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INTRODUCCION

El contrato de compraventa o de venta, como es comúnmente llamado, no fue


obra del derecho Romano, sino perfeccionada por este; puesto que es una
operación realmente antigua, conocida tanto por los egipcios, como por los
babilonios, mucho tiempo antes del nacimiento de Roma. Aun así, los
romanos le dieron forma, desde que se estableció en la ley de las doce tablas,
hasta las instituciones jurídicas del emperador Justiniano que profundizaron en
su carácter consensual, el contrato de compraventa evoluciono y fue
transformado hasta llegar a ser lo que hoy es.

El contrato de compraventa es uno de los principales contratos. Según los


romanos, es un contrato formado solo consensu, pues es perfecto por el solo
acuerdo de las partes, de los contratos solo consensu o consensuales, la venta
es el más antiguo, se dice que con la introducción de la moneda ésta al fin se
distinguió del cambio, para realizarse era necesario que el vendedor
transfiriera al comprador la propiedad de la cosa vendida, por mancipación o
por tradición, según los casos; en cuanto al precio, éste era pagado en el acto.
La compraventa es un contrato nominado, pues se encuentra establecido en
nuestra legislación, con pautas para su aplicación.

El Código Civil de la República Dominicana reserva para el tema de la venta,


el título VI, que consta de ocho capítulos con sus respectivas secciones, que va
desde el articulo 1582 hasta el 1701.

En el contrato de compraventa concurren dos partes, el vendedor y el


comprador, dicho contrato produce efectos sobre estos, es decir, les crea tanto
derechos como obligaciones, que serán tratadas detalladamente en el presente
escrito.

Además de las partes, el contrato posee dos elementos esenciales que son: la
cosa y el precio, cuyo acuerdo perfecciona la venta. La ley se encarga también
de establecer que personas pueden comprar o vender.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA: EFECTOS GENERALES Y LAS
OBLIGACIONES DE LAS PARTES

En contrato de compraventa, comúnmente llamado venta, tiene las siguientes


acepciones:

Primero: la venta es un contrato por el cual uno se compromete a dar una cosa
y otro a pagarla. Puede hacerse por documento público o bajo firma privada.
Y Segundo: la venta es el contrato por el cual una de las partes, llamada
vendedor, se obliga respecto de otra , llamada comprador o adquiriente, a
transferirle la propiedad de una cosa y entregarle ésta, obligándose a su vez el
comprador a pagar el precio de ella.

Según el Art. 1583 del Código Civil de nuestro país, la venta es perfecta entre
las partes, y la propiedad queda adquirida de derecho por el comprador,
respecto del vendedor, desde el momento en que se conviene en la cosa y el
precio, aunque la primera no haya sido entregada y pagada.

EL CONTRATO DE PERMUTA

La permuta es un contrato por el cual cada una de las partes se obliga a dar el
derecho de propiedad (dominio) de una cosa para recibir el derecho de
dominio sobre otra.

También puede ser un contrato por el cual uno de los contratantes se obliga a
entregar el dominio de una cosa y una suma de dinero, pero cabe aclarar que
en algunas legislaciones, si la parte en numerario es superior o igual al valor
de la cosa, el contrato se considera de compraventa.

La permuta puede ser utilizada en ciertos regímenes como un mecanismo legal


para el cambio de divisas cuando esta actividad se encuentra prohibida o
limitada por un régimen de control de cambio.

Históricamente, la permuta, o trueque, es una forma primitiva de intercambio


anterior a la compraventa, que supone la existencia de moneda y por
consiguiente un grado de organización social más avanzado. Se trata de la
primera manifestación natural del comercio, y aparece en la historia desde el
momento en que las primeras poblaciones empiezan a especializar sus
profesiones y existen excedentes. El trueque presenta varios problemas,
principalmente limitaciones de tiempo. Cuando el intercambio es frecuente,
los sistemas de trueque encuentran rápidamente la necesidad de utilizar algún
bien con carácter de moneda.

Por ello, la importancia social de la permuta decae con la invención de la


moneda. A partir de ese momento las relaciones comerciales pasan a regularse
principalmente por medio de la compraventa. Actualmente el papel económico
de la permuta es muy modesto, aunque no ha desaparecido.

Sin embargo, históricamente es habitual que el papel de la permuta recobre


importancia en épocas de crisis económica, y principalmente en casos de
hiperinflación, cuando el dinero pierde en gran medida su valor.

EL CONTRATO DE COMPRAVENTA, SU CARACTERISTICA

a) Es un contrato consensual, puesto que el solo consentimiento transmite


la propiedad.
b) Es un contrato sinalagmático perfecto, pues existen entre las partes
obligaciones reciprocas.
c) Es traslativo de derecho, puesto que la propiedad queda adquirida de
derecho por el comprador.
d) Es un contrato a título oneroso, porque las partes obtienen prestaciones
reciprocas, la parte vendedora se desapodera de la propiedad y recibe a
cambio una prestación, consistente en dinero. Y la parte compradora se
desapodera de este dinero y recibe a cambio la propiedad.
e) Es un contrato nominado, pues sus reglas están establecidas en nuestro
código civil.
f) Es un contrato conmutativo, puesto que, lo que da el vendedor se
considera equivalente de lo que da el comprador, además, se saca un
bien del patrimonio del vendedor y entra otro por lo tanto no disminuye.
De aquí que los Elementos generales del contrato, también le son oponible al
contrato de compraventa, de modo que este solo existe, si se presentan los
siguientes elementos: 1) la Capacidad; 2) Consentimiento 3) Objeto y 4) la
causa, que es lo mismo que el Precio en el caso de la venta, Art. 1108 del cc.

