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LAS PARTES PROCESALES

Son personas (individuales o colectivas) capaces legalmente, que concurren a la


substanciación de un proceso contencioso; una de las partes, llamada actor,
pretende, en nombre propio la actuación de la norma legal y, la otra parte, llamada
demandado, es al cual se le exige el cumplimiento de una obligación, ejecute un
acto o aclare una situación incierta.
El Actor
Es el sujeto que pone en movimiento un órgano jurisdiccional competente en
materia civil, es lo que llamamos “acción”, por medio de un proceso. El actor es el
que exige una pretensión a un sujeto procesal llamado demandado.
La ley dice que tendrán capacidad de litigar, las personas que tengan el libre
ejerció de sus derechos.
Fuera de los casos expresamente previstos en la ley nadie podrá hacer valer en el
proceso, en nombre propio, un derecho ajeno.
Nadie está obligado ni puede ser obligado a demandar sin o en los casos de
jactancia y cuando se tenga acción o excepción que dependa del ejercicio de la
acción de otra persona.
El Demandado
El demandado es el sujeto procesal a quien el actor le exige una pretensión a
través de un proceso, respetando el debido proceso, pasando por todas las etapas
procésales hasta llegar a la sentencia.
El demandado es la persona contra quien se dirige la demanda, a quien se le
reclama que cumpla con una exigencia del actor.
El demandado tiene los mismos derechos que el actor, los cuales están
respaldados y garantizados por la constitución política de la República de
Guatemala. El demandado podrá ser uso de todos los recursos regulados en la
ley; de los llamados Remedios Procésales, como de las que supervisan que se
respeten las garantías constitucionales, como lo es la Acción constitucional de
Amparo.
Capacidad Para Ser Parte
En general todo sujeto capaz de ser titular de un derecho puede ser parte en un
proceso, por lo que puede decirse que son parte en el mismo, quienes gocen de
capacidad jurídica.

 Personas físicas: Todo hombre o mujer, rige la capacidad de derecho. Se


adquiere a la mayoría de edad (18 años art 8 C.C).
 Personas jurídicas: Tienen plena capacidad de ejercitar todos los
derechos y contraer obligaciones necesarias para realizar sus fines (Art 16
CC).
Capacidad Procesal
Es un requisito de orden estrictamente jurídico procesal, puesto que con ella se
trata de garantizar la eficacia de todos los actos que, reunidos, constituyen el
proceso. Específicamente para litigar (44 CPCYM).
La tienen los que tengan el libre ejercicio de sus derechos (mayores de edad
capaces) y en el caso de las personas jurídicas, desde que se han constituido
regularmente.
Las uniones sin personalidad pueden ser demandadas (y demandar) por medio de
sus presidentes, directores o personas que públicamente actúen en nombre de
ellos (44.4 CPCYM). Esto se da, a pesar que no posean personalidad jurídica,
existen en la realidad social.
En nuestro medio la falta de capacidad procesal da origen a la excepción de falta
de capacidad legal, la cual puede interponerse en cualquier instancia.
La Representación: Es la delegación de facultades propias en un mandatario o
apoderado, que ostenta la personalidad jurídica del mandante o poderdante en los
asuntos expresados. Es una potestad para comparecer por otro en juicio.
Representación Procesal:
La que se exige o se permite, en lugar de las partes en sí, ante los tribunales
judiciales.

Representación Legal y Representación Convencional


La representación puede ser legal o forzosa: Caso que se funda en una
necesidad de orden público y su origen se encuentra en la ley. Afecta a los
incapaces en general y es fijada por la ley en cada caso;
Voluntaria o convencional: El origen de esta representación se encuentra
exclusivamente en la voluntad de las partes. Se elige de acuerdo al negocio
jurídico a realizar. (Por medio de mandato o poder).
Tipos de Representación:

 Menores e Incapaces: Quien ejerza la patria potestad (252 CC), tutor


especial en caso de pugna o desavenencia con el que ejerce la patria
potestad o con hijos sujetos a la misma (256 CC), quien ejerza la tutela
(293 CC) o el protutor si no hay tutor o hay pugna con el tutor (339 CC).

 Declarados en interdicción: Quien ejerza la patria potestad o la tutela en


cada caso.

 Personas jurídicas: Por medio de sus representantes (44.3 CPCYM).


Estos deben justificar su personería en el primer acto con el título
debidamente registrado (45 CPCYM), están obligados e interponer las
defensas y excepciones que legalmente puedan oponer, so pena de
responsabilidad (47 CPCYM)

 Representante Judicial: Cuando falte la persona que asume la


representación o la asistencia y hayan razones de urgencia, se nombra un
representante judicial de modo temporal (48 CPCYM).
Representación en juicio: el Mandatario Judicial
Aunque las personas físicas hábiles o las jurídicas por medio de sus
representantes pueden gestionar personalmente (auxiliados de abogado); se
puede conferir representación, en caso que no puedan o quieran hacerlo
personalmente (188 LOJ). Es necesaria en caso de sociedades constituidas en el
extranjero.

 Quienes pueden ser mandatarios: Cónyuge, parientes dentro de ley,


abogados.

 Forma del mandato: Escritura pública y su testimonio debe registrarse en el


Archivo General de Protocolos y en los registros que proceda (189 LOJ).
 Clases: mandato general, específico. Es esencialmente revocable.

 Se necesitan facultades especiales para: 1) Prestar confesión y declaración


de parte; 2) reconocer y desconocer parientes; 3) reconocer firmas; 4)
someter asuntos a la decisión de árbitros; 5) denunciar delitos y acusar
criminalmente; 6) instar o aceptar separación/divorcio; 7) prorrogar
competencia; 8) allanarse y desistir del juicio, ocursos, incidentes,
excepciones y convenios; 9) celebrar transacciones y convenios; 10)
condonar obligaciones; 11) solicitar o aceptar adjucaciones en pago; 12)
otorgar perdón en los delitos privados; 13) aprobar liquidaciones y cuentas;
14) sustituir total o parcialmente, reservándose o no su ejercicio; 15) las
demás establecidas en ley. (190 LOJ)
Asistencia Técnica: el abogado

 Profesional liberal graduado, incorporado al Colegio de Abogados, inscrito


en el Registro de Abogados de la CSJ.

 Las partes deben comparecer asistidas de abogado, de modo que los


escritos que presenten deban llevar su firma y sello.

 Excepciones: ínfima cuantía (50 y 211 CPCYM), menos de 4 abogados


hábiles en el asiento del tribunal.
Postulación Procesal
Es la aptitud que se requiere para realizar actos procesales (actos de la parte) o
para ser receptor de los actos del tribunal (actos judiciales).
La Legitimación
Es la posición habilitante para formular la pretensión (activa) o para que contra
una persona se formule ésta (pasiva). Para formularla se debe tener interés en la
misma (51.2 CPCYM), ya sea privado (partes) o público (PGN).
La legitimación la va a ostentar el titular de la relación jurídica sustantiva
controvertida en el proceso, es decir, aquel que se afirme titular de un derecho, en
cuyo caso estamos frente al sujeto activo de esa relación procesal. Esa titularidad
nos permite identificar quién puede ejercer la acción y en contra de quien es
posible intentarla. La producción del proceso debe nacer desde la existencia de un
hecho controvertido que es necesario para que la Litis se genere y transcurra con
buena salud, por ello es necesario que se legitime la cualidad de aquellos que van
a formar parte en el proceso, tales personas deben tener un interés real, actual y
jurídico.
Clases:

 Activa: La persona que se afirma titular de un interés jurídico propio, tiene


legitimación para hacer valer en juicio sus derechos.

