Hermano Aarón García, un simple siervo de Jesucristo Lc 17,10

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24/09/2020 Episodio 77 Lucas 9, 7-9 A qué le temes que no te permite

vivir en tranquilidad

Paz y bien en tu vida te desea tu amigo y hermano Aarón García en este

nuevo episodio de Atendiendo al Llamado que se titula A qué le temes
que no te permite vivir en tranquilidad

Hemos escuchado el refrán popular que dice quien nada debe nada teme,
en el universo ficticio de la cinematografía guerra de las galaxias la famosa
frase el el miedo te lleva al lado oscuro, ya lo dice también el ilustre Pablo
Neruda Tengo miedo de todo el mundo, del agua fría, de la muerte.Soy
como todos los mortales, inaplazable. Y si hablamos de canciones, obras
de arte y más escritos encontraremos una gran variedad de propuestas
relacionadas con el temor.
Entonces ante toda esta manifestación no podemos ignorar el hecho que
hay cosas a las que le tememos, ¿Pero ese temor cómo te hace actuar?
Acompáñame a escuchar el siguiente texto bíblico tomado de San Lucas
9,7-9

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que

Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que
Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que
había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será,
pues, éste del que oigo semejantes cosas?” Y tenía curiosidad de ver
a Jesús. Palabra del Señor

Resulta que en el momento de esta narrativa los apóstoles están en misión

y Jesús cada vez más toma la relevancia con la que se da a conocer a los
necesitados de la época, si a todos los marginados, injuriados,
mancillados, y por más cosas aún. Todas estas personas que habrán
sufrido la injusticia, codicia, corrupción del gobierno de Herodes y que
testifican con voz de esperanza la grandeza de Jesús.
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Toda esta situación pone intranquilo y temeroso a Herodes, no es para

menos, él mismo hace recuento de la injusticia con que actuó ante el
profeta anterior, Juan el bautista. Desde luego este rey tiene que estar
temeroso e intranquilo ya que la base de su poder ha sido construida sobre
la violencia y la corrupción, pues alguien así no podrá encontrar paz ni
tranquilidad y verá enemigos y complots en todas partes.
Hoy por hoy es fácil señalar a Herodes y sus temores, pero quiero
preguntar ¿nos hemos examinado a nosotros mismos? Cuál es el temor de
abrirnos en ocasiones plenamente a la presencia de Jesús en nuestras
vidas, o de repente hemos adoptado la actitud de Herodes de querer
conocer a Jesús por una curiosidad que no tiene nada que ver con lo
relacionado a la vivencia del Reino de los Cielos.
Esos temores son los que frenan nuestro crecer y madurar espiritual, esos
temores son los que nos hacen tener conductas irracionales también.
Hoy el Señor nos invita a no hacerle caso a los temores que nos impiden
conocerlo profundamente, hoy tenemos una oportunidad más para buscar
conocer a Jesús por la razón correcta, hoy tenemos una oportunidad más
para amar a Dios y al prójimo como al Señor le agrada.

Recuerda ¡Cristo vive y nos quiere vivos!

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21/09/2020 Prédica en Grupo de Oración Eloí Efesios 5,21-25 ¿Será que

estamos listos para canjear las horas del Santísimo?

Que la Paz de nuestro Señor Resucitado sea con nosotros hermanas y

hermanos de Eloí, hoy en este mensaje que el Señor nos Regala titulado
¿Será que estamos listos para canjear las horas del Santísimo?

En nuestro amado grupo de oración Eloí que es nuestra casa también y

por consiguiente quienes viven ahí nuestros hermanos y hermanas,
tenemos esta frase de las 1000 horas del Santísimo ya están haciendo
efecto jeje y eso surge a raíz de la experiencia contada por el Padre Verar
en la que narraba un día que para incentivar la adoración a Jesús
Sacramentado entre los feligreses daría una medalla bendecida de la
Virgen María a quien cumpliera 1000 horas de Santísimo, así de esta
forma una señora se ganó la medalla y se apuntó para la siguiente
propuesta de 2000 horas de Santísimo, pues al poco tiempo de iniciado la
hermana llegó donde el Padre Verar y él asustado pensando que rápido
había concluido las horas, jeje, pero no era eso, resulta que la hermana
soltera en ese tiempo de adoración conoció en adoración a quien llegó a
convertirse en su esposo, jejeje por eso en el grupo decimos son más de
mil horas para encontrar al indicado o indicada.
Esta anécdota tiene mucho que ver con la entrega y disposición de
encontrarse con Jesús antes que con cualquier otra persona, así que me
surgen algunas preguntas, pero escuchemos primero este texto bíblico
tomado de la carta a los Efesios 5, 21-25
21
sujetándoos los unos a los otros en el santo temor de Cristo.
22
Las mujeres sujétense a sus maridos como al Señor, 23 porque el
varón es cabeza de la mujer, como Cristo cabeza de la Iglesia,
salvador de su cuerpo. 24 Así como la Iglesia está sujeta a Cristo, así
también las mujeres lo han de estar a sus maridos en todo.
25
Maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y
se entregó Él mismo por ella. Palabra de Dios
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Jeje está como que tengo que volver a escuchar a ver que dice verdad,
pero a ver, primero el Apostol Pablo en el contexto está exhortando a toda
la comunidad que debe vivir en unidad y armonía conforme a Jesucristo,
para ello cabe la pregunta ¿nuestra vida comunitaria tiene esas
características? ¿Sobre todo la característica de estar conforme a
Jesucristo? Y no solo hablo de Eloí, hablo también de la vida comunitaria
en la Iglesia doméstica que es la familia, la vida comunitaria en el trabajo,
en los estudios, en las amistades. Así que como cristianos que anhelamos
ser constructores del Reino nos toca reflexionar si estoy llevando esa
unión y armonía cristiana a todos mis entornos.
Luego San Pablo hace énfasis en la Iglesia doméstica y da esas claves de
la vida matrimonial cristiana, sujetos a Cristo ambos, pero si en lo que nos
toca estar sujeto no es posible para nosotros, cómo esperamos entonces
que esa persona esperada para nuestras vidas aparezca para cumplir el
propósito del Señor en una vocación matrimonial.
Y es así qué ocurren las uniones maritales frágiles, como la mía en algún
momento que mi soberbia me impedía saber algo de sujeción en la
dimensión del amor cristiano.
Desde luego El Señor inmenso en amor y misericordia nos concede
siempre la oportunidad de reflexionar, creer y convertirnos para nuestra
salvación y plenitud de vida.
Así que sigamos sumando las horas y recordemos que ¡Cristo vive y nos
quiere vivos!