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Pantalón holgado ceñido a la cintura y tobillos, tirantes, un saco largo de amplias

solapas y hombros, un sombrero de estilo italiano adornado con una pluma, y zapatos
de estilo francés bicolor generalmente en color blanco y negro. Así vestían los
pachucos.

El pachuco proviene del estereotipo de los jóvenes en Estados Unidos con nacionalidad
mexicana durante 1920 y que dieron origen al spanglish, la fusión de hablar en español
e inglés. La palabra ‘pachuco’ proviene del náhuatl, pachoacan; lugar donde se gobierna.

Uno de los pachucos más famosos en México fue Germán Valdés apodado como “Tin
Tan, El pachuco de Oro”. Conoce algunos datos curiosos sobre la vida del comediante
mexicano.

 Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo nació un 19 de septiembre de


1915 en la Ciudad de México.

Germán Valdés, mejor conocido como Tin Tan nació el 19 de septiembre de 1915 en la Ciudad de


México. Fue un importante actor y, sobre todo, un gran comediante de la época de oro del cine
mexicano. Su característico personaje del pachuco es uno de sus más grandes legados; figura que se
ha convertido en un ícono del cine mexicano. Tras vivir algunos años en la frontera con Estados
Unidos, Tin Tan logró desarrollar mejor este personaje de Topillo Tapas.
La actuación se convirtió en su mayor vocación, pero la música también formó parte importante de
su vida, así como el baile. Junto a Cantinflas fue el comediante más famoso, querido y respetado
del país. Realizó una extensa cantidad de filmes, quizá los últimos ya de menor calidad, pero que lo
convirtieron en un referente del cine mexicano. Entre sus mayores éxitos se encuentranEl Rey del
Barrio, El Hijo Desobediente, El Ceniciento, Las aventuras de Pito Pérez, Calabacitas Tiernas
(¡Ay Qué Bonitas Piernas!), El Bello durmiente y La Marca del Zorrillo.

Debido a complicaciones por una hepatitis y cáncer de páncreas, Tin Tan falleció el 29 de
junio de 1973 en México. Hoy lo recordamos con algunos datos que tal vez no sabías de
uno de los más grandes cómicos mexicanos.

1. También fue actor de doblaje. Realizó la voz de las películas de Disney Los


aristogatos, El Libro de la Selva y Robin Hood. Para la primera prestó su voz
para el personaje del gato O’Malley, para la segunda fue la voz de Baloo, y para la
tercera fue la voz de Little John.
2. 2. Es hermano de Ramón Valdés, famoso por dar vida a Don Ramón en El Chavo
del Ocho; así como de los cómicos Antonio Valdés Castillo y Manuel “El Loco”
Valdés.

3. 3. En la década de los 30 se mudó a Ciudad Juárez por el trabajo de su padre como


agente aduanal. Ahí trabajó en la radiodifusora XEJ. Se dice que fue ahí donde se
ganó el apodo de Topillo Tapas que forma parte del argot de pachucos y que se
refiere a alguien que hace trampas. Estar entre dos culturas y vivir en la frontera le
permitió desarrollar el personaje del Pachuco y llevarlo al escenario.

4. 4. El nombre de Tin Tan fue designado a Germán Valdés por Jorge Maulmer,


empresario y fundador de una compañía de teatro. Este nombre artístico no
convenció al actor al principio, pero esta compañía titulada Maulmer y Miller (por
su segundo fundador, Paco Miller) fue con la primera que Tin Tan fue de gira en
1938. Entre otros se encontraban Agustín Lara y más tarde se unió Cantinflas.
5. 5. Al principio recibía alrededor de 40 pesos diarios y con la cinta Hotel de
Verano ganó 350 pesos. Cuando alcanzó la fama recibía hasta $100 mil dólares
extra al año para llevar sus películas al extranjero, lo que además le permitía viajar
constantemente a Europa.
6. 6. Besó a muchas actrices en pantalla, incluso se dice que es el actor mexicano que
besó más mujeres. Entre las actrices con las que frecuentaba trabajar se
encuentran Famie Kaufman “Vitola”, con quien apareció siete veces; Silvia
Pinal, María Antonieta Pons y Ana Bertha Lepe, con quienes trabajó en cinco
ocasiones; y Yolanda Montez “Tongolele y Rosita Quintana, con quienes
apareció cuatro veces.
7. 7. Ringo Starr de The Beatles lo invitó a formar parte de la portada del disco “Sgt.
Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, sin embargo Tin Tan rechazó la oferta y pidió
que fuera reemplazado por un árbol típico de México.
8. 8. Germán Valdés también fue un empresario. En la década de los 40 fundó la
productora Tin Tan Films y en 1953 inauguró un centro nocturno llamado El
Satélite junto al compositor de sus canciones, Marcelo Chávez.

9. 9. Ha recibido diferentes homenajes por músicos, entre ellos se encuentra el


realizado por La maldita vecindad cuando se escucha la voz de Tin Tan al inicio de
la canción “Pachuco”. También Panteón Rococó ha hecho canciones en homenaje o
retomado canciones del cómico y músico Tin Tan.

https://www.tomatazos.com/articulos/211212/Datos-que-no-sabias-de-Tin-Tan

 Su singular nombre proviene de un ventrílocuo guatemalteco, fue designado por


el empresario de una compañía de teatro Jorge Maulmer, al principio a Germán
Valdés no se sentía cómodo con el.
 

 Antes de ser famoso tuvo trabajos como ayudante de sastre, guía turístico y
empleado en la Compañía de luz.
 

 Tin Tan empezó haciendo música y después incursionó en el cine. Su aparición


en el cine fue en un pequeño sketch de la cinta Hotel de Verano, en 1943.
 
 Él creo el personaje del pachuco, el cual le dio fama mundial.
 

Conquistó Disney

 En el año de 1967 prestó su voz en la película animada El Libro de la selva,


interpretando al oso Baloo. También dio voz a gato O’Malley en la película
animada Los Aristogatos. Y la voz en ‘el pequeño Juan’ de la cinta Robin Hood.
Casi aparece con The Beatles

 Estuvo invitado a aparecer en la portada del disco Sargento Pimienta ”Sgt.


Peppers Lonely Hearts Club” de los Beatles. Pero el propio Tin Tan decidió
mandar en su representación la imagen de un árbol de la vida de un alfarero de
Metepec para que apareciese en dicha portada (en la esquina derecha inferior).
Su familia

 Tin Tan es hermano de Ramón Valdés (mejor conocido como Don Ramón, en la
serie del Chavo del ocho) y hermano de Manuel Valdés ‘Loco Valdés’.
 

 Tin Tan recibía grandes ganancias por sus películas, y en su forma de consentirse
poseía tres yates, que después uno lo chocó, el segundo lo inundó y el tercero lo
incendió.

https://mas-mexico.com.mx/10-datos-que-no-conocias-sobre-tin-tan-el-pachuco-de-oro/

1.- Cuando sea grande, ¡lo voy a matar!... Soy hombre y voy a matar gente y primero
a este viejo cochino. Ya ves, anoche me dejó sola y ya sabe que siempre me porto
mal (María Eugenia Llamas "La Tucita" en Los tres huastecos).

2.- ("Sinvergüenza, no sé por qué te tengo tanta ley. Lo que menos te importa aquí
soy yo. En cuanto entras sólo piensas en comer"). No, nomás en eso. ("No, también
piensas en beber, en todo lo que te atragantas"). Pero nomás por el momento,
Pacita, y los momentos pasan, y luego los minutos también y hasta los segundos, y
luego de segundo en segundo agarra uno el segundo aire. Y luego tú tan chula que
eres, y uno tan enamorado. ("Y una tan estúpida. ¿Qué harías sin mí?"). Pues
morirme de tristeza. ("Más bien de hambre"). Bueno, pues de las dos cosas, total.
("Parece mentira, los meses vuelan y no podemos casarnos nomás porque tú no
trabajas"). Pero ya cambió la cosa, porque ya me mandaron hablar de una oficina.
("¿Para trabajar?"). No, pues una máquina de escribir que se perdió. ("¿Y qué?"). No,
ya se aclaró. ("¿Ya la encontraron?"). No, la vendí luego luego. (Mario Moreno
"Cantinflas" con Dolores Camarillo en Ahí está el detalle).

3.- ¡Voy! Tan grandote y tan llorón (María Eugenia Llamas "La Tucita" en Los tres
huastecos).

4.- "Los cuernos, se los pones a tu abuela". ¡Ja! Está herida, está adolorida, está
atormentada. Tiene razón. Debe ser horrible tenerme y después perderme (Mauricio
Garcés en Click, fotógrafo de modelos).

5.- Vámonos, tesoro, no te juntes con esta chusma (Florinda Meza como "Doña
Florinda" en El Chavo del Ocho).

6.- Qué bonita familia, qué bonita familia (Alfonso "Pompín" Iglesias).

7.- ¡Qué figuraza me diste, Diosito! Espejito, espejito, ¿quién es la más bella de
Peralvillo? Ay, ¿escucharon? Clarito se oyó que dijo: tú, Chole. ("Ay, sí, ¿cuál tú,
Chole? Dijo: ¡fúchile!"). (Amparito Arozamena como "La Tarántula" y Guillermo Rivas
como "El Borras" en Los Beverly de Peralvillo).

8.- Déjate de iglesias y piensa en ti, y en mí que ya estoy viejo. Tú vas a ser el báculo
de mi vejez. ("¿El qué, padrino?"). Que tú me vas a tener que mantener cuando sea
viejo. ("¿Más? No se apure, yo le daré sus chopas y pura agua para beber"). No me
menciones esa bebida incolora, insípida e intrascendente (Andrés Soler y Germán
Valdés "Tin Tan" en El ceniciento).

9.- Fue en la arboleda grande. Me salieron dos bandidos por la espalda y ¡cuam! Me
tiraron un plomazo. Bueno... Oí el ruido de la bala dos veces. Primero cuando la bala
me pasó a mí y luego cuando yo pasé a la bala (Eulalio González "Piporro" en La
nave de los monstruos).

10.- ¡La traigo muerta! (Mauricio Garcés).

11.- Fue sin querer queriendo (Roberto Gómez Bolaños como "El Chavo del Ocho").

12.- Ay, trompudas, si me muero, ¿quién las besa? (Pedro Infante en Escuela de
música).

13.- Cruz, cruz, vete, malvado, que se vaya el diablo y que venga el Niño Jesús. Que
todas las plagas y los jinetes del Apocalipsis te caigan sentado en tu pescuezo,
malvado (Eduardo Manzano como "El wash and wear" en El show de Los Polivoces).

14.- ¡Arroz! (Mauricio Garcés).


15.- Y si el inspector pregunta por el dinero que mandaron de Monumentos para
tapar el hoyo de la iglesia, hay que decirle que sí, que se tapó, pero que se volvió a
agujerar (Pancho Córdova como "Don Perpetuo del Rosal" en Calzonzin inspector).

16.- Bueno pero no se enoje (Roberto Gómez Bolaños como "El Chavo del Ocho").

17.- ¡Ahí, madre! (Eduardo Manzano como "Gordolfo Gelatino" en El show de Los
Polivoces).

18.- ¿Me quieres hacer el favor de abrir MI puerta de MI casa para poner MI cabeza
en MI almohada de MI cama de MI pertenencia? ¡Es inútil, ésta es terca! Pero si yo
tengo la culpa, pero yo para qué me tengo que casar. Si yo antes era feliz con mis
nueve viejas y con Sócrates y ahora no puedo ni con ésta. ¡Pero me estás perdiendo!
¿Me oyes? ¡Te estás perdiendo de todo esto y eso debe ser horrible! ¿Me oyes,
sorda? (Mauricio Garcés en El matrimonio es como el demonio).

19.- Mire, yo soy un chavalo que tiene 28 años. En el barrio me dicen las muchachas
"El Griego", por el perfil; uso muy buena garra; los muchachos a mí me dicen Tin-
Tan porque en mí todo es música (Germán Valdés "Tin Tan", en Músico, poeta y
loco).

20.- Es que no me tienen paciencia (Roberto Gómez Bolaños como "El Chavo del
Ocho").

21.- Te sientes muy segura de ti misma, ¿verdad? Siempre has sido la más
presumida de todas. Mucho escote para mostrar la pechuga. ¡Ay! Y mucha tela para
los codos. Porque los codos son los puntos débiles de la mujer. Hay unas que tienen
unos codos que parecen lijas del cero. Llegas tarde porque te crees superior a los
hombres, pero estás equivocada. Los hombres son muy superiores a ustedes en
todo. Mira qué ojos tienes, qué nariz, qué boca. Mira qué cuello tienes, ni siquiera
tienes nuez. Mira qué hombros tienes, en vez de tener unos hombros como los de
ellos, fuertes, con pelos y pecas, no, unos hombritos todos débiles, blanditos,
tiernitos... mamacita (Mauricio Garcés como "D'Maurice" en Modisto de señoras).