 Pasiva: La persona contra quien se afirma la existencia de ese interés en


nombre propio, esta tiene a su vez legitimación para sostener el juicio.

 Originaria: Las partes comparecen por ser los sujetos originarios es decir a
ellos les pertenece el derecho u obligación.

 Derivada: Una o ambas partes comparecen siendo titular de un derecho u


obligación que originariamente pertenecía a otra persona, habiéndoosle
transmitido a modo singular (compraventa, cesión, donación, legado) o
universal (herencia).
Legitimación por substitución
Por supuesto que una persona en nombre propio puede hacer valer en juicio
derechos que afirma son de otra persona.
Casos específicos:

 Acción subrogatoria u oblicua, donde el acreedor hace valer en juicio los


derechos que le corresponden a su deudor (1,430 CC).

 Los que trabajen en una obra, tienen acción contra el dueño hasta la
cantidad que adeuda al contratista (2,009 CC).

 Embargo judicial (302 CPCYM), al embargarse el crédito del deudor, el


ejecutante puede ejercer judicial y extrajudicialmente los actos necesarios a
efecto de impedir que éste se perjudique.
El Tercero en el Proceso Civil
Es un sujeto procesal que interviene en un proceso, porque se le ha llamado, ya
sea por la parte actora o por la parte demandada, presumiéndose que esta
persona tiene interés en la litis.
El tercero puede manifestarse oponiéndose a ser parte en el proceso de adherirse
a él. Hecho el emplazamiento en forma legal, el tercero queda vinculado a la
decisión final del asunto, pudiéndose ejecutar en su contra la sentencia que se
dicte. Todo aquel que tenga interés de intervenir en un proceso como tercero,
debe de hacerlo saber al juez que conoce del asunto, por escrito o en forma
verbal, Según la naturaleza el proceso. El escrito deberá llenar los mismos
requisitos que se exigen para la demanda.
No se admitirá la intervención de un tercero que no tenga un interés propio y cierto
en su existencia, aunque se halle su ejerció pendiente de plazo y condición.El juez
resolverá de plano la admisión o el rechazo del tercero, si tuviere elementos
suficientes para hacerlo con la prueba que se acompañe.
El tercero coadyuvante se reputa una misma parte con aquel a quien ayuda,
debiendo tomar el en el estado en que se halle, no puede suspender su curso, ni
alegar ni probar lo que estuviere prohibido al principal.
A los terceros que aleguen un derecho de dominio o de preferencia, una vez
resuelta su admisión como tercero excluyente en el proceso. Se le concederá un
plazo de prueba por diez días, común a todos los que litigan.
No se concederá este plazo si el tercero comparece luego de verificada la vista del
proceso o si estuviere pendiente de sentencia. Salvo las facultades del juez para
mejorar falla.
Situación de los terceros

 Terceros indiferentes al proceso.

 Terceros a los que el contenido de la sentencia puede ocasionarles


perjuicio de hecho (ej. condenen a un deudor suyo).

 Terceros titulares de una relación jurídica material que tiene algún elemento
de unión con la relación deducida en el proceso entre las partes, por lo que
es dependiente de esta. (ej. subarrendamiento)

 Terceros titulares de una relación jurídica material idéntica a la deducida


por las partes en el proceso, de forma que la sentencia que se dicte en la
relación deducida en el proceso puede ser al mismo tiempo decisión sobre
la relación jurídica de que es titular el tercero incompatible con la deducida
en el proceso por las partes. (ej. Demanda a un deudor solidario).

 Terceros titulares de una relación jurídica material incompatible con la


dilucidada en el proceso (ej. A y B discuten propiedad cuando C también
alega ser dueño).
Intervención del Tercero
Voluntaria: En un proceso seguido entre dos o más personas, puede un tercero
presentarse a deducir una pretensión relativa al asunto, es también llamada
tercería. (56 CPCYM).
Necesaria o Provocada: Esta intervención es por mandato del juez (en caso de
litisconsorcio necesario) o a instancia de parte. (art 57 CPCYM).
Pluralidad de Partes en el Proceso
Comparecencia de varias personas en un procedimiento judicial en la posición de
demandante/demandado, siendo éste un procedimiento único con pluralidad de
partes. Puede ser por pluralidad de partes en único proceso o acumulación de
pretensiones.
Litisconsorcio
Se deriva de la pluralidad de partes en el proceso. Puede provenir de que varios
demandantes litiguen con un solo demandado (activo), o de que un solo
demandante dirija su acción contra varios demandados (pasivo), o que sean más
de una las personas que, en una misma Litis, sean demandantes y demandadas
(mixto).
Litisconsorcio Necesario
Se produce siempre que, por la naturaleza de la relación jurídico-material que en
el proceso se actúa, los litigantes están unidos de tal modo, que a todos afecta la
resolución que en él pueda dictarse. El proceso único con pluralidad de partes es
necesario cuando varias personas han de ser demandantes/demandadas en una
única pretensión, donde se alcance la satisfacción mediante un único
pronunciamiento. (art 53 CPCYM).
Casos específicos:

 Obligaciones indivisibles (1,337 CC), en las que el acreedor no pude dirigir


su pretensión contra uno solo de sus deudores, sino contra todos.

 Nulidad de un negocio jurídico o testamento (1,301 CC), se debe demandar


a todas las partes/herederos.

 Cotitularidad sobre un bien, a todos los cotitulares.


Proceso:

 Las partes pueden actuar con un mismo mandatario y abogado, o que cada
una de ellas adopte actitudes distintas.

 Si utilizan los medios de defensa, están obligados a unificar su personería,


corriendo de modo común los plazos y beneficiando a todos las
impugnaciones que hagan valer.
Litisconsorcio Facultativo
Se da cuando varias partes pueden demandar o ser demandadas en el mismo
proceso, cuando entre las causas exista conexión, razón del objeto o del título que
dependan. (art 54 CPCYM).
Ejemplo: cédulas hipotecarias, obligaciones solidarias mancomunadas.

Sucesión procesal
Es el cambio de las partes dentro de un proceso, los diferentes vínculos o
ligámenes que en el proceso se dan, pueden verse interrumpidos por diversos
motivos.

 Por cambios en la capacidad procesal: Se da solo entre las personas


físicas. El menor alcanza la mayoría de edad, o nuevo tutor.
 Muerte de la persona física: en los que se pueda proceder, por o contra el
heredero universal.
 Fusión/absorción de sociedades: los derechos y obligaciones pasan a la
otra o nueva sociedad (256 C.Com)
 Transmisión inter vivos de la cosa litigiosa: el proceso prosigue entre las
partes originarias (60 CPCYM).
Se permite que en los casos de sucesor a título particular o enajenación, puedan
intervenir en el proceso o ser llamados en calidad de parte, y si las otras partes lo
admiten, puede excluirse al enajenante o sucesor universal.
Existe otro caso de sustitución, la llamada sustitución procesal, que se diferencia
de la de las partes, en que los sujetos de la relación sustancial son los mismos,
pero el derecho no lo ejerce el titular, sino un tercero en su propio interés. En este
caso, comparece al proceso un tercero en la Litis, que aunque actúa en interés
propio, defiende un derecho ajeno.
Actos de las Partes
Los actos de las partes pueden agruparse en tres categorías:
1. Actos que pueden realizar con entera libertad, sin estar sujetos a la
conformidad del juez o de la contraparte, ejemplo la demanda, el
desistimiento, la interposición de recursos.
2. Actos que requieren el acuerdo de las partes, como sucede para la
administración de la cosa común, nombramiento de peritos.
3. Actos que no pueden ejercitarse ni aun mediando acuerdo entre las partes,
como interponer recursos o excepciones fuera del término.
La Demanda y El Emplazamiento.

