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El término “sinfonía” hace referencia al conjunto armónico de partes que se adaptan bien
entre sí. En definitiva para que la música y la comida puedan ser agradables, deben poseer
tanto notas como ingredientes adecuados que juntos dan forma a estos dos aspectos tan
significativos de la sociedad. Desde la antigüedad la gastronomía en compañía de la
música, han recorrido un largo camino. En la edad media los grandes poetas exponían sus
composiciones musicales en tantos banquetes como fuera posible.
The term "symphony" refers to the harmonic set of parts that adapt well to each other. In
short, for music and food to be enjoyable, they must have both appropriate notes and
ingredients that together shape these two significant aspects of society. Since ancient
times gastronomy in the company of music, have come a long way. In the middle ages the
great poets exhibited their musical compositions in as many banquets as possible.
The main idea of this essay is to try to establish epistemological links between music and
cuisine, taking as an object of study, the beautiful region of Paria, Sucre State. Populations
of warm and attentive gentilicio that opens the doors to live an experience where the past
is combined with the present. In addition the incessant sun and the delicious marine
gastronomy accompany you at all times to remind you that you are in Sucre, the Land of
Grace, land of love, seasoning, beautiful sounds, finally a whisper of the universe where
Smells, Aromas and Sounds converge.
En este sentido, Mithen, (2005). “La musicalidad sería anterior a la aparición del arte y del
lenguaje, siendo estos dos últimos propiedad casi exclusiva del Homo sapiens. Los homínidos
anteriores al ser humano no tendrían la capacidad mental necesaria para elaborar un lenguaje
complejo, teniendo que ceñirse a un sistema de comunicación pre-lingüístico basado en sonidos
que cambiaban de ritmo y melodía. A su vez, acompañaban estos sonidos con gestos y
movimientos, representando en su conjunto significados simples sobre las emociones que querían
hacer llegar a sus compañeros”.
El descubrimiento del fuego se dio hace 790.000 años, si deducimos o asociamos al fuego
con los alimentos cocidos; podemos presumir que es, en ese momento en que nace la
cocina como tal. Pero el hombre antes de descubrir el fuego ya cazaba. Y son estos
animales cazados los que fueron los primeros platillos de la humanidad.
Ahora bien, un aspecto importante de resaltar en esta etapa, es el carácter que ambas
disciplinas tienen como elementos de comunicación cultural, y en ello se manifiestan
tanto las tradiciones propiamente culturales, como las idiosincrasias naturales de un lugar.
Tanto la cocina como la música son un símbolo territorial, una muestra tanto de la cultura
como de la naturaleza que nos define como seres humanos con arraigo a un determinado
lugar. La música y la cocina, que se asocian a cada contexto son parte del patrimonio de
las sociedades, un trazo de su identidad que se refleja a través del cultivo, los productos,
platos típicos, ritmos, cantos, bailes, que son tan nuestras, pero a la vez tan diferentes en
contextos culturales extraños simplemente por no ser propias o no estar habituadas a
ellos.
A este respecto, quisiera hacer mención sobre el significa de la cocina y la música desde el
punto de vista cultural. El concepto y definición de “CULTURA” son amplios. La Real
Academia Española (2014), define cultura como el “conjunto de modos de vida y
costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una
época, grupo social, etc.”, a la vez que define la expresión de “CULTURA POPULAR”, como
el “conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo”.
Por su parte, es necesario resaltar que tanto la cocina como, la música según la UNESCO,
son consideradas Patrimonio Cultural Inmaterial. Y los define de la siguiente manera:
UNESCO (2003), “Patrimonio cultural inmaterial significa las prácticas, representaciones,
expresiones, conocimientos y habilidades - así como los instrumentos, los objetos y
artefactos, los espacios culturales asociados con los mismo que las comunidades, los
grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte de su legado cultural. Este
patrimonio cultural inmaterial, transmitido de generación a generación, es
constantemente recreado por comunidades y grupos en respuesta a su entorno, su
interacción con la naturaleza y su historia, y les proporciona un sentido de identidad y
continuidad, promoviendo de este modo el respeto por la diversidad cultural y la
creatividad humana. Para los fines de esta Convención, la consideración se concederá
únicamente al patrimonio cultural inmaterial en tanto sea compatible con los vigentes
instrumentos humanos de derecho, así como con los requerimientos de mutuo respeto
entre comunidades, grupos e individuos, y a un desarrollo sostenible”.
Después de ver estas semejanzas y algunas consideraciones, puedo decir, que sin duda la
cocina y la música tienen una vinculación desde inicios de la creación, incluso pudiese
considerarse sagrada, como la definen algunos, en la expresión del inicio de tema, que la
consideran un regalo de Dios.
La cocina y la música, se han convertido en elementos socializadores y civilizadores que
unen personas y culturas distintas, ambas constituyen un vector de convivencia y de
sociabilización. A lo largo de la historia, el ser humano ha convertido la ingesta de
alimentos y su música en mucho más que una necesidad vital y de diversión. Con el paso
del tiempo, la gastronomía y la música, su estudio de la relación del hombre y su entorno,
ha ido cobrando fuerza y hoy en día, ya es considerada parte fundamental del arte y la
cultura del planeta.
