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LA CAMARA DE REFLEXION.

Para determinar los elementos axiológicos y de significatividad de la


Cámara de Reflexiones, es necesario comprender, en primera instancia,
el significado del concepto cámara y del concepto reflexión, para poder
comprenderlo posteriormente desde su articulación inseparable en la
formación masónica del aprendiz.

Desde sus raíces latinas y griegas, la palabra cámara [Según el


diccionario de la R.A.E., el término cámara viene del latín cámara, y
este del gr. καμαρα que significa bóveda.], cámara, significa bóveda,
cámara, entendida como sala, pieza principal de una casa o como
reunión de personas para tratar algún asunto. También hace referencia
al sepulcro o bóveda sepulcral.

Por su importancia, desde el acontecimiento iniciático del A.·.M.·.


conviene que nos detengamos en el concepto de reflexión. La reflexión,
la comprendemos desde la conceptualización que hace Jonh Locke
[Filósofo inglés del siglo XVII, fundador de la escuela empírica,
caracterizada por que el conocimiento se funda en la experiencia, la
cual plantea desde dos dimensiones, la primera como percepción
externa mediante los sentidos –sensación- y como percepción interna
de estados psíquicos -reflexión- esta última ópera siempre sobre un
material aportado por la sensación. Planteamientos hechos en su obra
"ensayo sobre el Entendimiento Humano."] como "aquellas noticias
que el espíritu adquiere de sus propias operaciones y del modo de
efectuarlas, en virtud de lo cual llega a poseer ideas de estas
operaciones en el entendimiento."
 
La reflexión es la apropiación teórica y la comprensión desde el pensar,
sentir y actuar de las acciones que proyecta el espíritu del A.·.M.·. y que
pueden ser conocidas, en un primer momento, desde el conocimiento
sensible para construir un conocimiento abstracto, desde la reflexión y
un conocimiento lógico, en la operacionalidad de los elementos teóricos
construidos.

La reflexión es un proceso que articula teoría, contexto e interacciones


entre los anteriores. La reflexión se identifica por la inserción desde la
conciencia humana a la experiencia, la εμπειρία [Termino griego que
significa experiencia.] griega, comprendida como toda acción que
construye, esta experiencia se confronta desde la inmersión consciente
del hombre en el mundo, lo que le posibilita construir su visión del
mundo, a partir de procesos de descripción, interpretación, explicación
y valoración de los intercambios simbólicos, las manifestaciones
afectivas, sociales culturales, económicas y éticas-políticas.

Es importante tener claro que la reflexión, a diferencia de otras formas


de conocimiento, supone tanto un sistemático esfuerzo de análisis,
como la necesidad de elaborar una propuesta totalizadora, que captura
y orienta la acción. El conocimiento sólo puede considerarse
instrumento de los procesos de reflexión cuando se ha integrado
significativamente no en parcelas aisladas de la memoria semántica,
sino en los esquemas de pensamiento más genéricos que activa el
individuo al interpretar la realidad concreta en la que vive y sobre la
que actúa, y cuando organiza su propia experiencia.

La reflexión, es el medio para construir un conocimiento en la acción,


que responde a situaciones polémicas, desde el espíritu humano y que
pretende construir una acción con sentido.

La Cámara de Reflexiones, desde la concepción masónica, se


comprende como la sala en el que se encierra al neófito antes de su
iniciación, para meditar ante un cierto número de símbolos. Es allí
donde debe también redactar su testamento filosófico [Pequeño
diccionario de términos Masónicos. Algunas denominaciones
masónicas].

El encierro del cual es objeto el neófito, posterior A.·.M.·., en la Cámara


de Reflexiones, le posibilita entrar en el más profundo de los silencios
que contrasta con un mundo cotidiano caracterizado por el exceso de
ruidos. En este espacio es donde el neófito, posterior A.·. M.·. comienza
su conocimiento iniciático, caracterizado, no por la teorización a la que
estamos acostumbrados, sino por la reflexión en los términos
anteriormente expuestos desde la confrontación del yo con yo, en lo
más profundo del autoconocimiento interior. Es por eso que valorar la
experiencia iniciática de la Cámara de Reflexiones, permite al neófito,
posterior A.·.M.·., transformar su relación con el mismo, con su
entorno, con los demás y con el G.·.A.·.D.·.U.·.

