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Resulta necesario ejercer posesión continua, pacífica, pública y como propietario del
bien.
PROCEDIMIENTOS
Así, existen dos maneras para adquirir un bien inmueble por prescripción adquisitiva de
dominio; mediante un proceso judicial, respecto de predios urbanos y rurales, o
mediante un trámite notarial, solo para el caso de predios urbanos con o sin edificación.
Para la prescripción adquisitiva judicial, el Código Procesal Civil establece entre otros
requisitos la presentación de una solicitud firmada por el interesado y los testigos
propuestos, autorizada por abogado, la evidencia de la posesión del inmueble y la
certificación administrativa de quien figura como propietario o poseedor.
TRÁMITE NOTARIAL
TÍTULOS
Es título inscribible la escritura pública por la que se declara adquirida la propiedad del
bien por prescripción, insertando la documentación pertinente y remitiendo el parte
notarial a la Sunarp.
Teniendo en cuenta ello, cabe preguntarse por qué un sistema que consagra dentro de su
normativa constitucional una protección privilegiada a la propiedad[1] puede permitir
que un poseedor se convierta en propietario de un bien, en detrimento de otra persona
que ostenta el título de propietario.
En ese sentido, que el Código Civil permita la prescripción adquisitiva no iría en contra
de la propiedad protegida constitucionalmente, sino a favor suyo; pues entendiendo a la
posesión como la exteriorización de la propiedad, permitiendo al poseedor que ha
adoptado una conducta de propietario –o que ha desplegado la apariencia de tal- hacerse
de un título de propiedad se estaría permitiendo al propietario legítimo obtenerlo sin la
necesidad de probar una cadena de transferencias de propiedad sin vicios, lo que en
Roma era llamado la probatio diabolis, debido a la dificultad que ello significaba.
REQUISITOS
La ley también ofrece herramientas útiles que puede alegarse a efectos de la posesión
continua tales como los artículos 898 (sobre la suma de plazos posesorios) y 915 (acerca
de la presunción de continuidad de la posesión) del Código Civil.
Ahora bien, para que pueda adquirirse la propiedad por prescripción adquisitiva debe
considerarse el transcurso del plazo legal, desde el momento en que la violencia cesó.
Es por ello que a quien posee de una manera clandestina u oculta su posesión frente a su
entorno no podrá presumirse como titular del derecho, pues siendo la prescripción una
manera útil y necesaria de protección del legítimo propietario esta no puede tutelar a
quien no se comporte como tal efectuando actos de pública posesión.
Además de ello, la posesión pública obedece también a otro propósito elemental que es,
en caso de que el poseedor actual no tenga derecho a la propiedad, permitir al legítimo
propietario oponerse a tal posesión, lo cual no podría hacerse si aquel mantiene una
posesión clandestina, negándose al verdadero titular del derecho la oportunidad de
proteger su propiedad.
Para aclarar este punto debemos recordar la diferencia entre las sentencias declarativas y
las sentencias constitutivas de derecho. Las primeras buscan reconocer una situación de
hecho que se viene generando y que se sigue manteniendo, las segundas buscan alterar
(cambiando, modificando o extinguiendo) la relación jurídica preexistente[4]. Teniendo
en cuenta ello, la declaración judicial de la prescripción se limita a reconocer una
situación de hecho –la posesión continua ejercida como propietario, cumpliendo los
demás requisitos exigidos por la ley- que genera sus efectos como tal, sin alterarla.
La utilidad de la declaración judicial radica en que mediante esta la propiedad puede ser
inscrita en los Registros Públicos, publicitando el mencionado derecho erga omnes,
pues existe la presunción iure et de iure que los derechos inscritos en el registro son
conocidos por todos.
Tal como lo señala el artículo 504 del Código Procesal Civil, la prescripción adquisitiva
de dominio se tramita vía proceso abreviado, el cual es un proceso contencioso de
duración intermedia entre el proceso de conocimiento y el sumarísimo.
Para el caso de la prescripción adquisitiva la ley, en este tipo de proceso, establece que
la reconvención es improcedente.
Tu familia vive en la misma casa desde hace 50 años, cuando los abuelos la compraron.
Ellos ya fallecieron y no dejaron documento alguno sobre la adquisición del predio. Al
averiguar la situación registral del inmueble en la Superintendencia Nacional de los
Registros Públicos (Sunarp), descubres que -¡oh, sorpresa!- la casa no está inscrita a
nombre de tus abuelos, sino del anterior dueño, y que no hay manera de ubicar a esa
persona o a sus herederos. Es decir, no saben qué deben hacer para regularizar esta
situación e inscribir el inmueble a nombre de ustedes. Frente a esta situación, lo mejor
es realizar una Prescripción Adquisitiva de Dominio.
La propiedad por prescripción se adquiere mediante la posesión, que debe ser continua,
es decir sin interrupciones; pacífica, cuando la posesión es ejercida sin violencia física y
moral; pública, porque la posesión debe ser visible por la colectividad, y como
propietario, comportándose como tal durante diez años.
El notario realiza una constatación del inmueble para verificar la posesión pública y
pacífica del solicitante y toma declaración a los testigos propuestos.
Transcurridos 25 días útiles desde la fecha de la última publicación sin que medie
oposición, el notario extiende la Escritura Pública respectiva y remite partes al Registro
de Predios para su inscripción.