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Seminario 17. Clase 1. Producción de los cuatro discursos.

…para estructurar correctamente un saber hay que renunciar a los orígenes.

Lacan inicia el seminario 17 con el propósito de analizar el reverso del psicoanálisis y así llevar a
cabo la formalización de lo que él denomina como los cuatro improptus. Para llevar a cabo esta
empresa, Lacan se propone adentrarse en la estructura del discurso, cuestión que resulta
interesante si se parte de que la teoría psicoanalítica ha surgido de la clínica del uno a uno y de lo
que tanto Freud como él mismo, en su afán por formalizar su práctica, lograron constituir como
conceptos.

Esta estructura, dice Lacan, excede por mucho a la palabra. Es decir, el discurso es sin palabras y
se va a configurar a partir de unas relaciones estables que van más allá de las enunciaciones
efectivas. Ahora, que el discurso sea sin palabras no quiere decir que este sea sin lenguaje ya que
el primero se define a partir del significante en relación a otro significante. En resumen, se
encuentra en el plano del Otro.

Lacan, entonces, ha de ubicar su análisis a partir de lo que él denomina como estructura


fundamental -el discurso del amo- en su estatuto de enunciado. Es decir, desde un S1 que ha de
intervenir sobre la batería significante, S2, la red del saber. Este S1 representa el lugar del sujeto y,
que al intervenir sobre S2, lo introduce en un saber que ya no es del orden del instinto al que el
autor llama: el goce del Otro. Finalmente, en el último cuadrípodo ha de ubicar al a, representante
del otro.

Finalmente, lo que ha de manifestarse en cada una de ellas son una serie de relaciones constantes
que sitúan un momento determinado. Entonces, lo que va a mostrar esta estructura es el instante
en que S1 interviene sobre la cadena significante dando lugar a lo que llamamos como $. Es por
esta razón, es decir por la intervención del S1, que el Otro puede existir en tanto campo y de esa
operación queda la pérdida, el objeto a, cuya función estará signada por la repetición y el goce.

Es este concepto, el de goce, el que va a permitir la articulación de la estructura pues nos remite al
límite de la palabra. Reconocer al goce como articulación nos permite tener una perspectiva más
amplia del campo de la palabra y sus límites, estar un poco más allá. Lo cual resulta en una sed de
sentido. Es entonces el sujeto quien se sitúa en un más allá, quien tiene una sed de sentido cuya
insistencia sugiere la dimensión de la verdad.

Lo anterior implica que, en este paso de individuo a sujeto, de lo instintivo a lo pulsional, la vida no
esté del todo a favor de la vida, sino que también, empuja a la muerte. Pulsión que es efecto del
lenguaje y del malentendido. El goce radica entonces del lado de lo que se dice y no del lado del
ser. Es decir, el discurso, más allá de ubicarse del lado de un agente, hace gozar por lo que el
sujeto interpreta del mismo. Así, en la puesta en marcha de la práctica analítica también ha de
jugarse algo de la pulsión pues es también una experiencia de discurso.

Lo que dista entre uno y otro, entre instinto y pulsión, es que en el primero la cuestión del saber
comporta un límite que está del lado de la vida. Es decir, el organismo comporta un saber que al
articularse con la función significante da origen a lo que Lacan define como sujeto. Esto establece
un punto de encuentro entre el saber y el goce -el significante-. Es entonces, la palabra, lo que va a
ubicar al sujeto más allá del límite, en el lugar de la falta, en donde la satisfacción no es suficiente.

A esta dialéctica de la frustración Lacan la nombra como plus de goce. Esto ubica al objeto perdido
en el lugar de una satisfacción desconocida por el sujeto y que es desconocida porque el saber es,
desde la intervención de S1 sobre S2, un saber escandido por el significante.

Luego, Lacan va a analizar por qué la filosofía está al servicio del discurso del amo. S2, como
campo del saber, corresponde al esclavo y S1 en donde se apoya la esencia del amo. Para este
análisis Lacan retoma la Política de Aristóteles para ubicar al esclavo como soporte del saber. Pero
¿qué es lo que sabe el esclavo? Sabe hacer.

Posteriormente, tomará un ejemplo de Platón para decir que la filosofía es el medio por el cual el
amo sustrae el saber al esclavo ¿cómo lo hace? A través de las dos caras del saber: la cara
articulada del saber y el saber hacer. Lo que hace entonces el esclavo es transmitir su saber.

Ahí, dice Lacan, reside todo el esfuerzo por extraer lo que se llama la episteme, es decir,
encontrarse en una posición que permita que el saber se convierta en saber del amo. Esta
extracción de saber da lugar a un saber teórico en el sentido aristotélico del término. Para el autor
esto es muy importante porque es un punto bisagra con sus postulados ya que es a través de un
movimiento en la renuncia a ese saber, en donde se extrae al sujeto de la relación estricta de S1
con S2, y que tiene como efecto el nacimiento la ciencia.

Finalmente, Lacan va a finalizar con un abrebocas de lo que irá a trabajar en sus próximas clases, el
saber absoluto y el deseo de saber. Sobre este último refiere ser de gran importancia para la teoría
psicoanalítica ya que, si hay algo que ha de sostenerse en la misma, es que el deseo de saber no
tiene nada que ver con el saber. Lo que conduce el saber no es el deseo de saber; lo que conduce
el saber es el discurso de la histérica ¿Por qué la distinción? Porque es preciso reconocer que al
amo no le interesa, en absoluto, saber. El único interés del amo es que la cosa funcione.

Por último, una pequeña reflexión sobre el perdón. Lacan inicia esta clase haciendo alusión a un
evento en donde alguien se acerca a preguntarle por el inicio de su próximo seminario en donde
Lacan responde de una manera que produce, por así decirlo, una ruptura, pues hace que el
estudiante se vaya sin mediar palabra. Cuando Lacan habla de esto lo hace, en primer lugar, de un
exceso, exceso que comporta sobre todo una relación consigo mismo y se disculpa ¿qué exceso
comporta el arrepentimiento? ¿está del lado de la culpa o de la vergüenza?

¿Se arrepiente? El arrepentimiento tiene que ver sobre todo con un cambio de posición del sujeto
(metanoia)… ¿se perdona? Quién sabe. Arrepentir-se y perdonar-se son dos acciones que recaen
sobre un sujeto. Es necesario Otro que dé el perdón, aunque ese Otro sea uno mismo.

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