Es importante comprender el proceso de la Cámara de Reflexión en el


grado de A.·.M.·. pues es el comienzo, el preámbulo, el inicio desde el
momento de las vendas en los ojos, en el cual, debe, necesariamente,
confrontarse el neófito, posterior A.·.M.·., con sus propias oscuridades,
que lo preparan para comprender las oscuridades propias de la muerte,
es allí, donde la reflexión afecta la acción y comienza a transformar la
vida del neófito, posterior A.·.M.·.

Pero, ¿por qué reflexionar en un espacio oscuro y sólo sobre la muerte?


Esta pregunta es el centro del quehacer reflexivo del neófito, posterior
A:. M:. ya que la muerte es vista como última morada, el final, descanso
eterno. Es la muerte, la que propicia en el hombre el miedo, pero para
otros es signo de esperanza, como a muchos les produce indiferencia.

Ya Francis Bacon decía: "Los hombres tienen miedo de la muerte, como


los niños temen ir por la oscuridad".

La Cámara de Reflexiones, caracterizada por sus paredes negras, las


cuales simbolizan el misterio, la ignorancia y la oscuridad en que se
encuentra el neófito [Randolf M.Koppel A.·.M.·. La Cámara de
Reflexión en - es expresión del hombre profano. Platón. Fedón. 250 D y
66.], que anda en tinieblas y le teme profundamente al sufrimiento y,
por tal razón, en ella se encuentran los emblemas de la muerte y una
lámpara sepulcral. Esta realidad nos hace enfrentar una crisis interna,
una confrontación dialéctica en el cual las tesis del neófito, posterior
A.·.M.·., su visión del mundo, se confronta con una antítesis, la
simbología presente en la Cámara de Reflexiones; de esta
confrontación dialéctica debe surgir la síntesis, entendida como una
vida nueva, que se reconstruye a partir de la formación del A.·.M.·.; es
importante determinar que la Cámara de Reflexiones representa el
cuerpo del neófito, posterior A.·.M.·. que sirve de prisión al ser interior,
al espíritu.

Platón sostiene que el cuerpo es la cárcel del alma, algo así como el
caparazón que lleva dentro a la ostra. Supone un lastre negativo para el
alma, pues le crea necesidades, enfermedades, deseos, temores,
pasiones y sensaciones que le obstaculizan la búsqueda de la verdad. Es
un estorbo del que el alma tiene que liberarse poco a poco, del que
tiene que purificarse para poder acceder a la contemplación de las
ideas. El cuerpo inclina al alma a poseer cada vez más, a ser ambiciosa,
al comportamiento violento y a la guerra, a los placeres sensibles.

Está crisis dialéctica se complementa con las inscripciones en las


paredes, cuya finalidad es levantar las energías y desarrollar la
voluntad del neófito, como son:

 "Conócete a ti mismo".
 "Si te trae aquí la mera curiosidad, vete".

 "Si rindes homenaje a las prerrogativas humanas, vete, porque aquí


no se las conoce".

 "Si temes que alguien te eche en cara tus defectos, no prosigas".

 "Espera y cree. Porque entrever y comprender el infinito es caminar


hacia la perfección".

 "Ama a los buenos, compadécete de los malos y ayúdalos, huye de los


embusteros y no oigas a nadie".

 "El hombre perfecto es aquel que más útil es a sus hermanos".

 "No juzgues livianamente las acciones de los hombres, elogia poco,


adula menos. Jamás censures ni critiques".

 "Lee y aprovecha, mira e imita, reflexiona y trabaja, trata de ser útil a


tus hermanos y trabajarás para ti mismo".

 "Piensa siempre que polvo eres y en polvo te convertirás".

 "Naciste para morir." [Cfr. ADOUM. Jorge, Esta es la masonería. El


aprendiz y sus misterios. Primer Grado. Ed. Kier S.A. Buenos Aires,
1999.]