La Capacidad: es la actitud y aptitud que tienen las partes que componen el


contrato, según lo ha dispuesto el Art. 1123 cuando que “Cualquiera puede
contratar, si no está declarado incapaz por la ley”. Sigue diciendo el código
civil en su art. 489 que “El mayor de edad que se encuentre en un estado
habitual de imbecilidad, enajenación mental o locura, debe estar sujeto a la
interdicción, aunque aquel estado presente intervalos de lucidez”

De modo que toda persona adulta, que caiga dentro de lo establecido por el
legislador de este texto, tiene una incapacidad para contraer y asumir
compromiso contractual.

El Consentimiento: es un requisito básico como en todos los contratos más en


la venta, tiene un carácter especial que le da a este contrato la condición de
contrato consensual por excelencia. Basta con que analicemos los artículos
1138 y 1589 del código civil Dominicano.

‘‘Art. 1138- La obligación de entregar la cosa es perfecta, por solo el


consentimiento de los contratantes’’. Y el Art. 1589- “La promesa de venta
vale venta, habiendo consentido mutuamente las dos partes, respecto a la cosa
y el precio’’.

La obligación de dar es perfecta por el simple consentimiento de las partes, la


venta es perfecta por el simple consentimiento de las partes sobre el precio y
la cosa, aunque aquello no haya sido entregado ni aquel pagado.

Dicho consentimiento debe tener como contenido respecto del vendedor,


transmitir la propiedad del objeto o la titularidad del derecho a cambio del
precio; el comprador, adquiere la propiedad del objeto a cambio de un precio
en términos dinerarios.
Objeto: Es el bien o cosa, elemento material de la compraventa. Es el
elemento fundamental, porque el comprador lo hace con el fin específico de
que ese bien se incorpore a su patrimonio para usarlo y disfrutarlo. Existe un
sistema de numerus apertus para los bienes que pueden ser materia de una
compraventa, así pueden venderse los bienes existente o que puedan existir
(denominados bienes futuros), siempre que sean determinados o susceptibles.

Este bien u objeto de la compraventa puede ser Un bien material, corporal, Un


bien incorporal, que cuando se transfiere se produce lo que se denomina
cesión de derechos.

En cuanto al objeto, este tiene que ser posible, material y jurídicamente tiene
que ser determinado. Tiene que existir o ser susceptible de existir.

Cuando hablamos de cosas que no existen pero susceptibles de existir, se


refiere a la venta futura, que tiene como elemento principal al bien o la cosa
futura.

EL OBJETO O BIEN FUTURO

Es aquella venta de bienes futuras caracterizada por el factor aleatorio, ya que


el comprador sólo adquiere la esperanza de que el bien exista y se obliga a
pagar el precio en el momento estipulado en el contrato y de manera
estipulado en el contrato y de manera incondicional, esto es llegue o no llegue
a existir el bien.

La venta del objeto o cosa sólo produce los efectos de la compraventa cuando
la cosa que era futura al momento de celebrarse el contrato cobra existencia
real: si esto no ocurre no hay compraventa.

Precio: como la compraventa es un contrato oneroso y habitual, el precio es la


contraprestación que corresponde al comprador. Tiene que estar
ineludiblemente representado por el dinero.

El precio tiene diferentes requisitos: 1) Debe tratarse de una suma de dinero.


2) Que sea verídico, es decir que debe responder al valor real de la cosa. 3)
Presenta varios matices; puede ser al contado a plazo, puede ser pagado por un
tercero y no necesariamente por el comprador.

El precio es determinado libremente por las partes en caso al principio de


autonomía privada de la voluntad.

Sin embargo es válido que se confié la determinación del precio a un tercero


designado, de productos o al precio del mercado, en determinado lugar y día.

En ocasiones es conveniente que no se aparte mucho del valor real de la cosa,


basta con leer los artículos 1674 y 1675 del código civil Dominicano.

‘‘Art. 1674- Si el vendedor ha sido lesionado en más de las siete duodécima


partes en el precio de un inmueble, tiene derecho a pedir la rescisión de la
venta, aunque haya renunciado expresamente a esa facultad en el contrato, o
declarado que hacía donación de la diferencia de precio’’.

‘‘Art. 1675- Para saberse si ha habido lesión de más de las siete duodécima
partes, es preciso tasar el inmueble según su estado y valor, en el momento de
la venta.

De las personas que pueden comprar o vender:

Según el Código Civil, “pueden comprar o vender todos aquellos a quienes la


ley no se lo prohíbe.”

