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Como aparece en los distintos capítulos de este libro, bajo el concepto de problemas
sociales se incluye una amplia diversidad de realidades sociales y diferentes formas
de abordar metodológicamente el estudio de ese ámbito sociológico. A continuación,
se intenta reflexionar sobre las cuestiones metodológicas más relevantes implicadas
en su análisis. Para ello se plantean tres temas. El primero afecta primordialmente al
enfoque construccionista se pregunta cómo una realidad social se convierte en pro
blema. El segundo trata de abordar cómo se conoce la realidad social definida como
problema. Finalmente, nos ocuparemos de la utilidad del análisis sociológico en la
solución de los problemas sociales.
Estudiar los problemas sociales implica una primera pregunta sobre cómo se origi
nan y/o construyen. Para analizar cómo un hecho social llega a considerarse un pro -
blema, ha de estudiarse tanto el proceso de su formación como la evolución de su
importancia. En consecuencia, al considerarlos problemas sociales como una cate
goría de fenómenos que no ha sido definida por el investigador, sino por los actores
protagonistas y afectados, la primera cuestión que hay que plantear es cómo una de
terminada realidad social se convierte en problema.
Hay diversos modos de enfrentarse al paso de un hecho social a un problema
social. En el segundo capítulo de esta obra y en otros lugares, Best feo 15) y Loseke
(20o3,2015) han abordado el enfoque construccionista, pero hay otros enfoques po
sibles (y complementarios). Desde la teoría sistémica, una propuesta interesante es
la metodología de los sistemas blandos (Gheckland, 1993). Lo que hace este autor es
partir de que la aplicación de la teoría de sistemas a los sistemas sociales tiene limi
taciones, dado que enlas situaciones sociales nos encontramos con problemas no es
tructurados, que además modifican su percepción con el paso del tiempo. Desde esta
óptica, los problemas sociales se entienden como desajustes de percepciones entre lo
que es y lo que debería ser.
Desde una perspectiva inicialmente muy diferente, las metodologías comuni
tarias que apuestan por la deliberación —véase Ganuza, Francés, Lafuente y Garrido
(30x3), por ejemplo—, en la línea de la investigación acción paiticipativa, la defini
ción del problema es también una cuestión central. El punto de partida es similar:
las situaciones sociales son complejas y dinámicas, y no hay soluciones totales a los
problemas sociales. La definición interactiva (deliberativa) del problema es una de
las cuestiones clave, y su orientación hacia la acción desde el debate de estrategias,
actores y alternativas es parte esencial del modo de tratar los problemas.
En estos enfoques se cuenta con los actores en el proceso de la definición del
problema de un modo inmediato (en una empresa, en un barrio), pero el análisis de
problemas sociales como tales implica el reto de poder hacer análisis (incluyendo la
definición de lo que se considera problema) desde un enfoque más global. Hay que
contar, pues, de modo entrelazado con tres áreas de estudio que resultan útiles a la
hora de abordarla definición de un hecho social como problema: la opinión pública,
la agenda mediática y la agenda política.
Lo que interesa destacar sobre la opinión pública es que hay realidades socia
les que se perciben como problemas ("fase del problema” como primer momento de
creación del público para Fo ote y Hart, 1953) sóbrelos que no hay un acuerdo ni en su
importancia, ni en su contenido concreto, ni enlas propuestas de solución. Los estu
dios de opinión pública en la actualidad se centran en sondeos de opinión como suma
de opiniones individuales estadísticamente representativas, frente al sentido discur
sivo y colectivo en que inciden otros clásicos de los estudios de opiniónpública, como
Blumer (1983) o Park (como se citó en Berganza, 3000), que recogen las opiniones
agregadas de la ciudadanía o de los potenciales votantes para comparar analíticamen
te las opiniones en función de variables independientes diversas. Además, los estu
dios de opinión pública permiten analizarla importancia percibida de determinadas
realidades como problemas sociales y su evolución temporal.
La selección de temas considerados dignos de atención tiene una enorme rele
vancia, ya que estructuran la atención. Para Luhmann (3000), los actores claves
en este proceso son los medios de comunicación, que crean una "agenda mediática” (en
términos de McCombsy Shaw, 1973), prestando atención a algunos temas e ignorando
otros. El mundo social es demasiado grande, demasiado complejo y demasiado fugaz
para conocerlo directamente (Lippmann, 1965), tenemos un tiempo y una capacidad
de atención limitados y los medios hacen esa selección. Los estudios de contenido de
Los medios han desarrollado toda una metodología de análisis, que va desde análisis
cuantitativos de muéstreos de noticias —por ejemplo, Vives-Gases, Ruiz, ÁLvarez-
Ipardet y Martín (2-005) s°fcre violencia de género— a la aplicación de tests de corte
psicológico sobre la percepción de programas audiovisuales —por ejemplo, Sánchez
Castillo (3013) entorno a los valores déla serie Cuéntame—.Además, en diversos es-
tudios realizados desde el artículo germinal de McCombs y Shaw (1973) se ha consta
tado la relación entre la agenda mediática y la agenda publica en temas considerados
relevantes. Lo que los medios presentan como problemático de forma sistemática es
muy probable que acabe considerándose un problema (aunque no necesariamente en
lós términos en los que es presentado).