1. La Demanda.
Teniendo en cuenta los principios que forman la actuación de la jurisdicción en el
ramo civil, ésta se inicia necesariamente por un acto de parte; el juez no puede
nunca iniciar de oficio el proceso; el acto de parte iniciador del proceso se
denomina demanda.
Dentro de los principios a los que nos referimos, el más importante es el llamado:
principio dispositivo, conforme al cual:
1) La actividad jurisdiccional solo puede iniciarse a petición de parte, el
particular debe ser libre para medir el interés que le mueve a luchar por su
derecho o a dejarlo ignorado o insatisfecho.
2) La determinación concreta del interés cuya satisfacción de los órganos
jurisdiccionales es facultad exclusiva de las partes o, en otras palabras, la
determinación del objeto del proceso corresponde a las partes mediante la
pretensión y la oposición o resistencia.
3) Los órganos jurisdiccionales al satisfacer, por medio del proceso y de la
sentencia, intereses privados, deben ser congruentes con la pretensión y la
oposición formuladas.
4) Si las partes son las únicas que pueden incoar la actividad jurisdiccional,
pueden también ponerle fin, disponiendo del interés o intereses cuya satisfacción
se solicitaba.
Podemos ya así dar un primer concepto de demanda, que sería el acto por el cual
la parte ejercita su derecho de acción, de petición de tutela judicial, y se solicita
que se ponga en marcha la actividad jurisdiccional de los tribunales. Este primer
concepto de demanda, como acto iniciador del proceso está, por tanto, en íntima
relación con el concepto de acción. La acción supone, entre otras cosas, el
derecho del particular a poner en marcha la actividad jurisdiccional del Estado y
ese derecho se ejercita en el acto de la demanda desde esta perspectiva cabe ya
llegar a dos conclusiones:

1) El derecho de acción de la parte ejercitado en la demanda se dirige frente al


tribunal (o al Estado actuando jurisdiccionalmente), y se corresponde con el deber
de éste de abrir el proceso.
Este derecho puede ejercitarse en la demanda de modo expreso o implícito. La
mera presentación de la demanda supone ya ejercicio del derecho de acción, pero
en ella puede además hacerse mención expresa del mismo. De hecho en la
práctica suele iniciarse la petición pidiendo al juez tiene el deber de iniciar el
proceso, aunque no se encuentra vinculado por la petición de la parte en lo que se
refiere al juicio concreto, pues la clase de éste viene determinada por la ley, no por
la petición del actor. En todo caso lo que importa aquí es que existe derecho de la
parte a la actividad jurisdiccional, aunque la manera concreta de ésta será la legal.
2) En el CPCYM se ha tenido el acierto de reservar el nombre de demanda
para el acto de parte iniciador de un verdadero proceso, y por eso con los actos de
jurisdicción voluntaria se habla de solicitud, lo cual es un reconocimiento implícito
de que esos actos no dan lugar a verdaderos procesos y ello a pesar de que se
les denomine procesos especiales.
Ahora bien, este concepto de demanda, como simple acto iniciador del proceso,
es, por parcial, incompleto y lo es porque no pueden existir actos de iniciación
procesal de carácter abstracto, sino que siempre aquellos han de referirse, de una
u otra manera, a la pretensión. Debe añadirse así otro aspecto al concepto de
demanda, el relativo a la pretensión y aunando los dos puede definirse la
demanda como el acto procesal de parte por el que se ejercita el derecho de
acción y se interpone la pretensión.
La demanda en todo caso, como acto es un continente, por medio de ella se
ejercita el derecho de acción y por medio de ella se interpone la pretensión o
pretensiones, de modo completo o no, si la demanda es el continente, el contenido
es, sobre todo la pretensión. Ello da lugar a en ocasiones, a equívocos
terminológicos, por ejemplo admisión, de la demanda, admisión de la pretensión,
requisitos de una y otra que deben ser solucionados atendiendo la diferencia entre
continente y contenido. El CPCYM alude, correctamente, a los requisitos de la
demanda en cuanto ésta es el acto escrito en el que se interpone a la pretensión.
La trascendencia de la demanda proviene de que en ella de determina el objeto
del proceso, con todo lo que significa, especialmente a la hora de la litispendencia
y de la cosa juzgada, a parte de la congruencia y de la prohibición de la demanda.
1.2. Definición.
Chiovenda1 como “el acto con que la parte (actor) afirmando la existencia de una
voluntad concreta de ley que le garantiza un bien, declara la voluntad de que la ley
sea actuada frente a otra parte (demandado), e invoca para este fin, la autoridad
del órgano jurisdiccional”.
Alsina2 la define como “el acto procesal por el cual el actor ejercita una acción
solicitando del Tribunal la protección, la declaración o la constitución de una
situación jurídica. Según sea, en efecto, la naturaleza de la acción deducida, la
demanda será de condena, declarativa o constitutiva”.
1.3. Clases de demanda.
Más, fundamentalmente, nos interesa distinguir dos clases de demanda:
1. Demanda Introductiva de instancia: En el proceso las partes pueden
formular varias peticiones que tendrán mayor o menor importancia según su objeto
y que van satisfaciendo el interés de la parte, según las diferentes incidencias que
surgen en la complicada trama del juicio.
2. Demanda Incidental: Configura lo que se llaman incidentes, que suponen un
proceso ya iniciado. En la Ley del Organismo Judicial, se regula la materia
correspondiente a los incidentes, o sea aquellas cuestiones que se promueven en
un asunto y que tiene relación inmediata con el negocio principal. (Arts. 135 a 140
LOJ)
1.4. Importancia --de la demanda.
La importancia de la demanda se desprende de las consecuencias que puede
producir en la tramitación del juicio. Se puede decir que es la base de éste y que
de ella depone el éxito de la acción ejercitada. Efectivamente, la demanda
contiene las pretensiones del actor y sobre éstas ha de pronunciarse la sentencia.
(Art. 163 LOJ).
Las demás defectuosas serán repelidas por el Juez (Art. 233 CECYM y 109 del
nuevo código) en su caso, originan excepciones procesales; sobre los hechos
expuestos en la demanda o en la contestación se recibirá la prueba o sobre
aquellas cuyo conocimiento llegar a las partes con posterioridad (Arts. 262 y 264
CECYM y 127 del nuevo Código).

De aquí proviene que la mayoría de los procesos que en la práctica no prosperan,


se deben al defectuoso modo de interponer las demandas.
2. Requisitos de la demanda.
I. Perspectiva legal.
Para determinar los requisitos de la demanda debe distinguirse entre aquellos
requisitos que podemos considerar meramente formales y aquellos otros que
atienden a su contenido. El art. 106 del CPCYM ha tenido el acierto de no atender
propiamente a los requisitos formales, sino de centrarse a los requisitos de
contenido que son los que realmente importan. Incluso había cuenta del art. 61, el
que determina lo que debe contener la primera solicitud que se presente a los
tribunales de justicia, puede seguirse diciendo que importan más los requisitos de
contenido.
El artículo 61 del nuevo Código Procesal Civil y Mercantil guatemalteco, establece
que la primera solicitud que se presente a los tribunales de justicia contendrá lo
siguiente:
1º. Designación del juez o Tribunal a quien se dirija.
2º. Nombres y apellidos completos del solicitante o de la persona que lo
represente, su edad, estado civil, nacionalidad, profesión u oficio, domicilio e
indicación del lugar para recibir notificaciones.
3º. Relación de los hechos a que se refiere la petición.
4º. Fundamento de derecho en que se apoya la solicitud, citando las leyes
respectivas.
5º. Nombres, apellidos y residencia de las personas de quienes se reclama un
derecho; si se ignorare la residencia se hará constar.
6º. La petición, en términos precisos.
7º. Lugar y fecha
8º. Firmas del solicitante y del abogado colegiado que lo patrocina, así como el
sello de éste. Si el solicitante no sabe o no puede firmar, lo hará por él otra
persona o el abogado que lo auxilie.
De todos los requisitos anteriores, destacamos los que se pueden considerar
como substanciales. Ellos son:
A. Individualización del demandante, principalmente con el objeto de
establecer su capacidad para comparecer en juicio.
B. Individualización del demandado, por la misma razón anterior. Deberá
hacerse también constar los nombres, apellidos y residencia de la o de las
personas contra las que se interpone la demanda. Esta residencia, que en
realidad constituye el domicilio (art. 32 del Código Civil) tiene especial
trascendencia por varias razones, debiendo recordarse que el domicilio del
demandado puede llegar a servir para determinar la competencia territorial del
juzgado o Tribunal, y siempre fija el lugar en el que debe ser emplazado el
demandado (art. 79, párrafo 2º.). La ley prevé la posibilidad de que el demandante
desconozca el domicilio del demandado (arts., 61, inciso 5º.) y establece que
entonces deberá hacerlo constar así.

