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~~Del calor al frío"

UNA VISION PERSONAL


DE LA HISTORIOGRAFIA PARAGUAYA

por el Dr. J ohn Hoyt Williams *

DOS PALABRAS

Este trabajo constituye un ensayo, por lo demás muy breve,


sobre Historiografía Paraguaya, que podrá ser criticado tanto por lo
que i~luye, como por lo que deja de lado. Es una visión pers0'1UJL del
estado de la Historiografía Paraguaya, basada en siete años de estu-
dw del pasado del Paraguay en Archivos y Bibliotecas de Sud Amé·
rica, Europa y EE.UU. de Norteamérica. Cualquier ensayo acabado
sobre Historiografía Paraguaya tomaría por lo merl()S cientos de pá.
ginas, mientras que aquí, en esta breve introducción, he intentado
escribir una simple guía que puede ayudar a otros eruditos y estu-
diantes, paraguayos y extranjeros. No se ha intentado abarcarlo todo,
sino que se limita a fuentes de libros y archivos y no se incluyen ar-
tículos, salvo aquellos pocos que están bajo la categoría de "Guias".
En el futuro, el suscrito espera preparar un trabajo sobre los artícu-
los relativos a la historia paraguaya -pero eso queda para más ade-
lante.

INTRODUCCION

Este articulo tiene como objetivo servir de guia e introducción


a los problemas que debe enfrentar todo estudioso serio de la historia
paraguaya:. Está escrito sobre la base de siete años de experiencia

• El Dr. John Hoyt Williams, autor de este estudio, es Profesor de Historia (in ab·
sentia) de la Indiana State University. Su interés se ha centrado por muchos años
en la historia paraguaya, y ha pasado gran parte de su tiempo en el Paraguay 7
trabajando en archivos extranjeros sobre tópicos paraguayos. Su tesis doctoral, así
como una docena de articulas, han versado sobre la historia paraguaya del sialo
XIX. Actualmente e-s Director del Proyecto Georgetown en la Universidad Católict~
de Asuncldn, Paraguay.
140 Estudios Paraguayo~

-algunas veces descorazonadora pero siempre compensadora- co-


mo paraguayista. No se pretende hacer una inclusión comprehensiva
de la bibliografía o historiografía de la nación o de cualquier período
de su historia. Constituye simplemente tma guía limitada y seleccio·
nada personalmente.
A raíz de repetidas preguntas y consultas que he recibido du·
rante el pasado año de parte de estudiantes y profesores interesados,
de los EE.UU. y de Europa, decidí "unir los cabos" de fuentes de datos
encontradas en investigaciones de archivos y bibliografías en los
EE.UU., Europa y Sud América . Habría mucho más que se podría
decir y más nombres que citar, pero las restricciones de tiempo y
espacio imponen ciertos límites.
Una vez que uno se entera de que es virtualmente imposible
estudiar la historia paraguaya sin llegar a los documentos mismos,
uno enfrenta un nuevo problema. Hacer un trabajo de archivo sobre
Ulla faceta de la historia paraguaya es casi imposible si no va acom·
pañado del deseo de ver el mundo. Si el interesado estuviera traba·
jando en un tópico relativo al período colonial, y quisiera cubrirlo
concienzudamente, tendría que trabajar en la mayoría - si no en to·
dos- los siguientes archivos: Archivo Nacional, de Asunción; Archi-
vo General de la Nación, Museo Mitre y Biblioteca Nacional, de Bue-
nos Aires; Biblioteca Nacional, de Río de Janeiro; Archivo General
de Indias, de Sevilla; Archivo Histórico Nacional y Biblioteca de la
Real Academia de la Historia, de Madrid; y tal vez el archivo de Si-
mancas de España, al mismo tiempo. Para el período nacional se
puede prescindir de los archivos de España y substituirlos por: Ar-
chivo General de la Provincia, de Corrientes; Archivo de la Nación,
de Montevideo y P,Osiblemente el "Public Record Office" (Oficina de
Archivo Público) y el "British Museurn" (Museo Británico) de Lon-
dreS, así como la biblioteca de la Universidad de Texas en Austin,
Texas, y la Biblioteca del Congreso en Washington, D. C. Aun ésto
sería de escaso valor para estudios de la era post-1870, pues el vasto
volumen de documentación sobre "historia actual" se encuentra en
los distintos ministerios paraguayos, los cuales se muestran particu·
larmente renuentes a permitir al investigador -en especial si es ex-
tranjero- el acceso a los mismos. Entre tanto, un breve examen de
los recursos de archivos tiene posiblemente el valor de una orienta-
ción para el investigador prospectivo. ·

ARCHIVOS
Archivo Nacional, Asunción

D;te es un archivo muy rico en documentos pero en gran parte


desconocido. Alli, en 6. 220 volúmenes encuadernados, se pueden en-
contrar tal vez dos millones o más documentos, en seis secciones
principalés, variando en su estado de conservación desde los casi per-
"Del calor al frío" 141

rectos a algunos inservibles. Las secciones varían en su estado Y en


su utilidad . La Sección Historia es la mejor preservada del Archivo
Y también la mejor catalogada, con una guía disponible para unas tres
cuartas partes de los volúmenes, aún cuando sea muy incompleta. La
sección más grande, erróneamente llamada la Nueva Encuadernación
(3 .417 volúmenes), está también en general en muy buenas condi-
ciones, y contiene documentos que cubren dc:de el siglo XVI hasta
mitad del siglo XIX. La Nueva Encuadernación, no obstante, care:e
de catálogo y es casi imposible usarla debido a la falta de orden en
el cual se encuader·n aron los documentos. Un volumen de 300 pági-
nas puede muy bien contener documentos sobre la Encomienda del
siglo XVI, la reorganización militar de 1787, la cantidad de extranje·
ros residentes en el Paraguay durante la Guerra del Paraguay, y los
informes sobre el mantenimiento de la cárcel en el año 1831 . El in-
teresado necesita una gran paciencia y aun más tiempo para trabajar
fructíferamente con esta sección. Otras secciones, tales como la lla-
mada Propiedades y Testamentos, y otra, ,Judicial y Civil, están en po-
brísimas condiciones, destruidas por el hombre, los gusanos, las ra.
tas y la naturaleza . Algunos volúmenes están tan gastados que prác-
ticamente se deshacen al tacto y es totalmente imposible utilizarlos.
La Sección Libros de Caxa, con valiosos informes económicos, está
en excelente estado. Las secciones y su volumen puede apreciarse
mejor en la siguiente lista:
Sección Volúmenes
* Historia 448
Nueva Encuadernación 3 .417
·~ Propiedades y Testamentos 1.273
•\ Judicial y Civil 983
Libros de Caxa 79
"' Copias (a máquina, de varias secciones) 20
6.220

Mientras que los documentos de las varias secciones cubren la


escala del año 1537 al 1870 o 1871, no existen documentos en el ar-
chivo que traten de una época posterior. Un "mito" persistente con
relación al archivo paraguayo sostiene que los ejércitos victoriosos
del Brasil "liberaron" los documentos en 1868 y los llevaron al Bra-
sil, donde constituyen ahora parte de la ColeQaO Rio Branco de la Bi-
blioteca Nacional. Los documentos llevados en 1868 representan, a ·
lo más, un 10% de los documentos existentes en aquel entonces en
el archivo del Paraguay, vale decir unas 50.000 páginas. No solamen-
te dejaron cientos de miles de páginas de documentos valiosos, sino
además, desde la guerra se han venido realizando donaciones y com-

o Parcialmente catalogadas.
142 Estudios Paraguayos

pras que han aumentado considerablemente las pertenencias del Ar·


chivo Nacional.
Además de los valores documentales del Archivo N&:ional, el
interesado encuentra la rica Colección Solano López, ;una Biblioteca
de libros, folletos, revistas y periódicos dividida en 29 secciones. Con
la ayuda de un catálogo de títulos, uno puede ubicar valioso mate-
rial post-1870 en 25 periódicos publicados entre 1845 y 1903, y en los
233 volúmenes encuadernados de, en su mayoría, revistas del siglo
XIX. Muchos de los 1.180 libros de la colección constituyen también
fuentes importantes que hacen de esta colección o biblioteca; un de-
pósito decisivo para el investigador.
Los periódicos y revistas representan probablemente la mejor
colección existente disponible para el estudioso, en todo el mundo.
Abreviando, el Archivo de Asunción es de gran valor para el
historiador que dispone del tiempo necesario para "excavarlo" con
efectividad. Desafortunadamente, la Biblioteca Nacional del Paraguay
ofrece al estudiante serlo pocas cosas de valor sobre la historia de
esta nación.
Archivo General de la. Provincia de Corrientes

