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Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Editores:
Mauricio Acosta
Julia Gabrysch
Maristella Góngora
Autores:
Mauricio Acosta
Héctor Díaz
Julia Gabrysch
Maristella Góngora
Bernardo Pérez
Asistentes de Investigación:
Luz Amparo Gutiérrez
Jenny Lindo
Martín Rangel
Diseño:
Nelson Mora Murcia
ISBN: 978-958-8101-33-0
Director
Hans R. Blumenthal
Directora General
Dolly Marcelo Carreño
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Agradecimientos
Jardín Botánico:
Leyla Díaz, por facilitar las instalaciones para el trabajo de campo.
Conversatorios:
Natalia Salamanca de Medios para la Paz; Hernando Vivieros del Programa Adam;
Ángela Rivas de la Fundación Ideas para la Paz; Sandra Gutiérrez e Iván Sierra de la
Agencia Pandi; Julián Aguirre del ICBF; Eduardo Gallardo de UNICEF; José Monsalve de
Revista Semana; Carlos Otálora de la Comisión Nacional de Reparación y Reconcilia-
ción; Luis Eduardo Celis de la Corporación Nuevo Arco Iris.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Contenido
Presentación 7
Introducción 9
Capítulo 1
El contexto reciente de la reintegración a la vida civil en Colombia 15
La consolidación de la política de reintegración 16
Antecedentes: La desmovilización y reincorporación entre 2002 - 2006 19
Caracterización de la desmovilización en Bogotá (2007) 24
Capítulo 2
Juventud, conflicto y reintegración 31
La construcción social del “sujeto juvenil” 32
Participación de los jóvenes en el conflicto 33
Jóvenes combatientes: Factores de riesgo 36
Reintegración de los jóvenes: Elementos desde el enfoque de derechos 40
Una lectura desde la perspectiva de género 43
Obstáculos al proceso de reintegración 48
Juventud y reintegración: retos específicos 50
Capítulo 3
Resultados y discusión 53
Algunos aspectos del método utilizado 54
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá: estado de su situación actual 55
Capítulo 4
Estudio de caso 69
Capítulo 5
Conclusiones y recomendaciones: Una política específica para
la reintegración de los jóvenes 79
Referencias Bibliográficas 84
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Indice de Cuadros
Cuadro Nº 1
Desmovilizados en Colombia 2002-2006 20
Cuadro Nº 2
Proporción de jóvenes entre 18 y 24 años dentro de la población desmovilizada en Colombia 20
Cuadro Nº 3
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según edad - 2007 25
Cuadro Nº 4
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según género - 2007 25
Cuadro Nº 5
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según estado civil - 2007 26
Cuadro Nº 6
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según número de hijos - 2007 26
Cuadro Nº 7
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según grupo de procedencia - 2007 27
Cuadro Nº 8
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según tipo de desmovilización - 2007 27
Cuadro Nº 9
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según nivel educativo antes de
desmovilizarse - 2007 28
Cuadro Nº 10
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según sistema de salud - 2007 29
Cuadro Nº 11
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según productividad y empleabilidad- 2007 29
Cuadro Nº 12
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según productividad y empleabilidad- 2007
por género 30
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Presentación
Dario Villamizar H.
Coordinador
Programa de Atención Complementaria a la Población Reincorporada
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Introducción
. Defensoría del Pueblo – UNICEF. Informe Defensorial. Caracterización de las niñas, niños y adolescentes
desvinculados de los grupos armados ilegales: Inserción social y productiva desde un enfoque de derechos
humanos. Bogotá, noviembre de 2006.
. Los niños, niñas y jóvenes de estos países (América Latina) han sufrido extrema violencia como muerte,
heridas, discapacidad, abuso, tortura, trauma psicológico, reclutamiento en las fuerzas armadas y grupos
insurgentes, desaparición forzada, exilio y separación de sus familias. También han soportado un alto costo,
porque los recursos que se gastan en la guerra violan su derecho al desarrollo e impiden el acceso a oportu-
nidades de salud, educación, bienestar social básico, empleo e ingresos. Han quedado millares de huérfanos
y miles de mujeres jóvenes viudas que tienen que responder solas por sus pequeños, sin preparación y sin
apoyo del Estado y de la sociedad (Declaración de la Quinta Consulta Regional sobre las Repercusiones de
los conflictos armados en los niños en la región de América Latina y el Caribe. Bogotá, 2006, p. 51-52). Esta
población cuenta con un programa específico de atención liderado por el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF) que tiene el objetivo de reconstruir la vida de la niñez y la adolescencia por fuera de la
guerra, en el marco de la garantía de sus derechos y desde el punto de vista de la prevención, la atención
y la inserción social. El componente de atención desarrolla dos modelos de protección: protección en medio
institucional (hogares transitorios, centros de atención especializada y casas juveniles) y protección en medio
sociofamiliar (hogar tutor y reintegro sociofamiliar).Ver: Programa de atención a jóvenes desvinculados y
amenazados por el conflicto armado. En: www.icbf.gov.co/espanol/accionesint16.asp
10 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
.
En una investigación adelantada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se sos-
tiene que el reclutamiento ilícito es más grave hoy en día que antes de la desmovilización de los grupos
paramilitares. En la actualidad los grupos emergentes son los principales responsables de este fenómeno
y las regiones más afectadas son: Antioquia, Cauca, Bajo Cauca, Urabá, Arauca, Sucre y Bolívar. Ver: “10
Departamentos están afectados por reclutamiento forzado de guerrilla, ‘paras’ y grupos emergentes”. En:
El Tiempo, Bogotá, 8 de octubre de 2007.
.
En su investigación sobre este tema Wessells encontró que, en muchos casos, no es pertinente aceptar el
llamado reclutamiento “voluntario” como un asunto de escogencia libre y racional. Wessells, Michael “Recruit-
ment of children as soldiers in SubSahara Africa: An Ecological Analysis”. En: The Comparative Study of Con-
scription in the Armed Forces. Comparative Social Research Series. Greenwich, vol. 20, 2002, p. 237-254.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 11
.
Política Pública de Juventud 2006-2016, decreto 482 de 2006, Bogotá D.C, p. 50.
12 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Capítulo 1
Ver Pax Christi. Un nuevo comienzo, un final abierto. La reinserción de los combatientes desmovilizados
individualmente en Colombia. Utrecht: Pax Christi, 2006, p. 16.
.
En el actual modelo, en la fase de desmovilización, se concentran dos momentos: uno primero de desarme
y el segundo propiamente de desmovilización.
“Una vez recibido el desmovilizado por parte del Ministerio de Defensa Nacional, deberá dar aviso de
tal circunstancia al Ministerio del Interior en el término de tres (3) días hábiles, y procederá a entregárselo
en un término no mayor a quince (15) días calendario adicionales”, decreto 128 de 2003, artículo 4.
El Comité está integrado por delegados de los Ministros del Interior y de Justicia, de Defensa, del Fiscal
General de la Nación, del Director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, del Defensor del Pueblo
y un funcionario del Programa de Reincorporación del Ministerio del Interior. Una de las funciones de dicho
Comité es la de constatar y certificar la pertenencia del desmovilizado a una organización armada al mar-
gen de la ley y su voluntad de abandonarla.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 17
10
“Se entiende por víctima de la violencia política toda persona menor de edad que participe en las hos-
tilidades”, artículo 6, Ley 782 de 2002. “Por medio de la cual se prorroga la vigencia de la Ley 418 de
1997, prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1999 y se modifican algunas de sus disposiciones” ver:
http://www.secretariasenado.gov.co/leyes/L0782002.HTM
11
Por medio del Decreto 3.043 de septiembre de 2006 se creó la Alta Consejería para la Reintegración
social y económica de personas y grupos alzados en armas, adscrita al Departamento Administrativo de
la Presidencia de la República; la cual asumió la política de Estado dirigida a la reintegración social y
económica de las personas o grupos armados al margen de la ley, para llevar a cabo las funciones que
cumplía, hasta ese momento, el Programa para la Reincorporación a la vida civil del Ministerio del Interior
y de Justicia.
18 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
12
Organización de Estados Americanos. Séptimo Informe Trimestral del Secretario General al Consejo
Permanente sobre la Misión de apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP-OEA), 28 de septiembre.
2006.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 19
13
En la fase de reinserción, inicialmente la atención se prestaba en los hogares de paz o albergues del
Ministerio del Interior y de Justicia. Se trataba de casas arrendadas por operadores/administradores del
Programa de Reincorporación a la Vida Civil, en donde eran ubicadas las personas, junto con sus núcleos fa-
miliares. Ese esquema finalizó como consecuencia de los problemas de convivencia y seguridad, tanto inter-
nos como externos, generados en la ciudad. Actualmente sólo se mantienen los hogares de paz del Ministerio
de Defensa, en donde se encuentra la población desmovilizada en espera de la certificación del CODA.
14
Basado en: Departamento Nacional de Planeación (DNP). Diagnóstico de la política de desmovilización y
reincorporación de exmiembros de los grupos armados al margen de la ley, 2002-2006: oportunidades y
retos para el futuro (Documento para la discusión, de circulación restringida). Bogotá: Dirección de Justicia
y Seguridad - Grupo de Estudios de Gobierno y Asuntos Internos, abril 2006.
20 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Cuadro Nº 1
Desmovilizados en Colombia 2002
35,000
31,647
30,000
25,000
20,000
15,000 12,834
10,000
5,000
0
Desmovilizados voluntarios individuales Desmovilizados colectivos
Cuadro Nº 2
Proporción de jóvenes entre 18 y 24 años de la población
desmovilizada en Colombia
Jóvenes entre 18 y
Tipo de Desmovilizados Total
24 años
Voluntarios individuales 12,834 60%
15
Londoño F., Luz María; Nieto V., Roana Fernanda. Mujeres no contadas. Proceso de desmovilización y
retorno a la vida civil de mujeres excombatientes en Colombia 1990-2003. Medellín: Editorial La Carreta,
2006, p. 196-197. Otero Bahamón, Silvia. Las mujeres en la guerra y en la paz: lo femenino de las FARC
y de las AUC. Bogotá: Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), 2007, http://www.cinep.org.
co/editorial.htm?AA_SL_Session=c2045c2ce89b732df108d4f102c344b4&scrl=1&scr_scr_Go=5.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 21
Hasta la expedición del decreto 395 de 200716, los beneficios para los
excombatientes como servicios de ayuda humanitaria, apoyo psicosocial, salud,
educación y recursos económicos para proyectos productivos con cargo al Gobierno
Nacional, con el fin de contribuir así a su reintegración a la vida civil del país, no podían
exceder los 2 años17. El acompañamiento a los excombatientes, tanto los individuales
como los colectivos, a cargo del Gobierno Nacional durante este período, se realiza
desde finales de 2005 a través de los Centros de Referencia y Oportunidad (CRO). A
partir de 2007 se eliminaron estos CRO y se establecieron los Centros de Servicios, de
manejo directo de la ACR. Las ciudades más grandes como Bogotá y Medellín ofrecen
programas de acompañamiento complementario a cargo de sus presupuestos locales,
aun después del plazo de 2 años fijado para los beneficios del Gobierno.
