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Tema 4

Tema 4
Limpieza y tratamiento de muebles de madera, cuero y tapizados
LA MADERA: es un complejo tejido que sirve como soporte y permite la circulación
del agua y nutrientes a las plantas superiores (árboles y arbustos). Está compuesta
por diferentes materias (dependiendo de las especies): celulosa, lignina, resina,
almidón, taninos y azúcares. Es, por tanto, una materia viva que, al igual que los
árboles y arbustos de los que forma parte, sufre una serie de cambios y
transformaciones que provocan su crecimiento, desarrollo y muerte.

La madera cortada es secada y convenientemente tratada para su posterior empleo en


la fabricación de mobiliario u objetos varios. Sin embargo, su característica principal, la
materia orgánica que una vez estuvo viva, condiciona su uso, restauración y
conservación.

El punto de partida para una adecuada conservación de elementos realizados en


madera es el conocimiento de la misma. Es necesario conocer la madera empleada
para su confección, el sistema constructivo, los accesorios añadidos, la decoración y el
acabado, así como los problemas que presenta.

La madera y el sistema constructivo definen la calidad del objeto o mueble y son


fundamentales para el conocimiento de la obra. El conocimiento de los principales
deterioros y problemas que le afectan ayuda a escoger, según sea cada caso, la
solución más adecuada.

MUEBLES DE MADERA

Las maderas pueden dividirse, a grandes rasgos, en dos grupos:

- Maderas blandas: tienen menor peso específico, pero no siempre son más
fáciles de trabajar. Comunes y muy extendidas son las maderas de abeto, pino,
etc. Se utilizan sobre todo para construir bastidores de muebles, estructuras de
carga, vigas y para trabajos de carpintería toscos.
- Maderas duras: al que pertenecen el nogal, el arce, el fresno, la teca, el haya,
la caoba y otras maderas, es el más apreciado.

A la hora de limpiar el mobiliario, no hay que confundir la madera natural con


melaminas u otros componentes artificiales que imitan a la madera.

Hoy en día, debido a los costes de la madera natural y a las nuevas técnicas, se han
creado paneles que imitan las distintas chapas de madera natural, pero en realidad no
lo son. Obviamente, estas chapas artificiales (generalmente melaminas) requieren
unos cuidados menos rigurosos con respecto a las chapas naturales, ya que un
producto artificial siempre se verá afectado en menor medida por los factores
ambientales.

Las maderas de interior (roble, pino, cerezo, arce, fresno, nogal, etc.) se presentan
siempre barnizadas y con dos acabados:

- ‘poro abierto’ (tiene un aspecto más natural y es rugoso al tacto)


- ‘poro cerrado’ (más uniformes y de tacto liso).

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Las maderas de exterior son de ‘poro abierto’ y suelen ser de teca, iroko o tropicales;
resisten a las inclemencias del tiempo y no están barnizadas.

Para las maderas de ‘poro abierto’ hay que utilizar un limpiador jabonoso, y para las de
‘poro cerrado’, un limpiador de muebles específico con ceras.

Independientemente de la madera que se vaya a limpiar, en términos generales la


madera se puede presentar en distintos estados: (Natural, Barnizada, Pintada)

Los barnices, esmaltes y pintura, además de atenuar las virtudes de la madera,


también pueden causar alergias. Un buen sustituto de estos productos es el aceite de
linaza, la cera de abeja o el carbonato sódico.

MADERA NATURAL ENCERADA: lo ideal siempre es usar una bayeta (de algodón)
humedecida en agua con vinagre. También frotando la superficie con una bayeta (de
algodón preferentemente) impregnada en aguarrás o en esencia de trementina, para
quitar la suciedad. Después, se saca brillo con un paño seco

Se mantienen limpios y brillantes repasando con un paño empapado en leche caliente,


posteriormente se le aplica una capa de cera (previamente calentada para que penetre
mejor en las ranuras) y se le sacará brillo con un paño, preferentemente de lana.

El encerado debe ser objeto de revisión periódica, a fin de proteger e impermeabilizar


la madera.

Para su limpieza diaria, bastará con eliminar el polvo con una gamuza impregnada en
alguna solución anti-polvo.

Si por el contrario, lo que se pretende es eliminar alguna mancha, la solución depende


de la naturaleza de la mancha.

Manchas en madera natural encerada:

Si la mancha es de grasa, o aceite (muebles de cocina) se frotará con un paño que


previamente se habrá impregnado con una solución de aguarrás, esencia de
trementina o gasolina de mechero. Esta misma técnica se utiliza también con las
manchas de cera, fruta, vino o café.

Si la mancha es de tinta, utilizaremos papel secante y alcohol de quemar, si aún


quedasen restos, se lijará la madera con un papel de lija fino antes de volver a
encerarlo.

Si la mancha es de óxido de hierro, la eliminamos pasando algodón impregnado en


agua oxigenada, para posteriormente, lavar la zona afectada con agua tibia en
amoniaco. Los posibles cercos que pudieran quedar, serán eliminados con papel de
lija fino, siguiendo la veta de la madera.

Las manchas producidas por el agua, provocadas por vasos y botellas,


desaparecerán si frotamos la zona con un tapón de corcho.

Una forma de limpiar las mesas de madera natural es la siguiente: disolver un


poco de detergente del que se emplea para lavar los platos y un par de gotas de
amoníaco en agua caliente. A continuación se limpia la mesa con esta mezcla.

