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PROTECCIÓN DE DERECHOS DE NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

DESDE EL ENFOQUE DE REDES


PENSAR Y HACER DE OTRO MODO

Lic. Elina Dabas


Resumen
Es habitual que los programas referidos al sistema de protección de derechos de la niñez
y adolescencia sigan los mismos pasos que muchos programas sociales. La forma
habitual de pensarlos y llevarlos a cabo se basa en que los profesionales deben conocer
previamente a la intervención el contexto y las características del problema sobre el que
tienen que intervenir. Utilizan para ello informes, estudios, recogen datos, todos muy
interesantes pero muchas veces demasiado generales y amplios como para comprender
la realidad de la comunidad. Esta estrategia no ha sido casual. Se ha basado, por un lado
en una concepción de “programas sociales universales”, los cuáles implican una
concepción de estado centralizado y omnipresente. Estamos ahora situados en un
momento interesante de tensión entre la persistencia de las formas conocidas y la
evidencia de la mayor productividad que genera la asociación, cooperación y
participación efectiva entre las personas. Esto lleva a un nuevo foco en la
instrumentación de metodologías para dar respuesta a diversos problemas sociales. Las
necesidades de las personas son las que ellos mismos mencionan. Son expresadas en
formas diversas y reflejan relaciones de confianza entre ellos mismos y los miembros de
equipos técnicos.
El enfoque de redes focaliza en la resolución de problemas definidos por los miembros
de una comunidad. Considera sus intentos de resolución, no solo para validarlos sino
para enriquecerlos con contribuciones técnico-profesionales. Estas contribuciones deben
articular con el reconocimiento de las necesidades de cada comunidad así como los
intereses y posibilidades de diversos actores sociales.
En este artículo focalizaré en perspectivas de abordaje comunitario en la búsqueda de
consenso en el tratamiento de necesidades y problemas de la niñez

1- Introducción
A lo largo de las últimas décadas, el concepto de Desarrollo Infantil ha sido motivo de
análisis desde diferentes perspectivas científicas. En la actualidad, los avances en
psicología, educación, sociología y medicina, han demostrado que el concepto de

Elina Dabas. Lic. Ciencias de la Educación. FUNDARED. edabas@fundared.org.ar


2
desarrollo infantil no se reduce al crecimiento.
Se considera al desarrollo infantil como un proceso de cambio por el cual toda niña o
niño a la par sus posibilidades biológicas, de su accionar mundo y de la interacción con
los otros, aprende a alcanzar niveles cada vez más complejos en sus movimientos,
pensamientos, sentimientos y en su interrelación con los demás.
Este proceso adquiere desde su inicio un carácter social, ya que el niño necesariamente
debe vincularse con otros que, desde su posicionamiento social y cultural, al mismo
tiempo que interpretan y dan respuesta a sus necesidades, lo hacen partícipe de su
cultura. Cabe señalar que, tanto la interpretación como las respuestas de los adultos que
se vinculan con el niño o niña, están atravesadas por su propio contexto y por las
referencias histórico-sociales. Es a través de esos otros capaces de traducir sus
1
demandas y darles respuestas adecuadas, que el niño o niña va construyendo su
subjetividad. La intervención activa de los adultos es fundamental para la concreción de
los aprendizajes que van a posibilitar su desarrollo integral. Existe cierto consenso en
considerar la crianza y el desarrollo como el acompañamiento, cuidado, atención y
orientación que los adultos brindan a los niños. Se trata de un proceso de interacción en
el que los adultos dan respuesta a sus necesidades en función de valores, creencias,
concepciones y representaciones acerca de la infancia, que responden tanto a su
pertenencia sociocultural como a su historia familiar. La crianza hace referencia a las
prácticas y representaciones que los adultos han construido respecto de la relación con
ellos y que se manifiestan en el ámbito familiar y en el entorno más próximo del
accionar cotidiano.
En todas las culturas existen ciertas categorías generales que refieren a las modalidades
que asumen la protección, el cuidado, la alimentación, la higiene, el comportamiento
esperado, entre otros. Pero estas categorías generales asumen formas particulares de un
grupo, una comunidad o un sector social, aún en un mismo tiempo y dentro de un
mismo ámbito.
La crianza de los hijos requiere de la seguridad y contención familiar. Esta tarea de por
sí compleja, puede volverse particularmente difícil en momentos en que las familias ven
comprometidas sus posibilidades de garantizar sus medios de subsistencia.
Menoscabada la posibilidad de resolver su propio sustento a través de un ingreso
producto del trabajo, la percepción que tienen estas familias en relación con su
capacidad de encargarse de la crianza, también se encuentra amenazada, con el

