Universidad de Valparaíso

Facultad de humanidades
Pedagogía en filosofía
Catedra: filosofía de la educación
Constanza Núñez Fernández

Exposición

Sobre la sociedad de la transparencia

Capítulo 1

En este capítulo se habla de un paradigma que Chul Han llama: “la sociedad de la
transparencia”. La sociedad de la transparencia, es un nuevo paradigma social. El cual
implica un control absoluto de la vida en sí misma. Las personas ya no son valor en sí.
Debido a que, se debe ser parte de la exposición. La sociedad de la transparencia, es una
sociedad que debe estar constantemente a la vista, confesándose, exponiéndose. De lo
contrario no se es parte de ella. Comenzando por una sociedad en un crecimiento
tecnológico sin pausas, que avanza cada vez más rápido. Si no se entra en ella, se queda
fuera y se desaparece. Debemos exhibir nuestra vida constantemente a través de las redes
de la información, si es que no se quiere desaparecer. La vida en la internet y en las redes
sociales es parte de lo cotidiano de esta sociedad. Una sociedad de la transparencia, es
donde no existe la negatividad. Los hombres y mujeres viven en un estado de estrés y
depresión por no ser capaces de decir no al ritmo el que se mueve la sociedad. Se es
transparente cuando uno se inserta y forma parte de la red de la confesión y de la
exposición. Como por ejemplo, cuando se es parte de las redes sociales de Instagram y
constantemente exponemos todos los ámbitos de la vida privada. La vida pierde su carácter
“auratico” y profundo. Pues todo lo que antes se escondía ahora es mostrado. La
transparencia se apodera de todos los sucesos de la vida. En esta sociedad el dinero lo es
todo. Las personas pelean por la mercancía, en los supermercados se ve la violencia de los
guardias que cuidan la mercancía y violentan a los ladrones que tratan de usurparla. La vida
en la transparencia carece de contingencia y de espontaneidad. La vida se organiza en un
ritmo donde no se puede uno quedar fuera, en la sociedad positiva de la transparencia se
debe ser capaz de poder todo. Del estudio se pasa al trabajo y del trabajo al estudio. El ser
humano interioriza la transparencia y su conciencia lo domina. Por tanto, este vive
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sintiéndose culpable de no poder rendir en todos los ámbitos de la sociedad. Se tiene que
ser bueno en todo, no se puede decir no.

Y ya que la sociedad de la transparencia quiere acelerar todo, a través del lenguaje es más
fácil olvidarse de las distinciones de las cosas y enmarcar o dar referentes a las cosas.
Limitándolas dentro de clasificaciones. Por lo tanto, los cuerpos están marcados y
atravesados por categorías del lenguaje. Desde el género, la raza, el estatus
socioeconómico, etc. El cuerpo es un punto donde interviene el poder. En la obra
de Foucault se distingue entre un tipo de control de los cuerpos en el que este es castigado
de forma punitiva y directa. En este régimen el castigo era un castigo físico que se ejercía
sobre el cuerpo de la persona juzgada moralmente bajo de las categorías también
arbitrariamente creadas de “bueno”, “malo”, “correcto” e “incorrecto”. Luego la segunda
forma de castigo a grandes rasgos tiene que ver con el encierro y un control permanente de
la vida de los individuos y de las individuas a través de la vigilancia de las instituciones
sociales, este poder ya no es negativo y no produce dolor corporal, sino que se apodera de
la vida y la conciencia de los individuos a los cuales los educa.  El cuerpo en este sentido es
un objeto de poder. El cual, es atravesado por diversas normas que lo rigen y lo tipifican.
Ya no se toca el cuerpo, sino que se transforma el individuo a través de sus deseos, de sus
conocimientos, de sus inclinaciones. A través de la publicidad se busca que este desee
consumir ciertas cosas, a través de la organización de las materias se busca
insertar simbólicamente unos saberes en vez de otros, los intereses, las inclinaciones de las
personas, son controladas. En la sociedad de la transparencia el “yo” a interiorizado en la
psiquis las normas morales y las reglas y es de esta que surge una “mala conciencia”. 

La transparencia es un estado moderno en la sociedad de constante exposición. Como dije

anteriormente, las cosas pierden ese carácter “auratico” y se hacen transparentes en tanto se
suman al torrente de la comunicación. Las cosas y las personas son sometidas
constantemente al ser vistas a la confesión, al tener que mostrar todo y decirlo todo. Las
cosas pierden profundidad en la sociedad de la transparencia, ya que nada permanece oculto
o en secreto. El “aura” del que hablo Walter Benjamín en su obra la obra de arte en la época
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de la reproductibilidad técnica. Es perdido, ya que al ser todo mostrado se pierde el enigma.

La dramaturgia, el enigma que poseían las obras las cuales encontraban escondidas en las
cavernas y solo unos pocos podían acceder, en la nueva era positiva todo es expuesto y
visto contantemente. Se podría decir que pierde su valor, ya nada es profundo.

El dinero se dice en el libro, hace que todas las cosas puedan ser iguales y puedan ser
comparadas analógicamente. Hoy en día todo y absolutamente todo tiene un precio. Las
fotos se venden, los animales se convierten en mascotas que se adquieren en las tiendas por
un precio, las personas también tienen un precio, todo es envuelto en la dimensión de lo
económico. La sociedad de la trasparencia acelera el proceso de todo debido a que todo lo
diverso lo convierte en un igual, las cosas son limitadas dentro de las categorías con las que
se les nombra y se les limita. Nietzsche, hablo sobre este método de aceleración a través del
lenguaje, en sobre verdad y mentira en sentido extramoral. En donde se cuestiona si
realmente el hombre es certero en las designaciones que da a las cosas, se pregunta si el
lenguaje logra articular la realidad. responde que los conceptos se forman “igualando lo no-
igual”, se llama árbol y se designa a un conjunto de entes diferentes olvidando y dejando de
lado sus diferencias individuales y sus características distintivas. Por tanto, en la sociedad
transparente se omite toda individualidad distintiva y se vuelve a todas las cosas uniformes.
Nietzsche decía que el estado de naturaleza no conoce de categorías, ni de nombres, ni de
formas, ni de cuantificación. Todas estas cosas no son más que “mentiras de los humanos”.
La transparencia dice Chul Han, nivela al hombre hasta convertirlo en un elemento
funcional de un sistema. Luego, nos dice que ni siquiera el hombre es sincero para sí
mismo, según Freud el yo se constituye en tanto niega los deseos e impulsos de el
inconsciente y por lo tanto el yo es un “otro” que padece en la “transparencia”. El ello y sus
pulsiones permanecen ocultas ser aceptado socialmente. El “yo “interioriza la ley y las
normas de la sociedad transparente y con ello sus categorías. En consecuencia, ya no es la
sociedad la que lo reprime, si no que el mismo lo hace.