La información disponible acerca de características personales, origen y lugar
de asentamiento de los excombatientes en proceso de reintegración, usualmente se
clasifica con base en tres categorías normativas previstas para su reintegración a la
vida civil y la legalidad:
i) Desmovilizados voluntarios individuales18: Al abandonar voluntariamente
las armas, la gran mayoría de los excombatientes eran hombres adultos y solteros.
El 11% pertenecía al género femenino. Del total de adultos (80% de cerca de 13.000
desmovilizados voluntarios), aproximadamente tres de cada cinco se encontraban en
ese momento dentro del rango entre 18 y 24 años, mientras el resto se encontraba
entre los 25 y 40 años. El 35% del total informó haberse vinculado siendo menor de
edad. Alrededor del 45% del total reportó que habían alcanzado un nivel de educación
primaria incompleta, mientras 20% manifestó haber completado 5 años de educación
formal. Otro 20% declaró haber cursado educación secundaria incompleta y cerca del
10% se clasificó como analfabeto.
16
A partir del mes de febrero de 2007 el decreto 395 de 2007 estableció que los beneficios que, en el
marco de la reintegración, reciban las personas desmovilizadas, a partir de la vigencia del decreto 128 de
2003, de grupos armados organizados al margen de la ley, en forma individual o colectiva, podrán conce-
derse a cada persona, de acuerdo con los criterios que previamente determine la Alta Consejería para la
Reintegración Social y Económica de las Personas y Grupos Alzados en Armas, y terminarán cuando culmine
el proceso de reintegración social y económica, el cual se fijará a partir del progreso de cada persona.
17
En diciembre de 2006 más de la mitad del total de los reincorporados individuales desmovilizados a
partir de agosto de 2002 había salido del programa de beneficios a cargo del Gobierno Nacional por
haber cumplido 2 años dentro del mismo.
18
Las condiciones para la desmovilización de excombatientes voluntarios e individuales se fijaron en el de-
creto 128 de 2003. A partir de su expedición se establece el proceso de desmovilización y reincorporación
individual que se inicia con la presentación voluntaria y entrega de armas del excombatiente ante jueces,
fiscales, autoridades militares o de policía, representantes del Procurador, representantes del Defensor del
Pueblo o autoridades territoriales. Posteriormente, su pertenencia a un grupo armado se establece median-
te un Comité Operativo de Dejación de Armas, integrado por representantes del Gobierno Nacional, la
Fiscalía General de la Nación, el Instituto Colombiano de Bienestar y la Defensoría del Pueblo. La ayuda
humanitaria y los demás beneficios jurídicos y económicos se dispensan a quienes no estén siendo procesados
o no hayan sido condenados por delitos que, de acuerdo con la Constitución Política, la ley o los tratados in-
ternacionales suscritos y ratificados por Colombia, están excluidos de beneficios como indultos, suspensiones
condicionales de la ejecución de penas, cesación de procedimientos o preclusiones.
22 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Cerca del 50% militó en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-
EP), una tercera parte en grupos paramilitares y el resto en el Ejército de Liberación
Nacional (ELN) y disidencias de grupos armados ilegales. El 85% se desempeñó como
soldado raso o miliciano y en la mitad de los casos el tiempo de permanencia fue de
menos de 2 años. Entre quienes tenían algún mando (8%), el tiempo promedio de
vinculación fue de 8 años. Los motivos principales de deserción mencionados son el
maltrato, la crueldad y la severidad con que se penalizaban las infracciones menores y
la desmoralización causada por la guerra. Los departamentos donde, en su conjunto,
se registró la entrega de más del 50% de los desmovilizados individuales son, en su
orden: Antioquia, Cundinamarca, Casanare, Meta, Caquetá y Santander.
No hay información precisa sobre el origen ni los lugares de asentamiento
durante el proceso de reintegración de los excombatientes individuales. Sin embargo,
durante los primeros años de operación del Programa Nacional, el Gobierno dirigió el
establecimiento de los desmovilizados individuales hacia Bogotá y Medellín, por razones
de orden burocrático. Hasta diciembre de 2005, dos de cada tres estaban alojados
en albergues colectivos administrados por organizaciones y empresas particulares
contratadas por el Gobierno Nacional para tal fin. Posteriormente, la mayoría de esos
albergues fueron cerrados y sustituidos por alojamientos en hogares independientes
manejados de manera autónoma por los reincorporados y sus núcleos familiares. Es
probable que incentivos como el mayor acceso y calidad de vivienda, servicios públicos y
sociales, además del anonimato, mayor seguridad, oportunidades económicas y atención
complementaria que ofrecen Bogotá y Medellín, continúen atrayendo a la mayoría de
los desmovilizados individuales para establecerse aquí de manera definitiva.
ii) Desmovilizados colectivos19: Aproximadamente el 90% de los 32.000
desmovilizados colectivos entregaron sus armas entre enero de 2005 y septiembre
de 2006. En el momento de la entrega de armas por orden de sus respectivos
comandantes, cerca del 40% de ellos tenía entre 18 y 24 años de edad, mientras los
demás eran mayores de 25 años. Prácticamente la mitad de ellos había cursado algún
estudio de primaria, casi el 40% tenia algún estudio de educación secundaria, mientras
el analfabetismo se presentaba en uno de cada diez desmovilizados colectivos. Casi la
mitad de los reincorporados colectivos tenía un hogar con una pareja en el momento
de la desmovilización, mientras el resto eran solteros y, una pequeña proporción,
viudos, separados o divorciados.
19
Las condiciones para la desmovilización colectiva están reguladas por la ley 782 de 2002. Como meca-
nismo para la negociación de este proceso el Gobierno está facultado para establecer diálogos y suscribir
acuerdos con los grupos armados fuera de la ley. Para la desmovilización resultante de los grupos armados
ilegales se determina una zona de ubicación temporal. La calidad de miembro del grupo armado que se
va a desmovilizar la otorga una lista de desmovilizados suscrita formalmente por los representantes de los
grupos armados ilegales. La ayuda humanitaria y los demás beneficios jurídicos y económicos están pre-
vistos para quienes no estén siendo procesados o no hayan sido condenados por delitos que, de acuerdo
con la Constitución Política, la ley o los tratados internacionales suscritos y ratificados por Colombia, están
excluidos de beneficios como indultos, suspensiones condicionales de la ejecución de penas, cesación de
procedimientos o preclusiones.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 23
20
El decreto 128 de 2003 establece lo relacionado con la entrega de menores de edad, disponiendo que
en todo caso deberán ser ubicados en el programa especializado que para el efecto debe poner en fun-
cionamiento el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. La responsabilidad de verificar la pertenencia de
los menores a grupos armados ilegales se halla en cabeza del Ministerio de Defensa Nacional. Al Ministerio
del Interior, por su parte, le corresponde garantizar el suministro de los beneficios socioeconómicos contem-
plados en el decreto 128, en tanto éste no establece diferenciación entre adultos y menores de edad. La
norma, además, prohíbe expresamente la utilización de los menores en cualquier forma de colaboración o
cooperación en actividades de inteligencia u operativos de la fuerza pública.
24 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
21
Para más información ver capítulo 2.1. Antecedentes: La desmovilización y reincorporación entre 2002-
2006.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 25
Según los datos de la Alta Consejería, de los 2.467 excombatientes que cursan
el proceso de reintegración bajo su atención, 1.104 corresponden a jóvenes entre los
18 y 26 años. Esta cifra equivale a una proporción de 45% de jóvenes de la población
en proceso de reintegración en Bogotá. Dicho porcentaje corrobora que la población
joven constituye un sector visiblemente afectado por el conflicto armado interno y
resalta el esfuerzo que se debería hacer para diseñar una política pública que esté
dirigida a satisfacer las necesidades específicas de esta población.
Cuadro Nº 3
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según edad
2007
60.0% 55.2%
50.0% 44.8%
40.0%
30.0%
20.0%
10.0%
0.0%
Cuadro Nº 4
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá
según género 2007
Mujeres
Hombres
23.7%
76.3%
Sobre el estado civil de los jóvenes excombatientes, las estadísticas indican que
el mayor porcentaje (56.70%) corresponde al grupo de quienes viven en unión libre,
seguido de los solteros con un 41.21%, los casados alcanzan apenas el 1.9% y los
divorciados el 0.18%. Esta composición muestra cómo un alto porcentaje de los
26 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Cuadro Nº 5
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá
según estado civil 2007
Casado/a Divorciado/a
1.90% 0.18%
Cuadro Nº 6
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá
según número de hijos 2007
Seis 0.2%
Cuatro 1.3%
Tres 3.7%
Dos 13.7%
Un 30.3%
Fuente: Programa de Atención Complementaria a Población Reincorporada en Bogotá - Secretaria de Gobierno. Con
base en datos de la Alta Consejería para la Reintegración Social y Económica de Personas o Grupos Alzados en Armas
- marzo 2007.
