometan”, es decir, que hay un mandato directo al estado para intervenir en
los casos que haya una circunstancia de debilidad manifiesta. la Corte constitucional ha
explicado esta concepción de la igualdad en diversas sentencias, en su fallo T-432/92,
estableció que “Se supera así el concepto de la igualdad de la ley a partir de la generalidad
abstracta, por el concepto de la generalidad concreta, que concluye con el principio según el
cual no se permite regulación diferente de supuestos iguales o análogos y prescribe
diferente normación a supuestos distintos”. Según el mismo articulo 13, esto se predica
expresamente frente a las diferencias de sexo. No se puede dar un trato diferente a las
personas basándose en su sexo, pero como el supuesto del que se parte no es la igualdad de
hecho de los individuos, sino de la esencia humana que todos compartimos, y dentro de
ello, la diversidad y el rol de cada quien en la sociedad, como ocurre en el caos de los
hombres y las mujeres, lo que busca este principio es que se ponderen los factores sobre los
cuales se va a aplicar el derecho, y si es necesario hacer aplicaciones especificas para lograr
que todos los individuos tengan igualdad de oportunidades. Para el caso es importante
resaltar que Las mujeres han sido tratadas en Colombia como parte de los grupos
discriminados, esto ha sido reconocido por la corte en varias sentencias como, C-586/16, T-
239-18, C 117-18, entre otras. Asimismo, la igualdad es un principio internacional, que
también hacer parte de ordenamiento jurídico colombiano en virtud de bloque de
legalidad, y los diferentes documentos en los que Colombia participa como estado
suscriptor. Por ejemplo, el artículo 1.1. de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, artículos 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los
artículos 2 y 3 de Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, a
Declaración Universal de los Derechos Humanos, La Convención sobre la Eliminación de
todas las formas de Discriminación contra la Mujer. Ahora, pasando al ámbito de la
administración, según el articulo 3, del CPACA, todas las autoridades tienen la obligación
de interpretar y aplicar las disposiciones que regulan las actuaciones y procedimientos
administrativos” de acuerdo con los principios establecidos en la constitución, y los
estipulados en ese código, el cual específicamente consagra la igualdad en el inciso 2 de
este articulo. En este caso el articulo también hace mención de el principio general de
igualdad al referir que “ las autoridades deben dar el mismo trato y protección a las
personas e instituciones que intervengan en las actuaciones bajo su conocimiento”. Pero
también propugna por la igualdad material al continuar diciendo “no obstante, serán objeto
de trato y protección especial las personas que por su condición económica, física o mental
se encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta”. En fin, para cada situación se
debe hacer una análisis para determinar si hay lugar a que una norma pueda ser aplicada de
forma idéntica a todos, y cuales, por el contrario, tiene que ajustarse al caso concreto para
garantizar la igualdad; por esto hay que dejar claro también que, por el hecho de que en
algunos casos un grupo de personas se encuentre en estado de debilidad manifestó, no
significa que se predique una diferenciación privilegiada de forma absoluta. Debe haber un
balance en la extensión de este principio para que no se llegue a un abuso de este. A
continuación se verá este principio en relación con el rol de la mujer en las fuerzas
armadas.