La ley entonces tiene las siguientes prohibiciones:

No puede haber contrato de venta entre esposos, excepto en los casos


siguientes: cuando uno de los esposos cede bienes al otro, estando separado de
él judicialmente, como pago de sus derechos. o Aquel en que la cesión
reconoce una causa legítima, aunque no estén separados. o Aquel en el que la
mujer cede bienes a su marido para pagarle la suma que ella le prometiera en
dote. No pueden hacerse adjudicatarios, ni por terceros ni por ellos mismos, so
pena de nulidad: o los tutores de los bienes de aquellos cuya tutela ejercen. o
Los mandatarios de los bienes que han sido encargados de vender. o Los
administradores de los municipios o establecimientos públicos confiados a su
cargo. o Los oficiales públicos de los bienes nacionales, cuya venta se hace
por su ministerio.  No pueden hacerse cesionarios de los derechos y
acciones litigiosas, que son de la competencia del tribunal, en el límite de
cuya jurisdicción ejercen sus funciones, los siguientes: o Los jueces o
suplentes. o Los magistrados en funciones del ministerio público. o Los
secretarios de tribunales o juzgados. o Los abogados. o Los alguaciles. o Los
defensores oficiosos y notarios.

Efectos generales del contrato de compraventa:

El contrato de compraventa crea derechos y obligaciones para las partes que lo


integran, las obligaciones se dividen de la siguiente manera:

Obligaciones del vendedor:

Según el Art. 1603. Código Civil de la República Dominicana “existen dos


obligaciones principales: la de entregar, y la de garantizar la cosa que se
vende.”

De esta manera es necesario que se defina lo que es la entrega, que el Código


señala como:

la traslación de la cosa vendida al dominio y posesión del comprador.” es


decir, hacer llegar la cosa vendida al comprador.

En materia de inmuebles la entrega se cumple cuando se han entregado los


títulos de propiedad, también establece que cuando se han dado las llaves, si
se trata de un edificio, pero actualmente no es un método muy confiable.

En materia de muebles la entrega se cumple o por la tradición real, o por la


entrega de las llaves del lugar en que estos se encuentren. También por el solo
consentimiento de las partes si por alguna causa la cosa estaba ya en poder del
comprador por otro título cualquiera, o no se puede hacer el traslado en el
momento de la venta.

En cuanto a los gastos de la entrega, estos están a cargo del vendedor, no así
los gastos de transporte que quedan a cargo del comprador, siempre y cuando
no se haya estipulado lo contrario. La cosa se debe entregar en el lugar que
estaba al momento de la venta, a menos también que se haya convenido otra
cosa.
Si el vendedor no hace la entrega en el tiempo convenido, por motivos
propios, el comprador puede, a su elección: 1. Pedir la recisión de la venta. 2.
O que se le ponga en posesión de la cosa.

Si la falta de la entrega en el tiempo convenido, ocasiona al comprador o


adquiriente un daño o perjuicio, debe condenarse a daños y perjuicios al
vendedor.

Por otro lado, el vendedor no está obligado a entregar la cosa si el comprador


no da el precio, o si este quiebra luego de la venta y está en estado de
insolvencia, poniendo al vendedor en peligro inminente de perder el precio.

Con respecto a la cosa, esta debe entregarse en el estado en que se encontraba


al momento de la venta, desde ese día pertenecen al adquiriente/comprador
todos sus frutos. El vendedor está obligado a entregar la cuantía tal cual se
establezca en el contrato, según el artículo 1615, “la obligación de entregar la
cosa, comprende sus accesorios y todo lo que se ha destinado a su uso
perpetuo.”

Existen ocasiones en las que tanto el vendedor como el comprador están


obligados a compensar a la otra parte, ya sea suplementando el precio o
rebajando proporcionalmente el precio, esto se establece en los artículos del
1617 al 1624 de nuestro Código Civil.

Como otra obligación del vendedor, se encuentra la garantía, esta es la que


debe el vendedor al adquiriente, tiene dos objetos: es el primero, la pacifica
posesión de la cosa vendida; y el segundo los defectos ocultos de ésta cosa o
sus vicios redhibitorios.

Cuando se habla de la posesión pacifica de la cosa vendida, se refiere a la


garantía en caso de evicción. Que es la pérdida de un derecho sobre una cosa
por el hecho de un tercero, a quien se reconoce sobre la misma cosa un
derecho que aniquila al primero.

En nuestro código permite que las partes convengan incluso la no garantía por
parte del vendedor, es decir, que este no quede sometido a dar ninguna
garantía, aun así, en el caso de la evicción el vendedor está obligado a restituir
el precio, siempre y cuando el comprador no haya conocido el peligro de la
evicción en el momento de la venta, o si no ha comprado por su cuenta y
riesgo.

El comprador tiene derecho, en caso de evicción, a demandar del vendedor


que 1. La devolución del precio. 2. La devolución de los frutos, cuando está
obligado a entregárselos al propietario que lo vence en juicio. 3. Las costas
ocasionadas por la demanda hecha por el comprador en garantía, y las
causadas por el demandante originario. 4. Los daños y perjuicios, así como las
costas y gastos legales del contrato.

Si la cosa vendida aumenta de precio durante la evicción, aun si fuere por un


hecho independiente al comprador, el vendedor está obligado a pagar lo que
valga más del precio de venta. También está obligado a reembolsar o hacer
reembolsar al comprador todas las mejoras y reparaciones que haya hecho a
la propiedad. Si la venta se realizó de mala fe, el vendedor está obligado a
reembolsar al comprador todos los gastos hechos en la propiedad, incluyendo
los de placer y recreo.

Sin embargo, cesa la garantía por causa de evicción, cuando el comprador se


ha dejado condenar por un fallo en última instancia, o del que ya no se puede
admitir la apelación, sin haber citado al vendedor, probando este que había
medios suficientes para rechazar la demanda.

