Sie sind auf Seite 1von 17

JESÚS APODERADO POR EL ESPÍRITU (HECHOS 1:1–11)

SOMOS COMISIONADOS
Está bien, tomen sus Biblias. Estamos en el libro de Hechos. Hoy empezamos un nuevo
libro de la Biblia. Mars Hill, nos gustan los libros de la Biblia, ¿verdad?
Vayan al libro de Hechos. Mientras lo encuentran, vamos a estudiar en el transcurso
de las pró ximas nueve semanas la historia temprana de los primeros cristianos, pero
la vamos a estudiar de la siguiente manera: No vamos a estudiarla como académicos;
vamos a estudiarla como soldados. Los académicos y los soldados son los que tienden
a estudiar má s la historia. Los académicos quieren ver lo que solía hacer la gente; los
soldados quieren ven lo que queda por hacer. Los académicos estudian la historia en
aras de la informació n; los soldados la estudian en aras de la misió n.
Al emprender el estudio de la iglesia primitiva, no solo estamos viendo lo que Dios
solía hacer, sino lo que Dios aú n quiere hacer, ¿amén? Y hoy somos invitados a formar
parte de la misió n má s importante en la historia del mundo. Un soldado marcha hacia
delante para que la gente pueda vivir. Nosotros marchamos hacia delante como
pueblo de Dios para que otros reciban vida eterna.
Dios nos ha reunido. Nos escogió para nacer cuando nacimos, a vivir donde vivimos,
nos ha reunido para estar en una gran misió n con É l. Y la historia de la Biblia dice que
Dios tiene un enemigo que ha llevado en cautiverio a los que está n apartados de Jesú s,
a los que tienen el corazó n endurecido, cuyos ojos está n cerrados, cuyas vidas está n
van rumbo a la destrucció n; y que tenemos esta gran noticia, esta gran buena noticia
para contar, que Jesucristo conquista el pecado, que Jesucristo conquista la muerte,
que Jesucristo está vivo y presente. Y nos comisionó , nos mandó en misió n al mundo a
contarles a otros de la victoria de Jesú s.
LA VIDA DE JESÚ S
Todo empieza aquí en Hechos 1. Si se han preguntado, «¿Có mo empezó el
cristianismo? ¿Có mo llegaron a existir las iglesias? ¿Por qué existe siquiera la Iglesia
Mars Hill?» leemos la respuesta aquí al principio del libro de Hechos. Así que volteen
aquí conmigo, empezaremos con la vida de Jesú s en Hechos 1:1–3. Y quiero que vean
que se trata solamente de Jesú s. Cada uno de los primeros 11 versos de Hechos que
examinaremos hoy juntos menciona a Jesú s. No hay cristianismo sin Cristo.
Comienza así: «El primer relato que escribí, Teó filo, trato de todo lo que Jesú s
comenzó a hacer y a enseñ ar hasta el día en que fue recibido arriba, después de que
por el Espíritu Santo»—van a aprender muchísimo sobre el Espíritu Santo en las
pró ximas nueve semanas, aparecerá cada semana, aprenderá n mucho acerca de É l
—«Había dado instrucciones a los apó stoles», o a los líderes «que había escogido. A
estos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas
convincentes, y apareciéndoseles durante cuarenta días y hablá ndoles de lo
concerniente», ahí está , «al reino de Dios».
Y habla del primer libro. Cuando habla del primer libro, se refiere al libro de Lucas.
¿Cuá ntos de ustedes estuvieron aquí cuando estudiamos el libro de Lucas hace unos
añ os? Dedicamos unos añ os a recorrer todo el libro de Lucas. Esa era la protosecuela,
y esta es la secuela. En el libro de Lucas nos dice que Jesú s nos entregó su vida. En
Hechos nos muestra que Jesú s nos dio su poder, por medio de la Persona y la
presencia del Espíritu Santo. Es el mismo autor, y nos escribe para contarnos la
historia de Jesú s y la historia del pueblo de Jesú s, los primeros cristianos de la iglesia.
Ese es el primer libro al que hace referencia. Y nos dice allá en Lucas, que él anotó
todo eso para nosotros, y dice aquí mismo que Jesú s empezó a hacer y a enseñ ar. O
sea, las obras y las palabras de Jesú s, y esto es muy importante. Juan Calvino lo llamó
el santo nudo. La pró xima vez que se amarren los zapatos, piensen: Las obras de Jesú s
y las palabras de Jesú s juntas forman un santo nudo. A algunos es encantan las obras
de Jesú s. «Oh, mira. Ahí está Jesú s alimentando a los hambrientos, dando vista a los
ciegos, jugando con los niñ os». Eso nos encanta. Algunos, sin embargo, no se resisten a
las obras de Jesú s sino a sus palabras. «Soy Dios. Soy el Salvador. Soy el Creador. Soy el
Juez de vivos y muertos. Soy el camino, y la verdad, y la vida, y nadie viene al Padre
sino por mí». El conflicto, la controversia, ocurre sobre las palabras de Jesú s.
SUS PALABRAS Y SUS OBRAS
Al leer sobre todo el Evangelio de Lucas, al que hace referencia aquí, quiero que al leer
la Biblia vean las obras de Jesú s y digan: «Es maravilloso que Jesú s haya amado, dado
y servido en forma tan excelente», pero no pasen por alto sus palabras. No vean sus
obras solamente, escuchen sus palabras, porque en ú ltima instancia quien dijo ser
provocó su muerte. Lo mataron, no por algo que hizo, sino por muchas cosas que dijo:
proclamá ndose Dios.
Aquí está diciendo que estos dos nudos van juntos. Al ver el cará cter de Jesú s, vemos
que É l es un Dador muy fiel, honroso, humilde y generoso, y al escuchar sus palabras,
debemos reconocer que está proclamando cosas que nadie má s ha hecho en la historia
del mundo, diciendo que É l es el Creador, diciendo que É l es el Sustentador, diciendo
que É l es el Redentor, diciendo que É l es Dios entre nosotros. Y si no estamos de
acuerdo con É l, tenemos que volver a sus obras y preguntar, «¿Puede un hombre así
decir semejante mentira? ¿Tiene la clase de cará cter que me compele no solo a
admirar sus obras, sino a confiar en sus palabras?»
Eso es exactamente lo que está diciendo. Hace que todo gire en torno a Jesú s, y en lo
que respecta a las obras de Jesú s, su vida sin pecado, su muerte expiatoria, en nuestro
lugar por nuestros pecados, su sepultura, su resurrecció n, su victoria triunfal sobre el
pecado y la muerte, son lo que constituye el corazó n de sus obras. Y después cuando
nos dice que podemos apartarnos del pecado, que podemos confiar en É l, que en É l
hay perdó n de pecados, que en É l hay vida eterna, que sus palabras y sus obras van
juntas. Al creer en sus palabras, experimentamos su obra, y eso es exactamente lo que
nos está diciendo.
Esto es tan increíblemente importante, Mars Hill, porque lo que suele suceder es que a
algunos les encanta lo que hizo Jesú s, pero discrepan con lo que Jesú s dijo. Y aquí nos
dice que escuchemos lo que dijo Jesú s, sus palabras; y que veamos lo que Jesú s hizo,
sus obras. Y la obra má s importante de Jesú s fue su resurrecció n de los muertos. Con
su resurrecció n confirma todo lo que había proclamado. Nadie le gana a la muerte.
Nadie le gana a la muerte, excepto Jesucristo. É l le ganó a la muerte. É l murió y fue
sepultado, y resucitó . Y nos dice aquí que apareció ¿cuá ntos días? Cuarenta días. Y dice
que ofreció muchas pruebas convincentes. Eso incluye cuando desayunó con la gente.
Esa es una prueba bastante convincente. Usted está ahí, un tipo se muere, usted entra
a la tumba a dejarle flores, y se da cuenta que está abierta, que É l no está ahí. ¿Dó nde
está ? ¿Qué pasó ? Oh, está en el pueblo desayunando. Usted va y desayuna con É l, y le
dice: «¿Acaso usted no fue el que crucificaron?». Sí, aquí está n las cicatrices. Falso o
verdadero: ¿Es una prueba convincente? Es una prueba muy convincente. Ni siquiera
tiene que ir a la universidad para acertar la respuesta. ¿Verdad?