Cuadro Nº 7
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá
según grupo de procedencia 2007
50.00% 46.83%
45.00%
40.31%
40.00%
35.00%
30.00%
25.00%
20.00%
15.00% 11.32%
10.00%
5.00% 0.72% 0.27%
0.54%
0.00%
90.00% 84.78%
80.00%
70.00%
60.00%
50.00%
40.00%
30.00%
20.00% 15.22%
10.00%
0.00%
Colectiva Individual
Cuadro Nº 9
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá
según nivel educativo antes de desmovilizarse 2007
Universitaria 0.27%
Tecnología 0.54%
Grado 11 4.53%
Grado 10 2.72%
Grado 9 6.16%
Grado 8 5.62%
Grado 7 8.79%
Grado 6 7.25%
Grado 5 26.18%
Grado 4 9.87%
Grado 3 10.05%
Grado 2 6.16%
Grado 1 2.99%
Grado 0 8.42%
Cuadro Nº 10
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá
según sistema de salud 2007
Sisben 1.81%
Ninguna 24.18%
Cuadro Nº 11
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según
productividad y empleabilidad 2007
70.00%
61.23%
60.00%
50.00%
38.32%
40.00%
30.00%
20.00%
10.00%
0.45%
0.00%
No trabaja Si trabaja Sin datos
Cuadro Nº 12
Jóvenes en proceso de reintegración en Bogotá según
productividad y empleabilidad por género 2007
45.00% 42.75%
40.00%
35.00% 33.24%
30.00%
25.00%
18.50%
20.00%
15.00%
10.00%
5.10%
5.00%
0.20% 0.27%
0.00%
Mujeres Hombres
Capítulo 2
22
Basado en: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2006. Derechos de los jóvenes. Bogotá: Secretaría de Gobierno
Distrital – Cátedra de Derechos Humanos, Deberes y Garantías Nº 3; y en Specht. Juventud y reinserción.
En:Working Papers Nº 1, Bogotá: Fundación Ideas para la Paz (FIP), 2006.
23
Chillan, Yuri. Voces y Miradas. Madrid: Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ), 2004, p.
32-34.
24
Parson, Talcott. The Structure of Social Action. McGraw Hill, 1937.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 33
El World Youth Report identifica que los jóvenes son uno de los sectores más
afectados en los conflictos armados, lo que trae consigo serias implicaciones para
el desarrollo de su vida y de la sociedad26. En la medida en que se desestructura
la familia, se debilita la posibilidad de emancipamiento, la nutrición adecuada,
se pone en riesgo la salud, se suspende el proceso de formación y se generan
enfermedades psicológicas (ansiedad, depresión, tensión extrema), que
posteriormente van a dificultar el desarrollo de las vidas de los jóvenes afectados.
En consecuencia, los jóvenes constituyen uno de los grupos más importantes
dentro de los programas de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR).
25
Margulis y Uresti. La condición de Juventud. Dimensiones y características. En: Viviendo a toda. Bogotá:
Universidad Central, 1998.
26
Este Informe establece que entre 1989 y el año 2000, en los 111 conflictos armados que se registraron
en el mundo, muchos jóvenes corrieron el riesgo de sucumbir a la violencia. Para el año 2003 se calcula que
300.000 niños y jóvenes soldados combaten en 49 países. No existe conflicto en que no participen los jóvenes,
pues, de hecho, ellos constituyen el elemento más numeroso de la mayoría de las fuerzas armadas. Se calcula
que en el pasado decenio 2 millones de niños fueron muertos o perecieron en conflictos armados y 5 millones
quedaron discapacitados. En: Organización de las Naciones Unidas. World Youth Report 2003, p. 391.
34 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
27
La Convención sobre los Derechos del Niño sienta la base jurídica para garantizar los derechos de los
niños. La Declaración Mundial sobre la supervivencia, la protección y el desarrollo del niño, aprobada en
1990, tiene como objetivo “proteger a los niños del flagelo de la guerra y adoptar medidas para impedir
la aparición de nuevos conflictos armados, a fin de dar a los niños de todo el mundo un futuro pacífico y
seguro”. La comunidad internacional ha fijado un nuevo programa de acción para proteger a los niños en
situaciones de conflicto armado. Se han elaborado varios instrumentos internacionales nuevos como el Con-
venio Nº 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Protocolo Facultativo de la Convención
sobre los Derechos del Niño. En ambos documentos se prohíbe el reclutamiento forzoso y obligatorio de niños
y jóvenes menores de 18 años en situaciones de conflicto.
28
Naciones Unidas. Asamblea General del Consejo Económico y Social. Informe sobre la Juventud Mundial,
diciembre 2005, p. 35.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 35
29
Specht, op. cit.
30
En un estudio realizado por la CEPAL sobre la violencia durante el posconflicto se logró identificar que
ha asumido como característica la constitución de grupos portadores de violencia, los cuales tienen como
factor común pertenecer a estratos de la población en edad adolescente y juvenil, organizados en forma de
pandillas. Los espacios en donde se desarrollan estas pandillas son los lugares que sufren de carencia social
e infraestructura, promovida aún más por la migración y el desarraigo constante, y una alta percepción de
la violencia, especialmente ligada al narcotráfico, lo que dice relación con la vivencia de abandono, exclu-
sión e inexistencia de interacción social, que impide la organización comunitaria y la estabilidad de lazos
comunitarios. En: CEPAL. Hacia la Construcción de lecciones posconflicto en América Latina y el Caribe. Una
mirada a la violencia juvenil. Serie Políticas Sociales, 2005.
31
Specht, op. cit., p. 13. De la misma forma el World Youth Report 2005 plantea que cada vez es mayor
la comprensión de los jóvenes reincorporados como agentes de paz dinámicos, que en lugar de ser parte
del “problema”, deberían convertirse en parte de la solución. Esta perspectiva hace hincapié en el papel
de los jóvenes como forjadores de la paz y la importancia de su contribución para mantenerla, en vez de
responder de manera violenta e intensificar el conflicto. En: Naciones Unidas. Informe sobre la Juventud
Mundial 2005, op. cit.
36 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
32
Ver parágrafo del artículo 2 del decreto 3.043 de 2006 por el cual se creó la Alta Consejería para la
Reintegración social y económica de personas y grupos alzados en armas, adscrita al Departamento Admi-
nistrativo de la Presidencia de la República
33
Ver Hawley, A. Ecología humana, Madrid: Editorial Tecnos, 1962.
34
Specht, op. cit., p. 7.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 37
unen a un grupo armado ilegal, aparentemente por “voluntad” propia35. Es por esto
que en los últimos años se ha empezado a indagar sobre el fondo de esta realidad de
los jóvenes “voluntarios”, con el fin de poder identificar los factores o motivos que los
llevan a participar en el conflicto armado36.
El libro Jóvenes Soldados y Combatientes ¿Por qué van a luchar?37 investiga
desde sus mismas voces la realidad de estos jóvenes “voluntarios”. Plantea que
buena parte de la explicación del por qué los jóvenes son inducidos a participar en
los conflictos armados se puede encontrar en las características compartidas de su
medio ambiente (contexto, entorno) y se puede establecer un paralelo a través de
la diferencias entre los países, las culturas y los tipos de conflicto. Esto corrobora los
hallazgos de algunas investigaciones que sobre dicha problemática han logrado
identificar un número de factores claves para su participación, así como han señalado
que los jóvenes que intervienen en algún conflicto pertenecen en su gran mayoría
a sectores en condiciones más desventajosas y pobres de la sociedad, a las propias
zonas del conflicto, y provienen de familias fracturadas o inexistentes38. De igual
forma, plantean la necesidad de analizar otros factores que interactúan entre sí y que
permiten comprender la complejidad del fenómeno.
Se han identificado tres tipos de factores que inciden en la decisión de los jóvenes
de involucrarse en el conflicto. En primer lugar, los factores ambientales marcan el
contexto fuera del cual es poco probable que suceda dicha intervención. En segundo
lugar, los factores que están relacionados con la historia personal de cada individuo,
los cuales predisponen a ciertos jóvenes a unirse al conflicto, lo que puede explicar por
qué otros que comparten sus mismas condiciones no se involucran con los actores
armados ilegales. De hecho, la combinación de factores que llevan a cada individuo
a esta decisión es única. Finalmente, los factores que se relacionan con el detonante
que conduce a la decisión específica de enrolarse.
Los factores de riesgo más significativos para la eventual participación de los
jóvenes en grupos armados ilegales, que son las condiciones necesarias pero no
suficientes, sin las cuales el joven tiene probabilidades altas de no enrolarse, pueden
dividirse en las siguientes áreas: la guerra, la pobreza, la educación y el empleo, la
familia y los amigos, la política y la ideología, los rasgos específicos de la adolescencia,
la cultura y la tradición39.
35
Un estudio realizado en el 2003 por la OIT encontró que dos tercios de los jóvenes entrevistados en Burun-
di, Congo-Brazzaville, República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda afirmaron que se enrolaron de
manera “voluntaria” al grupo armado. En: Dumas y De Cock. Wounded Childhood: The use of Child Soldiers
in Armed Conflict in Central Africa. Ginebra: OIT, 2003.
36
El conflicto colombiano no es ajeno a esta realidad: en el estudio realizado por la UNICEF se comprueba
que el 83.7% de los jóvenes afirmaron que se unieron de manera voluntaria a los actores armados ilegales.
En:Defensoría del Pueblo – UNICEF, Informe Defensorial, op. cit.
37
Brett y Specht. Young Soldiers, Why they Choose to Fight. Ginebra: OIT, 2005.
38
Ver: Machel, Graca. Informe: Las repercusiones de los conflictos armados sobre los niños. Naciones Unidas, 1996.
39
Brett y Specht, op. cit. p. 25-55.
38 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
40
Ver Defensoría del Pueblo – Unicef, Informe Defensorial, op. cit.; Medios para la Paz. Las huellas de
la guerra en los colombianos, 2007, en http://www.mediosparalapaz.org/index.php?idcategoria=2830;
Alcaldía Mayor de Bogotá. Programa de Atención Complementaria a la población reincorporada con pre-
sencia en Bogotá. Ciudadanos excombatientes: un desafío de reconciliación e inclusión para Bogotá, 2006;
Dowdney, Luke. Ni guerra, ni paz. Comparaciones internacionales de niños y jóvenes en violencia armada
organizada, Río de Janeiro, 2006.
41
Brett y Specht, op. cit., p. 26.
42
Ibíd., p. 27.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 39
43
La educación puede ser utilizada en forma deliberada o accidental para exacerbar y politizar las dife-
rencias existentes en una sociedad, con el fin de que sirva de base o ayude a perpetuar el conflicto violento.
