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Este módulo intenta explorar diversas respuestas que el sistema podría dar a estas
demandas, como asimismo mostrar experiencias exitosas de intervención de los actores
del sistema en el tema. En este sentido, se analizará especialmente experiencias del
Ministerio Público en la materia.
Esta noción tradicional acerca de los objetivos del sistema judicial se vinculó a su vez
con algunas estructuras básicas de su organización, fundamentalmente con la idea de
independencia, la que se entendió orientada a preservar al sistema de interferencias o
influencias externas que pudieran apartarlo del cumplimiento de sus objetivos
fundamentales. De este modo, una visión muy clásica acerca del sistema de justicia
penal diría que este debe ser autónomo de toda influencia social, política o económica
externa con el fin de garantizar una aplicación objetiva de la ley penal.
Esta idea tradicional acerca de los sistemas judiciales aparece hoy cuestionada desde
varias perspectivas y resulta indispensable hacerse cargo de ese debate:
La práctica
Una primera crítica a la noción planteada proviene desde la experiencia concreta de la
práctica de los diversos sistemas judiciales en cuanto a su burocratización. Podríamos
expresar esto de la siguiente manera: En la medida que los objetivos de los sistemas
judiciales son muy abstractos estos tienden a perderse de vista, instalándose en el
funcionamiento del sistema una infinidad de ritos y trámites que en realidad se repiten
por inercia más que por su relación con los objetivos originales.
Por otra parte esta noción tradicional entra en colisión con la idea de una moderna
gestión del gasto público, esto es, en la medida en que los sistemas judiciales van
generando gastos crecientes se hace necesario ejercer un control sobre la eficacia y
eficiencia de ese gasto. Si es que los objetivos del sistema son completamente
abstractos y por lo tanto no mensurables, éste control no es posible.
Por último, la crisis del modelo tradicional viene planteada por el surgimiento desde la
sociedad, de un conjunto de demandas muy concretas que se expresan de diversas
maneras y que en los tiempos actuales adquieren tal fuerza que pasan a constituirse en
elementos absolutamente centrales dentro de los que condicionan la evolución del
sistema judicial. Estas diversas demandas dan cuenta de la enorme complejidad de las
sociedades modernas, sus énfasis cambian con mucho dinamismo. Existen mediadores
que a veces las manipulan y algunas de ellas resultan contradictorias entre si. No
obstante, tienen en común el hecho de impactar muy fuertemente a los sistemas de
justicia penal. Sin duda, actualmente la principal de esas demandas proviene de la
creciente preocupación por el delito y la inseguridad que genera, pero también están
presentes otras demandas, entre ellas sigue siendo muy relevante la preocupación por el
respeto a los derechos de los ciudadanos y a las libertades públicas. Asimismo, hay una
clara demanda por una mayor calidad en la prestación de los servicios.
EJEMPLO 1
El primero de ellos corresponde a un extracto de los indicadores subjetivos recopilados
y analizados en el marco del Reporte sobre el estado de la Justicia en las Américas
2002-2003, elaborado por el Centro de Estudios de Justicia de las Américas, disponible
en www.cejamericas.org/reporte , este da cuenta de las crecientes demandas de la
sociedad en materia de preocupación de derechos ciudadanos y libertades públicas:
En el caso de las libertades civiles, la encuesta incluye catorce preguntas. Una parte de
ellas aborda tópicos relativos específicamente al desempeño y funcionamiento del
sistema de justicia, a saber: independencia del poder judicial; prevalencia del Estado de
Derecho en la resolución de las disputas civiles y criminales; igualdad de trato, por parte
de la justicia, para toda la población; condiciones en los recintos penitenciarios;
protección de los derechos de propiedad; y control directo del poder civil a la policía.
Un examen a los resultados de las calificaciones otorgadas a los países de las Américas,
muestra que, en 2001, poco más de la mitad de los estados del continente fueron
clasificados en el estatus de "libres". Haití, en tanto, registró las mayores debilidades
(con 6 puntos), seguido por Venezuela, y, en menor medida, Guatemala y Colombia.
Entre 1996 y 2001, diez países mejoraron su evaluación. Bahamas, Uruguay y Grenada
lograron sumarse al grupo de nueve países que exhiben instituciones considerablemente
respetuosas de las libertades civiles, con judicaturas independientes, bajos niveles de
corrupción y un sistema judicial comparativamente más eficaz que el de los países
vecinos. Junto a ellos aparecen como los mejor evaluados Canadá, Estados Unidos,
Barbados, Belice, y San Vicente y las Granadinas.