Este repositorio, aun más que el Archivo Nacional de Asun-


ción, constituye una ".T erra incógnita", prácticamente nunca utilizada
por estudiosos interesados en el Paraguay . Lamentablemente, el es-
tado extremo de desorganización del archivo está complementado con el
pobre estado de la mayoría de los documentos primeros (1600-1820).
A estos problemas se agrega el hecho de que el archivo está dividido
en las secciones más generales que uno pueda imaginar tales como
la enorme "Correspondencia Oficial- Expedientes Administrativos", la
cual contiene virtualmente todo tipo de documento imaiginable.
Los documentos están arreglados cronológicamente, pero
dentro de esos límites anuales hay mucha confusión. En la sección
arriba citada, hay varios legajos por cada año· del siglo XIX, y un
legajo es simplemente una pila de 300 o hasta 1.000 documentos no
encuadernados, relativos a ese año, y agrupados en conjuntos por
medio de trozos de cartón y piolfn. En ausencia de paginación 'Y/O
catálogos, toma mucho tiempo vadear a; través de una masa desco-
nocida de documentos para un año determinado, y tal vez no ser
recompensado. La tarea se hace aun más difícil por la descolorida
tinta de la mayoría de los documentos, lo cual ocurrió durante un
largo período de exposición a la humedad, estando aun hoy las pá-
ginas bastante húmedas al tacto.
A pesar de las dificultades mencionadas, el Archivo Genera:! de
la Provincia de Corrientes es un archivo muy rico y constituye uno
de los últimos tesoros intactos de documentos Sud Americanos, ex-
plotados solamente por un grupo de jóvenes y brillantes estudiosos
"Del calor al frío" 143

de esa provincia y de la vecina Resistencia, y algún ocasional extra-


viado, devoto de la historia paraguaya como el suscrito. Hay aquí
mucho sobre el Paraguay: la Revoludón Comunera (1717-1735), la
Guerra Guaranitica de la mitad del siglo XVIII, las Misiones Jesuí-
ticas, la expulsión de dicha orden, y los movimientos independientes.
Es en este último aspecto que el archivo ha impresionado más al sus-
crito. La amplia riqueza de material en Corr~entes que cubre las re-
laciones con el Paraguay (y con Buenos Aires), los años de Artigas,
la disputa fronteriza de Candelaria (1811-1870), y tal vez lo más im-
portante, el comercio entre el Paraguay y las provincias de abajo
(1811-1870), es una magnífica fuente para el estudioso interesado en
el Paraguay. Se necesita solamente invertir tiempo y paciencia para
salir ricamente recompensado de este desconocido a,rchivo provinciano.
Archivo General de la Nación, Museo Mitre y Biblioteca Nacional, de
Buenos Aires
Como se puede suponer, Buenos Aires es una parada obligada
~ra cualquiera que contemple una investigación sobre el pasado del
Paraguay . Hay una rica variedad de fuentes documentales que com-
prende casi todos los hechos importantes ocurridos en el Río de la
Plata desde 1600 hasta 1900 y posteriores.
El Archivo General de la Nación tiene el privilegio de una bue-
na organización. Hay catálogos impresos (un estante completo), los
cuales pueden orientar rápidamente al investigador hacia los conteo
nidos del Archivo si el mismo sabe qué quiere buscar: nombres o
hechos específicos. Hay muchísimo aqui sobre el Paraguay del siglo
XVIII especialmente sobre la Revolución Comunera, las Misiones, las
guerras Indias, y la expulsión de la orden jesuítica y consecuente de-
cadencia de sus establecimientos . También hay en abundancia pape-
les (oficiales y privados) concernientes al Paraguay y la Argentina
en la época de las revoluciones (1810-1820), y las relaciones entre es-
tos dos estados durante los gobiernos del Dr . Francia (1813-1840),
de Don Carlos Antonio López (1842-1862), y naturalmente sobre
Francisco Solano López y la diplomacia de la Guerra Grande. Los
documentos tienden a estar bien preservados y son fáciles de ubicar
y usar.
El Museo Mitre es otra joya que frecuentemente es dejada de
lado por estudiosos que subestiman sus colecciones. No solamente hay
alli una soberbia colección de libros, en su mayoria raros, que tratan
sobre el Paraguay y las relaciones paraguayo-argentinas, sino además
lo que se puede considerar seguramente como la mejor colección
existente de diados y revistas del siglo XIX impresos en el Río de
la Plata. La importancia de esta parte de la colección del Museo no
debe ser menospreciada. No sólo hay allí muchos diarios y revistas
paraguayos y correntinos (comenzando desde 1845 y 1831 respectiva-
mente), sino también muchos periódicos porteños (1804-1870) que
proveen excelentes fuentes de observaciones, reportajes, comprensión
144 Estudios Paraguayos

de la politica y noticias comerciales referentes al Paraguay. El in-


teresado puede encontrar, por ejemplo, en el British Packet and Ar-
gentine News 0828-1848) o en la Ga2eta Mercantil (1823-1852) noti-
cias completas de la llegada a Buenos Aires de todos los barcos del
comercio de aguas arriba, su registro, propietario, carga y sitio de
embarque de la carga. Esto en sí es una. buenísima ayuda para la
historia económica o comercial del Paraguay o del Río de la Plata
en general. Finalmente, hay una grande y excelente colección con-
cerniente en gran parte al Paraguay colonial y al Chaco. Los docu-
mentos están en muy buenas condiciones y además están catalogados;
igual cosa ocurre con los libros y publicaciones periódicas; todo se
encuentra en un gran catálogo impreso del cual hay varias copias
disponibles en el Museo . Aunque frecuentemente se puede conseguir
copias de este catálogo en las librerías, habría que advertir que los
números detallados para cada documento, libro o revista, son inúti-
les, puesto que se ha implantado un nuevo sistema de catalogación
después de su publicación, y el personal del Museo ha anotado labo-
riosamente a mano ese nuevo sistema al margen de sus propios ejem-
plares del catálogo.
La Biblioteca Nacional resulta decepcionante después de haber
visitado los dos repositorios mencionados arriba. Fuera de ciertos
escasos libros y revistas y de una pequeñísima colección de docu-
mentos relevantes, casi todos los datos existentes en esta Biblioteca
pueden obtenerse en el Archivo General de la Nación o en el Museo
Mitre, y con más facilidad debido a mejores catálogos.

Biblioteca Nacional, Montevideo

Esta Biblioteca contiene una gran riqueza <para nuestro inte-


rés) de libros en su mayoría uruguayos, referentes al Paraguay del
siglo XIX en su mayor parte, y centrados alrededor de dos temas:
José Artigas y la guerra del Paraguay . Conectado a la Biblioteca se
encuentra el Instituto del Libro que está haciendo un espléndido tra..
bajo de impresión de documentos y reimpresión de libros raros con-
cernientes a la historia uruguaya de los siglos XVIll y XIX, en series
económicas ("Colección de Clásicos Uruguayos", Archivo Artigas).
Esta última, actualmente en el décimo de los proyectados 24 volúme-
nes, es especialmente significativa puesto que agrupa documentos de
tOdo el mundo concernientes a Artigas y a la historia del Uruguay, el
Litoral argentino y el Patraguay (1810-1821 ), constituyendo así una
fuente básica para la historia de la región de principios del siglo XIX.
Biblioteca Nacional, Río de Janeiro
Esta bien organizada Biblioteca es privilegiada, no solamente
por una soberbia colección de libros y periódicos, sino también por
dos colecciones principales que tratan de la historia del Paraguay. La
Cole<$iO de Angelis consiste en miles de documentos y libros raros
"Del calor al fr!o" 145

agrupados por el erudito argentino del siglo XIX, Pedro de ~gelis.


Esta colección es especialmente valiosa para el periodo colomal de
la historia del Plata, y contiene documentación masiva de la Guerra
Guaranítica., la Revolución Comun~ra y las guerras Indias del siglo
XVIII, así como excelente material relativo a la evolución del Para-
guay como entidad ~aproximadamente del 1600 al 1800. La colección
tiene ·su propio catálogo publicado y disponible en la Biblioteca, pero
difícil de ubicar en otra parte. Como en el caso del catálogo del Mu-
seo Mitre, el sistema de numeración ha sido cambiado y se han in-
sertado a mano nuevos dígitos en la guía. Es un buen catálogo y
bastante suficiente para un uso óptimo de la colección.
La Cole~ao Rio Branco cuenta con unas 50.000 páginas de docu-
mentos que tratan exdusivamente del Paraguay y es otra fuente obli-
gada para el paraguayista. Corre un viejo rumor aseverando que los
victoriosos brasileños se llevaron consigo solamente la información
referente a los orígenes y el curso de la guerra del Paraguay; ~ro si
así fuera, un examen de esta colección y del Archivo de Asunción le
deja a uno en la duda respecto al criterio en uso . Aunque algo car-
gada respecto al siglo XIX, especialmente los años 1830-50, la colec-
ción es tambié11. fuerte en el siglo XVIII. Existe un catálogo muy
bueno, completo, con resúmenes y números de citación funcionales;
ocasionalmente se puede encontrar una copia de este catálogo en las
librerías en Sud América y su compra es una buena adquisición.
Archivo Histórico Nacional, Biblioteca Nacional y Btblioteca de 1m
Real Academia de la Historia, Madrid

