0 Bewertungen0% fanden dieses Dokument nützlich (0 Abstimmungen)
143 Ansichten3 Seiten
Anales de la Universidad de Chile, 1876
Philippi, R. (1876). Historia Natural. El sándalo de la isla de Juan Fernandez. Anales de la Universidad de Chile, , Pág. 259-261.
Originaltitel
El sándalo de la isla de Juan Fernández. Rodulfo Phillipi (1876)
Anales de la Universidad de Chile, 1876
Philippi, R. (1876). Historia Natural. El sándalo de la isla de Juan Fernandez. Anales de la Universidad de Chile, , Pág. 259-261.
Anales de la Universidad de Chile, 1876
Philippi, R. (1876). Historia Natural. El sándalo de la isla de Juan Fernandez. Anales de la Universidad de Chile, , Pág. 259-261.
ANALTS DE LA UNIVERSIDAD.—MARz0 DE 1876 259
guna de nuestras ilustraciones juridicas, ya que nosotros no he-
mos podido hacer otra cosa que sefialarla al estudio de los que
pueden resolverla,
T aqui debemos formular tambien otro deseo que es comun a
ute por él progreso i bienestar
de la Republica. Este deseo es que se preste una atencion prefe-
rente al estudio de la lejislacion financiera.
todos los que s¢ interesan si
Santiago, marzo 31 de 1876.
La Comision examinadora acordé publicar la presente memoria
en los ANALES DELA Usiversipap.—Ocampo.—Palma.—Cerda.
—Solis.—Tocornal.
eo
HISTORIA NATURAL.—Elsdndalo dela isla de Juan Fer-
nandez, por el doctor R. A. Philippi.
En la boténica chilena de Gay hallamos (vol. V, p.326) la des
cripcion del Santalum alvum L., ien seguida: “se ria. en varias
partes de Asia i en muchas islas de la Oceania. En otro tiempo
era mui comun en Ja isla de Juan Fernandez; pero perecieron todos
en un mismo aiio, i hoi no se encuentran sino troncos muertos.”
En cuanto yo sepa, no se halla en ninguna isla dela Oceansa et
Santalum album, i seria un hecho mui curioso, que este drbol de Ia
India oriental se hallase igualmente en la isla de Juan Fernandez
separada de la India por una distancia tan inmeusa, sin encon-
trarse en ninguna de las islas intermediarias. Pero olvido que
vérias personas no encontraria ninguna dificultad para esplicar
este hecho, si hecho fuera: no les cuesta nada suponer un con-
tinente inmenso, que en otro tiempo se estendia desde la India
hasta la América, por el cual mui bien podia emigrar el sdndalo
blanco, que, después de haber hecho‘esie servicio, se sumerjié en
el Océano, dejando solo salir del seno de Jas olas los picos mas
elevados de sus cordilleras, los que, {cosa singular! eran sin escep=
cion volcanes, i no supieron conservar ninguno de -ios animales
que tan vasto continente poblarian.
Pero, dejando a un lado esta cuestion, me sera licito preguntar:
ede donde supo el botdnico que trabajé esta parte de la obra de
Gay, que el sindalo de Juan Fernandez, del_cual evidentemente260, MEMURIAS CIENT{TICAS I LITERARIAS,
no ha visto mas que trozos del tronco.i ni hojas, ni flores, ni fru-
tos, era el Santaluin album, ino mas bien S. freycinetianum o
S.elliptiam de Gaudichaud, que ambos crecen en las islas de
Sandwich? o el S. Cunaiaghami de la nueva Zelanda? o el S.
insulare Bertero, que se cria en Tahiti i las islas Marquesas, en
distancias mucho menos considerables que en la India oriental?
Es una suposicion puramente gratuita que el séndalo de Juan
Yrernandes haya sido idéntico con la especie de La India oriental, i
no con una de las citadas, que habitan las islas de la Oceania, 0
mas bien, talvez, una especie nueva, lo que es mas probable at,
visto que ls inmensa mayoria de las plantas letiosas de Juan Fer-
nandez es peculiar a estas islas, i no se encuentran en ningun
otro punta del globo.
Preguntaré tambien: de dénde ha sacado el botinico arriba
mencionado, que todos los individuos del séndalo de Juan Pernan-
dez han muerto en un mismo aiio? Deberia haber sido un fend-
meno mui estraordinario el que hubiese producido este efecto, i
no habriaquedado desapercibido. Yo no he podido conocer nin-
gun hecho que justificase tal asercion.