EJEMPLO 2
El segundo corresponde a un extracto del texto “El Ministerio Público en la Reforma
Procesal Penal en América Latina: Visión General acerca del Estado de los
Cambios” de Mauricio Duce.
El gran argumento a favor de este punto de vista dice relación con la constatación de
que, hasta ahora, los sistemas de justicia penal latinoamericanos parecen habérselas
arreglado para ser poco garantistas y, a la vez, ineficaces. Es decir, no parece ser
posible en principio atribuir los problemas de eficiencia al exceso de garantías,
consecuentemente no parece lógico presumir que cualquier avance en la eficiencia
del sistema va a ser a costa de un retroceso en las garantías.
Ejemplo:
De esta forma, los problemas de inseguridad deben ser objeto de una identificación
precisa, detallada, ojalá desagregada geográficamente en términos de poder identificar
con precisión que el problema es el aumento de los robos o el desarrollo de secuestros
en tal o cual lugar y con tales o cuales modalidades. Una visión concreta de los
problemas permite una discusión racional acerca de los mismos, evita la generación de
propuestas generales de endurecimiento y permite el desarrollo de propuestas
específicas de respuesta a los problemas concretos .
Así, para graficar lo sostenido comparemos el siguiente trozo con el discurso general
que revisamos con anterioridad .
“A partir de los frecuentes asaltos de que son víctimas cada día los choferes de la
locomoción colectiva en la ciudad, la Federación del Transporte de Locomoción
Colectiva Menor de la misma ciudad, ideó el proyecto "Comuna Segura
Movilización al 100%". Esta iniciativa involucra a cerca de 1.500 colectivos de la
comuna y su objetivo es prevenir los delitos que se producen de manera periódica
en estos vehículos de transporte. Se trata de dotar con un sistema de alarmas
luminosas a todos los colectivos agrupados en la Federación, complementado con
un sistema de comunicación coordinado con la policía, de esta forma los choferes
efectuarán una labor de vigilancia en los sectores que recorren los autos, alertando
las emergencias a la policía en las bases de cada línea. Se estima que esta propuesta
beneficiará a cerca de 163 mil personas de la comuna.”
Autonomía del Ministerio Público y de los fiscales:
Otra cuestión que suele ser bastante problemática cuando se plantea la necesidad de un
posicionamiento estratégico del aparato de persecución penal es la cuestión de la
autonomía tanto de la agencia del Ministerio Público en general como de cada uno de
sus integrantes en particular. La noción más común es la que tiende a asimilar la
necesidad de autonomía de los fiscales y del Ministerio Público a la idea de
independencia judicial, es decir se produce una especie de traspaso cultural desde el
mundo judicial hacia la persecución penal de la noción de que solo la completa
autonomía de los fiscales. El problema que se presenta dice relación con que a
diferencia de los jueces, el Ministerio Público de acuerdo con estos nuevos desarrollos
en su función, está orientado a desarrollar una actividad orientada a la consecución de
objetivos precisos y evaluables. Esto supone que tanto en la definición de esos objetivos
como en la evaluación de su cumplimiento.Un ejemplo que puede ayudar a graficar lo
señalado está constituido por el trozo que a continuación sigue en la siguiente lectura
vinculada:
Por otra parte, el cumplimiento de esa función supone la entrega al Ministerio Público
de recursos públicos, y su utilización también debe estar sujeta a mecanismos de control
no solo formales sino sustanciales en términos de la eficacia en el uso de los recursos, el
desarrollo de programas específicos de persecución, el cumplimiento de metas
etcétera.Es decir, en la medida que entendemos que el Ministerio Público cumple una
función vinculada a la producción de resultados y a la prestación de servicios muy
concretos y evaluables que requiere de crecientes recursos públicos, surge la necesidad
de un sistema de control y de rendición de cuentas intenso frente a la comunidad. Pero
por otra parte sigue también vigente el problema del enorme riesgo de manipulación de
la persecución penal con fines políticos. Para graficar en parte este último punto veamos
a continuación un extracto del Informe de Bolivia del Proyecto de Seguimiento de
CEJA el que contiene una visión bastante problemática del tema del vínculo del
Ministerio Público con las autoridades políticas y los peligros de afectar su autonomía
institucional:
Por último parece necesario plantear la discusión acerca de la visión tradicional que
pretende establecer una distinción muy tajante entre las actividades destinadas a
prevenir el delito y aquellas destinadas a perseguirlo. Según esta visión la actividad de
prevención es una actividad que se desarrolla antes de que el delito ocurra. Se trata de
actividades vinculadas con políticas sociales, educativas, relativas al empleo y
vinculadas al trabajo policial en sus dimensiones de control callejero, de vigilancia y
otras actividades similares. La actividad de persecución por su parte ocurre con
posterioridad a la comisión del delito, es eminentemente reactiva y recae sobre las
agencias judiciales o sobre la policía en su dimensión investigativa.
