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PROFETA AMÓS, EXTRAYENDO LECCIONES PARA LA IGLESIA DE HOY

FREDY MAURICIO GALARZA GUTIERREZ

TRABAJO PRESENTADO COMO


REQUISITO A LA ASIGNATURA
PROFETAS I

PASTOR:
COSME DAMIAN VIVAS

AVIVAMIENTO FAITH COLLEGE

12 DE MARZO DEL 2020


El contexto del libro que tomaremos es del profeta Amós, un campesino al cual
Dios capacitó para predicar y anunciar un mensaje de condenación al pueblo de Dios (en
especial al reino del norte Amós 1.1), Amós fue un hombre de Dios quien le sirvió,
obedeció en todo y en cada visión que tuvo, Amós era laico (Tyndale RVR 1960), él
pastoreaba un rebaño y cuidaba las higueras silvestres en la campiña de Judá, una humilde
persona a la cual Dios usó para condenar los pecados de Israel, a quien al pueblo le da igual
no escuchar su mensaje, este libro de Amós es un mensaje que ha tenido un impacto en el
pueblo de Dios. Las naciones de la actualidad necesitan escuchar y también a las iglesias de
hoy en día, a pesar de que Amós vivió entre la frontera de Israel y de Judá, pero fue un
profeta a quien Dios envía a que hablase a Israel, recordemos que el reino estaba dividido
en dos, y en el reino del norte estaba siendo gobernado por Jeroboam II, él era un rey
exitoso, líder militar, ganando así muchas batallas y nuevos territorios para Israel, pero a
los ojos de los profetas él era uno de los peores reyes (1 Reyes 12), su riqueza le permitió la
idolatría y adorar los dioses de Canaán lo que lo condujo a la injusticia, a ignorar a los
pobres y a la corrupción total, parecido a nuestros gobernantes de hoy, no han
cambiado nada a nuestros días, así que cabe resaltar que el mensaje de Amós además de
que usa sermones directos y poéticos y de sus visiones que fueron decretos divinos para
anunciar su próxima destrucción al reino del norte, este mensaje hoy debe ser escuchado,
para clamar por aquellos que no pueden hablar, Amós juzga a los gobernantes que se
preocupan por lo suyo y sus riquezas en lugar de ayudar al necesitado y menesteroso, todo
el pueblo era optimista, los negocios estaban en su esplendor, el pueblo estaba muy “feliz”
aparentemente, con todo el lujo y las comodidades llegó a la autosuficiencia, y un falso
sometimiento de seguridad, sin embargo la prosperidad que ellos profesaban solo llegó a
ser total falsedad, pues esto trajo corrupción y destrucción entre ellos mismos. El rico y el
poderoso pueblo de Samaria que era la capital de Israel, se volvió próspero, ambicioso e
injusto. La esclavitud ilegal e inmoral llegó como resultado de los excesivos impuestos y de
la apropiación de las tierras. Además, había crueldad e indiferencia hacía los pobres. Dios
se cansa de las injusticias y de la codicia, a pesar de que mucha gente abandonó la fe
verdadera de Dios, seguían fingiendo ser religiosa. Llevaban a cabo rituales religiosos, en
lugar de tener practicas obedientes y sinceras a Dios.
Para hablar a nuestros días debemos saber que Dios ha llamado a hombres de Dios
para traer un Avivamiento y una transformación no solamente espiritual, sino social y en
todas las esferas, pero dentro de la iglesia se tocaron varios puntos y que deben hablarse en
este escrito, tiene que ver con la comodidad y el dinero dejamos de hacer lo que nos
corresponde, vivimos en una iglesia cómoda donde no está dispuesta a salir de su zona de
confort, sino que busca su propio beneficio, porque llegarán a la autosuficiencia y en su
propio egoísmo y dejarán de preocuparse por el prójimo y ayudar al necesito por enfocarse
en sí mismos y no a su alrededor, como creyentes dentro de la iglesia y por fuera debemos
ayudar al necesitado y dejar de ver nuestro propio enfoque y es tiempo de levantar la
mirada y preocuparnos por el prójimo por el que está más cerca de nosotros tomando el
pasaje de Amós 2.6, no siendo injustos con los demás sino por el contrario siendo como na
iglesia unida y no dividida.

Por otro lado, muchos en la iglesia de hoy profesan que por hacer buenas obras
creen que serán salvados y/o justificados por sus obras o que simplemente hacer cosas
como ir al culto o realizar ofrendas, diezmos alcanzarán la salvación y así no funciona, son
cosas que se deben hacer y son fundamentales en el culto, pero las buenas obras en nuestra
vida no nos justician delante de Dios, todo lo contrario, las buenas obras que se producen
en nosotros simplemente son el resultado de la justificación de Cristo por medio de su
sangre,(Gálatas 5.4), el pueblo de Israel creía que con solo ir al templo y hacer sacrificios
tener una vida que les aseguraba todo no es una vida espiritual o consagrada a Dios sino es
absolutamente erróneo, pues Dios espera que le adoremos y le sirvamos por otro lado hay
algo que también hay que destacar y es que si se hiciera un llamado a la iglesia de quienes
por convicción saben que son nacidos de nuevo (Jn 3.3) pocos levantarían su mano o
quizás sí, pues la iglesia de hoy deben tener una profunda convicción de conocer a
profundidad que significa ser una persona nacida de nuevo en el espíritu, como lo dice
Jesús en el evangelio de Juan, esto debe ser puesto a nuestros días a la iglesia de hoy se
debe de hablar de ese nuevo nacimiento y que para llegar a él tan solo es por su gracia, pero
una cosa es permanecer en ello y vivir una vida consagrada a él, no realizando rituales a
nuestro beneficio, sino siendo creyentes que tienen un vida conforme le agrada a Dios.
Por último, la iglesia de hoy debe ser una de las escrituras y que deben apreciarla
cuando el predicador la esté enseñando, pues en el tiempo de Amós la gente no desea oír la
palabra de Dios debido a la apatía, pero nosotros que tenemos el mensaje no podemos dejar
de congregarnos, pero desafortunadamente hay muchos que todavía siguen buscando
respuestas de los problemas de la vida en otras partes y no en las escrituras que al escuchar
el mensaje y la predicación debemos atender a la voz de Dios y no menospreciar lo que
Dios nos habla, no podemos ser indiferentes en conocer la verdadera y quedarnos con ella,
debemos proclamarla y traer esperanza en su mensaje. (Amós 8.11).

Bibliografía

 Tyndale House publishers RVR 1960, diario vivir biblia de estudio, comentarios del
libro del Profeta Amós.
 Oseas y Amós, Gary G. Cohen y H. Ronald Vandermey, Chicago, 1998 Editorial
Porta Voz

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