Todos estos tres buenos repositorios son importantes para el


estudio del Paraguay colonial y del Río de la Plata. El Archivo Histó-
rico Nacional, con excelentes catálogos publicados (fácilmente dispo-
nibles), contiene mucha documentación excelente del siglo XVII y
XVlli y hasta algún material de las primeras décadas del siglo XIX.
Los documentos están bien conservados y generalmente en buenísimas
condiciones. Hay aquí :una enorme riqueza de información sobre las
guerras coloniales habidas en el Río de la Plata, las Misiones Jesuí-
ticas y la organización del Virreinato del Río de la Plata en 1776.
La Biblioteca Nacional, peor organizada y catalogada, tiene otra
gran colección de documentos coloniales, especialmente rica en ma..
teriales del siglo XVII, y muy bien conservados. Hay catálogos dis·
ponibles pero de desigual calidad, y de los breves títulos impresos
uno debe elegir un Legajo con cierta fe de que encontrará alli IQ que
está buscando.
La Biblioteca de la Real Academia de la Historia es una joya,
tanto por su colección de libros como P,or sus ricos manuscritos. In-
cluidos entre estos últimos están los papeles completos del Capitán
Francisco de Aguirre, jefe de un equipo de demarcación de limites
del Paraguay en las últimas décadas del siglo XVIII. Este conjunto
146 Estudios Paraguayos

de trabajos, increíblemente completo, con observaciones botánicas,


científicas, sociales, políticas, demográficas y militares, ha sido publi·
cado sólo en una pequeña parte y el remanente es, en opinión del sus-
crito, posiblemente el documento inédito "Informes" más importante
sobre el Paraguay y el Río de la Plata que queda por publicar. Aparte
de este sobresaliente manuscrito de muchos cientos de páginas, el
investigador encuentra en la Biblioteca de la Rea.I Academia de la
Historia muchos documentos de valor de la época colonial de la his-
toria paraguaya, y tiene a su disposición una de las mejo'!es colec-
ciones de relevantes libros raros y escasos existentes. Hay un solo
punto débil y es la catalogación incompleta que impide el uso óptimo
de este repositorio.
Archivo General de Indias, Sevilla
Para el período colonial, el Archivo General de Indias es el
"Alma Mater" del paraguayista. Aquí, en uno de los grandes archivos
del mundo, el interesado puede encontrar, entre millones de docu-
mentos catalogados, los documentos de la Audiencia de Buenos Ai-
res, informes del Virreinato, informes sobre la expulsión de los je·
suitas, datos comerciales y sobre impuestos, notas sobre defensa, pro-
ducción de yerba mate, e informes eclesiásticos de la Diócesis . Es
un archivo fácil de utilizar, muy catalogado (la mole completa de
información requiere, sin embargo, una revisión de legajos con gran
inversión de tiempo), contando con buen servicio de microfilm y fo-
tocopiado.
Archivo de Simancas
No tan importante para el especialista como el Archivo Gene-
ral de Indias, el de Simancas contiene no obstante importantes do·
cumentos coloniales, especialmente en relación a asuntos de la Igle·
sia, p.roblemas militares y negocios comerciales. Probablemente lo
más impresionante es su comprensión del siglo XVIII; los catálogos
del Archivo de Simancas indican masas voluminosas de documentos
sobre cada siglo de la experiencia colonial. [
J
Public Record Office y British Museum, Londres
Menos imprescindibles para el investigador, pero conteniendo
también materia1l significativo, estos principales archivos británicos
eompensan el esfue~o de la consulta y ambos poseen guias de archi-
vo publicadas para sus colecciones, aun cuando en cada! caso las ver-
siones publicadas son demasiado generales para ayudar en algo más
que en la indicación de principales fondos. El Public Record Office, es-
pecialmente a través de sus papeles del "Foreign Office" (Oficina de
Relaciones Exteriores) contiene información vital sobre el Paraguay
y el Río de la Plata de todo el siglo XIX. Especialmente valioso.'S a
este respecto son los "Woodbine Parish Papers" (Papeles de Wood-
bine Parish), de los cuales por le menos seis enormes volúmenes
"Del calor al jrfo" 147

contienen sus cartas oficiales mientras fue primer Cónsul Británico


en el Río de la Plata (1824-1832). Estos contienen noticias extrerna.-
damente importantes sobre el Paraguay y sus relaciones con sus ve-
cinos durante los años 1819-1826 del gobierno de Francia. Informes
consulares y comerciales posteriores trazan la "apertura" del Para,.
guay bajo los sucesoras de Francia y contienen material valioso sobre
la Guerra del Paraguay y la reconstrucción de la nación después
de 1870.
El British Museum por otra parte, tiene mucha información
manuscrita de la época colonial . Mientras estuvo en Buenos Aires,
el Cónsul Parish hizo copiar miles de documentos de los archivos
de esa ciudad y de Lima, Perú. Actualmente estos documentos cons-
tituyen una colección por derecho propio e incluyen informes del Vi-
rreinato de Lima sobre el Río de la Plata, documentos relativos a las
invasiones británicas a esa región en 1806 y 1807 (desde el punto de
vista Hispanoamericano, aunque en su mayoría traducido al inglés),
y mucha información general sobre el Paraguay del Siglo XVIII. Ca-
tálogos generales del British Museum lo dirigen a uno hacia el ma-
terial, pero ayudan poco para indicar sus contenidos .
Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin y
Biblioteca del Congreso, Washington, D. C.

Estas son las dos principales fuentes de materiales sobre el Pa-


raguay en los EE.UU., y aun cuando no están a la altura de los me-
jores archivos Sud Americanos u Españoles en importancia, el inves-
tigador debe tener conocimiento de su potencialidad.
Desde 1920, la Universidad de Texas comenzó a adquirir una
sección sobre el Paraguay para: su biblioteca. Con la compra de la
muy importante biblioteca privada del ex-presidente Manuel Gondra
en 1939, Texas se convirtió en un centro principal de documentos y
trabajos paraguayos impresos. La colección Gondra, a la cual mucho
se ha agregado desde entonces, contema unos 10. 000 libros y folletos,
270 mapas y 21.000 páginas de documentos manuscritos (en su ma-
yoría copias). Hoy en día, después de décadas de juiciosas adquisicio-
nes, la Biblioteca de Texas tiene probablemente la mejor colección
general de libros, folletos y revistas paraguayas disponibles para el
estudioso, en todo el mundo.
La Biblioteca del Congreso en Washington, D. C., una de las
más grandes bibliotecas de investigación del mundo, contiene una vo-
luminosa colección de libros relativos al Para.gu.a.y. Posee además in-
formes diplomáticos de personalidades comerciales y consulares de
los EE.UU., comenzando con el informe de Rodney y Graham de
1818 y comprendiendo el siglo XIX en mucha mayor profundidad a
medida que transcurrían las décadas. Incluye informes voluminosos
de los dos Encargados de Negocios de los EE.UU., Charles Ames
Washburn y el General Martín McMahon, quienes jugaron polémicos
y largos roles en la Guerra del Paraguay. Cualquiera de estos mate-
148 Estudios Paraguayos

riales, pedidos por medio de catálogos disponibles, puede ser obteni·


do por el investigador en microfilm o fotocopia, a un ~ecio razonable.
Notas de Archivos Dispersos
Es de notar que, mientras existen varias colecciones privadas
importantes de libros y documentos en el Paraguay, no hay archivos
regionales de valor en otros centros principales tales como Villarrica,
Encarnación (Itapúa) o Concepción. Pueden ubicarse .unos pocos do-
cumentos en los archivos de la Curia Metropolitana o en el Museo de
la Casa de la Independencia, pero no existe ningún otro archivo pú-
blico, salvo los ya mencionados.
Hay otros archivos que contienen algún material sobre el P~
raguay. En esta categoría estarian los archivos provinciales de Santa
Fé y de Entre Ríos, los archivos del Estado de Matto Grosso, Río
Grande do Sul y de Paraná. Unas pocas fuentes adicionales pueden
encontrarse en Lima y La Paz, pero a menos que el estudioso sepa
que algún dato especial de su interés se encuentra en uno de estos otros
archivos, es preferible que él ocupe su tiempo en campos más pro-
picios como los anotados más arriba.

HISTORIA GENERAL
Uno de los más grandes problemas de la Historiografía Pa~
guaya es la ausencia de un texto general que pueda ser utilizado co-
mo base. Irónicamente, de los dos libros que representan los mejores
esfuerzos hechos hasta la fecha en este campo, uno está escrito por
un norteamericano: Harris G. Warren. Se titula Paraguay. An In-
formal Hisk>ry (Norman, Oklahoma, 1949) y aunque está magnífica-
mente escrito y su evaluación es cabal y justa, tiene el inconveniente
serio de estar desactualizado. PUblicado hace un cuarto de siglo, no
podría desde luego abarcar el amplio volumen de investigación lle-
vado a cabo desde entonces. La bibliografía, aun cuando todavía
cod'stituye un buen punto para comenzar la indagación de la historia
paraguaya, es por tainto muy incompleta. La obra de Efraim Cat.·-
dozo, Breve Historia del ParagUIJf!J (Buenos Aires, 1965) padece de
ser fiel a su nombre -es excesivamente breve. A pesar de esta debi-
lidad, ofrece un panorama excelente y muy general, algo limitado por
su escasa bibliografía.
Tal vez el monumento más reciente y sobresaliente de la his-
toriografía paraguaya sea otro trabajo, básicamente un texto por su
naturaleza: Osrlos R. Centurión, Historia de la Cultura Paraguaya
{2 volúmenes, Asunción, 1961), que constituye una versión revisada
de su anterior Historia de la$ Letras Paraguayas. Estos dos grandes
tomos son los más útiles entre todos los libros sobre historia para,.
guaya pues son verdaderamente enciclopédicos, y constituyen .u n buen
instrumento de referencia sobre todos los aspectos del desarrollo so-
"Del calor al frfo" 149