PREVENCION Y PERSECUCION DEL DELITO PROBLEMA QUE CONLLEVA
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Esta distinción tan tajante es problemática en varios sentidos:
- Pero además esta distinción es problemática porque las estrategias preventivas más
eficaces si bien es cierto se componen muy fuertemente de elementos de carácter
social, como son por ejemplo el refuerzo del sistema educativo o el mejoramiento de
la vigilancia y la iluminación en un cierto lugar por ejemplo, suelen requerir
también de componentes que suponen el uso de la persecución. Por ejemplo,
suprimir de un determinado sector el expendio ilegal de bebidas alcohólicas, a fin de
colaborar con la disminución del alcoholismo juvenil, o poner énfasis en la
exclusión de ciertas conductas especialmente problemáticas de un cierto lugar,
como podría ser el tráfico de drogas en un sector aledaño a un establecimiento
educacional. Pero además, como veremos más adelante, la información acerca de
los delitos que se cometen y sus modalidades es un elemento común necesario a
ambas estrategias.
Por lo tanto, podemos decir que, si bien es cierto la prevención del delito es una
actividad que excede con mucho en su alcance a la persecución del mismo, una
estrategia de persecución adecuada debe conectarse con la prevención de manera
muy directa, primero reconociéndola como uno de sus objetivos y luego
integrándola operativamente para la toma de decisiones. Es decir, las decisiones de
persecución sea que consistan en perseguir o no hacerlo o en buscar ciertos tipos de
solución u otros deben hacerse teniendo en cuenta las necesidades de prevención y
ojalá como parte de una estrategia de prevención.
RESULTADOS
En relación con los resultados es necesario indicar que, en general, los nuevos
desarrollos de la persecución penal han estado fuertemente orientados a la búsqueda
de resultados en dos áreas principales que son: la disminución del crimen y la
disminución del temor al crimen. Como es obvio, se trata de cosas distintas aunque
relacionadas. Mientras la primera se vincula a la posibilidad de lograr una menor
ocurrencia de delitos la segunda se refiere a la percepción subjetiva de la seguridad.
En cualquiera de estos dos niveles es necesario formular objetivos muy precisos que
sean evaluables, esto es, que permitan determinar si es que a partir de la actividad de
persecución desarrollada se consiguen o no cambios. En ese sentido no parece
razonable fijar objetivos generales como la reducción de la tasa de criminalidad
debido a que difícilmente una estrategia puede cubrir un espectro tan amplio de
circunstancias. Por otra parte, el conjunto de variables que pueden influir en algo tan
general son inmanejables. Parece necesario entonces determinar objetivos mucho
más acotados como puede ser reducir el número de cierto tipo de delitos o mejorar
la seguridad en un cierto lugar de la ciudad, o en el terreno subjetivo, mejorar la
percepción que los ciudadanos tienen del propio sistema de justicia, u otorgar una
mayor visibilidad al trabajo de los fiscales.
Otros objetivos:
Este tipo de aproximaciones estratégicas suelen vincularse con dos ideas muy
importantes. Por una parte se suele hablar de una persecución penal orientada a
los problemas, esto quiere decir que el trabajo de la persecución debe ser capaz
de trascender la mera tramitación de cada caso y debe poder mirar la realidad
social de la estos provienen siendo capaz de identificar las situaciones que los
generan y a partir de esa identificación de los problemas debe poder diseñar
soluciones que en lo posible contribuyan a resolver, o a lo menos a mitigar, la
situación de fondo que genera los incidentes.