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En el caso de muebles antiguos, hay que mantener estos muebles lejos del calor
directo y de la luz del sol, porque puede dañarlos. Quitar el polvo con frecuencia.
Eliminar las marcas pegajosas con un poco de agua y vinagre. También se puede usar
un paño empapado en gasolina. Usar cera de abejas para darles lustre una o dos
veces al año.

Para limpiar los muelles oxidados de los muebles antiguos, se debe verter en un
bote un vasito de aguarrás y agregar un tapón de vaselina líquida (se vende en
farmacias). A continuación hay que restregar con un estropajo metálico.

MADERA NATURAL SIN ENCERAR: se friega con un cepillo, agua y jabón, para
finalmente aclararlo bien. De forma periódica es conveniente un segundo aclarado con
agua y lejía (una cucharada por litro de agua).

Las manchas de este tipo de madera se eliminan con gasolina de mechero.

Para evitar su agrietamiento y sequedad, es conveniente enriquecer la madera con


un producto compuesto de esencia de trementina y aceite de linaza en una proporción
del 50%.

Quemaduras en la madera: Para mitigar los daños, se puede frotar la madera con
una lima, siguiendo la dirección de la fibra, luego untar la superficie con aceite de
linaza. Finalmente se le podrá pasar un paño.

Para quitar los arañazos superficiales de un mueble de madera se debe frotar la


zona con unos dientes de ajo hasta conseguir rellenar las marcas.

También se puede utilizar una mezcla de pasta dentífrica y aceite de oliva, se dejará
secar y a continuación se eliminará el sobrante con un trapo. Para terminar se aplicará
cera. Si los arañazos son más pronunciados, se puede aplicar cera calentada tras
haber lijado la zona previamente.

Golpes y abolladuras: Después de producirse el golpe en un mueble de madera


empaparemos un algodón con leche tibia sobre la zona.

También se puede mojar un paño y plancharlo con una plancha caliente. El vapor
penetra en la madera y horas después descubrirá que la madera se ha hinchado y
parece no haber tenido ningún golpe.

MADERA BARNIZADA: para la limpieza diaria, basta con limpiar el polvo con una
bayeta impregnada en un producto especial (antiestático).

También se puede utilizar un poco de champú para el cabello diluido en agua; secar y
pulir con un paño seco.

Los muebles de nogal deben repasarse con un trapo empapado en leche, y después
abrillantar con un paño seco.

Para recuperar el brillo del roble se hierve un litro de cerveza, con una cucharada
grande de azúcar y dos de cera de abeja. Una vez fundido se deja enfriar y se frota
con un trapo sobre la madera.

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La limpieza de este tipo de madera, depende de la condición de las mismas, del


estado en el que encuentre el barniz, del brillo que tenga, etc.:

- Si el barniz está agrietado o reseco: se frotará la superficie con la solución


obtenida de mezclar, aceite de linaza, alcohol y zumo de limón a partes
iguales.
- Si el barniz ha perdido su brillo: se frotan los muebles con un trapo de
algodón humedecido en gasolina y aguarrás (o alcohol de quemar) a partes
iguales. En el caso de que por efecto del sol o la humedad han perdido brillo,
aplicando una mezcla de alcohol, aceite de linaza y limón a partes iguales
lograremos que queden como nuevas.
Si el mueble pierde brillo se le pule con lija de madera y se le aplica barniz.
- Si el barniz está muy sucio: se limpiará con una solución de agua muy
caliente y vinagre.
- Si el barniz está muy envejecido: En el caso de que el barniz esté
envejecido, para restaurar el mueble se pueden dar dos casos:

 Si la cantidad de barniz que se ha levantado es pequeña, proceder a


realizar un lijado suave de la zona. A continuación aplicar una mano de
barniz que iguale con la anterior (este tipo de trabajos los realizan los
especialistas de esta materia).
 Si por el contrario la zona levantada es muy grande, se deberá proceder al
decapado y posterior lijado de toda la zona, para acabar dando un par de
manos de barniz (especialistas)

Generalmente el barniz impermeabiliza la madera y evita las manchas, no obstante si


la mancha ha hecho su aparición, se lijará y barnizará en función de la conservación y
el estado del mueble (si está envejecido o poroso)

Los muebles para exteriores de madera que han sido revestidos con barniz se
pueden lavar usando agua con jabón. Al acabar hay que asegurarse de enjuagar los
muebles por completo con agua limpia.

Para minimizar (disimular) el aspecto de los arañazos en los muebles lacados, se


puede aplicar un poco de cera incolora y a continuación frotar con un trapo de lana.

MADERA PINTADA: generalmente la pintura es lavable, por lo que para limpiar la


grasa, basta con emplear agua caliente jabonosa a la que se le añadirá alcohol de
quemar o amoniaco.

Una correcta limpieza, se efectúa verticalmente, de abajo hacia arriba y se aclara en


sentido contrario.

Para limpiar, basta con usar un algodón seco, y luego humedecido en agua. Si se
mancha el algodón, entonces el limpiador puede ser demasiado agresivo, como
cualquier otro producto. Si la pintura está bien asentada, no debe haber problema.

