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A N T O L O G I A

Anteriormente en esta Facultad de Contaduria las materias de Derecho Civil,

Constitucional y Administrativo formaban parte del plan de estudio en dos

cursos. Sin embargo, a partir de años recientes la Universidad las unifico,

creando la Experiencia Educativa FUNDAMENTOS DE DERECHO; motivando

también que para su enseñanza se tengan que utilizar dos libros. Lo anterior

y con propósito de simplificar y economizar, decidì elaborar unos apuntes

unificando dichas materias de acuerdo al plan de estudios de la nueva materia,

dando orìgen a los “APUNTES DE LA EXPERIENCIA EDUCATIVA FUNDAMENTOS

DE DERECHO DE ACUERDO AL CONTENIDO TEMATICO”.


I N T R O D U C C I O N

Los presentes apuntes tienen la intención de poner al alcance de

los alumnos estudiosos de las carreras de CONTADURIA Y GESTION DE

NEGOCIOS, de una manera sencilla, explicita y comprensible la EXPERIENCIA

EDUCATIVA FUNDAMENTOS DE DERECHO DE ACUERDO AL CONTENIDO

TEMATICO, en virtud de que ellos se incluyen las materias de derecho civil,

Derecho Constitucional y Derecho administrativo y durante el ejercicio de su

profesión van a tener una relación directa con ellas, siendo necesario que

conozcan lo elemental de lo que tratan las normas que las regulan. El hecho

de ser considerada en el plan educativo como complementaria, no motiva que

se les imparta en forma diferente a las esenciales que forman parte de la

carrera que estudian.


I NDICE
Derecho Civil.
Importancia del estudio del derecho………………….. 1
Las normas y su clasificación………………………… 6
Las Fuentes del Derecho……………………………… 10
La Jerarquía del orden jurídico……………………….. 13
La vigencia y territorialidad de la ley………………… 14
La interpretación e integración de la ley……………… 17
Los hechos y actos juridicos………………................ 19
Conceptos………….. .……………………………….. 19
Clasificacion…………………………………………. 20
Efectos y Modalidades……………………………….. 21
Requisitos de Existencia y de Validez……………….. 23
Los Sujetos del Derecho y los Regìmenes Matrimoniales……. 29
Las personas físicas y morales…………………………………… 29
Atributos de la personalidad………………………………………29
Capacidad e incapacidad…………………………………………..32
Regìmenes Matrimoniales y sus efectos jurídicos……………… 34
Los Bienes, los Derechos Reales y las Sucesiones........................35
Bienes, concepto y clasificación………………………………… 35
Los Derechos Reales………………………………………………41
Las obligaciones…………………………………………………..55
Concepto………………………………………………………… 55
Fuentes……………………………………………………………..58
Clasificaciòn……………………………………………………….57
Modalidades……………………………………………………… 60
Efectos…………………………………………………………… 62
Trasmision………………………………………………………….66
Extinciòn……………………………………………………………68
Los Convenios y los Contratos……………………………………72
Definiciones……………………………………………………….. 72
Clasificación………………………………………………………. 72
Requisitos y lineamientos para su elaboración……………………. 74
Promesa de Contrato………………………………………………. 78
Arrendamiento…………………………………………………….. 78
Comodato………………………………………………………….. 83
Prestación de Servicios Profesionales……………………………... 84
Mandato……………………………………………………………. 85
Obra………………………………………………………………… 88
Asociación y Sociedad Civil……………………………………….. 88
Fianza………………………………………………………………. 93
Prenda………………………………………………………………. 95
Hipoteca…………………………………………………………….. 97
El Derecho Constitucional…………………………………………100
Concepto……………………………………………………………. 100
La Constitución. su estructura……………………………………… 103
El Estado…………………………………………………………….113
El Juicio de Amparo…………………………………………………148
Concepto elementos y estructura organizativa………………………158
Los tres poderes en el ámbito federal, estatal y municipal…………. 130
Derecho Administrativo…………………………………………... 162
Su concepto y contenido……………………………………………. 162
Los actos administrativos…………………………………………… 165
Los servicios públicos………………………………………………. 173
Los contratos y medios de adquisición de bienes por parte del
Estado……………………………………………………………….. 169
Las concesiones……………………………………………………... 200
El Procedimiento Administrativo y el Contencioso administrativo… 203
Los Recursos administrativos………………………………………. 208
Derecho Civil.

1. IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DEL DERECHO. La importancia del derecho


surge con pureza y claridad desde su origen cuando nos ponemos a reflexionar “que el
hombre es sociable por naturaleza” solo une sus fuerzas al prójimo en tanto persigue fines
iguales por caminos iguales, no es así cuando la complejidad de las relaciones humanas
evolucionadas lo impulsa a obtener los mismos satisfactores por medios distinto y
frecuentemente hasta encontrarlos en el campo de la violencia física; es cuando opera con
precisión el aforismo que presenta “al hombre como el lobo del hombre”, ya que a partir
de entonces la lucha por la existencia engendrará una agresión; es evidente que en esa
etapa la fuerza individual representaba el poder adquisitivo del hombre; después la
astucia y la destreza en el manejo de los instrumentos de ataque.

Tal etapa resultó insostenible; es cuando el Derecho emerge como factor que
armoniza la convivencia social compensando recíprocamente los intereses en pugna, del
mismo modo como actualmente un juez al resolver un juicio en el cual existen intereses
opuestos, lo hace dándole la razón a quién la tiene.

La teoría de Pallares dice: que el Derecho es la fuerza que coordina todas las
actividades sociales del hombre; que es la síntesis de todas las incontables energías de la
sociedad, porque todas ellas se destruirían mutuamente y matarían al organismo social, si
el derecho como fuerza soberana, no interviniera armonizando y conciliando en una
suprema síntesis de equilibrio, todas las corrientes impetuosas de la vida humana, de la
vida material, económica, etc.

Se puede concebir una humanidad viviendo sin una infinidad de cosas, que como
consecuencia de los adelantos científicos hacen más grata y placentera nuestra existencia.
Se puede vivir inclusive sin arte o religión, pero es absolutamente imposible que pueda
vivirse sin el derecho. Sí éste desapareciera, la humanidad solo viviría en tiempo
necesario para destruirse a si misma.

El Derecho penetra y gobierna la vida del hombre desde que nace hasta que muere;
inclusive muchas veces desde antes de su nacimiento, desde que es concebido y también
con frecuencia después de morir, el derecho trasciende de la etapa prenatal, a la vida
plena, de éste modo se explica que la ley proteja aún al ser que no ha nacido pero que
está en gestación y le atribuye derechos hereditarios cuando el padre fallece antes de
nacer el hijo.

MISION DEL DERECHO ha sido desde el principio de las colectividades, ordenar la


convivencia sobre bases de equilibrio y disciplina encausando y moderando los apetitos
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y violencias del hombre; por esto es que le señala los medios prácticos para logar el
desenvolvimiento de su personalidad.

El fin supremo a que aspira el Derecho es realizar su misión en forma justa;


añadiremos al caso, que la justicia es “la constante y perpetua voluntad de darle a cada
quién lo que merece”.

¿QUE ES EL DERECHO? ¿EN QUE CONSISTE? El derecho es una ciencia normativa


producto de la cultura y objetivación del acontecer humano. Siendo el orden social un
conjunto de normas, lógicamente el Derecho que las contiene será también un sistema
preceptivo que enuncia no precisamente el modo efectivo de producirse el fenómeno
jurídico, sino como debe producirse.

La violación de sus normas, lejos de afectar su validez, trae la ocasión de que el


Derecho surja con tuda su esplendidez y magnificencia.

El Derecho es un producto de la cultura porque en el reino de la cultura debemos


situar todo lo que es producto del intelecto humano; aquello que el hombre hace para
realizar mejor sus fines.

CONCEPTO DE DERECHO. La palabra Derecho nos da idea de lo que no se desvía


ni para uno ni para otro lado; lo recto seguido, lo justo lo razonable y lo legítimo. La raíz
etimológica de la Palabra Derecho, proviene del vocablo latino directum y el adjetivo
rectum. El mismo adjetivo constituye la raíz del verbo regere que significa “gobernar” y
del sustantivo regnum que significa “reino” de lo cual se colige que el Derecho denota
imperio y autoridad, atributos que caracterizan a la autoridad. El concepto de derecho mas
aceptado por los estudiosos del derecho es “El conjunto de normas jurídicas que regulan
la vida del hombre en sociedad”.

DIVERSAS ACEPCIONES DE LA PALABRA DERECHO. Es indiscutible la utilidad


que resulta de conocer las etimologías de las palabras; sin embargo, los cambios
semánticos que han sufrido en el decurso de las edades y el sentido que se le asigna en la
terminología jurídica moderna, nos impone la conveniencia de precisar su alcance cuando
se habla de Derecho en su aspecto Objetivo y Subjetivo; positivo y vigente; válido y
natural.

EL DERECHO OBJETIVO. No es otra cosa que el conjunto de normas que integran los
códigos; y que necesariamente se dirige a los valores u objetos tutelados por la ley, en
cuya salvaguardia se interesa el hombre. Tal conjunto de normas impero-atributivas
otorgan facultades al mismo que imponen los deberes correlativos, pero siempre dentro de
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una esfera determinada. Así por ejemplo cuando se habla de Derecho Hereditario, o de
Derecho Romano o bien Derecho Francés, la palabra se emplea en su sentido objetivo, ya
en cada caso se está haciendo referencia al conjunto de normas que constituyen dichos
ordenamientos.

EL DERECHO SUBJETIVO. Es la facultad que tiene el sujeto activo de exigir el


cumplimiento de la norma jurídica; es decir, el precepto atribuye su contenido a un titular
determinado “derecho-habiente” quien tiene el reconocimiento suficiente para obtener del
obligado la satisfacción que corre a cargo del último. Ejemplo, quien paga el precio de
una cosa comprada tiene el derecho subjetivo de exigir que se le entregue; y en caso de
resistencia queda a su arbitrio ejercitar la “acción”, o sea la facultad de acudir a los
tribunales en demanda contra el vendedor.

EL DERECHO VIGENTE. Está constituido por el conjunto de normas que en un país


determinado y en determinada época el Estado considera obligatorias; Según García
Maynes, que la vigencia es el sello que el Estado imprime a las reglas jurídicas ya sean
consuetudinarias o escritas, pero sancionadas por él. Vigente es todo ordenamiento
elaborado con todas las formalidades legislativas.

EL DERECHO POSITIVO. Es el conjunto de normas jurídicas que efectivamente se


observan en una época determinada, aunque hayan dejado de estar vigentes o todavía no
hayan sido elevadas a tal categoría. Ello se debe al constante devenir del fenómeno social
que es el Derecho y que precisamente sirve al legislador para suprimir o dictar nuevas
leyes procurando adaptarlas los mas posible a las exigencias y necesidades de la
comunidad.

EL DERECHO VALIDO. Es aquel que por sí mismo es aceptado y reconocido por la


generalidad de los hombres en virtud de que compendia ciertos ideales universales como
el valor justicia, valor seguridad, valor moralidad, etc.

DERECHO NATURAL. Es el que logra realizar o plasmar ciertos valores filosóficos


que la misma naturaleza humana reclama como imperecederos universalmente, aunque
varíen a través de los tiempos y de los pueblos, variación que depende de circunstancias
históricas y culturales. Según se ha demostrado, las modernas tendencias jurídico-
filosóficas postulan que el derecho natural es de contenido variable.

CLASIFICACION. El Derecho para su mejor estudio y comprensión, se ha


clasificado en dos grandes grupos: Derecho Subjetivo y Derecho objetivo; a su vez, el
primero se subdivide en derechos públicos, derechos políticos y derechos civiles;
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mientras que el segundo nos presenta la subdivisión de: Derecho Público y Derecho
Privado.

Se define el DERECHO SUBJETIVO como el conjunto facultades que la Ley


reconoce a los individuos para realizar determinados actos en satisfacción de sus propios
intereses. Se denominan en tal forma debido a que las facultades pertenecen al sujeto.

Los derechos Subjetivos Públicos son los que tiene la persona humana por el solo
hecho de serlo, sin tomar en cuenta su edad, sexo o nacionalidad.

Los derechos Subjetivos políticos son los que tienen los individuos cuando actúan
en calidad de ciudadanos miembros de un Estado.

Los Derechos Subjetivos Civiles. Están constituidos por el conjunto de facultades


que tienen los sujetos para salvaguardar su patrimonio y relaciones de parentesco, estado
civil, etc. Puede decirse que es la suma de los derechos reales y personales, intereses que
son de naturaleza privada.

Hemos visto con anterioridad que el Derecho Objetivo es un conjunto de normas


que reglamentan la actividad social; se le llama así por las leyes necesariamente son un
objeto distinto del sujeto. Agregaremos que el derecho objetivo rige las relaciones de los
particulares entre sí, de los particulares con el Estado y viceversa y las relaciones entre
Estados soberanos.

DERECHO PUBLICO. Es un conjunto de normas que regulan las actividades de los


particulares frente al Estado y las relaciones de los Estados soberanos entre sí. Se divide
en interno y externo, según que se aplique en el interior de un país o que rija
internacionalmente.

DERECHO INTERNO. Se ha denominado también Derecho Nacional debido a que


rige en un país determinado; se clasifica en Derecho Público y Derecho Privado; aquel
rige la constitución del estado, la organización del gobierno y las relaciones del Poder
Público con los particulares y viceversa; éste rige las relaciones de los particulares entre
sí.

EL DERECHO PUBLICO de México incluye: el derecho Constitucional, el Derecho


Administrativo, el Derecho Penal y el Derecho Procesal.

EL DERECHO CONSTITUCIONAL es el conjunto de disposiciones que rigen la


organización o constitución del Estado. La estructura de su gobierno, el funcionamiento
de los tres poderes u las relaciones de éstos entre sí.
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EL DERECHO ADMINISTRATIVO es el conjunto de normas que organizan al Poder


Ejecutivo, llamado igualmente poder administrativo, en todos sus grados y
ramificaciones; en otros términos, reglamenta la actividad del Estado traducida en
función administrativa.

EL DERECHO PENAL es el conjunto de leyes mediante las cuales el Estado define


los delitos y determina las penas aplicables a los delincuentes.

EL DERECHO PROCESAL es el conjunto de normas que indican la manera de hacer


promociones ante los tribunales y la forma que éstos deben seguir la secuela de los
procesos.

EL DERECHO PRIVADO EN MEXICO INCLUYE: el Derecho Civil y el Derecho


Mercantil.

EL DERECHO CIVIL reglamenta situaciones exclusivamente privadas en lo relativo


a las personas, sus bienes y sus contratos (sucesiones y obligaciones). Todos lo actos de
los particulares que residen y ejercen sus derechos aquí en el Estado de Veracruz, se
encuentra referidos en el Código Civil vigente para el Estado de Veracruz, pero cada
Estado Federativo de la República Mexicana cuenta con su Código Civil particular
aplicable en su territorio.

EL DERECHO MERCANTIL es el que se refiere a las actividades de todas las


personas que hacen del comercio su ocupación habitual o de aquellas personas que sin
ser comerciantes ejecutan actos de comercio en forma ocasional. Las tres ramas del
Derecho Mercantil son: Derecho Mercantil Terrestre, Derecho Mercantil Marítimo y
Derecho Mercantil Aéreo; El primero como su nombre lo indica, se refiere a las
operaciones que los comerciantes efectúan por tierra; el segundo trata de los comerciantes
que vinculan sus actividades con el comercio marítimo, que no quiere decir únicamente
por mar sino también el transporte por las vías fluviales dentro del territorio nacional. Y
el Derecho Mercantil Aéreo, desde luego estipula el comercio y transportación aérea.

Todos los actos que se reputan de comercio están enumerados en el Código de


Comercio, que es la ley federal y por tanto observable en todo el territorio nacional, islas,
archipiélagos y mares jurisdiccionales. Sin embargo éste Código resulta anacrónico e
incompleto, ya que fue elaborado en el siglo pasado, cuando se desconocía la posibilidad
del transporte aéreo por lo que carece de disposiciones a ese respecto. Esto nos demuestra
la constante evolución del Derecho y la necesidad de ir adaptándonos junto al progreso
humano. Por lo pronto, actualmente ya se encuentra elaborado un Código de Comercio
con el propósito de satisfacer las exigencias modernas, ya que en el mismo en su Titulo
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Primero pagina 235 se encuentra el Reglamento de La Ley De Navegación y no como


antes cuando surgían controversias mercantiles de carácter aéreo, se recurría a la Ley
Generales de Vías de Comunicación, que se aplicaba supletoriamente para cubrir las
deficiencias apuntadas.

Dos importantísimas ramas del Derecho se consolidaron al triunfar la Revolución


de 1910, que tuvo como mira principal restituir la igualdad y justicia social entre los
mexicanos, tales son: El Derecho del Trabajo o Industrial y el Derecho Agrario.
Actualmente ya se les considera dentro de la división del Derecho que hemos estudiado y
por lo tanto requieren también de su estudio.

EL DERECHO DEL TRABAJO determina todas las relaciones jurídicas como la


prestación de servicios entre los trabajadores y sus patrones. Además de reglamentar el
trabajo en talleres, factorías, industrias fabriles, etc., también lo reglamenta en el hogar,
oficinas, embarcaciones, ferrocarriles, minas, rancherías, etc.

EL DERECHO AGRARIO, se ocupa de la dotación y restitución de ejidos y parcelas


a pueblos campesinos; del fraccionamiento de los grandes latifundios, aguas de riego y,
en general, al régimen de la propiedad rústica encaminándola al bienestar nacional.

LA NORMA JURIDICA Y SU CREACION.

Todo conflicto en el interés de los hombres se ha resuelto a través de las centurias


de dos maneras: 1. La lucha a muerte entre las partes antagónicas con el triunfo de alguna
de ellas, impuesto por una fuerza física superior; 2. Mediante el sometimiento de los
contendientes a un elemento superior que fije límites a la conducta de cada uno y concilie
los afanes discutidos. Este elemento superior es la norma forzosa para los hombres que
opten por ésta solución.

Como dice López Rosado la norma es como una horma, un molde.

Existen normas de tipo técnico que indican la manera de obtener un fin práctico, y
cuyo cumplimiento es potestativo. Por ejemplo si decimos que para estar a la moda
debemos vestir determinado traje, estamos enunciando una norma o regla técnica de
observancia voluntaria según se desea estar o no a la moda. Estas normas no interesan a
nuestro estudio.

Nos compete estudiar únicamente las normas jurídicas, es decir sancionadas por el
Estado. Dichas normas se caracterizan por ser obligatorias al imponer deberes y otorgar
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derechos porque consignan un mandato imperativo, por ejemplo “no mataras” no admite
condición; es una norma que hay que obedecer, quiérase o no.

Toda norma jurídica debe contener un mandamiento de observancia general y estar


respaldada por la sanción aplicable al infractor. La norma jurídica preconiza o supone un
acontecimiento que al ocurrir produce las consecuencias previstas en la misma norma. En
éste punto los enunciados del Derecho se asemejan a las leyes que expresan las
uniformidades de la Naturaleza por cuanto estatuyen “relaciones de causa a efecto”. Toda
causa tiene un efecto. Ningún efecto se produce sin causa.

CLASIFICACION DE LAS NORMAS. Un estudio exhaustivo de las normas nos


obliga a clasificarlas apegándonos en lo más posible a un método sistemático. Cabe
hacer notar, empero, que se han clasificado siguiendo criterios de apreciación personal, lo
cual explica que existen multitud de clasificaciones, las cuales no tendrán valor científico
si no responden a exigencias de orden práctico. La clasificación más aceptada es la que se
rige por:

El sistema a que pertenecen.


Su fuente.
Su ámbito temporal de validez.
Su ámbito material de validez.
Su ámbito personal de validez.
Su jerarquía.
Su sanción.
Su cualidad.
Sus relaciones de complementación.
Sus relaciones con la voluntad de los particulares.

Las normas por el sistema a que pertenecen pueden ser de Derecho Nacional,
Derecho Extranjero o de Derecho Uniforme, las primeras porque rigen en un país o
nación determinados; las segundas, porque no rigen en el mismo sino en países distintos;
y las terceras por regir de manera uniforme en varios países que han convenido en
sujetarse a ellas con respecto a ciertas materias.

Por su FUENTE las normas pueden ser de Derecho escrito, de Derecho no Escrito
llamadas también consuetudinarias o de costumbre, y de Derecho Jurisprudencial. Las de
Derecho Escrito se llaman porque provienen de la labor específica de los órganos
legislativos, como el Congreso de la Unión en México. Las normas de Derecho no
Escrito son producto de costumbres reiteradas que adquieren fuerza obligatoria en
algunos países como por ejemplo Inglaterra; se fundan en el principio “consuetudo
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inveterata seus necesitatis et juris est” que traducido significa: la costumbre inveterada es
necesaria y es ley.

Por su AMBITO ESPACIAL DE VALIDEZ pueden ser generales y locales, según se


apliquen en toda la extensión territorial de un Estado soberano o solamente en una parte
del mismo. Según la organización política de México, en nuestro país deben distinguirse
también normas municipales aplicables únicamente en los límites de cada Municipio
Libre, de tal modo que serían tres las categorías existentes al respecto.

La norma por su AMBITO TEMPORAL DE VALIDEZ se clasifica tomando en


consideración el periodo o lapso de tiempo en que debe regir. En este sentido la norma
será: de vigencia determinada y de vigencia indeterminada. Las primeras establecen
previamente la duración de su vigencia, es decir cuando comienzan a ser obligatorias y
cuando dejan de serlo; y las segundas se limitan a fijar el día en que entran en vigor, pero
sin determinar su cancelación.

Por el AMBITO MATERIAL DE VALIDEZ la norma puede ser Derecho Público o de


Derecho Privado. Las normas de Derecho Público se subclasifican en normas de
Derecho Internacional, Constitucional, Administrativo, Penal y Procesal; las de Derecho
Privado se subdividen en normas de Derecho Civil y de Derecho Mercantil. Como se ve,
esta clasificación se funda en la materia jurídica que regula la norma. En México esta
clasificación como anteriormente se dijo se ha adicionado con las normas de Derecho
Agrario y Derecho Obrero, ramas de reciente creación.

El AMBITO PERSONAL DE VALIDEZ clasifica las normas con referencia a los


sujetos o personas a quienes pude aplicarse. Son generales o abstractas y concretas o
individualizadas; las primeras se dirigen a un número indefinido y general de personas; y
las segundas a una pluralidad determinada y fija de sujetos, como la Ley Orgánica de la
Universidad que solo se aplica a los universitarios.

Por su JERARQUIA las normas se han clasificado en coordinadas y subordinadas,


lo cual nos da la idea de la interdependencia que existe entre ellas, situándolas en una
escala decreciente. Las primeras tienen igual categoría entre sí; las segundas se supeditan
a otras normas de mayor grado jerárquico. En México la norma de suprema jerarquía es
la Constitución Política Federal; las varias leyes que derivan de ella son coordinadas
entre si, puesto que conservando la misma distancia del punto de origen mantienen la
misma jerarquía. Estas leyes se llaman federales constitucionales y regulan diversas
materias. De las leyes federales se van desprendiendo sucesivamente otras normas que
subordinándose entre sí a medida que se alejan de la Constitución, reciben el nombre de
orgánicas, reglamentarias, municipales, etc.
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Lo anterior es por lo que respecta al sistema nacional; pero en todos los Estados
Federativos que integran la República Federal de México, se desarrolla idéntico
fenómeno en virtud de la autonomía que le compete en su régimen interior.

Según la SANCION se clasifican en normas perfectas, normas menos perfectas y


normas imperfectas. La norma perfecta establece una sanción suficiente para reprimir la
violación castigando al autor con la nulidad de acto y posiblemente con pena corporal o
pecuniaria. Las normas menos perfectas son aquellas cuya sanción no anula
completamente los efectos jurídicos que causa la violación pero establecen penas
proporcionales; y por último, la norma imperfecta, es la que carece de sanción según
opinan algunos autores, entre ellos Korkounov; pero tal concepto negaría la definición de
la norma misma. Lo que sucede es que el precepto no reúne los elementos necesarios para
considerarla norma jurídica.

Por su CUALIDAD la norma puede ser: positiva o negativa ya sea que ordene una
acción o una abstención. Las primeras se llaman también permisivas porque facultan
determinados actos; las segundas se les llama igualmente prohibitivas en virtud de que
impiden un comportamiento dado.

LAS RELACIONES DE COMPLEMENTACION hacen que la norma sea primaria o


secundaria; las primarias tienen sentido pleno por si mismas; y las secundarias son
explicativas o complementarias de las anteriores y solo tienen sentido cuando se les
relaciona con ellas. Estas normas secundarias se subdividen en los siguientes grupos: a)
De iniciación, duración y extinción de la vigencia; b) Declarativas o explicativas; c).-
Permisivas; d) Interpretativas; e) Sancionadoras. De todas estas normas ninguna exige
aclaración, por ser claras.

Finalmente, las normas son Taxativas o Dispositivas atendiendo a su relación con la


voluntad de los particulares. Las normas taxativas necesariamente deben cumplirse aún
en contra la voluntad de los sujetos; en cambio las dispositivas pueden dejar de aplicarse
en algún caso concreto por voluntad expresa de los particulares, existiendo entre ellas una
subclasificación: interpretativas cuando confieren sentido a la voluntad de las partes que
se han manifestado en términos oscuros; y normas supletivas cuando se aplican en
ausencia de reglas que debieron establecer los sujetos del negocio jurídico, es decir,
suplen la omisión.

IMPERATIVIDAD DE LAS NORMAS JURIDICAS. La fundamental característica de


la norma jurídica es la de consignar una orden o mandato que invariablemente debe
cumplirse, aún por los medios de apremio que el mismo Derecho establece previamente.
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El Estado es depositario de la fuerza que generan los grupos organizados; por lo mismo
administra los medios de apremio para compelir a quienes se sublevan en contra de la
norma. Ahora bien si el mandato va dirigido a los súbditos del Estado no existe ninguna
dificultad para comprender su acatamiento ante el temor de la sanción; pero tratándose de
normas que imponen al Estado respetar los derechos que tiene el hombre frente a los
Poderes Públicos, ¿quien va a exigir su obediencia? ? ¿Qué fuerza superior al Estado
podrá sujetarlo? Es el Derecho, la norma imperativa, la que por si misma lleva el germen
del triunfo y la razón; tanto el hombre particular como la súper-estructura que es el
Estado deben someterse al imperio augusto de la norma, ya que de otro modo la tiranía y
el despotismo provocarían su destrucción. Por último el agregado social ya saneado
obtendrá la resurrección del Derecho en toda su magnificencia.

LAS FUENTES DEL DERECHO. En sentido gramatical, por fuente se entiende el


origen, principio o fundamento de una cosa; en tales condiciones, si aplicamos este
concepto al Derecho por fuente habría que entender el origen, el principio o fundamento
de las normas jurídicas.

Los autores, sin embargo, no se han puesto de acuerdo para fijar un criterio general
sobre las fuentes del Derecho y en las definiciones que al respecto se han dado, con
frecuencia se atiende al aspecto formal o al aspecto real, es decir, las definiciones se
refieren o al proceso de creación de la norma de Derecho o a los factores o fenómenos
que la fundamentan.

El jurista español Luís Legaz Recamaba, profesor de filosofía del Derecho de la


Universidad de Santiago de Compostela, define las fuentes como “las normas al través de
las cuales se manifiesta el Derecho”, y el Licenciado Rafael Rojina Villegas, jurista
mexicano, las define a su vez como “Los diversos procesos a través de los cuales se
elaboran las normas jurídicas”. Procesos que pueden comprender tanto las
manifestaciones reales que dan origen a dichas normas, como las formas para crearlas, ya
se trate del proceso legislativo, de la obra de la jurisprudencia o del proceso de
elaboración de la costumbre jurídica.

Concluyendo: todo Derecho emana de situaciones generales o concretas para


darse a conocer en la norma jurídica; tales situaciones son las fuentes del Derecho.

FUENTES RACIONALES. Las fuentes racionales del Derecho son aquellos


elementos que necesariamente deben presidir el proceso de formación de la norma
jurídica, que no debe técnicamente obedecer a factores arbitrarios sino inspirarse en
razones de conveniencia, justicia e historia que exigen, que se le respete.
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FUENTES FORMALES. Las fuentes formales del Derecho son aquellos


procedimientos o medios que sirven para concretar la norma jurídica y señalar su fuerza
obligatoria.

Las fuentes formales se clasifican de la siguiente manera: la Ley, la costumbre y la


jurisprudencia, aún cuando es conveniente advertir que en el estudio que estamos
desarrollando, se incluye a menudo, el de la doctrina y de los principios generales del
Derecho.

LA LEY. La ley es fuente del Derecho en virtud de que al elaborarse una norma
jurídica se consultan todas aquellas que ya existen; y se entiende por ley, la norma de
conducta social directamente emanada del Poder Legislativo, con la aprobación y sanción
del Poder ejecutivo, mediante la promulgación respectiva. La ley cuando es vigente no es
propiamente una fuente, sino el Derecho mismo.

LA COSTUMBRE. Desde el punto de vista gramatical, la costumbre se define como


”las prácticas repetidas que han adquirido fuerza de ley”, concepto que coincide con el
jurídico desde el momento que en Derecho la costumbre se define como “un uso
implantado en una sociedad y considerado por ésta jurídicamente obligatorio”.

La costumbre jurídica estará constituida por lo tanto por un conjunto de reglas


derivadas de un uso más o menos prolongado, a la que los individuos que las practican
reconocen obligatoriedad como si se tratara de una ley.

LA JURISPRUDENCIA. Burgoa en su libro El Juicio de Amparo, nos dice que “la


jurisprudencia se traduce en las interpretaciones y consideraciones jurídicas uniformes
que hace una autoridad judicial designada para tal efecto por la ley, respecto de uno o
varios puntos de Derecho especiales y determinados que surgen en un cierto número de
casos concretos semejantes que se presenten, en la inteligencia de que dichas
consideraciones e interpretaciones son obligatorias para los inferiores jerárquicos de las
mencionadas autoridades y que expresamente señala la ley”.

Nuestra actual Ley de Amparo en su artículo 193 señala “La jurisprudencia que
establezca la Suprema Corte de Justicia, funcionando en pleno o en Salas, es obligatoria
para estas en tratándose de las que decrete el pleno y para los Tribunales Unitarios y
Colegiados de Circuito; los Juzgados de Distrito, Los Tribunales Militares y Judiciales
del orden común de los Estados y del Distrito Federal, Tribunales Administrativos y del
Trabajo, locales o federales. Las resoluciones constituirán jurisprudencia, siempre que lo
resuelto en ellas se sustenten en cinco sentencias ejecutorias ininterrumpidas por otra en
contrario, que hayan sido aprobadas por lo menos por ocho
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ministros si se tratara de jurisprudencia del pleno, o por cuatro ministros, en los casos de
jurisprudencia de las salas”

También constituyen jurisprudencia las resoluciones que diluciden las


contradicciones de tesis de salas y de Tribunales Colegiados.|

LA DOCTRINA. Las opiniones de los jurisconsultos ilustres fueron obligatorias para


el juez en Roma, cuando una disposición del Emperador así lo establecía, adquiriendo el
carácter de fuente formal del Derecho; pero en la actualidad las opiniones, críticas y
estudios de los sabios del Derecho, o lo que es lo mismo, la doctrina, no tienen valor legal
alguno, aún cuando aquellas ejerzan una profunda influencia ya sea en los autores de una
ley o ante las autoridades encargadas de aplicarlas. Se considera como doctrina la
literatura jurídica.

PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO. Nuestra constitución Política establece


en el párrafo IV del artículo 14, lo que sigue: “En los juicios del orden civil, la sentencia
definitiva deberá ser conforme a la letra, o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta
de ésta se fundará en los principios generales del Derecho”. Por otra parte, El Código
Civil para el Distrito Federal, acatando el precepto constitucional, determina en su
artículo 19 que “las controversias judiciales del orden civil deberán resolverse conforme a
la letra de la ley o a su interpretación jurídica. A falta de ley se resolverán conforme a los
principios generales del Derecho”; en los mismos términos lo señala el artículo 14 del
Código Civil vigente para el Estado de Veracruz.

Dentro de la filosofía jurídica, el problema relativo a la determinación de lo que


debe entenderse por principios generales del Derecho, es de los más discutidos. La
opinión más generalizada, se inclina por el criterio de que los principios generales del
Derecho, son los del Derecho justo o natural, es decir, que a falta de una disposición
formalmente valida debe el juzgador formular un principio de validez intrínseca, para
resolver de acuerdo con él la cuestión concreta sometida a su conocimiento.

Codificación. La codificación se refiere a la ordenación por materias, de las


diversas clases de normas. Cuando éstas se relacionan con problemas de herencia,
divorcio, etc., tales actos se regulan por todas aquellas que integran el Derecho Civil;
cuando se trata de controversias y determinaciones del funcionamiento de los poderes
públicos, las mismas se regulan por el Derecho Administrativo; si trata de problemas
ejidales surge el Derecho Agrario, etc., Codificar es hacer Códigos.
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LA JERARQUIA DEL ORDEN JURIDICO. Todas las anteriores fuentes del Derecho
pueden tener, en ocasiones fuerza obligatoria; por eso es importante establecer la
jerarquía de las mismas; es decir, precisar cual de ellas tiene preeminencia sobre las
otras.

México es un país de Derecho escrito. Las controversias judiciales del orden civil
deben resolverse conforme a la letra de la ley o a su interpretación jurídica. A falta de ley
se resolverán conforme a los principios generales del Derecho. (Art. 14 del Código Civil
vigente para el Estado de Veracruz). Cuando haya conflicto de derechos, a falta de ley
expresa que se aplicable, la controversia se decidirá a favor del que trate de evitar
perjuicios y no a favor del que pretenda obtener lucro (art. 15 del Código Civil antes
referido).

El párrafo 4º del artículo 14 de la Constitución dice: “En los juicios del orden civil,
la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la
ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho”.

Lo anterior facilita la solución del problema que pudiera plantearse, cuando,


existiendo una controversia jurídica, hay una ley para resolverla; pero esa ley es contraria
a la doctrina y distinta de la costumbre. En éste caso, el juez debe aplicar, en primer
término, la ley, y sólo cuando esta no sea clara, interpretarla.

Si se presenta un caso ante el juez y no hay ley aplicable, debe resolver conforme a
los principios generales del derecho.

De este modo se soluciona el problema, pues primeramente debe aplicarse la ley; a


falta de ella, los principios generales del derecho; después, la jurisprudencia, la
costumbre y el uso, y la doctrina.

En la República Mexicana la norma de suprema jerarquía es la Constitución Política


Federal; las varias leyes que inmediatamente derivan de ella son coordinadas entre sí,
puesto que conservando la misma distancia del punto de origen mantienen la misma
jerarquía. Estas leyes se llaman federales constitucionales y regulas diversas materias. De
las leyes federales se van desprendiendo sucesivamente otras normas que subordinándose
entre sí a medida que se alejan de la Constitución, reciben el nombre de orgánicas,
reglamentarias, municipales.

Lo anterior es por lo que respecta al sistema nacional; pero en todos los Estados
Federativos que integran la República Federal de México, se desarrolla idéntico
fenómeno en virtud de la autonomía que les compete en su régimen interior.
14

LA VIGENCIA Y TERRITORIALIDAD DE LA LEY. Las leyes por regla general y de


acuerdo con el artículo 3º del Código Civil vigente para el D. F. (art.2º. del Código Civil
vigente en el Estado de Veracruz) comienzan a ser obligatorias tres días después de su
publicación en el Periódico Oficial para los habitantes del lugar donde se edite dicho
órgano; para los que habiten en lugar distinto las leyes serán obligatorias dentro del
mismo término, pero contando un día más por cada cuarenta kilómetros de distancia o
fracción que exceda de la mitad. Si la ley fija el día que entrará en vigor, obliga desde ese
mismo día con tal de que su publicación haya sido anterior de acuerdo con el artículo 4
del mismo Código (art.3o del Código de Veracruz, citado). La publicidad de las leyes,
reglamentos, circulares o disposiciones de observancia general tiene por objeto que todos
lleguen a conocerlas. Cuando la ley comienza a regir un mismo día en todos los lugares
comprendidos en su ámbito de aplicación, se dice que el inicio de su vigencia es
“simultáneo”. Y cuando su aplicación comienza en un punto y va extendiéndose
gradualmente, se dice que su vigencia es “progresiva”.

FIN DE LA VIGENCIA. Las leyes solo dejan de estar vigentes cuando una nueva ley
así lo declare expresamente, cuando una nueva disposición contenga preceptos total o
parcialmente incompatibles con la anterior, o cuando la misma ley establezca su ámbito
temporal de validez. Ninguna otra causa puede hacer que la ley pierda su fuerza
obligatoria.

DIFERENCIA ENTRE ABROGACION Y DEROGACION. Cuando una ley pierde su


fuerza obligatoria se dice que la misma se ha abrogado o derogado, lo que no quiere decir
que ambos términos tengan un significado idéntico. Abrogar una ley es quitarle su
vigencia en todas sus partes; derogar una ley es suprimir solamente algunos de sus
preceptos. No obstante la marcada diferencia de los anteriores conceptos, el vulgo ha
permitido que se hable de “derogación” con respecto a la supresión total de una ley.

IGNORANCIA DE LA LEY. Se ha dicho que todas las leyes son publicadas con
objeto de que lleguen al conocimiento de los que deben cumplirlas, no obstante lo cual y
por muy diversas causas las leyes son ignoradas a veces. El Código Civil vigente en el
Estado de Veracruz en su artículo 16 establece ”La ignorancia de las leyes no excusa su
cumplimiento; pero los jueces teniendo en cuenta el notorio atraso intelectual de algunos
individuos, su apartamiento de las vías de comunicación o su miserable situación
económica, podrán si esta de acuerdo el Ministerio Público, eximirlos de las sanciones en
que hubieren incurrido por la falta de cumplimiento de la ley que ignoraban, o de ser
posible, concederles un plazo para que la cumplan; siempre que no se trate de leyes que
afecten directamente al interés público o social. En cuanto a la ignorancia es conveniente
distinguir la ignorancia general y la ignorancia de algo en particular; ya que la ley solo
puede suavizar su rigor para el ignorante en general.
15

DESUSO Y PRACTICA EN CONTRARIO. Todas la leyes vigente son obligatorias sin


que nada pueda alegarse contra de ellas; puede ocurrir que durante mucho tiempo una ley
no es usada debido a la poca vida jurídica de poblados precarios; cuando no se aplica
aunque se hayan presentado casos concretos, se dice que ha caído en “desuso”. El desuso
pude inclusive llegar a ser no solo una costumbre negativa sino también contraria a la
misma ley. De cualquier modo, debe estimarse que una costumbre jurídica va sentando
precedente porque con frecuencia se funda en una conveniencia social. Sin embargo, en
nuestro régimen de Derecho Escrito no debe tolerarse la desobediencia indebida de la ley,
y así nos dice “contra la observancia de la ley no pude alegarse desuso, costumbre o
práctica en contrario”.

EL PROBLEMA DE LA RETROACTIVIDAD. Nuestra Constitución Política respeta la


situación establecida legalmente e impide que la ley modifique el pasado en perjuicio del
hombre: prohíbe que la ley sea retroactiva: Su artículo 14 dispone: “A ninguna ley se
dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna. Nadie podrá ser privado de la vida,
de la libertad, o de sus propiedades, posesiones o derechos sino mediante juicio seguido
ante los tribunales PREVIAMENTE establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con ANTERIORIDAD al
hecho. En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía y
aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente
aplicable al delito de que se trata. En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva
deberá ser conforme a la letra, o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta, se
fundará en los principios generales del Derecho”.

El precepto anterior esta estrechamente vinculado con la abstracción de la ley,


característica de la misma, que se refiere a su elaboración preventiva de futuras
situaciones.

La retroactividad de la ley, sin embargo, si puede aplicarse en aquellos casos en


que beneficie al sujeto, ya que la prohibición expresa se refiere a situaciones que
perjudiquen a persona alguna. El principio jurídico “lo que no esta prohibido
expresamente, esta permitido” nos indica que si podemos aplicar retroactivamente una
ley siempre que beneficie al sujeto. Un ejemplo: un reo que se le procesó por comisión de
un delito sancionado con la pena de muerte, puede pedir la retroactividad si durante el
proceso es reformada la ley disminuyendo la pena; la pena capital será permutada por la
nueva sanción; retroactividad que nadie podrá impugnar puesto que con ella se beneficia
al reo. Esta retroactividad no podría aplicarse en un caso contrario; es decir, que durante
el proceso se expidiera una nueva ley aumentando la pena; el reo pedirá justamente que
se le juzgue de acuerdo con la ley que ofrezca menor vigor.
16

APLICACIÓN DE LA LEY EN EL ESPACIO. El Estado solo tiene poder de dominio


sobre su territorio, por lo tanto las leyes que expida deben aplicarse únicamente en el
mismo. Sin embargo, atendiendo a que los países que pueblan la Tierra no viven aislados
sino mantienen relaciones estrechas es necesario reconocer sus respectivas legislaturas
haciendo posible que una ley se aplique fuera de sus límites territoriales. Este fenómeno
se conoce en la doctrina con el nombre de “principio de extraterritorialidad de la ley”. En
virtud de tal principio, nuestro gobierno permite que en México tenga valor entre
extranjeros el acto jurídico celebrado con arreglo a las leyes de sus respectivos países;
éste fenómeno se asienta fundamentalmente en la reciprocidad, puesto que nuestra leyes
rigen en el extranjero entre los nacionales mexicanos. Su estudio corresponde al Derecho
Internacional Privado.

El autor Trinidad García dice: “La armonía de los pueblos requiere el respeto por
parte de todo país, de situaciones nacidas al amparo de Derechos extranjeros, y el
reconocimiento y aplicación de éstos, aún fuera de su territorio propio.; de lo contrario,
las relaciones entre naciones sería difícil con los naturales perjuicios. Sí el comerciante
que viaja en el extranjero o manda a él sus mercancías no tuviera respetados sus derechos
de propiedad adquiridos conforme a la ley de su país; sí la persona casada conforme a sus
leyes, perdiera su estado civil en el extranjero; sí, en una palabra, el Derecho extranjero
se desconociera siempre, el contacto entre las potencias, daría lugar a conflictos y
fricciones constantes y peligrosas, o provocaría un aislamiento absoluto, imposible en la
vida real”.

Como nuestro sistema federal reconoce absoluta soberanía a los Estados que
forman la Nación Mexicana, soberanía que les permite dictar sus propias leyes
particulares, es de suma importancia estudiar la aplicación extraterritorial de las leyes.

Nuestra legislación ha adoptado la “teoría de los estatutos”, que nació en


Lombardía, Italia, en el siglo XIII bajo la influencia del jurista Bartola que procuró
resolver los problemas entre comerciantes de distintas ciudades. Se admitió la existencia
de dos clases de estatutos; los reales sobre el régimen de las cosas, especialmente
inmuebles, los que debería sujetarse a las leyes del lugar donde estuviesen ubicados; y los
personales que eran la leyes del país de origen de las personas, aplicables a ellas donde
quiera que transitasen. Esta teoría ha sido criticada teniendo en cuenta que puede haber
leyes que se refieren a cosas y personas al mismo tiempo, y resulta difícil determinar cual
estatuto debe aplicarse.

La mayoría de los Códigos Civiles de los Estados Federativos de nuestro país exigen
que para respetar los actos jurídicos celebrados en otro Estado deberán observarse las
leyes y formalidades del lugar donde se formalizan, aunque deban tener consecuencias
17

fuera de él. Por ejemplo el matrimonio celebrado en Jalisco, será válido en Campeche
siempre que se hayan cumplido las formalidades establecidas en el Código de Jalisco.
Pero si se trata de la venta de un terreno ubicado en Campeche, deberán observarse las
disposiciones del Código Civil de Campeche.

1.6. LA INTERPRETACION E INTEGRACION DE LA LEY. Nos ocuparemos ahora del


renglón correspondiente a la interpretación de la Ley, que es el Derecho mismo, puesto
que éste encuentra su expresión material y objetiva en aquella.

Según la gramática española, interpretar es sacar deducciones de un hecho;


desentrañar el sentido de una expresión es interpretarla; una expresión puede consistir en
signos escritos, en ademanes, figuras indicadoras, jeroglíficos, códices, etcétera.

Jurídicamente hablando interpretar una ley es investigar y explicar su sentido.


Un código, un artículo necesariamente deben interpretarse aún cuando sean claros y
precisos, lo que en éste caso resulta completamente claro y fácil. Pero cuando el sentido
de la ley es oscuro y se necesita aplicarlo, con mayor razón debe interpretarse, lo cual
presenta alguna dificultad, sin que quiera decirse que pueda existir legislación imposible
de interpretar.

Se dan casos en que el legislador no tiene conciencia exacta de lo que desea estatuir
o bien no logra una expresión inequívoca sobre el alcance y efectos del dispositivo.
Entonces la redacción defectuosa será aclarada por el juzgador siguiendo diversos
sistemas. Algunos intérpretes estiman que el texto de una ley tiene sentido propio,
independientemente de la presunta voluntad de su autor; otros sostienen que su
significado debe relacionarse con todo el sistema legal a que pertenece, significado que
debe ser congruente con la totalidad de ordenamiento. Estos varios criterios han
producido métodos diversos, por lo que se habla de interpretación gramatical, lógica,
extensiva, etc. La conveniencia de adoptar la moderna y ágil terminología, más
congruente con la prisa que viven las nuevas generaciones, nos inclina a secundar a
Coviello, quien afirma ser vano afán hablar de diversas interpretaciones, puesto que no
hay más que una sola interpretación: entender la ley; aunque para ello se sigan distintos
medios que vienen a ser modalidades de la misma, tendiendo todas a un resultado
invariable; indagar y precisar el espíritu de la ley. Más por interés dogmático que por
utilidad práctica, estudiemos a continuación los métodos de que se ocupan los clásicos de
la materia.

INTERPRETACION GRAMATICAL. Según éste sistema se atiende al significado


literal de cada palabra que entra en los textos legales. Advertiremos que existen palabras
cuyo sentido gramático o etimológico es idéntico al que se le reconoce en el lenguaje
jurídico; pero hay otras que no presentan el mismo caso, es decir, que el legislador las
18

emplea en sentido diferente, ya por ignorancia, ya por cambios semánticos que se operan
en el idioma. Si el autor de la ley tiene buen cuidado de explicar el valor de las palabras,
no habrá ninguna dificultad en comprenderlas. Si ello no ocurre, la interpretación
gramatical no bastará para conocer el sentido de la ley.

INTERPRETACION LOGICA. Con apego al método anterior debe suponerse que el


legislador expresó su pensamiento con propiedad de lenguaje; sin embargo, el sentido
gramatical contradice algunas veces lo que por otros medios resulta ser el sentido lógico
de la ley; el conflicto que se provoca debe resolverse dando preferencia a la lógica por
encima de la gramática.

Para interpretar lógicamente el sentido de la ley es conveniente examinar la


exposición de motivos, las discusiones parlamentarias, el momento histórico en que
surge, de éste modo llegaremos a concluir lógicamente el sentido de los dispositivos
dudosos.

INTERPRETACION SISTEMATICA. Hemos dicho que el texto aislado de una


disposición legal puede resultar insuficiente para entenderla y que para descubrir su
verdadero sentido es necesario situarla dentro del conjunto unitario de las normas. Pues
bien, cuando la institución jurídica tiene paralelo con otra legislación de país extraño es
posible relacionar las figuras jurídicas entre sí, comparando los sistemas en su totalidad.
Por eso se dice que la interpretación es sistemática.

INTERPRETACION EXTENSIVA. Cuando la oscuridad de las palabras débese a que


se han tomado en sentido distinto del común, precisa o ampliar el sentido para que
corresponda con lo que el autor de la ley quiso decir y no logró expresar correctamente.

Si la interpretación de la ley tiende a ampliar el sentido natural de las palabras,


estaremos en presencia de la interpretación extensiva.

Un ejemplo citado por el maestro Jacobo Ramírez: en Derecho, la palabra


comprador tiene un sentido particular, restringido; es la persona que obtiene la propiedad
de una cosa o un derecho a cambio de un precio cierto y en dinero. En Derecho la
palabra adquirente tiene también un sentido especial, más amplio, ya que designa no solo
al comprador sino al que adquiere algo mediante otro título cualquiera, por herencia,
donación, permuta, etc. Sí la ley habla de comprador en vez de adquirente, estará
empleando una palabra que denota la especie en lugar del género. La interpretación
extensiva vendrá a corregir el error.

INTERPRETACION RESTRICTIVA. Del mismo modo como es necesario extender el


sentido de las palabras para comprender el alcance de la ley, en ocasiones se precisa
19

restringirlo. Por lo tanto, la interpretación restrictiva es el reverso de la interpretación


extensiva.

INTERPRETACION ANALOGICA. Un principio de Derecho nos indica que para


casos iguales deben dictarse resoluciones iguales. Siendo la ley una disposición general y
abstracta es imposible que abarque todos los casos que pueden ocurrir en el seno de la
sociedad en contínua evolución; en consecuencia, cuando el caso concreto que se ha
presentado tiene semejanzas con el supuesto jurídico previsto en la ley, se permite
resolverlo por analogía, porque existe la misma razón.

INTERPRETACION AUTENTICA. En todos los casos de interpretación vive la


necesidad de remediar la deficiente claridad de la ley, a fin de aplicarla en su sentido
justiciero; desde luego, la imperfección de la norma exige que se le aclare de manera
permanente y definitiva. Entonces el legislador expide una nueva ley, lo cual constituye
la interpretación auténtica porque emana del propio autor de la ley.

En realidad abrogar una ley no es interpretarla, ya se sabe que, “interpretar es


investigar y explicar el sentido de una ley”, pero sin afectar su vigencia.

Además, la interpretación de las leyes, ya sean claras o imprecisas, es una función


que no corresponde al Poder Legislativo sino a las autoridades judiciales, administrativas
y a veces a simples particulares.

LOS CONCEPTOS JURIDICOS FUNDAMENTALES.

Son aquellos elementos constantes e invariables que aparecen en toda relación


jurídica tales como el supuesto, la consecuencia y la relación de los cuales ya no hemos
ocupado. Ahora añadiremos que también son fundamentales los sujetos de la relación
jurídica, sujetos que se llaman personas jurídicas; y por último, los objetos del derecho
que son los bienes materiales o abstractos protegidos por la norma.

LOS HECHOS Y ACTOS JURIDICOS.

Conceptos. No son otra cosa que el fenómeno supuesto que produce la


consecuencia: aplicación de la norma. Se diferencian entre sí porque el hecho jurídico es
un acontecimiento de la naturaleza y que produce efectos legales sin la voluntad del
hombre; en tanto que el acto jurídico es una manifestación de la voluntad, ejecutada con
la intención de obtener consecuencias de derecho.
20

Por lo expuesto, los hechos jurídicos son sucesos naturales que se relacionan con el
hombre pero no dependen de su actividad como: incendio, terremoto, inundación, el
nacimiento, la muerte, etc. Se considera hecho jurídico también el acontecimiento natural
provocado por la actividad humana, por ejemplo: inundación por la ruptura de un dique
destruido por el hombre, la muerte causada por el hombre, etc.

El acto jurídico no solo presupone la actividad del sujeto, sino también una
actividad conciente y voluntaria.

CLASIFICACION DE LOS HECHOS JURIDICOS. En relación con los hechos


jurídicos podemos hacer una división de los mismos y agruparlos en dos categorías,
según que en su realización intervenga o no la voluntad humana. En el primer caso se
trata de los hechos jurídicos llamados voluntarios, porque se realizan mediante la
intervención de la voluntad del hombre; por ejemplo: la compraventa, un robo, un
homicidio. En estos ejemplos se ve claramente que interviene la voluntad como elemento
fundamental.

En el segundo caso, se llaman involuntarios o naturales, ya que el hecho se


produce sin que intervenga la voluntad, lo cual no es un obstáculo para que produzca
efectos de Derecho. Por ejemplo: el nacimiento de una persona, el incendio accidental de
una casa, el derrumbe de un edificio, la pérdida de la razón, etc. En estos ejemplos se
nota con claridad como la voluntad no interviene, es ajena a los hechos mencionados.

Los hechos jurídicos se dividen asimismo, en positivos y negativos. Como ejemplo


de los primeros señalaremos la muerte y delito de daño en propiedad ajena. Como
ejemplos de los segundos, el supuesto de que Pedro deje de pagar a Luís la deuda
contraída; la omisión del propietario que deja de tomar las precauciones para la seguridad
de sus inquilinos.

DIVISIÓN DE LOS ACTOS JURIDICOS.- Los hechos jurídicos más importantes son
actos humanos. El acto es una acción, ejecución o modo de proceder, y en él interviene
generalmente la voluntad.

Los hechos jurídicos en que interviene la voluntad (voluntarios) pueden a su vez


dividirse en dos especies: los intencionados y los no intencionados. En los primeros, a la
voluntad de realizar el acto se une la intención de crear, modificar, transferir o extinguir
relaciones de Derecho; cuando esto ocurre, los hechos jurídicos toman el nombre de actos
jurídicos.

El Lic. Angel Caso, en su obra “Principios de Derecho” (Segunda Edición), dice al


referirse a los actos jurídicos, que son “los fenómenos o circunstancias a los cuales
21

atribuye la ley efectos jurídicos, que se realizan por la intervención de la voluntad


humana y con la intención de crear, modificar, transferir o extinguir relaciones
jurídicas; o, dicho sintéticamente y dado el conocimiento de los conceptos anteriores,
hechos jurídicos voluntarios e intencionados; como ejemplos de ellos podríamos citar: la
compraventa, el alquiler, etc.”.

Sigue diciendo el autor citado: “la segunda división de los hechos jurídicos
voluntarios, los no intencionados, es la que comprende todos aquellos en los cuales no
existe, o no puede existir en quien los ejecuta, la intención de crear, modificar, transferir
o extinguir alas obligaciones que producen, pero que, no obstante, la ley hace que
produzcan determinados efectos. Por ejemplo serán hechos jurídicos voluntarios y no
intencionados: los actos llevados a cabo por un menor (en la generalidad de los casos, los
delitos, etc.)”. Conviene aclarar que no debe confundirse la voluntad de realizar el acto
con la intención de que éste produzca los efectos jurídicos que de él derivan. En los actos
jurídicos voluntarios y no intencionados existe, en quien los ejecuta, la voluntad de
realizar el acto, por eso se llaman voluntarios; pero falta la intención de producir los
efectos jurídicos que de dicha realización deriven. Por ejemplo, una persona comete el
delito de robo, evidentemente tuvo la voluntad de realizar el acto (este fue voluntario);
pero es lógico suponer que no quiso producir los efectos jurídicos que dicho delito trae
aparejados: reparación del daño, devolución de la cosa robada, etc., es decir, no quiso
crearse obligaciones. En este sentido, se dice que el hecho fue voluntario, más no
intencionado.

LAS DIVERSAS ESPECIES DE ACTOS JURIDICOS.- El Derecho ha establecido


diversas clasificaciones de los actos jurídicos, atendiendo a causas también diversas.
Señalaremos aquellos que por estar incluidos en nuestra ley (Código Civil) tienen mayor
importancia.

1. Unilaterales y Bilaterales o Sinalagmáticos. Son los primeros, los actos


jurídicos en que solo interviene en su realización la voluntad de una de las partes; por
ejemplo: la donación y el testamento; en estos ejemplos se ve claramente como los únicos
obligados son el testador y el donante (la persona que hace la donación

Son bilaterales los actos en que ambos contrayentes quedan obligados


respectivamente, el uno hacia el otro.

Las palabras bilaterales y sinalagmáticas significan: obligatorio por ambas partes.


En la compraventa, por ejemplo, el vendedor está obligado a entregar la cosa vendida y el
comprador el precio convenido.
22

2. Onerosos y Gratuitos. Se dice que los actos jurídicos so onerosos (a título


oneroso) cuando de las partes que interviene en la celebración de acto se obliga a dar o
hacer alguna cosa, resultando de su celebración mutuos provechos y cargas. Ejemplos: la
compraventa, el arrendamiento, el contrato de sociedad, etc. En estos casos, cada uno de
los contratantes está obligado a una prestación, cada parte asume por sí una carga; pero
también espera obtener un provecho. Hay cargas y beneficios recíprocos.

Los actos jurídicos son gratuitos (a título gratuito) cuando una de las partes procura
que la otra obtenga una ventaja sin obtener para sí provecho alguno. En esta forma, los
beneficios que derivan del acto corresponden sólo a una de las partes que en él
intervienen. Ejemplo: la donación pura y simple, es decir, la que se hace sin condición ni
gravamen. En este supuesto, el único que obtiene ventajas (beneficiario) es el donatario
(quien recibe la donación).

3. Entre vivos y por causa de muerte. Se dice que los actos jurídicos son entre
vivos, cuando sus efectos se producen en vida de las partes que los realizan. Por ejemplo:
el matrimonio, la compraventa, el préstamo o mutuo, etc.

La inmensa mayoría de los actos jurídicos son entre vivos.

Por causa de muerte, son los actos cuyos efectos se producen después de la muerte
de la persona que los celebró. El testamento es el ejemplo clásico de esta especie de actos
(mortis causa).

4. Conmutativos y aleatorios. Pertenecen a la primera categoría, aquellos actos en


que las prestaciones que se deben las partes son inmediatamente ciertas, de tal modo que
quien los celebra sabe, desde luego, las cargas y ventajas que asumirá. Por ejemplo: la
compraventa, la permuta, etcétera. Corresponde a la segunda categoría, los actos cuyos
efectos, en cuanto a las cargas y ventajas para una de las partes o para todas ellas,
dependen de un acontecimiento futuro e incierto que hace imposible conocer en el
momento de celebrarlos las cargas o ventajas que habrán de obtenerse, ejemplo: la
apuesta. En este caso, no se conoce la ganancia pérdida sino hasta que ocurre el
acontecimiento futuro e incierto del que dependen aquellas.

5. Momentáneos y de tracto sucesivo. Se llaman momentáneos los actos cuyos


efectos se producen en el momento de su celebración. Ejemplo: la compraventa. Son de
tracto sucesivo aquellos cuyos efectos se prolongan en el tiempo. Ejemplo: El
arrendamiento, el contrato de trabajo, etc.
23

REQUISITOS DE EXISTENCIA Y DE VALIDEZ DE LOS ACTOS JURIDICOS. La


existencia de los actos jurídicos presupone la reunión de tres requisitos fundamentales,
que son: la voluntad, el objeto y las solemnidades.

La voluntad. Para que el acto jurídico tenga vida propia y produzca los efectos
deseados, es necesario en primer término, que exista la voluntad de quien los realiza, por
eso se dice que la voluntad es el elemento esencial del acto. Si no hay ánimo, la
disposición de realizar el acto, éste, necesariamente, no puede existir.

Puede ocurrir que el acto se ejecute por una sola persona, es decir, que sea obra de
una voluntad única, por ejemplo: el testamento, la oferta de compraventa (policitación);
en estos casos, el acto, que como antes dijimos es unilateral, se realiza en virtud de la
voluntad de una sola parte. Ocurre también, y esto es lo común, que en la realización del
acto intervengan las voluntades de dos o más personas, ya que la mayoría de los actos
jurídicos son convenios, es decir acuerdos de voluntades; cuando esto sucede, se dice que
el acto es bilateral, llamándose, la unión o acuerdo de las voluntades que lo originan
consentimiento.

Para que la voluntad de quien realiza el acto produzca efectos jurídicos, es


necesario que reúna determinados requisitos:

a) Que se manifieste o exprese plenamente.


b) Que la persona que la manifieste o exprese sea capaz de obligarse en Derecho.
c) Que dicha voluntad responda, realmente, a la intención que se tuvo al ejecutar el
acto.

La voluntad de una persona que jurídicamente no puede obligarse (menores de


edad, mayores de edad faltos de razón), carece de valor legal; asimismo, no tiene valor
alguno la voluntad que, a pesar de expresarse, no responde plenamente a la intención que
el autor del acto tuvo al realizarlo, como ocurre en los casos de error, dolo o violencia, de
los que nos ocuparemos más adelante, al hablar de la voluntad viciada.

Antes dijimos que para que la voluntad produzca efectos jurídicos es necesario que
se manifieste o exprese plenamente. Esta puede manifestarse en dos formas: expresa o
tácitamente.

Se dice que la voluntad es expresa, cuando se manifiesta, sea verbalmente, sea por
escrito, o bien por signos que no dejan lugar a duda.
24

Se dice que la voluntad es tácita, cuando resulta de actos que la presuponen o


autorizan a presumirla. Por ejemplo: Juan que vive en la ciudad de México, ordena Pedro,
que radica en Guadalajara, que cobre a su nombre, a una persona de esta última ciudad,
una suma de dinero. Pedro realiza gestiones encaminadas a cobrar dicha suma de que
hablamos. En este caso, se presume que Pedro ha dado su consentimiento (voluntad
tácita) para cobrar el dinero, puesto que ha realizado actos que hacen presumir dicho
consentimiento. (Artículo 1736 Código civil vigente en el Estado de Veracruz).

Hay casos en que, por ley o convenio la voluntad debe manifestarse expresamente.
Por ejemplo: El matrimonio, el testamento, etc. La voluntad de las partes en cuanto a la
celebración de los contratos, está limitada, en algunos casos, por las disposiciones legales
en vigor (artículos 6 y 8 del Código Civil vigente en Estado de Veracruz)

2. El objeto. Es el segundo requisito de existencia del acto jurídico, éste no puede


existir cuando carece de materia (objeto). Así como es necesario, para que exista una
mesa o una silla que haya previamente, la materia (madera metal), así también es
indispensable la materia para la existencia del acto jurídico. Esta puede ser una cosa o un
hecho. No se puede pensar, por ejemplo, en una compraventa sin pensar al mismo tiempo
en lo que se vende o se compra (objeto).Lo propio ocurre en cualquier acto jurídico:
alquiler, préstamo, testamente, etc. La materia del acto puede consistir no solo en una
cosa, sino, en ocasiones también en un hecho. Ejemplo: el contrato de trabajo, en el cual
el servicio prestado (hecho o hechos) es la materia del acto.

Para que las cosas puedan ser objeto de los actos jurídicos, deben: 1º Existir en la
naturaleza. 2º Ser determinadas o determinables en cuanto a su especie. 3º Estar en el
comercio (art. 1758 del Código Civil vigente en el Estado de Veracruz).

1º Existir en la naturaleza. No puede ser, por ejemplo, materia de un contrato de


compraventa, el alma de una persona.

2º Ser determinadas o determinables. Esto quiere decir que la cosa, para ser materia
del acto, debe poderse pesar, contar o medir.