Ver Brett y Specht, op. cit., p. 34.
44
McConnan, Isabel y Uppard, Sarah. Children-Not Soldiers. Save the Children. Londres, 2001, p. 54.
45
Entre los países estudiados se encuentran cinco latinoamericanos: Colombia, Ecuador, El Salvador, Hondu-
ras y Brasil. Ver Dowdney, Luke, op. cit., p. 66-73.
46
Brett y Specht, op. cit., p. 44.
40 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
47
Es emblemático el papel que cumplió “La Radio de las Mil Colinas” en el genocidio de Rwanda, ya que a
través de ésta se difundió una ideología que proclamaba a los tutsi como una “raza extraña”; los mensajes
que transmitía llamaban permanentemente a la muerte: “llenar las tumbas que todavía estaban medio
vacías” y asegurarse de que “los niños también debían ser asesinados”. Ver: http://www.escolapau.org/
img/programas/rehabilitacion/paises/06rwan.pdf
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 41
48
La expresión “derechos humanos” alude a un conjunto de derechos universales que cada individuo puede
reclamar por el solo hecho de formar parte de la especie humana o, como establece la Declaración Uni-
versal de 1948, de la familia humana. En principio, priman sobre toda otra regla, ley, disposición o práctica
establecidas por cualquier poder. Ver Hottois, G. Bioética y derechos humanos. En: Escobar, J. y otros. Bioé-
tica y derechos humanos. Colección Bíos y Ethos. Bogotá: Ediciones El Bosque, 2000.
49
Algunos emplean el concepto como un conjunto de obligaciones de la legislación internacional; otros lo
hacen para señalar ciertos estándares éticos que acentúan la importancia de los intereses individuales; y
otros aún utilizan el lenguaje de los derechos humanos por sus cualidades aspiracionales o retóricas. Ver
Gostin, L. Public health, ethics and human rights: A tribute to the late Jonathan Man. En: The Journal of Law,
Medicine & Ethics, vol. 29, 2001.
50
Utilizar el discurso de los derechos humanos para hacer exigencias en todos los ámbitos de la esfera
pública podría resultar en que los derechos no serían ya tomados seriamente como medio para resolver
alguno de estos asuntos, como afirma Sumner, citado en Ferrer, M. La población y el desarrollo desde un enfo-
que de derechos humanos: intersecciones, perspectivas y orientaciones para una agenda regional. CEPAL. Serie
Población y desarrollo, Nº 60, 2001, p. 12.
42 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
51
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Preguntas frecuentes sobre el enfoque de
derechos humanos en la cooperación para el desarrollo en: http://www.ohchr.org/spanish/about/publica-
tions/docs/FAQ_sp.pdf
52
Segone, M. Evaluación Democrática. Documentos de trabajo Nº 3. UNICEF, Oficina Regional para América
Latina y el Caribe, 1998.
53
En el ámbito interno, la Constitución de 1991 reconoce de manera indirecta a los jóvenes como sujetos de
derechos, cuando en el artículo 45 establece los derechos de los adolescentes a la protección y a la forma-
ción integral, y plantea como obligación al Estado y la comunidad garantizar la participación de éstos en
los espacios públicos encargados. En consecuencia se promovieron 2 documentos CONPES específicos sobre
esta población y en 1997 se expidió la ley 375 “Ley de Juventud”. En esta norma se establece por primera
vez un catálogo, aunque restrictivo, de derechos de los jóvenes. En la actualidad se cuenta con la Ley de
Infancia y Adolescencia (Ley 1098 de 2006), pese a que esta ley no incluye la totalidad del grupo pobla-
cional, logra establecer los principales lineamientos, objetivos y acciones para la protección y garantía de
los derechos de los jóvenes en un marco de mayor amplitud que la Ley de Juventud.
54
Política Pública de Juventud. Decreto 482 de 2006, p. 31. De la misma manera la Convención Iberoameri-
cana de Derechos de los Jóvenes 2005, no ratificada por el Estado colombiano, plantea que “la normativa,
políticas y acciones administrativas a favor de los jóvenes deben desarrollarse bajo la perspectiva de supe-
rar prejuicios y concepciones despectivas, paternalistas o meramente utilitarias de los jóvenes, transcendien-
do hacia un proceso y escenarios en los cuales se reivindique su condición de personas, ciudadanos plenos,
sujetos reales y efectivos de derechos, se garantice la igualdad de género, su participación social y política,
la aprobación de políticas orientadas al ejercicio pleno de sus derechos, la satisfacción de sus necesidades y
el reconocimiento como actores estratégicos del desarrollo”. Ver Organización Iberoamericana de Juventud.
Acta Final de la Convención de Derechos de los Jóvenes 2005.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 43
55
Rigat-Pflaum, María. Pros y Contras del Gendermainstreaming. Buenos Aires: Friedrich Ebert Stiftung,
2004, p.8.
44 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
ser hombre o mujer y el rol designado a cada uno de los sexos en la sociedad, dentro
de su cultura y creencias. Stiegler ilustra que el enfoque de género sensibiliza para
no tomar como natural la diferencia entre hombre y mujer sino también considerar
aspectos estructurales -poder/subordinación- que crean y reproducen diferencias en
función de las expectativas sociales56.
Con el tiempo se dio una transferencia lingüística no solamente de sexo a género
sino también de mujer a género; en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer
en Beijing, 1995, organizada por Naciones Unidas se equipararon los derechos de la
mujer con el término género.
En el pasado se desarrollaron una serie de instrumentos internacionales
dentro del Sistema de Naciones Unidas y del Sistema Interamericano con el fin de
garantizar el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y protegerlas
de la violencia.
La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de la ONU
establece en el artículo 1 que “por ‘violencia contra la mujer’ se entiende todo acto de
violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como en la vida privada”57. El Comité para la Eliminación
de la Discriminación contra la Mujer define que la violencia de género es “(...) dirigida
contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada”58.
Por haber firmado los acuerdos internacionales sobre la protección de los
derechos de la mujer, el Estado colombiano tiene la obligación de desarrollar iniciativas
legislativas y normativas, diseñar e implementar políticas, planes y programas sociales,
así como disponer recursos suficientes con el fin de prevenir la violencia contra las
mujeres y proteger sus derechos.
Tradicionalmente, las investigaciones sobre conflictos armados favorecen una
percepción estereotipada, tanto del hombre como de la mujer59. Mientras que a la
mujer se le atribuye el estereotipo de ser intuitiva, emocional e inclinada hacia el
56
Stiegler, Barbara. Gender Mainstreaming – Postmoderner Schmusekurs oder geschlechterpolitische Chance?,
Abteilung Arbeit und Sozial politik, Expertisen zur Frauenforschung. Friedrich Ebert Stiftung, 2003, p. 6.
57
Naciones Unidas. Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Distr. GENERAL, A/
RES/48/104, 23 de febrero de 1994.
58
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. Recomendación general 19, La violencia
contra la mujer (11º período de sesiones, 1992). Documento de la ONU, HRI\GEN\1\Rev.1, párrafo 6.
59
Por estereotipo entendemos “ el mecanismo cultural a través del cual unos atributos y características son
imputados a una categoría de población particular” y que “congela en el tiempo unos atributos y los asocia a
unas categorías específicas de población hasta que estas construcciones mentales, históricamente arraigadas,
adquieren la consistencia de una esencia trascendente”. En: Wills Obregón, María Emma. 2005, Mujeres en
armas ¿avance ciudadano o subyugación femenina? Análisis Político, mayo/agosto 2005, Nº 54. Bogotá. Ins-
tituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI), Universidad Nacional de Colombia, p. 66-67.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 45
60
Ibíd.
61
Amnistía Internacional. Vidas Rotas. Crímenes contra mujeres en situaciones de conflicto. No más violencia
contra las mujeres, 2004, p. 4.
62
El Jack, Amani. Gender and Armed Conflict, Overview Report, Bridge Development – Gender, Institute of
Development Studies, University of Sussex, 2003.
63
Amnistía Internacional, op. cit., p. 12.
64
Blair, Elsa y Londoño, Luz Marina. Mujeres en tiempos de guerra. Informe de Investigación. Bogotá: Col-
ciencias, 2003.
65
Ibíd., p. 2.
66
Ibíd., p. 17.
67
Amnistía Internacional, op. cit., p. 14.
46 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
68
Amnistía Internacional. Colombia. Cuerpos marcados, crímenes silenciados. Violencia sexual contra las
mujeres en el marco del conflicto armado, 2004, p. 44.
69
En el caso de Colombia, los roles difieren de un grupo a otro. Mientras que en las FARC se hace frente
a los estereotipos de género (roles de combate, labores de inteligencia, entre otros), es decir a los roles
asignados tradicionalmente por la sociedad a cada uno de los sexos, en los paramilitares estos estereotipos
se mantienen (tareas de cocina y similares).
70
Valji, Nahla. Gender Justice and Reconciliation, Dialogue on Globalization, Ocasional Papers, Nº 35, novem-
ber 2007, Friedrich Ebert Stiftung, p. 6. También “(…) para muchas mujeres ese hecho de ‘asumir las mismas
tareas que los hombres` -leído por ellas como un referente de igualdad-, tuvo un alto costo, en la medida en
que, para hacerlo, debieron competir permanentemente con ellos y negar aspectos muy importantes de su
propia identidad como mujeres”. En: Londoño F., Luz María y Nieto V., Roana Fernanda. Op. Cit., p. 202.
71
Wills Obregón, María Emma, op. cit., p. 64.
72
Ibíd., p. 64-65.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 47
En todo caso, al interior de los grupos armados ilegales los referentes de género
son modificados, en la medida en que se equiparan los roles de mujeres y hombres.
Se habla de un proceso de aculturación de los géneros al modelo promovido dentro
del grupo. Las mujeres se adaptan en su identidad de género a estas situaciones.
Para algunas, la vinculación a un grupo armado ha tenido efectos positivos tales
como oportunidad laboral, ganancia de libertad, nueva posición en la jerarquía social.
Sin embargo, durante el posconflicto, las mujeres no suelen poder conservar estos
logros, por el retorno a las estructuras de género tradicionales y se ven enfrentadas
con la reconfiguración de sus identidades de género, proceso que a menudo está
acompañado por un aumento de la violencia doméstica73.