22.- Lo sospeché desde un principio (Roberto Gómez Bolaños como "El Chapulín
Colorado").

23.- Y eso ha sido todo por hoy. He querido ser yo personalmente quien hiciera esta
presentación, porque en cada plisado, en cada holán, en cada chaquira, en cada
trutrú he dejado jirones de mi corazón. Mis dedales, mis agujas y mis hilos están
llenos de lágrimas del sacrificio que tuve que hacer para vestir a la mujer mexicana.
Muchísimas gracias. Y ahora los invito para que formen sus grupos acostumbrados,
digan sus chascarrillos y sus gracejadas y me critiquen a gusto. Ahí les dejo mi
reputación para que hagan con ella lo que quieran (Mauricio Garcés como
"D'Maurice" en Modisto de señoras).

24.- Mira si son brutos ustedes los indios, que creíais que los españoles y los
caballos eran la misma cosa. ("Y todavía lo seguimos creyendo"). (Alfonso Arau como
"Calzonzin" en Calzonzin inspector).

25.- El que esté libre de pecado que arroje la primera teja. ¿Era teja? No, no, no.
Bueno, pero de todas formas descalabra (Mario Moreno "Cantinflas" en El
padrecito).

26.- ¡Nuuunca me hagan eso! Porque aquí... ¡pura vida! (Manuel Espino "Clavillazo").

27.- Fíjate qué suave (Manuel Palacios "Manolín").

28.- ("Porque fíjese que mi papá es presidente municipal de allá del pueblo") A mí el
que me gusta es Mauricio. ("No, pero qué le ve a ese tipo, señorita, si le dicen el
avión"). ¿Por qué, vuela mucho? ("No, tiene unos labiezotes, mire nomás. Y tiene las
tres efes: feo, feo y feo. No, allá en el pueblo, yo soy el que las traigo muertas"). ¡De
hambre! ¿Qué decías? ("Nada, estaba yo aquí de hocicón, de hablador"). ¿Qué
pretendías? ("Ay, don Mauricio, pretendía yo declarármele a la muchacha"). ¿Así, con
ese sistema? Tienes que ser agresivo, galán: ceja levantada, labio mojado, fumas,
despedazas, matas; sé agresivo, imperativo. Mira cómo se hace: ¡ven acá, chiquita!
Ya está aquí; debe estarlo. Detenme el cigarro. Metes mano en la cintura, como
queriendo pelear, agarras bien, mano a la nuca, ¡se derriten! Un poquito de vaho en
la oreja; se ponen chinitas, chinitas. Y de repente, sin decir nada más, al ataque
luego luego: al beso rápido (Mauricio Garcés con "Los Polivoces" en El aviso
inoportuno).

29.- ¿Bueno? Con el doctor Mata. ¿Cómo le va, doctor? Sí, doctor, este, bien,
doctor, quería, ¿eh? Sí, doc, pues la otra vez también, eh, bien, doctor, aquí nomás,
¿cómo le fue de año nuevo? Pos ya sabe, pues iba yo a ir temprano allá, creo le dije
a usted, no, no le dije, ¿no? Una familia así muy simpática, son dos muchachas y la
mamá, a ver qué día se las presento. Pues viera usted, muy flamencas así. La mamá
muy simpática, yo creo que le va a caer bien, medio escamada, pero usted ya lo
conoce, ¿eh? Ese modito que tiene usted, de repente se arranca. Vamos a ir un día,
muy bien todos, sí, doctor, muy bien el profesor, muy lleno de vida. O no, este, se
acaba de desmayar, por eso le hablé... pos no me ha preguntado, pos véngase a
prisa, aquí lo espero (Mario Moreno "Cantinflas" en El supersabio).

30.- ¡Cállate, cállate, que me desespeeeras! (Carlos Villagrán como "Quico").

31.- ("Señor delegado, he venido para pagar la multa por mi padre, que debe estar
preso aquí"). ¿Cómo se llama su padre? ("Don Laureano Palomar"). ¡Ah, sí! Sabe
usted, sólo lo hemos detenido hasta que se le pase... este... la... la... ("Sí, sí, ya sé.
Quisiera llevármelo a casa, por supuesto después de pagar la multa"). ¿Usted
responde por él? Porque es muy bravo. ("Sí, señor"). Entonces: ¡SAQUEN AL VIEJO
MARIHUANO! Digo, perdón, señorita: ¡sale ese Laureano Palomar con todas sus
chivas! (Oscar Pulido en Dos de la vida airada).

32.- Si serás, si serás, si te digo que no eres más bruto nomás por falta de vitaminas
(Ramón Valdés como "Don Ramón" en El Chavo del Ocho).

33.- ("No, aquí no. Aquí pueden vernos"). Mejor, nos van a dar una ovación, a lo
mejor un Oscar (Mauricio Garcés como "D'Maurice" en Modisto de señoras).

34.- ¡Hijazo de mi vidaza! ("¡Ahí!"). ¡Cañangas ñangas! Ah, despachándose con la


cucharota grandota, ¿verdad? ¡Mironas! Luego se te amontonan, hijo ("Déjalas, es
que no puedes prohibirles que se engolosinen, madre. Lo mejor de la vida es gratis").
Ya lo quisieran para un día de fiesta. ¡Y yo lo hice solita! Cosecha 1940. Lo mejor del
siglo, según los conocedores. ("Madre, me estás quemando..."). (Enrique Cuenca
como "Doña Naborita" y Eduardo Manzano como "Gordolfo Gelatino" en El show
de Los Polivoces).

35.- ¡Qué pasotes con los elotes! ¡Qué milanesas con las ésas! ¡Qué Pachuca por
Toluca! ¡Qué gacho nacho! ¡Agarra la onda, hijo! Te traigo finto, te traigo finto
(Alejandro Suárez como "Vulgarcito" en La Carabina de Ambrosio).

36.- Ay, el cuarto poder, el temible cuarto poder. ("Una mini entrevista para sus
admiradoras"). Con todo cariño; para mi público mexicano sea lo que sea. ("¿Cuántos
años tiene?"). Bueno, la Biblia, las mujeres y los modistos no tenemos edad.
("Cuando se es tan joven se puede preguntar"). Dicho de esa manera: le tengo que
confesar que tengo 41... ¡qué coincidencia! ¿Verdad? ("Ay, ¿tantos?"). Bueno, ni me
quito ni me pongo. El vino demasiado viejo está agrio; el vino demasiado joven está
verde. Yo estoy en mi punto. ("¿Qué opina de sí mismo?"). Bueno, yo no soy
presumido, pero bien sabe Dios que me sobran motivos para serlo (Mauricio Garcés
como "D'Maurice" en Modisto de señoras).

37.- Mira cómo digo, Dios, por qué seré tan agradable (Alejandro Suárez como "El
Simpatías" en La Carabina de Ambrosio).

38.- Yo como digo una cosa diga otra, y para qué te digo que no si sí (Florinda Meza
como "La Chimoltrufia" en Los Caquitos).

39.- ("Sus vitaminas, señor"). ¿De qué son? ("Súper vitaminas"). Qué bueno, porque
el otro día me diste anti, antivitaminas, me sentí embarazado todo el día. En el buen
sentido de la palabra. ¿Tú crees que me hagan bien? ("Yo supongo que sí, señor, en
bien de nuestro prestigio"). Sí, me daría mucha tristeza que me llamaran el latin
lover de la Biblia (Luis Manuel Pelayo y Mauricio Garcés en Fray Don Juan).

40.- ¡Te odio con odio jarocho! (Luis de Alba como "El Ratón Crispín" en El Mundo
de Luis de Alba).

41.- Éste estaba hablando mal del presidente municipal. ("¿Qué dijo?"). Dijo que era
un viejo asesino, burócrata y corrupto. ("¿Y cómo sabe que hablaba de don
Perpetuo?"). Pos de quién más (Mario "Harapos" García en Calzonzin inspector).

42.- ¡Pulpos chupeteadores, cómo no les meten un paraguas y se los abren adentro!
(Jesús Martínez Rentería "Palillo").

43.- Yo soy Juan Camaney: bailo tango, masco chicle, pego duro, tengo chavas de a
montón, ¡tururú! (Luis de Alba como "El Chido" en El Mundo de Luis de Alba).

44.- Yo le puedo hacer a usted un poema inmediatamente. Fijón: Plácidas marchan


las rosas sobre los temas de alegría. En la pechuga me siento un ruido, y en el o si
quieres lo siento así. Por eso siempre que tú me miras y yo te miro, me quedo así
(mueca) (Germán Valdés "Tin Tan" en Músico, poeta y loco).

45.- ¡La Pirinola! ¡Qué tal! ¿Cómo está? Bienvenidos a este programa de concurso
que es el más famoso del mundo, por cierto. Mi nombre es Johnny Latino, pero mi
nombre no interesa, mi intención es la que cuenta (Víctor Trujillo como "Johnny
Latino" en La Caravana).

46.- ¡Lástima, Margarito! ¡Muchachas! ¡Llévenlo al baile! (Víctor Trujillo como


"Johnny Latino" en La Caravana).

47.- Ha llegado la hora que todos esperaban, la hora de levantar el raiting. Ya llegó
la hora cuchicuchi, ya llegó la hora chimengüenchona, ya llegó la hora ya vas que
chutas (Roberto Ramírez Garza "Beto el boticario" en La carabina de Ambrosio).

48.- ¡Porque yo soy chido, chido, chido! (Luis de Alba como "El Chido" en El mundo
de Luis de Alba).

49.- A ver, ¿qué es una cosa que empieza con U y termina con S? ("No lo sé"). Pues
Un-par-de-botaS. A ver, otra cosa que empieza con D y termina con S. ("¿Con D y
termina con S? Tampoco lo sé"). Dos-pares-de-botaS. ("A ver, ¿qué es una cosa así
blanca, que es de granja, y se avienta y cuando cae al suelo se separa la yema de la
clara?"). Ya sé. ¿Es un huevo? ("No. Tres pares de botas"). (Los Polivoces como "Los
Hermanos Lelos" en El show de Los Polivoces, aunque el chiste es original de
"Viruta" y "Capulina").

50.- Bueno, soy simpático la primera vez que se me trata, la segunda soy
sencillamente delicioso. ("La modestia no es una de sus virtudes"). La falsedad no es
uno de mis defectos (Mauricio Garcés como "D'Maurice" en Modisto de señoras).

51.- Compadre, tengo un dolor aquí (en el hígado) y el doitor me dijo que era por el
cigarro (¿Fuma usted mucho, compadre?). No, compadre, lo que pasa es que cuando
me agacho a levantar las colillas me entierro el codo (Mario Moreno "Cantinflas" en
Sube y baja).

52.- Ahora sí lo agarraron como al enfermo del estómago: corre y corre (Roberto
Soto "Mantequilla" como "Tranquilino" en Los tres García).

53.- ¿Se puede saber qué demonios estás planchando, Andobas? ¿Y en esa llanta?
("Son sus pantalones, Don Teofilito. Traté de plancharlos con el burro pero no se
podía"). Con el burro vas y le planchas las arrugas a tu abuela, la que está disecada
ahí en Guanajuato. ("Da coraje, Don Teofilito, da coraje. ¿Ya vamos a empezar a
ofendernos?"). (Eduardo Manzano como "Don Teofilito" y Enrique Cuenca como
"Andobas" en El show de Los Polivoces).

54.- Qué bueno que vinieron, si no, no sé qué hubiera hecho con tanta comida
(Blanca de Castejón en Escuela de vagabundos).

55.- ¡Papá! ¡Tengo sed! (María Eugenia Llamas "La Tucita" en Los tres huastecos).

56.- Usté qué dijo: éste es aguacate y me lo embarro en mis teleras (Mario Moreno
"Cantinflas" en Por mis pistolas).

57.- Quiubo, Chano. ("Quiubo, Chon"). Oye, qué altote se ve ese cerrote, ¿verdad,
tú? ("Es rete alto y rete peligroso"). ¿Por qué, tú? ("Hace quince días subieron unos
turistas ahí y ya nunca regresaron"). ¿Se murieron? ("No, bajaron por el otro lado").
(Los Polivoces como "Chano y Chon", en El show de Los Polivoces).

58.- A mí también me gustan los hombres como yo, en el buen sentido de la palabra,
por supuesto. Somos tan nice. ¿Quiere pasar al probador? ¡Yo soy el probador!
(Mauricio Garcés como "D'Maurice" en Modisto de señoras).

59.- ¡Ya llegué, vieja!... ¡Ya me voy, vieja! (Carlos Valadez como "Tarcisio" en A toda
máquina).

60.- Me como mi quesito, me desatornillo el ombliguito, doy un soplidito... y los voy


a poner como camotito (Luis de Alba como "El ratón Crispín" en El mundo de Luis de
Alba).

