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EQUIPO 4.
C. Gestión de la Función Informática
3. Mantenimiento de la Integridad de los Sistema.
Idea planes para restaurar los servicios de cómputo y comunicación después de haberse
interrumpido.
Su principal enfoque es mantener los sistemas en funcionamiento (respaldos,
mantenimientos, recuperación)
Auditores Externos.
Las responsabilidades del auditor externo se refieren de manera fundamental a estatutos legales.
En la mayor parte de los países sus responsabilidades están claramente definidas por la ley.
Algunas veces, mediante algún acuerdo, el auditor externo puede asumir un trabajo especial. Esto,
sin embargo, casi nunca impide al auditor realizar su función primaria de expresar una opinión
acerca de la contabilidad producida por una institución con base en el examen de los libros e
informes.
Auditores Internos.
El auditor interno no tiene responsabilidades legales. El alcance de sus actividades varía de una
institución a otra. Algunas veces, desempeña funciones de alto nivel que consisten en informar
sobre la afectividad gerencial de la institución.
Con frecuencia, el rol del auditor interno es más bien reducido que amplio. No obstante, la
tendencia actual indica una aplicación de funciones, ya que el auditor interno realiza auditorías de
gerencia y operativas. Dentro de este contexto, el auditor interno también se familiariza más con
la computadora. Sus actividades abarcan:
Los auditores internos y los externos deben definir muy claramente las exigencias desde el punto
de vista de la auditoría, así como los roles y enfoques que adoptarán para satisfacerlas.
La seguridad computacional, exigen ciertas áreas diferentes que se deben cubrir por la
capacitación de auditores y gerentes:
Las funciones de auditoría tanto interna como externa cumplen un papel importante en la
seguridad en computación. Los principales aspectos que se deben considerar son:
Los nuevos sistemas de información pueden ser poderosos instrumentos para el cambio
organizacional. No sólo habrán de ayudar a la racionalización de los procedimientos y los flujos de
trabajo de la institución, sino que pueden ser usados para dar nueva forma a cómo la institución
lleva a cabo sus negocios o aun la naturaleza de éstos.
Un nuevo sistema de información puede rediseñar de manera radical los procesos de negocios
para mejorar la velocidad, el servicio y la calidad. Si el proceso de negocios primero se rediseña
(antes de que se le aplique el poder del cómputo), las instituciones pueden obtener grandes
beneficios de sus inversiones en tecnología de información. El rediseño de los procesos de
negocios sirve para reorganizar los flujos de trabajo, combinar pasos para reducir desperdicios y
eliminar tareas repetitivas de documentación intensiva (algunas veces el nuevo diseño implica
también corte de personal).
Una cantidad de expertos profesionales participa en el desarrollo de los sistemas. Éstos requieren
contratos con proveedores externos y a veces implican asegurar derechos de registro; por tanto,
pueden necesitarse abogados. Los contratos ponen en juego a especialistas en abastecimiento
dentro de la institución y ambos grupos son jugadores claves en el proceso de construcción de los
sistemas. Prestan sus conocimientos organizacionales y jurídicos para el esfuerzo en pos de los
sistemas.
Existen muchas más ideas para el mejoramiento y desarrollo de los sistemas que los recursos
mismos. Las instituciones deben desarrollar una técnica para asegurar que los sistemas más
importantes reciban la primera atención, que no se construyan sistemas innecesarios y que los
usuarios finales tengan un papel pleno y significativo en la determinación de qué nuevos sistemas
construir y como.
Debido a las necesidades de información de las organizaciones, es necesario que las mismas
cuenten con diversas opciones y soluciones tecnológicas para mantenerse a la vanguardia de los
negocios.
La Renovación tecnológica es una solución, que tiene como objetivo ofrecer a las empresas una
actualización constante y eficaz de sus equipos tanto de tecnologías de la información y
comunicación (TICs) como de aquellos activos industriales indispensables para el funcionamiento
según su actividad, incorporando además todos los servicios necesarios para su puesta en marcha
y mantenimiento.