O sea, esta fue la clase de respuestas convincentes que dio Jesú s. Se quedó cuarenta
días. Desayunó con la gente segú n registra la Biblia. La gente vino y lo abrazó para
asegurarse de que en realidad resucitó física y literalmente de la muerte. Personajes
como Tomá s vinieron y le dijeron: «No creeré a menos que yo mismo lo vea». Vio las
llagas de la crucifixió n en las manos y en el costado de Jesú s, se postra y proclama:
«Este es mi Señ or; este es mi Dios». Jesú s resucitó de la muerte y evidenció esto
durante cuarenta días. Fue algo obvio para todos. Por eso nunca consagraron su
tumba. La gente consagraba una tumba para ir a visitar a alguien que amaban o que
conmemoraban. La gente no va a la tumba de Jesú s, ¿por qué? É l no está ahí. É l no está
ahí.
Y después de cuarenta días, va a decirnos lo que sucedió . Antes de abordar ese tema,
permítanme hablarles un poco de nuestro autor. ¿Quién conoce al autor de Hechos?
Acabo de decirles hace un momento. ¿Estaban prestando atenció n? Vamos, estará en
el examen, vamos. Lucas, Lucas. Lucas el médico. Era médico. Dice en Colosenses 4 que
era el Dr. Lucas.
Cuá ntos de ustedes han escuchado que el cristianismo es para gente pobre y que sus
líderes no eran gente culta? ¿Cuá ntos han escuchado eso? Eso no es del todo cierto.
Lucas es una persona má s bien acomodada. No sé que opinan ustedes, pero no
conozco muchos médicos pobres, ¿verdad que no? A un doctor pobre le va mucho
mejor que a la mayoría de nosotros, ¿no es cierto? No era pobre, era má s bien
acomodado; y no era inculto, era muy culto. Escribió Lucas y Hechos originalmente en
griego, y los que son académicos dirían que demuestra un intelecto muy alto y una
educació n muy competente. Escribe como alguien que tuvo una formació n muy
formal. Es un hombre que se expresa con mucha facilidad. Algunos líderes en la iglesia
primitiva eran pobres y algunos eran ricos. Algunos eran incultos y algunos era muy
cultos porque Jesú s vino por ¿cuá les personas? Por todas las personas, todas las
personas, todas las personas.
INVESTIGANDO LA VIDA DE JESÚ S
El Dr. Lucas es un hombre maravilloso. No fue testigo ocular de la vida, muerte,
sepultura, y resurrecció n de Jesú s. Era como un… reportero investigador. Era como un
historiador. Era algo así como Indiana Jones, ¿sí? Los que tienen la misma edad que yo,
saben lo que eso significa. Los demá s… bú squenlo en Google. Era un hombre que salía
a investigar. Hablaba con los que conocían a Jesú s, los niñ os que se criaron con É l, los
familiares que aú n estaban vivos. Fue a los lugares donde predicó Pablo y donde
predicó Pedro, y donde se congregaban las iglesias, y hacía el trabajo de un reportero
investigador. Hablaba con los testigos oculares, y recopilaba la tradició n oral, y
observaba cualquier evidencia que hubiera ahí, y estaba tratando de obtener y
recopilar la historia de Jesú s en el libro de Lucas, y de los seguidores de Jesú s en el
libro de Hechos.
Les contaré un par de cosas sobre él. Probablemente no era judío. Solo lo mencionan
tres veces en el Nuevo Testamento. Era un amigo íntimo de Pablo. Al leer juntos el
libro de Hechos, verá n ciertos pasajes donde Pablo dice: «Fuimos a tal lugar e hicimos
esto y lo otro», y se preguntará n: «Sé quién es Pablo, pero quién es el otro?». El otro es
el Dr. Lucas. El Dr. Lucas es el compañ ero de viajes de Pablo. Trabajaban juntos. Es
amigo de Pablo. Es posible que también haya sido el médico personal de Pablo. Como
Pablo se la pasaba en naufragios, azotes, sin techo, y en la cá rcel, le convenía tener a
un doctor, ¿amén? Y tiene al Dr. Lucas con él. Es el curador de heridas en su esquina
que le ayuda en el ministerio del evangelio. Va y toma asiento, Lucas le cose las
heridas, y vuelve a predicar. Estos dos hombres trabajaban juntos. Trabajaban juntos
como amigos.
Y está aquí viajando con Pablo y está viendo lo que está pasando y registra lo que está
pasando. Es un reportero investigador que realiza el trabajo de observar lo que Jesú s
hizo, y, como testigo ocular, mediante el Espíritu Santo, registra lo que está pasando a
líderes como Pablo.
Lucas y Hechos son dos libros del Nuevo Testamento, pero juntos constituyen la
mayor parte del Nuevo Testamento. Lucas escribe la mayoría del Nuevo Testamento
por lo extenso que es. La mayoría de los libros del Nuevo Testamento fueron escritos
por Pablo, quien, repito, es amigo de Lucas, por lo cual Lucas, hasta cierto punto,
interviene en la mayoría o en casi todo el Nuevo Testamento.
Y permaneció fiel a Jesú s. Hay un registro extrabíblico de él en la historia de la iglesia,
que dice lo siguiente: Fue escrito cien añ os después de su vida. Dice: «En efecto, Lucas
era sirio, de Antioquía, era médico de profesió n, discípulo de los apó stoles. Sin
embargo, má s tarde siguió a Pablo hasta su martirio». O sea que Lucas murió por
Jesú s, «sirviendo al Señ or irreprensiblemente. Era un hombre fiel y piadoso. Nunca
tuvo esposa, nunca tuvo hijos, y murió a la edad de ochenta y cuatro añ os, lleno del
Espíritu Santo». Caballeros, ojalá inscribieran esa ú ltima frase en todas nuestras
lá pidas. «Murieron llenos del Espíritu Santo».
He ido al sitio donde se presume que está enterrado. Este hombre vivió
verdaderamente, y registraba eventos histó ricos. Necesito que capten esto. El
cristianismo se basa en la historia, no en la filosofía. Hay sistemas religiosos como el
budismo que no está n basados en un fundador, sino en un sistema de ideas. Otras
religiones se basan en un lugar, una localidad santa a donde tienen que peregrinar. El
centro del cristianismo no es una filosofía. El centro del cristianismo no es un lugar. El
centro del cristianismo es una Persona. Su nombre es Jesú s.
No nos adherimos a un sistema filosó fico. No peregrinamos a un lugar sagrado.
Llegamos a conocer a una persona viva llamada Jesú s. Esa es la gran idea. Si sacamos a
Jesú s, el cristianismo deja de existir. Si Jesú s está muerto, el cristianismo está muerto.
Si Jesú s está vivo, eso explica por qué el cristianismo está vivo, porque finalmente, se
trata de Jesú s ú nicamente. Y el centro de la fe cristiana es Jesucristo, el Rey de reyes y
Señ or de señ ores, que vive y reina y que ha resucitado. Y eso es lo que Lucas registra
para nosotros en su Evangelio de Lucas, donde examina la vida Jesú s.
EL PODER DE JESÚ S
Después continú a con el libro de Hechos, donde muestra las implicaciones de la
resurrecció n de Jesú s y lo que el Jesú s vivo hace en y por medio de su pueblo.
Entonces, comienza contá ndonos sobre la vida de Jesú s, y después pasa a hablarnos
del poder de Jesú s. Hechos 1:4–5: «Y reuniéndolos, les mandó », o sea, Jesú s, «que no
salieran de Jerusalén», donde ellos estaban y donde estaba el templo en ese tiempo,
«sino que esperaran la promesa del Padre: cual, les dijo, oísteis de mí; pues Juan
bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de
pocos días».