De todas estas inscripciones en las paredes, debe resaltarse la sigla


V.I.T.R.I.O.L., en fin, resume en sí el contenido potencial de todos los
símbolos presentes en la Cámara de Reflexión: Visita Interiora Terrae
Rectificando que Invenies Occultum Lapidem (visita el interior de la
tierra y rectificando hallarás la piedra oculta). Sólo adquiriendo
conciencia de la propia identidad, analizando y discerniendo,
ordenando y rectificando las apariencias con que nuestros sentidos nos
velan la realidad, seremos capaces de encontrar en nosotros mismos la
materia prima del verdadero ser, la chispa "divina" que habita en cada
hombre.

Estas inscripciones, como en contexto de la Cámara de Reflexiones,


buscar generar en el neófito y posteriormente en el A.·.M.·., la
confrontación dialéctica entre muerte y vida, entre dolor y felicidad,
entre engaño e iluminación. Si los cinco sentidos ofrecen la muerte, el
espíritu da la vida eterna.

Otro elemento presentes en la Cámara de Reflexiones, como primer


contacto del neófito, posterior A.·.M.·., con su iniciación es el
simbolismo de la tierra, representando el volver a su estado de
inexistencia, a su no ser, posibilitando su renacimiento con una nueva
visión del papel a que es llamado y al ser consagrado como A.·.M.·.,
debe reorientar su vida, a partir de la significatividad de los elementos
propios de la tierra, presentes en la Cámara de Reflexiones, a saber:
agua, pan ,azufre, mercurio, sal y carbón o ceniza, el significado de cada
uno de estos elemento tiene un profundo valor simbólico.

De toda esta simbología, es importante comprender las siguientes:

- El color de las paredes: Es negro, generando un ambiente de


penumbras, simbolizando esta oscuridad el estado de conciencia actual
del neófito, posterior A.·.M.·.

- Los huesos humanos y piedras: Significan el caos en que hemos


desenvuelto nuestras vidas hasta ese instante, en lo material y
espiritual, y que precede al orden que prendemos establecer en ella a
partir de nuestra Iniciación masónica.

- El cráneo humano: Simboliza la igualdad que nos depara la


naturaleza a todo ser viviente, y debe inspirar al neófito a reflexionar
sobre la necesidad de actuar en concordancia principios y valores de
solidaridad con los más necesitados, de tolerancia y respeto para
quienes no concuerdan con sus ideas o conceptos, y de justicia y verdad
para con todos sus semejantes.

- El reloj de arena: Representa el flujo inexorable del tiempo y la corta


duración de la vida del cuerpo físico, así como la necesidad que
tenemos de emplear este breve destello de nuestra existencia material
para construir nuestro templo interior, luchando contra nuestras
pasiones, y haciendo cuantas buenas obras y servicios a los demás nos
sean posible, pero también indica el regreso al origen, lo vacío y lo
lleno, lo inferior y lo superior, el Cielo y la Tierra, lo de arriba y lo de
abajo.

- El gallo: Indica el despertar interior del hombre, el triunfo de la Luz


sobre las tinieblas, señalando además, la necesidad de la vigilancia que
hemos de tener sobre nuestros actos, no permitiendo que nada nos
aparte del sendero de la Verdad, la Justicia y el Honor.

- El pan y el agua: Así como ellos constituyen el alimento del cuerpo,


los pensamientos limpios y nobles constituyen el alimento del espíritu.
Además hace referencia al espíritu de sacrificio y de servicio que ha del
estar siempre presto a brindar el Iniciado, indicando que como el pan
mitiga el hambre material, así él está dispuesto a consolar, ayudar y
servir al necesitado; y el agua, que es la esencia de la vida humana,
calma la sed, sirve para el regadío de las cosechas, para la producción
industrial, etc. Simbólicamente nos muestra la necesidad de la
moderación en nuestros actos, evitando el excesos de los extremos, y
ambos unidos (el pan y el agua) nos indican lo necesario de la
prudencia con que hemos de enfrentar las vicisitudes del diario vivir.