La importancia de la designación de las partes del proceso proviene por qué sirve
para delimitar subjetivamente la pretensión, fijando entre quienes nace el proceso
y, en su momento, entre quienes se formará la cosa juzgada (art. 155 de la LOJ).

C. Especificación del domicilio, para que el Juez pueda resolver los problemas
relacionados con la competencia territorial.
D. Especificación de la cosa demandada, o sea la determinación del objeto de
la pretensión, circunstancia sumamente importante porque al igual que los otros
requisitos servirá para resolver el problema de la identificación de las acciones.
E. La exposición de los hechos.
La técnica procesal ha elaborado dos teorías:
La substanciación: Prieto Castro dice que: “Es la tradicional y la que sigue la ley,
deben exponerse circunstancialmente los hechos que constituyen la relación
jurídica con la cualificación jurídica que les dé el actor.
La individualización: De la individualización, basta con que se indique la relación
jurídica que individualiza la acción.
Alsina, en cuanto a la descripción de los hechos, sostiene que es necesario hacer
un distingo. Cuando se trata de una acción personal, como la obligación nace así
siempre de un hecho (contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito), es necesario
exponer su causa remota, en cuanto a los hechos eficientes o conexos con el
litigio.

Ejemplo: Cuando se reclame el pago de una suma de dinero, se expondrán los


hechos que dieron origen a la obligación, a no ser que ésta conste de un
instrumento o derive de una disposición de la ley.
La exposición de los hechos como dice el Código guatemalteco, debe ser clara y
precisa, con lo que se quiere indicar que aparte del estilo llano y sin
complicaciones, debe concretarse la exposición solamente a hechos que tengan
relación con el litigio.
F. Los fundamentos de derecho
El artículo 61, inciso 4º., del Código Procesal Civil y Mercantil que en la primera
solicitud debe de expresarse el “fundamento de derecho en que se apoya la
solicitud, citando la ley respectiva”.
Los fundamentos de derecho expuestos por el actor no siempre serán exactos, y
así el Juez que no puede suplir los hechos, cuya exposición y prueba corresponde
a las partes, si puede en sentencia, suplir el derecho, en virtud del conocido
aforismo iuranovit curia.
G. Fijación de la prueba
En la práctica no se enuncia la prueba como es debido, y los jueces no obstante
esto, tramitan las demandas. Así es común que actor, genéricamente ofrezca
prueba como la de testigos, presunciones, inspecciones oculares, etc. Y las
demás establecidas por la ley. Es natural que esto no es individualizar la prueba,
ni permite la adecuada defensa del demandado. La práctica judicial guatemalteca
solo ha exigido la individualización de la prueba documental conforme al artículo
107 del Código Procesal Penal Guatemalteco “El actor deberá acompañar a su
demanda los documentos en que funde su derecho. Si no los tuviere a su
disposición los mencionará con la individualidad posible, expresando lo que de
ellos resulte, y designará el archivo, oficina pública o lugar donde se encuentren
los originales”.
En la doctrina se distinguen tres clases de documentos:
1. Habitantes: Son aquellos que acreditan la representación invocada por el
que ejercita una acción en nombre de otro.
2. Justificativos de derecho: Los que se han aludido y a los cuales se refiere el
artículo 107 Código Procesal Penal Guatemalteco Decreto 107.
3. Justificativos de la demanda: Son aquellos que sin fundarse en ellos
propiamente el derecho de la parte, si apoyan la legitimidad del reclamo,
reforzando la posición de esa parte, como ocurre por ejemplo: con la
correspondencia que permite interpretar en determinado sentido un contrato.
H. La petición:
Puede ser:
a. Principal: Constituye el objeto de la demanda.
b. Accesoria: Una cuestión meramente incidental, como por ejemplo, la
condena de costa.
Es cierto que en la práctica forense también en Guatemala, como en casi todos los
países, existe una forma que podríamos considerar consolidada, por cuanto la
misma responde a una tradición que ha ido configurando la demanda. Ahora bien,
esa forma no viene impuesta por la ley. Esta lo que si exige es que la demanda
tenga un contenido necesario, pero no exige que el mismo se ordene
precisamente de una manera concreta. Ese contenido necesario puede dividirse
en las siguientes clases de requisitos:
REQUISITOS FORMALES.
Entendida la forma en su sentido general, este carácter de requisito formal puede
decirse que tienen:
a) Lugar y fecha.
El lugar que importa en una demanda es realmente aquel en el que la misma
presenta, es decir, el del local de la ubicación del órgano judicial. Debe recordarse
que para el demandante el mero hecho de presentar la demanda ante un juez o
tribunal supone sumisión tácita.
Con relación a la fecha hay que advertir que, independientemente de la fecha que
aparezca en el escrito, la fecha que surte efectos materiales y procesales es la de
la efectiva presentación.
b) Firmas.
El escrito de demanda ha de ser firmando por del demandante o por la persona
que comparezca en su representación y sea tanto la representación legal (de
menores de edad o incapaces) o la llamada representación necesaria (de
personas jurídicas) y también la representación procesal del mandatario judicial.
Especial trascendencia adquiere la firma y sello del abogado colegiado que
patrocina a la parte por cuanto según el artículo 50 del CPCYM, los escritos que
no lleven la firma y el sello del abogado director serán rechazado de plano y según
el artículo 197 de la ley del organismo judicial a las demandadas que no estén
respaldadas con la firma y sello de abogado colegiado no se les dará curso.
c) Copias.
Al referirnos en el capítulo VII a los requisitos de los actos escritos de parte
aludimos a las copias conforme a lo previsto en el Artículo 63 lo que hay y dijimos
tiene aplicación cuando se trata de la demanda Y no hay que insistir.
Hemos enunciado hasta aquí requisitos de contenido de la demanda Y hay ahora
que volver a Resaltar que el código procesal civil y mercantil no dispone una forma
concreta para ese escrito sino que ha de estarse a cumplir con los requisitos de
contenido adoptando la forma que parezca más adecuada para la obtención de los
fines que se persiguen siendo esos fines los días reflejar con exactitud y Claridad
la pretensión que se interpone.
d) Acreditación de la representación procesal.
Supuesto especial de representación es el de la que podemos llamar
representación específica para los procesos la que se confiere a los mandatarios
judiciales de conformidad con los artículos 188 y siguientes de la ley del
organismo judicial esta representación requiere que el mandato se confiera en
escritura pública y que el testimonio se registre en el archivo general de protocolos
de la presidencia del organismo judicial aparte de otros registros en que proceda
conforme a la ley pero desde luego no en el registro mercantil porque el
mandatario no actuará en en actividades mercantiles si no procesales.
Normalmente la falta de alguno de esos documentos llevará a que el juez o
tribunal no le dé trámite a la demanda y ello sin perjuicio de que luego el
demandado o ponga la excepción previa de falta de personería artículo 116 inciso
6 que de la a de referirse como veremos en su momento no tanto a la falta de del
documento como a la legalidad del documento y a las facultades del
representante.
3.2. Materiales.
Los documentos materiales son los que se refieren a la cuestión de fondo que
operan como prueba en el proceso lo que se han llamado también justificativos del
derecho su falta no afecta a la admisibilidad de la demanda sino en su caso a la
estimación de la pretensión en la sentencia.
El artículo 107 del código procesal civil y mercantil dice que el actor deberá
acompañar a su demanda los documentos en que funde su derecho y añade el
artículo 108 que si no se presentarán con la demanda los documentos en que el
actor funde su derecho no serán admitidos posteriormente salgo impedimento
justificado de esas dos normas pareciera como si hubiera de distinguirse entre.
1) Documentos que fundan el derecho de la parte demandante que deben
presentarse con la demanda, y
2) Documentos que no funda el derecho del actor que pareciera que no han de
presentarse con la demanda sino que simplemente ande ofrecerse como medios
de prueba en la demanda Aunque pueda presentarse en el período probatorio.
Esta distinción es sin embargo inútil como se deduce del propio código procesal
civil y mercantil en este la vieja distinción española entre documentos que fundan
el derecho del actor que pareciera que no han de presentarse con la demanda
sino que simplemente han de ofrecerse como medios de prueba en la demanda.
Aunque puedan presentarse en el período probatorio, esta distinción es sin
embargo inútil como se deduce del propio código procesal civil y mercantil en este
la vieja distinción española entre documentos que fundan el derecho y
documentos que no fundan el derecho no tienen verdadera utilidad Porque todos
los documentos han de presentarse con la demanda si el artículo 106 ordena que
con la demanda se presentarán en las pruebas que van a Rendirse Y si antes
hemos dicho que en la demanda no basta hacer una mención genérica de esas
pruebas sino que es necesario efectuar un detalle concreto las distintas no carece
de utilidad porque con la demanda ante presentarse todos los documentos
salvadas únicamente dos excepciones:
1) Con la demanda el actor no presentar a los documentos que no tuviera a su
disposición caso en el que los deba mencionar con la individualidad posible
expresando lo que de ellos resulten y designando el archivo oficina pública o lugar
donde se encuentran los originales artículo 107 final Como veremos en el capítulo
16 tienen regulación propia los casos de que el documento está en poder de un
tercero artículo 181 hotel adversario artículo 109.
2) Con la demanda no habran de presentarse como es obvio los documentos
respecto de los que exista impedimento justificado artículo 108 los cuales podrán
presentarse sí deberán ser admitidos Posteriormente.
La distinción de los documentos entre: 1) Los que funden el derecho alegado y
dos los que no funden el derecho con relación al momento de su presentación
tiene pleno sentido cuando con la demanda han de presentarse sólo las los
primeros pudiendo presentarse los segundos en el período probatorio Si todos los
documentos han de presentarse con la demanda la distinción pierde sentido.
Resulta pues de lo anterior que con la demanda deben presentarse todos los
documentos y que lo que tiene verdadera importancia es la preclusión ordenada
en el artículo 108 si la parte actora no presenta con la demanda un documento
éste no será admitido posteriormente es decir precluye la posibilidad de presentar
salvo que concurra impedimento justificado el artículo no dice en qué puede
consistir ese impedimento justificado con lo que remiten por un lado a los
incidentes y por otro a la decisión del juez o tribunal que ha de valorar tanto
cuando concurre en pedimento cuando el mismo es justificado.
4. Admisión de la demanda.
La primera actuación del juez propiamente jurisdiccional va a consistir en decidir
sobre la admisibilidad de la demanda a la admisión se refiere al artículo 109 del
CPYCM, cuando dice que los jueces repeleran de oficio las demandas que no
contenga los requisitos establecidos por la ley expresando los defectos que hayan
encontrado aunque esta disposición espacial e insuficiente.
El tema de la admisibilidad de la demanda va Unido al de las facultades del Juez
en el proceso civil para comprender los supuestos de inadmisibilidad es preciso
distinguir entre razones de fondo y razones procesales aún dentro de estas por
falta de presupuestos procesales o de requisitos de la demanda por último habrá
que atender en cada caso a la posibilidad de subsanación del defecto.

