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la tecnología y el cuidado de enfermería

Este artículo invita a reflexionar sobre la importancia de la tecnología al servicio de la salud de las
personas, para la práctica del arte de cuidar, cuando vive un proceso de enfermedad o para el
cuidado en la consecución de la salud. Permite reconocer que la tecnología es un apoyo y no un
obstáculo para considerar al otro como ser humano; que siente, piensa y necesita de otro ser
humano; llegar a ser a través del cuidado.
Se entiende como tecnología la sistematización de los conocimientos y prácticas aplicables a
cualquier actividad, en especial a los procesos industriales, también se aplica a la producción de
servicios para las personas o en otros procesos.
El cuidado descrito como eje de estudio de la profesión de enfermería, se define como una ciencia
y un arte que exigen conocimientos y actitudes especiales.
En relación con la tecnología, en Colombia y otros países existe evidencia de que profesionales
diferentes a los del área de la salud participan en trabajos de investigación para mejorar las
estrategias del abordaje a las personas que precisan del cuidado de los profesionales de la salud.
Se crean equipos novedosos que van a ayudar en la labor de enfermeras(os), médicos,
odontólogos y demás profesionales de la salud. Muchos datos se obtienen por computador; se
pueden dirigir cirugías de un continente a otro; se busca información a través de Internet; la
realidad virtual es cada día más utilizada; se amplía el uso de la multimedia en casa, en el colegio,
en las universidades. Todo hace prever el anuncio de un verdadero prodigio en tecnología.
Se ofrecen prótesis de brazos, piernas robotizadas, lo que hace que muchas personas adopten
este sistema para ayudarse en su rehabilitación, así como la utilización de la televisión por parte
de los cirujanos en cirugía neurológica, urológica, ortopédica, cirugía general, ginecológica, y los
procedimientos de laparoscopia.
En diferentes empresas de salud, de educación, de industria se están apoyando en la tecnología
actualizada, sea para manejar la información, o en sus diferentes procesos. Los servicios de salud
han tenido que entrar en la sistematización; la información se ha vuelto universalmente accesible
en el mundo, dando la opción de tenerla a mano en el menor tiempo posible. No existen
limitaciones geográficas que constituyan inconvenientes ya que se facilita la comunicación entre
unos y otros, a través de las redes.
Otro proceso que nos ha tocado es la masificación; el manejo de temáticas de salud, política,
economía, a través de teleconferencias y programas de multimedia utilizados en centros
hospitalarios, colegios, universidades y hogares.
Todos sabemos que la persona se halla en disposición de enfermar. La experiencia de vivir y
enfermar se convierte en aprendizaje. Es una experiencia que permite crecer a quien la vivencia y
a quien está cerca de quien la vive. La persona que transita por una situación de enfermedad pide
que le atendamos en su cuerpo, pero que tengamos competencia para saber asistirle como
persona, conociendo sus reacciones y su entorno. Debe servir para comunicar a los demás,
convirtiéndose en mensaje y en pedagogía. Convencidos de que el hombre es una unidad y de
que, al enfermar, se reciente todo en él, es necesaria esta reflexión para iluminar todo el aspecto
integral de la persona. La enfermedad resquebraja en cuanto hay falta de coherencia, interés y
seguridad; pero no sólo afecta al cuerpo, sino a la persona en su totalidad.
Arthur Guirdhaml conceptúa: "El enfermar es, esencialmente, un incremento enérgico de la
conciencia de nosotros mismos, inducida por los síntomas que experimentamos ( ... ) Las
sensaciones de dolor, fatiga, náuseas, aumentan la sensación de nuestra propia soledad. La
enfermedad es, también, un intento por parte del individuo para comunicarse con el mundo,
desde su propia postura de soledad y aislamiento, y su manera de comunicarse debe adaptarse,
en cierto modo, a la naturaleza de la comunidad con quien desea relacionarse".
Se sabe que cada persona vive el proceso salud-enfermedad según su personalidad, edad, sexo,
condición social y cultural, estado de ánimo, creencias personales y familiares. Todo ello nos
permite recordar que no se debe realizar una asistencia estándar, global y funcional, sino
individualizada y personal, explicitada en aceptación, respeto y escucha concretos.
La actitud de la enfermera debe ir más allá de la misma ciencia que cada vez es más compleja y
exigente. La vida profesional de la enfermera se consagra a las personas que necesitan ser
cuidadas. La alta tecnología nos ayuda, nos facilita el trabajo, pero debemos estar preparados para
asumirla sin olvidar a la persona.
Por tanto debemos recordar que el cuidado de enfermería es más que un acto profesional, más
que un simple encuentro con el otro; entraña respeto, amor, dedicación, crecimiento mutuo. Para
ese crecimiento, quienes nos preparamos como profesionales de la salud debemos estar al día en
avances, en procesos, ya que la formación continuada se hace necesaria en cantidad y calidad
suficiente para dar un cuidado de enfermería auténtico.
Autor: Nohora Isabel Tobo Vargas

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