cinl, intelectual y artístico del Paraguay, literalmente desde 1537 a


1961. Una breve mención debe hacerse además de la obra de Atilio
García Mellid, Proceso a los falsificadores de la historia del Paraguay
(2 volúmenes, Buenos Aires, 1964), que es una estimulante interpre-
tación de la historia paraguaya aunque bajo ningún concepto un tex.
to completo.
En cuanto a obras generales sobre el periodo colonial que CU·
bran su totalidad, nuevamente uno se siente descorazonado. Tres mere-
cen una mención: la de Cecilia Báez, Historia colonial del Paraguay
(Asunción, 1926), la de Efraim Cardozo, El Paraguay Colonial (Bue-
nos Aires, 1957), y la de Hipólito Sánchez Quell, Estructura y función
del Paraguay colonial (5a. edición, r.ev., Asunción, 1973). Aunque to-
das tienen sus valores, la obra de Cardozo es probablemente la que
más incita a pensar. Báez tiende hacia cierta pedantería y hace exc~
siva mención de documentos, y la revisión de Sánchez Quell es más
bien episódica antes que coherentemente organizada. Las tres obras
constituyen, sin embargo, valiosos instrumentos.
En esta categoría se debe anotar además el primer volwn:.n ya
publicado de Julio César Chaves, de los seis volúmenes en proyecto
sobre "historia general del Paraguay", Descubrimiento y conqui3ta
del Río de la Plata y el Paraguay (Asunción, 1968). Está muy bien
ilustrado y contiene una buena bibliografía básica; es un paso ade.
lante en el campo de los estudios históricos en el Paraguay, aunque
uno pudiera cuestionar la factibilidad de una historia general del Pa-
raguay dada la falta de fundamento en el cual basar la estructura.
Branislava Susnik está empeñada en una. guerra llevada por un
solo estudioso (y la va ganando lentamente) al incluir al Indio en
su justo y prominente sitio dentro de la historia del pasado del Pa-
raguay. Su serie, El indio colonial del Paraguay (3 volúmenes, 1965-
1971 ff) es un magnifico aporte en este campo. Cada uno de los vo-
lúmenes: I. El Guaraní colonial (1965); II . Los trece pueblos gua.
raníes de las Misiones (1966), ·y III. El Chaqueño (1971 ), no son de
lectura particularmente amena pero constituyen una buena investí~
ción y son invalorables para el estudiante de cualquier periodo o de
toda la era colonial.
D~ una naturaleza más general, la obra de Juan Natalicio Gon-
zález, Proceso y formación de la cultura paraguaya (Buenos Aires,
1948) se presta también a consulta; es la obra estimulante de un
pensador sobresaliente y deseoso de compartir sus ideas y sus agudas
observaciones sobre el Paraguay colonial.
Uno no debe impresionarse por la gran cantidad de libros so-
bre el período colonial que tratan del "Río de la Plata". Con muy
pocas excepciones, éstos tienden a omitir casi enteramente el Para·
guay. Los historiadores europeos y argentinos que trataron del Río de
la Plata colonial (por ejemplo, John Lynch y Manfred Kossok, asi
como Ricardo Levene y J. M. Mariluz Urquijo y varias series de do-
150 Estudios Paragooyos

cwnentos impresos publicados en la Argentina), tienden a descartar


al Paraguay como si fuera un apéndice sin importancia. Esto es al
mismo tiempo irónico y triste, puesto que el Paraguay, hasta la inde-
pendencia, fue más grande y estuvo más poblada que cualquier otra
provincia del Río de la Plata (excepto el Alto Perú, artificialmente
agregado en 1776 al Virreinato) y constituyó además una frontera
crucial como provincia del Imperio Español .
En cuanto a historias generales de la época nacional, tenemos
un panorama aún más desierto. El único trabajo de investigación en
este campo es el estudio de Efraim Cardozo, El Paraguay indepen-
diente (Barcelona, 1949), el cual se ha hecho asequible recientemente
en Asunción ( 1972) en -u na edición bastante tosca pero de poco cos-
to. Este trabajo, aunque no lo suficientemente actualizado, es no
obstante único dentro de la historiografía paraguB~ya y está muy bien
concebido y ejecutado.
En la periferia de textos del período nacional, se puede encon-
trar una serie de historias diplomáticas, bastante desiguales en vali-
dez. Entre las mejores están la obra de Cecilio Báez, Historia diplo-
mática del Paraguay (2 volúmenes, Asunción 1930-1931), y la más mo-
derna pero tal vez menos completa, La diplomacia paraguaya de Ma-
yo a Cerro Corá (Sa. edición, rev., Asunción, 1973) de Hipólito Sán-
chez Quell, así como la Historia diplomática del Paraguay (Asunción,
1972) por Luis G. Benítez . El libro revisado de Sánchez Quell es muy
útil para el estudioso, pero lastimosamente termina con el fin de la
Guerra de la Triple Alianza en 1870, mientras que Benitez continúa
hasta épocas muy recientes. Ambas, no obstante, cuentan con decep-
cionantes bibliografías . Para cerrar esta categoría, se puede consul-
tar la obra de Josefina Plá, Hermano Negro. La esclavitud en el Pa-
raguay (Madrid, 1972), y la de Carlos Pastore, La lucha por la tierra
en el Paraguay (Montevideo, 1970). Ambas son algo más especializa-
das que las anteriores, pero no obstante, constituyen fuentes im-
portantes.
PERIODO COLONIAL
El período colonial con ciertas excepciones, es una época des-
conocida de la historia del Paraguay. Vamos a tratSir aquí mayor-
mente de esas excepciones y centrar esta sección alrededor de tres
tópicos básicos: La Conquista, la Revolución de los Comuneros, y el
'"Imperio" jesuítico. Esto no implica que no se haya escrito nada
sobre otros aspectos de la época colonial, sino que el grueso del ~
terial escrito se centra alrededor de estos tres vastos puntos. Se debe
puntualizar nuevamente que no se intenta ser completo; esto no es
sino una guia muy selectiva para algunos de los pilares sobresalientes
de la historiografla paraguaya. Las obras de Cardozo, Báez y Sánchez
Quell mencionadas anteriormente como buenas historias generales de
la época colonial, tienen todas interesantes datos sobre estos tres
tópicos.
u Del calor al frío'' 151

Posiblemente los mejores libros escritos sobre el período de


la conquista son: la obra de Julián María Rubio, Exploración y e~
quista del Río de la Plata, Siglos XVI y XVII (Buenos Aires, 1942) y
la de Julio César Chaves, Descubr imiento y conqu'lSta del Rfo de la
Plata y el Paraguay (Asunción, 1968 ). Ambos trabajos están esplén-
didamente ilustrados, muestran un bien organizado tratamiento y son
completos, con cifras bibliográficas y notas. El libro relativamente
nuevo de Chaves tiene una ligera ventaja sobre el otro debido a la na,.
turaleza más ,a ctual de sus notas, mientras que el volumen de Rubio,
mucho mayor, es más detallado en su contenido .
La obra de Marco Antonio Laconich, Caudillos de la conquista:
Romance de una cédula real (Asunción, 1960), es una contribución
afortunada a la pequeña lista de fuentes fidedignas sobre la época de
la conquista, aun cuando no es tan valiosa para el historiador como
las dos obras mencionadas arriba .
Obviamente, hay aún mucho por escribir sobre el período de
la conquista, la asimilación del Guarani por el Español, el mestiza¡je
resultante, las guerras Indias primitivas, y el establecimiento de una
administración colonial española.
Sobre la Revolución Comunera, 1717-1734 (para citar un par
de las varias fechas aceptadas), que constituye uno de los más impor-
tantes eventos en toda la América colonial y que fue de trascendente
importancia para el Paraguay, hay muy pocos trabajos. Además de
las partes relevantes de la: historia de los jesuitas <ver abajo), uno
encuentra solamente dos obras principales: la de Juan Manuel Es-
trada, Ensayo histórico sobre la revolución de los comuneros en el
Paraguay (Buenos Aires, 1865), y la de Pedro Lozano, S .J ., Historia
de las Revoluciones de la Provincia del Paraguay ( 2 volúmenes, Bue-
nos Aires, 1905) . A partir de la publicadón de estas dos obras, no se
ha hecho historia de esta primera revolución ideológica del hemisferio
fuera de dos únicos libros que tratan seriamente de algunos aspectos
de la cuestión: el que se titula Antequera. Historia de un silencio
(Asunción, 1970), escrito por Roberto Quevedo, y Los comuneros del
Paraguay. 1640-1735 (Asunción, 1938) por Justo Pastor Benítez. En
los archivos del viejo y nuevo mundo abundan documentos sobre los
comuneros, pero hasta ahora debemos atenemos aqui a dos libros
que son muy antiguos, algo polémicos, con escasa investigación y fal-
tos de apoyo bibliográfico . Ciertamente en este campo se presenta
una tarea importante para la nueva generación de historiadores, pues
aun cuando los libros mencionados más arriba son importantes y úti-
les, constituyen solamente el primer paso en la reconstrucción de se-
ries vitales de eventos históricos.
Fácilmente se podría llenar volúmenes enteros para tratar SO-
bre la historiografía de los Jesuitas en el Paraguay. Aquí solamente
voy a citar como ejemplo algunas de las obras "clásicas", aunque tam-
bién debo anotar aquellos libros modernos que son trabajos impor-
tantes de erudicción con bibliografías útiles para el estudioso.
15~ Estudios Paraguayos

