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El decano cerró su intervención con una imagen de Miguel sonriendo y dijeron que
siempre estaba así. En el Chocó la gente vive con esperanza, no con rabia.
Tienen todo lo que les da la naturaleza y les falta casi todo lo que el Estado tiene
que proveer, y para ayudar algún día a suplir eso Miguel regresaba a Bogotá a
seguir su carrera.
Ahí estaban reunidos los líderes de los recientes paros del Pacífico con
estudiantes y profesores, y se preguntaban: economía ¿para quién?
Los economistas que desde los años 70 han desfilado por Planeación Nacional y
el Ministerio de Hacienda no han tenido una sola idea eficaz para cambiar la
situación de la gente del Pacífico. Algunos programas han servido de paliativo
para la pobreza endémica, pero no han promovido el desarrollo y ahora
recorremos el mismo camino.
Nadie propone nada concreto para el corto plazo. Los economistas no proponen
algo para los 1.824 jóvenes que se quedan por fuera de los programas que ofrece
el SENA en Quibdó cada semestre. ¡Se inscriben 2.794 para un cupo de algo más
de 1.000, y finalmente se forman menos de 900!
La única opción de generar empleo requiere que los economistas entiendan que
las condiciones de desigualdad a las que tienen sometidos a los habitantes del
Pacífico requieren acciones afirmativas, que ellos llaman subsidios. A esos
funcionarios de Hacienda y Planeación que creen que esas medidas distorsionan
el mercado habrá que explicarles que allá no funcionan las reglas del mercado
como se las enseñaron donde hicieron su posgrado.
Habrá que contarles que con un pequeño subsidio en Quibdó funciona hoy un call
center, que es la empresa privada que más empleos formales tiene en esa ciudad,
y que si hubieran permitido que se aplicaran otro tanto de subsidios, hubieran
podido dar trabajo estable a la cuarta parte de los que golpearon las puertas del
SENA y les dijeron que no había cupo.
Esos mismos son los que tienen bloqueados los decretos reglamentarios
necesarios para echar a andar los incentivos tributarios que se aprobaron en la
reforma tributaria para promover la localización empresarial en las zonas más
afectadas por el conflicto.
Miguel les hubiera podido explicar, pero se lo llevó el mismo abismo que se llevó a
11 hace un año y a 40 y tantos hace cinco, y un largo etc., que ha llevado incluso
a que se condene al Invías a “ejecutar las obras necesarias en el trayecto La
Mansa-Quibdó, para que en lo sucesivo no ocurran más accidentes de tránsito”, y
a realizar “un acto público en Quibdó en el que se reconozca la responsabilidad,
en el cual presenten ante la comunidad los proyectos de obras que se ordenen
realizar”.
En la práctica, los condenados siguen siendo los que tienen que transitar por la
“trocha de la muerte” para ir a buscar a Medellín un médico especialista que no se
consigue en Quibdó o una universidad acreditada que no hay en todo el Pacífico, y
lo tienen que hacer por vía terrestre porque el tiquete de avión cuesta en promedio
el doble de lo que cuesta uno de Bogotá a Cartagena. ¡Y a los economistas les
parece que pensar una forma de subsidio mientras terminan la carretera -que
llevan 114 años haciendo- distorsiona el mercado!
Ayer, ahí en la meca de las políticas económicas de los últimos sesenta años,
parecía que su acercamiento al Pacífico y la ilusión de Miguel les ha hecho
entender.
Segunda lectura
La reactivación económica de
Latinoamérica: entre necesidad y el miedo
Los países siguen en su proceso lento de reapertura de sectores claves como el comercio y
el turismo.
Portafolio
La reactivación económica en América Latina, que se da hoy por necesidad más no por una
reducción significativa en los casos del coronavirus, avanza tímidamente en la región, en
donde la enfermedad ha infectado a 7,6 millones de personas y amenaza con hacerla
retroceder socialmente dos décadas.
