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LITIGACIÓN ORAL
1).- La argumentación jurídica es el lenguaje del Derecho resultante de una aplicación actual de reglas y
principios a la solución de los conflictos teóricos y prácticos que la sociedad se plantea en el ámbito del
propio Derecho
La argumentación jurídica es el lenguaje del Derecho resultante de una aplicación actual de reglas y
principios a la solución de los conflictos teóricos y prácticos que la sociedad se plantea en el ámbito del
propio Derecho. Pretende otorgar un plus de racionalidad y eficacia al frío concurso de las normas en el
debate de los problemas jurisdiccionales de los sujetos de Derecho, al tiempo que otorga la necesaria
versatilidad a sus administradores a la hora aplicar los recursos que le son propios.
Si bien su campo de acción propio va de la intención de los legisladores a la decisión de los jueces, tanto
en la hermenéutica como en la dogmática jurídicas y en la propia valoración social de las acciones de
unos y de otros, se manifiesta el talante argumentativo de la sociedad moderna.
1.2).- Su campo de acción deja de lado la acción del legislador, sin actor decisorio ( F )
1.3).- Es la evaluación actual de reglas a la solución de conflictos prácticos que se plantean en el ámbito
del Social. ( V )
1.4).- Hay una relación de ofrecer justicia, haciendo viable el principio de la motivación Judicial,
donde se requiere la existencia de una decisión judicial. ( V ).
2).- La necesidad de dar respuesta tanto a los casos clásicos, rutinarios, como a aquellos más
complicados, hace que la argumentación pase de ser un proceso de simple deducción a un debate
complejo donde hay que tener en cuenta a los actores, a los hechos y a todo tercero susceptible de ser,
no ya sujeto de derecho, sino posible sujeto de argumentación.
En los casos simples las resoluciones toman la forma de inferencias, más o menos complejas, pero el eje
central del argumento tiene carácter más deductivo que interpretativo. Puede tratar aspectos
eminentemente fácticos y hasta cierto punto evidenciables mediante un proceso argumentativo simple,
que no se sale de lo que se llama justificación interna.
En estos casos la justificación interna puede decirse que es una cuestión de lógica. Podrían ser resueltos
con un silogismo igualmente simple del que vendría a deducirse una aplicación derivada de una norma
general a un hecho, o supuesto de hecho, dado.
Se trataría de un “silogismo judicial” o “silogismo jurídico” en su forma más simple.
La primera premisa avisa de una situación en que x (variable de individuo) del que se predica P, se
encuentran en condición de obligación respecto a las consecuencias.
La segunda premisa habla del hecho en que interviene el individuo (a) del que se predica algo (P).
Lo habitual, en la práctica, es que los casos sean más complejos y, además, se precise dar cuenta y
razón de las propias normas a aplicar.
George H. von Wright da un paso más y en su Deontic Logic se plantea una lógica propia del derecho o
lógica deóntica, a la que se deben los razonamientos jurídicos. Estos, por su parte, son desdoblados por
Kalinowski en razonamientos de coacción intelectual o propiamente lógicos, de persuasión o retóricos y
los jurídicos propiamente dichos. Considera que el derecho no debe nutrirse sólo de razonamientos de
lógica jurídica sino que debe acompañarse de todas aquellas reglas de interpretación que son las que
dan el verdadero sentido a la argumentación
2.1).- La argumentación jurídica da respuesta a casos de diverso tipo, en un proceso de debate que
tiene en cuenta sujetos, hechos y normas jurídicas sujeto a argumentación racional. ( F )
2.2).- En los casos simples y complejo las resoluciones exigen carácter interpretativo del derecho. ( V )
2.3).- Von Wright plantea una lógica propia del derecho, a la que se deben los razonamientos jurídicos.
Estos, por su parte, son desdoblados por razonamientos lógicos y los jurídicos propiamente dichos.
Considera que el derecho debe nutrirse de la lógica jurídica y de reglas de interpretación que en cierto
modo le dan el cierto sentido a la argumentación ( V ).
2.4).- La lógica del Derecho, que se ocuparía del análisis de las argumentaciones de los juristas y otros
administradores del derecho. ( V ).
