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Titivillus 19.10.2020
Título original: Franco, Hitler y el estallido de la Guerra Civil
Ángel Viñas, 2001
Marzo de 2001
CAPÍTULO 1
EL TELÓN DE FONDO:
ESPÍAS, GASES Y ARMAMENTOS
Revisionismo en Weimar
Algunos días antes, Canaris había precisado algo más las bases del
apoyo alemán, terminando así:
En casos difíciles Echevarrieta suministrará a Alemania todo el petróleo necesario y, de
ser ello preciso, con pago aplazado. Finalmente, para nosotros es de gran importancia,
independientemente ya del fortalecimiento de la influencia alemana en España, que el
grupo Echevarrieta, tan ligado a nosotros, salga reforzado frente al otro grupo March-
Urquijo, sometido a otras influencias (Juan Match es catalán [sic] y tiende hacia Francia;
Urquijo trabaja con capital inglés de los jesuitas, aparte de estar unido a Vickers).
Quizá esta frase lapidaria defina mejor que nada la importancia que
atribuía a Canaris el representante oficial del Gobierno alemán.
No es de extrañar por ello que uno de los canales a través de los
cuales los conspiradores españoles pretendieran, antes del 18 de
julio, acercarse hacia los medios oficiales alemanes, dentro de la
serie de esfuerzos orientados a conseguir armas, apuntara hacia
Canaris. Decidida ya la intervención de Alemania en la Guerra Civil,
el almirante se vería abocado ineludiblemente a desempeñar en ella
un papel clave, tanto por su experiencia previa del país y
conocimiento personal de mucha de la gente que militaría en el
bando rebelde como por su cargo de jefe de la Abwehr desde el 1
de enero de 1935. Según muestra su expediente personal, el último
viaje de Canarias a España documentado, al menos en lo que he
podido establecer, data de poco antes del advenimiento de la
República. Se trata de un permiso «de vacaciones» del 2 al 20 de
marzo de 1931 y no hay que imputarle propósitos siniestros, dado
que la Marina continuaba teniendo intereses en España.
En la colaboración de los años veinte encuentran su origen otros
contactos paralelos. Algunos de ellos ya se han mencionado: la
conexión, por ejemplo, entre Killinger y el marqués de Quintanar
cobra una significación adicional cuando se recuerda la amistad del
primero con Canaris. Por encima de ello, sin embargo, está la
circunstancia de que Quintanar, a su vez, entraría en estrecha
relación con el general Sanjurjo, marqués del Rif, puesto al frente de
la Classa y de la cual aquel era vicepresidente del consejo de
administración.
Con la constitución de la Concesionaria de Líneas Aéreas
Subvencionadas, S. A., a comienzos de 1929, se eliminaba la
rivalidad entre la UAE (y los intereses de Junkers detrás de ella) e
Iberia (tras la cual se encontraba la Deutsche Lufthansa). Los
intentos de centralizar en una sola entidad la incipiente aviación civil
se remontaban a mucho antes, y en este terreno también había
desempeñado un papel de transmisor el capitán de corbeta Canaris.
Este había proporcionado acceso a Ernst Brandenburg al
representante en España de Blohm & Voss, un tal Luethje, cuñado
del representante de MAN, Guillermo Pasch, quien ya había
intervenido intensamente en los contactos para dotar con motores
de aquel origen al submarino que se construyera[107].
Dentro de la Classa figuraban también personalidades conocidas
de la colaboración hispano-alemana: mencionaremos en primer
lugar a Daniel de Araoz, tan vinculado a la Lufthansa, o al asesor
jurídico del grupo Echevarrieta. Según Welczeck, los intereses en
torno a Iberia disponían de 13 de los 27 puestos del consejo de
administración, una cifra igual a la que movilizaba la UAE, quien, sin
embargo, podía contar con el voto del presidente, general Sanjurjo,
mucho más próximo a los intereses de Junkers[108]. Por lo dicho en
páginas anteriores sabemos que en julio de 1936 se recurrió a la
conexión Sanjurjo-Quintanar-Killinger.