Los mismos jesuitas, por supuesto, escribieron ampliamente


sobre el Paraguay y sus misiones tanto antes como después de su ex-
pulsión del Imperio Espafiol en 1767. Posiblemente la más famosa
de esas obras, si no la mejor, sea la Historia del Paraguay ( 6 volúme-
nes, Madrid, 1910-1916) del Padre Pedro Francisco Javier de Charlevoix,
un tesoro masivo de información sobre las misiones a través de la ma-
yor parte de su lapso de vida histórico. Siguiéndole a Charlevoix en
utilidad y reputación está la obra en 5 volúmenes del Padre Nicolás del
Techo, Historia de la Provincia del Paraguay (Madrid, 1897) , que com-
plementa muy bien la citada anteriormente y que debería consultarse
como conjunto, lo mismo que la obra del Padre Pablo Pastells, Historia
de la Compañia de Je$úS en la Provincia del Paraguay (8 vols., Madrid
1912-1949). Otra obra más corta pero en el mismo género y también
digna de consulta es la Historia del Paraguay del Padre Domingo
Muriel (Madrid, 1918). Además de las historias de los jesuitas de
las clásicas misiones Gua•raníes, y con el fin de juzgar el efecto de la
Compañia de Jesús en el Río de la Plata, se debe consultar la obra
del Padre Martin Dobr~hoffer, Historia de los Abipones (ver la
nueva edición, 3 volúmenes, Resistencia, Chaco Argentino, 1967-1970)
que constituye un soberbio documento del trabajo de los jesuitas en-
tre los primitivos del Chaco.
Existen también varias obras modernas de alta calidad, de las
cuales la mejor y más completa es la obra de Guillermo Furlong, S.
J., Misiones y sus pueblos de Guaraníes, 1610· 1813 (Buenos Airef),
1962), que es la culminación de verdaderas décadas de estudio sobre
la materia. Impresionantes fotografías, reproducciones de mapas y la
mejor bibliografía¡ existente hasta ahora, hacen de este trabajo una
obra maestra. Se puede además recurrir con provecho a la obra de
Magnus Morner, The Politicaíl and E conomic Activities of the Jesuits
in the Rio de la Plata. Habsburg Era, (Stockholm, 1953). Este libro,
sin duda la mejor fuente en inglés, tiene solamente la desventaja de
la limitación de fechas por parte de Momer: 1600-1700, lo que deja
al estudioso con pena de que no haya escrito un segundo volumen
que cubra el periodo 1700-1767, sino solamente un breve capítulo en
la edición en castellano (Buenos Aires, 1968) . Aún con esta limita-
ción, sin embargo, el libro de Morner posee una riqueza de informa.
ción bien organizada y con excelente ayuda bibliográfica. Branislava
Susnik, en su libro El Indio Colonial del Paraguay, Volumen II, Los
Trece Pueblos Guaranfes de las Misiones (Asunción, 1966), ha con-
tribuido con una muy detallada y bien investigada visión de las trece
misiones pertenecientes a la jurisdicción del Paraguay, y así consti-
tuye una de las mejores fuentes que están a mano.
Además de estas excelentes obras, el estudioso tiene muchas otras
para utilizarlas como referencia. Entre éstas hay algunas que mere-
cen mención: Pablo Hernández, S . J ., Organización social de las doc-
trinas Guaranf.es de la Compañia de Jesús (2 volúmenes, Barcelona,
1911); Magnus Momer, (ed. > Expulsion of the Jesuits from Latin
America (New York, 1965); Guillermo Furlong, S.J ., Los jesuitas y
"Del calor al frlo " 153

la cultura rioplatense (Buenos Aires, 1933); Bias Garay, El Comunis.


mo de las Misiones (Asunción, 1921), para nombrar sólo unos pocos.
El "Imperio" jesuítico aún despierta interés e investigación histórica,
pero muchas de las obras escritas sobre el tema, aun recientemente,
sen más polémicas que objetivas.
Hay algunos libros aislados de muy buena calidad que no per-
tenecen a ninguna de las tres categorias artificiales mencionadas más
arriba, pero que, sin embargo, son valiosos para un estudio de la
época colonial.
Una breve mención de algunos de los más sobresalientes, en
opinión del suscrito, incluiría la obra de Carlos Zubizarreta, Histo-
r-ia de mi ciudad (Asunción, 1964), que es una excelente historia de
la Asunción colonial; la de Justo Pastor Benítez, Formación social
del pueblo paraguayo (Asunción, 1955), que es una dinámica inter-
pretación de lo colonial al estilo de un pensador; y la de Juan Na~
licio González, Proceso y formación de l(l¡ cultura paraguaya <Buenos
Aires 1948. Este libro está rotulado "Tomo I", pero nunca llegó a
aparecer un segundo volumen), obra que cae dentro de la misma ca-
tegoría que la anterior; de John Lynch, Spanish Colonial Administra..
tion, 1782-1810; The IntendanC?J System in the Viceroyalty ot the Rio
de la Plata (London, 1958), con poca información respecto al Para-
guay mismo, pero mucha sobre la estructura d·e Virreinato dentro
de la cual el Paraguay estaba gobernado; de José M. Mariluz Urquijo,
El Virreinato del Río de la Plata en la época del Marqués de Avilés
(1799-1801) (Buenos Aires, 1964), en el mismo estilo que el de Lynch
y brillantemen te escrito; de Olinda Massare de Kostianovsky, La ins-
trucción pública en la época colonial (Asunción, 1968), que constituye
una valiosa monografía sobre la cultura colonial del Paraguay; de
Enrique de Gandia, Francisco de Al/aro y la condición social de los
Indios (Buenos Aires, 1939), uno de los muy raros estudios sobre la
suerte del Indio en el Paraguay Colonial; del mismo autor, Historia
del Gran Chaco (Buenos Aires, 1929), uno de los mejores trabajos no
polémicos sobre ese tema; los tres estudios de Branislava Susnik
anotados más arriba: El Indio Colonial del Paraguay (Asunción, 1965-
1971 ff); de Rafael Eladio Velázquez, El Pa.raguay en 1811 (Asun-
ción, 1966), uno de los más útiles pequeños volúmenes recientement e
publicados; y la obra más o menos similar, pero anterior, de Mariano
Antonio Molas, Descripción histórica de la antigua provincia del Po,
raguay (3a. edición, Asunción, 1957), escrita durante 12 años pasados
en una de las cárceles del Dr. Francia.
Hay tres fuentes publicadas importantes que constituyen una
categoria de por si -documento s impresos de inmensa importancia.
La obra de Félix de Azara, quien fue durante años jefe de una comi-
sión de demarcación de fronteras del Paraguay hacia fines del siglo
XVIII, Memoria sobre el estado rural del Río de la Plata (Buenos
Aires, 1943), Geografía física y esférica de las provincias del Paraguay
y Misiones Guaranfes (Montevideo, 1904), y Descripción e historia del
154 Estudios Paraguayos

ParaguJJ.y Y del Río de la Plata (2 volúmenes, Asunción, 1972-3), esta


última verdaderamente enciclopédica y monumental, la; que combina-
da con la obra similar de su camarada Juan Francisco Aguirre Diario
del Capitán de Fragata D. Juan Francisco Aguirre (la mejor edición
es la obra de 4 volúmenes publicada en Buenos Aires por la Biblio-
teca Nacional, 1949-51), abren al estudioso de punta a punta, una
mina de información en lo social, económico, militar, demográfico,
politlco y científico. Si a estas buenísimas obras se agregan las Me-
morias de los Virreyes del Río de la Plata (Buenos Aires, 1945), el
investigador tiene un estupendo punto de partida y buenísimas base
para el estudio del Paraguay a fines de la época colonial. Es una
lástima que no existan también fuentes tan magníficas como esas pa-
ra los siglos XVI y XVII.
Obviamente, existen muchas otras obras sobre aspectos del Pa-
raguay colonial, algunas de grueso calibre; no obstante, las anotadas
más arrib81, según el punto de vista del suscrito, son las más sobre-
salientes y proveen al investigador una base para extenderse hasta
los más remotos "rincones". Una consulta frecuente a otras biblio-
grafías, especialmente a la de Efraim Cardozo, Historiografí a Para-
guaya (VoL I, México, 1959), abrirá más puertas a los curiosos.