Hasta ahora he conseguido tinicamente de esas islas, tan inte-
resantes para el naturalista, trozos de madera hallados enterrados,
pero tan bien conservados, a escepcion de la superficie, que pueden
servir perfectamente para trabajar con ellos pequeiios objetos de
ebanisteria, Sin embargo, surjid de tiempo en tiempo la noticia de
que se habian hallado arboles de séadalo vivos con sus hojas, etc.,
Ultimamente he podido convencerme de que el séndalo existe real.
mente todavia en la isla. Hace algunos afios que un baque de
guerra national, la corbeta Esmeraida, tomando leda en Ia isla,
recibié con ella un tronco fresco, que Hamé por su fragancia la
atencion d uno de los oftciules, el setior Luis Pomar, i que éste
reconocid ser siindalo, Habia en él una ramita con hojas, que eran,
segua el reuerdo de esto cat
@ caballero, coriiceas, lustrosas, de una
forma ovalada 0 lanceolada, i del largo de una palgada, poco mas
o menos, Hizo sacar una muestra, que el seiior don Francisco
Vidal Germaz ha obsequiado al museo. Esta tiene como 200
limetras de’ largo Ukimetro de 100 milimetros, i con-
su corteza en le cuarta parte de su circunferencia.
Esta muestra, por suptesto, no es suficiente para clasificar Ja
i hjas, flores i frutos, a lo
menos verdes, Pero ya que Jean Fernandez va a ser presidio,
ore
especie: & necesita para eso tener
habré mas oportunidad de visitar la isla, de demorar en ella, iANALES DE LA UNIVSRSIDAD.—-MAB79 Dz 1876. 261
hai, pues, toda esperanza de resolver 1a cuestion de a qué especie
pertenezca el séndalo que se cria en olla.
Hace algunos ajios que ee me comunicé la noticia de haber
sido descubierto sdndalo en Ia islade la Mocha. Me parecia mui
inverosimil que un frbol de las rejiones tropicales pudiera hallar-
sea la latitud de 38° 20’; pero la noticia era mui positiva, Resolvi,
pues, enviar a mi asistente, el seiior Reed, a esta isla, para averi-
guar si lo habia en efectivo. En Lebu supe del capitan del puerto,
que Ia existencia del sindalo en la Mocha era ua hecho mui posi-
tivo, que él mismo habia llevado de Ja isla pequeiias plantas de ein-
dalo a Lebu, pero que éstas habian perecido i que eran un arbue-
to con flores coloradas vistosas. ;Un s&ndaio con flores coloradas
vistosas! Mi curiosidad crecié mucho mas ain. Después de haber
perdido mucho tiempo i gastado mucha plata, logré hallar una
oportunidad para que el sefior Reed pudiera ir a la Mocha, I
gque result ser el sdndalo? La Hscallonia macrantha Hvok.,
arbusto de los que Iaman sietecamisa, comun cerca del Corral,
on Chiloé ete., cuyo leiio no tiene olor ninguno, i que ni en sus
hojas, ni en aus flores o frutos tiene la mas minima semejanzacon el
séndalo, No puedo adivinar qué cosa haya podido dar lugar
para que alguien aplicase el nombre de eindalo a esta sietecamiaa
bonita.
Sr 0
HISTORIA NATURAL.—Descvipcion de tres peces ntievos,
por el doctor don B. A. Philippi.
1—Oatistes Lastagriaz,
El museo nacional hs recibido del sefior don Demetrio Las+
tarria, en Valparaiso, wna buena porcion de pescaditos, a que
doi el nombre de arriba i de los que me queda todavia como la mi-
tad. Han sido tomados al oriente de Lima, en Ja alta cordillera,
en los pequeiios lagos de Pucro i Misa, que yacen, segun el seiior
Lastarria, en la considerable elevacion de unos 4500 metros i
pertenecen al jénero Oriastes, establecido por Valenciennes,
jénero mui singular por carecer enteramente de las aletas ven-
trales i ser la unica escepcion en la familia de los Ciprino-
dontes, que Valencieanes no quiere separar de los Ciprinoides,
que carecen de dientes, i a los que pertenecea la carpa i el pez do-
AL DE LAU, 33