En el continente, Estados Unidos se mantiene como el territorio con más casos (6,1
millones), seguido por Brasil con 4,1 millones de contagios. Del listado de los 10 países
más afectados por el coronavirus también hacen parte Perú (683.000 infectados),
Colombia (658.000), México (629.000) y Argentina (471.000).
Debido a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado que esta región sufra un
decrecimiento del 9,4%, Grynspan ha dicho que le preocupa "enormemente" que las brechas
sociales aumenten en lugar de disminuir. Por ello, considera que Latinoamérica será la segunda
región más lesionada económicamente detrás de Europa.
Precisamente, para tratar de levantar la cabeza y hacerle el quite a la pobreza aún en medio de
la paliza que la covid-19 le da actualmente al continente, los países siguen en su proceso de
reapertura de sectores claves como el comercio y el turismo.
En Estados Unidos, que ha tenido que enfrentar al virus en plena campaña electoral y con las
revueltas sociales en las calles, el presidente Donald Trump aseguró que se vive la "recuperación
más rápida" del mercado laboral, y prometió crear 10 millones de empleos en 2021 si logra la
reelección el próximo noviembre. Trump destacó que el mes pasado la economía estadounidense
añadió 1,4 millones de empleos, lo que representa 10,6 millones de puestos de trabajo nuevos
desde mayo pasado. A pesar de ello, a la fecha sólo alrededor de la mitad de los 22 millones de
empleos que se perdieron durante la pandemia se han recuperado.
Por su parte, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, señaló que los casos comienzan a registrar
un incremento tras varios días de retrocesos en las cifras diarias y comentó que el alza podría
deberse a la reapertura de la económica. "Los resultados totales deberían estar ya influenciados
por la reapertura económica, pero aún no se pueden acreditar totalmente a la misma.
Lógicamente, al incrementar la circulación de las personas aumenta la circulación del virus y el
riesgo de contagio es mucho mayor", dijo el mandatario del país centroamericano, que acumula
26.413 casos, de los que han fallecido 764 personas.
Las playas y parques de casi todo Brasil volvieron a llenarse este lunes, una jornada festiva por el
Día de la Independencia del país que ya ha visto morir a 127.000 de sus pobladores por el virus.
Aún así, en Río de Janeiro, el litoral de Sao Paulo y muchas ciudades del noreste la gente hizo caso
omiso a las medidas de prevención, como el distanciamiento social para contener a la pandemia.
Mientras tanto, luego de que el Gobierno de Perú anunciara la semana pasada que el próximo 1
de octubre se reanudarán los vuelos internacionales, surgieron divergencias por la opinión
contraria del Ministerio de Salud a reabrir las fronteras y reactivar el turismo, uno de los pilares de
la economía nacional.
"Los viajes deben ser por razones de salud, de trabajo o por algún traslado urgente. Tenemos que
consolidar las medidas de prevención. Hay que bajar más la transmisión del virus. Hay zonas
donde la epidemia no ha llegado y el movimiento de personas puede favorecer que vaya hacia un
lugar lejano", apuntó el viceministro de Salud, Luis Suárez. El funcionario aclaró que aunque "es
duro" y los peruanos necesitan "reactivar la economía", es urgente "proteger a la población en las
zonas más dispersas, donde no ha llegado la pandemia y no convertirnos nosotros mismos en
vectores de la diseminación".
También, Argentina, que roza las 10.000 muertes por covid-19 tras casi seis meses de medidas de
confinamiento, abrió al público las terrazas en Buenos Aires. "Es muy importante comprender que
llevamos seis meses de este esfuerzo colectivo y hay mucha gente que ya no puede acompañar
con las políticas de la cuarentena original", remarcó el ministro local de Salud, Fernán Quirós, al
referirse a la decisión de las autoridades locales de permitir servir en mesas en las calles, con
protocolos de bioseguridad. Sin embargo, el titular de Salud provincial, Daniel Gollán, consideró
que la reapertura "es aumentar la circulación, que es aumentar la cantidad de casos en un
momento donde hay muchos y la curva no decrece".