3º Estar en el Comercio. Es decir, que pueda ser materia de compra y venta, o que
puedan ser adquiridas por los particulares. Hay cosas que están fuera del comercio, como
por ejemplo, el Territorio Nacional; se dice de ellas que son inalienables o
imprescriptibles, y solo pueden ser explotadas por los particulares mediante concesiones
(permisos) otorgadas por el Gobierno Federal.
25

Los hechos también pueden ser materia de los actos jurídicos. Un hecho puede ser
positivo o negativo; la confección de un vestido, el traslado de una mercancía por
ferrocarril son hechos positivos. Son negativos aquellos que implican una abstención. Por
ejemplo: Juan se compromete a no fabricar un producto similar al que fabrica Pedro.

Los hechos materia de los actos jurídicos deben ser posibles y lícitos (art. 1760 del
Código Civil vigente en el Estado de Veracruz). Es imposible el hecho que no puede
existir, porque es contrario a una ley de la naturaleza o a una norma jurídica que deba
regirlo necesariamente y que constituya un obstáculo insuperable para su realización. Es
ilícito el hecho que es contrario a las leyes de orden público o a las buenas costumbres.

El Licenciado Angel Caso, dice en su obra citada que “es casi imposible dar una
definición de lo que por orden público debe entenderse; sin embargo, podría decirse de él
que consiste en un conjunto de reglas establecidas por el legislador para que la sociedad
pueda vivir; nosotros decimos de él que es lo que interesa directamente a la sociedad e
indirectamente a los particulares”. “También la concepción de buenas costumbres es muy
abstracta e imprecisa, ya que las costumbres varían en el tiempo y en el espacio, siendo
diversas en los países y aún dentro de un mismo país, y distintas las actuales a las que
antes tenían. Podríamos, sin embargo, decir de ellas que son las costumbres aceptadas por
la generalidad del grupo social, en un momento y en un lugar dados”.

Es necesario aclarar que no debe confundirse el objeto con el fin del acto. El objeto
es la materia del acto y el fin es aquello que se persigue con la celebración del mismo.
Por ejemplo: en el contrato de arrendamiento de un inmueble, el objeto sería el inmueble;
el fin para el arrendador, obtener las rentas del inmueble, y para el arrendatario, el uso del
inmueble.

3. Solemnidades. No basta, en ciertos actos jurídicos, que existan la voluntad y el


objeto; es necesario, además, que se celebren ante las personas que la ley señala
(funcionarios) y que quienes intervienen en su celebración pronuncien determinadas
palabras o fórmulas, ambas exigidas por la ley. Consisten las solemnidades, de acuerdo
con lo dicho, en celebrar el acto ante los funcionarios que la ley señala, en pronunciar
ciertas palabras o fórmulas en el momento de la celebración del mismo o ambas cosas a
la vez. Ejemplo: En el matrimonio (acto jurídico), que debe celebrarse ante un Oficial del
Registro Civil (funcionario público), las solemnidades consisten en la celebración del
acto ante el funcionario señalado y en las palabras que, tanto éste como los contrayentes,
deben pronunciar en el momento de la celebración.

REQUISITOS DE VALIDEZ DE LOS ACTOS JURIDICOS.- Hemos señalado cuales


son los requisitos necesarios para que el acto se considere existente (voluntad, objeto y
26

solemnidades). Sin embargo, para que sea perfecto, no basta su existencia; es necesario,
una vez que este supuesto se ha realizado, que sea válido ante la ley. Para que esto ocurra
se requiere que el acto reúna determinadas condiciones, sin las cuales la ley no puede
tomarlo en consideración sino para anularlo. Las condiciones a que nos referimos son las
siguientes:

1º Ausencia de vicios de la voluntad.


2º capacidad de las partes.
3º Formalidades.

1º Ausencia de vicios de la voluntad. Antes dijimos que es necesario, para que


produzca efectos la voluntad de quien realiza el acto, que ésta se exprese o manifieste
plenamente. Esto quiere decir, que si la voluntad de alguna de las personas (partes) que
intervienen en el acto no se otorga con pleno conocimiento de lo que se va a hacer, o bien
es arrancada por la fuerza (violencia), o se carece de aptitud jurídica (capacidad), el acto
no puede, lógicamente ser válido en Derecho. Se dice entonces que la voluntad está
viciada; para que ésta sea eficaz, debe ser plena y libre. Las circunstancias que en alguna
forma invalidan la voluntad se denominan vicios de la voluntad, y éstos son: el error, el
dolo, la violencia y la lesión. Señalaremos brevemente en que consisten.

1º Error. Consiste en una creencia que no concuerda con la verdad, es un falso


concepto de la realidad; por ejemplo: cuando pienso que estoy comprando un reloj de oro
y en realidad estoy comprando uno de cobre, o cuando me venden 1,000 kilos de maíz y
creo que son 10,000, o, finalmente, cuando me están vendiendo un objeto y creo que me
lo están regalando, estoy incurriendo en errores. El error puede ser de hecho y de
derecho.

Se llama error de hecho la falsa creencia que uno tiene de que tal o cual cosa han
sucedido o no han sucedido. Por ejemplo: si yo creo que yo pago $ 20.00 y en realidad
sólo entrego $ 10.00.

El error de derecho es la falsa creencia o ignorancia de lo establecido por la ley.


Ejemplo: cuando Juan trafica con armas de las que la ley reserva para el uso exclusivo del
ejército, creyendo equivocadamente que éstas pueden ser materia de la compraventa.

El error de derecho o de hecho invalida el contrato cuando recae sobre el motivo


determinante de la volunta de cualquiera de los contratantes.

Para que el error de hecho origine la nulidad del acto debe recaer:

a) Sobre el motivo que se ha tenido para celebrarlo.


27

b) sobre el objeto materia del acto.


c) Sobre la sustancia del objeto.
d) Sobre su cantidad.
e) Sobre la naturaleza del contrato
f) Sobre la persona con quien se tiene la intención de contratar, etc.

b) Dolo. Se entiende por dolo, cualquiera sugestión o artificio que se emplee para
inducir a error o mantener en él a alguna de las partes que intervienen en el acto; y por
mala fe, la disimulación del error de uno de los contratantes, una vez conocido (art.1748
del Código Civil vigente en el Estado de Veracruz.).

c) Violencia. Hay violencia cuando se emplea fuerza física o amenazas que


importen peligro de perder la vida, la honra, la libertad, la salud o parte considerable de
los bienes del contratante, de su cónyuge, de sus ascendientes, de sus descendientes o de
los parientes colaterales dentro del segundo grado (art. 1752 del Código Civil para el
Estado de Veracruz). El temor reverencial, esto es, el solo temor de desagradar a las
personas a quienes se debe sumisión y respeto, no basta para viciar el consentimiento (art.
1753 del Código Civil para el Estado de Veracruz). Es anulable el acto celebrado por
violencia, ya provenga ésta de alguna de las partes, ya de un tercero, interesado o no en el
acto (art. 1751 del Código Civil para el Estado de Veracruz).

d) Lesión. La lesión se compara a los vicios de la voluntad. Consiste en que


alguno, explotando la suma ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria de otro,
obtenga un lucro excesivo, evidentemente desproporcionado a lo que él, por su parte se
obligue (art. 23 del Código Civil para el Estado de Veracruz).

El perjudicado tiene derecho a pedir la rescisión del contrato, y de ser esto


imposible, la reducción equitativa de la obligación (art. 23 del Código Civil para el
Estado de Veracruz). Por ejemplo: en el contrato de mutuo con interés, cuando éste es en
tal forma desproporcionado que haga fundadamente creer que se ha abusado del apuro
pecuniario, de la ignorancia o inexperiencia del deudor, a petición de éste, el juez
teniendo en cuenta las especiales circunstancias del caso, podrá reducir equitativamente
el interés hasta el tipo legal (art. 2328 del Código Civil para el Estado de Veracruz).

2º Capacidad de las partes. La capacidad es aptitud que en Derecho tiene una


persona para ser sujeto de derecho, realizar actos jurídicos y obligarse.

Si la persona no está capacitada para actuar jurídicamente, los actos que realice en
tales condiciones no serán válidos.
28

La capacidad se tratará en capítulo por separado.

3º Formalidades. Las formalidades, de acuerdo con la definición del Licenciado


Angel Caso, “consisten en dar al acto la forma escrita”. En los contratos civiles cada uno
se obliga en la manera y términos que aparezcan que quiso obligarse, sin que para la
validez del contrato se requieran formalidades determinadas, fuera de los casos
expresamente por la ley (art. 1765 del Código Civil para el Estado de Veracruz).

Cuando la ley exija determinada forma para un contrato, mientras éste no revista
esa forma no será válido, salvo disposición en contrario (art. 1766 del Código Civil para
el Estado de Veracruz). Cuando se exige la forma escrita para el contrato, los documentos
relativos deben ser firmados por todas las personas a las cuales se imponga esta
obligación (art.1767 párrafo I del Código Civil para el Estado de Veracruz).

A menudo se confunden las formalidades con las solemnidades; ya hemos dicho


que aquellas consisten en celebrar el acto ante determinados funcionarios y en pronunciar
asimismo, determinadas palabras o fórmulas; en cambio que éstas consisten en dar al acto
la forma escrita.

En la obra “Principios de Derecho” encontramos las siguientes diferencias entre


solemnidades y formalidades:

“1º Las solemnidades son requisitos de existencia; las formalidades de validez.

“2º Las solemnidades consisten en el empleo de determinadas palabras o en que el


acto se celebre ante determinadas personas o en ambas cosas a la vez; las formalidades,
en dar al acto la forma escrita.

“3º La falta de solemnidades no puede enmendarse; la de formalidades, sí; basta dar


al acto la forma indicada.

“4o La falta de solemnidades produce la inexistencia; la de formalidades su


anulabilidad”.

En términos generales, debemos afirmar que los vicios de la voluntad impiden que
el acto produzca sus efectos jurídicos, y la persona que invoca supuestos vicios de
voluntad debe alegarlos y, en caso necesario, probarlos. Solo así el acto puede ser
anulado por el juez.
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ELEMENTOS DEL ACTO JURIDICO.- En todo acto jurídico se distinguen tres


elementos: las personas (creadoras del acto), el objeto (materia del acto), y el vínculo o
relación (el acto en sí mismo).

Esta distinción ha dado origen a la división del Derecho Civil en tres partes: las
personas, o sean los sujetos de los actos jurídicos; las cosas, es decir, la materia de los
actos jurídicos, y las obligaciones, o sean los vínculos que se crean al realizar el acto.

El estudio de las personas se divide, a su vez, en dos partes: estudio de las personas
físicas y estudio de las personas jurídicas.

El estudio de las cosas comprende la teoría del patrimonio, de los bienes y de los
derechos reales, así como las sucesiones.

El estudio de las obligaciones abarca la teoría general de las obligaciones y los


contratos civiles en particular. Lo que estudiaremos más adelante.

Los sujetos del Derecho.

Atributos de las personas físicas y morales.

Se dice que persona es todo ser susceptible de tener derechos y obligaciones: Los
seres humanos en Derecho reciben el nombre de personas físicas, y se les considera como
titulares de derechos y obligaciones, desde que nacen hasta que mueren; sin embargo, el
derecho se ocupa de ellos desde el momento en que son concebidos, es decir, aún en
estado de gestación, ya que tienen el derecho de llevar el nombre y heredar de sus
progenitores aunque éstos fallezcan antes de nacer aquellos.

CLASIFICACIÓN JURIDICA DE LA PERSONA. Las personas en Derecho se clasifican


en físicas y morales. Se entienden como personas físicas a los sujetos sociales
considerados individualmente; en tanto que son personas morales, aquellas asociaciones
o corporaciones temporales o perpetuas fundadas con algún fin o motivo de utilidad
pública y que en sus relaciones mercantiles y civiles representan una entidad jurídica. Son
una ficción Jurídica.

Las personas morales se justifican por el proceso de civilización, puesto que con el
devenir del tiempo se ha admitido que la unión de capitales, voluntades y cerebros, logra
la realización de grandes empresas, que por sí solas alcanzan metas de progreso que las
personas físicas y el sistema de explotación individual no obtienen.
30

ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD.- El Derecho reconoce en el hombre cinco


atributos que son: el nombre, el domicilio, el patrimonio, la capacidad jurídica y el estado
civil.

EL NOMBRE es un atributo de la persona humana que se divide en dos partes


fundamentales: el nombre propio que sirve para distinguir a los miembros de una familia
(Pedro, Luís, Enrique) y el patronímico, que es lo que se conoce como apellido y que
sirve para distinguir a una familia de otra (Díaz, Galindo, Portillo). Este último, en
México, se integra con el apellido paterno y con el apellido materno (Julián Tovar
Martínez).

En la antigüedad, durante la época de gran influencia religiosa el nombre


propiamente dicho se formaba de acuerdo con el santoral del día del nacimiento, y así nos
encontramos que a una persona se le llamara con el nombre del santo que señalaba el
calendario, le quedara adecuado o no (Gumersindo, Crisóstomo, Gaudencia, Romualda,
etc.); con el andar del tiempo, esta imposición fue aminorando hasta permitirse el agregar
al nombre del santo otro cualquiera (Leobardo Mario, José Luís, Aquilina Inés, etc.).
Después del descubrimiento de América, huyeron del Viejo Continente individuos
proscritos, a quienes convenía olvidar sus nombres y fueron conocidos con otros nombres
de acuerdo con sus características personas (Cabeza de Vaca, Rosado, Toro, etc.).

En la actualidad hay libertad absoluta de poner a un sujeto el nombre que sus padres
deseen, pero que posteriormente puede cambiarse de conformidad con reglas severas; sin
embargo, el patronímico no puede dejarse al capricho de nadie y está sujeto a reglas
estrictas, disciplinarias e indestructibles, conocida la adopción como el único caso legal
en que éste puede cambiarse. El nombre de la mujer sufre variantes a medida que su
estado civil va cambiando; así, en la mujer soltera se formará con el patronímico de sus
padres; la casada, perderá el apellido materno para adoptar el del esposo, anteponiendo la
preposición “de”; la mujer viuda antepone a esta preposición la palabra “viuda” o su
abreviatura; y finalmente, la mujer divorciada recupera los que tenía cuando soltera. Los
hijos naturales que son aquellos que provienen de padres que no han contraído
matrimonio, adquieren el patronímico de la madre, del padre o de ambos según sea quien
los reconozca. Con respecto a los hijos legítimos, de padre casado cuando menos siete
meses antes de su nacimiento, y a los hijos legitimados, de padres casados con
posterioridad al plazo indicado no hay problema alguno en lo que se refiere al
patronímico.

EL DOMICILIO de una persona física es lugar donde reside con el propósito de


establecerse en él; a falta de éste, el lugar en que tiene el principal asiento de sus
negocios; y a falta de uno y otro, el lugar donde se halle, según queda dispuesto en el
artículo 37 del Código Civil para el Estado de Veracruz.
31

EFECTOS QUE DERIVAN DEL DOMICILIO. El domicilio sirve para recibir


correspondencia, para ejercer funciones electorales, para inscribirse en los censos, etc.
Pero el efecto principal es fijar la competencia jurisdiccional de los tribunales, ya que los
ciudadanos no pueden acudir a cualquier juez en demanda de justicia sino únicamente
ante aquél cuya jurisdiccional abarque el domicilio del actor o demandado.

En los Municipios de todo el país, como en el Distrito Federal, existen las Oficinas
del Padrón Municipal Permanente en la cual deben inscribirse los ciudadanos para que se
les tome en cuenta como domiciliada en el lugar. Los padres de familia deben hacer una
manifestación anual declarando cuantos miembros tiene su familia, su edad, ocupación,
sexo, etc., empleando para ello las “formas” o “machotes” que se les proporcionan al
efecto en la misma oficina. Se ha instituido recientemente el Registro Nacional de
Electores para inscribir a los ciudadanos con derechos políticos tomando como base el
domicilio, puesto que los representantes populares se eligen por distritos electorales o
demarcaciones territoriales.

El domicilio particular de las personas es sagrado e inviolable según el artículo 16


de la Constitución General de la República; sólo podrá ser cateado mediante orden escrita
de autoridad competente; y en caso de no llenarse éstos requisitos, el agraviado podrá
defenderse con el Juicio de Amparo que sirve para controlar el sistema constitucional.

DIVERSAS CLASES DE DOMICILIO. Se conocen tres clases de domicilios: a)


voluntario; b) legal; c) convencional.

Es domicilio voluntario el que adopta la persona por decisión libre de su voluntad,


pudiendo cambiarlo cuando mejor le parezca.

Es domicilio legal el lugar que la ley le fija a una persona para el ejercicio de sus
derechos y el cumplimiento de sus obligaciones (art. 39 del Código Civil para el Estado
de Veracruz).

Se reputa domicilio legal del menor no emancipado el de la persona que ejerce la


patria potestad; del menor que no está bajo patria potestad y del mayor incapacitado, el de
su tutor; de los militares en servicio activo, el lugar en que están destinados; el de los
empleados públicos, el lugar donde desempeñan sus funciones por más de seis meses, y
de los sentenciados a sufrir una pena privativa de libertad por más de seis meses, la
población en que la extingan (art. 40 del Código Civil para el Estado de Veracruz).

El domicilio de la mujer casada es el de su marido.


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El domicilio convencional es el que designa una persona para el cumplimiento de


determinadas obligaciones (art. 39 del Código Civil para el Estado de Veracruz).

Las personas jurídicas tienen su domicilio en el lugar donde se haya establecida su


administración. Las sucursales que operan en lugares distintos de donde radica la casa
matriz, tendrán su domicilio en esos lugares para el cumplimiento de las obligaciones
contraídas por las mismas sucursales (art. 41 del Código Civil para el Estado de
Veracruz).

RESIDENCIA Y HABITACION.- Es fundamental no confundir los conceptos de


domicilio con los de residencia y habitación: La residencia carece de la fijeza, que es uno
de los caracteres del domicilio, es el lugar donde una persona fija de manera transitoria su
habitación; pero sin el propósito de establecerse. La habitación en cambio, es el lugar
donde la persona vive y realiza los actos cotidianos de su vida. Por ejemplo: tomar sus
alimentos, dormir, etc., es lo que vulgarmente se denomina “mi casa”. Ninguno de estos
términos se excluye, dice el Lic. Angel Caso: “Un individuo puede tener su habitación en
el lugar donde mora; su domicilio, en el lugar donde despacha sus asuntos, y su
residencia, en el lugar donde pasa algunas temporadas del año; por ejemplo: el abogado
que tiene su habitación en una colonia, su despacho o domicilio en el centro de la ciudad
y su residencia en alguna ciudad cercana; v. gr.: Cuernavaca”.

EL PATRIMONIO.- El patrimonio es el conjunto de cargas y derechos


pertenecientes a la persona apreciables en dinero.

El concepto de patrimonio tiene un contenido económico: bienes y cargas


apreciables en dinero; pero no es desde punto de vista que nos interesa sino como la
facultad o derecho inherente a toda persona para poseerlo. Es decir, como atributo de la
personalidad. Todo individuo posee un patrimonio, no importa cual sea su grado de
pobreza o miseria; el Derecho así lo considera.

El patrimonio, como el nombre, como el domicilio, el Estado civil, la capacidad


jurídica, es un derecho subjetivo público.

CAPACIDAD E INCAPACIDAD.- Es la aptitud natural y legal que tiene la persona


física para ser titular de derechos y obligaciones, y poderlos ejercer por sí misma o por
sus representantes, teniendo la libre administración de su bienes y persona.

Según el artículo 28 del Código Civil para el Estado de Veracruz, “la capacidad
jurídica se adquiere por el nacimiento y se pierde por la muerte; pero desde el momento
en que el individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se tiene por nacido
para los efectos declarados en este Código”.
33

La capacidad es única, pero se hace la siguiente distinción: capacidad de goce y


capacidad de ejercicio. La capacidad de goce es la disposición para tener derechos, todos
los seres humanos tienen esta capacidad. La capacidad de ejercicio es la que tienen las
personas mayores de edad sanas para ejercer por sí mismas sus derechos y cumplir las
obligaciones que contraigan legalmente. Algunos sujetos como los enfermos mentales,
viciosos o menores de edad, aunque tienen derechos en su calidad de personas, no están
facultados para ejercerlos personalmente sino por medio de sus tutores o representantes
legales.

Como se ha explicado, la capacidad de goce no puede faltar en la persona porque es


un atributo congénito, pero hay que reconocer que puede tener ciertas restricciones, como
por ejemplo: el individuo que mata para heredar, la ley lo incapacita para recibir la
herencia; pero conservará la capacidad de goce y ejercicio con respecto a otros derechos.

A contrario sensu, la noción de incapacidad, se define como la privación o ausencia


de capacidad de las personas para ejercer por sí mismas sus derechos y puede ser total y
parcial, de goce y de ejercicio. La incapacidad de goce no puede existir total sino sólo
parcialmente; en cambio la incapacidad de ejercicio si puede existir total o parcialmente,
y se establece por un defecto natural del individuo o por disposición de la ley. Los
menores de edad y los alienados tienen incapacidad natural de ejercicio: Los
comerciantes declarados en quiebra fraudulenta tienen incapacidad legal para ejercer el
comercio. La incapacidad natural puede suplirse por el nombramiento de representante
legal que precisamente sirve para ejercitar los derechos del incapacitado.

De todo lo anterior se deduce que la incapacidad natural no puede existir sin la


incapacidad legal, mientras que ésta si lo puede sin aquella. El artículo 380 del Código
Civil para el estado de Veracruz nos dice que están incapacitados natural y legalmente:

I. Los menores de edad;

II. Los mayores de edad privados de inteligencia por locura, idiotismo o


imbecilidad, aún cuando tengan intervalos lúcidos;

III. Los sordomudos que no saben leer ni escribir, y

IV. Los ebrios consuetudinarios y los que hacen uso inmoderado de drogas
enervantes.

EL ESTADO CIVIL es la situación que tiene el hombre dentro de la familia y la


sociedad, situación que engendra efectos jurídicos. El estado civil se traduce en derechos
y obligaciones; dentro de la familia determina el parentesco y el derecho que tienen los
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menores de edad de recibir alimentos de sus progenitores y la obligación de


proporcionarlos que tienen éstos; con respecto a la sociedad y el estado, determina la
nacionalidad o la extranjería, la capacidad jurídica, la soltería, la ciudadanía, etc.

El estado civil de las personas generalmente se determina y comprueba de las actas


del Registro Civil, pero nuestra ley prevé el caso de que el estado civil de una apersona
tenga que determinarse por un medio distinto del anterior, es decir, cuando debido a una
causa de fuerza mayor, caso fortuito (guerra, inundación, incendio, etc.), se pierdan tales
actas o cuando las mismas no existan por su propia antigüedad, entonces el estado civil
puede probarse con declaración de testigos, por instrumentos públicos o privados, o por
actas expedidas por las parroquias; pero fuera de estos casos de excepción, ningún otro
medio de prueba es admisible para demostrarlo.

REGIMENES MATRIMONIALES Y SUS EFECTOS JURIDICOS.- El matrimonio es


un contrato solemne por el que se unen dos personas de sexo diferente, con la doble
finalidad de procrear una familia y ayudarse a soportar las cargas de la vida.

En el momento de celebrar el matrimonio, los cónyuges deben establecer a que


régimen matrimonial van a sujetar los bienes que llevan al matrimonio o que puedan
adquirir dentro de él.

Por régimen matrimonial se entiende la forma en que quedará distribuida la


propiedad de los bienes de los cónyuges dentro del matrimonio, y su administración, en
virtud del convenio que éstos hayan celebrado.

Los regímenes matrimoniales son dos: Sociedad conyugal y separación de bienes


(art. 166 del código Civil para el estado de Veracruz). Se llaman capitulaciones
matrimoniales, el convenio o pacto que celebran los esposos y de acuerdo con el cual
constituyen la sociedad conyugal o la separación de bienes (art. 167 del Código Civil
antes citado). Las capitulaciones matrimoniales pueden otorgarse antes del matrimonio o
durante él, y pueden comprender no solamente los bienes de que sean dueños los esposos
en el momento de hacer el pacto, sino también los que adquieran después (art. 168 del
Código Civil citado).

El régimen de sociedad matrimonial nace al celebrarse el matrimonio o durante él, y


termina con la disolución del mismo. Consiste en que ambos cónyuges aportan a la
sociedad que nace del matrimonio sus bienes propios, pasando estos a ser propiedad de
ambos. Los cónyuges pueden aportar todos sus bienes o sólo parte de ellos (art. 172 del
Código Civil antes referido). En el pacto o convenio que da nacimiento a la sociedad
debe hacerse constar la forma en que se repartirán los productos de la sociedad, el
nombre del cónyuge que se encargará de administrarla, la forma en que deben quedar los
35

bienes futuros que adquieren los cónyuges y las bases para liquidar la sociedad (art. 177
del Código de mérito).

El régimen de separación de bienes se establece con anterioridad al matrimonio o


durante éste. La separación puede comprender no solo los bienes de que sean dueños los
consortes al celebrar el matrimonio, sino también los que adquieran después (art.195 del
Código Civil) La separación de bienes pueden comprender la totalidad de estos o solo
una parte (art. 196 del Código Civil citado). En el régimen de separación los cónyuges
conservan la propiedad y administración de los bienes que respectivamente les
pertenecen y, por consiguiente, todos los frutos y accesiones (art. 200 del Código Civil
citado).

En cualquier régimen que se adopte, se hace un inventario de los bienes de ambos


cónyuges.

DE LAS PERSONAS MORALES:

DEFINICION:

Se llaman personas morales las asociaciones o corporaciones temporales o perpetuas


fundadas con algún fin o motivo de utilidad pública o privada, o ambas juntamente, que
en sus relaciones civiles o mercantiles representan una entidad jurídica.

ATRIBUTOS:

Las personas morales tienen los mismos atributos que las personas físicas, ya
estudiados, excepto el atributo del estado civil. El único atributo restringido es la
capacidad jurídica ya que solo pueden adquirir ciertos derechos y contraer determinadas
obligaciones. Sus atributos son totalmente diversos de los de las personas físicas que las
componen o administran. Pueden tener el carácter de acreedoras o deudoras aún con
respecto a sus mismos miembros; igualmente pueden comparecer ante los tribunales por
medio de sus representantes y litigar contra toda clase de personas incluyendo a sus
integrantes

Los Bienes, los Derechos reales y las Sucesiones.

Bienes concepto y clasificación.- Antiguamente, la doctrina jurídica llamaba cosa,


solamente a los objetos que podían ser percibidos por medio del sentido del tacto; sin
embargo, en la actualidad, se entiende por cosa en Derecho, todo lo que siendo percibido
por cualquiera de los sentidos puede ser materia de una relación jurídica.
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Las cosas se convierten en bienes, jurídicamente hablando, cuando éstas pueden


apropiarse. Así, el aire o el agua del mar son cosas mientras no han sido apropiadas: pero
en cuanto un particular las hace suyas, se convierten en bienes. Ejemplo: el agua, cuando
ha sido envasada y puesta a la venta, se ha convertido en bien; el aire, cuando, pongamos
por caso se encierra en cilindros para usos industriales, se convierte en un bien; podemos
decir, entonces, que las cosas se convierten en bienes cuando son susceptibles de
apropiación. Basta que una cosa sea susceptible de apropiación para que se le pueda
considerar como un bien, aunque, de hecho, carezca de dueño o no lo tenga conocido en
un momento dado.

En consecuencia, se llama cosa todo lo que, siendo percibido por cualquiera de los
sentidos, puede ser objeto de una relación jurídica; y bien, toda cosa susceptible de
apropiación.

Es necesario no confundir los conceptos jurídico y económico de bien. Desde el


punto de vista económico, bien es toda cosa que es útil para satisfacer las necesidades
materiales del hombre; desde el punto de vista jurídico, es todo lo que puede ser
apropiado. Por tanto, habrá cosas que, siendo bienes desde el punto de vista económico,
no lo sean desde el jurídico.

CLASIFICACION DE LOS BIENES.- Existen diversos criterios para clasificar los


bienes. Estos criterios facilitan su estudio y son un medio para solucionar aquellas
situaciones que constantemente se crean en relación con los bienes. La clasificación de
los bienes tiene importancia desde el punto de vista de las facultades que los individuos
pueden ejercitar sobre ellos. A continuación señalamos un doble criterio de clasificación:
considerándolos entre sí mismos y considerándolos según las personas a quienes
pertenecen.

Bienes considerados en sí mismos. Se clasifican en corpóreos e incorpóreos;


fungibles y no fungibles; consumibles y no consumibles; divisibles e indivisibles; simples
y compuestos; principales y accesorios; muebles e inmuebles.

Bienes atendiendo a las personas a quienes pertenecen. Se clasifican en: bienes


propiedad del poder Público; bienes propiedad de los particulares, y bienes sin dueño.

Los bienes del poder público se dividen en bienes de uso común; bienes destinados
a un servicio público, y bienes propios del Estado o del poder público (art. 809 del
Código Civil antes citado).

Los bienes de los particulares son tan numerosos y variados, que establecer con
respecto a ellos un criterio de distinción presenta grandes dificultades.
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Los bienes sin dueño se dividen en mostrencos y vacantes.

LOS BIENES CONSIDERADOS EN SI MISMOS.- Bienes corpóreos y bienes


incorpóreos. Se llaman bienes corpóreos los que pueden ser percibidos por los sentidos.
Ejemplo: una casa, una máquina, un caballo, etc. Son bienes incorpóreos los que solo
pueden ser percibidos por medio de la inteligencia; en este caso se encuentran los
derechos. Si el derecho recae sobre un bien mueble, será, a su vez, mueble; y si recae
sobre un bien inmueble, toma la naturaleza de éste último, convirtiéndose en inmueble.
De ahí que la ley considere bienes inmuebles los derechos reales sobre inmuebles (art.
792 del Código Civil referido), y bienes muebles, los derechos o acciones que tienen por
objeto cosas muebles o cantidades exigibles en virtud de acción personal (art. 796 del
Código citado).

Lo anterior quiere decir, que los derechos, que son bienes incorpóreos, pueden a su
vez, ser muebles o inmuebles, según la naturaleza sobre la que recaen.

Bienes fungibles y bienes no fungibles. Se llaman bienes fungibles los que, por su
naturaleza, pueden ser cambiados por otros de la misma especie, calidad y cantidad.
Ejemplos: el trigo, el vino, el dinero. Son bienes no fungibles los que no pueden ser
cambiados por otros de la misma especie, calidad o cantidad, en virtud de que tienen una
individualización propia que impide su intercambio.

Los bienes fungibles pueden ser pesados, contados o medidos: Ejemplo: las
semillas, las telas, el dinero, que pueden servir, y de hecho han servido como
instrumentos de pago y de cambio.

Los bienes no fungibles no tienen la cualidad anterior, por eso el deudor de uno de
estos bienes sólo se considera como liberado de su obligación cuando ha entregado el
bien expresamente pactado.

El Código Civil ya referido en su art. 805 establece que los bienes muebles ser
fungibles o no fungibles, reservando sólo a los muebles el carácter de fungibilidad. Sin
embargo, nos inclinamos a creer que también entre los inmuebles pueden existir bienes
fungibles.

Bienes consumibles y bienes no consumibles. Son bienes consumibles los que se


destruyen o consumen con el primer uso. Ejemplo: los artículos alimenticios, los
cigarrillos, la mayor parte de los productos medicinales, etc. En cambio, los bienes no
consumibles son los que resisten un uso constante y prolongado. Ejemplo: Los
instrumentos de trabajo, las máquinas, las prendas de vestir.
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Entre los conceptos de bien fungible y bien consumible existe tan estrecha relación
que, a menudo, se les confunde. Sin embargo, precisa hacer notar que no todo bien
consumible es fungible, ni todo bien fungible es consumible.

Como ejemplo de lo primero, señalaremos el siguiente: la última botella de vino


agotado hace años es un bien consumible y no fungible. Como ejemplo de lo segundo
anotaremos el de las casas que se construyen en serie para los trabajadores, y que tienen
las mismas características, etc., y que pueden se fungibles entre sí, pero no consumibles.

Bienes divisibles y bienes indivisibles. Son divisibles los bienes que pueden
fraccionarse sin alterar su valor. Ejemplo: las piezas de tela, las barras de metal, los
terrenos, etc. Son indivisibles, los bienes que no admiten división cómoda, ya que en caso
de que la sufran alteran básicamente su valor. Ejemplo: un reloj, un automóvil, una
estatua, etc.

Bienes simples y bienes compuestos. Son simples los bienes que forman por sí
mismos una unidad. Ejemplo: una estatua, una moneda, un trozo de hierro. Los
compuestos son los que están integrados por una pluralidad de partes distintas. Ejemplo:
Una casa, un automóvil, una máquina.

Entre los bienes compuestos existen las llamadas universalidades, formadas por una
pluralidad de bienes que, en sí mismos, son individualidades; pero que están ligados entre
sí de tal modo, que forman un todo único. Ejemplo: las colecciones de monedas, las
bibliotecas, las vajillas, etc.

Bienes principales y bienes accesorios. Para entender lo que es un bien principal es


necesario relacionarlo con el concepto de bien accesorio. El bien principal es el que
existe independientemente del accesorio y cuyas partes no pueden separarse sin alterar la
naturaleza del propio bien. Los bienes accesorios son los que completan al principal,
sirviéndole de ornato o complemento. Ejemplos: una casa es un bien principal; las puertas
y estatuas que la adornan, bienes accesorios.

Bienes muebles y bienes inmuebles. Los bienes muebles pueden serlo por su
naturaleza y por disposición de la ley (art.794 Código Civil para el Estado de Veracruz).
Algunos autores agregan los muebles por anticipación, que son aquellos que por su
naturaleza deben, necesariamente, separarse de los inmuebles a que están unidos y, en
consecuencia, adquirir el carácter de muebles, una vez realizada la separación. Por
ejemplo, los frutos pendientes de los árboles, que están destinados a que se les separe de
los mismos.
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Son muebles por naturaleza los cuerpos que pueden trasladarse de un lugar a otro,
ya se muevan por sí mismos, ya por efecto de una fuerza exterior (art. 795 del Código
Civil antes citado). Ejemplos: un ciervo, un cuadro, un jarrón.

Cuando los muebles pueden trasladarse por sí mismos, se llaman semovientes. Es el


caso de los animales.

Los bienes muebles por determinación de la ley son enumerados por la propia ley,
que dispone cuáles deben considerarse así. A continuación los enumeramos: las
obligaciones y los derechos o acciones que tienen por objeto cosas muebles o cantidades
exigibles en virtud de acción personal; las acciones que cada socio tiene en las sociedades
o asociaciones; las embarcaciones de todo género; los materiales procedentes de la
demolición de un edificio, y los que se hubieren acopiado para repararlo o para construir
uno nuevo; los derechos de autor sobre sus obras y, en general, todos los no considerados
por la ley como inmuebles.

Los inmuebles pueden serlo: por su naturaleza, por su destino y por el objeto al cual
se aplican.

Son bienes inmuebles por su naturaleza los que no pueden ser trasladados de un
lugar a otro sin alterar su sustancia. Se consideran como tales los que están destinados a
permanecer fijos en un lugar. La ley los enumera del siguiente modo: el suelo y las
construcciones adheridas a él; las, plantas y árboles, mientras estuvieren unidas a la tierra,
y los frutos pendientes de los mismos árboles y plantas mientras no sean separados de
ellas por cosechas o cortes regulares; todo lo que esté adherido a un inmueble de una
manera fija, de modo que no pueda separarse sin deterioro del mismo inmueble o del
objeto a él adherido; los manantiales, los estanques, aljibes y corrientes de agua, así como
los acueductos y cañerías de cualquier especie que sirvan para conducir los líquidos o
gases de una finca o para extraerlos de ella; los diques y construcciones que, aún cuando
son flotantes, estén destinados por su objeto y condiciones a permanecer en un punto fijo
de un río, lago o costa (art.792 I. II, III, IX, XI del Código Civil citado).)

Los inmuebles por su destino son aquellos que, aunque por su naturales son
muebles, sin embargo, se les clasifica entre los inmuebles, en virtud de que la intención
de su propietario es destinarlos a que sirva a un inmuebles, ya como complemento, ya
como adorno. Ejemplos: Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de
ornamentación, colocados en edificios o heredades por el dueño del inmueble, en tal
forma que revele el propósito de unirlos de un modo permanente al fundo; los palomares,
colmenas, estanques de peces o criaderos análogos, cuando el propietario los conserve
con el propósito de mantenerlos unidos a la fina formando parte de ella de un modo
permanente; las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el propietario
40

de la finca directa y exclusivamente a la industria o explotación de la misma; los abonos


destinados al cultivo de una heredad, que estén en las tierras donde hayan de utilizarse, y
las semillas necesarias para el cultivo de la finca; los aparatos eléctricos y caseríos
adheridos al suelo o a los edificios por el dueño de éstos, salvo convenio en contrario; los
animales que formen el pié de cría en los predios rústicos destinados total o parcialmente
al ramo de la ganadería, así como las bestias de trabajo indispensables para el cultivo de
la finca, mientras estén destinadas a ese objeto; el material rodante de los ferrocarriles, las
líneas telefónicas y telegráficas y las estaciones radiotelegráficas.

Los inmuebles por el objeto sobre el que recaen son los derechos reales sobre
inmuebles. Sí el derecho real recae sobre un inmueble, se considera que dicho derecho es
bien inmueble. Por ejemplo: el derecho de hipoteca que, en la generalidad de los casos
recae sobre bienes inmuebles, debe reputarse como bien inmueble. Cuando los derechos
reales recaen sobre bienes muebles, toman la naturaleza de éstos y se convierten en
muebles.

LOS BIENES CONSIDERADOS SEGÚN LAS PERSONAS A QUIENES


PERTENECEN.- Se dividen en bienes propiedad del Poder Público, bienes propiedad de
los particulares y bienes sin dueño.

Los bienes del Poder Público se dividen a su vez en tres grupos: bienes de uso
común, bienes destinados aun servicio público y bienes propios del Estado o del Poder
Público.

Bienes de uso común. Se llaman así porque pueden aprovecharse de ellos todos los
habitantes de la República con las restricciones establecidas por la ley. Son inalienables e
imprescriptibles. Ejemplos: las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del
Territorio Nacional; los minerales, los yacimientos de piedras preciosas; las salinas; los
combustibles minerales sólidos; el petróleo, etc.; en general, los comprendidos en el
primer párrafo del artículo 27 de La Constitución. Estos bienes pertenecen a la
Federación y nunca a los Estados o Municipios.

Para aprovechamientos especiales de dichos bienes se necesita concesión otorgada


con los requisitos que señalen las leyes respectivas (art. 810 del Código Civil citado).

Bienes destinados a un servicio público. Pueden pertenecer a la Federación, a los


Estados o a los Municipios. Son inalienables e imprescriptibles, mientras no se les
desafecta del servicio público a que están destinados. Ejemplo: los templos, los edificios
para escuelas, los campos deportivos, etc.
41

Bienes propios del Estado o del Poder Público. Los bienes propios pertenecen a la
Federación, o bien, a los Estados y Municipios; no son inalienables ni tampoco
imprescriptibles. Por tanto, pueden ser enajenados por el Poder Público, y los particulares
pueden, asimismo, adquirirlos. La Federación, Los Estados y los Municipios los
adquieren por diversas causas, entre otras, por procedimientos coactivos seguidos en
contra de los particulares cuando éstos no cubren los impuestos o contribuciones que les
corresponden.

Bienes de los particulares. Dentro de ésta categoría, como ya dijimos, bienes tan
numerosos y de diversa naturaleza, que no es posible establecer una clasificación. La ley
establece que como tales deben considerarse todas las cosas cuyo dominio pertenece a los
particulares, y de las que no puede aprovecharse ninguno sin consentimiento del dueño o
autorización de la ley.

Bienes sin dueño cierto conocido. Se dividen en dos grupos: mostrencos y


vacantes.

Son bienes mostrencos los muebles abandonados y los perdidos cuyo dueño se
ignore (art. 816 del Código Civil para el Estado de Veracruz)

Los bienes vacantes son los inmuebles que no tienen dueño cierto y conocido (art.
820 del Código antes citado).

Tanto para los bienes mostrencos como para los vacantes, la ley señala
procedimientos especiales que deben distinguirse, cuando fueren hallados o se tuviere
noticia de ellos.

LOS DERECHOS REALES.

Su concepto.- Hemos visto como el patrimonio está integrado por dos especies de
bienes: los que pueden ser percibidos por los sentidos, o sean las cosas, llamadas también
corpóreos, y los que pueden alcanzarse por la inteligencia, como los derechos, que
también se denominan bienes incorpóreos. Ahora bien, no todos los derechos forman
parte del patrimonio. Anteriormente señalamos cuales quedan fueran de él.

Los derechos patrimoniales son de dos especies: reales y de crédito: Son


patrimoniales porque se ejercen sobre bienes que son susceptibles de ser apreciables en
dinero, a diferencia de otros derechos cuyo contenido no es estimable económicamente.

Se dice que el derecho es una relación jurídica, directa e inmediata entre el titular
y el bien materia del derecho; pero ésta definición se ha desechado como falsa, en virtud
42

de que, según expresamos anteriormente (patrimonio y persona), las relaciones de


derecho sólo pueden existir de persona a persona y nunca de persona a cosa, puesto que
el ejercicio de los derechos trae para aquel contra se ejercitan una obligación y, en tal
virtud, no es posible pensar que las cosas puedan obligarse hacia el hombre.

La reflexión anterior ha llevado a un nuevo concepto de derecho real, de acuerdo


con el cual éste es la facultad que concede a la persona un poder directo e inmediato
sobre una cosa para disponer y gozar de ella, con exclusión de los demás, y que trae
para los que no son titulares del derecho la obligación de abstenerse de perturbar al
titular en el goce del mismo.

Caracteres del derecho real.- Analizando el concepto anterior se encuentran en él


los siguientes caracteres: El sujeto activo, o sea el titular del derecho, es una persona
(pueden ser varias también) claramente determinada; en cambio, el sujeto pasivo,
representado por todo el mundo, distinto al titular, es ilimitado en número e
indeterminado.

El poder o facultad del titular se ejerce siempre, de manera inmediata y directa,


sobre una cosa, materia del derecho.

La relación jurídica, llamada derecho real, se manifiesta por la obligación de


carácter negativo (abstención) impuesta al sujeto pasivo (todo el mundo) para no
perturbar al titular en el goce de su facultad.

Con un ejemplo se entenderá mejor lo anterior. En el derecho real de propiedad, que


es el más completo de los derechos reales, los sujetos están representados por el
propietario, titular del derecho, y por todo el mundo, sujeto pasivo. El propietario ejerce
un poder directo e inmediato sobre la cosa materia de su propiedad, y entre el propietario
o titular y las demás personas se establece una relación, que consiste en la abstención, por
parte de los no titulares, de no perturbar al propietario en el goce de su derecho.

El derecho real da origen, además a un derecho de preferencia y a un derecho de


persecución. El titular de un derecho real debe ser pagado con preferencia al titular de un
derecho de crédito. El titular del derecho real, puede recuperar la cosa, materia de su
derecho, de cualquier persona que lo tuviere en su poder.

Comparación entre los derechos reales y de crédito.- Hemos dicho que el


derecho de crédito es la relación que se establece entre dos persona, en virtud de la cual el
acreedor puede exigir del deudor el pago de una prestación o la realización de un hecho
negativo.
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Tanto en el derecho real como en el de crédito intervienen como extremo de la


relación dos partes, el sujeto activo o titular del derecho y el sujeto pasivo u obligado,
sólo que mientras en el derecho real el deudor es indeterminado, pues se trata de todo el
mundo, en el derecho de crédito el obligado es una o varias personas claramente
determinadas. Por otra parte, mientras en el derecho real la obligación se caracteriza por
ser una abstención (no perturbar al titular en el goce de su derecho), en el de crédito la
obligación consiste en el pago de una prestación cierta y determinada o en la realización
de un hecho negativo.

Finalmente, en tanto que en el derecho real la facultad o poder jurídico se ejerce


sobre una cosa, materia del derecho, en el derecho de crédito la facultad o poder se ejerce
contra un sujeto previamente determinado: el deudor.

Clasificación de los derechos reales.- Los derechos reales de acuerdo con su


naturaleza, se clasifican en dos grupos, según que el titular del derecho sea o no el
propietario del mismo.

Para entender con claridad esta clasificación, nos valdremos, como ejemplo, del
derecho de propiedad: en este derecho existe un titular, es decir, una persona que posee el
derecho; pero dicha persona lo posee en propiedad, es al mismo tiempo titular y
propietario. Se confunden en ella las cualidades de titular y propietario. Esto, que a
primera vista es difícil de entender y que es en realidad, una distinción sutil, pero de
esencia, se comprenderá con mayor claridad al hablar de los desmembramientos de la
propiedad

Cuando el titular del derecho y el propietario del mismo no se confunden, cuando


son personas distintas, se dice que la propiedad está desmembrada; es decir, el derecho
queda en poder del propietario, pero su goce pasa a poder de otra persona. Sea por
ejemplo, el derecho de usufructo, que consiste en que una persona, de manera temporal,
disfrute de los bienes ajenos. Pongamos por caso, Luís constituye a favor de enrique un
derecho de usufructo sobre su propia casa (la de Luís). Enrique disfrutará de la casa de
Luís y de los productos de la misma. En este ejemplo existe un desmembramiento de la
propiedad, pues mientras al propietario (Luís) le queda su derecho de propiedad sobre la
casa, pero no el goce del mismo, a Enrique se le concede dicho goce. Por tanto, Enrique
será el titular del derecho de usufructo sobre la casa ajena, más no el propietario, que es
distinto (Luís).

En el ejemplo anterior, se entiende claramente como cuando el titular de un derecho


es al mismo tiempo el propietario de la cosa materia del derecho aparece la propiedad y,
contrariamente, cuando el titular y propietario son personas distintas, aparecen los otros
tipos de derechos reales. Esta situación ha conducido a clasificar los derechos reales en
44

dos grandes grupos: la propiedad, por una parte, que es el derecho real por excelencia, y,
por otra, el uso, el usufructo, la habitación, la servidumbre, la prenda y la hipoteca. En
relación con éste último grupo se ha hecho una clasificación, a saber: derechos reales de
goce y derechos reales de garantía.

Los derechos de goce son: uso, usufructo, habitación y servidumbre: Los de


garantía: prenda e hipoteca.

LA POSESION.

Concepto de posesión. Posesión es el acto de tener o poseer una cosa material con
el ánimo de propietario. El poseedor de una cosa es el que ejerce sobre ella un poder de
hecho. No se considera poseedor al que tiene una cosa en cumplimiento de las órdenes
del propietario y en beneficio de éste. También se dice que posee un derecho o bien
inmaterial el que goza de él.

CARACTERES DE LA POSESION. Clases. La posesión que nos interesa estudiar es


aquella que produce efectos jurídicos y que puede llegar inclusive a modificar la
propiedad y dominio del bien poseído, por lo cual el Derecho exige que reúna ciertas
condiciones y características. Antes de referirnos a éstos elementos, veamos las diferentes
clases de ella. La posesión puede ser originaria o derivada y plena o precaria.

La posesión originaria es la que tiene el propietario de una cosa que la ocupa o


disfruta por sí mismo; la posesión derivada es la que cede el propietario a otra persona
mediante un contrato expreso o tácito; el usufructuario, arrendatario, depositario,
acreedor pignoraticio, etc., ejercen una posesión derivada; un inquilino dice “ésta es mi
casa”, cuando el propietario es otro. La posesión derivada presupone el consentimiento
del propietario o un mandato legal, pues de otro modo estaríamos en presencia de un
despojo arbitrario; el que tiene la posesión originaria puede reivindicar el bien, hasta que
se le restituya conforme a Derecho.

Cuando una persona entra en posesión de un bien y nadie se la disputa puede llegar
a convertirse en dueño siempre que ésta posesión sea pacífica, Pública y contínua durante
ciertos años. Mientras no se cumplan éstos requisitos se dice que la posesión es precaria,
puesto que otra persona con mejor derecho o algún título justificativo puede recobrar el
bien poseído o cuando menos, interrumpir la posesión.

En cambio la posesión es plena cuando se funda en un título válido universalmente,


de tal modo que la propiedad y posesión resultan incuestionables, como por ejemplo: la
que se obtiene por compraventa, donación expresa, por prescripción positiva, etc.
45

BIENES QUE PUEDEN POSEERSE. Todos los bienes y derechos que están dentro del
comercio lícito pueden ser poseídos conforme a la ley; existen algunos bienes cuyo
comercio y posesión no es libre sino restringido estrictamente, como por ejemplo: las
drogas y narcóticos cuando se usan con fines terapéuticos. Este género de cosas son
bienes, pero no pueden ser poseídos sino mediante autorización de la dependencia oficial
que corresponda.

PRESUNCIONES QUE NACEN DE LA POSESION. La posesión engendra la presunción


de propiedad; el que posee es considerado como propietario, salvo prueba en contrario.
Pero el que comenzó a poseer en nombre de otro, se presume que sigue poseyendo con
igual carácter.

El poseedor legal de una perdida o robada puede recuperarla de un tercero de buena


fe que la haya adquirido en almoneda, pero cubriendo lo que hubiese pagado por ella; el
recuperante podrá ejercitar sus derechos contra el vendedor. La moneda y los títulos al
portador no pueden se reivindicados del adquirente de buena fe.

La posesión de un inmueble incluye la posesión de los muebles que en él se


encuentren. Sí la posesión es litigiosa, triunfará la más antigua; pero tratándose de
predios, la que esté inscrita en el Registro Público de la Propiedad.

En todo caso, el juez decidirá sobre la posesión disputada, que tendrá en cuenta la
buena o mala fe del poseedor y demás elementos posesorios.

El poseedor de buena fe es el que entra en la posesión civil en virtud de un título


suficiente para darle derecho de poseer. También lo es el que ignora los vicios de su título
que le impiden poseer con derecho.

Es posesión de mala fe la que se obtiene sin éstos requisitos. Entiéndase como titulo
la causa generadora de la posesión.

La posesión de buena fe solo pierde ese carácter en el caso y desde el momento que
existan datos que acrediten que el poseedor conoce los vicios de su título o modo de
adquirir. La buena fe se presume siempre; el que afirme la mala fe tiene la obligación de
probarla. El poseedor de buena fe que haya adquirido la posesión por título de dominio
tiene derecho:

1º De hacer suyos los frutos obtenidos mientras su buena fe no es interrumpida;

2º De que se le abonen los gastos necesarios, y útiles, pudiendo retener la cosa hasta
que le sean pagados;
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3º De retirar las mejoras voluntarias, reparando, en su caso, el daño que se cause al


retirarlas;

4º De que se le abonen los gastos que hubiere devengado para la protección de


frutos naturales e industriales que no toma por estar pendientes al tiempo de
interrumpirse la posesión teniendo derecho al interés legal sobre el monto de los gastos
desde el día en que los haya erogado.

No responde el poseedor de buena fe de la pérdida o deterioro de la cosa poseída,


pero sí el provecho que obtuviere por pérdida o deterioro.

PRESCRIPCION. La posesión que se adquiere por el simple hecho de tener la cosa


con él ánimo de hacerla propia, produce la prescripción positiva.

La prescripción es un modo de adquirir el dominio y propiedad de una cosa o de


librarse de una carga u obligación, mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las
condiciones establecidas por la ley. La adquisición de cosas o derechos en virtud de la
posesión, se llama prescripción positiva; la exoneración de obligaciones, por no exigirse
su cumplimiento, se llama prescripción negativa.

Para la prescripción, la ley exige las siguientes condiciones: que la posesión sea
contínua, pública o pacífica.

La posesión es contínua cuando no se ha suspendido por alguna de las causas


legales que la interrumpen, como la acción reivindicatoria, el abandono, etc.

Posesión pública es la que se disfruta de manera que pueda ser conocida por todos,
es decir que no se oculte maliciosamente a fin de evitar que la recupere quien tenga mejor
derecho que el poseedor. También es posesión pública la que esté inscrita en el Registro
Público de la propiedad.

Posesión pacífica es la que se adquiere sin violencia y se sigue conservando


quietamente durante todo el tiempo que establezca la ley.

La posesión no se interrumpe a pesar de que alguien intente recurarla, siempre que


el poseedor salga victorioso en el juicio.

PERDIDA DE LA POSESION. La posesión se pierde:

1º Por abandono;
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2º. Por cesión a título oneroso o gratuito;


3º Por destrucción o pérdida de la cosa, o por quedar fuera del comercio;
4º Por resolución judicial,
5º Por despojo si la posesión del despojante dura más de un año;
6º Por reivindicación del propietario.
7º Por expropiación debido a causa de utilidad pública.

Tratándose de derechos, se pierde la posesión por no ejercitarlos en tiempo


oportuno o por que se haga imposible ejercitarlos.

LA PROPIEDAD.

Concepto y Naturaleza. La misma significación gramatical de la palabra propiedad


nos indica su adherencia a un sujeto que en materia jurídica no puede ser más que un ser
humano, o entidad formada por seres humanos. Lo propio de los cuerpos es un predicable
que sirve para distinguirlo de otro cuerpo que no posea la misma característica. La
palabra propiedad cuando se refiere a alguien indica algo que no es ajeno, que no se
carece de ello. Por ejemplo, las propiedades de los cuerpos químicos son condiciones de
su naturaleza íntima.

En Derecho se entiende por propiedad una pertenencia, la adquisición de bienes


útiles al hombre, por lo cual se hacen apetecibles.

Definición y atributos de la propiedad. La propiedad es el derecho que una


persona tiene sobre una cosa para gozar y disponer de ella con las modalidades y
condiciones que fijen las leyes. Se desprende de ésta definición que la propiedad es un
derecho real que se tiene sobre una cosa, cuyo dominio corresponde a un solo individuo
sin limitación de tiempo y con las restricciones que dispongan las leyes.

En el Derecho Romano los atributos de la propiedad eran designados con las


palabras fruendi, utendi ed abutendi, que traducidas representan la facultad de disfrutar,
usar y abusar de la propiedad sin ninguna clase de impedimentos.

La propiedad como función social. Según la definición que hemos dado de la


propiedad, existen limitaciones impuestas por la ley; lo que significa que este derecho ha
sufrido mutilaciones en cuanto a sus atributos.

Con el giro que ha tomado el Derecho abandonando su concepción individualista


para adoptar una postura socialista, la propiedad pierde el abutendi ya que los
propietarios pueden disfrutar sus bienes, pero no pueden abusar de ellos, a su capricho y
arbitrariamente. No es lícito ejercitar el derecho de propiedad de manera que solo cause
perjuicios a un tercero, sin utilidad para el dueño.
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Caracteres de la propiedad. La propiedad no puede ser ocupada contra la voluntad


de su dueño, sino por causa de utilidad pública y mediante indemnización. El dueño o
inquilino de un predio está facultado para ejercer las acciones procedentes a fin de evitar
que por el mal uso de la propiedad del vecino se perjudiquen la seguridad y el sosiego o
la salud de los que habitan el predio. En un predio no podrán hacerse excavaciones que
hagan perder el sostén necesario al suelo de la propiedad vecina, a menos que se hagan
las obras de consolidación indispensables para evitar todo daño a este predio.

Todo propietario tiene derecho a deslindar la propiedad y hacer o exigir el


amojonamiento de la misma. También tiene derecho y en su caso obligación de cerrar o
cercar su propiedad en todo o en parte, del modo que lo estime conveniente o lo
dispongan las leyes o reglamentos, sin perjuicio de las servidumbres que reporta la
propiedad.

Nadie puede plantar ni edificar cerca de las plazas y edificios públicos o fortalezas,
sino sujetándose a las condiciones exigidas en los reglamentos especiales de la materia.
Nadie puede plantar cerca de una heredad ajena sino a la distancia de dos metros de la
línea divisoria, si la plantación se hace en árboles grandes; y de un metro, si se hace de
arbustos o árboles pequeños. Puede el propietario pedir que se arranquen los árboles
plantados a menor distancia y aún siendo mayor si es evidente el perjuicio que le causa.

El dueño de una pared que no sea de copropiedad, contigua a una finca, puede abrir
ventanas o huecos para recibir luz, a una altura de tres metros a lo menos al nivel del
suelo de la vivienda., con reja de hierro remetida en la pared y con red de alambre, cuyas
mallas sean de tres centímetros a lo sumo. El dueño de la propiedad contigua a la pared
en que estuvieren abiertas las ventanas o huecos, podrá construir pared contigua a ella, o
si adquiere la copropiedad, apoyarse en la misma pared aunque de uno y otro modo cubra
los huecos y ventanas. No se puede tener ventanas para asomarse, ni balcones y otros
voladizos semejantes sobre la propiedad del vecino, prolongándose más allá del límite
que separa las heredades. Tampoco se pueden tener vistas de costado u oblicuas sobre la
misma propiedad, sino no hay un metro de distancia. El propietario de un edificio tiene
obligación de construir de manera que las aguas pluviales no caigan sobre el suelo o
edificio del vecino.

Modos de adquirir la propiedad. La propiedad se puede adquirir a título universal


o particular; oneroso o gratuito, y por causa de muerte o por contrato entre vivos.

Por ocupación. La ocupación es el modo de adquirir la propiedad de un mueble


tomándolo en posesión con la intención de hacerse propietario de él.
49

Por accesión. Accesión es la incorporación natural o artificial de una cosa, así


como todo lo que ella produce, La propiedad de los bienes da derecho a todo lo que ellas
producen o se les incorpora natural o artificialmente. Todas las obras, siembras y
plantaciones ejecutadas en un terreno se presumen hechas por el propietario y a su costa,
mientras no se pruebe lo contrario. El propietario puede adquirir las semillas, plantas o
materiales ajenos empleados en su propiedad pagando su precio y si ha procedido de
mala fe, debe pagar además los daños y perjuicios.

Cuando dos cosas muebles que pertenecen a dueños distintos se unen en tal forma
para constituir una sola sin que intervenga la mala fe, el dueño de lo principal adquiere la
accesoria pagando su valor; si ésta no pudiere determinarse se reputará principal al
objetivo cuyo uso, perfección o adornos se obtengan por la unión del otro. En la pintura,
escultura y bordado; en los impresos gravados, escritos, litografías, litograbados,
oleografías, cromolitografías y demás objetos análogos, se estima accesorio la tabla, el
metal, la piedra, el lienzo, el papel o pergamino.

El acrecentamiento por aluvión es decir, la accesión de tierras que en beneficio de


un predio ribereño causa el arrastre de la corriente, pertenece a los dueños de los terrenos
en que se deposite. El desprendimiento que por avulsión, es decir, por la fuerza del río
una porción considerable de un predio ribereño es acarreada a otro inferior de la ribera
opuesta, el dueño de la porción arrancada puede reclamar su propiedad dentro de los dos
años contados desde el acrecentamiento: pasando este plazo perderá tal derecho, a menos
que el dueño del campo al que se unió la porción arrancada no haya tomado propiedad de
ella. Los árboles arrancados y transportados por la corriente de las aguas pertenecen al
propietario del terreno a donde vayan a parar, si no los reclaman dentro de dos meses los
antiguos dueños; si éstos lo reclaman deberán abonar los daños ocasionados en recogerlos
y ponerlos en lugar seguro.

Las islas que se formen en los mares adyacentes al territorio nacional y las que se
formen en los ríos que pertenecen a la Federación, son del dominio del poder público.

Por cesión o enajenación. Cesión es la renuncia que una apersona hace de una
cosa, acción o derecho, a favor de otra. Enajenación es la transmisión del dominio de
alguna cosa o algún otro derecho sobre ella, que una persona hace en favor de otra. En
esta forma de adquirir la propiedad interviene como elemento principal la voluntad de las
partes si se trata de la cesión, la voluntad del cedente para desprenderse de la cosa, acción
o derecho y la del cesionario para obtenerla; si se trata de la enajenación, la voluntad del
enajenante para trasmitir el dominio de la cosa o derecho sobre ella y el deseo del
adquirente para hacerse dueño de la cosa.
50

Por usucapión o prescripción. La prescripción es un medio de adquirir bienes o


librarse de obligaciones por el transcurso del tiempo y bajo las condiciones establecidas
por la ley. La prescripción se divide en positiva y negativa. Es positiva cuando se
adquiere una cosa en virtud de la posesión y es negativa cuando hay liberación de
obligaciones por no exigirse su cumplimiento dentro del término que marca la ley. Son
elementos principales para la prescripción la posesión de la cosa y el transcurso del
tiempo. En la prescripción positiva la posesión necesaria debe ser: en concepto de
propietario, pacífica, continua y pública.

Sólo pueden prescribirse los bienes y obligaciones que están dentro del comercio,
salvo las excepciones establecidas por la ley. Pueden adquirir por prescripción positiva
todos los que son capaces de adquirir por cualquier otro título; los menores y demás
incapacitados pueden hacerlo por medio de sus legítimos representantes.

Usucapión o prescripción positiva o adquisitiva es el acto mediante el cual se


adquiere el dominio de una cosa por haber pasado el tiempo que las leyes señalan para
que su anterior propietario pueda reclamarla, pero que ese bien se haya poseído en
calidad de propietario e ininterrumpidamente por quien pretenda la prescripción.

HERENCIA. La herencia es un medio de adquirir la propiedad: consiste en la


transmisión de los bienes del difunto y de sus derechos y obligaciones, que no se
extinguen con la muerte, a lo herederos, es decir, a las personas que de acuerdo con la ley
deban recogerlos (art. 1214 Código Civil para el Estado de Veracruz). Esta forma de
trasmitir la propiedad está regida por disposiciones o mandatos cuyo conjunto forma el
llamado derecho hereditario.

Aunque la personalidad se pierde con la muerte, sin embargo, las relaciones


patrimoniales del individuo tienen tal interés jurídico y económico, que seria indebido
darlas por terminadas a la muerte de éste; por esta razón el derecho ha creado la
institución hereditaria, teniendo en cuenta su importancia económica y social. Para la ley,
la muerte de la persona no destruye su situación patrimonial; todos sus derechos y
obligaciones subsisten, el patrimonio no se altera, únicamente se trasmite a los que deben
recibirlo; en una palabra, el patrimonio del difunto sólo cambia de titular.

DIVERSAS FORMAS DE PROPIEDAD. Como Se ha visto en el capítulo relativo a


la división de bienes, existen bienes corpóreos y bienes inmateriales: Pues los bienes
constituidos por terrenos, casas, etc., cuando pertenecen a alguna persona se les llama
propiedad inmueble y existen otros bienes intangibles que al pertenecer a alguien con
exclusión de los demás reciben el nombre de propiedad incorporal, como la propiedad
artística, las marcas registradas de los productos, etc.
51

DERECHOS DE AUTOR. En la división de propiedad incorporal debemos situar los


derechos que se reserva el inventor; el autor de un libro o una canción, etc., que por ser
productos intelectuales no se materializan, aunque pueden representarse objetivamente en
el libro, disco, etc. La ley establece la manera de patentar los derechos mediante el
registro que debe hacerse en la dependencia oficial correspondiente.