- El azufre: Representa la acción o energía espiritual creadora que parte


del ser interno, es la esencia o chispa divina que reside en cada hombre
y que tiende a elevarlo a su Creador.

- El Mercurio: Simboliza toda influencia material o sensorial que


procedente del medio externo, intenta penetrar el ser interno del
hombre.

- La sal: Formada por cristales, es el equilibrio entre los principios


internos (azufre) y la influencia de las sensaciones que provienen del
exterior (Mercurio) y representa la armonía de los elementos anteriores
que debe alcanzar el neófito, posterior A.·.M.·., antes de ser iniciado,
logrando estabilizar su ser interno, preparándolo así para recibir la
LUZ. También indica al Candidato que la sal es obtenida producto del
Trabajo, simbolizando, igualmente, la necesidad de trabajar con
productividad para que la Sociedad progrese.

- La Ceniza: Este elemento simboliza a la necesidad de incrementar la


producción [Producción de bienes y servicios, medio por el cual el
trabajo humano crea riqueza.], atendiendo a que el mismo es el
resultado de la acción del elemento fuego actuando sobre las materias
primas, que posteriormente se convertirán en objetos de consumo
[Adolfo Terrones Benítez. Gr.·. 32º y Alfonso León García González.
Gr.·. 33º. El libro del aprendiz masón. Los 33 temas del aprendiz
masón y estatutos de la orden. Ed. Erbasa, México D.F afirman que:
"luego lleva su vista al plato que guarda la CENIZA, y se imagina que es
el GERMEN que contiene todas las substancias que produce la
Naturaleza, pero IGUALADAS mediante la acción del FUEGO, lo que
viene a demostrar, que debe incrementarse la PRODUCCIÓN que nos
brinda por nuestra Madre TIERRA, porque es lo que nos da la VIDA, el
VIGOR y la FUERZA."] .
 
- La Lámpara sepulcral: Su débil luz representa la vida del hombre, lo
que indica la necesidad que este tiene de la Solidaridad y la
Fraternidad, del esfuerzo común que transforma la vida y eleva al
hombre a la categoría de ser social.

- El Sarcófago y el esqueleto humano: Representan el estado de


descomposición moral a que llega el hombre que carece de un guía que
le conduzca por el camino de la Virtud, el Amor y el Servicio a la
humanidad que ha de ser la aspiración de todo masón.

A manera de conclusión podemos decir que El candidato antes y


después del paso por la Cámara de Reflexiones, debe ser amigo de lo
Justo, hombre de bien, capaz de ser luchador contra la absurda
ambición de los reconocimientos y glorias humanos, sabiéndolas
efímeras frente a la inmensa grandeza y justicia del Eterno.

Por otra parte, la Cámara de Reflexiones es representación, del


macrocosmos y del microcosmos, es decir, del universo y del hombre;
además nos hace recordar el estado de ignorancia en el que vivimos los
humanos antes de conocer el principio fundamental de la orden
masónica, "hay que morir a los vicios para nacer a las virtudes", como
el legado verbal trascrito por sus seguidores y donado a la humanidad
por el Q.·. y V.·. H.·. " Jesús de Nazaret " que dice: "El que no nace de
nuevo, no entrara al reino de los cielos."

La Cámara de Reflexiones, representa el descenso a los infiernos, la


muerte aparente que precede a la reencarnación, el reencuentro con
una nueva vida. En el tenemos nuestras primeras reflexiones antes de
ver la luz. Reflexionamos acerca de los "Deberes del Hombre para con
Dios... para con sus semejantes... y para consigo mismo". Volvemos la
vista hacia Dios y hacia nosotros mismos. 

LA CAMARA DE REFLEXION SIGNIFICADO GRADO


APRENDIZ

AL:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.

LA CAMARA DE REFLEXION

«Condúceme de la oscuridad a la luz», resume la enseñanza del Primer Grado.