4.1. Inadmisión por razones de fondo.


No existe desde luego una norma general expresa que diga cuando una demanda
es admisible y cuando no por razones relativas al fondo del asunto desde la
misma esencia de la libertad de acceso a los tribunales para ejercer las acciones a
la que se refiere el artículo 29 dela Constitución y desde el derecho al debido
proceso al que atienden los artículos 12 de la Constitución y 16 de la ley del
organismo judicial Hay que llegar a la conclusión de que el derecho a la
jurisdicción supone en primer lugar la admisión de la demanda por ser un rechazó
in limine litis en el inicio del proceso la forma más clara de indefensión los riesgos
evidentes de autorizar al juez a rechazar demandas por infundada llevan a la
conclusión de que el día que él debe admitir las todas aunque le parezca que se
trata de demanda sin posibilidades de éxito.

Lo anterior con todo no puede ser absoluto y existen casos de inadmisibilidad de


la demanda que se refieren a la no concesión de tutela jurídica por el
ordenamiento en general naturalmente estos casos han de ser muy limitados Pues
se trata nada menos de que el ordenamiento niega el derecho de acción y Por
ende de hecho la Justicia.
Con norma expresa cabe así referirse al artículo 80 del código civil conforme al
cual la demanda en que se pida el cumplimiento de la promesa de matrimonio o
esponsales no se mira para su trámite porque los esponsales no producen
obligación de contraer matrimonio ni de cumplir lo que se hubiera estipulado para
el supuesto de su no celebración sin perjuicio de la posibilidad de demandar la
restitución de las cosas donadas y entregas con Promesa de un matrimonio que
no se efectuó.

En este caso el ordenamiento dice de modo expresó y general que el interés del
actor a contraer matrimonio no está protegido y por tanto que el proceso es inútil
pues nunca se podrá llegar a una sentencia estimatoria de la pretensión en
cumplido La promesa de matrimonio podrá demandarse la restitución de las cosas
antes aludidas pero no podrá demandar sé que se condene a la otra parte a
casarse ante un juez se presenta una demanda con esta petición al juez no debe
admitirla.
Sin norma expresa cabe también sostener que no debe admitirse la demanda
cuando Es evidente que el ordenamiento no protege el interés alegado por el
demandante sería este el caso de ciertas demandas absurdas que se han
presentado en otros países en que se ha pedido que se condene al presidente de
la república al cumplir su programa electoral lo que se condene a un particular o
un concejal para que diga por quién ha votado en las elecciones municipales o en
la de alcalde etc.