NOCION DE COPROPIEDAD. La copropiedad es el derecho que tienen dos o más


personas a una misma cosa, que pertenece a varias personas que la poseen en común,
recibimiento dichas personas el nombre de copropietarios. Existe copropiedad cuando
una cosa o un derecho pertenece proindiviso a varias personas, según el artículo 974 del
Código Civil para el Estado de Veracruz.

DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS CONDUEÑOS. Todo condueño tiene la


plena propiedad de la parte alícuota que le corresponde y la de sus frutos y utilidades,
pudiendo en consecuencia enajenarla, cederla o hipotecarla y aún sustituir a otro en su
aprovechamiento, salvo si se tratare de derecho personal; pero el efecto de la enajenación
o de la hipoteca en relación con los condueños, está limitada a la porción que se le
adjudique en la división al cesar la comunidad. Los condueños gozan del derecho de
tanto. Por derecho de tanto se entiende la facultad que por ley o costumbre jurídica tiene
una persona para adquirir algo con preferencia a otros compradores y por el mismo
precio. Así pues, el derecho de tanto equivale a un de derecho “preemción” y supone en
el vendedor la obligación de avisar la venta al que tiene tal derecho antes de efectuarla a
otra persona. De acuerdo con lo anterior, para que un condueño pueda vender la parte que
le corresponda de la copropiedad, tiene la obligación de avisar primero y de proponer a
los copropietarios la venta que se propone y después ofrecerla a terceros contratantes.

El concurso de los partícipes tanto en los beneficios como en los cargos será
proporcional a sus respectivas porciones. Cada partícipe podrá servirse de las cosas
comunes, siempre que disponga de ellas conforme a su destino y de manera que no
perjudique al interés de la comunidad ni impida a los copropietarios usarla según sus
derechos. Todo copropietario tiene derecho para obligar a los copartícipes a contribuir a
los gastos de la conservación de la cosa o derecho común. Sólo pueden eximirse de ésta
obligación los que renuncien a la parte que les pertenece en el condominio. Ninguno de
los condueños podrá sin el consentimiento de los demás hacer alteraciones en la cosa
común aunque de ella resultaren ventajas para todos. Para la administración de la cosa
común serán obligatorios, todos los acuerdos de la mayoría de los partícipes; si no
hubiere mayoría, el juez oyendo a los interesados, resolverá lo que debe hacerse dentro de
lo propuesto por los mismos. En la copropiedad la ley previó el derecho de tanto,
fundándose en la utilidad social de conservar los bienes de la familia, de no dividir
excesivamente las propiedades y de consolidar los derechos.
52

COMO CESA LA COPROPIEDAD:

1º Por división de la cosa común;


2º Por destrucción o pérdida de la cosa;
3o Por enajenación;
4º Por consolidación de todas las cosas en un sólo propietario.

EL USUFRUCTO.- El usufructo es el derecho real y temporal de disfrutar de los


bienes ajenos (art. 1013 del Código Civil para el Estado de Veracruz).

Es un derecho real en virtud de que reúne los caracteres de este tipo de derechos. Es
un derecho temporal porque el usufructuario, es decir, el titular, usa y disfruta de los
bienes materia de este derecho sólo por tiempo limitado, lo que no ocurre con la
propiedad, que es un derecho perpetuo. El usufructo es generalmente vitalicio; pero
puede pactarse por determinado número de años. Por este derecho el usufructuario usa y
disfruta no de los bienes propios, sino ajenos. Estos bienes deben usarse sin alterar su
forma ni sustancia.

Constitución del usufructo. Este derecho puede constituirse: por mandato de la


ley (usufructo legal); por contrato (usufructo voluntario); por testamento (usufructo
hereditario), y por prescripción (art. 1014 Código Civil para el Estado de Veracruz).

Derechos del usufructuario. El usufructuario tiene tres clases de acciones: reales,


personales y posesorias. Estas acciones se conceden al usufructuario teniendo en cuenta
el origen del usufructo y la persona contra quien las ejerce (art.1022 Código Civil Estado
de Veracruz). El usufructuario tiene derecho, además de ser considerado en todo litigio
en que se interese su derecho: de usar la cosa materia del usufructo; de percibir todos los
frutos naturales, industriales o civiles que produzca el bien (art. 1023 del Código antes
referido); de hacer suyos los réditos de los capitales cuando el usufructo se constituya
sobre aquellos; de gozar por si mismo de la cosa usufructuada; puede, asimismo,
enajenar, arrendar y gravar su derecho de usufructo, pero todos los contratos que celebre
como usufructuario terminaran con el usufructo (art. 1035 Código Civil citado): Esta
obligación puede ser dispensada por el propietario.

Obligaciones del usufructuario. Pueden dividirse en anteriores, simultáneas y


posteriores al usufructo.

Obligaciones anteriores al usufructo.- Hacer un inventario de los bienes materia


del usufructo, y dar fianza de que disfrutará las cosas con moderación y que las restituirá
al propietario con sus accesiones al extinguirse el usufructo. Esta obligación puede ser
dispensada por el propietario.
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Obligaciones simultáneas al usufructo. Son múltiples; en consecuencia,


señalaremos las principales: a) la conservación de la cosa y la obligación que ésta se
menoscabe por culpa o negligencia de la persona que substituya al usufructuario en el
goce del usufructo. b) La realización de las reparaciones indispensables para mantener la
cosa en el estado que se encontraba cuando la recibió. c) El pago de las deudas, legados y
pensiones que recaigan sobre los bienes que se adquieren en usufructo universal. d) El
pago de las contribuciones o cargas ordinarias que recaigan sobre los bienes recibidos en
usufructo, etc.

Obligaciones posteriores al usufructo. La obligación del usufructuario, después de


terminado el usufructo, es permitir que el propietario entre nuevamente en posesión de la
cosa (art. 1039 Código Civil referido).

Extinción del usufructo. El usufructo se extingue: por muerte del usufructuario;


por vencimiento del plazo por el que se constituyó; por cumplimiento de la condición
cuando el usufructo fuere condicional; por la reunión del usufructo y de la propiedad en
una sola persona; Por prescripción; por renuncia expresa del usufructuario; por la pérdida
total de la cosa materia del usufructo; porque el derecho del que constituyó el usufructo
se extinga en virtud de que su dominio sobre la cosa dada en usufructo sea revocado;
porque el usufructuario no dé la fianza exigida por la ley (art.1071 Código Civil
Veracruz).

LAS SERVIDUMBRES.- La servidumbre es un gravamen real impuesto sobre un


inmueble en beneficio de otro inmueble perteneciente a distinto dueño (art.1090 Código
Civil Veracruz). El inmueble a cuyo favor está constituida la servidumbre se llama predio
dominante, y el que la sufre, predio sirviente. Ejemplo: Pedro es dueño de un terreno
enclavado entre otros predios en tal forma, que su terreno no tiene salida al campo
carretero. En esta situación el predio referido necesita una salida; para obtenerla, Pedro
pida al dueño de alguno de los predios colindantes que le permita el paso. De acuerdo con
la ley debe concederse dicho permiso. En éste supuesto, se ha creado una servidumbre,
llamada de paso. El predio que sufre la servidumbre, se llama sirviente, y el de Pedro, a
cuyo favor se establece, se llama dominante.

Caracteres de las servidumbres. Las servidumbres son inseparables del inmueble


al que activa o pasivamente pertenecen (art.1097 Código Civil Veracruz). Si los
inmuebles mudan de dueño, la servidumbre continúa en el predio u objeto en que estaba
constituida, hasta que legalmente se extinga (art. 1098 Código Civil referido).

Las servidumbres son indivisibles; esto quiere decir que si el predio sirviente se
divide en muchos dueños, la servidumbre no se modifica y cada uno de ellos tiene que
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tolerarla en la parte que le corresponda. Si es el predio dominante el que se divide entre


muchos, cada porcionero puede usar por entero de la servidumbre (art.1161 Código Civil
Veracruz).

División de las servidumbres. Las servidumbres se dividen en continuas o


discontinuas; aparentes o no aparentes; voluntarias o legales; rústicas o urbanas; reales
o personales.

Servidumbres continuas o discontinuas. Son continuas las que se usan o pueden


usarse de un modo incesante sin la intervención de algún hecho del hombre (1093
Código Civil referido). Por ejemplo: la servidumbre de luz. Son discontinuas las
servidumbres cuyo uso necesita de algún hecho actual del hombre (art.1094 Código Civil
citado). Por ejemplo: la de paso.

Servidumbres aparentes y no aparentes. Se llaman aparentes cuando se anuncian


por obras o signos exteriores (art.1095 Código Civil citado). Por ejemplo: las de
acueducto o luz, que se anuncian por los canales, las claraboyas o ventanas. Son
servidumbres no aparentes, las que permanecen ocultas, no presentando signo exterior de
su existencia (art. 1096 Código Civil citado). Ejemplo: la de paso.

Servidumbres voluntarias y legales. Son voluntarias las que se establecen en virtud


de un convenio (art. 1142 Código civil citado). El propietario de una finca puede
establecer cuantas servidumbres desee, y en el modo y forma que mejor le parezca,
siempre que no contraríe las leyes ni perjudique derechos de terceros. Las servidumbres
legales son las establecidas por la ley, teniendo en cuenta la situación de los predios y en
vista de la utilidad pública y privada conjuntamente (art. 1102 Código Civil citado). Se
consideran servidumbres legales las siguientes: la de desagüe, la de acueducto y la de
paso. Hay servidumbre de desagüe cuando los predios inferiores están sujetos a recibir
las aguas de los predios superiores art. 1104 Código Civil Citado).

La servidumbre de acueducto consiste en que los predios intermedios soporten las


instalaciones necesarias para que pase el agua a los fundos que la necesitan (art. 1111
Código Civil citado).

Se dice que hay servidumbre de paso cuando el propietario de una finca o heredad
enclavada entre otras ajenas sin salida a la vía pública exige paso por las heredades
vecinas, pagando únicamente la indemnización equivalente al perjuicio que ocasione este
gravamen (art. 1131 Código Civil citado). Existen otros tipos de servidumbre legales,
reglamentados por leyes especiales.
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Servidumbres rústicas y urbanas. Pueden ser rústicas y urbanas, según se


establezcan en beneficio de una finca u objeto agrícola o en provecho de un edificio.

Servidumbres reales y personales. Si la servidumbre se establece para favorecer a


una persona en virtud de que ésta se encuentra en posesión o es la propietaria de un
predio, se dice que la servidumbre es real; si, por el contrario, la servidumbre se establece
a favor de una comunidad o grupo social independientemente de que sean poseedores o
no de un bien inmueble, se dice que la servidumbre es personal.

Modos de adquirir las servidumbres voluntarias. Las servidumbres continuas y


aparentes se adquieren por cualquiera de los modos de adquirir la propiedad (art. 1146
Código Civil Veracruz). Las servidumbres continuas no aparentes no pueden adquirirse
por prescripción.

Derechos y obligaciones que derivan de las servidumbres voluntarias. El uso y la


extinción de las servidumbres establecidas por voluntad del propietario se arreglan por el
contrato respectivo. En caso de que no exista contrato, por las disposiciones de la propia
ley (art. 1152 Código Civil Veracruz).

Extinción de las servidumbres. Las servidumbres voluntarias se extinguen: por


reunirse en una sola persona la propiedad de ambos predios (dominante y sirviente); por
el no uso; por la remisión gratuita u onerosa hecha por el dueño del predio dominante;
por mutuo acuerdo de las partes.

Las Obligaciones.

Concepto. Desde el comienzo de éstas lecciones estamos ya hablando de


obligaciones y derechos, sin que ninguna referencia se haga sobre el exacto concepto y
significado de la palabra obligación; y sin embargo, todos la entendemos; lo cual se debe
a que desde nuestros primeros años estamos en contacto con ella, y usándola. Para
nuestro estudio es útil precisar su contenido.

Esta palabra deriva del prefijo ob. y el verbo ligare, atar, unir, vincular; de lo cual
resulta que su primera connotación es la existencia de un nexo entre dos o más objetos o
sujetos.

Asimismo al estudiar los derechos subjetivos de carácter patrimonial, los dividimos


en dos especies: reales y personales o de crédito. El derecho real lo definimos como una
relación entre el titular, que ejerce un poder directo sobre una cosa, y todo el mundo,
distinto del titular, que está obligado a abstenerse de perturbar a éste en el goce de su
facultad. En cambio, el derecho de crédito dijimos que es la facultad que tiene una
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persona llamada acreedor de exigir de otra, llamada deudor, una prestación o una
abstención. La relación que une a éstas dos personas: deudor y acreedor, se llama
obligación; sólo que si dicha relación se considera únicamente del lado pasivo toma el
nombre de deuda u obligación, y si del lado activo, se denomina derecho personal o de
crédito.

La obligación es el vínculo jurídico en virtud del cual una persona llamada deudor
está constreñida (obligada) a dar a otra, llamada acreedor, una cosa, o a realizar un
hecho positivo o negativo. Según esta definición, el sujeto activo de la relación puede
exigir al obligado (deudor) el cumplimiento de lo pactado.

Elementos de la obligación.- Tres son los elementos de una obligación: Los sujetos
o personas que intervienen en ella; el objeto, o se la cosa o hecho materia de la misma, y
el vínculo, es decir, la liga jurídica que se establece entre deudor y acreedor.

Sujetos. En toda obligación el acreedor es el sujeto activo, titular del derecho, en


virtud del cual puede exigir el cumplimiento de la obligación. El deudor es el sujeto
pasivo, o sea la persona que debe cumplir con la carga; se llama también obligado.

Objeto. Es la materia misma de la obligación. Este, según dijimos, puede ser una
cosa o un hecho. Ejemplo: Si Antonio debe a Pedro cien pesos, el objeto de la obligación
serán los cien pesos, que en este caso son una cosa. Cuando la materia de la obligación es
un hecho, éste puede ser, a la vez, positivo o negativo. Ejemplo: Antonio se
compromete a decorar la casa de Pedro; la serie de actos positivos que Antonio debe
realizar para decorar la casa de Pedro son la materia de la obligación. Si, por el contrario,
Antonio se obliga a no levantar una barda frente a la casa de Pedro, en este supuesto, el
objeto de la obligación es el hecho negativo (no levantar la barda) a que se comprometió
Antonio

En el Derecho Moderno se discute si el objeto de las obligaciones debe ser


puramente patrimonial o si, por el contrario, éstas pueden tener como objeto una
prestación no pecuniaria. Por ejemplo: cuando el propietario de un local comercial exige
a su inquilino que ni instale en él una “radio-electrola”.

Vínculo. Finalmente el vínculo es la obligación misma, es la liga o relación que se


crea entre los sujetos en el momento en que pactan i que se prolonga o no en el tiempo,
según la naturaleza de la obligación.

Con relación a los sujetos de la obligación la ley establece que éstos, para obligarse,
necesitan ser capaces. Puede obligarse una persona a nombre de otra siempre que tenga
autorización de la primera, conferida de acuerdo con la ley (art. 173, 1733 Código Civil
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vigente Veracruz). Para que se considere contraída una obligación debe constar el
consentimiento de las partes que intervienen; éste consentimiento debe manifestarse en
forma expresa o tácita (art. 1736 (Código Civil vigente Veracruz). Si el consentimiento
está viciado la obligación es nula.

Por lo que se refiere al objeto, materia de la obligación, dispone la ley que si se trata
de una obligación de dar, la cosa debe: existir en la naturaleza; ser determinada o
determinable en cuanto a su especie, y estar en el comercio (art.1758 Código Civil
Veracruz).

Si se trata de un hecho positivo o negativo, éste debe ser: posible y lícito (art. 1760
Código Civil Veracruz).

Para que la obligación sea válida no se necesitan formalidades especiales, pues cada
una de las personas que intervienen se obligan en la manera y términos que aparezcan
que quisieron obligarse (art. 1765 Código Civil Veracruz); pero hay casos, que
expresamente señala la ley, en los que sí son necesarias ciertas formalidades. Ejemplo:
Cuando se trata de obligaciones cuyo valor exceda de cinco mil pesos, que deben
celebrarse ante Notario Público.

Especies de obligaciones.- Las obligaciones pueden dividirse, de acuerdo con su


diversa naturaleza, en los, siguientes grupos: Naturales y civiles; de dar, hacer y no
hacer; condicionales y a plazo; simples y complejas; divisibles e indivisibles.
Señalaremos, asimismo, las civiles y mercantiles

Obligaciones naturales y civiles. Son obligaciones Naturales aquellas a cuyo


cumplimiento no obliga la ley; es decir, ésta no sanciona a quien deja de cumplirlas. Por
ejemplo: la obligación que contrajera una persona, en el sentido de pagar un crédito
prescrito, las deudas de juego, etc. Son obligaciones civiles las que pueden exigirse pon
apoyo de la ley; esta obliga a cumplirlas. Ejemplo: las nacidas de los contratos.

Obligaciones de dar, hacer y no hacer. Son obligaciones de dar, aquellas cuyo


contenido es la entrega de una cosa. Ejemplo: en el mes de junio te pagaré los veinte
pesos que te debo.

Son obligaciones de hacer, las que obligan a realizar un hecho. Ejemplo: El sastre
de Luís se obliga a confeccionar el traje que éste le encargó.

Son obligaciones de no hacer, las que implican una abstención. Ejemplo: Fernando
se obliga a no impedir el paso, por el terreno de su propiedad, de los animales y vehículos
de Andrés.
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Obligaciones condicionales y a plazo. Son las que están sujetas, en lo que a su


cumplimiento se refiere, a una condición o a un plazo. Volveremos a tratarlas al hablar de
las modalidades de las obligaciones.

Obligaciones simples y complejas. Se caracterizan las primeras porque en ellas no


hay pluralidad de sujetos ni objetos; y las segundas, porque tienen varios sujetos o varios
objetos.

Obligaciones divisibles e indivisibles. Son divisibles las obligaciones susceptibles


de división, e indivisibles, las que no pueden sufrir esta modalidad.

Obligaciones civiles y mercantiles. Las obligaciones civiles son la materia de este


curso; las mercantiles se estudian dentro del derecho mercantil; podemos afirmar de éstas
que son las que nacen del de los actos jurídicos mercantiles, ya porque las personas que
celebran el acto sean comerciantes, o porque la materia del acto sea mercantil por
naturaleza o, finalmente, porque el acto, la obligación en sí misma, sea mercantil.

Fuentes de las obligaciones. En éste capítulo estudiaremos el nacimiento de las


obligaciones: como se originan y cuales son los hechos y actos jurídicos que las
producen.

Se llaman fuentes de las obligaciones los hechos y actos jurídicos que las origina.
Por ejemplo: la celebración de un contrato de préstamo dará origen a una obligación: la
que tiene quien recibió el préstamo de devolver el objeto materia del mismo. Lo mismo
ocurre tratándose de un delito: quien lo comete tiene la obligación de reparar el daño
causado por su falta.

La fuente más abundante de las obligaciones es el contrato: Este es el convenio o


acuerdo de voluntades para crear, transferir o modificar obligaciones. De él nos
ocuparemos en capítulo por separado.

LA VOLUNTAD UNILATERAL.- La declaración Unilateral de voluntad con la intención,


por parte de quien la hace, de obligarse hacia otras personas, independientemente del
consentimiento de dichas personas, es considerada, dentro del derecho moderno, como
fuente de obligaciones, pues se dice “la voluntad individual es soberana sobre sus propias
manifestaciones y, por tanto, la obligación que asume una persona, bajo la forma de una
simple declaración de su parte, posee la eficacia jurídica de la obligación”. Como
ejemplos de la voluntad unilateral, creadora de obligaciones, tenemos los siguientes: los
títulos a la orden o al portador; las ofertas de recompensas; el ofrecimiento de realizar
determinado contrato; etc. quien suscribe un título al portador, se obliga; es decir, hace
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nacer en su contra una obligación que debe cumplir, independientemente del


consentimiento de los demás, tan pronto como lo exija cualquier persona; lo propio
ocurre tratándose del ofrecimiento de una recompensa; ésta debe atorgarse a quien se
hiciere acreedor a ella. Lo mismo podríamos decir del ofrecimiento de contratar.

La ley establece que el hecho de ofrecer al público objetos en determinado precio


obliga al dueño a sostener su ofrecimiento (1793 Código Civil Veracruz). Si por anuncios
u ofrecimientos hechos al público se compromete alguna prestación a favor de quien
llene determinada condición o desempeñe ciertos servicios, contrae la obligación de
cumplir lo prometido (art. 1794 Código Civil Veracruz). En realidad la declaración
unilateral de voluntad puede asimilarse, como fuente de obligaciones, a la ley, puesto que
es ésta la que obliga al cumplimiento de una obligación contraída en tales condiciones.

LOS CUASI-CONTRATOS.- Se llaman así los hechos voluntarios y lícitos, que obligan a
las personas; pero sin que haya existido un previo acuerdo de voluntades. Se ha
discutido si los cuasi-contratos son o no fuentes de las obligaciones. Nos inclinaremos a
creer que no lo son, ya que, en realidad, se pueden asimilar a la ley. El Código Civil
reglamenta los siguientes cuasi-contratos: la gestión de negocios, el pago de lo indebido y
el enriquecimiento ilegítimo.

La gestión de negocios. Es el cuasi-contrato que consiste en que una persona sin


mandato y sin estar obligada a ello se encargue de un asunto de otro, debiendo obrar
conforme a los intereses del dueño del negocio (art. 1829 Código Civil Veracruz). Quien
gestiona el negocio recibe el nombre de gestor. Ejemplo: Pedro es propietario de una casa
y por cualquier circunstancia tiene que ausentarse del lugar donde se encuentra ubicada.
La casa queda abandonada y, estando a punto de derrumbarse, Antonio, amigo de Pedro,
Procura que tal cosa no ocurra. A éste efecto, encarga a un ingeniero que haga por cuenta
de Pedro las reparaciones necesarias para evitar al predio un daño inminente. Cuando
Pedro regrese a la casa abandonada debe cumplir las obligaciones que Antonio (gestor)
contrajo a nombre de él, y pagar los gastos. De acuerdo con lo prevenido por la ley.
Como se ve, a Pedro se le han creado obligaciones que nacieron de cuasi-contrato (la
gestión); pero en realidad dichas obligaciones las creo la ley al ordenar al dueño del
negocio que cumpliera con las cargas contraídas por el gestor. Las obligaciones no
nacieron de un acuerdo de voluntades sino por mandato de la ley.

El dueño de un asunto que hubiere sido útilmente gestionado, debe cumplir las
obligaciones que el gestor haya contraído a nombre de él y pagar los gastos necesarios
que el gestor hubiere hecho en ejercicio de su cargo y los intereses legales
correspondientes (arts. 1836 y 1837 Código Civil Veracruz).
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El pago de lo indebido. Cuando una persona paga, por error, a otra una suma que
no debía, la ley ordena que quien recibió el pago debe restituirlo.

El enriquecimiento sin causa. Nadie debe enriquecerse sin causa legítima a causa de
otro; de aquí que, cuando tal cosa sucede, el que se enriqueció con detrimento de un
patrimonio ajeno debe restituir, en la medida de su enriquecimiento, los bienes ajenos
(art. 1815 Código Civil Veracruz).

LOS ACTOS ILICITOS.- Los actos ilícitos son de dos especies: los delitos y los cuasi-
delitos. Los primeros son actos u omisiones que sancionan las leyes penales. Los
segundos son actos contrarios a la ley penal que causan daño a una persona; pero que se
realizan sin la intención de ofenderla. Esta especie de actos son llamados por el Código
Penal delitos no intencionados o de imprudencia. Son cuasidelitos los actos ilícitos que se
cometen por imprudencia, negligencia, impericia, falta de reflexión, etc. La ley 0ordena
que quien los comete debe reparar el daño causado. Por eso se los considera como fuente
de obligaciones; en realidad, deben asimilarse a la ley.

LA LEY.- La ley es un acto jurídico que genera obligaciones. En realidad la ley


interviene como creadora de obligaciones en todas las otras fuentes hasta aquí
expresadas. Sin embargo existen obligaciones puramente legales. Por ejemplo: la pensión
alimenticia.
EL ACTO Y EL HECHO JURIDICOS COMO FUENTES DE OBLIGACIONES.- El Licenciado Angel
Cano sostiene ala teoría de que todas las fuentes de las obligaciones pueden reducirse a
una sola: el acto y el hecho jurídico, ya que tanto el contrato como el delito y la propia
ley no son sino actos o hechos jurídicos. La división clásica de las fuentes de las
obligaciones quedaría de ésta forma como un simple medio de facilitar el estudio de esta
parte del Derecho.

Modalidades de las obligaciones.-

OBLIGACIONES CONDICIONALES.- Se llaman obligaciones condicionales aquellas cuya


existencia o resolución depende de un acontecimiento futuro e incierto (1871 Código
Civil Veracruz). Ejemplo: te daré un empleo si me nombran jefe de departamento de la
empresa donde presto mis servicios. Te daré mi casa en arrendamiento hasta el día en que
dejes de pagarme la renta.

OBLIGACIONES A PLAZO.- Son obligaciones a plazo aquellas para cuyo cumplimiento


se ha señalado un día cierto (art. 1886 Código Civil Veracruz). Ejemplo: el día dieciséis
de junio te pagaré los cien pesos que te debo.
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OBLIGACIONES SIMPLES Y COMPLEJAS.- Se llaman obligaciones simples aquellas en las


que no hay pluralidad de sujetos ni de objetos. Ejemplo: Mario debe a Pedro cien pesos.

Son obligaciones complejas aquellas en las que hay pluralidad de sujetos o de


objetos. Es decir, en las que hay varios acreedores o varios deudores, o varios objetos.

Las obligaciones complejas por el objeto pueden ser: conjuntivas y alternativa.

Son obligaciones conjuntivas aquellas en las que el deudor se obliga a diversas


cosas o hechos conjuntamente (art. 1894 Código Civil Veracruz). Por ejemplo: Luís se
obliga a pagar la deuda que tiene con Fernando, entregando un automóvil y quinientos
pesos. Obligaciones alternativas son aquellas en que el deudor se ha obligado a uno de
dos hechos, o a una de dos cosas, o a un hecho a una cosa (art. 1895 del Código Civil
Veracruz). Ejemplo: un médico se obliga a operar a un enfermo o a recomendarlo con
otro médico. En las obligaciones alternativas la elección corresponde al deudor, si no ha
pactado otra cosa (art. 1896 del Código Civil Veracruz).

Las obligaciones complejas por los sujetos se dividen en mancomunadas y


solidarias.

Son obligaciones mancomunadas aquellas en las que hay varios deudores o


acreedores, considerándose dividida la deuda en tantas partes como deudores o
acreedores haya, constituyendo cada parte una deuda o crédito (arts. 1917 y 1918 Código
Civil Veracruz). Las partes se presumen iguales, a no ser que se pacte otra cosa, o que la
ley disponga lo contrario (art. 1919 Código Civil Veracruz). Ejemplo: Luís, Antonio y
Enrique deben treinta mil pesos a Emilio. La obligación se presume divida en partes
iguales, es decir, hay presunción de que cada uno de los deudores está obligado por diez
mil pesos.

La mancomunidad puede ser activa o pasiva; activa cuando hay pluralidad de


acreedores, y pasiva cuando hay pluralidad de deudores.

Las obligaciones son solidarias cuando dos o más acreedores tienen derecho para
exigir, cada uno por sí, el cumplimiento total de la obligación; o cuando dos o más
deudores están obligados a pagar, cada uno por sí sólo y en su totalidad, la prestación
debida (art. 1920 Código Civil Veracruz). Ejemplo: Luís, Fernando y Antonio deben
treinta mil pesos a Enrique; éste puede exigir a cualquiera de ellos el pago total de la
obligación. Por el contrario, si suponemos que Luís, Fernando y Antonio son acreedores
y Enrique deudor, cualquiera de los acreedores puede cobrar en su totalidad el crédito. En
el primer caso se trata de una solidaridad pasiva (pluralidad de deudores); en el segundo,
activa (pluralidad de acreedores).
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El pago hecho a uno de los acreedores solidarios extingue totalmente la deuda y el


deudor solidario, que paga por entero la deuda, tiene derecho de exigir de los otros
codeudores la parte que en ella les corresponde (arts. 1923 y 1932 Código Civil
Veracruz). Salvo convenio en contrario, los deudores solidarios están entre sí por partes
iguales.

La solidaridad se distingue de la mancomunidad en que en ésta la deuda no se


divide por partes iguales sino que recae íntegramente sobre cualquiera de los obligados.
OBLIGACIONES DIVISIBLES E INDIVISIBLES.- Las obligaciones son divisibles cuando
tienen por objeto prestaciones susceptibles de cumplirse parcialmente: Por ejemplo: el
pago de una suma de dinero, hecha a plazos. Son obligaciones indivisibles las que no
pueden ser cumplidas sino por entero, ya que de dividirlas se alteraría la esencia de la
obligación. Ejemplo: la entrega de una máquina de escribir (art. 1936 Código Civil
Veracruz).

Efectos de las obligaciones.- Bajo este rubro se estudia el cumplimiento e


incumplimiento de las obligaciones. Dentro del cumplimiento se examina el pago y el
ofrecimiento de pago seguido de consignación.

El incumplimiento para su estudio se divide de la siguiente manera: indemnización


de daños y perjuicios; caso fortuito y fuerza mayor y evicción y saneamiento.

Pago. Pagar es cumplir la obligación; en consecuencia, extinguirla. Las


obligaciones se crean para extinguirlas; el efecto inmediato de la obligación, una vez
creada, es la extinción de la misma; esto se puede obtener por diversos medios; pero la
forma normal de extinguir las obligaciones es el pago.

Comúnmente se entiende por pago la entrega de un precio en dinero. Esta idea es


incompleta: pagar es entregar la cosa debida, o realizar el hecho positivo o negativo, que
se hubiere prometido (art. 1995 Código Civil Veracruz). Ejemplo: Pedro debe cien pesos
a Luís. Se dice que paga cuando hace entrega de ellos. Antonio se compromete a
construir una casa para Luís; Antonio paga cuando construye la casa. Enrique se obliga
con Pedro a no vender una mercancía semejante a la que vende éste último; se dice que
Enrique paga cuando se abstiene de vender dicha mercancía.

Dentro del pago estudiaremos las siguientes cuestiones: quien debe pagar; a quien
debe pagarse; en que forma debe pagarse; época del pago; lugar del pago; gastos del
pago; comprobación del pago, e imputación del pago.
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Quién debe pagar.- El pago puede ser hecho por el mismo deudor, por sus
representantes o por cualquiera otra persona que tenga interés jurídico en el cumplimiento
de la obligación (art. 1998 Código Civil Veracruz).

Puede pagar un tercero no interesado en el cumplimiento de la obligación, que obre


con consentimiento expreso o presunto del deudor. Puede pagar también un tercero
ignorándolo el deudor; y puede hacerse el pago aun sin consentimiento del deudor (arts.
1999, 2000 y 2001 Código Civil Veracruz).

A quién debe pagarse. El pago debe hacerse al mismo acreedor o a su representante


legítimo (art. 2006 Código Civil Veracruz).

En que forma debe pagarse. El pago debe hacerse en la forma que se hubiere
pactado; y nunca podrá ser parcial sino en virtud de un convenio expreso o de disposición
de la ley (art. 2011 Código Civil Veracruz).

Epoca del pago. El pago debe hacerse en el tiempo que se hubiere designado en el
contrato, exceptuando aquellos casos en que la ley permita otra cosa (art. 2012 Código
Civil Veracruz). Si no se ha fijado el tiempo en que debe hacerse y se trata de
obligaciones de dar, no podrá el acreedor exigirlo sino después de los treinta días
siguientes a la interpelación que se haga ante un juez, ante un notario o dos testigos. Si se
trata de obligaciones de hacer, el pago debe efectuarse cuando lo exija el acreedor,
siempre que haya transcurrido el tiempo necesario para el cumplimiento de la obligación
(art. 2013 Código Civil Veracruz). Si se trata de obligaciones de no hacer, el pago
consiste en una abstención.

Lugar de pago. Por regla general, el pago debe hacerse en el domicilio del deudor,
Salvo que las partes convinieren otra cosa, o que lo contrario se desprenda de las
circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley. Si se ha designado varios
lugares para hacer el pago, el acreedor puede elegir cualquiera de ellos (art. 2015 Código
Civil Veracruz). Si el pago consiste en la entrega de un inmueble o en prestaciones
relativas al inmueble, deberá hacerse en el lugar donde se encuentre (art. 2016 Código
Civil Veracruz). Si el pago consistiere en una suma de dinero como precio de alguna cosa
enajenada por el acreedor, deberá ser hecho en el lugar en que se entregó la cosa, salvo
que se designe otro lugar.

Gastos de pago. El deudor que después de celebrado el contrato mudare


voluntariamente de domicilio, deberá indemnizar al acreedor de los mayores gastos que
haga por esta causa para obtener el pago. De la misma manera el acreedor debe
indemnizar al deudor cuando, debiendo hacerse el pago en el domicilio de aquél, cambia
voluntariamente de domicilio (art. 2018 Código Civil Veracruz). Los gastos de entrega
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serán de cuenta del deudor, si no se hubiere estipulado otra cosa (art. 2019 Código Civil
Veracruz).

Comprobación del pago. El deudor que paga tiene derecho de exigir el documento
que acredite el pago y puede retener éste mientras no se le entregue el comprobante (art.
2021 Código Civil Veracruz). Cuando la deuda deba pagarse en varios plazos y se
demuestra por escrito que se pagó la última pensión, se presumen pagadas las anteriores,
salvo prueba en contrario (art.2022 Código Civil Veracruz). El pago del capital hace
presumir el de los réditos (art.2023 Código Civil Veracruz). La entrega del documento
que ampara la obligación, hecha al deudor, hace presumir el pago de la deuda que consta
en aquel (art. 2024 Código Civil Veracruz).

Imputación de pago. El que tuviere varias deudas a favor de un solo acreedor podrá
declarar, al tiempo de hacer el pago, a cual de ellas quiere que ésta se aplique (art.2025
Código Civil Veracruz). En caso de que no se dijere a cual deuda quiere que se aplique,
se entenderá hecho por cuenta de la más onerosa. Si todas las deudas fueren igualmente
onerosas, se aplicará a la más antigua, y si todas son igualmente antiguas, se distribuirá
entre todas ellas a prorrata (art. 2026 Código Civil Veracruz), es decir, en forma
proporcional a la cuantía de cada una de ellas. Es lo que se llama imputación del pago.

Ofrecimiento de pago seguido de consignación. Cuando un acreedor rehúsa, sin


justa causa, recibir el pago, puede el deudor librarse de la obligación haciendo la
consignación de la cosa. Al efecto, el deudor debe, en primer término ofrecer el pago,
acto que puede realizar ante un notario o acudiendo a un juez, el que citará al acreedor
para que en su presencia reciba o vea depositar la cosa materia del pago (art. 2031
Código Civil Veracruz). Si el acreedor no acude a la cita o rehúsa recibir el pago, procede
la consignación, que consiste en depositar la cosa en poder de la persona o
establecimiento designados por el juez o por la ley. La consignación de dinero debe
hacerse en una institución de crédito y exhibiendo ante el juez el certificado en que
conste el depósito (art. 179 Código Procedimientos Civiles Veracruz).

Incumplimiento. El deudor debe cumplir con su obligación; en caso de que no lo


haga se dice que ha dejado de cumplir, y éste hecho produce diversas consecuencias que
a continuación señalamos: desde luego, el incumplimiento de una obligación produce el
estado de mora, que es la situación jurídica en que se encuentra el deudor cuando
apercibido por el acreedor para que cumpla no lo hace.

Indemnización de daños y perjuicios. Si se trata de obligaciones de hacer y no se


cumplen se dice que el deudor está en mora y es responsable de los daños y perjuicios
que sufra el acreedor conforme a las siguientes reglas: si la obligación fuere a plazo,
comenzará la responsabilidad desde el vencimiento de éste; si la obligación no depende
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del plazo, el deudor es responsable de los daños y perjuicios desde el momento en que lo
exija el acreedor, siempre que haya transcurrido el tiempo necesario para el cumplimiento
de la obligación. Si se trata de una obligación de no hacer, los daños y perjuicios se
causan por el sólo hecho de la contravención (art. 1961 Código Civil Veracruz). En las
obligaciones de dar, el deudor debe entregar la cosa debida y pagar los daños y perjuicios
desde el momento del vencimiento de la obligación, si ésta fuere a plazo, o desde el
momento de la interpretación si no estuviere sujeta a plazo (art. 2038 Código Civil
Veracruz).

Se entiende por daño la pérdida o menoscabo que sufre una persona en su


patrimonio por la falta de cumplimiento de una obligación; y por perjuicio, la privación
de cualquier ganancia lícita, que debiera haberse obtenido con el cumplimiento de la
obligación (arts. 2041 y 2042 Código Civil Veracruz).

Caso fortuito y fuerza mayor. A menudo se confunden estas expresiones; sin


embargo, es necesario distinguir una de otra. Por caso fortuito se entiende un
acontecimiento imprevisto y extraño al sujeto que le impide cumplir con la obligación.
Ejemplo: las inundaciones, incendios, rayos, guerras, etc. Existe fuerza mayor cuando el
obstáculo es en tal forma insuperable que el deudor no puede vencerlo y, en
consecuencia, debe doblegarse ante él. “La expresión ‘Caso fortuito’ designa el origen
externo del obstáculo que impide la ejecución de la obligación, porque ese
acontecimiento se debe a una causa exterior extraña al deudor; por el contrario, la
expresión ‘fuerza mayor’ indica la naturaleza insuperable del obstáculo que la que el
deudor no puede triunfar” (Planiol). El deudor no está obligado a cumplir si se presenta
un caso fortuito, a menos que haya contribuido a él, lo haya aceptado expresamente o la
ley le imponga esa responsabilidad (art. 2044 Código Civil Veracruz).

Evicción y saneamiento. En relación con el incumplimiento de las obligaciones


puede presentarse otra situación: la evicción. Hay evicción cuando el que adquirió una
cosa es privado de todo o parte de ella por sentencia que cause ejecutoria, en razón de
algún derecho anterior a la adquisición (art.2052 Código Civil Veracruz). Ejemplo: Pedro
compra una c asa a Luís; sólo que éste ya la había vendido antes a otra persona. En este
caso, el primer comprador tiene sobre la casa un derecho adquirido con anterioridad a
Pedro; si este derecho se discute ante un tribunal, y éste sentencia a favor del primer
comprador, se dice que Pedro ha sufrido la evicción, pues fue vencido en el juicio.

El saneamiento es la obligación que tiene el que transfiere una cosa de asegurar a


satisfacción del adquirente que no le sobrevendrá ningún daño y, en caso de sobreviniese,
defender sus derechos contra tercero. Todo el que enajena está obligado a responder por
la evicción y el saneamiento y es nulo todo contrato que exima de esta responsabilidad al
que enajena, siempre que éste tuviera mala fe (art. 2055 Código Civil Veracruz).
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EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES CON RELACION A TERCERO.- Dentro de este párrafo


estudiaremos los actos celebrados en fraude acreedores y la simulación.

Ocurre con frecuencia que deudores de mala fe tratan de eludir el cumplimiento de


sus obligaciones, burlando a las personas a quienes deben, mediante la celebración de
actos fraudulentos o simulados. En estas condiciones, los créditos contra estas personas
son títulos sin valor si el deudor logra cometer el fraude o la simulación. La ley sanciona
severamente esta forma de incumplimiento de las obligaciones.

Actos celebrados en fraude de acreedores. El acto celebrado por un deudor en


perjuicio de su acreedor, puede anularse a petición de éste, si del acto resulta la
insolvencia del deudor (art. 2096 Código Civil Veracruz). Una vez anulado el acto
fraudulento, si hubiere habido enajenación de propiedades, éstas deben devolverse, con
todos sus frutos, por el que las adquirió de mala fe. Además, éste tiene la obligación de
indemnizar a los acreedores de los daños y perjuicios que hubieren sufrido (arts. 2101 y
2102 Código Civil Veracruz).

Se presumen fraudulentas las enajenaciones a título oneroso hechas por aquellas


personas contra quienes se hubiese pronunciado antes sentencia condenatoria o expedido
mandamiento de embargo de bienes, cuando estas enajenaciones perjudican los derechos
de los acreedores (art. 2112 Código Civil Veracruz).

Simulación. Se considera que un acto es simulado cuando las partes declaran o


confiesan falsamente lo que en realidad no ha pasado o no se ha convenido entre ellas
(art. 2113 Código Civil Veracruz). La simulación es absoluta cuando el acto nada tiene
de real; es relativa cuando a un acto jurídico se le da una falsa apariencia, que oculta su
verdadero carácter. Ejemplo de simulación absoluta: el hecho de fingir un contrato de
compraventa, que real y verdaderamente no existe, porque en el ánimo de los
contrayentes no está celebrarlo sino aparentar su existencia. Ejemplo de simulación
relativa: Los contratantes aparentan estar celebrando un contrato de préstamo y en
realidad celebran uno de compraventa.

La simulación es una especie de fraude, su objeto es engañar; se distingue de aquel,


en que para realizarla no basta una persona sino que es necesario, por lo menos, el
concurso de dos individuos; en cambio, el fraude puede realizarlo un solo individuo.

TRANSMISION DE LAS OBLIGACIONES.-

CESION DE DERECHOS.- Una vez que la obligación ha sido creada pueden ocurrir dos
cosas: que esta se extinga por los diversos modos que más adelante estudiaremos, o que
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se trasmita a una tercera persona distinta del deudor y acreedor. La obligación puede
transmitirse por muerte de la persona a sus herederos; esto es lo que se llama transmisión
de la obligación por causa de muerte, que ya estudiamos al hablar de la herencia; o bien,
la transmisión puede operarse en vida de la persona; en este caso toma el nombre de
transmisión entre vivos.

El derecho romano no admitía la transmisión de las obligaciones sino por muerte de


la persona; actualmente esta idea ha evolucionado, estableciéndose la transmisión entre
vivos.

Los modos de transmitir las obligaciones son tres: cesión de derechos, cesión de
deudas y subrogación.

La cesión de derechos opera cuando el acreedor transfiere a otro los que tiene en
contra del deudor (art. 1962 Código Civil Veracruz). El acreedor puede ceder su derecho
a un tercero sin el consentimiento del deudor, a amenos que la cesión esté prohibida por
la ley o se haya pactado no hacerla (art. 1963 Código Civil Veracruz). La ley exige, sin
embargo, que la cesión se notifique al deudor, ya sea judicialmente, ante notario o ante
dos testigos (art. 1969 Código Civil Veracruz). Mientras no se haya notificado al deudor,
éste cumple pagando al acreedor primitivo; pero hecha la notificación, el deudor no se
libera sino pagando al cesionario.

La cesión de un crédito comprende la de todos los derechos accesorios, como la


fianza, prenda, hipoteca, etc. (art. 1965 Código Civil Veracruz).

CESION DE DEUDAS.- La cesión de deuda consiste en que una apersona substituye a


otra en calidad de deudor. Para que haya substitución de deudor es necesario que el
acreedor consienta expresa o tácitamente (art. 1984 Código Civil Veracruz). Se presume
que el acreedor acepta tácitamente la substitución cuando permite que el substituto
ejecute actos que debía ejecutar el deudor, como pago de réditos, pagos parciales o
periódicos, siempre que lo haga en nombre propio y no del deudor primitivo (art. 1985
Código Civil Veracruz).

El deudor substituto queda obligado en los términos que lo estaba el deudor


primitivo; pero si en tercero ha garantizado la deuda en alguna forma, esa garantía cesa
con la substitución, a menos que el tercero consienta en que continúe (art. 1988 Código
Civil Veracruz). El deudor substituto puede oponer al acreedor las excepciones que se
originen de la naturaleza de la deuda y las que sean personales; pero no puede las que
sean personales del deudor primitivo (art. 1989 Código Civil Veracruz). La cesión de una
deuda tiene como efecto liberar al antiguo deudor y crear una obligación al deudor
substituto.
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SUBROGACIÓN.- La subrogación como la cesión derechos y la cesión de deuda, es un


medio de transmitir las obligaciones. Se verifica cuando lo ordena la ley y sin que
intervengan ni el deudor ni el acreedor. La subrogación se produce en los siguientes
casos: cuando el que es acreedor para a otro que es acreedor preferente; cuando el que
paga tiene interés jurídico en el cumplimiento de la obligación; cuando algún heredero
paga con sus bienes propios alguna deuda de la herencia; cuando el que adquiere un
inmueble paga a un acreedor que tiene sobre él un crédito hipotecario anterior a la
adquisición (art. 1991 Frac. IV Código Civil Veracruz). En resumen hay subrogación
cuando una persona que tiene interés en que una obligación se cumpla paga al acreedor
substituyéndose en lugar de éste. Ejemplo: Pedro tiene dos acreedores: Luís a quien debe
cinco mil pesos, y Antonio a quien debe diez mil pesos. Antonio Paga a Luís los cinco
mil pesos que le debe Pedro y se queda como único acreedor de este último por quince
mil pesos. En esta forma Antonio se ha subrogado en los derechos de Luís.

La subrogación pude ser real o personal. Es real cuando se substituye una cosa en
lugar de otra cosa; es personal cuando se substituye una persona en lugar de otra persona,
como en el ejemplo antes señalado.

EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES.

Las obligaciones, una vez creadas, se extinguen por algunos de los medios que a
continuación se enumeran:
1. Pago.
2. Dación en pago.
3. Compensación.
4. Confusión.
5. Remisión.
6. Novación.
7. Pérdida de la cosa.
8. Término extintivo.
9. Prescripción extintiva.
10. Nulidad.
11. Resolución.
12. Rescisión.
13. Revocación.

Pago.- El modo natural de extinguir las obligaciones es el pago, lo que ya hemos


estudiado.
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Dación en pago.- La dación en pago es un medio de extinción de las obligaciones


que consiste en que el deudor dé a su acreedor una cosa distinta de que la debió darle en
virtud de la obligación (art. 2028 Código Civil Veracruz).Por ejemplo: Luís debe a
Enrique una suma de dinero y en lugar de ella paga a éste con mercancías. Para que la
dación en pago extinga la obligación es necesario el consentimiento del acreedor En caso
de que el acreedor sufra la evicción de la cosa que recibe en pago, renace la obligación
primitiva, quedando sin efecto la dación en pago (art. 2029 Código Civil Veracruz).

Compensación.- La compensación es el medio de extinguir obligaciones que tiene


lugar cuando en dos personas se reúnen recíprocamente las cualidades de deudor y
acreedor (art. 2118 Código Civil Veracruz). El efecto de la compensación es extinguir las
dos deudas hasta el importe de la menor (art. 2119 Código Civil Veracruz). Ejemplo:
Juan compra a Luís una casa valuada en $ 30. 000.00; pero, a la vez, Luís está debiendo a
Juan $ 10.000.00 por un pagaré vencido. Como se ve, Juan es deudor de Luís por la
suma de $ 30.000.00 y Luís es deudor de Juan por la cantidad de $ 10.000.00; para que
estas obligaciones se extingan no es necesario que ambos contratantes se paguen dichas
cantidades; basta que Juan pague a Luís $ 20.000.00, quedando extinguida su obligación
hasta el importe de la menor. En este caso, se dice que hubo una compensación. Si las dos
obligaciones fueren iguales ambas quedarían extinguidas.

Para que la compensación se efectúe es necesario que las dos deudas sean en dinero
o en cosas fungibles y que sean además, recíprocas. Líquidas, exigibles y embargables.

Recíprocas. Es decir, que ambas partes sean entre sí deudoras y acreedoras.


Ejemplo: Antonio debe $ 100.00 a Jaime, y éste, debe a su vez, debe $ 50.00 a Antonio.

Líquidas. Son deudas líquidas aquellas cuya cuantía se ha determinado o puede


determinarse en un plazo de nueve días (art. 2122 Código Civil Veracruz).
Exigibles. Son las deudas cuyo pago no puede rehusarse conforme a derecho (art.
2123 Código Civil Veracruz).

Embargables. Son las deudas cuyo cumplimiento puede exigirse mediante la


intervención de la fuerza que el Estado pone a disposición del acreedor para que éste
obtenga la ejecución de su derecho sobre los bienes del deudor. Existen, sin embargo,
ciertos derechos que no pueden embargarse, como las deudas alimenticias, las rentas
vitalicias, los salarios mínimos, etc. (art. 2125 Código Civil Veracruz). Esta especie de
créditos no puede ser materia de compensación.

Efectos de la compensación. La compensación equivale a un doble pago y, en


consecuencia, extingue ambas deudas son del mismo valor, y si son desiguales, extingue
la mayor hasta el importe de la menor.
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Confusión.- La confusión es un medio de extinguir obligaciones, que consiste en


que las dos cualidades, de deudor y acreedor, se reúnen en una misma persona (art. 2139
Código Civil Veracruz). Ejemplo: Enrique debe a Luís $ 5,000.00; Luís muere y deja a
Enrique un legado por la misma cantidad. En este caso, la deuda de enrique se extingue
por confusión, pues se reúnen en él las cualidades de deudor de la testamentaría de Luís,
por $ 5,000.00, y acreedor de la misma suma de la propia testamentaría.

La confusión tiene por efecto liberar al deudor al extinguirse su obligación.

Remisión.- Remitir una deuda es lo mismo que perdonarla. Ejemplo: Juan debe a
Fernando $ 300.00; éste, compadecido de la mala situación económica de Juan decide
renunciar a su derecho sobre dicha suma, extinguiéndose, en consecuencia, la obligación
del primero.

Cualquiera puede renunciar su derecho y remitir, en todo o en parte, las


prestaciones que le son debidas, excepto en aquellos casos en que la ley lo prohíbe (art.
2142 Código Civil Veracruz). Por ejemplo: Tratándose de la pensión alimenticia.

La condonación de la deuda principal extingue las prestaciones accesorias; pero la


de éstas deja subsistente la primera (art. 2143 Código Civil Veracruz). Ejemplo: la
remisión de una suma de dinero, remite también a la de los réditos causados; pero la
remisión de los réditos nunca condona la deuda principal.

Novación.- Hay novación cuando las partes interesadas en un contrato lo alterna


substancialmente, substituyendo un a obligación nueva a la antigua (art. 2146Código
Civil Veracruz). Ejemplo: Fernando presta a Raúl un tractor para que cultive su campo;
pero convienen después que, en vez del tractor, Fernando prestará a Raúl la suma de $
5,000.00. En este supuesto se novó la obligación.

La novación nunca se presume; debe constara expresamente (art. 2148 Código Civil
Veracruz). La novación es un contrato y, como tal, está sujeto a las disposiciones que
rijan el nuevo contrato (art. 2147 Código Civil Veracruz).

La novación puede ser de cosas y de personas. La novación de cosas se efectúa


cambiando el objeto, materia de la obligación, por otro. Ejemplo: Luís se obliga a pagar $
100.00 a su acreedor; pero después convienen en que dará un reloj en lugar de dicha
cantidad. Esta es ala novación por cambio de objeto. La obligación primitiva se extingue
al ser substituida por la posterior.
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La novación también se produce por el cambio de deudor. Ejemplo: Jorge debe $


3,000.00 a Luís; pero puede convenir en que dicha obligación se transfiera a Carlos,
quedando éste como deudor.

Finalmente, existe novación por cambio del acreedor. Ejemplo: Carlos me debe $
500.00, y yo considero en descargarle dicha obligación, siempre que contraiga otra igual
con Antonio.

Pérdida de la cosa.- La obligación se extingue cuando la cosa, materia de la


misma, se ha perdido o ha sufrido un detrimento tan grave que, a juicio de peritos, no
puede emplearse en el uso a que naturalmente estaba destinada. En este caso, el deudor
cumple indemnizando al acreedor de todo el valor legítimo de ella. Ejemplo: deposito una
mercancía en un Almacén General de Depósito, y éste se incendia, destruyéndose dicha
mercancía. El almacén no está obligado a entregarme la misma cosa; pero sí a
indemnizarme. Esto se hace, generalmente, asegurando las mercancías depositadas.

Término extintivo.- Al hablar de las modalidades de las obligaciones señalamos


que éstas pueden estar sujetas, para su cumplimiento, a término; si se trata de un término
extintivo la llegada de éste pone fin a la obligación, extinguiéndola.

Prescripción extintiva.- Cuando hablamos de la prescripción dijimos que ésta


puede ser adquisitiva y extintiva o negativa. Esta última nos interesa como medio de
extinguir las obligaciones.

Existe la prescripción extintiva cuando, transcurrido el tiempo señalado por la


ley, el acreedor no ejercita sus derechos. En este caso la obligación se extingue. Ejemplo:
he prestado servicios profesionales a una persona por los cuales me debe $ 1,000.00;
pero, a consecuencia de haberme ausentado del país, dejé de ejercitar mi derecho y
transcurren más de dos años. En este supuesto, mi derecho para cobrar ha prescrito y mi
deudor queda liberado.

La ley señala los plazos que son necesarios para que una obligación prescriba (arts.
1185, 1186, 1187, 1192, 1194, 1195,1196 y 1197 Código Civil Veracruz). Existen
obligaciones que son imprescriptibles. Por ejemplo: la obligación de dar alimentos.

Nulidad.- Las obligaciones se extinguen también cuando el contrato de que derivan


es declarado nulo, es decir, la obligación deja de subsistir en vista de haberse fundado
sobre actos viciados de nulidad. Por ejemplo: por incapacidad de los contratantes.

Resolución.- Cuando estudiamos las obligaciones condicionales vimos que podían


ser suspensivas o resolutorias; la condición resolutoria es aquella que al ocurrir hace
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desaparecer la obligación, como si nunca hubiera existido. Se dice que estas obligaciones
se extinguen por resolución.

Rescisión.- Esta forma de extinción de las obligaciones consiste en la anulación o


invalidación del contrato celebrado, ya sea porque ambas partes estén de acuerdo en
invalidarlo, ya porque alguna de ellas no cumplió con la obligación contraída y la otra se
ve en la necesidad de darlo por concluido. Ejemplo: un ingeniero se compromete a
construir una casa para mí; por dicho trabajo me cobra $ 10,000.00, de los cuales adelanté
la mitad. El plazo estipulado para la entrega de la casa es de cuatro meses. Al extinguirse
este, el constructor no cumple; en consecuencia, yo puedo rescindir el contrato por falta
de cumplimiento de la obligación, la cual se extingue para ambas partes, quedando mi
deudor obligado a devolverme el dinero adelantado y al pago de daños y perjuicios.

Revocación.- Revocación es la anulación o retractación de un acto que se había


otorgado o de una disposición que se había hecho. La revocación se produce en los actos
unilaterales, como la donación, el legado, etc.

Los convenios y los contratos.

Definiciones.- Los contratos y los convenios son la fuente más importante de las
obligaciones. Su estudio tiene interés desde diversos puntos de vista, máxime cuando
cada día, y casi sin darnos cuenta, los estamos celebrando; la compra de un periódico; el
alquiler de un automóvil; el préstamo de cualquier objeto, etc., son contratos en que
intervenimos.

Contrato es el convenio que crea, transfiere o modifica derechos y obligaciones; es


un a especie dentro del género de los convenios. Estos son acuerdos de dos o más
personas para crear, modificar, transferir o extinguir obligaciones. En consecuencia el
contrato se distingue del convenio en que éste crea, modifica, transfiere y extingue
obligaciones, en tanto que aquel sólo crea, transfiere o modifica obligaciones.

Clasificación.- Existen diversos criterios que sirven como base para la


clasificación de los contratos. Nuestra ley los clasifica en unilaterales y bilaterales;
onerosos y gratuitos; conmutativos y aleatorios; consensúales y reales; y solemnes y no
solemnes.

Contrato Unilateral.- Es aquel en que solamente una de las partes se obliga hacia la
otra sin que ésta quede obligada; en él sólo uno de los contratantes adquiere el carácter de
deudor y el otro de acreedor. Contrato bilateral es aquel en que las partes se obligan
recíprocamente; a éste contrato también se le llama sinalagmático y está caracterizado por
el hecho de producir a la vez dos obligaciones principales y correlativas, de las cuales la
73

una es la causa de la otra y atribuye a los contratantes el doble carácter de deudor y


acreedor. Los autores han subdivido los contratos bilaterales en perfectos e imperfectos,
diciendo que los primeros son aquellos en virtud de los cuales quedan obligados ambos
contratantes, de manera que existan a la vez dos obligaciones actuales y principales, que
son recíprocamente la una causa de la otra; los contratos imperfectos son aquellos en
virtud de los cuales uno sólo de los contratantes contrae obligación actual y el otro queda
sometido a una eventual y subordinada.

Onerosos y gratuitos.- El contrato es oneroso cuando se estipulan provechos y


gravámenes recíprocos y gratuito es aquel en que el provecho es solamente para una de
las partes. Algunos autores distinguen un aspecto intermedio entre los primeros y los
segundos que se designan con el nombre de contratos mixtos, y que son aquellos por
medio de los cuales se confiere un beneficio a uno de los contratantes a cambio de una
prestación de menor valor, pero tal distinción no se encuentra en disposición alguna del
Código Civil y creemos que esta especie de contrato debe ser calificada entre los
onerosos o gratuitos, según que predominen en ellos los caracteres de unos u otros.

Conmutativos y aleatorios.- La división de los contratos en conmutativos y


aleatorios, es realmente una subdivisión de los onerosos, porque cada contratante se
obliga a dar o hacer una cosa que estime como equivalente de lo que recibe o del servicio
que presta, sin que haya más diferencia que en el contrato conmutativo se fija desde luego
por los interesados el equivalente de la cosa o servicio que prestan, el cual no puede
variar; mientras que en el aleatorio no se fija el equivalente por las partes sino que
depende del azar. Son contratos conmutativos aquellos en que cada una de las partes se
obliga a dar o hacer una cosa que se considera equivalente de la que hace o da el otro
contratante. Son contratos aleatorios aquellos en que el equivalente consiste para cada
una de las partes contratantes en eventualidades de ganancia o pérdida, dependen de un
acontecimiento incierto.

Nominados e innominados.- Contrato nominado es aquel que tiene un nombre


especial dado o confirmado por el derecho, como el mutuo, el comodato y la
compraventa. Contrato innominado es el que no tiene un nombre especial dado o
confirmado por el derecho.

Principales y accesorios.- Contrato principal es aquel que existe


independientemente de cualquier otro como el mutuo, mandato, etc. Contrato accesorio
es aquel que tiene por objeto asegurar el cumplimiento de las obligaciones que engendra
el contrato a que se une y por tanto no tiene una existencia propia, por ejemplo la fianza y
la hipoteca.
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Consensúales y reales.- Son contratos consensúales aquellos que se perfeccionan


por el solo consentimiento de las partes como la compra y el arrendamiento. Son
contratos reales aquellos que además del consentimiento exigen para su
perfeccionamiento la entrega de la cosa objeto de la obligación, como el comodato, el
depósito, el mutuo, la prenda, etc.

Solemnes o no solemnes.- Se distingue entre contratos solemnes o no solemnes,


que su eficacia esté o no subordinada a la observancia de ciertas formalidades,
independientemente del consentimiento indispensable para la existencia de todo contrato.

Finalmente algunos autores clasifican los contratos por los efectos que producen
reduciéndolos a las cuatro clases siguientes:

1º. Traslativos de la propiedad: como la compra, la permuta, el mutuo, la renta


vitalicia, la donación, etc.

2º traslativos de uso; como el arrendamiento y el comodato.

3º Que tienen por objeto una garantía, como los seguros, la fianza, la prenda y la
hipoteca, y

4º Que tienen por objeto la prestación de servicios, como el mandato y el depósito.

Requisitos y lineamientos para su elaboración.- Para la existencia de un contrato


se requiere primero, el consentimiento y segundo el objeto que puede ser materia del
mismo; pero es de lógica jurídica el que además y aunque no lo establece el Código Civil
se requiere la capacidad de los contratantes. Cuando en algún contrato se omita
cualquiera de los requisitos esenciales para su validez produce el efecto jurídico de que el
contrato pueda ser invalidado (art. 1728 Código Civil de Veracruz):

I.- Por incapacidad legal de las partes o de una de ellas;


II.- Por vicios del consentimiento;
III.- Porque su objeto, o su motivo o fin sea ilícito, y
IV.- Porque el consentimiento no se haya manifestado en la forma que la ley
establece.

El consentimiento.- Es el elemento esencial del contrato. Por regla general los


contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, excepto aquellos que deben
revestir una forma especial, que puede consistir en una simple formalidad o en una
solemnidad. Los contratos que se perfeccionan por el mero consentimiento se llaman
consensúales, y los que necesitan para su existencia de alguna formalidad, se llaman
75

formales. Paras que exista el acuerdo de voluntades es necesario que el consentimiento se


manifieste de una manera clara y que no deje lugar a dudas.

El hecho de que una de las partes proponga a la otra las bases del contrato se llama
oferta o policitación. Cuando aquel a quien se hizo la oferta acepta, se dice que hubo
aceptación. A este respecto se dice que el consentimiento es expreso o tácito; expreso
cuando se manifiesta por palabras, por escrito o por signos indubitables, y tácito, cuando
resulta de hechos que lo presuponen o autorizan a presumirlo (art. 1736 Código Civil
Veracruz).

Toda persona que propone a otra la celebración de un contrato fijándole un plazo


para aceptar, queda ligada por su oferta hasta la expiración del plazo (art. 1737 Código
Civil Veracruz). El contrato se forma en el momento en que el proponente recibe la
aceptación (art. 1740 Código Civil Veracruz). El proponente queda libre de su oferta
cuando la respuesta que recibe no es una aceptación lisa y llana, sino que importe
modificación de la propuesta. En este caso, la propuesta se considera como una nueva
proposición (art. 1743 Código Civil Veracruz).

El consentimiento no es válido si ha sido dado por error, arrancado por violencia o


sorprendido por dolo (art. 1745 Código Civil Veracruz).

Objeto. La cosa, materia del contrato, debe existir en la naturaleza, ser determinada
o poderse determinar en un momento dado y estar en el comercio.

El hecho positivo o negativo, materia del contrato, debe ser posible y lícito (art.
1760 Código Civil Veracruz).

Capacidad y representación. Son capaces para celebrar contratos todas las


personas no exceptuadas por la ley (art. 1731 Código Civil Veracruz). El que es hábil
para contratar, puede hacerlo por sí o por medio de otro legalmente autorizado. A esto se
llama representación.