INTRODUCCIÓN

Tanto en las escuelas esotéricas de la antigüedad como en


las cofradías de los constructores medievales la recepción de
un nuevo miembro se realizaba solemnemente, poniendo en
práctica un ritual de ingreso que sometía al candidato a
pruebas personales que permitían juzgar su capacidad.
Pasados los desafíos, se le comunicaban palabras, gestos y
toques de reconocimiento mutuo. Adicionalmente, se debía
prestar juramento de silencio respecto de los secretos
logiales.
El ritual de iniciación es el punto de partida de una iniciación
al  conocimiento y corresponde a un arquetipo universal. Se
establece, mediante el rito, una correspondencia entre el
nacimiento físico (dar a luz) con el nacimiento espiritual
(iluminación). Recordemos que en la escuela francmasónica
así como en aquéllas que se remontaban a la
Grecia preclásica denominaban al recién iniciado como
“neófito” (es decir, “nueva planta”, “recién nacido” o “hijuelo”).
Además, todo ello se vincula a la palabra “conocimiento”,
ligada a su vez a “conacimiento”, es decir, volver a nacer.
En otras palabras, quien se inicia en el conocimiento de este
ideario nace a la comprensión de una nueva realidad (y, por
tanto, amplía su visión y se hace más universal).

Símbolos.

El método iniciático se basa en diversos principios, de los


cuales, Desde el primer momento del proceso iniciático el
neófito es puesto en contacto con los símbolos y los ritos.(1)

Los símbolos son signos con una carga afectiva que pueden
conectarse tanto con el consciente como con el inconsciente
del sujeto que los contempla o los reproduce.
Los símbolos representan estructuras o acordes mentales
que se encuentran almacenados en la psiquis del individuo y
en el trasfondo inconsciente de su grupo cultural. Esta
conceptualización bastará para prevenir que una cosa es el
símbolo en sí y otra distinta la gráfica o materialización del
mismo.
Los símbolos usados pueden ser números, palabras, figuras,
mitos, objetos, gestos, colores y expresiones corporales.

Ahora bien, el proceso de sustitución analógica pretende


vivificar o vivenciar el símbolo o el mito. El que se inicia podrá
ir descubriendo gradualmente, mediante analogías, las
resonancias internas y tomas de conciencia que en él
produce el símbolo. Este proceso, despojado del ritual, es en
esencia el usado por la psicoterapia moderna para despertar
aspectos dormidos o traumados de la psiquis.

El rito.

El rito es un orden sistemático y pre establecido para llevar


adelante una ceremonia oficial, sea religiosa o de una
escuela filosófica.
El valor del rito no sólo reside en la reproducción de los
paramentos externos y las formalidades, Es más que eso,
Utilizando los símbolos, las acciones pre  establecidas
pretenden vivenciar o revivir la experiencia mítica. Es decir, el
rito es un procedimiento unificador pues constituye la forma
activa de usar los símbolos y el método analógico para
despertar la conciencia del neófito y darle el impulso inicial
hacia la conciencia de sí y de lo trascendente.

DESARROLLO

Para determinar los elementos axiológicos y de


significatividad de la Cámara de Reflexiones, es necesario
comprender, en primera instancia, el significado del concepto
cámara, para poder comprenderlo posteriormente desde su
articulación inseparable en la formación masónica del
aprendiz.
Desde sus raíces latinas y griegas, la palabra
cámara, significa bóveda, cámara, entendida como sala,
pieza principal de una casa o como reunión de personas para
tratar algún asunto. También hace referencia al sepulcro o
bóveda sepulcral.
La cámara de Reflexiones, Cámara negra o de trasmutación
espiritual  es el primer contacto que el profano tiene con la
Masonería y tiene una vital importancia ya que es allí donde
el candidato previamente inducido por el Q\ H\ Exp\ deberá
descender a sus estados más densos , a los que lo ligan con
el mundo profano y Material,  esta cámara tiene relación con
el misterio de la caverna, o con la choza ritual, o con las
cámaras bajo las pirámides del antiguo Egipto, en este lugar
deberá llevarse a cabo la muerte iniciática, el regreso a la
madre tierra, lo que  en alquimia se le llama el nigredo o el
negro mas negro que el negro,  o como también
afirmaba Paracelso Quien quiera entrar en el reino de los
cielos debe primeramente entrar con su cuerpo en su
madre y allí morir,    El candidato en la completa
obscuridad  o concentración  deberá llevar a cabo un cambio
en su manera de pensar  lo que en Masonería llamamos el
pasaje de las tinieblas a la luz .

