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Originaria: Las partes comparecen por ser los sujetos originarios es decir a
ellos les pertenece el derecho u obligación.
Los que trabajen en una obra, tienen acción contra el dueño hasta la
cantidad que adeuda al contratista (2,009 CC).
Terceros titulares de una relación jurídica material que tiene algún elemento
de unión con la relación deducida en el proceso entre las partes, por lo que
es dependiente de esta. (ej. subarrendamiento)
Las partes pueden actuar con un mismo mandatario y abogado, o que cada
una de ellas adopte actitudes distintas.
Sucesión procesal
Es el cambio de las partes dentro de un proceso, los diferentes vínculos o
ligámenes que en el proceso se dan, pueden verse interrumpidos por diversos
motivos.
1. La Demanda.
Teniendo en cuenta los principios que forman la actuación de la jurisdicción en el
ramo civil, ésta se inicia necesariamente por un acto de parte; el juez no puede
nunca iniciar de oficio el proceso; el acto de parte iniciador del proceso se
denomina demanda.
Dentro de los principios a los que nos referimos, el más importante es el llamado:
principio dispositivo, conforme al cual:
1) La actividad jurisdiccional solo puede iniciarse a petición de parte, el
particular debe ser libre para medir el interés que le mueve a luchar por su
derecho o a dejarlo ignorado o insatisfecho.
2) La determinación concreta del interés cuya satisfacción de los órganos
jurisdiccionales es facultad exclusiva de las partes o, en otras palabras, la
determinación del objeto del proceso corresponde a las partes mediante la
pretensión y la oposición o resistencia.
3) Los órganos jurisdiccionales al satisfacer, por medio del proceso y de la
sentencia, intereses privados, deben ser congruentes con la pretensión y la
oposición formuladas.
4) Si las partes son las únicas que pueden incoar la actividad jurisdiccional,
pueden también ponerle fin, disponiendo del interés o intereses cuya satisfacción
se solicitaba.
Podemos ya así dar un primer concepto de demanda, que sería el acto por el cual
la parte ejercita su derecho de acción, de petición de tutela judicial, y se solicita
que se ponga en marcha la actividad jurisdiccional de los tribunales. Este primer
concepto de demanda, como acto iniciador del proceso está, por tanto, en íntima
relación con el concepto de acción. La acción supone, entre otras cosas, el
derecho del particular a poner en marcha la actividad jurisdiccional del Estado y
ese derecho se ejercita en el acto de la demanda desde esta perspectiva cabe ya
llegar a dos conclusiones:
La importancia de la designación de las partes del proceso proviene por qué sirve
para delimitar subjetivamente la pretensión, fijando entre quienes nace el proceso
y, en su momento, entre quienes se formará la cosa juzgada (art. 155 de la LOJ).
C. Especificación del domicilio, para que el Juez pueda resolver los problemas
relacionados con la competencia territorial.
D. Especificación de la cosa demandada, o sea la determinación del objeto de
la pretensión, circunstancia sumamente importante porque al igual que los otros
requisitos servirá para resolver el problema de la identificación de las acciones.
E. La exposición de los hechos.
La técnica procesal ha elaborado dos teorías:
La substanciación: Prieto Castro dice que: “Es la tradicional y la que sigue la ley,
deben exponerse circunstancialmente los hechos que constituyen la relación
jurídica con la cualificación jurídica que les dé el actor.
La individualización: De la individualización, basta con que se indique la relación
jurídica que individualiza la acción.
Alsina, en cuanto a la descripción de los hechos, sostiene que es necesario hacer
un distingo. Cuando se trata de una acción personal, como la obligación nace así
siempre de un hecho (contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito), es necesario
exponer su causa remota, en cuanto a los hechos eficientes o conexos con el
litigio.
En este caso el ordenamiento dice de modo expresó y general que el interés del
actor a contraer matrimonio no está protegido y por tanto que el proceso es inútil
pues nunca se podrá llegar a una sentencia estimatoria de la pretensión en
cumplido La promesa de matrimonio podrá demandarse la restitución de las cosas
antes aludidas pero no podrá demandar sé que se condene a la otra parte a
casarse ante un juez se presenta una demanda con esta petición al juez no debe
admitirla.
Sin norma expresa cabe también sostener que no debe admitirse la demanda
cuando Es evidente que el ordenamiento no protege el interés alegado por el
demandante sería este el caso de ciertas demandas absurdas que se han
presentado en otros países en que se ha pedido que se condene al presidente de
la república al cumplir su programa electoral lo que se condene a un particular o
un concejal para que diga por quién ha votado en las elecciones municipales o en
la de alcalde etc.