Salvo estos supuestos que son excepcionales y que por tanto difícilmente se
darán en la práctica la demanda debe ser admitida por el juez sin entrar a
examinar las posibilidades de éxito que tenga la pretensión en ella interpuesta el
momento inicial del proceso no es adecuado para decidir sobre si la demanda va a
triunfar o no el proceso se va a hacer precisamente para decidir el éxito o fracaso
de la pretensión.
4.2. Inadmisión por razones procesales.
El artículo 109 se refiere a la inadmisión de la demanda por falta de algún requisito
de la misma sin aludir a la no concurrencia de los presupuestos procesales pero
es preciso mantener esta distinción habida cuenta de lo que dijimos en el capítulo
VI.
a) Presupuestos procesales.
El Juez debe examinar en primer lugar la concurrencia de los presupuestos
procesales en sentido estricto Esto es lo que se refiere a la correcta constitución
de la relación jurídica procesal. Esos presupuestos son principalmente:
1. Subjetivos.
Se refieren al juez, a las partes y a las representantes de las mismas.
Los presupuestos fundamentales referidos al juez es el de la jurisdicción y
competencia, o sea que los tribunales de Guatemala tienen jurisdicción para
conocer el asunto, y que ese asunto corresponda al ramo civil, y que el juzgado
concreto tiene competencia objetiva y funcional. La competencia territorial al ser
disponible y prorrogable, no es un presupuesto procesal. Según lo dispuesto en el
artículo 6 del Código Procesal Civil y Mercantil y en los artículos 116 y 121 de la
Ley del Organismo Judicial.
Los presupuestos de las partes atienden especialmente, primero, a la existencia
de parte demandada determinada con legitimación, y luego a la acreditación de
varias representaciones, en ese sentido nos referimos a la justificación de
personería, según el artículo 45 del Código Procesal Civil y Mercantil y el caso
procesal de la acreditación del mandato judicial según lo establecido en el artículo
188 y siguientes de la Ley del Organismo Judicial. También es presupuesto
subjetivo de las partes que la demanda está firmada y lleve el sello de abogado
colegiado según el artículo 50 del Código Procesal Civil y Mercantil y el artículo
197 de la Ley del Organismo Judicial. Aunque otra cosa pudiera parecer que la
firma y sello no son propiamente requisitos de escrito de demanda, sino que
presupuestos que afectan el proceso entero, aunque se manifiestan en todos los
escritos de las partes (no solo en la demanda).

2. Objetivos.
Los presupuestos a que se refieren el objeto del proceso (litispendencia, cosa
juzgada) no son apreciables de oficio por el juez en el momento de la admisión de
la demandan entre otras cosas porque no puede en realidad tener conocimiento
de los mismos.
3. De actividad.
Se trata principalmente, de que el juez debe dar a la demanda el trámite previsto
en la ley y no el pedido por el actor, si en la petición de este ha incurrido en error.
Conforme al Código Procesal Civil y Mercantil y atendido sobre todos sus artículos
96, 199, 229, las distintas materias y pretensiones tienen un cauce procedimental
determinado, y ese cause se convierte también presupuesto que debe controlarse
de oficio.
b) Requisitos de la demanda.
El artículo 109 del Código Procesal Civil y Mercantil atiende al control de oficio por
el juez de los requisitos de la demanda, estos requisitos se refieren, no tanto a la
forma de la demanda, cuanto al contenido de la misma, al contenido que se
desprende de los artículos 61 y 106 del Código Procesal Civil y Mercantil, debe,
con todo, distinguirse entre:
1. El juez debe controlar, en su caso, no admitir para su trámite, la demanda
cuando falte uno de sus requisitos.
Ejemplo: cuando la demanda no contenga la petición. Cuando el actor finalice su
escrito sin pedir algo. El juez debe percatarse de que en la demanda se contiene
un relato de hechos (la fijación clara y precisa de los hechos en que se funde).
Pero no podrá atender al relato mismo para examinar si el mismo es o no
suficiente para que la pretensión llegue a ser estimada en la sentencia.
2. El control de los requisitos, es formal, y no realmente de verdadero
contenido. Si con la demanda deben presentarse los documentos que la parte
quiere utilizar como medios de prueba, el juez no podrá inadmitir esa demanda,
porque con ella no se presenten documentos materiales, pues la sanción legal a
ese incumplimiento es que los documentos no podrán ser presentados después.
El Código Procesal Civil y Mercantil no incluyo como hubiera sido adecuado,
norma alguna relativa a la subsanación de los defectos. El artículo 109 del Código
Procesal Civil y Mercantil dice simplemente que el juez al no admitir la demanda,
expresara los defectos que haya encontrado, pero no dice más. No dice si la parte
podrá subsanar esos defectos, en un plazo fijado por la ley el cual entonces ya
deberá admitir la demanda. En la práctica los jueces no cumplen a cabalidad con
señalar los defectos que indica esta norma, lo cual tampoco permite a la parte
interesada saber con claridad cuales fueron para corregirlos.
Cosa diferente ocurre en los juicios orales de trabajo, en los cuales el juzgador de
oficio, previamente a darle tramite a la demanda, puede pedir a la parte actora que
cumpla con algún requisito omitido, o la aclaración o ampliación de algún hecho
según el artículo 334 del Código de Trabajo.
4.3. Admisión y Emplazamiento.
Si concurren los presupuestos procesales y se han cumplido con los requisitos de
la demanda el juez dictara una resolución admitiendo la demanda y ordenando
que se produzca el emplazamiento del demandado, concediéndole audiencia por
nueve días, sin son varios los demandados ese plazo de nueve días es común
según el artículo 111 del Código Procesal Civil y Mercantil. Este es el mejor
ejemplo de notificación general que se resuelve en un acto especial de
emplazamiento, en el que se concede un pazo al demandado que realice una
actividad procesal, no hay, por tanto, término de emplazamiento, sino plazo.
Ha de ser una notificación personal según el artículo 67, inciso 1º del Código
Procesal Civil y Mercantil, entregando copia de la demanda y de los documentos
acompañados según el artículo 70 del Código Procesal Civil y Mercantil.

4.3.1. Definición de Emplazamiento.


El emplazamiento es un acto procesal mediante el cual el Juez le señala un plazo
a la parte interesada para presentarse ante un tribunal y que asuma una actitud
frente al proceso. Es necesario mencionar, que, a diferencia del emplazamiento, la
citación consiste en el acto por el cual el Juez ordena a una persona la
comparecencia ante él, es un momento determinado, con el objeto de llevar a
cabo alguna diligencia; (artículo 111 del CPCYM).