61.- ¡Por diez mil sapos encantados! Qué mala memoria tengo, no recuerdo dónde
dejé mi chocolatote. ¿Qué hacer, Dios mío? ¡No lo encuentro por ningún lado! Si era
la última lata que me quedaba. Ya nada soy, ya nada soy sin mi chocolatote, ya nada
soy, lo tengo perdidote. Tocan a la puerta, voy a abrir. ("¿Vos sois Cachiruloco?"). El
mismo que lleva una hora buscando su chocolatote (Manuel "Loco" Valdés como
"Cachiruloco" en Ensalada de locos).

62.- Usted dispense, hay cosas que no se camuflajean a la primera, pero una
señorita tan señora como usted, merecería ser señorita, señora (Germán Valdés "Tin
Tan" en Músico, poeta y loco).

63.- Chao, mi cabecita de algodón, be careful con esos frenos, madre, no lo olvides.
Cómo se me antoja ayudarla, lástima que... esta cochina flojera no deja. Pero a ella
le gusto así y ella es la que manda. (Eduardo Manzano como "Gordolfo Gelatino" en
El show de Los Polivoces).

64.- ("Pero yo no le pedí que se desnude"). Pídamelo y verá cuánto me tardo. Tengo
récord de pista (Mauricio Garcés como "D'Maurice" en Modisto de señoras).
65.- Queridos colegas, ¿qué digo? Ciudadanos, dicho sea con perdón, rateros,
trinqueteros, creminales y crápulas, súper machos cabríos, o más mejor: chivos
expiatorios de la sociedad, que como aquel que pegó un reparo, y así como ustedes
están detenidos, en el aire se detuvo, que viéndolo bien, no tiene la culpa el indio,
sino el que hace como que lo redime, y lo hora del hora puro jarabe de chivo.
Porque hay chivos y chivas, así como hay ladrones y ladrones, unos porque roban y
otros porque ladran más. O como dice la parábola: unos buenos y otros más buenos,
pero pa robar, o como quien dice, organizados. Pues como se sabe, el ladrón grande
se come al chico, y ladrón que roba a ladrón, si se descuida se va cien años al bote
con todo y chivas, todo porque la justicia es ciega y no ve a quién agarra, pero bien
que siente lo que recibe, por lo que más vale ser cabeza de ladrón que cola de chivo
(Alfonso Arau como "Calzonzin" en Calzonzin inspector).

66.- ("¡Arrivederci, carísima!") Ni tan cara, maestro (Germán Valdés "Tin Tan" y
Famie Kaufman "Vitola" como "La Nena" en El rey del barrio).

67. - ("Oh, you are from Chihuahua? I like Chihuahua"). Are you speak English? ("Yes
I do. And you?"). No, yo no, yo nunca fui a la escuela. Digo, aquí en México. Fui a
Uruapan. ("Oh! Europe, Europa? I like Europe"). No, no Europa, Michoacán.
("Michigan?"). No, no Michigan: Michoacán. Pátzcuaro, the Paricutín, the volcano:
¡tu-tu! (Germán Valdés "Tin Tan" en El revoltoso).

68.- ("No tienes remedio. No has de trabajar nunca"). ¿Y para qué trabajo? ("¿Cómo
para qué? Para casarnos"). Ah, ¿y a poco es indispensable que yo trabaje para
casarnos? ("Y si tú no trabajas, ¿de qué comemos?"). ¿Y luego don Cayetano?
("¡Descarado!"). No, no ofenda. Mira: yo allá, luego en la noche vengo acá, y tú me
esperas aquí, dormimos allá y luego la mitad de lo que tú ganas, pa acá. ("¡Cínico,
sinvergüenza, descarado, tragón!"). Nomás no ofenda, jovencita, que aquí también
hay dignidad. ("Y si la tienes, ¿por qué no trabajas? No hay nada más noble ni que
dignifique más al hombre, ni que sea mejor que el trabajo"). ¡Qué va, chiquita! Mira,
nomás le voy a decir una cosa: ¿trabajan los ricos? A que no. Entonces, si el trabajo
fuera bueno, ya lo tendrían acaparado los ricos y entonces nomás ellos trabajarían
(Mario Moreno "Cantinflas" con Dolores Camarillo en Ahí está el detalle).

69.- No le entendiste porque eres muy bruto, y la cara te ayuda, profesor Pioquinto.
("Pues yo creo que tú tampoco le entiendes. A ver, cántala en español a ver qué
quiere decir"). ¡Te la canto! ¡Me canso ganso dijo un zancudo cuando volar no pudo,
una pata se le torció y la otra se le hizo nudo, luego le dio laftosa y hasta se quedó
mudo y ya mejor no le sigo porque luego yo sudo! (Germán Valdés "Tin Tan" con su
carnal Marcelo Chávez en El niño perdido).

70.- Híjole, mano, ojalá que el diablo te envuelva en azufre y que mueras como rata
ahogada en cal (Eduardo Manzano como "El wash and wear" en El show de Los
Polivoces).

71.- ("Ansina me gusta. Cuando hay cariño, y sólo el amor propio es el que está
resentido, el primer beso es el que cuesta trabajo"). A mí ni tanto, yo ni metí las
manos (Agustín Isunza y Manuel Palacios "Manolín" en Dos de la vida airada).

72.- Una nueva servidora ya tienen a quien mandar, a'i luego les diré l'hora de
llevarla a bautizar, y mientras busco compadre para llevarla con el cura, yo los invito
a tomar: ¡beban, que aquí está su padre!... El padre de la criatura, no se vayan a
pensar (Pedro Infante como "Pedro Malo" en Dos tipos de cuidado).

73.- Déme razón de la "Carambita". ("Por a'i anda también; por cierto que me
preguntó por usted"). ¡Consígamela de cura y se la doy de sacristán! (Oscar Pulido
en Soy charro de levita).

74.- Cuaco, cuaco, ah qué rechulo el cuaco, cuaco, cuaco, ah qué rechulo el cuaco.
¡Gracias! ("Do you speak English?"). Pues le hago un poquito a la tatacha, estuve dos
años de bracero. ("¿Usted gustar tomar algo?"). No, tenkius, mejor prefiero el
efectivo, yo no ficho. (Germán Valdés "Tin Tan" en El mariachi desconocido o Tin
Tan en La Habana).

75.- ("¡Paco, Paco!, ¿por qué te fuiste? ¿Por qué te fuiste, Paco?"). Te fuiste Paco a
Paco, digo, poco a poco. ("¡Yo quiero estar a tu lado!"). No creo que quepa, señora.
("¡Quiero que vuelva conmigo!"). Solamente que sea con ouija (Mauricio Garcés en
una escena de panteón en Fray Don Juan).

76.- ("Qué descaro, venir al entierro. No tiene vergüenza"). ¡No tiene vergüenza!...
¿quién es? ("La otra, ¡la otra!"). ¿Y la dejó a ella por esa defectuosa? ("¿Qué le
parece?"). ¡Ay, Paco, Paco! La voy a poner de lazo. ("¡Claro!"). Reciba mis
condolencias más sinceras. ("Gracias"). Pobrecita, tan buena que era. ("Tan bueno").
Digo que tan buena persona. ("¿Eran amigos?"). Uff, uff. ("Ay, Paco, cómo te voy a
extrañar"). Cómo te vamos a extrañar, Pepe. ("¡Paco!"). Yo le decía Pepe cuando lo
extrañaba. ("Vamos, serénese"). No, déjeme solo con mi dolor. Usted también tenga
valor, tenga valor como yo. ("Era un gran hombre"). Pobre Popo. ("Le di los mejores
años de mi vida"). Yo también... en el buen sentido de la palabra. Pero usted no se
los dio. Usted todavía los trae puestos. ("No me importa la crítica de su familia, yo sé
que lo hice feliz"). Sí, yo sé que lo hizo usted feliz. ("Pero, ¿cómo lo sabe, le habló de
mí? ¿Qué le dijo?"). ¡Qué no me dijo! No está bien criticar a los muertos, pero
Poncho era bastante chismosito. ("¡Paco!"). Yo cuando era chismoso le decía
Poncho. ("¿Le contó intimidades? ¿Hasta qué extremo?"). Hasta todos los extremos.
Cuando se le iba la lengua no había manera de regresársela. Ah, qué Chucho tan
boquiflojo. ("¡Paco!"). Cuando era boquiflojo yo le decía Chucho. ("Y sabiéndolo
todo, qué pensará usted de mí"). Que fue un hombre muy afortunado en
encontrarla. ("Gracias"). Las que a usted le sobran. ("Me siento... me siento muy
apenada"). No, no, no, no tiene porqué. Además le sienta a usted muy bien el negro.
("No crea, de verde no me veo tan mal"). Ni de rojo ni de amarillo ni de fucsia. Hasta
a oscuras estoy seguro de que se ve usted bien. ("Ay, cómo será"). Quiere saber
cómo soy, por qué no lo averiguamos. ("Señor, estoy de luto, por favor"). ¿Está de
luto? Yo también estoy de luto. ¡Cómo se nos fue a ir este pobre de Joaquín!
("¡Paco!"). Es que cuando se nos iba yo siempre le decía Joaquín. Qué le parece si
nos vamos a nuestro departamento y lloramos a solas, que no nos estén viendo
estas viejas chismosas que no respetan nuestro dolor. ¿Qué no se dan cuenta del
dolor que desgarra nuestros corazones? ("Pero estoy de luto"). No le hace, yo allá le
presto un baby doll negro (Mauricio Garcés y Norma Lazareno en Fray Don Juan).

77.- Maritza, te tengo una sorpresa: no tarda en llegar el profe. ("¿Cuál profe?"). El
que contratamos para que nos diera clases de inglés. ("Ah, es verdad, no sé qué
estaría pensando"). Tocan, Maritza, debe ser él. ("Ay, y yo con estas fachas, Dios
mío. Abre, Andrea, yo siempre cierro"). Está bien, arréglate... ¡Chúpale, pichón! ¡Mira
nada más qué cuero, Maritza! ("¡Wooow! ¡Está como quiere!"). (Héctor Lechuga
como "Andrea" y Manuel "Loco" Valdés como "Maritza" en Las hermanitas Mibanco,
del programa Ensalada de locos).

78.- Good Afternoon. ("Buenas tardes"). Vengo a darle sus clases de inglés.
("Empecemos, teacher, empecemos. Póngase cómodo. ¿Quiere una pijama?"). No,
no, no, así estoy bien, muchas gracias. Así que ustedes quieren aprender inglés.
("¡Sí!"). ¿A sus años? ("¡Estamos en la flor de la vida!"). Sí, pero parece flor de
calabaza (Alejandro Suárez y Héctor Lechuga como "Andrea" en Las hermanitas
Mibanco, del programa Ensalada de locos).

79.- Usted es una mujer de por venir, y no precisamente por lo rápido que cuenta el
dinero. ("Ay, señor Garcés, ¿ya ve? Ya volví a equivocarme otra vez"). ¿A su favor o a
mi favor? ("Es que cuando usted me habla me atolondro toda"). Y cuando me habla
usted me atolondro yo. Que tal si nos atolondramos los dos. ("Yo soy una muchacha
decente"). Yo ese defecto se lo corrijo rápidamente. No puedo ofrecerle una
eternidad juntos, pero sí un par de horas inolvidables (Mauricio Garcés en Fray Don
Juan).

80.- Estimado señor Calzonzin, permítame presentarle a nuestro ilustre periodista.


("¡Ah, caray! Nomás que no traigo dinero"). (Pancho Córdova como "Don Perpetuo"
y Alfonso Arau como "Calzonzin" en Calzonzin inspector).

81.- Lo bueno del matrimonio entre El Comanche y yo es que no hay diferencia de


religión. ("Cómo de que no. Usted es 160 años antes de Cristo, y él es 1930 años
después"). (Amparito Arozamena como "La Tarántula" y Guillermo Rivas como "El
Borras" en Los Beverly de Peralvillo).

82.- ¡Ya tiraste la leche! ¿Ahora qué va a comer mi hijo? ("Aquí traigo un aguacate").
Ah, aguacate, canalla, me quieres envenenar a mi hijo. ("¿Por qué?"). ¿Cómo por
qué? ¡Aguacate con leche! ("Ay, de veras. Mejor macarrones con leche, pero no
traigo macarrones... el aguacate es bueno"). (Marcelo Chávez y Germán Valdés "Tin
Tan" en Soy charro de levita).

83.- ("¡Yo soy admirador de la blancura, sí, de la blancura, yo soy admirador de la


blancura...!"). ¡Qué blancura ni qué ojo de hacha, cállese ya! (Andrés Soler en Los
hijos de María Morales).
84.- Resortes, resortín de la resortera, para servirle a usted donde quiera y como
quiera, menos por donde quiera, y mientras Dios quiera. ¡Ay, mamachita! (Adalberto
Martínez "Resortes").

85.- ¡Déjelos, déjelos! ("Pero ¿cómo los voy a dejar, comadre, si se las raptan?").
¡Pues que se las rapten! ("Ay, Dios, pues cómo va hacer eso, por Dios"). ¿Pues no era
eso lo que queríamos, que se casaran los muchachos? ("Pos le diré..."). ¡Ningún le
diré! ("No se mande, comadre, que me va a desencuadernar"). ¡Luego lo encuaderno!
(Emma Roldán y Andrés Soler en Los hijos de María Morales).

