Oso quiere construir una cancha de tenis en los jardines de

su casa para jugar con Osa. Pero para poder compartirla con
ella, debe primero enfrentar al Oso del Himalaya. Aunque una
serie de infortunios lo tienen a maltraer, Masha está allí
para ayudarlo. ¡Y vaya si lo hace!

ISBN: 978-84-17019-67-9

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www.mashabear.com
 © Animaccord LTD, 2008 - 2017
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Título original: Victory Cry
Serie creada por: O. Kuzovkov
Director de arte: I. Trusov
© 2017 Versión en español por Luppa Solutions S.L.
1 edición: noviembre de 2017
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Desarrollo editorial: almaceneditorial.com

Masha y Oso están pescando a orillas del lago cuando escuchan un Oso ya no está interesado en la pesca. Corre hacia el jardín de su
extraño ruido al otro lado de los arbustos. casa y lo convierte en un estadio de tenis, ¡con gradas, bancas para
–Shhh, ¡cállense por allá! –dice la pequeña Masha. los jugadores y todo!
Oso se acerca hasta los arbustos y ve a Osa jugando al tenis sola. Inmediatamente va a buscar a Osa para invitarla a jugar juntos.
Entonces Oso tiene una gran idea: ¡construir una cancha en el jardín
de su casa!
–Guau, ¡picaron! ¡En los dos anzuelos! ¡Sí! –dice, mientras tanto, la
pequeña Masha, que permanece pescando en la laguna.

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Al regresar con Osa a la cancha, ¡no!, está allí el Oso del Himalaya
para estropear su plan.
Oso del Himalaya empuja a Oso y eso hace que este se enoje mucho,
así que le saca la raqueta y lo golpea en la cabeza.
Entonces, Oso del Himalaya toma la raqueta de Osa e intenta
golpearlo. Así comienzan a luchar con las raquetas como dos
espadachines.
Osa se pone en el medio de los osos en disputa, logra separarlos
y los convence de enfrentarse en un partido. Arroja al aire una
moneda para sortear quién tendrá el servicio primero.
Oso del Himalaya gana y comienza el gran match: Oso contra el Oso
del Himalaya.

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Oso del Himalaya comienza con ventaja. Y con los primeros puntos
empiezan las burlas hacia su oponente. Pero Oso gana los puntos
siguientes y empata la partida.
Oso también se burla sacando la lengua y así el partido sigue y los
golpes a la pelota son cada vez más fuertes.
Masha está volviendo de pescar con su cesta llena de pescados.
En ese momento Oso sale en busca de la pelota fuera del campo de
juego. Es que no agarra una. Oso del Himalaya lo tiene a maltraer. Le
gana un punto tras otro.
El pobre Oso, en un gran esfuerzo físico, corre hacia fuera de la
cancha por enésima vez. Y al hacerlo, tropieza con la pequeña
pescadora y, sin querer, le tira todos los pescados al suelo.
¡Oh, no! ¡Oso pisa uno y resbala! ¡Qué golpe se dio!

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Oso se ha lesionado. ¡Ahora no podrá seguir jugando!
Oso del Himalaya se ríe de él, pero Masha, muy enojada, lo desafía:
–Basta. Tú te lo buscaste... Vas a jugar conmigo. Y si te gano el juego,
set y partido, ¡eres mi juguete!
Oso del Himalaya acepta el desafío y se va.
El gran partido será mañana y Masha les pregunta a Oso y a Osa:
–¿Cómo se juega a esto? ¿Cómo se llama? ¿Tenis?
La pequeña Masha empieza un duro entrenamiento con ejercicios
que no le salen. Sin embargo, no se rinde y, luego de practicar varias
veces, todo comienza a salir mejor. Ya le pega a la pelota, salta la
soga ¡y hasta levanta pesas!
Llega la noche. Mientras mira un partido en la televisión, Masha
descubre la verdadera arma secreta del tenis y exclama:
–¡El que grita más fuerte es el ganador!

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Llega el día del gran partido. El sol brilla afuera con mucha fuerza.
¡Masha está lista para vencer luego de tanto practicar!
Y parece que así será... ¡La primera parte del partido, Masha, grito
tras grito, gana todos los puntos!
Todo está saliendo mejor que lo esperado. Parece ser cierto: ¡el arma
secreta es gritar!
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Masha gana el primer set y se sienta a descansar. Pero parece que
Oso del Himalaya está tramando algo... Saca una barra de chocolate
y la mira deseoso delante de Masha.
Y ella, por supuesto, le pide a Oso del Himalaya que la convide un
bocado. Lo extraño es que él se lo da.
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Masha come el chocolate y Oso, aunque la ve, no llega a avisarle a
tiempo. ¡Cómo no vio venir antes la trampa!
Cuando Oso del Himalaya y Masha van a comenzar el segundo
set, Masha se da cuenta: ¡tiene la boca pegada! El chocolate tenía
pegamento, parece.
¿Qué hará ahora para ganar?
¡Comienza a perder todos los puntos!
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Masha se siente muy triste por haber perdido el segundo set.
Ahora solo queda el tercero y si Oso del Himalaya vuelve a ganarle,
ella perderá el partido.
Cuando Oso la ve, se acerca para decirle algo al oído que la hace
sentir mucho mejor.
Convencida y segura de sí misma, se para y va hacia la cancha con
la raqueta en la mano.
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¿Qué le habrá dicho Oso? A pesar de que no está gritando, ¡Masha
vuelve a ganar todos los puntos del partido!
La niña le da la espalda a Oso del Himalaya y se posiciona para lo
que parece que va a ser un gran saque.
Los Lobos y todas las mascotas la alientan desde las gradas.
De repente, la boca se le despega y Masha, gritando, golpea bien
fuerte la pelota. Es un saque veloz que agujerea la raqueta de Oso
del Himalaya.
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¡Toda la grada festeja! ¡Todos están muy contentos!
Se abrazan entre ellos y son felices de saber que al fin Masha le ha
ganado a Oso del Himalaya luego de todo lo que ha pasado.
Masha, triunfante, dice:
–¡Listo! ¡Eres mío!
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Ahora Oso y Osa podrán jugar juntos al tenis.
Oso del Himalaya no parece tan contento como los demás...
Masha juega con él y con su cerdo, ambos vestidos de bebés y en
cochecitos, mientras pellizca sus cachetes.
–A ver, a ver, mis bebitos. ¡Mis lindos gemelitos! –dice Masha, feliz de
haber ganado la partida. Y de poder burlarse del Oso del Himalaya.

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