5. La Demanda Necesaria.
El artículo 52 del Código Procesal Civil y Mercantil regula la provocación de la
demanda con dos supuestos:
1. Típica acción de jactancia, que se regula en los artículos 225 a 228 del
Código Procesal Civil y Mercantil.
2. Cuando se tenga acción o excepción que dependa del ejercicio de la acción
de otra persona, caso para el que, previa audiencia por dos días a la otra parte el
juez fijara un término (plazo) no mayor de sesenta días para que se interponga la
demanda por quien corresponde, bajo apercibimiento de tenerse por caducado su
derecho.
La acción de jactancia puede llevar a que el juez dicte sentencia señalando al
jactanciosos un plazo de quince días para que interponga su demanda, bajo
apercibimiento de tener por caducado su derecho según el artículo 228, párrafo 1º
del Código Procesal Civil y Mercantil, con la consecuencia de que no lo hace así,
el juez, a solicitud de parte, declarará caducado el derecho y mandará expedir
certificación al actor según el artículo 228, párrafo 3 del Código Procesal Civil y
Mercantil, en el mismo sentido, tratándose del segundo supuesto, el juez fija un
plazo para que en el mismo la demanda sea presentada y, en caso contrario, se
declarará caducado el derecho.
Los dos supuestos suponen el mantenimiento de una institución del pasado que
hoy puede entenderse suplida con la pretensión declarativa pura negativa.
Veamos el caso de prescripción extintiva que es más fácil y conocido.
Ejemplo: una persona, que es titular de una obligación, a favor de un acreedor
entienda que la obligación ha prescrito por el transcurso de alguno de los plazos
de los artículos 1508, 1513, 1514 y 1515 del Código Civil, y en este caso el
ordenamiento ofrece posibilidad de actuación procesal:
a) Puede formular una demanda en juicio ordinario para que el juez declare la
producción de la prescripción (del derecho y no de la acción), por cuanto el
artículo 1501 del Código Civil, dice que la prescripción extintiva puede ejercitarse
también como acción (pretensión), sin necesidad de esperar a que el acreedor
demande para oponerle la prescripción como excepción. En este caso el deudor
ejercitará una pretensión declarativa pura negativa, pidiéndole al juez que declare
en la sentencia que la obligación de ha extinguido por prescripción.
b) Puede intentar la provocación de la demanda del acreedor, con base el en
artículo 52 del Código Procesal Civil y Mercantil, y aduciendo que la oposición de
su excepción de prescripción precisa del ejercicio de la acción (pretensión) por
parte del acreedor.
Para una persona puede ser más sencillo procesalmente acudir a la jactancia o
provocación de demanda que a la pretensión declarativa pura negativa.
6. Litispendencia.
La existencia de una demanda supone una ruptura, se pasa de una relación
jurídico material privada en conflicto, mantenida solo entre particulares, al
planteamiento de un litigio ante un órgano jurisdiccional. Esa ruptura se define hoy
con la palabra litispendencia, la litispendencia marca el inicio de un proceso.
Con la palabra litispendencia se está haciendo referencia a la pendencia de un
litigio, pero lo que importa son sus efectos, por ello Chiovenda lo definía como la
“existencia de una Litis en la plenitud de sus defectos”. Naturalmente esos efectos
son procesales y se derivan de la constitución de un proceso. En la terminología
hoy usual se habla de la constitución de la relación jurídica procesal.
La litispendencia, marca el hito del inicio de un proceso, y el derecho aspira a que
la situación subjetiva y objetiva con que se inició el mismo se mantenga a lo largo
de él. Los efectos se refieren, en parte, a un intento jurídico de que durante la
pendencia del proceso no se altere la situación. Los efectos que vamos a
examinar corresponden en buena medida a esa aspiración, pero antes hay que
precisar los momentos inicial y final de la litispendencia.

6.1. Momento de producción.


La determinación del momento final, del diez ad quem, no es problemática en sí
misma, sino que está referido a la terminación del proceso, a los diferentes modos
que se estudian en los capítulos XVIII y XIX. Lo problemático es el momento
inicial, el diez a quo, pues el mismo ha suscitado un amplio debate doctrinal que
ha llevado a los códigos de los distintos países lleguen a soluciones diferentes.

EL artículo 112 del Código Procesal Civil y Mercantil opta por la solución de que la
litispendencia se produce con el emplazamiento del o de los demandados,
aunándose al mismo la producción de los efectos. Esta solución ha sido criticada
con buenas razones, pero es la legal. Las razones de la crítica son teóricas y
prácticas.
Teóricamente no se comprende como un proceso, que empieza por la demanda
tenga que esperar a producir sus efectos al emplazamiento del demandado y
prácticamente porque ello puede originar graves consecuencias perjudiciales para
el actor como serian retrasar por causas ajenas a su actividad, la interrupción de la
prescripción; en efecto si el autor presenta su demanda unos días antes de que
venza el plazo de la prescripción extintiva, puede decirse que ha actuado con la
diligencia que podría exigírsele y que luego, el que el emplazamiento se produzca
antes o después del vencimiento del plazo de la prescripción, ya no es algo que
dependa de él pues dependerá de la rapidez del órgano jurisdiccional y, mayor
razón, si se tiene en cuenta que hoy en la capital las demandas ya no se
presentan directamente en el juzgado o tribunal sino en el Centro de Servicios
Auxiliares de la Administración de Justicia.

Por esto en los últimos tiempos doctrinalmente se defienden dos variantes que no
conducen a efectos prácticos distintos. Unas veces se dice que la litispendencia se
produce en el momento de presentación de la demanda, pero siempre que ésta
sea después admitida, y otra se refiere al momento de admisión de la demanda,
pero con efectos retroactivos al de la presentación. A pesar de todo, debe tenerse
en cuenta que en nuestro Ordenamiento la litispendencia se sigue produciendo en
el momento del emplazamiento, a diferencia de otros Ordenamientos, como en el
espalo, en que se produce en el momento de la presentación de la demanda, si
ésta luego es admitida a trámite.

6.2. Los efectos procesales.


Los efectos que se derivan propiamente de la litispendencia son exclusivamente
los procesales, los enumerados en el artículo 112, inciso 2º., si bien en esta norma
no están todos los efectos que tienen esta naturaleza de procesales:

a) Dar prevención al juez que emplaza.


Si el juez ante el que se ha presentado la demanda, y que ha realizado el
emplazamiento, es competente para conocer del asunto, el mismo ha asumido la
competencia para conocer de ese asunto sin que pueda el demandado ser
emplazado ante juez distinto para conocer del mismo asunto.

b) Sujetar a las partes a seguir el proceso ante el juez emplazante, si el


demandado no objeta la competencia.
Ahora parte de que el juez ante el que se ha presentado la demanda, y que ha
realizado el emplazamiento no es competente territorialmente, lo que permite al
demandado oponer la excepción de incompetencia territorial o someterse
tácitamente, y en esta situación el juez asumirá la competencia y las partes
quedarán sujetas a realizar el proceso ante él si el demandado se somete
tácitamente, es decir, si no objeta la competencia.

No estamos refiriéndonos sólo a la competencia territorial porque es la única que


queda dependiendo de la voluntad del demandado. Las competencias objetiva y
funcional no son ni disponibles ni prorrogables, por lo que no dependen de la
voluntad del demandado. Estas clases de competencia deben controlarse por el
juez de oficio en todo momento, debiendo recordarse lo dicho en el Capítulo I y lo
dispuesto en los artículos 6 del CPCYM y 121 de la LOJ.
c) Obligar a las partes a constituirse en el lugar del proceso.
Advirtiendo que no estamos ante una verdadera obligación, sino ante una carga
procesal, este efecto ha de ponerse en relación con el artículo 79 del mismo
CPCYM, en el que se dispone que las partes litigantes han de señalar casa o
lugar, para recibir notificaciones, que estén situados dentro del perímetro de la
población en que está ubicado el tribunal. Las partes pueden cambiar, a lo largo
del proceso, la casa o lugar, pero mientras no lo hagan las notificaciones se le
harán siempre en el designado inicialmente.

d) Deber del juez de realizar el proceso.


Desde el momento de la presentación de la demanda, con su admisión, surge
para el órgano jurisdiccional el deber de continuar el proceso hasta el final y de
dictar la sentencia de fondo (esto último condicionado a la concurrencia de los
presupuestos procesales). El derecho de acción no se refiere sólo a la incoación
de la actividad jurisdiccional, sino a la realización completa de la misma, con todas
sus garantías, y a la decisión de fondo, pero es a partir de la litispendencia cuando
un órgano jurisdiccional concreto asume con plenitud el deber. Este efecto es una
clara manifestación de que la litispendencia no se debe entender producida con el
emplazamiento, sino que debió estarse a la admisión de la demanda con efecto
retroactivo al de la presentación.

e) Asunción de las expectativas, cargas y obligaciones de las partes.