Otro de los grandes contactos, cuyos inicios cabe advertir en la
olvidada colaboración o en las olvidadas relaciones de los años
veinte, apuntaría hacia una borrosa figura como el general
Kühlenthal, quien en julio de 1936 desempeñaría el puesto de
agregado militar alemán en París, en régimen de acreditación
múltiple respecto a Madrid y Lisboa. Ya nos referiremos a él con
más detalle en un capítulo posterior. Ahora es preciso indicar que en
la etapa que examinamos Kühlenthal era el coronel jefe de lo que
eufemísticamente se denominaba Dirección General de Estadística
del Ejército de Tierra (Heeresstatistische Abteihmg), que formaba
parte del camuflado estado mayor general, prohibido en Versalles, y
que aparecía como mero Truppenamt. Tras la, aparentemente,
inocua denominación estadística y bajo la sigla T3 se ocultaba en
realidad, entre otras dependencias, lo que había podido salvarse del
servicio de inteligencia militar, también prohibido en Versalles.
Los primeros contactos documentados de Kühlenthal con
España que he encontrado se remontan, por lo menos, a 1928,
cuando, en compañía del general von Bockelberg, visitó Madrid,
Barcelona y el Marruecos español, del 11 de octubre al 5 de
noviembre. Visita no sólo protocolaria en un viaje que les llevaría
también a Italia y a Francia y que las autoridades alemanas
preferían mantener en un ambiente discreto, como dejaba traslucir
el ministro consejero de la embajada en Madrid, von Vietinghoff, al
indicar: «La prensa española publicó algunas informaciones al
principio sobre la visita de la comisión militar. Posteriormente se ha
logrado evitar que la prensa se ocupe de ella»[109].
Hay indicios que permiten suponer que, para aquellas fechas, las
autoridades del Ejército de Tierra alemán empezaban a pensar en la
posibilidad de que en España pudieran hacer prácticas algunos de
sus oficiales. El interés no tuvo mucho alcance. El viaje de
Kühlenthal, con visitas al Rey y a Primo de Rivera, sirvió de entrada
para introducir como enlace ante las autoridades del Ejército de
Tierra español a Franz von Goss (no cabe pensar que Kühlenthal
les advirtiera de la condición de este como miembro del servicio de
inteligencia)[110] en un momento en que, como se ha visto
anteriormente, empezaba a discutirse la posibilidad de una
participación alemana en la producción de material de artillería o el
suministro de un sistema de defensa antiaérea.
Quizá también sirviera el viaje para preparar el envío posterior de
algún oficial del Ejército alemán para que realizara prácticas en
España. Entonces las embajadas alemanas no disponían de
agregados militares y el envío de oficiales a que hicieran stages en
ejércitos extranjeros, que hoy puede parecer pueril, revestía una
gran significación política, ya que las potencias aliadas mantenían la
prohibición de que se instruyera personal alemán en el manejo de
los tipos de armas que Alemania no debía poseer o desarrollar,
según los términos del Tratado de Versalles[111]. De hecho, a finales
de los años veinte, tras largas discusiones con la Wilhelmstrasse,
sólo se había conseguido destacar a tres capitanes al exterior.
Cierto que se trataba de oficiales llamados a desempeñar
posteriormente papeles importantes: el primero, barón Wolfram von
Richthofen, destacado en Italia[112], llegaría a ser el comandante en
jefe de la Legión Cóndor, y el segundo, Walter Warlimont, sería una
de las figuras cruciales en los primeros meses de la contienda
española como representante ante Franco de la dirección de las
fuerzas armadas alemanas (Wehrmacht)[113]. También es importante
destacar que en este tipo de gestiones intervenía muy activamente y
con gran interés el general Werner von Blomberg, desde el 1 de
abril de 1927 jefe del Truppenamt y ministro de la Guerra al
producirse el golpe del 18 de julio.
Gracias en parte a la colaboración prestada por el entonces
agregado militar español en Berlín, teniente coronel Juan Beigbeder,
y el apoyo del jefe de la Aviación militar, Alfredo Kindelán, el Ejército
alemán envió a España, tras numerosas discusiones con la
Wilhelmstrasse, al capitán Schultheiss, quien permaneció haciendo
prácticas en el Ejército español del 20 de noviembre de 1929 al 30
de junio de 1930 y del 1 de octubre de este año al 31 de marzo de
1931. No era la primera vez que se producía un stage de este tipo, y
ya hemos visto cómo en mayo de 1925 Canaris había realizado
directamente una gestión militar similar con el mismo jefe español.