86.- Yo no soy cobarde, padre, yo soy pacifista, que no es lo mismo. Odio el


derramamiento de sangre inútil y también el útil. Si el mundo es muy ancho,
cabemos todos. Por eso yo odio la guerra, la guerra fría, la fría caliente y la guerra
tibia, las bombas las odio. Bombas, nada más las yucatecas deben de existir, querido
padre (Germán Valdés "Tin Tan" en La marca del zorrillo).

87.- ¡Pero si es que yo no fui! Le juro a usted que fue mi mala suerte. Yo soy tan
inocente como una chavalilla de quince abriles (Germán Valdés "Tin Tan" en
Calabacitas tiernas).

88.- Es natural que yo sea el mejor conocer de medias, y así puestas es como las
conozco mejor. De veras, de veras. Mire usted: yo nada más cierro ojos y agarro así
sus medias e inmediatamente sé si son cashers, full fashion o nylon. Permítame
usted. ("Después que me las quite, don Jalil"). No, viera que quitadas yo no adivino,
no adivino (Joaquín Pardavé en El baisano Jalil).

89.- Mamá, si estás pensando en ese señor para... ("¡Lala! Mi mamá decía siempre
que las niñas se las deben ver y no oír"). Pero tu mamá era más inteligente que la
mía ("¡Claro! ¡Qué?"). (Anabelle Gutiérrez y Blanca de Castejón en Escuela de
vagabundos).

90.- Mire, señora, aunque usted lleve mucha prisa debe respetar los altos. Si todo el
que va... ("Ah, usted también se va a poner en contra mía, ¿eh?"). No, mire, abuelita...
("¡Yo no soy su abuela, cochino igualado!"). ¡Entonces entrégueme su licencia! ("Sí se
la voy a dar, pero antes me va usted a explicar por qué me va a levantar infracción.
¿Qué hice, qué hice, qué hice?"). ¿No dice que se pasó el alto? ("¿Y para qué ponen
el alto cuando yo voy pasando, eh? ¿Para qué, para qué?"). Déme su licencia. ("Sí se
la voy a dar, pero antes me tiene que explicar por qué me va a levantar infracción, si
no, no le doy nada"). Mire, señora, ya le expliqué en qué consiste su falta, pero no
quiere entender, está bien, váyase, le perdono la infracción. ("¿Cómo que le perdono
la infracción? ¿Y con qué derecho se toma usted atribuciones que no le pertenecen,
eh? ¿Con qué derecho?"). ¡Está bien, entonces le voy a levantar la infracción! ("Con
mucho gusto, nomás me dice por qué. ¿Por qué, por qué, por qué, por qué?").
Porque se pasó un alto, le dio un sombrillazo a mi compañero, dos a mí, maltrató al
agente del crucero y obstruyó la circulación. ¿Le parece poco? ("Mire, mire, mire,
vamos hablando, vamos hablando. Mi marido corrió en la carrera panamericana y mi
hijo en la de locutores"). ¿Y qué tiene que ver su marido y su hijo en esto? ("Ah, pues
porque usted es de los hombres que les gusta tratar con mujeres solas"). Está bien,
su marido corrió en la panamericana, ¿y qué? ("¡Chocó! Fíjese"). (Pedro Infante y
Amelia Wilhelmy en A toda máquina).

91.- Señor periodista, ¿no le dije que pusieran un letrero diciendo ‘Prohibido
ensuciarse por orden de la autoridad'? ("Pos sí, pero pos jué peor, nomás veían
autoridad y se ensuciaban más"). (Pancho Córdova como "Don Perpetuo" y Héctor
Ortega como el "Periodista" en Calzonzin inspector).

92.- ¡Oh, Ratón Miguelito! Que cumples cincuenta años y sigues tan jovencito
(Alejandro Suárez en La palabra canta, dentro del programa La carabina de
Ambrosio).

93.- Crucé un gorila con un mesero ("¿Y qué esperas que salga de ahí?"). Pues no sé,
pero lo que salga, van a tener que darle muy buenas propinas (Los Polivoces como
"Los Hermanos Lelos" en El show de Los Polivoces).

94.- ¡Pillina! Nunca olvidas darle a tu obra ese toque sexy que me caracteriza y que
arrebata y destruye. Madre, te juro que este próximo 10 de mayo tu plancha es tuya
(Eduardo Manzano como "Gordolfo Gelatino" en El show de Los Polivoces).

95.- Ahora sí, a cobrar la pachocha. ¡Qué grande eres, magazo, y tan poco que te
pagan! (Roberto Ramírez Garza "Beto el boticario" en La carabina de Ambrosio).

96.- Nada de pulque ahorita, compañeros, porque luego ni se acuerdan de lo que


hay que gritar de la borrachera que traen. A ver, hagan cola, hagan cola. Aquí el
compañero Murillo les va hacer un pequeño aunque sincero regalo: en vista de la
espontánea colaboración demostrada, cada uno de ustedes va a recibir cinco pesos.
El pulque después, cuando se acabe el acto y regresen los sombreros (Diálogo de la
película Calzonzin inspector).

97.- ¿Te das cuenta, chaparro? La carcacha trajo premio ("¡Chispas, si hasta creí que
estaba pintada!"). Pues pintada, pintada, yo la despinto. ¿Viste, Tapón?, parece que
le he gustado. Nada de parece, la tengo herida. ¡No me esperes en dos tres días!
¿Puedo servirle en algo, preciosa? ("Creo que sí. ¿Usted es de este pueblo?"). Lo que
se llama del pueblo, no. Soy de aquí nomás al'quer. Tengo un rancho, el más grande
de la región, se llama La Herradura. ("¿Y usted es el dueño?"). Aunque me esté mal
en decirlo. De toditito, toditito. ("¿Y es muy grande su rancho?"). Pues se puede
galopar por él a caballo todo el día sin salir de sus límites. Hay terreno hasta que se
le va la vista. Que alguien reclama de allá pa'cá, pues nomás le baja uno tantito, y lo
demás es suyo, no hay problema. Reses, pues no las he contado, pa qué, todas son
mías. Solamente me falta ahí una cosa que muy pronto ya tendré: una güereja bien
dada llena de vida que lo quiera compartir conmigo. Si usted quiere la invito. ("¿De
veras?"). Como que me llamo Lauro y me apellido Ponce, pa servirle. ¿Y usted? ("¿Yo
qué?"). Lo que quiera. Digo, usted ¿cómo se llama, pa dónde va? ("Mi nombre es
Rebeca y voy para un rancho que tengo por acá"). ¡Ándale, válgame Dios! Además
de chula, rica. ¡Gracias, Dios mío, por iluminarme! ¡Qué suerte tienes, Lauro! Y on'ta
y cómo se llama el rancho, si quiere yo la llevo. ("No está muy lejos. Y se llama
rancho de La Herradura... ¡como el suyo!"). (Eulalio González "Piporro", Rosita
Quintana y Armando Soto La Marina "El Chicote" en Calibre 44).

98.- Ay, mi México lindo, mi Jalisco. ("¿Qué, estás chillando, mano?"). No, es que me
cayó una paja en el ojo. ("Ah, vaya. Pues vámonos a dormir, mano, que aquí están
cayendo muchas pajas"). (Jorge Negrete y Armando Soto La Marina "El Chicote" en
Jalisco canta en Sevilla).

99.- Y a ésta, ¿qué le pasa, qué le pasa? ("Señor, ¿no se ha dado cuenta de que usted
es un rompecorazones?"). Ya lo sé, ya lo sé. Este atractivo animal que tengo, pero
soy noblote, soy noblote (Alfonso "Pompín" Iglesias y César Bono en Mi secretaria).

100.- Qué bueno que se calló la vieja ésa, oiga. ¡Qué mal canta! ("¿Usted cree?").
¡Ay, ay, ay! Parece becerro con anginas; es horroroso. ¿De dónde sacaría ese loro
ese mister Brown? ("De mi casa"). ¿Cómo de su casa? ("Es mi mamá"). Cough ay,
digo, eh, eh, eh... su mamá canta muy bonito. Sobre todo el falsete ¡qué bien le sale!
("No trate de componerla, que yo sé que lo hace bastante mal"). Mire, no, no, no lo
hace mal su mamá; es un verdadero ruiseñor, cruza de cenzontle con orillitas de
canario (Germán Valdés "Tin Tan" y Rebeca Iturbide en El revoltoso).

https://www.zocalo.com.mx/new_site/articulo/frases-geniales-de-comicos-mexicanos-
1375400568

Los Polivoces fueron uno de los dúos de la comedia


mexicana más importantes que iniciaron su trabajo en
la televisión desde los 70 y permaneciendo vigentes durante un
par de décadas.

El equipo era compuesto por los comediantes Enrique


Cuenca y Eduardo Manzano, quienes dieron muestra de su
talento dando vida a varios personajes que se volvieron
tradicionales en México.

Recientemente el personaje de Jenruchito fue recordado luego


de que en esta época de las ladies y los lord, un adolescente
que viajaba en la zona exclusiva para mujeres en el Metrobús se
negaba a abandonarla y fue grabado junto a su madre por lo que
lo bautizaron como #LordJenruchito.
https://heraldodemexico.com.mx/tendencias/2019/11/18/conoce-jenruchito-los-
personajes-mas-importantes-de-los-polivoces-133332.html
Los Polivoces fueron uno de los iconos de la comedia mexicana durante mediados de la
década de los sesenta, los años setenta y principios de la década de los ochentas y noventas.
Desde sonrisas Colgate en los años 60s , los polivoces de 1970 a 1973 , el show de los
polivoces de 1973 a 1976 y separados en Eduardo II de 1976 a 1983 y Enrique polivoz de
1976 a 1984 . Regresaron nuevamente en la década de lo 90s de manera independiente en
programas unitarios y se volvieron a unir para comerciales de la mueblería Tus amigos en
el año 2000.

El dúo cómico
Los Polivoces fue un equipo muy famoso e icónico de la comedia mexicana durante la
década de los años 70. Estaba compuesto por Enrique Cuenca (nacido en Ciudad de
México el 2 de octubre de 1940 y fallecido el 29 de diciembre de 2000) y Eduardo
Manzano (nacido el 18 de julio de 1938 en Ciudad de México). Además de sus labores en
escena Cuenca, en colaboración con el guionista Mauricio Kleiff (1931 - 2010) escribió la
mayor parte del material clásico de Los Polivoces, mientras que Manzano se ocupaba del
área administrativa (cabe señalar que en los meses previos a su separación, el guionista fue
Marco R. Flota).
Su nombre refleja una de las cualidades características de los comediantes, la cual era la de
crear diversos personajes e imitar celebridades (prefijo griego poli=muchas / voces).

Manzano, ingeniero de carrera, conoció a Cuenca en 1959 en un concurso para imitadores


del Canal 4 (actualmente Foro TV). La pareja de artistas incursionó en el cine,
la televisión y los discos, grabando una gran variedad para Discos Orfeón, en donde destacó
la célebre tonada "La Calambrina" (1964), después grabaron para CBS; filmaron 19
películas, participando también en el programa televisivo "Sonrisas Colgate", donde su
guionista era Roberto Gómez Bolaños, hasta que tuvieron su propio programa continuó en
cadena nacional de 1969 a 1972, por el canal 8 de Televisión Independiente de México y,
de 1973 a 1976, por el canal 2, ya en Televisa. Parte de su obra fue grabada en blanco y
negro y el resto fue presentada a color.
Tras la disolución del equipo en los años 70, ambos miembros continuaron su carrera por
separado. Enrique Cuenca creó su propio programa titulado Enrique el polivoz, después de
su salida del aire, estuvo un tiempo en canal 13, regresando a Televisa a finales de la
década de los 80's, protagonizando "A Toda Risa". Por su parte Eduardo Manzano realizó
de 1976 a 1981 El show de Eduardo II (donde descubrió a Luis de Alba). Tras realizar
durante un año la emisión "La vida en risa" poco se supo de él. Después de efímeras
reuniones (a principios de los 80's), para actuaciones en teatro y centros nocturnos, en el
año 2000 Los Polivoces volvieron a trabajar juntos, e hicieron comerciales para una tienda
de muebles y promocionales radiofónicos; esto irónicamente, poco antes del fallecimiento
de Cuenca. En el 2004, Manzano actuó en el film Club Eutanasia y, más recientemente
hizo el papel del abuelo Don Arnoldo en la serie Una familia de diez (grabada
en 2007 y 2019). [1]

Aprovechando el éxito de la primera etapa de su programa televisivo, en 1970 Editorial


América lanza una colección de historietas llamada "Los Polivoces, Vida y Movidas del
Muñecazo de Oro Gordolfo Gelatino", donde se recopilaban historias cortas de los
personajes que aparecían en TV. Aquí, se dio más énfasis en el personaje de Gordolfo
Gelatino y su mama, doña Naborita Gelatino, una pareja única. Gordolfo es una hilarante
parodia inspirada en Mauricio Garcés y Rodolfo Valentino, y doña Naborita es una
octogenaria, portera del edificio donde viven, que plancha ropa ajena, vende lotería,
gelatinas, productos casa por casa y encuentra las formas más inverosímiles de ganar dinero
para mantener a su "exquisito" hijo, cuya única preocupación es cuidar su belleza.