3).- Hemos visto ya que el ámbito de desarrollo del discurso es cada vez más plural, como lo es la propia
sociedad a la que sirve. La argumentación jurídica, hoy, no puede entenderse únicamente como una
metodología para resolver conflictos sociales. Su papel está también en el campo de la crítica y la
investigación social de todos aquellos fenómenos susceptibles de una solución más o menos coactiva,
más o menos vinculante; es decir de una solución jurídica.
Por otra parte, aunque en Alexy no encontramos una separación explícita entre lo que entiende por
argumentación jurídica y lo que entiende por discurso jurídico, puede inferirse por el diferente contexto en
que los ubica que no son términos equivalentes. En tanto el discurso puede entenderse como
construcción teórica disponible para su utilización en el ámbito del debate jurídico allí donde se produzca,
la argumentación jurídica representaría la parte activa del debate, es decir, la pretensión de intervenir,
modificar (argumentar) desde una situación de partida que incluye la elección de unas normas y la
aplicación de un procedimiento (en definitiva, el uso del discurso)
3.1).- El ámbito de desarrollo del discurso es cada vez más plural, como lo es la propia sociedad a la que
sirve. La argumentación jurídica, hoy, debe entenderse como una metodología para resolver conflictos
sociales, en el campo de la crítica y la investigación social de fenómenos susceptibles de una solución
jurídica. ( V ).
3.3).- En ALEXY, puede inferirse que el discurso resulta contraproducente entenderse como la
construcción ideológica en el debate jurídico que de producirse representaría la parte activa de la
pretensión de intervenir, modificar desde una situación que incluye la elección de normas procesales. ( F
).
3.4).- Se utiliza, una fase que identifica o reconoce el problema dentro del ordenamiento jurídico. De lo
que se trata es poner el sistema a disposición del problema con trascendencia jurídica, que utiliza
diversos modelos que ofrece el derecho interno y externo. ( V)
4.- Los conceptos, modelos y autores en los que se refleja el planteamiento de ALEXY son en buena
medida los revisados para la argumentación práctica, junto a otros más cercanos en el tiempo,
contemporáneos e incluso copartícipes con él de algunos de estos conceptos en trabajos conjuntos.
El método axiomático-deductivo no sería acorde con una disciplina en que el problema es el que debe
suministrar el criterio de aplicación. La pretensión de dotar a la argumentación de este método llevaría a
un cientificismo cuyas consecuencias serían la axiomatización del derecho y la práctica imposibilidad de
interpretar las normas.
A través de los topos esta línea de pensamiento encuentra cauces apropiados, aunque no definitivos,
como para posibilitar una argumentación rica y activa que persigue fundamentalmente “un ordenamiento
justo desde la propia idea de justicia”.
El campo aplicativo para la argumentación que la tópica propicia es innegable y esta es la idea que
recoge ALEXY, si bien considere que la mayor parte de estos topos catalogados son de tal grado de
generalidad que son inaplicables de hecho a las situaciones ordinarias. En concreto esta generalidad
supone que “no se diferencia entre las distintas premisas que se utilizan en las fundamentaciones
jurídicas”, alcanzando la máxima vaguedad en expresiones como la de STRUCK, “la ley es un topos entre
otros”. La evolución posterior de esta corriente no la rehabilita como método de argumentación sino más
bien como campo de investigación
En la Retórico recupera ALEXY un concepto de argumentación más elaborado. Por primera vez aparece
un criterio que será en cierto modo similar a la situación ideal de diálogo HABERMASIANA, el auditorio
universal o foro límite de contraste de los argumentos. El auditorio es el conjunto de aquellos sobre los
que quiere influir el orador por medio de su argumentación. Argumentar supone adaptarse a las
exigencias de este auditorio mediante razonamientos eficaces y válidos en tal grado que determinen su
propia fuerza. Fuerza que le viene, por cierto, de su conveniencia a la regla de justicia: lo que en cierta
situación ha podido convencer parecerá convincente en una situación análoga.
