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LA VALIENTE MARTINA

Martina era una pequeña y humilde niña que vivía en las afueras de un hermoso
pueblo. Su familia tenía pocos recursos y era una de las más pobres del pueblo.
Sin embargo, Martina estudiaba en uno de los mejores colegios del pueblo, pues
su padre se esforzaba trabajando para que a ella no le faltara nada, ya que era
una niña muy estudiosa.
En el colegio, Martina era el blanco perfecto para las bromas pesadas debido a
sus orígenes. Diariamente merendaba sola y alejada de sus compañeros de clase
para no levantar ningún alboroto.

Un frío día, Martina se encontraba en una de las pequeñas mesas del patio a la
hora de la merienda. Tenía frío y hambre, puesto que sus padres pasaban por una
terrible crisis. Su vestimenta era pobre y escasa, aunque poseía un pequeño y
ligero abrigo que la protegía un poco del terrible frío. Pasó unos minutos
observando a los demás niños comer y algo llamó su atención inmediatamente:
miro como sus compañeros se organizaban para realizar sus tareas y se
ayudaban mutuamente aportando ideas, sugerencias, todos participaban cada uno
escogía un rol para la realización del trabajo.
Ella se sentía sola, con un poco de tristeza al ver que no tenía con quien
compartir y realizar sus trabajos le hacía falta una amiga a quien contarle sus
tristezas y su alegría que sentía cada vez que llegaba a casa y le enseñaba a sus
padres las calificaciones en la escuela.
Sus padres se sentían muy orgullosos de Martina la admiraban mucho por su
comportamiento y su forma ser, era una niña muy responsable en sus trabajos y
con mucha disciplina su padre sabia que el sacrificio que estaba haciendo por
Martina no era en vano, pues muchas veces tenía que aguantar muchas
necesidades para poder pagar el colegio de su hija

Por esta misma razón era que Martina se esforzaba siempre por ser la mejor y ser
el orgullo de sus padres, trabajaba sola en la escuela y en la realización de sus
tareas, investigaba y buscaba sus propios medios para adquirir nuevos
conocimientos para así poder entender y comprender las clases de sus
profesores.

Transcurrieron varias semanas de clase, cuando un día llego al salón una niña
nueva a iniciar clase, todos sus compañeros la miraban con desprecio pues era
una niña tímida y en su cara reflejaba una gran sencillez, no conocía a nadie de su
salón por lo que Martina tomo la decisión de acercarse y tratar de cruzar algunas
palabras con ella, le pregunto cómo era su nombre y de donde era, ella le
respondió.
-Me llamo Camila y vengo de una finca muy apartada de aquí. Eres una niña muy
amable y bonita se que vamos a poder ser muy buenas amigas.
Martina sonrió y le respondió claro que si, sentía una gran alegría porque por fin
alguien de su salón iba hacer su amiga e iban a poder compartir un poco en horas
de descanso.
Johana, una de las niñas más populares, había discutido con sus amigos y estos
le habían destrozado su abrigo en pequeñas e inservibles partes. Samanta, en
lugar de sentirse bien por lo que había sucedido, se sentía preocupada por ello.
Corrió hasta Johana, y sin pensarlo demasiado, se quitó su fino abrigo cubriendo
sus hombros. Después, como la directora había salido para avisar a todos de que
la hora de la merienda había terminado,  Samanta se fue corriendo sin despedirse
de Johana.
Esa misma tarde, a la hora de la salida, Samanta recorrió la ruta de costumbre
directa a casa, sin darse cuenta de que la compañera a la que acababa de ayudar,
Johanna, la seguía. A la mañana siguiente un gran alboroto hizo que Samanta
saltara de su cama y corriera hasta la salida de su casa. Allí vio a su madre
llorando de rodillas y a su padre hablando con el mismo Rey en persona. Detrás
del hombre, había una carretilla llena de comida, semillas para sembrar y ganado.
Tras aquel gesto la familia de Samanta era más rica que nunca.
La verdad era que aquella niña a quien Samanta había ayudado con tanta
humildad era la hija del Rey, quién quedó agradecida profundamente por aquella
acción y decidió recompensar a la familia de Samanta por ello. Desde ese mismo
día, Samanta y su familia ya no volvieron a tener una vida difícil y la pequeña se 
pasaba los días en el reino jugando con su nueva mejor amiga, Johana.

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