Y en Hechos 1:8, fue muy claro. Dijo: «Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo
venga sobre vosotros». La vida y el poder de Jesú s no solo deben ser admirados;
también deben ser experimentados. Un no cristiano puede ver la vida y el poder de
Jesú s y admirarlos. Pero solo un cristiano puede ver la vida y el poder de Jesú s y
experimentarlos. ¿Cuá ntos de ustedes al ver la vida de Jesú s pensaron: «Que vida tan
maravillosa. Qué vida tan maravillosa»? Resistió el pecado, obedeció a Dios. Nunca se
aprovechó de nadie. Nunca robó nada. Nunca se propasó con ninguna mujer como
hombre soltero de treinta y pico de añ os. Siempre fue generoso. Siempre dijo la
verdad. Sufrió noblemente. ¿Cuá ntos de ustedes al ver la vida de Jesú s la admiraron?
Bueno, eso está bien, pero no es suficiente. Jesú s no quiere que admiremos su vida,
quiere que experimentemos su vida por medio de la persona, la presencia, y el poder
de la tercera persona de la Trinidad, Dios el Espíritu Santo.
Al resucitar de la muerte, todos está n emocionados. «¿Qué hacemos ahora?». Esperen,
porque la vida cristiana no puede vivirse sin el poder de Cristo. Jesú s no es solamente
un ejemplo para nosotros, É l nos da poder para seguir su ejemplo. ¿Entienden eso?
Permítanme explicá rselo. Habló de «su primer relato», acabamos de leerlo Hechos 1:1,
donde dijo: «En mi primer relato». Y lo que suele suceder es esto: y cuá ntos de ustedes
vienen de—algunos no sabrá n lo que esto significa, esperen y verá n.—¿Cuá ntos de
ustedes vienen de entornos pentecostales carismá ticos? Está bien, alcen la mano, sé
que quieren alzarla. Eso es lo que ustedes hacen, ¿no es cierto? ¡Viva! Con ambas
manos, ¿no es cierto? [Se ríe la congregació n] Los carismá ticos y los pentecostales
levantan las manos, ¿no es cierto? Y lo que suele suceder en las iglesias carismá ticas o
pentecostales, es que hablan mucho sobre el Espíritu Santo, y por lo general empiezan
en el libro de Hechos. Y dicen: «Ven, Jesú s dice que vamos a recibir el Espíritu Santo».
Y un poco má s adelante—llegaremos a esa parte en las pró ximas semanas—el
Espíritu Santo cae sobre el pueblo de Dios, y son llenos del Espíritu Santo, y después
todos empiezan a hablar del Espíritu Santo.
Lucas acaba de decirnos: ¿dó nde debemos empezar nuestro estudio? «En su primer
relato». Si quieren entender a la Persona del Espíritu Santo, no empiecen en Hechos,
sino en Lucas, por ser la antesala de Hechos. Son un solo libro en dos partes. Y en
Hechos, Lucas empieza diciendo: «No se olviden de mi primer relato. Estos van juntos.
Lean ese primero. Pó ngalo todo en orden».
Así que sigamos las instrucciones de Lucas. Jesú s nos dice: «Recibiréis», ¿qué?
«Poder».
Hace muchos añ os, un químico suizo descubrió una sustancia muy poderosa en su
trabajo, y tuvo que darle un nombre por haberla descubierto. Llamó a un amigo suyo
que era estudioso del griego. No sé si era o no era cristiano. Puede que haya sido un
estudioso del Nuevo Testamento, no sé. Y le preguntó cuá l era la palabra griega para
poder. Es la misma palabra que usa aquí. Es dunamis. ¿Qué es eso? Es dinamita.
Nuestra palabra “dinamita” viene de la palabra bíblica para al Espíritu Santo. O sea
que, cuando él aparece, ¡bum! algo pasa, ¿verdad? No tenemos que preguntar: «¿Será
que fue dinamita? No me di cuenta». No, usted lo sabe, porque lo sabe, ¿verdad?
Digamos que fue un petardo. Usted dice: «Mmm, eso fue un— ¡bum! Pero eso que
estalló allá fue dinamita». Cuando el Espíritu Santo aparece, usted lo sabe. Hay poder,
las cosas suceden, las cosas cambian. La vida cristiana se caracteriza por esa clase de
poder, la clase de poder sobrenatural que Dios da. Pero hay que tener cuidado con
esto, porque sin Jesú s podemos malentender este poder, podemos malgastar este
poder.
Por eso volvemos al primer relato y de entrada no nos preguntamos: ¿Có mo debemos
usar el poder del Espíritu Santo? Nos preguntamos: «Có mo usó Jesú s el poder del
Espíritu Santo?». Algo que me encanta del Evangelio de Lucas, es que explica con lujo
de detalles la relació n entre Dios el Espíritu Santo y el Señ or Jesucristo.
Si son nuevos, creemos en un Dios, en tres personas: Padre, Hijo, y Espíritu. Se llama la
Trinidad. Es lo que creen todos los cristianos. En ese marco, la segunda Persona de la
Trinidad viene a la historia humana como Jesucristo, el Dios-hombre. Y vive una vida
perfecta, sin pecado de ningú n tipo. La pregunta es: ¿có mo lo logró ? Al contemplar la
vida de Jesú s, ¿cuá ntos han dicho: «Pues claro que no pecó . É l es Dios». Parece que
está haciendo trampa, ¿no? «Oh, Dios no pecó . ¡Qué sorpresa! Oh, miren, Dios está
haciendo esquí acuá tico sin lancha. Era de esperarse, ¿no? Oh, Dios tomó el almuercito
de un niñ o y alimentó un estadio lleno de gente. Pues esas son las cosas que Dios
puede hacer. Yo no soy Dios, de modo que no espero poder hacer nada interesante.
Dios resistió la tentació n. Dios no mintió . Pero eso fue Dios, y yo no soy Dios, por eso
tengo muy pocas expectativas de que cualquier poder explosivo de cambio en mi
vida».
JESÚ S NUNCA HIZO TRAMPA
Permítanme decirles algo sobre Jesú s: É l nunca hizo trampa. Esto es muy importante.
Cuá ntos de ustedes ven los viejos episodios de Supermá n y dicen: «Sé que no es Clark
Kent. Sé que no es él». Repito, los jó venes, bú squenlo en Google. Porque se parecía a
Clark Kent, pero por debajo, ¿quién era? Supermá n. Tenía una gran “S” en su unitardo.
¿No es cierto? A una persona le gusta eso, los demá s se está n vomitando en la boca. De
todas maneras, tenía una gran S en su pecho, y eso quería decir que cuando alguien
estaba contra él, no estaban contra Clark Kent, en realidad estaban contra Supermá n.
Algunos tienen esa perspectiva de Jesú s. «Oh, parece un carpintero campesino, galileo,
manso y humilde, pero por debajo en realidad es el Salvador, es el Señ or. Y cuando lo
tientan en realidad no está siendo tentado. Cuando padece dolor, en realidad no está
sintiendo dolor. Cuando sufre, en realidad no está sufriendo. Está haciendo trampa».
¿Jesú s hizo trampa? No. Cuando estuvo en la tierra, Jesú s siguió siendo plenamente
Dios y tenía acceso total a todos sus atributos divinos, pero no se valió del uso
continuo de esos atributos divinos. No hizo trampa. Cuando dice en Lucas 2 que Jesú s
creció en sabiduría, en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres, significa que
tuvo que aprender de memoria la Escritura como nosotros la memorizamos. No pudo
decir: «Oh, ya me la sé porque yo la escribí», ¿cierto que no? Tuvo que memorizarla
como nosotros. Significa que cuando Jesú s predicaba y enseñ aba tuvo que aprender a
usar sus habilidades como nosotros tenemos que aprender a usar las nuestras.
Significa que al ser tentado, no se apoyó en su divinidad para hacer trampa, vivió
desde su humanidad, la Biblia dice que fue tentado en todo como nosotros, pero sin
pecado. Eso significa que Jesú s pudo haberse apoyado en su divinidad, pudo haberse
apoyado en su deidad.