El rol que al Ministerio Público quepa en este tipo de estrategias es muy variable. Es
posible pensar que en algunos casos la estrategia provenga de otros actores como el
gobierno local o la policía. De hecho, estas ideas surgieron en el mundo anglosajón
vinculadas, en primer lugar, al trabajo policial y en ese contexto es más bien la policía
quien lidera la aproximación a los problemas y a la comunidad, y la fiscalía acompaña
ese desarrollo con posterioridad. Pero también es posible concebir que la fiscalía asuma
un mayor liderazgo en una aproximación estratégica y que sea ella quien convoque a los
demás actores necesarios para una aproximación preventiva en la cual la persecución se
ponga al servicio de un trabajo de más amplio alcance.
Estas ideas han dado lugar a lo que se conoce como community prosecution. A
continuación sigue un texto que explica las principales características de este
movimiento:
Dicho de otro modo, aparentemente los delitos no surgen en una ciudad o en una
comunidad de manera completamente aleatoria. Por el contrario, pareciera ser
que a lo menos una gran porción de ellos se vincula a un conjunto relativamente
pequeño de personas, circunstancias o lugares y pareciera entonces que el modo
mas productivo de enfrentarlos tiene que ver con la identificación de esos
factores comunes que son muy concretos y que una vez identificados pueden
pasar a constituirse en problemas que pueden ser abordados por medio de una
estrategia de respuesta que apunte a solucionarlos o al menos a limitarse efectos.
AUTORES REITERANTES
En relación con los autores reiterantes, en el recuadro n° 1 podemos ver como
una fiscalía local plantea que su estrategia principal consiste en identificar a un
conjunto de sujetos que se consideran responsables de un gran número de delitos
para intentar controlarlos de manera eficaz. En este tipo de aproximación el foco
de atención pasa entonces desde los incidentes individuales a ciertos sujetos a
los que se busca controlar. Este tipo de estrategia supone varias cosas, por
ejemplo, que en la asignación de tareas de establezcan claras responsabilidades
en cuanto al seguimiento de ciertos sujetos, segundo, que se cuente con una gran
cantidad de información acumulada acerca de las personas involucradas en los
hechos delictivos y que esa información este disponible para los fiscales. Esto
por supuesto va mucho más allá de los métodos tradicionales de acumulación de
antecedentes criminales que se elaboran para ciertos efectos legales. Se trata
aquí de usar la tecnología para acumular toda la información que pueda ser
relevante aunque no tenga efectos legales. Entonces importan no solo las
sentencias y procesamientos sino todos los contactos con el sistema,
incluyéndose detenciones, denuncias, datos sobre domicilio, cambios del mismo,
datos de los servicios de salud, educativos, de otros aparatos de control como
tributarios, salidas del país y cualquiera otra que sea relevante para conocer sus
actividades, saber cuales son sus conductas controlarlas.
Recuadro N° 1:
Hace poco iniciamos un equipo que reúne a varias agencias y a los ciudadanos
para ayudar a las víctimas mayores de abuso financiero que presentan casos
complejos. Empezamos el primer Equipo Interdisciplinario de Estudio de
Muertes de Adultos Mayores en el país. El equipo revisa casos cerrados que son
sospechosos o ameritan más atención, y promovemos legislación para hacer
confidenciales los informes del equipo.
Nuestro personal también está especialmente capacitado para colaborar con las
agencias policiales en las entrevistas a adultos mayores y dependientes que han
sido víctimas de crímenes.
Recuadro N° 3:
Originalmente esta propiedad fue utilizada como un negocio que operaba bajo el
nombre “Rick’s Billards”. Más allá de su supuesta operación como salón de
billares, fue utilizado como una base para la venta y uso de heroína, actividad
que generaba mucho tráfico de peatones y autos, y numerosas detenciones por
heroína y otras drogas dentro y fuera de la propiedad. El tráfico y venta de
drogas relacionados con esta propiedad salió a las calles, causando grupos de
vendedores de heroína y drogadictos, los que se congregaban en la Cuadra 600
de T Street, N.W. En un período de 5 años hubo más de 50 detenciones en el
624 T Street N.W.; 37 eran relacionadas con droga, 34 de las cuáles tenían que
ver con heroína. Hubo unas 85 detenciones más justo afuera de la propiedad en
la Cuadra 600 de T Street, N.W. Más de 60 de éstas eran relacionadas con droga,
de las cuales más de 50 con heroína. En 1999, un registro o allanamiento de la
propiedad resultó con tres detenciones y una incautación de heroína dentro del
edificio. Básicamente, los miembros de la comunidad y los policías habían visto
como por años alrededor de la propiedad se efectuaban transacciones y se
consumía drogas, sin preocuparse por el efecto negativo que ello tenía en la
comunidad. El equipo especializado de la United States Attorney’s Office se
contactó con el dueño de la propiedad y le informó de su intención de presentar
un caso civil bajo el estatuto de Nuisance Abatement. El dueño vendió la
propiedad luego de recibir la notificación, y ahora hay un nuevo negocio
llamado Café Mawonaj en su lugar.