Como se dijo en la conferencia, y como se ha reiterado a la lo largo del texto, las fuerzas
armadas como una institución que forma parte de una sociedad, esta marcada por
tradiciones, estereotipos e historia. Esta ha sido una institución que históricamente ha
estado dominada por los hombres, y representa un símbolo de masculinidad. Sin embargo,
como se ha dicho, la sociedad, la tecnología, los pensamientos cambian y se ha abierto la
participación al género femenino en este organización, sobre todo desde la década de los
70, luego de la segunda guerra mundial, como causa de la crisis en el reclutamiento, la
participación de las mujeres en el mercado laboral y la supresión de la conscripción
obligatoria. Adicionalmente, se habla de un cambio en las técnicas y formas de guerra, sus
formas tecnológicas, el terrorismo, las cuales no permiten ya que se establezcan argumentos
basados en condiciones físicas de los antiguos modelos de guerra. Teniendo en cuenta este
contexto, principio de igualdad se puede aplicar de muchas formas, y puede ayudar desde
diferentes punto en la integración de la mujeres en la organización castrense. Sin duda, en
primer lugar, este principio debe servir para impulsar la formación y modificación de leyes
que permiten una mayor igualdad en las oportunidades entre ambos sexos. Desde un punto
de vista más administrativo, la aplicación de la igualdad se hace efectiva en la medida en
que las políticas publicas del ministerio de defensa y las actuaciones, interpretaciones y
decisiones de los órganos estatales que hacen parte de las fuerzas armadas, hagan efectiva
la igualdad en la practica. Como lo expresó la General Leguizamón en el conversatorio,
jurídicamente no hay limitaciones para que la mujeres alcancen la igualdad en las fuerzas
armadas, estas dificultades están en la práctica. Desde 1976, las mujeres pueden hacer parte
del escalafón administrativo. Luego, gracias al impulso del ministerio defensa se rexpide el
decreto 1790 del 2000, el cual modifica el decreto que regula las normas de carrera del
personal de oficiales y suboficiales. Sobre esta norma se pronuncio la corte constitucional
en el 2001, debido a que se demando el requisito que establecía que se debía ser
“colombiano” para ingresar a la carrera de oficial o suboficial, y se fallo la exequibilidad
bajo el entendido de que expresión comprendía que también las mujeres tienen derecho a
ocupar un grado como oficial en las fuerzas armadas. En esta sentencia la corte se basa
expresamente en el principio a la igualdad, y reitera “los criterios que en oportunidad
anterior ha vertido en torno al derecho a la igualdad y al libre desarrollo de la personalidad
de ambos sexos respecto al acceso a las escuelas de formación de oficiales y suboficiales de
las fueras militares” (Sentencia C-1293/01). Solo a partir del 2009 se posibilitó el ingreso
de las mujeres a la carrera militar como oficial de armas en el ejercito; son solo estos
oficiales los que están habilitados para llegar a convertirse en Comandante del Ejército o
Inspector General de la fuerza o a comandar una unidad operativa. Esto varían según cada
fuerza, ya que la Armada Nacional y la Fuerza Aérea admitían esta posibilidad desde 1997.
Solo hasta el 2017 se admitió, con respecto a los suboficiales, el ingreso de mujeres a la
Escuela Militar, como pretendientes a las armas de combate y apoyo al combate. Otro
aspecto que se modificó en virtud del principio de igualdad fue la prestación del servicio
militar voluntario de las mujeres, en principio regulado por la ley 48 de 1993, la cual
limitaba la prestación del servicio a ciertas tareas. La corte constitucional falló en el 2016
(Sentencia C-659/16), t declaró inexequible esta limitación al servicio, también invocado
expresamente la igualdad de sexos, “En consecuencia, tal como lo argumentan los
demandantes a la luz de los parámetros de constitucionalidad vigentes, la disposición
resulta contraria a los derechos a la igualdad de género protegidos por la Constitución
Política de Colombia (artículos 13 y 43), así como el bloque de constitucionalidad (…). La
Corte precisa que la presente decisión busca asegurar que las actividades que deba y
pueda desarrollar en el servicio militar cada persona que lo preste, se determinen con
base en las necesidades del servicio, según criterios objetivos y razonables, que tengan en
cuenta las características de cada persona individualmente considerada”. En conclusión,
se ha logrado que los requisitos legales para el ingreso a cualquier cargo del ejercito sean
completamente iguales para casi todos los cargos de las fuerzas militares (con excepción de
algunas especialidades muy precisas). Asimismo, una vez lograda la incorporación a la
academia de oficiales, se cursan las mismas materias, se realizan los mismo
entrenamientos, en las mismas instalaciones. Además, este principio también se ha
cumplido pro medio de la interpretación y aplicación de estas leyes y sentencias, por parte
de la administración, ya que se ha visto un ingreso efectivo de las mujeres en todas las
fuerzas armadas colombianas, incluso hasta los grados más altos como lo demuestra el
logro de la Genera Leguizamón. En definitiva, en lo relatado en este párrafo se ve reflejado
el principio de igualdad, y la prohibición de discriminación consagrado en el inciso primero
del artículo 13 de la constitución, una igualdad de hecho frente a la ley para hombres y
mujer. Sin embargo, se considera que para que allá, una verdadera apertura de
oportunidades para el genero femenino en las instituciones militares debe profundizarse la
igualdad en su sentido material.