O sea, él es una persona con dos naturalezas: plenamente Dios, y plenamente hombre,
pero no hizo trampa. Al leer la Biblia, la ú nica vez que veo a Jesú s valerse de su
divinidad, o de su deidad, nunca es para su propio beneficio, sino en beneficio de los
demá s. Cuando alguien necesita el perdó n de sus pecados, los perdona como Dios,
pero es para beneficio de ellos. Siempre que es tentado, siempre que está siendo
probado, siempre que se le oponen, no se vale de su divinidad, ni de su deidad. Vive
desde su humanidad. A Jesú s le daba hambre como a nosotros nos da hambre. A Jesú s
lo tentaron como nosotros somos tentados. Jesú s se agotaba como nosotros nos
agotamos. Jesú s tuvo que aprender como nosotros tenemos que aprender. Jesú s tuvo
que trabajar como nosotros tenemos que trabajar.
Por lo tanto, Mars Hill, ¿có mo lo logró ? Si no hizo trampa ni se apoyó en su divinidad,
¿có mo lo hizo? ¿Có mo lo hizo? Por el poder del Espíritu Santo. Por el poder del
Espíritu Santo. Jesú s nos muestra có mo se vive una vida perfecta, llena del Espíritu,
con el poder del Espíritu, guiada por el Espíritu.
Algunos de ustedes no vinieron de hogares carismá ticos o pentecostales, y cuando
empiezo a hablar del Espíritu Santo, les da un tic nervioso en el ojo, ¿verdad? Piensan:
«He oído hablar de esas iglesias. Es donde recogen siete ofrendas y el pastor viste un
traje blanco, y su esposa parece que perdió una guerra de pistolas de bolas de pintura,
y la gente corre por todas partes con banderas. Me está asustando», ¿cierto? Oigan,
solo les estoy diciendo lo que pasa, ¿cierto que sí? Y ustedes se ponen un poco—
piensan: «Hombre, tan pronto oyen ‘Espíritu Santo’, es la hora feliz para ellos, ¿no es
cierto? Todos se ponen un poco excéntricos y las cosas se ponen un poco fuera de
control».
JESÚ S VIVIÓ POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO
La clave es que no podemos entender el poder del Espíritu Santo aparte de la vida de
Jesú s. No hay ejemplos de lo que significa vivir una vida por el poder del Espíritu
Santo a menos que veamos la vida de Jesú s.
Y eso es lo que Lucas nos está diciendo. Dice: «Está bien, Jesú s vivió por el poder del
Espíritu Santo. Vive sin pecado; muere por nuestros pecados, resucita por nuestros
pecados, lo evidencia por cuarenta días, y le dice a sus seguidores: «No vayan a
ministrar todavía. Esperen, necesitan poder; el Espíritu Santo vendrá para que
ustedes sean como yo». Por eso, el primer relato y el postrer relato van juntos.
Les tengo unas notas del libro de Lucas. La relació n entre Jesú s y el Espíritu Santo:
Jesú s fue concebido por el poder del Espíritu Santo en su madre, María. La concepció n
de Jesú s, su entrada en la historia humana como hombre, fue por el poder del Espíritu
Santo.
Segundo, cuando Jesú s fue bautizado, Dios, el Padre, habla desde el cielo. Toda la
Trinidad está ahí. «Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido». Ahí está Jesú s, el
Hijo de Dios, la segunda Persona de la Trinidad, saliendo del agua, y ¿quién desciende
sobre Jesú s? El Espíritu Santo en forma de paloma. Lo hace para mostrar
pú blicamente que fue ungido por el Espíritu Santo, que el Espíritu Santo moraba en É l,
que estaba lleno del Espíritu Santo, que recibió el poder del Espíritu Santo, que toda
su vida es por el poder del Espíritu Santo. Por eso lo hizo en pú blico, para que todos lo
vieran. Jesú s ya lo sabía. No sucedió para que Jesú s lo supiera, sino para que nosotros
lo supiéramos.
El libro de Lucas después dice que Jesú s estaba: «Lleno del Espíritu Santo». ¿Cuá ntos
de ustedes han escuchado que deben vivir una vida llena del Espíritu. Eso es verdad.
¿Saben có mo se ve eso en la prá ctica? Jesú s. Jesú s. Cada vez que enaltecemos a alguien
y decimos: «Esa persona está llena del Espíritu, sean como él o ella», se equivocaron
de persona. Ningú n pecador está perfectamente ni continuamente lleno del Espíritu
Santo. Entristecemos, apagamos, nos resistimos al Espíritu a veces, pero Jesú s estaba
continua y perfectamente «Lleno del Espíritu Santo».
Cuarto, el Evangelio de Lucas dice que fue: «Llevado por el Espíritu». Jesú s va allá
porque el Espíritu lo dirige allá , y después va a otro lado porque allá es donde el
Espíritu Santo lo dirige. Enseñ a a estas personas, guía a estas personas, expulsa estos
demonios, ora por la multitud, ¿por qué? Porque el Espíritu Santo lo guía.
Quinto, leemos repetidas veces en el Evangelio de Lucas que É l vino en «el poder del
Espíritu». ¿Có mo enseñ ó ? En el poder del Espíritu Santo. ¿Có mo expulsó demonios?
En el poder del Espíritu Santo. ¿Có mo dio vista a los ciegos? Porque tenía el poder del
Espíritu Santo. É l vino con, por, en, y mediante el poder del Espíritu Santo. El
ministerio tiene programas, pero no hace nada sin poder.
Sexto, dice en el Evangelio de Lucas, que É l se regocijó en el Espíritu. Cuando É l se
regocijaba, cuando celebraba, era porque el gozo del Señ or era su fortaleza. Era el
Espíritu Santo en É l que le hacía glorificar, adorar, disfrutar, venerar, agradecer, y
bendecir a Dios Padre.
Séptimo, también dice repetidas veces en el libro de Hechos que la mano del Señ or
estaba con É l. Esas palabras hacen alusió n al Espíritu Santo. Es una metá fora. Bien,
Dios Padre está en el cielo, y Dios el Hijo está en la tierra, y Dios Padre le impone la
mano a Dios Hijo. É l es Uno. De hecho, eso es lo que significa ser el Cristo. Significa El
Ungido. Cristo significa literalmente El Ungido. Al que Dios Padre impuso la mano y
dijo: «Este es el Escogido. Este es el Perfecto. Este es el que yo envié». Jesú s nos señ ala
eso también.
Octavo, al comienzo de su ministerio, entra en la sinagoga, abre el libro de Isaías, a
Isaías 61:1–2, y lo lee. ¿Recuerdan lo que leyó ? Leyó esto: «El Espíritu del Señ or DIOS
está sobre mí . . . para proclamar libertad a los cautivos y liberació n a los prisioneros».
Y después lo cerró y dijo esto: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído».
Setecientos añ os antes, Isaías escribió : «Hay alguien que viene, y el Espíritu del Señ or
morará en É l para que pueda predicar buenas nuevas y librar a los cautivos del pecado
y de la muerte», y Jesú s dice: «Aquí estoy. Ese soy yo. Yo soy el que todos estaban
esperando y el Espíritu del Señ or está sobre mí».
Mars Hill, esa declaració n es verdadera, o es una de las declaraciones má s arrogante
que se han hecho en la historia del mundo. Jesú s fue guiado por el Espíritu. Recibió
poder del Espíritu. Fue lleno del Espíritu. Sufrió por el poder del Espíritu Santo.
Perseveró por el poder del Espíritu Santo. Amó por el poder del Espíritu Santo. Libró
conflictos espirituales contra el reino demoníaco por el poder del Espíritu Santo. Oró
por el poder del Espíritu Santo. Entrenó líderes por el poder del Espíritu Santo. Honró
y obedeció a su madre y a su padre cuando era un niñ o pequeñ o por el poder del
Espíritu Santo. Humildemente, durante los primeros treinta añ os de su vida, trabajó
como carpintero, sirviendo humildemente, era poco conocido, en un pueblo pequeñ o,
y en una familia pobre por el poder del Espíritu Santo. Murió estando lleno aú n y
siendo guiado por el Espíritu Santo.