El vendedor también debe ofrecer garantías sobre los vicios ocultos o


redhibitorios de la cosa vendida. Los vicios cultos son las imperfecciones de
una cosa vendida o alquilada y que, por no haberla conocido el comprador o
locatario al tiempo de celebrarse el contrato, permite a este ejercer una acción
de garantía contra el vendedor o locador.

Los vicios redhibitorios son definidos como los defectos ocultos de la cosa
vendida que, al disminuir notablemente al uso para el cual se la destina a
causa de tornarla impropia para éste, permite al comprador no solo ejercer la
acción de garantía contra el vendedor, sino también demandarle por rescisión
de la venta.

El vendedor es responsable de los vicios ocultos que hacen a la cosa inútil


para el uso a que se destina o disminuyen su uso, ya que si el comprador lo
hubiese sabido no le habría comprado o hubiese exigido un precio menor.
Pero el vendedor no es responsable por los vicios manifiestos de los cuales
puede convencer al comprador. El vendedor el responsable de dichos vicios
aunque no los conociera, a menos que se haya estipulado la no garantía.

De esto nacen para el comprador dos opciones, 1. Devolver la cosa y exigir la


restitución del precio. 2. Conservar la cosa y exigir la devolución de una parte
del precio tasado por peritos.

Si el vendedor conociese de los vicios ocultos de la cosa, está obligado


además de a la restitución del precio, a todos los daños y perjuicios
ocasionados al comprador. Ahora bien, si éste ignoraba la situación, solo
estará obligado a restituir el precio y a reembolsar los gastos ocasionados por
la venta al comprador.

 Obligaciones del comprador:

La principal obligación del comprador es pagar el precio el día y en el lugar


convenido, pero si no se ha convenido nada sobre esto al momento de la venta,
el comprador debe pagar en el lugar y el tiempo en que se hará la entrega.

El comprador también puede deber los intereses del precio de la venta, hasta
que pague el capital, en los siguientes casos, 1. Si se convino de esta manera el
tiempo de la venta. 2. Si la cosa vendida y entregada produce frutos. 3. Si ha
sido el comprador requerido para el pago.

Si el comprador es perturbado o tiene motivos justos para creer que será


perturbado por una acción hipotecaria o de reivindicación, puede suspender el
pago hasta que el vendedor haya hecho desaparecer la perturbación, o bien
puede dar fianza, también está el caso de que se haya estipulado que, a pesar
de la perturbación, el comprador pagará.

El vendedor puede pedir la rescisión de la venta si el comprador no cumple


con pagar el precio. En materia de inmuebles la rescisión de la venta queda
hecha consecutivamente si el vendedor se ve en riesgo de perder la cosa y el
precio. Si este peligro no existe, el juez puede conceder al comprador un
plazo, según las circunstancias.
El comprador está obligado a recibir la cosa, obligación llamada de retiro en
las ventas mobiliarias, es como su nombre lo indica, la obligación de retirar la
cosa de la tenencia del vendedor, es también para el comprador la obligación
de cumplir los actos que de él dependan, sin los cuales el vendedor no podría
efectuar la entrega.

Los gastos de los actos y todo lo accesorio de la venta están a cargo del
comprador. El acreedor de los gastos tiene a ambos contratantes como
deudores solidarios, si ambos le han dado mandato, salvo la repetición del
vendedor contra el comprador. Aun así, la distribución de los gastos puede ser
modificada por la convención.

Nulidad y rescisión de la venta:

Conjuntamente con las causas de nulidad o de rescisión que se han


mencionado con anterioridad, y las comunes a todos los contratos, puede
rescindirse el contrato de venta tanto por retracto, como por lesión en el
precio.

La facultad de retracto o retroventa, es un pacto por el cual se reserva al


vendedor el derecho de volver a tomar la cosa vendida, mediante la restitución
del precio principal y el reembolso establecido en el artículo 1673 del cc, esta
acción solo puede llevarse a cabo antes de pasados cinco (5) años, no importa
si se establece algo diferente en la convención, ni siquiera puede ser
prolongado por un juez. Si el vendedor no ejerce su acción en el plazo
establecido, el comprador o adquiriente queda como propietario irrevocable.

El vendedor que usa del derecho de retracto, debe reembolsar no solamente el


precio principal, sino también los gastos y costas legales de la venta, los
reparos necesarios y los que haya aumentado el valor del predio, hasta cubrir
este aumento. No puede entrar en posesión, sino después de haber satisfecho
todas estas obligaciones. Cuando el vendedor entre en posesión de su heredad
por efecto del retracto, la toma libre de todas las cargas e hipotecas con que
haya podido gravarla el adquiriente; está obligado a respetar los contratos de
arrendamiento que se hayan hecho, sin fraude, por el comprador.

En cuanto a la rescisión de la venta por causa de lesión: esta es el perjuicio


que se experimenta con la celebración de un contrato conmutativo, cuando,
por causa de un error de apreciación o bajo la presión de las circunstancias, se
acepta cumplir una prestación de valor superior al de la que se recibe. La
lesión solo vicia de nulidad algunos contratos.

Para que el vendedor tenga la facultad de rescisión por ésta causa, es necesario
que haya sido lesionado en más de las siete duodécimas (7/12) partes en el
precio de un inmueble. Dicha demanda no se admite si ya han transcurrido dos
años, a contar desde el día de la venta.