También aparecían otros personajes, como Chano y Chon, dos indígenas ataviados con
sarape de Saltillo y gran sombrero, algo flojos y despistados, con muy poco sentido común,
lo que los hace crear chistes cortos con las frases coloquiales que escuchan de la gente.
Vemos también a Don Pasiflorino y Acelerino, padre e hijo con actitudes opuestas: Don
Pasiflorino es lento y holgazán, mientras que Acelerino (haciendo honor a su nombre) vive
la vida a paso acelerado e intranquilo. Otros personajes que también se publicaron aquí son
Inocencio y Barbarita; y una especie de recopilación de historias policiacas divertidas,
llamada “La Policía Siempre en Vigilia”. No se especificaba dibujante o argumentista,
únicamente director de la publicación.   [2]

Personajes
Los Polivoces (1971-1973)/El Show De Los Polivoces
(1973-1976)
Entre los personajes creados en mancuerna fueron:

 El Policía y varios convictos ("La policía siempre en Vigilia")


 Chano y Chon
 Don Laureano y Doña Paz
 El Ropo
 La Pistola De León
 Los Hermanos Lelos
 El Pinacate y Zarazúa 2°
 Mostachón y el Wash & Wear
 Don Prócoro y 0-0 Bongocero
 El Tuercas y El Maestro Packard
 Andobas y Don Teofilíto
 Agallón Mafafas y Juan Garrison
 Gordolfo Gelatino y su mamá doña Naborita Gelatino
 Kid Descontón/El Zopilote Vengador y don Chupe
 El Maistro y el Saltamontes
 Acelerino y su papá Pasiflorino
 El Púas y El Molacho
 Don Toque y El Kilowattito (este último después sería renombrado Nico Am-Pérez)
 Ignacia Trelles "La Nacha"
 Armándaro Valle de Bravo
 Sr. Vallito
 Mary Pompis
En el show de Eduardo Manzano (Eduardo II)
 El Calavera
 El Tíviri Távara
 El Molacho (y doña Jechu)
 Don Terramicino
 Capirucho
 Jacobo Zabludovsky (a veces Jacobo Jaladovsky)
 El Chachalaco
 El Ceguetas
 El Xocoyote
 El Coyote Joel (se pronuncia "Yoil")
 Armándaro Valle de Bravo
 El Profesor Chiflágoras
 Agustín Varios-Rones (Agustín Barrios Gómez)
 El 24
 El Chinchulín Colorado
 Una representación del Llanero Solitario (que hablaba siempre por teléfono)
En el show de Enrique Cuenca "Polivoz"
 Jenruchíto
 Paco Eco
 Don Max
 Don Margarito Che Che
 Monseur Pier Cardán
 Enrico Fasolasi
 Juan José Carreola
 Don Laureano y Doña Lencha (interpretada por Lucila Mariscal)
 El Mostachón y la Water Proof (interpretada por Lucila Mariscal)
 Don Dorian
 B. Muino
 Juan Garrison
 Pedro Ferriz de "Un mundo nos vigila"
 Jorongo Spin
 Enrique y sus Imitaciones

Tema Musical
Las épocas más conocidas de Los Polivoces tuvieron 2 temas musicales como inicio y
cierre del programa.

 En las temporadas (1971-1973) es: (Un tema compuesto por Bebu Silvetti)


 En las temporadas (1974-1976) es: Barry White and the Love Unlimited Orchestra -
What A Groove.

Series de Televisión
 Tiempos y Contrastes (1961) .... Los Polivoces
 Sonrisas Colgate (1962) .... Los Polivoces
 La Farmacia de Televicuento (1962) ... Los Polivoces
 Los Polivoces (1970-1973) .... Los Polivoces
 El Show de los Polivoces (1973-1976) .... Los Polivoces
 Enrique Polivoz (1976-1980) .... Enrique Cuenca
 El Show de Eduardo Segundo (1976-1981) .... Eduardo Manzano

https://www.wikiwand.com/es/Los_Polivoces

Los tres Gacrcía.

¡La Fiesta del Cine Mexicano ha comenzado! Del 6 al 12 de septiembre se


celebra a nuestra industria fílmica con una selección de películas que podrás
disfrutar en pantalla a tan sólo $20. No hay pretexto alguno para no maratonear
con Pedro Infante, Sara García y muchísimas estrellas más, por ello quisimos
indagar en la Época de Oro y en esta ocasión te presentamos estos datos
curiosos del clásico dirigido por Ismael Rodríguez: Los tres García, parte de la
selección de este año.

Dentro del séptimo arte es común escuchar el famoso “corte del director”,
mismo que suele ser extenso y contar con algunas horas de material extra,
aunque la gran mayoría es guardado para la eternidad. En la actualidad estamos
acostumbrados a que los titánicos blockbusters decidan lanzar este material
inédito en sus versiones caseras, pero realmente son pocas las producciones que
pueden darse este lujo

Dentro del séptimo arte es común escuchar el famoso “corte del director”,
mismo que suele ser extenso y contar con algunas horas de material extra,
aunque la gran mayoría es guardado para la eternidad. En la actualidad estamos
acostumbrados a que los titánicos blockbusters decidan lanzar este material
inédito en sus versiones caseras, pero realmente son pocas las producciones que
pueden darse este lujo.

Y, aunque no lo creas, Ismael Rodríguez fue un paso más adelante y en 1947 se


atrevió a tomar la siguiente decisión: al tener tanto material filmado de Los tres
García y en su rol como productor, utilizó el exceso para hacer otra
película. Fue así como llegó a la pantalla grande la igualmente conocida ¡Vuelven
los García!, por esta razón fue lanzada el mismo año, inclusive también obtuvo
gran aceptación del público mexicano. 

Hablando de lanzamientos, ¿sabes la fecha exacta en la que tus abuelos se


tomaron de la mano para ver esta icónica película? Está bien, es una pregunta
difícil (lo acepto), pero ya entrados en tema: Los tres García se estrenó el 15 de
agosto de 1947, inclusive existen registros que llegó a Madrid, España el 2
de agosto de 1948.
En la cinta hay una curiosa escena donde Pedro Infante interactúa con un
carismático perico que lo llama “hablador”, claramente se trataba de una broma
entre líneas para hacer enojar a uno de sus primos. Lo más interesante de aquel
momento es que Infante le hablaba a su propia mascota. En la vida real
aquella ave le perteneció y no sólo eso: llevaba por nombre “Lorenzo”.

Los avances técnicos dentro de la industria fílmica nos ha acostumbrado (como


público) a ciertos estándares: colores brillantes, impresionantes efectos especiales
e inclusive gigantescos formatos como el IMAX, sin dejar de mencionar la calidad
del asombroso Dolby Atmos, pero esto ¿cómo se relaciona con Los tres García?
Muy sencillo, nos ayuda a apreciar el avance en el séptimo arte: la película de
Ismael Rodríguez llegó a salas con audio mono, ¡imagínate! Sólo tenía un
canal sonoro, por supuesto estamos hablando de 1947, esto lo hace
increíble para su época.

Y sólo para que tengas un dato curioso más y puedas presumirlo por todas
partes: en Brasil la película fue lanzada bajo el nombre de Os Três Garcia,
pero recuerda darle la entonación adecuada, la idea es sorprender a
conocidos y extraños con tu amplio conocimiento. No olvides que el cine
mexicano está de fiesta, llama a tus amigos que del 6 al 12 de septiembre son las
mejores fechas para maratonear con películas hechas en casa.

https://www.sensacine.com.mx/noticias/noticia-18564832/

Juntar a Jorge Negrete y a


Pedro Infante en Dos tipos de
cuidado sólo podía hacerlo un
cineasta como Ismael
Rodríguez.
Nota del editor: el 4 de agosto de 1952 dio inicio el rodaje de Dos tipos de cuidado,
considerada la mejor comedia ranchera del cine mexicano, dirigida por Ismael Rodríguez y
protagonizada por Jorge Negrete y Pedro Infante, a continuación presentamos el texto que
sobre esta película escribió Francisco Javier Millán Agudo para su excelente y recomendable
libro  “Jorge Negrete: ser charro no basta” editado por Fundación Expresión en Corto A.C. y
organizadores del Festival de Cine de Guanajuato, en julio de 2011, editado con motivo del
centenario del nacimiento de ?El Charro Cantor? en Guanajuato, de donde era oriundo.)
Juntar a Jorge Negrete y a Pedro Infante sólo podía hacerlo un cineasta como Ismael
Rodríguez. No fue fácil, porque a pesar de la amistad que existía entre ambos artistas, ninguno
de ellos era favorable a trabajar con el otro, por respeto y por miedo. A Negrete le preocupaba
la simpatía que destilaba Infante como intérprete, capaz de robarle el plano a cualquiera con su
expresividad, mientras que a éste le daba apuro competir musicalmente con quien lo había
apadrinado frente a los hermanos Rodríguez, consciente de que en un dúo su voz enmudecería
frente a la del barítono, como así ocurriría en Dos tipos de cuidado. No obstante, la rivalidad
entre Negrete e Infante se ha fomentado más fuera de las pantallas que dentro, entre partidarios
de uno y seguidores del otro. Al primero se le ha visto como altanero y jactancioso,
representante de la clase poderosa, mientras que al segundo se le ha idolatrado por su bondad y
simpatía, símbolo del pueblo. No hay duda de que la trayectoria cinematográfica de Infante
supera a la de Negrete, y si bien como intérpretes el actor sinaloense tiene las de ganar por su
gran versatilidad en escena, el artista guanajuatense lo supera como cantante a todas luces,
además de hacerlo en carisma más allá de las fronteras mexicanas. Infante nunca alcanzó la
fama de Negrete en el extranjero, mientras que dentro de México el primero gozó de la ventaja
de dedicarse en exclusiva al cine y al mundo de la canción, mientras que el Charro Cantor
sacrificó su carrera profesional en aras a defender los intereses de sus compañeros al frente de
la ANDA.

La supuesta rivalidad entre Pedro Infante y Jorge Negrete se la inventó la prensa, y a ello
contribuyeron algunos comentarios poco  afortunados de quienes los conocieron y trabajaron
con ellos. En más de una ocasión Negrete sacó de apuros económicos a Infante, a pesar de lo
mucho que cobraba por sus películas y actuaciones musicales. Desde el principio, cuando
Carmen Barajas los presentó, Negrete se preocupó de  ayudar a Infante recomendándolo a los
hermanos Rodríguez, pero no para rodar la película El Ametralladora, como ya apuntamos en
otro capítulo, porque no era una producción de ellos. Si también medió o no para que Aurelio
Robles Castillo le diera el papel del Ametralladora lo  desconocemos, por más que lo asegure
Barajas, puesto que se confunde al creer que El Ametralladora fue producida por los
hermanos Rodríguez, que no tuvieron nada que ver. Lo más probable es que también lo hiciera
y que su biógrafa confundiera con el tiempo esta recomendación con la otra, porque en una
entrevista para el homenaje a Jorge Negrete hecho por el Festival Internacional de Cine de
Guanajuato de 2011, se refiere a que la continuación de ¡Ay, Jalisco, no te rajes! Fue Viva mi
desgracia, cuando no es así.

Sí que medió en cambio, como ha explicado esta biógrafa del Charro Cantor, cuando Infante
firmó un contrato en exclusividad por cinco años con los famosos productores y le surgió la
oportunidad de hacer una película con otra casa productora que le pagaba mucho más dinero. El
sueldo estipulado con los Rodríguez era de veinticinco mil euros por cada cinta, cantidad con la
que estaba satisfecho el artista hasta que llegó el éxito de Nosotros los pobres. Después de esta
película su cotización aumentó al dispararse los beneficios de sus películas, pero en cambio
estaba obligado a respetar el contrato que tenía. Filmex le ofrece entonces un salario diez meses
más del que percibía por hacer La barca de oro, y como estaba sujeto a los términos de
exclusividad que fijaba su contrato, acudió a Negrete para que mediara ante los Rodríguez,
como así hizo solucionándole el problema (Barajas, 2001). Fue de esa manera como pudo
hacer La barca de oro cedido por los hermanos Rodríguez.

