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“EZEQUIEL ZAMORA”
SUBPROGRAMA DERECHO
Delitos Contra la
Subproyecto:
Derecho Penal II
Módulo IV
Artículo 222: El que de palabra u obra ofendiere de alguna manera el honor, la reputación o
el decoro de un miembro de la Asamblea Nacional de algún funcionario público, será castigado
del modo que sigue, si el hecho ha tenido lugar en su presencia y con motivo de sus funciones:
1. Si la ofensa se ha dirigido contra algún agente de la fuerza pública, con prisión de uno a
tres meses.
2. Si la ofensa se ha dirigido contra un miembro de la Asamblea Nacional, o de algún
funcionario público, con prisión de un mes a un año según la categoría de dichas
personas.
En el ámbito jurídico, como ultraje se denomina todo acto de injuria, desprecio, ofensa o
menoscabo, de obra o de palabra, que se haga a una persona o cosa. Como tal, es considerado en
muchos países como un delito y, dependiendo de su gravedad, puede ser severamente castigado.
Como ultraje al pudor público se conoce todo acto que ofende al pudor y atenta contra la
moralidad sexual, y que es efectuado públicamente, bien en un lugar público, bien a la vista del
público. En un ultraje al pudor público, la parte ofendida es la sociedad. Como tal, es
considerado un delito.
Ultraje a la autoridad
Como ultraje a la autoridad se denomina todo aquel acto que suponga una ofensa, insulto o
agresión, de forma física o verbal, dirigida contra un agente de la autoridad o un servidor
público, con motivo del cumplimiento de sus funciones o en el ejercicio de ellas. Como tal, es
considerado por muchas legislaciones como un delito.
La Administración, como instrumento esencial de todo Estado para desarrollar sus políticas,
es uno de los elementos más determinantes a la hora de conseguir la justicia para los ciudadanos,
evitando que éstos se vean tratados de forma distinta por circunstancias ajenas a las permitidas
constitucionalmente; cuando hablamos dela Administración de Justicia, como poder del Estado,
estamos ante una situación mucho más importante. En este ámbito, los delitos contra la
Administración de Justicia, en su heterogeneidad, son verdaderos cimientos del Estado Social y
Democrático de Derecho, pues en ellos se sustenta la posibilidad de evitar una actuación
penalmente responsable de una persona que contaminaría el buen nombre dela Justicia. En la
actualidad, por desgracia, hemos vuelto a retomar estos temas con fuerza, por las actuaciones de
ciertas autoridades, funcionarios y terceras personas, que olvidan los fines dela Justicia y actúan
a favor de otra u otras personas determinadas, utilizando su posición para cargar sobre la política
o la economía.
Negativa de servicios legalmente debidos
Artículo 238: Todo individuo que llamado por la autoridad judicial, en calidad de testigo,
experto, médico, cirujano o intérprete, se excuse de comparecer sin motivo justificado, será
castigado con prisión de quince días a tres meses. El que habiendo comparecido rehúse sin razón
legal sus deposiciones o el cumplimiento del oficio que ha motivado su citación, incurrirá en la
misma pena.
Las penas establecidas en este artículo no se aplicarán sino en los casos en que disposiciones
especiales no establezcan otra cosa.
El sujeto activo: De este delito ha de ser, necesariamente, uno de los funcionarios públicos
temporales: testigo, experto, médico, cirujano o intérprete.
Son dos las hipótesis previstas en la disposición legal en estudio, a saber: el desacato de la
orden de la autoridad judicial por parte del ciudadano que ha sido llamado por ella en cualquiera
de las calidades indicadas y la negativa a rendir el informe pericial, la declaración o la
interpretación que requiera dicha autoridad, sin causa alguna que justifique tal omisión. En la
primera, el sujeto no comparece ante el magistrado que ordena la citación; en la segunda,
concurre al Tribunal en la oportunidad que le ha sido señalada, pero se niega a rendir la
declaración, a practicar la experticia o a traducir algún documento o la exposición de un
deponente, según la actuación de que se trate.
En uno y otro caso se impondrá al culpable, junto con la prisión por tiempo de quince días a
tres meses, la inhabilitación en la profesión o arte por un tiempo igual al de la pena mencionada,
desde que ésta termine. Pero estas sanciones «no se aplicarán sino en los casos en que
disposiciones especiales no establezcan otra cosa».
El interés social: Protegido por esta disposición legal es el relacionado con la correcta y
eficaz administración de justicia, para la cual es preciso asegurar la honesta y decidida
colaboración de los ciudadanos.
La simulación de hecho punible se refiere a aquella conducta, acción u omisión tipificada por
la ley donde la persona aparenta que se ha cometido un delito en su contra. Esto tiene como
objeto dar a entender a las autoridades que se ha producido un hecho cuando en realidad jamás
sucedió. Dichas acciones de los hechos punibles tienen por regla general implícita la noción del
daño, la falsedad y el daño moral. Las cuales tienen como objetivo crear una situación falsa para
lograr un beneficio personal, muchas de ellas para presionar a otras personas a cancelar a alguna
cantidad de dinero..
El que ante la autoridad judicial declare falsamente que ha cometido o ayudado a cometer
algún hecho punible, de modo que dé lugar a un principio de instrucción, a menos que su
declaración sea con el objeto de salvar algún pariente cercano, amigo íntimo o a un bienhechor,
incurrirá igualmente en la propia pena.
Y el delito denunciado será imaginario, según Maggiore, tanto si el hecho que lo constituye
no se ha efectuado de ninguna manera, como si el denunciado es esencialmente distinto del
hecho perpetrado.
En la simulación real o material el sujeto activo: Ha de simular las huellas de un delito,
debiendo entenderse por éstas los rastros materiales que ordinariamente quedan en el lugar en
donde se perpetra un hecho delictuoso, como sangre, las señales de haberse arrastrado un
cadáver, fractura de una puerta, ganzúa o el instrumento llamado pata de cabra o bien cizallas, o
escalas de cuerdas, etc. Simular dice tanto como fingir, aparentar. Simular los indicios de un
delito quiere decir dar apariencia de dichos indicios a lo que en modo alguno puede tenerse como
tales. Se requiere, además, en la última de las expresadas simulaciones, que los indicios
simulados presenten tal grado de verosimilitud que den lugar a un principio de instrucción. Si no
llega a iniciarse la averiguación, porque los rastros fingidos sean por demás burdos, como
cuando se deja en un lugar adecuado, cubierto de sangre uno de esos cuchillos d plástico,
flexible, con los que juegan los chicos, o si el líquido rojo con el que se ha querido representar la
sangre tiene el olor característico de anilina, o si por cualquier otro medio se descubre que
aquéllos son fingidos, no podrá considerarse consumada la simulación. El principio de
instrucción sumarial constituye una condición objetiva de punibilidad
Delito de simulación subjetiva: Que la doctrina llama auto calumnia, porque el agente se
atribuye haber cometido él mismo, o haber ayudado a cometer un hecho punible. Si la auto
calumnia se comete con el objeto de salvar a un pariente cercano, a un amigo íntimo o a un
bienhechor, no será punible, o por mejor decir: no constituirá delito alguno.