Análisis de la Contribución de las Revoluciones en el

Constitucionalismo Mundial
El constitucionalismo como forma de organización de un Estado en base a una Ley Suprema, en este
caso la Constitución, la cual asegura la igualdad al pueblo, el goce de sus derechos naturales, el respeto a la
dignidad humana y la misma organización y limitación de los poderes del Estado. Para ello hubo
antecedentes diversos alrededor del mundo y en su historia, como en Inglaterra con los reclamos para
limitar el poder monárquico logrado con la Petición de Derechos de 1677, el Acta de Habeas Corpus de 1679
y la Ley de Derechos de 1689. La tendencia por organizar los Estados por medio de constituciones se
consolida luego de que se pusiera fin al poder ilimitado de los reyes, luego del triunfo de la ideología de
iluministas, concretados por ejemplo en la Revolución Francesa que acabó con el Antiguo Régimen y sentó
las bases para la democracia moderna. En la Toma de la Bastilla en 1789, habiéndose sucedido la
conformación de los Estados Generales en donde el Clero, la Nobleza y el Pueblo se habían unido un año
antes, y la instauración de la Asamblea Nacional donde La Fayette redacta el borrador de la Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el cual es base para los Derechos Humanos de la actualidad, y
cuando finalmente en 1745 Napoleón redacta la Nueva Constitución se expande por todo el mundo la
ideología de revolución contra los abusos de los poderes enclaustrados en la cúspide de los países y la
reorganización de los mismos en base a una ley que les permitiera libertad, igualdad y fraternidad,
especificadas en las Constituciones de 1791, 1793 y 1848.

Es en Estados Unidos que se redacta la primera Constitución escrita en 1787, con un procedimiento
rígido de reforma y donde se establece la división de poderes. Pero para ello, tuvo que pasar por una serie
de enfrentamientos, batallas y guerras que les costó la vida a decenas de miles de personas para llegar al
punto de tener la libertad que necesitaban. Empezando por el incremento de impuestos desmedidos hacia
las colonias inglesas en territorios norteamericanos por parte de la corona, los colonos reclamaron la falta de
representación de ellos en sus tierras, por lo que ideas de libertad se inician con protestas y conflictos
armados que conllevan a más enfrentamientos. Cuando en 1773 se promueve las ideas independentistas y
en 1775 con un nuevo Congreso Independiente se organiza un ejército capaz de enfrentar a la corona, se
puede reunir por fin un Congreso que redacta la Declaración de Independencia. Y luego del firmado de paz
en Francia en 1783, los Estados Unidos redactan en 1787 su constitución donde se señalan los lineamientos
de libertad e igualdad para sus ciudadanos.

Aunque estas dos revoluciones explicadas son fomentadas por la burguesía, es en Rusia y México
donde la clase obrera y campesina toma protagonismo para estos aportes de constitucionalismo moderno,
aunque también apoyada por los letrados para determinar las ideologías libertarias de estos pueblos.
Cuando en 1898 se forma el Partido Social Ruso liderado por Carl Marx, se intenta poner fin a la servidumbre
que explotaba a la clase obrera y analfabeta, y con las ideas de Lennin con su Partido Social Revolucionario,
formado en su mayoría por obreros y campesinos, se intenta establecer derechos para la clase subalterna, se
inicia así los intentos por proteger los interese del pueblo que era el eje del desarrollo económico del país,
pero pese a las protestas y huelgas en Petrogrado en 1905 y a la Asamblea Consultiva (Duma Estatal) que es
cuando surge el Soviet (Junta o Consejo) tanto popular como militar, no es hasta la Primera Guerra Mundial
que se instaura los derechos definitivos de la clase obrera cuando, en 1917, el Soviet toma el poder y forma
el Consejo de Comisarios del Pueblo y se proclama la Constitución de la República Soviética, por los reclamos
de haber dejado al país sin la estructura productiva mandando millones de soldados a la guerra, culminando
la lucha con la firma de Paz con Alemania en 1919 y la formación de la Internacional Comunista., que
defendería y promovería el modelo a seguir para las demás naciones.

Finalmente, en la revolución mexicana, por la expropiación de tierras a la Iglesia y a los campesinos,

y por el enriquecimiento de grupos cercanos al gobierno es que las ideas de revolución se difunden por
medio de revueltas y aparición de caudillos rebeldes al sistema corrupto y ambicioso de los líderes que
ostentan el poder. Pese a que inicialmente Porfirio Díaz fomenta un crecimiento de la economía, los
problemas sociales y de tierras no son resueltas por intereses propios y dimite en 1911 por enfrentamientos
armados con Pancho Villa y Emiliano Zapata, y aunque también Francisco Madero asume el poder ese mismo
año, los problemas sociales siguen latentes y el descontento popular sigue creciendo. No es hasta 1920
cuando Álvaro Obregón asume el mando presidencial asesinando a Carranza, que se pone fin a la revolución
y se modifica la Constitución de 1917 normalizando la vida institucional, reordenando la economía,
mejorando la educación pública y apoyando las artes. Sin embargo, el fin de los reclamos populares se da a
mediados de 1930 cuando Lázaro Cárdenas apoya los pedidos postergados de la clase popular, promoviendo
estrechas relaciones entre sindicatos obreros y se siembra una extensa promoción agraria.

Estos hechos han contribuido a los países modernos a tener una base constitucional que les
garantice orden y desarrollo en sus territorios. En la actualidad, casi todos los países del mundo cuentan con
textos constitucionales, verdaderos cuerpos normativos fundamentales que se caracterizan por ser
supremos y rectores de sus correspondientes ordenamientos jurídicos. Y los acontecimientos explicados
anteriormente han enmarcado el camino actual en la que se basan las leyes a nivel global, para poder tomar
en cuenta temas como la paz mundial, el equilibrio ecológico del planeta, la democracia internacional
estandarizada, la cooperación económica internacional y la integración interestatal para que sean la bandera
que el constitucionalismo actual debe aferrar, si en verdad quiere lograr una comunidad global con justicia y
bienestar para todos.