El Cuarto de Reflexiones, siendo el lugar en que el profano se


prepara para la iniciación, equivale al athanor alquímico,
donde el recipiendario experimentará la transmutación,
mediante la conjugación y ordenamiento de las energías
sutiles. El profano "desciende a los infiernos", debe morir
primero, para luego "resucitar" y alcanzar la luz de la
Iniciación. Allí se dejará el tráfago del mundo exterior, habrá
un recogimiento interior, como la matriz original, para surgir
desde el fondo de la tierra (la materia densa, caótica) hacia lo
sutil del espíritu.
Este lugar es representación, además, del macrocosmos y
del microcosmos, es decir, del universo y del hombre. En él
se manifiestan cuatro niveles o planos superpuestos, donde
se encuentran los elementos básicos en la Alquimia; agua,
fuego, aire y tierra. El primer nivel es el del fuego primordial
para la obra de transmutación; en los dos siguientes, las
substancias transformadoras y, en el cuarto, la sutilidad de
los gases, relacionados con la trascendencia.
 El cuarto de reflexión no representa únicamente la
preparación preliminar del candidato para su recepción, sino
que es principalmente aquel punto crítico, aquella crisis
interior, donde empieza la palingenesia que conduce a la
verdadera iniciación, a la realización progresiva, al mismo
tiempo especulativa y operativa, de nuestro ser y de la
Realidad Espiritual que nos anima, simbolizada por los viajes.
El cuarto de reflexión, con su aislamiento y con sus negras
paredes, representa un período de oscuridad y de
maduración silenciosa del alma, por medio de la meditación y
concentración en uno mismo, que prepara el verdadero
progreso efectivo y consciente que después se hará
manifiesto a la luz del día. Por esta razón se encuentran en él
los emblemas de la muerte y una lámpara sepulcral, y se
hallan sobre sus paredes inscripciones destinadas a poner a
prueba su firmeza de propósito y la voluntad de progreso que
tiene que ser sellada en un testamento.
Al ingresar en este cuarto (símbolo evidente de un estado de
conciencia correspondiente), el candidato tiene
que despojarse de los metales que lleva consigo y que el
Experto recoge cuidadosamente. Tiene que volver a su
estado de pureza originaria –la desnudez  adámica
despojándose voluntariamente de todas
aquellas adquisiciones que le fueran útiles para llegar a su
estado actual, pero que constituyen otros tantos obstáculos
para su progreso ulterior.(3)

Los restos óseos humanos

De la Cámara de Reflexión podrán evocar diversos


conceptos. Uno de ellos sería la transitoriedad de la
existencia humana individual. Otro, la verdad desnuda,
despojada de los ropajes con que los recubre la cultura o
hipocresía humanas. Otro, la caída de las ilusiones y el
enfrentamiento del sí mismo. Representa la transitoriedad, la
verdad enfrentada hasta sus últimas consecuencias, el
proyecto de cambio y de limpieza interior. El significado
general es la transformación o cambio, dejando de ser lo que
se es para nacer a ser otro distinto y mejor.