Ninguna persona puede contratar a nombre de otra sin estar autorizado por aquella o
por la ley art. 1734 Código Civil Veracruz). Los contratos celebrados a nombre de otro
por quien no sea su legítimo representante son nulos, a no ser que la persona a cuyo
nombre fueron celebrados los ratifique antes de que se retracten por la otra parte (art.
1735 Código Civil Veracruz).

La voluntad es un elemento fundamental para la existencia de todo acto jurídico;


pero para que la voluntad sea válida en Derecho, en necesario que la manifieste alguien
con plena capacidad para obligarse; por ejemplo, un niño, un loco o un ebrio tienen
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voluntad, pero no están en pleno uso de sus facultades mentales, y por lo tanto la ley los
incapacita para celebrar contratos por sí. La persona que celebra un acto jurídico para
contraer una obligación debe ser capaz, es decir, su voluntad debe ser autónoma. Sin
embargo, para que ala voluntad sea autónoma no basta la capacidad; se precisa
igualmente que el sujeto al manifestar su voluntad no esté sometido a factores que le
impidan expresarse con entera libertad y con estricto apego a la realidad sobre el objetivo
o propósito que busca, es decir, que no se encuentre en el error.

Ausencia de vicios de la voluntad. Si bien es cierto que en nuestra legislación


positiva se establece, clara y terminantemente, el que la validez y cumplimiento de los
contratos no puede dejarse al arbitrio de uno de los contratantes, no es menos cierto
también, que nuestra propia legislación civil establece excepciones al principio general
expuesto con anterioridad, pues manda que el consentimiento no sea válido si ha sido
dado por error, arrancado por violencia o sorprendido por dolo; que el error de derecho o
de hecho invalidad el contrato cuando recae sobre el motivo determinante de la voluntad
de cualquiera de los que contratan, si en el acto de la celebración se declara ese motivo o
si se prueba, por las circunstancias del mismo contrato, que se celebró éste en el falso
supuesto que lo motivó y no por otra causa; y esos casos de excepción autorizan a una de
las partes contratantes a no cumplir con el contrato, sin que medie responsabilidad alguna
de su parte. El consentimiento de las partes debe ser puro, es decir, exento de vicios, no
haber sido prestado mediante violencia, sorprendido por dolo o dado por error. Tales
vicios, aunque permitieran de hecho la existencia del contrato, lo hacen anulable.

El error en los contratos es la falsa noción que tenemos de una cosa o el estado
intelectual en que la idea de la realidad es falsa, y se distinguen dos clases: error de hecho
y error de derecho. El error de hecho es la falsa creencia de que una cosa ha sucedido o
no, cuando realmente es lo contrario; y el error de derecho es el que recae sobre los
preceptos de ley. Estas dos especies de errores sólo invalidan los contratos cuando recaen
sobre el motivo determinante de la voluntad de cualquiera de los que contratan, si en el
caso de la celebración se declara ese motivo o si se prueba por la circunstancia del mismo
contrato, que se celebró éste en el falso supuesto que lo motivó y no por otra causa.

El dolo consiste en el empleo de sugestiones, maquinaciones o artificios para


inducir a una persona al error, o lo que es lo mismo, adoptar una conducta contraria a la
verdad. Según el Derecho Romano la mala fe es la disimulación del error. El dolo o mala
fe de alguna de las partes y el dolo que proviene de un tercero sabiéndolo aquella, anula
el contrato si ha sido la causa determinante de la celebración de ese acto, pero si ambas
partes proceden con dolo, ninguna de ellas puede alegar la nulidad del acto o reclamar
indemnizaciones.
77

Se conceptúa que la violencia es motivo de nulidad del contrato, ya provenga tal


violencia de alguno de los contratantes o de un tercero interesado o no en el contrato.
Pero la ley no conceptúa como violencia el temor reverencial, esto es, el sólo temor de
desagradar a las personas a quienes se debe sumisión y respeto, por lo que tal causa no es
motivo de nulidad del contrato. La ley dispone que un contrato celebrado con violencia o
siendo conocido el dolo por parte de la afectada, la misma parte no puede alegar nulidad
si ratifica el contrato después de que ha cesado la violencia o descubierto el dolo. El
simple error de cálculo únicamente da lugar a que se rectifique, pero no invalidad el
contrato. Consecuentemente, es requisito esencial para la validez de los contrataos, la
ausencia de vicios en el consentimiento.

Forma. En términos generales, los contratos no necesitan una forma especial para
existir. En los contratos civiles cada uno se obliga en la manera y términos que aparezca
que quiso obligarse, sin que para la validez del contrato se requieran formalidades
determinadas, fuera de los casos expresamente designados por la ley (art. 1765 Código
Civil Veracruz). Cuando la ley exige determinada forma para un contrato, mientras que
éste no revista esa forma no será válido; pero la voluntad de las partes para celebrarlo
consta de manera fehaciente, cualquiera de ellas puede exigir que se dé al contrato la
forma legal (art. 1766 Código Civil Veracruz).

Cuando se exija la forma escrita para el contrato, los documentos relativos deben
ser firmados por todas las personas a las cuales se imponga esa obligación (art. 1767
Código Civil Veracruz.

Interpretación. Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la


intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas; pero si las
palabras parecieran contrarias a la intención evidente de los contratantes, debe hacerse
prevalecer la intención a las palabras (art. 1784 Código Civil Veracruz).

Las cláusulas de los contratos deben interpretarse las unas por las otras, atribuyendo
a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas (art. 1787 Código Civil
Veracruz). El uso o la costumbre del país se tendrá en cuenta para interpretar las
ambigüedades de los contratos (art. 1789 Código Civil Veracruz).

Efectos. Los contrataos obligan a las personas que los realizan a cumplirlos; por lo
tanto, el principal efecto de los contratos es su cumplimiento. Si el contrato obliga a la
entrega de una cosa, se cumple haciendo dicha entrega, y si, por el contrario, se trata de la
prestación de un servicio, el cumplimiento del contrato implica la realización de dicho
servicio. También puede obligar el contrato a una abstención; en este supuesto, el
obligado cumple realizando el hecho negativo al que se obligó.
78

Los contratos tienen la misma fuerza obligatoria que la ley; por tanto, los
contratantes deben cumplir lo pactado como si se tratara de un precepto legal. Pueden,
sin embargo, modificar o revocar su consentimiento, cosa que está permitida por la ley,
siempre que haya un mutuo acuerdo. Los efectos de la modificación o revocación
consisten en liberar a las partes de las obligaciones que hubieren contraído.

CONTRATOS.

PROMESA DE CONTRATO.

Definición. La promesa es un contrato por el que una o ambas partes asumen la


obligación de celebrar un contrato futuro.

La promesa como todo contrato tiene por lo menos dos partes que son por un lado
el promitente y por el otro el beneficiario. El promitente es ala parte en el contrato de
promesa que se obliga a celebrar el contrato futuro, y el beneficiario es la parte, en el
mismo contrato de promesa, a cuyo favor el promitente contrae el compromiso de
celebrar un contrato futuro. Por ejemplo: A, propietario de una casa, se obliga hacia B, a
venderle dentro del término de un mes la casa de su propiedad. En este ejemplo, A será el
promitente y B el beneficiario.

La promesa de contrato sólo da origen a obligaciones de hacer, consientes en


celebrar el contrato respectivo de acuerdo con lo ofrecido (art. 2176 Código Civil
Veracruz).

Forma. Para que la promesa de contrato sea válida debe constar por escrito,
contener los elementos característicos del contrato definitivo y limitarse a cierto tiempo
(art. 2179 Código Civil). Esto tiene por objeto evitar que el promitente o los promitentes,
en caso de que ambos se obliguen, queden ligados por una obligación de tiempo
indefinido.

La ley sólo exige la forma escrita, pero ésta debe contener los elementos esenciales
del contrato definitivo. Ejemplo: si se trata de un arrendamiento: los nombres de las
partes, la cosa materia del arrendamiento y el precio de la renta.

Si el promitente rehúsa firmar los documentos necesarios para dar forma legal al
contrato, en su rebeldía los firmará el juez (art. 2180 Código Civil Veracruz).

ARRENDAMIENTO.
79

Definición. Hay arrendamiento cuando las dos partes contratantes se obligan


recíprocamente, una a conceder el uso o goce temporal de una cosa y la otra a pagar
por ese uso o goce un precio cierto (art. 2331 Código Civil Veracruz).

Las partes que intervienen en este contrato se llaman, respectivamente: arrendador,


quien da en arrendamiento, y arrendatario, quien recibe la cosa materia del
arrendamiento. La suma de dinero o la cosa cierta o determinada, que equivale a dicha
suma y que se paga como precio, se llama renta o alquiler.

Cosas que pueden ser objeto del arrendamiento. Pueden arrendarse todos los
bienes que al usarlos no se consumen, excepto aquellos que la ley prohíbe arrendar y los
derechos estrictamente personales (art. 2333 Código Civil Veracruz).

Elementos. Los elementos del arrendamiento son: el uso o goce de un a cosa no


fungible ni consumible; que dicho uso sea oneroso; y el precio cierto y determinado,
llamado renta.

Capacidad. Puede arrendar todo el que tiene la libre disposición de sus bienes.
Quien fuere dueño de la cosa podrá arrendarla si está autorizado por el dueño o por la ley
(Art. 2334 Código Civil Veracruz); el copropietario de una cosa indivisa no puede
arrendar sin el consentimiento de los otros copropietarios (art. 2336 Código Civil
Veracruz).

Forma. El arrendamiento debe otorgarse por escrito cuando la renta pase de tres
mil pesos mensuales. En consecuencia este contrato puede celebrarse verbalmente si el
precio de la renta no pasa de dicha cantidad (art. 2339 Código Civil Veracruz). Si el
predio fuere rústico y la renta pasare de cuarenta mil pesos anuales, el contrato se
otorgará en escritura pública (art. 2340 Código Civil Veracruz).

Derechos y obligaciones del arrendador. Las obligaciones del arrendador son:


entregar al arrendatario la cosa arrendada con todas sus pertenencias y en estado de servir
para el uso convenido; conservar la cosa arrendada en el mismo estado durante el
arrendamiento, haciendo para ello todas las reparaciones necesarias; no estorbar el uso de
la cosa arrendada, a no ser por causa de reparaciones urgentes e indispensables;
garantizar el uso pacífico de la cosa por todo el tiempo del contrato; responder de los
daños y perjuicios que sufra el arrendatario por los defectos o vicios ocultos de la cosa
anteriores al arrendamiento (art. 2345 Código Civil Veracruz). El arrendador no puede,
durante el arrendamiento, mudar la forma de la cosa ni intervenir en el uso legítimo de
ella, salvo el caso de reparaciones urgentes (art. 2347 Código Civil Veracruz).
80

El arrendador debe responder de los vicios o defectos del bien arrendado, que
impidan el uso del mismo, aunque él no los hubiese conocido o hubiesen sobrevenido en
el curso del arrendamiento, sin culpa del arrendatario. Este puede pedir la disminución de
la renta o la rescisión del contrato, salvo que hubiese tenido conocimiento antes de
celebrar el contrato de los vicios o defectos del bien arrendado (art. 2354 Código Civil
Veracruz). Si al terminar el arrendamiento hubiere algún saldo a favor del arrendatario, el
arrendador debe devolverlo, a no ser que tenga algún derecho que ejercitar contra aquél
(art. 2355 Código Civil Veracruz).

El arrendador debe pagar las mejoras hechas por el arrendatario a la cosa arrendada,
en los siguientes casos: si en el contrato o posteriormente lo autorizó para hacerlas y se
obligó a pagarlas; si se trata de mejora útiles y por culpa del arrendador se rescindiese el
contrato; si tratándose de contratos por tiempo indeterminado, el arrendatario ha hecho
mejoras y el arrendador le exige la devolución de la cosa arrendada antes de que el
contrato haya podido compensar los gastos hechos en las mejoras con el uso de la cosa
arrendada ; éstas deben pagarse por el arrendador, no obstante que se hubiere estipulado
que las mejoras quedasen en beneficio de la cosa arrendada (arts. 2356 y 2357 Código
Civil Veracruz).

El arrendador no puede rehusar como fiador a la persona que reúna los requisitos
que exige la ley (art. 2383 Código Civil Veracruz).

Derechos y obligaciones del arrendatario. Son obligaciones del arrendatario:


pagar la renta en la forma y tiempo convenidos; responder de los perjuicios que la cosa
arrendada sufra por su culpa o negligencia, la de sus familiares, sirvientes o
subarrendatarios; a servirse de la cosa solamente para el uso convenido o conforme a la
naturaleza y destino de ella (art. 2358 Código Civil Veracruz); a poner en conocimiento
del arrendador, a la brevedad posible, la necesidad de las reparaciones que requiera la
cosa, bajo pena de pagar los daños y perjuicios que su omisión cause (art. 2348 Código
Civil Veracruz). En caso de que el arrendador no hiciere las mencionadas reparaciones, el
arrendatario puede rescindir el contrato o recurrir al juez, a fin de que obligue al
arrendador al cumplimiento de esta obligación (art. 2349 Código Civil Veracruz);
también está obligado el arrendatario a poner en conocimiento del arrendador toda
usurpación o novedad dañosa que otro halla hecho o prepare en la cosa arrendada, bajo
pena de pagar los daños y perjuicios que su omisión cause (art. 2352 Código Civil
Veracruz).

El arrendatario está obligado a pagar la renta hasta el día que entregue la cosa
arrendada (art. 2362 Código Civil Veracruz); si por caso fortuito o fuerza mayor se
impide totalmente al arrendatario el uso de la cosa arrendada, no se causará renta
mientras dure el impedimento, y si éste dura más de dos meses podrá pedirse la rescisión
81

del contrato (art. 2364 Código Civil Veracruz); Si sólo en parte se impide el uso de la
cosa, podrá el arrendatario pedir la reducción parcial de la renta a juicio de peritos (art.
2365 Código Civil Veracruz).

El arrendatario debe responder del incendio, a no ser que provenga de caso fortuito,
fuerza mayor o vicio de construcción (art. 2368 Código Civil Veracruz). El arrendatario
que establece en la finca arrendada una industria peligrosa tiene obligación de asegurar
dicha finca contra los riesgos que origine la industria (art. 2373 Código Civil Veracruz).
El arrendatario no puede, sin consentimiento del arrendador, variar la forma de la cosa
arrendada; y si lo hace, debe, cuando la devuelva, restablecerla al estado en que la recibió
(art. 2374 Código Civil Veracruz). El arrendatario debe hacer las reparaciones de
aquellos deterioros de poca importancia, que regularmente son causados por las personas
que habitan el edificio (art. 2377 Código Civil Veracruz).

Plazos para el arrendamiento. El arrendamiento no puede exceder de diez años


para las fincas destinadas para la habitación; de quince para las fincas destinadas al
comercio, y de veinte para las fincas destinadas al ejercicio de una industria (art. 2331
Código Civil Veracruz). El arrendamiento puede celebrarse por tiempo determinado o por
tiempo indefinido. Los arrendamientos de inmuebles que no se hayan celebrado por
tiempo expresamente determinado, podrán concluir: I.- A voluntad del arrendatario,
previo aviso judicial o extrajudicial ante Notario dado al arrendador con dos meses de
anticipación, y II.-A voluntad del arrendador, previo aviso indubitable señalado en la
fracción precedente, dado al arrendatario con un año de anticipación (art. 2411 Código
Civil Veracruz).

Terminación del arrendamiento. El arrendamiento puede terminar por cualquiera


de las siguientes causas: Por haberse cumplido el plazo fijado en el contrato o por la ley,
o por estar satisfecho el objeto para que la cosa fue arrendada; por convenio expreso; por
nulidad; por rescisión; por confusión; por pérdida o destrucción de la cosa arrendada, por
caso fortuito o fuerza mayor; por expropiación de la cosa arrendada hecha por causa de
utilidad pública; y por evicción de la cosa dada en arrendamiento (art. 2416 Código Civil
Veracruz).

Si el contrato de arrendamiento se prorrogara, las obligaciones otorgadas por un


tercero para la seguridad del arrendamiento cesarán, salvo convenio en contrario (art.
2421 Código Civil Veracruz).

Rescisión del Contrato de arrendamiento. El contrato de arrendamiento puede


terminar, asimismo, por rescisión pedida por el arrendador, en los siguientes casos: falta
de pago de renta; uso de la cosa en contravención con lo pactado y subarriendo de la cosa
sin consentimiento del arrendador (art. 2422 Código Civil Veracruz).
82

El arrendatario puede rescindir el contrato cuando fuere totalmente imposible usar


la cosa y cuando parcialmente se haga imposible su uso por más de dos meses. El
arrendatario también puede pedir la rescisión del contrato cuando el arrendador, sin
motivo, se opone al subarriendo que con derecho pretenda hacer el primero (art. 2425
Código Civil Veracruz).

La muerte del arrendador o del arrendatario, no son causa de rescisión del contrato,
Cualquier cláusula en contrario no producirá efecto (art. 2341 Código Civil Veracruz). La
transmisión de la propiedad de la cosa tampoco rescinde el contrato, debiendo pagar el
arrendatario la renta estipulada, al nuevo propietario, desde la fecha en que se le dé el
aviso de traslación de la propiedad. (art. 2342 Código Civil Veracruz).

Arrendamiento de fincas urbanas destinadas a la habitación.- La duración


mínima de todo contrato de arrendamiento de fincas urbanas destinadas a la habitación
será de un año forzoso para arrendador y arrendatario, que será prorrogable, a voluntad
del arrendatario, hasta por dos años más siempre y cuando se encuentre al corriente en el
pago de las rentas (art. 2418 Código Civil Veracruz).

La renta o precio del arrendamiento puede consistir en una suma de dinero o en


cualquier otra cosa equivalente, con tal de que sea cierta y determinada (art. 2332 Código
Civil Veracruz).

El contrato de arrendamiento deberá contener por lo menos las siguientes


estipulaciones: Nombre del arrendador y del arrendatario; ubicación del inmueble;
descripción del inmueble; monto de la renta; la galanía en su caso; mención expresa del
destino habitacional del inmueble; término del contrato; las obligaciones que arrendador
y arrendatario contraigan adicionalmente a las establecidas en la ley.

El arrendatario que esté al corriente en el pago de la renta tendrá derecho a que, en


igualdad de condiciones se le prefiera a otro interesado en el nuevo arrendamiento del
inmueble. Así mismo tendrá derecho del tanto en caso de que el propietario quiera vender
la finca arrendada (art. 2380 Código Civil Veracruz).

Subarriendo. El arrendamiento que el inquilino de una cosa hace de la totalidad, o


de una parte de ella, a un tercero, se llama subarriendo.

Entre el arrendador primitivo y el arrendatario de su arrendatario no se establece


ninguna relación jurídica, pues se trata de dos contratos distintos.
83

El arrendatario no puede subarrendar la cosa en todo, ni en parte, ni ceder sus


derechos sin consentimiento del arrendador; si lo hiciere, responderá solidariamente con
el subarrendatario de los daños y perjuicios (art. 2413 Código Civil Veracruz). Si el
subarriendo se hiciere en virtud de una autorización general concedida en el contrato, el
arrendatario será responsable ante el arrendador como si él mismo continuara en el uso y
goce de la cosa (art. 2414 Código Civil Veracruz); pero si el arrendador aprueba
expresamente el contrato de subarriendo, cesa la responsabilidad del arrendatario,
quedando obligado con el arrendador únicamente el subarrendatario (art. 2415 Código
Civil Veracruz).

COMODATO.

Definición. El comodato es un contrato por el cual uno de los contratantes se


obliga a conceder gratuitamente el uso de una cosa no fungible, y el otro contrae la
obligación de restituirla individualmente (art. 2430 Código Civil Veracruz).

Las partes que intervienen en el contrato se llaman comodante, quien concede el


préstamo, y comodatario, quien lo recibe.

El comodato se llama también préstamo de uso, en virtud de que la cosa materia del
mismo se da al comodatario en uso y no en propiedad, y éste debe devolverla
individualmente sin consumirla. Ejemplo: Enrique presta un cuadro para una exposición
de pintura; el organizador de la exposición esta obligado a restituir el cuadro que recibió
en préstamo en el mismo estado en que le fue entregado.

Cuando el préstamo tuviere por objeto cosas consumibles, sólo será comodato si
éstas fueron prestadas como no fungibles, es decir, para ser restituidas las idénticamente
(art. 2431 Código Civil Veracruz).

Elementos. Los elementos del comodato son tres: préstamo gratuito; uso de una
cosa no fungible, ya por naturaleza, ya porque así se haya convenido; prohibición para el
comodatario de hacer suyos los frutos y acciones de la cosa.

Capacidad. Son capaces para dar y recibir en comodato los que libremente
pueden disponer de sus bienes. Los tutores, curadores y, en general, todos los
administradores de bienes ajenos, no pueden dar en comodato, sin autorización especial,
los bienes confiados a su guarda (art. 2432 Código Civil Veracruz).

Obligaciones del comodante y del comodatario. El comodante está obligado a


entregar la cosa que se obligó a prestar; también a responder de los perjuicios que la cosa
84

cause al comodatario, si ésta tenía defectos ocultos y el comodante lo sabía y no dio aviso
oportuno al comodatario (art. 2447 Código Civil Veracruz).

El comodatario está obligado a cuidar la cosa del comodato con toda diligencia y
responder de todo deterioro que sufra por su culpa. (art. 2435 Código Civil Veracruz); a
responder de la pérdida de la cosa si la emplea en uso diverso o por más tiempo del
convenido, aun cuando dicha pérdida sobrevenga por caso fortuito (art. 2437 Código
Civil Veracruz). Si la cosa se deteriora por el sólo efecto del uso para el que fue prestada,
y sin culpa del comodatario, no es éste responsable del deterioro (art. 2440 Código Civil
Veracruz).

El comodatario no debe retener la cosa por ningún concepto (art. 2442 código Civil
Veracruz); si no se ha determinado el uso o el plazo del préstamo, el comodatario deberá
devolverla cuando los exija el comodante (art. 2444 Código Civil Veracruz). El
comodante puede exigir la devolución de la cosa antes de que termine el plazo o uso
convenidos: si la necesita urgentemente, si prueba que hay peligro que ésta perezca si
continúa en poder comodatario o si éste ha autorizado a un tercero a servirse de la cosa
sin permiso del comodante (art. 2445 Código Civil Veracruz).

Terminación del comodato. El comodato puede terminar por tres causas: por
vencimiento del plazo; por haberse satisfecho el objeto del préstamo y por la muerte del
comodatario. Cuando no se fija plazo, o uso, el comodante puede, en cualquier momento,
dar por terminado el contrato.

PRESTACION DE SERVICIOS PROFESIONALES.

El que presta y el que recibe los servicios profesionales, pueden fijar, de común
acuerdo, retribución debida por ellos. Cuando se trate de profesionistas que estuvieren
sindicalizados, se observarán las disposiciones relativas establecidas en el respectivo
contrato colectivo de trabajo. (art. 2539 Código Civil Veracruz).

Cuando no hubiere habido convenio, los honorarios se regularán atendiendo


justamente a la costumbre del lugar, a la importancia de los trabajos prestados, a la del
asunto o caso en que se prestaren, a la facultades pecuniarias del que recibe el servicio y a
la reputación profesional que tenga adquirida el que lo ha prestado. Si lo servicios
profesionales estuvieren regulados por arancel, éste servirá de norma para fijar el importe
de los honorarios reclamados (art. 2540 Código Civil Veracruz).

Los que sin tener el título correspondiente ejerzan profesiones para cuyo ejercicio la
ley exija título, además de incurrir en las penas respectivas, no tendrán derecho de cobrar
85

retribución por los servicios profesionales que hayan prestado (art.2541 Código Civil
Veracruz).

Si varias persona encomendaren un negocio, todas ellas serán solidariamente


responsables de los honorarios del profesor y de los anticipos que hubiere hecho (art.2544
Código Civil Veracruz).

Cuando varios profesores en la misma ciencia presten sus servicio en un negocio o


asunto, podrán cobrar los servicios que individualmente haya prestado cada uno (art.
2545 Código Civil Veracruz).

El que preste servicios profesionales sólo es responsable, hacia las personas a


quienes sirve, por negligencia, impericia o dolo, sin perjuicio de las penas que merezca
en caso de delito (art. 2548 Código Civil Veracruz).

MANDATO.

El mandato es un contrato por el que el mandatario se obliga a ejecutar por


cuenta de otro los actos jurídicos que éste le encarga (art. 2479 Código Civil
Veracruz).

Las partes que intervienen en éste contrato se llaman: mandante, quien


encomienda el mandato, y mandatario, quien ejecuta los actos jurídicos, materia del
mismo.

Elementos. Ejecución de actos jurídicos; que dicha ejecución sea por cuenta de
otro y aceptación del contrato por parte del mandatario.

Aceptación. La aceptación del mandatario perfecciona el contrato, dándole vida. El


mandato que implica el ejercicio de una profesión, se presume aceptado por el sólo hecho
de que el profesionista no lo rehúse dentro de los tres días siguientes a su otorgamiento.
La aceptación puede ser expresa o tácita. Aceptación tácita es todo acto en ejecución de
un mandato (art. 2480 Código Civil Veracruz).

Objeto. Pueden se r objeto del mandato todos los actos lícitos para los que la ley no
exige la intervención personal del interesado (art. 2481 Código Civil Veracruz).

Especies. El mandato puede ser gratuito u oneroso. Es gratuito cuando así se haya
pactado expresamente (art. 2482 Código Civil Veracruz). En todos los demás casos, será
oneroso.
86

En cuanto a su forma el mandato puede ser verbal o escrito (art. 2483 Código Civil
Veracruz), y general o especial (art. 2486 Código Civil Veracruz).

El mandato verbal es el que se otorga de palabra, hayan o no intervenido testigos.


Otorgándose en esta forma, el mandato debe ratificarse por escrito antes de que concluya
el negocio para el que se dio (art. 2485 Código Civil Veracruz). El mandato escrito puede
otorgarse en alguna de estas tres formas: a) en escritura pública; b) en escrito privado,
firmado por el otorgante y dos testigos y ratificadas las firmas ante un notario, juez o la
autoridad administrativa ante quien vaya a tramitarse el asunto materia del mandato, y c)
en carta-poder sin ratificación de firma (art. 2484 Código Civil Veracruz).

El mandato es general cuando se otorga: a) para pleitos y cobranzas; b) para la


administración de bienes, y c) para ejercitar actos de dominio en relación con los bienes
del mandante. Por ejemplo: compraventas, hipotecas, etc.

El mandato especial es el que no se ha concedido para ninguno de los fines


anteriores.

El mandato debe otorgarse en Escritura Pública o en carta-poder, firmada ante dos


testigos y ratificadas las firmas del otorgante y testigos ante notario, jueces o autoridades
administrativas en los siguientes casos:

b) Cuando el interés del negocio para el que se confirió llegue a $ 5,000.00 o


exceda esa cantidad;

c) Cando en virtud de él, haya de ejecutar el mandatario, a nombre del mandante,


algún acto que conforme a la ley debe constar en escritura pública (art. 2488 Código
Civil Veracruz).

El mandato puede otorgarse en escrito firmado ante dos testigos, sin que sea
necesaria la previa ratificación de las firmas, cuando el interés del negocio para el que se
confiere exceda de $ 200.00 y no llegue a $ 5,000.00.

El mandato puede ser verbal cuando el interés del negocio no exceda de $ 200.00.

Obligaciones del mandatario con respecto al mandante. Las principales


obligaciones del mandatario son: a) sujetarse a las instrucciones del mandante y en
ningún caso proceder contra disposiciones del mismo (art. 2495 Código Civil Veracruz);
b) consultar con el mandante siempre que lo permita la naturaleza del negocio, y si esto
no fuere posible, hacer lo que la prudencia dicte, cuidando del negocio como propio (art.
2496; c) dar oportuna noticia al mandante de todos los hechos o circunstancias que
87

puedan determinarlo a revocar o modificar el encargo y, asimismo, avisarle sin demora


de la ejecución de dicho encargo (art. 2499 Código Civil Veracruz); d) no excederse en
las facultades que se le hubieren conferido y, en caso contrario, responder al mandante de
los daños y perjuicios que le cause (art. 2501 Código Civil Veracruz); e) dar al mandante
cuentas exactas de su administración conforme al convenio, si lo hubiere, y no
habiéndolo, cuando el mandante lo pida, y en todo caso, al final del contrato (art. 2502
Código Civil Veracruz); f) devolver todo lo que hubiere recibido en virtud del poder (art.
2503 Código Civil Veracruz); g) pagar los intereses de las sumas que pertenezcan al
mandante y que haya invertido en provecho propio, desde la fecha de la inversión (art.
2505 Código Civil Veracruz).

El mandatario puede encomendar a un tercero el desempeño del mandato, si tiene


facultades expresas para ello (art. 2507 Código Civil Veracruz).

Obligaciones del mandante y mandatario con relación a tercero. El mandante


debe cumplir todas las obligaciones que el mandatario haya contraído dentro de los
límites del mandato (art. 2514 Código Civil Veracruz). Los actos del mandatario
excediéndose en el mandato son nulos con relación al mandato si éste no las ratifica (art.
2516 Código Civil Veracruz).

Terminación. El mandato termina: por revocación; por renuncia del mandatario;


por muerte del mandante o del mandatario; por interdicción de uno u otro; por el
vencimiento del plazo o por la conclusión del negocio para el que fue concedido; por
ausencia del mandante; por ausencia del mandante; por revocación y por otorgamiento de
un nuevo mandato para el mismo asunto (art. 2528 Código Civil Veracruz).

Aunque el mandato termine con la muerte del mandante, debe el mandatario,


entretanto los herederos se encargan por sí mismos o nombran persona para que se
encargue de los negocios del mandante, continuar en la administración para evitar
perjuicios al negocio que se le encomendó (art. 2533 Código Civil Veracruz).

El mandatario que renuncie tiene obligación de seguir el negocio mientras el


mandante no nombre un nuevo mandatario (art. 2536 Código Civil Veracruz).

Mandato judicial. El mandato judicial es el que se otorga para la tramitación de


asuntos judiciales. La persona que ejecuta el mandato toma el nombre de procurador.

Este contrato debe otorgarse en escritura pública, o en escrito presentado y


ratificado por el otorgante ante el juez de los autos (art. 2519 Código Civil Veracruz). Se
llaman los autos que integran el expediente con motivo de un juicio.
88

El procurador o abogado que acepte el mandato de una de las partes no puede


admitir el del contrario, en el mismo juicio, aunque renuncie al primero (art. 2522 Código
Civil Veracruz).

CONTRATO DE OBRAS A PRECIO ALZADO.-

El contrato de obras a precio alzado es aquel en el que se utilizan los servicios de


una persona por todo el tiempo indispensable a la construcción de una obra y, a
cambio de sus servicios, se le paga una cantidad global. Este contrato también es
materia de un estudio en el curso de Derecho del Trabajo.

ASOCIACION Y SOCIEDAD CIVIL.-

Son agrupamientos de individuos, que tienen finalidades e intereses comunes, y a


quienes la ley reconoce y protege. Se trata de organismos sociales con bienes propios
que tienen la categoría de sujetos jurídicos. En este capítulo estudiaremos la Asociación y
la Sociedad, personas jurídicas de derecho privado.

Precisa antes de estudiar estos contratos, distinguirlos, ya que a menudo se


confunden. El contenido de ambos es distinto, pues en tanto la primera no persigue
finalidades preponderantemente económicas, la segunda sí las busca. Lo característico,
entonces, de la asociación, es que sus fines son desinteresados, ocurriendo lo contrario
con la sociedad.

Nuestra ley civil caracteriza el contrato de asociación diciendo que cuando varios
individuos convienen en reunirse de manera que no sea enteramente transitoria, para
realizar un fin común, que no este prohibido por la ley y que no tengan carácter
preponderantemente económico constituye una asociación (art. 2603 Código Civil
Veracruz).

La definición anterior corresponde a un organismo permanente y de carácter


puramente civil, distinto de las asociaciones momentáneas y de las asociaciones en
participación, estas últimas, por la ley de Sociedades mercantiles.

Las personas que intervienen en este contrato se denominan asociados, aunque, a


menudo, se les llama equívocamente, aun por la misma ley socios.

Elementos. De la definición anterior podemos derivar los siguientes elementos que


ala integran: unión de varios individuos, de manera no enteramente transitoria; con
finalidades no contrarias a la ley; y no preponderantemente económicas.
89

Como ejemplos de asociaciones podemos citar los siguientes: los partidos políticos,
las fundaciones, las beneficencias privadas, los clubes recreativos, las asociaciones
científicas, etc., agrupaciones todas que carecen de finalidades preponderantemente
económicas.

Forma. El contrato por el que se constituye una asociación debe constar siempre
por escrito e inscribirse en el Registro Público (art. 2604 Código Civil Veracruz). Deben
inscribirse, asimismo, los estatutos de la asociación (art. 2606 Código Civil Veracruz).

Organización. El poder supremo de la asociación reside en la asamblea general de


asociados. Como las asambleas no pueden ejecutar por sí mismas sus propios acuerdos,
eligen, como órganos ejecutivos, a un director o directores, que tienen las facultades que
les conceden los estatutos de la asociación y la propia asamblea general (art. 2607 Código
Civil Veracruz).

Las asambleas generales se reúnen en la época fijada por los estatutos o cuando son
convocadas por la dirección. Esta debe citar a asamblea cuando sea requerida cuando
menos por el 5 % de los asociados, y si la dirección no lo hiciere, en su lugar lo hará el
juez de lo civil, a petición de dichos asociados. (art. 2608 Código Civil Veracruz).

La asamblea general debe resolver sobre las siguientes cuestiones: Admisión y


exclusión de asociados; disolución anticipada de la asociación o su prórroga por más
tiempo del fijado en los estatutos; nombramiento de director o directores cuando no
hayan sido nombrados en la escritura constitutiva; revocación de los nombramientos
hechos y demás asuntos que le encomienden los estatutos (art. 2609 Código Civil
Veracruz). Las asambleas generales sólo se ocuparan de los asuntos contenidos en la
respectiva orden del día y sus decisiones serán tomadas por mayoría de votos de los
socios presentes (art. 2610 Código Civil Veracruz).

Obligaciones y derechos de los asociados. Cada asociado tiene derecho a un voto


en las asambleas generales (art. 2611 Código Civil Veracruz); pero si el asociado o su
cónyuge o parientes dentro del segundo grado tienen un interés directo en las decisiones
que vaya a tomas la asamblea, debe abstenerse de votar (art. 2612 Código Civil
Veracruz).

Los asociados tienen derecho a separarse de la asociación previo aviso, dado con
dos meses de anticipación (art. 2613 Código Civil Veracruz); Sólo podrán ser excluidos
de la asociación por las causa que señalan los estatutos (art. 2614 Código Civil Veracruz).
En caso de separación o exclusión el asociado pierde su derecho al haber social (art. 2615
Código Civil Veracruz).
90

Los asociados tienen el derecho de vigilar que las cuotas se dediquen al fin que se
propone la asociación y con ese fin pueden examinar los libros de contabilidad y demás
papeles de ésta (art. 2616 Código Civil Veracruz).

Extinción. Las asociaciones se extinguen por consentimiento de la asamblea


general; por haber concluido el término fijado para su duración o por haber conseguido
totalmente su objeto; por haberse vuelto incapaces de realizar el fin para el que fueron
fundadas y por resolución dictada por autoridad competente (art. 2618 Código Civil
Veracruz).

Disuelta la asociación los bienes se aplican conforme a lo que determinen los


estatutos y, a falta de disposición de éstos, según lo que determine la asamblea general.
Repartido, entre los asociados, el activo social que equivalía a sus aportaciones, los
demás bienes se aplicaran a otra asociación o fundación de objeto similar a la extinguida
(art. 2619 Código Civil Veracruz).

Sociedad civil. El contrato de sociedad civil no debe confundirse con el de sociedad


mercantil; uno y otro son distintos. Las sociedades civiles, aunque tengan un fin
preponderantemente económico, no persiguen lucro; las mercantiles, por el contrario, se
crean para lucrar. El estudio de éstas últimas es materia de un curso de Derecho
Mercantil.

La sociedad es un contrato por el que los socios se obligan mutuamente a


combinar sus recursos y sus esfuerzos para la realización de un fin común, de carácter
preponderantemente económico, pero que no constituya una especulación comercial
(art.2621 Código Civil Veracruz).

Las partes toman el nombre de socios.

Elementos. Elementos de este contrato son: unión de varias personas que combinan
sus recursos y esfuerzos; persecución de un fin común y de carácter económico, que no
constituya una especulación mercantil.

La sociedad se distingue de la asociación en que ésta carece de fines


preponderantemente económicos, y la sociedad persigue, por el contrario, dichos fines.

Las sociedades civiles se distinguen, asimismo, de las sociedades mercantiles, en


que éstas buscan una especulación o lucro, en tanto que aquellas no.

Forma. El contrato de sociedad se hace por escrito; pero si algún socio transfiere a
la sociedad bienes cuya enajenación debe constar en escritura pública, entonces el
91

contrato se hará en esta última forma (art. 2623 Código Civil Veracruz). La escritura
constitutiva de la sociedad debe inscribirse en el Registro Público de Sociedades Civiles
para que produzcan efectos contra terceros (art. 2627 Código Civil Veracruz).

El contrato de sociedad debe contener: los nombres y apellidos de los otorgantes; la


razón social; el objeto de la sociedad; el importe del capital social y la aportación con la
que cada socio debe contribuir (art. 2626 Código Civil Veracruz).

La falta de forma prescrita por la ley tiene como efecto que los socios puedan
pedir, en cualquier tiempo, que se haga la liquidación de la sociedad conforme a lo
convenido o de acuerdo con lo que la ley disponga (art. 2624 Código Civil Veracruz).

Las sociedades civiles que tomen la forma de las sociedades mercantiles quedan
sujetas a la Ley de Sociedades Mercantiles (art. 2628 Código Civil Veracruz). Es nula la
sociedad en que se estipula que los provechos pertenezcan exclusivamente a alguno o
algunos de los socios y las pérdidas a otro u otros (art. 2629 Código Civil Veracruz).

Después de la razón social (nombre de la sociedad) se agregaran las palabras


“Sociedad Civil”.

Aportaciones. Las aportaciones de los socios pueden consistir en una cantidad de


dinero u otros bienes, o en trabajo. La aportación de bienes implica la transmisión de su
propiedad a la sociedad, salvo que expresamente se pacte otra cosa (art. 2622 Código
Civil Veracruz). El socio que aporta bienes esta obligado al saneamiento, para el caso de
evicción de las cosas que aporte a la sociedad (art. 2635 Código Civil Veracruz).

Obligaciones de los socios. Los socios no pueden ceder sus derechos sin el
consentimiento previo y unánime de los demás coasociados; y sin él tampoco pueden
admitirse otros nuevos socios, salvo pacto en contrario. Si no se ha pactado en el contrato
no puede obligarse a los socios a que hagan una nueva aportación. Si el aumento del
capital social es acordado por la mayoría, los socios que no estén conformes pueden
separarse de la sociedad (art. 2636 Código Civil Veracruz).

Los socios que administren deben garantizar las obligaciones sociales, subsidiaria,
solidaria e ilimitadamente; los demás socios, salvo convenio en contrario, sólo están
obligados por el valor de su aportación (art. 2637 Código Civil Veracruz). Esta
obligación implica que cada socio se constituye en fiador de los demás socios y de la
propia sociedad.
92

Ningún socio puede ser excluido de la sociedad sino por acuerdo unánime de los
demás socios y por causa grave prevista en los estatutos (art. 2640 Código Civil
Veracruz).

Organización. La voluntad de los socios que integran la sociedad se ejecuta a


través de la administración, la cual se encomienda a uno o más socios. Cuando la
administración no se limita a alguno o algunos de los socios, todos tienen derecho de
dirigir y manejar los negocios comunes y las decisiones se toman por mayoría de votos
(arts. 2652 Código Civil Veracruz).

Las facultades que no se hayan concedido a los administradores, se ejercitan por


todos los socios, resolviéndose los asuntos por mayoría de votos (art. 2646 Código Civil
Veracruz). Los compromisos contraídos por los socios administradores en nombre de la
sociedad, excediéndose de sus facultades, si no son ratificadas por ésta, sólo obligan a la
sociedad en razón con los beneficios que reciba (art. 2649 Código Civil Veracruz). El
socio o socios administradores están obligados a rendir cuentas, siempre que lo pida la
mayoría de los socios, aun cuando no sea la época fijada en el contrato (art. 2651 Código
Civil Veracruz).

Disolución y liquidación. La sociedad puede disolverse por cualquiera de las


siguientes causas: por consentimiento unánime de los socios; por haberse cumplido el
término fijado en el contrato; por la realización del fin social o por haberse vuelto
imposible la consecución del objeto de la sociedad; por muerte o incapacidad de uno de
los socios que tenga responsabilidad ilimitada, a menos que haya convenio en contrario;
por la muerte del socio industrial, si su industria ha dado nacimiento a la sociedad; por
renuncia de uno de los socios y por resolución judicial (art. 2653 Código Civil Veracruz).

Disuelta la sociedad, se procede a liquidarla. La liquidación debe practicarse dentro


de un plazo de seis meses, salvo pacto en contrario. Cuando la sociedad se ponga en
liquidación, debe agregarse a su nombre la palabra “liquidación”.

La liquidación se hace por todos los socios o bien nombrando liquidadores, si éstos
no están nombrados en la escritura social (art. 2660 Código Civil Veracruz).

La liquidación es el procedimiento que consiste en cubrir los compromisos sociales,


devolviendo sus aportaciones a los socios. Si quedaren algunos bienes, se considerarán
como utilidades y se reparten entre los socios en la forma convenida. Si no hubiere
convenio, se reparten proporcionalmente a sus aportaciones (art. 2661 Código Civil
Veracruz). Ni el capital social ni las utilidades pueden repartirse sino después de la
disolución de la sociedad y previa la liquidación respectiva, salvo pacto en contrario (art.
2662 Código Civil Veracruz). Si al liquidarse la sociedad no quedan bienes suficientes
93

para cubrir los compromisos sociales y devolver sus aportaciones a los socios, el déficit
se considera pérdida y se reparte entre los socios (art. 2663 Código Civil Veracruz).

FIANZA.

La fianza es un contrato por el cual una persona se compromete con el acreedor a


pagar por el deudor, si éste no lo hace (art. 2727 Código Civil Veracruz).

Las partes que intervienen en este contrato son: el acreedor; el deudor, que toma el
nombre de fiado, y el fiador, o sea la persona que se compromete a pagar por el deudor si
éste no lo hace. Ejemplo: Luís debe a Pedro la cantidad de $ 3,000.00 que éste le prestó;
para garantizar el cumplimiento de su obligación, Luís le ofrece a Pedro una fianza que
otorga Antonio; este último toma el nombre de fiador.

Caracteres de la fianza. La fianza es un contrato accesorio, que implica una


obligación personal y limitada a garantizar toda la obligación principal o parte de ella.

La fianza no puede existir sin una obligación principal a la que garantice: por eso se
dice que este contrato es accesorio, el fiador responde perfectamente por las obligaciones
del deudor con su propio patrimonio; por eso se dice que la fianza es personal. El fiador
puede obligarse a menos y no a más que el deudor principal. Si se obliga a más se
reducirá su obligación a los límites de la del deudor (art. 2732 Código Civil Veracruz).
Esto le da a la fianza su carácter de contrato limitado.

Capacidad. La ley exige que los fiadores sean personas capaces y tengan bienes
suficientes para responder de la obligación que garantizan (art. 2735 Código Civil
Veracruz).

Especies de fianzas. La fianza puede ser legal, judicial, gratuita o a título oneroso
(art. 2728 Código Civil Veracruz).

La fianza legal es la que se constituye porque la ley lo ordena; por ejemplo: la que
están obligados a otorgar los tutores para caucionar su manejo. El fiador que deba dar
fianza por mandato de la ley o por disposición judicial, excepto si se trata de Instituciones
de Crédito, debe tener bienes raíces inscritos en el Registro de la Propiedad (art. 2783
Código Civil Veracruz).

La fianza judicial es la decretada por el juez.


94

La convencional es la que se pacta entre las partes independientemente del juez o la


ley. Ejemplo: Luís presta $ 1,000.00 a Fernando, y Fernando se obliga con Luís a darle
un fiador que responda por el pago de los $ 1,000.00.

La fianza es generalmente gratuita; es decir, el fiador no percibe, a cambio de la


obligación que asume, ninguna remuneración; pero puede pactarse que ala fianza sea
onerosa; esto ocurre principalmente tratándose de fianza otorgadas por compañías
dedicadas a esta clase de operaciones.

Obligaciones que pueden garantizarse con la fianza. Toda especie de


obligaciones pueden garantizarse en esta forma, siempre que sean lícitas. La fianza
garantiza tanto las obligaciones de dar como las de hacer.

Aunque la fianza es un contrato accesorio no es necesario que exista, al


constituirse, la obligación principal, ya que puede prestarse fianza en garantía de deudas
futuras, cuyo importe no se aún conocido; pero no se podrá reclamar contra el fiador
hasta que la deuda se precise (art.2731 Código Civil Veracruz). La fianza puede también
constituir no sólo a favor del deudor principal sino en el del fiador, ya sea que uno u otro,
en su respectivo caso, consientan en la garantía, ya sea que ala ignoren o la contradigan
(art. 2729 Código Civil Veracruz).

Relaciones del fiador con el acreedor. El fiador a quien se exija el pago tiene
derecho a oponer todas las excepciones que sean inherentes a la obligación principal, mas
no las que sean personales del deudor (art. 2745 Código Civil Veracruz). El fiador goza
del beneficio de orden; este consiste en que aquel no puede ser obligado a pagar, al
acreedor, sin que previamente se haya demandado el cumplimiento de la obligación al
deudor (art. 2747 Código Civil Veracruz). Sin embargo, este beneficio puede ser
renunciado por el fiador y entonces el acreedor puede demandar, en primer término al
fiador o conjuntamente al deudor principal y al fiador (art. 2755 Código Civil Veracruz).

La ley concede, asimismo, al fiador el beneficio de excusión; éste consiste en que el


fiador no puede ser obligado a pagar si antes no se ha aplicado el valor libre de los bienes
del deudor al pago de la obligación, que quedará extinguida o reducida a la parte que no
se ha cubierto (art. 2748 Código Civil Veracruz).

Si el fiador ha renunciado a los beneficios de orden y excusión puede ser


demandado directamente por el acreedor.

Como tercer beneficio debe citarse el de división, que consiste en que cuando son
varios los fiadores de un solo deudor por una sola deuda, no responda cada uno de ellos
95

por la totalidad de aquella, sino que se divida, pagando cada fiador una parte de la deuda.
(art. 2770 Código Civil Veracruz).

Relaciones del fiador con el deudor. El fiador que paga debe ser indemnizado por
el deudor, aunque éste no haya prestado su consentimiento para la constitución de la
fianza (art. 2761 Código Civil Veracruz). La indemnización debe comprender: el pago de
la deuda principal; los intereses respectivos; los gastos que haya hecho el fiador y los
daños perjuicios que haya sufrido por causa del deudor (art. 2762 Código Civil
Veracruz). El fiador que paga se subroga en todos los derechos que el acreedor tenía
contra el deudor (art. 2763 Código Civil Veracruz).

Relaciones de los fiadores entre sí. Cuando son dos o más los fiadores de un
mismo deudor y por una misma deuda, el que de ellos haya pagado podrá reclamar de
cada uno de los otros la parte que proporcionalmente le corresponda satisfacer (art. 2770
Código Civil Veracruz). Si alguien fía a un fiador será responsable para los otros fiadores
en los términos de éste (art. 2774 Código Civil Veracruz).

Cuando hay varios fiadores toman el nombre de cofiadores.

Extinción de la fianza. Como la fianza es un contrato accesorio se extingue al


mismo tiempo y por las mismas causas que ala obligación principal (art. 2775 Código
Civil Veracruz). La fianza se extingue, asimismo, porque el acreedor conceda al deudor
una prórroga o espera sin consentimiento del fiador (art. 2779 Código Civil Veracruz).

La reducción de la obligación principal extingue la fianza en la misma proporción


(art. 2780 Código Civil Veracruz).

Cuando el fiador se ha obligado por tiempo indeterminado, se extingue su


obligación si el acreedor no exige judicialmente al deudor el cumplimiento de la
obligación principal dentro del mes siguiente a la expiración del plazo. También se
extingue la fianza cuando el acreedor, sin causa justificada, deje de promover por más de
tres meses, en juicio entablado contra el deudor (art. 2781 Código Civil Veracruz).

La fianza otorgada por tiempo indeterminado se extingue si el acreedor, dentro de


un mes de vencida la obligación no promueve judicialmente el cumplimiento de la misma
(art. 2782 Código Civil Veracruz).

PRENDA.
96

La prenda es un derecho real (contrato) constituido sobre un bien mueble


enajenable para garantizar el cumplimiento de una obligación y su preferencia en el
pago (art. 2789 Código Civil Veracruz).

En ocasiones este derecho se constituye no como con secuencia de un contrato, sino


por mandato de la ley, para asegurar el cumplimiento de una obligación, como es el caso
de un tutor que garantizara con prenda el cumplimiento de sus obligaciones.

Las partes que intervienen en este contrato se llaman acreedor y deudor prendario
o pignoraticio.

Caracteres de la prenda. Es un contrato que da nacimiento a un derecho real;


recae sobre bienes muebles enajenables; es accesorio e indivisible, y tiene por objeto
garantizar una obligación y su preferencia en el pago.

Formalidades. Dos son las formalidades que exige la ley para la existencia de este
contrato: la entrega de la prenda y la escritura.

La entrega de la prenda puede hacerse real o jurídicamente (art. 2791 Código Civil
Veracruz). La prenda se entiende entregada jurídicamente cuando el, acreedor y el deudor
convienen en que quede en poder de un tercero, o bien cuando quede en poder del mismo
deudor, porque así lo haya estipulado con el acreedor o expresamente lo autorice la ley.
En estos dos últimos casos, para que el contrato de prenda produzca efectos contra
tercero, debe inscribirse en el Registro Público. El deudor puede usar de la prenda que
quede en su poder en los términos que convengan las partes (art. 2792 Código Civil
Veracruz).

El contrato de prenda debe constar por escrito. Si se otorga en documento privado


se formarán dos ejemplares, uno para cada contratante (art. 2793 Código Civil Veracruz).

Cosas que pueden darse en prenda. Pueden darse en prenda tanto los bienes
muebles que pueden ser enajenados (art. 2790 Código Civil Veracruz), como los frutos
pendientes que pueden ser recogido en tiempo determinado. Ejemplo: los frutos de los
arboles o de las plantas.

Cuando debe darse en prenda. La prenda puede darse para garantizar


obligaciones presentes, aun sin consentimiento del deudor (art. 2800 Código Civil
Veracruz) y para garantizar obligaciones futuras (art. 2803 Código Civil Veracruz).

Derechos y obligaciones del acreedor prendario. El acreedor adquiere, en virtud


del contrato de prenda, los siguientes derechos: ser pagado de su deuda con el precio de
97

la cosa empeñada; recobrar la prenda de cualquier detentador, sin exceptuar al mismo


deudor; ser indemnizado de los gastos que hiciere para recuperar la cosa empeñada. A no
ser que use de ella por convenio; exigir del deudor otra prenda o el pago de la deuda, aun
antes del plazo convenido, si la cosa empeñada se pierde o deteriora sin su culpa (art.
2806 Código Civil Veracruz).

Si el acreedor es turbado en la posesión de la prenda debe avisarlo al dueño para


que la defienda, y si éste, no cumpliere con ésta obligación, será responsable de todos los
daños y perjuicios (art. 2807 Código Civil Veracruz). En resumen, puede decirse que el
acreedor tiene los derechos de quien es titular de un derecho real: preferencia y
persecución.

Obligaciones del acreedor prendario. Las obligaciones del acreedor prendario


son: Conservar la cosa empeñada como si fuera propia, responder de los deterioros y
perjuicios que sufre por su culpa o negligencia y restituí la prenda luego que estén
pagados íntegramente la deuda, sus intereses y los gastos de conservación de la cosa, si se
han estipulado los primeros y hecho los segundos (art. 2809 Código Civil Veracruz).

Si el acreedor abusa de la cosa empeñada, el deudor puede exigir que ésta se


deposite o que aquel de fianza de restituirla en el estado en que la recibió (art. 2810
Código Civil Veracruz). El acreedor abusa de la cosa empeñada cuando usa de ella sin
estar autorizado por convenio, o cuando estándolo, la deteriora o aplica a objeto diverso
de aquel a que está destinada (art. 2811 Código Civil Veracruz).

Extinción de la prenda. Se extingue cuando termina la obligación principal. La


extinción puede ocurrir por el pago o cualquiera otra causa legal (art. 2824 Código Civil
Veracruz). La prenda, sin embargo, puede extinguirse subsistiendo la obligación
principal. Por Ejemplo: cuando el acreedor renuncie a su derecho de prenda, o ésta se
pierda.

HIPOTECA.

La hipoteca es una garantía real constituida sobre bienes que no se entregan al


acreedor, y que da derecho a éste, en caso de incumplimiento de la obligación
garantizada, a ser pagado con el valor de los bienes, en el grado de preferencia
establecido por ala ley (art. 2826 Código Civil Veracruz).

Caracteres de la hipoteca. La hipoteca es un derecho real, que indistintamente


recae sobre bienes muebles o inmuebles cuya tenencia siempre conserva el deudor;
accesorio; y de naturaleza indivisible.
98

Como derecho real siempre afecta al bien que se hipoteca sin privar al dueño de la
posesión del mismo, produciendo las consecuencias de todo derecho real, el derecho de
persecución y el de preferencia. Los bienes hipotecados quedan sujetos al gravamen
impuesto, aunque pasen a poder de tercero (art. 2827 Código Civil Veracruz).

La hipoteca recae sobre bienes muebles como inmuebles, en nuestra legislación


civil anterior a la vigente, la hipoteca sólo podía constituirse sobre inmuebles.

Los bienes materia de este contrato siempre quedan en poder del deudor, a
diferencia del contrato de prenda en el que los bienes pasan a poder de acreedor.

La existencia de la hipoteca implica la de una obligación principal a la cual


garantice y de la cual se accesoria. Sin embargo, puede ocurrir que la hipoteca exista
separada de la obligación principal, como sucede cuando se constituye para la seguridad
de una obligación futura o sujeta a condición suspensiva inscrita en el Registro Público.
A primera vista, parece que mientras no existe la obligación principal no puede existir la
hipoteca; sin embargo, la ley permite que se constituya aun antes de nacer la obligación
principal: Ejemplo: Pedro pide prestados $ 10,000.00 a Juan para la construcción de una
casa; Juan presta a Pedro la mitad y convienen en que entregará la otra mitad cuando la
casa esté levantada y sólo falte decorarla. En éste supuesto, como no sería costeable hacer
dos contratos de préstamo con garantía hipotecaria, se constituye desde un principio la
hipoteca para garantizar el pago de los $ 10,000.00, haciendo por consiguiente, la
hipoteca antes de la obligación total que garantiza.

Se dice que la obligación es indivisible, en virtud de que el bien, en su totalidad y


en cada una de sus partes, responde por el pago total de la deuda y cada una de sus
fracciones. Este carácter de la hipoteca tiene las siguientes consecuencias: a) si la finca
está asegurada y se destruye por incendio u otro caso fortuito, subsiste la hipoteca en los
restos de la finca, y además el valor del seguro que afecto al pago (art. 2843 Código Civil
Veracruz; b) la hipoteca subsistirá íntegra aunque se reduzca la obligación garantizada y
grave cualquier parte de los bienes hipotecados que se conserven, aunque parte de los
bienes hubiere desaparecido (art. 2844 Código Civil Veracruz); c) si varias fincas se
hipotecan para la seguridad de un crédito es forzoso determinar porque porción del
crédito responde cada finca, y puede cada una de ellas ser redimida del gravamen,
pagando la parte de crédito que garantiza (art. 2845 Código Civil Veracruz).

Las partes que intervienen en este contrato se denominan: acreedor y deudor


hipotecarios. El primero es la persona a favor de quien se constituye la hipoteca, y el
segundo quien la constituye.
99

Forma. La forma del contrato hipotecario difiere según la cuantía del mismo.
Cuando el Crédito hipotecario exceda de $ 1.000.00 la hipoteca debe otorgarse en
escritura pública. Cuando no excede de esa cantidad, puede otorgarse en escritura
privada, ante dos testigos, y de la cual se harán tantos ejemplares como sean las partes
contratantes (art. 2850 Código Civil Veracruz).La hipoteca puede otorgarse sin necesidad
de solemnidades mediante documentos pagaderos a la orden de su dueño o al portador.
Estos documentos se trasmiten por endoso en el primer caso, y por la simple entrega en el
segundo.

Para que la hipoteca produzca efectos contra tercero es necesario inscribirla en el


Registro Publico (art. 2852 Código Civil Veracruz).

Bienes que pueden hipotecarse. Ya hemos dicho que la hipoteca recae


indistintamente sobre bienes muebles e inmuebles, aunque lo normal es que recaiga sobre
inmuebles. Sólo los bienes que pueden enajenarse pueden ser hipotecados (art. 2839
Código Civil Veracruz). Pueden hipotecarse los frutos y rentas, siempre que se hipoteque
el inmueble que los produzca; los inmuebles por destino, siempre y cuando se hipoteque
el predio al que sirven como adorno o complemento; las servidumbres, siempre que se
hipotequen juntamente con el predio dominante; pueden también ser hipotecados los
bienes que ya lo estén anteriormente, aunque se hubiere pactado no volverlos a hipotecar
(art. 2834 Código Civil Veracruz). El usufructo puede, asimismo, hipotecarse (art. 2836
Código Civil Veracruz).

Capacidad. Sólo puede hipotecar el que puede enajenar, y ya hemos dicho que sólo
pueden enajenar las personas capaces y a quienes la ley no prohíba realizar actos de esta
especie.

Especies de hipotecas. Las hipotecas son voluntarias o necesarias. Son hipotecas


voluntarias las convenidas entre las partes o impuestas por disposición del dueño de los
bienes sobre que se constituyan (art. 2853 Código Civil Veracruz). Son necesarias las
hipotecas las hipotecas especiales y expresas que por disposición de la ley están
obligadas a constituir ciertas personas para asegurar los bienes que administran, o para
garantizar los créditos de determinados acreedores (art. 2864 Código Civil Veracruz).
Como ejemplo de ésta últimas hipotecas señalaremos las que están obligados a constituir
los tutores para asegurar el manejo de los bienes del pupilo a su cargo, y la que constituye
el comprador a favor del vendedor sobre el inmueble vendido, para garantizar el precio
que el propio comprador quede adeudando al vendedor.

Extinción de las hipotecas. La hipoteca se extingue juntamente con la obligación


principal que garantiza, durante todo el tiempo que aquella subsista; pero si la obligación
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principal no tuviere término para su vencimiento, la hipoteca no podrá durar más de diez
años (art. 2860 Código Civil Veracruz).

Mientras no se cancele la inscripción que de la hipoteca se hizo en el Registro


Publico, ésta sigue produciendo todos sus efectos jurídicos contra terceros (art. 2873
Código Civil Veracruz).

La hipoteca puede extinguirse, además, cuando se extinga el bien hipotecado;


cuando se extinga la obligación a la que sirvió de garantía; cuando se resuelva o extinga
el derecho del deudor sobre el bien hipotecado; por expropiación del bien por causa de
utilidad pública; por remate judicial de la finca hipotecada; por remisión del acreedor y
por prescripción de la acción hipotecaria (art. 2874 Código Civil Veracruz).

El Derecho Constitucional.

Concepto.

Dos principios informan, justifican y fundamentan la existencia de todo orden


constitucional: el de libertad del que gozan los particulares y el de autoridad del que están
investidos los gobernantes. En todas las la s expresiones del hombre en la sociedad, del
hombre en su convivencia con otros hombres, encontramos la presencia de dos grandes
grupos, el de los gobernantes y de los gobernados. Desde la rudimentaria organización de
la horda primitiva ya se manifestaba, de someterse voluntariamente a los mandatos de
una o varias personas por ellos mismos designadas y ya se manifestaban también la
invasión del campo de la libertar de los particulares por actos de las autoridades y
viceversa. Principio de libertad y principio de autoridad, fueron son, y serán, permanentes
compañeros del hombre en su vida en sociedad.

Los particulares pueden hacer todo aquello que no este prohibido o que este
ordenado, y deben dejar de hacer lo que este prohibido. El ejerció de su libertad es
relativamente ilimitado; la autoridad es cambio; solo puede hacer lo que le esta
específicamente autorizado en la esfera de competencia por la ley; el poder demandado
esta limitado en principio.

El equilibrio entre estas dos fuerzas, es la realización del orden jurídico perfecto y
medio para su logro, es sin duda el régimen constitucional. El abuso inmoderado de la
autoridad puede degenerar en despotismo y el abuso en el ejercicio de la libertad, puede a
su vez degenerar en anarquía.

Todo orden constitucional precisa del reconocimiento de la libertad del hombre y de


la reglamentación del poder de mandato de los gobernantes. Para la realización de aquel
101

y ante su posible violación por parte de las autoridades, es necesario es establecimiento


de un sistema de protección de ese catálogo de libertad; y para la realización de
competencias que precisen y delimiten las facultades otorgadas a la autoridad.

La doctrina, al referirse el Derecho Constitucional y a su objeto a estudio, que es la


Constitución, nos la ha presentado como base fundamental en la que se descansa la
arquitectura del orden jurídico de un estado. Nos ha dicho también que es la norma de
normas, la ley fundamental de un estado, cimiento del edificio que constituye su
organización jurídica.

Nuestro concepto es distinto. Para nosotros el derecho Constitucional es in árbol


que hinca sus raíces en tierra que representa al pueblo en su historia, en sus necesidades y
en sus aspiraciones y de ella extrae la savia que lo alimenta. De su tronco surgen ramas
primarias que constituyen las leyes ordinarias, ramas que constituyen las leyes
ordinarias, ramillas que contienen las leyes secundarias y de las, hojas que representan
los reglamentos, decretos, etc. El derecho Constitucional no es un material estadístico es
dinámico, se transforma de acuerdo con las necesidades del pueblo, cuya satisfacción es
la justificación de su existencia.

Por su propia naturaleza, el Derecho Constitucional de los pueblos es parte de la


expresión y reconocimientos de sus conquistas, de sus anhelos, de sus aspiraciones
realizadas. El derecho Constitucional es, en efecto, el alimento jurídico de un pueblo, la
expresión mas lata de su dignidad cívica, el complejo mas intimo de su historia.

Cada nación tiene singular expresión de su orden constitucional y seria estéril


presentación tratar de encontrar una concepción universal aplicable a todo orden
jurídico. Nos limitadores al ámbito del nuestro propio, del orden constitucional
mexicano.

