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El hilo roto de la tradición

En los últimos años se ha puesto de moda asumir una línea sin


ruptura entre Marx, Lenin y Stalin, acusando así a Marx de ser el
padre de la dominación totalitaria. Muy pocos de entre quienes se
entregan a esta línea argumental parecen conscientes de que acusar
a Marx de totalitarismo es tanto como acusar a la propia tradición
occidental de acabar necesariamente en la monstruosidad de esta
nueva forma de gobierno. Quienquiera que alude a Marx alude a la
tradición de pensamiento occidental; así, el conservadurismo del
que muchos de nuestros nuevos críticos de Marx se enorgullecen es
por lo normal un malentendido tan grande como lo es el celo revo-
lucionario del marxista ordinario. Los pocos críticos de Marx que
son conscientes de las raíces del pensamiento de Marx han intenta-
do por ello construir una tendencia especial en la tradición, una
herejía occidental que actualmente recibe a veces el nombre de
gnosticismo, en evocación de las más antiguas herejías del cristia-
nismo católico. Con todo, este intento de limitar la destructividad
del totalitarismo mediante la interpretación consecuente de que ha
surgido directamente de tal tendencia en el seno de la tradición
occidental está condenado al fracaso. El pensamiento de Marx no
puede quedar limitado al «inmanentismo», como si todo pudiera
arreglarse de nuevo con sólo dejar la utopía para el otro mundo y
no asumir que todo lo terreno pueda medirse y juzgarse por patro-
nes terrenales. Pues las raíces de Marx se hunden mucho más pro-
fundamente en la tradición de lo que incluso él mismo supo. Yo
pienso que puede mostrarse cómo la línea que va de Aristóteles a
Marx muestra a la vez menos rupturas y mucho menos decisivas
que la línea que va de Marx a Stalin.
Lo grave de esta situación no radica, por tanto, en la facilidad
con que puede calumniarse a Marx y con que sus enseñanzas, tanto
como sus problemas, pueden tergiversarse. Esto ya es, por supues-
to, bastante negativo; pues, como veremos, Marx fue el primero en
discernir ciertos problemas que surgen de la Revolución industrial,

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