CONTACTO CON LA COMUNIDAD
Buena parte de las estrategias y planes descritos operan sobre la base que el
Ministerio Público es capaz de desarrollar una relación intensa con la comunidad
para poder recibir información de primera mano acerca de las demandas y
necesidades de la misma, como también acerca del tipo de intervenciones que
resulta necesario realizar para superar los problemas que enfrenta esa comunidad
específica. Las formas de lograr ese tipo de interacción son múltiples y existen
diversas experiencias en la región que dan cuenta de éxito en la materia.
Extracto
Dirección de Política Criminal y Criminología
AVANCES EN LA IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN NACIONAL DE
PREVENCIÓN DEL DELITO Y SEGURIDAD CIUDADANA
Un ejemplo de organización
En Paraguay durante la década del noventa se ha producido un crecimiento de la
inseguridad urbana. De acuerdo a las estadísticas policiales, de 1.990 a 2.000 el
total de hechos delictivos denunciados en el país aumentó de 9.560 a 24.565, es
decir, un crecimiento superior al 100%. Paralelamente aumentaron los llamados
delitos callejeros o predatorios, junto a la sensación de inseguridad de la
ciudadanía. Ante esta realidad, desde finales del 2.001, el Ministerio Público ha
impulsado el “Plan Nacional de Prevención del Delito y Seguridad Ciudadana”.
Así como reciben bastante apoyo de los vecinos, también tropiezan con la poca
concientización y el desinterés de algunos. Continuó diciéndonos el Sr. Nelson
Cardozo que los directivos de la Coordinadora reciben amenazas directa e
indirectamente, de los que se sienten amenazados ante esta labor. A veces son
atropellados y amedrentados por las personas que desean desacreditar el trabajo
de la Coordinadora. Pero ante esta situación, estos valientes vecinos, bien
organizados, se sienten firmes y seguros; “ya hemos denunciado a la Fiscalía
estos hechos”.
Se obtendrán:
1. datos sociodemográficos de las familias de la zona,
2. las percepciones con respecto a la seguridad en el barrio y el nivel de
confianza en las instituciones (Fiscalía, Policía, Justicia),
3. una visión de los datos básicos sobre victimización (datos sobre víctimas
de delitos penales).
Los censistas recibieron un certificado con la firma del Fiscal General del
Estado, por el trabajo realizado.
Las perspectivas
Las actividades organizadas por los vecinos entorno al Plan Piloto, es la fuente
de ingreso de la Coordinadora. El objetivo más próximo es el de construir una
caseta policial que cuente con los recursos necesarios para su buen
funcionamiento y con el tiempo se convertirá en un puesto policial.
Se organizaron dos Comités Juveniles y se trabaja para crear un Departamento
de Asuntos Juveniles, dentro de la Coordinadora. Además de esto, desean
capacitar a las personas que integran las Comisiones Vecinales. La prensa los va
conociendo y reciben invitaciones (de Luque y Villeta) para compartir sus
experiencias en esta organización.
Implementar una mesa de trabajo con la Diócesis de San Miguel, José C. Paz y
Malvinas Argentinas es otra de las aspiraciones a concretar.
Veamos ahora un ejemplo más sofisticado en el cual se explica una estrategia de
persecución penal más compleja en la que se han incorporado varios de los
aspectos específicos explicados en esta lección. Esta experiencia ha sido
desarrollada por la denominada Unidad de Focos Delictuales de la Fiscalía
Regional Metropolitana Norte de Santiago de Chile. El documento que usted
revisará es la cuenta pública presentada para evaluar la gestión de dicha unidad
durante el año 2006.