LA CONSTITUCION .CONCEPTO.

Entendemos por Constitución, siguiendo también en este aspecto los conceptos del
doctor Tena Ramírez “la ley suprema del país, que expedida por el constituyente en
ejercicio de la soberanía, tiene por objeto organizar los poderes públicos
circunscribiéndolos en la esfera de competencia y proteger frente aquellos, ciertos
derechos del hombre”.

Este concepto de Constitución, de un orden jurídico que al organizar al estado y


reconocer determinados derechos del hombre, establece un sistema de protección a esos
derechos, es de resiente aparición y propio de los estados modernos. Ninguno de los
grandes estados de la antigüedad conoció un orden como el contenido en las
102

constituciones modernas. En Grecia se entendía por constitución el conjunto de


principios jurídicos que designaban a los órganos supremos del estado, los modos de
creación, la relación entre esto y su situación respecto al Estado. Aristóteles la entendía
como la ordenación de los poderes del estado. Los romanos, en una concepción similar,
entendían por Constitución las normas jurídicas destinadas a estructurar al estado, sus
órganos y las funciones que a estos correspondían. No hubo en las legislaciones de la
Grecia y de la roma antiguas, ningún principio normativo que protegía la libertad
individual.

En la edad Media, cuando el príncipe, el rey, o el señor feudal otorgaron privilegios


a ciertas comunidades humanas, asomaba ya un principio, aun cuando imperfecto, de la
concepción moderna de Constitución, se trata del derecho cartulario que abarca el
aspecto de determinadas libertades o privilegios con la característica, muy valiosa como
herencia para el derecho moderno, de haber sido contenidas en forma de cartas, alas que
por estar escritas, se les daba un carácter mas o menos permanente.

Un gran pasó hacia el moderno orden Constitucional, fue la participación del


concepto de la ley fundamental, ala que se proveyó de una fuerza superior a las restantes
y superior también al propio rey, constituir una limitación a su poder. La ley fundamental
tenía una jerarquía superior a las de las ordinarias y no podía tocarse tan fácilmente
como estas.

La constitución moderna, aparece cuando los Estados de la Unión Norteamericana


adopta su propia Constitución con el antecedente muy directo de las cartas de
privilegios le rey de Inglaterra, que nace con la idea del impacto social y contiene ya una
declaración de derechos, paralela a un catálogo de libertades humanas y a una serie de
limitaciones puestas en beneficio de los hombres frente al Estado.
LAS CONTITUCIONES DESDE EL PUNTO DE VISTA JURIDICO, SE CLASIFICA EN CUATRO
GRANDES GRUPOS:

CONSTITUCIONES ESCRITAS: Las que están codificadas en un solo documento en el que


se inserta su contenido en una forma ordenada y sistemática.
CONSTITUCIONES CONSUETUDINARIAS: Las que emanan d el acostumbre y su articulado
no esta sistemáticamente ordenado ni dividido por capítulos, correspondientes cada uno
de ellos a una materia, sin que lo anterior quiera decir que no estén en manera alguna
expresadas en forma escrita. La constitución inglesa, es ejemplo clásico de estas y lo
que le otorga su carácter de consuetudinaria, es la carencia de un documento único en el
cual se encuentren plasmados los principios de la estructuración fundamental del Estado.
103

CONSTITUCION RIGIDA: Las que para su reforma o adición precisa de un órgano


especial distintos al legislativo ordinario y de un procedimiento también especial, distinto
al empleado anormalmente para el proceso legislativo ordinario.

CONTITUCION FLEXIBLE: Es la que par su modificación, al contrario de la anterior, no


precisa ni de órganos especial ni de un procedimiento especial. El parlamento de la
Legislacion inglesa, órganos legislativos ordinarios, esta facultado para modificar la
constitución

Nuestra constitución actualmente en vigor forma parte del grupo de las escritas y
de las regidas. Lo primero, por que esta contenida en un código único separado por
capítulos y los capítulos por materia; su articulado esta sistemáticamente ordenado, en
cada capitulo corresponde el contenido de una materia. La forman nueve apartados que
respectivamente se refieren: El primero alas garantías individuales a los mexicanos, a
los ciudadanos y a los extranjeros el segundo que trata de Soberanía Nacional, de la
forma de gobierno y de las partes integrantes de la federación y del territorio nacional, el
Tercero que se refiere ala división de poderes y ala normas que requieren a cada uno de
estos; el Cuarto, relativo ala alas responsabilidades de3 los funcionarios públicos, el
Quito a los estados de federación, el Sexto, normativo del trabajo y la previsión social, el
Séptimo a prevenciones generales, el Octavo a la Reforma Constitucional y el Noveno a
la Inviolabilidad de la Constitución. Es regida por que al admitir su modificación,
establece a demás el órgano u órganos facultados para ello que son distintos al órgano
legislativo ordinario. La función legislativa, ordinariamente corresponde al congreso de la
unión en la materia federal y alas legislaturas de los estados en la materia común, para
poder modificar la constitución de acuerdo su articulo 135 se precisa la concurrencia en
el proceso legislativo, tanto el congreso de la unión como las legislaturas de los estados.

El espíritu de nuestro Legislador Constituyente, al impactar el anterior sistema,


pretendiendo apartarlo de la sencillez que para su elaboración tiene el proceso legislativo
ordinario, sin embargo, no obstante lo anterior, nuestra constitución teniendo mas de 310
reformas.

La Constitución en vigor:

a) Su estructura

Nuestra actual Constitución Política, firmada en la cuidad de Querétaro el 31 de


enero de 1917, promulgada el 5 de febrero de ese año y en vigor a partir del primero de
mayo siguiente, como todas las constituciones escritas y rígidas, consta principalmente
de dos partes, la dogmática y la orgánica.
104

La parte dogmática esta contenida en sus 20 primaros artículos, que plasman en


sus normas los derechos de la persona tanto física como moral, a manera de protegerla
tanto en su aspecto individual como en su carácter de integrante de un grupo social.

El reconocimiento de estos derechos y su protección ha sido motivo de inquietante


interés, desde el cura Hidalgo. Rayón, Morelos y todas nuestras legislaciones, pero fue
hasta la Constitución de 1857 cuando se reconocieron en una forma sistemática y
ordenada. La constitución Federalista de 1824, sin contener un capitulo especial a este
respeto, bajo el rubro de “Reglas Generales a que se sujetará en todos los Estados la
Administración de la Justicia”, reconocía ciertos derechos del hombre y de la persona,
con su correlativa “limitación” a las autoridades para el respeto de aquellos, la
prohibición de aplicar penas transcendentes, la confiscación de bienes y la no
retroactividades par el respeto de la ley, son ejemplos de lo anterior; fue en la
Constitución política de 1857 en donde sistemática y ordenadamente aparecen
reconocidos en capitulo especial los derechos del hombre, inspirados en el
Constitucionalismo anglosajón y en el individualismo liberal francés, al declarar: El
pueblo mexicano reconoce que los derechos del hombre son la base y el objeto de las
instituciones sociales.

Los derechos del hombre, reconocidos por nuestra constitución en vigor, podemos
clasificarlos en cuatro grupos:

A) De igualdad. Este principio está reconocido en el articulo primero que se refiere


al otorgamiento del goce de los derechos ahí consagrados, a todas las personas físicas o
morales, el 2 que prohíbe las clases sociales y en particular la esclavitud, el 12 que
condena la concesión de títulos de nobleza, prerrogativas y honores hereditarios, y el 13,
que se refiere a la supresión de leyes privativas, tribunales especiales y fueros.

B) De libertad. Reconocidos en los artículos 3, referente a la educación publica, 4 a


la igualdad del hombre y de la mujer, frete a la ley, 5 al trabajo, el 6 a la libre expresión
de las ideas, el 7, a la libertad de imprenta, el 8, al derecho de petición, el 9, al derecho de
libre asociación, el 10, a la portación, de armas, el 11, a la estancia y traslación, el 24, al
culto religioso, el 25 a la actual economía nacional y el 28, ala prohibición de los
monopolios, al comercio y a la industria.

C) De propiedad. En este grupo se localiza el artículo 27 en sus diversas


expresiones: limitación del poder publico frente a los intereses patrimoniales del hombre,
concepto de pequeña propiedad, el patrimonio de la familia y el derecho de
indemnización en caso de expropiación.
105

D) De la seguridad publica. El articulo 14, que prohíbe la retroactividad de las


leyes, otorga el derecho de audiencia y la exacta aplicación de la ley en materias penal y
civil, el 15 que norma las disposiciones relativas a la extradición, el 16, que reconoce el
respeto a los derechos protectores de la persona, de la familia, del domicilio, etc., el 17,
referido a las deudas civiles, a la forma de impartir justicia y al carácter gratuito de ella,
los artículos 18, 19, 20, 21 y 23, que otorgan derechos a los procesados en el orden
criminal y a los reos sentenciados, y el 22, que prohíbe terminadas penas, el 26 referido a
las normas relativas a suspensión de garantías.

La otra parte, la orgánica, se refiere a l estructura del Estado a la organización de


las autoridades que lo componen ya la competencia que a cada una de ellas corresponde.
En nuestra constitución, su Titulo Tercero cumple tal cometido. De su artículo 39 al 107,
norma la organización y competencia de los Poderes Federales que completa con su
Titulo Cuarto, referido a la responsabilidad de los funcionarios públicos.

La supremacía y la rigidez de la Constitución dan garantía de conservación a los


artículos que la forman y los protege respecto a las autoridades ordinarias con las
formalidades que la propia constitución establece para su reforma o adición. Por estas
razones incluye en su texto algunos artículos que por su contenido no corresponde ni a la
parte orgánica ni a la dogmática; el 27, el 128 y el 130, que son triunfos de partido, son
ejemplos de ello.

La nacionalidad, la ciudadanía y la extranjería, normadas por los capítulos II, III, Y


IV del Titulo Primero, fueron incluidos en la Constitución por su importancia nacional.

El Titilo Quinto señala determinadas prohibiciones o imponen ciertas obligaciones


de hacer a los Estados miembros del a Federación. Con estos preceptos y con el
Capitulo Geográfico, completa nuestra legislación constitucional la organización del
sistema federal adoptado como forma de gobierno.

Por ultimo, en sus artículos 39, 40, 41, 133, 135, y 136, que se refiere
respectivamente a la soberanía popular a, la forma de gobierno, a la supremacía de la
constitución, a la manera de su reforma y a su inviolabilidad, establece la normatividad
de su superestructura constitucional.

b) Sus antecedentes históricos- políticos y su legalidad.

El 5 de febrero de 1917, en Querétaro, fue promulgada la constitución actualmente


en vigor. Esta constitución, ahora respetada por las autoridades e invocada por los
particulares para protección de sus derechos, no siempre fue reconocida por todos. Al
entra en vigor, se alegaron diversas razones para impugnar su legalidad: que nació
106

violando el derecho que consagraba la constitución del 57; que al congreso,


constituyente Que le dio el nacimiento, sólo se permitió el acceso representantes de la
facción carrancista, y por ultimo, que no se respetó el texto del plan de Guadalupe que
pugnaba por establecer la vigencia de la Constitución del cincuenta y seis y no por
derogarla o abrogarla.

De los tres argumentos que hemos enunciado, el primero es el que reviste mayor
importancia.

La constitución de 1857 establecía en su articulo 128 el principio de su


inviolabilidad, la que no admitía ni por medio pacifico ni por medio violento. Decía el
precepto: Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna
rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público
se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como
el pueblo recobre su libertad se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las
leyes que se su virtud se hubieran expedido, serán juzgados, así las que hubieran
figurado en el gobierno emanado de la rebelión como los que hubieran cooperado a
esta.

Si la constitución de 1857 en el referido articulo establecía el principio de su


inviolabilidad y si la de 1917, que establecía el principio de su inviolabilidad y si la de
1917, que la reemplazó nació violando el referido precepto, nos toca analizar la validez o
invalidez que tenga esta Constitución.

Desde luego, no puede existir una fundamentación jurídica al derecho a la


Revolución, luego no es de admitir que el acto revolucionario que le dio nacimiento
pudiera hacer teniendo una fundamentación jurídica. Analicemos los hechos que dieron
nacimiento a esta Constitución, para tratar de encontrar, si no el fundamento jurídico de
este movimiento, que no lo tiene, si su fundamentación moral, a cuyo efecto
seguiremos también muy de cerca los conceptos claros y analíticos del maestro Tena
Ramírez.

En el año de 1913 se gesto un movimiento armado en contra del gobierno


legítimamente establecido de don Francisco I. Madero. Esta rebelión, conocida como el
“Cuartelazo de la ciudadela”, fue secundada a pocos días de iniciada en la capital de la
Republica, por el general Victoriano Huerta, entonces jefe de las fuerzas leales a Madero.
Lo traiciono y posteriormente la mando aprehender en unión de su vicepresidente, don
José Maria Pino Suárez, para luego obligarlos a renunciar. Madero fue sustituido en su
cargo de presidente, de acuerdo con lo establecido por la constitución del cincuenta y
siete, por el Secretario de Relaciones quien designo para ocupar esta ultima vacante a
victoriano Huerta y después renunció a la presidencia para que fuera ocupada por el
107

propio Victoriano Huerta. Tal farsa fue secundada por casi todos los legisladores al
congreso y por casi todos los gobernadores, quienes ocultaron en su silencio y en su
indiferencia, la protesta que debieron hacer elevando por tal acto legal .pero inmortal.

Huerta asumía la presidencia de la Republica con una investidura que


constitucionalmente debía considerarse normal, de tal manera que no podemos llamar a
su gobierno un gobierno de usurpación, llego al cargo de presidente de la Republica
agotando el frío procedimiento jurídico, pero violando el más elemental principio de
moral. Sus actos fueron jurídicamente correctos, pero incorrectos en función a la moral.
Hacia nacer la justificación moral a la revolución.

Con el doctor Tena Ramírez, entendemos por revolución, la modificación violenta


de los fundamentos constitucionales de un Estado. El movimiento iniciado por
Venusiano Carraza, en un principio enarboló el estandarte de la constitucionalidad. No
pensó en modificar, ni mucho menos en abrogar la constitución de 1857. Su propósito
era restaurar su vigencia, razón por la que adopto el nombre de constitucionalista. Mas
tarde rectificaba su camino y al lograr en Querétaro la expedición de la constitución
de1917, culminaba su movimiento en una verdadera y auténtica revolución.

El movimiento de Venusiano Carranza entabla una lucha con la ley que había
sabido con habilidad encubrir una traición, pero no servia para satisfacer las necesidades
sociales del pueblo Mexicano, que capto el fondo inmortal de la maniobra y tuvo que
colocarse en la disyuntiva de resignarse a la inmortalidad o de violar el derecho positivo
en función de la moral, haciendo nacer así el derecho moral de la revolución.

Con el triunfo del movimiento de Carranza y la expedición de la Constitución de


1917, se derogó el derecho que ya no era aplicable a las necesidades político-sociales del
pueblo. Se dio nacimiento a un nuevo orden jurídico que se iniciaba con la promulgación
de la Constitución de 1917.

Hasta antes de organizarse constitucionalmente el movimiento revolucionario,


desde el punto de vista jurídico no era otra cosa que la permanente violación a un derecho
existente. Al expedirse la nueva Constitución, efectivamente nacía viciada, nacía
violando ese derecho positivo contenido en la Constitución que derogaba.

A partir de entonces, se iniciaba una etapa diversa a las anteriores, en la que una
fuerza de hecho, la revolución triunfante, gobernaba bajo normas de derecho.

Lo correcto habría sido que la revolución organizada hubiera propuesto al pueblo la


sumisión a la forma de derecho que había confeccionado y la expusiera a su crítica y
aceptación. Pero esto no acontecería: la revolución triunfante se había dividido en varias
108

fracciones, de las cuales la carrancista, que fue la que reunió al constituyente se


encontraba en situación de desventaja respecto a las otras y no podía arriesgar el triunfo
logrado en la lucha armada por medio de los comicios. De este modo la Constitución de
1917 en principio fue una Constitución impuesta. Ni en el año que se creó ni en los que
siguieron inmediatamente, se expuso a la crítica y aceptación del pueblo libremente
considerado.

Más tarde cuando la paz volvía al país, la vigencia de la Constitución no fue


discutida por nadie, su legalidad y sus principios han sido y son aceptados por un pueblo
libre e invocados por todos para justificar o impugnar los actos de los gobernantes. El
pueblo a través del tiempo, ha hecho suya la Constitución. De originalmente impuesta,
pasó a ser ratificada tácitamente.

c) Su supremacía.

Entendida la Constitución como el conjunto de normas que expresan directa e


indirectamente las aspiraciones y tendencias del pueblo, original titular de la soberanía,
debe tener una característica que la coloque por sí, ante sí, frente a los hombres y frente a
los gobernantes, en un plano de superioridad. La Constitución es la ley suprema del país,
y como tal garantiza su seguridad y respetabilidad que le es debida. La Constitución
como ley fundamental, es superior a toda la legislación de un Estado. Sobre ella o contra
ella, no puede subsistir ni ley, ni acto de autoridad o de particulares.

La supremacía de nuestra Constitución está determinada por dos circunstancias; que


el poder constituyente de donde emanó es diferente a los poderes constituidos y que
rígida.

En efecto, el poder constituyente, órgano de donde emanó la Constitución y los


poderes constituidos, autoridades creadas por aquél, están perfectamente diferenciados
cronológicamente y por sus funciones. El poder constituyente precede en cuanto al
tiempo a los poderes constituidos; éstos existen cuando aquél desparece. Sus funciones
también están claramente diferenciadas: el poder constituyente sólo expide la ley, la
Constitución, pero no gobierna. Crea los poderes constituidos, hecho lo cual desaparece.
Los poderes constituidos, órganos creados por aquél, no tienen por sí facultades para
alterar, crear o modificar el texto Constitucional. Sus funciones sólo son de gobierno.

La rigidez de la Constitución es otro facto determinante de su supremacía; gracias a


ella, a su rigidez, ningún poder constituido puede tocar la Constitución. Una constitución
rígida es naturalmente superior a todos los poderes constituidos.
109

Los principios doctrinarios antes mencionados concurren en la organización


constitucional de nuestro Estado. Efectivamente la Constitución actualmente en vigor, fue
producto de un poder constituyente, el de Querétaro de 1917, que en su obra, la
Constitución dio vida y organización a los poderes Constituidos, dándoles facultades
expresamente limitadas para su ejercicio. Cumplida su misión, desapareció. En su lugar
surgieron los “poderes constituidos”, que sólo tienen facultades de gobierno y no de
alteración o modificación de la constitución.

No obstante lo anterior, que le da a la Constitución por el sistema adoptado su


característica de supremacía, la nuestra quiso determinarla expresamente en su articulado,
según pude verse del texto de sus preceptos 41, 128 y 133. El 41 establece: “El pueblo
ejerce su soberanía por medio de los poderes de la Unión, en los casos de la
competencia de éstos y por los de los Estados, en lo que toca a sus regímenes interiores,
en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las
particulares de los Estados, las que en ningún caso podrá contravenir las estipulaciones
del pacto Federal.” El 128, que impone: “Todo funcionario público, sin excepción
alguna, antes de tomar posesión de su encargo, prestará la protesta de guardar la
Constitución y las leyes que de ella emanen.” Y, por último el 133 que prescribe: “Esta
Constitución, las leyes del Congreso de ala Unión que emanen de ella y todos los
tratados que están de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el
Presidente de la República con aprobación del Senado, será la ley suprema de toda la
Unión. Loa jueces de cada estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a
pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las constituciones o leyes de
los Estados.”

De lo anterior se desprende que en nuestro Estado la Constitución es la ley suprema


del país, a la que deben estar subordinadas todas las leyes secundarias, las que siempre
deberán guardar, sin contravenirlas, las disposiciones de la propia Constitución.

Son nulos los acatos realizados por las autoridades en contravención a las facultades
que la Constitución les otorgó o a los principios que la misma contiene.

d) Su inviolabilidad.

Además de la característica de supremacía que acompaña a nuestra Constitución,


está también la de su inviolabilidad, que es congruente con la prohibición de un derecho
de resistencia del pueblo frente al poder político, al que niega toda posibilidad jurídica de
resistir por medios violentos a la vigencia del derecho que consagra. Tal se deduce del
texto de su artículo 136, que establece: Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor,
aún cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que
establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el
110

pueblo recobre su libertad se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las


leyes que en su virtud se hubieran expedido, serán juzgados, así los que hubieren
figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a
ésta.

Procedimiento para su modificación.

Frente a la verdad no objetada de que el derecho debe cambiar de acuerdo con las
necesidades y para el bienestar del pueblo que es razón de su existencia, el constitucional
no hace excepción, y en su artículo 135 reconoce la posibilidad de su modificación.

Del precepto indicado encontramos que la Constitución sí puede ser alterada en su


texto y que tal alteración puede ser por “adiciones” o por “reformas”: Adicionar significa
agregar algo a lo ya existente, sin alteración de lo anterior y reformar, bien puede ser la
supresión de un precepto o su sustitución por otro, que altere en parte al anterior o
totalmente lo modifique.

El procedimiento es distinto al que se sigue de acuerdo con el proceso legislativo


normal, para la elaboración de una ley ordinaria, generalmente se integra con más de la
mitad de los miembros electos de la Cámara de diputados y más de las dos terceras partes
de los designados para la de Senadores. En el caso de alteración de la Constitución, se
precisa un quórum de más de las dos terceras partes de ambas cámaras. Para ala
modificación de la Constitución, se requiere la aprobación cuando menos de las dos
terceras partes de los legisladores presentes en la sesión de que se trate; supera así la
existencia, de más de la mitad requerida para la aprobación de una ley ordinaria.

Congruentemente con los principios que informaron al pacto federal, impone


nuestra Constitución para las Legislaturas de los Estados, el derecho, correlativo a la
obligación de ejercicio, de participar en la modificación de su texto con su aceptación o
rechazo.

El órgano que en las condiciones apuntadas está facultado para modificar la


Constitución, no es ni el Congreso Constituyente que le dio vida y que al hacerlo
desapareció, ni el órgano legislativo ordinario que fue creado por aquél. Es un órgano
nuevo, formado por el Congreso de la Unión, Cámara de diputados y Senadores, y las
Legislaturas de los Estados, poderes legislativos ordinarios de cada una de las entidades
federales, al que el Doctor Tena Ramírez denomina Poder Constituyente Permanente,
porque en alguna forma participa de la función soberana que el pueblo otorgó al
Congreso Constituyente, puesto que puede tocar su obra, que fue precisamente la
Constitución y porque lo sobrevive. El Congreso Constituyente de Querétaro, al expedir
la Constitución de 1917, desapareció como tal. En su lugar quedaron los poderes
111

constituidos. La función del Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados, en su


actividad de modificación al texto constitucional, es potencialmente permanente. Existe
en cuanto la necesidad se presenta.

Diversos medios para el control de la constitucionalidad.

Como norma entendemos una regla de observancia obligatoria. El orden jurídico,


conjunto de normas de conducta, en general postula deberes o derechos que siempre
tienen respectivamente un obligado a su cumplimiento o un beneficiario, ya sea
gobernado, ya gobernante. Estos deberes pueden ser positivos, obligaciones de dar o de
hacer o negativos, obligaciones de abstención.

El Derecho Constitucional como todo orden jurídico, lleva paralela a su vigencia, su


pretensión de cumplimiento; sin embargo, al desempeñarse como en efecto se
desempeña, en el gran mundo del deber, es posible la violación de sus normas por
aquellos a quienes van dirigidas. La propia Constitución proporciona los medios para
impedir su violación, o llegada ésta, para volver las cosas al estado que debieran ocupar
antes de la infracción.

En sus inicios nuestro régimen constitucional tuvo como inmediata mira la


protección de los derechos del hombre frente a las posibles violaciones del poder público,
pero en la actualidad está debidamente protegido en todo su contenido, por medio del
control de la constitucionalidad que el Licenciado Ignacio Burgoa define como “el
procedimiento legal para la nulificación de actos de autoridad y leyes que sean contrarias
a la Constitución” y del que el mundo del derecho, nos ha mostrado dos formas o
sistemas para realizarlo, uno por órgano político y otro por órgano jurisdiccional.

El control a través de órgano político, que se inicia con una petición de


inconstitucionalidad de un órgano estatal o de un grupo de funcionarios, generalmente
implica la creación de un órgano distinto al de los tres poderes conocidos de ejecutivo,
legislativo y judicial, como el “Supremo Poder Conservador” creado por la Constitución
Centralista de 1836, sin que esto signifique que no en ocasiones, se deposite esta función
en alguno de esos tres poderes tradicionales.

El procedimiento de control constitucional ante órgano político, no tiene carácter


contencioso, se contrae a un análisis del hecho presuntamente violatorio de la
Constitución, que concluye con la declaración de si es o no violatorio, en una opinión que
no tiene ni puede tener el carácter de sentencia.
112

Es un sistema de control casi abandonado en la actualidad y en México totalmente.


La experiencia ha demostrado que puede ocasionar pugnas o conflictos entre las distintas
autoridades, con el consecuente desequilibrio entre los poderes del Estado.

El otro sistema de control de la constitucionalidad, es el ventilado ante órgano


jurisdiccional, por virtud del cual se obliga a las autoridades, en beneficio de los
particulares, a la observancia de la norma violada o a evitar actos de autoridad que
pudieran entrañar tal violación. Es competente para conocer de él en nuestro régimen
jurídico actual, el Poder Judicial Federal, a través de algunas de las autoridades que lo
forman, como son la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Tribunales Colegiados y
los Juzgados de Distrito, por medio del juicio de amparo.

El artículo 103 de nuestra Constitución en relación con el 107, establece las


autoridades y el sistema de este control, que en principio tutelaba en exclusiva la
protección de los derechos del hombre por actos violatorios de las autoridades y a la
fecha, a través del control de la legalidad, protege no solamente el orden jurídico
constitucional en toda su integridad, sino además el orden jurídico general contenido en
las leyes secundarias, las que tampoco pueden ser violadas por la autoridad, sin violar a
su vez los derechos contenidos en los párrafos segundo, tercero y cuarto del artículo 14
constitucional que establecen como derecho del hombre la prohibición a las autoridades
de privarlo de la vida, de la libertad, de sus propiedades, posesiones o derechos, sin que
medie juicio que se siga con todas alas formalidades del procedimiento y conforme a las
leyes expedidas con anterioridad al hecho ante tribunales previamente establecidos.

Al expresar el precepto indicado conforme a las leyes expedidas con anterioridad al


hecho, y en que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento, estableció el
control de legalidad de todo orden jurídico secundario. El poder Judicial Federal, en la
competencia de cada uno de sus órganos, controla, también el debido cumplimiento de
toda la formación jurídica de la república ya en materia federal ya en materia común;
puede llegar inclusive a la revisión de los actos de autoridades pertenecientes a cada uno
de los Estados de la Federación, salvaguardando así los derechos del hombre a que se
contraen los párrafos segundo, tercero y cuarto del artículo 14 constitucional referidos.

Al vertir los conceptos de “causa legal del procedimiento” y fundamentación


motivación”, el artículo 16 de nuestra Constitución contiene también una garantía de
legalidad para actos que impliquen simplemente molestias.

Por virtud de los derechos consagrados en los artículos 14 y 16 de nuestra


Constitución, la persona física y la persona moral, están protegidas de cualquier violación
que en su perjuicio pudiera cometerse no sólo de los derechos del hombre, sino de todo el
113

ordenamiento constitucional y de toda la legislación ordinaria, la que tampoco puede ser


contravenida por las autoridades, sin violar las normas establecidas en ellos.

En los términos de las fracciones segunda y tercera del artículo 103 antes
mencionado, también tienen competencia los tribunales de la federación para resolver la
controversia que se suscitara por leyes o actos de autoridad federal que vulneren o
restrinjan la soberanía de los Estados y por leyes o actos de las autoridades de éstos que
invadan la esfera de la autoridad federal, casos en los que procede también el amparo
como medio protector de la constitucionalidad federal, con la finalidad de que cada poder
en su respectiva competencia, se conserve dentro de sus propias limitaciones, pero
siempre sobre la base de que la invasión por la autoridad federal o la invasión por la
autoridad local lesione una garantía individual o un derecho de la persona y que ésta
solicite el amparo.

El control por órgano jurisdiccional tiene las siguientes características: la


competencia para estos corresponde al órgano judicial; la petición de inconstitucionalidad
se deposita en la persona física o moral, en contra de quien se hubieran conculcado las
garantías constitucionales por la violación y por último el procedimiento de sustanciación
es de carácter contencioso y concluye con sentencia, que sólo beneficia al quejoso.

El control jurisdiccional se ejercita o por vía de acción o por vía de excepción. En el


primer caso, el procedimiento se inicia y se ventila ante una autoridad distinta de aquella
a la que se atribuye la violación y en el procedimiento por excepción, la imputación de la
ley o del acto violatorio se hace valer a título de defensa por alguno de los litigantes en
pugna, precisamente ante la misma autoridad que ventila el procedimiento que dio origen
al acto. De este modo, se da competencia a toda autoridad judicial para resolver el control
constitucional planteado.

El Estado: elementos.

Cuando la Nación nace a la vida política, es decir, cuando entre los individuos del
grupo social que la forman se establece una diferenciación, convirtiéndose unos en
gobernantes y quedando el resto como gobernada, se dice que la Nación se ha convertido
en Estado.

El fenómeno de la autoridad implica el poder de una persona, o de un grupo de


personas, que se ejerce sobre los demás. La autoridad es un elemento del estado. Este, por
tanto, será un grupo social en el que existe un poder; pero dicho grupo necesita para su
existencia de un espacio, de un lugar donde asentarse; el territorio. En esta forma queda
integrado el concepto que examinamos.
114

Tres son los elementos que constituyen el estado: Población, autoridad y territorio.

La población es el elemento básico; el territorio, la condición para que exista el


estado, y la autoridad o poder, el elemento central que caracteriza a los Estados,
distinguiéndolos de las naciones.

Con los anteriores elementos podemos construir la definición de Estado: una


población asentada en un territorio y con un gobierno suficientemente fuerte para
mantener el orden interno y el respeto exterior.

9.3. El pueblo .Concepto.

El elemento personal del Estado, el conglomerado humano que lo forma, suele


indistintamente ser designado como población del Estado o como pueblo del estado. A
efecto de no incurrir en confusiones, definamos cada uno de estos conceptos: población
del estado es el conjunto de individuos que en un momento dado se encuentran dentro del
territorio nacional en forma transitoria o permanente, sean nacionales o extranjeros; es
una significación más que jurídica demográfica. Como pueblo del estado entendemos al
conjunto de personas que por determinadas cualidades jurídicas que les son aplicables,
son parte integrante del elemento personal que con el territorio y el gobierno componen el
Estado, se encuentren o no dentro del ámbito territorial que lo forma.

Desde el punto de vista político, el pueblo del Estado es el elemento más importante
en la proyección de su vida, sin embargo, la población del Estado tiene, en cierta forma,
trascendencia en su organización política, no obstante que en ella sólo intervienen los
nacionales del Estado, cuando nuestra Constitución en su artículo 52 y siguientes
establece con las leyes secundarias relativas, el sistema para la elección de diputados, se
refiere no sólo a los nacionales de nuestro Estado sino a éstos y a los extranjeros que lo
habitan en el momento de verificarse el censo correspondiente, así, mientras mayor sea el
número de “habitantes” cuando se realice el censo, mayor será el numero de
representantes que se elegirán para integrar la Cámara de diputados. En este aspecto, la
Constitución toma en cuenta la demografía como factor determinante para la integración
de una de las cámaras.

El pueblo del Estado es el sujeto de su poder político, porque el pueblo es parte de


ese poder político, sin el cual no tendría vida; es parte de él, porque en determinadas
circunstancias, al tomar forma de órgano, se convierte en autoridad a través del fenómeno
de la representación. También lo contemplamos como objeto del poder político, aspecto
en el cual lo consideramos como un conjunto de personas que integran una comunidad
estatal y tienen, correlativamente a sus derechos, determinadas obligaciones. El pueblo
como objeto del Estado se traduce en un conjunto de elementos subordinados a su
115

actividad; en cambio, como sujeto del mismo, aparece ya no en un plano de


subordinación sino de coordinación como miembro integrante de su comunidad política.

Dentro este elemento personal del estado, distinguimos a los nacionales y a los
extranjeros y dentro de aquellos, de los nacionales, a un grupo social más, que integran
los ciudadanos.

Nacionalidad, Ciudadanía y extranjería.

a) La nacionalidad.

La nacionalidad es un atributo aplicable a los individuos de un estado, derivado del


hecho de pertenecer a él, es un vínculo jurídico-político que atribuye la pertenencia al
elemento personal del estado, derivado de una solidaridad de razas, de religión, de
recuerdos y de tradiciones, o bien de esperanzas, de posibilidades de desplazarse en el
futuro.

H sido definida de muy diversas maneras, entre las que mencionamos la que la
considera un vínculo jurídico en virtud del cual una persona es miembro de la
comunidad política que un estado constituye según el derecho interno y el derecho
internacional.

Históricamente han sido muy variados los criterios para determinar este vínculo
jurídico de pertenencia a un determinado grupo social: en la tribu primitiva, en el clan, el
vínculo se hacía depender de la unidad de sangre y de culto; este criterio fue aplicado aún
hasta el estadio más civilizado de la vida en Roma o de las ciudades griegas; quienes no
compartían estos elementos básicos de la unidad, eran considerados como “bárbaros” o
“extranjeros”, con la privación correspondiente de los derechos y prerrogativas de que
gozaban los nacionales; entre los germanos, la pertenencia a una tribu, fue factor
determinante de la nacionalidad; apartaban de su interés en este aspecto, la uniformidad
de la sangre. En la edad media incrementó la idea de atribuir la nacionalidad atendiendo
al ligar de nacimiento; por la sola circunstancia de haber nacido dentro de los límites del
territorio sometido al dominio del señor feudal o del soberano, tenían el carácter de
nacionales con todos los derechos y obligaciones inherentes a ello.

En Francia el Código Napoleónico de principios de siglo XX, el atributo de


pertenencia al Estado se otorgó con base en la ascendencia del hombre y así se
consideraba como francés al hijo de francés, independientemente de su lugar de
nacimiento.
116

Los sistemas empleados por los legisladores a través de la historia para otorgar la
nacionalidad, se localizan en dos grupos principales: uno que atiende al lugar de
nacimiento conocido como jus soli y otro que sólo contempla la ascendencia del
individuo, identificado como ius sanguinis.

Países como Estados Unidos, argentina y la mayor parte de los latino americanos,
atribuyen la nacionalidad por el lugar del nacimiento, sin que en la determinación influya
la nacionalidad de los padres. En cambio la mayoría de los países europeos, Alemania
como ejemplo destacado, en su propósito de conservar la pureza de su sangre, atribuye el
carácter de nacionales a quienes son hijos de padres nacionales, sin importar el lugar de
nacimiento.

Entendida la nacionalidad como un vínculo de derecho interno, cada Estado en


ejercicio de su autonomía, tiene la posibilidad de legislar libremente en este aspecto, lo
que ha traído como consecuencia una falta de unidad ya de fondo ya de forma, que ha
dado origen a numerosos conflictos de derecho internacional privado. Muchos esfuerzos
se han hecho sin éxito, para lograr una unidad de los Estados en el otorgamiento o en el
reconocimiento de la nacionalidad. Esto trae como consecuencia situaciones bien de
pluralidad o bien de carencia de nacionalidad.

Nuestra Constitución Política en vigor, establece en su artículo 30 que:

Son mexicanos por nacimiento:

I.- Los que nazcan en territorio de la República sea cual fuere la nacionalidad de
sus padres. Se inclina por el principio del “jus soli” al atender en exclusiva al lugar de
nacimiento sin importar la nacionalidad de sus padres.

II.- Los que nazcan en el extranjero de padres mexicanos, de padre mexicano o de


madre mexicana. Se inclina ahora por el “ius sanguinis”; atiende al carácter nacional de
los padres; del padre mexicano sin que influya el carácter extranjero de la madre; o el
carácter mexicano de la madre.

III. Los que nazcan a bordo de embarcaciones o aeronaves mexicanas sean de


guerra o mercantes. En esta fracción se inclina también por el “jus soli”, extendiendo el
territorio nacional a las embarcaciones o aeronaves mexicanas.

La nacionalidad mexicana puede también adquirirse por naturalización, de acuerdo


con el apartado B del precepto indicado, que considera como mexicanos con tal carácter,
a los extranjeros que obtengan de la Secretaría de Relaciones la carta respectiva y a la
117

mujer o el varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o mujer mexicanos y
tengan o establezcan su domicilio dentro del territorio nacional.

Obligaciones de los mexicanos.

La Constitución en vigor establece en las diversas fracciones de su artículo 31


cuáles son las obligaciones de los mexicanos, las que hace consistir:

I. hacer que sus hijos o pupilos menores de quince años, concurran a las escuelas
públicas o privadas, para obtener la educación primaria elemental y militar, durante el
tiempo que marque la ley de Instrucción Pública en cada Estado. Esta obligación que en
apariencia se contrae a los mexicanos, es también de los extranjeros residentes en nuestro
territorio.

II.- Asistir en los días y horas designados por el ayuntamiento del lugar en que
residan, para recibir instrucción cívica y militar que los mantenga aptos en el ejercicio
de los derechos de ciudadano, diestros en el manejo de las armas y conocedores de la
disciplina militar.

III.- Alistarse y servir en la Guardia Nacional, conforme a la ley orgánica


respectiva, para asegurar y defender la independencia, el territorio, el honor, los derechos
o intereses de la patria, así como la tranquilidad y el orden interior; y

IV. Contribuir para los gastos públicos así de la Federación como del estado y
Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las
leyes. En este caso también la obligación que esta fracción impone a los mexicanos, es
aplicable a los extranjeros residentes en el país.

El artículo 37 determina las causas por las que se pierde la nacionalidad y las hace
consistir:

I.- Por adquisición voluntaria de una nacionalidad extranjera. La misma


posibilidad que existe de que un extranjero adquiera por voluntad la nacionalidad
mexicana, existe que un mexicano pueda adquirir una nacionalidad extranjera. Para que
la adquisición de una nacionalidad extranjera sea causa de un mexicano pierda la que le
corresponde, se requiere que el acto de naturalización tenga el carácter voluntario; puede
darse el caso de que por circunstancias especiales, al mexicano se le imponga de acuerdo
con el derecho extranjero una nacionalidad extranjera, situación de la que podrá derivarse
la existencia de una doble nacionalidad, pero no la pérdida de la mexicana que sería un
castigo al que no se hizo acreedor.
118

II.- Por aceptar o usar títulos nobiliarios que impliquen sumisión a un Estado
extranjero. Cuando el título que se usa, implica la sumisión a un Estado extranjero trae
consigo como castigo para quien lo usa la pérdida de la nacionalidad; cuando el uso del
título no implica tal sumisión pierde la ciudadanía, conservando la nacionalidad.

III. Por residir siendo mexicano por naturalización, durante cinco años continuos,
en el país de su origen. Supone en el mexicano naturalizado un despego, un abandono del
Estado que le acogió en sus nacionales.

IV. Por hacerse pasar en cualquier instrumento público, siendo mexicano por
naturalización, como extranjero o por obtener y usar un pasaporte extranjero. El
contenido de esta fracción es otra sanción impuesta al mexicano por naturalización, de
quien supone el estado al otorgarle la nacionalidad mexicana, que siempre debe
comportarse en su vida social ostentándola y muy en especial cuando adquiera pasaporte
o parezca en un instrumento público.

b) La ciudadanía.

Dentro de la categoría de nacionales, existe un grupo de personas que por reunir


determinadas condiciones requeridas por la ley, son consideradas como ciudadanos.

La palabra ciudadanía se deriva de la expresión latina civis, que significa miembro


de la ciudad; jurídicamente implica el derecho de participación activa, en la vida pública
del Estado, participación que define y caracteriza al ciudadano.

En los regímenes federales como el nuestro, podemos distinguir dos clases de


ciudadanía: la federal, que nos da derecho de participar en la elección de diputados y
senadores al Congreso de la Unión, en la del Presidente de la República, etc., y la local
que nos permite participar en las elecciones para gobernadores de los Estados, diputados
locales, presidentes municipales, etc.

Nuestra Constitución en el artículo 34 reformado por decreto de 19 de diciembre de


1969 y publicado el 22 siguiente, nos dice que son ciudadanos de la República los
varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además los siguientes
requisitos:

I. Haber cumplido 18 años, y

II. Tener un modo honesto de vivir.


119

Del precepto trascrito encontramos, en primer lugar, que para ser ciudadano de la
República se requiere tener el carácter de nacional, lo que por exclusión indica que no
puede ser ciudadano mexicano el extranjero.

El segundo elemento revela que se requiere además de ser nacional, tener 18 años
de edad. Este requisito expreso de la Constitución, se justifica porque es el ciudadano
mexicano, en ejercicio de sus derechos como tal, el que organiza la vida política del
estado; y la Constitución, con un amplio criterio, supone que la responsabilidad mínima
necesaria para el caso, se adquiere a los 18 años.

Por reforma publicada el 17 de octubre de 1953, fueron agregadas al artículo 34 las


palabras los varones y las mujeres… y se disiparon las dudas que durante tanto tiempo
ocuparon la atención de la doctrina, al ser reconocida constitucionalmente la mujer como
ciudadana con uso y goce de todos los derechos derivados de esta calidad.

La segunda fracción del artículo mencionado exige como requisito para ser
ciudadano, tener un modo honesto de vivir, requisito que en la vida práctica está casi en
desuso; no se le da mayor importancia a la honestidad en el modo de vivir; no se hace,
como debiera hacerse, requerimiento para justificar tal extremo al ejercer el derecho de
voto del ciudadano, sin embargo, el Código Federal Electoral en vigor a partir de enero
de 1987, que abrogó la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales de
28 de diciembre de 1977, en su artículo 5 y de acuerdo con los principios consignados en
el artículo 38 Constitucional que enumera las causas de suspensión de la ciudadanía, y
después de reconocer que el sufragio expresa la voluntad soberana del pueblo y
constituye un derecho y una obligación del ciudadano para el ejercicio y cumplimiento de
la función pública para integrar los órganos del estado de elección popular, expresa que el
sufragio debe ser ejercido por los ciudadanos que tengan entre los requisitos que ya
apuntamos, un modo honesto de vivir, y entiende como tales, por exclusión a quienes no
se encuentren comprendidos en los siguientes supuestos:

I. Estar sujeto a proceso criminal por delito que merezca pena corporal, desde que
se dicte auto de formal prisión;

II. Estar extinguiendo pena corporal;

III. Estar sujeto a interdicción judicial, o interno en establecimiento público o


privado para toxicómanos o enfermos mentales;

IV. Ser declarado vago o ebrio consuetudinario, en tanto no haya rehabilitación;


120

V. estar prófugo de la justicia, desde que se dicte la orden de aprehensión hasta la


prescripción de la acción penal;

VI. Estar condenado por sentencia ejecutoria a la suspensión o pérdida de los


derechos políticos, en tanto no haya rehabilitación; y

VII. Los demás que señale ese Código.

Por último es de llevar nuestra atención, al artículo 255 del Código Penal que
prescribe una penalidad de seis meses a tres años de relegación a quienes no se dediquen
a un trabajo honesto sin causa justificada o tengan malos antecedentes y estima a éstos,
ser identificado como delincuente habitual o peligroso contra la propiedad, o explotador
de prostitutas o traficante de drogas prohibidas, toxicómano o ebrio habitual, tahúr o
mendigo simulador o sin licencia.

La ciudadanía implica no sólo prerrogativas y derechos también impone


obligaciones. Hay prerrogativas que son al mismo tiempo obligaciones como el servicio
militar, la función electoral, el desempeño de determinados cargos que son de elección,
etc. Hay otros que solamente son obligaciones o solamente derechos: como pagar
impuestos o poder ejercer el derecho de asociación.

Las obligaciones y derechos del ciudadano mexicano están contenidos en el artículo


36 Constitucional que dice:

Son obligaciones del ciudadano de la República:

I. Inscribirse en el catastro de la municipalidad, manifestando la propiedad que el


mismo ciudadano tenga, la industria, profesión o trabajo de que subsista; así como
también inscribirse en los padrones electorales, en los términos que determinen las leyes.

De esta imposición Constitucional sólo encontramos justificable la parte que se


refiere a la inscripción en los padrones electorales en los términos que determinan las
leyes, no así la otra, ya que el ejercicio del sufragio no está supeditado a la condición
económica de los ciudadanos.

II. Alistarse en la Guardia Nacional. Esta disposición no tiene razón de ser, ya que
estando impuesta dentro de las obligaciones del mexicano, fracción III del artículo 31
Constitucional, y siendo requisito para ser ciudadano, primero ser mexicano, resulta
innecesario poner la misma obligación en dos capítulos diferentes.
121

III.- Votar en las elecciones populares, en el distrito electoral que le corresponda.


Esta disposición además de ser una obligación, se traduce ala ejercicio de un derecho. Es
muna de las principales obligaciones y primordiales derechos del ciudadano.

IV. Desempeñar los cargos de elección popular de la Federación o de los Estados,


que en ningún caso serán gratuitos.

V. Desempeñar los cargos concejiles del municipio donde resida, las funciones
electorales y las de jurado.

La pérdida de los derechos del ciudadano está determinado en el apartado B del


artículo 37 de nuestra Constitución, que en sus diversas funciones establece que la
ciudadanía se pierde:

I. Por aceptar o usar títulos nobiliarios que no impliquen sumisión a un gobierno


extranjero. Cuando se usan títulos nobiliarios que sí implican sumisión a un gobierno
extranjero, no sólo se pierde la ciudadanía, sino además la nacionalidad, como ya hemos
visto.

II.- Por prestar voluntariamente servicios oficiales a un Gobierno extranjero sin


permiso del Congreso Federal o de su Comisión Permanente. La sanción impuesta por
esta fracción, se funda en que el hecho de prestar voluntariamente servicios a un gobierno
extranjero, desliga al mexicano de la sujeción a las leyes nacionales y lo coloca bajo el
ordenamiento jurídico extranjero del Estado al que ha servido.

III. Por aceptar o usar condecoraciones extranjeras sin permiso del Congreso
Federal o de su comisión Permanente. El hecho de que exija la Constitución permiso del
Congreso Federal o de su comisión Permanente para poder usar una condecoración
impuesta por un Estado extranjero, es una formalidad necesaria, que transforma el acto,
de un sometimiento a ese Estado, supuesto en el que no se recaba la autorización, cuando
dentro de un principio de orden, si se solicita.

IV. Por admitir de un Gobierno de otro país títulos o funciones, sin previa licencia
del Congreso Federal o de su comisión Permanente, exceptuando los títulos literarios,
científicos o humanitarios que pueden aceptarse libremente.

V. Por ayudar en contra de la Nación a un extranjero o a un Gobierno extranjero


en cualquiera reclamación diplomática o ante un Tribunal Internacional. Esta fracción
sanciona el hecho denigrante de que un mexicano litigue contra la propia patria una
reclamación de derecho internacional y frente a un tribunal extranjero.
122

VI. En los demás casos que fijen las leyes.

Existen otras faltas en que puede incurrir el ciudadano mexicano, que por ser más
leves que las examinadas, no tienen como sanción la pérdida de la ciudadanía, sino su
suspensión temporal. El artículo 38 de la Constitución establece que la ciudadanía se
suspende por los siguientes casos:

I. Por falta de cumplimiento, sin causa justificada, de cualquiera de las


obligaciones que impone el artículo 36. Esta suspensión durará un año y se impondrá
además de las otras penas que por el mismo hecho señalare la ley.

II.- Por estar sujeto a un proceso criminal, por delito que merezca pena corporal, a
contar desde la fecha del auto de formal prisión.

III. Durante la extinción de una pena corporal.

IV. Por vagancia o ebriedad consuetudinaria, declarada en los términos que


establezcan las leyes.

V. Por estar prófugo de la justicia, desde que se dicte la orden de aprehensión


hasta que prescriba la acción penal.

VI.- Por sentencia ejecutoriada que imponga como pena esa suspensión.

c) La extranjería.

El artículo 33 Constitucional establece que son extranjeros los que no posean las
calidades determinadas en el artículo 30. Y a su vez, el artículo 30 establece quienes son
nacionales. Define nuestra Constitución, por exclusión, a los extranjeros, considerando
como tales a los que no tienen el carácter de mexicanos.

En la época moderna, en términos generales, es favorable la situación jurídica del


extranjero. En México, en particular, gozan de las garantías individuales que otorga
nuestra Constitución. El citado artículo 33 establece que…tiene derecho a las garantías
que otorga el capítulo I del Título Primero de la presente Constitución…, principio que
ratifica y complemente ala declaración del artículo 1 de nuestra Carta Fundamental, que
establece que: En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías
que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en
los casos y con las condiciones que ella misma establece.
123

El artículo 12 del Código Civil Congruente con la Constitución, reconoce la


igualdad de los extranjeros en relación con los nacionales, por cuanto se refiere a los
derechos del hombre, al establecer que las leyes mexicanas, incluyendo las que se
refieren al estado y capacidad de las personas, se aplican a todos los habitantes de la
República, ya sena nacionales o extranjeros, estén domiciliados en ella o sean
transeúntes.

El extranjero tiene impuestas por la propia constitución ciertas restricciones: no


puede intervenir en la vida política del país, en los términos del artículo 33, que indica
que los extranjeros no podrán de ninguna manera, inmiscuirse en los asuntos políticos
del país.

El artículo 8 Constitucional otorga como derechos del hombre, el de


petición,…pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los
ciudadanos de la República… No tiene el derecho de asociación reconocido en el artículo
9º, que indica que solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar
parte en los asuntos políticos del país.

Por último nuestro régimen constitucional impone ciertas limitaciones a los


extranjeros para la adquisición del dominio de las tierras y aguas de la nación, al
establecer en la fracción I de su artículo 27 exclusividad de los mexicanos y a las
sociedades mexicanas para adquirir tal dominio, y al admitir que el Estado Sólo
concederá tal derecho a los extranjeros cuando convengan ante la Secretaría de
Relaciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar la
protección de sus gobiernos, por lo que a aquellos se refiere, bajo la pena de perder los
bienes adquiridos en beneficio de la nación.

La restricción mencionada es llevada más allá por nuestra Constitución, al


establecer una prohibición definitiva para el extranjero de poder adquirir dominio directo
sobre tierras y aguas en una faja de cien kilómetros a lo largo de las fronteras y de
cincuenta en las playas. Motivos de seguridad justifican la prohibición contenida en el
párrafo que antecede.

El artículo 32 de nuestra Constitución otorga cierta preferencia para los mexicanos


respecto a los extranjeros, en igualdad de circunstancias, para los empleos, cargos o
comisiones del gobierno y para toda clase de concesiones. Contiene también la
prohibición para los extranjeros de poder servir en el ejército, en las fuerzas de policía o
de seguridad pública en época de paz.
124

El multicitado artículo 33 faculta al Presidente de la República para hacer


abandonar del territorio nacional de inmediato y sin necesidad de juicio previo, a todo
aquel extranjero cuya permanencia en el país juzgue inconveniente.

El Territorio Nacional. Concepto.

El territorio, segundo elemento constitutivo del estado, ha sido definido por la


doctrina bien como la base física donde se desenvuelven las actividades públicas del
Estado, o bien, como el ámbito espacial de validez del orden jurídico llamado Estado.
Nosotros, en una concepción más sencilla, lo entendemos, con el doctor Eduardo García
Maníes, como la porción del espacio en que el estado ejercita su poder. Es fijo, es
estable. Se manifiesta de dos maneras, una positiva por virtud de la cual las personas que
viven en él quedan sujetas al poder del estado, y la otra negativa, consiste en que ningún
poder extraño al estado de que se trate, puede ejercer autoridad dentro de su territorio.
Dos principios caracterizan en forma principal al territorio: el de impenetrabilidad, que se
hace consistir en que en términos generales y en situaciones normales, dentro de un
territorio sólo puede existir un Estado; el de indivisibilidad, que deriva de la que al
Estado a su vez caracteriza; si éste es indivisible, sus elementos también lo son.

a) Partes que lo integran.

De acuerdo con nuestro régimen constitucional, según lo dispuesto por los artículos
42 y 43, reformando éste último por decreto publicado en el diario Oficial de la
Federación de 8 de octubre de 1974, el territorio nacional comprende: el de las partes
integrantes de la Federación, que son los Estados de la Federación y el Distrito Federal;
las islas de ambos mares; el mar territorial y el espacio aéreo situado sobre el territorio
nacional.

De acuerdo con el artículo 43 constitucional reformado, las partes integrantes de la


Federación son las siguientes:

Los 31 Estados: Aguascalientes, Baja California, Norte, Baja California Sur; Campeche,
Coagula, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco,
México, Michoacán, Morelos,, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana
Roo, San Luís Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, y
Yucatán.

II. El Distrito Federal.


125

III. Las islas adyacentes en ambos mares. Estas últimas dependen directamente del
Gobierno de la Federación, con excepción de aquellas sobre las que ejercen jurisdicción
los Estados.

Bienes del dominio público de la Federación.

El artículo 27 de nuestra Ley Fundamental establece que la propiedad de las tierras


y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde
originariamente a la nación, la cual ha atenido y tiene el derecho de trasmitir el dominio
de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada, a la que podrá imponerle
en todo tiempo las modalidades que dicte el interés público. Indica también dicho
precepto, que son propiedad de la nación las aguas de los mares territoriales en la
extensión y términos que fije el derecho internacional, casos todos en los que el dominio
de la nación es inalienable e imprescriptible.

Los bienes del dominio, Público de la Federación son parte del patrimonio
nacional, regulado por el derecho público; deben ser aprovechados en beneficio del
interés general; y tienen el carácter de inalienables e imprescriptibles.

Entre ellos se encuentran los de uso común, los inmuebles destinados por la
Federación a un servicio público y los que le son similares.

El artículo 1º de la Ley General de Bienes Nacionales publicada en el Diario de la


Federación, de 8 de Enero de 1982, indica que el patrimonio está formado por bienes de
dominio público de la Federación y bienes del dominio privado de la misma, y en su
segundo artículo enumera como de dominio público los siguientes:

I. Los de uso común;

II. Los señalados en el artículo 27, párrafo cuarto, quinto, octavo y 42 fracción IV
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;

III. Los enumerados en la fracción II del artículo 27 Constitucional, excepción de


los comprendidos en la fracción II del artículo 3º de esta ley;

IV. El mar territorial y el de las aguas marítimas interiores;

V. Los inmuebles destinados por la Federación a un servicio público, los propios


que de hecho utilice para dicho fin y los equiparados a éstos, con forme a la ley;
126

VI. Los monumentos históricos o artísticos, muebles e inmuebles, de propiedad


federal;

VII. Los monumentos arqueológico muebles e inmuebles;

VIII. Los terrenos baldíos y los demás bienes inmuebles declarados por las leyes
inalienables e imprescriptibles;

IX. Los terrenos ganados natural o artificialmente al mar, ríos, corrientes, lagos,
lagunas o esteros propiedad nacional;

X. Las servidumbres, cuando el predio dominante sea alguno de los anteriores;

XI.- Los muebles de propiedad federal que por su naturaleza no sean normalmente
sustituibles, como los documentos y expedientes de las oficinas, los manuscritos,
incunables, ediciones, libros, documentos, publicaciones periódicas, mapas, planos,
folletos y grabados importantes o raros, así como las colecciones de esos bienes, las
piezas etnológicas y paleontológicas, los especimenes tipos de la flora y la fauna, las
colecciones científicas o técnicas, de armas, numismáticas y filatélicas, los archivos, las
fono grabaciones, películas, archivos fotográficos, cintas magnetofónicas, cualquier otro
objeto que contenga imágenes y sonidos, las piezas artísticas o históricas de los museos, y

XII. Las pinturas murales, las esculturas y cualquier obra artísticas incorporada o
adherida permanentemente a los inmuebles de la Federación o del patrimonio de los
organismos descentralizados, cuya conservación sea de interés nacional.

En su artículo 3º declara que son bienes del dominio privado:

I. Las tierras y aguas no comprendidas en el artículo 2º de esta ley, que sean


susceptibles de enajenación de los particulares;

II. Los nacionalizados conforme a la fracción II del artículo 27 constitucional, que


no se hubieren construido o destinado a la administración, propaganda o enseñanza de un
culto religioso;

III. Los bienes ubicados dentro del Distrito Federal considerados por la legislación
común como vacantes;

IV. Los que hayan formado parte de corporaciones u organismos de carácter


federal, que se extingan;
127

V. Los bienes muebles al servicio de las dependencias de los Poderes de la Unión,


no comprendidos en la fracción XI del artículo anterior; y

VI. Los demás inmuebles y muebles que por cualquier título jurídico adquieras la
Federación.

En el artículo 16 reconoce la inalienabilidad e imprescriptibilidad de los bienes de


dominio público en tanto no varíe la situación jurídica a acción reivindicatoria o de
posesión definitiva o provisional y prohíbe en la parte final del precepto indicado, la
imposición de servidumbre pasiva alguna sobre ellos.

El Gobierno. Concepto.

Establece nuestra Constitución en su artículo 40 que “Es voluntad del pueblo


mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal…”,
determinando así nuestra forma de gobierno.

Para mejor comprensión de lo anterior, analicemos por su orden los conceptos que
el trascrito precepto contiene en lo conducente.

El Gobierno. Entendemos como tal, por una parte, al conjunto de autoridades que
investidas de poder de amando, integran con el territorio y con el pueblo, al estado; y por
otra, el orden normativo de la conducta jurídica del pueblo.

El Sistema Federal.

Los antecedentes u orígenes del Estado Federal, se remontan a la época en la que


las primitivas colonias localizadas en la costa oriental de Norteamérica, entre el Canadá y
la Florida, iniciaban su movimiento de independencia de la corona inglesa. Los Estados
Unidos de Norteamérica fueron el punto de partida de esta forma de Estado que en la
actualidad ha siso adoptada por casi todos los países del mundo y principalmente por los
de Latinoamérica. Las colonias inglesas para facilitar el éxito del movimiento
independiente que hincaron, se unieron en una alianza, que si bien no constituía una
unión de carácter jurídico-político, sí entrañaba el acercamiento y unión que más tarde
sería la piedra angular del régimen confederado que adoptarían a raíz de la consumación
de su independencia y posteriormente base del actual Estado Federal bajo el cual están
constituidos.

El Estado Federal está dividido para su actividad en dos grandes esferas de


competencia, la federal y la local, y perfectamente delimitadas, las facultades que
128

corresponden a una y otra. Simultáneamente actúan los poderes ejecutivo, legislativo y


judicial de cada Estado. Dentro de los elementos distintivos del Estado Federal, se
encuentra ala obligación de cada uno de los Estados componentes de la Unión, de darse
su propia constitución, la cual debe siempre estar acorde con los postulados establecidos
en la Carta Federal, la que no pueden contravenir bajo pena de nulidad del acto.

El estado Federal Mexicano no tuvo en su creación un cauce como el de la Unión


Norteamericana, en donde colonias organizadas en sus regímenes interiores, delimitadas
en su territorio y con sus autoridades y legislaciones propias, se unieron en una
confederación para después, ya convertidas en Estados políticamente organizados, formar
el Estado Federal, dotándolo de determinadas facultades que lo constituían superior a los
que la integraban. De un conjunto de Estados independientes, libres y soberanos, surgió
un nuevo estado superior a cada uno de ellos, al que dotaron de facultades que no podrían
ser invalidadas por los que lo integraban.

El Estado Federal Mexicano tuvo otro origen. En la época colonial el territorio


nacional era uno, sin que existieran demarcaciones que pudieran dar manifestaciones de
una división regional o estatal. Su movimiento de independencia surgió en forma
nacional, sin que podamos afirmar , como acaeció en Norteamérica, que hubieran
cooperado a dicho movimiento determinadas entidades estatal o regionalmente divididas,
aportando hombres, material bélico, alimentos etc., pues insistimos, no existían
demarcaciones regionales determinadas y mucho menos entidades políticamente
organizadas en forma independiente respecto de otras. El estado era uno, razón por la que
consideramos lógicamente que desde el nombre que se dio al México independiente de
“Estados Unidos Mexicanos”, fue incongruente con los antecedentes que le originaron. El
Estado Federal Mexicano, nacido en el año de 1824, no fue creado por la unión de varios
Estados independientes; por el contrario, el Estado mismo en el acta que lo creó, creó a su
vez a los estados y les otorgó facultades; aquellas que no reservó para sí. Tuvo por esto
un origen distinto al de ala Unión Norteamericana.

Nuestra Constitución, en su artículo 40, entre otras características, reconoce a


nuestro estado su carácter de federal.

Como hemos visto, esta forma de estado para su funcionamiento implica en primer
lugar la división de la competencia de la autoridad en dos grandes esferas, una de la que
son titulares las autoridades federales y otra que corresponde para su ejercicio a las
autoridades locales.

Nuestra legislación constitucional en vigor, en su artículo 41, reconoce la división


de la competencia de las autoridades en la forma antes indicada, al prescribir que el
pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes de la unión en los casos de la
129

competencia de éstos y por los de los Estados en lo que toca a sus regímenes interiores
en los términos respectivamente establecidos en la presente Constitución y las
particulares de los Estados, las que en ningún caso podrán contravenir las
estipulaciones del Pacto Federal.

Del texto trascrito se desprende que el estado Federal está compuesto de diversas
entidades independientes en sus regímenes interiores, las que deben ajustarse a las
disposiciones de la Constitución Federal de la República y que el poder para su ejercicio
se divide en dos grandes categorías: los Poderes del estado Federal y los Poderes de cada
una de las entidades que componen la Unión, cada uno dentro de la esfera de su
competencia, la cual queda debidamente delimitada por la propia Constitución.

Ambos gobiernos en consecuencia, tanto federal como el local, tienen jurisdicción,


facultades y poderes propios y uno limita la actuación de otro en atención a que ni el
gobierno Federal puede invadir legítimamente el ámbito de competencia del gobierno
local no éste el de aquél. Ambos tienen delimitadas constitucionalmente las facultades
que a cada uno le corresponden.

Representatividad, Democracia y Soberanía.

Representatividad. Una de las características de nuestro gobierno es la de su


naturaleza representativa, que en los términos del artículo 39 de nuestra ley fundamental,
es la que el pueblo, en ejercicio de su soberanía, se otorgó. Por virtud de ella, de la
representación, en su carácter de elector de sus autoridades interviene en forma indirecta
y por conducto de ellas en el ejercicio del poder que les ha delegado; Presidente de la
República, Diputados y Senadores al Congreso de la Unión, Ministros de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación y demás integrantes del Poder Judicial Federal, ejercen sus
funciones como representantes del pueblo.