Escuchen esto: ser llenos del Espíritu santo no significa evitar el sufrimiento, sino
sufrir bien. A veces el Espíritu Santo no nos exenta del sufrimiento, nos ayuda a
superarlo. Eso fue lo que pasó con Jesú s, y como dice en otra parte del Nuevo
Testamento, Jesú s resucitó de la muerte por el poder del Espíritu Santo. Y en esa
misma secció n continú a diciendo: Y el mismo poder que resucitó a Cristo de los
muertos vive ¿dó nde? Vive en usted, el cristiano, por lo cual no solo admiramos la vida
de Jesú s, experimentamos la vida de Jesú s. Al contemplar la vida de Jesú s, no decimos:
«Ahí está Dios, haciendo trampa». No, ahí está Dios humillá ndose para vivir por el
poder del Espíritu Santo, y después nos manda el Espíritu para que vivamos por el
poder de Jesú s, para que sigamos el ejemplo de Jesú s por el poder de Jesú s.
¿Entienden eso?
LA MISIÓ N DE JESÚ S
Y todo esto, amigos, es para la misió n. No es solo para que usted sea una mejor
persona. No es una especie de autoayuda modificada. No es para que usted alcance su
potencial. No es para que haga alarde de su gloria al mundo. No es para que alcance
todas sus metas. No es para que sea todo lo que puede ser y haga todo lo que puede
hacer. Esto es exclusivamente para la misió n de Jesú s.
Y leemos en Hechos 1:6–11: «Entonces los que estaban reunidos», todos los creyentes.
Vemos unos capítulos má s tarde que eran 120 personas. El cristianismo en ese
momento no era gran cosa. Le preguntaron: «¿Restaurará s en este tiempo el reino a
Israel?». É l les dijo: «No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que
el Padre ha fijado con su propia autoridad; pero recibiréis», ¿qué? «Poder», ahí está
otra vez, «cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos». Ahí
está nuestra misió n. El Espíritu Santo viene para que seamos testigos en la misió n de
Jesú s. «En Jerusalén», ahí estaban, «Judea», la regió n, «Samaria» un á rea má s extensa,
«y hasta los confines de la tierra», como Albuquerque y Portland. Bien, está mirando
hacia el futuro.
La historia continú a. «Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos
miraban, y una nube le recibió y le y le ocultó de sus ojos». La presencia de Dios en la
Biblia a menudo va acompañ ada de una nube. «Y estando mirando fijamente al cielo
mientras É l ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en
vestiduras blancas, que les dijeron:», o sea á ngeles. «Varones galileos, ¿por qué está is
mirando al cielo? Este mismo Jesú s, que ha sido vendrá de la misma manera, tal como
le habéis visto ir al cielo». Ven, esto nos explica donde está Jesú s hoy.
Hace poco me pasó algo gracioso. Un tipo llegó y me dijo: «Conque Jesú s resucitó de la
muerte». Le dije: «Sí». Me dijo: «¿Y dó nde está ? ¿En Israel? Y le dije: «No». Buena
pregunta. ¿Dó nde está Jesú s? Si conquistó la muerte y nunca volvió a morir, ¿dó nde
está ? ¿Dó nde está , Mars Hill? Fue llevado arriba.
¿Alguna vez han visto a un muchacho con un globo? Hace poco, mis hijos y yo fuimos
para burgers, y les dieron a mis niñ os un globo. Sin falla, ¿saben lo que le pasó al globo
tan pronto salimos del restaurante? Sí, a veces sucede por accidente, y uno lo sabe por
la crisis nerviosa—sueltan la cuerda, ¿no es cierto? ¡Ahhh! Pero al rato, lo hacen
adrede, ¿verdad? Hacen esto [mirando de cerca] y lo sueltan. Uno de mis hijos soltó su
globo con intenció n. Y le dije: «¿Qué está s haciendo?» Y me dijo: «Quiero mirarlo».
Entonces miraron, y pensé: «Me pregunto si fue así cuando Jesú s ascendió ». Porque no
tenían globos en ese tiempo, y no esperaban que eso sucediera. Dijeron: «Caray». Me
pregunto si uno de los hombres dijo: Deberíamos amarrarle una cuerda. Saben, o sea
[agarrando una cuerda] O sea, lo leemos en la Biblia. Pensamos: «Y esta fue la
ascensió n de nuestro Señ or», pero al pensarlo, decimos: «Debió ser un momento raro,
¿no es cierto? «Oye, Jesú s, có mo es que . . .» [mirando arriba] ¿Cierto? Y parece que
todos estuvieron parados ahí mirá ndose unos a otros un rato, ¿verdad? Y dijeron: «Eh,
alguien tiene alguna sugerencia?». O sea, «No sé,» [salta] «No vamos a ir. No vamos a
ir. ¿Có mo?». Fue un momento incó modo, ¿cierto? Parece que estuvieron ahí suficiente
tiempo para decir: «¿Ahora qué hacemos? Se nos aparecieron dos á ngeles, dos tipos
vestidos de blanco. «Hombres de Galilea, oigan, ¿qué está n haciendo? É l vendrá , pero
tardará algú n tiempo», ¿de acuerdo? Y les dice: «Necesito que hagan esto. Jesú s les
dijo que hicieran esto».
Y no sé có mo explicarles esto. Jesú s no solo ascendió a un lugar físico, entró a otra
dimensió n, ¿entienden? Entró a―y algunos dirá n: «No entiendo esto» ―. Oigan,
pregú ntele a alguien que ve Viaje a las Estrellas. Tal vez les ayude. No puedo
explicarles todo esto, ¿de acuerdo? Ahora estamos en lo sobrenatural, ahora estamos
en lo milagroso, ahora estamos en otra dimensió n, pero Jesú s está vivo hoy, y es un
Rey que ascendió a ocupar su trono y reina sobre toda su creació n.
3 COSAS SOBRE LA MISIÓ N DE JESÚ S
Ahora, pasa lo siguiente: No se trata de la misió n de ustedes. No se trata de mi misió n.
No se trata de nuestra misió n. Se trata de su misió n. Muchas personas tienen una
misió n y quieren usar a Jesú s para su misió n. Ampliar su negocio, ponerse saludables,
arreglar su familia. A veces pueden ser causas nobles, organizaciones nobles. No cosas
malas necesariamente, incluso podrían ser cosas que Jesú s aprobaría, pero debemos
tener mucho cuidado. Nunca se nos permite usar a Jesú s para nuestra misió n. Es la
misió n de Jesú s y somos parte de ella.
Como iglesia, ustedes necesitan saber esto. Creemos que es pecado sentarse con la
pizarra en blanco y preguntar: ¿Cuá l es nuestra misió n? No tenemos derecho. De
hecho, debemos abrir la Biblia y preguntar: «Jesú s, ¿cuá l es tu misió n? y después
debemos sumarnos a su misió n. Las organizaciones y los negocios pueden sentarse a
redactar su declaració n de misió n. Jesú s es Cabeza de la iglesia. Toda iglesia le
pertenece. Toda iglesia tiene la misma misió n, y no tenemos derecho a idearnos
nuestra propia misió n o tratar de usarlo a É l para nuestra misió n. De hecho, la iglesia
ni siquiera tiene una misió n. Jesú s sí, y la iglesia es parte de su misió n. Nuestra misió n
es simplemente hacer lo que Jesú s nos dijo. ¿Entienden eso? ¿Y É l dijo que seríamos
sus qué? Sus testigos. Esa es la misió n. Esa es la misió n.
Permítanme decirles un par de cosas sobre la misió n de Jesú s.
1. LA MISIÓ N DE JESÚ S ESTÁ BAJO SU AUTORIDAD SOBERANA
Primero, la misió n de Jesú s está bajo su autoridad soberana. Ascendió al cielo. Ahora
mismo está sentado en un trono. O sea que la misió n entera de Jesú s está bajo su
autoridad soberana. No soy el encargado, Jesú s lo es. Ustedes no son los encargados,
Jesú s lo es. La misió n entera en la tierra está bajo el Jesú s gobernante, resucitado,
reinante, sentado en su trono ahora mismo.