Como una especie de sueño, somos cautivados por los Aromas y Sonidos que se pueden
apreciar y percibir en el estado Sucre, particularmente por la belleza natural y cultural que
representa Paria. Los que hemos tenido el placer de deleitarnos con su gentilicio, sus
paisajes, sus historias, mitos, leyendas, tradiciones, música y sobre todo sus sabores,
llenos de influencias diversas, acompañados de tradiciones heredadas que han ido
aportando aspectos endógenos, productos de lo noble de sus tierras fértiles, el mar
Caribe, las manos nobles de las abuelas y abuelos, con creatividad sin límites, aprendizajes
ancestrales de nuestros aborígenes. Intentamos no despertar, y hacer de este sueño un
regalo que debe ser trasmitido y difundido por el Mundo, a fin de que se conozca la
grandeza y belleza de la Música y la Cocina, atrapada en una especie de caja de Pandora,
que considero, representa uno mezcla de culturas que influenciaron y se arraigaron en
nosotros, enriqueciendo lo que es ahora, nuestras más bellas expresiones de cultura y
quien se atreva a sentir cualquiera de esas caricias del alma, seguro quedaran fascinados
por tan variada y fascinante mezcla de sabores y sonidos.
Aquí es preciso llamar la atención sobre lo siguiente: Las habilidades artísticas, culinarias,
el talento musical, son desde cierta perspectiva uno de los más misteriosos del ser
humano, uno del que a lo largo de la historia se ha debatido si se adquiere o
irremediablemente se nace con esos talentos, con cierta inclinación por responder que los
cocineros y los músicos verdaderamente geniales son aquellos que en su condición natural
ya tienen precargado esta habilidad o más bien con esa capacidad de brindar placer a
través, de su música y su cocina.
Sin embargo, con los nuevos recursos puestos a disposición de la neurociencia (una de las
disciplinas más ambiciosas de los últimos tiempos), este dilema podría ser mejor
comprendido y quizá incluso resuelto.
Puedo decir que la mayoría de las personas tienen capacidad para percibir y producir
música, cocinar y mezclar sabores, de forma innata, esto es sin un entrenamiento especial.
Sin embargo, no todos tenemos las mismas habilidades notorias, no es raro escuchar lo de
“le viene de la familia” o “lo lleva en la sangre”. Entonces, se crean las interrogante
siguiente: ¿Existe una base genética para la aptitud en ambas disciplinas o ésta se
adquiere durante la infancia?. Desde mi perspectiva al igual que en otras características
complejas, la respuesta no es absoluta. Estudio demuestran que tanto factores
hereditarios, como ambientales, o la interacción entre ambos, contribuyen a las
habilidades del ser humano y que la aptitudes varían tanto entre las diferentes personas,
como entre los diversos componentes de la música y la gastronomía dentro de un mismo
individuo.
Por todo lo antes expuesto, es apremiante, que en esa búsqueda constante de la razón o
la verdad, que por supuesto no es absoluta sino relativa. Pero que nos estimula en el
incansable proceso del aprendizaje continuo. Evaluemos, si tanto la música como la
cocina, tiene una carácter ontológico, que pueda generar destellos sobre esa condición
bella que tienen los habitantes de Paria, en nuestro caso particular de estudio y a la vez
poder resignificar el valor, que han tenido ambas disciplinas, que pareciesen permanecer
en el tiempo como una cualidad de Alma.
Una vez más para aclarar conceptos, quiero mencionar, que al parecer, el primero en usar
la expresión “ONTOLOGÍA" en sentido filosófico fue el filósofo alemán Jacob Lorhard en su
obra Ogdoas Scholastica (1606), seguido de Rodolfo Goclenio en su obra Lexicon
philosophicum, (Léxico Filosófico, en idioma castellano), en el año 1613. “Se afirma allí
que la ontología es la filosofía del ente”.
Ya como término técnico, es hallada en la obra Ontologia sive de ente in genere de Jean
Le Clerc publicada en 1692 y el filósofo alemán Christian Wolff la populariza definiéndola
como “ciencia del ente en general, en cuanto que ente”.
Para un mejor entendimiento de lo que significa Ontologia o más bien, del trato que
podemos darle en la música y la cocina, podemos citar lo siguiente:
Es así, como nuestro interés particular se centra en el estudio del carácter ontológico
tanto de la cocina como de la música, como manifestación pura del Ser.
A este respecto podemos citar a: Cazau Pablo (2000), “Resignificar quiere decir encontrar
un nuevo significado o sentido a una situación, un síntoma, una conducta, etc.”.
La misma autora, complementa aportando lo siguiente: “La resignificacion social que está
teniendo el conocimiento puede relacionarse entonces con el papel que desempeñan los
saberes, las competencias y los procesos de transformación de conocimiento, como un
vínculo para establecer y potenciar los entramados sociales que se generan en y desde las
relaciones sociales, ya sea por medio de la explicitación oral o escrita, el adiestramiento, el
asesoramiento o cualquier tipo de relación presencial o virtual que se establezca entre
seres humanos”.
Mithen, S.J. (2005). The singing Neanderthals: The origins of music, language, mind and
body. Cambridge: Harvard University Press.
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Consultado
en https://www.rae.es/la-institucion/iv-centenario-de-miguel-de-cervantes