Democracia. “Todo poder público dimana del pueblo y se instituye en beneficio de


éste”, dice en parte relativa nuestro artículo 39 Constitucional. La democracia es el
gobierno del pueblo y para el pueblo; tiene como característica principal, la libertad del
hombre como parte integrante del estado, para participar en la vida política de éste,
jurídicamente es el gobierno de todos para todos, y en beneficio de todos. El pueblo por
medio del voto, emite su voluntad y elige así a sus autoridades, hecho lo cual queda
sometido a los mandatos de éstas, que siempre deberán actuar de acuerdo con las normas
jurídicas en vigor.

Soberanía. Cuando el hombre actúa con su propia voluntad y sin influencia de


elementos extraños, como respuesta pura al ejercicio de su libre albedrío y determinando
su conducta por sí mismo, podemos asegurar que es libre.
130

Apliquemos este concepto de libertad individualmente considerada al campo del


Derecho Público y legaremos a la conclusión con el doctor Tena Ramírez que la
autodeterminación de la voluntad colectiva de un pueblo es la soberanía.

A través de la historia, el pueblo ha hecho de este derecho de autodeterminación


colectiva en dos formas: directa la una, indirecta la otra. Debido a la alta densidad de
población de los Estados, la forma directa de gobierno casi no es dable en la actualidad.
En la forma indirecta o por representación, el pueblo, en ejercicio de su derecho de
autodeterminación, designa de entre sus elementos determinadas personas a quienes da su
representación y delega sus facultades para que por su conducto se haga valer su
voluntad.

Es la cualidad de una sola potestad pública que manda sobre los suyos y que en
nombre de los suyos trata con los demás. Dos son las características del poder soberano.
Su independencia y su supremacía. La primera, su independencia, se refiere a las
relaciones internacionales, merced a las cuales el poder soberano de un Estado existe
sobre bases de igualdad con relación a los demás Estados soberanos. En la medida que
un estado se haya subordinado a otro, su soberanía amengua o desvanece se. La
independencia, es pues, cualidad de la soberanía exterior. La característica suprema del
poder soberano, se refiere al aspecto interior de su ejercicio, por cuanto es aplicable en
relación con los individuos y las colectividades contenidas dentro del estado. La
soberanía interior es por lo tanto, un superlativo mientras que la soberanía exterior es
un comparativo de igualdad.

Las ideas acerca de este concepto, no fueron de la atención de los tratadistas de la


antigüedad. Fue a finales de la edad media cuando se dio nacimiento al concepto de la
soberanía, y desde el siglo XVI hasta nuestros días, ha sido tema de constante debate
entre los tratadistas. No han faltado autores de reconocido prestigio que nieguen su
existencia en tanto otros lo tratan con indiferencia, o simplemente lo ignoran.

Etimológicamente, el vocablo soberanía denota lo que está por encima de todo (de
“súper”, sobre, se formó “superanía”, soberanía, palabra que según otros deriva de
“súper” “omnia”, sobre todas las cosas). “El poder que está por encima de todos es
precisamente el que no admite limitaciones o determinaciones jurídicas extrínsecas”.
“llamamos pues, soberanía a la facultad absoluta de autodeterminarse mediante
expedición de la ley suprema que tiene una nación” dice Tena Ramírez.

Teoría de la División de Poderes.


131

El artículo 49 Constitucional, establece que para su ejercicio, el Supremo Poder de


la Federación se divide en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, admitiendo así la división de
poderes que tuvo como fuentes las ideas de Aristóteles Locke y Montesquieu. Para el
primero, el Estado debería dividirse para su funcionamiento en tres elementos: la
Asamblea General; el Cuerpo de Magistrados y el Cuerpo Judicial.

La teoría de la división de poderes quedó casi sin aplicación hasta el siglo XVIII, en
que nuevamente despertó éstas ideas Locke, para quien el poder, para su ejercicio,
debería dividirse en tres partes; una que correspondería al poder legislativo, otra al poder
ejecutivo y una última al poder federativo, o derecho de hacer la paz o la guerra. Para
Locke no existía el poder judicial y estimaba que el poder legislativo y el ejecutivo
deberían estar separados, porque la tentación de poner la mano en el poder sería muy
grande si las mismas personas que tienen el poder de hacer las leyes, tuvieran también el
de ejecutarlas.

Montesquieu, en su norma de que el poder debe contener poder, pensó que debería
dividirse en tres organizaciones: el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder
judicial, sin que dejara de considerar a éste último en cierta amanera nulo y solamente
como un poder regulador de los actos de los otros dos. La división de poderes propuesta
por Montesquieu era rígida, los poderes deberían ser libres y autónomos unos de los
otros.

Nuestra Constitución admite la división de los tres poderes en: legislativo, ejecutivo
y judicial, pero no en la forma rígida propuesta por Montesquieu, sino en forma de
colaboración.

De los tres a que hemos hecho mención, sólo los dos primeros están investidos de
poder: el legislativo a través de la ley y el ejecutivo por medio de la fuerza material; el
judicial no tiene voluntad de mando, sus actos están sólo encaminados a esclarecer la
voluntad emitida por el poder legislativo y está desprovisto de toda fuerza material. No
obstante esto, a través del juicio de amparo, desempeña funciones especiales que le dan la
categoría de poder, mediante las cuales se coloca al nivel de la Constitución, por encima
de los otros dos a los que, en nombre de ella, juzga y limita.

Régimen Parlamentario y Régimen Presidencial.

Las relaciones entre sí de los poderes legislativo y ejecutivo, son realizadas de


diferente manera por dos sistemas principales: el parlamentario y el presidencial.

El primero debe su nombre a la preponderancia que el legislativo tiene respecto al


ejecutivo. Este sistema nació en Inglaterra y para su debido funcionamiento se requiere,
132

además de la existencia de partidos organizados, de una alta educación cívica, ya que sin
ningún respeto absoluto para la opinión de la mayoría, el parlamentario no podría tener su
realización. Precisa que el ejecutivo refleje en sus actos la voluntad del pueblo,
manifestada a través del Parlamento; el jefe del gobierno designa su gabinete de acuerdo
con la mayoría que prevalezca en el Parlamento; el gabinete debe obrar siempre de
conformidad con la mayoría parlamentaria a la que pertenece y es el gabinete el único
responsable de los actos del ejecutivo frente al Parlamento frente a la opinión pública.
Elemento esencial del gobierno parlamentario es la existencia de un gabinete o
ministerio, integrado exclusivamente por miembros del Parlamento, en el cual gabinete
se deposita en realidad el ejercicio del poder ejecutivo y cuyos componentes todos son
política y solidariamente responsable ante el Parlamento mismo, de los actos
gubernamentales del organismo colectivo ministerio. El jefe del ejecutivo no es libre de
designar a sus ministros, por lo que la responsabilidad política en el régimen
parlamentario no es el jefe del jefe gobierno sino del gabinete y siempre frente al
Parlamento; el jefe del estado está al margen de las responsabilidades del gabinete e
inmune a sus cambios.

En el régimen parlamentario, cuando para determinado acto hay oposición entre el


gabinete y el Parlamento, se supone que alguno de los dos no interpreta la
Voluntad popular y como todos los actos de autoridad deben ser precisamente la voluntad
popular, el jefe del ejecutivo tiene el derecho de disolver la asamblea popular y convocar
a elecciones. El pueblo será quien resuelva en última instancia, si apoya la política del
Parlamento o la del ejecutivo. Si el ejecutivo no tuviera la facultad de disolver el
Parlamento, se llegaría al absolutismo o congresionismo.

En el sistema presidencial, el jefe del ejecutivo designa libremente a sus


colaboradores inmediatos, que son los secretarios de Estado. Los actos de éstos son
siempre actos del jefe de gobierno, ya que en su actuación obran en representación de
éste. El único responsable constitucional de los actos del ejecutivo es el jefe del mismo;
no necesita, en general, contra con la voluntad de sus secretarios para la realización de
sus actos. En el sistema presidencial no hay subordinación del ejecutivo al legislativo
sino por el contrario, tiene cierto predominio sobre éste último, por el hecho de poder
convocar a sesiones extraordinarias, de iniciar leyes, de vetarlas, etc.

El sistema presidencial nació en estados Unidos de Norteamérica y se ha ido


generalizando principalmente entre los países latino americanos.

Existen algunos postulados de nuestra Constitución que dan la apariencia de que


nuestro régimen presidencial se aparta del sistema y se acerca en determinados aspectos
al parlamento. Conforme al artículo 92, todos los reglamentos, decretos y órdenes del
Presidente deben estar firmados por el secretario del Despacho encargado del ramo a que
133

el asunto corresponda, y sin éste requisito no serán obedecidos. Estos actos en la teoría
constitucional se conocen con el nombre de refrendos.

Las finalidades del refrendo teóricamente pueden ser tres: certificar la autenticidad
de una firma; limitar la actuación del jefe de gobierno, mediante la participación del
secretario de Estado o Jefe de Departamento Administrativo, indispensable para la
validez de aquella; o trasladar la responsabilidad del acto refrendado del Jefe de Gobierno
al Secretario de estado o Jefe del Departamento Administrativo refrendatario.

La primera de las finalidades no es exacta; no pueden autentificar la firma del jefe


del ejecutivo puesto que el primero que firma es el secretario de Estado
Y después el Presidente de la República. Esto tiene por objeto que el secretario de
Estado asuma la responsabilidad del acto frente al Presidente de la República: el
secretario propone bajo su responsabilidad el acto al Presidente de la República; sí éste
coloca su firma, el acto para los efectos de la responsabilidad, sigue siendo del secretario
en relación con el Presidente, pero en relación con los otros poderes, y frente a la nación,
es exclusivamente el Presidente.

La segunda finalidad acerca más en apariencia nuestro sistema al régimen


parlamentario, ya que el acto del Presidente sin la firma del secretario es nulo, caso que
aparece también en el régimen parlamentario, sólo que en el régimen presidencial el jefe
del ejecutivo está en posibilidad de cambiar su secretario de Estado hasta encontrar
alguno que refrende el acto por él propuesto, en tanto que en el régimen parlamentario la
designación y la renuncia del gabinete dependen de la mayoría que prevalezca en el
Parlamento y no de la voluntad del ejecutivo. El refrendo en el sistema Presidencial
puede ser a lo sumo una limitación moral que el jefe del ejecutivo, consciente de su
responsabilidad, debe tomar en consideración.

La tercera finalidad o sea la de hacer recaer la responsabilidad en el ministro


signatario, no es propia del régimen presidencial, en el que como hemos visto, el jefe del
ejecutivo es directamente responsable de los actos políticos de sus secretarios de Estado;
éstos obran en nombre de aquél. El refrendo no persigue en nuestro sistema la finalidad
de eximir de responsabilidad al Presidente para transferirla al refrendatario.

Las Facultades extraordinarias y la suspensión de garantías.

Al principio general de la división de poderes, nuestra Constitución hace dos


excepciones: las facultades extraordinarias y la suspensión de garantías.

El artículo 29 constitucional, es el medio para proveer al ejecutivo de las


autorizaciones que el Congreso estime convenientes para hacer frente a una situación
134

grave. El otorgamiento de facultades extraordinaria artículo 49 en relación con el


anterior, presupone casos de invasión, de perturbación grave de la paz pública o cualquier
otro que ponga a la sociedad en grande peligro o conflicto. El otorgamiento de facultades
extraordinarias sólo corresponde al Congreso y nunca a la Comisión Permanente.

Establece el primero de los preceptos indicados que en los casos de invasión,


perturbación grave de la paz pública o cualquier otro que ponga a la sociedad en grande
peligro o conflicto, procede la suspensión de garantías. La suspensión de la garantías
individuales significa que se derogan relativamente las limitaciones otorgadas por la
Constitución a favor de los derechos de los individuos. Para que proceda se requiere que,
solicitada por el Presidente de la República, con la aprobación de los secretarios de
estado, el Jefe del Departamento Administrativo que hay y el Procurador General de la
República, la decrete el Congreso de la Unión o en sus recesos la Comisión Permanente.

La única autoridad que puede solicitar y utilizar la suspensión de garantías, es el


Presidente de la República; las demás autoridades siguen sometidas a los postulados
contenidos en ellas.

Las garantías individuales sólo pueden suspenderse en cuanto fueren obstáculo para
hacer frente rápida y fácilmente a la situación y es el Jefe del ejecutivo el que a su
discreción debe determinar que garantías individuales quedarán suspendidas; pueden
suspenderse en todo el país o en un lugar determinado. La suspensión debe producir sus
efectos por tiempo limitado. La ley del 1º de julio de 1942 determinó que la suspensión
duraría el tiempo de la guerra y sería prorrogable a juicio del ejecutivo hasta 30 días de la
fecha de cesación de las hostilidades. La suspensión no puede referirse a determinado
individuo sino en términos generales, ya que en caso contrario se convertiría en una ley
privativa. La suspensión de garantías es relativa en su aplicación, sólo existe y opera en
cuanto se refiere a cierta autoridad, a determinadas garantías, a lugar concreto y por
tiempo limitado.

Los Poderes Legislativo y Judicial.

Unicamarismo y Bicamarismo.

El sistema bicamarista nació en Inglaterra en el siglo XIV al agruparse los


integrantes del Parlamento en dos cuerpos distinto: en la cámara de los Lores o Cámara
Alta, que representaba a la nobleza y a los grandes propietarios, y en la Cámara Baja de
los Comunes, que representaba al pueblo. Este sistema fue posteriormente adoptado por
el pueblo Norteamericano, pero con fines diversos. En la convención de Filadelfia, fue
objeto de grandes discusiones el problema que significaba la integración de las cámaras
por cuanto al número de representantes se refería, mientras los estados grandes pugnaban
135

por tener mayor número de representantes, al tratar que éstos se eligieran en proporción
al número de habitantes de cada estado, los Estados pequeños luchaban porque los
representantes fueran nombrados en igual número para todas las entidades. Al ser
adoptado en la Asamblea el plan Franklin, se conciliaron los intereses en pugna, dando a
la Cámara de Diputados una representación proporcional al número de habitantes de cada
Estado y a la Cámara de Senadores una representación igual en número para cada
entidad.

El sistema bicamarista presenta entre otras las siguientes ventajas:

a) Debilita la tendencia natural del Poder Legislativo a estar por encima del
Ejecutivo, equilibrando de éste modo la división de poderes.

b) En caso de conflicto entre una de las Cámaras y el Ejecutivo, puede la otra


intervenir como mediadora.

c) El tiempo que transcurre entre la discusión de un problema de ley en la primera


cámara y la revisión que del mismo debe hacer la segunda, puede serenar la controversia
que se suscitara por pretender con precipitación aprobar una ley.

En México casi todas las disposiciones constitucionales


han adoptado el sistema bicamarista. La de 1824 estableció el bicamarismo de tipo
norteamericano o federal, con dos cámaras, una de Diputados, con representación
proporcional al número de habitantes de cada estado, y una de senadores, compuesta por
dos representantes de cada estado. La Constitución de 1836, no obstante su carácter
centralista, consagró el sistema bicamarista, pero en virtud de haber desaparecido los
Estados, los miembros del Senado se nombraban por elección indirecta que hacían las
Juntas Departamentales de acuerdo con tres listas de candidatos formadas
respectivamente por la Cámara de Diputados, la Junta de Ministros y la Suprema Corte
de Justicia. Los diputados eran electos popularmente y en proporción al número de
habitantes. Las bases orgánicas de 1843, que tuvieron un carácter centralista más
acentuado, reconocieron el bicamarismo, sólo que en esta legislación el Senado adquirió
un cierto matiz de representante de clases. El Acta de Reformas de 1846 alteró la
organización federalista del Senado, además de dos representantes de cada uno de los
Estados y del Distrito Federal, debería estar integrado por un número de Senadores
equivalente a los Estados, elegidos por los demás Senadores, los Diputados y la Suprema
Corte, entre aquellas personas que hubieren desempeñado puesto de importancia en la
misma forma establecida en las Bases Orgánicas de 43. El Constituyente de 56 suprimió
el bicamarismo, adoptando el sistema Unicamarista, en contra de la opinión de los
Diputados Olvera y Zarco.
136

En el año de 1867, Lerdo de Tejada propuso se volviera al sistema bicamarista y fue


hasta 1874 cuando cristalizó ésta idea, que no ha sido variada hasta nuestros días.

El bicamarismo es reconocido por la Constitución en vigor en su articulo 50, que


establece: “El poder legislativo de los Estados Unidos Mexicanos se deposita en un
Congreso General, que se dividirá en dos cámaras, una de Diputados y otra de
Senadores”.

La Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores.

La Cámara de diputados se compone de representantes de la Nación, electos en su


totalidad cada tres años, por los ciudadanos mexicanos.

La Cámara de diputados estará integrada por trescientos diputados electos, según el


principio de votación por mayoría relativa, mediante el sistema de distritos electorales
uninominales, y hasta doscientos diputados que serán electos según el principio de
representación proporcional mediante el sistema de listas regionales, votadas en
circunscripciones pluri nominales. (art. 52 Constitucional).

A continuación vamos a tratar de explicar brevemente lo anterior:

Como consecuencia de la “Reforma Política” iniciada por el Presidente José López


Portillo, se modificaron algunos artículos Constitucionales, relativos a la elección de los
Miembros del Congreso.

Con el objeto de garantizar la debida representación de las minorías, así como la


presencia de los partidos de oposición, en la Cámara de diputados, se concibió un sistema
mixto de elección que sustituyó a la práctica anterior que daba acceso a la Cámara a los
llamados DIPUTADOS DE PARTIDO. Este sistema consiste básicamente en que el ciudadano,
el día de la elección, votará por dos fórmulas autónomas de candidatos a diputados.

La primera, llamada por principio de MAYORIA RELATIVA, en la que se encuentran los


candidatos propuestos según el sistema de DISTRITOS ELECTORALES UNINOMINALES.

Esta es la forma en que tradicionalmente se ha venido eligiendo a nuestros


representantes, y consiste en dividir la población total de nuestro país en trescientos
distritos electorales, de manera que cada partido político señale una fórmula de
candidatos (uno propietario y un suplente), por cada distrito, para que los habitantes de
ese distrito elijan a través del voto.
137

Será diputado por cada distrito electoral, el candidato del partido cuya fórmula haya
obtenido mayor número de votos.

En la segunda, llamada por principio de REPRESENTACION PROPORCIONAL, se


encuentran los candidatos propuestos según el sistema de listas regionales, y que se votan
en CIRCUNSCRIPCIONES PLURINOMINALES.

Para llevar a cabo ésta elección, se divide al país hasta en cinco circunscripciones
electorales, y cada partido político registra las listas donde se encuentran enumerados los
candidatos que postula; estos candidatos deben ser distintos a los postulados en los
distritos electorales uninominales; para que los partidos políticos puedan obtener el
registro de sus listas regionales de candidatos, deberán acreditar que participan con
candidatos a diputados por mayoría relativa, por lo menos en la tercera parte de los
trescientos distritos uninominales: (art. 54 Frac. I Constitucional.)

Un partido político tendrá derecho a que se le atribuyan diputados, de acuerdo al


sistema de representación proporcional, cuando:

a) Alcance por lo menos, el I.5% del total de la votación emitida para todas las
listas regionales de las circunscripciones plurinominales (art. 54 frac. II Constitucional).

b) Haya obtenido el 51% o más de la votación nacional efectiva y que su número de


constancias de mayoría relativa represente un porcentaje superior o igual a su por ciento
de votos en la Cámara, o bien, que haya obtenido menos del 51% de la votación nacional
efectiva y que su número de constancias de mayoría relativa sea igual o mayor a la mitad
más uno de los miembros de la Cámara.

Al partido que cumpla con los supuestos señalados anteriormente, le serán


asignados el número de diputados de su lista regional que corresponda al porcentaje de
votos obtenidos en la circunscripción pluri nominal correspondiente. La ley determinará
las fórmulas electorales y los procedimientos que se observarán en dicha asignación; en
todo caso, se seguirá el orden que tuvieren los candidatos en las listas correspondientes
(art. 54 frac. III Constitucional).

La Cámara de Senadores se compone de dos miembros por cada Estado y dos por
el distrito Federal, electos directamente y en su totalidad cada seis años.

Por cada senador propietario se elegirá un suplente (art. 57 Constitucional).

Los senadores y diputados al Congreso de la Unión, no podrá ser reelectos para el


periodo inmediato; pero los senadores y diputados suplentes podrán ser electos para el
138

periodo inmediato con el carácter de propietarios, siempre que no hubieren estado en


ejercicio (art. 59 Constitucional).

Los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el
desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas (art. 61
Constitucional). Esta prerrogativa se ha llamado fuero. Transcribiremos el comentario
que el Lic. Caso hace en su obra con respecto a esta cuestión:

El fuero es sólo una salvaguardia del diputado o senador, contra las autoridades y
con motivo de lo que expresen en virtud de su cargo; es sólo la defensa para evitar que
sufran ataques, principalmente por el Poder Ejecutivo.

Debemos entender entonces, que es indispensable que exista el fuero para los
miembros del Congreso, sólo para protegerlos contra los actos de la autoridad motivados
en opiniones que expongan en el ejercicio de su cargo, mas no como una patente de
inmunidad para cometer delitos del orden común.

Los diputados y senadores propietarios, durante el periodo de su cargo, no podrán


desempeñar ningún otro empleo o comisión de la Federación o de los Estados por los
cuales disfruten sueldo, sin licencia de la Cámara respectiva, so pena de perder su
carácter de representantes populares (art. 62 Constitucional).

Cada una de las Cámaras puede, sin la intervención de la otra, dictar resoluciones
relativas a su régimen interior; comunicarse con la otra Cámara colegisladora y con el
Ejecutivo de la Unión por medio de comisiones de su seno; nombrar los empleados de su
secretaría; hacer el reglamento interior de la misma, y expedir convocatoria para
elecciones extraordinarias, con el fin de cubrir las vacantes de sus respectivos miembros
(art. 77 Constitucional).

FUNCIONAMIENTO DEL CONGRESO.- Las Cámaras funcionan mediante la celebración


de sesiones. Una sesión es la reunión de la Cámara de Diputados o de la de Senadores
para conocer y discutir los asuntos que, de acuerdo con la Constitución, les competen.

Las Cámaras no pueden abrir sus sesiones ni ejercer su cargo sin la concurrencia,
en la de senadores, de las dos terceras partes, y en la de diputados, de más de la mitad del
número total de sus miembros (art. 63 Constitucional). Este número de asistencias que
exige la constitución es lo que se llama quórum; es decir, número de individuos
necesarios para que sea válida una votación.

Los diputados y senadores que no concurran a una sesión sin causa justificada o sin
permiso del presidente de la Cámara respectiva, no tendrá derecho a la dieta
139

correspondiente al día en que falten (art. 64 Constitucional). Se entiende por dieta los
honorarios que cobran los miembros del Congreso mientras desempeñan su cargo.

El Congreso de la Unión tiene dos periodos de sesiones extraordinarias: El primero


será del 1º de noviembre hasta el 31 de diciembre del mismo año, si es necesario y el
segundo del 15 de abril hasta el 15 de julio.

En ambos periodos el Congreso se ocupará del estudio, discusión y votación de las


iniciativas de ley que se les presenten y de la resolución de los demás asuntos que le
correspondan conforme a la Constitución. (arts. 65 y 66 Constitucionales).

El Congreso, o una sola de las Cámaras, pueden reunirse en sesiones extraordinarias


cuando se trate de asuntos urgentes y sean convocadas por la Comisión Permanente (art.
67 Constitucional).

A la apertura de sesiones ordinarias debe asistir el Presidente de la República y


presentar un informe por escrito, en el que manifieste el estado general que guarde la
administración pública del país (art. 69 Constitucional).

Toda resolución del Congreso tendrá carácter de ley o decreto, las cuales se
comunicarán al Presidente de la República firmados por los presidentes de ambas
Cámaras y un secretario de cada una de ellas. (art. 70 Constitucional).

Requisitos para ser Diputado y Senador.

Los artículos 55 y 58 de nuestra Constitución determinan los requisitos necesarios


para poder ser candidato a diputado y senador, de los que aparece:

I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en el ejercicio de sus derechos. Hemos


visto que para todos los actos políticos se requiere el carácter de ciudadano, pero para
poder ser votado al cargo de diputado o de senador, se requiere no sólo ser mexicano,
sino serlo por nacimiento. El requisito de la nacionalidad por nacimiento con exclusión
de la nacionalidad por naturalización no existía en la Constitución del 57, fue adoptado
por nuestra actual legislación para evitar los peligros a que se expone dar la
representación política de una nación a extranjeros naturalizados, quienes en un momento
de posible conflicto, podrían constituir un peligro para la seguridad de la nación.

II. Se requiere una edad de 21 años cumplidos para poder ser candidato a diputado
o de 30 para poder serlo a senador. Este requisito de la edad es explicable, dado que las
funciones propias del diputado o del senador, son de mucha más responsabilidad que las
simples del ciudadano. Sólo por verdadera tradición se requiere mayor edad para ser
140

senador, si tomamos en consideración que las funciones de ambos son similares. A través
de la historia, la Cámara de Senadores siempre ha tenido una característica de mayor
madurez; el Senado Romano estaba integrado por hombres de edad avanzada, de ahí que
derive su nombre del vocablo “senex”, hombre selecto, de edad avanzada.

III. Ser originario del estado en que se haga la elección o vecino con residencia
efectiva de más de 6 meses anteriores a la fecha de ella, sin que la vecindad se pierda
por ausencia del desempeño de cargos públicos de elección popular. Esta exigencia
obedece a que tanto el diputado como el senador son representantes del pueblo, electos
por éste y lógico es que para una mejor elección, el pueblo debe conocer a su candidato:
Aunque ambos representan a todo el país, la elección se hace por distritos electorales.

IV. No ocupar ningún puesto público cuando menos 90 días antes de la elección.
Lo anterior, a efecto de evitar presiones sobre los electores o fraudes electorales.

V. No ser ministro de algún culto religioso. Esta prohibición de pertenecer a algún


culto religioso, se justifica por la separación existente entre Iglesia y estado.

VI. Por último, prohíbe el artículo 55 en relación con el 59, la reelección de


diputados y senadores para el periodo inmediato siguiente, la que alcanza tanto al titular
como al suplente, cuando éste ha ejercido la función.

Duración en el cargo legislativo y renovación de las Cámaras.

Los puestos de elección popular, como los de diputados y senadores, se alcanzan


por voto directo del pueblo, como una conquista democrática que eliminó el impropio
sistema de designación de electores. Abundando en las ideas de Francisco I. Madero y
Venustiano Carranza, nuestra Constitución establece la elección de estos funcionarios por
el voto directo del pueblo sin la presencia de intermediarios, por medio del sufragio
secreto, que garantiza al ciudadano su emisión en forma aislada y sin presiones extrañas.

De acuerdo con el artículo 51 Constitucional, los diputados federales deben ser


electos en su totalidad cada tres años y en los términos del 56, la Cámara de Senadores se
compondrá de dos miembros por cada Estado y dos por el Distrito Federal, que durarán
en su encargo seis años y se renovarán por mitad cada tres.

Por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de 7 de abril de 1988,


para surtir efectos a partir del 1º de septiembre siguiente, quedó establecido que tanto los
diputados como los senadores que se elijan para las LIV Legislatura, durarán en su
encargo del 1º de septiembre de 1988 al 31 de octubre de 1991 y los senadores electos
141

para la LV Legislatura, durarán del referido 1º de septiembre de 1988, al 31 de octubre de


1994.

Quórum requerido para actuar cada una de ellas.

Para que la Cámara de Senadores o la de Diputados puedan actuar, no es


indispensable la concurrencia a las sesiones de todos sus miembros electos, basta la
concurrencia de las dos terceras partes de los senadores nombrados para que exista
quórum en la primera y más de la mitad de los diputados electos para que legítimamente
pueda actuar la segunda. Este principio general está establecido en el artículo 63
Constitucional.

El artículo 84 del propio ordenamiento hace una excepción al quórum indicado, al


establecer que cuando falta el Presidente de la República dentro de los dos primeros años
de su ejercicio, el Congreso, erigido en Colegio Electoral, nombrará al Presidente interino
que lo supla, debiéndose integrar el Colegio Electoral con la concurrencia cuando menos
de las dos terceras partes de los miembros de cada una de las cámaras, aumentando así el
quórum requerido en general para la Cámara de Diputados de más de la mitad, a las dos
terceras partes del total de sus miembros.

Otro caso de excepción está contenido en los párrafos siguientes del propio artículo
63, que establecen que los miembros presentes de una y otra cámara, sea el número que
sea de ellos, deberán reunirse el día señalado para el efecto por la ley y compeler a los
ausentes a que concurran dentro de los treinta días siguientes y, en caso de no hacerlo,
citarán a los suplentes para que concurran dentro de igual término, y en caso de que
tampoco lo hicieran, declararán vacantes sus puestos y convocarán a nuevas elecciones.
En este caso se reúnen las cámaras sin el quórum prescrito por la primera parte del
artículo citado y legítimamente toman las determinaciones a que nos hemos referido.

Reunidas ya las cámaras con el quórum necesario para cada una de ellas, sus
decisiones se toman por mayoría. Esta mayoría puede ser absoluta o relativa. La primera
es integrada por más de la mitad de los miembros presentes en la sesión y generalmente
decide sobre la aprobación de determinada proposición en relación con la cual unos han
votado en pro y otros en contra. La mayoría relativa existe cuando se vota en relación con
dos o más proposiciones, de las cuales triunfará la que tenga mayor número de votos, aún
cuando no lleguen a más de la mitad de los presentes.

Existen algunos casos de excepción a la mayoría absoluta y a la relativa, contenidos


en la propia Constitución. En efecto, se requiere una mayoría no inferior a las dos
terceras partes del número total de votos.
142

a) Para superar el veto del Jefe del Ejecutivo de acuerdo con el inciso “C” del
artículo 72.

b) Para que pueda ser votada la erección de un nuevo Estado dentro de los límites
existentes, de acuerdo con el inciso quinto de la fracción III del artículo 73.

c) Para que pueda ser declarado culpable de delitos oficiales un funcionario con
fuero, artículo 111 de la Constitución.

d) Para poder reformar la Constitución, de acuerdo con lo que prescribe el artículo


135.

Por cuanto se refiere a la mayoría relativa, también hay un caso de excepción: el


contenido de la fracción V del artículo 76, que ordena una votación no mínima de las dos
terceras partes de los miembros presentes del Senado, para poder nombrar al gobernador
de un Estado, del cual han desaparecido sus poderes, de la propuesta en terna del
Presidente de la República.

En el Diario Oficial de la Federación del 7 de abril de 1986, fue publicado un


Decreto por virtud del cual se amplió a dos, el periodo de sesiones de las Cámaras que era
de cuatro meses contenidos del 1º de septiembre al 31 de diciembre de cada año, para
celebrar dos Periodos Ordinarios de Sesiones, de los cuales el primero tendrá lugar a
partir del 1º de noviembre para concluir el 31 de diciembre de cada año y el segundo
habrá de ser iniciado el 15 de abril de cada año, para concluir a más tardar el 15 de julio
del mismo año.

En el propio Decreto fueron contenidas reformas al artículo 69, por las cuales
ordena que el Presidente de la República deba asistir a la apertura del primer periodo de
sesiones y presentará un informe por escrito, del estado general que guarde la
administración pública del país.

Estas reformas surten sus efectos a partir del 1º de septiembre de 1989.

En la Constitución de 1857 la facultad de convocar a sesiones extraordinarias se


depositó en la Comisión Permanente, facultad que en el texto original de la de 1917 fue
otorgada al ejecutivo, para posteriormente y por reforma hecha en el año de 1923, se
volviera a dejar en manos de la permanente por sí o a instancias del ejecutivo.

La facultad de convocar a sesiones extraordinarias de que está investida la


Comisión Permanente por sí o a instancias del ejecutivo, requiere que sea aprobada
143

cuando menos por las dos terceras partes de los individuos presentes y además que la
convocatoria contenga una lista de objeto u objetos para los que se convoca.

El fuero constitucional y la responsabilidad de los servidores públicos.

Como producto del deseo de que los funcionarios públicos desempeñen en forma
adecuada y eficaz sus actividades, contiene paralelas nuestra constitución dos corrientes:
la primera para asegurar independencia a los altos funcionarios públicos a fin de que los
otros poderes no les interrumpan en sus funciones y la otra para protegerlos de acciones
que pudieran ejercitarse en su contra por actos que en otras condiciones y entre
particulares, pudieran entrañar la comisión de un delito, por ejemplo: los de injurias,
calumnia o difamación.

De lo anterior deducimos que los funcionarios públicos a que nuestra carta magna
se refiere, son “irresponsables” respecto a determinados actos e “inmunes” en relación a
otros.

Tal es la irresponsabilidad de los mencionados legisladores frente a las expresiones


que viertan en el desempeño de sus funciones.

Sin apartarse nuestra legislación del principio de igualdad ante la ley, nuestra
constitución considera la responsabilidad de toda clase de delitos y faltas a los
funcionarios públicos, pero algunos de ellos y en el propósito de no entorpecer la función
que tienen encomendada sino por faltas verdaderamente graves, los protege de no ser
enjuiciados durante el tiempo que dure en su encargo.

Lo anterior, en ningún modo significa impunidad respecto al funcionario sino


inmunidad para protección de la función encomendada a él.

Así entendida la inmunidad, podemos comprender por ella al fuero constitucional.

Para mejor entender este tema, precisamos determinar en principio que funcionarios
tienen fuero o gozan de la inmunidad antes descrita. Al efecto, reconoce nuestra
legislación como altos funcionarios de la Federación a los diputados y senadores al
Congreso de la Unión, a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a los
secretarios de despacho, a los jefes de departamento administrativo, a los representantes
de la Asamblea del D. F., al Titular del Órgano de Gobierno del D. F., al Procurador
general de la República y al Procurador General de Justicia del D. F.

Mientras los funcionarios antes enumerados estén en el ejercicio de sus cargos, no


pueden ser procesados por los delitos del orden común que presumiblemente hubieran
144

cometido. Para poder proceder en contra de alguno de ellos, se precisa que, conocida la
acusación formulada en su contra, la Cámara de Diputados, por mayoría absoluta de sus
miembros presentes en la sesión de que se trate, declare si ha lugar a ello, en cuyo caso, si
la resolución fuere afirmativa, se le desaforará y se le pondrá a disposición de las
autoridades judiciales que corresponda para que se le instruya el proceso correspondiente.

Como se verá primero habrá que desaforar para posteriormente proceder en su


contra; pero puede suceder que se encuentre fuera del desempeño de su cargo de
legislador, bien por licencia que hubiere solicitado por el desempeño de un cargo
diferente o bien porque sus funciones como legislador hubieren terminado, caso en que
automáticamente queda a disposición de las autoridades correspondientes.

Si por el contrario, la Cámara declara que no ha lugar a proceder en contra del


funcionario, habrá de suspenderse el procedimiento que se reiniciará en su caso, cuando
el inculpado concluya el ejercicio de su encargo, pues la Cámara no prejuzga de la
comisión del delito cuyo conocimiento y resolución corresponde siempre a las
autoridades judiciales; la Cámara de Diputados, conocidos los antecedentes, sólo declara
si procede o no poner al inculpado a disposición de las autoridades judiciales previo su
desafuero.

El Presidente de la República sólo puede ser acusado de traición a la patria o delitos


graves del orden común y el trámite de la acusación que se hubiere hecho valer en su
contra, no se ventilará ante la Cámara de Diputados sino ante la de Senadores, la que
resolverá con audiencia del inculpado, en resolución que es inatacable.

Si el procedimiento seguido en contra de los diputados y senadores concluye con


absolución, el inculpado podrá reasumir de inmediato sus funciones; pero en caso de
culpabilidad, no se concederá al reo la gracia del indulto.

El fuero no protege al funcionario respecto de demandas del orden civil ni se


requerirá declaración de procedencia para su ventilación.

Para proceder penalmente por delitos federales en contra de los gobernadores de los
Estados, de los diputados locales o de los magistrados de los tribunales superiores de
justicia de los Estados, habrá de seguirse el mismo procedimiento indicado para los
funcionarios que enumeramos en primer lugar, pero en su caso la resolución habrá de
comunicarse a las legislatura locales para que procedan como corresponda en el ejercicio
de sus atribuciones.
145

De acuerdo con el artículo 113, la responsabilidad por delitos y faltas oficiales sólo
puede exigirse durante el periodo en el que el funcionario ejerza el cargo o dentro del año
siguiente.

Procedimiento para la creación de una ley.

El proceso de formación de las leyes debe estar precedido de una iniciativa, la que
están facultados a presentar el Presidente de la República, los Diputados y Senadores al
Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados, de acuerdo con lo que dispone el
artículo 71 de la ley fundamental, así como los Representantes de la Asamblea del
Distrito Federal, en los términos del inciso J, de la Base 3ª de la fracción VI, del artículo
73 del propio Ordenamiento Constitucional.

Cualquiera de las cámaras puede indistintamente avocarse, después de la iniciativa,


su discusión en primer lugar, salvo que se trate de proyectos que versen sobre impuestos,
contribuciones o empréstitos, o sobre reclutamiento de tropas, las cuales deberá discutirse
primero en la Cámara de Diputados.

El proyecto de ley presentado a una de las cámaras, debe ser discutido por ésta, ante
el quórum requerido por la ley. Aprobado el proyecto por la cámara de origen, pasa a la
revisora para su discusión, la cual si lo aprueba, lo pasará al Ejecutivo para su
promulgación, y si éste lo aprueba, lo publicará en el Diario Oficial de la Federación.

Cuando un proyecto es objetado por la mayoría en la Cámara de origen, no podrá


volver a presentarse en las sesiones del mismo año.

Cuando el proyecto es aprobado en la Cámara de origen y al pasar para su discusión


a la revisora es rechazado totalmente por ésta, se regresará a la de origen con las
observaciones que le haga la revisora y si examinado nuevamente fuese aprobado por la
mayoría absoluta de los miembros presentes de la Cámara de origen, volverá a la que lo
desechó, la cual lo pondrá nuevamente a discusión, y si lo aprueba pasará al Ejecutivo
para su publicación, pero si lo rechaza nuevamente, no podrá volver a presentarse en el
mismo periodo de sesiones.

Cuando aprobado un proyecto por la Cámara de origen es parcialmente rechazado


por la revisora, con adiciones o modificaciones, se pasará a la Cámara de origen para que
discuta sobre lo desechado, adicionado o reformado sin alterar la parte no afectada.
Cuando las adiciones o modificaciones de la Cámara revisora son aprobadas por la
mayoría absoluta de los votos presentes en la Cámara de origen, se pasará todo el
proyecto al Ejecutivo para su promulgación. Si por el contrario, las reformas hechas por
la Cámara revisora son reprobadas por la mayoría de votos en la Cámara de origen,
146

vuelve a aquella para que tome en consideración las razones de ésta, y si por mayoría
absoluta de votos presentes desechan en ésta segunda revisión dichas adiciones o
reformas, el proyecto se pasará para su promulgación al ejecutivo en lo que haya sido
aprobado y si insiste la Cámara revisora por la mayoría absoluta de votos presentes en las
adiciones o reformas propuestas, todo el proyecto no podrá volver a presentarse sino
hasta el siguiente periodo de sesiones, a menos que ambas Cámaras acuerden por mayoría
absoluta de sus miembros presentes, que el proyecto sea promulgado y publicado sólo en
su parte no objetada, dejando las reformas o adiciones para discutirlas en el siguiente
periodo de sesiones.

Cuando el proyecto es aprobado en ambas Cámaras y al pasar al Ejecutivo para su


promulgación y publicación, éste lo objeta en todo o en parte, será regresado con las
observaciones respectivas a la Cámara de origen, y si es aprobado por las dos terceras
partes de los votos presentes de cada Cámara, el proyecto será enviado al Ejecutivo para
su promulgación.

El Poder Judicial. Su integración.

La Suprema Corte de Justicia.

El artículo 94 de la Constitución en vigor, establece que “se deposita el ejercicio del


Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia, en Tribunales de
Circuito, colegiados en materia de amparo y unitarios en materia de apelación, y en los
Juzgados de distrito”

De la trascripción que antecede, vemos que el Poder Judicial Federal, para su


ejercicio, se encuentra dividido en tres organismos:

a) En una Suprema Corte de Justicia;

b) En Tribunales de Circuito, Colegiados en materia de amparo y unitarios en


materia de apelación, y

c) En Juzgados de Distrito.

La Suprema Corte de Justicia, a partir de las reformas hechas en el año de 1951 al


artículo 94 mencionado se compone de 21 ministros numerarios que deberán funcionar en
tribunal Pleno o en Salas, auxiliados por cinco ministros supernumerarios que formarán
una Sala Auxiliar.
147

Originalmente la organizó la Constitución en vigor integrada por once ministros que


funcionarán en Pleno, sistema que aumentó el gran rezago del que ya para entonces
adolecía, lo que obligó a reformar el artículo mencionado en el año de 1928, aumentando
a dieciséis el número de ministros y dividiendo su funcionamiento en tres Salas
integradas cada una por cinco ministros o en Pleno. Por primera vez se dio competencia
por materia a cada una de las Salas, las que se encargaban respectivamente de asunto de
carácter pena, civil, y administrativo. Posteriormente, y en el año de 1934, se aumentaron
cinco ministros a los ya existentes, para formar una nueva Sala que excluyó de la
administrativa los asuntos de trabajo, para hacerse de su conocimiento en exclusiva.

La sala auxiliar, creada en el año de 1951, tuvo como original destino el de ayudar a
aminorar el rezago de que adolecía la Suprema Corte en materia civil y posteriormente se
amplió a las materias penal y fiscal.

De acuerdo con el texto del artículo 94 referido, las audiencias de la Suprema Corte,
ya sea en Pleno o por Salas, deben ser públicas, con excepción de aquellos casos en que
lo impida la moral o el interés público, en cuyo supuesto deberán ser secretas. Esta
exigencia, nacida en la Constitución de 1917, tal vez tuvo como fundamento para el
legislador el hecho de que al hacerse pública la votación del ministro, su acuciosidad para
fundar su voto y su sinceridad de convicción para emitirlo, deberían ser mayores al
hacerlo en público que al hacerlo en privado; sin embargo, han sido a través de la
experiencia, mayores las desventajas reportadas por este sistema de audiencia pública, las
que se han traducido en pérdidas de tiempo que prolongan el despacho de los
expedientes.

Para ser Ministro de la Suprema Corte de Justicia se requiere, de acuerdo don el


artículo 95 de nuestra Constitución en vigor, una edad mayor de 35 años y menor de 65.
Este requisito desde luego es justificado por cuanto se refiere a la edad mínima;
efectivamente, será lógicamente después de los 35 años cuando se tenga una madurez de
criterio y de conocimientos que garanticen la idoneidad del desempeño de la actividad
encomendada al ministro. La edad máxima de 65 años exigida por la Ley Constitucional,
no ha sido de la aceptación de muchos autores, entre ellos el doctor Tena Ramírez, quien
la considera injustificada al estimar que “la decrepitud no suele llegar para el
profesionista a los 65 años, sino que antes bien, concurren muchas veces en esa edad los
conocimientos, la experiencia y la serenidad del juicio.

Poseer título profesional de abogado con una antigüedad mínima de cinco años, es
otra de las exigencias que la Constitución establece para poder ser ministro de la Suprema
Corte , requisito que por si sólo se explica y justifica, dado que sólo podrá dar una
correcta interpretación de la ley, quien tenga conocimiento de la misma y será
precisamente el licenciado den derecho, con cinco años cuando menos de antigüedad,
148

quien tenga un mínimo de conocimientos bastantes para desempeñar tan alto cargo en tan
alto tribunal.

El propio artículo como complementario de los anteriores, exige, además, como


requisito para ser nombrado Ministro de la Suprema Corte, ser ciudadano mexicano por
nacimiento, en pleno ejercicio de sus derechos políticos y civiles, gozar de buena
reputación y no haber sido condenado por delito que amerite pena corporal de más de un
año de prisión, pero si se tratare de robo, fraude, falsificación, abuso de con fianza u otro
que lastime seriamente la buena fama en el concepto público, inhabilitará para el cargo,
cualquiera que haya sido la pena.

Por último impone la Constitución el requisito de haber residido en el país durante


los últimos cinco años cinco años, salvo el caso de ausencia en el servicio de la República
por un tiempo menor de seis meses.

Los nombramientos de los Ministros de la Suprema Corte deberán ser hechos por el
Presidente de la República y sometidos a la aprobación del Senado, el que dentro del
término improrrogable de diez días, deberá otorgar o no su aprobación, pasado el cual sin
respuesta, el nombramiento hecho por el Presidente de la República se tendrá por
aprobado.

Para la mejor administración de justicia, la Constitución ha protegido a los


ministros de la Corte y de más altos funcionarios del Poder Judicial Federal, en
percepción de sus emolumentos, estableciendo en su artículo 94 que “la remuneración
que perciban por sus servicios los ministros de la Suprema Corte, los Magistrados de
Circuito y los jueces de Distrito, no podrá ser disminuida durante su encargo”. De esta
manera la Constitución garantiza una independencia de los funcionarios, que los libera
del temor que pudieran representar los otros poderes si estuvieran en posibilidad de
reducir sus sueldos para presionarlos.

Por último, los funcionarios del Poder Judicial, Ministros de la Suprema Corte de
Justicia; Magistrados de Circuito y los Jueces de distrito, están protegidos en el ejercicio
de sus funciones, por un principio de inamovilidad; con ella se les dotó de la
independencia completa de que deben estar investidos para el mejor desempeño de su
encargo. Fue don Emilio Rabasa uno de los más decididos defensores de la inamovilidad
del funcionario judicial. En el año de 1917 fue admitida, y fue hasta el año de 1934, en
que una reforma constitucional la suprimió; en el año de 1944 se reformó nuevamente la
Constitución y se restableció la inamovilidad judicial, la que hasta la fecha está en vigor.

El Juicio de Amparo.
149

En el año de 1840, inspirado en las ideas de Tocqueville, don Manuel Crescencio


Rejón, en un proyecto de Constitución para su Estado, el de Yucatán, hacía aparecer por
primera vez las ideas del juicio de amparo. Es a este eminente jurista a quien corresponde
el alto mérito de haber iniciado institución de tan grandes alcances, como los que
caracterizan este medio nuestro de control de la constitucionalidad.

En su artículo 53, el proyecto referido establecía como facultades para la Suprema


Corte de Justicia, entre otras, la de “amparar” en el goce de sus derechos a quienes
pidieran su protección contra las leyes y decretos de la legislatura que fueran contrarios a
la Constitución o contra las providencias del gobernador o ejecutivo reunido, cuando en
ellas su hubiere infringido el Código Fundamental o las leyes, limitándose en ambos
casos a reparara el agravio en la parte en que éstas o la Constitución hubieren sido
violadas. Por primera vez se utiliza la expresión “amparar”.

Fueron factores determinantes de la aparición del juicio de amparo, en primer lugar,


la organización de los Estados Unidos de Norteamérica, que había ganado reconocido
prestigio; el individualismo expuesto en la Declaración de los Derechos del hombre y del
Ciudadano de 1789, como producto de la Revolución Francesa; y por último, la situación
de tirantez y arbitrariedad que a raíz de su independencia experimentó el pueblo
mexicano, victimado por las autoridades cuya actuación se alejaba de los más principios
de derecho y en particular la tristemente recordada actuación de Antonio López de Santa
Ana.

El juicio de amparo es un sistema de control de la constitucionalidad y de la


legalidad, es medio por el cual logramos en forma efectiva la inviolabilidad de nuestra
Constitución y la exacta aplicación de la ley común.

El juicio de amparo no es una contienda de carácter judicial cuya finalidad sea


dirimir diferencias jurídicas entre dos partes. Su objeto, más amplio, es de lograr la
armonía y el equilibrio social entre la autoridad y la persona o entre ala Federación y los
Estados que la integran. Es un procedimiento de carácter jurisdiccional tanto por el
órgano encargado de su conocimiento como por su naturaleza y su materia. Requiere
petición de parte para ser iniciado. Por manifiesta que sea la violación a la Constitución o
a la legalidad, para la autoridad encargada de su trámite, no es posible iniciar su
procedimiento si no se excita su intervención por medio de una solicitud, de una
demanda.

Como primera e indispensable parte en el juicio de amparo, encontramos al


agraviado o quejoso, que es la persona en perjuicio de quien recae la violación
constitucional, ya en su persona, ya en su patrimonio. Será éste el único capacitado para
solicitar el amparo y protección de la justicia federal. Sin embargo, existe la posibilidad
150

de que una persona no directamente agraviada por la violación constitucional, solicite el


amparo para quien en realidad se encuentra agraviado por el acto violatorio de la
Constitución. Es el caso del amparo interpuesto contra actos que implican privación de la
vida, de la libertad, de deportación, de destierro, o algún otro de los prohibidos en el
artículo 22 constitucional.

La autoridad responsable es también parte del juicio de amparo. El artículo 11 de


la Ley de Amparo considera como tal, a “la que dicta u ordena, ejecuta o trata de
ejecutar la ley o el acto reclamado”. El amparo sólo puede interponerse en contra de
actos de autoridad, no puede pedirse en contra de actos de particulares, los que en caso de
constituir una violación a la Constitución, son objeto de otro procedimiento. Pero no del
amparo.

El Ministerio Público es también parte en todo juicio de amparo de acuerdo con la


fracción IV del artículo 5º de la ley de la materia, pero no es una aparte activa, es una
aparte reguladora del procedimiento, que vela por el cumplimiento de la normalidad
procesal dentro del juicio. Ni rinde pruebas, ni interpone recursos.

Hay ocasiones en que concurre al juicio otra parte, el tercero perjudicado. El acto
que se reclama de la autoridad, puede entrañar una situación jurídica que afecte en
exclusiva al agraviado o quejoso frente a la autoridad responsable, pero puede suceder
que al agraviar el acto a determinada persona, produzca un beneficio a otras
individualmente consideradas, que consecuentemente, al declarar la inconstitucionalidad
del acto reclamado, priva de derechos adquiridos a estos terceros a quienes podemos
definir como la contraparte del quejoso en el procedimiento del que emanó el acto
reclamado.

La sentencia en el juicio de amparo no es una declaratoria de generalidades, sus


efectos son siempre encaminados a restituir al agraviado en el goce de sus derechos
afectados por el acto violatorio de la Constitución, sin que nunca deje sin efectos en su
totalidad al acto que la viola. La sentencia en el amparo sólo beneficia, en caso de que la
violación sea demostrada, a quien o a quienes lo solicitaron.

Los artículos 133, 103 y 107 de la Constitución son las bases que
constitucionalmente fundan la existencia del amparo. El 133 reconoce la supremacía de la
Constitución e impone a todos los jueces la obligación de ajustarse, en su actuación, al
texto constitucional no obstante las disposiciones que en contrario pudiera haber en las
constituciones o leyes de los Estados. El 103 se refiere a la materia contenida del juicio y
el 107 fija las bases que debe revestir su procedimiento.

El Poder ejecutivo.
151

El Presidente de la República.

El artículo 80 de la Constitución General de la República establece que “Se


deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión en un solo individuo que
se denominará Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.” Nuestra legislación, al
igual que casi todas las de los Estados modernos, opta por el ejecutivo de carácter
unipersonal, que tiene como contrapunto el casi desusado sistema pluripersonal por el
que, el ejercicio del poder, se deposita en varias personas, como el organizado por la
Constitución de Apatzingán de 1814. El ejercicio de este poder ejecutivo, fue depositado
que lo deberían ejercer alternándose por cuatrimestres.

El Ejecutivo de la Unión como lo establece el artículo trascrito, se deposita


exclusivamente en un individuo a quien se denomina Presidente de la República, sin
perjuicio de que éste, para el desarrollo de sus actividades, este auxiliado por las personas
necesarias, llamadas secretarios de Estado, sin que esto signifique que esté depositado en
los diversos funcionarios que colaboran con él.

El ejercicio del Poder Ejecutivo en una sola persona, tiene un fundamento


definitivo; mientras la elaboración de la ley requiere un trámite lento relativamente,
mediante el cual se medite y reflexione sobre la conveniencia de determinada
disposición, para lo cual se deposita en un cuerpo legislativo más o menos numeroso, su
ejecución por el contrario, precisa una aplicación rápida, diligente y eficaz y para lograrla
nada mejor que hacer titular de tal actividad a una sola persona, evitando con esto
estorbos, contradicciones o interferencias de otra u otras.

En los términos del artículo 81 de nuestra Constitución, la elección del Presidente


de la República, debe realizarse en forma directa por el pueblo, libre e igual para todos.
De esta manera, como expresó don Venustiano Carranza “el Presidente tendrá
indispensablemente su sostén en el mismo pueblo…el gobierno entonces, será justo y
fuerte”

Requisitos para ser candidato.

Los requisitos que nuestra Constitución establece para poder ser Presidente de la
República, se encuentran contenidos en las diversas fracciones del artículo 82, de las que
podemos, según su naturaleza, clasificar en tres grupos: el que atiende a la edad, como
factor de mesura, capacidad y buen juicio; los que atienden a la independencia y criterio;
y los que se refieren a indispensable y necesario conocimiento pleno de los problemas de
la República.
152

Por su orden, las siete fracciones del precepto indicado, expresan:

a) Ser ciudadano mexicano por nacimiento, hijo de padres mexicanos también por
nacimiento y encontrarse en pleno goce de sus derechos. La primera imposición de este
precepto, tiene ya analizada justificación: nadie mejor que un mexicano por nacimiento,
para poner mayor interés en los destinos de la patria y en la resolución de los problemas
que le son inherentes. En cambio creemos fuera de justificación el hecho de imponer el
requisito de ser además de hijo de padres mexicanos también por nacimiento.

Diversos autores abundan en nuestro punto de vista: “El espíritu decididamente


nacionalista que informó el estallido de la Revolución Mexicana y que
consecuentemente, campeó a lo largo de la lucha y de la gestación constituyente
queretana, cobró una de sus más cabales expresiones en la referida exigencia; no poca
sangre constó el consignarla constitucionalmente; y no creemos conveniente hacerla
desaparecer de nuestro texto jurídico máximo, dejando, además, como gran interrogante,
el de que si convendría hacer extensivo dicho requisito a otros funcionarios.”

b) Se precisa una edad cumplida de 35 años. Creemos justificada esta exigencia


constitucional. En efecto, la edad que como mínima establece nuestra legislación para el
caso, es la que da al hombre madurez en sus juicios, reflexión en sus pensamientos y
conciencia en sus deberes y en sus responsabilidades. Algunos autores estiman que no
sólo debería fijar edad mínima la Constitución para ser Presidente de la República sino
una edad limitada también en su máximo, al igual que la que se impone como tope
máximo a los ministros de la Suprema Corte de Justicia, en 65 años. Creemos innecesaria
la exigencia referida. Si de acuerdo con nuestra Constitución, está prohibida la reelección
del Presidente, el pueblo, en ejercicio efectivo de la democracia, puede libremente
constatar las cualidades o defectos de las personas sujetos de su elección, y desechar el
que fuera de edad avanzada, eligiendo aquella que no estuviera afectada de tal situación.
Sería conveniente el requisito analizado, si el titular del ejecutivo tuviera, como los
ministros de la Suprema Corte, una duración relativamente ilimitada en el desempeño de
su cargo, de tal manera de que en el momento de la elección, no se podría precisar si la
persona duraría en el cargo más allá de la edad en que se supone se encuentra en ejercicio
pleno de su capacidad y facultades mentales; no siendo así, insistimos, es innecesaria la
inclusión de tal requisito.

c) La residencia en el país del candidato a Presidente durante el año inmediato


anterior a la elección, es otro de los requisitos que impone el artículo que venimos
analizando. Las razones que justifican esta exigencia las hemos analizado al tratar lo
referente a los diputados y senadores; sin embargo, debemos aclarar que en cuanto a éstos
se refiere, la ley constitucional admite la excepción a la exigencia de la residencia por
virtud del desempeño de determinados cargos públicos y en cuanto toca al jefe del
153

ejecutivo, no admite nuestra legislación tal excepción, ni siquiera por razón de


extraterritorialidad; precisa y categórica es, en su exigencia de que el candidato a la
Presidencia de la República deberá permanecer dentro del país durante el último año
antes de la elección, sin admitir excepción.

Sin embargo, insistiendo en que el espíritu del legislador de Querétaro fue el de


saber al candidato inmerso en los problemas que afectan al país, creemos necesario
distinguir entre el significado y alcances de la residencia y de ala ausencia. Muy distinto
es salir del país por breve tiempo, sin dejar ni domicilio ni relaciones y otro muy
diferente es abandonar nuestra República, domiciliarse en el extranjero y por ello perder
contacto con nuestros nacionales y sus problemas.

d) Las fracciones IV, V y VI, imponen al candidato a la Presidencia de la


República diversas prohibiciones:

No pertenecer al Estado eclesiástico, ni ser miembro del algún culto.

No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al ejército, seis meses antes del
día de la elección.

No ser Secretario o Subsecretario de Estado, Jefe o Secretario General de


Departamento Administrativo, Procurador General de la República, ni gobernador de
algún Estado a menos que se separe del puesto seis meses antes de la elección.

El requisito contenido en la primera prohibición, se encuentra en realidad repetido


tomando en consideración la regla que contiene nuestra Constitución respecto a la
prohibición general del voto activo y del pasivo, para los ministros de los cultos. Las
otras dos prohibiciones, se explican a través de la deseada imparcialidad en el ejercicio
del sufragio, que se vería amenazada, con grandes probabilidades, si el candidato pudiera,
a través del puesto que ocupa, ejercer presión sobre los votantes para inclinar el resultado
a su favor.

Al tomar en consideración que las prohibiciones apuntadas se refieren al lapso


comprendido antes de “la elección”, debemos entender que no alcanzan a los presidentes
que pudieran ser nombrados con el carácter de interinos o provisionales, ya que respecto
a ellos no existe propiamente la elección, sino que el cargo deriva de un nombramiento
que aún cuando sea hecho por un cuerpo electoral, el Congreso de la Unión o la
Comisión Permanente en su caso, tal designación no es producto de elección resultante
del ejercicio general del voto de los ciudadanos con derecho a él.
154

e) Por último consigna nuestro artículo a estudio, la prohibición de la reelección


en el cargo de Presidente de la República.

La no reelección respecto al candidato a la Presidencia de la República es absoluta;


quien ha ejercido el cargo como Presidente electo, provisional, interino o sustituto, no
pude jamar volverlo a desempeñar. El artículo 83 constitucional que complementa la
fracción VII del 82 que indica como impedimento para ser candidato a la Presidencia de
la República el estar comprendido en alguna de las causas de incapacidad establecidas en
el precepto indicado, fue modificado por decreto publicado en el Diario Oficial de 29 de
abril de 1933, para prescribir que “el ciudadano que haya desempeñado el cargo de
Presidente de la República, electo popularmente, o con carácter de interino,
provisional o substituto, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a
desempeñar ese puesto”.

La tendencia a perpetuarse en el cargo, demostrada a través de la experiencia con


los prologados ejercicios de Lerdo de Tejada, de Juárez, de Porfirio Díaz y de Obregón,
justifica y purifica la posible restricción que pudiera implicar la prohibición de reelección
impuesta por nuestra Carta Magna a la voluntad popular, la que, en ejercicio puro del
sufragio podría elegir o reelegir cuantas veces lo deseare a una misma persona de acuerdo
con sus aptitudes y cualidades.

El artículo 86 de nuestra Constitución determina que el cargo de Presidente de la


República sólo es renunciable por causa grave que calificará el Congreso de ala Unión
ante el que se presentará la renuncia y el artículo 88 del mismo ordenamiento establece
que el Presidente de la República no podrá ausentarse del territorio nacional sin permiso
del Congreso de la Unión o de la Comisión Permanente en su caso.

Los anteriores son mandatos constitucionales, que presentan problemas a analizar,


cuando el acto del Presidente de la República pudiera infringirlos. Son los casos de que,
sin el permiso necesario el Presidente se ausentara del territorio nacional o bien el caso de
que presentara su renuncia ante el Congreso de la Unión, éste decidiera no aceptársela
por considerar que la causa que la pretendía fundar no era bastante grave a su juicio. La
Constitución no da solución al respecto ni contiene medios jurídicos que pudieran
imperativamente obligar al Presidente al desempeño de su cargo. No podría juzgársele,
porque no es responsable por violaciones a la Constitución, ni podría nombrársele un
sustituto, porque su falta no tendría el carácter de absoluta ni de temporal, que sólo son
dables por licencia concedida; el Congreso de la Unión no podrá declarar su destitución,
por no estar facultado constitucionalmente para ello; tales son los problemas poco
probables de presentarse, pero al fin y al cabo susceptibles de existir, que no tienen una
solución constitucional determinada.
155

Su elección.

El Presidente de la República, de acuerdo con el texto original de la Constitución


del 17, debía entrar a ejercer su cargo el 1º de diciembre y duraría en su desempeño
cuatro años, pero por Decreto publicado el 28 de abril de 1933, se reformó el artículo 83
que establecía el término de duración referido y se aumentó a seis años. Tal ampliación es
justificada. El término de cuatro años era corto para poder dar oportunidad al primer
mandatario de percatarse de los problemas, exigencias y necesidades de su pueblo, pensar
en sus soluciones y desarrollar un programa de actividad. En cambio en un lapso de seis
años si tiene tiempo suficiente para ello.

Sus diversas clases.

De acuerdo con lo que hemos manifestado, el Presidente de la República puede


revestir una de las siguientes cuatro categorías:

Presidente electo. El que el pueblo en ejercicio del sufragio, nombra en los plazos y
formas establecidas normalmente por la Constitución.

Presidente interino. El nombrado por el Congreso de la Unión cuan do el


Presidente electo no se presente el día 1º de diciembre, cuando la elección no está
declarada en esa fecha, cuando falta en forma temporal y cuando falta en forma absoluta
dentro de los dos primeros años del ejercicio.

Presidente sustituto. El nombrado por el Congreso de la Unión cuando la falta del


Presidente electo ocurre dentro de los cuatro últimos años del ejercicio, y

Presidente provisional. El nombrado por la Comisión Permanente cuando el


Congreso de la Unión no está reunido y la falta del Presidente titular es absoluta.

Sus facultades.

Las facultades del Presidente de la República van paralelas a las obligaciones que
son inherentes a su cargo, las que en forma precisa señala el artículo 89 de nuestra
Constitución. Por su contenido, se pueden agrupar de la siguiente manera: facultades
para promulgar las leyes del Congreso: facultades para ejecutar dichas leyes;
facultades reglamentarias; facultades de nombramiento y remoción; y facultades de
indulto y de ejecución de amnistía.

