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Universidad Autónoma De Zacatecas

“Francisco García Salinas”


Unidad Académica De Psicología

Presentación de casos clínicos


Posición depresiva

Nombre:
Juan Enrique López Rodríguez

Imparte:
Emma Perla Solís Recéndez

9° “C1”
Universidad Autónoma De Zacatecas
“Francisco García Salinas”
Unidad Académica De Psicología

Posición depresiva
A medida que los procesos de escisión, proyección e introyección le ayudan a ordenar sus
percepciones y emociones y a separar lo bueno de lo malo, el bebé se encuentra ante dos
objetos: un objeto ideal y un objeto malo. Ama al objeto ideal y trata de adueñarse de é1, de
conservarlo y de identificarse con é1. En el objeto malo ha proyectado sus impulsos
agresivos y lo siente como una amenaza para sí mismo y Para su objeto ideal. 71
La escisión, proyección e introyección son procesos importantes que
ayudan para la integración perceptual del bebé ya que al separar lo bueno y lo
malo, aparecen los objetos que le darán identidad al niño. En el momento de nacer
el bebé pasa de un ámbito protegido, ideal, a una situación desconocida, nueva,
agresiva, hostil, amenazante, con la cual se siente en peligro porque tiene un
sentimiento muy fuerte de aniquilación. Este sentimiento que lo invade en el
momento de nacer en lo que Klein llama sentimiento de muerte, en el cual se
articulan la necesidad de disociar en esta posición sus sentimientos en objetos
parciales, buenos y malos: mundo dividido, mundo disociado, sentimientos
divididos, pecho bueno y amor, pecho malo y odio. 
Si el desarrollo se efectúa en condiciones favorables, el bebé siente cada vez más que su
objeto ideal y sus propios impulsos libidinales son más fuertes que el objeto malo y sus
propios impulsos malos; se puede identificar cada vez, más con su objeto ideal, y gracias a
esta identificación y también al crecimiento y desarrollo fisiológico de su yo, siente que
éste se va fortificando y capacitando para defenderse a sí mismo y al objeto ideal.72

Entre en mejor contexto crezca el niño mejor serán sus condiciones de


adaptabilidad y así ser más fuertes que las experiencias negativas o los objetos
malos y sus propios impulso, los procesos que ayudan a esto es la identificación
sumándole el crecimiento y su propio desarrollo, siendo así capaz de defenderse
así y a su objeto ideal.

Cuando el bebé siente que su yo es fuerte y a la vez firme poseedor de un objeto ideal
fuerte, sus propios impulsos malas le asustan menos y se ve entonces menos impelido
proyectarlos afuera. 72
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Lo malo se ve menos amenazador y asusta menos al niño si yu yo esta


fortalecido y firme integrando progresivamente el objeto ideal.

Desde el principio hay tanto una tendencia hacia la integración como hacia la escisión, y a
lo largo del desarrollo, incluso en los primeros meses, el bebé pasa por momentos de
integración más o menos completa. Pero cuando los procesos integradores se hacen más
estables y continuos surge una nueva fase de desarrollo: la posición Depresiva. 73
Depende de la tendencia por la que se vaya el yo, el niño pasará por
diferentes pruebas que le ayudaran a integrarse, la depresión se dará
dependiendo lo menos completas o estables serán estos procesos.

Melanie Klein definió la posición depresiva como la fase del desarrollo en que el bebé
reconoce un objeto total y se relaciona con dicho objeto. Este es un momento crucial del
desarrollo infantil, que el luego advierte claramente. Todos los que rodean al bebé perciben
en él un cambio y lo consideran un progreso enorme - advierten y comentan que ahora el
bebé reconoce a su madre. Como sabemos, enseguida comienza a reconocer también a otras
personas de su ambiente, generalmente primero al padre. Cuando el bebé reconoce a su
madre, esto significa que ya la percibe como objeto total.74
La posición son configuraciones psíquicas que determinan la forma de
atribuir significado a la experiencia, desde el concepto de fantasía inconsciente
que es la que ayuda a salir estas posiciones, en la posición depresiva el niño se
relaciona con un objeto total, ya no lo ve como algo o malo o bueno, sino como
algo total que puede ser bueno y malo, todo lo que se alcanza a percibir lo puede
procesar, esta es la etapa donde a parte de la madre ya reconoce a otras
personas.
El bebé reconoce a la madre como objeto total, contrastamos esto tanto con relaciones de
objeto parcial como con relaciones de objeto disociado o sea que cada vez más el bebé se
relaciona no sólo con el pecho, manos, rostro, ojos de la madre como objetos diferenciados,
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sino con la madre como persona total, que puede ser a veces buena y a veces mala, que
puede estar presente o ausente, y a la que puede amar y odiar al mismo tiempo. 74
El objeto se trasforma en un objeto total (una persona separada del yo) por lo cual
se siente amor, diferente a necesidad. El yo en la posición depresiva, es cuando
se preocupa por el objeto. El yo necesita protección y ayuda lo que
posteriormente se identificará como deseo.