Pedro Infante siempre trató de usted a Jorge Negrete por el gran respeto que le infundía y lo
agasajó con detalles como muestra de agradecimiento. Los familiares y amigos de ambos
artistas recuerdan cómo le llevaba pescado fresco de Sinaloa que él mismo transportaba en su
avioneta, cómo le sorprendía a veces con tamales llevándoselos a casa por sorpresa para
comérselos juntos, o regalándole algún juguete, como el tren eléctrico con que le obsequió la
última vez que estuvo ingresado en la Central Médica, con el que Negrete aparece jugando con
la bata puesta en una conocida fotografía. Por amistad con Infante, el Charro Cantor hizo cosas
que no habría hecho por otros. Irma Dorantes cuenta en sus memorias que Pedro le pidió que le
acompañara a dar una serenata, a lo que Negrete contestó: “Yo no llevo serenatas, Pedro”.
Cuando se enteró de que era para su novia aceptó. “Jorge me cantó Alevántate, y entre los
dos, Las mañanitas” (Dorantes, 2007).

Una prueba innegable de la devoción que sentía por el Charro Cantor fue el corrido que Infante
encargó componer a Enrique Crespo en 1948 y que lleva por título el nombre del artista, Jorge
Negrete. El cantante guanajuatense se enteró en España mientras estaba de gira y al escuchar la
grabación que le llevó Francisco Castellanos lloró de emoción (Negrete, 1987). La letra dice:
“En la tierra de los charros mexicanos / hay un hombre que nos honra de verdad, / es muy
grande y en su sangre se desborda / la bravura, el entusiasmo y la lealtad. / Por ser macho
enamorado y pendenciero / lo vistieron con el traje nacional, / y es justo reconocer que ya
escogieron / el más hombre, el más valiente y más cabal. / Jorge Negrete aquí te queremos / y te
admiramos por ser de ley, / representando tu sangre azteca / te saludamos por ser de ley. / De
los valientes y enamorados / y cumplidores a más no dar, / pues con pistola o desarmado / no ha
habido nadie que te haga rajar. / De esta tierra donde nace el hombre entero / empuñando tu
bandera y tu puñal, / y llegaste con tu corazón guerrero / a imponerte al extranjero allén del mar
/ y a tu México muy alto lo has dejado, / y aunque muchos por envidia no te dan / el lugar que
corresponde a un mexicano / que es orgullo de esta tierra del nopal”; y se repite el estribillo.
Infante expresaba así, cantando, su respeto por Negrete a la vez que salía en su defensa ante los
constantes ataques que sufría en los periódicos. No en vano, José Ernesto Infante Quintanilla
asegura en la biografía de su tío que el ídolo de éste desde su infancia fue “Tom Mix y,
después,Tito Guízar y Jorge Negrete” (Infante, 2006).

Pero la mayor prueba de lealtad y respeto es el homenaje íntimo que dedicó a Jorge Negrete y a
Blanca Estela Pavón –pareja cinematográfica de Infante–, al decorar con sendas fotografías de
ellos la sala de proyección privada que tenía en su casa, y que bautizó con el nombre de Cine
Ratón.

El año en que se hizo Dos tipos de cuidado no fue un buen ejercicio para el cine mexicano.
Pocas películas destacaron en 1952 más allá de esta comedia ranchera de Ismael Rodríguez.
Luis Buñuel sobresale con las tres producciones que filma ese año, Él, Robinsón Crusoe y El
Bruto, mientras que el STPC se implica en la producción de El rebozo de Soledad, de Roberto
Gavaldón, para reivindicar un cine de calidad. En total se hicieron 98 cintas, casi las mismas
que el ejercicio anterior, en un año que estuvo marcado por la reforma de la Ley
Cinematográfica, que incluyó una cuota de pantalla muy ventajosa para el cine nacional en su
artículo segundo: “En ningún caso el tiempo de exhibición de películas nacionales será inferior
al cincuenta por ciento del tiempo total de pantalla, en cada sala cinematográfica”.   Por
supuesto, se quedó en papel mojado. Otros títulos que sobresalieron por uno u otro motivo ese
año fueron Tal para cual, de Rogelio A. González, también con Negrete de protagonista y
acompañado esta vez por Luis Aguilar, El bello durmiente y Me traes de un ala, de Gilberto
Martínez Solares con el cómico Tin Tan, y Aventura en Río, de Alberto Gout. Ese año René
Cardona también demostraría su carácter visionario con El Enmascarado de Plata, una cinta
que presagiaba el posterior éxito del cine de luchadores y cuyo título no debe llamar a engaño,
ya que no se trata de una historia del Santo.

Ismael Rodríguez tuvo que aguardar un par de años hasta que pudo poner en pie el rodaje
de Dos tipos de cuidado. Aunque los dos actores se conocían y eran amigos, los recelos de
ambos eran también de cuidado, según el director. Al llevarle el guión a Negrete, éste se quejó
porque consideraba que las mejores líneas eran para Infante ya que se trataba del “hijo
cinematográfico” de Rodríguez. Cuando lo recibió Pedro Infante, las quejas no fueron menores:
“¡No, qué personaje el de Jorge! ¡Claro, como es don Jorge!” (García, 1994). “Ya desde el
argumento no podían quedar de acuerdo, los dos tenían que cantar el mismo número de
canciones, ambos tenían que ser simpáticos y toser igual de fuerte” (Rodríguez, 1976).

La versión de Carmen Barajas discrepa con la de Ismael Rodríguez, ya que asegura que ella fue
testigo de la lectura del guión y Negrete pidió que el personaje de Infante no fuese maltratado.
“Jorge siempre apoyó y protegió a Pedro; esto creo que es algo poco conocido para la mayoría
del público. Por ejemplo, en el script había unaescena en la que Jorge (Jorge Bueno, su
personaje), trataba en forma agresiva y violenta a Pedro (Pedro Malo, el papel de Infante),
cuando Carlos Orellana leyó esta escena, Jorge lo interrumpió diciendo: ‘Perdón, Carlos. No,
por favor, tienes que manejar esa escena en otra forma, como esta es una escena humillante
para Pedro (el real) y eso no me gusta. Además, la verdad es que él es un muchacho muy fuerte
¿verdad Carmen?, que si me diera una trompada me dejaría listo. Yo soy más alto y doy la
impresión de ser más fuerte, pero no es cierto, él está más ponchado que yo’. ‘¿Y cómo quieres
la escena?’, preguntó Orellana. ‘Ya hay bastante violencia verbal en ella. Suprime lo de las
bofetadas, creo que así estaría mejor’. Yo quisiera conocer a otro actor que se preocupe por la
imagen que daría al público el personaje de otro compañero” (Barajas, 2001).

Por ese motivo Carmen Barajas se molestó con el comportamiento que tuvo Infante durante el
velatorio de Jorge Negrete cuando murió en 1953. Sostiene la que fuera persona de confianza
del Charro Cantor que Infante se presentó algo “achispado” por el alcohol, que levantó la voz
más de la cuenta y que hizo algunos chistes inapropiados para la ocasión. Barajas le recriminó
su conducta y el otro se calló. Con el tiempo, la biógrafa de Negrete sostendría que en un
intento de llegar a una explicación por aquella conducta de Infante, la única que encontró es
que él, “quizá inconscientemente, se sintió liberado de la presión que la figura de Jorge ejercía
sobre él. Sabía que ya no había quién le hiciera sombra, dentro del género que ambos
cultivaban, y así fue durante los casi cuatro años que sobrevivió a Jorge” (Barajas, 2001).
Defensora a ultranza de Jorge Negrete por haber trabajado muy cerca de él, Barajas considera a
este artista muy superior a Infante, sobre todo por su altruismo y su voz. Otros autores
discrepan en cambio y se decantan por el sinaloense, como ocurre con Emilio García Riera,
para quien ni Negrete ni Cantinflas consiguieron a lo lejos verse envueltos por el “áurea mítica
conferida al simpático Infante por un gran público popular que lo sentía cercano y propio”
(García Riera, 1999). Carlos Monsiváis también es de los que se han decantado por Pedro
Infante al considerar que éste “no es anacrónico en su manera de acercarse a la revisión de  lo
tradicional”, mientras que Negrete está sujeto a “su imagen previa” (Monsiváis, 2008).

Fue precisa la mediación del presidente de la República, Miguel Alemán, para que los dos
intérpretes aceptaran aparecer juntos en la pantalla, sobre todo por la reticencia de Negrete. La
única condición que puso es que su hijo, Miguel Alemán Velasco, que entonces sólo tenía 20
años, fuera el productor. Es así como surgió la productora Tele Voz, de la que eran socios los
hermanos Negrete, Alemán Velasco y José Luis Celis. La película comenzó a rodarse el 4 de
agosto de 1952 en los estudios Churubusco, aunque no se estrenaría hasta el 5 de noviembre del
año siguiente, justo un mes antes de que muriera Negrete. Cuenta el director de la cinta que al
principio lo pasó mal porque “sentía frío a Jorge” y cuando le advertía de ello sentía que se
molestaba: “Era difícil para él que yo le pidiera más delante del otro, como que sentía: ¡ah, de
manera que él es mejor actor que yo! Llegué a la conclusión de que era mejor indicar a Pedro
que bajara el nivel, aunque protestaba” (Rodríguez, 1976). Si bien como actor Pedro Infante
podía superar a Negrete por la gran cantidad de recursos que empleaba, además de poseer el
mismo carisma y magnetismo que su rival en escena, en ti lo que no podía igualarle era como
cantante, y ahí el duelo sí que lo ganó el Charro Cantor.

El compositor Manuel Esperón contaba que cuando fue a verlo Pedro Infante para pedirle que
arreglase sus canciones al estilo Negrete, le dijo que era imposible porque sus voces eran muy
distintas: “No se va a poder –le dije–. ¿Con qué lo vas a hacer? ¿Tienes una corneta adentro?
Te voy a poner un ejemplo. Negrete se planta aquí y le puede dar serenata a una señorita que 
está en el cuarto piso: tú tienes que conformarte con cantarle a la señorita que está en el piso
bajo. Ésa es una diferencia. ‘Lo que pasa es que quieres proteger a Negrete’, replicó Pedro. ‘A
Negrete nadie lo tiene que proteger, y tú vas a hacer el ridículo’ (Monsiváis, 2008). Tanto como
hacer el ridículo no, pero cuando cantan a dúo en Dos tipos de cuidado sólo se escucha a
Negrete, a pesar de que baja las escalas para no ensombrecer del todo la voz de su compañero.  
Así sucede con la serenata que dan por separado a sus respectivas parejas en la película, pero
que Ismael Rodríguez se encarga de juntar a través del montaje dividiendo la pantalla en dos
partes para visualizar ambas escenas a la vez. Lo mismo sucede con el duelo de coplas en la
fiesta del anuncio del compromiso entre Jorge Bueno y Genoveva. En esta secuencia, la más
famosa de la película, Negrete se come con su voz la de Infante, cuyas réplicas cobran mayor
brío en cambio gracias a la interpretación que les da éste. Desde el principio cada estrella marca
su territorio, la del cantante de ópera en el caso de Negrete cuando interpreta el O sole mío en la
escena campestre del principio, y la del cancionero en el caso de Infante cuando celebra en la
cantina el nacimiento del hijo de Rosario, que supuestamente es también suyo, o al menos eso
es lo que todos creen y será lo que dé pie al equívoco y al enredo sobre el que se sustenta la
trama de esta comedia ranchera.

Pese a los temores del equipo técnico, Jorge Negrete y Pedro Infante congeniaron de maravilla
delante de las cámaras. Durante los descansos jugaban al póker, cantaban y gastaban bromas
entre ellos y con los demás, rompiendo así el frío inicial (Amezcua, 2007). El guión está escrito
por Ismael Rodríguez y Carlos Orellana, la música es de Manuel Esperón y la fotografía de
Nacho Torres. No es cierto lo que se ha repetido hasta la saciedad, convirtiéndolo en una falsa
verdad a base de insistir, de que el director de fotografía fue Gabriel Figueroa. Este error se ha
debido probablemente a que casi todas las filmografías que se han hecho tanto de Negrete como
de Infante, e incluso de Figueroa, se han limitado a copiar las fichas técnicas de La historia
documental del cine mexicano de Emilio García Riera, sin comprobar si son correctas, y en
las que aparece por error el nombre de Figueroa como responsable de la fotografía de Dos tipos
de cuidado. Sólo en la biografía de Negrete escrita por Luis Carlos Buraya se da correctamente
el nombre de Nacho Torres, que trabajó además para varias películas de Ismael Rodríguez. Nos
ha sorprendido en cambio la fijación que tiene Carlos Monsiváis en su libro  Pedro Infante.
Las  leyes del querer al atribuir a Gabriel Figueroa la fotografía, argumentando además que se
trata de su estilo poético, cuando nosotros, desde luego, no lo hemos visto para nada porque el
empleado por Nacho Torres es más funcional. A quienes les puedan quedar dudas todavía sobre
la autoría de la fotografía de Dos tipos de cuidado, es suficiente con que comprueben en los
títulos de crédito del film quién la firma.