Es preciso tasar el inmueble en el momento de la venta, para poder determinar


si ha habido lesión de las siete duodécimas partes. Si la rescisión se admite el
comprador tiene derecho a devolver la cosa tomando el precio que pagó, o
quedarse con el predio, pagando el suplemento de su justo valor.

El que vende un crédito u otro derecho incorporal, debe garantizar su


existencia al tiempo de transferirlo, aunque se haya hecho sin garantía. El que
vende una herencia, sin especificar en detalle los objetos, no está obligado
sino a garantizar su cualidad de heredero. La promesa de venta vale venta,
habiendo consentido mutuamente las dos partes, respecto a la cosa y el precio.

El cambio o permuta

La permuta es el contrato mediante el cual las partes se dan respectivamente


una cosa por otra, es decir, que cada parte de obliga a dar el derecho de
propiedad de una cosa, para adquirirlo sobre otra, hace a cada uno de los
contratantes acreedor y deudor a la vez. La permuta o cambio es más antiguo
que la compraventa, ya que la compraventa supone la acuñación de la moneda,
lo que expresa un grado más avanzado de organización social.

Este contrato se encuentra establecido en el Código Civil, desde el artículo


1702 hasta el 1707; las reglas aplicables al contrato de compraventa se aplican
también al contrato de permuta, con la excepción de aquellas que se
relacionen con un precio, es decir, que la permuta al igual que la venta, es un
contrato solo consensu y sinalagmático perfecto.
Existen dos formas de permuta, 1. la permuta sin saldo. 2. La permuta con
saldo.

El saldo es una suma de dinero que uno de los permutantes le abona al otro,
para compensar la diferencia entre el valor de la cosa que recibe y el valor más
escaso de la cosa que entrega. La permuta sin saldo es aquella en la cual los
permutantes se hallan en igual situación, es enteramente distinta a la venta; la
permuta con saldo es aquella en la cual las cosas permutadas no son de igual
valor, por lo que se compensan con un saldo, esta es la más parecida a la
venta, se dice que mientras mayor sea el saldo más se acerca la permuta a la
venta. La rescisión por causa de lesión no tiene lugar en el contrato de
compraventa.

Ley 483 sobre Venta Condicional de Muebles

VENTA CONDICIONAL DE BIENES MUEBLES EN RD

Ley 483- Sobre Venta Condicional de Bienes Muebles, Actualizado conforme


ley 166-97 de fecha 27 de julio del año 1997 (Que unifica las
Direcciones Generales de Rentas Internas e Impuesto Sobre la Renta).

La Ley que regula la venta condicional de muebles es la 483 del 1964, que su
entrada en vigencia sustituyó a la legislación 1608 del 1947, y que ha sido
modificada por la Ley No. 86 de 1965 y modificada en su artículo 20 por la
ley no. 520 del 2 de diciembre de 1964.

Según establece el artículo 1 de la indicada Ley, la venta condicional es un


contrato, mediante el cual una parte se compromete a dar un bien mueble y la
otra a pagar el precio en la forma establecida en el mismo, mediante el cual el
comprador no es propietario, hasta tanto se pague el precio total de la venta y
cumplido las condiciones prescritas en el contrato.

REQUISITOS A CUMPLIRSE PARA BENEFICIARSE DE DICHA


LEY
“Toda persona física o moral que se proponga dedicarse al negocio de venta
condicional de muebles, al margen de cualquier otra exigencia o requisito
legal, previo al inicio del ejercicio de sus actividades deberá proveerse, previo
solicitud que haga al efecto, de una autorización especial expedirá sin costo
alguno, por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), quien remitirá
una copia de dicha autorización al Director del Registro Central de Ventas
Condicional de Muebles, quien a su vez, se abstendrá de inscribir los contratos
de esta naturaleza, cuya parte vendedora no esté prevista de la indicada
autorización”.

Vamos a ver que establece los demás artículos que componen la ley que en la
está basada nuestra exposición.

“En las oficinas de los Directores de los Registros Civiles de los Municipios y
bajo la dirección de dichos funcionarios, se establece el Registro de Ventas
Condicionales de Muebles, con carácter obligatorio. Se establece un registro
Central de Contratos de Ventas Condicionales en la oficina de Registro Civil
de Santo Domingo”. (Artículo 2)

Por otro lado, en el artículo 3 encontramos lo relativo a las Obligaciones del


vendedor condicional de bienes muebles: “El vendedor condicional de
muebles está en la obligación de solicitar dentro del plazo de 30 días de la
fecha del contrato, mediante un formulario que será vendido en Impuestos
Internos, el cual firmará conjuntamente con el comprador, la inscripción del
contrato en el Registro establecido en el artículo anterior, ya sea directamente
o por mediación del Director del Registro Civil del Municipio en que la venta
es realizada. En este último caso, el Director del Registro Civil expedirá
recibo provisional al vendedor y remitirá el contrato al Registro Central de
Ventas Condicionales de Muebles.
En el Párrafo V del artículo 3 de la ley que analizamos queda establecido lo
siguiente: “Cuando el comprador haya pagado la totalidad del precio, el
vendedor le otorgará un Certificado de Propiedad. Ninguna persona o
institución de crédito puede hacer operaciones comerciales de ninguna clase
respecto de un mueble que no esté amparado por este Certificado. Cualquier
negociación será considerada nula y el vendedor podrá recuperar el mueble sin
necesidad de reembolso alguno, aparte de las sanciones penales en que puedan
incurrir el comprador y los terceros de acuerdo con el artículo 18 de esta Ley”

¿Qué sucede si el vendedor no realiza el registro en el plazo de 30 días que


estable el artículo 3 de la citada ley?