No tiene interés entrar a referir las prolongadas negociaciones
interdepartamentales que precedieron al destino de Schultheiss[114].
Baste con indicar que sus informes debían trasladarse a Berlín a
través de la embajada. De aquí que todos ellos se conserven en el
Archivo Político. Schultheiss no desempeñó ningún papel
significativo posterior con respecto a España, pero sus informes
proporcionan una vívida impresión sobre la situación personal y
material del Ejército de Tierra español, en el cual la influencia
francesa había sido tradicionalmente muy importante[115].
Más importante es destacar que es de entonces de cuando
datan los primeros contactos documentados de Beigbeder con
Kühlenthal que he podido localizar y que, con ocasión del asunto
Schultheiss, fueron muy intensos. Posteriormente, tales contactos
se renovarían en el otoño de 1935 y sería a los mismos a los que
recurriría Beigbeder en los cruciales días de julio de 1936.
Indicados someramente los más importantes canales de futuros
contactos que arrancan de la época de la colaboración hispano-
alemana: de los años veinte (aun cabría referir algún otro centrado
en torno a Hans Sturm, que saldrá a la luz en un capítulo posterior),
no queda sino acudir, a este nivel de personalización al que hemos
llegado, a las habituales comisiones y visitas de oficiales españoles
hacia Alemania, mucho más abundantes, desde luego, en el ámbito
de la Armada o de la Aviación que en el del Ejército de Tierra, y
justificadas en la mayoría de los casos por la necesidad de conocer
detalladamente el material bélico que se pretendía adquirir.
Con respecto al Ejército de Tierra puede simplemente destacarse
la visita hecha a la escuela y al regimiento número 10 de Infantería
de Dresde del general de brigada Francisco Franco, director desde
el mes de enero de la Academia General Militar, acompañado del
capitán Enrique Gallego Velasco, con el fin de estudiar los métodos
de instrucción de la Infantería alemana[116] (una vez visitado
también Saint-Cyr), o la de otros dos oficiales a la Escuela de
Artillería de Jüterborg de octubre a diciembre de 1928[117].
Desde el punto de vista de la Armada, la visita más importante,
por la extensión de los contactos que la precedieron y la
significación que le atribuyeron las autoridades alemanas, fue la de
los capitanes de fragata Manuel de la Vierna y Enrique Pérez Chao,
director de la Escuela Naval, tras la cual se decidió intercambiar
también algunos oficiales, después de celebrar numerosas
conversaciones. Por parte alemana se hizo mucho hincapié en la
discreción absoluta con que debía llevarse a cabo la operación que
debería tender a proporcionar al oficial alemán la más amplia
posibilidad de perfeccionarse en el empleo táctico del arma
submarina y de la aviación[118].
DE LA COLABORACIÓN A LA INDIFERENCIA
CONTACTOS OFICIALES Y CONTACTOS
ENCUBIERTOS
El caso de la Gestapo
Pero hay que llegar al mes de junio para encontrar una visión más
completa de la situación española:
… De la diversidad de tendencias se destacan en el momento dos fenómenos que tal
vez señalan los caminos por los que discurra la evolución posterior: la creciente
efervescencia en el Ejército y el desbordamiento del comunismo de corte moscovita por
el anarco-sindicalismo extremista.
El ambiente en el Ejército y en la Guardia Civil ha empeorado mucho. La tropa ha
sido hasta ahora relativamente apolítica, su disciplina en general es buena. Los intentos
del Gobierno de politizar en su favor al Ejército y de eliminar a todo trance a los
elementos sospechosos de tendencias derechistas ha dado lugar a una gran
exasperación entre la oficialidad y las clases, a la cual se añade la preocupación de
aquella sobre la propia existencia, alimentada por la que origina la evolución de la
situación política… En general se tiene la impresión de que los soldados obedecen a los
mandos y de que seguirán la orden de salir a la calle si el Gobierno dispone su
intervención…
El caso de la Abwehr.
Los contactos probados de Mola con el Tercer Reich
En la literatura que postula la participación oficial alemana en la
preparación del levantamiento militar es frecuente centrar el proceso
que condujo a la intervención en la figura de Canaris, indicando que
había sido el jefe de la Abwehr la fuerza que en Berlín apoyaba los
planes de los conspiradores españoles[63].