En la parte artística, Negrete e Infante tuvieron como compañeros de reparto a José Elías
Moreno, como el general que representa a la autoridad y que acaba completamente
desorientado por el lío que montan los dos tipos de cuidado que son Jorge Bueno y Pedro Malo,
además de Carmen González –con la que Negrete había trabajado ya en Camino de
Sacramento, si bien ella sólo aparecía en una escena– y Yolanda Varela,sus respectivas parejas
en la ficción, y Mimí Derba repitiendo como madre del Charro Cantor y Carlos Orellana
haciendo del suegro libanés de Infante. Completan el reparto Queta Lavat como Genoveva, la
mujer con la que está prometido Jorge y a la que éste deja plantada al descubrir la verdad de lo
ocurrido, y un ya mayor Arturo Soto Rangel como el doctor que está a punto de trastocar el
embrollo que montan los dos pillos protagonistas. Unos pillos algo mayorcitos, que quizás sea
el único reproche que pueda hacérsele a Ismael Rodríguez, puesto que el guión funciona como
un engranaje de precisión.

La trama está construida sobre un enredo cuyo ovillo va haciéndose cada vez más grande sin
que el espectador sea capaz de adivinar el motivo. Durante la primera hora del metraje, el
público está convencido de que Pedro es verdaderamente malo, como es su apellido, y Jorge el
bueno de la película cuyo enojo está justificado porque su mejor amigo se casó con su novia.
En la escena del casino, cuando Jorge encuentra a Pedro jugando al dominó a pesar de que le ha
advertido de que lo mataría si no se va del pueblo, se produce un cambio de registro después de
que ambos mantienen una conversación en privado durante diez minutos y el primero de ellos
sale con otro semblante. A partir de ese instante todavía se complica más la trama porque el
espectador queda desconcertado por complejo y Pedro Malo se encarga de liarla cada vez más y
hacer el enredo mayor. El misterio no será desvelado hasta el final, dando lugar a situaciones
inverosímiles y a colocar unos buenos cachos en la cabeza de Infante, plasmado visualmente en
la secuencia final de la fiesta de cumpleaños de Jorge. Con razón se ha dicho que  Dos tipos de
cuidado es la “obra maestra” de la comedia ranchera, cuyo humor no lo ha perdido con el paso
del tiempo a pesar de que hay autores que consideran en exceso sobrevalorada esta cinta, como
veremos más adelante.

Jorge Bueno Pedro Malo

Dos tipos de cuidado se inicia con un prólogo de más de once minutos que sirve para presentar
a los protagonistas de la historia. Esta secuencia se desarrolla durante una fiesta campera en la
que los amigos Jorge Bueno (Jorge Negrete) y Pedro Malo (Pedro Infante) quieren declararse a
las mujeres de las que están enamorados. Jorge lo está de Rosario y Pedro de María, la hermana
de aquél. El primero se declara, mientras que María rechaza a Pedro por mujeriego aunque
también lo ama, como previamente ha confesado a su amiga Rosario. Tras este prólogo la
acción se traslada a un año después. Pedro se ha casado con Rosario y ha tenido una niña,
mientras que Jorge está comprometido con otra mujer, Genoveva, y María sigue soltera y sin
compromiso. Los hermanos Bueno están enfadados con Pedro y Rosario por haberlos dejado
plantados de la noche al día sin darles explicación alguna. Jorge acude al pueblo donde vive
Pedro para comprar ganado y Tiburcio le ofrece su rancho. En la cantina, Pedro celebra con
chamacotas el nacimiento de la que supuestamente es hija suya y de Rosario, y Jorge al oír la
algarabía acude allí. Reprocha a Pedro su comportamiento y le abofetea.

En venganza, Jorge compra el rancho que le ha ofrecido Tiburcio porque tiene un arroyo que
riega las tierras de Pedro, que es agricultor. En un taller mecánico se encuentra con don Elías,
padre de Rosario, y a través de un flash back el público se entera de que Jorge y la muchacha
discutieron en una fiesta porque ella no quería ir y luego lo hizo. Al llegar a la celebración vio a
Jorge con otra mujer y le reclamó que volviese con ella por ser su novia, pero él no quiso dejar
sola a la otra chamaca por caballerosidad al haberse comprometido a llevarla a la celebración.
Rosario se enfadó y le dijo que todo había terminado entre ellos. De nuevo en el tiempo
presente, don Elías cuenta a Jorge que se fueron a la capital y a los dos meses Rosario se casó
con Pedro sin dar explicaciones.

Pedro acude al casino, donde está jugando a las cartas Jorge, para suplicarle que no le corte el
agua tras enterarse de que compró el rancho de Tiburcio, pero su antiguo amigo lo humilla
delante de todos. En respuesta, Pedro acude a la celebración que ha organizado el general para
anunciar el compromiso entre su hija Genoveva y Jorge, y mantienen un duelo de coplas que
está a punto de terminar en una pelea. Pedro dice en sus canciones que quiere mezclar Bueno
con Malo porque está enamorado de María, que vuelve a rechazarlo por haberla dejado y
haberse casado con su mejor amiga. Jorge le advierte que si a la mañana siguiente no se ha ido
del pueblo lo matará. No se marcha y ambos se encuentran un día después en el casino. Jorge
está dispuesto a matarlo pero Pedro le pide hablar en privado. Tras la conversación, que se
oculta al espectador, Jorge cambia de actitud y esa noche acude a dar serenata a casa de
Rosario, mientras que Pedro hace lo propio con María. Los dos amigos se reprochan
mutuamente haber llevado serenatas. El general, que se siente ofendido al haber sido humillada
su hija, exige a Pedro que mate a Jorge para lavar su honra, pues éste fue a dar serenata a su
esposa Rosario. A partir de este momento el enredo aumenta. Jorge escribe una carta a
Genoveva para explicarle el motivo de su conducta, y para evitar que el general lo mate, Pedro
se inventa que sufre una enfermedad incurable, cuyo nombre le dice al oído y el público no
escucha. Se sobreentiende que se trata de una enfermedad venérea por la promiscuidad del
macho. Complica más la situación al explicarle que al darle serenata a Rosario pretendía
desencantar a Genoveva para no hacerle daño con una ruptura.

En la fiesta de cumpleaños de Jorge, los dos amigos se reconcilian con sus respectivas parejas y
planean fugarse a la capital para descasarse y después casarse, Jorge con Rosario y Pedro con
María. La madre de Jorge y de María los sorprende y pide explicaciones. Una vez enterada de
todo, sin que el espectador sepa todavía qué es lo que ocurrió, la madre impide que ajusticien a
Jorge y a Pedro, después de que el general se haya enterado por el médico de que el hombre
que se había prometido con su hija no padece enfermedad alguna. La madre explica al general
lo que ocurrió un año antes y el motivo de tanto enredo. Tras la discusión con Jorge, Rosario
fue narcotizada en la capital en un baile de estudiantes y un hombre abusó de ella, quedando
embarazada. Para evitar el escándalo, y sin que don Elías supiese la verdad, Pedro se ofreció a
casarse con Rosario, aunque sin consumar el matrimonio, con el fin de ocultar su desgracia a
los demás. Aclarado todo el embrollo, las respectivas parejas quedan juntas.

El guión de Ismael Rodríguez y Carlos Orellana está muy bien armado y la puesta en escena le
hace justicia con cierta socarronería que se manifiesta desde el principio, pues el primer plano
que ve el espectador, correspondiente al prólogo, muestra las posaderas del fotógrafo que tira
una instantánea al grupo de amigos que celebra una fiesta campera. El juego de equívocos,
favorecido por los enredos, se manifiesta visualmente en una sucesión de cornamentas a lo
largo del film, que hace que las cabezas de Pedro y don Elías aparezcan a veces coronadas por
cachos, ya que es lo que todo el mundo piensa al no desvelarse hasta el final lo que está
pasando. Al ocultarse esa información al espectador, se generan diálogos y situaciones confusas
y delirantes, a lo que ayuda la buena química que surge entre los actores, no sólo los principales
sino los maravillosos secundarios que pueblan el film, desde Carlos Orellana como don Elías,
al genial José Elías Moreno, el general y padre de Genoveva. Hay una escena en la que el
enredo es ya de tal magnitud, que Orellana reflexiona en voz alta sobre su relación familiar con
Jorge y Pedro, y el resultado es más lioso todavía porque los parentescos imposibles comienzan
a mezclarse entre unos y otros. Orellana es coguionista de Dos tipos de cuidado y  en esta
faceta cuenta en su haber con algunos de los títulos más conocidos del cine mexicano, entre los
que sobresalen ¡Como México no hay dos!, que dirigió él mismo, Los tres García, La barca
de oro, Pepe el Toro, Bajo el cielo de México y Tizoc.

El humor no se sustenta exclusivamente en el enredo y los diálogos, sino también en propuestas


escenográficas como la de la secuencia del taller mecánico. Este escenario aparece repleto de
letreros llenos de faltas de ortografía que resumidos vienen a decir que mientras arreglan los
vehículos, sus propietarios pueden llevarse un caballo. Es muy interesante a efectos
sociológicos esta secuencia porque supone una ruptura con la comedia ranchera tradicional,
puesto que  a la provincia se incorpora ya la modernidad de la metrópoli. Los charros ya no van
a caballo sino en espléndidos vehículos de motor. De hecho, la secuencia del prólogo reivindica
a Negrete como líder indiscutible de la comedia ranchera, al interpretar el tema  O sole míocon
una letra que exalta a la naturaleza, mientras que Infante se apropia de las escenas urbanas al
aparecer con las chamacotas montado en su camión para celebrar el nacimiento del bebé de
Rosario. Con Nosotros los pobres y ATM, Pedro Infante era el rey indiscutible de la comedia
urbana, mientras que Negrete seguiría resistiendo en la comedia ranchera con Tal para
cual y El rapto. En Dos tipos de cuidado se lucen los dos en un hibridismo que permite fundir
lo tradicional con lo moderno.

Bien filmada y con un ritmo endiablado que no da pie al aburrimiento, Ismael Rodríguez
exhibe sus habilidades en la realización con escenas como la de la partida de cartas, que corona
con un plano cenital. El momento cumbre llega con el duelo de coplas en la mansión del
general. A partir de la siguiente escena, la película da un giro radical en el argumento, puesto
que Jorge deja de ser el enemigo de Pedro para convertirse en su cómplice a la hora de
conquistar a sus respectivas parejas. Negrete pasa así de ser el hombre agraviado y amargado
por la traición de su novia a ser un pillo como Pedro, cuyo comportamiento reprobable por
haber robado la pareja a su mejor amigo no impide que desde el principio se convierta en el
favorito del público por su carácter extrovertido y alegre, a pesar de comentarios tan machistas
como el que hace en la fiesta en la que rompen Rosario y Jorge: “Mientras sean novias no les
queda más remedio que perdonar, están amoladas”. Es en dicha fiesta donde el Charro
Cantor interpreta el célebre Quiubo, Quiubo cuándo.

Además de la escena de las coplas, otro momento cumbre de la película es la serenata que los
dos protagonistas dan por separado a sus respectivas novias, en la que Negrete está
acompañado, como debía ser, por el Trío Calaveras. Primero empieza a cantar Jorge frente a la
casa de Rosario y después lo hace Pedro ante la de María, cada uno por separado y distintos
temas. Cuando las muchachas se despiertan, la pantalla se divide en dos y la pareja de cantantes
interpreta a dúo el tema Ojos tapatíos. Al estar partida por la mitad la pantalla, se muestra
como si los dos espacios en los que se desarrolla la acción se fundieran en uno solo. De hecho,
en el plano de conjunto que da inicio a este efecto visual, Jorge y Pedro giran la cabeza
mirándose entre sí, para arrancarse después a dúo. A pesar de los retoques de estudio para unir
las voces de los dos artistas, la potencia de Negrete se impone sobre la de Infante. El artista
guanajuatense gana por voz en esta escena al actor de Sinaloa, que como cantante se queda muy
por debajo del registro de barítono que tiene su rival. El público presenciaría meses después
este mismo duelo interpretativo en los recitales que Negrete e Infante ofrecieron juntos en el
Teatro Lírico de Ciudad de México. De hecho, los espectadores pudieron verlos juntos antes en
vivo que en el cine, puesto que la película no se estrenó hasta noviembre de 1953 y los
conciertos que ofrecieron fueron mucho antes. Su presencia juntos sobre el escenario fue un
hito en la historia de la canción mexicana. El Centro Histórico se colapsaba antes y después de
cada representación y en escena protagonizaron algunas anécdotas que relataría Manuel
Esperón a Enrique Serna en su biografía delCharro Cantor. El día del debut, ambos olvidaron
la letra de la canción Carta a mi Virgen compuesta de propio para el acontecimiento por
Esperón. Cuando les tocó interpretarla, Infante, con el descaro que le caracterizaba, arrebató al
apuntador el papel con la letra para cantarla y Negrete hizo lo mismo. Su descaro, al tratarse de
una canción dedicada a la Virgen de Guadalupe, fue contestado con abucheos. A pesar de ello
el público se rendía a los pies de estos dos tipos de cuidado, amigos hasta el fin por más que la
prensa se empeñaba en enemistarlos.