MADERA DORADA: se limpia y da brillo con una solución compuesta con clara de
huevo montada a punto de nueve a la que se le añade unas gotas de limón. (Pan de
oro)

MADERA BLANCA: Para devolver el color original a muebles de madera blanca, o


simplemente mantenerlo, se deben lavar con agua y lejía (una parte de lejía por cada
diez de agua) y luego aclarar con agua a la que se habrá añadido previamente un
chorrito de amoníaco.

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MADERA DE BAMBÚ: se limpia con agua caliente a la que se añade unas gotas de
lejía, esta solución sirve también para aclarar la madera.

Si la madera está ennegrecida, se frota con un cepillo mojado en agua caliente con
detergente y amoniaco.

Una vez que la madera está seca, se pasa un paño impregnado en aceite de linaza,
que aporta protección y brillo a la madera.

Finalmente se impermeabiliza con cera natural.

LIMPIEZA DE PERSIANAS DE MADERA: Para limpiar las lamas de las persianas lo


mejor es hacerlo según se vaya subiendo ésta. Con una bayeta seca se limpia el polvo
bien.

Para una limpieza más somera se debe enjabonar la persiana con una solución de
jabón neutro. Se enjuaga bien y se deja secar. Si se encuentra algún desperfecto en la
persiana se debe avisar a un especialista (Para la restauración de la persiana se
contará con especialistas de esta materia).

LIMPIEZA DE ARMARIOS DE MADERA: Los armarios de madera sufren el paso del


tiempo como cualquier otro mueble de madera.

La limpieza exterior se puede realizar con una bayeta humedecida en agua con
detergente y amoniaco, o cualquier producto específico para madera.

Se realizará con el armario totalmente vacío y la frecuencia, dependerá del uso que se
haga del mismo.

Si las baldas, estantes o cajoneras son de madera, frotaremos la superficie con un


paño impregnado en agua con amoniaco.

Para mantenerlos en perfecto estado se deberá frotar con una cera en pasta o que
contenga siliconas. Luego, una vez al mes, se recomienda aplicar cera para muebles y
sacar brillo con un paño suave.

No es conveniente ni aconsejable forrar los armarios por dentro, para evitar que anide
la polilla en su interior, un remedio para que no anide será frotar una vez al año las
paredes del armario con petróleo.

Para desinfectar el armario y eliminar las posibles plagas de insectos que se hayan
formado en su interior, se deben frotar enérgicamente las esquinas y fondos de los
cajones con petróleo o esencia de trementina. Esto repelerá cualquier insecto.
También se deben colocar bolas de naftalina para evitar que las polillas estropeen el
contenido del armario. Son muy efectivas, y además, con aromas agradables.

También, viene muy bien colocar dentro del armario una botella de cristal en la que
introduciremos un algodón impregnado en colonia con unas gotas de benzol, o plantas
como el romero o la lavanda para perfumar el armario.

Por otra parte, para evitar que haya humedad dentro de los armarios, y por
consiguiente, que se deteriore la madera, se pueden colocar trocitos de tiza o bolsitas
de tela llenas de arroz.

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Las patas y los torneados de sillas y sillones y muebles en general, se limpian con un
cepillo de dientes que hayamos desechado para que penetren en todos los huecos.
Enemigos de la madera: Existen diferentes enemigos de la madera, como pueden
ser:

Agentes biológicos: Hongos o insectos xilófagos en la madera (termita, carcoma).

- Los hongos provocan la descomposición de la madera, haciendo que las


fibras se deshagan y la materia se ablande y pierda toda su consistencia. En
ambientes húmedos, la podredumbre puede actuar rápidamente. La primera
señal de los hongos que se muestra sobre la madera lo hace en forma de
pequeñas manchas.
Lo más importante y fundamental en el control de hongos xilófagos es eliminar
la fuente de humedad que ha provocado su aparición, ya que de lo contrario la
aplicación de productos químicos (fungicidas) no serviría de nada; la madera
seguiría infectada.

- Los xilófagos, insectos diminutos que pueden dejar la madera agujerada


completamente, se desarrollan rápidamente, sobre todo en épocas de mucho
calor. Las especies más conocidas son la termita y la carcoma.

 La carcoma es uno de los xilófagos de la madera más frecuente. Se


reconoce por los orificios (1 milímetro de diámetro aproximadamente) que
hacen que las larvas, nacidas en el interior pueden salir al exterior. La señal
más evidente de la existencia de este insecto es el montoncito de serrín
que se acumula alrededor del orificio. En este caso, hay que actuar
rápidamente para eliminarlo radicalmente.

En la mayoría de los casos, los parásitos depositan los huevos en la


corteza y las fisuras de la madera. A continuación, las larvas se alimentan
del almidón y la celulosa formando sinuosas galerías que acaban
quebrando la firmeza de la madera.

Las maderas más propensas al ataque de los xilófagos son aquellas que no
son ni muy jóvenes ni demasiado viejas, siendo por lo tanto maderas que
se encuentran lo suficientemente secas para permitir una excavación fácil
pero a la vez, no han de ser demasiado duras.

Se puede reconocer fácilmente la existencia de la carcoma en el interior de


la madera. Si los agujeros tienen los bordes bien definidos y pulidos, el
interior se encuentra limpio y hay restos de serrín, se trata de un agujero
reciente. Los agujeros viejos tienen los bordes astillados, el interior más
oscuro y sucio de polvillo.