La respuesta a esta interrogante la encontramos en el Párrafo II del artículo 4


de la Ley en cuestión, al disponer: “El vendedor que no deposite la
documentación correspondiente para fines de registro en el plazo de 30 días
establecido en el artículo 3, será castigado con multa de RD$50.00 a
RD$200.00, por cada contrato que deje de inscribir sin perjuicio del pago de
los derechos adeudados...”

Los Inspectores de Impuestos Internos quedan facultados para comprobar las


infracciones de la anterior disposición, y será de la competencia de los
Juzgados de Paz conocer y decidir de todo sometimiento por violación de la
misma”.

De su lado, el artículo 7 indica lo siguiente: “Toda persona puede hacerse


expedir certificación de si existe o no inscripción de contrato de venta
condicional relativo a determinado objeto, mediante solicitud escrita
presentada al Director del Registro de Ventas Condicionales directamente o
por mediación del Director del Registro de un Municipio, con sello de
veinticinco centavos. En la Certificación se hará constar cualquier traspaso por
endoso de que haya sido objeto el contrato”.
Tiempo de duración de la inscripción del contrato de venta condicional de
un mueble.

“La cancelación de una inscripción puede ser solicitada sin expresar motivos
por la persona a cuyo favor se encuentra a la sazón la propiedad el objeto
vendido de acuerdo con aquella inscripción y sus menciones, así como por el
comprador o sus causahabientes; mediante prueba fehaciente de que el
comprador ha adquirido la propiedad de la cosa por haber cumplido las
condiciones estipuladas o por otro motivo, o de que el titular inscrito
consciente en la cancelación. Cuando el Director del Registro tenga dudas
acerca de la prueba que presente el que solicite la cancelación, debe solicitar la
aquiescencia del dicho titular”. (Artículo 8).

Efectos de los contratos de venta condicional respecto a terceros:

A la luz del artículo 9, “los contratos de ventas condicionales sólo serán


oponibles a terceros cuando hayan sido registrados de conformidad con esta
ley en el plazo de 30 días establecido en el artículo tercero, pudiendo entonces
el propietario o sus causahabientes reivindicar las cosas vendidas en manos de
dichos terceros en los mismos, casos en que, según se dispone más adelante,
pueden reivindicarlas en manos del comprador. Las enajenaciones y cargas
reales consentidas por el comprador u obtenidas judicialmente, así como los
embargos y secuestros hechos por deudas del comprador, se reputarán nulos
respecto del propietario y de otro interesado. Asimismo, es nula toda cesión o
traspaso que haga el comprador sin el consentimiento del vendedor, incluso
los contratos de empeño pactados con los Montes de Piedad”.

En el artículo 10 de esta ley quedan establecidas las condiciones previas a la


incautación o reivindicación del bien mueble vendido de manera condicional,
veamos que contempla: “Cuando el comprador haya dejado de pagar una o
más porciones del precio, o cumplir cualquiera de las otras condiciones que
exige el contrato, o cuando viole cualquiera de las prohibiciones contenidas en
el mismo, a los cuales está subordinado el derecho de adquirir la propiedad del
mueble, el vendedor o sus causahabientes podrán notificarle un acto de
intimación para obtener el pago de las obligaciones adeudadas o para
requerirle cumplir las obligaciones y prohibiciones, otorgándole un plazo de
10 días francos y advirtiéndole que si no efectuare el pago o cumpliere la
estipulación violada, la venta quedará resuelta de pleno derecho a la
expiración del plazo, sin intervención judicial ni procedimiento alguno,
pudiendo el vendedor o sus causahabientes reivindicar el mueble vendido en
cualesquiera manos en que se encuentre.

Párrafo I.- Cuando el persiguiente lo requiera, el Alguacil colocará la cosa


bajo la custodia de un Guardián desde el momento en que notifique al
comprador la intimación a que se refiere este artículo, dando constancia de
ello en el mismo acto, que deberá ser firmado por el Guardián escogido por el
Alguacil.

Párrafo II.- El alguacil podrá proceder en la forma antes indicada, aun cuando
la cosa se encuentre en manos de un tercero, con la sola obligación de
notificarlo al comprador, en su domicilio real o de elección”.

¿Es obligatoria la intimación previa hecha al comprador?

La Jurisprudencia se ha pronunciado en el sentido de que “antes de que el


vendedor condicional pueda reivindicar la cosa vendida mediante resolución
del contrato, debe poner en mora al comprador mediante notificación a
persona o domicilio, y en su ausencia a sus sucesores. Esa necesidad de puesta
en mora no puede eliminarse contractualmente mediante una cláusula que la
hace facultativa” (B. J. 731.2835).

El artículo 11 de esta ley deja establecido cual es el procedimiento a seguir


para llevar a cabo la incautación, veamos que prescribe: “Transcurrido el
plazo otorgado en la intimación hecha conforme al artículo anterior, sin que el
comprador haya efectuado el pago o cumplido la condición, la venta quedará
resuelta de pleno derecho, sin intervención judicial ni procedimiento alguno.