Salvo estos supuestos que son excepcionales y que por tanto difícilmente se
darán en la práctica la demanda debe ser admitida por el juez sin entrar a
examinar las posibilidades de éxito que tenga la pretensión en ella interpuesta el
momento inicial del proceso no es adecuado para decidir sobre si la demanda va a
triunfar o no el proceso se va a hacer precisamente para decidir el éxito o fracaso
de la pretensión.
4.2. Inadmisión por razones procesales.
El artículo 109 se refiere a la inadmisión de la demanda por falta de algún requisito
de la misma sin aludir a la no concurrencia de los presupuestos procesales pero
es preciso mantener esta distinción habida cuenta de lo que dijimos en el capítulo
VI.
a) Presupuestos procesales.
El Juez debe examinar en primer lugar la concurrencia de los presupuestos
procesales en sentido estricto Esto es lo que se refiere a la correcta constitución
de la relación jurídica procesal. Esos presupuestos son principalmente:
1. Subjetivos.
Se refieren al juez, a las partes y a las representantes de las mismas.
Los presupuestos fundamentales referidos al juez es el de la jurisdicción y
competencia, o sea que los tribunales de Guatemala tienen jurisdicción para
conocer el asunto, y que ese asunto corresponda al ramo civil, y que el juzgado
concreto tiene competencia objetiva y funcional. La competencia territorial al ser
disponible y prorrogable, no es un presupuesto procesal. Según lo dispuesto en el
artículo 6 del Código Procesal Civil y Mercantil y en los artículos 116 y 121 de la
Ley del Organismo Judicial.
Los presupuestos de las partes atienden especialmente, primero, a la existencia
de parte demandada determinada con legitimación, y luego a la acreditación de
varias representaciones, en ese sentido nos referimos a la justificación de
personería, según el artículo 45 del Código Procesal Civil y Mercantil y el caso
procesal de la acreditación del mandato judicial según lo establecido en el artículo
188 y siguientes de la Ley del Organismo Judicial. También es presupuesto
subjetivo de las partes que la demanda está firmada y lleve el sello de abogado
colegiado según el artículo 50 del Código Procesal Civil y Mercantil y el artículo
197 de la Ley del Organismo Judicial. Aunque otra cosa pudiera parecer que la
firma y sello no son propiamente requisitos de escrito de demanda, sino que
presupuestos que afectan el proceso entero, aunque se manifiestan en todos los
escritos de las partes (no solo en la demanda).
2. Objetivos.
Los presupuestos a que se refieren el objeto del proceso (litispendencia, cosa
juzgada) no son apreciables de oficio por el juez en el momento de la admisión de
la demandan entre otras cosas porque no puede en realidad tener conocimiento
de los mismos.
3. De actividad.
Se trata principalmente, de que el juez debe dar a la demanda el trámite previsto
en la ley y no el pedido por el actor, si en la petición de este ha incurrido en error.
Conforme al Código Procesal Civil y Mercantil y atendido sobre todos sus artículos
96, 199, 229, las distintas materias y pretensiones tienen un cauce procedimental
determinado, y ese cause se convierte también presupuesto que debe controlarse
de oficio.
b) Requisitos de la demanda.
El artículo 109 del Código Procesal Civil y Mercantil atiende al control de oficio por
el juez de los requisitos de la demanda, estos requisitos se refieren, no tanto a la
forma de la demanda, cuanto al contenido de la misma, al contenido que se
desprende de los artículos 61 y 106 del Código Procesal Civil y Mercantil, debe,
con todo, distinguirse entre:
1. El juez debe controlar, en su caso, no admitir para su trámite, la demanda
cuando falte uno de sus requisitos.
Ejemplo: cuando la demanda no contenga la petición. Cuando el actor finalice su
escrito sin pedir algo. El juez debe percatarse de que en la demanda se contiene
un relato de hechos (la fijación clara y precisa de los hechos en que se funde).
Pero no podrá atender al relato mismo para examinar si el mismo es o no
suficiente para que la pretensión llegue a ser estimada en la sentencia.
2. El control de los requisitos, es formal, y no realmente de verdadero
contenido. Si con la demanda deben presentarse los documentos que la parte
quiere utilizar como medios de prueba, el juez no podrá inadmitir esa demanda,
porque con ella no se presenten documentos materiales, pues la sanción legal a
ese incumplimiento es que los documentos no podrán ser presentados después.