1
Para no agotar al lector, se usará en el artículo la palabra “niño” e “hijo” como referencia a ambos
géneros
3
consiguiente efecto simbólico que la situación de exclusión social tiene sobre la
constitución de la subjetividad individual, especialmente en los primeros años.
Cualquier intento por mejorar las circunstancias en que se desarrollan los niños requiere
fortalecer a la familia en la educación y el cuidado de sus hijos, ya que las influencias
más significativas, constantes y duraderas provienen de ella.
Es crear ámbitos propicios y saludables para que los propios niños sean no sólo tenidos
en cuenta sino también escuchados.
Las acciones de la política pública dirigidas a la infancia se fundamentan en los
principios establecidos por la Convención sobre los Derechos del Niño que reco-
noce a los niños y niñas como sujetos de derecho.
Abordar de un modo integral el desarrollo infantil, supone un desafío que implica
ampliar criterios de acción y reflexión para favorecer la concreción de estos derechos.
La Convención reconoce el derecho que los niños tienen a desarrollarse hasta el
máximo de su potencial (Art. 6.2 y 29, inciso "a"), al mismo tiempo que compromete a
los Estados a tomar las medidas necesarias para que esto ocurra. Este enfoque de los
derechos" produce un cambio sustancial en relación con las miradas previas a la
Convención, que estaban basadas en la consideración de las necesidades personales,
para cuya satisfacción se subrayaba la importancia del empoderamiento de la población
para demandar los servicios destinados a satisfacer dichas necesidades.

2- Conocer, resolver, conocer, resolver…


Conocer es resolver
José Martí, 1891
Desde las formas habituales de pensar los programas sociales, son los técnicos y
profesionales los que tienen que saber cómo es el contexto o cuáles son las
características del problema sobre el que hay que intervenir. Cuentan con informes,
estudios, datos, elementos muy valiosos pero a veces demasiado amplios como para
entender la realidad que se vive en cada lugar. Esta no es una estrategia azarosa. Se
basa, por un lado, en la concepción universalista de los programas sociales,
correspondiente a una función de Estado omnipresente y centralizador. Por el otro, la
influencia del pensamiento atomizador de la modernidad lleva a que cada problema sea
considerado aisladamente sin posibilidad de asociarlo con otros que también confluyen
en su dinámica.
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Tanto la forma de pensar lo social como las características políticas del sistema estatal,
abonan un terreno fértil para la multiplicación de sectores, programas, técnicos y
presupuestos, superpuestos en acciones, territorios, portando cada uno “su destinatario”
Sin embargo tal proliferación de esfuerzos no alcanza los resultados esperados. No sólo
porque el problema abordado no se resuelve satisfactoriamente, sino que muchas de las
soluciones resultan efímeras. La población es perturbada por convocatorias similares,
generando muchas veces desazón, otras, desconfianza, pero al mismo tiempo un
aprendizaje de cómo recorrer los senderos que cada propuesta abre, para ir resolviendo
la cotidianeidad con estrategias de supervivencia que intentan aprovechar subsidios,
donaciones o prebendas. Sin embargo, estos aprendizajes también redundan en nuevas
prácticas de organización y desarrollo, trascendiendo en numerosas ocasiones los
objetivos trazados por programas y proyectos.
A partir de las últimas décadas, los procesos de descentralización, encarados más por
cuestiones económico financieras que por convicción socio política, posibilitaron una
visualización paulatina y progresiva de la magnitud de los múltiples escenarios que se
desarrollan en las realidades provinciales y municipales. Poco a poco vienen siendo
escuchadas las voces, las palabras de los que diariamente padecen las diversas
situaciones; se descubre, a veces con gran sorpresa que las personas y organizaciones
han desarrollado diversas estrategias para intentar soluciones. Surgen prácticas
desarrolladas por aquellos, que con los mismos recursos, habían logrado a través de
diversas acciones, encontrar respuestas satisfactorias a esos problemas.
Sin embargo, tiene que transcurrir un tiempo y, sobre todo, producirse en funcionarios y
técnicos un cambio de mirada para que la lógica vertical de los sectores y de los
programas aislados no opaque o desoiga estos intentos.
Nos hallamos en un interesante momento de tensión entre la persistencia en subsistir de
las formas conocidas y la evidencia de la mayor productividad que generan la
asociación, la cooperación y la participación protagónica de la población.
Esta tensión no es simplemente un sentimiento, sino que se traduce en estrategias
generadas para poner de relieve lo local. Fernández Soto (1996) considera “lo
local/comunitario/municipal como un espacio específico de articulación Estado-
sociedad civil, aquel espacio donde el Estado asume el nivel más descentralizado y el
más directamente vinculado a la vida cotidiana de la población”
Consideramos que la sociedad civil se desarrolla y crece a partir de que sus integrantes
puedan evolucionar de persona-objeto a persona-sujeto, con un protagonismo
responsable en los diferentes espacios en los que actúan, e incrementar la capacidad de
5
toma de decisiones en función del bienestar y el desarrollo, al sentirse productores
activos.
Las recomendaciones de organismos internacionales y las políticas sociales nacionales
están siendo uno de los aspectos que ha contribuido a generar estrategias para intentar
resolver esta tensión.
Desde las gestiones gubernamentales se afirma que es necesario trabajar desde una
política social integral, desde un Estado en movimiento, con el centro puesto en la
persona, no como un individuo aislado, sino como colectivos humanos y desde sus
singularidades, atravesados por la trama social en la que están inmersos, buscando la
construcción de un “espacio inclusivo”, que fortalezca los derechos ciudadanos
políticos, económicos, sociales, culturales y la equidad territorial.
La acentuación en la persona y las familias se basa en pensarla como el hábitat donde la
persona, crece y se desarrolla. Ahí establece allí sus primeros vínculos sociales y recibe
las bases para el desarrollo afectivo e intelectual. En ella se cultivan las cualidades de
las personas y es también el primer germen para generar y propiciar espacios de
solidaridad que luego se proyectarán en la comunidad. Cuando se señala que el eje es la
persona, se hace con la mirada del conjunto social. Y también que hace eje en el
territorio, porque respeta y considera las particularidades de cada región y sus
posibilidades de desarrollo, como el acceso de la gente a las oportunidades. Por eso,
también tiene en cuenta el perfil productivo y de servicios de ese territorio, ya que ello
influirá en el desarrollo de las personas. En la instrumentación de las metodologías para
2
dar respuesta a las diversas problemáticas sociales, los organismos internacionales
promueven el desarrollo de acciones estratégicas y estudios que tengan como unidad de
trabajo las poblaciones, y particularmente para los grupos de menor edad, que se
trabaje con el niño y su familia. En idéntico sentido se ha dado la recomendación de
integrar las acciones de cada uno de los sectores involucrados, salud, educación,
nutrición, entre otros, y la participación efectiva de la propia población en el desarrollo
de la vida comunitaria.