Para prevenir la aparición de xilófagos es básico evitar todo tipo de daños en la


madera (arañazos, fisuras, grietas, etc.) y así impedir que los insectos
depositen sus huevos en ella. Además, también es importante proteger este
material mediante sellado y acabado que creen una barrera física: pinturas,
ceras, barnices, goma laca…

Los xilófagos y los hongos pueden atacar tanto la superficie como la estructura de una
superficie, propagándose en un tiempo récord. Es muy importante proteger y
conservar adecuadamente el suelo construido con este material, por ello, es
conveniente ventilar periódicamente y no mantenerlo húmedo.

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Por su parte, el agua y la humedad no atacan directamente a la madera, pero


favorecen las condiciones para el desarrollo de los hongos y los insectos. Este
material sólo acaba pudriéndose si está constantemente húmedo, por eso, cuando
tenemos elementos de madera al aire libre, éstos necesitan una protección eficaz
contra la humedad, ya que la madera tiende a absorber la humedad y a hincharse, con
las consiguientes deformaciones en los muebles.

Y a la hora de llevar a cabo su limpieza, al tratarse de un material delicado, hay que


evitar utilizar productos con agentes abrasivos, amoniacos, lejías, disolventes, alcohol,
vaporetas y estropajos de acero.

Los muebles en general, y en particular los de madera, han de ser protegidos de los
cambios bruscos de temperatura, para evitar, en la medida de lo posible, las grietas e
hinchamientos que en ellos se puedan producir.

Si el ambiente es muy seco, sería conveniente tener recipientes con agua para facilitar
humedad al recinto, en ambientes húmedos, lo ideal sería utilizar recipientes con sal
gruesa.

Factores medioambientales: Los daños producidos en la madera por los agentes


externos y climatológicos se deben fundamentalmente a tres factores:

Cambios de humedad que provocan la dilatación y posterior descomposición de la


madera y de sus derivados compuestos, tales como contrachapado, conglomerado y
aglomerado. Estos últimos suelen estar recubiertos de una capa de melamina que, al
ser dañada, puede dejar desprotegida la madera y acelerar su degradación.

La humedad contenida en el aire también es responsable de la corrosión de los


metales (por oxidación) y los plásticos.

Las sales asociadas a la humedad pueden agravar la corrosión de los muebles.


Conviene protegerlos regularmente de este agente ambiental, sobre todo si están
cerca de ambientes húmedos.

Los rayos solares provocan la decoloración de la madera y el agrietado de los


acabados.

Daños mecánicos: Son aquellos producidos por:


- Golpes, sobrepesos, movimientos inadecuados, bruscos, o mal realizados.
- Hechos con materiales inadecuados o construcción de baja calidad: malas
soldaduras y encolados.
- Pequeñas intervenciones caseras y arreglos momentáneos provocando
roturas, grietas.
- Alteraciones químicas: quemaduras, manchas…

Procedimiento para la eliminación de insectos:


- Limpiar bien la madera con una bayeta.
- Usar el EPI adecuado (guantes, mascarilla, etc.)
- Aplicar directamente en los agujeros un producto exterminador de la carcoma,
puede ser gasolina.
Se puede inyectar directamente con una jeringuilla en el agujero.
Tapar con un plástico (de cocina). Dejar actuar. Limpiar bien la superficie.
Tapar el agujero con masilla o cera. Pulir con un paño suave.
- Aplicar alcohol fénico periódicamente en estas zonas, para evitar su aparición.

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Atención: En casos extremos estos trabajos los desarrolla un especialista.

MUEBLES TAPIZADOS EN CUERO: Los muebles tapizados en cuero aportan un


toque de elegancia y distinción al lugar donde se encuentre, como materia orgánica es
única, hasta el día de hoy no ha sido superado por ningún material. Según las
estadísticas, la mitad de los muebles vendidos en el mundo están tapizados en cuero.

El cuero de los muebles se vuelve más fino, flexible y brillante con el paso de los años.
Mantiene su forma y no demuestra el desgaste con el paso del tiempo como otras
telas. Pero para poder conservar los elementos de cuero como si fuesen nuevos
durante mucho tiempo, hay algunos métodos de mantenimiento y de limpieza que se
tienen que llevar a cabo ocasionalmente.

Posee gran flexibilidad y permeabilidad al aire y al tiempo, por lo que se debe


mantener alejado de:

- La exposición al sol, ya que esto haría que las piezas perdieran poco a poco su
color. Si están próximos a ventanas, se deben proteger con los toldos o
persianas.
- mantener alejados al menos medio metro de las fuentes de calor, como
chimeneas o radiadores. El calor en exceso o la sequedad del ambiente
resecan el material provocando incluso algunas grietas o estrías.

Por eso es recomendable una buena limpieza e hidratación para conservarlos como el
primer día y que no pierda sus propiedades.

La limpieza general se puede realizar con el aspirador para retirar el polvo sobre todo
de los rincones y/o pliegues.

Cualquier derrame de líquido sobre el cuero debe ser limpiado inmediatamente con
un paño absorbente, y permitir que la zona afectada se seque al aire.

El roce de los cuerpos, las manos, cabello y ropa siempre dejan rastros de grasa
en los elementos de piel por lo que se debe mantener una limpieza periódica de los
mismos.

Para mantener los artículos de piel bien nutridos se aconseja aplicar alguna crema
protectora para pieles por lo menos dos veces al año (crema incolora a la silicona).

