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UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE

COORDINACIÓN GENERAL DE POSTGRADO


PROGRAMA: DOCTORADO EN PATRIMONIO CULTURAL
COORDINACIÓN DE POSTGRADO CUMANÁ

Symphony for the ear and palate

Autor: Msc. Antonio Suárez Ramírez


Email: antonio.atsuarez@gmail.com

Cumaná, Estado Sucre. Agosto de 2019


RESUMEN
La música junto a la comida, forman una combinación capaz de producir sensaciones casi
inexplicables en el cuerpo humano. En ocasiones, puede tratarse de algo que va más allá
de las necesidades fisiológicas de las personas, evocando situaciones placenteras que
colman los días de tranquilidad y satisfacción. La cocina es una expresión artística como la
música, que de igual manera necesita inspiración, pasión y amor para así obtener
resultados que perduren en el tiempo. Cocinar con música puede hacer de esta actividad
diaria, un momento agradable. Así como la música influye en nuestro estado de ánimo lo
mismo pasa con la comida.

El término “sinfonía” hace referencia al conjunto armónico de partes que se adaptan bien
entre sí. En definitiva para que la música y la comida puedan ser agradables, deben poseer
tanto notas como ingredientes adecuados que juntos dan forma a estos dos aspectos tan
significativos de la sociedad. Desde la antigüedad la gastronomía en compañía de la
música, han recorrido un largo camino. En la edad media los grandes poetas exponían sus
composiciones musicales en tantos banquetes como fuera posible.

La Idea principal del presente ensayo, es tratar de establecer vínculos epistemológicos


entre, la música y la cocina, tomando como objeto de estudio, la región hermosa de Paria,
Estado Sucre. Poblaciones de cálido y atento gentilicio que le abre las puertas para vivir
una experiencia donde el pasado se conjuga con el presente. Además el sol incesante y la
deliciosa gastronomía marina le acompañan en todo momento para recordarle que se
encuentra en Sucre, la Tierra de Gracia, tierra de amor, sazón, sonidos hermosos, en fin un
susurro del universo donde convergen Olores, Aromas y Sonidos.

Palabras claves: Epistemológicos, gastronomía, sinfonía.


ABSTRACT
Music together with food, form a combination capable of producing almost inexplicable
sensations in the human body. Sometimes, it can be something that goes beyond the
physiological needs of people, evoking pleasant situations that fill the days of tranquility
and satisfaction. The kitchen is an artistic expression like music, which also needs
inspiration, passion and love in order to obtain results that last over time. Cooking with
music can make this daily activity a pleasant moment. Just as music influences our mood,
the same goes for food.

The term "symphony" refers to the harmonic set of parts that adapt well to each other. In
short, for music and food to be enjoyable, they must have both appropriate notes and
ingredients that together shape these two significant aspects of society. Since ancient
times gastronomy in the company of music, have come a long way. In the middle ages the
great poets exhibited their musical compositions in as many banquets as possible.

The main idea of this essay is to try to establish epistemological links between music and
cuisine, taking as an object of study, the beautiful region of Paria, Sucre State. Populations
of warm and attentive gentilicio that opens the doors to live an experience where the past
is combined with the present. In addition the incessant sun and the delicious marine
gastronomy accompany you at all times to remind you that you are in Sucre, the Land of
Grace, land of love, seasoning, beautiful sounds, finally a whisper of the universe where
Smells, Aromas and Sounds converge.

Key words: Epistemological, gastronomy, symphony.


DESARROLLO
Cuando por breves instantes, logramos escaparnos de la rutina material del vivir con
minúsculas, se abren nuestros ojos ante la inmensidad del Universo que sabemos
incomprensible, pero que sin embargo, no sentimos ajeno a nuestra condición de
humanos. Es así, como nos damos cuenta, que tanto la música como la cocina, en casi
todas las culturas se consideran un regalo de los dioses. En relación a la música, podemos
decir, que su origen es desconocido, ya que inicialmente no se utilizaban instrumentos
musicales para interpretarla, sino la voz humana, o la percusión corporal, que no dejan
huella en el registro arqueológico. Se puede inferir que la música se descubrió en un
momento similar a la aparición del lenguaje.