Una tercera área con posibilidad de definir una situación como un problema son
los actores políticos. Esto nos sitúa en el área de estudios sobre la agenda política,
es decir, aquellos problemas públicos que son considerados prioritarios y objeto de
análisis y toma de decisiones por parte de quienes detentan el poder político (aun
que no siempre lleguen a generar una política publica). Hay diversos modelos para
explicar por qué algunos temas entran en la agenda política y otros no1. En cualquier
caso, la agenda política implícala definición de determinados hechos sociales como
problemas sociales sóbrelos que se tiene la competenciay la voluntad de intervenir,
y la mayoría de los estudios analizan cómo un tema determinado es incluido o no en
la agenda política.
La relación entre los problemas definidos por la opinión pública, la agenda me
diática y la agenda política es estrecha y multidireccional, pero no rígida. La relación
entre los medios y los políticos ha sido muy analizada (Dader, 1990), y la influencia
de los medios en la opinión pública también goza de una amplia variedad de teorías y
estudios empíricos, como hemos señalado. Pero no todos los problemas percibidos
por los ciudadanos pasan a la agenda política, ni las prioridades de los gobiernos son
percibidas como tales por la opinión pública en todos los casos. Lo que sí es claro es
que los tres definen una serie de hechos sociales como problemas sociales y este pro
ceso ha sido y está siendo estudiado y tiene sus propios retos metodológicos.
Para los investigadores sociales hay dos posiciones posibles a la hora de iniciar
el análisis de un problema social. Por un lado, se encuentra la posición reactiva, que
asume los problemas sociales'como establecidos, analizando los hechos sociales
que constituyen el problema. El protagonismo suelen tenerlo los problemas defini
dos por la agenda política, que demandan estudios específicos para orientar la toma
de decisiones. Pero también los problemas definidos desde la opinión pública supo
nen un foco de atención para los investigadores y para potenciales financiadores de
estas investigaciones. Por otro lado, hay investigadores expertos en un ámbito de
terminado que adoptan una postura proactiva, anticipando una problemática social
desde un conocimiento sistemático de la realidad, partiendo de la realidad de que los
hechos definidos como problemas sociales son cambiantes, y analizan los problemas
sociales, aunque no estén presentes ni sean relevantes como tales en la opinión pú
blica o en la agenda política, asumiendo que en algún momento llegarán a ser consi
derados problemáticos por ciudadanos o políticos.
ESTRATEGIAS DE INVESTIGACIÓN
El procedimiento más inmediato parala diagnosis de los problemas sociales pasa por
recurrir a los estudios emprendidos por instituciones publicas o privadas, académi
cos e investigadores, o los agentes interesados (o desinteresados) en su solución.
En el estudio de problemas sociales es común emplear estadísticas oficiales para
obtener un conjunto (o sistema) de indicadores sociales, que en muchas ocasiones
son utilizados como instrumentos para la detección de las fortalezas y debilidades de
los colectivos de los que pretenden ser expresión: regiones mundiales, países, esta
dos, naciones, divisiones administrativas o municipios.
La principal ventaja de este tipo de materiales parala detección y evaluación de
los problemas sociales reside en el mínimo esfuerzo que se requiere para la reco-
lección de los datos. Además, se trata de una herramienta casi ineludible cuando si
quieren estudiar hechos y realidades delpasado. Finalmente, con todas las cautelas
precauciones posibles, son un buen procedimiento para poder hacer comparaciones
entre muy diversos lugares. En los diseños comparativos es casi ineludible el empleo
de estadísticas al estilo que inaugurara E. Durkheim en su estudio sobre el suicidio.
Ahora bien, además del empleo de datos secundarios, un buen análisis de los
problemas sociales también deberá incluir, de modo amplio, el uso de cualquier in-
vestigación previamente realizada. Bien es cierto que, al estar analizados por otra
personas o instituciones, esos datos pueden introducir ciertos sesgos? pero no ha
duda de que el primer paso que ha de realizarse antes de emprender una investiga-
ción es revisar lo que ya se ha hecho anteriormente, entre lo que habría que consi-
derar entre otros materiales: a) la literatura académica en revistas de prestigio; b) la
monografías publicadas en editoriales profesionales; c) los informes de instituciones
independientes que se dediquen a realizar estudios y d) las publicaciones de organis
mos oficiales.