Para limpiar y mantener el cuero enriquecido, aplicaremos una capa de una


sustancia compuesta de esencia de trementina y cera de abeja.

Si lo que deseamos es su abrillantado, aplicaremos con un paño una sustancia


compuesta por clara de huevo y sacaremos brillo con una borla de lana.

Otra limpieza que se puede realizar de vez en cuando es aplicar un paño húmedo con
jabón neutro.

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Cuero específico para muebles:


- Cabra: El único inconveniente es su limitación de tamaño ya que tiene 0.60 a
0.80 de ancho por 0.60 a 0.90 de alto. Es una piel muy utilizada en muebles
clásicos, sillerías,...
- Vacuno campa: Pieles de vacuno muy joven (novillo), escogidas de 1º calidad.
Especialmente utilizada para muebles clásicos y sofás Chester.
- Vacuno anapado: El tipo de cuero más utilizado en la tapicería, tanto por su
colorido como por su tamaño. Pieles de primera flor, proceso de teñido
atravesado por completo el cuero.
- Vacuno añejo: Piel envejecida a mano, dando forma a diferentes tonalidades.
- Vacuno espesorado: También uno de los más usados en tapicería de
muebles. En la actualidad es el que más se está usando.
- Vaquetilla: Cuellos de vacuno, muy utilizado en sillerías de bodegas con un
grosor de 5mm.

Pequeñas reparaciones:

Las zonas rotas o rajadas deben ser pegadas con pegamento de contacto y rellenadas
con cuero líquido. Nunca con pegamento de cianoacrilato.

Rellenar la grieta y llevar el cuero líquido 5 milímetros a la derecha e la izquierda del


rasguño con una fina capa. (Esto hace la reparación más fuerte). Dejar el líquido secar
en el cuero por sí sólo y repararlo si es necesario con la lija 400.

Con una esponja aplicar el tinte del color deseado sobre las superficie a reparar,
dejando secar entre capa y capa unos 10 minutos, aplicando unas 3 ó 4 capas hasta
que la zona a teñir este reparada. Después de 24 horas aplique un protector o crema
hidratante para su buena conservación.

MUEBLES TAPIZADOS EN TELA: En el proceso de mantenimiento de los muebles


tapizados, hay que tomar medidas para protegerlos contra cualquier daño y para que
duren el máximo tiempo posible. Para ello, hay que conocer de qué tipo de material,
tela o tejido están tapizados los muebles.

Dependiendo del tipo de tapizado del mueble y del uso que se vaya a dar, variará el
desgaste.

Como cada fibra tiene sus propios beneficios, hay una gran cantidad de mezclas
usadas en tapizados de muebles. También influye la forma en que las telas o textiles
están tejidos. Algunas telas comunes encontradas en tapizados de muebles incluyen:

- Nylon: Los tapizados que incluyen nylon en los textiles son una buena opción
para muebles que van a tener mucho uso. El nylon de hoy día es fuerte y tiene
la mejor resistencia a la suciedad, porque tiene tinturas ácidas resistentes,
haciendo que dure más y sea más fácil de limpiar que otras opciones de telas.

- Polietileno: Las telas de polietileno para tapizados están hechas de estambres


o hilos tinturados en una solución que los hace resistentes a la decoloración
causada por el sol. También se sienten suaves al tacto (tocarlas con la mano),
son resistentes a la mayoría de químicos y poseen excelentes características
de resistencia a la suciedad y manchas. Ya que las telas de polietileno secan
rápidamente, resisten más los daños causados por transpiración humana y
moho. Sin embargo, son sensibles al calor y aunque son telas sintéticas o
hechas artificialmente, son altamente reciclables.

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- Algodón: Las telas de algodón son suaves al tacto, tintura bien y proporciona
una resistencia aceptable a la luz solar. Tienen una resistencia pobre a las
manchas y deben ser tratados específicamente para ello.

- Poliéster: La tela de poliéster tiene un suave tacto, buena resistencia al


desgaste y a la luz solar y es sensible al calor.

- Rayón: El rayón es una fibra a base de celulosa, manufacturada y regenerada.


Imita el tacto de la seda, el algodón o el lino. Los rayones tiñen bien, se sienten
suaves al tacto, pero ofrecen una resistencia baja con el paso del tiempo,
especialmente si se humedece. Se recomienda el lavado en seco.

Prevenir los daños en muebles tapizados: Los riesgos primarios que causan daños
y desgaste en muebles tapizados son la luz solar, derrames y suciedad.

La Luz Solar: Para evitar la decoloración, si es posible, hay que mantener los
muebles tapizados lejos de la exposición directa a la luz solar. Se deberá evitar
especialmente la exposición del sol en una sola sección de los muebles tapizados, ya
que si ocurre decoloración, ésta será desproporcional. Si los muebles tapizados están
cerca de una ventana es conveniente usar cortinas, protectores, persianas, cinta o
película filtradora para mantener los rayos solares ultravioletas (UV) fuera del alcance
de las telas.

Derrames: Dependiendo de la resistencia a la suciedad del tapizado, los derrames


pueden convertirse en manchas permanentes, especialmente si éstas no son
descubiertas y tratadas de inmediato. Esto también es aplicable a las telas que han
sido especialmente tratadas para resistir manchas.