A) De promulgar las leyes. La fracción primera del artículo 89 constitucional,


precisa como facultades del Presidente de la República las de promulgar y ejecutar las
156

leyes que expida el Congreso de la Unión. El acto de promulgar las leyes es una facultad
concedida al Presidente de la República por nuestra Constitución, con el gran acierto,
congruente con la teoría de la división de poderes adoptada por nuestro Estado, de asociar
al Ejecutivo en la función primordial del Legislativo que es la elaboración de ala ley. Las
Cámaras concluyen su labor en el proceso legislativo, cuando dan por aprobado un
proyecto de la ley y lo envían al Ejecutivo para que, después de considerarlo, si no es
vetado por él, lo promulgue y lo publique.

La promulgación es el acto del Ejecutivo por el que declara que el proceso


legislativo quedó formalmente realizado. Sólo será ejecutable la ley que ha sido
debidamente promulgada y publicada.

B) La ejecución de las leyes. La segunda parte de la fracción I del artículo 89


constitucional citado, da facultad al Presidente de la República para ejecutar las leyes
que expida el Congreso de la Unión. El doctor Tena Ramírez, el acto de ejecución de las
leyes, lo contempla desde dos puntos de vista, stricto sensu y lato sensu. Dice el ilustre
jurista mexicano; “que forma parte de la actividad administrativa pero no la agota, porque
además de la ejecución de las leyes hay otros muchos casos de ejecución lato sensu como
son la promulgación, la reglamentación, el ejercicio por parte del Ejecutivo de ciertas
facultades constitucionales que no se encaminan a la ejecución directa de una ley, como
dirigir las relaciones diplomáticas, habilitar puertos y establecer aduanas, etc.”.

C) Las reglamentarias. En su última parte la fracción I multicitada, otorga al


Presidente de la República la facultad de reglamentación, al expresar proveyendo en la
esfera administrativa a la exacta observancia de las leyes.

Esta facultad reglamentaria no esta expresamente reconocida por la Constitución,


como no está tampoco rechazada y sí admitida tácitamente, cuando en su artículo 92
admite la existencia de los reglamentos al consignar que éstos deben estar firmados por el
secretario del Despacho o Jefe de Departamento Administrativo que corresponda. Si la
existencia de los reglamentos es incuestionable, lo es también la facultad otorgada
tácitamente al Presidente de la República para expedirlos.

Proveer expresa el doctor Tena Ramírez citando al también doctor Gabino Fraga,
“significa poner los medios adecuados para llegar a un fin”. “Cuando se emplea esa
palabra en la fracción I del artículo 89, quiere decir que el Presidente tiene la facultad de
usar los medios apropiados para hacer que se observen las leyes expedidas por el
Congreso.” Esta facultad reglamentaria otorgada en su dudosa expresión por Nuestra
Carta Magna al Presidente de la República, ha sido reconocida en forma indubitable por
la jurisprudencia, a punto que nadie la discute.
157

La reglamentación por parte del Ejecutivo, deber ser referida siempre a las leyes
expedidas por el Congreso, a manera de que sea medio de ejecución de éstas y las
desarrolle y las complemente. No podrá excederlas ni contradecirlas. Tienen, como toda
disposición legislativa, la característica de su impersonalidad, abstracción y sanción de la
fuerza pública.

D) Las de nombramiento y remoción. De acuerdo con las fracciones II, III, IV,
V, XVII y XVIII del artículo 89, el Presidente de la República tiene facultades para
nombrar a funcionarios y empleados de la Federación.

La confianza que el Presidente de la República debe tener respecto a determinados


funcionarios que colaboran en el desempeño de sus labores, le da constitucionalmente
una completa libertad de nombramiento, como el que está facultado a hacer respecto a los
secretarios de Despacho; al Procurador General de la República, al Gobernador del
Distrito Federal y al Procurador General de Justicia del Distrito Federal.

Existe otra clase de nombramientos que el Presidente de la República está facultado


a hacer, pero sujetos a ratificación, como el referido a los ministros, agentes diplomáticos
y consulares generales, a los coroneles y demás oficiales superiores del Ejército y la
Armada nacionales, a los empleados superiores de Hacienda y a los ministros de la
Suprema Corte de Justicia, en relación con quienes el nombramiento hecho, precisa la
ratificación del Senado o de la Comisión Permanente en su caso.

Por último los nombramientos que debe hacer el Presidente de la República de


acuerdo con lo dispuesto en la ley relativa. La legislación aplicable a los trabajadores al
servicio del Estado, fija condiciones dentro de las cuales el Jefe del ejecutivo puede
nombrar y remover a determinados empleados y deja libertad plena para el nombramiento
y remoción de los que como empleados de confianza, quedan excluidos del grupo
anterior, del mismo modo, sujeta al Presidente de la República a lo dispuesto por las
leyes militares para nombrar a los oficiales del ejército y de la Armada inferiores al grado
de coroneles y oficiales superiores.

Además de las facultades de nombramiento expuestas, la misma fracción II del


referido artículo 89, da al Presidente de la República las de libre remoción de los
Secretarios del despacho, del Procurador General de la República, del Gobernador del
Distrito Federal, así como de los agentes diplomáticos, los empleados superiores de
Hacienda y los demás empleados de la Unión.

E) Las de indulto. En los términos de la fracción XIV del artículo 89 analizado,


puede el Presidente de la República conceder, conforme a las leyes, indultos a los reos
158

sentenciados por delitos competencia de los Tribunales Federales y a los sentenciados del
orden común en el Distrito Federal.

Cuando un reo ha sido sentenciado a sufrir determinada pena, por sentencia que no
sea revocable, sólo el Presidente de la República en los términos de la fracción indicada,
puede otorgarle el indulto consistente en la remisión de la pena que le ha sido impuesta.

El indulto es otra expresión de la división de poderes por colaboración, entendida y


admitida por nuestro derecho. No modifica los términos de la sentencia que con autoridad
de cosa juzgada impuso al reo determinada pena, el procedimiento judicial termina con la
imposición de la pena en la sentencia irrevocable, el indulto por su parte, sólo afecta a la
ejecución de la pena sin tocar ni el procedimiento ni la sentencia que le fue consecuencia.
Tiene su justificación, como medio de evitar la imposición de penas por errores judiciales,
o bien atenuar excesiva o simplemente conmutarla o eliminarla por consideraciones de
conveniencia social o política.

La amnistía, medio distinto al indulto de extinguir la sanción impuesta a un reo, es


un acto legislativo, a cuyo otorgamiento está facultado el Congreso de la Unión en los
términos de la fracción XXII del artículo 73 constitucional; a diferencia del indulto, cuya
aplicación es singular a determinada persona individualmente considerada, es de aplicarse
a todas las personas que en un momento dado se encuentren comprendidas dentro de una
situación abstracta y prevista. La otorga el Congreso de la Unión y la ejecuta en
cumplimiento de las facultades antes vistas, el Presidente de la República.

Las Entidades Federativas y los Municipios. Su estructura organizativa.

Nuestro país es, desde el punto de vista político, una Federación; es decir, la reunión
de treinta y un Estados y un Distrito Federal.

El origen de nuestra Federación es artificial; esto quiere decir que los Estados de la
República nunca vivieron independientes y posteriormente, por un convenio, se unieron.
México desde la Colonia, siempre constituyó un solo país, con territorio, gobierno,
religión legislación, etc., unitarios. En nuestra nación no ocurrió lo que en los estados
Unidos del Norte, donde verdaderamente hubo una unión de Estados que en un tiempo
fueron independientes y soberanos. Por una copia que el primer Congreso Constituyente
de 1824 hizo de la Federación Norteamericana, se adoptó en México el régimen federal.
Es decir, el Territorio Nacional fue dividido en Entidades Políticas, y luego se creó la
ficción de que esas entidades, que nunca fueron libres ni soberanas, se unieran en una
Federación.
159

La Constitución actual, siguiendo a las anteriores, establece que es voluntad del


pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal,
compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior,
pero unidos por una federación (art. 40 constitucional).

Los Estados adoptan, asimismo, para su régimen interior, la forma de gobierno


republicano, representativo, popular, y tienen como base de su división territorial y de su
organización política y administrativa, el Municipio Libre, (art. 115 constitucional).

Los Estados pueden entre sí, por convenimos amistosos, arreglar sus respectivos
límites; pero no se llevarán a efecto esos arreglos sin la aprobación del Congreso de la
Unión (art. 116 constitucional).

Sus facultades.

Los Estados tienen derecho a que los Poderes de la Unión los protejan contra toda
invasión o violencia exterior. En caso de sublevación o trastorno interior, les prestarán
igual protección (art. 122 constitucional).

Los Estados tienen derecho, asimismo, para arreglar todo lo relativo a su


administración interna, ya sea nombrando a sus propios funcionarios, decretando
impuestos, organizando a su policía, realizando las obras materiales necesarias para el
bienestar social, legislando para su régimen interior, etc. Estas atribuciones de los
Estados están basadas en el precepto constitucional que establece que son libres y
soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior. Sin embargo, dicha libertad y
soberanía está restringida por la misma constitución, que establece los principios de su
organización política y los liga al pacto federal.

Está prohibido a los Estados: celebrar alianzas o tratados con otro Estado o con
potencias extranjeras; acuñar moneda, emitir papel moneda, estampillas o papel sellado;
gravar el tránsito de personas o mercancías que atraviesen por su territorio; cobrar
derechos de aduana; expedir leyes fiscales que importen diferencias de impuestos, por
razón de la procedencia de mercancías nacionales o extranjeras; emitir títulos de la deuda
pública; contratar directamente préstamos con gobiernos de otras naciones etc. (art. 117
constitucional).

Tampoco pueden los Estados: establecer derechos de tonelaje; tener, en ningún


tiempo, tropa permanente ni buques de guerra, y hacer la guerra por sí, a ninguna
Potencia extranjera (art. 118 constitucional).
160

Los Estados tienen obligación: de entregar sin demora los criminales de otro Estado
o del extranjero, a las autoridades que los reclamen (art. 119 constitucional).

En cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito a los actos públicos,


registros y procedimientos judiciales de todos los otros (art. 121 constitucional).

En general, las facultades que no estén expresamente concedidas por la


Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados (art. 124
constitucional).

De acuerdo con la teoría de la Constitución, en el sentido de que el régimen interior


de los Estados debe ser republicano, representativo y popular, la organización de éstos es
semejante, en todo, a la de la Federación.

En los Estados existen tres poderes, como en la República; dichos poderes son:
Legislativo, Ejecutivo y Judicial. El primero está representado por el Congreso o
Legislatura local; el segundo, por el Gobernador del Estado, y el tercero, por el Tribunal
Superior de Justicia del Estado, los jueces de Primera Instancia y de menor grado
radicados en los diversos Municipios.

Cada Entidad Federativa está regida por una Constitución Política local, que
establece las bases del Gobierno del Estado.

De acuerdo con las Constituciones locales, el Supremo Poder de los Estados se


divide, para su ejercicio, en los tres Poderes ya mencionados.

El ejercicio del Poder Legislativo se deposita en una asamblea denominada


“Congreso Constitucional del estado”. Esta asamblea es unitaria, es decir, compuesta de
una sola Cámara, llamada de diputados. Las facultades de dicha Cámara las establece la
Constitución de cada Estado.

El ejercicio del Poder ejecutivo se deposita en un solo individuo, denominado


“Gobernador Constitucional del Estado”. Los requisitos para ser gobernador, sus
facultades y derechos, los establece la Constitución local. Pero los gobernadores de los
Estados tienen una obligación principalísima: publicar y hacer cumplir las leyes federales
(art. 120 constitucional). El Gobernador, para el despacho de los negocios oficiales, tiene
un secretario, denominado Secretario General de Gobierno.

El ejercicio del Poder Judicial se encomienda a un Tribunal superior de Justicia y a


tribunales inferiores. El Tribunal Superior de Justicia está integrado por un número de
Magistrados que varía con las necesidades de cada Estado (tres, cinco, seis, etc.).
161

El Municipio. Definición jurídica. Su estructura organizativa. Sus funciones.

La organización municipal tiene particular importancia por las ventajas que de ella
derivan. El Municipio es un ejemplo claro de la organización administrativa de carácter
descentralizado. Sus finalidades no pueden ser más laudables; mediante él se pretende
que los grupos de población tengan una mejor administración de sus intereses comunes,
y, por tanto, una gestión más eficaz de los servicios públicos: mejores escuelas, mejor
salubridad, servicios de aguas, alumbrado, caminos, obras materiales como mercados,
jardines, parques públicos, etc.

El Municipio es la célula de la organización política y administrativa de nuestro


país.

La Constitución establece las siguientes bases, sobre las que debe asentarse la
organización municipal.

I. Cada Municipio será administrado por un Ayuntamiento de elección popular


directa y no habrá ninguna autoridad intermedia entre éste y el Gobierno del Estado.

II. Los Municipios administrarán libremente su Hacienda, la cual se formará con


las contribuciones que señalen las Legislaturas de los Estados, y que, en todo caso, serán
suficientes para atender las necesidades municipales.

III.- Los Municipios serán investidos de personalidad jurídica para todos los
efectos legales (art. 115 constitucional).

Lo anterior, quiere decir, que el Municipio tiene personalidad jurídica, de acuerdo


con la cual posee derechos y obligaciones que tiene su propio patrimonio y que, como
toda persona jurídica, posee órganos especiales que lo representan.

En cada Estado existe un número variable de Municipios, que forman la base de su


organización política y administrativa.
Los Municipios están administrados por un Ayuntamiento de elección popular
directa, y se dividen, para su administración, en pueblos, rancherías, barrios, etc.

Los Ayuntamientos están integrados por un Presidente Municipal, que es el jefe del
Ayuntamiento, y por un número variable de personas, llamadas reidores o munícipes, que
colaboran con el Presidente Municipal en la administración del Municipio.
162

Las funciones de los Ayuntamientos, las obligaciones de los Presidentes


Municipales y de los Regidores, los requisitos para ocupar dichos puestos, etc., están
reglamentados por la Ley Orgánica Municipal de cada Estado de la República.

Los Ayuntamientos residen en las cabeceras de los Municipios. En cada


ayuntamiento habrá un Síndico, que es la persona encargada de promover todo lo
necesario para el bien del Municipio y de la Hacienda Municipal.

La Hacienda Municipal tiene por objeto atender los gastos ordinarios y


extraordinarios del Municipio; dicha Hacienda se forma, generalmente, de los productos
siguientes:

a) Rentas propias.
b) Impuestos Municipales.
c) Multas.
d) Subvenciones.
e) Ingresos extraordinarios y accidentales.

Los fondos anteriores deben ser distribuidos en la educación pública municipal;


alimentación de presos y hospital municipal; sueldos y gastos de los empleados del
municipio; servicios públicos; obras de utilidad general para el municipio; sueldos del
Presidente Municipal y Regidores, etcétera.

En cada Municipio existe una oficina denominada Tesorería Municipal o


Recaudación de rentas, a cargo de un Tesorero Municipal, que es la persona encargada
del manejo y administración de los fondos de la Hacienda Municipal.

Los Ayuntamientos pueden manejar libremente su propia Hacienda en todos los


ramos de la administración pública, sometiendo a la aprobación de la Legislatura Local
correspondiente sus propios presupuestos. Para el gobierno de los pueblos, rancherías,
etc., habrá juntas Auxiliares o Municipales, formadas por funcionarios electos
popularmente.

DERECHO ADMINISTRATIVO:

Su concepto.

Las cuestiones relativas a la administración, para poder ser estudiadas debidamente,


requieren de una rama científica que se encargue de sistematizar, ordenar, analizar y
delimitar su contenido, actividad que en la actualidad cumple el derecho administrativo.
163

Desde que el hombre vivió en colectividad, necesariamente existieron normas


reguladoras de la actividad administrativa, pero ha sido hasta épocas recientes que se
consideró necesario reunirlas y estudiarlas por una rama especial de la ciencia jurídica, a
la cual se le denominó derecho administrativo, tomando en cuenta fundamentalmente, el
objeto central de su estudio.

Por ese origen tan próximo a nuestros días y por el amplio campo de materias que
comprende, aún existen discrepancias respecto a su definición.

Son múltiples los conceptos que se han emitido, para tratar de superar
Esta cuestión.

Algunos autores sostienen que el derecho administrativo es el conjunto de normas


que regulan la organización y actividades del poder ejecutivo. De acuerdo con nuestro
sistema legal, no es aceptable tal definición, en virtud de que estructura y funciones del
poder ejecutivo no agotan las materias de que se ocupa el derecho administrativo; por una
parte tiene otros objetos de estudio ajenos al poder ejecutivo, y por la otra no toda la
organización y funcionamiento del propio poder ejecutivo es materia de estudio de la
rama del derecho que nos ocupa.

Otros estudiosos del derecho lo entienden como el conjunto de normas jurídicas que
estudian la organización y la actividad administrativa. Esta corriente ha sido criticada por
incluir dentro de la definición, el concepto a definir, o sea la administración.

El maestro García Máynes señala que el concepto más moderno de derecho


administrativo es el que lo define como la rama del derecho público que tiene por objeto
específico la administración pública, pero agrega que para poder ser entendida es preciso
explicarla en su última parte, y entiende el vocablo administrar en términos generales,
como “obrar para la gestión el cuidado de intereses propios o ajenos”, por lo que esa
definición tampoco aporta la claridad que buscamos del concepto.

Otros autores como Duguit y Jése, expresan que el derecho administrativo es el


conjunto de reglas que determinan la organización de los derechos públicos. Han sido
criticados porque, aunque es cierto que una de las más importantes materias del derecho
administrativo la constituyen los servicios dirigidos a satisfacer necesidades de carácter
colectivo, no puede afirmarse que esta rama del derecho esté reducida exclusivamente a
ese campo.

Por su parte Gabino Fraga afirma que el concepto de derecho administrativo


comprende por una parte “el régimen de organización y funcionamiento del poder
164

ejecutivo, y por la otra, comprende las normas que regulan la actividad del Estado que
realiza en forma de función administrativa”.

Con lo anterior queda evidenciada la dificultad que existe para encontrar una
definición que se adapte en forma general al concepto.

Apartados de la idea inútil de encontrar una definición universal de esta rama del
derecho, consideramos al nuestro, al derecho administrativo mexicano, como la rama del
derecho público, que se encarga del estudio de las normas y principios que regulan la
actividad formal del poder ejecutivo, la actividad materialmente ejecutiva de los
poderes legislativo y judicial, y las relaciones de los particulares con el estado en
dichas actividades.

En primer término encontramos en la anterior definición, que nuestra materia está


ubicada dentro del ámbito del derecho público; tomando en cuenta los criterios que
sostienen su diferencia con el derecho privado, resulta claro que nuestro derecho
administrativo queda incluido dentro de esa gran rama del derecho público.

Sostiene la definición que estudia las normas y principios que regulan la actividad
formal del poder ejecutivo. En efecto, deben ser objeto del estudio de nuestro derecho
administrativo, todos los actos que conforme a las leyes aplicables, corresponda realizar
al Poder Ejecutivo y no únicamente las normas de este carácter que en la actualidad estén
en vigor, sino también las que alguna vez lo estuvieron, así como los principios
fundamentales que rigen la materia.

Además según nuestra legislación, le corresponde el estudio de las actividades que


desde el punto de vista formal lleva a cabo el poder ejecutivo, independientemente de
que, según la naturaleza intrínseca de esos actos, pudieran quedar incluidos en otras
disciplinas. Por otra parte, el derecho administrativo estudia las actividades
materialmente ejecutivas que realizan los poderes legislativo y judicial, pues tomando en
cuenta la esencia de esos actos, obviamente deberán ser objeto de análisis en nuestra
materia, cuando por su contenido son de carácter administrativo.

Por último, nuestra definición considera que las relaciones de los particulares con el
estado, cuando éste desarrolle actividades formales por conducto del Poder ejecutivo y
materialmente ejecutivas por medio de los poderes legislativo y judicial, también son
objeto a estudio de nuestro derecho administrativo.

Materias que comprende.


165

Según las diferentes tesis que existen al respecto, las materias que debe estudiar el
derecho administrativo varían, pero con base en nuestro sistema legal y de acuerdo a la
definición antes expuesta, es posible señalar que comprende el análisis de las normas,
principios y doctrinas relativas a las siguientes materias:

A) La existencia, organización y funcionamiento de los diversos entes


administrativos, es decir, se ocupará del análisis relacionado con los órganos que llevan a
cabo actividades de naturaleza administrativa, que bien pueden corresponder
exclusivamente al estado o bien a organismos diferentes de él pero que guardan íntima
relación con el poder público, como son los descentralizados, los de participación estatal,
etc.

B) Las atribuciones, facultades y competencias de los órganos administrativos, con


el fin de fijar con precisión la esfera en que cada uno de ellos puede actuar y las
facultades que según la ley a cada uno corresponden, para evitar con ellos, actos
administrativos arbitrarios, caprichosos e ilegales.

C) Existencia, elementos características y prestación de los servicios públicos. Es


de tal importancia este campo de estudio del derecho administrativo, que como antes
asentamos, algunos autores definen a esta disciplina en función de los servicios públicos.
Debemos resaltar que los servicios públicos constituyen una de las funciones
primordiales de la administración pública, dado que su objeto y justificación es satisfacer
las necesidades colectivas de los administrados, las que en la actualidad son múltiples.

D) Los actos administrativos, tanto regulares como irregulares. Se justifica esta


inclusión, si observamos que esos actos son la manifestación de la actividad
administrativa.

E) El procedimiento y los recursos administrativos, ya que a través del primero se


determina la secuela que habrán de seguir los órganos administrativos para emitir sus
actos, y por medio de los segundos se proporcionan medios de impugnación para dejar
sin efecto las declaraciones administrativas que pudieran considerarse no ajustadas a
derecho.

F) El contencioso administrativo, que da oportunidad de acudir a órganos de


naturaleza jurisdiccional, ajena a las autoridades administrativas, para buscar la nulidad o
modificación de los actos administrativos.

Los actos administrativos. Concepto:


166

Antes de iniciar el tema relativo a los actos administrativos es conveniente recordar


el relativo a los actos jurídicos y a los hechos jurídicos.

Entendemos por los primeros, la acción lícita del hombre encaminado a la


creación, transmisión, modificación o extinción de obligaciones y derechos, actos
que pueden ser unilaterales o bilaterales, éstos últimos manifestados bien como
convenios y contratos, que cuando tienen como finalidad la referida creación,
transmisión, modificación, o extinción de obligaciones y derechos, toman el nombre
de hechos jurídicos.

Entendida así la naturaleza del acto jurídico en general, analicemos el relativo al


acto de autoridad, recordando para ello sus aspectos formal y material; aquel que atiende
al órgano de donde el acto emana, éste a la materia que contiene. Así encontramos actos
legislativos, judiciales y administrativos.

El acto administrativo ha sido objeto de frecuentes discrepancias en cuanto a su


concepto. Es el medio por el cual se manifiesta la actividad administrativa, es la
exteriorización de la actividad de carácter jurídico que realiza el poder público. Otras
corrientes lo conceptúan como la declaración de carácter jurídico, unilateral y ejecutivo,
con base en la cual la administración procede a crear, modificar, reconocer o extinguir
situaciones jurídicas de tipo subjetivo.

Para el catedrático mexicano Miguel Acosta Romero, el acto administrativo “es


una manifestación unilateral y externa de voluntad, que expresa una decisión de una
autoridad administrativa competente, en ejercicio de la potestad pública, crea,
reconoce, modifica, trasmite o extingue derechos u obligaciones, es generalmente
ejecutivo y propone satisfacer el interés general”.

El doctor Serra Rojas considera que “”el acto administrativo reúne las siguientes
características: es un acto que corresponde al derecho público; es una decisión ejecutoria,
pronunciada por una autoridad de naturaleza administrativa, de carácter unilateral, que
tiene por objeto crear, reconocer, modificar o extinguir una situación jurídica subjetiva, y
cuyo fin es la satisfacción de intereses generales.

Clasificación.

Con el maestro Gabino Fraga, clasificamos los actos administrativos de la


siguiente manera:

A) Por la naturaleza propia del acto, en materiales, que no producen ningún efecto
de derecho y en jurídicos, los que sí provocan consecuencias en el ámbito jurídico.
167

B) En atención a las voluntades que participan en la formación del acto, se


clasifican en unilaterales, sólo concurre una voluntad, y plurilaterales, formados por la
intervención de varias voluntades. Estos últimos a su vez se subdividen en colegiados,
colectivos y de unión.

C) Por la relación existente entre la voluntad creadora del acto con la ley, pueden
ser: 1) acto obligatorio reglado o vinculado, y 2) acto discrecional.

D) En vista del radio de acción, los actos pueden separarse en internos, si sólo
producen efectos en el seno del organismo administrativo, o en externos cuando salen de
la esfera de la organización administrativa.

E) De acuerdo con su finalidad, suelen ser actos preliminares y de procedimiento, o


bien resoluciones y actos de ejecución, y

Conforme a su contenido, pueden clasificarse en:

1. Actos tendientes a ampliar la esfera jurídica de los particulares;

2. Actos dirigidos a delimitar esa esfera, y

2. Actos tendientes a hacer constar la existencia de un estado de hecho o de


derecho.

Elementos y requisitos.

El acto administrativo está integrado por diversos elementos, que pueden ser de dos
categorías: de fondo y de forma.

Dentro de los elementos de fondo, se encuentra la voluntad, el objeto, el motivo, la


oportunidad y el fin; como elementos de forma aparecen el sujeto y la forma.

La voluntad del acto administrativo consiste en la manifestación expresada con el


fin de producir el efecto jurídico, deseado por el sujeto.

El objeto es la sustancia, el contenido del acto.

El motivo, consiste en los factores o elementos que determinan el nacimiento y


fundamentación del acto.
168

La oportunidad existe cuando los medios señalados en el acto administrativo, son


los idóneos para el logro de los fines que busca, o bien es la adecuación entre los medios
y el fin del acto administrativo. Si no existe la oportunidad, se corre el riego de que el
acto administrativo fracase en sus objetivos.

Cómo, en donde, y en que momento debe realizarse un acto administrativo, es la


respuesta que debe buscarse en la oportunidad.
El fin es la consecuencia deseada por la voluntad del sujeto administrativo que
realizó el acto.

El sujeto debe ser entendido como el ente, individual o colectivo, que pronunció la
declaración o el acto administrativo.

Por último, la forma es la manera que se utiliza para exteriorizar y dar a conocer el
acto; en nuestro medio, la de más generalidad es la escrita, pues por ella se manifiesta con
suma claridad el acto administrativo en su conjunto.

Cuando una declaración administrativa reúne todos los elementos ya señalados, se


dirá que es regular, y apto para producir efectos en el campo del derecho, pero puede
suceder que carezca de uno o varios de ellos y en tal caso se denominará irregular.

Cuando el acto irregular no contiene alguno de sus elementos esenciales, se le


considera inexistente. Son elementos esenciales del acto: la voluntad, el objeto, la
competencia, la forma requerida. No puede decirse que existe un acto administrativo, si
no se ha deseado volitivamente crearlo; o si quien ha manifestado esa voluntad no tiene
facultades legales para ello, o bien si su objeto no es compatible con la ley o es de
imposible realización, o por último, si carece de la forma debida.

Existe otra clase de actos que sí engendran efectos en el campo del derecho,
mientras no son destruidos por un acto nuevo; a ellos se les afecta de nulidad, Como
consecuencia de que, según Gabino Fraga, estén presentes en él: a) vicios en la voluntad;
b) irregularidad u omisión de formas; c) inexistencia de los motivos o defectos en la
apreciación de su valor: y d) ilegalidad de los fines del acto.

Respecto al primer supuesto, vicios en la voluntad, afirma nuestro autor (Enrique


Pérez de León), que si el acto se llevó a cabo por error, dolo o violencia, está viciado y
por ello afectado de nulidad, pero con posibilidad de que si cesan esas circunstancias y lo
confirma la autoridad, tendrá plena validez.

Por lo que se refiere al segundo grupo de causas de nulidad, distingue el acto que
está desprovisto de la solemnidad de la forma, que provocará su inexistencia, de aquellos
169

en los que la forma se llena de modo indebido, caso éste que es susceptible de nulidad. La
irregularidad en la forma puede revestir nulidad parcial o total. En el primer caso, la
forma no tiene influencia sobre el acto y puede corregirse para que surta efectos; en el
segundo, se declarará la nulidad no sólo como garantía de que las decisiones son
correctas, sino como una garantía para el derecho en particular.

Por cuanto hace al tercer grupo, dice nuestro autor que el acto es irregular cuando
carece de los motivos que lo provocan; no existe la condición para el ejercicio de la
competencia, y en este caso, la sanción es la nulidad.

La nulidad por ilegalidad de sus fines, llamada también “desvío”, se funda en que el
poder administrativo se desvía y abusa al perseguir fines distintos a los señalados por la
ley. La finalidad que debe perseguir el agente administrativo, es siempre la satisfacción
del interés público.

El acto administrativo válido y eficaz, puede ser retirado unilateralmente por un


motivo superveniente. Tanto la nulidad, como la revocación, provocan la eliminación del
acto: hay diferencias sustanciales entre una y otra. Por virtud de la nulidad se retira un
acto inválido por su propia naturaleza; por la revocación, se retira también, pero siempre
válido.
Por los motivos que las originan, existe también diferencia; la nulidad deriva del
vicio original de ilegalidad del acto, en tanto que el motivo de la revocación se presenta
con posterioridad al acto original.

Medios administrativos de adquisición de la propiedad.

El Estado, en su obligación de atender en forma adecuada las necesidades de la


colectividad, puede estar colocado frente a intereses de particulares, que n ningún caso
deben ser obstáculo para la realización de sus fines. Al respecto cuenta con medios de
carácter administrativo, que le facilitan su adquisición, entre los que se encuentran la
expropiación, la nacionalización y la requisición. Puede también el Estado por otros
medios hacerse de bienes, ya no para la atención de una necesidad social, sino como
resultado de una sanción impuesta por determinadas infracciones, lo que realiza a través
del decomiso. Por último puede hacerse de bienes por un acto ilegal y arbitrario como la
confiscación.

La Expropiación y la Nacionalización.

Expropiación es el acto unilateral del Estado, por virtud del cual en ejercicio de su
soberanía, sustrae de la propiedad privada determinados bienes o impone a ésta ciertas
modalidades por causa de utilidad pública y mediante una indemnización.
170

La existencia del Estado se justifica a través de la realización de sus fines, entre


otros como principal, la prestación de los servicios públicos como medio para el logro del
mayor bienestar del pueblo. Para el desempeño de su cometido, lógico resulta que
disponga de medios adecuados, que pueden ser servicios personales o bienes sobre los
que puede o no tener dominio. En este último caso, puede hacerse de ellos por un acto
contractual que celebre con su propietario o por una adquisición forzada, aún sin el
consentimiento de éste, mediante el acto expropiatorio que en el fondo significa eso, una
compra forzada. Del ejercicio de la expropiación, son titulares todos los Estados
modernos como una reminiscencia del poder de “imperium” que existía en los estados de
la antigüedad, paralelo a la potestad del príncipe.

Muy en contra de lo que con otras instituciones jurídicas ha acaecido, que habiendo
tenido su nacimiento y desarrollo en el Derecho Romano, han venido a ser valiosa
herencia para el desarrollo moderno, la expropiación, en ello están acordes casi todos los
autores, no fue de su acervo.

Su primera reglamentación se localiza en el año de 1869 en el Derecho Español, en


relación con la Ley Orgánica de Expropiación forzosa de julio de 1836 expedida durante
la Regencia de María Cristina.

La inviolabilidad de la propiedad privada tutelada por el pueblo francés en su


“Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, tuvo como excepciones, la
utilidad pública y el interés general, que superaba al particular de los particulares, pero
siempre como consecuencia de satisfactores necesarios a tales fines y con el pago en
moneda, de la indemnización correspondiente. Siendo la propiedad un derecho inviolable
y sagrado, dice la declaración, nadie puede ser privado de ella, si no es cuando la
necesidad pública legalmente comprobada lo exige evidentemente y a condición de justa
y previa indemnización.

El artículo 27 de nuestra Constitución en vigor en su segundo párrafo declara que


“Las expropiaciones podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante
indemnización”. Y en seguida agrega que “La nación tendrá en todo tiempo el derecho de
imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público…”

Los antecedentes inmediatos de los preceptos transcritos, se encuentran en la


Constitución de 1857 la que en su artículo 27 establecía: “La propiedad de las personas
no puede ser ocupada sin su consentimiento, sino por causa de utilidad pública y previa
indemnización. La ley determinará la autoridad que deba hacer la expropiación y los
requisitos con que ésta haya de verificarse.
171

De la definición dada y el texto constitucional que la informa, encontramos en el


acto expropiatorio los siguientes elementos:

a) La autoridad que lo declara.

b) La causa de utilidad pública que lo motiva.

c) Los bienes materia de él, y

d) La indemnización.

La autoridad que lo declara. En la fracción VI, del artículo 27 constitucional, se


indica que “…la autoridad administrativa hará la declaración correspondiente…”, y más
explícitamente el artículo 3º, de la Ley de Expropiación del 23 de noviembre de 1936,
publicada en el Diario Oficial de ala Federación del 25 siguiente, determina que ala
autoridad facultada para tramitar el expediente de expropiación, de ocupación temporal o
de limitación de dominio y hacer la declaratoria respectiva, es el ejecutivo federal por
conducto de la Secretaría de estado o Departamento Administrativo que corresponda. Son
titulares de las mismas facultades, en sus respectivas jurisdicciones los gobernadores de
los Estados, siguiendo para la delimitación de la competencia en cada caso, el criterio que
en forma general establece el artículo 124 de nuestra Constitución que declara que las
facultades que no estén expresamente reservadas a los funcionarios federales,
corresponden a los Estados.

La declaratoria de expropiación debe ser publicada en el Diario Oficial de la


Federación y notificada personalmente al interesado y sólo en caso de ignorarse el
domicilio de éste, una nueva publicación en el mismo diario surtirá efectos de
notificación personal y bastará para continuar el trámite.

Ni para hacer la declaratoria, ni para proceder a su ejecución, precisa la autoridad


expropiante la audiencia del propietario afectado.

Causa de utilidad pública. El segundo elemento del acto expropiatorio es la causa


de utilidad pública que siempre debe informarlo. No puede legítimamente efectuar el
Estado ningún acto de expropiación, si no es en función de una necesidad de interés
general, de una causa de beneficio social, que debe satisfacer.

La facultad para determinar las causas de utilidad pública, de acuerdo con el


segundo párrafo de la fracción VI del artículo 27 constitucional, corresponde a los
Poderes Legislativos de la Federación y de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones,
en una ley previa al acto, que siempre deberá estar fundada en el interés general.
172

El artículo 1º de la ley de la materia establece como tales los siguientes:

I. El establecimiento, explotación o conservación de un servicio público;

II. La apertura, ampliación o alineamiento de calles, la construcción de calzadas,


puentes, caminos y túneles para facilitar el tránsito urbano y suburbano;

III. El embellecimiento, ampliación y saneamiento de las poblaciones y puertos, la


construcción de hospitales, escuelas, parques, jardines, campos deportivos o de aterrizaje,
construcción de oficinas para el Gobierno Federal; y de cualquiera otra obra destinada
aprestar servicios de beneficio colectivo;

IV. La conservación de los lugares de belleza panorámica, de las antigüedades y


objetos de arte, los edificios y monumentos arqueológicos o históricos y de las cosas que
se consideran como características notables de nuestra cultura;

V. La satisfacción de necesidades colectivas en caso de guerra o trastornos


interiores; el abastecimiento de ciudades o centros de población de víveres, de otros
artículos de consumo necesario, y los procedimientos empleados para combatir o impedir
la propagación de epidemias, epizootias, incendios, plagas, inundaciones u otras
calamidades públicas.

VI. Los medios empleados para la defensa nacional o para el mantenimiento de la


paz pública;

VII. La defensa, conservación, desarrollo o aprovechamiento de los elementos


naturales susceptibles de explotación;

VIII. La equitativa distribución de la riqueza acaparada o monopolizada con


ventaja exclusiva de una o varias personas y con perjuicio de la colectividad en general, o
de una clase en particular;

IX. La creación, fomento o conservación de una empresa para beneficio de ala


colectividad;

X. Las medidas necesarias para evitar la destrucción de los elementos naturales y


los daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la colectividad;

XI. La creación o mejoramiento de centros de población y de sus fuentes propias


de vida, y
173

XII. Los demás casos previstos por las leyes especiales.

La anterior enunciación de causas de utilidad pública, no implica que sean todas las
que puedan en un momento dado tener dicho carácter o que las que allí se encuentren
puedan carecer de él. Es una relación susceptible de modificación, a través del órgano
legislativo correspondiente y con las formalidades debidas.

Bienes materia de expropiación. Ligada a la causa de utilidad pública, está la idea


de los bienes que pueden ser materia de la expropiación, la que como ya hemos dicho,
puede consistir en la sustracción de la propiedad del bien, en su ocupación temporal, total
o parcial o en la simple limitación de los derechos del dominio sobre ella.

Los bienes materia de la expropiación pueden ser inmuebles, empresas mercantiles


y negociaciones industriales, no obstante que, de acuerdo con la doctrina y en forma
tradicional, siempre han sido objeto de ella, principalmente los inmuebles. Los bienes
muebles al formar también parte de la propiedad privada, son susceptibles de
expropiación por causa de utilidad pública en nuestro derecho, de lo cual dan prueba los
términos “propiedad privada”, “cosa expropiada”, “propiedad particular”, “objetos cuyo
valor no esté fijado en las oficinas rentísticas”, y la generalidad del artículo 27, párrafo II
constitucional.

Cabe excluir de entre los bienes susceptibles de expropiación, el dinero efectivo,


dado que debiendo mediar para el acto expropiatorio una indemnización que debe ser
pagada precisamente en dinero, carecería de objeto expropiar dinero para pagar con
dinero.

Indemnización. La indemnización es la cantidad que en dinero, debe pagarse al


propietario del bien afectado, para resarcirlo de los daños que se le causan.

Los ya referidos párrafos segundo del artículo 27 constitucional y segundo también,


de la fracción VI del mismo precepto contienen el imperativo del pago de la
indemnización en todo caso de expropiación, cuyo estudio obliga al análisis de dos
problemas: la oportunidad del pago y la fijación del monto.

En relación con el primero, nuestro texto constitucional en vigor establece la


exigencia de que “medie” el pago de la indemnización, pero no determina si éste debe
hacerse antes, en él o después del acto expropiatorio, dando lugar a un debate que no se
presentaba en la norma constitucional de 1857 que le precedió, que ordenaba el pago
“previo” de la indemnización. Basados en este principio, hay quienes afirman que el pago
de la indemnización debe hacerse a “posteriori”, con excepción de la expropiación
174

agraria respecto a la cual así lo determina expresamente la Constitución, sino


previamente al acto expropiatorio; se trata de una venta forzada, impuesta a un particular
y atentas las obligaciones que para esa relación contractual tienen comprador y vendedor,
en el caso de la expropiación, el “comprador” debe pagar, sino previamente, sí
simultáneamente, el importe fijado para la indemnización, que en cierta forma equivale o
debiera equivaler, al precio de la cosa. Hay quienes por el contrario, estiman que el texto
de la Constitución de 1917, al emplear la palabra “mediante” quiso modificar en forma
radical los principios de la que le precedió, que empleaba también en forma expresa, el
término “previa”. Mediante, significa o implica su existencia pero no el momento de su
pago. La Suprema Corte ha estimado que el pago de la indemnización debe ser efectivo,
real y oportuno.

La ley de la materia, en sus artículos 19 y 20 establece que el importe de la


expropiación, será cubierto por el estado o por el beneficiario, debiendo la autoridad
expropiante fijar la forma y plazo en que la indemnización haya de pagarse, lo que no
abarcará nunca un periodo mayor de diez años.

El doctor Gabino Fraga estima que corresponde a las leyes secundarias determinar
la época en que el pago debe efectuarse, pudiendo establecerlo como previo, como
simultáneo o como posterior a la expropiación, pero siempre que en éste último caso haya
una justificación irrefutable de la necesidad de que sea posterior.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sentado jurisprudencia en el sentido


de considerar que, como la indemnización en caso de expropiación es, de acuerdo con el
artículo 27 constitucional, una garantía, para que ésta sea efectiva y aquella llene su
cometido, es necesario que sea pagada, sino en el momento preciso del acto posesorio, sí
a raíz del mismo, y de una manera que permita al expropiado, disfrutar de ella, por lo que
la ley que fije un término o plazo para cubrir la indemnización, es violatoria de garantías
(Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917 a 1965, Tercera Parte, Segunda
Sala, pág. 123, núm. 96).

El importe de la indemnización debe ser pagado por el estado en dinero en efectivo


con excepción de las expropiaciones de carácter agrario, cuyo pago la propia
Constitución autoriza sea con bonos de la deuda pública, lo que a la postre se traduce en
dinero.

El artículo 27 de la Constitución en el párrafo segundo de su fracción VI, establece


la norma para fijar el monto de la indemnización, sirviendo de base para el efecto, la
cantidad que como valor fiscal del bien expropiado figure en las oficinas catastrales o
recaudatorias y sólo en el caso de mejoras, o deméritos posteriores a la fecha de la
175

asignación del valor o cuando los valores no estuvieren fijados en las oficinas rentísticas,
se a juicio pericial y a resolución judicial.

En materia agraria, el tema a estudio presenta otros aspectos derivados de la


inminente e inmediata atención que precisa el desarrollo de la política agraria para la
dotación y restitución de tierras, cuya ejecución es de tal importancia e interés nacional,
que con o sin elementos, el Estado debe proseguirla sin interrupción, lo que origina un
tratamiento especial para los casos de expropiación que se precisen en este aspecto, los
que llegado el momento, no se aplazan por falta de fondos, simplemente declara vencidas
sus obligaciones, las pasa a la deuda pública y al afectado le entrega el bono que a la
postre se convierte en dinero.

Recursos. El propietario afectado por un acto expropiatorio, de acuerdo con el


artículo 5º de la ley de la materia, puede interponer en contra de la declaratoria de
expropiación, recurso administrativo de revocación, dentro de los quince días hábiles
siguientes al de la notificación personal de la declaratoria o al de la segunda publicación
de la misma en el Diario Oficial de la Federación, en su caso.

Otro recurso que asiste al propietario del bien afectado por un acto expropiatorio, es
el que le otorga el artículo 9º de esa ley, para solicitar la reversión del bien o la
insubsistencia del acuerdo sobre ocupación temporal o limitación de dominio, si no fue
destinado al fin que dio causa a la declaratoria. Este recurso debe interponerlo dentro de
los cinco días hábiles siguientes.

Ejecución del acto expropiatorio. Resuelto negativamente el recurso administrativo


de revocación o habiendo transcurrido el término sin haber sido interpuesto, puede la
autoridad expropiante tomar posesión del bien afectado. Hay casos de expropiación en
los que como excepción a la regla general mencionada, puede la autoridad tomas
posesión inmediata del bien, aún sin esperar la resolución del recurso o el transcurso del
tiempo previsto para su interposición sin que éste se hubiera hecho valer; son los
consignados en las fracciones V, VI, y X antes transcritas, del artículo 1º de la ley de la
materia a cuya relación remite el 8º del mismo ordenamiento.

Nacionalización.

En una primera expresión, entendemos por nacionalización el reconocimiento por


parte del Estado de determinadas cualidades que concurren en un extranjero, para
reconocerle por “naturalización” el carácter de mexicano, de “nacional”. No es éste el
significado de nuestro interés en este tema.
176

Una segunda significación, sí referida a nuestro tema a estudio, es el acto por el cual
el Estado incorpora a su patrimonio, determinados bienes que sustrae de la actividad o
de la propiedad de los particulares, ya una industria, ya una empresa, etc.

Entendemos por nacionalización en este aspecto económico del vocablo, el acto


unilateral del Estado por el cual, en ejercicio de su soberanía, incorpora a la nación
determinados bienes o medios de producción de capital privado, sustituyéndose en el
carácter de empresario.

El doctor Andrés Serra Rojas la entiende como “una forma de explotación de una
empresa privada bajo un régimen público exorbitante. Estamos en presencia de la
sustitución de una empresa capitalista por una empresa de Estado” (Derecho
Administrativo. 4ª ed., pág. 1028).

El objeto fundamental de la nacionalización es otorgar al Estado la propiedad de


algunos medios de producción, que pueden consistir, ya en una empresa de importación
primordial, o incluso, en toda una rama de la industria.

Esta institución constituye el medio idóneo del que se vale el Estado para
desarrollar ciertas actividades que no pueden ser dejadas en manos de la iniciativa
privada.

Si la nacionalización es usada moderamente y en forma acorde con las necesidades


de un país, sus resultados serán positivos, sin embargo, un abuso en su utilización puede
ser perjudicial en el aspecto económico, pues el particular se abstendría de iniciar y
desarrollar determinadas empresas, por la actitud asumida por el poder público. Por otra
parte, el Estado como empresario o patrón, requiere de mucha diligencia y actividad para
no fracasar en esa función.

En México en 1833, Valentín Gómez Farías pretendió la nacionalización de los


bienes eclesiásticos, y posteriormente, en 1859, incluida en las Leyes de Reforma, se
encuentra la Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos de 112 de julio; sin
embargo, fue en la Constitución de 1957, donde tuvo su más franca expresión y ejemplos
de las realizadas a su amparo, son la de los Ferrocarriles Nacionales de México y la del
suministro de energía eléctrica.

La nacionalización que en expresión extrema es propia de países políticamente de


carácter socializantes, en los que ala base de su ideología está en la nacionalización de
todos los medios de producción y de consumo con exclusión del capital privado, tiene
manifestaciones, aun cuando más moderadas, en Estados de carácter capitalista.
177

Este medio administrativo de adquisición de la propiedad, según algunos autores,


debe traer consigo una indemnización justa a favor de la parte afectada, por la privación
de sus derechos; otros estudiosos del tema sostiene que no debe mediar retribución
alguna, ya que a través de la nacionalización, los bienes vuelven a su legítimo
propietario, el pueblo. Un sector intermedio sostiene que la indemnización debe ser
parcial, ya que ni una ni otra de las anteriores tesis es justa del todo.

La nacionalización con grandes puntos de similitud con la expropiación,


paralelamente presenta diferencias específicas con ésta. La traslación de la propiedad en
la nacionalización, estima Serra Rojas, “es obra directa de ala ley, pero es más amplia en
la expropiación y de carácter general, en tanto que en la nacionalización obedece a reglas
especiales”.

Recientemente se ha acentuado, como diferencia entre estas dos instituciones, que


la nacionalización es el medio que usa el Estado para inmiscuirse, explotando medios de
producción, en la materia económica, en tanto que por medio de la expropiación, busca la
utilidad pública, en muchos casos, ajena al aspecto económico.

La Requisición.

Es el acto unilateral por el cual el Estado transfiere a su favor la propiedad o el uso


de bienes muebles, el uso temporal de bienes inmuebles, o una prestación de servicios,
para satisfacer intereses generales, y mediante indemnización.

La requisición es otro medio de carácter administrativo que transfiere la propiedad


de bienes en favor del Estado, generalmente de los que se consumen, como víveres,
alimentos, forrajes, etc., o en ocasiones implica la transferencia temporal del uso, para el
caso de inmuebles.

Citada por el doctor Andrés Serra Rojas, encontramos la definición que de


requisición dieran Duez y Debiere, quienes le consideran como “Una operación unilateral
de gestión pública por la cual la administración exige de una persona sea la prestación de
la actividad, sea la provisión de objetos mobiliarios, sea el abandono temporal del goce
de un inmueble, o de empresas, para hacer, con fin determinado, un uso conforme al
interés general”.

La requisición tiene su justificación principalmente en tiempos de guerra, pero es


dable en tiempos de paz, como consecuencias de situaciones extraordinarias que obliguen
al Estado a tomar medidas extremas y decisiones rápidas, pero siempre como resultante
de circunstancias verdaderamente excepcionales por su gravedad o anormalidad.
178

Como una verdadera excepción nuestra Legislación Constitucional la recoge y la


informa en sus artículos 16 y 29: El primero dispone: “En tiempos de paz ningún
miembro del ejército podrá alojarse en casa particular, contra la voluntad del dueño, ni
interponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares podrán exigir alimentos,
bagajes, alojamiento y otras prestaciones, en los términos que establezca la Ley Marcial
correspondiente”.

Por su parte el artículo 29 establece que: “En los casos de invasión, perturbación
grave de la paz pública o cualquier otro que ponga en grave peligro o conflicto,
solamente el Presidente de la República Mexicana de acuerdo con el Consejo de
Ministros y en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo
el país o en lugar determinado, las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente,
rápida y fácilmente a la situación, pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio
de prevención general y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo…”

En otras disposiciones de nuestra legislación ordinaria, se consignan también casos


susceptibles de requisición, como los contenidos en el artículo 112 de la Ley de Vías
Generales de Comunicación en los casos específicos que el propio precepto señala, entre
los que se encuentra la posibilidad de peligro inminente para la economía nacional.

La justificación legal de ésta disposición que sólo en apariencia vulnera las


garantías consignadas en los artículos 14 y 16 constitucionales, se encuentra en el párrafo
tercero del artículo 27 constitucional que declara, “la Nación en todo tiempo el derecho
de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público…”

El Decomiso y la Confiscación.

El Decomiso es una pena accesoria, en ocasiones de carácter administrativo, en


otras de carácter jurisdiccional, por virtud de la cual se sustraen sin indemnización, de la
propiedad de las personas, determinados bienes muebles como consecuencia de un acto
jurídico.

El decomiso derivado en su expresión de la palabra latina “comissum”, fue


institución contenida en el Derecho Romano, que Escriche, en su Diccionario de
Jurisprudencia y Legislación define como “la pena de perdimiento de la cosa en que
incurre el que comercia en géneros prohibidos”.

Esta sanción se aplica ya en materia fiscal por violaciones de las leyes que la
regulan, reteniendo el Estado para sí los objetos que fueron materia de la infracción, ya
en materia penal respecto a los instrumentos relacionados a la comisión de un delito o de
una falta, con carácter de pena accesoria, conservado hasta la época moderna, existe
179

como justificada medida para privar de los elementos que constituyen ya el hecho, ya el
medio de la infracción, a los infractores de normas fiscales o penales.

El decomiso para su aplicación, debe estar expresamente consignado en la


legislación como sanción. En la nuestra, lo encontramos en el Código Aduanero en sus
artículos 577, fracción II, 578 y 581; en el Código Penal en su artículo 24, fracción VIII y
en el Código Sanitario en su artículo 244, como parte de la sanción impuesta a sus
infractores.

Confiscación.

La confiscación es una medida arbitraria de carácter administrativo, que simboliza


el abuso de la autoridad, la que investida de su representación legal, desposee sin
derecho, sin fundamento legal de sus propiedades, derechos o posesiones a un particular:
el doctor Andrés Serra Rojas estima que “Es la adjudicación que hace el Estado, de los
bienes de una persona y sin ningún apoyo legal”.

Tuvo su origen en la Roma antigua con la palabra latina “confiscatio”, a su vez


derivada de “fiscus” con la que se designaba primero una canasta a contener dinero y
posteriormente al Tesoro Imperial. En el último siglo de la República Romana, Lucio
Cornelio Sila la aplicó en su significación actual, como un sistema de castigo y
persecución política a los proscritos, a quienes previamente se les declaraba fuera de la
ley y privados de todos sus derechos políticos y civiles.

Del Imperio Romano, la confiscación pasó a los estados recién formados en Europa,
continuando su aplicación durante toda la edad media a los excomulgados, con la
anuencia de la iglesia.

En Inglaterra fue aplicada hasta fines del siglo XIX a los llamados casos de felonía
capital; y en Francia, a los delincuentes condenados, y a los delincuentes de atentados
contra la seguridad del Estado y falsificación de moneda, hasta que fue suprimida con el
reconocimiento de la inviolabilidad de la propiedad, tutelada por la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano.

La confiscación no sólo fue aplicada los delincuentes como parte de la pena;


también tuvo su aplicación, como consecuencia de guerra, a los pueblos de países
enemigos, como un derecho implícito a ella, a la guerra, que no precisaba para su
aplicación, decreto o declaración previos.

En los Estados modernos, la confiscación está proscrita, aún cuando pudiera hacerse
aparecer con otro nombre u otra figura jurídica. Nuestra Legislación en su artículo
180

14cConstitucional establece que nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad, o de


sus propiedades, posesiones o derechos sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan la formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho. Y en su
artículo 22, al señalar las penas que quedan prohibidas enuncia la multa excesiva, la
confiscación de bienes y cualesquiera otras inusitadas y trascendentales y en el segundo
párrafo del mismo artículo 22 establece que “no se3 considera como confiscación de
bienes la aplicación total o parcial de los bienes de una persona, hecha por la autoridad
judicial para el pago de la responsabilidad civil resultante de la comisión de un delito, o
para el pago de impuestos o multas.

Administración centralizada, descentralizada y paraestatal.

La centralización.

Antes de entrar al estudio de nuestra organización administrativa, es conveniente


determinar el concepto, los órganos, los elementos y los fines que conforman nuestra
administración pública, la que entendemos como una actividad continua del Poder
Ejecutivo y órganos dependientes de él, jerárquicamente organizados, con fines
esenciales de administración del interés público.

Sus elementos principales son los órganos que la integran por conducto de las
personas físicas que son sus titulares; su patrimonio propio; su organización jurídica y su
técnica de procedimientos.

La administración pública en nuestro Estado Federal, se manifiesta en tres grandes


esferas de competencia perfectamente delimitadas en sus funciones; la federal
propiamente dicha, la estatal y la municipal.

La administración pública federal, está a cargo del Presidente de la República y de


los órganos que dependen jerárquicamente de él, tales como las Secretarías de Estado,
Departamento Administrativo, empresas de participación estatal, sociedades mercantiles
del Estado, etc.

La administración pública estatal, está a su vez integrada por los Gobernadores de


cada uno de los Estados que forman nuestra Federación, por los organismo dependientes
de él, ya sean centralizados, descentralizados, desconcentrados, o empresas o sociedades
mercantiles que también tengan dependencia de dicho Ejecutivo Estatal.
181

Por último igualmente el Municipio, que es base de nuestra división territorial41,


tiene una organización administrativa similar, tomando éste en consideración, además, en
forma principal su Ayuntamiento.

A pesar de su gran diversidad y heterogeneidad, todas las actividades que se


encuentran comprendidas dentro del derecho administrativo, deben ser organizadas a
manera de que sean desempeñadas coordinadamente. Para hacer positiva la actuación de
las autoridades administrativa, se precisa que estén debidamente organizadas.

Las formas principales de organización administrativa, son dos: la centralización


Y la descentralización.

Cuando los diversos órganos administrativos se encuentran vinculados entre ellos


en un plano de jerarquía que parte de un superior hasta el menor categoría, estaremos en
presencia de la centralización, forma de organización administración que toma su nombre
de la circunstancia de que a partir de un centro derivan los demás órganos que la integran,
siempre subordinados y dependientes de aquél.

El doctor Andrés Serra Rojas la entiende como el régimen que establece la


subordinación unitaria, coordinada y directa de los órganos administrativos al poder
central, bajo los diferentes puntos de vista del nombramiento, ejercicio de sus funciones
y la tutela jurídica, para satisfacer las necesidades públicas.

Bajo esta forma organiza la legislación mexicana el desempeño de las actividades


de nuestro Poder Ejecutivo Federal, las que se desarrollan partiendo del Presidente de la
República a través de órganos superiores, que en un plano de dependencia mandan a
otros inferiores que acatan las órdenes o instrucciones de aquellos.

El autor citado la entiende a manera de una pirámide que tiene en su vértice


superior al Presidente de la República, y en los grados siguientes a los órganos
inferiores de la administración.

Tres supuestos integran la centralización administrativa, según estima el autor


citado:

1. El Estado es la persona jurídica total, titular de derechos que se traducen en


poderes públicos originarios y éstos a su vez integran un conjunto de mayor o menor
importancia.

2. La centralización es un régimen administrativo, un sistema de organización de la


administración, que coordina y vincula a los demás órganos públicos.
182

3. Las facultades de mando y decisión se concentran en el poder ejecutivo.

El maestro Gabino Fraga entiende la jerarquía, como una relación de dependencia


que implica ciertos poderes de los órganos superiores sobre los inferiores, en cada grado
de la jerarquía, hasta el Presidente de la Republica, que es el jefe jerárquico superior de
la Administración Pública Federal.

Tales poderes los identifica el autor citado como de nombramiento, de mando, de


vigilancia, disciplinario, de revisión y poder para la resolución de conflictos de
competencia.

El sistema centralizado da posibilidades a las autoridades superiores de allegarse


colaboradores para el desempeño de sus funciones a través del nombramiento, medio por
el cual una persona del pueblo pasa a ser integrante del Estado. Esta facultad de
nombramiento corresponde constitucionalmente al Presidente de la República, pero en
casos de excepción y en uso de facultadas otorgadas por la ley, puede estar encomendada
a autoridades inferiores.

Los funcionarios y los empleados en el grado de jerarquía por virtud del cual se
encuentra organizada una dependencia, precisan para el mejor desempeño de sus
funciones, de órdenes e instrucciones en virtud de las cuales deberán desempeñar el
trabajo personal. Estas órdenes derivan del poder de mando característico también del
régimen de centralización; pueden ir contenidas como órdenes o como instrucciones, las
que a su ves pueden tener una característica de individualidad o de generalidad; las
circulares siempre tienen el carácter de generales y van dirigidas a los funcionarios o
empleados jerárquicamente considerados, para quien son obligatorias, no así para el
público que no se encuentra dentro de la organización administrativa estatal y para el cual
sólo es obligatorio el acatamiento de la ley.

Los funcionarios y empleados pueden cumplir o no con las labores que se les han
encomendado y con la forma y sistemas indicados a su vez para su debido desarrollo. La
autoridad tiene la obligación de ejercer el poder de vigilancia, a través de rendición de
cuentas, de investigaciones practicadas o informes solicitados y constatados sobre el
estado y tramitación de los asuntos.

El incumplimiento a los deberes por parte de los servidores del estado puede dar
origen a correcciones disciplinarias o inclusive a sanciones que, a su vez, pueden tener el
carácter de civiles, penales o administrativas, las que en términos generales son impuestas
por la autoridad jerárquica superior al empleado o funcionario autor de la falta. Estas
sanciones la agrupa el doctor Gabino Fraga, a quien venimos siguiendo en ésta
183

exposición, en una relación que parte del apercibimiento, el extrañamiento, la


amonestación, la censura, la multa, la privación o derecho de ascenso, el descenso, la
suspensión temporal del empleo y hasta la privación misma del empleo.

Paralela a la sanción disciplinaria, puede hacerse acreedor el empleado o el


funcionario a una pena mayor, que independientemente de la corrección disciplinaria,
puede serle impuesta ya no por la autoridad administrativa, sino por la autoridad judicial
y siempre con las formalidades esenciales del procedimiento y de acuerdo con las normas
y ante las autoridades establecidas con anterioridad al hecho. Los poderes de la autoridad
administrativa no siempre van dirigidos al empleado de jerarquía inferior, hay otros que
permiten a la autoridad judicial superior revisar el acto del inferior y en el caso de haber
transgredido con él la ley, modificarlo o nulificarlo, y en supuesto de estar apegado a
derecho, confirmarlo.

Cuando el acto sobre el cual se ha manifestado inconformidad no es revisable por la


autoridad jerárquicamente superior de acuerdo con la disposición legal aplicable, siempre
habrá una autoridad, aún cuando no se la jerárquicamente superior a aquella de donde
emanó el acto, para que lo suspenda, lo modifique, lo anule o lo confirme.

El concepto de autoridad. El órgano y su titular.

El artículo 80 de nuestra Constitución establece que el ejercicio del Supremo Poder


Ejecutivo de la Unión se deposita en un solo individuo, que se denominará Presidente de
los Estados Unidos Mexicanos. De acuerdo con el precepto indicado, el Poder Ejecutivo
que en forma normal realiza la función administrativa, está encomendado a una sola
persona, el Presidente de la República, quien por sí mismo estaría física y materialmente
imposibilitado para llevar a feliz término la variedad de actividades que implica el
ejercicio del poder. En tales condiciones se hace necesario para el buen desempeño de la
función, la colaboración de órganos y dependencias.

Por virtud del principio de jerarquía, todas las dependencias administrativas están
subordinadas al jefe de la administración, que es de acuerdo a nuestra Constitución, el
Presidente de la República. Para evitar confusiones, será preciso distinguir estos órganos
de la administración pública de los titulares que están al frente de ellos.

Para que actúe un órgano es necesaria una persona física que se encuentre al frente
de él. El órgano es una entidad abstracta, permanente, que realiza una actividad tendiente
al beneficio de la colectividad, en tanto que la persona física es por su propia naturaleza
mutable. Esta persona física, a diferencia del órgano, simultáneamente a las actividades
que realiza en beneficio de la colectividad, realiza como consecuencia de su vida propia,
otras de índole privada, derivadas de su calidad de persona física.
184

Los órganos de la administración han sido clasificados por la esfera de su


competencia, la que para su estudio se puede abordar por razón del territorio, por razón
de la materia y por razón de grado. En relación con la primera, encontramos órganos
de la administración que tienen facultad de actuar en toda la extensión del territorio
nacional, son órganos de competencia general. Hay otros que tienen, por el contrario, una
competencia de carácter local, que les faculta sólo para actuar dentro de una determinada
circunscripción territorial. Ejemplo del primer supuesto es un Secretario de estado cuya
actuación se extiende a toda la República; un ejemplo del segundo es el Jefe del
Departamento del Distrito Federal, cuya competencia lo limita al territorio ocupado por el
propio Distrito Federal. En la competencia por materia, se prescinde de la extensión
territorial y se atiende en exclusiva a la actividad de los órganos, que están facultados
para actuar sólo en determinados asuntos que de acuerdo con su naturaleza les has sido
asignados, por ejemplo, las diversas actividades que están encomendadas por razón de la
materia a cada una de las Secretarías de Estado. Por razón del grado, la competencia se
otorga, bajo el principio de la jerarquía en que se encuentran colocados los distintos
órganos de la administración unos respecto a otros.

Los órganos de la administración los podemos dividir en principio en dos grandes


grupos: autoridades, por una parte, y agentes de la administración, por otra. La
diferencia entre unos y otros, estriba en que las primeras, las autoridades, tuenen
competencia para decidir los asuntos sometidos a su conocimiento, pronunciando
resoluciones o bien ejecutando las decisiones que hubieren sido dictadas con anterioridad.
Los agentes de la administración se limitan a hacer una labor de preparación, de
recopilación de elementos que posteriormente servirán de antecedente a las autoridades
para pronunciar y dictar sus resoluciones.