La integración del yo y del objeto prosigue simultáneamente. Al disminuir los procesos


proyectivos e integrarse más el yo se distorsiona menos la percepción de los objetos, de
modo que el objeto malo y el objeto ideal se aproximan el uno al otro. Al mismo tiempo, Ia
introyección de un objeto cada vez más total estimula la integración del yo. 76
El bebé va integrando su yo junto con el objeto, este distorsionándose
menos de modo que el objeto ideal o bueno y el objeto malo ya son más iguales,
integrándose un yo más completo junto con el objeto completo.
La maduración del sistema nervioso central permite la mejor organización de las
percepciones provenientes de diferentes áreas fisiológicas y el desarrollo y organización de
la memoria. Al percibir a la madre como objeto total, el bebé puede recordarla, o sea,
recordar gratificaciones anteriores en momentos en que la madre parece frustrarlo, y
anteriores experiencias de frustración mientras ella lo está gratificando. 78
La posición depresiva representa un salto madurativo y psicológico, los
factores que impulsan la posición depresiva son el desarrollo del SNC, la
maduración de las funciones perceptivas y las vivencias benéficas con el objeto
que recibe proyecciones y la metabolizada.
A medida que prosiguen estos procesos de integración, el bebé reconoce más y más
claramente que es una misma persona (él mismo) quien ama y odia a una misma persona
-su madre. Se enfrenta entonces con el conflicto: vinculados con su propia ambivalencia.79
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En la posición depresiva, las ansiedades brotan de la ambivalencia, y el motivo principal de


la ansiedad del bebé es que sus propios impulsos destructivos hayan destruido o lleguen a
destruir al objeto amado de quien depende totalmente.80
Como en esta posición ya el bebé siente el cariño y tiene la capacidad de
amar al objeto total como un todo, el daño que le puede hacer a este resulta
frustrante, porque su objeto de cuidado puede salir perjudicado por su culpa, este
proceso interno hace que la posición depresiva sea una posición de mucha
ansiedad.

La posición depresiva marca un progreso crucial en el desarrollo, y durante su elaboración


el bebé cambia radicalmente su concepción de la realidad. Al integrarse más su yo, al
disminuir sus procesos de proyección y al empezar a percibir su dependencia de un objeto
externo y la ambivalencia de sus propios instintos y fines, el bebé descubre su propia
realidad psíquica. Advierte su propia existencia, y la de sus objetos como seres distintos y
separados de é1. Advierte sus propios impulsos y fantasías, y comienza a distinguir entre
fantasía y realidad externa.83

La ambivalencia es ahora hacia un objeto total, los procesos de integración


y síntesis hacen que el conflicto entre el amor y el odio surja muy claramente, en
el marco de un mayor reconocimiento de la realidad psíquica.

La ansiedad se modifica cualitativamente, el bebé está expuesto a la


vivencia de pérdida pues las pulsiones agresivas ponen en peligro al objeto
amado. Al ser percibida la madre como objeto total, como persona, se modifica la
identificación del bebé con la misma. Es sentida como un refugio ante los temores
persecutorios pero también se la considera expuesta al ataque de los
perseguidores internos e, incluso, al propio odio y sadismo del bebé.
El yo se siente acosado por la ansiedad constante de perder totalmente las situaciones
internas buenas, está empobrecido y debilitado, su relación con la realidad es frágil, y hay
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un perpetuo temor y a veces una verdadera amenazas de hacer una regresión a la


psicosis.85
La elaboración de la posición depresiva es crucial en la capacidad posterior
de elaborar duelos. Su superación supone la introyección estable del objeto
amado y el establecimiento de la capacidad de reparar y simbolizar. Aunque los
aspectos fundamentales se dan en la segunda mitad del primer año de vida, se va
elaborando a lo largo de la primera infancia a través de la neurosis infantil...una
combinación de procesos mediante los cuales las ansiedades de naturaleza
psicótica son ligadas, elaboradas y modificadas. La neurosis infantil termina al
comienzo de la latencia, con la modificación de las ansiedades tempranas y el
dominio de las pulsiones genitales. Es en el desarrollo de la neurosis infantil donde
vemos claramente el accionar de las defensas obsesivas y, a partir del segundo
año.

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