Suciedad: Si ésta no es limpiada regularmente, la suciedad se puede enterrar e


incrustarse en su tapizado. Un aspirado y cepillado con regularidad prevendrá que la
suciedad suelta se incruste y se haga difícil de quitar. Los muebles tapizados también
deberían protegerse contra las temperaturas y humedad extremas. El calor excesivo
es perjudicial para los tapizados, ya que éste hace que las telas se vuelvan frágiles o
quebradizas y como resultado más propensas a desgastarse. La humedad y
resequedad extremas también pueden ser perjudiciales para los muebles, porque
demasiado aire húmedo puede llevar a la formación de moho; y la humedad y
sequedad extremas en conjunto pueden debilitar o dañar la estructura de madera
usada en los muebles tapizados.

Limpieza de muebles tapizados: Hoy en día, existen tratamientos especiales para


resistir la suciedad y manchas que pueden ser aplicados a telas o tapizados al
momento de su fabricación. Pero aun así, tapizados que ya vienen tratados necesitan
cuidado regularmente para mantener su apariencia y durabilidad.

Siempre hay que seguir cualquier instrucción de cuidado que venga con los muebles
tapizados. La mayoría de las veces las instrucciones de cuidado están en la etiqueta
que viene adherida o cosida a los muebles. Por ejemplo, las etiquetas de sofás la
mayoría de las veces vienen adheridas debajo de los cojines o almohadas del asiento
y para la mayoría de los sillones vienen debajo del asiento.

Códigos estándares de limpieza de tapizados: En la mayoría de los casos, las


instrucciones de cuidado siguen una codificación de letras estandarizada, que fue
adoptada por la industria del mueble en el año 1969. Una de las cuatro letras o
combinaciones de las mismas es comúnmente usada, aunque puede encontrar
variaciones dependiendo del fabricante.

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W: Para prevenir suciedad total, aspirado frecuente o cepillado ligero para quitar el
polvo y la suciedad es una medida recomendada para limpiar los muebles. Limpieza
de áreas sucias: usar sólo la espuma de un agente limpiador a base de agua o un
champú para tapizados que no sea disolvente. Aplicar la espuma con un cepillo suave
en movimientos circulares. Aspirar cuando seque. Antes de usar el producto, es
recomendable probarlo en un área no visible o escondida.

S: Para prevenir suciedad total, se recomienda aspirado frecuente o cepillado ligero


para quitar el polvo y la suciedad. Limpieza de áreas sucias: usar un producto
disolvente suave que no contenga agua o un producto de tintorería. Limpiar en una
habitación bien ventilada y evitar el uso de productos que contengan tetracloruro de
carbono, el cual es un químico altamente tóxico. Antes de usar el producto, probarlo
en un área pequeña. Solamente se recomienda la limpieza de muebles por un servicio
profesional.

W-S (algunos mostrados como SW): Para prevenir suciedad total, se recomienda
aspirado frecuente o cepillado ligero para quitar el polvo y la suciedad. Limpieza de
áreas sucias: usar un limpiador disolvente suave, un champú para tapizados o la
espuma de un detergente suave. Cuando se usen disolventes o productos de
tintorería, seguir las instrucciones cuidadosamente y usar sólo en una habitación bien
ventilada. Evitar el uso de productos que contengan tetracloruro de carbono, el cual es
un químico altamente tóxico. Sin importar el método a usar, probar el producto en un
área pequeña. Utilizar un servicio de limpieza profesional si los muebles están
totalmente sucios.

X: Limpiar el tapizado solamente con la aspiradora o cepillando ligeramente para evitar


la acumulación de suciedad. Limpiadores en espuma para muebles a base de agua o
disolventes de cualquier clase pueden causar encogimiento excesivo, manchas o
distorsión de la superficie tejida, por lo tanto no deberían usarse.

Consejos útiles para el cuidado de muebles tapizados:

- Se debe aspirar de manera periódica.


- Limpiar con una bayeta humedecida en agua y amoniaco (2 partes de agua y 1
de amoniaco).
- Cepillar periódicamente con un cepillo de cerdas suaves, especial para tejidos.
- Dos veces al año se deben limpiar con una espuma especial (proceder según
las recomendaciones del fabricante).
- Se deben limpiar las manchas de inmediato antes de que se adhieran a la tela.
- Si la tapicería está muy sucia o quedan restos de manchas que no han sido
eliminadas, se frotarán con un paño impregnado en éter.

SILLAS Y SILLONES DE CAÑA: su limpieza se efectúa con una esponja empapada


en agua caliente con zumo de limón o vinagre. Si la caña está ennegrecida,
sustituiremos el vinagre por lejía.

Si la caña está sucia, limpiaremos y abrillantaremos la superficie con una mezcla de


esencia de aceite de linaza y esencia de trementina. No utilizar estos muebles hasta
asegurarse que se han secado completamente, para que no se deformen.

ASIENTOS DE REJILLA: eliminado el polvo de la superficie, se frotan con una bayeta


humedecida en agua jabonosa a la que se añade unas gotas de zumo de limón.

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LIMPIEZA DE ELEMENTOS ORNAMENTALES: existen otros elementos que


necesitan ser limpiados periódicamente para mantenerlos en las mejores condiciones.

Radiadores: el primer paso es eliminar el polvo adherido a su superficie, para tal fin
utilizaremos una brocha de codo que facilitará esta labor y permitirá acceder a los
lugares más inaccesibles. Si no tuviéramos, un aspirador con el accesorio de boca
estrecha serviría.