Esto merece un comentario especial: la insistencia del retorno a la familia - llamado por
algunos autores neo-familiarismo- desde diversas propuestas programáticas, puede
entenderse como el regreso de una entidad autónoma en una sociedad civil entendida
atomisticamente. Sin embargo, podemos pensar en la rearticulación de la familia y

2
Nos referimos a UNICEF, Banco Mundial, BID, Comunidad Europea, aunque cada uno de ellos desde
perspectivas y lógicas disímiles
6
ciudadanía en múltiples relaciones e intercambios vecinales y organizacionales, donde
la reciprocidad se manifieste en forma permanente.

De acuerdo a lo desarrollado por Olcense (2002), según el modo que se organicen y


dispensen los servicios de las organizaciones de la comunidad, será la relación con los
patrones de utilización por parte de la población. Plantea que el concepto de cobertura
implica el reconocimiento de una relación dinámica entre las necesidades y aspiraciones
de la población (demanda de servicios) y los recursos disponibles y sus combinaciones
tecnológicas e institucionales (la oferta para satisfacer esa demanda). Partiendo de esta
concepción señala que en numerosas ocasiones, la identificación de las necesidades ha
estado encargada a personal cuyas interpretaciones no siempre han correspondido a la
realidad sentida por las comunidades. En este sentido, en el contexto de investigación y
análisis de las necesidades, frecuentemente es muy difícil definirlas, ya sea por la
diversidad, o por el amplio consenso y reducción a la teoría economicista, que daría
prioridad a su lógica descriptivo-analítica y califica las necesidades como demandas.

Coincidimos al considerar las necesidades en el contexto del trabajo comunitario, para


una investigación-intervención con participación de la población. Particularmente las
necesidades sentidas, que se expresan de diversas maneras y se registrarían en el
desarrollo de relaciones de confianza, sean éstas entre las personas del barrio, manzana,
calle, casas, como con los integrantes de los equipos técnicos.

En síntesis de lo que se trata es reflejar los problemas definidos por la población


involucrada en un problema y sus respectivos intentos de solución, no solamente para
validarlos sino para enriquecerlos con aportes técnicos, que van de la mano con el
reconocimiento de las necesidades, de los intereses y de las posibilidades de los actores.

2 - Diagnóstico: ¿De quien? ¿Entre quiénes? ¿Para quiénes?

¿Por qué utilizamos la palabra “diagnóstico” cuando hablamos de conocer?

Es importante abordar este tema mencionando la raíz médica del término.

El Diccionario Ideológico de la Lengua Española (Casares, 2003) plantea que es un


préstamo del griego, diagnósticos, que significa ‘distintivo, que permite distinguir’,
derivado de diagignóskein ‘distinguir, discernir’ y éste de gignóskein ‘conocer’. Agrega
que el término tenía ya la acepción médica en griego tardío y fue tomado como tal en
las lenguas modernas.
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Según el Diccionario del Uso del Español (Moliner, 1966), lo señala claramente como
un término médico y se refiere a la “Identificación de la naturaleza de una enfermedad
mediante la observación de sus signos y síntomas característicos” y agrega “Conclusión
del médico después de estudiar la naturaleza de una enfermedad por sus síntomas”

Es también interesante destacar los diversos significados hallados

1. De la diagnosis o relacionado con ella: actividad diagnóstica; proceder


diagnóstico.

2. Que sirve para reconocer: etiqueta diagnóstica.

3. Conocimiento diferencial que se adquiere del estado físico y psíquico del enfermo
mediante la observación de los signos y los síntomas de la enfermedad que
presenta.

4. Arte o acto de reconocer o distinguir los signos o los síntomas de una


enfermedad.

5. Calificación o determinación de la enfermedad que hace el médico según los


signos y los síntomas que se advierten en el enfermo: los resultados obtenidos en
los análisis servirán para que el médico elabore el historial clínico y dé su
diagnóstico.

6. Examen de una cosa, de un hecho o de una situación para realizar un análisis o


para buscar una solución a sus problemas o dificultades

De todos estos significados, el último es el que posiblemente nos resulte más cercano en
función de nuestra tarea.