En este sentido, Mithen, (2005). “La musicalidad sería anterior a la aparición del arte y del
lenguaje, siendo estos dos últimos propiedad casi exclusiva del Homo sapiens. Los homínidos
anteriores al ser humano no tendrían la capacidad mental necesaria para elaborar un lenguaje
complejo, teniendo que ceñirse a un sistema de comunicación pre-lingüístico basado en sonidos
que cambiaban de ritmo y melodía. A su vez, acompañaban estos sonidos con gestos y
movimientos, representando en su conjunto significados simples sobre las emociones que querían
hacer llegar a sus compañeros”.

Posteriormente, el cambio de altura musical en el lenguaje produce un canto, de manera


que es probable que en los orígenes apareciera de esta manera. Además, la distinta
emotividad a la hora de expresarse, o una expresión rítmica constituye otra forma de, si
no música, sí elementos musicales, como son la interpretación o el ritmo. Es decir, la
música nació al prolongar y elevar los sonidos del lenguaje. Esta teoría científica lleva
siendo sostenida desde hace mucho tiempo, filósofos y sociólogos como Jean Jacques
Rousseau, Johann Gottfried Herder o Herbert Spencer, fueron algunos de sus mayores
defensores.

El concepto de música tiene muchas acepciones, pero la que más se acerca a su


significado, es la del arte de combinar los sonidos en una sucesión temporal. Es una de las
artes más valoradas por la sociedad y es la que más presencia tiene en el desarrollo de
nuestra vida diaria. En este ámbito citamos a Rousseau, (1768), quien afirma que la
música: “Es el arte de combinar los sonidos de una manera agradable al oído”

En relación a la cocina, surge lo mismo sobre su origen, no existe un registro o indicio de


dónde o en que parte de la historia de la humanidad se creó el concepto de cocina o
culinaria; pero queda claro que el descubrimiento del fuego forma parte fundamental de
esta historia.

El descubrimiento del fuego se dio hace 790.000 años, si deducimos o asociamos al fuego
con los alimentos cocidos; podemos presumir que es, en ese momento en que nace la
cocina como tal. Pero el hombre antes de descubrir el fuego ya cazaba. Y son estos
animales cazados los que fueron los primeros platillos de la humanidad.

En una revista de investigación y ciencias, sobre el origen de la cocina, conseguimos esta


apreciación interesante, Wenner (2010). “Los datos arqueológicos sobre el momento en
que nuestros antepasados empezaron a controlar el fuego (prerrequisito para poder
cocinar) son desiguales. Las pruebas biológicas, en cambio, son indiscutibles: debimos de
disfrutar por primera vez del olor de un buen asado hace unos 1,9 millones de años. Ello
coincide con la aparición de Homo erectus, una especie humana primitiva cuyo cráneo era
un 50 por ciento mayor y cuya pelvis y caja torácica eran menores que sus ancestros, lo
que indicaba un cerebro más voluminoso y un abdomen menor. Presentaban también
dientes de tamaño inferior. Si aceptamos que la capacidad de cocinar debió dejar huellas
en el registro fósil, este es el momento que estamos buscando”.

Ahora bien, un aspecto importante de resaltar en esta etapa, es el carácter que ambas
disciplinas tienen como elementos de comunicación cultural, y en ello se manifiestan
tanto las tradiciones propiamente culturales, como las idiosincrasias naturales de un lugar.
Tanto la cocina como la música son un símbolo territorial, una muestra tanto de la cultura
como de la naturaleza que nos define como seres humanos con arraigo a un determinado
lugar. La música y la cocina, que se asocian a cada contexto son parte del patrimonio de
las sociedades, un trazo de su identidad que se refleja a través del cultivo, los productos,
platos típicos, ritmos, cantos, bailes, que son tan nuestras, pero a la vez tan diferentes en
contextos culturales extraños simplemente por no ser propias o no estar habituadas a
ellos.

A este respecto, quisiera hacer mención sobre el significa de la cocina y la música desde el
punto de vista cultural. El concepto y definición de “CULTURA” son amplios. La Real
Academia Española (2014), define cultura como el “conjunto de modos de vida y
costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una
época, grupo social, etc.”, a la vez que define la expresión de “CULTURA POPULAR”, como
el “conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo”.