El segundo reto para la mujer durante su proceso de reintegración, desde el
ángulo de ser víctima, es la violencia y la discriminación genérica, que en muchos
casos sirve como instrumento para oprimir lo femenino. A pesar de que tanto la
violencia como la discriminación hacen parte de los conflictos, no son inherentes a
los mismos. Las desigualdades de género previas al conflicto, reflejo de la inequidad
estructural de una sociedad en cuanto al acceso y/o la distribución de poder y
subordinación relacionados con los roles atribuidos a los respectivos sexos, con
frecuencia se suelen intensificar durante el mismo74. En el conflicto se refuerzan los
estereotipos sexistas y la rigidez entre los roles de los dos sexos75. “Los patrones de la
violencia contra las mujeres en situaciones de conflicto no surgen de forma ‘natural’,
sino que son ordenados, aprobados o tolerados como resultado del cálculo político”76,
como instrumento y estrategia de guerra.
En la retórica del conflicto, las mujeres son las “depositarias del honor de la
comunidad” por su cuerpo, su sexualidad y su capacidad reproductiva. La violencia
contra la mujer, en particular la violencia sexual, se vuelve un instrumento de
degradación77. La imposibilidad de tener hijos, la planificación obligatoria y el aborto
por la fuerza, son algunos instrumentos que suelen ser aplicados.
De lo anterior se deriva, pues, una serie de desafíos para la mujer durante su proceso
de reintegración a la vida civil. En general, las mujeres al ser violadas se enfrentan con
la estigmatización y marginalización en su comunidad que las culpabiliza a ellas de los
hechos. Por otro lado, la violencia contra la mujer permanece oculta por “(...) la separación
tradicional entre las esferas ‘pública y privada’ de la vida (…)”78 donde la violencia sexual
es considerada parte del espacio privado que no es adecuado visibilizarlo en el espacio
público. En muchos casos, las mujeres prefieren no contar sus experiencias, siendo la
conversación y el apoyo familiar un pilar para poder superar lo ocurrido.
73
Londoño F., Luz María y Nieto V., Roana Fernanda, op. cit., p. 170-212.
74
Ver El Jack, Amani, op. cit.
75
Amnistía Internacional, Vidas Rotas. Crímenes contra mujeres en situaciones de conflicto. No más violencia
contra las mujeres, op. cit., p. 11.
76
Ibíd., p. 4.
77
Ibíd., p. 12.
78
Ibíd., p. 4.
48 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
79
Amnistía Internacional, Colombia. Cuerpos marcados, crímenes silenciados. Violencia sexual contra las
mujeres en el marco del conflicto armado, op. cit., p. 61.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 49
que cualquier intento de desarticular estas estructuras pasa por desactivar las bases
económicas que soportan su accionar. De no hacerlo, la desarticulación de las
antiguas estructuras armadas ilegales simplemente abre espacios para que nuevos
actores entren en pugna por el control de las zonas abandonadas por aquéllas. Si
bien corresponde al Estado copar esas zonas, en la práctica ello no ha sucedido en
muchos lugares donde han vuelto a emerger poderes armados de carácter privado.
Como lo señaló el Sexto Informe de la Misión de Acompañamiento al Proceso de Paz
de la OEA, entre los fenómenos más preocupantes posteriores a las desmovilizaciones
colectivas que culminaron en 2006, se destacan los siguientes 1) el reagrupamiento de
desmovilizados en bandas delincuenciales que ejercen control sobre comunidades y
economías ilícitas específicas; 2) reductos que no se han desmovilizado; 3) la aparición
de nuevos actores armados y/o fortalecimiento de algunos ya existentes en zonas
dejadas por grupos desmovilizados”80. El surgimiento de nuevas organizaciones
armadas al margen de la ley ofrece a aquellos reincorporados que no han encontrado
alternativas legales, oportunidades atractivas para que regresen a la ilegalidad.
• Los riesgos penales representados por la vinculación de víctimas a los
procesos de la Ley de Justicia y Paz: por tratarse de un conflicto no convencional,
en el que la doctrina predominante se basa en el irrespeto a la vida y bienes de la
población civil por parte de los integrantes de los grupos armados al margen de la
ley, aun bajo el régimen de alternatividad penal consignado en la Ley de Justicia y Paz,
es de esperar que autoridades judiciales apenas conozcan una muestra pequeña del
cúmulo de violaciones realizadas por quienes hoy son excombatientes en proceso de
reintegración. Confiados en que la responsabilidad de muchos de esos hechos caería
sobre sus jefes militares, muchos excombatientes omitieron declarar su responsabilidad
por violaciones graves en el momento de su desmovilización. Sin embargo, a medida
que avanzan los procesos judiciales en contra de los exparamilitares responsables de
crímenes de lesa humanidad, se han hecho presentes las víctimas de crímenes de
guerra cuya autoría no ha sido reconocida hasta el presente por ninguno de quienes
se han acogido a la Ley de Justicia y Paz. Esta situación, que se prolongará por varios
años más, representa una amenaza seria para los reintegrados que son responsables
de dichos crímenes, pues al no haberlos declarado oportunamente corren el riesgo
de perder los beneficios de una pena alternativa a la contemplada en la legislación
penal ordinaria. Como es natural, éste es un factor de tensión permanente entre los
reintegrados y aquellas víctimas empeñadas en obtener justicia y reparación8 1 .
• El aislamiento inicial desde el cual el Gobierno Nacional dirigió el proceso de
DDR: la legitimidad que debe revestir tanto el proceso de justicia y reparación como la
80
Organización de Estados Americanos. Sexto Informe Trimestral del Secretario General al Consejo Perma-
nente sobre la Misión de apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP-OEA), 16 de febrero, 2006.
81
Según informes de la Fiscalía, a diario se reciben 400 denuncias de víctimas de los paramilitares en las
distintas sedes del país, por lo que a enero de 2007 se estiman en más de 100.000 los procesos iniciados.
Ver AA.VV. 2007, op. cit.
50 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
82
Un trabajo de diagnóstico sobre el Programa de Reincorporación a la Vida Civil del Ministerio del Interior
y de Justicia, realizado recientemente por la Fundación Ideas para la Paz, propone la siguiente reflexión:
“Cuando se revisan los decretos (específicamente el decreto 128 y el borrador del nuevo decreto en dis-
cusión) y se conversa con los funcionarios del PR [Programa de Reincorporación], se concibe el proceso de
DDR [Desmovilización, Desarme y Reincorporación] como una concatenación lineal de procedimientos que
podría asemejarse a una banda transportadora. El símil podría caricaturizarse de la siguiente manera: Hay
una entrada relativamente indiferenciada de materias primas (los desmovilizados) sobre las que hay que
implementar una serie de procedimientos, uno tras otro, para lograr que luego de dos años de ensamble se
obtenga una salida similar y constante (reincorporados a la vida civil con un proyecto productivo a cuestas).
Consecuentemente, sobre la banda debe haber una serie de operarios que deben responsabilizarse en de-
terminados momentos por el producto, para entregarlo a la siguiente etapa. Se quiere invitar a abandonar
esta concepción de los procesos de DDR, para reconocerlos como trasformaciones altamente no lineales. En
primer lugar, las entradas al proceso son dispares y altamente inestables, la materia prima no es uniforme.
Cada desmovilizado tiene una historia individual con sus propias capacidades, deficiencias cognitivas y difi-
cultades psicoafectivas. Por tal motivo es muy factible que los desmovilizados no requieran de una secuencia
igual de actividades para lograr su proceso de reincorporación… Para lograr el manejo de la variedad,
al reconocer los procesos de DDR como no lineales, se requiere la capacidad tecnológica e institucional que
soporte la segmentación, la acción y el seguimiento de la reintegración a la vida civil”.En Puentes, A. Diag-
nóstico organizacional del Programa de Reincorporación a la Vida Civil. Bogotá: Fundación Ideas para la
Paz, mimeo, 2004.
52 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
oportunidades económicas. Éste es un factor que con frecuencia los lleva a considerar
que no tienen las mismas oportunidades que el ciudadano común, a sentirse
discriminados, lo que alimenta un círculo vicioso de aislamiento y autoexclusión.
• A menudo los beneficios ofrecidos por los programas de reintegración son
dispensados en un marco asistencialista que crea dependencia y pasividad entre los
beneficiarios. Por consiguiente, éstos se sienten titulares de derechos, sin configurarse
en “sujetos de derechos”, en tanto no asumen con responsabilidad el compromiso de
lograr progresivamente su autonomía social, económica y política: “…se someten a las
condiciones del Programa, es cierto, pero al costo de no sentirse responsables por el
éxito del proceso”83.
Atendiendo estas condiciones específicas de los jóvenes en proceso de
reintegración, la literatura internacional acerca del diseño de programas de
reintegración para esta población en particular señala, entre otras, las siguientes
pautas claves:
• En el diseño y ejecución de los procesos de reintegración conviene analizar y
considerar las razones por las cuales los jóvenes se vincularon a grupos armados. Esto
sirve de base para determinar el tipo de ayuda que requieren. Es igualmente crucial
ofrecer acceso a oportunidades equivalentes a quienes, enfrentados a circunstancias
similares, optaron por no unirse a grupos armados.
• Es preciso procurar condiciones propicias para que los jóvenes en proceso de
reintegración encuentren un rol significativo que represente una responsabilidad
y un estatus semejante al rol que desempeñaron dentro de los grupos armados a
los cuales pertenecieron. Al respecto, conviene tener en cuenta que los sistemas de
valores de esos grupos no son todos negativos, como tampoco caóticos o anárquicos.
En lugar de tratar de romper estos legados durante el proceso de desmovilización, los
procesos de reintegración deberían considerarlos como una base de capital social
que puede ser utilizado positivamente en el proceso de construcción de paz en las
circunstancias y entornos adecuados.
• Los jóvenes excombatientes pueden convertirse en constructores de paz cuando
se les da la oportunidad de contribuir en los procesos de reconstrucción y reconciliación.
Deben ser considerados como un activo en la construcción de una nueva sociedad.