El Código Procesal Civil y Mercantil no incluyo como hubiera sido adecuado,
norma alguna relativa a la subsanación de los defectos. El artículo 109 del Código
Procesal Civil y Mercantil dice simplemente que el juez al no admitir la demanda,
expresara los defectos que haya encontrado, pero no dice más. No dice si la parte
podrá subsanar esos defectos, en un plazo fijado por la ley el cual entonces ya
deberá admitir la demanda. En la práctica los jueces no cumplen a cabalidad con
señalar los defectos que indica esta norma, lo cual tampoco permite a la parte
interesada saber con claridad cuales fueron para corregirlos.
Cosa diferente ocurre en los juicios orales de trabajo, en los cuales el juzgador de
oficio, previamente a darle tramite a la demanda, puede pedir a la parte actora que
cumpla con algún requisito omitido, o la aclaración o ampliación de algún hecho
según el artículo 334 del Código de Trabajo.
4.3. Admisión y Emplazamiento.
Si concurren los presupuestos procesales y se han cumplido con los requisitos de
la demanda el juez dictara una resolución admitiendo la demanda y ordenando
que se produzca el emplazamiento del demandado, concediéndole audiencia por
nueve días, sin son varios los demandados ese plazo de nueve días es común
según el artículo 111 del Código Procesal Civil y Mercantil. Este es el mejor
ejemplo de notificación general que se resuelve en un acto especial de
emplazamiento, en el que se concede un pazo al demandado que realice una
actividad procesal, no hay, por tanto, término de emplazamiento, sino plazo.
Ha de ser una notificación personal según el artículo 67, inciso 1º del Código
Procesal Civil y Mercantil, entregando copia de la demanda y de los documentos
acompañados según el artículo 70 del Código Procesal Civil y Mercantil.
5. La Demanda Necesaria.
El artículo 52 del Código Procesal Civil y Mercantil regula la provocación de la
demanda con dos supuestos:
1. Típica acción de jactancia, que se regula en los artículos 225 a 228 del
Código Procesal Civil y Mercantil.
2. Cuando se tenga acción o excepción que dependa del ejercicio de la acción
de otra persona, caso para el que, previa audiencia por dos días a la otra parte el
juez fijara un término (plazo) no mayor de sesenta días para que se interponga la
demanda por quien corresponde, bajo apercibimiento de tenerse por caducado su
derecho.
La acción de jactancia puede llevar a que el juez dicte sentencia señalando al
jactanciosos un plazo de quince días para que interponga su demanda, bajo
apercibimiento de tener por caducado su derecho según el artículo 228, párrafo 1º
del Código Procesal Civil y Mercantil, con la consecuencia de que no lo hace así,
el juez, a solicitud de parte, declarará caducado el derecho y mandará expedir
certificación al actor según el artículo 228, párrafo 3 del Código Procesal Civil y
Mercantil, en el mismo sentido, tratándose del segundo supuesto, el juez fija un
plazo para que en el mismo la demanda sea presentada y, en caso contrario, se
declarará caducado el derecho.
Los dos supuestos suponen el mantenimiento de una institución del pasado que
hoy puede entenderse suplida con la pretensión declarativa pura negativa.
Veamos el caso de prescripción extintiva que es más fácil y conocido.
Ejemplo: una persona, que es titular de una obligación, a favor de un acreedor
entienda que la obligación ha prescrito por el transcurso de alguno de los plazos
de los artículos 1508, 1513, 1514 y 1515 del Código Civil, y en este caso el
ordenamiento ofrece posibilidad de actuación procesal:
a) Puede formular una demanda en juicio ordinario para que el juez declare la
producción de la prescripción (del derecho y no de la acción), por cuanto el
artículo 1501 del Código Civil, dice que la prescripción extintiva puede ejercitarse
también como acción (pretensión), sin necesidad de esperar a que el acreedor
demande para oponerle la prescripción como excepción. En este caso el deudor
ejercitará una pretensión declarativa pura negativa, pidiéndole al juez que declare
en la sentencia que la obligación de ha extinguido por prescripción.
b) Puede intentar la provocación de la demanda del acreedor, con base el en
artículo 52 del Código Procesal Civil y Mercantil, y aduciendo que la oposición de
su excepción de prescripción precisa del ejercicio de la acción (pretensión) por
parte del acreedor.
Para una persona puede ser más sencillo procesalmente acudir a la jactancia o
provocación de demanda que a la pretensión declarativa pura negativa.
6. Litispendencia.
La existencia de una demanda supone una ruptura, se pasa de una relación
jurídico material privada en conflicto, mantenida solo entre particulares, al
planteamiento de un litigio ante un órgano jurisdiccional. Esa ruptura se define hoy
con la palabra litispendencia, la litispendencia marca el inicio de un proceso.