De todos modos, resultaría oportuno pensar acerca del peso epistemológico y político
que éste término posee.
Najmanovich (2005) plantea que “un viejo hábito positivista consiste en plantear
problemas en términos abstractos, independientes y separados de la profusa red de
relaciones que se establecen entre los diversos ámbitos del vivir humano. Entre ellos,
uno de los sistemas más eficaces se ha basado en la elaboración de "modelos ideales",
en "situaciones controladas". … Sin duda es posible materializar las teorías, se trata de
crear nuevas clases de objetos y de manipularlos para que cumplan con los objetivos
del diseño de su creador. Desde luego que para lograrlo hay que introducir un conjunto
nuevo de hipótesis que sean capaces de lidiar con esa naturaleza que había sido
expulsada del espacio de la teoría pura y la modelización matemática. En el caso de la
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mecánica esto se logró gracias al desarrollo de un conjunto de técnicas que lograban
un aislamiento relativo del entorno, y una estabilización artificial del medio ambiente”
Esto ha llevado, desde hace al menos cinco décadas, a un fuerte cuestionamiento de las
prácticas profesionales, derivado en las crisis que las diversas disciplinas vienen
atravesando. Uno de los más claros desarrollos realizados en este tema ha sido el que
llevó a cabo Donald Schön (1989) a partir de la década del `60, desde su cargo de
director del área de Educación del Instituto Tecnológico de Massachussets.
Partiendo de trabajos de investigación acerca de la visión que la sociedad de esa época
poseía acerca del desempeño de los profesionales, concluye que la gran mayoría
opinaba que los mismos utilizaban como privilegio su posición, tanto al intentar obtener
beneficios personales en detrimento del servicio a la población como de “objetivar” las
necesidades de las mismas en función de intereses supuestamente científicos. Asimismo
existía consenso que las soluciones planificadas por profesionales para problemas
públicos habían tenido consecuencias imprevistas que no fueron consideradas en los
diseños. Esto llevaba a que el público comenzara a dudar de la pericia y la ética de
profesionales, al mismo tiempo que los mismos profesionales empezaron a mostrar
pérdida de confianza en sus conocimientos.
Esto llevó a plantear una pregunta a ser debatida en un Coloquio sobre formación
profesional, que se desarrolló en el MIT en 1972: ¿Los profesionales son instrumentos
idóneos para alcanzar el bienestar individual y la reforma social o están
principalmente interesados en preservar su punto de vista, aprisionados en la
problemática que debían resolver? La discusión se llevó a cabo con participantes de
diversas disciplinas: ingeniería, medicina, trabajo social, enfermería, abogacía,
arquitectura, economía, entre otras.
Las principales conclusiones focalizaron en los problemas que enfrentaban las
profesiones, mencionando entre los principales, cinco aspectos:
1. El cambio social creó problemas inadecuados para la tradicional división del
trabajo. Los profesionales se encontraban frente a situaciones complejas, que no
posibilitaban una solución adecuada desde la disciplina.
2. “Lo artesanal”, que durante la modernidad había sido excluido del campo de
desarrollo científico se imponía como importante ya no sólo para las prácticas
profesionales sino también para la investigación.
3. La formación profesional que todos habían tenido ponía el énfasis en la
resolución de problemas pero la cuestión de la práctica es cómo se construyen
los problemas
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4. La tiranía y aislamiento de las escuelas profesionales dependientes de las
universidades, no favorecían la posibilidad de abordar situaciones complejas,
interrelacionadas y transdisciplinariamente.
5. Las competencias que se consideran centrales para la práctica profesional
no tienen cabida en el modelo subyacente de formación
En el propio campo de la medicina, desde el cual las ciencias sociales han tomado la
noción de diagnóstico, los profesionales se cuestionan en la práctica cotidiana la
fiabilidad del mismo.
“Muchas veces hacemos sin saber del todo; probamos, observamos,
comparamos, volvemos a probar y si el paciente mejora, decimos: el
diagnóstico fue acertado. Pero éste se fue realizando todo el tiempo,
¿diagnosticábamos, probábamos o resolvíamos?” (Comentario realizado por
un experto instructor a un grupo de médicos residentes)

3- Nuestro universo, los niños. Nuestro territorio de trabajo, las comunidades


Ahora bien, ¿que queremos hacer? ¿Es nuestro objetivo construir un ambiente aséptico,
rigurosamente vigilado, estabilizado y controlado para una población fácilmente
manipulable? Najmanovich aclara que éste ha sido el proyecto de la modernidad, el cual
fue extraordinariamente expresado en las propuestas de Taylor de un "Scientific
Managment", en los modelos productivos del Fordismo, en la psiquiatrización de la
conducta humana y en la implementación de la medición del Coeficiente Intelectual y
otras técnicas de estandarización de las producciones de los sujetos.
En el campo de la medicina, la psicología y las humanidades en general, la corriente
positivista impulsó programas de investigación tendientes a construir campos de
trabajos que "siguieran el modelo de las ciencias exactas". Es decir, que descartaran
todo aquello que no pudiera incluirse en un modelo matemático. La estadística fue la
herramienta regia para este objetivo, ya que proveyó a la ciencia y a la cultura de uno
de los conceptos claves de la modernidad: el prototipo normal. Junto al arquetipo
normal se instaló la patología de manual.