Dos tipos de cuidado es con derecho propio la mejor comedia ranchera de la historia del cine
mexicano, aunque los historiadores han discrepado sobre la calidad de esta cinta. Creemos que
esas diferencias de criterio se deben al recelo que siempre ha existido hacia Jorge Negrete y los
prejuicios en contra de su cine. Jorge Ayala Blanco es quien mejor la ha tratado. En  La
aventura del cine mexicano se refiere a ella como “obra maestra” en su género y destaca la
“malicia solapada” de los diálogos y de la acción, en cuyo subtexto se encuentran los elementos
heterodoxos de la cinta. Argumenta Ayala que la demoledora crítica que del macho mexicano
hace la película se sustenta en el elogio del arquetipo, que constituye su “desmitificación más
rotunda”. Y lo hace con dos tipos de cuidado, las dos estrellas que mejor habían representado
ese arquetipo, aunque con diferencias notables, y que convierten a la película en el “apogeo del
cine de actor”, o más bien en su detrimento, a beneficio del cine de autor.

La oposición entre Negrete e Infante responde a que ambos son “los polos opuestos de la
comedia ranchera, y de todo el cine mexicano popular a secas”, que revelan sus diferencias de
fondo, según Ayala. “Jorge Negrete es el macho adinerado, buen tipo, petulante, agresivo y
rencoroso. Pedro Infante es el macho humilde, sometido, estoico y noble. La jactancia de
Negrete deriva de una posición social elevada. La simpatía de Infante proviene de una
compensación humillada. Si Dos tipos de cuidado es una buena comedia, se debe, en gran
parte, a que enfrenta lo disímil e irreconciliable”. Para este historiador del cine mexicano,
Ismael Rodríguez impone en esta cinta un “legítimo ingenio popular” frente a la vulgaridad y la
complacencia de un género ya agotado. A su juicio, en Dos tipos de cuidado  se está
proclamando la independencia de un género para introducir estilemas de otros y dotarlo de una
personalidad propia atemporal. “Las fuentes originarias se habían superado y el género
avanzaba por impulso propio. Los incidentes ya pertenecen por entero a la comedia de
equivocaciones; la ligereza verbal sirve para renovar el ingenio a cada momento, y el
intermedio musical tiende hacia un movimiento coreográfico calculadísimo. La comedia
ranchera consigue, por fin, transmitir un estado de ánimo explosivo. Es a lo más que podía
aspirar. El denuedo de Ismael Rodríguez es bastante más de lo que se merece el rango de un
género semejante. Y, no obstante, posiblemente sin la comedia ranchera Rodríguez jamás
podría haberse manifestado con tal amplitud” (Ayala, 1979). Otra cosa es que quienes
continuaron haciendo comedia ranchera no supieran estar al nivel marcado por Ismael
Rodríguez y el género tuviese una lenta agonía hasta morir por inanición.

No tiene una opinión tan favorable Emilio García Riera, nada de extrañar por otra parte a la
vista de lo crítico que es este historiador con el cine del Charro Cantor. Las historias
capitalinas se han impuesto en las pantallas y la provincia no deja de ser un residuo de un
esplendor pasado, en el que la hacienda era el refugio de la supuesta identidad de un pueblo
forjado en el medio rural, pero al que el urbano comienza a relegar al olvido. De hecho, el
campo busca imitar a la ciudad, y la secuencia del taller mecánico en Dos tipos de
cuidado hace énfasis en eso. El caballo ha sido sustituido ya por el vehículo a motor, y la
educación, con la modernidad que conlleva, penetra a duras penas en el medio campirano,
como evidencian los carteles informativos escritos con faltas de ortografía en la citada
secuencia.  Para García Riera, “la provincia rural ya no es sujeto de exploración y
descubrimiento; el cine nacional ha agotado (se supone), sus riquezas folclóricas y la ha
convertido en una suerte de telón de fondo de valores conocidos ante el cual evolucionan unos
héroes obedientes a sus propios mitos, que no al medio del que son producto”. Sostiene en este
sentido el autor de La historia documental del cine mexicano, que “si en los comienzos del
género, hasta ya bien entrados los años 30, el escenario tiene prioridad sobre los personajes,
ahora ocurre todo lo contrario. En realidad, el cine nacional se ha envalentonado por su
condición capitalina y le ha perdido el respeto a la madre provincia, puesto que ya no siente
mayor necesidad de refugiarse en ella. Incluso, a la provincia le son impuestas como música de
fondo las canciones rancheras que se componen y triunfan en la capital” (García Riera, 1969-
1978). Y a pesar de ello, sigue siendo un cine celebrado por los espectadores cuando se repone
en televisión, que es de forma constante, y en un nuevo medio de masas como Internet. Baste
decir en este último caso que Dos tipos de cuidado contaba a principios de 2011 con más de
medio millón de visionados en Youtube. Luego se trata de un cine que no ha perdido su
atractivo.
Y el que más crítico ha sido con Dos tipos de cuidado es Carlos Monsiváis, quien sostiene que
Ismael Rodríguez conduce a los personajes de esta película “de la república del montón de
gente al reino de la individualidad suprema. (Sólo en el caso de grandes momentos de la
fotografía de Gabriel Figueroa (sic) se advierte la voluntad del reino de la poesía). En Dos tipos
de cuidado, los close ups proclaman la singularidad de dos trayectorias: la de Negrete, toda
altivez, toda incomprensión de los obstáculos en su camino, toda gallardía; la de Infante, una
clase magistral en los asuntos del atractivo, de la sencillez, de la picardía, del secreto de la
nobleza de ánimo. No se acrecienta la emoción, sino algo parecido: la gana de emocionarse de
los espectadores”. Pero su juicio más crítico viene después al afirmar: “El duelo de coplas,
filmado sin convicción alguna, sigue siendo el eje de la película, la referencia que no pasa de
moda. Negrete, a esas alturas, se ve agotado, y Pedrito vive su apogeo. De nuevo, el proceso
actoral los sobredetermina. Negrete ve en la actuación un acto de bondad hacia los
espectadores; Infante quiere compartir y departir y, al sentirse a toda madre, es el comensal más
importante, alguien que va de la mesa a la cantada al faje a la vigilancia de sus posesiones
(femeninas)” (Monsiváis, 2008).

Por enésima vez, Negrete es objeto de crítica al ser valorado su trabajo desde un punto de vista
que va más allá de la pantalla, en una apreciación injusta y no argumentada. Discrepamos en
parte por ello del juicio de valor que hace Monsiváis en su análisis, con todo el respeto y
admiración que sentimos hacia el escritor, que incurre también en errores como demuestra en
los párrafos que hemos reproducido, puesto que la fotografía de Dos tipos de cuidado no es de
Gabriel Figueroa sino de Nacho Torres. Sus elogios a la fotografía nos parecen por tanto
injustificados porque carecen de argumentación, tratándose además de un trabajo notable por
funcional pero alejado de cualquier voluntad poética, mientras que sus críticas nos resultan
carentes de fundamento y sobre todo descontextualizadas. Para Monsiváis el duelo de coplas
está filmado sin convicción, cuando nosotros entendemos que es muy convincente el
tratamiento visual que le confiere Ismael Rodríguez por la gradación de planos utilizada en el
montaje, que pasa de tomas generales a otras más cortas, acercando a los dos rivales hasta
culminar en primeros planos desafiantes como si de un enfrentamiento físico se tratara. El
equívoco de muchos teóricos y críticos de cine ha sido ver en las películas de Negrete un elogio
del machismo en lugar de una crítica sutil, como entendemos que se ha hecho en buena parte de
su filmografía, y como es el caso de Dos tipos de cuidado.
Marina Díaz López sostiene que títulos como el que nos ocupa de Ismael Rodríguez buscan la
perduración de los mitos nacionales forjados por el séptimo arte, además de poner de
manifiesto un giro en el arquetipo que había sido hegemónico hasta ese entonces. De acuerdo
con la opinión de esta investigadora del cine de la época de oro, “la creación de las estrellas
rancheras y su apoyo en toda una cobertura extracinematográfica también apunta a una
sociedad que busca mediáticamente la perduración de mitos, que alimentarán los estereotipos
en los que creer y, a la vez, los ejemplificarán. El paso del macho altanero y arrogante que
representa Jorge Negrete al simpático, bueno y mujeriego Pedro Infante podría delatar una
basculación hacia el público femenino y sus expectativas, lo que no entraría en contradicción
con la vertiente misógina de la última etapa de la comedia ranchera, al asumir las
contradicciones de una etapa en la que la mentalidad tradicional sobre las relaciones entre
hombres y mujeres, vacilante en su redefinición, apostaría por exhibiciones exageradas como
ésta” (Díaz, 1999).

https://www.cineforever.com/2014/08/04/jorge-negrete-y-pedro-infante-frente-a-frente-en-dos-
tipos-de-cuidado/

¿Quién no ha tratado de imitar el famoso duelo de coplas entre Pedro Infante y Jorge
Negrete? Dos ídolos de nuestra historia del séptimo arte, reconocidos por su
inigualable voz e intachable porte cuando usaban el traje de mariachi. Varias
curiosidades rodean a la producción y por ello aquí enlisto las más importantes para
que las compartas con toda tu familia; verás que tus abuelos y padres querrán platicar
encantados del filme.

Esta cinta fue todo un éxito en su estreno por allá de 1952, tanto que duró en cartelera
más de un año.

Carlos Orellana, quien hace del padre de Rosario, escribió junto a Ismael Rodríguez
(director) el guion para esta cinta. Así que no solo de suegro la armó.

En la época en que se filmó esta película, la carrera de Jorge Negrete estaba en


picada, por ello recurrió a mancuernas con otros afamados actores, entre ellos Pedro
Infante.

De hecho, Dos tipos de cuidado fue la antepenúltima cinta de Jorge Negrete antes de
su fallecimiento por una enfermedad crónica, razón por la que también comenzó a
deteriorarse profesionalmente.

Para este tiempo la fama de Pedro Infante ya era notoriamente más fuerte que la de
Jorge Negrete, por eso se rumora que el segundo estaba celoso del primero cuando
grabaron.
Ismael Rodríguez trabajó mucho más con Pedro Infante a lo largo de su carrera, sin
embargo, no se ve favoritismo en Dos tipos de cuidado; el guion que coescribió
permite que Infante como Negrete brillen. 

Desde antes de comenzada la producción Pedro y Jorge habían acordado cantar el


mismo número de canciones, para evitar que uno pesara más que el otro.

El presidente de México de aquella época: Miguel Alemán, tuvo que intervenir para
convencer a Pedro Infante y Jorge Negrete de trabajar juntos, ya que se resistían a
compartir créditos.

La razón para que tardaran tanto tiempo en trabajar juntos es que Pedro Infante tenía
miedo de que su voz fuera opacada por de Jorge Negrete, quien era mejor en esto.
Mientras que Negrete estaba temeroso de que la fama de Infante lo relegara a un
papel olvidable.

http://elregio.com/Noticia/d7e0c637-1d0a-4be5-bb65-5d1d43969a49

Juntos por única vez


Esta es la única cinta protagonizada por los dos íconos mexicanos de esa época: Jorge
Negrete y Pedro Infante. Para muchos, es una de las mejores comedias mexicanas de todos
los tiempos.
Ambos, intimidados
La pre producción fue complicada. Ninguno de los artistas deseaba trabajar juntos en cine.
Cuando finalmente aceptaron, Pedro Infante estaba preocupado por cantar, temiendo que su
voz fuera opacada por la poderosa y fuerte capacidad vocal de Negrete, mientras que este
último temía actuar al lado del que, en ese entonces, era considerado el mejor actor
latinoamericano. El resultado, sin embargo, fue sobresaliente.
Presentación posterior
El mismo año del estreno de la cinta, ambos artistas se presentaron una temporada, a lo
largo de dos semanas, en el Teatro Lírico, con enorme éxito.
El trío repite
El director de la cinta, Ismael Rodríguez, escribe el libreto junto al actor y guionista Carlos Orellana
así que, se repite el trío Infante-Rodríguez-Orellana que ya había funcionado en Los tres García y
su secuela, Vuelven los García.

Estreno
La cinta se estrenó en los Cines Mariscala, en la ciudad de México, el 5 de noviembre 1953.
Pantalla dividida
Una de las escenas memorables es cuando Pedro Infante y Jorge Negrete cantan a la vez "Ojos
tapatíos" con la pantalla dividida recurso que se usó por primera vez en nuestro país en esta cinta.

La música
La música de Dos tipos de Cuidado estuvo a cargo del multipremiado Manuel Esperón Prolífico,
compositor de más de 900 canciones. Elegido por Disney para componer la mayor parte del
segmento musical mexicano para Los tres caballeros (1944), junto a Agustín Lara , Ary
Barroso y  Ernesto Cortázar. En 1990 recibió en México, el Premio Nacional de Artes y Ciencias, por
su contribución a la cultura.

https://www.sensacine.com.mx/peliculas/pelicula-51459/secretos/

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