2. LA MISIÓ N DE JESÚ S ES LA EXPANSIÓ N DE SU REINO
Segundo, la misió n de Jesú s es la expansió n de su reino por medio de la iglesia. No hay
misió n aparte de la iglesia. Verá n esto en Hechos 2 y 3. É l no empieza una cantidad de
organizaciones. Empieza un organismo llamado la iglesia. Y la misió n de Jesú s es la
expansió n de su reino. Lo dice aquí mismo. «Este mismo Jesú s, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo». É l
volverá . Entre el tiempo de su ascensió n y el tiempo de su segunda venida está el
tiempo en que damos testimonio como iglesia para la expansió n de su reino. En el
Antiguo Testamento dice muchas veces que Dios buscaba personas para que fueran su
posesió n. En el Nuevo Testamento, el lenguaje es: Para hacer discípulos, que son
personas para su posesió n adquirida. Le meta es siempre que las personas lleguen a
conocer a Jesú s. Esa es la meta. Los que conocen a Jesú s deben crecer y ser má s como
É l. O sea, má s cristianos, mejores cristianos, y má s iglesias. y mejores iglesias. Esa es la
misió n. Esa es la misió n.
Necesito que entiendan esto. Hablamos de plantar iglesias y de hacer discípulos. Esa
es la misió n de Jesú s. Entre má s trabajamos juntos, entre má s oramos juntos, entre
má s caminemos en unidad, y en humildad, y en generosidad, má s discípulos haremos,
má s iglesias plantaremos, y entre má s avanza el reino de Jesú s, má s bendiciones y
gracia derramará para nosotros el Espíritu Santo. El Espíritu Santo quiere que nos
volvamos como Jesú s y que sigamos con el ministerio de Jesú s. A É l le agrada darnos
poder, y le agrada estar presente, le agrada ayudar, pero no a personas que está n en
su propia misió n.
3. LA MISIÓ N DE JESÚ S ES PARA TODAS LAS NACIONES
Tercero, la misió n de Jesú s es para todas las naciones. Jerusalén, Judea, Samaria, y los
confines de la tierra. En ese momento no podían sacar un mapa. No había mapa. Pedro
no podía decir: «Oye, trae el globo terrá queo». No había globo terrá queo. La mayoría
de estos hombres no habían viajado má s de 30, 40, 50 millas de su casa, y eso que a
pie. No sabían qué estaba pasando en Uzbekistá n. No tenían idea. Eran 120, y lo que
Jesú s dice es: «Bien, tenemos que llegar a toda la tierra». Es una petició n bastante
grande, ¿no les parece? Es una petició n grande. La tierra, esa es la misió n. Las
personas de la tierra, donde quiera que vivan, necesitamos llegar a esas personas y
decirles que estoy vivo, que soy Dios, y que conquisté la muerte». Falso o verdadero:
¿esas personas ya tienen sus propias religiones? ¿Las tienen? Sí, y vamos a ir allá a
decirles que adoran un dios falso y que su dios falso demoníaco les está diciendo
mentiras y que los va a llevar a la perdició n eterna.
Hoy, lo primero que haríamos sería convocar un comité para preguntarnos si
considerarían eso intolerante o si incita al odio. Lo má s amoroso que podemos hacer
es hablar a la gente acerca de Jesú s y decirles que todo lo que se opone a Jesú s está
mal.
MISIONES NACIONALES
Entonces, Mars Hill, ¿có mo les está yendo? Voy a compartir unas buenas noticias con
ustedes hoy. Permítanme mostrarles unas cosas a nivel nacional e internacional. Y
cuando dice: «Jerusalén, Judea, Samaria, y los confines de la tierra», lo que quiere decir
es: «Empiecen localmente, muévanse regionalmente, vayan nacionalmente, y sirvan
globalmente». Es como tirar una piedra en una laguna y las ondas concéntricas se
expanden. La misió n no empieza al otro lado del mundo, la misió n empieza al otro
lado de la calle. Por eso enviamos a los grupos comunitarios, a los barrios, y queremos
expandir y plantar iglesias en todas las regiones. Estamos dispuestos a ir a cualquier
parte del país y estamos dispuestos a ayudarles a los que está n plantando en otras
naciones: en Jerusalén, Judea, Samaria, y hasta los confines de la tierra. A veces los
cristianos se entusiasman mucho por las misiones internacionales, pero no por las
misiones locales. Quieren llegar a todos esos grupos de personas extrañ as, pero no al
vecino de al lado. Y queremos hacer ambas cosas por la gracia de Dios.
Por lo cual esto es lo que está pasando. Y quiero darles las gracias, todo esto es para
darles las gracias. Este añ o hemos enviado pastores, y solo enviamos a los pastores
calificados que han sido llamados y aprobamos que está n listos, que han servido con
nosotros los ú ltimos 3 añ os, pero algunos han sido enviados a plantar financiados por
ustedes en Atlanta, Orange County, Denver, y en un suburbio de Texas. Ahí se
sintieron llamados. Establecimos la Red Mars Hill, mediante la cual invertimos en dos
iglesias para ayudarles a crecer y pusimos mucho empeñ o en ayudarles.
Tuvimos una conferencia Resurgence Nacional donde reunimos a varios millares de
líderes de toda clase de tribus e iglesias, para invertir en ellos. La siguiente
conferencia será este noviembre en Seattle y Bellevue y Albuquerque y Reno y
Orlando, y tenemos a Rick Warren, a Greg Laurie, a James McDonald, a Matt Chandler,
tenemos a Crawford Loritts. Tenemos una gran lista de personas y estoy orando para
que má s de cuatro mil líderes cristianos vengan para que podamos invertir en ellos y
servirles.
Tenemos nuevas amistades con grandes iglesias, pastores mayores que yo que pueden
ayudarme a aprender porque tengo mucho que aprender, que pueden ayudarnos a
aprender porque tenemos mucho que aprender, iglesias má s grandes que nos pueden
ayudar a saber amar y a atender a todas las personas que tenemos. Y solo quiero
decirles lo maravilloso que es tener amigos que nos ayudan. Durante este ú ltimo añ o
hemos regalado miles de recursos gratuitos a los pastores: sermones, guías de estudio,
y un montó n de recursos, incluso por medio de Resurgence. Y ustedes han
demostrado ser una de las iglesias má s generosas que invierten en los líderes entre
muchas otras iglesias y muchas otras naciones, y solo quisiera darles las gracias por
eso.
MISIONES INTERNACIONALES
Quisiera mostrarles unas cosas que está n pasando internacionalmente también.
Ustedes está n financiando a cuarenta y dos plantadores de iglesias en Etiopía y en la
India. Son personas de otras nacionalidades que conocieron a Jesú s y le aman, y está n
en primer línea, y ustedes está n en la línea de suministro. Hemos traducido dos mil
copias de la Biblia al amhá rico, el idioma de Etiopía, y estamos sirviendo a los
plantadores de iglesias allá . Algunas de esas Biblias saldrá n para Etiopía. De hecho,
algunas son enviadas a pastores etíopes en el á rea de Seattle, a los que hemos venido
conociendo. Ellos también necesitan recursos. Traducimos Doctrina, la teología
sistemá tica, al españ ol y al amhá rico, que repito, es el idioma de Etiopía, y será
impreso y lo regalaremos todo en línea gratis, concretamente para los que trabajan
internacionalmente y desean algo en su propio idioma.
Este otoñ o habrá una conferencia de pastores en Etiopía. Estamos trabajando con
varios plantadores de iglesias allá . No han podido congregarse durante los ú ltimos 3
añ os por falta de fondos. Muchos de ellos literalmente caminan varios días, y ustedes
está n financiando su conferencia para pastores. Se reunirá n por varias semanas para
ser entrenados a hacer discípulos. Vamos a invertir en los líderes y esos líderes
después volverá n a invertir en su gente a plantar má s iglesias y a hacer má s
discípulos. Y esto incluirá lo que en realidad es buen alimento durante unas pocas
semanas, y si saben algo de Etiopía, eso de por sí es una muestra de gracia para ellos.
De parte de los má s de cuatrocientos líderes y sus esposas, gracias por contribuir
generosamente a su entrenamiento, el cual durará varias semanas este otoñ o.
Y también, acabo de terminar la gira El Verdadero Matrimonio, y tengo un corazó n
para Haití, y les pedía a personas en la gira: «Patrocinen a un niñ o, patrocinen a un
niñ o. Les dará n un lugar donde vivir, educació n, alimento, agua, seguridad, y
aprenderá n acerca de Jesú s», y nosotros patrocinamos a ochocientos niñ os haitianos
tan solo en la gira El verdadero matrimonio. Esas son apenas unas de las cosas que
está n pasando internacionalmente, y espero que ustedes digan: ¡Genial! ¿Cierto? Eso
es bueno; eso está bien.