Una vez eliminado el polvo, se friega con agua tibia a la que se añade lejía o
detergente.

Cuadros: el cuadro consta de dos elementos.

- Lienzo: la limpieza se eliminará con un paño fino, no obstante si está muy


sucio, sería conveniente recomendar su limpieza o un especialista
(restaurador).
- Marco: si es de grandes dimensiones y está pegado a la pared, se utiliza un
plumero de mango largo; si pequeño se puede desmontar fácilmente y se
limpiará con una bayeta humedecida.

Floreros: la limpieza será distinta según tengan la boca ancha o estrecha.

- Floreros de boca ancha: se lavarán con agua y detergente líquido, luego se


procederá a su aclarado con abundante agua.
- Si los floreros son de boca estrecha: los llenaremos de agua caliente con
detergente y un poco de arena, agitándolo posteriormente, con el fin de que se
deshaga la suciedad que se ha ido acumulando en las paredes de mismo.
Posteriormente, habrá que aclarar el florero con agua caliente y vinagre, para
así eliminar los restos de cal.

Bronce: cuando esté muy sucio, con un cepillo muy suave, impregnado de petróleo,
se cepilla suavemente toda la superficie del objeto. A continuación, se lava el objeto
con agua tibia jabonosa (no detergente). Se seca nuevamente con un trapo limpio y
dejar al aire (a la sombra), hasta que esté totalmente seco. Después, con una cera o
crema incolora, a base de silicona, se le da una ligera capa por toda la superficie del
objeto a limpiar, dejar secar y sacar brillo con una bayeta de lana.

Si no está muy sucio, se limpiará mezclando 1/3 de amoniaco y 1/3 de vinagre de vino.
Se frota por toda la superficie del objeto con una bayeta o trapo impregnado con esta
mezcla. Se seca y abrillanta con una gamuza de lana. Se encera con una capa ligera
de cera y se abrillanta.

Cuando esté ligeramente sucio, bastará lavarlo en agua tibia jabonosa, a la que se le
habrá añadido un par de cucharadas de alcohol de quemar. Se aclara a fondo varias
veces, se seca con un paño suave, se abrillanta con bayeta de lana, frotando
suavemente.

Cualquier objeto de bronce puede ser encerado con una capa de cera o crema, a ser
posible con silicona, la cual además de darle brillo, formará una capa protectora contra
el polvo y la suciedad.

Cobre: cuando está muy sucio, se llena un recipiente (suficientemente grande para
que quepa el objeto) con vinagre de vino, se pone el recipiente al fuego con sal gorda
(un puñado grande/cada 2 l. de vinagre); cuando esté hirviendo, se introduce el objeto
a limpiar procurando que se cubra por todas partes. Se aparta del fuego dejándolo

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hasta que se enfríe, se extrae y se seca frotando enérgicamente, se saca brillo con
alguna cera a base de silicona.

También podemos utilizar bicarbonato mezclado con vinagre.

Cobre dorado: usado como adorno en muebles, figuras, lámpara, etc. se limpia
mojando un cepillo suave o trapo en agua con alcohol (1 cuchara sopera de alcohol
por litro de agua), se aclara, secando con un trapo suave y frotando con una bayeta de
lana para abrillantarlo.

También se puede utilizar un producto específico para este material como “algodón
mágico”.

Alabastro: roca transparente y pulida, que se ponme amarillenta y pierde parte de su


transparencia con el humo de los cigarrillos y el polvo.

Se limpia con un algodón impregnado en trementina, frotando toda la superficie hasta


lograr quitar toda la suciedad, se lava el objeto con agua tibia jabonosa (no
detergente), se aclara repetidas veces con agua tibia, se seca ligeramente con un
trapo de hilo (a ser posible) y se deja a la sombra hasta que esté totalmente seco. Una
vez seco se encera toda la superficie del objeto con cera o crema incolora (mejor a
base de silicona), con ayuda de un trapo, procurando que la capa de cera quede por
igual.

Esta capa de cera protegerá su superficie y evitará tener que hacer una limpieza
profunda con frecuencia.

En la limpieza diaria, bastará quitar el polvo y abrillantar con una bayeta de gamuza o
lana.

Pan de oro: o madera tallada dorada, muy empleada en marcos de espejos y


cornucopias.

Se limpia quitando cuidadosamente el polvo con un cepillo suave, (sobre todo en


muebles antiguos). Se prepara una mezcla compuesta de una clara de huevo batida a
punto de nieve a la cual se añade unas gotas de vinagre de vino. Se aplica esta
mezcla con un pincel suave, se deja secar antes de pasar la bayeta suavemente para
dar brillo.

Marfil: el de los colmillos de elefante, con el cual se hacen figuritas, adornos, etc.

Es fácil de limpiar, se diluye un poco de polvo de piedra pómez muy fino, en un poco
de agua fría. Se frota toda la superficie con esta preparación, insistiendo más en las
partes amarillentas o sucias, se aclara con agua y se seca con un trapo fino
abrillantándolo con un viejo pañuelo de seda natural.

Bombillas: el polvo sobre las bombillas, tubos fluorescentes, etc., disminuye la


luminosidad.

Para limpiarlos, tienen que estar la luz apagada y esperar hasta que estén
completamente fríos ya que, si se limpian calientes, existe el peligro de que estallen.