Por su parte, es necesario resaltar que tanto la cocina como, la música según la UNESCO,
son consideradas Patrimonio Cultural Inmaterial. Y los define de la siguiente manera:
UNESCO (2003), “Patrimonio cultural inmaterial significa las prácticas, representaciones,
expresiones, conocimientos y habilidades - así como los instrumentos, los objetos y
artefactos, los espacios culturales asociados con los mismo que las comunidades, los
grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte de su legado cultural. Este
patrimonio cultural inmaterial, transmitido de generación a generación, es
constantemente recreado por comunidades y grupos en respuesta a su entorno, su
interacción con la naturaleza y su historia, y les proporciona un sentido de identidad y
continuidad, promoviendo de este modo el respeto por la diversidad cultural y la
creatividad humana. Para los fines de esta Convención, la consideración se concederá
únicamente al patrimonio cultural inmaterial en tanto sea compatible con los vigentes
instrumentos humanos de derecho, así como con los requerimientos de mutuo respeto
entre comunidades, grupos e individuos, y a un desarrollo sostenible”.

Después de ver estas semejanzas y algunas consideraciones, puedo decir, que sin duda la
cocina y la música tienen una vinculación desde inicios de la creación, incluso pudiese
considerarse sagrada, como la definen algunos, en la expresión del inicio de tema, que la
consideran un regalo de Dios.
La cocina y la música, se han convertido en elementos socializadores y civilizadores que
unen personas y culturas distintas, ambas constituyen un vector de convivencia y de
sociabilización. A lo largo de la historia, el ser humano ha convertido la ingesta de
alimentos y su música en mucho más que una necesidad vital y de diversión. Con el paso
del tiempo, la gastronomía y la música, su estudio de la relación del hombre y su entorno,
ha ido cobrando fuerza y hoy en día, ya es considerada parte fundamental del arte y la
cultura del planeta.

Como una especie de sueño, somos cautivados por los Aromas y Sonidos que se pueden
apreciar y percibir en el estado Sucre, particularmente por la belleza natural y cultural que
representa Paria. Los que hemos tenido el placer de deleitarnos con su gentilicio, sus
paisajes, sus historias, mitos, leyendas, tradiciones, música y sobre todo sus sabores,
llenos de influencias diversas, acompañados de tradiciones heredadas que han ido
aportando aspectos endógenos, productos de lo noble de sus tierras fértiles, el mar
Caribe, las manos nobles de las abuelas y abuelos, con creatividad sin límites, aprendizajes
ancestrales de nuestros aborígenes. Intentamos no despertar, y hacer de este sueño un
regalo que debe ser trasmitido y difundido por el Mundo, a fin de que se conozca la
grandeza y belleza de la Música y la Cocina, atrapada en una especie de caja de Pandora,
que considero, representa uno mezcla de culturas que influenciaron y se arraigaron en
nosotros, enriqueciendo lo que es ahora, nuestras más bellas expresiones de cultura y
quien se atreva a sentir cualquiera de esas caricias del alma, seguro quedaran fascinados
por tan variada y fascinante mezcla de sabores y sonidos.

Como dije antes de manera fugas, la gastronomía y la música venezolana y en particular la


de Paria, es el resultado de un mestizaje producido en los tiempos de la colonia;
aborígenes, españoles, franceses, africanos y otras cultural, fueron los encargados de unir
sus culturas y dar origen a lo que hoy conocemos como la música y cocina criolla.

Aquí es preciso llamar la atención sobre lo siguiente: Las habilidades artísticas, culinarias,
el talento musical, son desde cierta perspectiva uno de los más misteriosos del ser
humano, uno del que a lo largo de la historia se ha debatido si se adquiere o
irremediablemente se nace con esos talentos, con cierta inclinación por responder que los
cocineros y los músicos verdaderamente geniales son aquellos que en su condición natural
ya tienen precargado esta habilidad o más bien con esa capacidad de brindar placer a
través, de su música y su cocina.

Sin embargo, con los nuevos recursos puestos a disposición de la neurociencia (una de las
disciplinas más ambiciosas de los últimos tiempos), este dilema podría ser mejor
comprendido y quizá incluso resuelto.

Puedo decir que la mayoría de las personas tienen capacidad para percibir y producir
música, cocinar y mezclar sabores, de forma innata, esto es sin un entrenamiento especial.
Sin embargo, no todos tenemos las mismas habilidades notorias, no es raro escuchar lo de
“le viene de la familia” o “lo lleva en la sangre”. Entonces, se crean las interrogante
siguiente: ¿Existe una base genética para la aptitud en ambas disciplinas o ésta se
adquiere durante la infancia?. Desde mi perspectiva al igual que en otras características
complejas, la respuesta no es absoluta. Estudio demuestran que tanto factores
hereditarios, como ambientales, o la interacción entre ambos, contribuyen a las
habilidades del ser humano y que la aptitudes varían tanto entre las diferentes personas,
como entre los diversos componentes de la música y la gastronomía dentro de un mismo
individuo.