Entonces, ¿quién plantea “hacer” un diagnóstico? Tenemos que destacar que éstos
corresponden a necesidades de organismos, funcionarios y equipos profesionales. La
población habla de conocer, de comprender, pero en esta intención no hay un
propósito especulativo, sino que el conocer implica ir resolviendo. En términos
generales, los que sufren el problema o los que están preocupados por el mismo, tienen
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conocimiento acerca de lo que sucede, aunque éste posiblemente no se encuentre
sistematizado y no posea un nivel de amplitud que posibilite enriquecerlo, contrastarlo,
o compararlo con situaciones similares en poblaciones semejantes.

La fiabilidad social del modelo médico ha llevado a que en todos los campos sociales se
utilice este término, al cual, al menos, hay que intentar imbuir de una nueva
significatividad.

Según Olcense, cuando iniciamos la tarea de “diagnosticar” no estamos investigando los


atributos individuales al interior de las personas, sean ellas trabajadores del centro o
vecinos del barrio, sino por el contrario lo que nos interesa es lo que sucede entre ellas.
Watzlawick (1993) aportó que “...transacciones (que) se acumulan, a lo largo de
períodos más prolongados de tiempo, asumiendo un orden...compuesto por procesos
secuenciales (de relaciones comunicacionales)” Tampoco estamos conociendo una
situación “ignorada” por las personas que habitan el territorio.

Los vínculos entre las personas, en el contexto de la vida comunitaria, la cobertura que
las organizaciones sociales realizan, la participación activa e implicada de los
integrantes de las familias, constituyen relaciones en sistemas de relaciones, los que
están enmarcados en contextos mas amplios de relaciones, constituyéndose en sistemas
abiertos, y complejos.

El pensamiento cartesiano operaba analizando las partes del objeto de estudio; así para
conocer una comunidad no sólo se la “compartimentalizaba”, sino que se prescindía de
las voces de los sujetos Éstos eran considerados “objetos” de análisis.

“La ciencia sistémica demuestra que los sistemas vivos no pueden ser analizados desde
las partes. Las propiedades solo se pueden comprender desde el todo
contextuado...explicación en términos de entorno...lo que denominamos parte es un
patrón dentro de una inseparable red de relaciones” (Capra, 1996)

Fritjof Capra (1996) plantea “…que la llave de una teoría completa de los sistemas
vivos radica en la síntesis de planteamientos hoy dispares: el estudio de la sustancia o
estructura que se pregunta... ¿de qué está hecha la realidad?... ¿cuales son sus
componentes últimos?...para luego medirlos o pesarlos. Y el estudio de la forma o
patrón donde la pregunta llave es: ¿cual es su patrón?...y que éstos para ser
comprendidos deben ser cartografiados, debemos cartografiar una configuración de
relaciones. ¿Hay un patrón de organización común que pueda ser identificado en todos
los seres vivos?” Al contestarse afirmativamente desde los hallazgos de los nuevos
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paradigmas de la ciencia señala... que su propiedad mas importante es que se trata de
un patrón en forma de red... Si vemos vida vemos redes”
3
Es un tema consensuado dentro del campo de trabajo social que todo abordaje debe
iniciarse con un diagnóstico. Además de discutir acerca del peso etimológico en nuestra
subjetividad, caben acá una serie de cuestiones que valdría la pena debatir:
1. ¿Para qué es importante realizar un diagnóstico social?
2. ¿A quiénes corresponde realizarlo?
3. ¿Qué diferencias podemos establecer entre un diagnóstico local y uno
situacional, en cuánto a propósitos, actores, información a incluir, fuentes,
alcances?
4. ¿Cuál es la información relevante que puede incluirse?
5. ¿Cómo se sabe o aprende cuál es esa información relevante?
6. ¿Quiénes tienen acceso a dicha información?
7. ¿Cómo se convoca a participar en el diagnóstico social?
8. ¿Hay anfitriones e invitados?
Una primera conclusión que se convierte en punto de partida: No se conoce a alguien;
se conoce con alguien. Las personas que participan son también aquéllas a quienes se
va a conocer, y los beneficiarios directos de los programas. Todos son sujetos, parte
activa, viva, consciente y reflexiva de un proceso de conocimiento intersubjetivo que
quedan incluidos en el objeto de estudio”

Cabe preguntarse entonces: ¿Qué obtiene una comunidad o un grupo o un colectivo al


trabajar en conjunto con los técnicos?

1. mayor claridad y precisión en el conocimiento de sus problemas

2. menor margen de error al actuar para transformar su realidad;

3. mayor eficiencia al llevar a cabo estas acciones (porque se conoce más y


mejor la problemática);

4. aprendizaje de técnica, estrategias, procesos de conocimiento científicos;

5. aprendizaje de una manera más objetiva y más democrática de percibir el


mundo, el entorno, a los demás y a uno mismo.

A esto le llamamos transferencia de tecnología, tema que actualiza una antigua


discusión: la relación entre “saber popular” y saber científico. Este último es portador
3
Nos referimos al trabajo con comunidades, que apuntan a la resolución de diversas problemáticas
sociales y no la disciplina “Trabajo Social”
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de una tecnología “de punta” que produce un encuentro con la “apropiada”, aquella
que diariamente se ha ido creando en las acciones cotidianas. En la modalidad de pensar
el trabajo con comunidades una no opaca a la otra, sino que, responsablemente, brinda
sus saberes para que cada persona pueda adecuarlos a las experiencias desarrolladas.