Sin embargo, la retórica, que busca soluciones justas, no busca sin embargo soluciones únicas. En la
argumentación jurídica resulta difícil el acuerdo entre panes, dejando un campo de controversia que en
última instancia es cubierto con una decisión por vía de autoridad
Sobre este concepto vago rescata ALEXY un tipo de argumentación basado en unas coordenadas (el
auditorio) que sólo existiría para quien lo reconoce como tal; para quien no lo reconoce así, es un
auditorio particular.
Una racionalidad del fin, siendo “el fin de la ética la eliminación práctica de conflictos”, es lo que sugiere la
ética constructivista. La Escuela de ERLANGEN y su mentor LORENZEN proponen la aplicación de este
método constructivista al campo de la ética y la base son sus reglas del diálogo para la construcción de la
lógica Tanto las fundamentaciones como el propio lenguaje de las fundamentaciones han de ser objeto
de revisión, si queremos movemos en los terrenos seguros de la argumentación. Este concepto
desarrollado por LORENZEN Y SCHWEMMER, si bien propone un uso común de las palabras y el propio
método para llevarlo a cabo, “no dice que palabras hay que emplear ni que pasos son admisibles u
obligatorios”, según ALEXY
Con TOULMIN se introduce un concepto de argumentación que está presente en nuestros modos de
comportamiento. Antes de tener pretensiones de argumentar ya argumentamos. Dar razones en favor de
lo que hacemos o pensamos es una condición humana y esta acción no se puede constreñir al campo de
la lógica, que no puede dar cuenta sensu estricto sino de los argumentos matemáticos. Pero la realidad,
nuestra realidad, es más amplia: una proposición es verdadera si para la misma se pueden dar además
buenas razones, ¿por qué entonces emplear como paradigmas de nuestras razones un modelo que no
las incluye en absoluto?. La lógica idealizada debe cambiarse por una lógica práctica u operativa , que
tiene su campo de expresión más acorde precisamente en los litigios jurídicos, donde pueden
confrontarse los razonamientos con unas coordenadas establecidas por un ente ideal: el tribunal de la
razón.
Por otra parte, además de los argumentos analíticos, (o más bien sobre todo), en la práctica lo que se dan
son argumentos substanciales (substancial ARGUMENIS) donde el paso de las premisas a la conclusión
no está claro. El que no se dé la necesidad de la conclusión no es óbice, según TOULMIN, para que un
argumento pueda ser perfectamente válido. Es lo que otros autores, y parece que el mismo TOULMIN en
sus obras posteriores, reconoce como argumentos formales y no formales.
4.1).- La Retórico aparece un criterio similar al diálogo HABERMASIANA, el auditorio universal o foro
límite de contraste de los argumentos, entendiéndolo como el conjunto de aquellos sobre los que quiere
influir el orador por medio de su argumentación, adaptándose a las exigencias del auditorio mediante
razonamientos eficaces y válidos buscando soluciones justas, no busca sin embargo soluciones únicas. (
V )
4.5).- El campo aplicativo para la argumentación que la tópica propicia son de tal grado de generalidad
que son inaplicables de hecho a las situaciones ordinarias”. La evolución posterior de esta corriente la
rehabilita como método de argumentación en el campo de investigación ( V )
4.6).- Con TOULMIN se introduce un concepto de argumentación que está presente en los modos del
comportamiento. Dar razones en favor de lo que hacemos o pensamos es una condición humana y esta
acción no se puede constreñir al campo de la lógica, que no puede dar cuenta sensu estricto sino de los
argumentos matemáticos. Pero la realidad, es más amplia: La lógica idealizada no debe cambiarse por
una lógica práctica u operativa , cuyo campo de expresión no está muy acorde a los litigios jurídicos,
donde pueden confrontarse los razonamientos con unas coordenadas establecidas por un ente ideal: el
tribunal de la razón. ( V )
4.8).- Además de los argumentos analíticos, en la práctica lo que se dan son argumentos substanciales
donde el paso de las premisas a la conclusión está claro. El que no se dé la necesidad de la conclusión
no es óbice, para que un argumento pueda ser perfectamente inválido. Es lo que otros autores, y parece
que el mismo STEPHEN TOULMIN explica desde el punto de vista lógico la estructura o el
esquema al cual responde un texto argumentativo y que en sus obras posteriores, reconoce
como argumentos formales y no formales. ( F )