La Abwehr, por supuesto, funcionaba y actuaba en España
desde mucho antes. No en vano había ampliado Canaris en la
década de los veinte la organización de espionaje alemán.
En la presente obra se han mencionado, por ejemplo, como
agentes de la Abwehr a Franz von Goss y Conrad Meyer. Entre los
reclutados por el propio Canaris figuraba Richard Classen, agente
consular en Cádiz. Bamler recordó que el cónsul alemán en Las
Palmas, Sauermann, estaba también al servicio de Canaris y este
disponía en todo caso de agentes camuflados en la propia
embajada.
De hecho, la organización de Canaris no sólo hacía considerable
uso del personal al servicio de las representaciones diplomáticas y
consulares sino que las dependencias de la Wilhelmstrasse
colaboraban estrechamente con la Abwehr. Tal colaboración era
pasiva y activa.
La orientación de la primera —usual en el servicio exterior de
cualquier gran potencia— está documentada fuera de toda duda:
así, por ejemplo, en una comunicación a von Schmieden del todavía
jefe del T 3 del 18 de mayo de 1935, en la que los servicios de
Canaris indicaban a la Wilhelmstrasse los países de Europa
respecto a los cuales deseaban información adicional sobre asuntos
militares. Tal información debía extraerse de la labor y
conocimientos de las propias representaciones diplomáticas y
consulares en el extranjero. En aquel momento las referencias se
hicieron únicamente a Grecia, Albania y Turquía[64].
La colaboración activa es, sin duda, más significativa. También
está documentada: en febrero de 1936, en un memorándum muy
secreto adornado con la inicial de Canaris, la Abwehr se dirigió a la
Wilhelmstrasse indicando que
en las representaciones diplomáticas alemanas relevantes se ha puesto de manifiesto
para la Abwehr la importancia fundamental de que figure un diplomático familiarizado
con el trabajo y los objetivos especiales de la misma, pero sin exponerse
personalmente…
En todas las representaciones debe introducirse un «responsable de cuestiones
militares» (servicio Abwehr) en estrecho contacto con esta, a quien se le informará
sobre el trabajo que se realice en el país en cuestión… Con tanta frecuencia como le
sea posible, por ejemplo, en caso de que venga a Berlín, deberá informar a la Abwehr,
la apoyará en lo que pueda… En caso de que se produzca una crisis imprevista o una
guerra deberá —y esto es lo más importante— permanecer en su puesto en un primer
momento…
Un avión en Tetuán
Esta carta fue escrita una vez terminada la Guerra Civil, con ocasión
de un acto burocrático-protocolario y contiene un error y una reserva
difícilmente explicables. Von Blomberg había sido, desde el 20 de
abril de 1936 (cumpleaños de Hitler), el primer mariscal de la
Wehrmacht y su ascenso un acto político importante de cara a las
fuerzas armadas (aunque en 1939 ya estuviese en desgracia). El
título que le correspondía es el que se utilizaba normalmente en
conexión con él. No se olvidaba que su ascenso a tal categoría iba
en contra de la tradición prusiana de no realizarlo en tiempos de
paz. Göring asciende en febrero de 1938. Por otra parte, tampoco
se entiende la reserva porque, cuando se escribió la carta, la Legión
Cóndor ya había vuelto de España, la intervención alemana en la
Guerra Civil era del dominio público y muy ensalzada y, sobre todo,
el partido nazi y las SS habían ya dado el asalto con éxito a la
Wilhelmstrasse en la que, por ejemplo, Bohle mismo se había
convertido en secretario de Estado[30].
Con todo, la nota anterior ha sido asumida completa y
acríticamente por la literatura. La especulación se ha cebado en la
figura del almirante (en quien suele divisarse a Canaris). Sin
embargo, si hubo un error en el grado de von Blomberg, ¿no lo
habría habido también en el del representante de la Marina? En
cualquier caso, hasta que Bernhardt no desgranó sus recuerdos
ante quien estas líneas escribe no se había rellenado la cadena de
transmisión entre la misión y Bohle, Bohle y Hess, Hess y Hitler.
Posteriormente, con mayor lujo de detalles, Abendroth, siguiendo a
Bernhardt, detalló el proceso.
