Este escrito profundiza el análisis del pensamiento crítico Maya que surge de la

experiencia de vida, de lucha y de resistencia histórica en las comunidades

contemporáneas, ante la imposición de proyectos estratégicos, ideologías hegemónicas
y la idea de “la nación” planteada por las élites, sobre la base del racismo que ha sido
legitimado e institucionalizado por el Estado. Hace énfasis en la «experiencia» como
proceso político que contribuye al fortalecimiento de las identidades colectivas y del
pensamiento crítico, silenciadas, invisibilizadas y folclorizadas por los sectores
poderosos y también sector académico.

Los discursos del pensamiento maya proponen la construcción y el fortalecimiento de

una política antihegemónica que plantea formas de vida diferentes a los modelos que
imponen los sectores poderosos, para reconstruir un Paaxil (Guatemala, en el idioma
Mam) plurinacional y heterogéneo. Cabe enfatizar que el pensamiento Maya tiene como
base la relación dialógica entre los seres —no solamente humanos— que se encuentran
en la comunidad, esto significa que en los conceptos mayas se articula la historia,
cosmovisión y políticas diferentes. La forma de entender este pensamiento es a través de
escuchar la voz de las personas en sus propios idiomas donde radica el reconocimiento y
el fortalecimiento de las diferencias.

Por tanto, es necesario el cambio de paradigmas y resignificar conceptos, para

distanciarse de metodologías occidentales que ven a las luchas de los Mayas como
acciones apolíticas, ya que no ha existido una Guatemala que tome en cuenta las
diferencias, la pluralidad o la heterogeneidad, al contrario, en términos políticos y
jurídicos, así como en el imaginario social, persiste la idea de una sociedad homogénea;
y con ello se ha pretendido borrar las diferencias y a “los otros”.

De esta realidad surge el discurso de la “guerra continua” que describe la realidad y

experiencia de los y las Mayas ante la opresión, lucha y resistencia a lo largo de la
historia, porque se siguen “creando nuevas formas de explotación y colonización para
seguir con la guerra”. Esta lucha ha sido parte de la formación de una conciencia
colectiva que se que se organiza desde la familia y desde las comunidades haciendo uso
de la palabra misma, el diálogo y la consulta.

Lo importante de estos discursos es que replantea la experiencia política de las agentes y

plantean una visión de una sociedad que debe volver a “nuestras raíces” y que construya
su propio modelo de vida. Constituye parte fundamental en la construcción de las
identidades colectivas, en la reconstrucción de la historia y en el reconocimiento de los
sujetos como protagonistas principales en la formación y la interpretación de la historia.