83
Alcaldía Mayor de Bogotá. Ciudadanos excombatientes: un desafío de reconciliación e inclusión para
Bogotá, op. cit., p.53.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 53
Capítulo 3
Resultados y discusión
54 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
84
Ver AA.VV. La sistematización, una nueva mirada a nuestras prácticas. Guía para la siste-
matización de experiencias de transformación social. Bilbao: ALBOAN/HEGOA/ Instituto de
Derechos Humanos Pedro Arrupe, 2004. Ver también Gubner, R. La etnografía. Método, campo
y reflexividad. Bogotá: Editorial Norma, 2001.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 55
85
Martínez, P. Carazo. El Método de estudio de Caso. Estrategia Metodológica de la investigación científica.
En: Revista Pensamiento y Gestión. Universidad del Norte, 2006, p. 165-193.
56 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Dentro de la dinámica interna del grupo armado, las mujeres jóvenes constituían
además de mano de obra operativa, oferta de servicios sexuales a sus comandantes,
con el fin de recibir una serie de privilegios y beneficios que las demás no podían
tener, lo cual responde a las dinámicas de poder y de estructura dentro del grupo, y
a tener un estatus en él. Durante la pertenencia al grupo armado ilegal las mujeres
sufrían maltratos psicológicos y físicos, la degradación de su condición de mujer, el
sometimiento a tener relaciones sexuales sin los cuidados necesarios de prevención
natal y de contagio de enfermedades de transmisión sexual. Las mujeres que quedaban
embarazadas tenían que empezar a vivir su vía crucis. El jefe del grupo armado y su
equipo de apoyo más cercano decidían si la mataban o le daban la “oportunidad de
vivir”, pero siempre y cuando abortara. Por lo general, las mujeres entrevistadas habían
sufrido esa experiencia, y aunque actualmente tienen familia, recuerdan el sufrimiento
y el dolor de esos momentos.
En cuanto a las causas de abandono de la vida en los grupos armados ilegales,
las mujeres jóvenes mencionaron dos principales: la primera debido a la decisión
de compañeros con quienes tenían relaciones afectivas de retirarse del grupo. La
segunda, porque confiaron en la oferta del Programa de Reincorporación a la Vida
Civil según la cual quienes se desmovilizaran tendrían un ingreso mensual para
sostener a sus familias. Entre los hombres los motivos principales mencionados
para abandonar las armas fueron el maltrato, la crueldad y la severidad con que se
penalizaban las infracciones menores, y la desmoralización causada por la guerra. Entre
los desmovilizados colectivos se mencionó así mismo que la desmovilización no había
sido una decisión personal, sino del comandante de la unidad a la cual pertenecían.
A continuación se mencionan los resultados de los ejercicios, utilizando
las siguientes categorías para su organización temática: referentes de auto-
reconocimiento, relación con lo público, papel de las redes sociales, necesidades
de vida, oportunidades para el desarrollo personal e imaginarios del proceso de
reincorporación a la vida civil.
Referentes de auto-reconocimiento
En la experiencia de los participantes el estatus de “miliciano”, adquirido a través
del proceso de socialización dentro del grupo armado ilegal durante la adolescencia,
permanece como referente primario de identidad durante un tiempo después del
desarme y la desmovilización. Durante su vinculación a esos grupos, la venganza,
el gusto por las armas, la violencia como recurso se mencionan entre los referentes
predominantes de su identidad, al igual que el poder y el reconocimiento social
asociado con el rol del “miliciano”.
En general, los participantes expresaron que los módulos didácticos que
cursaron, tanto dentro del Programa nacional de reintegración como del distrital de
apoyo complementario, fueron útiles para comenzar a desprenderse de la identidad
“miliciana”. Para algunos, sin embargo, la construcción de identidades afines a la
58 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
No hubo consenso entre los participantes acerca de cómo calificar las relaciones
con sus familias. Algunos sienten la familia como un apoyo para el proceso de
reintegración y su proyecto de vida, mientras otros la perciben como una carga
problemática. Aparentemente, los núcleos familiares jóvenes -parejas con hijos
pequeños-, ofrecen mejor soporte para la adaptación, ya que representan un estímulo
permanente para superar las dificultades y adversidades. Con frecuencia se define a
estos núcleos como la principal fuerza que motivó y acompañó la decisión definitiva
de los participantes de desmovilizarse.
En contraste con lo anterior, las relaciones dentro de las familias extensas -abuelos,
padres y hermanos- fueron descritas como más conflictivas, en algunos casos debido
a que otro miembro de la misma familia continúa activo dentro del grupo armado
ilegal, lo cual genera amenazas y tensiones permanentes. Otros factores de conflicto
mencionados en relación con las familias extensas son la incomprensión y abuso
de la autoridad por parte de los padres, el machismo, la “cantaleta”, el interés por la
generación de recursos y el alcoholismo. Se mencionaron algunos de estos factores
entre las razones que originalmente empujaron a algunos participantes a abandonar
sus familias y unirse a los grupos armados ilegales. En varios casos, la familia nunca
supo de la vinculación de los jóvenes al grupo armado ilegal.
Sólo unos pocos jóvenes se refirieron a sus familias extensas de manera positiva
y manifestaron extrañar el cariño de éstas. Hasta los que tienen una relación difícil con
su familia extensa propenden por reconstruir los vínculos familiares.
Adicionalmente a la familia nuclear, la red social más importante mencionada
por los participantes fue aquella por medio de la cual lograron ubicar un lugar de
residencia y les ha brindado apoyo y estabilidad. Estas redes están integradas por
amigos o familiares que llevan más tiempo en la ciudad, y por lo tanto representan
un soporte efectivo en cuanto a cómo hacer uso de los servicios y oportunidades
que inicialmente son desconocidos para los recién llegados. Estas redes informales
son mejor apreciadas como medio para conseguir ingresos y trabajo de lo que son
las instituciones que ofrecen programas formales y no formales de educación o
capacitación. Investigar la relación de los jóvenes con su vecindario y con los amigos
es importante, porque es allí donde se construyen nuevas redes sociales que puedan
reemplazar las antiguas redes perdidas por su traslado a la ciudad de Bogotá.
En su mayoría, los jóvenes no se relacionan activamente con su en torno más
inmediato, la mayoría de ellos no conoce a sus vecinos. Desde una perspectiva de
género, las redes sociales tejidas por cada sexo son claramente diferenciables y
complementarias. De acuerdo con las percepciones expresadas por los participantes,
las mujeres suelen ser activas en las dinámicas locales de los barrios donde viven y se
interesan más que los hombres por integrarse a los vecindarios. Aquéllos manifiestan
tener pocos contactos entre sus vecinos cercanos; no obstante, mantienen vivas
las redes integradas por otros jóvenes reincorporados, así como la institucionalidad
asociada a los programas nacional y distrital.
62 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
a algún sistema de salud, la mayoría a EPS, los demás al SISBEN o a través de la carta de
salud del Ministerio del Interior. Acerca de su estado de salud la gran mayoría expresó
sentirse en buenas condiciones. Unos pocos revelaron tener discapacidades físicas
permanentes, como resultado de su paso por los grupos armados ilegales.
La mitad de los jóvenes reportó haber hecho algún uso de este servicio y en su
mayoría coincidieron en calificar como negativa la percepción del servicio de salud,
sea por experiencia propia o por experiencia de personas cercanas a ellos. Los jóvenes
critican la calidad de los servicios mismos que se caracterizan por demoras de las
citas, agresividad de los funcionarios públicos y mala atención o hasta no atención; se
quejan del cubrimiento de los servicios (en el caso de la vinculación a través de la carta
de salud del Ministerio del Interior, por ejemplo, este servicio no cubre la odontología)
y señalan que los costos generales son muy altos en comparación con el presupuesto
mensual de los jóvenes.
El comportamiento de los funcionarios hacia los jóvenes, así como la calidad
del servicio, tienen un efecto negativo en la autoestima de los mismos, la cual baja
considerablemente por la experiencia directa de una estigmatización social y una
actitud de rechazo por parte de la institucionalidad pública.
En relación con el tema de la salud, los participantes frecuentemente hicieron
alusión a su alimentación diaria, que en consenso calificaron como básica pero
buena, a pesar de los limitados recursos de los cuales disponen. La descripción
de los menús más comunes revela dietas con alto contenido de carbohidratos y
poca proteína en forma de carne o pollo, similar a la que estaban acostumbrados
durante su permanencia en los grupos armados ilegales. Ellos no disponen de bono
de alimentación. Al respecto, es probable que los programas nacional y distrital
pudieran contribuir a una nutrición más balanceada, por medio de la introducción
de estos bonos.
c) Oportunidades para el desarrollo personal: educación y trabajo
Las economías regionales y locales en zonas rurales periféricas de Colombia
generalmente se encuentran deprimidas. Como consecuencia de ello hay un alto
desempleo para la mano de obra de baja calificación, que allí suele hallarse en
abundancia. En este tipo de escenarios, ante la ausencia de dirigencias empresariales
y sociales con capacidad de liderazgo significativo, la dinámica económica local
depende casi exclusivamente de las entidades públicas, que en su mayoría están
escasamente equipadas y dotadas para hacer frente a las complejas demandas que
esto acarrea. Además, como lo revelan los escándalos acerca del control que tuvieron
anteriormente las estructuras paramilitares sobre la asignación de los recursos públicos
de inversión, tanto en infraestructura como en servicios de salud y educación, las
administraciones locales en zonas periféricas continúan siendo altamente vulnerables
a ser subordinadas por aquellos agentes con mayor capacidad económica y de
administrar “violencia organizada”. Tal vez por eso, algunos participantes mencionaron
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 65
trabajo. Una limitación muy grande para acceder a este tipo de oportunidades es
la carencia de la documentación requerida por las formalidades asociadas con
la contratación pública, como son los certificados judiciales, de antecedentes
disciplinarios, de paz y salvo fiscal, y de afiliación a salud y pensiones, entre otros.
Gran parte de los jóvenes entrevistados muestran descontento con el sistema de
proyectos productivos a los cuales pueden acceder para montar su propia empresa.
Este sistema tiene como objetivo facilitar la entrada al mercado laboral. Sin embargo,
los jóvenes opinan que los trámites de solicitud para poder acceder a los créditos
financieros con el fin de llevar a cabo un proyecto productivo son muy complicados.