Conviene quitar la bombilla del portalámparas, limpiar el polvo con un trapo seco,
después con una mezcla de agua y alcohol de quemar a partes iguales, o agua con

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amoniaco, lavar las bombillas o tubos, con un trapo. Secar cuidadosamente y volver a
ponerla en el portalámparas.

Antes de encender la luz, se debe comprobar que esté completamente seca.

Cera de velas: la cera de las velas de adorno, tanto blancas como de color, en las que
el polvo se incrusta y las vuelve grisáceas y mates, se limpiarán introduciéndolas en
agua jabonosa muy fría (el agua caliente las derretiría). Se aclaran con agua
igualmente muy fría y se seca suavemente con un paño.

Para que adquieran el brillo de nuevas, se les pasa delicadamente, una mano de
alcohol de quemar (con un pincel suave).

Cuidado y mantenimiento de plantas: son un elemento fundamental de la


decoración de interiores, y por tanto deben cuidarse con rigor. Dependiendo del tipo de
planta así será su cuidado.

Las plantas interiores son muy delicadas, el frío, la calefacción, el humo del tabaco,
etc., pueden llegar a deteriorarlas. Cada tipo de planta necesita una tierra apropiada
que le proporcione los alimentos indispensables, por lo que es necesario tener un
conocimiento sobre qué tipo de tierra es la más beneficiosa para la planta.

Al comprar una maceta, debe introducirse en agua antes de proceder a plantar nada,
para que los poros se saturen, y evitar así absorba toda la humedad cuando reguemos
la planta.

Son factores importantes para su cuidado:

- La luz: debe ser natural, aunque cada planta requiere unas características
especiales.
Según sea la procedencia, necesitarán una condición ambiental diferente. Hay
plantas que necesitan mucha luz, otras que se conservan con muy poca, e
incluso otras a las que la luz les produce un gran perjuicio, llegando incluso a
secarlas.
Existen unas bombillas especiales que sustituyen sin problema la luz del sol,
siempre y cuando permanezca encendida varias horas.

- El riego: el agua es un elemento muy importante. ha de tenerse en cuenta que


cada planta necesita un riego distinto.
Dependiendo de su procedencia, la cantidad de riego y su frecuencia variará,
un uso inapropiado del agua, podría producir que la planta se deteriore.
El agua destinada a riego debe estar a temperatura ambiente.
La maceta debe tener un conducto para eliminar el exceso de agua, evitando
así que las raíces se mueran.
Sería conveniente que antes de la adquisición, nos informemos sobre los
cuidados que la misma necesita.

- El abono: las plantas que se crían en tiestos deben abonarse periódicamente,


porque al regarlas el agua arrastra la tierra y las demás sustancias que
necesita para desarrollarse, solo se puede reponer mediante el abono.
Las raíces gastan los elementos nutritivos que ésta necesita, debiéndose
reponer los mismos mediante el adecuado abono.
Los abonos tienen una sustancias minerales como son el fosforo, nitrógeno,
potasio, sales de hierro, cobre, etc., que devuelven los elementos perdidos y
necesarios a la planta para su desarrollo.

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- La limpieza: El cuidado de las hojas es muy importante, ya que a través de


ellas la planta respira. Hay que procurar que las hojas estén limpias y libres de
polvo, esta limpieza es más importante en las plantas de exterior.
Cada una de las hojas se limpiará con un trapo de algodón que no suelte
pelusa. Una vez efectuado esto, pasar un trapo mojado sobre las mismas.
Si se quiere conseguir brillo, es conveniente limpiarlas con un algodón
impregnado en cerveza, previamente eliminado el polvo con un paño seco.

Flores secas: están hoy día muy de moda, pero resultan bastante caras, por lo que la
gente opta por secarlas en su propia casa.

Para secar flores, las agruparemos en ramos pequeños, se dejarán colgadas boca
abajo en un lugar seco durante varios días. Se protegen aplicando sobre ellas laca de
pelo, que formará una capa endurecedora.

Flores naturales: nos sirven para decorar cualquier rincón. Para que se conserven
mejor es conveniente ubicarlas en lugares húmedos, evitando colocarlas cerca de
radiadores o lugares muy soleados.
Una vez que las flores han sido cortadas y colocadas en un recipiente han de tenerse
los siguientes cuidados para su mantenimiento:

- Deben retirarse las hojas y flores marchitas.


- No hay que exponerlas al sol.
- Deben conservarse en una atmósfera húmeda.
- En épocas de mucho calor, es conveniente poner cubitos de hielo para
refrescarlas
- Hay que renovar el agua del jarrón todos los días, y al cambiarla es
conveniente cortar un poco los tallos.
- Por la noche es conveniente pulverizarlas con agua.
- Si el ramo está un poco mustio, podemos prolongar su vida, metiendo las
puntas de los tallos en agua caliente durante unos minutos, luego cortamos los
tallos unos centímetros y cambiamos el agua del florero, volviendo a colocar en
el las flores.

Verjas: situadas en los balcones y terrazas del edificio. En primer lugar hay que
quitarles el polvo y luego utilizar productos especiales o aceite rebajado. Su limpieza
dependerá de la forma que tengan:

- Si son barrotes lisos: bastará con utilizar un paño.


- Si son barrotes con forma, será necesario utilizar un pincel o cepillo duro.

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