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Los Cuenta Cuentos

Educación para la democracia


Mtro. Gabriel Dueñas
Yo no sé muchas cosas es verdad.
Pero me han dormido con todos los
cuentos…
Y sé todos los cuentos…
León Felipe

El cuentacuentos, desde la praxis literaria, es una persona especializada en narrar


historias o sea un narrador de cuentos. Pero a los que quiero referirme, es a los
cuentacuentos de arriba, a esos que ostentan el poder y asumen la hegemonía de
contar los cuentos para embrutecer y manipular a los de abajo. Existen los otros
cuentacuentos que aparecen como plaga, en tiempos de guerra (casi siempre
sucia) en los que se disputan el triunfo por ser los mejores manipuladores y
mediatizadores confrontándose para ver quien es el mejor cuentacuentos.
La batalla por lograr la victoria en este combate a muerte, en el territorio de las
ilusiones vanas y las esperanzas perdidas, ni siquiera es por las conciencias de
los sujetos, objetos de los bombardeos mediáticos y de los flamígeros discursos –
promesas, sino por la alineación acrítica para que depositen sus cuentos en la
urna donde se cocina en bandeja de plata, el gran cuento de la democracia
pervertida, que trasmutara en la alquimia de la demagogia de los cuentacuentos,
que gloriosos ondearan desde el poder las banderas farisaicas para hacer de sus
promesas el gran cuento de nunca acabar. El cuento de los de abajo en el país de
las maravillas, mientras el cuentacuentos acumula las regalías por haber triunfado
en la tierra de los que no ven, de los que no escuchan, de los que no tienen voz.
El insigne José Mujica, el emblemático Presidente de Uruguay (2010 – 2014), que
llego al poder sin necesidad de contar cuentos para mediatizar a su pueblo,
haciendo una campaña autentica, sostenida por una historia de luchas y
compromisos con los de abajo.
La elección por Mujica del electorado Uruguayo, nos da una lección de lo que
esperaríamos de nuestros políticos mexicanos. Como la afirma Julia Barceló en su
análisis sobre la figura de José Mujica, cuando apunta que:
Mujica se distanciaría así de la imagen socialmente compartida del político
tradicional y de las formas tradicionales de hacer política. En este sentido, la
adhesión de una parte significativa del electorado a Mujica puede interpretarse
como una aceptación de la gente hacia nuevas formas de hacer política, o bien,
como señala Pablo Da Silveira, como el “rechazo de mucha gente a las formas
tradicionales de hacer política”.1
1
https://core.ac.uk/download/pdf/234706712.pdf
La gran interrogante es ¿Por qué a pesar de haber sido siempre y tantas veces
burlado, manipulado, vendido y corrompido el ciudadano con el poder de elegir
con su voto, sigue votando por sus propios verdugos políticos que lo mantendrán
en la mentira del otro México de riquezas, que nunca les llegara, más que migajas
para su sobrevivencia en medio de pobrezas y de eternas crisis sociales, políticas
y económicas?
Es en este punto donde se conecta el tema de la educación para la democracia,
como pedagogía ciudadana, que no solo debe suceder en los espacios escolares
de todos lo niveles, sino en las familias, en las calles y en las ciudades.
Una educación que forme a sus alumnos, en habilidades sociales y políticas,
comprendidas como herramientas cognitivas y de conciencia para comprender
críticamente a su mundo y a su sociedad. Una pedagogía ciudadana que eduque
en y para los derechos humanos, que construya conciencia por la paz, por el
cuidado del medioambiente, en la solidaridad humana, en la convivencia pacifica y
en la práctica social de una cultura de la legalidad.
Como bien lo señala la Filosofa Norteamericana Martha Nussbaum (2005), cuando
dice que:
En una sociedad en la que la deficiencia democrática se mantiene en auge en aras a
mantener a la población ignorante y ajena a la toma de decisiones políticas, una correcta
puesta en práctica de la educación democrática supone una baza relevante en lo que a
mejora de la participación ciudadana se refiere.

La escuela, como decía la Maestra Silvia Conde, debe educar en democracia para
una sociedad no democrática.
Educar para la democracia, significa un desafío para la política educativa, para las
comunidades escolares y para las familias, Sin embargo, es la única posibilidad de
apostarle a educar a una nueva generación de ciudadanos críticos, participativos,
consciente de tener el poder para cambiar la cultura de la demagogia como
práctica política de políticos tradicionales, por una cultura de participación
ciudadana democrática.
Volveremos a escuchar los mismo cuentacuentos con sus mismos cuentos sobre
las promesas de bienestar y justicia social, modelos económicos progresistas,
combate a la corrupción y a la impunidad, combate a la pobreza, recuperación de
la paz, reconstrucción nacional, impulso a la democracia ciudadana, por una
economía para la inclusión y el bienestar y así hasta el infinito.
La construcción de una nueva práctica política, que reivindique la dignidad
humana tanto de políticos como de ciudadanos, cumple su parte en impulsar una
educación para la democracia.
Esperemos que los cuentacuentos escuchen estas palabras del poeta español
León Felipe:
.
SE TODOS LOS CUENTOS
Yo no sé muchas cosas, es verdad

Digo tan sólo lo que he visto.

Y he visto:

que la cuna del hombre la mecen con cuentos…

Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…

Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…

Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…

Y que el miedo del hombre

ha inventado todos los cuentos.

Yo no sé muchas cosas es verdad.

Pero me han dormido con todos los cuentos…

Y sé todos los cuentos.

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