Como se menciono anteriormente, el principio de igualdad no se puede quedar la


identificación de normas para todos los ciudadanos, si no que debe tener en cuenta las
circunstancias especiales de los diferentes grupos de una sociedad. Para el caso de las
mujeres, que como ya se dijo han sido tratadas en varias ocasiones como un grupo
discriminado históricamente, lo cual establece para el estado el mandato de intervenir para
lograr su protección, es necesario implementar aún nuevas medidas para llegar a la igualdad
real. En el conversatorio se plantearon diversas propuestas al respecto, sobre todo se habló
de la dificultad de conciliar el papel de la mujer en la familia con las exigencias de la
carrera militar. Esto tiene gran relación con la tesis que se ha acogido a lo largo del texto, y
es la utilidad del principio de igualdad a la hora de permitir a la mujer la participación en
las fuerzas armadas, pero conversando la institución familiar y el rol de la mujer en
sociedad, que hacen parte de la esencia de una sociedad. Si esto se logra, se va lograr pasar
de la igualdad jurídica a la igualdad en la practica. Es decir, que aunque teóricamente ya
hay igualdad en el ingreso, debido a los roles de la mujer, que hace parte de la esencia la
sociedad (sobre todo en la sociedad colombiana), aun hay impedimentos en la realidad para
que las mujeres se desempeñen en igualdad y libertad en su carrera militar, y para esto hay
que tomar medidas especificas para acoplar este rol de la mujer con el desarrollo de una
vida militar. Como bien lo expreso la magistrada Elizabeth Rocha, la institución castrense,
implica arduas exigencias, entrega y dedicación: movilidad geográfica, separación
constante de la familia, inestabilidad de horarios, posibles domicilio en el extranjero, y aún
el riesgo de ser herido o muerto. Para esto, la Dra. Rocha propuso algunas soluciones como,
horarios especializados para las mujeres casadas, siempre que el rendimiento no se vea
afectado, trabajo temporal o parcial mientras los hijos sean pequeños, y el traslado en
conjunto de cónyuges, cuando los dos pertenezcan a las fuerzas armadas. Más allá la
afectación de la familia, hay otros ámbitos en los que se puede implementar medidas
especializadas para las mujeres como ejercicios adaptados a las capacidades físicas y
anatómicas, o la modificación del equipo de combate para dar prevalencia al acceso
femenino en las operaciones. Aun no hay una reglamentación especial al respecto que
establezca normas especializadas para mujeres, pero aquí es donde el principio de igualdad
para las autoridades administrativas puede tomar mayor relevancia, ya que estas, al aplicar
e interpretar las normas, por ejemplo a la hora de determinar ascensos, nombramientos y
demás, pueden tener en cuenta estas propuestas para obtener una igualdad material, y
cumplir con el inciso segundo del articulo 3 del CPACA. No obstante, no se puede dejar de
lado que estas propuestas pueden llevar a ciertas controversias. Antes que nada hay que
advertir que esta visión de la utilidad de principio de igualdad se hace desde un visión
conversadora, corporativa e histórica, que tiene muy en cuenta los roles en la sociedad. Se
parte de la idea de que se debe proteger la institución de la familia, en su forma tradicional,
lo cual también es un principio constitucional (artículo 5 de la constitución política), y el rol
que la mujer ha desempeñado históricamente, sin que esto afecte su desarrollo individual y
su dignidad humana. Sin embargo, la familia ha tenido una gran evolución en últimos años,
ya se habla de padres de familia, los cuales están al cuidado de los hijos, e incluso de
parejas del mismo sexo. Por ende, hablar de una igualdad especial para las mujeres con
base en su papel para la familia puede quedarse corto para algunos. Por otro lado, como ya
se había mencionado, no se puede caer en el error de llegar a una protección excesiva que
termine en desigualdad antes que en igualdad. Como lo dijo la General Leguizamón en el
conversatorio, la integración de las mujeres en la fuerzas armadas debe apoyarse pero con
base en la correlatividad, es decir, teniendo en consideración los deberes de las mujeres
frente a los derechos que se les pueda otorgar. Si se va a conceder el derecho de llegar a los
más altos escalafones de las intuiciones militares, la mujeres tiene que responder con la
debida educación, ética, liderazgo y eficiencia. Debe haber un equilibrio, y aquí es donde
debe entrar el principio desigualdad como herramienta de ponderación parad determinar en
que casos se debe hacer una aplicación diferenciada y privilegiada de la normas y cuando
se debe hacer una aplicación de estricta igualdad.

A partir de este análisis del principio de igualdad en relación con las mujeres en las fueras
armadas, se puede concluir que aunque se ha cumplir con el principio general del inciso
primero del articulo 13 constitucional, todavía hay una gran camino para materializar este
principio en la realidad. No obstante, debido a la constante evolución de la sociedad, se
considera viable que esta aplicación del principio de igualdad se haga sobre todo por medo
de la aplicación del principio en el ámbito administrativo, en el momento de tomar de
decisiones e interpretar las normas por parte de las autoridades, para así evitar la expedición
de normas que generen controversias con al realidad, de ahí la importancia de la
consagración especifica de este principio como mandato para la función administrativa. En
particular, en este ensayo se propone la utilización de este principio como una forma de
conservar el rol de mujer y de la familia, de una manera que permita la realización de esta
en la esfera militar, sin embargo, esto lo determinara el curso de la sociedad.

Das könnte Ihnen auch gefallen