De igual manera, consideran que el personal administrativo carece de conocimientos
sobre el procedimiento exacto, lo cual genera confusión en las solicitudes. Algunos
jóvenes destacaron la falta de voluntad y de interés de parte de ciertos funcionarios
frente al apoyo en estos proyectos productivos. Por lo tanto, ninguno de los jóvenes
entrevistados ha podido acceder a este recurso, a pesar de que varios de ellos tenían
ideas sencillas.
Se destaca entre los jóvenes su gran disposición al aprendizaje y la presencia
de proyectos de vida en la legalidad. Para ellos, su proyecto de vida incluye la
educación; aspiran a terminar el nivel educativo que están cursando en la actualidad,
sea bachillerato o un curso de capacitación. Ellos buscan un reconocimiento social y
económico; entre algunos es notoria la intención de ser los mejores en su área.
En cuanto a las necesidades de vida, las experiencias recogidas sugieren que el
componente de ayuda humanitaria de los programas nacional y distrital efectivamente
cumple con ayudarles a tener unas mejores condiciones de vida que las que tenían
los participantes cuando ingresaron a los grupos armados ilegales. Sin embargo, es
bastante generalizada la percepción de que el componente de educación no está
mejorando la situación de empleabilidad de los jóvenes en proceso de reintegración,
por lo cual persiste el temor entre ellos a estar expuestos a enfrentar cambios bruscos
en sus condiciones de vida cuando ya no reciban asistencia alguna.
La frustración que experimentan estos jóvenes en relación con sus aspiraciones
de trabajo es frecuente y afecta significativamente su autoestima, al igual que su
confianza en el proceso como tal. Entre ellos es generalizada la opinión de que el
proceso de reintegración ha sido insatisfactorio principalmente en cuanto a la falta de
oportunidades para encaminar sus potencialidades y desarrollar nuevas habilidades en
el marco de dicho proceso. Sus precarias perspectivas laborales, que atribuyen en parte
a la estigmatización social, no favorecen el propósito de acabar con su dependencia
de los programas nacional y distrital, y son percibidas como una barrera infranqueable
para avanzar en el desarrollo de una vida en la civilidad legal y autónoma.
En el balance final, respecto a las oportunidades de desarrollo personal ofrecidas
dentro del proceso de reintegración a la vida civil, en su mayoría los participantes
piensan que Bogotá representa una mejor opción para salir adelante que cualquier
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 67
Capítulo 4
Estudio de caso
70 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Éste es el caso de una joven de 27 años que ingresó a la guerrilla a los 17 años,
por diferentes motivaciones, que nacieron en ella desde que era una niña y se fueron
ampliando con el transcurrir de su vida. Se desmovilizó voluntariamente a los 23 años
e inició su proceso de reincorporación en Bogotá en el año 2003, cuando llegó a vivir
a uno de los albergues del Programa del Gobierno Nacional. También pasó por el
Programa de Atención Complementaria a la Población Reincorporada, donde logró
vincularse al medio laboral a través de actividades con la comunidad. Actualmente
terminó su proceso con la institucionalidad, pero continúa luchando personalmente
para sostener y mejorar sus condiciones de vida. Trabaja como líder de paz, dictando
charlas sobre la reconciliación. Vive en una de las localidades de la ciudad, donde hace
parte de los grupos y espacios de participación ciudadana, luchando por los intereses
de la comunidad a la cual pertenece actualmente. Su proyecto de vida apunta al logro
de sus ideales a través de medios legítimos y legales.
A continuación se presentan los aspectos más relevantes, para este estudio, en
tres momentos de la historia de esta joven: antes, durante y después de su paso por
el conflicto armado.
los jóvenes, aunque era muy difícil convencerlos de algo diferente al trabajo con las
organizaciones armadas ilegales y el narcotráfico.
A la edad de 6 años cuando cursaba su primaria, camino a la escuela y en la
escuela, interactuaba permanentemente con los miembros de las organizaciones
armadas ilegales; a la hora del recreo, ellos les organizaban los juegos, pues tenían su
un campamento situado en la escuela.
Desde pequeña quería ingresar a las fuerzas armadas ilegales, dentro de sus
motivaciones en ese momento, estaban: por un lado alejarse de su hogar donde era
víctima de violencia intrafamiliar y por otra parte su admiración por la guerrilla y el
rechazo que sentía hacia el ejército. Cuenta que cuando éste iba a la zona donde
ella vivía siempre ejercía maltrato a su comunidad, a diferencia de la guerrilla quienes
trataban a la gente con respeto. La guerrilla siempre compraba cosas del campo
cuando las necesitaban, en cambio el ejército simplemente las tomaba.
“Pues a mí siempre desde muy pequeña, no sé si por la misma convivencia o el
entorno, me gustó o estuve más de acuerdo con la guerrilla que con el ejército, y a veces
también pues veíamos que cuando iba el ejército al área era diferente, o sea siempre era
con maltrato y tratando a toda la gente mal”.
A los 11 años solicitó por primera vez entrar a la organización armada a través de
una carta a un jefe guerrillero donde firmaban 25 chicos entre 11 y 13 años. Algunos
amigos les hacían ver que éste no era el camino correcto. Su primo, quien también
era su padrino, era la imagen paterna de ella y le daba consejos; cuando se enteró que
quería ingresar a la guerrilla, le preguntó que si repetiría la historia del padre, lo cual la
hizo reflexionar y desistir de la idea.
Desertó del colegio a los 12 años porque tenía matrícula condicional y además
quería alejarse de su hogar; no sentía vínculo con su familia y decidió irse para Cali a
trabajar con unos primos de mejores capacidades económicas. A los 17 años volvió a la
finca de la familia y retomó sus estudios, en ese momento inició una relación con un joven
el cual se relacionaba con un grupo de amigos que se caracterizaban por su rebeldía;
estaban en contra de las normas escolares e interactuaban con chicos milicianos. Frente
a este hecho, ella considera que le faltó el carácter y la fortaleza suficiente para rechazar
dichas personas. Pero en ese momento vivía en una depresión emocional muy grande y
fue en ellos en quienes encontró compañía ya que a su familia siempre fue indiferente.
El grupo se fue involucrando cada vez más con chicos que pertenecían a las
organizaciones armadas ilegales y empezaron también a probar la droga y a presentar
conductas en contra de la ley, haciéndose pasar por la guerrilla. Empezaron a tener
problemas en el pueblo y en el colegio por estos acontecimientos y fueron expulsados
de la institución educativa. La guerrilla tomó medidas y los sancionó, pero también les
ofreció el ingreso a sus filas; sin embargo, en esta oportunidad no aceptaron.
72 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
Su novio, con quien decidió convivir, porque quedó embarazada, se vinculó más
adelante a la guerrilla, sin contarle a ella. La joven poco a poco se fue dando cuenta y
se fue involucrando también, guardaba información confidencial y escondía las armas
de su compañero.
Un día, cuando su pareja se encontraba en el campamento guerrillero por orden
del comandante, le ofrecieron formalmente pertenecer al grupo armado ilegal, porque
consideraban que ella ya hacía parte, pero le faltaba hacerlo oficial. Después de un
tiempo ella aceptó la oferta que le hicieron ya que estaba recibiendo maltrato de su
pareja y amenazas de éste, quería separarse y él no la dejaba, le decía que le tenía que
obedecer por ser guerrillero. A pesar de haber tenido siempre la idea de vincularse a
este tipo de organizaciones, en ese momento lo hizo más por las circunstancias con
su pareja que por convicción total.
“…entonces en ese momento entramos como a discutir mucho sobre la niña, y él me
quiso amenazar con el cuento de que él era del movimiento y yo tenia que ceder ante él,
pues yo no le había dicho nada de lo otro, entonces yo fui y hablé con el mismo muchacho
que había hablado y él dijo: no se preocupe, además acuérdese que usted es prácticamente
una de nosotros, además si usted leyó el reglamento, a él se le prohíbe totalmente maltratar
a mujeres y a niños; entonces en esos momentos utilicé como un arma que tenía ante él y
ése fue como el motivo de decir sí, en ese momento, yo dije sí totalmente, porque hubiera
podido decir no, a pesar de esa presión no me hubieran podido obligar y yo hubiera podido
decir no tranquilamente, a la final dije sí y empecé a trabajar con ellos”.
amenazó con denunciarla ante las autoridades por lo que estaba haciendo. Dejó a su
hija con su madre un tiempo, ya que finalmente llego el momento de reclutamiento
después de operar como miliciana.
Sobre el entrenamiento, cuenta que es exactamente igual para hombres que
para mujeres, de igual manera para el aseo personal tienen las mismas condiciones:
se bañan en el río hombres y mujeres al mismo tiempo, manteniendo el respeto entre
compañeros. Existe un régimen interno y un reglamento general; el primero es el que
contiene las normas de convivencia para tener en cuenta entre los compañeros que
conviven permanentemente. Tienen horario para levantarse, acostarse y para fumar,
dependiendo del área donde se encuentren. Tienen oportunidad al final del día de
quejarse de sus compañeros si han irrespetado el régimen; cuenta que tienen que pedir
permiso para establecer relaciones de pareja entre los miembros de la organización
y que hay sanción por infidelidad o violación del régimen y se puede dar un consejo
guerra por faltar al reglamento. En cuanto a la opinión y participación sobre asuntos
de orden político del país, todos tienen oportunidad de hacerlo, indistintamente del
rango que tengan y del género.
La jóven escaló muy rápidamente dentro de la organización ya que se destacó
en todas las áreas y sus capacidades intelectuales, personales, militares y políticas la
hicieron surgir. De esta manera fue nombrada comandante de escuadra y en ocasiones
relevaba como oficial de servicio.
Respecto a las normas generales de la guerrilla cuenta que solamente el estado
mayor en sus consejos o asambleas anuales puede tomar decisiones sobre algún
cambio en los estatutos, que las personas de rangos medios o subalternos no inciden
en esas decisiones, simplemente pueden discutirlos y tratar entre todos de entenderlos
mejor, pero no pueden modificarlos.
A finales del año 2002 se sintió defraudada por la organización armada, debido
a un mal entendido y por desinformación; la estaban investigando internamente por
haber dado supuestamente información que no debía al ejército que la detuvo por
un tiempo; según ella, lo único que había tratado de hacer era cubrirle la espalda a su
organización, y sin embargo la estaban culpando, así que apenas tuvo conocimiento
de esto, decidió aprovechar la oportunidad que le dio la organización de salir un
tiempo para recuperarse de una bronquitis aguda y no volver.