De modo más complejo que en las entrevistas a individuos, se puede recoger no solo
la opinión, sino también el discurso de los distintos grupos sociales implicados en el
marco de los problemas sociales. Mediante las técnicas grapales puede obtenerse in
formación o debate sobre un tema bajo la dirección o control de un moderador. Si el
propósito se centra en la obtención de información u opiniones, la estrategia grupal
puede encuadrarse en los llamados "grupos focalizados” (Morgan, 1988), mientras
que si está más orientada al debate y a la expresión de ideas, estaríamos ante los de
nominados "grupos de discusión” (Ibáñez, 1979).
En la medida en que afloran en su dinámica discursos e imaginarios colectivos
que diñcilmente se plasman en cuestionarios o entrevistas, los grupos proporcionan
una información muy valiosa para el estudio de los problemas sociales, pues al propi
ciar el debate éntrelas personas que participan en ellos, los consensos y los conflictos
sociales emergen de modo más fluido que en las técnicas donde la información se
obtiene individualmente.
DISEÑOS DE INVESTIGACIÓN
La investigación acción-participativa
Como planteábamos más arriba, considerar nn hecho social como problema nos en
frenta al reto de su solución. Las soluciones tienen frecuentemente forma de progra
mas sociales y políticas públicas (Rossi, Freeman y Lipsey, 2004,). La evaluación de
estos programas es así parte de la metodología de análisis de los problemas sociales.
Aunque hay muchos tipos/categorías/nombres de evaluación, podemos resumirlos
entres (AguilaryAnder-Egg, 1993): diseño, proceso y resultados o efectos.
La evaluación del dis eño (ex ante) tiene como obj etivo analizar el diseño del pro -
grama, su racionalidad y coherencia. El análisis trata de verificar la bondad del diag
nóstico realizado (evaluación de necesidades), la existencia de objetivos claramente
definidos y medibles y su correspondencia con los problemas, y examinar la lógica
del modelo de intervención diseñado tanto de forma intema como en relación con
otras políticas y programas (Osunay Márquez, 2000:18).
La identificación de los problemas (y su definíción/construcción) es la cuestión
clave, así como si hay consenso social sobre su importancia (evaluación de la relevan
cia). Existe un análisis de causas y efectos y, en paralelo, de medios y fines; es decir,
un análisis de los problemas sociales, de sus causas, y, como investigación aplicada,
de los aspectos en los que es posible intervenir y las herramientas que se consideran
más adecuadas, comprobando silos objetivos responden a esta conceptualizacióny si
son alcanzables y medibles (evaluación de la pertinencia). Al hilo especialmente de
la cooperación internacional se ha desarrollado una estrategia de planificación para
la realización de proyectos por objetivos que es conocida como enfoque del marco
lógico (PCI, 1979).
La evaluación de proceso aporta información sobre el conjunto de actuaciones y
actividades de un programa en su funcionamiento real, examinando la propia inter
vención con sus fortalezas y limitaciones. Incluye el estudio déla organización encar
gada de gestionar elprogramay de sus procedimientos y criterios de funcionamiento
interno, el análisis del personal en términos de actitud y formación, así como la do
tación de recursos.
Por último, la evaluación de resultados (expost) trata de conocer hasta qué pun
to la política o programa aplicado está consiguiendo los objetivos establecidos o está
alcanzando los parámetros o criterios de valores definidos (evaluación de eficacia), y
a qué coste se consiguen, en términos de tiempo, recursos humanos, recursos mate
riales y monetarios (evaluación de la eficiencia).
Pretende determinar y cuantificar los cambios que se han producido en la po
blación objetivo, midiendo sus características antes, durante y después de la inter
vención. Una vez cuantificada la magnitud del cambio hay que deslindar en qué me
dida este se debe al programa llevado a cabo y no a otros factores, azarosos o no. Es el
aspecto más problemático de la evaluación.
Metodológicamente, los retos de la evaluación se centran en la identificación de
variables, la construcción de indicadores y, sobre todo, en la validez interna (Alvira,
199i)- Que a la conclusión de un programa se observen modificaciones en el proble
ma sobre el que se quiere intervenir no siempre significa que sea efecto del programa.