4- Nuestro foco de trabajo: la interrelación de las condiciones familiares,


institucionales y comunitarias para resolver problemas y situaciones de y con la
niñez
¿Cómo conocer la situación de los niños en una localidad? Si bien el nivel local es una
de las menores unidades de análisis que podemos conocer, a su interior ocurren
infinidad de situaciones que no sólo pueden ser invisibles a nuestros ojos, sino también
a los ojos de la propia población.
Plantearemos dos momentos o dos instancias del conocimiento de cada localidad. A la
primera la denominaremos diagnóstico local y a la segunda diagnóstico situacional.
ϖ Diagnóstico local
Para realizar esta instancia deberemos recurrir a una serie de fuentes. Una de ellas es la
que denominamos fuentes secundarias, y proviene de datos de censos o registros, de
nivel nacional, provincial o locales. Siempre resulta interesante corroborar estas fuentes
con información primaria, la cual proviene de informantes de la propia comunidad,
sean estos profesionales, funcionarios, integrantes de organizaciones de la sociedad civil
(OSC), vecinos, familias y los propios niños.
Este diagnóstico local puede contener información diversa tal como, Características del
municipio, datos demográficos, datos socioeconómicos, datos sociales, educativos y
sanitarios, organizaciones oficiales y de la sociedad civil que realizan proyectos
vinculados directa o indirectamente a esta franja etárea: principales programas en
ejecución; Propuestas destinadas a la resolución del problema que articulen las de
diversos sectores: salud, educación, programas alimentarios, programas para familias.
Tiempo de desarrollo; actividades “informales” vinculadas con el desarrollo, sostén y
acompañamiento de las familias. Tiempo de desarrollo; Principales problemas
percibidos por informantes claves
Este diagnóstico local nos brinda una primera visión de la comunidad con la que
trabajaremos, al mismo modo que abre caminos de acceso a un conocimiento más
focalizado y profundo, que evidencie la dinámica vincular de la información relevada.
Comenzamos entonces la etapa del diagnóstico situacional.
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Si revisamos el significado de la palabra situación, hallamos que entre sus diversas
acepciones se destacan (Moliner, 1999):

1. Posición, colocación en un determinado lugar


2. Lugar donde está situado alguien o algo
3. Disposición o estado de alguien o algo
4. Conjunto de las realidades o circunstancias que se producen en un momento
determinado y que determinan la existencia de las personas o de las cosas

Si relacionamos estos múltiples significados con la referencia a los modelos


universalistas que mencionábamos anteriormente, podemos confirmar la importancia
de un abordaje que implique actores, territorios y prácticas cotidianas relacionados con
la problemática a tratar.

Por lo tanto, en esta etapa la principal tarea es reconocer el escenario que se despliega
en un territorio determinado.
¿Cómo pensamos un escenario? Como el lugar donde acontece un suceso (Dabas, 2006)
La construcción de un escenario deriva de la observación de que, dada la imposibilidad
de saber cómo se desarrollará el futuro, una buena decisión o estrategia a llevar a cabo
es una que convenga a varios futuros posibles. De este modo podemos conformar
diversos, según actores, narrativas, problemas.
Construir escenarios de referencia no es predecir eventos futuros sino resaltar fuerzas de
gran magnitud que posibilitan movimientos en diferentes direcciones. Se trata de hacer
visibles estas fuerzas para que el que hace pueda reconocerlas, en el caso de que
aparezcan. Se trata de ayudar a tomar mejores decisiones hoy.
Esta noción rompe las ataduras con lógicas que obturan la posibilidad de pensar y
actuar articuladamente. Estas lógicas son, entre otras:
• las de los sectores: salud, educación, acción social, que “separan” las
necesidades e intereses de los miembros de las comunidades
• las de los programas, que “bajan” sobre las poblaciones cuadriculándolas e
ignorando los vínculos previos establecidos
• las de las disciplinas, que “dividen” a las personas según las incumbencias que
los títulos otorgan
• las de las jurisdicciones, que al establecer fronteras arbitrarias, desconocen las
huellas y senderos que diariamente se abren.
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5- Itinerarios posibles para realizar el diagnóstico situacional (DS)