Brevemente resumida, la historia que refiere Abendroth es como
sigue:
Dejando a Arranz atrás, para que tomase contacto con los
círculos españoles en Berlín, Bernhardt y Langenheim se dirigieron,
al día siguiente de aterrizar, a la AO. En el viaje, Bernhardt había
memorizado un discurso que recitó a Bohle. Este se mostró
reticente en un principio, ya que al darse cuenta de la importancia
del caso no quiso cometer errores. Tras escuchar con atención,
pasó a un despacho contiguo desde donde celebró varias
conversaciones telefónicas, empezando por Dieckhoff y terminando
con Rudolf Hess.
Este último se declaró dispuesto a hablar con los emisarios.
Bernhardt y Langenheim se dirigieron al aeropuerto de Gatow,
donde tomaron el avión privado de Hess. Fueron a la finca de sus
padres, en Reicholdsgrün, en Turingia, en donde el lugarteniente del
Führer para asuntos del partido estaba pasando sus vacaciones.
Les acompañaban el Dr. Kraneck, jefe del departamento jurídico de
la AO, su adjunto Robert Fischer y Burbach.
Rudolf Hess recibió a los viajeros y escuchó, sin pestañear, el
discurso memorizado de Bernhardt. Sólo Kraneck estuvo presente
en la entrevista. Después aguardaron todos tomando una pequeña
colación hasta que Hess, tras varias llamadas telefónicas, salió a
decirles que Hitler les vería aquella misma noche[31].
Así pues, la cadena de causalidad es clara: Bernhardt-Bohle-
Hess. Langenheim y los miembros de la AO desaparecen por
completo. Quien convence a Bohle y quien convence a Hess es una
y la misma persona: Bernhardt.
Es sospechosa esta reconstrucción. ¿Por qué se negarían Bohle
y Hess a escuchar a Langenheim, que era al fin y al cabo el jefe del
grupúsculo nazi en Tetuán? ¿Por qué habrían de estar los hombres
de la AO como convidados de piedra? ¿Por qué habría Hess de
entrevistarse a solas con Bernhardt? Ya en los años setenta, no di
respuesta a estas cuestiones.
Sin embargo, un afán de protagonismo en la narración parece
evidente. Pero, a efectos dialécticos, pongámonos en la perspectiva
de los emisarios el 24 de julio de 1936, recién llegados a Berlín.
Desde este ángulo parece obvio que uno de los puntos de
referencia inmediatos debía ser la AO, de cuyas estructuras
dependían tanto Langenheim como Bernhardt en su calidad de
cargos orgánicos del partido nacional-socialista en Tetuán.
Dirigirse a la AO tenía sentido y así ocurrió. Desde que
Bernhardt empezó a desgranar sus recuerdos se ha dado por hecho
que él fue el motor de la misión y a través de la AO exclusivamente.
Sin embargo, las investigaciones de Döscher dan que pensar. En
unos momentos en que las SS pasaban a ocupar los resortes del
poder del Estado, ¿cabría pensar que uno de sus colaboradores en
Tetuán, a través de aquella elite dentro de la elite que era el SD,
llegara a Berlín y no se pusiera en contacto con él? La conexión con
el SD era la gran carta de Bernhardt: ¿por qué no la jugó?
Naturalmente, hablar en los años setenta de una colaboración
con el SD no facilitaría pasar a la historia con una cierta imagen.
Quizá fuera mejor silenciarla, tarea tanto más fácil de realizar cuanto
que los archivos del SD han desaparecido prácticamente para el
período en cuestión. Incluso los legajos con documentación muy
confidencial de la Wilhelmstrasse sufrieron pérdidas
considerables[32].
Pero no estará de más recordar que, en España, Bernhardt
empezó a utilizar el uniforme negro de las SS tan pronto como
ingresó en ellas. Se conservan fotos en tal guisa con ocasión de
importantes ceremonias o actos protocolarios. Esto lleva a pensar
que probablemente tuvo una preferencia con respecto a dicho
uniforme, en comparación con el de color pardo del partido. Que
hubiera estado ligado de una u otra manera al SD y que no hiciera
uso de sus contactos en el Berlín de 1936 raya en lo inverosímil.