INDEPENDENCIA
EL DR. FRANCIA Y LOS LOPEZ
1810- 1870

Ninguna época de la: historia del Paraguay ha sido tan estu-


diada como ésta, y tal vez pocas o ninguna tan mal comprendida . Te-
nemos aqw literalmente cientos de obras y aun así, hay todavía gran
necesidad de estudios más cuidadosos. El viejo dicho "hay mucho
calor y poca luz" es bien cierto en este caso. Vamos a examinar so-
meramente las principales obras, dividiendo esta época en cuatro par-
tes: Independencia; Dr. Francia; Carlos Antonio López y Francisco
Solano López; y la Guerra de la Triple Alianza.
Sobre el tópico de la independencia, no hay ningún libro que
sobresalga como trabajo principal, pero hay varios que pueden ser
útiles. Posiblemente los más importantes para el estudioso intere-
sado en trabajar en esta área son: de Gregario Benitez, La Revolu-
ción de Mayo <Asunción, 1906), antiguo pero lleno de interesante in-
fonnación; de Luis G. Benitez, La Junta Superior Gubernativa (Asun-
ción, 1964), importante trabajo sobre un tema largo tiempo ignorado;
la obra corta especializadaJ de Efraim Cardozo, Afinidades entre el
Paraguay y la Banda Oriental en 1811 (Montevideo, 1963); de Carlos
Centurión, Precursores y actores de la independencia del Paraguay
1 {Asunción, 1950), corto e incompleto pero que significa un valioso
esfuerzo; de Julio César Chaves, La revolución del 14 y 15 de Mayo
{AsWlción, 1957), una: de las máS útiles obras sobre el tópico; de
11
Del calor al frío"

Carlos Antonio López, La Emancip ación del Para{ltULy (ver la edición


1942 de Buenos Aires); de Bartolom é Mitre, Htstorla de Belgrano y
la Independ encia Argentin a ( 4 volúmenes, Buenos Aires, 1967), muy
útil todavía para el investiga dor; de Fulgencio Moreno, Estudio so-
bre la independ encia del Paraguay (Asunción, 1911), que todavfa no
está desactualizada; y del Coronel Luis Vittone, El Paraguay en la lucha
por su independencia (Asunción, 1960), la cual, aunque limitada en
su alcance ya que se refiere mayorme nte a la invasión de Belgrano,
es un compend io importan te de informac ión. También se puede men-
cionar la tesis doctoral del suscrito, Dr. Francia and the Creatton oj
the Republic oj Paraguay (University of Florida, 1969), la cual se es-
tá traducien do para su publicac ión en Asunción en 1974.
Sobre El Supremo hay una montaña de volúmenes, la mayoría
de los cuales no vale la pena leerlos. Sólo una obra se puede consi-
derar como principal , aunque no definitiva: la de Julio César Cha-
ves, El Supremo Dictador (4a. edición, Madrid, 1964), libro buerñsi-
mo, bien pensado y bien organizado, y que constituye el punto de par-
tida para que el investiga dor moderno inicie su trabajo sobre el tema.
Entre los otros títulos existentes, los mejores y más útiles incluyen:
de Francisc o Wisner, El Dictador del Paraguay: José Gaspar Fra¡u:ia
(Buenos Aires, 1957), originalm ente escrito en 1864 a pedido de Fran-
cisco Solano López, partiend o de documen tos que posterior mente han,
desapare cido en su casi totalidad ; de Prudenci o de la e. Mendoza
El Doctor Francia: en el Virreyna to del Plata (Buenos Aires, 1887)
provee buen material básico de referencia; y el estudio especializado
de R . Antonio Ramos, La política del Brasil en el Para{ltULy bajo la
dictadura del Dr. Fra111Cia (Asunción, 1959) es .una fuente excelente
aunque limitada; Antonio Vázquez en su obra El Dr. Francia visto y
otdo por sus contemporáneos (Asunción, 1961) nos ha dado una co-
lección importan te de documen tos impresos, con el inconveniente, sin
embargo , de una ausencia de citas de la fuente de los documen tos y
con una anotació n textual de los documen tos sólo en forma parcial;
la publicaci ón de Ramón Gil Navarro de Veinte años en un calabozo
(Rosario, 1903, Asunción, 1973), nos da el único relato que tenemos
del Paraguay visto a través de las rejas de una prisión de Francia;
John y William Parish Robertso n nos dejaron otra importan te visión
de primera mano en sus Letters jrom Paraguay ( 3 volúmenes, Len-
don, 1838-39), aunque esta obra es valiosa y confiable solament e para
el período primero, 1812-1814, en que uno de ellos o ambos comercia n-
tes escoceses estuviero n realment e en el Paraguay ; Johann R. Ren-
gger y Marcel Longchamp nos dejaron otro relato de testigos presen-
ciales, aunque de tono airado, en su obra The Reign, oj Doctor Joseph
Gaspard Roderick de Francia in Paraguay (London , 1827), que es
básicame nte una descripci ón de sus siete años de cautiveri o en el
Paraguay en pleno período del dominio de El Supremo ( 1819-1826).
Hay otros libros y una gran cantidad de artículos sobre el Dr. Fran-
cia, incluyendo un serie de obras cortas del suscrito, pero los pocos
seleccionados arriba deberían ser suficient es P,&ra una orientaci ón
adecuada.
156 Estudios Para{!lta yos

Carlos Antonio López y el dramáti co desarro llo del Paragua y


durante su gobierno, han atraído a menos historia dores que el Dr.
Francia, y hay mucho aún por hacer en este tema. Julio César Cha.
ves, en su obra El Presidente López. Vida y gobiern o de Don Carlos
(2a. edición, Buenos Aires, 1968), ha escrito la mejor biograf ía ac tual
de López, pero para un volume n comple to de informa ción sobre la
mayoría de los aspecto s económicos y comerc iales del desarro llo del
Paragua y durante 1841-62, uno debe recurrir aún a la volumin osa
obra, Carlos Antonio López. "Obrero Máximo " de Juan F. Pérez
Acosta (Bueno s Aires, 1948), libro extrema dament e útil e instrum en-
to de referencia. Tambié n se recomie nda la obra de Justo Pastor Be·
nitez, Carlos Antonio López <Bueno s Aires, 1949), más tradicio nal pe.
ro aun así, útil fuente como referenc ia y bibliogr afía. Una obra nue-
va importa nte que trata en gran. parte de los años de los López y el
desarro llo del Paragua y es la de R . Antonio Ramos, Juan Andrés
GeUy (Asunción, 1970), soberbi a biogra.fía de uno de los más dinámi-
cos e instruid os paragua yos de su tiempo. Se puede además consult ar
provechosamente la obra del propio Gelly: El Paraguau, lo que fue,
6o que es y lo que será (París, 1926) para una visión más acabada
de este período .
Es notable que hayan apareci do tan pocos trabajo s sólidos so-
bre Francisco Solano López y la Guerra de la Triple Alianza, dos ver-
daderos centros nerviosos de la historia del Paragua y. No existe aún
una biografí a erudita del Mariscal, y uno debe confiar en unos pocos tra-
bajos aceptables tales como el de Juan E. O'Leary , El Marisca l Sola-
no López (Asunción, 1925, 1970). Hay un conjunt o de obras dentro
de la periferi a del tema; tales como la de Fldel Maíz, Etapas de mi
vida (ver la nueva edición, Asunción, 1972); El libro de los héroes,
de O•Leary (Asunción, 1922, 1970); El General Díaz (Asunción, 1957)
por Julio César Chaves; Madama Lynch (Asunción, 1958) de Henri
Pitaud; El Imperio del Brasil y el Río de la Plata (Bueno s Aires,
1958), y Visperas de la Guerra del Paraguay (Buenos Aires, 1954), por
Efraim Cardozo; de Pelham Horton Box, Origins ot the Paraguayan
war (2 volúmenes, Urbana , Illinois, 1929), y unos pocos otros trata-
dos básicos .
Sobre la guerra misma, hay unos cuantos tratado s erudito s que
soporta rán el paso del tiempo. Esos pocos incluyen: de Ramón de J.
Cárcano , Guerra del Pdraguay (3 volúmen es, Buenos Aires, 1938);
Augusto Taaso Fragoso , Historia da guerra entre a Triplice oAlianca e
o Paragu ai ( 5 volúmenes, Río de Janeiro , 1934); de Gregori Benítez,
Anales diplomá ticos y militare s de la Guerra del Paraguay (2 vols.,
Asunción, 1904-1906), y el resume n básico narrativ o de Charles Ko-
linsld, Independence or Death. The Story ot the ParagtUJ,yan War
(Gainesville, Florida , 1965).
Hay, además , algunos valiosos relatos de primera mano tales
como el de George .T hompso n, The War in Paraguay (Londo n, 1869),ó
que es una narraci ón de un ingeniero británic o que además comand
157
"Del calor al jrfo"

tropas en defensa del Paraguay; de George F. Masterman, Seven


Ev entful Years in Paraguay (London, 1870), emocionante relato de
un farmacéut ico británico que trabajó para el gobierno de Lópm;. Estas
dos memorias se consiguen en su traducción al español.
A éstos, se puede agregar otros estudios valiosos. Entre los
mejores estaría el de Efraírn Cardozo, Hace Ci en Años (7 volúmenes,
Asunción, 1966-1972) , que es una voluminosa crónica detallada, casi
día a día, de los años de la guerra; de Juan E. O'Leary, La guerra de
la triple alianza (Asunción, 1911); de León Pomer, Guerra del Para.
guay. Gran Negocio (Buenos Aires, 1971); de Silvestre Avei.ro, Me·
m oriQjS m ilitares, 1864-1870 (Asunción, 1970); y de Juan Crisóstomo
Centurión, M emo1·ias o Remintscencias históricas sobre la guerra del
Paraguay (Buenos Aires, 1894-1897 y 1944).
Hay literalmen te cientos de otros estudios, algunos bastante
útiles para el especialista, mas los mencionados arriba deberían bas-
tar como introducci ón y ayuda bibliográfica en este campo tan pro-
blemático del Paraguay y su Guerra Grande. Estamos aún a la espera
de la labor de un maestro en la historia que escriba una historia ra,.
zonable y bien investigad a de este evento que constituye un trauma
tanto del Paraguay como de toda América.