UNA MENTALIDAD DE MARATONISTA
Al regresar a Hechos 1, entonces, la pregunta es: ¿Por cuá nto tiempo hacemos esto?
¿Por cuá nto tiempo hacemos esto? Esa fue su primera pregunta má s o menos. Y É l
dice: «No se preocupen por eso. A ustedes no les corresponde saber cuá ndo voy a
regresar. No les corresponde saber cuá ndo voy a regresar». Jesú s quiere que nos
preocupemos menos por su venida y má s con nuestro ir. Jesú s quiere que nos
preocupemos menos por su venida y má s por nuestro ir. Han pasado dos mil añ os y
algunos dirían que É l es lento. La Biblia dice que É l no es lento, es paciente, y quiere
que todos se arrepientan.
Anhelo el día que vuelva el Señ or Jesú s, para que no tengamos má s elecciones, para
que no tengamos má s naciones, ni má s guerras, para que sea solamente Jesú s y su
pueblo unidos para siempre, pero también estoy emocionado por la misió n que nos
falta por cumplir. Hay personas que alcanzar, hay iglesias que plantar, hay naciones
que servir. Significa que aú n no hemos terminado todas las cosas para las que Jesú s
nos ha escogido.
Por eso, Mars Hill, quiero que tengan una mentalidad de maratonista. No vengan a
registrarse para después darse por vencidos. Se trata de la perseverancia, ¿cierto? El
Espíritu Santo quiere darnos poder para perseverar así como Jesú s perseveró . Se trata
de seguir adelante con la misió n de Jesú s; y no solo dar, sino dar el resto de sus vidas;
no solo servir, sino servir el resto de sus vidas; no solo orar, sino orar el resto de sus
vidas. No sabemos cuá ndo volverá .
Quiero advertirles, Mars Hill, porque algunos de ustedes son nuevos y jó venes, porque
lo que pasa es que alguien siempre lee el Antiguo Testamento, y toman cosas del libro
de Daniel, o de Ezequiel, y toman algunas cosas de Mateo, y toman algunas cosas de
Apocalipsis, y lo compaginan con el noticiero Fox, lo revuelven todo, y le dicen a uno
que Jesú s volverá porque tienen un grá fico, ¿no es así? Hay un solo grá fico que
importa, el grá fico de Dios, y nadie má s verá ese grá fico. Solo Dios sabe cuá ndo
volverá Jesú s. No tenemos sitio para especular. Estamos mucho má s preocupados por
nuestro ir que con su venida, y si regresa mañ ana o si regresa en 1.000 añ os, si
seguimos en misió n, no tendremos nada de qué avergonzarnos, ¿amén?
Por eso vamos a seguir avanzando juntos por el poder del Espíritu Santo, y eso
requiere nuestro testimonio. É l dice: «Y me seréis testigos» Treinta y nueve veces en
Hechos repite lo mismo: «Y fueron testigos, y fueron testigos, y fueron testigos».
Testigo también es la misma palabra para má rtir. Es uno que da su vida, uno que dice:
«Voy a hablar de Jesú s aunque muera, porque sé a quién voy a ver al otro lado y ya no
tengo miedo a la muerte».
Mars Hill, hay muchas razones por las que no hablaríamos de Jesú s: la oposició n, el
ostracismo, la crítica. Tenemos que ser testigos. O sea, orar por la gente, amar a la
gente, servir a la gente, y también hablarle a la gente. Al igual que Jesú s, es el santo
nudo de nuestras obras y nuestras palabras, de hablarles a nuestros compañ eros de
trabajo, familiares, amigos, vecinos y enemigos acerca de Jesú s. Por eso es, en gran
parte, que comisionamos a nuestros grupos comunitarios, para ser testigos en su
comunidad, para ser testigos de la Persona y la obra de Jesú s en comunidades
particulares.
SU MISIÓ N REQUIERE SU GENEROSIDAD
Y por ú ltimo, la misió n de Jesú s requiere su generosidad. Permítanme regresar al
principio. Nos presentó a otro hombre. ¿Recuerdan su nombre? Teó filo. ¿Alguna vez
han conocido a alguien llamado Teo? A él le deben su nombre. En Lucas 1, también
menciona a Teó filo, Teo, y ahí lo llama: «Excelentísimo Teó filo». Por lo general es un
título, ¿verdad? ¿A cuá ntos de ustedes nadie los ha llamado «Su Excelencia»? Así es, las
cosas no funcionan así. Tendría que ocupar un cargo muy alto, sobre todo en el Medio
Oriente. Incluso hoy, uno tendría que ocupar un cargo alto para que lo llamen «Su
Excelencia».
Excelentísimo Teó filo es el que financió los libros de Lucas y Hechos. ¿Lo sabían?
Lucas tuvo que reunir un equipo de investigació n y viajar a todos los lugares a donde
Jesú s fue, y rastrear el viaje de Jesú s, y entrevistar testigos oculares, y extraer la
historia oral, y mirar documentos escritos, y confirmar todos los hechos, y después
tuvo que registrarlos en grandes rollos. No tenía una portá til alimentada por energía
solar. No fue así. Escribe todas estas cosas, y después par de tipos con cuellos del
mismo porte que el mío llevan todos esos rollos, ¿cierto? Fue todo un esfuerzo. Y
después, para el libro de Hechos tuvo que seguir a Pablo, y los viajes de Pablo, y la
obra de Pablo, y todos los lugares de los que vamos a leer en Hechos, y este pequeñ o
equipo tuvo que ir con él, y hacer toda la investigació n, y recopilar y guardar toda la
investigació n. ¿Cuá nto piensan que costó eso? ¿Cuá ntos añ os demoró eso? No tenían
aviones. Está n caminando y escribiendo, está n en un barco. A veces el tiempo los
retrasa. Esto tuvo lugar durante añ os. Añ os.
Teó filo emitió el cheque para pagarlo todo. Por eso lo mencionan al comienzo de
ambos libros. Lucas está diciendo: «Excelentísimo Teó filo, gracias por todo su apoyo, y
este es el resultado de su inversió n». ¿Piensan que Teó filo alguna vez se arrepintió de
haber financiado Luchas y Hechos? Mars Hill, les garantizo que no fue así. Les
garantizo que no fue así. No sé qué clase de ruedas tenía en su carruaje, no lo sé; no sé
qué tan grande era su casa. No lo sé, no lo sé.
Pero sí sé que financió la mayoría del Nuevo Testamento. Lo má s triste es que otras
personas perdieron esa oportunidad. Otras personas podían haber dicho: «¿Sabes, en
qué inviertes tu dinero? ¿Te gusta la Biblia? Pues yo emití un cheque…a la orden». No,
perdieron la oportunidad. Teó filo aprovechó la oportunidad. Era un hombre
acomodado que financió la redacció n de la mayoría del Nuevo Testamento.
Quiero ve vean aquí que la mayordomía y la generosidad invertida en el reino de Dios
y ser testigos de Jesú s es siempre una inversió n que vale la pena. O sea, cuando yo era
un cristiano nuevo que asistía a nuestra iglesia como estudiante universitario, ganaba
$1.000 al mes y decidí dar el 10%. Por lo que di $100 al mes como joven universitario.
Y una de las metas que Grace y yo hemos tenido a través de los añ os siempre ha sido
dar a la iglesia má s cada añ o que el añ o anterior y esto ocurrió antes de que
estuviéramos en el ministerio y asistiéramos a otras iglesias y cosas así. Hay mucho
dinero que me arrepiento de haber gastado. Pero no quisiera recuperar ni un solo
dó lar de lo que he dado a la misió n de Jesú s. Tengo el privilegio de ver a las personas
ser salvas, ver vidas cambiadas, matrimonios reconciliados, ver nacer a los niñ os, ver
el reino de Dios.
Y con eso, vamos a recolectar nuestra ofrenda ahora mismo. Y les insto que
aprovechen esta oportunidad para compartir en el corazó n de Teó filo, y dar a la
misió n de Jesú s.