Elementos

La presencia del Azufre y la Sal, representativos de principios


alquímicos. El Azufre corresponde a la energía que parte del
centro del Ser y es expansiva (su energía interna). La Sal es
el principio de cristalización, representa la estabilidad. El
mensaje implícito es que para llegar al sí mismo o parte
estable del Ser, el individuo debe aislarse de las fuerzas
externas o de las influencias del entorno o de los apetitos
biológicos básicos.(1)

La oscuridad es símbolo de limitación; y la luz significa para el


eterno viajero la liberación de limitaciones. (Representada por
la flama tenue que se nos proporciona)Aunque no la pueda
ver por hallarse la luz muy lejos, intuye que la puerta iniciática
de alguna manera o de otra lo conduce a ella. Presiente, en
su búsqueda desesperada, que se halla en dirección al
Oriente, y que se encuentra en el punto opuesto de donde él
está (5)
La luz de la vela que ilumina débilmente el recinto es el
germen que anuncia el nacimiento de un nuevo hombre
Los tropiezos que tenemos en la vida, los errores que
cometemos, la manera en que equivocamos con frecuencia la
dirección que deberíamos seguir, los temores y las
aprensiones que nos embargan, son indicios de la oscuridad
en que efectivamente vivimos. (4)
CONCLUSIÓN

 El hombre comienza a tener conciencia de su ser en el


mundo cuando omprende que él mismo es un símbolo, es
decir que debe verse como en un espejo donde se refleja el
Ser y la vida universal.(4)
La Vida no es de por sí una finalidad. No vivimos por el
gusto de vivir, sino en vista de cumplir con un deber.
Todo ser viviente tiene su razón de ser, su puesto
designado en el armonioso concierto de la vida universal.
Si existimos es en vista de la tarea que nos ha caído en
suerte; correspondemos a una necesidad.
De no ser así no habría lógica ni orden en el Cosmos y en
el mundo no sería más que un mecanismo ciego
trabajando de balde, sin provecho alguno, sin producir
trabajo efectivo.

Siendo así, ¿qué va a significar para nosotros la palabra


vivir? ¿Deberemos acaso apetecer las satisfacciones
individuales? Sí, pero dentro de ciertos límites de germen
en vía de desarrollo debe al principio acaparar y atraer
hacia él la sustancia circundante, dando muestra de fiera
avidez. El instinto vital procede de un egoísmo inherente
a la misma naturaleza de las cosas y que tiene un
carácter sagrado mientras tiene por finalidad la
construcción indispensable del individuo. La caridad bien
ordenada empieza por nosotros mismos y es preciso
adquirir, antes que poder dar. Pero los hábitos de
adquisición tienden a perdurar más allá del término
normal. Llegado a su pleno desarrollo el individuo queda
expuesto a seguir ignorando su destino
superior, o no pensar más que en él mismo, dejando a
sus solos apetitos la dirección de su vida.
Con tal que, obedeciendo a sus naturales impulsos, el
individuo sepa acordarse de sus semejantes, portándose
con ellos equitativamente, podrá conducirse en leal
unidad del humano rebaño.

Será acreedor a la estima de los Iniciados si ha sabido


llevar a cabo fielmente la tarea que le habrá
correspondido; el inmenso organismo humanitario
requiere múltiples funciones de infinita variedad: Loor a
quien sabe responder lealmente a las lejanas llamadas de
su vocación.
Todo lo dicho se refiere al mundo profano que los
Iniciados tienen buen cuidado en no menospreciar. La
honradez consiste en no perjudicar al prójimo ni hacer
daño a nadie, conservando nuestra libertad para buscar
satisfacciones ilícitas. Es poner en práctica el cada uno
para sí mantenido en sus justos límites para que sea
posible la vida en común entre individuos civilizados.

La Masonería es una Ciencia y un Arte que se revelan


progresivamente a quien se esfuerza y persevera en el
estudio y en la práctica, por medio de la comprensión y del
uso de sus instrumentos Simbólicos. Así pues, la distinción
entre masón y profano no puede ser determinada únicamente
por la ceremonia con la cual un profano es admitido y
reconocido como miembro de la Orden, sino que depende de
la efectiva realización de esta cualidad.

El simbolismo de la Masonería es susceptible de las


interpretaciones más diversas; sus signos, señales y palabras
de reconocimiento, herramientas, pasos y mobiliario del
templo, así como el significado de sus luces mayores y
menores conservan para el iniciado aquellas verdades
esotéricas que todo hombre necesita saber para encontrar su
camino «de la oscuridad hacia la luz; de la muerte a la
inmortalidad; de lo ilusorio a lo Real.

 
 

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