De acuerdo con nuestra legislación constitucional, encontramos la referencia a altos


funcionarios de la Federación, funcionarios y empleados. Entendemos como altos
funcionarios de la Federación, al Presidente de la República, los Secretarios de Estado,
los jefes de Departamentos Administrativos autónomos, los Diputados y Senadores al
Congreso de la Unión, Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el
Procurador General de la República y los diputados de las Legislaturas Locales.

El funcionario tiene la representación del Estado; cuando actúa en los límites de su


competencia, lo hace precisamente a nombre del Estado: Sus actos son actos del Estado,
imputables al propio Estado. El empleado, por el contrario, no tiene la representación del
estado, sus actos no son imputables a aquel, los realiza mediante una labor de
colaboración de mayor o menor importancia, pero nunca en representación del estado.
185

El acto por virtud del cual un particular se convierte en servidor del Estado, implica
una designación previa que puede revestir uno de dos actos: ser hecho por un conjunto de
personas o solamente por una persona. En el primer supuesto, es elección; en el segundo,
nombramiento. Elección y nombramiento, son los medios por los cuales una persona
física ingresa a la función pública.

Competencia de sus órganos.

En el Diario Oficial de 29 de diciembre de 1982, fueron publicadas reformas y


adiciones a la Ley Orgánica de la administración Pública Federal por las que, entre otras,
en su artículo 26 y siguientes, se determinaron las Secretarías y Departamentos de estado
necesarios para el estudio, planeación y despacho de los negocios del orden
administrativo, con los asuntos de competencia que en seguida se expresarán:

1. Secretaría de Gobernación. Además de ser el órgano de relación entre el Poder


ejecutivo y los otros dos poderes federales, tiene como facultades principales la iniciativa
y publicación de las leyes; la vigencia del cumplimiento de las garantías individuales por
parte de las autoridades; los nombramientos y movimientos de los funcionarios del Poder
Judicial, de las Secretarías y Departamento de Estado, de los Procuradores de Justicia y
de los gobernadores de los territorios; la administración de las islas de ambos mares; los
cultos religiosos; la política demográfica; vigilancia del cumplimiento de las funciones
electorales; la defensa y previsión social contra la delincuencia; expropiaciones por causa
de utilidad pública que no hubieren sido otorgadas a otra dependencia, y el Archivo
General de la Nación, entre otras.

2. Secretaria de Relaciones Exteriores. Intervenir en todos los asuntos de carácter


internacional; conceder a los extranjeros las licencias o autorizaciones que requieran
conforme a las leyes para la adquisición del dominio de tierras, agua y sus accesorios o
para obtener concesiones de explotación de recursos naturales; para hacer inversiones en
empresas comerciales o industriales; así cómo para formar parte de sociedades
mexicanas, civiles o mercantiles y para modificar y reformar las bases constitutivas de
estas sociedades y para aceptar socios extranjeros o adquirir bienes inmuebles o derechos
sobre ellos, etc.

3. Secretaría de la Defensa Nacional. Intervenir en todos los asunto relacionados


con la defensa del territorio nacional; la organización, administración y preparación del
ejército y de la fuerza aérea; del Servicio Militar Nacional, la administración de la justicia
militar; la organización y prestación de los servicios de sanidad militar, etc.

4. Secretaría de Marina. La organización, administración y preparación de la


Armada Nacional; la concesión de retiros o licencias e intervención en las pensiones de
186

los miembros de la Armada; el ejercicio de la soberanía nacional en aguas territoriales; la


vigilancia de nuestras costas y vías navegables e islas nacionales; la organización,
administración y ocupación del servicio de aeronáutica naval militar; la organización y
administración de la policía marítima, etc.

5. Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Despachar los asuntos relacionados


con Los ingresos y egresos de la Federación y del Departamento del Distrito Federal, la
contabilidad tanto de aquella como de ésta; intervenir en las operaciones que impliquen el
uso del crédito público, la dirección de la política monetaria y crediticia, planear,
coordinar, evaluar y vigilar el sistema bancario del país que comprende al Banco Central,
a la Banca Nacional de Desarrollo y las instituciones encargadas de prestar servicio de
banca y crédito.

6. Secretaría de Programación y Presupuesto. Recabar los datos y elaborar con la


participación en su caso de los grupos sociales interesados, los planes nacionales,
sectoriales y regionales de desarrollo económico y social; el plan general del gasto
público de la Administración Pública Federal y los programas especiales que fije el
Presidente de la República; planear obras, sistemas y aprovechamiento de los mismos,
proyectar el fomento y desarrollo de las regiones y localidades que le señale el Presidente
de ala República para el mayor provecho general; llevar y establecer los lineamientos
generales de la estadística general del país; Proyectar y calcular los egresos del Gobierno
Federal y los ingresos e egresos de la Administración Pública Paraestatal y hacer la glosa
preventiva de los ingresos y egresos del propio Gobierno Federal y del Departamento del
Distrito Federal; formular el programa del gasto público federal y el proyecto del
presupuesto de egresos de la Federación y del Departamento del Distrito Federal; planear,
autorizar, coordinar, vigilar y evaluar los programas de inversión pública de las
dependencias de la administración pública centralizada y las de las entidades de la
administración paraestatal.

7. Secretaría de la Contraloría General de la Federación. Planear y organizar el


sistema de control y evaluación gubernamental; inspección el ejercicio del gasto público
federal; vigilar el cumplimiento de las normas de control y fiscalización de las
dependencias y entidades de la Administración Pública Federal y practicar en éstas las
auditorias que se requieran; sugerir normas para el control y fiscalización de las entidades
bancarias; inspeccionar y vigilar el cumplimiento por parte de dichas entidades de las
diversas normas y disposiciones que le sean aplicables; informar anualmente al titular del
Ejecutivo Federal de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal;
atender las quejas que presenten los particulares de su competencia; investigar las
actividades de los servidores públicos y en su caso hacer ante el Ministerio Público, la
denuncia que corresponda.
187

8. Secretaría de Energías, Minas e Industrias Paraestatal. Poseer vigilar


conservar o administrar los bienes de propiedad originaria, los que constituyen recursos
no renovables y los de dominio público de uso común; compilar y ordenar las normas que
rijan las concesiones, autorizaciones y permisos o la vigilancia para la explotación de los
bienes y recursos a que se refiere la fracción anterior; compilar, revisar y ordenar las
normas que rijan las concesiones, autorizaciones, licencias y permisos, y la vigilancia,
cuando se requiera conforme a las leyes, para usar, aprovechar o explotar bienes de
propiedad privada, ejidal o comunal; llevara el catastro petrolero y minero; regular la
explotación de las salinas ubicadas en terrenos propiedad nacional y en las formadas
directamente por las aguas del mar, regular la industria petrolera, petroquímica básica,
minera, eléctrica y nuclear; promover y, en su caso, organizar la investigación técnico
industrial en materia de energía, siderurgia, fertilizantes y recursos naturales no
renovables; regular y promover las industrias extractivas; impulsar el desarrollo de los
energéticos, de la industria básica o estratégica y de la industria naviera; conducir,
aprobar, coordinar y vigilar la actividad de las industrias paraestatales con exclusión de
las que estén asignadas a otra dependencia, atendiendo a la política industrial establecida
por la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial; formular y conducir la política de
desarrollo de la industria de fertilizantes, en coordinación con las dependencias
correspondientes, así como aprobar y coordinar los programas de producción de las
entidades de la Administración Pública Federal; formular la política de desarrollo de la
industria siderúrgica, en coordinación con la Secretaría de Comercio y Fomento
Industrial, así como regular y conducir la producción de las entidades paraestatales
correspondientes.

9. Secretaría de Comercio y Fomento Industrial. Formular y conducir las políticas


generales de industria, comercio exterior, interior, abastos y precios del país, así como la
de industrialización, distribución y consumo de los productos agrícola, ganaderos,
forestales, minerales y pesqueros; determinar los aranceles y fijar los precios oficiales;
determinar las restricciones para los artículos de importación y exportación, Con la
Secretaría de Hacienda en la fijación de los criterios generales para el establecimiento de
los estímulos al comercio exterior; determinar los estímulos fiscales necesarios para el
fomento industrial, el comercio interior y exterior y el abasto, incluyendo los subsidios
sobre impuestos de importación. Establecer la política de precios, vigilar su estricto
cumplimiento particularmente en lo que se refiere a artículos de consumo y uso popular,
regular, orientar y estimular las medidas de protección al consumidor, coordinar y dirigir
el Sistema Nacional para el Abasto, fomentar la organización y constitución de toda clase
de sociedades cooperativas, cuyo objeto sea la producción industrial, la distribución o el
consumo; autorizar y vigilar la actividad de las sociedades mercantiles, cámaras y
asociaciones industriales y comerciales, lonjas y asociaciones de corredores; normar y
registra la propiedad industrial y mercantil, así como regular y orientar la inversión
extranjera y la transferencia de tecnología; establecer y vigilar las normas de calidad,
188

pesas y medidas necesarias para la actividad comercial, así como las normas y
especificaciones industriales; impulsar la producción de bienes y servicios que se
consideren fundamentales para la regulación de los precios; organizar la distribución y
consumo a fin de evitar el acaparamiento: asesorar a la iniciativa privada en el
establecimiento de nuevas industrias que se dediquen a la exportación de manufacturas
nacionales; fomentar, regular y promover el desarrollo de la industria de transformación e
intervenir en el suministro de energía eléctrica a usuarios y en la distribución de gas,
organizar la producción económica del artesanado, de las artes populares y de las
industrias familiares y la industria nacional, de la industria pequeña, mediana y rural y
regular la organización de productores industriales; promover y, en su caso, organizar la
investigación técnico-industrial, y registrar los precios de mercancías, arrendamiento de
bienes muebles y contratación de servicios, que regirán para el sector público; dictaminar
los contratos o pedidos respectivos; autorizar las compras del sector público en el país de
bienes de procedencia extranjera, así como, conjuntamente con la Secretaría de
Programación y Presupuesto, autorizar las bases de las convocatorias para realizar
concurso internacionales, y los demás que le encomienden expresamente las leyes y
reglamentos.

10. Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Planear, fomentar y


asesorar técnicamente la producción agrícola, ganadera, avícola, apícola y forestal en
todos sus aspectos; definir, aplicar y difundir los métodos y procedimientos técnicos
destinados a obtener mejor rendimiento en la agricultura, silvicultura, ganadería,
avicultura y apicultura; organizar y encausar el crédito ejidal, agrícola, forestal y
ganadero, con la cooperación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; fomentar
las organizaciones mixtas con fines de producción agropecuaria o silvícola, cuyo objeto
sea la producción agropecuaria o silvícola, en coordinación con la Secretaría de la
Reforma Agraria; hacer exploraciones y recolecciones científicas de la flora y la fauna
terrestres; promover la industrialización de los productos forestales; organizar, dirigir y
reglamentar los trabajos de hidrología en cuencas, cauces y álveos de aguas nacionales,
tanto superficiales como subterráneos; reconocer derechos y otorgar concesiones,
permisos y autorizaciones para el aprovechamiento de las aguas nacionales, cuando se
trate de la generación de energía eléctrica.

11. Secretaría de Comunicaciones y Transporte. La organización y administración


de los servicios de correo; de las federales de comunicaciones eléctricas y electrónicas;
otorgar concesiones y permisos para establecer y explotar sistemas y servicios
telegráficos, telefónicos y cablegráficos, de comunicaciones inalámbricas, estaciones
radio experimentales, de de televisión comercial y cultural; otorgar concesiones y
permisos para establecer y operar líneas aéreas y comerciales en la República; otorgar
permisos y negociar convenios para ala operación de líneas aéreas internacionales;
otorgar permisos para el uso de aviones particulares; administrar los ferrocarriles
189

federales no encomendados a organismos descentralizados; vigilar el servicio de policía


en las carreteras federales, etc.

12. Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología. Formular y conducir la política


general de asentamientos humanos del país; planear la distribución de la población y la
ordenación del territorio nacional, promover el desarrollo de la comunidad, formular y
conducir los programas de vivienda y de urbanismo; proyectar, construir, administrar,
operar y conservar los sistemas de agua potable, drenaje y alcantarillado en los centros de
población, a partir de los sitios convenidos con la Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos; la construcción y conservación de los edificios públicos, monumentos y
obras de ornamento realizadas por la Federación; la proyección de la construcción de
obras públicas, de fomento o de interés general que emprenda el Gobierno Federal, de
uso común o destinadas a un servicio público de jurisdicción federal; el establecimiento
de bases y normas y su intervención, para la celebración de contratos de construcción y
conservación de obras generales, o el asesoramiento correspondiente a la dependencia a
que corresponda específicamente la obra, la construcción y conservación de caminos
federales, de caminos y puentes, este último caso en cooperación con los gobiernos de las
entidades federativas con los municipios y con los particulares; la construcción de
aeropuertos federales y de vías férreas de jurisdicción federal; el otorgamiento de
concesiones o permisos para construir obras que le corresponda ejecutar, etc.

13. Secretaría de Educación Pública. Entre otros asuntos, organizar, vigilar y


desarrollar la educación preescolar, primaria, secundaria y normal, urbana, semiurbana y
rural, en las escuelas oficiales incorporadas o reconocidas; organizar la educación
artística que se imparta en las escuelas e institutos oficiales , incorporados o reconocidos;
crear y mantener las escuelas oficiales en el Distrito Federal, con exclusión de las que
dependan de otras secretarías, departamentos o dependencias del Gobierno Federal;
vigilar que se observen y cumplan las disposiciones relacionadas con la educación
preescolar, primaria, secundaria, técnica y normal; organizar, administrar y enriquecer
sistemáticamente las bibliotecas; fomentar las relaciones de orden cultural con los países
extranjeros; organizar y controlar y mantener la corriente el registro de la propiedad
literaria y artística; revalidada estudios y títulos y conceder autorización para el ejercicio
de las capacidades que acrediten; formular el catálogo del patrimonio histórico nacional,
así como el de los monumentos nacionales; organizar, sostener y administrar museos
históricos; proteger los monumentos arqueológicos, los objetos históricos y artísticos, las
ruinas prehispánicas y coloniales; determinar y organizar la participación oficial del país
en olimpiadas y competencias internacionales; estudiar los problemas fundamentales de
las razas aborígenes, etc.

14. Secretaría de Salud. Crear y administrar establecimientos de salubridad y


asistencia pública y de terapia social, en cualquier lugar del territorio nacional; organizar
190

la asistencia pública en el Distrito Federal; aplicar a la beneficencia pública los fondos


que le proporcione la Lotería Nacional y los Pronósticos para la Asistencia Pública;
organizar y vigilar las instituciones de beneficencia privada; administrar los bienes y
fondos que el Gobierno Federal destine para ala atención de los servicios de asistencia
pública; impartir asistencia médica y social a la maternidad y a la infancia; organizar y
administrar servicios sanitarios generales en toda la República; dirigir la policía sanitaria
general y la especial; controlar la preparación, posesión, uso, suministro, importación,
exportación, y circulación, de comestibles y bebidas; ejercer control sobre la preparación,
posesión, uso, suministro, importación, exportación y distribución de drogas y productos
medicinales, con excepción de los de uso veterinario que no estén comprendidos en la
convención de Ginebra, etc.

15. Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Vigilar la observancia y aplicación


de las disposiciones del artículo 123 constitucional, de la Ley Federal del Trabajo y sus
reglamentos; procurar el equilibrio entre losa factores de la producción de conformidad
con las disposiciones legales relativas; intervenir en la formulación y promulgación de los
contratos-ley de trabajo; llevar el registro de las asociaciones obrero patronales y
profesionales de jurisdicción federal que se ajusten a las leyes; estudiar y ordenar las
medidas de seguridad e higiene industriales para la protección de los trabajadores;
manejar la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo; estudiar y proyectar planes
para impulsar la ocupación del país, etc.

16. Secretaría de la Reforma Agraria. Aplicar los preceptos agrarios del artículo
27 constitucional, así como las leyes agrarias y sus reglamentos; conceder o ampliar en
términos de ley, las dotaciones o restituciones de tierra y aguas a los núcleos de
poblaciones rurales; crear nuevos centros de población agrícola y dotarlos de tierras y
aguas del fundo correspondiente; intervenir en la titulación y el parcelamiento ejidal; el
registro agrario nacional; titulación de tierras y aguas comunales de los pueblos;
planeación, organización y promoción de la producción agrícola y ganadera de los ejidos
y de las comunidades; asesorar el almacenamiento y manejo de la producción agrícola y
ganadera de los ejidos y de las tierras comunales; manejar terrenos baldíos y nacionales,
etc.

17. Secretaría de Turismo. Entre otras la de formular la programación de la


actividad turística nacional y organizar, coordinar, vigilar y fomentar su desarrollo;
promover en coordinación con las entidades federativas las zonas de desarrollo turístico
nacional y formular la declaratoria respectiva; participar con voz y voto en las comisiones
Consultivas de Tarifas y la Técnica Consultiva de Vías Generales de Comunicación;
registrar a los prestadores de servicios turísticos y los precios de bebidas y alimentos, en
los términos señalados por las leyes; autorizar los precios y tarifas de los servicios
turísticos y los de arrendamiento al público de bienes muebles destinados al turismo, en
191

los términos que establezcan las leyes y reglamentos, tanto de los bienes y servicios
principales como de los conexos; controlar y vigilar la correcta aplicación de los precios
o las tarifas autorizadas o registradas y que la prestación de los servicios turísticos se
proporcione conforme a las disposiciones legales aplicables en los términos autorizados o
en la forma en que se hayan contratado; estimular la formación de asociaciones, comités
y patronatos de carácter público, privado o mixto, de naturaleza turística; formar parte de
los comités técnicos de los fideicomisos que constituya el Gobierno Federal, con fines
turísticos; promover y estimular, en coordinación con la Secretaría de la Reforma
Agraria, la creación de empresas turísticas comunales o ejidales, etc.

18. Secretaría de Pesca. Formular y conducir la política pesquera del país;


conservar y fomentar el desarrollo de la flora y fauna marítimas, fluviales y lacustres; así
como planear, fomentar y asesorar la explotación y producción pesquera en todos sus
aspectos; otorgar contratos, concesiones y permisos para la explotación de la flora y
fauna acuáticas; fijar las épocas y zonas de veda de las especies acuáticas y establecer
viveros, criaderos y reservas, así como organizar y fomentar la investigación sobre la
flora y fauna marítimas, fluviales y lacustres y difundir los métodos y procedimientos
técnicos destinados a obtener mejor rendimiento de la piscicultura; realizar actividades de
acuacultura; intervenir en la formación y organización de la flota pesquera y coordinar la
construcción de embarcaciones pesqueras, fomentar la organización de las sociedades
cooperativas de producción pesquera y las sociedades, asociaciones y uniones de
pescadores; promover la industrialización de los productos pesqueros y el establecimiento
de empacadoras y frigoríficos, etc.

Por último, al Departamento del Distrito Federal corresponde el despacho de los


siguientes asuntos, en los términos marcados por el artículo 44 de la ley referida; prestar
servicios públicos generales y específicos que requiera la población del Distrito Federal;
los asuntos relacionados con el gobierno de dicha entidad, en los términos de su Ley
Orgánica, etc.

Ninguna de las Secretarías de Estado y Departamento Administrativo antes


enumerados, tienen preponderancia respecto de otras; la ley de la materia, en su artículo
10, establece igual rango para todas, sin preeminencia de ninguna.

Al frente de cada Secretaría deberá haber un Secretario, un Subsecretario y el


número de Subsecretarios Auxiliares que determine el presupuesto de egresos de la
Federación y un oficial mayor. Y al frente del departamento habrá un jefe, auxiliado por
los secretarios que también determine el presupuesto de egresos de la Federación y un
oficial mayor.
192

El artículo 12 de la ley referida impone a sus titulares, para ejercer las funciones de
su competencia, el acuerdo previo con el Presidente de la República, lo que indica que
deberán cumplir con las instrucciones y órdenes de éste en el desempeño de sus cargos.

Los Secretarios de Estado no son simples amanuenses o funcionarios de segunda al


servicio de ala Federación, la Constitución misma les ha otorgado un rango superior al
establecer su obligación de informar al Congreso de la Unión respecto de los asuntos a su
cargo cuando éste se lo pida, según puede verse del texto del artículo 93 constitucional.

El artículo 92 ratifica también el rango superior que el constituyente otorgó a los


Secretarios de Estado, al contener la obligación de éstos de firmar todos los reglamentos,
decretos y órdenes del Presidente de la República, sin cuyo requisito no serán
obedecidos.

En los términos del régimen presidencial, bajo el cual se encuentra organizada


nuestra República, los Secretarios de Estado son simples colaboradores del Poder
ejecutivo, pero el responsable único de su ejercicio es el Presidente de la República.
Existe el difundido error de designar a los secretarios de Estado como ministros,
designación ésta que corresponde a los que integran el gabinete en el régimen
parlamentario y de ninguna manera a los que con el Presidente desempeñan las labores
propias del Poder Ejecutivo. La misma Constitución, al hablar en su artículo 29 de la
suspensión de garantías, se refería a que debería ser solicitada por el Presidente de la
República con acuerdo del “Consejo de Ministros”. El error indudable que contenía
nuestra Constitución con esta denominación lo ha dejado aclarado la reforma en vigor del
propio artículo 29 Constitucional publicada en el año de 1981, sin embargo la Ley
Orgánica de la Administración Pública Federal, antes de que fuera reformado dicho
precepto Constitucional, con el propósito de dar salida al error que contenía el artículo 20
mencionado, en su artículo 6º estableció que para los efectos de dicho artículo 29, el
Consejo de Ministros se integrará con los Secretarios de Estado, los jefes de
Departamentos Administrativos y el Procurador General de la República, presidido por el
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Y lo hace referir a la reunión de los secretarios y jefe de departamento de Estado y


Procurador General de Justicia de la Nación, presidida por el Jefe del Ejecutivo Federal.

Por lo anterior, creemos que el Procurador General de la República, si forma parte


de la centralización administrativa, naturalmente que con el organismo del que es titular;
sin embargo, no todos los autores opinan como nosotros que robustecemos nuestro juicio,
independientemente en lo ya expuesto, en diversos imperativos constitucionales, tales
como el contenido en la fracción II del artículo 89, que faculta el Jefe del Ejecutivo
Federal para el nombramiento y remoción discrecional de este alto funcionario; en que el
193

Procurador acuerda y recibe órdenes directamente del Presidente de la República y por


último, además de lo expuesto en relación con el artículo 29 referente a la suspensión de
garantías, en que sus funciones, son formal y materialmente administrativas, aun cuando
en importante renglón intervienen en el procedimiento judicial.

Los Servicios Públicos. Su concepto:

El Servicio Público, es uno de los temas o conceptos mas debatidos en la doctrina


del Derecho Administrativo. No obstante su reciente aparición atribuida casi sin
discusión al derecho francés en donde nace y se desenvuelve en la actualidad podemos
afirmar que es casi universalmente aceptado por todo orden jurídico y es tan grande su
importancia, que no han faltado autores que definan el Derecho Administrativo
refiriéndolo esencialmente a la prestación de los servicios públicos. León Duguit lo
considera como la regla de organización y gestión del Derecho Público.

El hombre, como parte integrante de un conglomerado social, como ente colectivo,


precisa la satisfacción de sus necesidades en el grado y en la intensidad de su
presentación. Estas necesidades, en un principio simples, casi referidas a las que le
permitan subsistir, al transcurso del tiempo y ante la complejidad progresiva de la
organización de la sociedad, se fueron transformando, hasta llegar a tal punto en su
importancia, que obligaron al Estado a tomar bajo su tutela, su garantía y satisfacción. Ya
no bastaba el esfuerzo del hombre individualmente considerado, para garantizar la
satisfacción de esas necesidades de carácter colectivo. El Estado tuvo que asumir la
responsabilidad de dar al pueblo la permanente satisfacción de esa clase de necesidades.

La sociedad jurídicamente organizada a través del estado, precisa de servicios que


le son indispensables y cuya prestación debe ser garantizada por el propio Estado, como
la seguridad internacional mediante su sistema de defensa nacional, la seguridad interior
a través de la policía, la administración de justicia, la prestación de los servicios
educacionales para la mejor instrucción del pueblo y otros muchos que podrían servirnos
de ejemplos; hay actividades que satisfacen necesidades cuya prestación no es tan
indispensable como las anteriores y se deja al pueblo mismo, en ocasiones bajo la
vigilancia del Estado, y en otras a la completa libertad de los particulares.

Acentuada en su convivencia la prestación por parte del estado de estos


satisfactores, a partir de las últimas décadas del siglo XIX, es identificada como “servicio
público”, por tratarse de unas necesidades colectivas y ser prestadas por el Estado, que así
transformó su posición de poder que manda en poder de garantía, de servicio y de
seguridad.
194

La complejidad del Estado democrático moderno exige la adecuada prestación y


vigilancia de los servicios públicos y el abandono de ala no intervención que caracterizó
al liberalismo del siglo pasado, al permitir su prestación “a voluntad” de los particulares.

Dos corrientes económicas contemplan la posición del Estado respecto a la


prestación de los servicios públicos. La doctrina individualista que pugna por un Estado
abstencionista que dejando sin trabas a la iniciativa individual del pueblo la abstención de
esa prestación, se avoque en exclusiva la que constituye los servicios de seguridad
interior y exterior de la nación, la administración de justicia y el mantenimiento del orden
dentro del estado, y la doctrina estatista, que a su vez se pronuncia por la no iniciativa de
los particulares y por la prestación total de los servicios por el Estado. Ambas doctrinas
por sí solas, en el absolutismo extremo que las contiene, no son apropiadas; la posición
adecuada es la que hace compartir a ambas en una combinación que permita la prestación
idónea de esos satisfactores, ya por el estado, ya por los particulares, pero siempre con la
mira de la atención del interés general, del interés colectivo, debidamente satisfecho y
vigilado.

Como muchas de las instituciones del derecho administrativo, la noción de servicio


público ha sido objeto, en la doctrina, de prolongado debate, que lejos de encontrar un
concepto universal, lo dificulta más en la versatilidad de las concepciones que ha dado
de esta prestación, por las singularidades de cada pueblo y de cada Estado.

Al efecto, busquemos en la doctrina mexicana los conceptos que nos den material
para el fin propuesto. Dos de los más preclaros autores de Derecho Administrativo
mexicano, los doctores Gabino Fraga y Andrés Serra Rojas, analizan el problema desde
puntos de vista diferentes.

Para el primero, el servicio público se puede definir como una actividad destinada
a satisfacer una necesidad colectiva de carácter material, económico o cultural,
mediante prestaciones concretas e individualizadas, sujetas a un régimen jurídico que les
imponga adecuación, regularidad y uniformidad.

Después de reconocer el autor citado, que la expresión “servicio público” no


corresponde dentro de la doctrina que examina a un concepto bien definido, cita en la
página 15 de la obra mencionada, las definiciones dadas por Duguit, que lo entiende
como “toda actividad cuyo cumplimiento deber ser asegurado, regulado y controlado por
los gobernantes, porque el cumplimiento de esta actividad es indispensable para ala
realización y desarrollo de la independencia social, y es de tal naturaleza que no puede
ser realizada completamente, sino por la intervención de la fuerza gubernamental”.
195

Cita también la consideración de Jéze, quien al afirmar que el servicio público es la


piedra angula del Derecho Administrativo, sostiene que asentar que en una hipótesis
determinada hay servicio público, equivale a decir “que para dar satisfacción regular y
continua a una categoría de necesidades de interés general, los agentes públicos pueden
aplicar los procedimientos de derecho público, o sea, un régimen jurídico especial, y que
la organización del servicio público puede ser modificada en cualquier momento por las
leyes y reglamentos, sin que ningún obstáculo insuperable de origen jurídico pueda
oponerse”.

Por último cita el maestro Fraga a Bonnart, para quien “los servicios públicos son
organizaciones que forman la estructura misma del Estado… son celdillas componentes
del cuerpo que es el Estado” y que “considerado desde el punto de vista realista, el
Estado se presenta como constituido por el conjunto de los servicios públicos”.

Después de la trascripción referida, agrega el maestro Fraga, “comparando los tres


criterios expuestos, es fácil apreciar que mientras para Duguit el “Servicio público es una
actividad que debe ser ejercida por el Estado, para Jéze la característica se encuentra en el
régimen jurídico aplicable a esa actividad, y para Bonnard en el medio, o sea la
organización que permite realizar la propia actividad”.

Por su parte el doctor Serra Rojas, al considerar que es el Estado mismo quien
selecciona las actividades que considera como “servicio público”, concluye que para la
determinación de su naturaleza jurídica, debemos contemplar estrictamente el derecho
positivo.

El prestigiado autor mexicano lo entiende como “una actividad directa del Estado o
autorizada a los particulares, que ha sido creada y controlada para asegurar de una
manera permanente, regular, continua y sin propósitos de lucro, la satisfacción de
necesidades colectivas de interés general y de carácter material, económico y cultural, y
sujetas a un régimen de policía y, por ahora, a un régimen de derecho privado en los
servicios públicos concesionados en lo que se refiere a sus relaciones con el público. Y
más adelante agrega: “es un servicio técnico ofrecido al público de una manera regular y
continua, para la satisfacción de una necesidad colectiva y por una organización pública
no lucrativa”.

Otro prestigiado autor mexicano, Miguel Acosta Romero, después de considerar los
siguientes, como elementos esenciales del servicio público: que tiene como finalidad la
satisfacción de necesidades de interés general; que puede ser realizada por el Estado o por
los particulares; y que debe ser prestada con permanencia y adecuación en un régimen de
Derecho Público, llega con ellos a su personal definición de servicio público, al que
considera como “una actividad técnica, encaminada a satisfacer necesidades colectivas,
196

mediante prestaciones individualizadas, sujeta a un régimen de derecho público que


determina los principios de regularidad, uniformidad, adecuación e igualdad, que puede
ser prestada por el Estado o por los particulares”.

Sus elementos.

El doctor Serra Rojas encuentra como elementos esenciales del servicio público, los
siguientes:

a) Es una creación del estado, atendida en su organización y funcionamiento con


los elementos apropiados, como resultante de una decisión del Estado que declara como
servicio público determinada actividad, como resultante de su indispensable prestación.

b) Se presta a través de una organización de interés público con personalidad y


medios económicos adecuados que garanticen su prestación en forma regular, continua y
con el aprovechamiento metódicamente organizado de conocimientos y aptitudes que les
sean necesarios.

c) Debe ser caracterizado en forma principal sin la idea de lucro, aún cuando
algunos de ellos precisan para su mantenimiento y adecuada prestación de determinadas
ganancias, sujetas a un régimen financiero adecuado.

d) Debe ser dotado de “medios exorbitantes del derecho común” y gobernado por
las reglas y el poder de policía del Estado.

e) En ocasiones puede depositarse su prestación en los particulares, siempre


rodeados por el Estado de la seguridad y prerrogativas del poder público, con respecto de
los propósitos industriales o comerciales que lo caractericen y bajo el reconocimiento
siempre también del derecho de los usuarios.

f) Conforme a las leyes aplicadas, el poder público debe reservarse el control de la


prestación del servicio.

Localiza el citado jurista tres prestaciones características del servicio público:

Prestaciones de orden material, como la distribución de agua, de electricidad, el


transporte de personas, etc.

Prestaciones de orden financiero, suministro de crédito, régimen de seguros y de


fianzas, asistencia pecuniaria, etc.
197

Prestaciones de orden intelectual, como la enseñanza en sus diversos grados, la


formación estética, la educación física, etc.

Nuestra legislación, sin definirlo, suponiendo su concepto, emplea frecuentemente


el término “servicio público” con muy diversos criterios. En ocasiones, referido a su
actividad, sin considerar el órgano que lo realiza; en otras lo similariza a los empleos
públicos; y en otras, los refiere a los organismos u oficinas públicas. Así encontramos:

En la Constitución Federal.

“Art. 5.- Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la ajusta
retribución y sin su pleno con sentimiento.”

“En cuanto a los servicios públicos sólo podrá ser obligatorios, en los términos que
establezcan las leyes respectivas, el de las armas y los de jurados, así como el desempeño
de los cargos concejiles y los de elección popular, directa o indirecta…”

“Art. 13.- Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales.
Ninguna persona o corporación puede tener fuero ni gozar más emolumentos que los que
sean compensación de servicios públicos y estén fijados por la ley…”

“Art. 27.- II…Los obispados, casas curales, seminarios, asilos o colegios de


asociaciones religiosas, conventos o cualquier otro edificio que hubiere sido construido o
destinado a la administración, propaganda o enseñanza de un culto religioso, pasarán
desde luego, de pleno derecho al dominio directo de la nación, para destinarse
exclusivamente a los servicios públicos de la Federación o de los Estados, en sus
respectivas jurisdicciones…”

“Art. 27.- VI…Los Estados, el Distrito Federal los territorios, lo mismo que los
municipios de toda la República, tendrá plena capacidad para adquirir, poseer todos los
bienes raíces necesarios para los servicios públicos…”

“Art. 97.-…La Suprema Corte de Justicia podrá cambiar de lugar a los jueces de
distrito, pasándolos de un distrito a otro, o fijando su residencia en otra población, según
lo estime conveniente para el mejor servicio público, lo mismo podrá hacer tratándose de
los magistrados de circuito…”

“Art. 123.- Frac. XVIII. Las huelgas será lícitas cuando tengan por objeto conseguir
el equilibrio entre los diversos factores de la producción, armonizando los derechos del
trabajo con los del capital. En los servicios públicos será obligatorio para los trabajadores
198

dar aviso con diez días de anticipación a la Junta de Conciliación y Arbitraje, de la fecha
señalada para la suspensión del trabajo…”

“Art. 132.- Los fuertes, los cuarteles, almacenes de depósito y demás bienes
inmuebles destinados por el Gobierno de la Unión al servicio público o al uso común…”

En el Código Penal.

“Art.22.- Comete el delito de peculado: toda persona encargada de un servicio


público, aunque sea en comisión por tiempo limitado y no tenga el carácter de
funcionario, que para usos propios o ajenos, distraiga de su objeto el dinero, valores,
fincas o cualquier otra cosa…”

En la Ley Federal del Trabajo.

“Art. 452.- El escrito de emplazamiento a huelga deberá satisfacer los requisitos


siguientes:

“III. El aviso para la suspensión de las labores deberá darse, por lo menos, con seis
días de anticipación a la fecha señalada para suspender el trabajo y con diez cuando se
trate de servicios público. El término se contará desde el día y hora en que el patrón
quede notificado.”

“Art. 455.- Para efectos de este título, se entiende por servicio público: los de
comunicaciones y transportes, los de gas, los de luz y energía eléctrica, los de limpia y
los de aprovisionamiento y distribución de aguas destinadas al servicio de las
poblaciones, los sanitarios, los de hospitales, los de cementerios y los de alimentación
cuando se refieran a artículos de primera necesidad, siempre que en este último caso se
afecte alguna rama completa del servicio.”

En la Ley General de Bienes Nacionales.

“Art. 4º.- Los bienes a que se refiere el artículo anterior pasarán a formar parte del
dominio público cuando sean destinados al uso común, a un servicio o a alguna de las
actividades que se equiparan a los servicios públicos, o de hecho se utilicen en esos
fines.”

En la Ley Orgánica del Departamento del Distrito Federal.

“Art. 23.- Son funciones del Departamento del Distrito Federal, las siguientes: I. En
materia de servicios públicos: 1º La determinación de las actividades que en el Distrito
199

Federal deben ser consideradas como tales; 2º El establecimiento de las normas a que se
sujetará la prestación de los servicios públicos; 3º La organización y desenvolvimiento
directo en el Distrito Federal de los servicios de policía, tránsito, aguas potables,
alcantarillado, pavimentación, limpia, alumbrado de las vías públicas, rastros, mercados,
parques y paseos, jardines, panteones, vías públicas, nomenclaturas de calles,
reglamentación y vigilancia de las construcciones llevadas a cabo por particulares,
planificación y zonificación incluyendo el alineamiento, ampliación y ornato de las
calles, y todos aquellos que por su naturaleza o por declaración de autoridad sean
considerados como tales.”

“Art. 58.- Al hacerse la declaración por el Jefe del Departamento del distrito
Federal, de que el ejercicio de una actividad se considera como servicio público, se
determinará por el mismo funcionario, si dicho ejercicio queda con fiado a la
administración o si deberá concesionarse.”

Entre los pocos ordenamientos que contiene una definición de servicios públicos,
está la ley que reglamenta la fracción I del artículo 23 de la Ley Orgánica del
Departamento del Distrito Federal y reforma y adiciona el capítulo sexto sobre servicios
públicos, que en su artículo 11º prescribe: “Para los efectos de esta ley, se entiende por
servicio público el ejercicio de toda función o actividad que tenga por objeto la
satisfacción de un necesidad pública, o de interés social, circunstancias que en cada
caso determinará discrecionalmente el Departamento del Distrito Federal, el que al
hacer dicha determinación decidirá si la prestación del servicio queda confiada a la
administración o deberá concesionarse; si se presta por medio de un órgano
descentralizado o conjuntamente por el Departamento del Distrito Federal en
colaboración con los particulares”.

Su clasificación en la legislación mexicana.

Influida por la doctrina francesa, nuestra legislación, a partir de la segunda mitad


del siglo XIX, ya se refería al régimen de los servicios públicos, sin embargo, su
concepto se daba a través de dos diferentes acepciones: como prestación de servicios
personales de los ciudadanos al Estado, o como actividad que en forma constante el
Estado desarrolla para la satisfacción de una necesidad pública.

Existe también la tendencia a emplear la expresión servicio público para designar a


determinado organismo que atiende a la necesidad que les es correlativa; así por ejemplo,
se habla de la asistencia, de la salubridad y de la enseñanza pública como servicios
públicos.
200

Congruentes con el contenido de nuestra legislación, los servicios públicos


mexicanos los podemos clasificar de la siguiente manera:

1. Servicios públicos federales. El artículo 124 de la Constitución determina “que


las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los
funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados”. Tal separación de
facultades nos remite a la prestación de los servicios públicos federales, los que quedan a
cargo de las autoridades de acuerdo con el grado de competencia, que corresponda a cada
una de ellas en los términos del artículo invocado.

El doctor Serra Rojas, subclasifica los servicios públicos federales en:

a) Exclusivos, como el de Correos, Telégrafos, banco único de emisión y los demás


señalados por el artículo 28 constitucional.

b) Concurrentes con los particulares, que son aquellos que debiendo ser prestados
por la autoridad federal, son susceptibles de atención, bien directamente por la autoridad
correspondiente, o bien a base de concesión otorgada por aquella a los particulares, lo que
ejemplifica el autor citado, como la radiodifusión, pero siempre bajo la vigilancia del
estado de acuerdo con los principios de orden público que los rigen.

c) Concurrentes con las demás entidades. Son aquellos en los que no concurre la
exclusividad de la competencia federal y son susceptibles en colaboración con las
autoridades locales y municipales.

2. Servicios públicos estatales. Son los prestados por los gobiernos locales de los
Estados, de acuerdo con la separación de competencia federal y local que determina el
artículo 124 constitucional invocado.

3. Servicios públicos municipales. Se refiere esta clase de servicios a aquellos que


por su naturaleza van dirigidos a la satisfacción de necesidades colectivas en relación con
el manejo de una ciudad o de una circunscripción territorial determinada, ejemplificados
por el autor que venimos siguiendo, como saneamiento, agua potable, alumbrado,
jardines, etc.

4. Servicios públicos internacionales. Son los creados por actividades de la


Organización de las Naciones Unidas, que representan interés para todas las naciones,
como la sanidad, la educación, la asistencia, etc., en el campo derivado del interés
internacional.

Concesión:
201

Uno de los medios fundamentales por los que el estado efectúa su labor
administrativa, es la concesión.

El concepto de concesión no tiene un significado definido en nuestras disposiciones


legales; continuamente se le identifica y confunde con la autorización, la licencia o el
permiso.

Por tal razón, principiaremos por fijar la idea de concesión, citando para ello
algunos de los conceptos que la doctrina nos proporciona. Así la encontramos como el
aprovechamiento por parte de los particulares, de la explotación de un servicio público o
de bienes que forman parte del Estado.

Es el acto jurídico que tiene por objeto otorgar a un particular un poder jurídico,
sobre una manifestación de la administración pública; o bien como los actos del poder
público que dan facultades a los particulares para el establecimiento y explotación de un
servicio público o para la explotación y aprovechamiento de bienes del dominio directo
y de la propiedad de la Nación; o también como el procedimiento por el que una persona
pública, denominada autoridad concede, confía a una persona , física o moral llamada
concesionario, el cuidado de manejar un servicio público, bajo el control de la autoridad
concedente, mediante una remuneración que generalmente consiste en las cuotas que el
concesionario percibirá de los usuarios del servicio; o por último, como la gracia o
merced que el estado otorga a un particular para crear un derecho, tolerarlo o para
permitir su ejercicio, ya sea que el estado lo otorgue en forma espontánea o a solicitud
del particular.

El artículo 27 constitucional también nos proporciona elementos para conceptuar a


la concesión, al establecer que: “En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores:
el dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible, y la explotación, el uso o
aprovechamiento de los recursos de que se trata, por los particulares o por sociedades
constituidas conforme a las leyes mexicanas, no podrá realizarse sino mediante
concesiones otorgadas por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones
que establezcan las leyes. Las normas legales relativas a obras o trabajos de explotación
de los minerales y sustancias a que se refiere el párrafo cuarto, regularán la ejecución y
comprobación de los que se efectúen o deba efectuarse a partir de su vigencia,
independientemente de la fecha de otorgamiento de las concesiones, y su inobservancia
dará lugar a la cancelación de éstas. El Gobierno Federal tiene la facultad de establecer
reservas nacionales y suprimirlas. Las declaraciones correspondientes se harán por el
ejecutivo en los casos y condiciones que alas leyes prevean. Tratándose del petróleo y de
los carburos de hidrógeno sólido, líquido o gaseosos no se otorgarán concesiones no
contrataos, ni subsistirán los que se hayan otorgado y la nación llevará a cabo la
202

explotación de esos productos en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva.
Corresponde exclusivamente a la nación generar, conducir, transformar, distribuir y
abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta
materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes
y recursos naturales que se requieran para dichos fines.”

De las consideraciones expuestas, encontramos casi constantemente los siguientes


elementos:

a) Son otorgadas unilateralmente por el estado.

b) Crean a favor de un particular, persona física o moral un derecho que antes no


tenía.

c) Ese derecho puede consistir en la explotación de un servicio público o en el


abrochamiento de bienes propios de la Nación.

En este orden de ideas, es factible dividir las concesiones en dos grandes grupos:

1. Concesión para explotar un servicio público, por medio de la cual el


concesionario se encargará temporalmente de su prestación, bajo la vigilancia del Estado.

En las concesiones de servicio, son fundamentalmente tres las partes que


intervienen: en primer término, el Estado concedente, que otorga la concesión; en
segundo lugar el particular, concesionario, a favor de quien se crea un derecho, por
último, el público, directamente beneficazo por la prestación del servicio motivo de la
concesión.

2. En las concesiones relativas a la explotación de bienes, solamente encontramos


al Estado y al particular que recibió la concesión; en este caso no existe interés directo del
público.

Pero en ambos casos, el Estado ejercerá la vigilancia adecuada para cerciorarse de


que el particular esté cumpliendo debidamente con todas las condiciones y requisitos
legales estipulados para el otorgamiento de la concesión.

En términos generales, la concesión no puede equipararse al contrato, por más que


en ocasiones sí reviste ese carácter, nos permite hacer una diferenciación entre la
concesión y el contrato, el hecho de que las concesiones están reguladas normativamente
por la ley, unilateralmente, en tanto que los contratos se rigen, en principio, por su
clausulado. En ocasiones, la concesión deriva de un mandato de la ley que elimina el
203

requisito del concurso de voluntades, utilizándose para su realización la sola aplicación


de las normas que con el carácter de obligatorias establece, como la exigencia, por
ejemplo, de que sólo mexicanos por nacimiento pueden explotar bienes que forman el
patrimonio del estado.

Una vez otorgada la concesión, el particular principia a realizar la explotación de


que se trate, sin embargo, en ocasiones pude suceder que las cargas para ejecutarla se
agraven o también puede suceder que se haga imposible la ejecución. En el primer caso el
concesionario debe aceptar la agravación de las cargas, aunque la actividad le resulte más
onerosa pero, asimismo, la administración no debe dejar caer la carga sobre el particular,
y al efecto puede otorgarle determinada compensación, cuando menos para que cubran
las pérdidas sufridas.

La reversión dentro de este tema, tiene por objeto hacer que todas las instalaciones
y obras efectuadas con motivo de la concesión, pasen a ser propiedad del estado. La ley
regulará en que casos opera la reversión, pudiéndose citar como ejemplo, el
cumplimiento del término para el que otorgada la concesión.

Se justifica la reversión en vista de que ella le sirve al Estado para impedir que un
servicio público se vea interrumpido en su prestación, o que la falta de explotación de un
bien propiedad de la Nación afecte en forma directa los intereses de la colectividad.

Además, se estima que para el momento en que se efectúe la reversión, el


concesionario habrá recuperado en forma total las inversiones que haya hecho, pero en
caso de no ser así, el estado equitativamente deberá indemnizarlo de acuerdo con la
cantidad no recuperada.

Otra característica de la concesión es lo que en la doctrina se ha denominado


rescate, institución que consiste en la posibilidad que tiene el estado de dar fin a la
concesión antes de que venza el término para el que otorgada.

Para el caso de que el concesionario sea ajeno a los motivos que tuvo la autoridad
para hacer valer el rescate, tendrá derecho a una indemnización en cantidad suficiente
para cubrir los beneficios que no percibirá durante el tiempo que reste de vigencia a la
concesión normalmente.

El procedimiento Administrativo. Introducción, concepto y principios que lo


rigen.

Para realizar actos administrativos, las autoridades facultadas deben cumplir con las
disposiciones genéricas contenidas en los preceptos constitucionales respectivos y seguir
204

el camino legal que en cada caso señale la ley especial aplicable, como el Código Fiscal
de la Federación, la Ley de Invenciones y Marcas, la Ley de Hacienda del Departamento
del Distrito Federal, etc.

El conjunto de formalidades y trámites que debe agotar la autoridad para pronunciar


sus actos, constituye el procedimiento. Este trámite legal que debe acatarse para dar
nacimiento a una declaración administrativa, resulta benéfico tanto para el particular
como para los órganos administrativos dotados de facultades decisorias; respecto al
primero, porque es evidente que, señalado un procedimiento a seguir, tiene la seguridad
de que gozará de los derechos de legalidad y de audiencia que la ley le otorga y tendrá la
certeza de que la autoridad no actuará arbitraria o caprichosamente, sino de acuerdo con
el procedimiento legal establecido; en cuanto a la administración también les es positivo:
unificados y precisados los trámites que habrá de realizar, le bastará ajustar su conducta a
ellos para tener la seguridad de que su actuación será válida y legal.

El procedimiento administrativo difiere del contencioso administrativo, porque


mientras aquel fija la secuela legal para la emisión de un acto, éste pugna por controlar la
legalidad del acto mismo; el uno se refiere al camino para llegar a un fin, el otro se
contrae al fin en sí mismo considerado.

En consecuencia podemos decir que procedimiento administrativo es el conjunto de


actos concatenados y sucesivos que, señalados por la ley en cuanto a su orden y forma,
dan como resultado una declaración administrativa.

Dentro de nuestro sistema legal el procedimiento administrativo debe ajustarse a la


ley secundaria aplicable, pero indefectiblemente debe acatar los principios que consagra
nuestra Constitución Política. La autoridad administrativa debe fundamentalmente
respetar las garantías de legalidad y de audiencia establecidas en el segundo párrafo del
artículo 14 constitucional, que establece que “Nadie podrá ser privado de la vida, de la
libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante
los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales
del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho”.

En cuanto al aspecto procesal, conviene señalar que la garantía de que


constitucionalmente deberá gozar el particular, es la obligación de que, al seguirse un
juicio, se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento; permitirle su defensa,
darle oportunidad de allegar las pruebas que estime pertinentes, alegar lo que a sus
intereses convenga y de que, en su oportunidad, se pronuncie una resolución conforme a
la ley.
205

Son múltiples los procedimientos administrativos que existen en nuestra legislación,


pero en todos ellos priva, junto al ánimo de no revestirlos de solemnidades, el de la
celeridad en su trámite. Un ejemplo de este tipo de procedimiento es el regulado en el
Código Fiscal de la Federación, en vigor a partir del 1º de abril de 1983, cuyas
disposiciones se encuentran debidamente sistematizadas y frecuentemente son utilizadas,
en forma supletoria, en otros procedimientos. El título quinto de ese ordenamiento, bajo
el rubro de los “Procedimientos Administrativos”, contiene las normas que lo regulan.

El Contencioso administrativo.

Los recursos administrativos no bastan para proteger eficientemente los intereses de


los particulares, pues aunque la administración pugne por controlar sus funciones es
necesario el establecimiento de otros medios cuyo trámite y decisión competa a
organismos ajena a ella. Tal necesidad dio como resultado el concepto de contencioso
administrativo.

Efectivamente, los actos que realiza la autoridad administrativa, deben estar sujetos
a un control de tipo jurisdiccional que habrá de encomendarse a organismos diferentes de
ella dotados de competencia para juzgar y resolver los conflictos que se susciten entre los
particulares y la Administración.

Sostiene el doctor Fraga que el contencioso administrativo puede definirse: a)


formalmente, en razón de los órganos facultados para conocer la controversia motivada
por la actuación administrativa, cuando esos órganos son tribunales especiales, y b)
materialmente cuando existe una controversia entre un particular afectado en sus
derechos y la administración, con motivo de un acto de ésta.

Indica como caracteres del contencioso administrativo material, que el acto motivo
de la controversia sea precisamente de tipo administrativo, pero definitivo y dictado por
la administración de acuerdo con una facultad legal; que el acto haya sido pronunciado
por la autoridad con el carácter de poder público, y por último, que el particular sea
lesionado por el acto.

En cuanto a los órganos encargados de conocer del contencioso-administrativo, la


doctrina expresa que pueden seguirse dos sistemas: 1. La creación de tribunales
administrativos, que no dependan del poder judicial. 2. Dar competencia a los tribunales
judiciales para que resuelvan las controversias.

Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.


206

En nuestro país se ha optado por el primer sistema, respecto al Tribunal Fiscal de


la Federación, al habérsele concedido plena autonomía. En el artículo 1º de su ley
Orgánica, publicada en el Diario Oficial de la Federación de 2 de febrero de 1978, se
expresa que “El Tribunal Fiscal de la Federación es un tribunal administrativo, dotado de
plena autonomía, con la organización y atribuciones que esta ley establece”. Se buscó así,
un efectivo control de legalidad de los actos administrativos, por medio de un tribunal
ajeno a los poderes ejecutivo y judicial, en cuanto a sus facultades de decisión.

La autonomía así reconocida expresamente, fue reforzada por reformas a la Ley


Orgánica del Tribunal Fiscal de la Federación, publicadas en el Diario Oficial de 5 de
enero de 1988, por las que, en determinadas circunstancias se otorgó la inamovilidad a
los magistrados de este Tribunal, las que, al referirse a su artículo 3º, indican que los
magistrados durarán en su encargo seis años y si transcurrido ese lapso, son nuevamente
designados, tendrán el carácter de inamovibles y sólo podrá ser privados de sus puestos,
en los casos y de acuerdo con el procedimiento aplicable para los magistrados y jueces
inamovibles del Poder Judicial de la Federación; sus emolumentos no podrán reducirse en
ese lapso, y además, su designación la hace el Presidente de la República, a propuesta del
Secretario de Hacienda y Crédito Público con la ratificación del Senado, o en su caso, de
la Comisión Permanente.

La Sala Superior se compondrá de 9 magistrados y podrá sesionar con la presencia


mínima de 6. Su competencia está determinada por los artículos 15 y 16 de la Ley
Orgánica del Tribunal Fiscal de ala Federación. Por su parte el artículo 16 del
ordenamiento legal invocado establece también cuales son las atribuciones de dicha Sala
Superior. En el artículo 21 de dicho Ordenamiento Orgánico, se contiene la división
regional del territorio nacional para los efectos de competencia de las salas regionales
que deben estar integradas por 3 magistrados cada una y solo podrán sesionar con la
presencia de tres.

El Título Sexto del Código Fiscal de la Federación, en sus artículos del 197 al 241,
contiene las normas que regulan el procedimiento contencioso-administrativo federal y
declara la aplicación, a falta de norma expresa, El Código Federal de Procedimientos
Civiles, siempre y cuando la norma se avenga al procedimiento establecido para el
contencioso-administrativo.

Cuatro son las partes que se reconoce intervienen en este procedimiento:

I. El demandante.

II. Los demandados, pudiendo tener ese carácter la autoridad que dictó la
resolución impugnada y el particular a quien favorezca dicha resolución.
207

IV. El titular de la Secretaría de Estado u organismo descentralizado de quien


dependa la autoridad mencionada en la fracción anterior y la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público que tendrá que ser parte en tales juicios, cuando se controvierta el interés
fiscal de la Federación.

Todo juicio se inicia con demanda que firmada por quien la formule, o por su
representante legal debidamente acreditado, dentro del término de cuarenta y cinco días
siguientes a aquel en que haya surtido efectos la notificación del acto impugnado ante la
sala regional en cuya circunscripción radique la autoridad que emitió la resolución,
contándose para computar dicho lapso, sólo los días hábiles, entendiéndose por éstos,
aquellos en que se encuentren abiertos al público en horas laborales, las oficinas de las
salas del Tribunal Fiscal.

La demanda por la que se inicie el procedimiento, habrá de contener:

I. Nombre y domicilio del demandante.

II. La resolución Impugnada.

III. La autoridad o autoridades demandadas o el nombre y domicilio del particular


demandado cuando el juicio sea promovido por la autoridad administrativa.

IV. Los hechos que den motivo a la demanda.

V. Las pruebas que se ofrezcan.

VI. La expresión de los agravios que se estimen causados.

VII. El nombre y domicilio del tercero interesado cuando exista.

El artículo 209 del ordenamiento Fiscal multicitado, contiene las normas de


aplicación a las pruebas ofrecidas y en forma destacada las documentales.

Las partes en el procedimiento a estudio, disponen de todos los medios de prueba,


con excepción de la confesión a cargo de las autoridades mediante la absolución de
posiciones, que no es admisible.

Desahogadas las pruebas ofrecidas por las partes, el magistrado instructor del
procedimiento, les concederá un término de cinco días para que formulen alegatos,
208

vencido el cual declarará cerrada la instrucción y dentro de los cuarenta y cinco días
siguientes será dictada la sentencia que podrá:

a) Reconocer la validez de la resolución impugnada,

b) Declarar la nulidad de la misma,

c) Declarar dicha nulidad para determinados efectos, debiendo en este caso,


precisar con claridad la forma y términos de su cumplimiento, si contiene facultades
discrecionales.

El ideal esperado en la realización de todo orden jurídico, es que la autoridad que


aplica la norma se apegue y cumpla con el texto que la contiene; sin embargo, no siempre
tiene una aplicación perfecta; en ocasiones por su mala interpretación, en otras por
ignorancia e inclusive por arbitrariedad. Cuando la inexacta aplicación de la norma afecte
los intereses de alguna de las partes, tiene ésta los medios jurídicos para impugnar los
actos de autoridad que le agravien. Tales son los recursos.

Los recursos Administrativos.

La administración siempre debe ajustar sus actos a las normas jurídicas que regulen
su actividad, sin embargo, en ocasiones no cumple con esos requisitos ya por inexacta
aplicación de la ley, ya por indebida interpretación de la misma o incluso por
arbitrariedades. Ante esa realidad, ha sido necesario crear medios idóneos de defensa, que
estén al alcance del particular afectado para combatirlos.

Los recursos administrativos son medios por los cuales se logra que la autoridad
administrativa revise el acto impugnado y resuelva si procede confirmarlo, modificarlo o
anularlo.

En atención al objeto de los recursos administrativos, al órgano que ha de


resolverlos y al fin perseguido, los podemos definir como los medios por los que se excita
la revisión de un acto administrativo, ya por la autoridad que lo dictó, ya por otra
autoridad jerárquicamente superior a aquella.

Su objeto fundamental es lograr un nuevo análisis de la declaración administrativa


combatida a efecto de que se determine si ha de subsistir, modificarse o anularse.

Por ese posterior estudio del acto administrativo, la autoridad que lo realiza tiene
oportunidad de hacer un examen más profundo del caso y ya no serían únicamente sus
razonamientos los que la ocupen; contará con otro punto de vista, el del recurrente, lo que
209

le permitirá, en su caso, sostener más firmemente el criterio que sustentó o bien


modificarlo o anularlo para evitar una resolución ilegal e incluso arbitraria, sin necesidad
de seguir un trámite prolongado, reconociendo con tal carácter:

a) El de revocación.

b) El de oposición al procedimiento administrativo de ejecución.

En los términos del artículo 120, el mencionado Código, establece que es optativo
para el interesado interponer o no el recurso de revocación antes de acudir al Tribunal
Fiscal de la Federación; en cambio ordena como obligatoria la interposición del de
oposición al procedimiento administrativo de ejecución, antes de promover juicio ante
dicho Tribunal.

La doctrina señala que el recurso administrativo debe contener ciertos elementos;


algunos de esencia y otros de forma, que son los siguientes:

1. Existencia de una ley que lo prevenga. Este primer elemento guarda íntima
relación con el artículo 138 del Código Fiscal referido, que señala para que proceda el
recurso, la necesidad de que esté legalmente establecido.
2. Existencia de una declaración administrativa. Es requisito esencial, ya que su
legalidad será el objeto a estudio en el recurso.

3. Que esa declaración pare perjuicio al recurrente. Sólo quien resulte lesionado
en sus intereses, podrá hacer valer el recurso; si dicho acto no afecta de inmediato a algún
administrado, sólo podrá ser recurrido hasta que su aplicación se concrete.

4. Una ley que determine la autoridad competente ante la cual se debe interponer.
Esto implica que la ley debe consignar cual será la autoridad con facultades para conocer
del recurso, que bien podrá ser la que dicto el acto o una de más alta jerarquía.

5. Fijación legal de la forma de presentación y del procedimiento para resolverlo.


Supone ciertas formalidades en el trámite al que debe sujetarse la interposición del
recurso y el procedimiento para resolverlo. El artículo 122 del Código Fiscal de la
Federación, dispone que deberá hacerse valer por escrito, en el que se indicará el acto que
se impugne, los agravios que cause el acto y se ofrecerán pruebas, de las que la autoridad
competente ordenará su desahogo; señalará un término de quince días que podrá
ampliarse por tres meses más si las circunstancias, para exhibir los documentos ofrecidos;
que la autoridad podrá recabar informes de aquella de la que emanó el acto y que dictará
dicha resolución en un plazo que no excederá de treinta días.
210

6, Plazo para formularlo. Con ello se trata de dar definitividad al acto, por el
transcurso del tiempo. De no señalarse un término para interponer el recurso, la autoridad
nunca podrá estar segura de que su declaración había quedado firme.

7. Admisión de pruebas. Da al particular inconforme, la posibilidad de demostrar la


ilegalidad de la resolución recurrida, a través de las que ofrezca.

8. Obligación de resolver. Se traduce en seguridad para el recurrente de que


oportunamente se dictará sentencia.

El ideal esperado en la realización de todo orden jurídico, es que la autoridad que


aplica la norma se apegue y cumpla con el texto que la contiene; sin embargo, no siempre
tiene una aplicación perfecta: en ocasiones por su mala interpretación, en otras por
ignorancia e inclusive por arbitrariedad. Cuando la inexacta aplicación de la norma afecte
los intereses de alguna de las partes, tiene ésta los medios jurídicos para impugnar los
actos de autoridad que le agravien, tales son los recursos.

Nuestra legislación reconoce: el recurso de reclamación, que debe interponerse


dentro de los cinco días siguientes a aquel en que haya surtido efectos la notificación
respectiva. Procede ante la Sala Regional en contra de las resoluciones del magistrado
instructor que admitiera o desechara la demanda, la contestación o las pruebas o bien
decretara el sobreseimiento del juicio o rechazara la intervención del coadyuvante o del
tercero.

Interpuesto el recurso, habrá de correrle traslado a la contraparte para que dentro del
término de cinco días exprese lo que a su derecho importe, y hecho lo anterior, dentro de
un término también de cinco días. Habrá de dictarse resolución.

El recurso de queja, procede cuando se alegue incumplimiento de sentencia firme,


por una sola vez, y deberá interponerse ante la Sala Regional que corresponda, por escrito
dirigido al Presidente del Tribunal, o directamente ante éste, dentro del término de quince
días siguientes a aquel en que surta efectos la notificación respectiva.

Con las copias simples que habrán de acompañarse al escrito por el que se
interponga el recurso de queja, se correrá traslado a las partes por el término de cinco
días, vencido el cual, se turnará al magistrado instructor, para que dentro de un término
de un mes, formule el proyecto de resolución.

Recientes reformas al Código Fiscal de la Federación, hicieron contener en su


artículo 248, diversa tónica del recurso de revisión, el cual, de acuerdo con las normas en
vigor:
211

a) Podrá ser interpuesto por la autoridad dentro del término de quince días
siguientes a aquel en que surta efectos la notificación y deberá hacerse valer ante el
Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda, en contra de Salas Regionales, por
resoluciones que decreten o nieguen sobreseimiento o por violaciones procesales
cometidas durante el juicio, siempre que afecten las defensas del recurrente y trasciendan
al resultado del fallo, o por violaciones cometidas dentro de las propias resoluciones,
cuando la cuantía del asunto exceda de 3,500 veces el salario mínimo general diario
vigente en el Distrito Federal en el momento de su emisión.

b) Cuando la cuantía del asunto sea inferior a la cantidad indicada en el párrafo


anterior, o sea indeterminada, el recurso procederá cuando el negocio sea de importancia
o trascendencia y éstas se presumen, en materia de aportaciones de seguridad social, en
asuntos que versen sobre determinación de sujetos obligados, de conceptos que integran
la base de cotización y del grado de riesgo de las empresas para los efectos del seguro del
riesgos de trabajo.

c) La Secretaría de Hacienda podrá interponer el recurso, cuando el interés fiscal de


la Federación se vea afectado por la resolución impugnada y a su juicio el asunto revista
importancia sin importar su monto; por tratarse de la interpretación de leyes o
reglamentos, de formalidades esenciales del procedimiento, o por fijar el alcance de los
elementos constitutivos de una contribución.

d) Contra resoluciones o sentencias que dicte la Sala Superior del Tribunal, en los
casos a que se refiere el artículo 239 bis.

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