Aun así, esta hipótesis es indemostrable. No se ha encontrado
documentación alguna que ligue la llegada de la misión con el SD.
Para apuntalar la noción de que los recuerdos de Bernhardt no son
necesariamente un reflejo exacto del pasado es preciso demostrar
que, por cualesquiera razones (entre las que no cabe descartar el
autoensalzamiento), contienen afirmaciones discutibles.
Desde esta perspectiva, hoy es posible indicar que al menos una
parte de los recuerdos de Bernhardt no es inatacable, en base a
nueva evidencia, aunque, eso sí, de carácter circunstancial.
Procede esta evidencia de las manifestaciones hechas por
Friedhelm Burbach al Jefe del Estado español, general Franco, en
un escrito rezumante de pleitesía del 12 de abril de 1946. Habíamos
dejado a Burbach en Berlín, en el capítulo 2 de esta obra, como
responsable en la dirección de la AO para los asuntos de España.
Tras el colapso del Tercer Reich fue, también, uno de los alemanes
que se enfrentaban con la posibilidad de repatriación forzosa por
parte de los aliados a una Alemania en ruinas[33].
A su escrito a Franco, Burbach adjuntó tres declaraciones
juradas. La primera era, afirmó, un «fiel reflejo de la verdad» y «una
página inédita del momento más crucial de la historia de España y
que muy pocas personas conocen». Se trataba de «hechos que yo
hubiese querido ocultar pero que pueden servir para mi defensa».
En esa primera declaración Burbach, «ante Dios y por su honor»,
juró que «su intervención en los históricos hechos de la obtención
de la ayuda militar del Reich a la causa española fue rigurosamente
en la forma siguiente».
En primer lugar, debido a sus conocimientos sobre España, «en
donde yo había vivido durante quince años dedicado al comercio,
después de la Primera Guerra Mundial, y cuyos problemas conocía
a fondo, lo mismo que los de Portugal, por idénticas razones, se me
concedió en 1934 un puesto en la dirección del servicio exterior del
partido, en relación con los asuntos referentes a estos dos países
con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania. Por esta
circunstancia, y por mi constante relación con este Ministerio, estaba
perfectamente enterado de la situación de España en todo
momento, lo cual nos era comunicado constantemente por la
embajada de Madrid».
Nada de esto es chocante y coincide con los datos biográficos de
que dispone el Archivo Político del Ministerio de Negocios
Extranjeros alemán. Burbach, en efecto, aparece por primera vez en
España en marzo de 1920, en Barcelona. A finales de este año se
desplazó a Bilbao y luego a Vigo. En 1923 pasó a Oporto. En junio
de 1933 volvió a Alemania y en 1934 ocupó, efectivamente, el cargo
a que aludía en la dirección de la AO.
En el capítulo 2 se han indicado con algún detalle las actividades
de Burbach en la AO, quien, desde tal puesto, había visitado
España con pleno conocimiento de los funcionarios de la
Wilhelmstrasse, en Berlín y en Madrid.
Burbach, en su escrito a Franco, señaló que unos pocos días
después del Alzamiento recibió en Berlín un telegrama particular de
Adolf Langenheim, amigo y conocido suyo, con el ruego de que
esperase su visita en la sede de la AO porque no sabía a qué hora
exacta llegaría. Esta afirmación concuerda con los datos
disponibles, pues se recordará que Langenheim había estado en la
AO pocos meses antes, en abril y mayo de 1936. Que fuera amigo
de Burbach no tiene nada de extraño. Es verosímil que el telegrama
lo enviara Langenheim nada más llegar a la capital del Tercer Reich.
Langenheim se presentó acompañado de dos personas que
Burbach no conocía. Se trataba de un alemán, Bernhardt, y de un
aviador español[34].
Langenheim explicó cuál era su misión y enseñó la carta de
Franco. Burbach respondió que, a pesar del profundo sentimiento
que ello le causaba, «por conocer bien cuál era el alcance del
Movimiento y el peligro en que estaba de ser estrangulado en su
nacimiento», el partido no podía intervenir en asuntos internos de un
país extranjero.
Burbach, no obstante, como conocía «perfectamente las
circunstancias de la Guerra Civil española», y dado que «estaba de
todo corazón al lado del general Franco», replicó que haría todo lo
posible para obtener la ayuda solicitada. Iría a hablar
inmediatamente con Bohle, su superior jerárquico.