Con la palabra litispendencia se está haciendo referencia a la pendencia de un
litigio, pero lo que importa son sus efectos, por ello Chiovenda lo definía como la
“existencia de una Litis en la plenitud de sus defectos”. Naturalmente esos efectos
son procesales y se derivan de la constitución de un proceso. En la terminología
hoy usual se habla de la constitución de la relación jurídica procesal.
La litispendencia, marca el hito del inicio de un proceso, y el derecho aspira a que
la situación subjetiva y objetiva con que se inició el mismo se mantenga a lo largo
de él. Los efectos se refieren, en parte, a un intento jurídico de que durante la
pendencia del proceso no se altere la situación. Los efectos que vamos a
examinar corresponden en buena medida a esa aspiración, pero antes hay que
precisar los momentos inicial y final de la litispendencia.
EL artículo 112 del Código Procesal Civil y Mercantil opta por la solución de que la
litispendencia se produce con el emplazamiento del o de los demandados,
aunándose al mismo la producción de los efectos. Esta solución ha sido criticada
con buenas razones, pero es la legal. Las razones de la crítica son teóricas y
prácticas.
Teóricamente no se comprende como un proceso, que empieza por la demanda
tenga que esperar a producir sus efectos al emplazamiento del demandado y
prácticamente porque ello puede originar graves consecuencias perjudiciales para
el actor como serian retrasar por causas ajenas a su actividad, la interrupción de la
prescripción; en efecto si el autor presenta su demanda unos días antes de que
venza el plazo de la prescripción extintiva, puede decirse que ha actuado con la
diligencia que podría exigírsele y que luego, el que el emplazamiento se produzca
antes o después del vencimiento del plazo de la prescripción, ya no es algo que
dependa de él pues dependerá de la rapidez del órgano jurisdiccional y, mayor
razón, si se tiene en cuenta que hoy en la capital las demandas ya no se
presentan directamente en el juzgado o tribunal sino en el Centro de Servicios
Auxiliares de la Administración de Justicia.
Por esto en los últimos tiempos doctrinalmente se defienden dos variantes que no
conducen a efectos prácticos distintos. Unas veces se dice que la litispendencia se
produce en el momento de presentación de la demanda, pero siempre que ésta
sea después admitida, y otra se refiere al momento de admisión de la demanda,
pero con efectos retroactivos al de la presentación. A pesar de todo, debe tenerse
en cuenta que en nuestro Ordenamiento la litispendencia se sigue produciendo en
el momento del emplazamiento, a diferencia de otros Ordenamientos, como en el
espalo, en que se produce en el momento de la presentación de la demanda, si
ésta luego es admitida a trámite.
g) La perétuatioiurisdictionis.
La litispendencia produce la denominada perpetuatioiurisdictionis (a la que se
refiere el art. 5 del CPCYM que, curiosamente, la sitúa en el momento de la
presentación de la demanda, no en el del emplazamiento), esto es, el juez
competente en el momento de producirse la misma lo sigue siendo a pesar de los
cambios que a lo largo del proceso puedan producirse, y además conocerá del
asunto por el tipo procedimental establecido en aquel momento. Los cambios a
que hacemos referencia pueden ser de dos tipos:
2. Cambios en la norma.
Puede producirse también un cambio en la norma determinante de la competencia
del procedimiento correspondiente (la cuantía mínima del juicio ordinario pase a
tramitarse como un juicio oral. Con todo, en estos casos debe estarse a lo
dispuesto en la nueva ley, en sus normas transitorias.
h) La perpetuatiolegitimationis.
También se produce la perpetuatiolegitimationis, en virtud de la cual quienes
estaban legitimados en el momento de la litispendencia mantienen esa
legitimación, sin perjuicio de los cambios que puedan producirse en el tiempo de
duración del proceso.
Efectos de la litispendencia:
1. La interrupción de la prescripción extintiva.
El artículo 1506 del Código Civil dice que la prescripción se interrumpe por
demanda judicial debidamente notificada (o por cualquier providencia precautoria),
salvo si el acreedor desiste de la acción intentando o el demandado fuere absuelto
de la demanda, o el acto judicial se declare nulo.
También en este caso está claro que el efecto de la anulabilidad viene unido a la
estimación de la demanda en la sentencia, con la condena del demandado, pues
si el demandado es absuelto, es decir, si se declara que el bien es de su
propiedad, no puede producirse la anulabilidad de los actos de disposición que
haya realizado.