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El sistema educativo no forma a los niños, niñas y jóvenes para que sean felices, creativos o
inteligentes. Sólo forma para que pueden repetir procedimientos y sean obedientes al sistema social.
Es decir, cuando nuestros educandos se enfrentan a los problemas reales de la vida, no los de
matemáticas o los de filosofía, no saben el cómo enfrentarlos, el cómo superarlos, el cómo
resolverlos y el cómo aprender de ellos. -Quizás por eso se deprimen, se drogan, se aíslan y se
suicidan-.
Si describimos las impresiones que más se repiten en las clases, se puede describir que la educación
consiste en hacer que los estudiantes transcriban información, aprendan de memoria ciertos datos y
repliquen unos procedimientos sin equivocarse. Por otro lado, si resumimos lo que los estudiantes
sienten, se podría concluir que estos se aburren, los contenidos de las materias le son inútiles y nada
que se ve en clase, le sirve para la vida.
Frente a lo anterior, se percibe que todas las perspectivas son verdaderas, tanto la de los docentes,
como la de los estudiantes. Entonces, ¿Cómo cambiar dicha situación? ¿Quién debe cambiar? ¿Qué
se debe hacer? La solución es incierta, porque los docentes nos hemos vuelto menos felices, menos
creativos y menos inteligentes. -Aunque quizás ya nadie se sienta realmente feliz, creativo o
inteligente en nuestra actualidad-.
Aun así, los estudiantes siguen exigiendo clases divertidas, pero los maestros ya no estamos hechos
para ser creativos, -quizás ya nadie lo haga-. Puede ser que alguien lo intente por un tiempo, luego se
cansa y es absorbido por el sistema. Los estudiantes siguen exigiendo ver películas en clase, pero
aunque sean de acción, estos se quedan dormidos y si se quedan despiertos no desarrollan ningún
aprendizaje. Los estudiantes siguen exigiendo que los docentes los escuchen, pero en clase, los
maestros son ignorados.
Así mismo, los maestros siguen exigiendo que los estudiantes lean, pero los maestros ya no lo hacen.
Los maestros siguen exigiendo que los estudiantes no saquen el celular en clase y chateen, pero no
dan ejemplo. Los maestros siguen exigiendo que los estudiantes no copien, no griten, no se muevan
en formación, que no boten basura, no peleen, no destruyan los pupitres, no rayen las paredes, que
respeten, que sean honestos. -Pero quizás los humanos nunca seamos así, al parecer Maquiavelo
tenía razón al declarar que el hombre es un ser malvado por naturaleza; siendo así, ya no vale
educar para ser feliz, creativo o inteligente; sino para que sea productivo y obediente-.
5. La expresión: “El hombre es un ser malvado por naturaleza”, fue dicha por
A. Héctor Machuca.
B. Nicolás Maquiavelo.
C. Federico Nietzsche.
D. los maestros actuales.
10. Qué ocurre con el maestro creativo, según la información literal del texto
A. logra que sus estudiantes puedan aprender.
B. son felices, creativos e inteligentes.
C. se cansan y son absorbidos por el sistema.
D. son ignorados en las clases.