ESTADO DE LA FAMILIA DE LA IGLESIA
Y al recolectar nuestros diezmos y ofrendas, quiero compartir un par de cosas con
ustedes. Estamos casi al cierre de nuestro ejercicio fiscal, y quería darles un breve
informe.
Este es un pequeñ o informe de la misió n y có mo van las cosas. Falso o verdadero: ¿El
Espíritu Santo vino sobre nosotros con poder? Verdadero. Los medios siempre me
hacen esta pregunta. «Pastor Mark, ¿cuá l es el secreto?». Pues no es mi personalidad
encantadora. Es el poder del Espíritu Santo. En la Pascua tuvimos nuestro domingo
má s grande en Mars Hill, 21.000 personas. Durante el ú ltimo añ o bautizamos a 1.000
personas. ¿Eso es bueno o malo? Es bueno. Llevamos muchos añ os seguidos
bautizando a má s de 1.000 personas.
Empezamos un ministerio estudiantil que cuenta con má s de 400 niñ os. Han tenido
má s de sesenta bautismos de niñ os nuevos que conocieron a Jesú s, y apenas llevan
menos de un añ o. El ministerio para mujeres empezó en la mayoría de nuestras
iglesias. Los días de entrenamiento para hombres ha estado repleto los sá bados. Y
también continuamos con nuestras campañ as para grupos comunitarios, por lo cual
tenemos recursos para ayudarles a estudiar la Biblia juntos, incluso ahora para
nuestro estudio en el libro de Hechos. Nos estamos mudando a nuevos locales para
Mars Hill Everett y Tacoma, y oramos por ellos y damos mientras seguimos nuestra
iniciativa de recaudar fondos para que las dos iglesias crezcan.
LO QUE SIGUE
¿Qué sigue? Tenemos potencialmente dos locales nuevos, dos edificios en el Orange
County, Bellevue, Olympia, y Shoreline. Nuestras iglesias está n creciendo. Necesitamos
nuevos locales. Queremos comprar los lugares que estamos rentando. Estamos viendo
sitios que cuestan casi lo mismo por mes para rentar, y si juntos podemos dar el
anticipo, sería genial porque dejaríamos de ser arrendatarios y seríamos propietarios
y tendríamos má s espacio para servir a má s personas. Estamos creando un nuevo
programa de discipulado que integraremos a nuestros grupos comunitarios. Estamos
desarrollando un nuevo currículo para niñ os. Hay má s de 3.000 niñ os menores de diez
añ os en Mars Hill. Tenemos el libro de Hechos.
Este verano tenemos: «Mi mejor sermó n de siempre». Invité a Wayne Grudem, Eric
Mason, Paul Tripp, Bruce Ware, Larry Osborne, y todos vendrá n a predicar para
ustedes porque los quiero. Vamos a estudiar los Diez Mandamientos en el otoñ o.
Después estudiaremos el libro de Santiago.
Y el proyecto má s grande que hemos hecho , después de eso, será : «Mi Problema con
el Cristianismo». Hemos comisionado un enorme equipo de investigació n para hacer
una encuesta nacional enorme sobre las objeciones y las oposiciones al cristianismo
de parte de los no cristianos. Tomaremos las 8 principales y vamos a refutarlas
sermó n por sermó n. Pienso que será [Hice sonido de explosió n] como dinamita.
ESTADO DE LAS FINANZAS
Bien, sí, esto es lo que viene. La buena noticia es que nuestros gastos está n abajo de lo
previsto, por lo tanto hemos sido buenos administradores. La mala noticia es que
nuestros donativos son menos de lo proyectado, y tenemos que compensar casi $1
milló n de dó lares en toda la iglesia al final de nuestro ejercicio fiscal, a finales de junio,
así que oren por su iglesia, si oran por su iglesia, su tesoro seguirá sus corazones, y
todo empieza al orar por su iglesia.
Al terminal nuestro ejercicio fiscal, quiero que vean esto. Si ven toda la Iglesia Mars
Hill, tuvimos muchas personas, no sé unas 12.000 personas esta semana o algo así,
¿cuá l iglesia tiene el menor porcentaje de personas que dan? Rainier Valley, con
menos del 20%. Entre el 20% y el 30% de las personas dan alguna cosa, ¿verdad? Y
cuando mi hijo de siete añ os, Gideon, traiga su diezmo a la iglesia hoy, entrará a la
categoría de los que dan. Es dar cualquier cantidad. Everett, Federal Way, Orange
County, Portland, y U-District, entre el 20% y el 30% de las personas dan alguna cosa
al añ o. Está n dando algo. Entre el 31% y el 40% en Albuquerque, Ballard, Bellevue,
Downtown Seattle, Olympia, Shoreline, y West Seattle. Y el hermano mayor al que le
debemos un abrazo es Sammamish, donde el 40% está n dando.
Y quiero que vean esto: somos una familia con catorce hijos. Rainier Valley es un á rea
empobrecida y en realidad tenemos muchas mujeres que viven en Hope Place, un
hogar transitorio para mujeres que tuvieron circunstancias difíciles. Una iglesia como
Mars Hill nunca plantaría una iglesia allá porque no es econó micamente viable, pero
también es el có digo postal má s diverso de los Estados Unidos de América; y una
manera de llegar a las naciones es llegar a Rainier Valley, porque todas las naciones
está n ahí. Y las iglesias que está n dando generosamente está n ayudando a apoyar a las
iglesias con problemas econó micos.
Lo mismo pasa con University District, ¿cierto? Hay dos clases de quiebra: en la
quiebra, y universitario en la quiebra. Ese es otro nivel de estar en la quiebra. La
mayoría de los jó venes universitarios no dicen: «Sí, estamos listos para comprar
nuestro edificio y financiar nuestro personal». Si queremos pizza, ellos nos podrían
ayudar. Aparte de eso, no representan un aporte financiero importante.
Eso significa que las iglesias con má s trayectoria, má s madurez, má s establecidas, y
má s piadosas deben ser má s generosas. Lo mismo pasa en una familia, donde el
hermano mayor y la hermana mayor cuidan a su hermanito y a su hermanita.
Finalmente, el hermanito y la hermanita crecen y les toca cuidar a los hermanitos y a
las hermanitas má s nuevos y recientes. Así lo hacemos nosotros. Y quiero darles las
gracias.
También les contaré algo sensacional. A los de Mars Hill Sammamish, les dijimos:
«Oigan, parte de su dinero es para ayudarle a los de Mars Hill Rainier Valley». ¿Saben
qué hicieron? Aplaudieron y aclamaron. Eso es bueno, ¿no es cierto? Es bueno. Les
cuento que cuando pago mis impuestos, no aplaudo ni aclamo, porque la misió n no me
entusiasma tanto. Borraremos esa parte, pero es muy revelador.
CÓ MO PARTICIPAR
Por ú ltimo, có mo participar. Tienen un sobre para dar, pueden dar en línea en
marshill.com/give, y pueden ir a marshill.com a abrir su cuenta Connect. Escuchen, no
se trata del dinero, se trata de la misió n. Queremos que la gente conozca a Jesú s,
queremos que las iglesias sean plantadas, queremos llegar a las naciones, y para ser
personas generosas, debemos ser generosos.
ORACIÓ N
Dios Padre, muchísimas gracias porque lo que leímos en Hechos es lo que estamos
viendo en Mars Hill, que has venido sobre nosotros con poder. Dios, has hecho cosas
maravillosas y poderosas entre nosotros. Má s de mil bautismos en un añ o es
maravilloso. Señ or Dios, el que podamos estar en catorce localidades, y que desde ahí
podamos servir a las naciones es maravilloso. Jesú s, tú está s vivo. Nos has enviado el
Espíritu Santo. É l ha sido bueno con nosotros, ¿amén, Mars Hill? É l ha sido bueno con
nosotros. Ayú danos a ser buenos testigos. Ayú danos a tener el valor de Lucas.
Ayú danos a ser generosos como Teó filo para que muchos puedan conocer a Jesú s, en
cuyo nombre lo pedimos, amén.
Bien, vamos a recibir la comunió n. Vamos cantar y celebrar. ¡Todos de pie!

Das könnte Ihnen auch gefallen