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La Ley y el Evangelio

UNA de las características más admirables del cristianismo genuino, es su equilibrio y sentido
práctico; la perfecta correspondencia entre los deberes y los derechos, entre la fe y las obras, las
exigencias de Dios y las provisiones de su gracia, la Ley y el Evangelio. Ese equilibrio fue puesto de
manifiesto en la vida práctica de Cristo y de sus verdaderos seguidores, y puede manifestarse en
nosotros. El estudio y la asimilación de este capítulo pueden resultarnos muy útiles.

EL PROPOSITO DE LA LEY

¿Cuál es el propósito de la ley?

“Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio
de la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3: 20).

¿Cuán exigente es Dios respecto a la conducta del cristiano?

“Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de
todos” (Santiago 2: 10).

‘CRISTO SALVA AL HOMBRE Y MAGNIFICA LA LEY

¿Qué se declara que es el Evangelio?

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree" (Romanos 1: 16).-’

¿Qué significa el nombre Jesús?

“Y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (S. Mateo 1:21).

¿En quién se revela este poder para salvar del pecado?

“Nosotros predicamos ... un Cristo que es potencia de Dios, y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1:
23,24, VHA).

¿Cómo fue predicha la actitud de Cristo hacia la ley?

“Está escrito de mí; el hacer tu voluntad. Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi
corazón” (Salmo 40: 7, 8).

¿Qué promete Cristo en relación con el nuevo pacto?

“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido
sobre mejores promesas”. “Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las
escribiré” (Hebreos 8: 6, 10).
¿Qué debemos hacer nosotros a fin de beneficiarnos por la obra de Cristo?

“Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salvación”
(Romanos 10: 10, VHA).

¿Para obtener qué cosa confiaba el apóstol Pablo en Cristo?

“Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por... ser hallado en él, no teniendo mi
propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la
fe” (Filipenses 3: 8, 9).

¿Se invalida la ley por la fe que confiere justicia?

“¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley” (Romanos
3: 31).

Nota.—En el Evangelio, la ley, escrita primeramente en el corazón de Cristo, es transferida al


corazón del creyente, donde mora Cristo por la fe. Así se cumple la promesa del nuevo pacto. Esta
es la justicia por la fe, una justicia que es testificada por la ley y se revela en la vida que está en
armonía con la ley. Tal fe, en lugar de anular la ley, la establece en el corazón del creyente.

“La ley demanda obediencia, pero no puede producirla; es santa, pero no puede hacernos santos a
nosotros; convence de pecado, pero no puede curarlo; revela la enfermedad, pero no proporciona
el remedio; mientras que el Evangelio requiere y capacita, salva y santifica (Romanos 3: 19-22; 4:
15; 5: 20, 21; 7: 7-13; 2 Corintios 3: 7-9; Calatas 3: 21-24; 1 Timoteo 1:8-11)...

“Mientras que está en la misma naturaleza de toda ley el provocar oposición a ella, a causa de
nuestras díscolas mentes y voluntariosos corazones, es la esencia del Evangelio apelar a los dos
motivos más poderosos que actúan en los hombres y mujeres: la gratitud y el amor (contrástese
Romanos 7: 5, 7-11 con 6: 1-15 y 2 Corintios 5:14,15)...

“El Evangelio nos muestra al Salvador que necesitamos, y declara que él ha obedecido plenamente
los preceptos de la ley en su vida inmaculada como nuestro gran representante, tamo como ha
sufrido exhaustivamente sus penalidades en su muerte expiatoria como nuestro gran sustituto (2
Corintios 5: 21)... ¡La justicia y la rectitud divinas han sido vindicadas más enteramente mediante
su obra a favor de los hombres de lo que pudieran haberlo sido por la obediencia y el sufrimiento
de toda la raza humana!

“Es la meta tanto de la ley como del Evangelio lograr la obediencia, pero la ley nos compele a
hacerlo como un deber, fastidioso y desagradable, mientras que el Evangelio nos constriñe a
hacerlo como un privilegio, tornándolo fácil y delicioso. La ley coloca ante nosotros la obediencia
como un medio de salvación, y condiciona estrictamente a ella la bendición. El Evangelio la revela
como la consecuencia natural de la redención, y prescribe la obediencia como el resultado
inevitable de la bendición” (William C. Procter, Moody Bible Institute Monthly. Derecho de
propiedad, noviembre de 1933, págs. 107, 108. Usado con permiso).
¿Qué quita Cristo?