Y, en sus explicaciones a Franco, Burbach reprodujo la entrevista
en forma de diálogo.
Voy a exponerle, Sr. Bohle, un caso extraordinario. En mi despacho están tres
mensajeros del general Franco que acaba de sublevarse en España, y que traen una
carta de este general para el Führer. El artículo 1.º de nuestro reglamento del partido
prohíbe taxativamente toda intervención en asuntos interiores de otra Nación, pero esta
guerra de España es el principio de la disputa entre el nacionalista [sic] y las ideas del
orden y la civilización contra el comunismo. Puedo afirmar que conozco el nombre y los
antecedentes del general Franco, el general más joven de España, y conservo todavía
el discurso que pronunció como director de la Academia Militar de Zaragoza, en el cual
resulta un espíritu militar ejemplarísimo.
Como ha indicado Lukacs, para Hitler, «la Realpolitik era una mezcla
de convicciones ideológicas y de cálculos relacionados con el
interés del Estado, en realidad una mezcla que mantuvo hasta el
final y en la cual él, al menos, no divisaba ninguna contradicción».
Así, pues, en modo alguno cabe dejar de lado el motivo
anticomunista en la decisión del 25 de julio.
Ahora bien, existe también el peligro de sobrevalorar los
elementos ideológicos. Para llegar a una mejor comprensión de lo
que, posiblemente, jugara en Bayreuth con Hitler, es necesario
ampliar la visión y destacar otros factores adicionales.
Resumen y conclusiones
PREPARACIÓN Y ORGANIZACIÓN
DE LA PRIMERA AYUDA
Grote añadía:
Los españoles insisten en ruta de Génova a Burgos como posible, ya que los italianos
al parecer también suministran. Las conversaciones anteriores han tenido lugar en el
domicilio particular del ayudante del Consejo de Ministros portugués. Ruego por lo
menos una respuesta urgente[7].
Conclusiones
Tiempo de saldos
Conclusiones finales
WILLIAM BLAKE
PROCEDENCIA DE LAS FOTOGRAFÍAS
A) MATERIAL NO PUBLICADO
Número de
clave asig-
nado en
este trabajo
Archivos alemanes
Europa
1. Spanien 61.—Die politischen Beziehungen zwischen
Spanien und Deutschland: August 1916-November
1916, tomo 7.
Francia
4. Politik 3-Politische Beziehungen zwischen Frankreich
und Spanien: Januar 1920 - Januar 1936, tomo 2.
Marruecos
5. Politik 2A-Diskriminierung der Deutschen in der
französischen Marokko- und Tangerzone: August 1933-
April 1936, tomo 6.
6. Politik 2B-Beschwerden im Zusammenhang mit den
Einreise- und Aufent-haltsbestimmungen in
Französisch-Marokko und in der Tangerzone: Juni
1934-April 1936.
España
7. Allgemeines 3.-Jahresübersichten der deutschen
Auslandsvertretungen: Februar 1928-April 1936.
8. Politik 1-Allgemeine auswärtige Politik: April 1920-
Januar 1936.
9. Politik 2-Politische Beziehungen zu Deutschland: Juni
1922-Dezember 1928, tomo 2.
10. Ibid.: Anfang 1929-April 1936, tomo 3.
11. Politik 5-Innere Politik Parlaments- und Parteiwesen:
Januar 1934-Februar 1935, torno 12.
12. Ibid.: März 1935-Mai 1936, tomo 13.
13. Politik 9-Diplomatische und konsularische Vertretungen
in Deutschland: Mai 1920-Mai 1936.
14. Politik 11 Nr. 3.-Staatsmänner (einschliesslich der
Mitglieder der diplomatischen und konsularische
Auslandsvertretungen): Januar 1921-August 1935,
tomo 2.
15. Politik 12-Pressewesen: Januar 1931-Februar 1936,
tomo 1.
16. Politik 13.-Militärangelegenheiten: Januar 1933-April
1936, tomo, 3.
17. Politik 13 Nr. 8.-Kommandierungen und Studienreisen:
Januar 1928-August 1934.
18. Politik 29.-Nationalsozialismus, Faschismus und
ahnliche Bestrebungen: März 1920-Mai 1936.