POSGUERRA
1870- 1920

Es una tentación dejar esta página en blanco para dramatiz&i


la falta de atención histórica concedida a esta época de la historia
paraguaya . Es un campo fértil y muy interesante para el investiga-
dor, y aun así casi desconocido en los medios eruditos. Los libros
de texto y relatos generales normalmente lo ignoran totalmente o le
dedican unas pocas páginas "entreguerras" .
Carlos R. Centurión, en su esmerada Historia de la cultura
paraguayaJ (2 volúmenes, Asunción, 1961) es uno de los pocos erudi-
tos que ha estudiado seriamente este período, dedicándole unas 300
páginas del volumen primero a justamente los años 1870-1904. Su
obra es aún "la fuente" para consultar información relevante. Carlos
Pastore en su obra La lucha por la tierra en el Paraguay (ver la edi-
ción de Montevideo, 1972) dedica también considerable espacio al
"período oscuro" y ofrece al lector alguna excelente informació n so-
bre inmigración al principio de ese período, tenencia de tierra y el
crecimiento del latifundio en el Paraguay. Interesant e también es la
sección de la obra de Francisco Gaona, Introducci ón a la historia
gremial y social del Paraguay (Asunción, 1967).
Un cúmulo de artículos recientes de Harris G. Warren de los
EE.UU. de América, anuncian la llegada (confiarnos que en 1974) de
su largamente esperado estudio sobre la reconstruc ción del Paraguay,
158 Estudios Paraguayos

en dos volúmenes, que es una labor de 15 años; un sólido trabajo


sobre aspectos de esta época está actualmente en preparación por
Miguel Angel GollZález Erico del Centro Paraguayo de Estudios So-
ciológicos .
Otro escaso número de obras, en su mayoría de carácter po-
lítico, cierran nuestro limitado conocimiento de los años 1870-1920:
de Benigno Riquelme García, Cumbre en soledad: vida de Manuel
Gondra (Buenos Aires, 1951); de Gomes Freire Esteves, Historia Con- r
temporánea del Paraguay (Buenos Aires, 1921); de Justo Pastor Be-
nítez, El Solar Guaramí <Buenos Aires, 1959); de Luis Freire Esteves,
El Pdtraguay Constitucional, 1870-1920 (Asunción, S. FJ; de Arsenio
López Decoud, Album Gráfico de la República del Paraguay (Buenos
Aires, 1911); de Héctor Francisco Decoud, La Convención Nacional
Constituyente y lal Carta Magna de la República (Buenos Aires, 1934),
entre otros, versan en parte o en su totalidad sobre la "era olvidada",
pero el investigador serio se verá en la necesidad de trabajar en gran
parte con revistas y periódicos, así como con la excelente fuente de
posguerra, la Gaceta Oficial (1869 hasta la fecha). Esto hace que el
trabajo sobre tópicos de esa época sea bastante difícil, pero el he-
cho de que muchos estudiosos se hayan sentido intimidados por la
naturaleza de las fuentes de información hace que este trabajo sea
aún más compensador.
La existencia de numerosos libros, y especialmente folletos, so-
bre cuestiones políticas y religiosas puede ayudar también al inves-
tigador, con la salvedad de que se deben utilizar con mucho cuidado
y no como substitutos de fuentes originales de información.

LA GUERRA DEL CHACO Y DESPUES


1920-
La literatura sobre la Guerra del Chaco, sus orígenes y el curso
de la misma, a veces parece inagotable y a menudo se vuelve agota-
dora. Nuevamente, al igual que en las secciones previas, no se inten-
ta aquí ser completo, sino simplemente indicar algunos de los tra-
bajos más fidedignos y por ende más útiles.
Uno de los primeros cañonazos disparados en la bat81lla lite-
raria para establecer el derecho al Chaco fue de Alejandro Audibert
con su obra Los límites de la antigua provincia del Paraguay (Buenos
Aires, 1892), libro consultado aún hoy día por estudiosos serios de la
historia paraguaya. A medida que . avanzaba el nuevo siglo, práctica..
mente cada año, estudiosos paraguayos (y bolivianos) excavaron en
los archivos y produjeron libro tras libro para probar el derecho de
sus respectivas naciones sobre esa mal delimitada región. Con muy
pocas excepciones, estas obras son de poca utilidaid para el investí·
gador serio.
159
"Del calor al frto"

Sobre el tema de la guerrSJ misma, uno se encuentr a con cien·


tos de memoria s la mayoría de uso limitado para el historiad or.
Unas pocas, no obstante , merecen atención como la de Vicente Riva-
rola, Memoria s diplomát icas (3 volúmenes, Asunción 1952-57); de
Raimund o Rolón, Lo que he visto en Boqueró n <Asunción, 1956), y
las soberbia s memoria s del Mariscal Estigarri bia, The Epic O/ the
Chaco (Austin, Texas, 1952) editada por Pablo Max Ynsfran y re-
cienteme nte publicad a en Asunción (1972) bajo el título Memorias
del Mariscal Estigarri bia.
Si hay montone s de memoria s, hay aún más obras sobre la
guerra misma, desde tratados completos de todo el conflicto hasta el
relato de la acción de una sola patrulla o el rol del clero en el campo
de batalla. Por limitació n de espacio, voy a anotar unos pocos de
los trabajos más fidedignos que tratan sobre el conflicto como un
todo. Tal vez uno de los mejores sea el de David Zook, Conduct o/
the Chaco War (New York, 1960), traducido como La contiend a del
Chaco (Asunción, 1968), un trabajo standard pero que sirve como
referencia concisa. También valioso es el volumen boliviano, Masa,.
maclay (La Paz, 1964) por Roberto Querejaz ú C., una relación com-
pleta y equilibrada; del aspecto militar-diplomático del asunto. Otros
dos dignos de mención general son el de Justo Pastor Benítez, Estt.
garribia, el Soldado del Chaco (Asunción, 1954), y de Ernesto Pérez
Acosta, En la contiend a del Chaco (Asunción, 1962).
La obra de Carlos J. FernándetZi, Guerra del Chaco ( 5 volúme-
nes, Asunción, 1955-1973) es un informe militar muy detallado de la
guerra; también en esta misma categoría está la obra de dos volú-
menes (Asunción, 1951, 1963) del General Raimundo Rolón y que 11~
va el mismo título que la anterior.
Uno de los mejores informes sobre la Conferencia de Paz que
dio fin a la guerra es la obra de Leslie B. Rout, Politics of the Chaco
Peace Conference, 1935-1939 (Austin, Texas, 1970), así como un vo-
lumen publicado por el Círculo Militar de la Argentina titulado No-
tas gráficas de la pasada guerra del Clui.co (Buenos Aires, 1938), y que
es la única historia fotográfica existente . Todos éstos constituyen so-
lamente una parte de las toneladas de obras disponibles sobre el con-
flicto del Chaco .
Con excepción de libros orientado s politicamente, se ha escrito
poco de naturalez a histórica sobre el Paraguay de después de la Gu~
rra del Chaco, y nada en absoluto, de naturalez a erudita, sobre ;Ia
guerra civil de 1947 que fue uno de los eventos más importan tes de
esta época. Irónicam ente, debemos buscar fuera del Paraguay traba.
jos de estudiosos sobre el Paraguay de la posguerr a, y éstos son de
un valor poco uniforme.
Joseph W. Fretz ha contribu ido a nuestro saber con su obra
Pilgrims in Paraguay (New York, 1954), y su mejor y más extenso re.
lato histórico Immigra nt Group Settleme nts in Paraguay (North New.
160 Estudios Paraguayos

ton,~· 1962). Una obra que trata de un tema político pero que
no es poht1ca. de por sí, es la de Paul Lewis, The Pdlitics ot Exile,.·
Paraguay's FebreriSta Party (Chape! Hill, North Carolina 1968). Por
lo demás, pocas han sido las pretensiones eruditas sobre la historia
"actual" del Paraguay.

