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1) PERÍODO ARCAICO
La educación heroica: — Con los poemas de Homero se abre la historia
de la educación en Grecia.
Mas los poemas de Homero tienen otro valor. En sus ejemplos se inspira
toda la cultura griega. De Homero salen las artes, la historia y la
gramática. Esta circunstancia, conocida por Platón, le permitió afirmar
que Homero es el educador de toda la Grecia.
La Ilíada nos habla de un mundo dominado por una aristocracia de guerreros.
En la cumbre encontraremos al rey, rodeado de una verdadera corte integrada, parte por
hombres de consejo y experiencia, parte por jóvenes y fieles guerreros que forman la clase
noble.
Todos viven en la corte y comen en la mesa real, mientras la cortesía acompaña al
caballero en todas partes, hasta en la guerra. Por su semejanza con la organización
prefeudal de la corte de Carlomagno, se puede hablar de una caballería homérica.
Él «prudente centauro Quirón» es la figura típica del educador, maestro de Aquiles y de
otros .veinte héroes. Le había enseñado a Aquiles los deportes, los ejercicios
caballerescos, la caza, la equitación, la cirugía, la farmacopea y las artes cortesanas,
como el tañer la lira.
El héroe debe saber de todo, pero su verdadero guía, el anciano Fénix, le infunde en su
conciencia un alto ideal de conducta humana.
En la hora decisiva recuerda el fin para el cual lo ha educado: «Me han ordenado que te
instruya como a mi hijo. Debes decir cuanto debe ser dicho y hacer cuanto necesita ser
hecho».
«Para ambas cosas te he educado, para pronunciar palabras y para realizar acciones»,
fórmula que condensa el doble ideal del perfecto caballero: ser buen orador y excelente
guerrero.
La Odisea pinta las costumbres domésticas y muestra los conocimientos geográficos.
Nos habla de Ulises, describe sus viajes, sus aventuras, su vida familiar y hogareña. Aquí
aparece la diosa de la sabiduría bajo la figura de Mentor, instruyendo a su hijo Telémaco.
El nombre de Mentor ha servido, desde el Telémaco de Fe-nelón, para designar al viejo
amigo, protector, maestro y guía.
Al principio, Telémaco es un joven abandonado, sin energía, sensible, doliente; pero la
influencia de su maestro lo convierte en un luchador valeroso. Así sorprendemos, desde los
orígenes de la civilización griega, un tipo de educación netamente definido: el joven noble
recibe los consejos y los ejemplos de una persona mayor, a la que’ se le confía para su
formación.
5
• LA EDUCACIÓN EN ESPARTA:
Carácter. — La educación espartana se caracteriza por su sentido
exclusivamente estatal y, sobre todo, militarista.
Esto se explica si recordamos que Esparta tuvo que defenderse
permanentemente de los pueblos vecinos y de los enemigos interiores o
clases sometidas.
• LA EDUCACIÓN EN ATENAS
Carácter. — La educación ateniense difiere profundamente de la
espartana, por su organización y por su espíritu. Constituye el tipo más
representativo de la educación griega. En ella vamos a encontrar, en
toda su plenitud, el humanismo pedagógico con su culto por la libertad y
su preocupación por el desarrollo armónico de la personalidad.
Con extraordinaria perspicacia caracterizó el historiador ateniense Tucídides las
excelencias de la formación ateniense sobre la espartana: «No educamos a nuestros niños
mediante procedimientos de violencia, sino dejando que libremente se desarrollen hasta
hacerse hombres.
Amamos y cultivamos lo bello, sin vana ostentación. Amamos la verdad, tendemos hacia el
conocimiento sin dejarnos ganar por la molicie ni la holganza. Somos atrevidos y hasta
temerarios, pero nuestra exaltación no nos impide darnos cuenta del alcance de nuestra
empresa.»
Educación familiar. — Tanto en Atenas como en Esparta los niños recibían
de sus padres la primera educación.
Se les enseñaba poesías y cánticos apropiados para infundirles buenos
sentimientos y se aprovechaba su afición a los cuentos y fábulas para
inculcarles principios morales.
Como los textos eran costosos, cuando el alumno sabía escribir los
copiaba, o si no el maestro dictaba fragmentos que luego hacía
comparar con sus textos, cotejando los errores.