Marruecos español
19. Allgemeines 3.-Jahresübersichten der deutschen
Auslandsvertretungen: Februar 1929-Februar 1936.
España
34. Rohstoffe u. Waren. - Erze: Dezember 1926-Februar
1935.
España
56. Po 2-Politische Beziehungen Spaniens zu Deutschland:
Juni 1936-Oktober 1936, tomo 1.
57. Ibid.: Oktober 1936-Dezember 1936, tomo 2.
58. Po 5-Innere Politik, Parlaments- und Parteiwesen: Mai
1936-Juli 1936, tomo 1.
59. Ibid.: Juli 1936, tomo 2.
60. Ibid.: Juli 1936-August 1936, tomo 3.
61. Ibid.: August 1936, tomos 4 a 11 (se identifican por
estos números).
62. Ibid.: Februar 1937-März 1937, tomo 29.
63. Po 52-4-Forderungen, Beschwerden und
Entschädigungsansprüche: Februar 1939-Juli 1940,
tomo 4.
España
72. Handel 11-1. Ein-, Aus- und Durchfuhr. Allgemeines
und Grundsätzliches: Mai 1938-Juni 1938.
73. Handel 11-1 Sp. Kol-Spanische Kolonien. Ein-, Aus-
und Durchfuhr: Januar 1937-Juni 1938.
74. Handel 13-1-Anfragen und Wünsche zum
Handelsvertrag mit Spanien: Juni 1936-Januar 1942.
75. Handel 13A.-Handelsvertragsverhältnis zu
Deutschland: Februar April 1940, tomo 2.
76. Handel 50.-Handelsstatistik: Dezember 1937-
Dezember 1944.
77. Handel 50.-Spanische Kolonien. Handelsstatistik:
September 1936-Mai 1942.
78. Industrie 6A-Die Ausbeutung der spanischen
Erzgruben, Versand der Erze ins Ausland und die
infolge der spanischen Bürgerkrieges daraus
entstandenen Verhandlungen: Januar 1937-Dezember
1938.
79. Roshtoffe und Waren. Früchte: Dezember 1938-Juli
1942.
80. Zollwesen 18-Deutsche Zollbeschwerden: Juni 1936-
Januar 1938.
81. Deutsch-spanische Wirtschaftsverhandlungen und
Wirtschaftsabkommen: Februar (1926) 1933-Dezember
1944.
(NOTA DEL AUTOR: Los anteriores legajos r) y s)
están referenciados en el correspondiente repertorio de
archivo, si bien algunos los menciona Kent en su tercer
tomo).
España
93. Spanien 1-Die Presse in Spanien (ausser in Madrid):
Januar 1918-Dezember 1939, tomo 1.
94. Spanien 4.-Beeinflussung der spanischen Presse:
Presse, Propaganda und allgemeine Angelegenheiten
Spaniens: Februar 1917-Dezember 1934, tomo 2.
95. Ibid.: Januar 1935-November 1938, tomo 3.
96. Spanien 5-Presse. Allgemeines: Januar 1933-August
1939, tomo 4.
Expedientes personales[*]
Otros
Bohle, Ernst Wilhelm
Engelbrechten, Arnold von
Fischer, Robert
Hess, Alfred
Kraneck, Wolfgang
Leitgen, Alfred
Ruberg, Bemhardt
Schmolz, Arthur
Veltjens, Josef
Völckers, Hans-Hermann
Wermke, Kurt
Zuchristian, Walter
Otro material
Expedientes personales
Bertram, Otto
Canaris, Wilhelm
Coupette, Karl
Killinger, Erich
Leissner, Wilhelm
Messerschmidt, Eberhard
Meyer-Döhner, Kurt
Schottky, Hans
Archivos norteamericanos
Archivos británicos
Archivos Españoles
«Documentación roja»
Manuscritos no Publicados.
B) TESTIMONIOS PERSONALES
C) MATERIAL PUBLICADO
Alemania
España
Estados Unidos
Francia
Italia
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University Press, Princeton, 1965 (hte).
JACOBSEN, Hans-Adolf: Nationalsozialistische Aussenpolitik
1933-1938, Alfred Metzner Verlag, Frankfurt/Berlin, 1968.
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Trabajos no publicados