Puede deberse aúna relación espuria (una tercera variable que influye tanto en la causa
como en el efecto), o una relación interactiva (donde la dirección de la causalidad no
está clara). Y al contrario: que no se observen efectos puede deberse a una tercera varia
ble que anule el efecto del programa (por ejemplo, una crisis general sobreun programa
de mejora de la empleábilidad). Este problema de las relaciones causales es común con
cualquier análisis de problemas socialesy sus potenciales causas.
Una última reflexión metodológica antes apuntada en la que detenerse es el estudio del
impacto que tiene la investigación social en la realidad. Todo análisis de un problema
social, al definirlo como tal, aspira a una modificación de la realidad problemática. La
relevancia de los análisis de problemas sociales, desde la perspectiva de los investigado
res, se debate entre la relevancia de la cientificidad (perspectiva académica) y el efecto
deseado del análisis (en términos sociales y políticos).
De un lado, quienes se ocupan del análisis de los problemas sociales, sobre
todo si lo hacen desde el ámbito académico, aspiran a que sus investigaciones y pu
blicaciones sean valoradas en términos de relevancia académica, como cualquier
otro objeto de investigación (índices de impacto, presencia en congresos, formación
de posgrado...). Por otro, al analizar problemas sociales se quiere plantear una me
jor comprensión, desde su análisis, de una realidad problemática para su potencial
transformación. Es decir, se buscan unos efectos sociales y políticos del análisis, una
contribución a la solución o mejora del problema estudiado. El problema estriba en
que estos dos tipos de relevancia no siempre avanzan juntos: el anáfisis de un pro
blema social concreto que puede tener un impacto relevante en la realidad social y
política estudiada no siempre (por no decir rara vez) tiene una relevancia académica
equivalente. Y viceversa, un anáfisis de un problema social con un alto impacto aca
démico puede tener muy escasa relevancia en términos sociales y políticos.
Nos interesa detenemos brevemente en la cuestión del impacto social y político
de los anáfisis de los problemas sociales (el impacto académico está, con sus debates,
mucho más claro), en concreto en la relevancia de tal impacto en términos de inter
vención social desde las administraciones y servicios públicos. No es fácil valorar el
impacto de los análisis sociales en la intervención social, pero, metodológicamen
te, al menos se pueden considerar dos tipos de impacto: uno instrumental, cuando
los análisis se ven reflejados en decisiones específicas, y otro conceptual, cuando los
anáfisis afectan a la comprensión del problema por parte de los decisores.
Un anáfisis de un problema social tiene un efecto instrumental cuando los re
sultados del mismo son incorporados directamente (aunque no siempre en todas sus
dimensiones) a las decisiones sobre el diseño, ejecución o sistema de evaluación de
una intervención social concreta. Esto es más frecuente cuando el análisis del problema
parte de la demanda de quien tiene la responsabilidad, la voluntad o el poder de actuar
para solucionar o atenuar el problema. El impacto conceptual es menos evidente y no se
asocia tan directamente a la demanda (y financiación) por parte de quienes toman las
decisiones. Este impacto consistiría en que la forma de definir un problema social por
parte de un analista sea considerada como apropiadayútily, en este sentido, sea utilizada
como la forma de comprender esa realidad social por parte de quien tiene la posibilidad
de influir en ella. Las formas de lograr este impacto son diversas. En algún caso median
te contacto directo con los expertos, a través de comisiones parlamentarias, grupos de
trabajo, u otras formas. Muy raramente a través de las propias publicaciones académicas
filtradas por los think tanks de partido. Otra de esas formas convierte a los analistas so
ciales en elemento significativo de la opinión publica, tanto en lo relativo a la relevancia
del problema (su inclusión en la agenda) como en la toma en consideración de su forma
de construir el problema en el debate publico (no hay que olvidar que opinión pública
siempre hace referencia a un debate, no hablamos de opinión pública para referimos a
cuestiones sobre las que existe un consenso). En este sentido, los sujetos investigadores
pasarían a formar parte de su obj eto de estudio (como coprotagonistas de la construcción
social del problema).
En resumen, el análisis de problemas sociales no solo aspira a ser útil en tér
minos de un mejor conocimiento del funcionamiento social en general con su corres
pondiente reconocimiento académico, sino que su propio objeto de estudio también le
impulsa a intentar ser útil en términos sociales y políticos, aportando algo ala solución o
atenuación del problema social estudiado. Esta utilidad puede, enalgunos casos, ser ins
trumental, directa, sobre todo si es contratado a tal efecto. Pero tambiénpuede aparecer
de forma conceptual, contribuyendo a una mejor comprensión del problema por parte
de la sociedad y, sobretodo, por parte de quienes pueden tomar las decisiones.