“…a vos te están investigando, no sé por qué si estás acá no te han detenido, me dijo
él: si yo fuera vos yo no volvería, si me dan el papayazo de salir yo no volvería porque esa
situación tuya está muy complicada, entonces fue cuando yo decidí. Cuando me dejaron
regresar decidí no volver, si es necesario que vengan por mí a la fuerza y a la fuerza me
llevarán porque yo no voy a volver; en ese momento me sentí más que todo, un poco como
traicionada. Porque yo sí he defendido a la organización a capa y espada, al movimiento
y cuando estuve detenida me negué totalmente a dar información y ellos sí estaban
pensando que yo sí lo había hecho. Bueno decidí no volver”.
74 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
droga y otros decidieron volver a los grupos armados ilegales porque las condiciones
eran muy difíciles.
“…ha sido difícil estrellarse con una ciudad tan grande y con una cultura totalmente
diferente como es la de acá, el clima y la convivencia en esa forma, cuando uno está en los
albergues es muy difícil, venir de ser activo a encontrase con una falta total de actividad,
había gente que ni se levantaba, entonces eso dio para muchas cosas, se perdió el tiempo
y con la pérdida de tiempo se perdieron muchas cosas, muchas personas se devolvieron a
los grupos y otros se metieron a la droga. Al principio para mí fue duro pues yo no pensaba
más allá de lo que podía ver; con el paso del tiempo me fui dando cuenta que eso dependía
de uno mismo y entonces fui tratando de hacer las cosas pensando como en un futuro,
para uno mismo y para los demás”.
Ante esta situación ella se dio cuenta de que el proceso dependía de ella misma
y empezó a proyectarse al futuro y a aprovechar oportunidades que identificaba en
el Programa y en la ciudad en general, como por ejemplo la protección que ésta le
brindaba; aquí se siente más segura y tranquila que si la hubieran trasladado a Cali que
era más cerca a su región, pero corría más riesgos por encontrarse también cerca de la
organización de la cual había desertado.
Su percepción frente al Programa Nacional es que falta preparación en las
personas encargadas de desarrollarlo, considera que es algo muy difícil y no saben
cómo hacerlo; entonces lo terminan haciendo como requisito, por mostrar que están
cumpliendo, desaprovechando los recursos para esto. Faltan actividades de cultura,
recreación, deporte; falta rescatar principios y valores, considera que les deberían dar
charlas sobre cómo rehacer y mantener sus vínculos familiares.
“Lo que yo siempre he dicho, es importante rescatar muchas cosas que perdimos, los
que venimos de allá hemos pasado casi toda la vida en ese contexto, se nos ha olvidado
lo que es jugar, reír, y otras cosas que tiene la vida; sería importante tener la oportunidad de
recuperar esto, como si volviéramos a nacer, como niños que no se pueden olvidar de reír y
de jugar, no como el tiempo en que nos tenían en los albergues sin hacer nada; eso se podía
hacer más psicosocial; nos decían que habían talleres con psicología y yo nunca los vi; en los
albergues nunca nos visitaban, ni un psicólogo a darnos charlas; fue un tiempo perdido que
se hubiera aprovechado en recreación, cultura, deportes, en charlas psicológicas, en rescatar
valores, rescatar principios, muchos de los excombatientes vienen de familias rotas, familias
que han aportado mucha gente a esta guerra; ha sido eso, la ruptura familiar, las familias
no están preparadas para ser una verdadera familia y se debe trabajar en esto, también
debe haber actividades encaminadas a nuestra preparación, para tener la posibilidad de
trabajar después que pasaran los dos años y de esta manera pudiéramos sostenernos”.
Manifiesta que su paso por este proceso le ha servido para preocuparse más
por ella misma porque cuando estaba en la organización armada se preocupaba
solamente por el bien de la organización. Ahora puede dedicarse a su estudio, a sus
hijas y a la reconciliación con su familia. Otro aspecto que rescata del proceso es su
76 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
fortalecimiento personal. Sin embargo, quiere luchar por los intereses comunes de
los ciudadanos, considera que la vía más eficaz para lograr equidad e igualdad de
condiciones entre los colombianos es a través de la organización de las comunidades
y de la participación ciudadana. Reforzó dentro de la organización armada ilegal su
pensamiento en comunidad.
La relación con su familia actualmente es buena, ella considera que su madurez
la ha llevado a entender a cada uno de los miembros de su familia y a tolerar sus
diferencias, pero lo atribuye a su experiencia personal no al programa en sí.
Considera que su paso por la organización armada ilegal le dejó madurez,
desarrolló capacidades para sobrevivir, capacidad de responsabilidad y de disciplina,
lo cual le permite salir adelante a pesar de las condiciones difíciles por las que pueda
pasar. De su proceso de DDR rescata la posibilidad de conocer a una persona de
derecha y darse cuenta de que son seres humanos como ella que hoy están del
mismo lado y que son campesinos también o indígenas, de los mismos pueblos que
han pasado por las mismas circunstancias, pobres o más pobres; piensa que ha sido
una fuerza perdida, que si se unieran todos y lucharan en otra forma por los intereses
comunes en contra de las equivocaciones del Gobierno todo sería diferente.
Siente apoyo por parte de la Secretaría de Gobierno, de la Alcaldía Local de su
localidad y de las organizaciones juveniles que existen en la misma y de la comunidad en
general, que le han permitido integrarse y vincularse a trabajos con la comunidad, donde
ha podido promover la convivencia ciudadana y acceder a espacios de participación
que le ayudan a luchar coherentemente por sus ideales y por los intereses comunes.
Este apoyo se ha dado en el marco del Programa Distrital, pero también en gran parte ha
sido por su iniciativa y deseo de lograr una verdadera reintegración y participación.
Considera que Bogotá como ciudad brinda muchas oportunidades, si bien está en
cada quien identificarlas y aprovecharlas. Ella cree que el programa ofrece las mismas
oportunidades para mujeres y para hombres, sin embargo hay unos que las aprovechan
más que otros. También considera que falta credibilidad frente a las capacidades de
las mujeres, que pueden ser las mismas de los hombres; hay aún mucho machismo.
Tiene la convicción, porque fue testigo de esto en las organizaciones armadas ilegales,
de que las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres, aunque también
se diferencian en algunas cosas.
Como aspecto positivo del Programa Distrital señala las posibilidades de integración,
la ayuda con útiles escolares y con la gestión para la educación y la búsqueda de empleo;
sin embargo, considera que estos aspectos podrían mejorar y fortalecerse más. También
sugiere que se incluya un programa de vivienda desde el Distrito.
Actualmente siente que gracias a lo que ha vivido hasta hoy ha tenido la
oportunidad de reafirmar sus ideales y de darse cuenta de que hay otras formas de
lucha, desde la vida civil y legal, por lo cual tiene como proyecto de vida terminar una
carrera y luchar por condiciones dignas para su familia y su comunidad.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 77
Afirma que no cree que vuelva a vestir un camuflado y portar un fusil, porque
considera que la verdadera democracia se da a través de la organización de las
comunidades, desde la vía de la palabra y de la política, porque la democracia no es
comprada ni obligada
“… Ahorita en este momento no me veo nuevamente tomando un fusil y vistiendo
un camuflado…me di cuenta que somos los mismos contra los mismos y creo que no es
así por donde se debe pelear. Hoy en día creo que no es con las armas, ni con los tiros, el
logro de la democracia. Creo que es la vía de la palabra y la política, es por ahí por donde
se pueden hacer muchas más cosas y encontrar una verdadera democracia; porque la
democracia no es comprada ni obligada, si no un sentir común con un conocimiento de
nuestra historia. La paz empieza por darnos cuenta de nuestras diferencias y aceptarlas
con tolerancia, desde nuestra verdad y nuestra voz dar a conocer la realidad de nuestra
problemática, porque si debemos reconocer que hay una desigualdad en nuestro país y en
el mundo entero…No podemos pasar por alto una verdadera educación a la cual tenemos
derecho, muchas de las cosas se podrían cambiar, ética, principios, unión familiar, porque
es allí donde estamos perdiendo la guerra todos”.
De acuerdo con todo lo anterior, vale la pena explorar más sobre los factores
personales, protectores y de riesgo de los jóvenes excombatientes, para dirigir los
programas hacia el balance de éstos, lo cual podría contribuir al logro de procesos de
reintegración positivos.
Otro aspecto que se puede identificar en este caso es el papel que juegan la
ciudad y la comunidad receptora en el proceso, y la interacción que la población
78 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
desmovilizada pueda tener con los mismas, presentando bien sea oportunidades,
independientemente de las que ofrecen los programas, como en el caso de esta
joven, o por el contrario identificando obstáculos que pueden llegar a perturbar
el proceso. Este aspecto puede enmarcarse en la corresponsabilidad, tanto de la
población desmovilizada como de los ciudadanos que reciben a dicha población, y
en las características particulares de la ciudad. Lo anterior ubica dentro de un grupo
de factores ambientales que pueden llegar a proteger o a poner en riesgo a esta
población.
Este caso muestra la importancia de diferenciar entre el proceso global y la
participación de los jóvenes en los programas, pues hay muchos factores externos a
éstos que contribuyen a hacer más fáciles o más difíciles los procesos. Estos factores
pueden ser de tipo interno: recursos personales del joven, por ejemplo, o externo:
recursos físicos, sociales y familiares con que cuente el joven. De igual manera, este
caso invita a pensar que el proceso no debe terminar cuando se cumple el ciclo
institucional, sino que debe continuar el tiempo que cada una de estas personas
considere necesario, y cada día hacer esfuerzos personales por mantenerse en
condiciones dignas y adecuadas para un proyecto de vida integral. Aunque las
historias y experiencias antes, durante y después de la participación de los jóvenes en
el conflicto pueden tener coincidencias, cada historia es única y aporta al estudio de
este fenómeno desde diferentes perspectivas.
Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C. 79
Capítulo 5
Conclusiones y recomendaciones:
Una política específica para la
reintegración de los jóvenes
80 Experiencias de jóvenes excombatientes en proceso de reintegración a la vida civil en Bogotá D.C.
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