Por todo lo antes expuesto, es apremiante, que en esa búsqueda constante de la razón o
la verdad, que por supuesto no es absoluta sino relativa. Pero que nos estimula en el
incansable proceso del aprendizaje continuo. Evaluemos, si tanto la música como la
cocina, tiene una carácter ontológico, que pueda generar destellos sobre esa condición
bella que tienen los habitantes de Paria, en nuestro caso particular de estudio y a la vez
poder resignificar el valor, que han tenido ambas disciplinas, que pareciesen permanecer
en el tiempo como una cualidad de Alma.

Una vez más para aclarar conceptos, quiero mencionar, que al parecer, el primero en usar
la expresión “ONTOLOGÍA" en sentido filosófico fue el filósofo alemán Jacob Lorhard en su
obra Ogdoas Scholastica (1606), seguido de Rodolfo Goclenio en su obra Lexicon
philosophicum, (Léxico Filosófico, en idioma castellano), en el año 1613. “Se afirma allí
que la ontología es la filosofía del ente”.

Después de diversos usos y su paso a caracteres latinos, el matemático y filósofo alemán


Gottfried Leibniz usó la expresión en su libro Introductio ad Encyclopaediam arcanam
(1683) y la define como “ciencia de lo que es y de la nada, del ente y del no ente, de las
cosas y de sus modos, de la sustancia y del accidente”.

Ya como término técnico, es hallada en la obra Ontologia sive de ente in genere de Jean
Le Clerc publicada en 1692 y el filósofo alemán Christian Wolff la populariza definiéndola
como “ciencia del ente en general, en cuanto que ente”.

Para un mejor entendimiento de lo que significa Ontologia o más bien, del trato que
podemos darle en la música y la cocina, podemos citar lo siguiente:

Becerra O, (2007), en su publicación sobre “Ontologia”, menciona lo siguiente: Es una


parte o rama de la filosofía que estudia la naturaleza del ser, la existencia y la realidad,
tratando de determinar las categorías fundamentales y las relaciones del ser visto como
ser. Los filósofos de la Grecia Antigua, Platón y Aristóteles estudiaron este concepto que
muchas veces se confunde con la metafísica. De hecho, la ontología es un aspecto de la
metafísica que busca categorizar lo que es esencial y fundamental en una determinada
entidad. Puede decirse entonces, que la ontología es la investigación del ser en general,
más allá de cualquier otra cosa en particular.

Es así, como nuestro interés particular se centra en el estudio del carácter ontológico
tanto de la cocina como de la música, como manifestación pura del Ser.

Mi propósito primordial, consiste, en buscar resignificar ambos expresiones culturales del


gentilicio de Paria, estado Sucre. Resignificar, comienza con encontrar un nuevo
significado o con volver a significar. Cuando se quiere comenzar un proceso de recuperar
o afianzar la identidad o los rasgos culturales, o se decide descubrir nuevas o desconocidas
formas de pensar, sentir y actuar, en donde tener un propósito visible implica la
oportunidad de aprender y desanclar aquellos hábitos y costumbres para trazarse nuevos
retos de desarrollo personal.

No es una tarea fácil, el poder resignificar ambas expresiones culturales. La resignificacion


de la interpretación del pasado para dar posibles soluciones, es un disparador para
responsabilizarse e involucrarse en los cambios, también es un apuntador hacia nuevos
escenarios, donde transmitir conocimientos, innovar experimentando y poniendo en
práctica nuevas estrategias, promueve la participación y colaboración, y más importante
aún optimiza una misión y visión resignificada. Es por esto, que reinterpretar o
transformar un estilo determinado de pensamiento, sentimiento o acción para adaptarlo,
hacerlo comprensible y volverlo consciente, es una apropiación que antecede un
desaprender, redescubrir y reinventarse.

A este respecto podemos citar a: Cazau Pablo (2000), “Resignificar quiere decir encontrar
un nuevo significado o sentido a una situación, un síntoma, una conducta, etc.”.