El persiguiente puede entonces solicitar de cualquier Juez de Paz del


Municipio donde resida el vendedor o donde se encuentre la cosa, que dicte
Auto ordenando la incautación de ésta en cualesquiera manos en que se
encuentre. Este Auto no será susceptible de ningún recurso. El vendedor podrá
disponer inmediatamente de la cosa”.

¿Podría el artículo anteriormente citado, ser considerado opuesto a la


Constitución, puesto que prohíbe el recurso de apelación contra el auto de
incautación?

La jurisprudencia establece en relación a esta valida interrogante, que el


artículo 11 de la Ley No. 483 del 1964, que dispone que el Auto de
incautación no es susceptible de ningún recurso, no viola el derecho de
defensa ni es inconstitucional, pues el artículo 8 de la Constitución no impide
al Legislador declarar que una sentencia o auto cualquiera no será recurrible”
(B. J. 766.2427). En otra decisión la Jurisprudencia había sostenido que: “El
auto de incautación, indebidamente dictado porque el contrato no fue
registrado ni se pagaron los impuestos correspondientes, puede ser impugnado
por el recurso de apelación” (B. J. 730.2706).

En otra decisión, la Suprema Corte de Justicia sostuvo que: “El auto que
ordena la incautación de la cosa vendida bajo la Ley No. 483 del 1964, no es
susceptible de ningún recurso, por lo que casa la sentencia de apelación que
revocó tal auto” (B. J. 955.702). Sin embargo, la actual Constitución establece
en su artículo 69.- Tutela judicial efectiva y debido proceso. Toda persona, en
el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, tiene derecho a obtener la
tutela judicial efectiva, con respeto del debido proceso que estará conformado
por las garantías mínimas que se establecen a continuación: 9) Toda sentencia
puede ser recurrida de conformidad con la ley. El tribunal superior no podrá
agravar la sanción impuesta cuando sólo la persona condenada recurra la
sentencia; 10) Las normas del debido proceso se aplicarán a toda clase de
actuaciones judiciales y administrativas .

Pasamos a ver que indica el artículo 12: “La cosa, una vez reivindicada, en la
forma prevista en el artículo que antecede, debe ser entregada mediante recibo
al persiguiente.

Párrafo I.- El vendedor o la persona que sea titular de los derechos adquiridos
en virtud del Contrato de Venta Condicional, podrá obtener el traspaso en su
favor de la matrícula, cuando se trate de un vehículo de motor, mediante la
sola presentación a la oficina correspondiente del acta de incautación.

Párrafo II.- La Colecturía de Impuestos Internos no efectuará ningún traspaso


de matrícula, respecto de los vehículos amparados por Contratos de Ventas
Condicionales, sin la autorización expresa del vendedor”. Cada vez que se
realice una venta condicional, el vendedor lo notificará al Colector de
Impuestos Internos, quien expedirá una matrícula especial con un sello
gomígrafo que diga: INTRANSFERIBLE, según Ley Ventas Condicionales.

El Párrafo III del artículo 12 antes señalado, establece: “Cuando se trate de


traspaso de otros muebles, bastará presentar el Certificado de Propiedad,
creado por esta Ley”.

Procedimiento Posterior a la incautación.-

El artículo 13 de la Ley 483, dispone: “Una vez entregada la cosa al


persiguiente, se procederá entre las partes al ajuste de cuentas, salvo que en el
contrato se haya convenido prescindir del mismo. Este debe, en principio,
hacerse voluntariamente entre el persiguiente y el comprador, y en la forma
prevista en el contrato. En ausencia de previsiones relativas al ajuste, o si no
hubiere acuerdo, las partes pueden designar uno o más peritos que hagan el
ajuste de cuentas.El interesado deberá intimar a la otra parte para que dentro
del plazo de la octava, concurra a la designación de los peritos. Y si tampoco
hubiere acuerdo para nombrarlos, los nombrará el juez de paz cuando una de
las partes lo solicite.

PárrafoI.- Para el ajuste, el perito debe tomar en consideración la diferencia


entre el estado de la cosa al tiempo de la venta y su estado actual, las
posibilidades de revenderla, o el valor en que haya sido revendido usando el
derecho que se le otorga en el artículo 11, las cantidades pagadas a cuenta, la
indemnización correspondiente al goce y uso que ha tenido el comprador
mientras tuvo la cosa en su poder; los gastos y honorarios del procedimiento, y
cualesquiera otros factores susceptibles de influir en la tasación.

Párrafo II.- Aquel que resulta deudor del saldo, está obligado a pagarlo en el
término de diez francos después de la notificación que le haga la otra parte con
mandamiento de pago. Las hojas de ajuste firmada por las partes o por los
peritos, según el caso, y visada por el Juez constituyen título ejecutorio, en
virtud del cual se puede proceder al embargo de los bienes del deudor”.

Por su lado, el artículo 15 establece que los endosantes anteriores deberán


garantizar al tenedor del título que ejecute el contrato, la diferencia entre la
suma adeudada y el valor del objeto incauto cuando este sea menor.

El artículo 16 expresa: “El vendedor o sus causahabientes podrán, a su opción


prescindir, en cualquier estado en que se encuentre el procedimiento, de la
incautación del mueble a que le autoriza la Ley y perseguir en cambio, el pago
de las obligaciones en defecto por cualquier medio legal que juzgue
conveniente, sin que el comprador pueda hacer objeción alguna por este
motivo”.