PERIODICOS
Los periódicos del siglo XIX y de principios del XX constitu-
yen una fuente extremadamente rica y virtualmente desconocida de
información histórica sobre el Paraguay . La ra:&ón principal por la
cual no han sido más extensivamente explorados por historiadores
estriba en su gran escasez. Los periódicos paraguayos de esta época
suman una veintena o más y muchos fueron de muy corta vid81, es-
pecialmente los de orientación interesada, y;o impresos en imprentas
de muy pequeña tirada. Esto es, por supuesto, particularmente cier-
to de aquellos periódicos publicados fuera de la capital, así como de
aquellos dedicados mayormente a enlazar los intereses de un par-
tido político particular o una facción del mismo .
El primer periódico del Paraguay, oficialmente dirigido por el
Gobiemo, fue Repertorio Nacional publicado esporádicamente en
Corrientes, 1841-1851, y enviado por barco aguas arriba a Asunción .
Este periódico está dedicado casi enteramente a decretos y leyes gu-
bernamentales, y es excesivamente raro.
Cuando el gobierno de Don Caries Antonio López adquirió una
imprenta modernaJ en 1845, puede decirse que se dio inicio al perio-
dismo paraguayo. Casi inmediatamente la imprenta comenzó a pu-
blicar el periódico El Paraguayo Independiente, inspirado por el Pre-
sidente y parcialmente editado por él mismo. Esta hoja oficial, en
gran parte dedicada a fomentar el nacionalismo, apareció en 118
números hasta 1852, y se han publicado varias reimpresiones inclu-
yendo una. excelente edición hecha en Asunción en 1930 que aún se
puede conseguir.
En 1853 apareció El Semanario de avisos y conocimientos úti-
les generalmente conocido por las dos primeras palabras del título.
Similar a El Paraguayo Independi.~nte, El Semanario fue publicado
durante dos años, desapareció y luego en 1857 volvió a publicarse,
cesando solamente en las últimas etapas de la guerra en 1868 con la
tirada número 759. Otras fuentes valiosas incluyen El Eco del Para..
guay, publicado desde principios de 1855 hasta fin de 1857; La Epoca,
1857-1859, y La Aurora, 1860-1862, todos conteniendo excelente mate-
rial sobre el Paraguay de pre-guerra.
La guena de la Triple Alianza, 1864-1870, fue cubierta por va-
rios periódicos además de El Semanario; éstos proveen una fuente
básica. para el conflicto y fueron indebidamente ignorados por los
histoliadorcs, hecho que disminuye el valor de su trabajo. La lista
161
"Del calor al trío"

incluye: Cabichuí (Paso Pucú, 1867-Í868), un semanario bilingüe que


adornó sus 95 números con excelente sátira, tiras cómicas Y pasquf.
nes; el de cor ta vida (13 números) Cacique Lctmbaré, igualmente pu-
blicado en Paso Pucú (1867); El Centinela, publicado en Asunción,
1867-1868, en 63 números (disponibles en una edición reimpresa de
poco costo, Asunción, S. F.), y La Estrella, publicada desde Febrero
hasta Julio de 1869 en Piribebuy mientras las fuerzas aliadas atrave-
saban el Paraguay.
Si el frente pa.raguayo tenia sus periódicos, de igual modo el
bando anti-lopista de emigrados paraguayos tenía los suyos en los
cuales ruidosamente mancillaban la reputación del mariscal tanto
antes como durante el conflicto . Entre sus canales de escape estaban:
El Grito Paraguayo (Buenos Aires 1858-1859), El clamor de los ltbr~
(Buenos Aires, 1859), y El Independient e (Corrientes, 1865). Estos
son también muy escasos actualmente.
Después de la guerra aparecieron una gran cantidad de perió-
dicos en su mayoría partidarios, generalmente de corta vida. El Par
raguay, El Pueblo, La Opinión y El Derecho, aparecieron todos en
Asunción en 1869 o 1870, después de su caída en poder de los a1i8).
dos. Todos fueron altamente políticos en su naturaleza y dedicados
a expurgar el mito creciente de Francisco Solano López y a explicar
el rol de los aliados en la guerra. Pronto aparecieron otros en gran can-
tidad y en tre ellos La Repúbl~ca (1872), El Fénix y El Progreso de
1873, y una veintena de periódicos menores . Otros que representaba n
fuentes importantes son El Látigo (1885-1893), La Democracia (1886-
1893), La Prensa (1898-1901), publicados en Asunción y Eco de la
campaña (1892-1894), de Concepción.
En el interior aparecieron otros periódicos, en su mayoría se-
manarios, de los cuales citamos algunos: El Guaireño (1873); La Ver-
dad (1885); Apóstrofe (1887) y La Serru:tna (1886) en Villarrica; El
Eco de Areguá (1890); El Norte del Paraguay (1900) y El Mensagero
(1904) en Concepción; El fleembucú (1904) y Las Brisas de lQ'eemb~
cú 0904) en Pilar; El Chaco (1888) en Villa Occidental, y varios dia-
rios en idioma alemán de corta vida como el Paraguay Rundtschaus
(1904).
Los periódicos, como mSJterial de fuente básica para el periodo
1841-1910, han sido por mucho tiempo dejados de lado por los estu-
diosos . Constituyen, sin embargo, una fuente única y fecunda.

REVISTAS
Tal vez tan desconocidas como los periódicos, como fuentes de
datos para la historia del Paraguay, son las revistas que hacen al ca-
so y que fueron publicadas en el Paraguay y en el exterior. La Revista
del Instituto Paraguayo fue publicada por primera vez en 1896 y hasta
su desapa rición en 1909, esta publicación suministró al lector me-
162 Estudios Paraguayos

morias históricas, ensayos de altos quilates y secciones de documen-


tos impresos, todos con un mínimo de polémica polftica. La Revis'ta
del Paraguay (1909-1914) hizo algo muy similar, y las dos son lamen-
tablemente raras en la actualidad. La falta de índices de estas revis-
tas dificultan algo su utilidad, pero aun así siguen siendo fuentes
valiosas de información, como también lo son en menor grado las
siguientes: Revista pctraguaya (1887-1926); Revista histórica (1883);
Revista de la UniverSidad Nacional (1893- ?); la Revista del Ate.
neo Paraguayo (1883-1889, 1938-1945) y publicaciones diversas del <~
mismo Ateneo. Existian otras revistas y periódicos de la época, pero
son en su mayoría de uso limitado y ocasional para el investigador.
Las publicaciones actuales digp.a.s de consulta son el Anuario
de la Academia Nacional de la Historia, Historia ParagudJya ( 1956 ff),
algo irregular, y la Revista Pardguaya de la Sociología, publicada des-
de 1964 por el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos. La Revis-
ta de las Fuerzas Armadas de la Nación, y Guaranía, tanto en sus se-
ries antiguas como en las nuevas, contienen también retazos y miga-
jas ocasionales para el estudioso, pero en general, esta categoría de
revista. no constituye un importante recurso para el estudiante de
historia paraguaya.

GUIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA DEL PARAGUAY


El estudio de la historia paraguaya es más dificil de lo que
debería ser, debido a una virtual ausencia de guías P,ara orientar al
estudioso.
Entre las pocas ayudas existentes, se puede citar a Carlos R.
Centurión Historia de la cultura paraguaya ( 2 volúmenes, Asunción,
1961), una espléndida mina de información sobre libros, periódicos,
revistas y personajes de cada época en la historia del Paraguay . La
excelente obra de Efraim Cardozo, Historiografí a paraguaya. l. Parar
guay Indfgena, EspafWl y Jesuita (México, 1959), es un elemento de
referencia clásico p~ra .la . mayor parte del período colonial.
Más restringidos, pero· igualmente de vaJ.or pueden ser otros
instrumentos tales como mi trabajo "The Archivo Nacional in Asun-
ción, Paraguay", 1-atin American Research Review, VI, N~ 1 (Februa-
ry, 1971); -de Francisco Sevillano Colom, "Lista del contenido de los
volúmenes microfilmado s del Archivo Nacional de Asunción", Hispro.
nic American Historical Review, XXXVIII, N~ 1 (Feb., 1958); de
Juan F. Pérez Acosta, Los Archivos de la Asunción del Paraguay
(Buenos Aires, 1923); y El Archivo Nacional, publicados en Asunción
en el curso de dos años por Manuel Domínguez, 1900-1902 .
Hay una cantidad de bibliografías impresas separada-
mente, pero ninguna se puede considerar satisfactoriSJ, y todas es-
tán desactuallzad as. Las mejores son: de Viriato Dfaz Pérez, "Sobre
tma bibliografía de bibliografías paraguayas", Revista Paraguaya, II
163
"Del calor al frío"

(1926); de Narciso Binayán , Bibliog rafía de btbliogr afúu paraguaylU


(Bueno s Aires, 1922); de José Segund o Decoud , Bibliote ca de J. S.
Decoud, estadista del Paraguay ( Buenos Aires, 1912); A Li8t ot Books,
Magazine Articles amd M aps relating to Paraguay. Books, 1638-1903.
Maps, 1599-1903 (Waslún gton, D.C., 1904) Suplem ento al Handbo ok af
Paraguay de 1902; de Viriato Díaz Pérez, Documentos de 1534 a 1600
que se conservan en el Archivo Naciona l (Asunci ón, 1909) y sus
"Obras y manusc ritos referent es al Paragua y que se encuent ranVIII en
algunas bibliote cas español as", Revi8ta del Institut o Paragua yo,
(1906), Bibliogr afía paraguaya: catálogo de la bibliote ca paragu,aya
"Solano López'' (Bibliot eca Naciona l, Asunció n, 1906); de Antonio
Zinny, "Bibliografía lústóric a del Paragua y y de Misione s", Revistas
Naciona l (Bueno s Aires, IV-X, 1887-1889, aparecie ndo en 13 número
separados), y de Maxwel l Isaac Rafael, A T entative Bibliogr aphy ot
Paraguayan Literatu re (Cambr idge, Massac hussetts, 1934) . En una
categor ía aparte y muy útil por cierto, el lector puede referirs e a la
obra de Charles Kolinsk y, Historic al Diction ary of Paraguay (Metu-
chen, New Jersey, 1973).
Esta categor ía necesita más trabajo de investig ación que nin-
guna otra, p.ues sólo sabiend o lo que se ha escrito, podrem os noso-
tros mismos escribir buena lústoria .

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