Y en mi caso particular, puedo mencionar nuevamente, que la idea primordial es rescatar,


revalorizar o darle un nuevo sentido a la cocina y porque no a la música de la región de
Paria, a fin, de darle el valor o el sitial que merecen, demostrar o quitar el velo,
mostrándole al mundo, la importancia, el origen, el valor de ambas disciplinas. Rescatar la
verdadera identidad.

Aun cuando al término resignificacion, no lo encontraremos en el diccionario de la Real


Academia, es una disciplina moderna, que vienen a potenciar, nuestra forma de concebir y
hacer mejor uso de nuestros saberes a este respecto, cito:

Nieves Y. (2012), “Los saberes socialmente productivos son surgidos de la experiencia


cultural de las personas, lo que les permite modificar sus subjetividades y les enseña a
transformar la naturaleza y la cultura; saberes que modifican el habitus de las personas o
grupos; son saberes que enriquecen y potencian el capital cultural de la sociedad o de la
comunidad. Estos saberes conforman un bagaje cultural social que está disponible y
volcado a la praxis laboral convivencial, organizativa, recreativa y surgen de las relaciones
sociales. Son saberes que emanan de la experiencia y de la experimentación; saberes no
letrados y tácitos, pero que conforman un piso de significaciones compartidas.2 Son
saberes que siendo patrimonio de una persona o un conjunto de personas, surgen de
vínculos entre los diversos sectores involucrados en los procesos productivos y es así
como crean el tejido social y sirven en un momento histórico determinado para el
desarrollo conjunto de las sociedades”.

La misma autora, complementa aportando lo siguiente: “La resignificacion social que está
teniendo el conocimiento puede relacionarse entonces con el papel que desempeñan los
saberes, las competencias y los procesos de transformación de conocimiento, como un
vínculo para establecer y potenciar los entramados sociales que se generan en y desde las
relaciones sociales, ya sea por medio de la explicitación oral o escrita, el adiestramiento, el
asesoramiento o cualquier tipo de relación presencial o virtual que se establezca entre
seres humanos”.

A modo de conclusión, quisiera decir, tal y como mencione anteriormente, que es


imperativo, para mí, en honor a nuestro patrimonio, y a todas las culturas que han hecho
vida en nuestra amada tierra oriental, que han dejando un legado hermoso en sus
tradiciones culturales, aportando una caricia o pedacito de su corazón, en sus saberes, su
música, sus sabores y que descubrieron en su momento, que mas que imponer
costumbres, podíamos con los aportes de cada uno, generar una mezcla cultural que se
convertiría en una de las expresiones más hermosas del Mundo, como la música y la
cocina.

En aras de proyectar esa hermosura, de lo que hoy es nuestro Pueblo y sus


manifestaciones culturales. Es necesario rescatar, de mano de su gente, todas las
bondades y cosas hermosas que están presentes, como si fuesen un susurro de Dios, en la
música y en cada uno de los sabores de la cocina Pariana.

MSc. Antonio Suárez Ramírez.


Email: antonio.stasuarez@gmail.om
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Amodeo, M.R. (2014). Origen de la Música como un Rasgo Adaptativo en el Humano.
Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 6(1), 49-59.

Becerra O. (2017) BLOG. Gerencia, Educación, Investigación y otros temas. ONTOLOGIA.


Consultado en https://omarbecerrav.blogspot.com/2017/06/ontologia.html

Cazau P. (2000) Vocabulario de Psicología - Redpsicología. Consultado en


www.galeon.com/pcazau

Grossmann R (2007). La existencia del mundo: introducción a la ontología. Tecnos.


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Mithen, S.J. (2005). The singing Neanderthals: The origins of music, language, mind and
body. Cambridge: Harvard University Press.

Nieves Y. (2012). Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana. Calle G, entre 23 y


25. Vedado, La Habana, Cuba. Correo electrónico: yadira.nieveslahaba@gmail.com

Rousseau, Jean-Jacques (1768): Diccionario de música (págs. 281-288). Madrid: Akal,


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Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Consultado
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UNESCO. (2003). Patrimonio cultural inmaterial. Consultado en


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Wenner M. (2010). Revista de investigación y ciencias, sobre el origen de la cocina,


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y-ciencia/informe-especial-salvar-la-tierra-506/el-origen-de-la-cocina-434

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