“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (S. Juan 1: 29).

¿Que ha abolido Cristo?

“Cristo Jesús,... ha abolido la muerte, y ha sacado a luz la vida y la inmortalidad por medio del
evangelio” (2 Timoteo 1: 10, VM).

Nota. —"El hombre... necesita que se le recuerde solemnemente que la ley del espíritu de vida en
Cristo lo ha librado de la ley del pecado y de la muerte, pero no de la ley de Dios” (G. Campbell
Morgan, The Ten Commandments [Los Diez Mandamientos], Revell, ed. 1901, pág. 12).

¿Qué transformación se realiza mediante el Evangelio?

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor,
somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2
Corintios 3: 18).

Nota. —A veces se sostiene que Cristo cambió, abolió o quitó la ley moral y puso el Evangelio en su
lugar; pero esto revela falta de comprensión de la obra real de Cristo. El creyente, en forma
individual, es transformado por la contemplación de la gloria revelada en el Evangelio (2 Corintios
4: 4; S. Juan 1: 14); la muerte ha sido abolida por la muerte de Cristo; y el pecado ha sido quitado
por Aquel que cargó con el pecado; pero la ley de Dios todavía permanece inalterable como el
mismo fundamento de su trono.

¿Qué interpretación espiritual dio Cristo a los mandamientos sexto y séptimo?

“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” (S. Mateo

5: 21, 22). “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira
a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón ” (vers. 27, 28).

¿De qué profecía fue esta enseñanza el cumplimiento?

“Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla’’ (Isaías 42: 21).

Nota.—Cristo no sólo dio a la ley una interpretación espiritual, y la observó de esa manera, sino
que mostró la santidad y la naturaleza inmutable de la ley, al morir en la cruz para pagar la
penalidad de su transgresión. Por este medio, más que por ningún otro, magnificó la ley.

LA GRACIA Y LA LEY

¿En qué promesa se le predicó el Evangelio a Abrahán?


“Y la Escritura, ... predicó de antemano el evangelio a Abra- ham, diciendo: En ti serán bendecidas
todas las naciones” (Gála- tas3:S, VM).

¿Qué actitud de Abrahán se le contó por justicia?

“Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue vcontado por justicia" (Romanos
4:3).

¿Qué declaración de las Escrituras elimina toda esperanza de justificación por las obras?

“Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la
ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3: 20).

¿De qué manera son justificados los creyentes en Jesús?

“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”
(vers. 24).

¿Se espera que el creyente continúe pecando después de esto?

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveramos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna
manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6: 1, 2).

¿Cuál era la actitud personal de Cristo hacia la ley?

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para
cumplir” (S. Mateo 5: 17). “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como
yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (S. Juan 15: 10).

¿Qué declaración bíblica muestra que el pueblo remanente de Dios comprenderá la correcta
relación entre la Ley y el Evangelio?

“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”
(Apocalipsis 14: 12).

Nota.—“Dios no ha dejado a los hombres entrampados en su propia desobediencia. El ha provisto


un medio de restauración. Este no consiste en rebajar la norma celestial al nivel de nuestras culpas
y debilidades, sino en elevar a los hombres ai nivel de su eterna norma de santidad... Esta
restauración es restauración al estado de la obediencia a la ley...

“La expiación de Jesucristo ... mantiene una eterna relación con la ley de Dios, la ley que es santa,
justa y buena... [Al ser el creyente] librado por la obra de Cristo de la penalidad de una ley
quebrantada, y al dársele un nuevo corazón por el Espíritu Santo, por el cual el ama el camino de
la obediencia que una vez rehuía, se ven la Ley y el Evangelio obrando en gloriosa armonía en
beneficio del hombre redimido.
“Lograr esto es el gran propósito de la proclamación del Evangelio” (O. C. S. Wallace, What
Baptists Believe, págs. 83, 84. Derecho de propiedad, 1934, de la Junta de la Escuela Dominical de
la Convención Bautista del Sur. Usado con permiso).

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