Si consideramos esta perspectiva, el escenario se irá construyendo en el proceso de
cartografiar, de mapear el territorio en la medida en que se lo recorre, incluyendo las
múltiples voces y objetos que en ese recorrido adquieren relevancia, ampliando
permanentemente el horizonte de sentido y construyendo significaciones conjuntas.
Hablamos de itinerarios y no de “pasos” porque los primeros serán construidos por cada
equipo de trabajo en función de vínculos establecidos con la localidad, tiempos
personales y de la población, viabilidad de encuentros, observaciones y visitas. La
noción de “pasos” nos habla de un camino ya trazado, que hay que recorrer de un solo
modo.
Este mapeo es una herramienta de trabajo que se construye en conjunto con las personas
involucradas en función de un problema cuya importancia es consensuada entre todos.
Remarcamos que la red preexiste, por lo cual nuestro principal accionar es tornarla
visible para potenciarla, fortalecerla, enriquecerla.
Para lograrlo, hay tres herramientas básicas que utilizamos
a) Construcción del problema
b) Mapeo de redes
y una tercera que forma parte de ambas:
c) Recuperación de experiencias
A estas tres herramientas las llamaremos Trípode Metodológico del trabajo desde el
enfoque de redes. Es un trípode porque en la medida que operamos con cada una de
ellas, vamos incluyendo a las otras dos, si bien podemos diferenciar estrategias diversas
para cada una de ellas
Los principales dispositivos que colaboran a la implementación de estas herramientas
son:
ϖ visitas a la zona elegida y a sus organizaciones
ϖ observaciones
ϖ entrevistas con actores involucrados, incluyendo a los niños
ϖ conversaciones informales con los mismos
ϖ registro de todo el proceso y la información recibida tanto a través de la palabra,
como de observaciones de situaciones, documentos, afiches, etc. En las
reuniones de trabajo y talleres que se realicen es muy importante contar con
afiches realizados por los coordinadores y /o los diversos integrantes para ir
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documentando todo el proceso. Este registro es un material imprescindible,
primero para la continuidad de la tarea en el equipo de trabajo y segundo para
una posterior sistematización de la experiencia
Teniendo en cuenta que en una primera etapa lo más importante es instalar un vínculo
de confianza, no sería aconsejable proponer cambios u emitir juicios de valor que
puedan afectar esa relación en construcción.
Los espacios o escenarios dónde se desarrollan las actividades corresponden a distintos
tipos de organizaciones. Pensar en organizaciones, es poder pensar en movimientos
vitales4. La organización es la disposición de relaciones entre componentes o individuos
que produce una unidad compleja o sistema, dotado de cualidades desconocidas en el
nivel de los componentes o individuos. La organización une5 de forma interrelacional
elementos o eventos o individuos diversos que a partir de ahí se convierten en los
componentes de un todo. Asegura, pues, al sistema una cierta posibilidad de duración a
pesar de las perturbaciones aleatorias. La organización, pues: transforma, produce,
reúne, mantiene, sostiene” Las organizaciones posibilitan la creación de escenarios,
posibilitando transformar el mandato que portan las instituciones. Las instituciones se
han constituido a lo largo de la historia como el ámbito del “deber ser”. Sin embargo, su
misión se encarnó en organizaciones habitadas por sujetos, ubicadas en contextos
diversos, atravesadas por procesos históricos. A lo largo de su devenir, estas
organizaciones vienen debatiendo acerca de cómo cumplir con esa misión a través de
numerosas prácticas, misión que es permanentemente cuestionada desde la perspectiva
del “deber ser”, porque existen sujetos y contextos diversos. En la dinámica social las
organizaciones cobran un papel relevante, aunque no podemos negar que las
instituciones producen subjetividad pero ha cambiado el ámbito de producción. Se ha
pasado de la lógica de los muros a la de todo el terreno social.
La organización, es entonces la posible, la que se pudo construir y en ella entran a jugar
las subjetividades, el contexto, el proceso histórico de ese barrio, esa comunidad,
provincia, país, en esa historia en que los acontecimientos van sucediendo.

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La noción de organización fue tomada por la biología y está relacionada con la organización
viviente
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Las interrelaciones o uniones pueden ir desde la asociación (unión de elementos o individuos
que conservan fuertemente su individualidad) a la combinación (que implica una relación más
íntima y más transformacional entre elementos y determina un conjunto más unificado). Las
uniones pueden ser aseguradas: * por dependencias fijas y rígidas, * por interrelaciones activas
o interacciones organizacionales, * por retroacciones reguladoras, * por comunicaciones
informacionales.
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¿Desde el enfoque de redes, cuáles son los resultados esperados de este proceso de
trabajo, que implica conocer-resolver en conjunto equipo técnico–población-otras
organizaciones?
a) La visibilización de los distintos ámbitos y actores del territorio, para posibilitar
el fortalecimiento y la elaboración de propuestas barriales, tendientes a mejorar
el nivel y calidad de vida de los niños y sus familias
b) Diseño participativo de soluciones a situaciones o problemas referidos a las
prácticas vinculadas con los mismos
c) Valorización de los propios recursos para asumir la responsabilidad de optimizar
las acciones destinadas a favorecer el desarrollo y sostén de dichas acciones