Desde la litispendencia las partes quedan legalmente vinculadas a la existencia
del proceso. Todos los actos del procedimiento son consecuencia de la
litispendencia y, realizados los subsiguientes, irán apareciendo las expectativas y
cargas, especialmente para el demandado, efectuando el emplazamiento, surge la
carga de comparecer (no la obligación) o será declarado en rebeldía, y otros.
f) Exclusión de otro proceso.
La existencia de un proceso con la plenitud de sus efectos impide la existencia de
otro en el que se den las identidades propias de la cosa juzgada, esto es,
subjetivas. Para que este efecto se produzca se concede a las partes la excepción
previa de litispendencia (art. 116, inciso 2º.).

g) La perétuatioiurisdictionis.
La litispendencia produce la denominada perpetuatioiurisdictionis (a la que se
refiere el art. 5 del CPCYM que, curiosamente, la sitúa en el momento de la
presentación de la demanda, no en el del emplazamiento), esto es, el juez
competente en el momento de producirse la misma lo sigue siendo a pesar de los
cambios que a lo largo del proceso puedan producirse, y además conocerá del
asunto por el tipo procedimental establecido en aquel momento. Los cambios a
que hacemos referencia pueden ser de dos tipos:

1. Cambios en los hechos.


A lo largo del proceso puede modificarse el hecho determinante de la competencia
territorial (el domicilio del demandado) o el hecho base de la competencia objetiva
por la cuantía (las acciones reclamadas bajan en la bolsa y pierden la mayor parte
de su valor), pero ello no va a alterar la competencia del órgano que conocía del
proceso en el momento de la litispendencia.

2. Cambios en la norma.
Puede producirse también un cambio en la norma determinante de la competencia
del procedimiento correspondiente (la cuantía mínima del juicio ordinario pase a
tramitarse como un juicio oral. Con todo, en estos casos debe estarse a lo
dispuesto en la nueva ley, en sus normas transitorias.

h) La perpetuatiolegitimationis.
También se produce la perpetuatiolegitimationis, en virtud de la cual quienes
estaban legitimados en el momento de la litispendencia mantienen esa
legitimación, sin perjuicio de los cambios que puedan producirse en el tiempo de
duración del proceso.

i) La prohibición del cambio o ampliación de la demanda.


El artículo 110 dispone que podrá ampliarse o modificarse la demanda antes de
que haya sido contestada, lo que supone, en sentido contrario, que la demanda no
puede modificarse ni ampliarse desde que ha sido contestada. Este efecto, pues,
no produce con el emplazamiento, sino con la contestación, y supone que:
1. Después de la contestación de la demanda no puede ampliarse
objetivamente la demanda, en el sentido de producir una acumulación objetiva de
pretensiones contra el mismo demandado.
2. Igualmente después de la contestación de la demanda no cabe una
ampliación subjetiva, es decir, no puede producirse una acumulación objetivo-
subjetiva, dirigiendo la demanda también contra nuevos demandados.

6.3. Los llamados efectos materiales.


Es tradicional en la doctrina procesal sostener que la litispendencia produce
también efectos materiales, esto es, los que se dicen recaen en la relación jurídica
material deducida en el proceso, y en este sentido el artículo 112 CPCYM
distingue entre efectos materiales del emplazamiento y efectos procesales del
mismo.

Esta concepción no parece ya correcta a la doctrina más moderna la cual está


poniendo de manifiesto que los efectos de la litispendencia son sólo y
exclusivamente procesales. Los llamados efectos materiales no se derivan todos
de la mera litispendencia sino que debe distinguirse:

Efectos de la litispendencia:
1. La interrupción de la prescripción extintiva.
El artículo 1506 del Código Civil dice que la prescripción se interrumpe por
demanda judicial debidamente notificada (o por cualquier providencia precautoria),
salvo si el acreedor desiste de la acción intentando o el demandado fuere absuelto
de la demanda, o el acto judicial se declare nulo.

La interrupción de la prescripción no guarda relación directa con el éxito final de la


demanda, a pesar del tenor literal del artículo. Es perfectamente posible que el
juez dicte una sentencia meramente procesal, sin entrar en el fondo, con lo que no
ha estimado la pretensión y sin embargo la prescripción se ha interrumpido. En los
casos en que la pretensión es desestimada, es decir, cuando el demandado ha
absuelto, lo que ocurre es que el juez determina que no existía el derecho base de
la “acción” y, por lo tanto, ésta no podía interrumpirse en su prescripción (lo que no
existe no puede extinguirse por prescripción).

2. La interrupción de la prescripción adquisitiva o usucapión.


El artículo 653 del Código Civil viene a reiterar lo dicho antes para la prescripción
extintiva.

3. La deuda solidaria sólo puede pagarse al acreedor demandante.


Según el artículo 1355 del Código Civil si el deudor ha sido demandado por uno de
los acreedores solidarios, el pago de la deuda sólo puede hacerse a este aunque
con notificación a los demás interesados, de modo que la deuda ya no puede
pagarse a cualquiera de los acreedores. Este efecto se produce simplemente con
el emplazamiento y sin atender a nada más.

6.4. Efectos de la estimación de la pretensión.


Existen otros efectos que se derivan, no tanto de la litispendencia, cuando de la
estimación de la pretensión, aunque con retroacción a aquélla; dicho de otra
manera, desde el punto de vista de la sentencia los efectos se producen ex tunc
(desde antes). Estos son:

a) La constitución en mora del deudor


Según el artículo 1430 del Código Civil la notificación de la demanda equivale al
requerimiento, en virtud del cual se constituye en mora al deudor, aunque puede
advertirse fácilmente que este efecto se producirá realmente si llega a dictarse
sentencia que condene al deudor, pues si éste es absuelto no hay tal constitución
de mora.

b) La obligación de pagar intereses legales aun cuando no se hubiesen


pactado.
El artículo 1435 del Código Civil dispone que si la obligación consiste en el pago
de una suma de dinero y el deudor incurre en mora, la indemnización de los daños
y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago de los intereses
convenidos y, a falta de convenio, en el interés legal hasta el efectivo pago, y lo
que el artículo 112 inciso 1º., d) añade es que la notificación de la demanda hace
nacer la obligación del pago de esos intereses legales, pero, adviértase bien, sólo
en el caso de que la sentencia que se dicte en el proceso sea condenatoria para el
demandado, pues si al demandado se le absuelve, al no existir la obligación
principal, tampoco existirá la de los intereses legales. Los intereses no nacen, por
tanto, de la notificación de la demanda, sino de la sentencia de condena, aunque
con efecto desde la dicha notificación.

c) La restitución de frutos por el poseedor de mala fe.


Según el artículo 624 del Código Civil el poseedor de buena fe de una cosa hace
suyos los frutos percibidos, mientras su buena fe no sea interrumpida; esa
interrupción se produce precisamente, añade el artículo 112, inciso 1º. b) con lo
notificación de la demanda. Naturalmente en este caso ocurre también que la
pérdida de los frutos se producirá sólo si la demanda es desestimada,
absolviéndose al demandado, no se producirá la pérdida de los frutos.

d) Hace anulable la disposición de la cosa objeto del proceso.


El inciso 1.0, e) del artículo 112 del CPCYM dice que la notificación de la demanda
hace anulables la enajenación y gravámenes constituidos sobre la cosa objeto del
proceso, aunque tratándose de bienes inmuebles ese efectos se producirá si se
hubiese anotado la demanda en el Registro de la Propiedad. Para este efecto
debe tenerse en cuenta:
1. El mismo no se deriva de la notificación de la demanda, sino de la
anotación de la misma en el Registro de la Propiedad, como se desprende
claramente de los artículos 526 del CPCYM y 1149 del Código Civil.
2. Puede comprender también a los bienes muebles cuando existan
organizados los registros respectivos, con lo que el artículo 526 del CPCYM se
remite a lo dispuesto en el artículo 1214 del Código Civil.

También en este caso está claro que el efecto de la anulabilidad viene unido a la
estimación de la demanda en la sentencia, con la condena del demandado, pues
si el demandado es absuelto, es decir, si se declara que el bien es de su
propiedad, no puede producirse la anulabilidad de los actos de disposición que
haya realizado.

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