La jurisprudencia se ha pronunciado en el sentido de que: “es erróneo razonar


que, una vez incautado el automóvil vendido, se opera la rescisión del
contrato, de modo que el comprador está liberado del pago del saldo” (B. J.
742.2140).

¿Por cuenta de quien corren los riesgos en el contrato de venta


condicional de muebles?

Según el artículo 17 de la ley que rige esta materia: “En las ventas
condicionales a que se refiere esta Ley los riesgos quedan a cargo del
comprador desde el día de la venta. Cualquier disposición legal que imponga
la obligación de reparar daños causados por los vehículos, no tiene aplicación
en cuanto se refiere a los que sean objeto de ventas condicionales, así como
tampoco es aplicable ninguna otra disposición que menoscabe el derecho del
vendedor o sus causahabientes sobre los muebles vendidos de acuerdo con
esta ley. Párrafo.- Salvo convención contraria, los impuestos y el seguro sobre
la cosa vendida deben ser pagados por el comprador”.

De su lado, la jurisprudencia ha establecido a este respecto: “El seguro


obtenido por el vendedor condicional contra accidentes de vehículo no
beneficia al comprador. En caso de accidente, éste sigue obligado por el saldo
total del precio y si la compañía de seguros indemnizó al vendedor, el pago
hecho por ella es por cuenta del comprador. La compañía de seguros puede
pedirle el reembolso de ese pago al comprador” (B. J. 774. 925).
Ahora bien, es preciso que veamos que consagra el art. 18: Constituye abuso
de confianza, sujeto a las penas establecidas en el artículo 400 del Código
Penal. 

a) El hecho de parte del comprador de vender, ceder, empeñar, o en cualquier 


forma ejercer actos de disposición de la cosa; antes de haber adquirido el
derecho 
de propiedad, salvo con el consentimiento expreso del vendedor;

b) El hecho de transportar o permitir que se transporte la cosa vendible, fuera


de la localidad donde se ha indicado en el Contrato, salvo vehículos de factor
en tráfico normal;

c) El hecho de destruir, deteriorar la cosa por descuido o negligencia


culpables, ocultarla o llevarla a un sitio distinto donde le fue instalada; d) El
hecho de cambiar, alterar o en cualquier forma modificar los números que
individualizan la cosa vendida; e) El hecho de no entregar la cosa vendida
cuando le sea requerida por Alguacil, actuando en virtud de los
artículos 11 y 12 de esta Ley;

f) Cualquier persona o representante de institución de crédito que sea


depositaria o haya aceptado o realizado cualquier negocio con un mueble
vendido al amparo de esta ley, cuando la cosa no ha sido pagada totalmente al
vendedor, cometerá el delito previsto en este artículo. 

Párrafo I.- El Ministerio Público deberá ordenar la Prisión Preventiva


del comprador denunciado por el delito previsto anteriormente, tan pronto
reciba una querella formal y justificada. 

Párrafo II.- Las sentencias dictadas por violación de la presente Ley, no serán 
recurribles por oposición. 

El artículo 19 versa sobre la responsabilidad del Director del Registro Central


de Ventas Condicionales y los directores del registro en los municipios,
veamos: “El Director del Registro Central de Ventas Condicionales y los
directores del registro en los municipios, sin perjuicio de las demás sanciones
que procedan, son civilmente responsables de los perjuicios que pueda causar
a interesados la inobservancia de las obligaciones que les impone esta ley, o la
tardanza injustificada en cumplirlas”.

Art. 20.- El Director de la Oficina de Registro cobrará un derecho de RD$1.00


por cada registro de contrato de venta condicional cuando el precio envuelto
en la operación no exceda de Cien Pesos (RD$100.00), y de RD$2.00, cuando
exceda de esa suma. Se autoriza a los Ayuntamientos a cobrar por el registro
de contratos de ventas condicionales el cinco por mil (5x1000) del precio de
venta en ellos expresado. 

Párrafo I.- Cuando el registro se efectúe en un Municipio se cobrarán 50


centavos (RD$0.50) adicionales, por concepto de Registro Central. 

Párrafo II.- Los derechos que por este artículo se autoriza a cobrar a
los Ayuntamientos, no estarán sujetos a la deducción de cinco por ciento en
favor de los Directores de Registro previsto en el artículo 48 de la Ley de
Registro de Actos, Judiciales y Extrajudiciales" 
(Véase para su aplicación la Ley 86 de fecha 16 de Diciembre de 1965, G. O.
8962).

Art. 21.- La presente ley deroga y sustituye la No. 1608 Sobre


Ventas Condicionales de Muebles, de fecha 29 de diciembre de 1947 y
sus modificaciones y deroga cualquier disposición legal que le sea contraria. 

Bibliografía:

 Código Civil de la República Dominica.  PETIT, Eugene: “tratado


elemental de Derecho Romano”, 9na edición.2004. traducción: Manuel
Rodríguez Carrasco. P.734.  CAPITANT, Henri: “vocabulario jurídico”, 1ra
edición.1878. editora Depalma. Buenos Aires, Argentina.P.601. 
MAZEAUD, Henri, León y Jean: “Lecciones de Derecho Civil”, parte 2da
volumen I, 1ra edición, editora jurídica Europa-América. Buenos Aires,
Argentina. 1978. Traducción Luis Alcalá Zamora. P.410.

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