6- Concluyendo …
El proceso de trabajo así encarado brinda por un lado una rica información a los
profesionales, técnicos y funcionarios pero sobre todo contribuye a la generación de una
historia común. Esto es el problema similar que los convoca, las diversas miradas sobre
él mismo, las diferencias de origen, institucionales, familiares, de intereses, laborales o
educativas, las pérdidas, los logros. También es fundamental cómo surgen los resultados
obtenidos en los intentos por solucionar el problema y dónde ubican los obstáculos. Es
notable comprobar como de la diversidad de historias y situaciones se va definiendo un
problema común que es el que le da sentido a ese estar juntos.
Acordamos con Pakman (1996) que un aspecto importante en este proceso de
construcción de una historia común, es el de explorar la mayoría de las voces y
perspectivas, recordando que las que hablan son las personas, no las organizaciones. El
vecino que no quiere participar en los talleres, el director de escuela que dificulta la
participación activa de los padres en la escuela, el médico que no quiere compartir su
tarea con profesionales de otras disciplinas, el funcionario que dilata la respuesta que
una comunidad necesita, son voces que es necesario incluir de un modo u otro.
Consideramos que es preponderante hacerlo en el conjunto, ya que puede expresar un
punto de vista que de otro modo no existiría, al mismo tiempo que puede modificar el
suyo propio.
Es entonces cuando surge la oportunidad de dar lugar al surgimiento de propuestas para
consolidar lo que se viene realizando al mismo tiempo que posibilite el surgimiento de
otras alternativas, posibilitando modos diversos de describir y encontrar soluciones.
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Sluzki las llama nuevas historias, las cuales surgen de las historias alternativas
anteriores. Si los momentos precedentes fueron cuidadosamente trabajados estas
propuestas-historias contarán con una posición favorable de los participantes.
Señala algunas características interesantes de tener en cuenta: incluyen una dimensión
temporal, ya que marcan aspectos de evolución y cambio, progresión y futuro; implican
una actitud constructiva; es importante que se basen tanto en los ejemplos de
competencias y habilidades previamente demostrados como en la utilización de recursos
que se poseen; da intensidad a las conexiones con otras organizaciones del contexto;
contiene reglas explicitas e implícitas, tales como respeto por los intereses y
necesidades de los actores sociales, evitación de la opresión y sufrimiento, sentido de la
responsabilidad colectiva, entre otras.
Este último momento del proceso de DS está centrado en la consolidación de
alternativas. Este paso es muchas veces descuidado ya que generalmente el operador se
entusiasma por los cambios que comienzan a percibirse rápidamente. Sin embargo es
fundamental dejar un espacio para este proceso. Las personas necesitan confrontar en
terreno las nuevas propuestas-historias, introducir las modificaciones necesarias, probar
diferentes estrategias, equivocarse compartiendo esta posibilidad con los otros.
Comprobar que es difícil pensar en resolver todos los problemas, pero que se puede
realizar un aprendizaje social que brinde nuevas maneras de abordarlos a través de
iniciativas comunes, que den coherencia, articulación y proyección a las múltiples
actividades que en cada comunidad se desarrollan para acompañar el crecimiento de los
niños.

7- Una reflexión
Pensar en las prácticas en comunidades desde su dimensión socio-cultural posibilitaría
construir nuevos territorios y dejar de suscribir las mismas a un sector o a una
especialidad. Al mismo tiempo modificaría nuestra manera de relacionarnos, de pensar
nuestra red social y por lo tanto el compromiso que asumiríamos
Poder reconocernos en nuestros puntos comunes respetando las diferencias y
enriqueciéndonos con lo que ellas aportan, implica un desafío diario. Habitualmente los
que intentamos pensar y trabajar de este modo nos encontramos con la pregunta acerca
de nuestra "especialidad". Resulta difícil comprender que esta se refiere a las personas y
a las comunidades y no a un segmento de ambas.
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Tal vez sea importante remarcar que esta propuesta de DS subraya la utilización de la
preposición EN, ya que el mismo se constituye a partir de la creación de un dispositivo
donde las relaciones preexistentes se fortalecen, se potencian y modifican.
Al finalizar el DS es importante reflexionar con los participantes de este proceso acerca
de:
-si nuestra evaluación de logros coincide o no con la de los actores implicados
-si se ha previsto la consolidación de las nuevas alternativas generadas desde el grupo
-si el DS estuvo centrado sólo en el tiempo, las perspectivas y los propósitos de los
operadores o se constituyó en un aporte de los mismos con un reconocimiento certero
de las redes sociales que todo sistema humano posee.
-si todos “sienten” que la información vertida fue “devuelta” en forma sistematizada
De este modo este proceso se constituye en una posibilidad de análisis de cómo se
establecen y potencian las relaciones sociales para resolver un problema.
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BIBLIOGRAFÍA
Capra, F. (1996. 1ª. edición) La trama de la vida. Madrid. Editorial Anagrama
Casares, J. (2002. 2ª. edición) Diccionario Ideológico de la Lengua Española.
Barcelona. Editorial Gustavo Gill. S.A.
Dabas, E (2006): ¿Quién sostiene a las familias que tienen que sostener a los niños?,
Viviendo Redes. Buenos Aires. Ediciones CICCUS
Ministerio de Desarrollo Social: El Nuevo escenario para las políticas sociales en
Argentina. Documento. 2006
Moliner, M. (1966, 1ª. Edición) Diccionario del Uso del Español. Madrid. Editorial
Gredos
Najmanovich, D. (1997): El juego de los vínculos. Subjetividad y Redes. Buenos Aires.
Editorial Biblos.
Olcense, M. (2002): Participación Comunitaria en Programa de Control de
Enfermedades Respiratorias: Un modo de articular localmente la cobertura en el
contexto de programas de APS. Paper s/d
Pakman, M. (1996): Construcciones de la Experiencia Humana. Barcelona. Editorial
Gedisa
Schön, D. (1989 1a. edición): The reflective Practitioner. Nueva York. New York Press.

Sluzki, C. (1996) La red social. Frontera de la práctica sistémica. Barcelona. Editorial


Gedisa

Watzlawick, P. y col. (1993. 1ª. Edición) Teoría de la Comunicación Humana.


Interacciones, Patologías y Paradojas. Buenos Aires. Editorial Herder

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